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Cuentos y Leyendas de Moquegua (Tradición Oral) 1997

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¿Quién no ha escuchado con sumo interés un relato de los labios del pueblo? Y cuando decimos pueblo, está en nuestros labios y en nuestros corazones, esa gente que con cariño, desinterés e impulsada por circunstancias de seres que ama o de intereses propios de la superación humana, día a día deja en las horas del tiempo y de la tierra que habita, lo más hermoso que guarda su alma sencilla, generosa y amplia, ese amor que construye y forma generaciones optimistas, que a pesar de los más duros reveses, siempre está alerta para la esperanza con una fuerza y una fe que cada vez más le sirve para afirmarse en el presente y lanzarse al futuro.De esas personas, los alumnos de la Especialidad de Lengua y Literatura I de la Promoción de 1997 del Instituto Superior Pedagógico Mercedes Cabello de Carbonera, en un breve pero cálido recorrido por las rutas de la tradición oral, de la imaginación plena de enseñanzas y motivaciones subliminales, fueron recogiendo o haciendo recordar estos sencillos cuentos y leyendas que se recuperan como un aporte para la literatura moqueguana.Este primer paso debe generar todo un camino. Es el reto que se plantea la Promoción de Lengua y Literatura 1997. Ojalá que también signifique la motivación para que otras promociones de nuestro Instituto tracen sus rutas en este sentido. Reconfortaría saber que no hemos trabajado en vano.

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TEXTO DIGITALIZADO POR VAF

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INSTITUTO SUPERIOR PEDAGÓGICO MERCEDES CABELLO DE CARBONERA

MOQUEGUA oooOooo

ESPECIALIDAD DE LENGUA Y LITERATURA I-97

CUENTOS

Y LEYENDAS DE

MOQUEGUA

(TRADICIÓN ORAL)

1997

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Primera edición: Moq uegua, setiembre de 1997. Impreso en Perú. @ Especialidad Lengua y Literatura I-97 del I.S.P. Mercedes Cabello de Carbonera. Panamericana Km3 – Yaravico. Digitación y Diagramación: Edic. SURVAF Asesor: Víctor Arpasi Flores Dibujos: Yeni S. Flores Silva

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A MANERA DE PRESENTACIÓN

Y

los

alumnos

de la Especialidad

de Lengua y Literatura I – 97

entregan como agradecimiento

al ISP Mercedes Cabello de Carbonera

-en su 32° Aniversario-

y a Moquegua este breve conjunto de cuentos y

leyendas, que la tradición oral

ha hecho llegar a esas páginas.

Podemos decir que hemos

cumplido con un objetivo.

Esto nos incentiva y compromete

a seguir cumpliendo con muchas más tareas de

la Especialidad que hemos elegido, en el

convencimiento de una vocación orientada

a la valoración del

esfuerzo y

creación

popula

res

*

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AGRADECIMIENTO

Al profesor Manuel Quispe Vera, Director del I.S.P.

Mercedes Cabello de Carbonera, y al profesor Rafael

Díaz Dueñas, quienes apoyaron nuestras actividades

literarias.

A todas aquellas personas que nos proporcionaron sus

relatos y sus experiencias, razón y realidad de este

pequeño libro.

A quienes de manera anónima, en el hogar, en la calle,

en el salón de clase, y en cualquier circunstancia,

alentaron nuestra preocupación creativa.

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INTRODUCCIÓN

¿Quién no ha escuchado con sumo interés un relato de

los labios del pueblo? Y cuando decimos pueblo, está en nuestros labios y en nuestros corazones, esa gente que con cariño, desinterés e impulsada por circunstancias de seres que ama o de intereses propios de la superación humana, día a día deja en las horas del tiempo y de la tierra que habita, lo más hermoso que guarda su alma sencilla, generosa y amplia, ese amor que construye y forma generaciones optimistas, que a pesar de los más duros reveses, siempre está alerta para la esperanza con una fuerza y una fe que cada vez más le sirve para afirmarse en el presente y lanzarse al futuro.

De esas personas, los alumnos de la Especialidad de Lengua y Literatura I de la Promoción de 1997 del Instituto Superior Pedagógico Mercedes Cabello de Carbonera, en un breve pero cálido recorrido por las rutas de la tradición oral, de la imaginación plena de enseñanzas y motivaciones subliminales, fueron recogiendo o haciendo recordar estos sencillos cuentos y leyendas que se recuperan como un aporte para la literatura moqueguana.

Este primer paso debe generar todo un camino. Es el

reto que se plantea la Promoción de Lengua y Literatura 1997. Ojalá que también signifique la motivación para que otras promociones de nuestro Instituto tracen sus rutas en este sentido. Reconfortaría saber que no hemos trabajado en vano.

Víctor Arpasi Flores

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Dedicatoria A la juventud mercedina cuyo ímpetu renovador viene forjando nuevas formas educativas en la tierra de la excelsa novelista y luchadora social: Mercedes Cabello de Carbonera A nuestros profesores que con el conocimiento y la afectividad modelan nuestros espíritus para la voluntad constructiva de la creación y la solidaridad A quienes siguen buceando en la imaginación popular el rescate de sus mensajes más hondos para ir cimentando una narrativa que venga y se devuelva al pueblo

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CONTENIDO

A MANERA DE PRESENTACIÓN (4) AGRADECIMIENTO (5) INTRODUCCIÓN (6) DEDICATORIA (7) CONTENIDO (8) PROMOCIÓN DE LENGUA Y LITERATURA I-97 (11)

EL PUQUIO DE LOS CAMARONES Recopilado por Alberto Álvarez Flores (14)

LOS DOS HERMANOS Recopilado por Brígida Arocutipa C. (16)

LA CABEZA VOLADORA Recopilado por Hugo Arpasl Ccopa (18)

EL CEMENTERIO Por Rosa Cervantes Mamani (20)

EL CUENTO DE LA SIRENA Recopilado por Santusa Coaguila Calizava (21)

EL ENCUENTRO ENTRE CAMBRUNEÑOS y CHILENOS Recopilado por Leonel Córdova Cuavla (22)

EL ENCANTO DE ACACOLLO Recopilado por (23) LA BRUJA Recopilado por Richard Nixon Cuavla M. (24)

LA APARICIÓN DE DIOS Recopilado por Lidia Chicalla López (27)

EL CARRO DE LA MUERTE Recopilado por Rosabett S. Felipe Huacán (28)

LA CABEZA Recopilado por Yenv Flores Huacho (30)

EL CONDENADO Recopilado por Melina Flores Saira (32)

LA HISTORIA DE LOS ÁNGELES Y SAMÉ Recopilado por Soledad Flores Silva (34)

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EL CHUYACHAQUI Recopilado por María Teresa Frías Peralta (35)

EL SEÑOR DE SAN CRISTÓBAL Recopilado por Silvia Gutiérrez Cuavla (37)

LA JOVEN ENCANTADA Recopilado por Héber1 Laura Quilla (39)

LA PRESENTACIÓN DEL DIABLO Recopilado por Milagros Mamanchura Poma (41)

LA APARICIÓN Recopilado por Judith Mamanchura Rojas (42) LA PAVA Recopilado por (44)

EL TESORO DE LAS LOMAS DE ILO Recopilado por Carlos J. Mamani Valdivia (45)

EL JUICIO DE SAN CRISTÓBAL Recopilado por Leonel Medina Tala (46)

EL MISTERIO DE LA OREJA Recopilado por Judit Meza Peñaloza (47)

EL TORO DEL CERRO BAÚL Recopilado por Elva Montero Ramos (48)

EL FUEGO MISTERIOSO Recopilado por Sonia E. Nina Calizava (49)

ESTUDIANTES EN El CEMENTERIO Recopilado por Genoveva Pari (51)

LO QUE PASÓ A UNA COSTURERA Recopilado por Delta Quispe Peñaloza (52) I

LA MANZANA DE ORO Recopilado por Yaneth Gladis Sánchez (53)

LA SIRENA DEL MOLLESAJA Recopilado por Anabel Torres Valdivia (54)

LOS MÚSICOS Recopilado por Sugey Valdivia Nina (55)

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LA SIRENA Recopilado por Dennv Villasante Laura (56)

EL CONDENADO Recopilado por Matilde G. Zambrano Cruz (57)

LA QUEBRADA ENCANTADA Por Fraín Ronald Puma H. (59)

LA PERSECUCIÓN DEL CONDENADO Por Carlos Jesús Mamani Valdivia (61)

LOS DIABLITOS DEL «ELEFANTE BLANCO» Recopilado por María Elena Flores Paco (63).

