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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS ESCUELA DE ENFERMERÍA CÁTEDRA DE TALLER DE TRABAJO FINAL ESTUDIO TEÓRICO CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN LA SEXUALIDAD DEL ANCIANO Autoras: Oliveda, Laura; Yucra, Carolina. Córdoba, 2011.

CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN LA SEXUALIDAD … · en el año 2002 como Técnica Profesional de Enfermería. ... que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros,

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ESCUELA DE ENFERMERÍA

CÁTEDRA DE TALLER DE TRABAJO FINAL

ESTUDIO TEÓRICO

CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN LA

SEXUALIDAD DEL ANCIANO

Autoras: Oliveda, Laura;

Yucra, Carolina.

Córdoba, 2011.

Cuidados de enfermería en la sexualidad del anciano

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Datos de las autoras

� Oliveda, Laura Angélica, 32 años de edad, nacida en Córdoba, capital, el día 9 de marzo de 1979.

Egresada de la Escuela de Enfermería, de la Universidad Nacional de Córdoba, en el año 2002 como Técnica Profesional de Enfermería.

Desde el año 2004 se desempeña como enfermera en la Dirección de Especialidades Médicas de la Municipalidad de Córdoba, hasta la actualidad.

� Yucra, Juana Carolina, de 32 años de edad, nacida en el Departamento de El Carmen, de la Provincia de Jujuy, el día 25 de abril de 1979.

Egresada de la Escuela de Enfermería, de la Universidad Nacional de Córdoba, en el año 2005 como Técnica Profesional de enfermería.

Desde el año 2006 se desempeña como enfermera en la Unidad de Terapia en Neonatología, en la clínica privada del sol y luego en la misma área en el Hospital Materno Provincial, de la ciudad de Córdoba capital, hasta la actualidad.

Cuidados de enfermería en la sexualidad del anciano

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Agradecimientos

Agradecemos a la Licenciada Soria Valeria, por haberse embarcado junto a nosotras en este camino y permitirnos la experiencia de trabajar junto a ella y compartir sus vastos conocimientos, a las licenciadas de la Cátedra de Taller de Trabajo Final por el asesoramiento y la conducción brindada para el desarrollo de este estudio, y por la confianza depositada a lo largo de este arduo proceso.

Gracias a quienes nos facilitaron los medios necesarios para el logro de este trabajo y a todos aquellos que estuvieron a nuestro lado en este proceso de nuestras vidas, que nos apoyaron, escuchándonos e instándonos a seguir adelante.

Cuidados de enfermería en la sexualidad del anciano

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Dedicatoria

A DIOS quien me dio la fe, la fortaleza, la salud y la esperanza para terminar este trabajo.

A mis padres, Gladis y Juan por haberme apoyado en todo momento, por sus consejos, sus valores, por la motivación constante que me ha permitido ser una persona de bien, pero más que nada, por su amor.

A mi esposo, Andrés le agradezco el cariño, la comprensión, la paciencia y el apoyo constante que me brindó para culminar mi carrera profesional

A mis adorados hijos Luciano e Ignacio quienes me prestaron el tiempo que le pertenecía y además de la satisfacción que me generan me recuerdan el compromiso que tengo para con ellos de avanzar para darles lo mejor.

A mis compañeras de trabajo Marcela y Ramona, porque nos apoyamos mutuamente en nuestra formación profesional y porque siempre he contado con ellas para todo, gracias por el apoyo y amistad.

A los que nunca dudaron que lograría este triunfo: María Rosa, por su apoyo incondicional y a mis hermanos, Patricia y Juan José, gracias por su cariño.

¡Gracias! Sin ustedes no hubiese podido hacer realidad este sueño.

Laura Angélica Oliveda.

A DIOS porque me ha abierto el camino y me ha dado el espíritu de seguir siempre adelante a pesar de todos los tropiezos que he tenido y enfrentado.

A mis padres Sofía y Juan por apoyarme siempre de alguna u otra forma y por haberme guiado hacia el camino del bien, valorando la importancia de la educación y el conocimiento.

Mis hermanos Marcelo, Noemí y Norma por alentarme siempre.

A Gabriel, quien me brindo su amor, su presencia, empuje, soporte y apoyo incondicional en cada día.

A mi amado hijo, Emiliano por ser fuente de inspiración para luchar por un mejor futuro.

Y a todos quienes de una forma u otra incentivan en mí el anhelo de ser cada día mejor.

Juana Carolina Yucra.

Cuidados de enfermería en la sexualidad del anciano

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Índice

TEMA página

Prólogo………………………………………………………………………………5

Capítulo I: Introducción…………………………………………………………….6

Capítulo II : Bases Teóricas del Estudio ………………………………………….17

Teoría de los Cuidados de Kristen Swanson ……………………………………...20

Teoría: Fundamentación de la elección……………………………………………22

Cambios biológicos y fisiológicos visibles en la sexualidad……………………...24

Factores fisiopsicopatológicos que modifican los patrones sexuales……………..27

Factores psicosociales……………………………………………………………..28

Mitos existentes sobre sexualidad en la tercera edad………………………….….29

Derechos sexuales…………………………………………………………….…...30

Capítulo III: Aplicación de la teoría………………………………………………33

Proceso de atención de enfermería ……………………………….........................35

Capítulo IV : conclusión…………………………………………………………...41

Bibliografía…………………………………………………………………….…..44

Cuidados de enfermería en la sexualidad del anciano

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Prólogo

Una de las razones que lleva a abordar el tema de la sexualidad del anciano, lo constituye el “aparente mutismo” de los ancianos y los profesionales de la salud respecto a la sexualidad de los mismos y la ausencia de investigaciones llevadas a cabo por enfermeros en Argentina relativas a la temática, además de que los estudios centrados en la atención a las necesidades sexuales de la población anciana son prácticamente inexistentes.

Hasta tiempos bien recientes, la sexualidad en los ancianos no ha sido objeto de atención de los investigadores, a pesar que los estudios realizados indican que se mantiene la actividad sexual en un porcentaje elevado de personas, al igual que el interés en la sexualidad, todo lo cual hace pensar que la sexualidad en esta época de la vida no es solo una utopía.

A través de la historia, la sexualidad en los mayores ha sido incomprendida y menospreciada, condicionada por factores de índole socio-cultural, más que por un conocimiento científico fidedigno y estricto, en una sociedad como la actual donde prima todo aquello relacionado con el mundo de la juventud, por estar íntimamente relacionado con dinamismo, expansión, futuro y progreso, y donde la vejez se considera algo a evitar, por estar cargado de connotaciones negativas.

La población general e incluso los profesionales de la salud, entre ellos los enfermeros, consideran que la sexualidad entre los ancianos es anormal y desagradable para algunos, asumiendo, en ocasiones, la idea de que el anciano es un ser asexual o que cualquier manifestación sexual es improcedente, sin reconocer que es un ser humano con las mismas necesidades sexuales que los jóvenes, por lo que se hace necesario el conocimiento de algunos factores que permitan poder brindarles una atención óptima e integral.

Ante lo cual se decidió realizar un estudio teórico sobre “Los cuidados de enfermería en la sexualidad del anciano”, con el propósito de brindar las herramientas necesarias para un abordaje integral, que resulte de utilidad y beneficio en la búsqueda de un marco de referencia conceptual sobre la temática y así poder aclarar y entender que la sexualidad es una dimensión de la personalidad y no, exclusivamente la actitud del individuo para generar una respuesta erótica.

Por lo tanto, cuando se habla y se aplica este término se refiere no sólo a la necesidad fisiológica, sino también a la capacidad de hombres y mujeres para comunicarse y expresarse.

El presente trabajo se estructura principalmente en cuatro capítulos:

� Capítulo I: Introducción.

� Capítulo II: Bases Teóricas del Estudio.

� Capítulo III: Aplicación de la teoría.

� Capítulo IV: Conclusión.

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Capítulo I: Introducción

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“ORGULLEZCÁMOSNOS DE LLEGAR A VIEJOS. LUCHEMOS POR DEFENDER NUESTROS ESPACIOS Y DERECHOS. NO OLVIDARSE QUE SE ES VIEJO CUANDO SE HA PERDIDO LA CAPACIDAD DE AMAR Y

PROYECTAR. EL AYER YA FUÉ, EL FUTURO NO SABEMOS, EL PRESENTE ES HOY. VIVAMOS EL HOY Y DISFRUTÉMOSLO MIENTRAS PODAMOS.”

(Josefina Roldán)

Introducción

¿Son incompatibles la vejez y la sexualidad? A la vista de los estudios realizados por equipos especializados en esta materia, parece que no. A partir de los años treinta, comenzó a realizarse la investigación sistemática de los fenómenos sexuales. Los primeros estudios científicos sobre el comportamiento sexual corresponden al informe Kinsey, en ellos observaron grandes diferencias entre el comportamiento deseable exigido socialmente y el comportamiento real1. En la década de los años sesenta, Masters y Johnson investigaron por primera vez en un laboratorio los procesos biológicos de la sexualidad, en la que se elaboró un estudio sobre la respuesta sexual humana, sosteniendo que la sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro características, que significan sistemas dentro de otro sistema. Éstas características interactúan entre sí y con otros sistemas en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico, psicológico y social. Las cuatro características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético (genotipo) y físico (fenotipo). El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo. La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas. La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos y actitudes de maternidad y paternidad, favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres. La característica del sexo desarrollado, comprende el grado en que se vivencia la pertenencia a una de las categorías dimórficas (femenino o masculino)2.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la sexualidad humana se define como:

"Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida

1 Kinsey, A. C., W. B. Pomery, C. E. Martin Comportamiento sexual del hombre (1948) y

Comportamiento sexual de la mujer (1953). 2 Master W; Jhonson V. La respuesta sexual humana. Buenos Aires: Interamericana, 1967.

