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Cuentos de navidad 5ºb

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Adrián

Erase una vez un niño que Papa Noel se había

olvidado de darle los regalos a un niño

llamado Adrián pero Papá Noel ya había

llegado al Polo Norte. Entonces Papá Noel

volvió pero tuvo que volver sigilosamente

porque si le pillaban no podía volver a dar

regalos en esa casa. Pero ya habían quitado el

árbol. Entonces se le dejó debajo de la cama.

Y finalmente el niño pudo jugar con el regalo

que siempre había soñado, pero el niño

quería ver quien era Papá Noel. Entonces

decidió ir de vacaciones al Polo Norte, y justo

cuando llegaron llegó Papá Noel con sus renos

y se hicieron amigos.

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Araceli

Érase una vez una niña llamada Sara .Sus padres eran pobres vivían en una

casa de madera y apenas tenían comida y agua , todas las navidades

ponían el árbol juntos .El 31 de diciembre siempre intentaban invitar a la

familia con la condición de que trajeran comida . Cada año vendía

juguetes suyos para darle a su familia una cena rica , pero tenía pocos

juguetes y apenas sacaba 15 euros .Siempre para Papá Noel pedía comida

y turrones para comer . Sopa de verduras y pollo en salsa y arroz con

leche.

-Hola abuela gracias por traer la sopa de verduras y el postre .

-De nada Sara te lo mereces por vender tus juguetes y comprar turrones .

Ya habíamos cerrado la ventana para que no entraran ladrones .Y para no

resfriarnos .Yo mi iba a la cama . Era de día y Papá Noel había traido

comida . Para Reyes quería un cojín y para dormir un colchón para su

cama . Los padres iban todas las tardes a casa de los abuelos a que les

dieran un poco de comida . Ya era el día de Reyes y la familia se reunió

para cenar y se quedaron a dormir .En dos habitaciones de cinco en cinco.

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Un día antes de Navidad fueron 3 personas de nombre:

No me acuerdo, Malvatrón y Cacho ton…

Ellos pensaron aquel día que sería malo para todos menos

para ellos, que recibirían toooodos los regalos de su

pueblo.

Ese mismo día por la noche fueron a casa de todos los

vecinos del pueblo para coger las cartas, entonces al

siguiente día ocurrió lo inesperado ¡los malos tenían

muchos regalos! Menos las otras personas que no tenían

regalos. “Pues tú idea ha salido bien” dijo Cacho ton… a

Malvatrón pero No me acuerdo dijo que tenían que

devolver los regalos a la gente porque estaban tristes. Al

día siguiente todo la gente del pueblo estaba muy

contenta porque los arruinadores les devolvieron los

regalos.

Neco

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Érase una vez en un pueblo que estaba en

invierno, no paraba de nevar. Cayó un

sombrero por la chimenea de una casa .E l

niño de la casa que se llamaba Carlos cogió

el sombrero y se fue a dormir. Por la

mañana , Francisco ,el padre y Carlos

hicieron un muñeco de nieve le pusieron el

sombrero . Empezó a moverse y a hablar .

se quedaron sorprendidos , le metieron en

la casa y empezaron a hacerle preguntas .

Olaf el muñeco de nieve les dijo : ¿me

puedo quedar en vuestra casa por favor?

Carlos y su padre dijeron que si. Le

guardaron en la bañera, Olaf estuvo

ayudando en las tareas de la casa. Hasta

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que cuando llegó el verano

desapareció Sergio

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La navidad es un regalo

Había una vez una niña llamada Sara, que era muy pobre

y casi no podía alimentarse. Ella vivía con sus padres en

una casa vieja a las afueras de la ciudad.

Era navidad, y ver como todas las personas se divertían

poniendo el árbol y comiendo polvorones la entristecía

mucho.

Ella no podía permitirse esas cosas porque no tenía

dinero.Al atardecer, la niña se sento junto a su ventana y

pensó que haría si tuviera mucho dinero. Siempre había

soñado con tener u árbol de navidad y poder adornarle a

su gusto. De repente, la niña divisó por la ventana a otro

niño calzado, u con unos pantalones nuevos.

-Se estará muriendo de frío. pensó la niña.

Fue a hablar con el, y este le dijo que se había perdido.