EL MÚSICO PERDIDO Por María Elena Flores (64)

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PROMOCIÓN DE LA ESPECIALIDAD DE EDUCACIÓN SECUNDARIA DE LENGUA Y LITERATURA I SEMESTRE

Aguilar Pineda, Bertha Flora Álvarez Flores, Luis Alberto Arocutipa Castillo, Brígida Arpasi Ccopa, Hugo Miguel Badoino Zeballos, Carla Giulianna Bernedo Ticona, Glenys Shirley Ccori Castro, Angélica María Cervantes Mamani, Rosa Milagros Chacolla Contreras, Marla Elena Chicalla López, Lidia Yony Coaguila Calizaya, Santusa Clotilde Colque Huisa, Amelia María Colque Marca, Robert Augusto Córdova Cuayla, Bernardo Leonel Cuayla Mamani, Rlchard Nixon Espinoza Flores, Andrea Guadalupe Falcón Puma, Lidia Matea Felipe Huacán, Rosabett Susy Flores Huacho, Lidia Yeny Flores Paco, María Elena Flores Saira, Melina Marietta Flores Silva, Yeni Soledad Frías Peralta, María Teresa Giorma Cama, Ernesto Gutiérrez Cuayla, Silvia Yvonne Huanca Quispe, Doménica Laura Quilla, Hébert Agustín Luis Nlna, Rafael Alipio Luis Nina, Winston Freddy Maldonado Chávez, César Augusto c Mamanchura Poma, Milagros Carmela Mamanchura Rojas, Judith Paula Mamanl Cabana, Luz Aurora Mamani Chávez, Yovanna Betty

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Mamani Valdivia, Carlos Jesús Medina Tala Leonel Percy Meza Peñaloza, Judit Elena Montero Ramos, Elva Lorena Nina Calizaya, Sonia Eloísa Pari Pari, Genoveva Puma Huanca, Ronal Fraín Quispe Peñaloza, Delta Fanni Quispe Vizcarra, Irma Graciela Ramos Pari, Rossy Rudy Reimúndiz Cruz, Margot Silvia Sánchez, Yaneth Gladys Segura Perca, Guisela Sotelo Jiménez, Adolfo Ricardo Tala Mamani, Edick Manuel Tito Escobar, Beatriz Torres Valdivia, Anabel Milagros Valdivia Nina, Sugey Milagros Vargas Morales, Nélida Mónica Villasante Laura, Denny Martha Zambrano Cruz, Matilde Geovana

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CUENTOS Y LEYENDAS DE

MOQUEGUA

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EL PUQUIO DE LOS CAMARONES

Recopilado de don Isidro Mamani por Luis Alberto Álvarez Flores

Antiguamente, cuando pocos eran los habitantes del pueblo de Muylaque, se tenía terminantemente prohibido aproximarse a determinadas quebradas, porque se decía que en éstas vivía el demonio. Se presentaba a las personas en forma de animales extraños y si alguien lograba verlos enloquecía para posteriormente morir.

Pasaron muchos años, y las recomendaciones fueron quedando en el olvido. Las nuevas generaciones construyeron sus caminos de herradura por estos lugares pasando por alto las advertencias de los ancianos.

A determinadas horas se oían conversaciones, risas y lamentos ajenos a las personas que por allí transitaban.

Dicha quebrada tenía cortaderas (1) en abundancia. Cierta vez se dirigió al lugar un grupo de jóvenes con mucha necesidad de las cortaderas. Uno de estos jóvenes de repente tuvo mucha sed y se dirigió a un ojo de agua o puquio que por allí había. Cuando llegó al puquio, vio con gran sorpresa en el agua unos inmensos camarones; los cogió y los escondió para no compartirlos con sus amigos, y los llevó a su casa. Allí preparó un suculento chupe de camarones. La familia, muy complacida, comió y bebió hasta la última gota del sustancioso chupe. No pasó

1 Cortadera. Paja utilizada para el techado de las casas.

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mucho tiempo, y la familia, toda la familia, murió. Según especulaciones de la gente, se dice que los camarones estaban encantados.

En la actualidad, el lugar es temido. A determinadas horas se oyen lamentos, música de quenas o conversaciones; se ven grandes serpientes, sapos y a una viejita muy arrugada y desconocida que parece pedir ayuda, pero las personas no se le acercan porque creen que puede ser también un encanto.

Los camarones siguen apareciendo en el puquio, pero nadie los coge. Las gentes pasan rápidamente orando o gritando para que nos les suceda nada.

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LOS DOS HERMANOS

Recopilado por Brígida Arocutipa Castillo

Dos hermanos, Manuel que era un gran hacendado y Jorge que era el hermano más pobre quien con su familia no tenía ni qué comer. Es así que Jorge decide que debía ir a trabajar a otro lugar; y parte una mañana despidiéndose de sus hijos y esposa con un poco de fiambre. Entonces, comienza a caminar y caminar, ya que en esos tiempos no existían carros. Cuando caminaba por el desierto para llegar al pueblo más cercano, de pronto, encima de un cerro, se le aparece un hombre. Él, educado, le saluda. El hombre le llama y le pregunta: ¿Adónde vas? Jorge le dijo a dónde iba y le contó todo lo que vivía su familia. El hombre aquel le pidió que le diera su fiambre porque hacía días que no comía. Jorge, a pesar de que también tenía hambre y sólo tenía ese poco de comida, se lo dio; luego ese hombre le pidió que se baje el sombrero, o sea, que se lo quite. Jorge obedeció. Al ratito, se lo devolvió y le dijo que regrese a su casa, pero sin voltear ni quitarse el sombrero; a lo que Jorge le preguntó: ¿Qué iba a dar a su familia? El caballero aquel le dijo que su familia lo necesitaba y que debía volver. Jorge hizo caso y regresó a su casa. Cuando llegó a su casa, le contó a su familia lo que le había pasado. Y cuando fue a bajarse el sombrero, allí en su cabeza había mucho dinero. Es así que comienza a comprarse muchas tierras, ganado y alimentos.

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Al ver esto su hermano, envidioso, le pregunta de dónde había sacado tanto dinero. Jorge le contó todo lo que había pasado. Manuel piensa que también irá para allá para que le den lo mismo. Es así que, en la mañana, parte Manuel con el mismo fiambre que llevó su hermano; y en el mismo lugar se encuentra con el caballero y sucedió lo mismo que pasó con Jorge, pero como él tenía hambre no le dio nada de su comida al caballero cuando éste se lo pidió; y tal como le dijeron a su hermano, igual le dijeron a él. Luego al regresar a su casa, pide a su esposa que le baje el sombrero, y al bajarlo le encontró que tenía dos cachos, pero no plata.

Entonces, al enterarse esto, Jorge recién se da cuenta de que la persona que le dio el dinero era Dios y que no debía ser egoísta ni querer engañar. Y la familia de Manuel comienza a fracasar a causa de este suceso que él mismo ocasionó.

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LA CABEZA VOLADORA

Recopilado por Hugo Arpasi Ccopa

Cuenta mi madre lo que le contó un amigo suyo de Torata. A dicha persona de niño le pasó lo que voy a narrar. De niño, tenía que ir a dormir a su chacra para cuidar la cosecha. Cierta noche, escuchó un sonido como si fuese de un pato, y él comenzó a imitar el mismo sonido y de repente se dio cuenta que venía hacia él; y miró que venía volando y a la vez rebotando una especie de cabeza, como de una persona, con alas. Él se asustó, pero reaccionó al instante, ordenando a sus demás hermanos que entrasen a la choza. Él entró a la choza y la trancó, mientras las cabezas golpeaban con tanta fuerza la puerta, que parecía que la iban a romper.

Los perros se pusieron a pelear con las cabezas; eran dos perros bien bravos. Se escuchaban los ladridos con los gritos que daban las cabezas.

Al día siguiente, salieron de su choza y vieron sangre, y el rastro les condujo hacia los perros. Éstos estaban muertos. Entonces, ellos se asustaron, y se dirigieron al pueblo en busca de su madre, la encontraron y le contaron lo sucedido. Ella les dijo que no debían imitarlo y mucho menos fastidiar a dicho ser maligno.

Según cuentan las antiguas personas que habitaban Torata, que por las chacras siempre se aparecían estas cabezas; según ellos decían que era una especie de ave maligna nocturna, que si pasaba por entre

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las piernas de uno era muerte fija para la persona, y que el secreto para ahuyentar a estas cabezas era ponerse en forma de cruz, con los brazos rectos y las piernas cruzadas.

Otras personas cuentan que estas cabezas son de las personas que se han dormido sin tomar agua y que en la noche sale la cabeza de uno para poder calmar su sed, y si ésta muere, uno muere.

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EL CEMENTERIO

Por Rosa Cervantes Nina

Cierto día dos jóvenes van al cementerio a poner flores a sus familiares, pero sus padres les encargaron también dejar las flores a un familiar que estaba en la parte de atrás (la más antigua) del panteón. Las jóvenes inocentemente van recorriendo el cementerio y llegan al sitio indicado, pero no encontraron el nicho del difunto. Sin que se dé cuenta de dónde aparece, a una de ellas se le presenta un señor de edad con sombrero de paja y camisa rosada, le saluda y le pregunta: «Señorita, ¿qué nombre está buscando?», y ella le dice: «A Flores Vizcarra», y el señor muy amable le da su mano para saludarla, y ella con temor le brinda la suya, y al tocarle la mano la nota seca y llena de polvo, y se asusta bastante pero trata de disimular. Ese señor la quería llevar a otro lugar, pero como Milagros, que así se llamaba una de las chicas, estaba asustada, le dice a su prima: «Yovanna, vamos, ya me acordé dónde es el nicho»; y el señor se despide con una sonrisa muy amable y desaparece entre los pabellones del cementerio.

Las dos jóvenes regresan muy asustadas a sus hogares, y cuentan lo sucedido a sus padres, que quedan muy asombrados por el relato. Cuando ya parecía que todo se iba a olvidar, a las dos semanas murió una de ellas, y la llevaron a enterrar por ese mismo lugar; ¿no les parece raro?

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EL CUENTO DE LA SIRENA

Recopilado de Bautista Ramos por Santusa Coaguila Calizaya

Hace cinco años atrás en el lejano distrito de Lloque, vivía un joven de nombre Juan. Cierto día se le apareció una señorita, la cual era idéntica a su enamorada, y le pidió que le acompañase a una fiesta de cumpleaños. El joven convencido de que era su enamorada, le complace el pedido, y se pusieron en camino ambos. Cuando llegaron al pie de una quebrada apareció un señor que se dirigía hacia el pueblo; el señor al ver que el joven se dirigía solo hacia el desierto y en horas de la tarde, le pregunta: ¿A dónde vas a esta hora? El joven le dice: Estoy yendo a una fiesta de cumpleaños con mi enamorada. El señor, sorprendido por la respuesta, le dice que no había ninguna fiesta por allí y que además no había ninguna señorita que le acompañaba, porque a simple vista no había nadie con él. Posteriormente, el señor lo regresa hacia el pueblo dejándolo en su casa.