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por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales”.3

De acuerdo a Orihuela de la Cal y cols (2001) se puede afirmar rotundamente que la sexualidad no tiene edad, “es una dimensión humana que abarca todo nuestro ser y desaparece sólo con la muerte, siendo un elemento fundamental en la buena calidad de vida de los ancianos”.4

Según Rodríguez Benito Cristina (2008), la sexualidad geriátrica puede ser definida como una “expresión psicológica de emociones y compromisos, que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, de amor, de compartir placer con o sin coito, que se manifiesta a través del afecto, necesidad de intimidad, vinculación, autoerotismo, autoimagen y el contexto del individuo en relación al género, contexto sociocultural y etnicidad”. Siendo también muy importantes, las características físicas, psicológicas y biográficas del sujeto y la existencia de una pareja sana.5

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, se puede inferir que la combinación de la capacidad para disfrutar una relación sexual satisfactoria y la capacidad de expresar los deseos sexuales propios, no disminuyen con la edad, por lo tanto en la valoración de la sexualidad en el anciano, se debe incluir un enfoque múltiple pues más que una afectación intrínseca, lo que existe es una acumulación de factores que influyen de forma negativa sobre la sexualidad (cambios fisiológicos asociados a la vejez y estado de salud) y no exactamente la edad.

Por otra parte se debe tener presente que los cuidados brindados por enfermería requieren de conocimiento, práctica y actualización, en donde los pensamientos y sentimientos del anciano estén incluidos, identificando lo que necesita, desea y siente el anciano, lo que le hace bien, y le devuelve una autoimagen positiva, que lo integra y lo enriquece.

Se observa que el problema del accionar diario de los enfermeros es la ausencia de un enfoque centrado en la sexualidad del anciano desde la enfermería, que nos brinde las herramientas necesarias para un abordaje integral. Por lo que se plantean entonces una serie de interrogantes: ¿Cuáles son los Modelos de cuidados apropiados para la atención del anciano, en lo que se refiere a su sexualidad? ¿Las teorías que promueven un enfoque holístico y humanístico son las más adecuadas? ¿Las teorías que presentan un enfoque fenomenológico brindan un abordaje integral en la atención al anciano y su sexualidad?

Claro que hablar de sexo durante la vejez es tarea ardua por ser una cuestión poco conocida y, en multitud de ocasiones, maltratada por la sociedad. Es un tema que muchos consideran tabú, incluyendo los mismos ancianos y los profesionales de la salud. En la mayoría de los casos se prefiere no hablar de las cuestiones referidas a la sexualidad, hecho que provoca la aparición de falsas creencias y mitos relacionados con la sexualidad durante la vejez. Por otro lado, este silencio produce en el anciano

3 Organización Mundial de la Salud (OMS). (2006). Defining sexual health Report of a technical consultation on sexual health 28–31 January 2002. Ginebra: OMS. 4 Orihuela de la Cal J, Gómez Vital M y Fumero Naranjo M. Sexualidad en el anciano: un elemento

importante en su calidad de vida. Revista Cubana. (2001). Pág.17. 5 Rodríguez Benito, C. La sexualidad en el Anciano. INEFOC (2008).

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sentimientos de culpabilidad y vergüenza ante su deseo sexual por considerarlo anormal, y aun más complejo es la trama de la sexualidad en la población anciana homosexual, donde la presión social es mucho mayor, por lo que aparecen más problemas psicosociales que dificultan las relaciones sexuales.

También se debe tener en cuenta los prejuicios que afectan a este colectivo. Los prejuicios negativos dicen que los viejos son todos enfermos, deprimidos, pobres y que no tienen sexualidad. Los positivos en cambio, que son todos buenos, sabios y amables.

Cuando se habla de la sexualidad en el anciano, se debe huir de estereotipos generalizados que pregonan una pérdida de sexualidad en la vejez, por el hecho de haber dejado atrás la capacidad procreativa y la disminución de encuentros sexuales, que muchas veces es debido más a una falta de oportunidad que a una falta de deseo, pues la sexualidad se experimenta a lo largo de todas las etapas de la vida, y por esto se hace necesario hablar de ello y desvincular el disfrute de la misma con la belleza, la procreación y la juventud.

Además, se debe tener presente la fuerza que ha ejercido sobre los mayores una educación sexual represiva que influye decisivamente en sus relaciones, y como consecuencia de esta actitud, son muchos los mayores que tachan de “pervertidos” a los que, a su misma edad, disfrutan plenamente de su sexualidad, colgándoles la etiqueta tanto ellos como la sociedad en general, de “viejos verdes”6.

Hay que añadir que en la argentina la mayor parte de los trabajos de investigación sobre sexualidad, son llevados a cabo por psicólogos y asistentes sociales, pero se han enfocado en la población adolescente, sobre todo en lo referido a la iniciación sexual (edad, tipo de pareja, motivación, uso o no de un método anticonceptivo), conocimiento y uso de métodos anticonceptivos, conocimientos sobre VIH-sida y uso de preservativo, imágenes de género y “negociación sexual”. También algunos trabajos han centrado la atención en la coerción en la iniciación sexual y en la violencia de género en dicha población.

Es más los profesionales de la salud, en especial los enfermeros, han desarrollado estudios centrados en mejorar la calidad de vida de los ancianos, trabajando en la prevención de enfermedades agudas y crónicas y las necesidades de cuidados de dicha población y de sus cuidadoras dejando al margen los aspectos relacionados con la sexualidad, siendo ésta una de las dimensiones más ricas de la vida a esta edad.

Durante el proceso de indagación y estudio de los antecedentes sobre la temática de la sexualidad en los ancianos, se encontraron los siguientes datos:

• En la base de datos del LILACS se encontraron 23 investigaciones sobre adulto y sexualidad: acerca de la percepción que tiene el adulto mayor sobre la actividad sexual y cómo influye la misma en su salud mental, los factores intervinientes tanto físicos como psicológicos y sociales, concluyendo la mayoría que en este tema de la sexualidad la información brindada es muy deficiente por lo que se recomienda hacer un mejor trabajo informativo con los ancianos sobre este aspecto tan importante para su calidad de vida. Se hace hincapié también en las conductas

6 García, J. L. “La sexualidad y la afectividad en la vejez”. Portal para Mayores, Madrid. Nº 41 (2005).

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sociales, a veces practicadas por la familia o hasta por los propios profesionales de la salud, que atentan contra la felicidad plena del adulto mayor.

• En las tesis publicadas en la biblioteca de la Escuela de Enfermería de la U.N.C. se encontraron dos investigaciones sobre el proceso de envejecimiento.

• Herrera, A. en su artículo sobre: Sexualidad en la vejez: ¿mito o realidad? (2003), publicado en una revista chilena de ginecología y obstetricia, sostiene que existe un escaso conocimiento sobre este tema, incluso dentro de los profesionales de la salud y que nuestra incapacidad de ocuparnos de nuestra propia sexualidad en forma coherente y organizada es el reflejo de la confusión general que existe en nuestra sociedad sobre los aspectos sexuales. Siendo la salud sexual importante tanto en lo mental como en lo físico, para nuestra sensación de bienestar.

• El último de los estudios españoles sobre esta temática, realizado en Sevilla por Moili (2005), con ancianos institucionalizado en residencias geriátricas, concluye que la sexualidad dura toda la vida y que es beneficiosa para la salud, aunque existe disminución en la frecuencia de los actos sexuales conforme avanza la edad.

• Cibeles L. realizo un estudio en Cuba (2004), analiza numerosos aspectos que influyen en la sexualidad del anciano como la pareja, el deterioro de la relación matrimonial, la salud, el sexo, la privacidad para las relaciones, así como lo que opinan los propios ancianos sobre la sexualidad y el nivel de educación sexual que tienen. Algunas de sus conclusiones más interesantes muestran que los ancianos tienen poca privacidad para mantener relaciones, ya que muchos están institucionalizados o viven con familiares. Los ancianos consideran que las relaciones sexuales son agradables y un dato relevante es la deficiente información que reciben sobre su sexualidad.

• Coromias Clemente expuso su investigación en las X Jornadas del Día Internacional de Enfermería, sobre la sexualidad en la tercera edad (1994), y exponía el dato significativo de la falta de información brindada sobre la sexualidad a los mayores y detrás de ello está el desconocimiento de los profesionales de la salud sobre la sexualidad de los mayores, así como de cuáles debían ser sus actuaciones con los ancianos sobre este tema. También muestra de forma clara que los problemas de salud influyen de una manera determinante sobre la sexualidad.