La niña le devolvió a su casa y sus padres, en

agradecimiento, les dio un poco de limosna y pudieron

celebrar su esperada navidad

Elisa

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Natalia

Ya era Nochebuena y una familia pobre quedaba ilusionada por la magia

de la Navidad. Eran una madre, un padre una niña y un perro.

Susi (la niña), llevó su perro a pasear y cada paso que daba, Susi pensaba

en lo pobres que eran y, por un momento; se descuidó y cerró los ojos.

Pero el perro vio una luz y corrió tras ella. Ella pensaba:

_¿Cómo voy a sobrevivir a este duro y gélido invierno?

Cuando abrió los ojos; el perro no estaba. Por mucho que busco por todo

el pueblo de Villa nevada, de nada sirvió. La niña volvió a casa bajo la

nieve, sollozando por haber perdido a su único amigo. No tenía nada que

llevarse a la boca y para colmo su madre estaba enferma. Poco antes de

morir, su madre le dio una bola de cristal con un muñeco de nieve dentro.

Lo agito y miles de copos de nieve cayeron sobre el muñeco. Su pobre

madre falleció el jueves 25 de diciembre. Padre e hija doloridos la

enterraron en el jardín y se le dio el funeral que se merecía. El padre no

pudo soportarlo más; le dio toda la comida que tenía a su hija y por duro

que suene : se ahorcó.

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Erase una vez un niño llamado Diego que no

creía en el espíritu navideño, y tenía mal

comportamiento en su casa y en el colegio.

Y llegó el día antes de navidad. Papá Noel

sabía que Diego no creía en la navidad, y

decidió darle una lección. Cuando Diego

dormía se despertó de golpe y se encontró

un regalo en su cuarto. Lo abrió y en ese

instante se encontró en casa de Papá Noel en

el polo norte Diego no daba crédito a lo que

veía, se creía que era un sueño. Papá Noel se

acerco y le dijo: Sígueme Diego. Le enseñó

donde hacían los juguetes, los elfos etc…

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¡Tienes que creer en la navidad! Y tienes que

portarte bién dijo Papa Noel

Hernán

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Irene

Era por la noche y solo faltaban tres horas para que

los Reyes Magos empezasen a repartir los regalos.

Estaban preparando los camellos dándoles agua y

ensillándoles. Estaban ya montados en los camellos

para salir.

Fueron repartiendo regalos. Llegaron a la última

casa dónde había una niñita pequeñita de unos

cuatro años de edad. Miraron en los sacos que

transportaban los camellos y … ¡No quedaban más

regalos! Miraron en todos los sacos pero no no

veían ninguno. Se pusieron muy tristes al pensar

que una niña tan inocente se quedaría sin regalo.

Pensaron dónde se había podido quedar el regalo.

Así repasaron andando por todos los sitios que

habían pasado hasta que llegaron ha su

observatorio pero no vieron nada. Baltasar se fue a

sentar en una silla y notó algo raro, se levantó,

quitó el cojín y, en efecto haí estaba el regalo.

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Volvieron a la casa de la niña y le dejaron el regalo

al lado del belén. Estaba amaneciendo y cuándo la

ñniña se despertó los Reyes, Melchor, Gaspar y

Baltasar se s intieron muy felices por ver la ilusión

de la niña al ver y abrir su regalo. Al final, los Reyes

Magos se fueron con una sonrisa a casa por haber

hecho muy bien su trabajo.

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Adrián

DUENDES AL PLATO: Voy a compartir contigo un secreto que solo unos pocos niños privilegiados conocemos y que, por su importancia, tendrás que guardar en el fondo del cajón de los secretos, fuera del alcance de ningún padre, cubierto de valientes peluches que lo custodien. En el fondo de todos los platos hondos, los que usan los papás para la sopa, los caldos y las lentejas, viven unos seres tan diminutos que durante siglos se pensó que eran invisibles. Son tan pequeños que solo los ojos nuevos de los niños pueden verlos, y eso si se fijan bien y ponen mucho empeño. Después, en cuanto creces, por mucho que quieras tus ojos, no podrán volver a verlos. Son seres mágicos cargados de poderes de lo más variado que se pasan al que se los come. Yo, que no era muy amigo de la cuchara, siempre que tengo oportunidad me voy a comer a casa de la abuela, que no perdona un primero de plano hondo ni en verano y, come que te come, voy vaciando el plato y abriendo cada vez más los ojos para poder verlos al llegar al fondo. Y nunca me decepcionan. Allí están, con sus calzas marrones y su camisa amarilla, con el gorro picudo y unos divertidos zapatos cuyo color varía en función de los poderes. Si te comes uno con zapatos rojos, te aseguras el poder convencer a mamá y a papá de lo que quieras, el de los verdes te permite correr a la velocidad del viento, el de mocasines marrones te enseña a trepar a los árboles más chulos del patio del cole, las sandalias azules te hacen nadar casi sin rozar el agua y el de las botas naranjas te permite meter los pies en los charcos sin que entre ni gota de agua en los zapatos, el de los botines blancos y negros me hace leer y escribir como si ya fuera grande y no veas cómo

