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Floridor Pérez nació en Yates, comuna de Cochamó, el 12 de octubre de 1937. Estudió en escuelas primarias de Calbuco, Cañitas, Río Frío, Victoria, Valdivia, en los liceos de Osorno y Valdivia y en las Escuelas Normales de Valdivia y Victoria, donde se tituló en 1957. Tras quince años en una escuela rural de Los Angeles, fue profesor de Castellano del Liceo de Combarbalá y desde Í995 es profesor de la Univer- sidad Andrés Bello, de Santiago. Es también Director del Taller de Poesía de la Fundación Pablo Neruda. Radicado en Santiago desde 1981, fue redactor de las revistas Apuntes (1982-1988) y Tareas Escolares Zig-Zag (1989-2000). A este sector pedagógico de su actividad pertenecen sus obras Ortografía actuali- zada y Diccionario Ortográfico de dudas de la lengua. Entre sus libros de poesía destacan Cartas de prisionero, Memorias de un condenado a amarte, Obra completamente incompleta (antología personal) y Navegancias. En su trabajo de difusión literaria sobresalen Antología del poema breve en Chile y Poesía chilena del deporte y los juegos. Floridor Pérez es permanentemente invitado a visitar establecimientos escolares a lo largo del país y sus obras figuran como lectura sugerida en los programas de Lenguaje y Comunicación de Básica y Media. 9 H789561» 208001" CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIÑOS DE HOY Floridor Pérez

Cuentos de Ayer Para Niños de Hoy

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  • Floridor Prez naci enYates, comuna de Cocham, el 12de octubre de 1937. Estudi enescuelas primarias de Calbuco,Caitas, Ro Fro, Victoria, Valdivia,en los liceos de Osorno y Valdiviay en las Escuelas Normales deValdivia y Victoria, donde se titul en 1957.

    Tras quince aos en una escuela rural de LosAngeles, fue profesor de Castellano del Liceo deCombarbal y desde 995 es profesor de la Univer-sidad Andrs Bello, de Santiago. Es tambin Directordel Taller de Poesa de la Fundacin Pablo Neruda.

    Radicado en Santiago desde 1981, fue redactor delas revistas Apuntes (1982-1988) y Tareas EscolaresZig-Zag (1989-2000). A este sector pedaggico desu actividad pertenecen sus obras Ortografa actuali-zada y Diccionario Ortogrfico de dudas de la lengua.

    Entre sus libros de poesa destacan Cartas deprisionero, Memorias de un condenado a amarte,Obra completamente incompleta (antologa personal)y Navegancias. En su trabajo de difusin literariasobresalen Antologa del poema breve en Chile yPoesa chilena del deporte y los juegos.

    Floridor Prez es permanentemente invitado avisitar establecimientos escolares a lo largo delpas y sus obras figuran como lectura sugerida enlos programas de Lenguaje y Comunicacin deBsica y Media.

    9 H789561 208001"

    CUENTOS DESIEMPRE PARANIOS DE HOY

    Floridor Prez

  • Cuentos de siemprepara nios de hoy

    Floridor PrezIlustraciones deAndrs Jullian

  • N D I C E

    AL LECTOR DE HOY

    I EL REINO DEL VECINDARIO LAS TRES MENTIRAS Ni CANSANCIO NI HAMBRE NI SED El TESORO QUE LA TIERRA OCULTA JUAN PEREZA LA OPININ AJENA Si USTED NO LO HACE, OTRO LO HAR LOS TRES DESEOS LAS TRES HACHAS EL GUISO DE PIEDRA EL LABRADOR Y EL DlABLO

    II FANTASA DE FLORA Y FAUNA LA LENTEJA VIAJERA

    EL ZORRO QUE APRENDA RPIDO

    11

    131721

    25333741

    47

    4955

    596165

  • El ASNO QUE EN MALA HORA DIO UN BUEN CONSEJO EL FLOJO, EL SABIO Y EL LOBO EL LEN BINICO EL LEN Y EL HOMBRE EL CONEJERO DEL REY

    FLORIDOR PREZ: AUTOBIOGRAFA

    6973818795

    105

    Al lector de hoy

    Cmo escucharon los nios de ayer estoscuentos de siempre?

    Nadie podr decirlo con ms gracia que elpoeta Diego Dubl Urrutia:

    "So que era muy nio, que estaba en la cocinaescuchando los cuentos de la vieja Paulina.Nada haba cambiado: el candil en el muro,el brasero en el suelo y en un rincn oscuroel gato, dormitando. La noche estaba fray el tiempo tan revuelto, que la casa cruja...

    Nosotros, los chiquillos, oamos el cuentosentados junto al fuego, y como entrara el vientopor unos vidrios rotos, su frente medio canala vieja se cubra con su chaln de lana..."1

    Esta Paulina como todos los antiguos narra-dores de cuentos no tena libros ni saba leer.Los haba aprendido de sus padres o abuelos.

    1 "En el fondo del lago"

  • 8 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Son relatos que nacen de la imaginacin delpueblo y se transmiten oralmente de generacinen generacin y de pas en pas, porque la imagi-nacin no tiene fronteras.

    Despus fueron escuchados por investigado-res que los recopilaron en libros llamados Cuen-tos populares o Cuentos folclricos. Otras vecesfueron odos o ledos por escritores que los vol-vieron a contar. Dejaron de ser folclor y entrarona la literatura. I Por lo tanto, cualquiera de es-tos cuentos ha sido contado en muchas partes, endistintas pocas y de diverso modo.

    Al volver a contarlos para el lector de hoy, sque no los va a escuchar junto al brasero, sinoque a leerlos frente al televisor. He conversadobastante con esta generacin de la imagen, queha influido mucho en mis versiones.

    Pondr un par de ejemplos:En un libro de cuentos chilenos,2 se incluye El

    1 Los hermanos Grimm en Alemania, Len Tolstoi en Rusia,Manuel Rojas en Chile, etc.

    2 Cuentos folklricos chilenos de raz hispnica, de Volando PinoSaavedra, Ed. Universitaria, 1992. Del mismo existen tambinversiones argentinas y brasileas.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    caldo de piedras, que es el mismo El guiso de ha-cha que le cuando nio, en un libro de cuentospopulares rusos... En ambos, un caminante gol-pea a la puerta de una anciana sola, que le daalojamiento. Ningn nio de hoy me crey!

    -Esa anciana no escucha las noticias? meatajaron .

    Est bien, est bien dije yo. Entonces,que llegue a golpear "una dama respetable peroempobrecida" ... Y as pude continuar mi cuentoque, mezclando las dos recetas, result un Guisode piedra.

    Un caso ms curioso me ocurri contando Lastres mentiras. En la versin que yo haba ledodesde nio, el hermano menor sube a la Luna aencender su cigarrillo.

    - No era un cigarrillo! protest el Jefe dela Brigada Ecolgica del curso. Era un cabode vela para acostarse!

    Sorprendido, le pregunt:-Y t, cmo lo supiste?- Por el cuento que t escribiste!

    Los sabios investigadores de los cuentos popu-lares los clasifican en numerosos tipos, pero yo

  • 10 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    tambin confo ese trabajo al inteligente lectornio de hoy. l descubrir que hay "dibujos ani-mados", como La lenteja viajera o El conejerodel rey. Hay ciencia ficcin en El len binico,mientras que El len y el hombre tiene mucho dereportaje ecolgico. No faltan los que podranleerse como fbulas.

    Por respeto a la tradicin, estas versiones li-terarias conservan siempre el ncleo central deltema. Por afecto al lector actual, el autor aban-dona el "blanco y negro " de las viejas versiones,"les pone color", cambia personajes, contrata"extras", recorta escenas, agrega cmaras conotros puntos de vista, ensaya nuevos "efectos es-peciales ". En fin, mueve todas las perillas de surelato, para que el buen lector encienda su ima-ginacin y d vida a las imgenes que duermenen estas pginas.

    Floridor Prez

    EL REINO DEL VECINDARIO

  • Las tres mentiras

    Y a en su lecho de muerte, un campesino lla-m a sus tres hijos para entregarles en herencia"los ahorritos de toda su vida". Les pidi que selos repartieran como "buenos hermanos", perolos dos mayores, que eran igualmente ambicio-sos, quisieron quedarse con todo.

    Para conseguirlo, propusieron al menor dejarla herencia enterrada y salir a rodar tierras duran-te un ao. Al trmino de ese plazo se reuniran allmismo, y el dinero se entregara al que contara lamentira ms grande. El menor acept de inmedia-to y desde la misma tumba paterna tom cada unosu propio rumbo.

  • 14 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Al ao justo volvieron a encontrarse en el pun-to convenido, que era donde haban enterrado eldinero.