• Pérez Martínez V. en su artículo sobre la Sexualidad humana: una mirada desde el adulto mayor, publicado en una revista Cubana de medicina (2008), sostiene que las personas nacen y llegan al final de sus vidas como seres sexuales y que la sexualidad humana es un fenómeno sociocultural que está influido por la calidad de las relaciones interpersonales, el contexto en el que nos desenvolvemos y por la integración que hemos hecho de las experiencias vividas.

En cierto modo la mayoría de las investigaciones encontradas sostienen que en la vejez se detecta un aumento significativo de la represión y la inactividad sexual, ambos procesos relacionados con el fin del período procreativo en la mujer y en el hombre, a la disminución de la libido y la potencia sexual, al aumento de los mitos, creencias, escrúpulos y tabúes sociales que se tienen sobre la sexualidad en la vejez.

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Hay que añadir que en la Argentina no se registran investigaciones llevadas a cabo por enfermeros sobre esta temática y que actualmente en nuestro país no se ha creado la especialidad de enfermería en lo que respecta al cuidado del paciente anciano, donde las enfermeras puedan profundizar conocimientos en el área para poder planear diferentes estrategias de cuidados; los que en general están siendo abordados con ausencia de una formación específica que justifique y fundamente todo el accionar profesional, produciéndose vacios en su funcionalidad.

Por lo tanto el propósito de este estudio de investigación es integrar los conceptos proporcionados por los modelos teóricos preexistentes en enfermería, en especial La Teoría de los Cuidados de Kristen Swanson (1991-1993), y los de sexualidad en la tercera edad, con el fin de adecuarlo al ejercicio de la profesión enfermera, con el objeto de establecer estrategias de intervención para responder a las necesidades del anciano, y para fortalecer así la capacidad de los enfermeros, a través del conocimiento teórico, ya que se proporciona de esta manera autonomía al profesional que lo aplica con elementos de juicio, interpretación, análisis y evaluación, brindando un cuidado integral, que enriquezca la personalidad, la comunicación y el amor. (Phillips, 1986)7.

OBJETIVO GENERAL:

• Realizar adecuaciones al modelo de cuidados de Kristen Swanson para la atención al paciente anciano, en cuanto a su sexualidad.

OBJETIVO ESPECIFICO:

• Ayudar al anciano a afrontar positivamente su sexualidad brindando atención de enfermería desde el modelo de cuidado de Swanson y los procesos de Cuidados:

� Conocimiento

� Estar con

� Hacer por

� Posibilitar

� Mantener las creencias

METODOLOGÍA:

La investigación que se realizó es un estudio teórico, ya que no se aportan datos empíricos originales de los autores, ni se presentan nuevos análisis de datos ya recogidos o publicados, sino que se efectuó un estudio de revisión bibliográfica sobre la sexualidad de los ancianos y un análisis crítico de las teorías y modelos de enfermería

7 Susan Leddy; J. Mae Pepper. Bases conceptuales de la enfermería profesional. OPS 1989.

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de Dorothy Johnson, Hildegard Peplau, Dorothea Orem, Nola Pender y Kristen Swanson.

Es importante saber que no todos los modelos y teorías se aplican a todas las situaciones con las que se enfrentan los enfermeros, sino que facilitan el entendimiento y guían aspectos de la práctica. 8

A continuación se describirá brevemente algunas de las teorías y modelos que en el proceso de construcción se fueron analizando y contribuyeron a la profundización e integración de la temática de la realidad del anciano, aportando diferentes conceptos que pueden servir como sustento teórico al presente estudio.

Al iniciar el proceso de indagación y reflexión se toma a Dorothy Johnson (1980), quien publicó su “Modelo de Sistemas Conductuales” en donde promueve el "funcionamiento conductual eficiente y efectivo en el paciente para prevenir la enfermedad".

Basó su modelo en la idea de Florence Nightingale acerca de que la enfermería está designada a ayudar a las personas a prevenir o recuperarse de una enfermedad o una lesión.

El modelo de Johnson considera a la persona como un sistema conductual compuesto de una serie de subsistemas interdependientes e integrados: Dependencia, Alimentación, Eliminación, Sexual, Agresividad, Realización y afiliación.

Su modelo se basa en la psicología, sociología y etnología, en donde la enfermería considera al individuo como una serie de partes interdependientes, que funcionan como un todo integrado; estas ideas fueron adaptadas de la Teoría de Sistemas.

Cada subsistema conductual tiene requisitos estructurales (meta, predisposición a actuar, centro de la acción y conducta) y funcionales (protección de las influencias dañinas, nutrición y estimulación) para aumentar el desarrollo y prevenir el estancamiento.

El individuo trata de mantener un sistema balanceado, pero la interacción ambiental puede ocasionar inestabilidad y problemas de salud. La intervención de enfermería sólo se ve implicada cuando se produce una ruptura en el equilibrio del sistema, un estado de desequilibrio o inestabilidad que da por resultado la necesidad de acciones de enfermería, responsables del mantenimiento o restablecimiento del equilibrio y la estabilidad del sistema de comportamiento.

Se opto por no aplicar el presente modelo porque en el mismo enfermería carece de una función definida en cuanto al mantenimiento o promoción de la salud, actúa solo cuando se presenta un mal funcionamiento de la conducta: “ que sea desorganizada, irregular y disfuncional”, la considera como una fuerza reguladora externa que actúa para preservar

8 Marriner, A. Alligood, T. Raile, M.. Modelos y teorías en enfermería. 7ta. Ed. 2011. Madrid.

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la organización e integración del comportamiento del paciente en un nivel óptimo, bajo condiciones en las cuales el mismo constituye una amenaza para la salud física o social, o en las que se encuentra una enfermedad. Johnson pone mucho énfasis en lo biológico y asistencial, restando importancia a lo psicológico y social.

Posteriormente se analizó el marco conceptual de Hildegard Peplau (1952), donde la salud consta de condiciones interpersonales y psicológicas que interactúan, la cual es promovida a través del PROCESO INTERPERSONAL. Basa su modelo en la enfermería psicodinámica, que define como la utilización de la comprensión de la conducta de uno mismo para ayudar a los demás a identificar sus dificultades. La enfermera psicodinámica aplica los principios de las relaciones humanas a los problemas que surgen en todos los niveles de la experiencia humana. La esencia del modelo de Peplau, organizado en forma de proceso, es la relación humana entre un individuo enfermo, o que requiere un servicio de salud, y una enfermera educada especialmente para reconocer y responder a la necesidad de ayuda, describe cuatro fases en la relación entre enfermera y paciente: orientación, identificación, explotación, y resolución. En la fase de orientación, el individuo tiene una necesidad y busca ayuda profesional. La enfermera, en colaboración con el paciente y con todos los miembros del equipo profesional, se ocupa de recoger información, de reforzar y esclarecer lo que otras personas han comunicado al paciente e identificar los problemas.

En la fase de identificación el paciente comienza a responder en forma selectiva a las personas que parecen ofrecerle la ayuda necesaria. En este momento, el enfermo puede explorar y expresar los sentimientos relacionados con su percepción del problema, y las observaciones de la enfermera pueden servir para aclarar las expectativas del paciente respecto a ésta, y las expectativas de la enfermera sobre la capacidad de un paciente determinado para manejar su problema.

La exploración de la relación se refiere a tratar de aprovechar ésta al máximo para obtener del cambio los mayores beneficios posibles.

Permite que los profesionales de enfermería dejen de centrar la atención hacia la respuesta biofísica de la enfermedad, para acercarse al significado psicológico de los acontecimientos, los sentimientos y los comportamientos frente a la enfermedad, ellos pueden ser explorados e incorporados a las intervenciones de enfermería. En su teoría de las relaciones interpersonales, analiza la relación de enfermera – paciente. Según la autora la enfermería es un instrumento educativo, una fuerza de maduración que apunta a promover en la personalidad el movimiento de avance hacia una vida creativa, constructiva, productiva, personal y comunitaria.

Se considero que esta teoría no se adecua al presente estudio ya que Peplau se centra en el individuo, sin incluir a las familias, grupos ni comunidades, describe a la persona como un organismo en desarrollo que se esfuerza por reducir la ansiedad provocada por las necesidades, que vive en un equilibrio inestable, dejando de lado las posibles influencias ambientales sobre la persona. Además queda sin definir que es la comprensión de la conducta de uno mismo, el cuidado a los demás, el apoyo y el ayudar, en definitiva los constructos propios de enfermería.

Por otra parte en la teoría de Nola Pender (1975), Modelo de promoción de la salud, se postula que las personas tienen la capacidad de poseer una autoconciencia reflexiva, incluida la valoración de sus propias competencias, los individuos buscan regular de

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forma activa su propia conducta, interactúan con el entorno teniendo en cuenta toda su complejidad biopsicosocial, transformando progresivamente el entorno, y siendo transformados a lo largo del tiempo. Los profesionales sanitarios forman parte del entorno interpersonal, que ejerce influencia en las personas a lo largo de su vida. La reconfiguración iniciada por uno mismo de las pautas interactivas de la persona-entorno es esencial para el cambio de conducta.

El objeto de la asistencia de enfermería es la salud óptima del individuo y su promoción, la cual consiste en proporcionar los medios necesarios para mejorar la salud y ejercer mayor control sobre la misma. Para ejercer este control un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente. Las herramientas básicas son: educación, comunicación y participación social; las cuales se usan con el fin de modificar o adaptar los estilos de vida para mantener la calidad de vida. Se basa en la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura, que defiende la importancia de los procesos cognitivos en la modificación del comportamiento.