Después de poco rato se le vuelve a presentar la misma señorita que le dice que por qué le había dejado sola, y se lo lleva de nuevo; pero esta vez, un grupo de jóvenes vio pasar al joven, gritando como un loco. Al ver esto los jóvenes le persiguieron tratando de alcanzarlo, pero éste no se dejaba atrapar; hasta que finalmente lo encontraron tirado a las orillas de un manantial botando sangre por la boca y la nariz. Los jóvenes lo trajeron de regreso a su casa.

La falsa enamorada era en realidad una sirena.

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EL ENCUENTRO ENTRE CAMBRUNEÑOS Y CHILENOS

Recopilado por Leonel Córdova Cuayla

Desde las primeras horas del día del rodeo que realizarían los pobladores de Cambrune, amanece el pueblo con sus calles vacías, limpias y silenciosas. Poco a poco los hombres se preparaban para ir al rodeo. Serían las tres de la mañana cuando ya partían para reunirse en las pampas de Chilligua donde todos los jinetes deberían reunirse para así juntar todo el ganado que lo habían dejado en los pastizales de la comunidad; pero antes de eso, ya sabían de la derrota de los peruanos en la batalla de los Ángeles en Moquegua. El alguacil de todo el grupo les había dicho que todos deberían llevar su onda. El grupo estaba conformado por cincuenta personas, cada uno con su caballo y su onda.

Era las nueve de la mañana y todos ya estaban listos y reunidos en el punto de encuentro, para así realizar el rodeo. El alguacil dijo que nos vamos a separar en cinco grupos. Los cinco grupos ya estaban separados cuando del grupo del alguacil, uno de los integrantes se dio cuenta de un grupo de personas en el cerro de Torrecillas. Los hombres estaban con una bandera. El alguacil y su grupo estaban en el cerro de Confital y el cerro de Ancuyo. Los cambruneños seguían caminando, después de media hora de camino se encontraron con los chilenos que estaban descansando.

Los chilenos les preguntaron a los cambruneños: «¿De dónde son ustedes?», y los cambruneños no les respondieron. Los chilenos dieron un disparo. «¡Alto! ¿De dónde son ustedes?», y los cambruneños les respondieron: «Nosotros no somos peruanos ni chilenos. Nosotros somos cambruneños». Entonces los chilenos murmuraron: «Creo que invadimos otro país». Y los chilenos se retiraron y los cambruneños seguían reuniendo el ganado.

Esto sucedió en las pampas de Costillas en el año de 1880.

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EL ENCANTO DE ACACOLLO

Recopilado por Angélica Ccori Castro

Hace mucho tiempo, de este cerro Acacollo bajó una señorita en forma de nube. Caminaba lentamente y se acercaba a la casa donde estaba viviendo un joven. Esa noche había venido tarde a la casa, y cuando estaba por llegar a la puerta se aparece la señorita y él no sabía qué hacer, porque el encanto se acercaba más y más. Corrió a la puerta y de la puerta volteó para ver si estaba la aparición, pero ya no estaba, y volvió a tocar la puerta. Eran las 12 de la noche. Unos han escuchado que lloraba un bebé en ese «callejón de los geranios». Otros, en una piedra grande y larga que hay por allí, encontraron una culebra grande y amarilla. Por eso todo el que no cree, muchos de ellos mueren. El encanto camina como una señorita con vestido rosado, largo, igual a las quinceañeras; mayormente encanta a los hombres y jóvenes.

Una noche, como a las diez, bajaba de Acacollo la señorita con dirección al taller que se encuentra más abajo del cuartel Mariscal Nieto. Entró directo a la casa. Allí, fue encontrada, sentada sobre la cama, por la señora de la casa. La señora volvió al segundo piso a buscar a su esposo; y cuando bajaron los dos para mirar, ya no se encontraba nadie: el encanto había desaparecido.

En esa casa la gente no puede dormir en el primer piso, que sólo es un taller de mecánica de carros; solamente duermen en el segundo piso, porque la señorita de Acacollo viene a descansar todos los días en el primero. Ahí siempre está, además las personas pueden desaparecer o volverse locas.

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LA BRUJA

Recopilado por Richard Nixon Cuayla M.

Cuentan que una vez, una noche de luna llena, un patrullero de la Guardia Civil encontró una pava caminando por la calle Lima de esta ciudad.

Los guardias pensaron que la pava había fugado de una de las casas, y, por esa noche, estaban de suerte porque al día siguiente comerían pavo al horno. Al momento de hacer querer subir la pava al patrullero opuso resistencia, por lo que optaron los guardias a golpear con garrotes las alas de la pava y así lograron subirla. La llevaron a la comisaría y le reportaron al sargento de servicio el sorprendente hallazgo de la pava. Inmediatamente corrió el rumor del hallazgo de la pava y los guardias que no estaban de servicio fueron los primeros que se levantaron a hacer su aseo y miraron por la ventanilla del calabozo y grande fue la sorpresa que en vez de una pava vieron una mujer desnuda. De inmediato dieron parte al sargento, y efectivamente encuentran una mujer desnuda que tenía los hombros moretoneados. Esta mujer le pidió al sargento que le preste un abrigo; entonces, el sargento pregunta a la mujer que cuál era su casa y cómo es que ella estaba convertida en pava, y ella responde que es una bruja y es por eso que se convertía en un animal y que su esposo era un suboficial del Ejército y que la noche anterior su esposo estaba de servicio; luego le pidió que la trasladasen a su casa antes de que llegue su esposo. La mujer le da los datos personales de su esposo. También le pidió al sargento que no dijera a nadie de lo sucedido; pero el sargento

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trató de ubicar al suboficial hasta que lo encontró y se fueron a un bar y mediante unos tragos el sargento le relató el caso de la mujer que era una bruja. Entonces el suboficial sabiendo lo de su mujer, se hicieron buenos amigos, y le pidió ayuda al sargento para descubrir el misterio de su mujer.

El sargento y el suboficial salieron con dirección al óvalo. Buscaban una explicación a lo sucedido y encontraron a un anciano vendiendo crucifijos de acero; y el sargento pregunta al anciano «¿Cuál es la fuerza negativa para Satanás?»; el anciano respondió: «El crucifico(2) de acero», y el suboficial compró el crucifijo y el anciano le recomendó cómo usarlo y que siempre debía cargarlo, y su mujer o bruja no tenía que verlo.

Un viernes por la noche el suboficial se dio cuenta de que su mujer se alejó de la cama con bastante cuidado y se dirigió al ropero de donde sacó un pequeño baúl que contenía unas velitas, un libro de magia, pomada y una estatuilla de oro en forma de gallito. La bruja pone la estatuilla en la mesa, lo cual había servido para hacer dormir mucho más profundamente a los que se encontraban en casa durmiendo. Su esposo no se durmió profundamente porque tenía el crucifijo que contrarrestaba el encanto de la estatuilla y observó todo lo que su mujer hacía: Primero se desnuda, luego dice oraciones con palabras mágicas y malévolas, luego se frota el cuerpo con la pomada, y la vela y se la introduce en el ano, y abriendo los brazos comienza a flotar y sale volando por la ventana sin abrirla. O sea todos los pasos dichos anteriormente le permitían traspasar paredes, ventanas y todo tipo de muros como un ser espiritual.

2 Crucifijo. La voz popular, en algunas oportunidades, suele decir «crufico».

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El esposo luego de observar todo, comienza a

repetir lo que hizo su mujer bruja y salió igualmente volando por la ventana hacia una oscuridad interminable, y fue percibiendo un sonido como de un silbido a medida que se iba acercando a la luz que vio de lejos, y el sonido iba aumentando. Al estar cerca se detuvo y vio perfectamente claro lo que pasaba. En esa luz se encontraban varias mujeres, dentro de ellas su esposa, danzando un ritual alrededor de Satanás. El esposo no pudo soportar el frío que hacía, y al eliminar gas votó la velita y sorpresivamente desapareció todo, y comenzó a caer y caer, hasta que cayó en medio de un barranco rodeado por cactos, y la mujer bruja lo buscó y lo encontró allí, y lo llevó de vuelta a su casa. Entonces, el esposo sin más explicación le pidió el divorcio y se separaron para siempre y nunca más se volvieron a ver.

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LA APARICIÓN DE DIOS

Recopilado por Lidia Chicalla López

Calacoa, durante la celebración del matrimonio de una pareja de jóvenes, quienes estuvieron en plena fiesta, donde apareció un viejito con los mocos colgantes, sucio y mal cubierto; en ese mismo instante, apareció un joven bien vestido, elegante y muy guapo, decía haber apostado con el viejito a quien iban a atender mejor.

La gente de la fiesta atendió mejor al joven, quien era el diablo, y maltrataban al viejito, quien era Dios. Todos le echaban de la fiesta y no le daban de comer. Entonces, la joven esposa que estaba embarazada, le limpia los mocos con su pollera, y los mocos se convierten en oro; en ese instante el viejito le dijo que subiera al cerro de Putunco, y si escuchara alguna bulla que no volteara, que solo mire cuando haya traspasado la cumbre del cerro. La joven esposa obedeció, pero al escuchar el bullicio volteó; y al hacerlo quedó convertida en piedra, y el bebito voló al cielo (Esto pasó en el cerro de Malpaso, Sacuaya).

Los transeúntes que van por esos lugares, dicen que la piedra existe en forma de mujer y que del ombligo brota un puquio de agua; y que el bebito es un santo de piedra, que al tomarle fotos sale reflejada su imagen.

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EL CARRO DE LA MUERTE

Recopilado por Rosabett Susy Felipe Huacán

Mi mamá nos cuenta que en mi pueblo llamado Cacahuara, distrito de Matalaque, donde casi con frecuencia se tenía que regar de noche, a eso de las 11 o 12 de la noche, ya que a esas horas llenaba el estanque o pozo de agua.