    Despus de abrazarse con grandes muestras dealegra, tom la palabra el mayor:

    -Yo, hermanitos, he trabajado durante todoeste ao de chacarero. Y les cuento que plantuna mata de garbanzos que creci tan alto, tanalto, que lleg hasta el cielo.

    Grandaza es la mentira, hermano! reco-nocieron a coro los dos menores.

    -Ahora diga la suya, hermano pidi el ma-yor al segundo.

    -Yo estuve trabajando en una hilandera. Yun da me puse a torcer un hilo tan largo, tan lar-go, que mientras yo sostena una punta, la otrallegaba hasta el cielo.

    Bien regrande es tambin esa mentira-dijeron los otros dos. A usted, hermanito, le

    toca ahora decir la suya.Yo dijo el menor, rascndose una oreja no

    trabaj en nada fijo. Tanto que una noche llego ami cuarto y ni fsforos tena para prender la vela.Qu hacer? Divis una luz en la luna y hasta allsub a prender mi vela.

  • 16 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Y por dnde subiste?- Por el hilo que t torciste!-Y por dnde bajaste?- Por el garbanzo que t plantaste!

    Los dos hermanos mayores desenterraron eldinero y se lo entregaron sin chistar al menor, queera el menos ambicioso, y que ni siquiera haballegado con una mentira preparada al curioso en-cuentro.

    Ni cansancio ni hambre ni sed

    -

    jL/leg el momento en que el dueo de unapequea granja no encontr en los alrededoresun trabajador que le durara ms de una semana.Segn l, los echaba porque todos eran unos flo-jos, comilones y bebedores. Segn los lugareos,se iban porque no les daba descanso y la alimen-tacin era tan escasa como el tiempo disponiblepara comer.

    Quienquiera que tuviera la razn, lo cierto esque nuestro granjero viaj a una aldea vecina enbusca de un mozo capaz de soportar la jornada,que comenzaba antes de aclarar, ordeando lasvacas, y terminaba despus al anochecer, apilan-

  • 18 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    do lea en la cocina del seor.En el mercado del pueblo encontr a un mu-

    chacho que le pareci el indicado. El granjero lepregunt si no sera de esos flojos que siempreque los necesitaba estaban cansados, hambrientoso muertos de sed.

    Yo no me hago esos problemas! respon-di el muchacho. Yo nunca estoy cansado, nun-ca tengo hambre y nunca tengo sed.

    El granjero se dijo que al fin haba dado con eltipo ideal: rendidor y econmico, pens.

    Carg el muchacho su equipaje, que no erams que una maletita de mimbre, y se fueron tancontentos el patrn con su empleado nuevo comoel mozo con su nuevo empleo.

    Llegando a casa, y slo por probarlo, el gran-jero le ofreci un gran plato de legumbres y unenorme jarro de leche fra. El mozo se los tragy se fue a dormir. Debe ser por el viaje, pens elgranjero, maana ser distinto.

    Pero fue igual. El muchacho se coma cuantole daban, se beba cuanto quedara a su alcance yse acostaba antes que las gallinas.

    Aunque el granjero evitaba echarlo, porque eso

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 19

    sera reconocer las habladuras del vecindario, unda no aguant ms y lo llam:

    -Ven ac, grandsimo picaro! No eras t elque aseguraba que nunca tena hambre ni sed ynunca estaba cansado?

    -Y as es, patrn respondi calmadamenteel mozo, porque siempre como antes de tenerhambre, bebo antes de tener sed y reposo antes deestar cansado...

  • El tesoro que la tierra oculta

    LJn campesino tena varios hijos que no de-mostraban inters alguno por cultivar su tierra.

    Tema por eso el hombre que, a su muerte,ellos venderan la via familiar y saldran a vagarpor el mundo.

    Mientras las fuerzas le acompaaron cav lavia ao tras ao, pero ya en su vejez la malezaempez a competir con las plantas.

    Sintindose morir, el campesino reuni a sushijos y les habl de esta manera:

    -S que no aman el cultivo de la tierra, y se-guramente terminarn vendiendo la via que fuede los abuelos. Quiero que sepan que por aos fui-

  • 22 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    mos ahorrando con su madre un capitalito que eranuestro tesoro. Antes de morir, ella lo enterr en lavia, y no alcanz a decirme dnde. Quiero pedir-les que, si deciden venderla, por lo menos desen-tierren esa pequea fortuna que les pertenece.

    No bien los hermanos enterraron al padre, sedieron a la ambiciosa tarea de desenterrar el teso-ro oculto. Cavaron aqu y all, primero, y luegose distribuyeron el espacio para no dejar rincndonde no escarbara su azada.

    Y aunque no qued centmetro de tierra sinremover, no encontraron tesoro alguno. Por faltade costumbre, el trabajo los agot tanto, que porlargo tiempo los hermanos casi no hicieron otracosa que dormir.

    Entretanto la via, que haba sido mejor "esca-vada" que nunca, brotaba que era un gusto.

    Asombrados, los hermanos desecharon la ideade venderla y tuvieron una cosecha tan abundan-te, que ganaron un dineral.

    Entonces comprendieron el tesoro escondidoque haban heredado: la inagotable riqueza de latierra, que slo entrega a los que, ao tras ao,bajo el sol y la lluvia, se curvan sobre la azada.

  • Juan Pereza

    ^

    lista era una pobre anciana campesina que seviva quejando, y con razn.

    Slita deba salir a comprar lana, lavarla, hilar-la y tejer los ponchos, chombas, refajos y calcetasde cuya venta viva.

    Y todo eso sin dejar de atender a su hijo Juan,un mozo veinteaero que por la maana no ha-ca nada y por la tarde descansaba. A medio dadevoraba trabajosamente una enorme fuente deporotos y por la noche dorma.

    Nadie le conoci ms familia que su anciana ma-dre, pero eso no creaba problema alguno, ya que a lahora de nombrarlo, todos lo llamaban Juan Pereza.

  • 26 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Colmada ya su paciencia, la pobre anciana ledijo un da que deba ganarse la vida, o al menosayudar a su mantencin.

    Tan en serio lo dijo que al otro da tempranitoJuan Pereza sali a buscar trabajo y lo encontren una hacienda vecina. Le toc acompaar aldueo a cobrar la venta de unos animales y enpago le dio un billete nuevo.

    Juan no haba tenido jams un billete y lo lleven la mano, hasta que al cruzar el ro un zancudolo pic en la frente y por darle una palmada se levol.

    -Eres un gran tonto --le dijo su madre.Por qu no te echaste la paga al bolsillo?

    -Lo har la prxima vez.Al otro da el hacendado lo mand a separar

    las vacas de los terneros y en pago le dio un cn-taro de leche.

    Como haba prometido, Juan se ech la pagaal bolsillo.

    -Por Dios, Juan! se lament su madre.Por qu no trajiste la paga sobre la ca-beza?

    Lo har la prxima vez.Al da siguiente lo mandaron a la quesera, y

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 27

    en pago recibi un enorme queso fresco.Juan lo equilibr sobre la cabeza y march a

    casa. Ustedes se imaginan cmo llegaron Juan yel queso. La madre no poda creerlo.

    -Por qu no trajiste tu paga cuidadosamenteen los brazos?

    -Lo har la prxima vez.Al otro da el hacendado lo envi con un arreo

    de cerdos y en pago le dio un chanchito de variosmeses.

    Juan lo tom cuidadosamente en brazos, peroal cruzar el ro sobre un tabln de pino, el chan-cho se asust, dio un salto y cay al agua. Esa his-toria fue todo lo que Juan llev a casa esa tarde.La madre se tiraba sus canosas mechas.

    -Por qu no amarraste tu paga a un cordel yte viniste tirando?

    -Lo har la prxima vez.Juan haba comenzado a trabajar el lunes, y el

    viernes fue mandado a la carnicera de la hacien-da, que ese da entregaba la racin semanal. Porsupuesto su paga fue un costillar de cordero. Juanlo amarr con un cordel y se fue tirando por elterroso camino. Ni qu decir la furia de la pobre

  • 28 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    anciana al verlo llegar, con todos los gatos y pe-rros del vecindario a la siga.

    -Cmo no se te ocurri que lo mejor era car-gar tu paga a la espalda?

    Lo har la prxima vez.El sbado era da de feria en el pueblo vecino,

    y Juan acompa al hacendado. Lo nico que novendieron fue un burro pequeo, que Juan recibien paga por su trabajo.

    Ya se imaginan cunto le cost al mozo cargarsu paga sobre la espalda, pero era macizo y for-zudo, de modo que al fin lo consigui. Tomandoun atajo, deba pasar frente a la casa de otro ricohacendado, cuya hija nica haba quedado mudaa causa del terror sufrido una noche en que unosbandoleros asaltaron la casa. El doctor haba di-cho que slo podra curarla una inmensa alegrao algo que la hiciera atacarse de risa. Pero comola mudez y la sordera andan juntas, en vano lehaban trado a los ms famosos cmicos o pa-yasos.