Este modelo no nos brinda el marco teórico que se desea para el desarrollo del presente trabajo, ya que de ningún modo se pretende impulsar un cambio de la conducta en la sexualidad del anciano mediante la educación, porque en ellos los valores y creencias se encuentran afianzados, se pretende más bien acompañar y apoyar al anciano, respetando sus creencias individuales, teniendo presente su espiritualidad.

Otras teoristas como Dorothea Orem (1930) definen el objetivo de la enfermería como: "Ayudar al individuo a llevar a cabo y mantener por sí mismo acciones de autocuidado para conservar la salud y la vida, recuperarse de la enfermedad y/o afrontar sus consecuencias". Define la salud como “el estado de la persona que se caracteriza por la firmeza o totalidad del desarrollo de las estructuras humanas y de la función física y mental”, por lo que la salud es un concepto inseparable de factores físicos, psicológicos, interpersonales y sociales. Incluye la promoción y el mantenimiento de la salud, el tratamiento de la enfermedad y la prevención de complicaciones.

Afirma que la enfermera puede utilizar cinco métodos de ayuda: actuar compensando déficit, guiar, enseñar, apoyar y proporcionar un entorno para el desarrollo. Define su modelo como una teoría general de enfermería que se compone de otras tres relacionadas entre sí: Teoría del autocuidado, Teoría del déficit de autocuidado y Teoría de los sistemas de enfermería. Las actividades de autocuidado se aprenden conforme el individuo madura y son afectados por creencias culturales, hábitos y costumbres de la familia y de la sociedad. La edad, la etapa del desarrollo y el estado de salud, pueden afectar la capacidad del individuo para realizar actividades de autocuidado.

Con este modelo el cuidado es intencionado, tiene objetivos específicos, los inicia y orienta la propia persona; es eficaz y fomenta la independencia. Fomenta que la persona de la tercera edad pueda autocuidarse, supone trabajar con aspectos relacionados con la motivación y cambio de comportamiento, teniendo en cuenta aspectos novedosos a la hora de atender a los individuos (percepción del problema, capacidad de autocuidado, barreras o factores que lo dificultan, recursos para el autocuidado, etc.) y hacer de la educación para la salud la herramienta principal de trabajo, pero no se adecua a este trabajo ya que no se pretende un cambio del comportamiento del anciano en su sexualidad, sino un acompañamiento y apoyo, brindando información y no educando, además se postula que la enfermera actúa ayudando a los individuos para que sean

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capaces de realizar las actividades de autocuidado, que no podrían hacer sin esta ayuda, la enfermera dirige las acciones de cuidado y lo que se pretende es generar alternativas de cuidados conjuntamente con el anciano.

Por último Kristen Swanson (1991-1993) a través de la teoría de los cuidados, propone cinco procesos básicos secuenciales: conocimiento, estar con, hacer por, posibilitar y mantener las creencias, en el que se hace evidente el cuidado de enfermería, que se caracteriza por su actitud filosófica, la comprensión, los mensajes verbales y no verbales, las acciones terapéuticas y las consecuencias de los cuidados. Dichos conceptos permiten reflexionar acerca de la cosmovisión del cuidado enfermero, donde convergen las dimensiones históricas, antropológicas y filosóficas de la ciencia de enfermería.

Concibe al cuidado como una forma enriquecedora de relacionarse con otra persona a la que se valora y se tiene un sentimiento personal de compromiso y responsabilidad, haciendo hincapié en que el objetivo de la enfermería es promover el bienestar de otros, proporcionando cuidados que se centren en las necesidades de las personas de una forma que fomenten su dignidad, respeto y capacidad.

Se puede entrever que el modelo de cuidados de Swanson es el que presenta un marco teórico más integral para el desarrollo del presente trabajo, especialmente aplicado al cuidado enfermero en la sexualidad del anciano y a criterio de las autoras es la teoría más pertinente para la integración conceptual que se pretende, ya que las personas de la tercera edad se encuentran en una etapa de la vida en la que sus pensamientos, valores y creencias están bien arraigadas en cuanto a la forma de vivir y de expresar su sexualidad, las cual se debe respetar, ayudándolo a afrontar una vida sexual plena.

A continuación se presentarán y desarrollarán todos los conceptos de la teoría, los cuales contribuyen a guiar el desarrollo de estrategias de cuidados útiles y efectivos, debido a la organización que proporciona para pensar, observar e interpretar la sexualidad del anciano durante el proceso de atención de enfermería, en donde cada uno de los procesos de cuidados (conocimiento, estar con, hacer por, posibilitar y mantener las creencias), puede servir de base para un planteamiento de intervenciones enfermeras, perfeccionando así la práctica diaria y estableciendo uniformidad en la aplicación del proceso de atención de enfermería, orientado a promover el bienestar del anciano.

Se utilizo una metodología cualitativa, con un planteamiento científico fenomenológico de la sexualidad en los ancianos, en donde se pretende una comprensión holística de esta faceta de su vida.

DIMENSIONES DEL ESTUDIO :

Cuidado de enfermería, en el proceso básico de:

� Conocimiento: es comprender el significado de un suceso en la vida del otro, evitando conjeturas, centrándose en la persona que se cuida, buscando claves, valorando meticulosamente y buscando un proceso de compromiso entre el que cuida y el que es cuidado.

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� Estar con: significa estar emocionalmente presente con el otro. Incluye estar allí en persona, transmitir disponibilidad y compartir sentimientos sin abrumar a la persona cuidada.

� Hacer por: significa hacer por otros lo que haría por uno mismo, si fuera posible, incluyendo adelantarse a las necesidades, confortar, actuar con habilidad y competencia y proteger al que es cuidado, respetando su dignidad.

� Posibilitar: es facilitar el paso del otro por la transiciones de la vida y los acontecimientos desconocidos, centrándose en el acontecimiento, informando, explicando, apoyando, dando validez a sentimientos, generando alternativas, pensando las cosas detenidamente y dando retroalimentación.

� Mantener las creencias: es mantener la fe en la capacidad del otro de superar un acontecimiento o transición y enfrentarse al futuro con significado, creyendo en la capacidad del otro y teniéndolo en alta estima, manteniendo una actitud llena de esperanza, ofreciendo un optimismo realista, ayudando a encontrar el significado y estando al lado de la persona cuidada en cualquier situación.

FUENTES Y TÉCNICAS:

La fuente de datos fue secundaria, ya que la información fue obtenida a través de:

• Libros de texto: sobre modelos y teorías en enfermería, bases conceptuales de la enfermería profesional, fundamentos de enfermería, la sexualidad en la vejez.

• Artículos de revistas científicas sobre la sexualidad en la tercera edad.

• Congresos de enfermería sobre la temática.

• Enciclopedias de enfermería.

• Manuales sobre geriatría y gerontología y de diagnostico de enfermería.

• Biografías de las teoristas para comprender la esencia y filosofía de sus modelos y teorías.

• Diccionarios de lengua española y de enfermería.

Cuidados de enfermería en la sexualidad del anciano

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Capítulo II: Bases teóricas

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Bases teóricas del estudio

El surgimiento de la humanidad y su ulterior desarrollo llevó aparejado la acumulación de conocimientos, habilidades y prácticas que fueron trasmitidos de generación en generación, y que con el devenir del tiempo hicieron surgir las ciencias que se han ocupado de cuidar la salud del hombre. En cada etapa del desarrollo de la sociedad se han ido produciendo cambios en las condiciones de vida y trabajo de los pueblos, derivadas de las diferentes relaciones sociales y de producción, las que ejercen una influencia directa sobre la asistencia médica y el estado de salud de la sociedad.

Se observa que en los últimos 20 años, la profesión ha evolucionado en forma espectacular como disciplina científica. Desde el punto de vista general, se acepta que la enfermería posee 2 dimensiones: ciencia y aplicación, de los descubrimientos científicos en la práctica, por lo cual la enfermería como disciplina depende de la existencia de un conocimiento teórico para todas las áreas.

El uso de un modelo Conceptual o Teoría de Enfermería en la atención garantiza que todas las enfermeras compartan igual concepción del metaparadigma e igual lenguaje en la orientación de los cuidados.

De mayor a menor nivel de abstracción los modelos y teorías de enfermería se dividen en metaparadigmas, filosofías, modelos conceptuales, grandes teorías, teorías y teorías de nivel medio. Los metaparadigmas son el nivel de conocimientos más abstracto de todos, describen los principales conceptos que hacen referencia al tema principal, así como a la finalidad de una disciplina, los principales conceptos del metaparadigma enfermero son: persona, entorno, salud y enfermería. La filosofía se encuentra ubicada como un conjunto de creencias, valores y lo que se asume como verdadero, respecto del fenómeno de interés para la disciplina (el cuidado del individuo), por lo que indirectamente modifican lo que cada enfermera en su contexto propio de trabajo entiende por persona, salud, entorno y enfermería.

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, los modelos y teorías son la representación de una realidad que podemos nombrar como hecho enfermero y que no es más que la manera de llevar a cabo el proceso de cuidar en enfermería, que nos ayudará a “adquirir conocimientos que permiten perfeccionar las prácticas cotidianas mediante la descripción, explicación, predicción y control de los fenómenos”. (Fawcet, 1984).