En uno de esos turnos, le tocó regar a mi abuelita. Como de costumbre, ella fue a regar sola, no quería que le acompañe mi mamá porque era pequeña; y así se fue; cuando ella ya se acercaba a la chacra, vio que venía a su encuentro un carro grande con luces potentes, y se asustó demasiado, ya que al pueblo no entraban ni aún entran carros, y no supo qué hacer si regresar o seguir avanzando; pero ella pase lo que pase avanzó más a la chacra para esconderse debajo de algún árbol o poder llegar siquiera a su chocita, que ella tenía por ese lugar para dormir cuando se le hacía tarde para regresar al pueblo. Cuando ya estaba cerca de su chocita, el carro estaba ya a diez metros más o menos de ella, y entonces corrió y alcanzó entrar a su casita y trancó su puerta con algunos troncos o palos que tenía; y el carro o féretro se paró en la puerta y empezó a pitear y a empujar la puerta. Y cuando ella miró por curiosidad, dentro del carro había bastante gente de toda clase con caras desfiguradas, y se aterrorizó y metió su cabeza debajo de su batán (donde ella molía maíz para cocinar).

Se envolvió con unas ropas viejas toda la cabeza para no oír nada. Y después de un largo rato, ella se destapó y vio que ya no había nada en la puer1a.

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Después quería pararse para ir a abrir el agua y regar, pero le fue imposible pararse y le empezó a salir sangre por la boca y por la nariz, y así amaneció como muerta ya que nadie había para ayudarle a esas horas, y así amaneció. Y como es costumbre, las personas van temprano a la chacra y se dieron cuenta que el estanque estaba rebalsando y como sabían que a mi abuelita le tocaba abrir, pensaron que quizá se había quedado dormida y uno de ellos se vino al pueblo a avisarle a mi mamá, y mi mamá le dijo que anoche se había ido; entonces se asustaron y fueron a buscarla; y cuando llegaron a su chocita la encontraron grave, llena de sangre. Se asustaron. No sabían qué era lo que había pasado y así se la trajeron al pueblo y la curaron, y cuando ya estaba un poco mejor, ella les contó lo sucedido; pero no se pudo recuperar del todo.

Siempre a ella, en cualquier momento, le salía sangre por la nariz y por la boca en gran cantidad, y así no tardó mucho en ponerse grave y murió.

El carro de la muerte o féretro dicen que existe y

aparece a eso de las 11 o 12 de la noche, porque varias de las personas de mi pueblo lo han visto, pero a ellos no les pasa nada porque según dicen que hay que tener fe en Dios y cuando lo ven ellos se persignan y no les pasa nada.

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LA CABEZA

Recopilado por Yenny Flores Huacho

Había una vez el dueño de una chacra que tenía que regar a las 4 de la mañana; tenía que madrugar desde su casa, porque su terreno quedaba más arriba del pueblo donde él vivía.

Esta persona se levantó temprano, en la madrugada, estando bien abrigado, alistó su herramienta de trabajo; comenzó a ensillar su caballo partiendo de su casa montado ya. Cuando avanzó por el camino todavía no había amanecido, todo estaba silencio. De repente en el lugar más estrecho de este camino su caballo ya no quiso avanzar.

El caballo miraba el suelo como si algo le estuviera impidiendo la pasada, entonces esta persona se bajó del caballo y vio en su delante -o sea en el camino- un terrón en forma de una pelota; pero él no se asustó nada, como no tenía miedo lo levantó con la lampa y lo botó hacia la quebrada; montó su caballo y siguió su galope. Cuando el terrón cayó hacia la quebrada se escuchó el grito de la cabeza que empezó a perseguirle y gritó cada vez más fuerte, entonces esta persona se asustó, e hizo correr su caballo, mientras que la cabeza venía a su alcance.

Cuando llegó al terreno que tenía que regar ya no se quedó allí; continuó por el camino corriendo con su caballo. Se sentía muy mal. Parecía que le iba a alcanzar. Llegó hacia un pueblito, donde él tenía sus amistades. Le tocó la puerta a su amigo, pidiéndole que por favor le abriera la puerta. Su amigo le abrió la puerta y entró a la casa. La cabeza llegó detrás de él... quería entrar... se

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daba la vuelta una y otra vez, gritando alrededor de la casa donde los perros aullaban.

Cuando amaneció empezó a callarse la cabeza. Salieron de la casa y ya no había nada. Sólo encontraron, él y su amigo, gotas de sangre alrededor de la casa.

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EL CONDENADO

Recopilado por Melina Flores Saira Esta historia comenzó muy repentinamente. Para ser más exacto en el año de 1810. La ciudad, la antigua ciudad «de la eterna primavera», estaba tranquila, hasta que en una noche se sintieron lamentos en una casa muy cerca al cerro que llaman El Siglo. Allí, una mujer lloraba desesperadamente con su hijo, y decía que se iba a ir con su hijo. Salieron desesperados hijo y madre.

No tenían adónde ir, porque no tenían familia

alguna y se fueron por el cerro para esperar que amanezca. Se llegaron a sentir muy temerosos, y buscaron un lugar donde cobijarse. La mujer estaba sangrando, porque su pareja le había golpeado demasiado la cabeza. Estaba ebrio el hombre que le había hecho esto. Llegaron a la cima y acomodaron lo poco que llevaban en el suelo y se acostaron. Tomaron el sueño. En un momento sintió el niño ruidos de llanto y quejidos. Se dirigió hacia donde venía el sonido y encontró a una persona que subía por el cerro muy apresuradamente. Era una persona descuidada, horrible, se fue acercándose cada vez más, y observó que tenía largo su cabello, con su barba y dientes sobresalientes, entonces escuchó que le decía desesperado:

―Ayúdame! El niño le preguntó: ―¿De dónde vienes? ¿Quién eres? Respondió: ―Soy una persona que está cumpliendo su

castigo, hijo. ¿Tienes agua? El niño le responde:

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―No. El hombre le dice: ―Te pareces tanto a mi hijo que se quedó aquí en

la tierra, hasta tienes la misma edad ―. Y o miraba engañosamente, porque lo que decía era mentira, sólo lo hacía para que se acerque el niño más y atraparlo para comérselo. El niño lo hizo con temor y el hombre se arrojó encima de él muy apresuradamente. El niño trataba a defenderse y gritaba:

―¡Auxilio! ¡Mamá! La mujer apresurada y desesperada corrió, y le

arrojó piedras al condenado. En eso, se cayó el hombre, y la señora se dio cuenta que no tenia pies, estaban cortados, o sea, gastados de tanto caminar. El individuo se alejó sin dar ninguna razón del porqué de su aparición y de su desaparición.

La mujer y su hijo contaban esto, todo lo que les

había pasado, y nadie les creía, hasta que escucharon cada día más estos sonidos. Estas personas eran enviadas a la tierra para que paguen sus pecados. Es decir, nuestro Señor les daba este castigo de que caminen por todo el mundo hasta que se les gaste los pies y recién podrían descansar en paz.

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LA HISTORIA DE ÁNGELES Y SAMÉ

Recopilada por Yeny Soledad Flores Silva

Hace años oí esta historia cuando estaba en el colegio, que se las relato a ustedes tal como me acuerdo.

Cuentan los antepasados que hubo cierta vez una pareja de jóvenes llamados Ángeles y Samé. En ellos surgió un gran amor. Se enamoraron profundamente, pero sus padres no querían tal unión, especialmente, Huaracane, el padre de Ángeles, que luchaba para separar esta pareja de jóvenes, pero no podía. Mientras tanto el amor entre ellos seguía creciendo, y de ese amor surgió un niño. Huaracane al enterarse se enfureció mucho, y encolerizado y dolido por lo sucedido trató de robar al niño, pero no pudo lograr su objetivo. Y como no hubo otra solución, mandó a robar al niño y ordenó que lo enterraran en un baúl. La madre al enterarse que su pequeño había desaparecido, lo buscó junto con Ángeles, pero no lograron encontrarlo. Afligidos por la pérdida de su bebé, Ángeles se convirtió en un cerro, el que ahora llamamos el cerro de Los Ángeles, y Samé se tendió por el suelo, lo que hoy es el pueblo de Samegua.

En cuanto al padre de Ángeles, alegre por el triunfo de haber separado a los amantes, los dioses lo castigaron convirtiéndolo en el cerro Huaracane. En cuanto al bebé de Ángeles y Samé, en el baúl, fue creciendo y creciendo, y hoy en día lo conocemos como el cerro Baúl.

En conclusión, el cerro Baúl es el hijo del cerro Los Ángeles y Samegua; y Huaracane es el abuelo del cerro Baúl. Todos conforman una familia que un día no pudo unirse por culpa de Huaracane.

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EL CHUYACHAQUI

Recopilado por María Teresa Frías Peralta

El relato de tradición oral que a continuación les voy a narrar, es un relato que desde muy niña lo escuché en mi tierra.

Cuentan los antiguos moradores del pueblo de Iberia, pueblo que se encuentra en la selva, en el departamento de Madre de Dios.

En estos pueblos de la selva se cree mucho en los duendes. Cuentan que una señora se fue al pozo a lavar, llevando consigo al menor de sus hijitos ya que no podía dejarlo en su casa solo; mientras la señora lavaba, el niño jugaba alrededor del pozo. De pronto no escuchó la voz de su niño y se fue a buscarlo y vio que un hombre pequeño con un sombrero muy grande iba corriendo y el niño lo perseguía, perdiéndose cada vez más en el monte.

La madre corría desesperada para poder

alcanzarlo, pero se dio cuenta de que era inútil, y como ella ya había escuchado hablar acerca del chuyachaqul, que hace que las personas lo persigan hacia adentro de la selva, en la cual uno se va perdiendo, regresó al pueblo a contar dicho suceso a la policía. Salió una brigada de rescate para encontrar al niño, pero dicha brigada no logro hallar al niño. Luego buscaron a personas que conocen la selva para que puedan rescatar al niño que supuestamente se encontraba perdido en medio de la selva.