    Como todos los das, la nia no haca ms quemirar desde el balcn y en eso estaba cuando Juanpas con su burro a la espalda. Con sus cuatro pa-

  • 30 CUENTOS DE SIEMPRE PARA Nros DE HOY

    tas al aire, agitadas con desesperacin, y las dosde Juan caminando con pasos de borracho bajoaquel peso, deban ser un espectculo inolvidable.Y tan cmico, que la bella joven debi afirmarseen la baranda para no caerse, en una carcajadaque le cortaba la respiracin.

    Miren eso..., miren eso! gritaba llaman-do a todos. Y todos vinieron a ver el milagro de lania que haba recobrado el habla.

    Pasada la feliz impresin, cuando el padre dela joven comprendi la causa de su risa, no pudoolvidar su juramento, la manda que haba hechoa la Virgen de Andacollo de casar a su hija con elprimero que lograra hacerla rer y le devolvierael habla.

    Qu pas despus?Pas que, como Juan Pereza haca todas las

    cosas al revs, tambin hizo lo contrario de todoslos enamorados: en vez de perder la razn en pre-sencia de tan hermosa novia, recuper el juicio.

    Vindolo rico y feliz, los vecinos que asistie-ron a la boda recuperaron tambin la vista quesiempre se nubla un poco ante la pobreza y re-conocieron en Juan al huaso fortacho y nada mal

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 31

    parecido que siempre fue.El nico problema pendiente pareca cmo lla-

    marlo, pues a la hora de irle a pedir prestada unayunta de bueyes, no podran decirle "don JuanPereza".

    Pero aquella sociedad aldeana, tradicionalista yconservadora, dio pronto con la solucin de bue-na crianza: desde entonces, y sin previo acuerdo,todos lo llamaron "el seor Juan Prez".

  • La opinin ajena

    /Y un molinero de aldea le iba tan mal eseao, que se vio en la necesidad de vender su bu-rro. Llam a su hijo y se fueron caminando a laferia del pueblo, con el burro de tiro.

    No haban avanzado gran trecho, cuando secruzaron con unos viajeros que al verlos soltaronla risa:

    -Ja ja! Para qu tienen burro si viajan apie?

    -Sabes que tienen razn? dijo el padre.Monta t en el burro.

    El chico mont de un brinco y siguieron sucamino. Poco ms all se cruzaron con tres res-

  • 34 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    petables mercaderes, que exclamaron con indig-nacin:

    -En, chicuelo! No te da vergenza ir as,cmodamente instalado, mientras tu viejo padrete sigue a pie? l es quien debera ir montado!

    El molinero se rasc la cabeza y dijo que esosseores tenan razn. Baj al hijo y mont en elburro.

    Al poco andar deban cruzar un puente, bajo elcual unas mujeres lavaban ropa en el riachuelo.

    -Jess, Mara y Jos!, exclamaron com-pasivas Miren al viejo egosta bien montado,mientras el pobre chiquillo lo sigue caminando.Ni hurfano que fuera!

    El molinero crea muy justo que l fuera mon-tado, pero no dej de hallarles razn a las muje-res. Y le tendi una mano al nio, que hacindose

    simpulso salt al anca del burro. Este mene lacola en seal de desaprobacin, pero el molineroslo miraba al frente, feliz de haber encontradouna solucin razonable para todos.

    No pensaba lo mismo un grupo de aldeanosque volvan de la ciudad a la que venan llegandopadre e hijo.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    -Han visto tamaos infieles? Qu manerams cruel de maltratar a una pobre criatura deDios? Si lo van a vender, no ms con el cuerollegarn a la feria...

    Qu hizo entonces el molinero?Yo no lo s, querido lector, porque este cuento

    lo le cuando era nio, en un libro que haba ledomi padre cuando era nio, en un libro que... Elhecho es que al viejo libro le faltaba una hoja.

    Claro que ahora yo podra inventarle un final,pero no me pasara lo mismo que al molinero, ysiempre quedara alguien descontento?

  • Si usted no lo hace, otro lo har

    U n aldeano viejo y sordo se pasaba los das enel patio de su casa junto al camino, construyendounos comederos para cerdos que sola vender.

    El anciano, que tena algo de sabio por lo obser-vador, se haba fijado que la gente jams se burlade los ciegos, pero a menudo hace chistes a costade los sordos. Por eso se las arreglaba para con-versar slo lo estrictamente necesario, de modoque sus clientes no descubrieran su sordera.

    Eso era fcil, adems, porque la gente quepasa por los caminos es la menos imaginativa delmundo. Si ven a un anciano haciendo un come-dero para los cerdos, es seguro que preguntarn:

  • 38 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    "Qu est haciendo, abuelo?" Y l responda contoda seriedad. "Un comedero para chanchos".

    Si el tipo "slo hablaba por hablar", seguirasu camino. Pero si realmente necesitaba un co-medero, preguntara de inmediato: "Y cuntopide por uno?" "Quinientos pesos vale", era susegunda respuesta, que no fallaba. Si el pasajerono segua su camino ni se echaba la mano al bol-sillo para pagar, era que estaba diciendo: "A eseprecio no lo compro". Pero el anciano saba quesa era una forma disimulada de pedir rebaja, y sutercera respuesta no fallaba jams: "Si usted nolo hace, otro lo har".

    As se las haba arreglado el aldeano para ha-cerse fama de serio, de poco amigable, de carero,de trabajador, de hurao, pero no de sordo.

    Cierto da, como otras veces, un viajero se de-tuvo frente a su casa. El anciano se dio cuentade que iniciara su interrogatorio, y se aprest aresponder, repasando su conversacin imagina-ria, actividad que le consuma buena parte deltiempo.

    El viajero pregunt cortsmente cul era el ca-mino hacia la estacin de ferrocarriles.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 39

    -Un comedero para cerdos contest el vie-jo casi sin mirarlo.

    -Ya lo veo dijo el viajero, pero yo quierosaber el camino a la Estacin.

    -Quinientos pesos solamente dijo el ancia-no, ponindose a tono con los ademanes gentilesdel viajero.

    -Si piensa tomarme el pelo asegur el ca-minante, le dar un buen puntapi en el trase-ro...

    -Si usted no lo hace, otro lo har exclamel aldeano, encogindose de hombros con airedespreocupado.

  • Los tres deseos

    1 n matrimonio de ancianos muy pobres solasentarse a la orilla del fogn y, a falta de mejor en-tretencin, se dedicaba a enumerar los bienes desus vecinos, tanto como sus propias carencias.

    Si en lugar de esta chacra que slo sirve pararevolcadero de burros -deca el marido, tu-viese un rancho como el del to Polainas.

    - Y si yo pudiera cambiar esta rancha que secae sola por la casa de la vecina, que est comonueva... Estoy convencida que esa gente notiene ms que desear las cosas para tenerlas!

    Quin pudiera ver siquiera una vez cumpli-dos sus deseos!

  • 42 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Apenas el viejo termin estas palabras, cuandoapareci en el cuarto una mujer bellsima.

    -Soy el hada Fortunata les dijo. Pasabapor aqu y he odo sus quejas. Ya que se confor-man con ver cumplido un solo deseo, yo les con-ceder tres: uno para ti, que labras el campo; otropara ti, que cuidas la casa; y el tercero habrn depedrmelo ambos, de comn acuerdo. Ya puedecada cual pedir su deseo personal, pero el tercerose los conceder yo en persona, maana a primerahora.

    Eso dijo el hada, y as como vino se fue.Tan felices quedaron los ancianos y tantas co-

    sas se les ocurra pedir, que se sentaron a tomarunos mates con tortilla, dejando la importante de-cisin para el da siguiente.

    Como otras veces, de la casa vecina se filtrel tentador aroma de algo que se guisa sobre lasbrasas.

    -Seguramente les han trado salchichas delsur coment l.

    -Mmmm... hizo ella, cerrando los ojosy estirando la nariz. Quin las tuviera paraacompaar esta tortilla pelada!

  • 44 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Todava no terminaba de hablar, cuando unashermosas salchichas saltaron sobre las brasas se-miapagadas.

    La mujer se qued mirndolas con una mezclade satisfaccin y espanto. Pero el marido salt desu banca y se paseaba furioso por el cuarto, arran-cndose los pocos pelos que le quedaban:

    Por ti, torpe glotona, hemos desperdiciadoun deseo que pudo darnos una vejez tranquila yfeliz. Maldita sea tu salchicha y ojal se pegara atu nariz para que la olfatearas a tu gusto!

    Apenas lo hubo dicho, la salchicha salt a lanariz de su esposa y all se qued, pegada sobreel labio superior.

    Ahora le toc asombrarse al viejo, y desespe-rarse a la vieja.