Desde la primer precursora Nightingale hasta la actualidad han surgido diferentes teorías y modelos conceptuales para la práctica de enfermería, teniendo en cuenta que el paciente, el medio ambiente, la aptitud de la enfermera, sus valores, creencias y formación permiten una interacción satisfactoria para lograr el bienestar de las personas.

Para que la aplicación en la práctica de un modelo de enfermería tenga éxito, según Sussan Leddy y Mae Pepper (1989), es necesario que el profesional conozca el modelo teórico (conjunto de modelos abstractos), reflexione sobre éste (modelo mental) y finalmente lo aplique (modelo sustituto).9

9 Susan Leddy; J. Mae Pepper. Bases conceptuales de la enfermería profesional. OPS 1989.

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Por lo tanto la capacidad de las enfermeras se ve aumentada a través del conocimiento teórico, ya que es más probable que los métodos tengan éxito si están desarrollados sistemáticamente, y sirve de referencia ante la duda.

Además el estudio de la teoría, favorece el desarrollo de la capacidad analítica, estimula el razonamiento, clarifica los valores y los supuestos y determina los propósitos del ejercicio profesional, educación e investigación de la enfermería.

Consecuentemente se reafirma el carácter científico de la Enfermería, su basamento en la lógica y su método científico de trabajo, con el proceso de atención de enfermería que es el método que aplica la base teórica al ejercicio de la profesión, sirve de guía para el trabajo práctico, permite organizar pensamientos, observaciones e interpretaciones; proporciona las bases para las investigaciones, contribuye a la promoción, prevención, mantenimiento y restauración de la salud de los individuos, la familia y la comunidad, exige del profesional capacidades consultivas, técnicas y personales para cubrir las necesidades afectadas y permite sintetizar conocimientos técnicos y prácticos.

Los objetivos del proceso de atención de enfermería se encaminan a cambiar el modelo de actuación de la Enfermería de un modelo automático a uno responsable y profesional, que sea capaz de interpretar las necesidades inmediatas del paciente y prestarle ayuda calificada, lo que mejora la calidad de la atención de manera personalizada y se lleva a cabo en virtud de la relación de la colaboración que debe existir entre el enfermero y el paciente, que incluye la comunicación interpersonal entre ellos, con otras personas importantes para el paciente y con otros profesionales del sistema de servicios de salud.

Hernández Conesa (1995) plantea que la utilización del método científico permite y obliga a la vez a reconsiderar los principios éticos, ya que en cada una de las etapas del proceso de atención de enfermería debe tenerse presente:

• La validez de la ética del cuidado, tiene que ver con el valor de la intimidad de la persona como ser único, que toma decisiones desde sus propios ideales, sus mitos, sus símbolos y su propia visión de la realidad.

• La relación entre el que cuida y el que es cuidado, se establece en el reconocimiento del ser humano en la otra persona, ya que cada uno proyecta en el otro su inquietud abierta y comunicativa, propia de los seres humanos. La utilización de la otra persona como mero instrumento del cuidado, la desposee de su propia esencia y la convierte en objeto.10

Según Fawcett, tener una concepción de la disciplina guía y transforma la práctica enfermera. Recíprocamente, la práctica enfermera guía y transforma la concepción, proponiendo matices y refinando el contenido.11

Así pues adecuar el modelo de cuidados de Swanson, a la atención del anciano en su sexualidad, ha sido de gran interés ya que su modelo se inspira sobre la práctica de enfermería, la educación y la promoción del bienestar de otros.

10

Hernández Conesa, Juana. Historia de la enfermería. Un análisis histórico de los cuidados de Enfermería. Mc Graw-Hill Interamericana, Madrid (1995). 11

Marriner, A. Tomey. Alligood, M. Raile. Modelos y teorías en enfermería. 6ta. Ed. 2007. Madrid. España. Pág. 6.

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A continuidad se describe la Teoría de los Cuidados de Kristen Swanson, nació en 1953, en Providence, Rhode Island. Se licenció en 1975, luego continuo su formación. Lo que más deseaba como enfermera principiante era convertirse en una profesional técnicamente informada y hábil, con el objetivo final de enseñar esas destrezas a otros. Estudió enfermería psicosocial haciendo hincapié en la exploración de los conceptos de pérdida, estrés, adaptación, relaciones interpersonales, persona y ser persona, entorno y cuidados. Decidió aprender más sobre la experiencia humana y sus repuestas.

Swanson recurrió a varias fuentes teóricas para desarrollar su Teoría de los cuidados, la cual es una teoría de rango medio, relativamente nueva (1991-1993).

Las especialistas que modelaron sus opiniones sobre la disciplina enfermera, fueron la Dra. Jacquiline Fawcett, que le hizo darse cuenta de que cuidar a otros a través de las transiciones vitales de salud, enfermedad, curación y muerte, era congruente con sus valores personales y la Dra. Jean Watson, con su Teoría del cuidado Humano, que influyo en su énfasis de explorar el concepto de los cuidados.

Desde el comienzo de su carrera de enfermería, el conocimiento adquirido de los libros y de la experiencia clínica la hizo muy consciente de la profunda diferencia que los cuidados podían marcar en la vida de las personas.

Swanson en su Teoría de los Cuidados postula cinco procesos básicos secuenciales, que dan significado a actos etiquetados como cuidados:

1. Conocimiento: es comprender el significado de un suceso en la vida del otro, evitando conjeturas, centrándose en la persona que se cuida, buscando claves, valorando meticulosamente y buscando un proceso de compromiso entre el que cuida y el que es cuidado.

2. Estar con: significa estar emocionalmente presente con el otro. Incluye estar allí en persona, transmitir disponibilidad y compartir sentimientos sin abrumar a la persona cuidada.

3. Hacer por: significa hacer por otros lo que haría por uno mismo, si fuera posible, incluyendo adelantarse a las necesidades, confortar, actuar con habilidad y competencia y proteger al que es cuidado, respetando su dignidad.

4. Posibilitar: es facilitar el paso del otro por la transiciones de la vida y los acontecimientos desconocidos, centrándose en el acontecimiento, informando, explicando, apoyando, dando validez a sentimientos, generando alternativas, pensando las cosas detenidamente y dando retroalimentación.

5. Mantener las creencias: es mantener la fe en la capacidad del otro de superar un acontecimiento o transición y enfrentarse al futuro con significado, creyendo en la capacidad del otro y teniéndolo en alta estima, manteniendo una actitud llena de esperanza, ofreciendo un optimismo realista, ayudando a encontrar el significado y estando al lado de la persona cuidada en cualquier situación.

Los cuidados de enfermería, se dan como un conjunto de procesos secuenciales creados por la propia actitud filosófica de la enfermera (mantener las creencias), la comprensión (conocimiento), los mensajes verbales y no verbales transmitidos al cliente (estar con),

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las acciones terapéuticas (hacer por y posibilitar) y las consecuencias de los cuidados (desenlace deseado por el cliente).

Dichos conceptos permiten reflexionar acerca de la cosmovisión del cuidado enfermero, donde convergen las dimensiones históricas, antropológicas y filosóficas de la ciencia de enfermería, donde el cuidado se define como una forma enriquecedora de relacionarse con otra persona a la que se valora, ante la que uno tiene un sentimiento personal de compromiso y responsabilidad12.

Se propone un cuidado integral en un ambiente complejo que abarque un equilibrio de cuidado (de uno mismo y de la persona a la que se cuida), acompañamiento (a otros y roles), enfrentarse a responsabilidades (asignadas por uno, por otros y por la sociedad) y evitar malos desenlaces.

Sus principales asunciones sobre los cuatro fenómenos de interés en la disciplina enfermera son:

*Enfermería: la define como la disciplina conocedora de los cuidados para el bienestar del otro, que está fundado por el conocimiento ético, personal y estético derivado de las humanidades, la experiencia clínica y los valores y expectativas sociales.

*Persona: las considera seres únicos que están en proceso de creación y cuya integridad se completa cuando se manifiestan en pensamientos, sentimientos y conductas. Postula que las experiencias vitales de cada individuo están influidas por una compleja interacción de una herencia genética, el legado espiritual y la capacidad de ejercer el libre albedrío, así pues las personas modelan y son modeladas por el entorno en el que viven. Sin embargo advirtió que las limitaciones impuestas por la raza, la clase social, el sexo o el acceso al cuidado pueden impedir que las personas ejerzan su libre albedrío. Considerándolas como seres dinámicos, en crecimiento, espirituales, que se autorreflejan y que anhelan estar conectadas con otros.

*Salud: la experiencia de la salud y el bienestar son: vivir la experiencia subjetiva y llena de significado de plenitud. La plenitud implica una sensación de integridad y de desarrollo en el que todas las facetas del ser incluyen los muchos seres que nos hacen humanos: nuestra espiritualidad, pensamientos, sentimientos, inteligencia, creatividad, capacidad de relación, feminidad, masculinidad y sexualidad.

Swanson considera el restablecimiento del bienestar como un complejo proceso de cuidados y curación que incluye: desprenderse del dolor intenso, establecer nuevos significados, restaurar la integridad y salir con un sentimiento de renovada plenitud.