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se pasa con los cuentos que tengo en casa. Y así, cada día, voy conociendo tipos nuevos y probando sus poderes, sin reparar en que, a cada cucharada me voy haciendo más y más grande. Ayer cumplí 7 años y casi llego al timbre de casa de los abuelos, y eso que viven en un noveno. Para celebrarlo, me empeñé en que mamá me hiciera crema de zanahoria y, a medida que me acercaba al fondo y por más que me empeñaba, no veía duende alguno. Tan solo me quedaba una cucharada cuando apareció un tipo menudo con chanclas de playa llenas de peces y soles. Me acerqué tanto como pude para verlo bien y, el muy golfo, me llenó la nariz de crema de zanahoria mientras trataba de bajarse de la cuchara. Yo lo perseguí por el plato hasta darle caza en el borde, a punto de saltar a la mesa. Lo acorralé con miga de pan y lo subí de nuevo a la cuchara. Abrí la boca bien grande y, ¡para dentro! Saqué la cuchara limpia y reluciente justo en el mismo momento que sentí un fuerte pinchazo en la punta de la lengua. Abrí la boca, saqué la lengua y me quedé bizco tratando de ver qué tenía en ella. Pegado a la punta, agarrado como una garrapata, estaba el duende de playa enfadado y gruñón. Tosí, escupí y lloré, pero no me soltó. Traté de arrancármelo con los dedos pero se aferró tanto que casi me tuve que parar por miedo a arrancarme la lengua. Mamá, que siempre presume con las otras mamás de lo bien que como, no podía creer lo que veían sus ojos. Nerviosa, se acercó a mí tratando de tranquilizarme, pero lo único que consiguió fue descuajeringar el molinillo de pimienta que tenía en sus manos y hacer que todo su contenido saliese volando. La cocina se llenó de polvos que parecían pica pica y, sin poder remediarlo, estornudé con fuerza. El duende se subió a uno de los "perdigones" de mi estornudo y salió disparado, yendo a aterrizar a la comisura de los

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labios de mamá que, muy alborotada, se llevaba las manos a la boca y hacía, sin querer, que el duende se colase en ella. Un gran vaso de agua remató la jugada, haciendo que el pequeño ser terminase en el fondo de estómago de mamá en un periquete. Aquella tarde fue estupenda. Mamá se convirtió en una sirena que cabalgaba por el salón en un enorme caballito de mar. Jugamos hasta la noche entre peces y algas, conchas y arena. Al final del día, aquel fondo marino volvió a ser, en un suspiro, el salón de casa. Agotados nos fuimos a la cama. No volví a ver ningún otro duende, al menos hasta la fecha, pero sigo tomando sopas y caldos y fijando mi mirada en el fondo mientras hundo la cuchara y cruzo los dedos para volver a encontrarme con un duende en chanclas.

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Álvaro

Erase una vez un niño llamado Álvaro,

que no podía pasar la Navidad con su

familia porque era pobre y tenía que

pasar la Navidad pidiendo dinero, en la

calle, durmiendo entre cartones.

Un día, cuando estaba pidiendo en la

calle, una familia pasaba por allí .Y le

pregunto uno de esa familia: ¿quieres v

celebrar la navidad con nosotros? ¡Por

supuesto que sí! –dijo Álvaro.

Al final, Álvaro celebro la navidad con

esa familia .Álvaro ya nunca más fue

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pobre. Fueron felices y comieron

turrón.