    Te luciste, mal hablado exclam, hacien-do intiles esfuerzos por desprenderse ese extra-o "apndice nasal".

    Todo lo que l hiciera o dijera por consolarlatena el efecto de enfurecerla ms.

    Maana le pediremos al hada una mina, y lehar una funda de oro a tu salchicha. Pagaremosal mejor cirujano plstico del mundo...

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 45

    Pero ella ya haba tomado una decisin y se lagritaba una y otra vez:

    Nada ms deseo y nada ms pedir, que mesaquen esta ridicula salchicha de mi nariz.

    -Mujer, por Dios, y mi chacra?-Nada.-Mujer, por Dios, y tu bella casa?-Nada.-Y qu, nos vamos a quedar tal como est-

    bamos?-Eso es lo que deseo.

    Por ms que rogaba el marido, nada conse-gua de su mujer, que comparta sus energas en-tre ofender al viejo y defenderse del gato, que semostraba extraordinariamente carioso.

    Ya te imaginas qu fue lo nico que al da si-guiente pidieron al hada Fortunata, y lo nico queella les concedi, aparte de algn consejo, que lospobres viejos oyeron tristes y avergonzados.

  • Las tres hachas

    IVlientras cruzaba sobre un rbol cado que ha-ca de puente, un leador tropez, perdi el equili-brio y solt su hacha, que cay al torrentoso ro.

    Sin poder consolarse, gema por la prdida desu valiosa herramienta de trabajo.

    Compadecida, el Hada de las Aguas emergidesde el fondo, presentndole un hacha de oro.

    -Es sta tu hacha? le dijo.- No! dijo sorprendido el leador. No es

    la ma.El Hada de las Aguas se sumergi de nuevo y

    reapareci con un hacha de plata.-Es sta tu hacha?

  • 48 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    - Tampoco es la ma!Volvi a sumergirse el Hada de las Aguas y

    esta vez le mostr su hacha de acero.-sa es la ma! exclam al instante el le-

    ador, con la alegra del que encuentra a un serquerido.

    Para premiar su honradez, el Hada de las Aguasle entreg las tres hachas.

    De vuelta a casa, los vecinos lo rodearon asom-brados de su preciosa carga. El leador les contsu aventura.

    Un envidioso que lo oa, se alej disimulada-mente del grupo y corri hasta el ro. Tir su ha-cha al agua y rompi a llorar.

    El Hada de las Aguas emergi desde el fondocon un hacha de oro.

    Es sta tu hacha? pregunt. S, s, sa es mi hacha...! -exclam el

    hombre, e inclinndose codiciosamente para al-canzarla, se fue de bruces al torrente.

    Y porque haba mentido, el Hada de las Aguas nole dio el hacha de oro ni le devolvi la suya de acero.

    Chorreando maldiciones, el envidioso volvia casa.

    El guiso de piedra ^~

    Una dama respetable pero empobrecida,se acercaba a una lejana ciudad, sin un centavopara pagar hospedaje. Como anocheca, pensdisimular su verdadera situacin llamando a lapuerta de la primera casa que encontr, que erala ltima del poblado.

    Le abri la duea, una anciana como hay mu-chas, que teniendo medios econmicos vivenmiserablemente.

    -Buena seora salud la viajera, vengode lejos, estoy muy cansada y no quisiera entrarde noche a una ciudad desconocida. No podradarme albergue slo por esta noche?

  • 50 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Haba tanta nobleza en su expresin, que aunpara aquella anciana avara result imposible ne-garle el paso. Aunque sin mayores muestras deafecto, le ofreci una silla junto al fuego.

    Gracias, buena seora dijo la viajera.No me he sentado en todo el santo da.

    Y como nadie almuerza caminando, la avaraadivin en esa explicacin una clara indirecta aconvidarle algo. Por eso se adelant a decir:

    Lstima no tener nada que ofrecerle! Niyo misma he probado bocado, de pobre y aban-donada que estoy.

    -Vlgame Dios! -exclam la viajera,eso s que no es posible. Por m est bien, perousted, a su edad, no puede permanecer con elestmago vaco.

    Y con aire de mujer hacendosa, atiz el fuegoy se puso a mirar de qu echar mano en aquelladesolada cocina.

    Si algo hubiera, ya lo preparara yo dijola anciana avara.

    Donde ha habido siempre queda dijo laviajera, y acercndose al lavaplatos, no des-cubri ms signo de vida que el mortero, con la

  • 52 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    piedra de machacar todava oliendo a ajos, prue-ba segura de que la vieja se acababa de prepararalgn causeo.

    -A falta de pan, buenas son las tortas dijola viajera: hoy guisaremos piedra de morte-ro!

    -Est usted loca?-Usted lo estar, de gusto, cuando loprue-

    be.La viajera lav la piedra como si fuera una

    papa o un tomate, la ech a una olla con agua yla puso al fuego.

    La avara no le despegaba los ojos. La viaje-ra, canturreando suavemente, como las buenascocineras, revolva la olla con una cuchara y devez en cuando probaba su guiso.

    No tardar nada coment. Aunque talvez le haga falta sal.

    Por lo menos sal hay. -Y la anciana lepas el salero.

    La viajera segua revolviendo y probando congestos de agrado.

    Esto est realmente bueno. Lstima no te-ner un poquito de maz chancado que usamos en

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 53

    mi pueblo!-Chuchoca llamamos a eso aqu -dijo la

    anciana, trayendo un tarro con tapa.La viajera ech a la olla la cantidad suficiente

    para darle la consistencia deseada.La avara no sala de su asombro ante aquella

    cocinera tan econmica, que era capaz de prepa-rar un guiso de piedra de mortero.

    -Si no le faltara un poco de manteca...La anciana se la trajo.Una cucharadita de color...Un capi de aj seco...Un cuento de chancho...Un diente de ajo...La anciana se haba convertido en su nia de

    mano y corra a pasarle cuanto deseaba.Por fin el guiso estuvo listo y la viajera dis-

    puso la mesa con dos cubiertos. Uno, en la ca-becera, para la duea de casa. Porque aunquela viajera a esa hora se mora de hambre, noperdi la compostura de una dama bien edu-cada.

    Y aunque la vieja avara jams haba probadoel guiso de piedra de mortero, supuso que estara

  • 54 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    bien acompaarlo con tortilla con chicharronesy "bajarlo" conversando unos buenos mates concedrn. El labrador y el Diablo

    LJ n campesino que volva a casa al anoche-cer fue sorprendido por una rucenla al bordedel camino. Acercndose ms, vio que era unbrasero con carbn recin encendido, como sialguien pensara preparar all su cena. Pero envez de una olla o una cafetera, sobre el braseroestaba cmodamente sentado el Diablo, con sulujoso traje negro.

    El campesino, que de nio haba escuchadohistorias de entierros, no demostr asombro al-guno.

    Ests sentado sobre un tesoro? pregun-t, a manera de saludo.

  • 56 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    -Claro que sil respondi el Diablo. Nite imaginas cunto oro y plata hay aqu.

    -Ojal que sea mucho -dijo el labra-dor, pues est en mi terreno, y por lo tantome pertenece.

    -Es mo asegur el Diablo, pero podraser tuyo, si aceptas ser mi socio: durante dosaos compartirs conmigo tu cosecha.

    El Demonio estaba acostumbrado a ver loscampos cubiertos de trigo, maz, porotos, len-tejas, as que pens el modo de engaar al cam-pesino:

    Como parece que te gustan los entierros, tte quedars con todo lo que halles bajo la tierra,y a m me dars lo que se produzca sobre ella.

    Trato hecho! exclam el campesino, queacababa de sembrar todo el terreno de papas.

    Al llegar la cosecha, El Malo se sobaba las ma-nos viendo tan verdecito el sembrado. Comenza arrancar las matas, y slo acumul montonesde hojas speras y tallos incomibles.

    El campesino, en cambio, viendo el campodespejado, no tuvo ms que cavar y llenar sacosy sacos de sabrosas papas.

  • 58 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    -Est bien! -rugi el Diablo. Por estavez me ganaste. Pero la prxima vez t te que-dars con lo que se produzca sobre la tierra, y yocosechar lo que quede abajo, que es mi mun-do.

    -Trato hecho! repiti el campesino.Y qu crees que cultiv ese ao?Plant tomates! Todo el campo lo cubri de

    tomates.Al tiempo de cosechar, Don Sata lleg con una

    tremenda pala al hombro. Como ya el labradorse retiraba con su carreta colmada de cajones,comenz a cavar endemoniadamente, acumu-lando matas tan intiles como el ao anterior.

    Yo no repetir las cosas que el Diablo dijo alverse burlado por segunda vez. Ni el campesinodaba muestras de orlas, mientras volva silban-do a casa, cargado con el fruto de su trabajo ydueo del tesoro que guardaba su tierra. O se-ran lo mismo?