*Entorno: es cualquier contexto que influye o que es influido por el cliente.

Su teoría presenta un enfoque fenomenológico, con la visión de que los enfermeros no están para manipular y controlar a los demás, sino para entender. A medida que los enfermeros reconocen su sensibilidad y sentimientos, éstos se vuelven más genuinos, auténticos y sensibles hacia los demás (Watson, 1979).

En este aspecto de su teoría influyo Carl Rogers, quien creía que por medio de la comprensión el paciente llegaría a aceptarse, lo que constituye el primer paso hacia un 12

Marriner, A. Tomey. Alligood, M. Raile. Modelos y teorías en enfermería. 6ta. Ed. 2007. Madrid.

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resultado positivo, “es el cliente el que sabe lo que le duele, y su cuidador debería permitir que las directrices del proceso terapéutico vinieran del cliente” (Rogers, 1961)13.

Las respuestas derivadas del cuidado aceptan a la persona no sólo como es, sino como la persona que puede llegar a ser; tratando a los demás como personas únicas, la enfermera percibe los sentimientos del otro y reconoce su condición de único.

Swanson postula que las enfermeras tienen que reconocer la influencia que los entornos internos y externos tienen en la salud y la enfermedad de los individuos. Los conceptos relevantes para el entorno interno incluyen el bienestar mental y espiritual y las creencias socioculturales de un individuo.

Solo mediante relaciones interpersonales el cuidado humano se puede demostrar y practicar de manera eficaz. Donde el cuidado de uno mismo es un prerrequisito para el cuidado de los demás.

En 1999, Swanson realizó una meta-análisis de la literatura sobre los cuidados, que le llevo a proponer que el conocimiento sobre los cuidados puede ser catalogado en cinco dominios o niveles y que la investigación realizada en cualquiera de los dominios asume la presencia de todos los dominios previos:

� Capacidades de la persona para dar cuidados.

� Preocupaciones y compromisos individuales que llevan a las acciones de los cuidados.

� Las condiciones (enfermera, cliente, organización) que aumentan o reducen la probabilidad de suministrar cuidados.

� Las acciones de los cuidados.

� Consecuencia de los resultados intencionales y no intencionales de los cuidados para el cliente y para el profesional.

El cuidado es el elemento central unificador de la práctica enfermera: la esencia de la enfermería; donde el entorno de cuidado ofrece el desarrollo del potencial, a la vez que permite elegir para la persona la mejor acción en un momento determinado.

El presente trabajo se fundamenta en esta Teoría de los cuidados de Swanson, ya que la atención al anciano debe considerar las repercusiones psicofísicas y aspectos tan fundamentales como el entorno socioeconómico y cultural, por las implicancias que tiene en el bienestar del anciano, aportando un marco de referencia holístico, que permite desarrollar estrategias de cuidados útiles y efectivos, donde la enfermera aporta sus conocimientos, experiencias y habilidades, guardando el máximo respeto por los valores y creencias del anciano.

13

Marriner, A. Tomey. Alligood, M. Raile. Modelos y teorías en enfermería. 6ta. Ed. 2007. Madrid. Pág. 94.

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Su perspectiva, concibe a la persona íntegra y produce valoraciones en los componentes físico, intelectual, emocional y espiritual, lo que permite tener en cuenta la capacidad y responsabilidad de la persona para modificar su situación.

La enfermera y el anciano son compañeros en un cuidado individualizado, teniendo en cuenta sus percepciones y su globalidad. Donde intervenir significa "estar con" el anciano, cobrando importancia los aspectos humanísticos y filosóficos del cuidado.

El cuidado de las personas mayores que antaño era obligación familiar, en el presente ha pasado a ser competencia de muy distintos estamentos sociales, los distintos ámbitos en los que la población anciana permanecerá de forma permanente o provisional a lo largo de su senectud son el domicilio familiar, las residencias de ancianos, los hospitales de día, los hospitales generales y/o geriátricos. Esto es así, por los cambios que se han producido en los núcleos familiares, cada vez más dispersos y por los cambios en el ámbito laboral, que nos exigen más tiempo y dedicación14.

Por lo expuesto anteriormente, el panorama sanitario ha dejado de ser sólo asistencial y hoy abarca también otros aspectos como el de la prevención, promoción, rehabilitación y educación.

Las enfermeras tratan de ayudar a los ancianos a alcanzar el bienestar prestando atención tanto a los puntos fuertes como a los débiles, y colaborando con ellos para facilitar el crecimiento y hacer posible la realización del potencial de salud de éstos. Las metas y sentimientos del anciano constituyen factores determinantes importantes en la intervención enfermera.

En la atención al anciano se hace evidente la necesidad de enfermeros formados y especializados, ya que según los datos que brinda la OMS (2011), se registra un aumento de la esperanza de vida, una disminución de la tasa de fecundidad y la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países, lo que puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y de higiene humana, de una mejor producción alimentaria y progresos en su distribución, del desarrollo socioeconómico y del crecimiento tecnológico, en donde no solamente cuenta que tan vieja puede ser una persona, sino también como envejece; por lo que es necesario proporcionar al adulto mayor cuidados para mantenerlo en buenas condiciones y mejorar su calidad de vida.

Este envejecimiento de la población constituye en reto para la sociedad y la ciencia, para que estas personas que llegan a vivir 80, 90 o 100 años tengan una buena calidad de vida y oportunidades permanentes de desarrollar plenamente su personalidad, disponiendo de servicios de atención sanitaria accesibles, adecuados y que estén a su alcance, concebidos para ayudar a esas personas a mantener o recuperar su máximo nivel de bienestar físico, mental y emocional.

14 Babb Stanley, P. Manual de Enfermería gerontológica. Ed. Mograw-Hill Interamericana. 2000.

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Por estas razones comienza a tenerse en cuenta, la importancia de la sexualidad dentro de la salud, de manera que el vivir una sexualidad satisfactoria se considera un punto necesario para alcanzar el bienestar.

La sexualidad según Rubio (1998), es una dimensión de la personalidad que se construye y expresa desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida a través del conjunto de representaciones, conceptos, pensamientos, emociones, necesidades, sentimientos, actitudes y comportamientos que conforman el hecho de ser psicológica y físicamente sexuados: masculino y femenino, lo que trasciende la relación de pareja para manifestarse en todo lo que la persona es y hace en su vida personal, familiar y social, incluyendo todas las formas de expresión, desde la aproximación, el tacto, la intimidad emocional, la compañía, la masturbación y no solamente el coito. La sexualidad humana es un fenómeno sociocultural que está influido por la calidad de las relaciones interpersonales, el contexto en que nos desenvolvemos y por la integración que hemos hecho de las experiencias vividas. La identidad, el deseo y comportamiento sexual son componentes esenciales de nuestra sexualidad15.

De acuerdo a lo planteado por Rodriguez Benito (2008), el disfrute de una relación amorosa no cambia por el paso de los años. El placer sexual es una experiencia deseable y válida para los adultos mayores porque genera gran bienestar. Una menor cantidad de contactos sexuales, los mismos deseos y una mayor calidad en la relación de pareja, conforman las características más notables de la sexualidad en la edad geriátrica.16

Según García (2005), las investigaciones señalan que la sexualidad se rige más por factores psicológicos (motivacionales, emocionales y de actitud) y por un condicionamiento social (proceso por el cual aprendemos nuestras expectativas y normas de grupo sociales) que por los efectos de factores biológicos como las hormonas y los instintos. Nuestras actitudes y comportamiento sexuales están moldeados principalmente por nuestra sociedad y en particular por los grupos sociales a los que pertenecemos. Las sutiles formas en que aprendemos las expectativas de la sociedad respecto de la sexualidad a menudo nos llevan a suponer que nuestro comportamiento o sentimientos son biológicamente innatos o naturales, como el concepto que en el niño y en el anciano no existe la sexualidad por su desvinculación con la función reproductiva, única aceptable como legítima por corrientes tradicionales, negadoras de la función erótica.17

Erikson sostiene que "la edad adulta tardía es también una época para jugar, para rescatar una cualidad infantil esencial para la creatividad. El tiempo para la procreación ha pasado, pero la creación puede tener lugar todavía. Aun a medida que las funciones del cuerpo se debilitan y la energía sexual puede disminuir, las personas pueden disfrutar una experiencia enriquecida corporal y mentalmente’".18

Se debe tener presente que el envejecer supone una serie de cambios biológicos y fisiológicos, tanto en el hombre como en la mujer, que se hacen también visibles en la sexualidad, produciéndose una lógica alteración de las estructuras físicas de forma gradual: 15 Rubio, A. E. Introducción al estudio de la sexualidad. (1998). 16

La sexualidad en el Anciano – Cristina Rodríguez Benito. INEFOC (2008). 17

GARCÍA, José Luis. “La sexualidad y la afectividad en la vejez”. Madrid, Portal Mayores, Nº 41. (2005). 18

Erikson, Erik. El ciclo vital completado. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica.(2000).

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� En la mujer:

• La lubricación vaginal es más lenta y de menor volumen.

• La penetración puede ser dolorosa y producir pequeñas lesiones.

• La respuesta sexual es más lenta y necesita de más estímulos.

• El orgasmo ahora puede ser menos intenso pero sigue siendo placentero.