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Relatan que el niño fue encontrado a los cinco días en estado de deshidratación y muy asustado, casi loco y con heridas en el cuerpo, ya que se había rasguñado con las espinas de las plantas.

Gracias a Dios, esta señora pudo recuperar a su niño. Cabe decir que en la selva la gente es muy creyente de estos sucesos que tienen algo mágico, por eso siempre recomiendan no dejar solos a los niños, porque se los puede robar el chuyachaqui.

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EL SEÑOR EN SAN CRISTÓBAL

Recopilado por Silvia Ivonne Gutiérrez Cuayla

Cierta vez este hecho sucedió en el pueblo de San Cristóbal. Un día como cualquier otro día, una pareja decide contraer matrimonio y posteriormente llega la fecha señalada del matrimonio; y estaban festejando con alegría y entusiasmo muy felices por el matrimonio.

Los familiares y padrinos recibían a los invitados, y se sorprendieron cuando vieron a un señor que se acercaba bien vestido, elegante; se acercaba a felicitar a los contrayentes del matrimonio. Él fue bien atendido. De pronto se apareció un anciano todo traposo, tenía la ropa desgastada y rota, con la flema afuera y de color verdoso; estaba todo sucio. La gente lo observaba con repulsión una y otra vez.

No veían la hora en que se marche de la fiesta, pero el anciano fue a pedir un poco de comida; la gente le respondió que ya no había comida; y todos murmuraban que se fuera, porque daba un mal aspecto en la fiesta. Con la ruidosa música, algunos no se dieron cuenta de que los padrinos habían planeado expulsarlo de la fiesta a las malas. Efectivamente, usando la fuerza lo expulsaron. El anciano se fue dando sus últimas miradas a la fiesta.

El anciano al ser expulsado de la fiesta se encuentra con una señora embarazada. Esta al ver al anciano sintió compasión. El anciano la observaba una y otra vez con unos ojos brillantes y llenos de esperanza. La señora al darse cuenta de la flema que le salía de la nariz, que embarraba su rostro, agarró su pollera y lo limpió. De inmediato se dio cuenta de que habían quedado trozos de

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oro. Muy sorprendida la señora lo llevó a su casa. El anciano le preguntó:

―¿Su esposo? ―La señora le respondió que sí estaba. El anciano le dijo que fuera a Ilamarlo. La señora fue a Ilamarlo. Al regreso, el esposo al ver al anciano se sorprendió y también sintió compasión.

El anciano le pidió una Iliclla nueva a la señora, y ella fue a sacarla de un baúl que tenía. La señora se la dio al anciano y él se limpió la nariz. La flema se quedó convertida en plata y se lo dio a la señora. El anciano le dijo que se marcharan del pueblo, pero antes tenían que rociar todo alrededor de su casa con ceniza. Los cónyuges obedientes alistaron sus cosas.

Ya casi listos para partir, el anciano les prohibió que volteasen la mirada. Los cónyuges partieron del pueblo que seguía de fiesta, mientras que ellos seguían el camino señalado, sintieron una lluvia de arena; caminaron lo más rápido que podían, mientras que en el pueblo caía una lluvia de arena que lo estaba enterrando entero. Se sentía unos gritos que llegaron hasta la pareja que ya casi estaban perdiendo el cerro, pero tanta fue la curiosidad de ellos que, desobedeciendo al Señor, voltearon la mirada al pueblo y observaron que el pueblo se perdía en polvo, que el Señor los había castigado... Ellos por desobedecer fueron convertidos en piedra, pero el angelito de la señora que tenía en su vientre salió a los cielos.

Ellos recibieron el castigo de quedar convertidos en piedra por haber desobedecido una orden del Señor, y el pueblo desapareció porque se burlaron y por haber expulsado de la fiesta a un pobre anciano.

Hasta ahora se pueden observar las estatuas de piedra en San Cristóbal, en una parte elevada y en medio de una quebrada.

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LA JOVEN ENCANTADA

Recopilado por Hébert Laura Quilla

Se cuenta que en un pueblo del Cusco, cier1a noche un joven se encontraba haciendo servicio de taxi; recorría por una carretera muy transitada, en la que ningún taxista recogía a una joven de vestido blanco. La joven parada allí levantaba la mano a un costado de la carretera. El joven taxista la observó y se le acercó y le dijo:

―Señorita, a dónde quiere ir que yo la llevo. Y la joven le contesta: ―Voy al pueblo. ―Entonces, súbase que yo la llevo ―manifestó el

joven taxista―; súbase que inmediatamente la llevo al pueblo.

En el camino, entablaron una conversación amigable y se fueron a pasear al pueblo ambos. Y así pasaron las horas, y la muchacha le dijo:

―Creo que ya es tarde y me tengo que ir a mi casa―. Y el joven taxista se ofreció a Ilevarla, luego la muchacha exclamó:

―¡Tengo mucho frío! El joven le dice: ―Yo te presto mi casaca. ―Ya, luego mañana, en el día, la vienes a recoger

a mi casa. Y, así, ambos se fueron hasta el borde de la

carretera donde la había recogido. La muchacha se bajó del auto diciendo:

―Yo aquí no más me quedo; yo me voy sola, porque aquí cerca se encuentra mi casa.

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Y ella se fue, perdiéndose en la penumbra de la noche.

Al día siguiente, el joven muy emocionado va a la casa de la joven. Toca la puerta y sale una señora:

―¿A quién busca, joven?―, le pregunta. Él le contesta: ―Busco a una señorita llamada Vanesa. La señora le contesta: ―Sí, aquí vive, pero ella falleció hace un año. El joven le dice: ―No puede ser, si ayer nomás estuvimos

paseando. Y la señora le dice: ―Joven, si usted no cree le voy a enseñar su

foto― y efectivamente le muestra la foto de la joven con quien había salido, y el muchacho se sorprende:

―¡Sí, sí, ella es, pero no lo puedo creer! La señora le dice: ―Ya que usted no me cree, le voy a enseñar la

tumba de mi hija ―y van al cementerio, pero al acercarse, ambos se sorprenden porque sobre la tumba se encontraba la casaca del joven.

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LA PRESENTACIÓN DEL

DIABLO

Recopilado por Milagros Mamanchura Poma Un día, por la fecha de carnaval, en el pueblo de N.N. se le presentó el diablo a un caballero.

Todo comienza cuando, en una familia, un caballero, es decir, el padre de esa familia, realizaba sus labores del día: regaba, cultivaba... Cierto día a este padre de familia le tocó ir a regar sus chacras que quedaban muy lejos de donde vivía, y partió de su casa a la 1 :00 a.m., y por el camino que estaba recorriendo se le presentó el diablo, que a las personas débiles las mataba; pero este padre era tan valiente que tuvo coraje para enfrentársele ya que llevaba consigo una pala, y con esta pala le pegó al diablo en la cabeza, y el diablo quedó tendido en el suelo.

Después el padre de familia continuó su camino hasta llegar a su destino y realizó la labor pensada y al regreso a su casa, en el camino, en el lugar donde tuvo su pelea con el diablo, en vez de encontrar a alguien se dio con la sorpresa de que el diablo era un conjunto de huesos, y siguió su camino sin dar importancia a todo lo que le había pasado. Pensó que ya era una experiencia vivida.

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LA APARICIÓN

Recopilado por Judith Paula Mamanchura Rojas

Cuentan que en el año de 1984 cerca del puente una señora vio algo de aspecto fantasmal que se movía y que se dirigía a ella. Atemorizada, lo único que se le ocurrió fue salir de ahí corriendo para no ser alcanzada. Cuando de pronto, aquella mujer atemorizada, se dio la vuelta a la inversa, vio otro fantasma que también se dirigía hacia ella. Al no poder mover las piernas, porque estaba nerviosa, sí, pues, estaba nerviosa que quiso gritar y no pudo.

Ella pensó: ¿Y si doy la vuelta al otro lado? Entonces correré, se dijo, y así lo hizo, porque el miedo para no ser alcanzada por estos demonios era grande, pero cuando volteó ya no vio nada. Quiso correr, pero lo que pasó fue que las piernas las tenía inmóviles, era como si algo le sujetara para que no pueda moverse. Y dio la vuelta hacia atrás y no vio nada. La señora que sola estaba ahí se propuso orar y rezar. Esto hizo como una hora. Después empezó a caminar, y volvió a su casa. Eran como las 12:00 de la noche. Esto sucedió un sábado en Moquegua.

Buenos, sigamos con el relato. Luego al llegar a su

casa, contó a su esposo lo que le había sucedido, y éste a su vez le relató que había soñado que huía de dos fantasmas de blanco que le perseguían. La señora se asombró de lo que le contó su esposo.

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En la vecindad había una mujer antigua, una viejecita que sabía lo que había pasado, les dijo:

―Ustedes son insensatos, ¿acaso no se dan cuenta de lo que pasó? Hace muchos años, ustedes perdieron dos gemelos; éstos murieron cuando iban a nacer, pero la madre se salvó. Estas dos almas ahora penan porque tenían vida por delante, un futuro para poder vivir; ellos querían vivir y Dios, nuestro padre, los mandó para que los salven, pero ustedes se atemorizaron y los rechazaron. Ahora deberán acudir y llevar a un padre para su arrepentimiento en el cementerio.

La señora se llamaba Brígida y su esposo Mario. Aquéllos eran muy amigos de mi mamá y papá y le contaron lo sucedido; nadie más lo sabía, y éstos me lo contaron a mí, y ahora yo se los cuento a ustedes.