    IIFANTASA DE FLORA Y FAUNA

  • La lenteja viajera

    Una anciana campesina se fue quedando tansola, que un da se encontr sin nada ms que unatado de lea, un manojo de paja y un puado delentejas.

    Dispuso la lea, acerc un fsforo a la paja yencendi el fogn. Luego ech agua a la olla, leagreg el puado de lentejas y la puso al fuego.Por pura costumbre sacudi el delantal, y una len-teja cay justo al lado de una pajita que no llegal fogn. All crepit la lea y una pequea brasaencendida salt entre ambas.

    -^Hola! dijo la brasa, roja de vergenza.Tuve la suerte de saltar, que si no ya me estaracon virtiendo en cenizas.

  • 62 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    -Lo mismo digo yo -exclam la pajita,amarilla de miedo. En cambio mis hermanasardieron en ese infierno.

    Y las mas --agreg la lenteja; prontosern pur en el estmago de esta bruja.

    Era un hecho que nada bueno podan espe-rar bajo aquella choza, por lo que decidieronsalir a rodar tierras. Las tres haban nacido enel campo, de modo que no les resultara difcilorientarse.

    Cuando ya celebraban el xito de su expedi-cin, se vieron ante un "hilo de agua" que cru-zaba el sendero.

    -A m me apagara! -se lament la bra-sa , y eso no es ms atractivo que convertirseen ceniza.

    A m dijo la paja me arrastrara quizsadonde, y el agua no me hace ms gracia que elfuego.

    No me hara mal un bao asegur la len-teja , pero ah terminara podrida.

    Como muchas veces suele ocurrir, fue la quepareca ms dbil quien primero ofreci ayuda.La flacuchenta pajilla se tendi cuan larga era

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 63

    \e las orillas del chorro de agua, ofrecindose

    de puente para sus compaeras de viaje.La brasa, con su ardiente deseo de evitar el

    agua, fue la primera en pasar. Pero lo haca tanlentamente, que la paja comenz a arder, se que-m y cay al agua, junto con la brasa.

    Y all se qued la lenteja, sola en la orilla,pensando que no haba elegido la mejor compa-a para recorrer mundo.

    -Aunque al menos estoy viva se dijo amanera de consuelo.

    Obligada a permanecer en aquella tierra hu-medecida, la lenteja pronto ech races, brot ya su tiempo se convirti en una mata que flore-ci y "gran".

    La anciana campesina que viva en una chozasolitaria pas por all con su atadito de lea y unmanojo de paja para encender el fogn.

    -Bendito sea Dios! -exclam al verla.Es la mata ms cargada que se puede esperar.Ser un rico plato.

    Y arrancando la mata de raz, carg contodo en su delantal.

    Ya en su casa, desgran las lentejas, busc

  • CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    una olla, hizo un nidito de paja sobre el fogn,dispuso el atado de lea, prendi un fsforo... Yya sabes lo que pas.

    Porque a veces ocurre que la vida es un cuen-to que vuelve a contarse.

    t

    ,,>. El Zorro que aprenda rpido ~

    Jt/l Zorro desconfiaba del Lobo y ambos le te-man al Oso. Pero un invierno en que la caza ha-ba estado mala para todos, se encontraron en elbosque y se sentaron a contarse sus problemas.

    Por qu estaban flacos y hambrientos con tanbuena fama de cazadores?

    Resulta que unos animales eran muy gilespara el Oso, otros muy fuertes para el Zorro o elLobo tema meterse en los terrenos del Oso.

    -Si es as dijo el Oso, lo mejor ser quenos asociemos y salgamos juntos de cacera. Lue-go, repartiremos amigablemente el botn.

    Lobo y Zorro aceptaron encantados la compa-a de un socio tan poderoso.

  • 66 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    En su primera salida encontraron un ciervo ex-traviado de su manada, y pronto dieron cuenta del. El olor de la carne fresca aumentaba su ham-bre.

    El Oso orden al Lobo que repartiera el cier-vo. Mostrando cada parte con su pata delantera,el Lobo iba diciendo con gran seriedad:

    La cabeza, que contiene el cerebro, para ti,gran Oso, que eres el ms inteligente de nosotros.Las patas para el Zorro, que es el ms corredor.Y yo me quedar con el tronco, que contiene lossucios intestinos.

    No terminaba de hablar, cuando el Oso le dioun zarpazo en la cabeza que lo hizo rodar por elsuelo.

    -Ahora reparte t dijo el Oso, sealan-do al Zorro.

    ste se sent ceremoniosamente junto al cier-vo muerto, y fue diciendo, con toda calma:

    La cabeza, que contiene el cerebro, para ti,que piensas por nosotros. El tronco tambin parati, que tienes un gran corazn. Y las patas tambinpara ti, que guas nuestros pasos.

    Se admir el Oso de la sabidura con que haba

  • 68 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    repartido el Zorro, y le pregunt, lleno de curio-sidad:

    -Quin te ense a repartir tan inteli-gente-mente?

    -T me enseaste, Oso, con la leccin que leacabas de dar al Lobo.

    El asno que en mala horadio un buen consejo

    V^ada tarde, despus de haber trabajado des-de el amanecer, el buey volva cansado y ham-briento al establo, bien provisto de forraje y aguafresca. Y all encontraba al asno, que haba dis-frutado de esas regalas a pata suelta.

    Te felicito le dijo un da, sin poder disi-mular su envidia. Gozas de las mismas aten-ciones que yo, pero slo de tarde en tarde te tocacargar al amo sobre tus lomos.

    -Tu suerte cambiar dijo el burro, apuntn-dolo con sus largas orejas si sigues mi conse-jo:

    Cuando por la maana te venga a buscar el la-brador, qudate echado, muge como si te dolieran

  • 70 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    las entraas, pon los ojos blancos, estira el hoci-co, pero no te pongas de pie por ningn motivo. Vers cmo te ganas un merecido descanso!

    A la maana siguiente, el buey sigui al piede la letra el consejo del asno. El labrador, sor-prendido, le grit primero, lo azot despus y, porltimo, corri a contarle al amo que el buey habaamanecido enfermo.

    -Djalo en paz dijo el granjero. Toma alasno, llvalo al campo y ara con l lo que habrasarado con el buey. Si se taima, aztalo sin pie-dad.

    As lo hizo el labrador, manejando con igualpericia el arado bajo la tierra que el azote sobrelos lomos del burro. El ltimo castigo del da fueor los agradecimientos del buey por tan sabioconsejo.

    A la maana siguiente el buey repiti su actua-cin y el labrador volvi a sacar tirando, o mejordicho arrastrando, al asno consejero.

    Al tercer da era difcil reconocer bajo ese pe-llejo desgreado al animoso asno de antao.

    Maana volver a seguir tu sabio consejodijo inocentemente el buey, con grandes mus-

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 71

    tras de gratitud. Si he de seguir siendo tu fiel conseje-

    ro murmur el asno, no puedo decirte queapruebo esa idea...

    Y ante el asombro del buey, continu:El amo estuvo hoy en el campo. Pareca

    muy contento con mi trabajo, y o que deca al la-brador: "Si el buey no ha sanado maana, llamasal carnicero de la aldea, que harto inters le tiene.No voy a mantener un animal intil!"

    Cmo no lo haba pensado antes? excla-m el buey, levantndose con un nimo que nolo abandon en toda la noche.

    A la maf-ina siguiente, apenas asom el la-brador, que asnalmente vena acompaado delamo, el bue; mugi familiarmente y se acerc ala puerta paj i iniciar la jornada.

    El labrad r atribuy la repentina mejora a unamedicina se reta que le haba dado anoche.

    -Muy , tiempo -coment el amo, dispo-nindose a nsillar el asno para un largo viaje.

  • y. El flojo, el sabio y el lobo

    ust era un hombre tan flojo, que su mu-jer se levantaba empujndolo a trabajar en algoy se acostaba reprochndole no haber hechonada.

    -No regaes, mujer le deca el flojo; unda de stos seremos ricos y no tendrs de ququejarte.

    -Pero cmo podremos ser ricos deca lamujer si te pasas el da tirado al sol?

    -Yo no lo s, mujer deca el flojo, pero alotro lado de la montaa vive un hombre sabio quetiene respuesta para todas las preguntas. Maanair a preguntarle qu debo hacer para salir de lamiseria.

  • 74 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Y al otro da temprano, a la hora en que sumujer lo empujaba a hacer algo, el hombre flojohizo lo prometido: parti en busca del hombresabio.

    Haba caminado todo un da y una noche,cuando se cruz con un lobo tan flaco como ham-briento.

    A dnde vas, buen hombre? pregunt ellobo.

    A visitar a un hombre sabio, que me dircmo salir de la pobreza.

    En ese caso dijo el lobo pregntale porfavor qu debo hacer para saciar mi hambre queya me tiene enfermo del estmago.