• Disminuye el tamaño y erección del clítoris.

• Existe menos acidez vaginal, por lo que hay mayores probabilidades de padecer infecciones, que con sugerencias de su médico pueden desparecer.

• Las paredes en la vagina se alisan, haciéndose más sensibles.

• Disminuye el tamaño del útero y las contracciones del recto.

• Atrofia de vejiga.

• Disminución de la elasticidad y tono muscular.

• Disminución de la longitud y profundidad vaginal.

El deseo sexual generalmente nunca se pierde, al contrario en muchas personas aumenta, y se mantiene adecuadamente permitiendo a las parejas mantenerse con una suficiente capacidad de relaciones sexuales.

Para algunas mujeres que ejercitan muy poco su sexualidad o no disfrutan de ella, la aparición de la menopausia puede ser una excusa perfecta para aislar o suspender definitivamente sus relaciones sexuales, pero para otras puede ser el comienzo de un renacer; se sienten liberadas de la posibilidad de la maternidad y aumentan tanto su deseo sexual como su expresión sexual.

La testosterona, hormona que regula el deseo en la mujer no envejece, por lo que el deseo puede persistir siempre.

En un buen grupo de mujeres que mantienen una vida sexual activa la deficiencia de estrógenos causada por la menopausia no es problema, en edades muy avanzadas pueden mantener lubricación vaginal aceptable, que les permite tener una vida sexual agradable; esto se produce gracias al hecho que las glándulas suprarrenales pueden substituir la función del ovario, la cual es producir estrógenos.

Aunque tenga 60, 70 años o más años, la mujer sigue teniendo su capacidad de tener orgasmo, su edad no es un impedimento, en cambio los prejuicios sociales y el que dirá la pareja sí. De igual manera tiene también la capacidad de tener varios orgasmos en un encuentro sexual, esto dependerá de la calidad de estimulación, el estado anímico y de su predisposición.

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� En el hombre:

• Los conductos que trasportan el semen se vuelven menos elásticos (esclerosis).

• La tasa de producción de espermatozoides disminuye.

• Disminución en el deseo sexual (libido).

• Respuestas sexuales más lentas y menos intensas.

• Disminución en el nivel de testosterona.

• Problemas de eyaculación.

• Las erecciones se presenten con menor frecuencia y firmeza.

• Toma más tiempo lograr una erección, mantenerla y llegar a un orgasmo.

• La disfunción eréctil es más común.

• El pene cambia de tamaño, se encoje tanto en longitud como en grosor.

• La cabeza del pene, o glande, pierde su color rosado o morado, debido a la disminución del flujo sanguíneo en el área.

• El vello púbico disminuye.

• El pene se vuelve menos sensible.

Existen hombres que pueden tener su erección con excelentes características parecidas a las de su madurez, sin embargo hay que estar consientes que de manera natural todos comienzan a presentar lentitud en la erección y disminuye el período en que ésta se mantiene; el tiempo en eyacular tarda más que antes por lo que se prolonga más el coito, la cantidad de semen eyaculado también disminuye, pero nada tiene que ver con la calidad del orgasmos y la relación sexual en general.

Ante estas situaciones el papel de la mujer en esta etapa es fundamental, pues en primer lugar debe estar informada adecuadamente de estos cambios, y adoptar un papel pasivo lleno de comprensión para evitar realizar comentarios que generen angustia en el hombre.

El período transcurrido entre una erección y la siguiente luego de haber eyaculado, es otro factor que presenta ciertas modificaciones durante la vejez y que no significan un impedimento para el disfrute de la relación sexual, sobre todo contemplando que aún en la juventud muy pocos hombres logran eyacular dos veces antes de finalizar la erección.

El hombre de edad avanzada puede gozar perfectamente el coito sin llegar necesariamente al orgasmo y en caso de tenerlo puede ser con una intensidad muy placentera; incluso hay hombres que gracias a su aprendizaje sexual logran prolongarlo y modificarlo.

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Ocasionalmente el hombre mayor puede no percibir el orgasmo, o sentirlo de una forma muy rápida u fugaz, lo que no debe alarmarlo, ya que es un fenómeno fisiológico y pasajero.

Los encuentros sexuales en hombres mayores de 60 años puede limitarse a una o dos veces por semana y ser suficiente para su bienestar.

Estas modificaciones pueden ser mal aceptadas por ignorancia o por haber asimilado un modelo de sexualidad juvenil, genital y coital, que obviamente se percibe como deteriorado. La inseguridad y el deseo de demostrarse que nada ha cambiado, adoptando pautas de comportamiento sexual basadas en lo que los terapeutas sexuales llaman “ansiedad de ejecución” (deseo de realizar frecuentes conductas coitales en el menor tiempo posible), son los peores enemigos de la sexualidad del varón, especialmente cuando tiene una edad avanzada.19

Estos cambios biofisiológicos de la sexualidad se inician lentamente entre los treinta y cuarenta años, para progresivamente ir haciéndose más evidentes a medida que el sujeto avanza en edad. A partir de los sesenta y cinco años, edad en la que se sitúa sociológicamente el comienzo de la vejez, las manifestaciones suelen ser bastante claras. Sin embargo, estos cambios se dan en muy distinto grado y aparecen en tiempos claramente diferentes dependiendo de numerosos factores; dichos cambios, en todo caso, no deben de ser etiquetados de declive sexual ya que, la sexualidad no se reduce únicamente a la genitalidad y procreación.

Los patrones sexuales pueden verse alterados también por múltiples problemas de salud, situaciones y conflictos, en el cual el anciano experimenta o está en riesgo de experimentar un cambio en su salud sexual, estos factores fisio-psicopatológicos pueden ser:

� Endocrinos: diabetes, disminución de producción de hormonas, hipertiroidismo, enfermedad de Addison, acromegalia.

� Genitourinarios: insuficiencia renal crónica, estructuras alteradas, enfermedad venérea, infección vaginal crónica.

� Neuromusculares y esqueléticos: artritis, esclerosis múltiple y lateral amiotrópica, trastorno de la conducción nerviosa al cerebro, médula, nervios sensoriales y autónomos.

� Cardiorespiratorios: infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca congestiva, trastornos vasculares periféricos y respiratorios crónicos.

� Cáncer.

� Hepatopatía.

� En relación con el tratamiento: medicamentos, radioterapia, alteración del concepto de uno mismo por cambios en el aspecto (traumatismo, cirugía radical).

19

http://escuela.med.puc.cl/paginas/udas/Geriatria/Geriatria_Manual/Geriat_M_11.html (1 of 2)(2000)

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� De situación: Compañero: no deseoso, no informado, abusivo, divorciado o la falta de pareja es la causa que más provoca abstinencia sexual, sobre todo en la mujer y la sociedad actual no aprueba que ella trate de buscar una nueva pareja, por lo que el entorno social las coloca fuera del juego. La monotonía de las relaciones sexuales (hacer siempre lo mismo y de la misma manera).

Ambiente: Las condiciones de la vivienda. Nuestra sociedad es filocéntrica, es decir, educa a sus miembros en el pensamiento de que todo debe supeditarse en función de los hijos. En el caso del adulto de la tercera edad esta obligación se duplica, pues debe ocuparse de hijos y nietos, y en nuestras casas por lo general coinciden 3 generaciones, en las que los adultos mayores generalmente comparten sus habitaciones con otras personas, pues no se piensa que necesita privacidad, lo cual no es lógico.

Factores de estrés: Los problemas de comunicación (solo se tratan problemas de la casa, el trabajo y la subsistencia), y no se conversa sobre los temas íntimos que puedan hacer resurgir la intimidad de la pareja. Las preocupaciones económicas, conflicto de valores y religiosos, falta de conocimientos, fatiga, obesidad, dolor, ingestión de alcohol, drogadicción, temor al fracaso sexual, depresión, ansiedad, culpa.

Debemos recordar que mientras la vejez es una situación individual y privada, el envejecimiento es un fenómeno colectivo y social, por lo tanto en la sexualidad los factores psicosociales desempeñan un papel fundamental, por lo que se debe tener presente:

� La educación recibida y el nivel cultural desarrollado por el anciano a lo largo de su vida.

� Las diferencias según el sexo.

� Lugar de residencia: domicilio propio, domicilio de los hijos, institución.

� La autoaceptación de cambios del envejecimiento (arrugas, canas, etc.).

� La situación afectiva que disfrute el anciano, según mantenga una pareja estable o este soltero o viudo.

� La influencia de relaciones o experiencias anteriores.

� El estímulo por mantener la creatividad en la relación sexual

� El estado mental y el mantenimiento de las capacidades intelectuales que permitan al anciano actuar y vivir según sus creencias.

� La religión podrá influir en la forma de actuar ante diferentes situaciones.

� La personalidad del anciano.

� Las actitudes.

� El grado de satisfacción con la vida.

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� Las creencias sexuales.

� Los intereses.

� Las prácticas en cuanto a su sexualidad que se hayan llevado en la vida.

� Facilidad de expresión de las necesidades, ideas, opiniones, emociones.

� Pertenencia a grupos, relaciones armónicas en la familia, trabajo y ocio.