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LA PAVA

Recopilado por Yovanna Mamani Chávez

En Moquegua, donde hoy es el colegio Santa Fortunata, en la placita que está al frente, una mujer se convertía en una pava para ver a su marido que le era infiel, y era de esa manera que podía descubrirlo.

Ella escuchaba rumores de que su marido le era infiel; y ella, según lo que cuentan, era una bruja que se convertía en pava para ver a su marido, y cuando estaba así convertida quisieron atraparla, y al perseguirla le dieron golpe en un brazo y la hirieron. Y ella de lo que era una pava volvió a ser una mujer tirada en el suelo sangrando... con la cabeza cortada.

Eso es lo que cuentan. No sé si será verdad, pero algo de cierto tendrá.

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EL TESORO DE LAS LOMAS DE ILO

Recopilado por Carlos J. Mamani Valdivia

Antes era costumbre que los patrones del valle manden a pastar su ganado a las lomas de Ilo. Una vez, un pastor llevaba el ganado de un lugar a otro, y a lo lejos mira un bulto, conforme se acercaba distinguía mejor el bulto, y cuando llega se sorprende porque era una piedra grande y al costado de ella se encontraba una caña que estaba bien firme; encima de la piedra había siete herrajes de mula de la época del virreinato, y los llevó consigo para mostrarle a su patrón de tal hallazgo.

Cuando mostró los herrajes a su patrón, éste se quedó sorprendido de lo que le contó el pastor. Y estaba tan intrigado que a su vez lo comentó con su mejor amigo, y se ponen de acuerdo para ir a verificar si era cierto o no. Cierto día emprendieron el viaje a caballo muy temprano; galoparon durante trece horas y llegaron a una aguada donde pasar la noche, descansar y poder alimentarse. En la noche hicieron una fogata para espantar a los animales salvajes que allí existen. Al día siguiente continuaron a pie; durante la caminata ambos se perdieron en la búsqueda de la piedra y sólo uno de ellos llegó a encontrarla y se dio con la sorpresa de que allí habían siete cargas de mula de puro oro que los españoles en la huida del Perú abandonaron porque las mulas cansadas ya no podían seguir, y las mataron y enterraron con el oro. La piedra y la caña eran la señal de que allí habían dejado el oro.

Para la mayor sorpresa del hombre fue cuando él iba a escarbar y querer sacar el oro, unos buitres llegaron y lo sacaron a aletazos, picotazos y embestidas, que tuvo que huir desesperado, y cuando se encuentra con su amigo le relata lo sucedido y se regresaron desesperados a sus casas. Después los amigos se separaron y no volvieron a hablar del tema por miedo al demonio que ellos habían visto como buitres.

Con el tiempo muere uno y el otro cayó muy enfermo, y lo único que hizo fue contarle a su nieto esta interesante historia, y el nieto le prometió que algún día volverá a ese misterioso lugar en medio del desierto.

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EL JUICIO DE SAN CRISTÓBAL

Recopilado por Leonel Medina Tala

En la localidad de San Cristóbal se festejaba un matrimonio. La gente del lugar bebía, comía y festejaba la unión de las dos personas.

Había dos señores, el primero era un acaudalado, bien parecido y de gran presencia; el segundo, un señor andrajoso, sucio y que no llamaba la atención de nadie de los del lugar. El acaudalado señor recibía la atención de todos; le ofrecían los mejores platos y los mejores tragos; posteriormente se convirtió en el centro de atracción de la fiesta.

Una señora pobre y quien no participaba de la fiesta, al señor andrajoso, se lo llevó a su casa viendo que nadie se fijaba en él y que no recibía ninguna atención. La señora le dio de comer y beber, y ese señor le preguntó:

―¿Tienes esposo, hijos? ―Si ―le contestó la señora. Entonces, el señor le dijo: ―He visto en este pueblo la lujuria y la pérdida de fe a

nuestro Señor; la gente es mala y pecadora; por eso el Señor va a destruir a este pueblo. Lleva a tu esposo e hijos, y váyanse de aquí. Tus pertenencias y tus animales quedarán intactos, y por más que escuches lamentos, quejas, llantos no vas a voltear, porque si lo haces quedarás convertida en piedra.

Y la señora hizo todo lo que el Señor le dijo. Llevó a su esposo e hijos y los encaminó fuera del pueblo.

Momentos después sucedió todo lo dicho anteriormente. Una tormenta tenebrosa se presentó. La gente se lamentaba y gritaba y sus cuerpos se perdían en el cielo.

La señora no resistió más el dolor y la curiosidad de ver lo que sucedía miró para atrás y en el mismo instante quedó convertida en piedra.

Los dos señores eran DIOS y el DIABLO, quienes hicieron una apuesta de quién sería tomado en cuenta. Dios al ver que la gente del lugar había perdido toda muestra de fe hacia Él, decidió por destruir el pueblo.

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EL MISTERIO DE LA OREJA

Recopilado por Judit Meza Peñaloza

Cuentan las señoras de edad avanzada que cierto joven vivía por la calle Huánuco, se dedicaba a la crianza de chanchos, los cuales vendía para mantener a su mamá y su hermana con quienes vivía. Ellas salían todas las mañanas a recolectar restos de comida que las personas desechaban, para la alimentación de estos animales: Cierta noche que estas mujeres regresaban a su casa bajo una torrencial lluvia, al pasar junto a la puerta de la Iglesia vieron a un anciano herido pidiendo ayuda porque lo habían asaltado y golpeado. Ellas en lugar de ayudarlo empezaron a reírse y burlarse del pobre anciano; de pronto le vieron un brillo misterioso en sus ojos, era algo terrible que asustaba; el miedo que sintieron les penetraba los huesos...

Las mujeres se asustaron y empezaron a correr. Esa noche, el hijo varón tenía que salir al corral de los animales para separar el fango que se acumulaba con la lluvia, y uno de los animales quería atacarlo, entonces, él se defendió con la lampa que llevaba en la mano dándole con mucha furia un lampazo y le hizo caer, la oreja. Asustado regresó a su casa y encontró a su madre llorando. Cuando ella lo miró a los ojos, dándole el rostro, se dio cuenta de que ésta estaba llorando y tenía el rostro sangrando... Resulta que su madre ¡no tenia oreja!

Se cree que el anciano era un ser misterioso que provocó todo esto para enseñar una lección a las mujeres, y sobre todo a la madre por no ayudar a su prójimo.

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EL TORO DEL CERRO BAÚL

Recopilado por Elva Montera Ramos

Según nuestros antepasados cuentan que en el cerro Baúl existen muchos cuentos. A través del tiempo se ha ido conociendo sobre dichos cuentos.

En el cerro Baúl comentan que han visto salir un toro barroso que arrastra una cadena; esta cadena es gruesa y larga. Este toro es encantado, porque sale en horas malas.

El toro sale corriendo y arrastra la cadena, pero aquél que ve el toro se convierte en una piedra y nosotros no lo sabemos.

También dicen que aquellas piedras posiblemente sean seres humanos que vieron al toro del cerro Baúl.

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EL FUEGO MISTERIOSO

Recopilado por Sonia Eloisa Nina Calisaya

Este relato es breve y misterioso. Trata de un humilde joven que estaba culminando sus estudios superiores. El decide viajar al pueblo de sus padres, quizá para conseguir dinero para su título profesional.

Él permaneció un breve tiempo con sus padres ayudándoles en los quehaceres de sus tierras; ya quedando muy poco para su retorno a la ciudad, decide dar una caminata hacia un cerro muy cercano para poder despejar su mente y dar una solución a sus problemas económicos.

Estaba muy preocupado que no se dio cuenta del atardecer que avanzaba. Cuando decide volver, de pronto se le aparece una pequeña llama de fuego muy ardiente, el joven sorprendido no halla qué hacer. De pronto reacciona, y repentinamente recuerda a su abuelo, quien le dijo que si alguna vez viera una llama de fuego colocase una navaja, y así lo hizo.

Pues, decide regresar al pueblo en busca de sus parientes y contarles lo que le había sucedido, pero no encontró a nadie más que a su tío Vidal y le contó lo que vio.

Fue con su tío que recurrieron a visitar a un leedor

de naipes; éste les dijo que bajo esa llama ardiente había un cofre lleno de oro, pero la condición de poder extraer dicho oro debería intercambiarse con un ser humano, que de esa manera el oro no causaría ningún mal.

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El joven y su tío fueron al lugar donde se encontraba la navaja, llevando consigo un animal el cual sería intercambiado por el oro, porque no podían hacerlo con un ser humano. Al llegar al lugar, comenzaron a cavar un hoyo debajo de la navaja, donde muy pronto encontraron un cofre tallado de piedra del cual salía un vapor muy fuerte, el cual podría ocasionar algún mal. Y así fue, este vapor dañó los ojos del joven, quien estaba medio mareado, porque mientras cavaban el hoyo, el tío le daba de beber vino al joven.

El tío tomó sus precauciones y al abrir el cofre vio

que estaba lleno de oro, el cual extrae rápidamente. Cegado por la ambición decidió enterrar al sobrino inconsciente.

Este hombre inescrupuloso regresó al pueblo en busca de su familia y bienes que le correspondía para luego darse a la fuga sin explicación alguna. Y nadie supo más de él.

Nunca sabremos el cómo y por qué se les presenta a algunas personas estas llamas ardientes que cobran una vida por el intercambio de su contenido, ya sea animal o humana. Tampoco sabremos de dónde provienen esas riquezas, unos dicen que son tesoros de incas que tienen ansias de dar sus tesoros al ser más necesitado. Otros dicen que es tesoro de los españoles, pero no sabemos a ciencia cierta de dónde provienen. Este fuego misterioso se convierte en fuego diabólico en muchos que les hace cometer hasta crímenes.