    El flojo prometi hacerlo y sigui su cami-no.

    Despus de andar otro da y otra noche por pe-dregosa tierra, divis un solitario manzano juntoal camino.

    A dnde vas, buen hombre? pregunt elmanzano.

    A ver un sabio varn que me ensear cmocurar mis aflicciones.

    En ese caso dijo el manzano- pdele

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 75

    tambin remedio para las mas: hace aos que nodoy frutos. En plena primavera mis hojas se secande golpe, como joyas oxidadas.

    El flojo prometi hacerlo y sigui su camino.Tras otro da y otra noche de marcha, el flo-

    jo deba orillar un lago en cuyas riberas viva elhombre sabio.

    Un pez enorme nad a su lado, preguntn-do-le:

    -A dnde marchas, buen hombre?-A la cabana de un hombre sabio que me en-

    sear cmo solucionar mis problemas.-En ese caso dijo el gran pez pregntale

    qu debo hacer para solucionar el mo: hace aosque no disfruto mi comida, pues algo como untumor se me atora en la garganta.

    El flojo prometi hacerlo y sigui su camino.Atardeca cuando el flojo vio a un anciano que,

    plcidamente sentado sobre una roca, contempla-ba la puesta de sol.

    Impresionado por el venerable aspecto delanciano, el flojo le explic el motivo de su via-je:

    -Dime, pues, venerable anciano, qu debo

  • 76 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    hacer para escapar de la miseria! concluy,con voz temblorosa por la emocin.

    -Slo eso deseas preguntarme? -dijo elsabio, sin desviar sus ojos del ltimo rayo desol.

    El flojo iba decir que slo eso, pero, advirtien-do que el anciano pareca saberlo todo de antema-no, le transmiti los pedidos del lobo, del manza-no y del pez.

    Entonces el hombre sabio mir al flojo por pri-mera vez, y no poda saberse si era una mirada depiedad o reproche.

    El pez dijo el anciano tiene una pie-dra preciosa de gran tamao, y apenas se la sa-quen terminar su malestar. En las races delmanzano hay un entierro de monedas de oro,cuyas emanaciones envenenan la savia y que-man la flor.

    "En cuanto al lobo, si no quiere morirse dehambre, deber devorar al primer holgazn queencuentre en su camino.

    Y yo, maestro dijo afligido el flojo,cmo har para salir de la miseria?

    Te bastar regresar por el mismo camino.

  • 78 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Bien veo que sers un hombre rico y podrs vivirsin esforzarte.

    Y como en ese mismo instante el sol desapa-reca en el lago, se puso de pie y, recogiendo sularga tnica, camin majestuosamente hacia sucabana.

    Reanimado con tal pronstico, el flojo no pen-s ms que en desandar de inmediato su largo ca-mino.

    Al pasar junto al lago, el gran pez se asompara preguntarle qu le mandaba a decir el sabio.

    Sanars en cuanto te saquen una piedra pre-ciosa que tienes en la garganta le dijo el flojo,sin detener su marcha.

    El gran pez le rog que se la sacara. Y comoel hombre no se detuviera, el pez reapareci paraexplicarle:

    Piensa que si lo haces, yo quedar sano y tsers rico.

    El sabio dijo que no tendra que esforzarmepara eso dijo el flojo. Me bastar con volverpor el mismo camino, y es lo que voy haciendo.

    Y as era, porque a su debido tiempo volvi apasar junto al manzano.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 79

    Qu me manda a decir el sabio? pregun-t tembloroso el rbol.

    Tus frutos madurarn en tanto saquen un co-fre de monedas de oro enterradas entre tus racesdijo el flojo, sin detener su marcha.

    -Qu esperas? grit el manzano, exca-va la tierra y saca ese tesoro! Yo reverdecer y tsers un hombre rico.

    El flojo siempre sin detenerse contest:-El sabio dijo que no tendra que esforzarme

    para eso. Me bastar con volver por el mismo ca-mino, y es lo que voy haciendo.

    Y as era, sin duda, porque a su debido tiempose encontr con el lobo, ms flaco y ms ham-briento.

    El hombre, dichoso de tener alguna compaaen su largo viaje, le fue contando al lobo su en-cuentro con el anciano y los sabios consejos quehaba enviado para el pez y el manzano.

    -Caramba dijo el lobo, ahora tendrs quemarchar con la precaucin de un hombre rico...-Y con un airenlo incrdulo, continu: com-

    prendo que lleves muy oculta esa piedra preciosa,pero dnde cargas tantas monedas de oro?

  • 80 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Aaahhh! bostez el flojo, olvidaba de-cirte que el anciano sabio me dijo que vivira sinesforzarme y para ser rico me bastara con regre-sar por el mismo camino. Para qu meterme alas fras aguas del lago o romperme los ronesescarbando la tierra?

    Se acercaban al lmite del bosque.-Tambin olvidas dijo el lobo decirme

    si el anciano mand algn consejo para mi aflic-cin.

    Claro! dijo el hombre, el sabio te man-da a decir que te arrojes sobre el primer holgaznque se cruze en tu camino.

    En verdad era un sabio ese anciano dijo ellobo y se arroj sobre el viajero.

    El len binico

    rTace aproximadamente dos mil ciento cua-renta y siete aos, vivan en la India cuatro de loshombres ms sabios de su tiempo. Eran muy ami-gos entre s, pues dedicados a sus trabajos cient-ficos no tenan tiempo ni inters en hacer amistadcon gente comn.

    Tres haban acumulado el mximo de cono-cimientos en Historia, Biologa y Medicina. Elcuarto tena conocimiento de variadas materias,aunque jams se haba especializado en una.Amaba la reflexin y todos los tenan por hombrede buen juicio y cordura.

    Charlando en casa de este sabio cuerdo, decancierta vez:

  • 82 ; CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    - De qu nos valdr nuestra sabidura cuan-do seamos viejos, si no hemos logrado fama nifortuna?

    Y para conseguirla pensaron deban salira recorrer el mundo.

    -En las noches del otro lado del mundo-dijo el primero me gustara mirar las estre-

    llas a la misma hora en que el sol est sobre estacasa.

    -A m dijo el segundo me gustara estu-diar las especies acuticas y terrestres de las re-giones ms apartadas.

    Y yo dijo el tercero quisiera investigarlas propiedades curativas de las plantas y experi-mentar mi ciencia en enfermedades desconocidasen nuestra tierra.

    Al sabio cuerdo no le pareci una mala idea,y fue comisionado para encargarse de todos lospreparativos de la expedicin.

    Parte de la primera etapa de su viaje era cruzarun extenso bosque. Bien internados en l, atrajosu atencin el cadver de un enorme len.

    Su muerte parece reciente! les advirtiel sabio cuerdo, mirando recelosamente en todas

  • 84 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    direcciones.-Le temes a un len muerto? se burl el

    bilogo.A uno muerto no -repuso el pruden-

    te, pero s a los vivos que han de abundar enel bosque...

    Los otros ni siquiera lo oyeron, entusiasmadoscomo estaban con la posibilidad de poner a prue-ba el poder de su ciencia, reviviendo a la fiera.

    Yo llevo suficiente sangre, y puedo practi-carle una transfusin de urgencia.

    Yo lo conectar a mi bomba de aire, quefuncionar como un corazn artificial.

    Asombrado ante la increble operacin de queera testigo, el sabio prudente no articul palabrahasta que casi todo estuvo listo.

    Es un len! les previno entonces. Si loresucitan, los matar.

    Los otros tres sabios lo miraron con una mez-cla de ira y lstima.

    Hemos de perder esta oportunidad deprobar el poder de la ciencia? --preguntaron acoro, sin suspender su trabajo.

    Entretanto, el sabio prudente trepaba penosa-

    85

    mente a un rbol.Y desde el rbol que no mova una hoja el

    sabio cuerdo y un pajarillo del bosque vieron elmomento histrico en que los sabios imprudentesrevivieron a la fiera.

    Y vieron tambin cuando el len, en una sbitaexplosin de furia, cay sobre ellos devorndolossin piedad.

    El pajarillo vol. El sabio cuerdo esper que ellen se alejara, baj del rbol y retorn a casa.

    Lleg de noche. Mientras prenda la lmparade aceite supo, sin necesidad de clculo alguno,que en algn lugar del mundo, al otro lado delplaneta, estara amaneciendo. Que los hombresse aprestaran a iniciar sus trabajos y los nios arecibir sus lecciones.

    Y como era un hombre piadoso, or por la cor-dura de los sabios futuros.

  • El Len y el Hombre ~

    viejo Len viva en los faldeos de la cor-dillera. Al amanecer o al crepsculo, se erguasobre una pea en actitud vigilante. Su hijo, elCachorro, lo contemplaba con admiracin. Esta-ba seguro que en todo el mundo no exista un serms valiente y poderoso que su padre, y as se lodijo una tarde.