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Erase una vez en un pueblo muy pequeño vivía una niña

llamada Carmen con sus padres y dos hermanos pequeños

y eran muy pobres, vivían en una casa que estaba en

ruinas porque no tenían dinero para arreglarla.

Estaba llegando la Navidad y no tenían para celebrarla,

Carmen quería tener una navidad con su familia y tener

mucha comida y regalos, porque todos sus amigos y

compañeros se burlaban de ella por ser pobre. Ella

siempre soñaba con tener una casa bonita y que no les

faltase nada. El día 25 de diciembre Carmen estaba en la

calle sentada y paso un señor llamado Claus por delante

de ella y le pregunto qué hacía allí sentada, porque no

estaba con su familia en casa, ella le contesto que en su

casa no había comida y estaba en ruinas, Claus la dijo

que le llevase donde sus padres y cuando llegaron a su

casa les dijo a todos que se fuesen con él para cenar en su

casa porque estaba solo. Cuando llegaron a la casa,

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Claus mando traer una gran cena y después les invito a

quedarse Lucía

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Pablo

Erase una vez 3 Reyes pero no

eran Reyes normales sino Reyes

Magos .El día 6 de Enero venían y

dejaban muchos regalos .Un niño

llamado Jon le gustaba mucho

los Reyes Magos .Pero un día se

olvidaron de Jon, y eso que se

portaba bien .Fue una aventura.

Los Reyes Magos volvieron por el

desierto los padres de Jon pero

………. Acababan de entrar por la

ventana .Y dijo Jon, aaaaaaaala

los Reyes Magos y le dieron el

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coche teledirgido que tanto

fantaseaba y todos fueron felices y

comieron turrón

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Samuel

Era una noche mágica, como siempre en Navidad, pero

este día era el mejor, porque venían Los Reyes Magos.

Había un niño llamado Alex que no creía en Los Reyes

Magos, y le querían dar una lección, decidieron entre los

tres Reyes que había que darle un susto de muerte y se lo

dieron.

Un día Alex salió con sus amigos de noche y se fueron a

un parque pero no se veia nada, de repente, salió de la

oscuridad un ser maligno o un monstruo llamado Olga y

se asustaron mucho todos, lo habían preparado todo sus

majestades.

Desde entonces Alex no volvió a decir que no creía en Los

Reyes Magos.

SAMUEL5B.

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Paula

Hace muchos años en el polo norte vivía Papá Noel y Mamá

Noel ,mirad os voy a decir el sitio justo donde vivían ,Laponia.

Mama Noel estaba cosiendo el traje y el saco, mientras que

Papa Noel estaba haciendo los últimos ensayos con los renos.

Quería que todo saliese bien porque se sentiría muy mal por

llegar tarde a la entrega de los regalos y decepcionar a los

niños.

Pero eso no paso así porque Papa Noel es muy aplicado y le

dio tiempo. La mañana de Navidad todos los niños pudimos

abrir nuestros regalos.

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Laura

Era verano, una familia se iba de vacaciones.

Vosotros pensareis, pues como una familia cualquiera

Pero no, no una cualquiera porque ese mismo día ellos

Iban a abandonar a su perro Pirata, Pirata ya se lo temía

Porque unos días antes ya escuchaba como hablaban

Para deshacerse de él. Tenía mucho miedo y no sabía que

Iba a pasar con él.

Pirata ya se había convertido en un perro vagabundo.

Se tiro todo el verano vagando por un barrio lujoso, le

Encantaba jugar con los niños. Un día lluvioso paso por

A lado suyo una niña llamada Laura, Pirata la empezó ha

Seguir, Cuando Laura se dio cuenta le cogió de su collar y

Se le llevo a casa. Al llegar a casa se le presentó a sus

Padres, insistió tanto, tanto que le dejaron que se quedara

unos

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Días pero antes le bañaron. Ya era de noche y la niña

estaba en su cama con su perro.

Laura le empezó a preguntarle cosas y el perro

Hablo. La niña no se lo podía creer ¡Pirata ha hablado!

Se bajó de la cama y corrió a donde sus padres.

Ellos no se lo creían pero la niña llevó al perro allí y

empezó hablar. Desde ese día los padres de Laura le dejaron

Quedársele para siempre y pasaron todas las Navidades

juntas, paso a ser uno más de la familia.