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ESTUDIANTES EN EL CEMENTERIO

Recopilado por Genoveva Pari Pari

Un día, cuando yo estudiaba, un profesor de Odontología nos había pedido seis dientes, los que debían estar en condiciones perfectas, sin caries. Lo cual para nosotros era muy importante porque sería para la evaluación final. Sin más que hacer, lo primero que se nos ocurrió fue ir a un cementerio para extraerlos de los difuntos. Es así que en el día fuimos a ver el sitio de donde los íbamos a sacar.

En la noche, cerca a las 10 de la noche, todos nos reunimos en un lugar privado; todos con sus materiales para realizar el trabajo, y también con un poco de licor. La mayoría eran hombres. Fuimos al lugar que habíamos fijado en el día. El sitio estaba movido y nada pudimos hacer; asustados tuvimos que buscar otro difunto para poder escarbar; pero en la oscuridad se nos hizo muy difícil encontrar otro; aunque todos opinaban que deberíamos realizar el trabajo.

Esa noche, sin más que hacer nos pusimos a escarbar. Los hombres eran los que realizaban el trabajo y las mujeres estábamos de cuclillas y muy temerosas esperando que sea pronto. Y cuando estaban trabajando alguien dijo: «Viene alguien corriendo»; y cuando yo volteé la mirada era verdad. Corrimos todos sin voltear3 para atrás, y cuando nos dimos cuenta, uno de nosotros faltaba. Alguien dijo que deberíamos regresar y que no nos asustáramos; de repente era el panteonero. Regresamos; y el compañero también ya se venía. Cuando estuvo junto a nosotros él nos interrogó: «¿Por qué corrieron, si no había nada?»

Es así que esa noche, aproximadamente a las 2:00 a.m., entre sustos, volvimos a casa sin haber efectuado el trabajo.

3 En el habla popular suele pronunciarse y escribiré «voltié» y «voltiar», es decir, volviendo

diptongo a los hiatos ee y ea, lo cual es algo inconveniente.

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LO QUE LE PASO A UNA COSTURERA

Recopilado por Delta Quispe Peñaloza

Cuentan que una costurera que se ocupaba de hacer vestidos, que trabajaba desde muy de noche en su trabajo, era muy curiosa. A los ruidos que escuchaba en la noche siempre salía a ver. Una de las tantas veces escuchó un ruido y ella salió, y vio caminar gente, todas vestidas de negro, en las manos traían espelmas4 ardientes. La señora se asustó y cerró su ventana por donde miraba. Al poco ratito le tocaron la puerta y le dijeron que les haga un favor de poder guardar un paquete; le dijeron que eran espelmas y que regresarían pasado mañana. Cuando se fueron, ella estaba asustada. Cuando descubrió el paquete, eran brazos de un bebé.

Al día siguiente salió a consultar con el sacerdote y

le contó todo lo que le había pasado. Le contestó que juntara un grupo de niños, porque era la muerte quien se le había presentado; y al momento que toquen la puerta tenía que darles un «pellizcón» a los niños y «así podrás salvar de tu vida», le dijo. La señora hizo lo mismo; y la muerte le dijo: «Da gracias que estás con un grupo de angelitos, porque si no te llevamos».

Así termina el cuento. Este cuento ocurrió en el distrito de Carumas.

4 Se le dice a las velas.

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LA MANZANA DE ORO

Recopilado por Yaneth Gladis Sánchez

Érase una vez una familia conformada por tres personas, padre, madre e hija. Era una familia humilde pero muy feliz. El padre se encargaba de mantener el hogar durante mucho tiempo; de pronto poco a poco el padre fue enfermando y no podía trabajar, las deudas se acumulaban día a día al punto de perder su propia casa. El padre no pudo más y murió.

Madre e hija se quedaron solas y desamparadas en la calle pasando hambre y frío. De pronto, un día caminando por unas chacras lejanas vieron una jugosa manzana colgada. La niña tenía tanta hambre que decidió pedirle a la dueña que se la regale, pero la dueña no lograba ver nada; y a tanta insistencia de la niña la señora le dice:

―Si encuentras alguna manzana, ¡sácatela!, aunque lo dudo mucho, ya que no es época de que den manzanas», y diciendo esto se retiró.

La niña fue y cogió la manzana; y ambas se fueron felices a comer la manzana; pero era raro, esta manzana no se podía comer, era tan dura que no se par1ía con nada.

De pronto un señor que conocía de oro se les acercó y les preguntó que por qué hacían tanto esfuerzo en par1ir la manzana. Pero éste al ver la manzana, asombrado dijo:

¡Pero, si esta manzana toda es de oro puro!

Desde ese entonces todos los problemas de las dos se resolvieron y vivieron muy felices para siempre.

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LA SIRENA DE MOLLESAJA

Recopilado por Anabel Torres Valdivia

En el anexo de Yacango se encuentran ubicadas las cataratas de Mollesaja, lugar que es escenario de la más hermosa leyenda que a continuación le narraremos.

Se cuenta que en las llamadas «horas malas» (doce del día y doce de la noche), en las cataratas de MoIlesaja, justamente a esas horas, se aparece una hermosa sirena, que es mitad mujer y mitad pez, cuya cola parece de una corvina, sus cabellos son de oro puro, sus ojos son de color de agua; es tanta su belleza que si por casualidad una persona es vista por ella, la sirena la llama, y la persona al encontrarse encantada por su belleza le obedece, desapareciendo junto con ella bajo las aguas de las cataratas.

Pero si una persona le escucha tocar a la sirena su guitarra, de la cual sale la más hermosa melodía, también es encantada. La persona ve a la sirena, pero la sirena no ve a la persona; y si la ve es llevada a la locura y para poderla curar tienen que hacer una entrega a la sirena que consiste en dejar un gallo justamente a las llamadas «horas malas» para que la sirena tome al gallo y sane a la persona.

Es por eso que los pobladores se conforman con dejar horas antes sus guitarras para que cuando salga la sirena las afine tocándolas con sus melodías y cuando ella se va la persona que dejó su guitarra regresa a recogerla, y al tocar las cuerdas se desprende una melodía tan encantadora como la guitarra de la sirena.

Cuando escuchen salir una melodía agradable de una guitarra que parece que la guitarra canta es porque la sirena la ha afinado.

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LOS MÚSICOS

Recopilado por Sugey Valdivia Nina

Hace mucho tiempo en un pueblo no muy lejano de Moquegua hubo una banda de músicos. Cierto día un personaje poco común fue a contratar de sus servicios, el cual ofrecía una fuerte cantidad de dinero, con la condición de que tocaran fuera del pueblo de Putina (hoy pueblo de Bellavista), cerca a las faldas del volcán Tixani.

Llegó el día destinado, y los músicos parten; son despedidos por el pueblo y aquel extraño personaje. Fueron muchos los días que pasaron y los músicos no regresaron al pueblo. Preocupados por este suceso fueron a buscarlos, llegando al nivel de la laguna, que se encuentra en las faldas del Tixani, y sintieron a lo lejos el sonido de la música. Para verificar esto, hicieron un alto a su viaje y decidieron seguir este sonido. El sonido provenía de una quebrada, y llegaba a un determinado sitio. Ellos quedaron atónitos al observar que la banda tocaba en un punto dado de la nada; luego se abrió un cerro y uno por uno de los músicos comenzaron a entrar, cuando entró el último, los del pueblo corrieron, pero el cerro se cerró, y en su desesperación comenzaron a cavar un hoyo muy profundo. En lo profundo de esa oscuridad, ellos vieron cómo los músicos tuvieron una transformación maravillosa: habían sido encantados.

La gente del pueblo nos dice que si cuando viajamos nos concentramos, escucharemos a los músicos.

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LA SIRENA

Recopilado por Denny Villasante Laura

Cuentan que en la laguna de Pacocha existe un ser misterioso, mitad pez, mitad mujer: es la sirena. Tiene largos y rubios cabellos adornados con peinetas de oro y piedras preciosas, y unos ojos que adormecen a quien los mira.

Durante la estación primaveral sale a las orillas de la laguna, especialmente en el sitio denominado Desaguadero, a peinarse en una bandeja de oro. Para esto escoge los días martes y miércoles al amanecer.

Cuando alguien va a morir ahogado, anuncia la desgracia entonando extrañas canciones, con una voz muy melodiosa.

En ciertas temporadas se le ocurre remover las aguas de la laguna y levanta tempestades, con el fin de hacer naufragar alguna canoa donde viaja la persona de su simpatía, y dicen que si lo consigue arrastra a la persona hasta su palacio y allí lo guarda eternamente.

Cuando las orillas de la laguna no estaban despejadas todavía, muchas criaturas desaparecían de las chacras próximas, donde cuidaban sus maizales para que el loro no se las coma. Se presume que siguen viviendo en la «Ciudad de la Sirena». Se presume que allí viven llorando por la ausencia de sus madres y familiares, y se pueden hacer visibles sólo en la noche de luna mala.

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EL CONDENADO

Recopilado por Matilde G. Zambrano Cruz

Esta es una narración que cuentan los antiguos viajeros de Omate. Dicen que cierta vez un viajero iba con sus animales llevando carga de un lugar a otro, pero cuando estaba a medio camino se le apareció una perra grande con tetas prominentes que quiso morderles, y el viajero agarró una piedra y se la lanzó y le cayó a la altura de las costillas y se fue aullando.

Más tarde, y cuando ya iba oscureciendo y no podía continuar adelante buscó un refugio en una quebrada donde podía descansar junto con sus animales. Empezó a bajar la carga de sus animales y después arreglar su cama, y cuando se disponía a comer, de pronto se le presentó una mujer joven, bonita y desnuda; y ambos compartieron el fiambre y luego se echaron a dormir.