    El viejo Len se atus los bigotes:-S, Cachorro, y debes recordarlo siempre:

    hay un animal mucho ms poderoso.-No puede ser eso, si yo, slo por ser su hijo,

    espanto a todos los animales de la montaa.-As es dijo el Len, nadie nos vence

    y todos nos temen en la montaa. Por eso debes

  • 88 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    mantenerte siempre en sus lmites. Nunca te aven-tures al valle, porque all vive ese animal tan po-deroso, que esclaviza al caballo, devora enormesbueyes, y hasta el perro, que me da brava lucha,corre a lamerle mansamente su mano.

    En su fantasa juvenil, el Cachorro imaginabaun animal con cascos tan duros como una muay cuernos tan penetrantes como un toro. Cmopoda existir un animal tan grande y tan fuerte?

    No es grande ni fuerte contest pausada-mente el Len viejo. No tiene cuernos, ni ga-rras, ni pezuas, pero domina la magia de la tem-pestad y desde la otra orilla del ro puede partirtela cabeza con un trueno o destrozarte las entraascon un relmpago.

    Slo el respeto debido a sus mayores le impe-da al Cachorro mostrarse incrdulo.

    Y cmo se llama ese animal? preguntpor fin.

    Ese animal es el Hombre.La curiosidad del Cachorro no tuvo lmites y

    de inmediato pidi permiso a su padre para bajaral llano a conocer al Hombre. Pero el Len viejose neg rotundamente.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 89

    Nuestra familia domin estas tierras hasta lallegada del Hombre. l mat a tu abuelo y hui-mos a la montaa. Si un da, cuando crezcas, elHombre llega hasta aqu, trepa a las cumbres msaltas. Nunca te enfrentes al Hombre concluy.

    El viejo Len muri pronto, y apenas los negroscndores cumplieron el rito de dejar su osamentablanqueando al sol, el Len joven descendi enbusca del Hombre. La mayora de los animalesdel valle le eran desconocidos, de modo que de-ba actuar con mucha cautela.

    En los primeros lomajes suaves pastaba tran-quilamente un Caballo flaco.

    -Eres t el Hombre? rugi el Len.-Noo, seoor relinch el Caballo. Y como

    no viera muy convencido al Len, le mostr lascostillas sangradas por las espuelas, el lomo heri-do por la montura, el pecho pelado por los arne-ses del arado, la lengua roja de tascar el freno.Todo eso me lo ha hecho el Hombre!

    El Len joven se alej maldiciendo la manse-dumbre de esa bestia torpe.

    Ms abajo, en unos pastizales, encontr alBuey.

  • 90 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Eres t el Hombre?-Noo, noo mugi el Buey temblando. Ante

    las dudas del Len, le mostr el anca marcada afuego por el Hombre. Y en cuanto a mis cuer-nos explic, ms que un arma son una mal-dicin, pues a ellos el Hombre me ata al ara-do.

    La presencia del Len atrajo la curiosidad delPerro, y como a l s que el Len lo conoca, ledijo amenazante:

    -Si no quieres que te destripe de un zarpazo,corre a refugiarte en la casa de tu amo, y dile quehe bajado de la montaa a buscarlo. Aqu lo espe-ro, si es tan valiente como dicen.

    Voy, voy! -ladr el Perro, que no tenamayor inters en discutir con el Len.

    Poco tard el perro en volver acompaando asu amo.

    "Qu extrao pens el Len, un animalque camina en dos patas, como las aves... Y lacabeza por all arriba. Cmo comer este bichoy cmo tomar agua del arroyo?"

    Era tan desconocida su figura, que el Len nonecesit preguntarle si era el Hombre.

  • 92 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    -Aqu estoy frente a ti, Hombre! rugi elLen. He bajado de la montaa a desafiarte. Sieres tan valiente como dicen, ven y pelea conmi-go-

    -Mira, Cachorro dijo el Hombre, tu pa-dre no me molest y yo no lo molest. Yo no pe-leo con nadie que no me moleste o insulte.

    No me llames Cachorro dijo la fiera,porque mi viejo padre muri y ahora yo soy elLen.

    Muy bien, Len respondi el Hombre,sigue el ejemplo de tu padre: vulvete a tu mon-taa y llegars a viejo como l.

    No quiero tus consejos lo interrumpi elLen; insltame y pelearemos de una vez.

    Yo a nadie le lanzo una mala palabra sin mo-tivo respondi calmadamente el Hombre.

    Pues te dar buenos motivos! -dijo elLen, y acto seguido le lanz al Hombre los in-sultos ms ofensivos que conoca: ladrn, sin-vergenza; le ech en cara la muerte de su abue-lo, el despojo de sus tierras, la esclavitud de losanimales, la quema del bosque. Y ya cansado deretarlo, le lanz el insulto ms terrible odo entre

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 93

    los leones : Cobarde!Ahora ya podrs lanzarme un insulto? pre-

    gunt el Len, furioso ante la pasividad de su ene-migo.

    -Claro! respondi el Hombre, apuntndo-lo con una especie de caa hueca en sus manos.sta es mi respuesta: Pum...!

    -Ayayaicito! -gimi el Cachorro. Nome grites ms, no me grites ms iba diciendo,mientras hua cojeando por el monte.

    "Razn tena mi finado padre -pensaba elLen, ya vuelto a la montaa. Si con un sologrito me quebr una pata, qu hubiera sido dem si el Hombre acepta pelear conmigo?"

  • El conejero del rey

    hacen miles de jvenes campesinos,Juan decidi un da echarse al camino en buscade trabajo. Su anciana madre le dio su bendicin,un consejo y una bolsa para el viaje.

    Camin todo el da, durmi entre unas matas yslo a la maana siguiente se acomod junto a unarroyo dispuesto a probar su escasa racin.

    Un tiuque se instal a su lado. Juan no se extra-, porque estos pjaros se instalan siempre juntoal campesino mientras ara los campos.

    -Tengo hambre -dijo el tiuque, djamecomer algo.

    Juan abri la bolsa y lo dej comer: Y ustedesno se extraen, porque lo mismo hacen los cam-

  • 96 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    pesinos: abren la tierra y dejan que los tiuquesvayan comiendo gusanillos.

    A cambio de esa atencin, los tiuques le avisancada tarde si llover o no al da siguiente. (Y seequivocan menos que la televisin.)

    Pero como Juan le haba convidado de su pro-pia comida, el tiuque le hizo tambin un regalopersonal: se arranc una pluma, la cort de un pi-cotn y se la pas al joven. No pareca ms queuna diminuta caa hueca.

    Cada vez que necesites ayuda dijo el tiu-que sopla en ella. Y encargndole que jamsse desprendiera de su regalo, alz el vuelo.

    Imitndolo a su modo, Juan emprendi el ca-mino.

    A medioda se encontr frente a la casa mshermosa, rodeada de los campos mejor cultiva-dos, que haba visto. All entr Juan a pedir tra-bajo.

    Lo llevaron ante el rey. Quin ms podaser dueo de un campo as y de una casa comoaquella?

    El nico trabajo disponible dijo el rey-es cuidar mi rebao de conejos. Pero debo adver-

  • 98 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    tirte que es un trabajo muy difcil, porque un brujodisfrazado de zorro me roba cada da un conejo.

    A m no me lo robar dijo Juan.Y debo advertirte tambin que ningn cone-

    jero me ha durado ms de un da, porque si por lanoche falta un solo conejo, yo le corto una oreja.

    -A m no me faltar dijo Juan.Al da siguiente, aclarando, sali Juan a pas-

    torear el rebao de conejos del rey. En una ex-tensa loma, los conejos mayores pastaban o roanraces, mientras los pequeos jugaban al pillarseentre los matorrales o a las escondidas en las pro-fundas cuevas. Juan se entretuvo probando todoslos frutos silvestres, luego busc un sitio som-breado y se larg a dormir.

    Cuando lleg la hora de rodear los conejos,tom su pluma de tiuque, sopl tres veces, pro-duciendo un sonido que no era de pito ni flauta,pero que los conejos obedecieron de inmediato,rodendolo alegremente. Y as los condujo al pa-lacio.

    La reina y la princesa salieron a presenciar eserepetido espectculo de la llegada de mil orejonesy la partida de un desorejado.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 99

    Uno, dos, tres, ciento, mil... Oh sorpresa!Aquella tarde no falt un solo conejo. Ni a la se-gunda. Ni a la tercera.

    Desde el mesn de la servidumbre hasta lossalones del rey, el tema de sobremesa haba lle-gado a ser uno solo: el conejero del rey. Ms querodear penosamente a esos inquietos animalillos,stos parecan seguirlo felices. Cmo eluda elhechizo del poderoso brujo que se transformabaen zorro?

    Hay que espiarlo propuso la reina despusde cenar.

    S dijo el rey , pero debe ser un secretode familia.

    -Yo lo seguir maana ofreci la prin-ce-sa.

    A la tarde siguiente, a la hora de reunir los co-nejos, el muchacho sopl la pluma tres veces ylos conejos llegaron desde los cuatro puntos.

    -Hola, Juanito dijo la joven, apareciendodesde su escondite.

    -Buenas tardes, princesa respondi Juan,dichoso de ver una nia tan hermosa, aunque mo-lesto por haber sido sorprendido en su secreto.

  • 100, CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    No me llames princesa, que he venido comoamiga a conversar y acompaarte. Sabes, Juani-to? Quiero que me vendas tu pito. Te dar lo quecobres por l!

    Eso s que no, mi princesa. No lo vendo pororo ni por plata.

    Que s.-Que no.

    Y as estuvieron, hasta que Juan le dijo:De venderlo, jams. Slo por una cosa lo

    negociara, mejor dicho, se lo regalara, mi prin-cesa.

    Bueno, pues, Juanito, t dirs.Que venga aqu y me abrace y me bese y me

    d un mechoncito de su cabellera para recordar-la.

    Eso s que no, Juanito, una princesa slopuede besar a un prncipe y ese prncipe tendraque desposarla y para desposarla tendra que ofre-cerle un palacio y...

    ...Y entonces consgase un palacio la in-terrumpi Juan, pero no el pitito este, que es devirtud.

    Que s, que no.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 01

    -Que no, que s.Hasta que la curiosidad y el inters pudieron

    ms en la princesa y ah tuvo Juan abrazos y be-sos y mechn rubio. Le entreg Juan el pito depluma y se fue la princesa muy feliz. Hasta que alpoco rato mira para atrs. Juan iba tras ella.

    -Y t, para dnde vas? Vete con tus oreju-dos, antes que te vayas desorejado!

    -Pero antes de irme contar mi tarde con laprincesa dijo Juan. Usted sabe que a nios yadultos de todos los tiempos les encanta meterseen la vida privada de los reyes y las princesas...

    (Eso es verdad, reflexion la princesa.)-Mira, Juan le dijo, te devuelvo

    tu pito y lleno de oro esa sucia bolsa que nuncaabandonas, con tal que esta misma noche te lar-gues del reino.

    Juan puso los ojos chiquitos, como si le costaramucho decidirse. La princesa, entretanto, se mor-da las uas de impaciencia.

    (No menos nervioso estaba yo, que ya vea albuen Juan arrancado a las pginas de mi cuentoy entrevistado por todos los periodistas del mun-do, mostrando en televisin un mechn de pelos

  • 102 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    rubios, testimonio indesmentible de sus amoressecretos con la princesa.)

    Por suerte Juan acept el trato, que la princesasell con un beso real, recuper su plumita de tiu-que, recibi el oro y se ech de nuevo al campo, avivir otras aventuras, que otros contarn.

    GLOSARIO 03

    Atus: de atusar, recortar y emparejar el pelo. Hablando delbigote, alisarlo.Binico: producto de la biotcnica, o procesos de automati-zacin. Se aplica a organismos artificiales inteligentes.Calcetas: calcetn largo, tipo media, generalmente de lana.Cap: vaina de ciertas semillas, como las arvejas o guisantes.Se dice tambin del aj entero.Causeo: fiambres u otras comidas fuera de hora. Se dicetambin de cualquier guiso especialmente sabroso.Chomba: otro nombre de la chompa, suter o pulver de lana.Chuchoca: maz cocido, secado al sol y molido, usado comoacompaamiento de varios guisos.Huaso: campesino; hombre de campo, y especialmente acaballo.Manda: promesa que se hace a la Virgen o a un santo, enpago de un favor concedido.Rancha: rancho: habitacin o casa muy pobre, dbil o enruinas.Refajo: prenda interior femenina, como una enagua de lana.Taimar: o taimarse: empacarse, negarse a andar o a trabajar.Tascar: mascar aparatosamente, haciendo sonar los dientes.Tiuque: ave de rapia, menor que el aguilucho, de plumajecaf amarillento. (Caracara chinango)

  • FLORIDOR PREZAutobiografa

    Uno tambin es personaje deun cuento que est escribiendo

    -Dnde naci? Cmo fue su infancia? y a quedad comenz a escribir?

    Estas suelen ser las preguntas ms repetidas porlos lectores, cada vez que alguna lectura pblica lesda oportunidad de encontrarse con los escritores.

    A medida que se va entrando en confianza las pre-guntas se van haciendo ms y ms comprometedoras:y?...y?y...?

    Pienso que una nota biogrfica debera respondersiempre sa y otras inquietudes del lector.

    Claro que la extensin de esas respuestas ser dis-tinta en cada circunstancia. No es lo mismo una visitaa una sala de clases que a una biblioteca municipal olas pginas al final de un libro de cuentos.

    Hubo en Santiago una Agrupacin de Amigos delLibro que invitaba a los escritores a contar su vida.

    Eso noms: contar su vida! Y ahora quiero mos-trarle al lector algo que escrib cuando me correspon-

  • 10 CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    dio. Es slo la primera pgina del libro que luego sepblico en la coleccin Quin es quin en la literatu-ra chilena, dirigida por Oreste Plath:

    Nac en Yates, golfo de Reloncav, en 1937, un dade octubre. De noche, porque de da haba otros que-haceres .

    A esa hora mi padre bogaba rumbo a Puerto Montt,en una pequea embarcacin en la que hubiera gus-tado tanto nacer. Qu gran comienzo para mi auto-biografa!

    "Nac a bordo de una pequea embarca-cin....", etc.

    Pero las cosas no se dieron a mi gusto entonces,ni nunca.

    Supongo que, adems de mi llegada al mundo, pa-saron otras cosas en esos alerzales de Cocham, peromi historia salta directamente desde la cuna a los piesde la cama de mi padre, seis aos despus, en plenacordillera Zaraos.

    ^El iba a recorrer los aserradores a pie, porque el in-vierno era duro, y no quera maltratar a sus enflaque-cidos caballos. Yo jugaba con un cordel y me lo pidipara amarrar sus altas botas. Pero no era un cordel: eranlas riendas de mi caballo de palo. l nunca me prestabalas riendas de sus caballos. Tampoco yo se las di.

    CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY 07

    Eso haba sido en la maana. Ahora atardeca.-Qu te pasa, pap?-Estoy enfermo, porque mi hijo me neg un mise-

    rable cordel para mis botas...me moj los pies... meresfri. Pero no se preocupe: talvez sane!

    Yo tena abuelos, tos, hermanas; haba pascuas,viajes, ros, veranos. Algo debi pasarme entre aque-lla primera noche del golfo y esta de la montaa.

    Algo deb hacer esos aos en el mundo. Pero estees mi primer recuerdo de infancia.

    Desde entonces he cometido maldades, graveserrores, injusticias, pero no he vuelto a sentirme tancanalla.

    All estuve, horas de horas, ms incurable que l,cuidndole, hasta que -en seal de reconciliacin-me ense un largusimo poema.

    Se llamaba " Mi padre". Jams lo olvid.

    Querido lector: el texto que leste (si lo leste) cru-za exactamente el diez por ciento de mi vida. Pero note aflijas: el restante noventa por ciento va a continua-cin drsticamente resumido:

    Estudi en escuelas y liceos de las provincias deLlanquihue, Osorno y Valdivia. Me titul en la Escue-la Normal Rural Experimental de Victoria.

  • 108. CUENTOS DE SIEMPRE PARA NIOS DE HOY

    Siguiendo a mis alumnos, he sido profesor de ense-anza bsica, media, preuniversitaria y universitaria.

    He escrito diez libros de poesa y ms de veintede divulgacin literaria, estudios de lenguaje o textoscomplementarios de la educacin.

    Alejado de escuelas y liceos, he inventado la ma-nera de no permanecer en las aulas, a travs de lasrevistas Apuntes, dcada de los 80, y sobre todo deTareas Escolares Zig-Zag.

    Soy director de Taller de Poesa de la fundacinPablo Neruda.

    En 1990 obtuve la Beca Fundacin Andes de Escri-tor en Residencia de la Universidad de Concepcin.Ese mismo ao fui invitado a una gira de charlas conestudiantes a travs de Suecia.

    En nuestra Amrica he realizado lecturas pbli-cas en Quito, Guayaquil, Cuenca, Lima, Arequipa...Y ms recientemente, en el Festival Internacional dePoesa en Medelln, en la Biblioteca Nacional de Bo-got (1995) y en la Feria internacional del Libro deBuenos Aires (1996).

    Sobre este libro: me complace de manera especialque haya sido seleccionado en una licitacin pblicadel Ministerio de Educacin de Bolivia...