El viajero pensó aprovecharse de ella, pero cuando la estaba acariciando ella le dijo que le dolía su cuerpo porque hace un rato él le había tirado una piedra. El viajero se asustó mucho, y pensó que sólo podría ser un condenado y que era presa fija para ella. El tenía que escapar, para eso era necesario mentir y le dijo que tenía deseos de ir al baño. El condenado agarró una soga y lo amarró de la cintura, le hizo quitar los zapatos y en esta forma lo dejó ir al baño, de rato en rato lo llamaba y él contestaba; mientras tanto, el viajero amarró la soga a una piedra, escupió tres veces y se echó a correr. El condenado llamaba y él seguía contestando cada vez más bajito porque la saliva de la piedra se estaba

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secando. El condenado pensó que se estaba muriendo de frío y fue a verlo, pero ya no estaba. El viajero se le había escapado.

Al llegar a su pueblo, él contó a sus familiares de lo ocurrido y regresaron a ver el lugar, pero ya no estaba el condenado. Sólo hallaron restos y huesos de los animales del viajero a medio comer.

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LA QUEBRADA ENCANTADA

Recopilado por Frain Ronald Puma H.

Hace mucho tiempo, en el distrito de Calacoa, había una quebrada terrible que se encontraba a sólo cuarentaicinco minutos de camino del pueblo. Los vecinos del pueblo decían que no podían entrar fácilmente a esa quebrada; que la persona que entraba allí se enfermaba y luego de mucho sufrimiento terminaba muriendo.

Un día, un señor que no le tenía miedo a la muerte, que se le conocía por su coraje, entró a la quebrada, y cuando estaba a la mitad de la quebrada vio que en las aguas del río estaban bañándose unas hermosas chanchitas rosadas, y en las orillas muchos gallos cantaban. Al ver esto, se regresó al pueblo, pero no le contó nada a nadie. Y este señor fue el único que no se enfermó.

La meta o la ambición que tenía era convertir a la quebrada en una chacra; lo que al final logró; pero mientras convertía la quebrada en chacra vio muchas cosas. Pero lo que más le sirvió fue que cuando se encontraba hachando los montes, escuchó unas voces como si la quebrada estuviera hablando. El hombre prestó atención y escuchó decir que los hombres eran callados, que a la quebrada le gustaba la gente que silbaba, que cantaba; por eso sólo no hacía daño a quien entraba silbando o cantando. Al oír esto, ese señor se quedó asombrado; pero desde ese momento siempre que ingresaba a la quebrada, lo hacía entre silbos o entre canciones.

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También conoció a Catary. Éste era un sapo cubierto de lana. Era el único de esa especie en la quebrada y vivía en un manantial de aguas calientes. El hombre lo respetaba porque dijo que él era el rey de la quebrada, porque era el único.

También vio a unos hombres de aproximadamente noventa centímetros que tenían cachitos en la cabeza. Al inicio se asustó, pero después agarró una pala y empezó a hacer bulla y a lanzarles piedras, hasta que los hombrecillos desaparecieron.

Así pasó el tiempo. Hoy en día la quebrada ha sido completamente civilizada, incluso entran a la quebrada sin silbar y no les pasa nada. Y con respecto al sapo Catary, desapareció; y en vez del manantial de aguas calientes apareció un manantial de aguas completamente heladas.

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LA PERSECUCIÓN DEL CONDENADO

Carlos J. Mamani Valdivia

Lo que voy a contar sucedió en las alturas de Moquegua, exactamente en el distrito de Ichuña, camino a un anexo llamado Maycunaca. Como todos sabemos, cuando los profesores van a trabajar a la parte alta, para ellos todo es extraño, desolado y triste. Ya que muchas veces las escuelas son unidocentes, o sea, donde sólo trabaja un profesor; por lo que tienen de ir de pueblo en pueblo buscando a sus colegas, para pasar un fin de semana en compañía de los más cercanos que se pueda encontrar.

Cierta vez, un profesor luego de pasar un fin de semana con sus colegas, donde jugaron, cocinaron y se contaron muchas historias y anécdotas vividas por esos lugares, tuvo que emprender su viaje de regreso al pueblo donde él trabajaba. Aproximadamente tenía que caminar nueve horas a pie, pasando por laderas, cerros y quebradas.

En la trayectoria de la caminata, iba alegre y cantando con su guitarra, pero al llegar a una especie de cañón siente que alguien lo sigue, y sin darle importancia, sigue su camino sin voltear para atrás; pero después de unos minutos de seguir caminando vuelve a sentir lo mismo; se detiene; voltea para mirar, y no ve a nadie. Entonces se asusta y empezó a caminar muy rápido. Deja de cantar y de tocar su guitarra. Y mientras los minutos pasaban él seguía sintiendo lo mismo.

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Luego recordó lo que una vez le contaron los lugareños que vivían en esos lares.

No sabía qué hacer. Estaba aterrorizado. Sentía que le faltaba el aire. Tenía dificultad para respirar. El cuerpo se le desvanecía; y lo único que hizo fue rezar y rezar, pero no dejaba de caminar ni tampoco volteaba para mirar atrás. En el momento que él menos pensó ya no sentía nada, hasta que llegó a su cuarto donde él vivía.

Al otro día, después de que había pasado todo, cuenta lo sucedido a unos pastores que allí vivían y ellos le dicen que fue un condenado que cada cierto tiempo siempre para asustando a todo viajero que por allí pasa tarde de la noche.

Después de esto, el profesor nunca más volvió a caminar de noche por esos lares ni por ningún motivo.

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LOS DIABLITOS DEL «ELEFANTE BLANCO»

Por María Elena Flores Paco

Esto pasó en Moquegua, cerca del lugar denominado El Portillo.

Una noche un abuelito en estado de embriaguez se quedó dormido solo en su choza como siempre; pero esa noche sintió pequeñas bullas y ruidos extraños. Abrió los ojos y vio unos pequeñísimos diablillos desnudos con sus colitas y sus cachitos. Vio que querían jugar con su billetera. El abuelo sin moverse y helado de susto se quedó quieto. Y ya por el amanecer la tierra se abrió como una cueva y comenzaron a entrar todos los diablitos.

Y siempre le sucedía esto cuando tomaba más de la cuenta, y fue preocupándose porque no le dejaban dormir ni cuando se encontraba bien. Fue a consultar a un curandero, y éste le dijo que desde la calle 28 de Julio y todo el lugar donde estaba la construcción del «elefante blanco», o sea, el reservorio de agua, había sido antiguamente un cementerio, allí también enterraban a guaguas que morían de repente; por eso tenía esas visiones. Para que esté en paz debía rezar y pedir por el descanso de esas almas.

Así lo hizo. Pero el abuelito ya dejó de embriagarse. Tampoco tuvo más visitas de los diablitos. Esto pasó hace mucho tiempo, mucho tiempo.

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EL MÚSICO PERDIDO

Recopilado por María Flores Paco

En el mes de mayo en fiestas de cruces, la banda de músicos de Ilo tenía un contrato en el distrito de Sacuaya, donde sucedió un accidente con uno de ellos.

El primer día estaban tocando bien y al siguiente día casi por el atardecer ya cuando todos los de la banda estaban medio picaditos, uno de ellos había bebido de más y se fue a dormir a un rincón y dejó su tambor; y el que tocaba platillo agarró el tambor y comenzó a tocar, cuando de repente se levantó el dueño del tambor, se le acercó y le dio un empujón. El hombre cayó desprevenido desde unos ocho metros. Todos se acercaron a ver, y el hombre estaba tirado como un costal de papas. Entonces, esperaron a que dejara de jugar y subiera a tocar. Esperaron, y no subía, hasta que uno de ellos bajó a ver qué sucedía y lo encontró frío. Lo subieron rápido. Hicieron que dos compañeros se lo llevaran a la posta de Sacuaya. Uno de ellos tenía necesidad de orinar y se fue y dejó al accidentado acompañado del otro compañero, que se quedó dormido. El accidentado se despertó, se levantó y se fue. Al despertarse el otro no vio a su compañero enfermo y al regreso de su otro compañero, le contó que se había quedado dormido y cuando despertó ya no estaba el herido y que quizás se había ido a orinar. Lo esperaron y no llegaba, y como ya era demasiado oscura la noche se regresaron para ver si había regresado; pero no había nadie.

Llegado a casa. Lo buscaron casi toda la noche y no lo encontraron. Amaneció y seguían tocando; y algunos de sus compañeros lo fueron a buscar por

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distintas partes porque era muy peligroso andar solo por esos lugares; preguntaron a todos los tenientes gobernadores del distrito y nadie daba razón, y seguían buscando hasta el atardecer.

Una comisión de Guatalaque llegó a la casa del alferado pidiendo que fueran a identificar a la persona detenida, porque si no era uno de sus compañeros lo llevarían al puesto de Carumas detenido por haber estado merodeando y ser desconocido del distrito. Entre seis compañeros fueron con la comisión para identificarlo y llegaron y hablaron con el teniente para ver si era la persona perdida. Ellos le preguntaron su nombre y no sabía cómo se llamaba ni qué hacía ahí, a ratos decía que venía de Laraquere para llevar algunas alpacas y que venía con sus burros y sus cargas y que le estaban esperando para seguir.

La comisión lo llevó a la casa del alferado, hasta que se quedó dormido sin hacer problema al que le empujó y no quería comer sólo quería dormir. Y se quedó dormido hasta el día siguiente.

Los alferados despidieron a los músicos, y la banda se vino a Ilo. Al accidentado lo llevaron a su casa y al día siguiente amaneció muy mal; amaneció como si estuviera loco, decía cosas sin sentido y lo llevaron de emergencia al manicomio a que lo vean, pero seguía igual. Hicieron llamar a un curandero y éste les dijo que le había agarrado la tierra y que se lo estaba comiendo vivo y que también tenía algunos sustos fuertes. Le vio la cabeza y el cráneo estaba lastimado porque había caído sobre unas piedras. También tenía lesiones en el cuerpo. Lo curaron, pero no quedó nada normal; siempre le fallaba algo en su cabeza. Y veía burros.