Consecuentemente no podemos esperar patrones de comportamiento sexual generales, sino una personalización de la sexualidad del ser humano. La sexualidad es una parte integral de toda personalidad y se expresa en todo lo que una persona hace. Todos los individuos tienen sentimientos, actitudes y convicciones en materia sexual, pero cada persona experimenta la sexualidad de distinta forma, porque viene decantada por una perspectiva sumamente individualizada. Se trata en efecto, de una perspectiva que dimana tanto de experiencias personales y privadas como de causas públicas y sociales.

Con todo lo expuesto anteriormente para disfrutar de una vida sexual plena en la vejez solo hay que cumplir 3 condiciones20:

• Tener un estado de salud razonablemente bueno. • Estar interesado en la sexualidad. • Tener una pareja que le resulte interesante.

Además de los motivos citados anteriormente, la sexualidad puede verse también disminuida durante la vejez debido a los Mitos existentes sobre la sexualidad en la tercera edad:

• La vejez es asexuada.

• La función sexual solo sirve para procrear.

• La actividad sexual afecta la salud.

• La incapacidad sexual es propia de la vejez.

• La sexualidad de los ancianos no es posible ni necesaria y si ocurre es anormal (prohibido verbalizarla).

• Culto mariano, en la mujer postmenopáusica desaparece toda huella de su sexualidad.

• La represión sexual ocurre en ambos sexos, pero es más marcada en el varón y el cual es visto como un degenerado.

20 Kusnetzoff J. C. El hombre sexualmente feliz. Ed. Granica SA. Bs. As. Mexico. Santiago Montevideo.

2008.

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30

• El hombre debe ser mayor que la mujer.

• El útero simboliza la esencia de la feminidad por la capacidad de procrear; al practicársele una histerectomía muchas mujeres pueden sentirse mutiladas o desfemenizadas.

• Durante la vejez aparecen más desviaciones sexuales.

• La masturbación durante la vejez es signo de un trastorno importante.

• Los ancianos enfermos dejan de interesarse por la sexualidad.

• Los ancianos ya no son capaces de enamorarse.

• El casamiento de los ancianos es abominable, se vuelven a casar por interés, no por amor.

• Los ancianos casados buscan más el afecto que el placer.

• Da igual que el anciano sea viudo, soltero, divorciado, o casado.

• El anciano necesita más un compañero que una amante.

Según Herrera (2003) estos mitos deben ser superados, las expresiones de afecto, las fantasías, el deseo de ser seducido y seducir se encuentran presentes en esta etapa como en cualquier otra de la vida. El sexo pasa a ser un elemento de placer necesario para la manutención de la vida amorosa y afectiva.21

Ante tales dimensiones es evidente la necesidad de enfermeros formados y especializados para prestar atención y proporcionar el mayor bienestar posible al anciano en su sexualidad, que puede verse disminuida durante la vejez debido al gran desconocimiento y desinformación que existe sobre el envejecimiento en general y la sexualidad en particular. Por ello, es imprescindible que tanto los ancianos como la sociedad en general, reciban la formación adecuada que les permita romper con los prejuicios y tabúes que giran en torno a este aspecto y les permita un pleno disfrute de la sexualidad en todas y cada una de las etapas de la vida, incluyendo la vejez.

Por ello los ancianos deben vivir su sexualidad de manera completa, plena, integral y es de suma importancia, reconocer los derechos sexuales (WAS, OPS, 2000)22:

� El derecho a la libertad sexual.

� El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo.

� El derecho a la privacidad sexual.

21 Herrera P., Adela. Sexualidad en la vejez: ¿mito o realidad?. Rev. chil. obstet. ginecol. Vol.68, Nº2, pág. 150-162 (2003). 22

World Association for Sexual Health; Organización Panamericana de la Salud. Promoción de la Salud Sexual Recomendaciones para la acción. (2000).

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� El derecho a la equidad sexual.

� El derecho al placer sexual.

� El derecho a la expresión sexual emocional.

� El derecho a la libre asociación sexual.

� El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables.

� El derecho a información basada en el conocimiento científico.

� El derecho a la educación sexual integral.

� El derecho a la atención de la salud sexual.

A estos derechos debemos sumarles los derechos expuestos por el médico sexólogo Acuña Cañas (1984)23:

1.- El ejercicio de la sexualidad es una libre opción que estoy en capacidad de tomar.

2.- Mi expresión sexual es permanente y no depende de la edad. Es una faceta vital que varía con cada persona.

3.- Tengo el mismo deseo y derecho a recibir y dar caricias tal y como sucedía en mi niñez y juventud.

4.- Estoy en capacidad de expresar sanamente el afecto hacia las personas que me atraen.

5.- Puedo constituir mi pareja y compartir mis sentimientos sin límite de edad.

En la medida que estos derechos sean reconocidos, ejercidos y respetados, por la sociedad en general y en especial por el equipo de salud, los ancianos tendrán una vida sexual plena.

Entendiéndose que “El ejercicio de la sexualidad es la posibilidad de expresar sentimientos de ternura dentro de una relación interpersonal en la que el aspecto más relevante es la intimidad y la comunicación a nivel corporal”, la misma es un proceso dinámico, cambiante y mediado por un contorno sociocultural, sin embargo el ejercerla o no es responsabilidad de cada persona.

A pesar que la capacidad de disfrutar de la afectividad y de la sexualidad, dura toda la vida y es un elemento que enriquece positivamente las relaciones de las personas mayores, contribuyendo a proporcionarles una mayor calidad de vida y bienestar, las necesidades del anciano en lo que respecta a su sexualidad pueden estar ocultas porque son asintomáticas o bien porque el anciano, el enfermero o el equipo de salud no las reconocen como necesidades que deban recibir atención.

El cuidado de la salud del anciano, en lo que se refiere a su sexualidad, es complejo ya que la eficacia de las intervenciones de enfermería responden a la capacidad de 23

Alonso Acuña Cañas. "Sexo y Edad: de la madurez a la vejez”. (1984).

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identificar las necesidades y ejecutar las actividades adecuadas, que se dirigen al bienestar tal como la persona lo define, basándose en el reconocimiento de sus valores culturales, creencias y convicciones. El anciano demanda compromiso, dedicación, respeto y es responsabilidad de los enfermeros el cuidarlo.

Así mismos el significado que se tenga de un fenómeno condiciona la forma en que va a ser representada la realidad de los sujetos, y que, de acuerdo con Levinas (2005), las palabras introducen la franqueza, la revelación en la cual el mundo se orienta y adquiere un significado entre los individuos, entonces, la relación enfermera-paciente, como seres dialógicos, implica un encuentro humanizador, que tiene como propósito despertar la conciencia del otro a través de la reflexión de los cuidados, que incluye las creencias y los valores que impregnan la atmósfera en la que tienen lugar los hechos y las circunstancias del quehacer de enfermería24.

Por lo antes mencionado, es necesario comprender cómo representa la enfermera su hacer profesional, a través de las formaciones subjetivas como: opiniones, actitudes, creencias, informaciones y conocimientos; tal comprensión servirá para mejorar el cuidado y su práctica. Por consiguiente el enfermero debe conocer y sentirse bien con su propia sexualidad y aceptar que es un área importante de intervención, debiendo estar dispuesto a trabajar con personas que expresan su sexualidad de diversas formas.

24

Levinas E. totalidad e infinito: Ensayo sobre la exterioridad.3º ed. España: ediciones Sígueme. 2005.

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Capítulo III: Aplicación de la teoría

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Aplicación de la teoría:

Respetando la teoría de los cuidados de Swanson, el objetivo general del accionar del profesional de enfermería es brindar cuidado con calidad durante el proceso de atención para el bienestar del anciano, en cuanto a su sexualidad.

Cada uno de los procesos de cuidados (conocimiento, estar con, hacer por, posibilitar, mantener las creencias) puede servir de base para un planteamiento de intervenciones enfermeras, que exige un espíritu abierto, tolerancia, capacidad de negociar, apertura al compromiso y apreciación de la diversidad.

Riopelle, Grandin y Phaneuf (1993) postulan que para llevar a cabo el proceso de atención de enfermería y la detección de las necesidades del anciano, la relación interpersonal juega un papel decisivo, pues no sólo se deben interpretar signos y síntomas, o la expresión verbal del anciano, sino que se impone una verdadera comprensión empática, entendida como capacidad de reconocer y hasta cierto punto compartir las emociones y estados psicológicos del anciano y comprender la significación de su conducta. Se requiere mucha intuición, sensibilidad y captación afectiva.25

25

Riopelle Lise, Grandin Luise, Phaneuf Margot. Cuidados de enfermería. Un proceso centrado en las necesidades de las personas. Ed. Interamericana. Mc Graw-Hill. Madrid (1993).

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Proceso de Atención de Enfermería, según los procesos básicos de cuidados de Swanson

Diagnósticos Intervenciones Acciones

Conocimiento: Déficit de conocimientos de los cambios sexuales normales relacionados con la edad, debido a una inadecuada información.

*Reconocer el derecho de autonomía del anciano.

*Fortalecer los conocimientos de los ancianos para que comprendan los cambios bio-psico-sociales que se producen y que intervienen en su sexualidad y el significado que tiene este evento para su vida.

*Identificar los recursos internos y externos, reales y/o potenciales para alcanzar un estado de bienestar óptimo.

*Realizar talleres sobre la autonomía de los ancianos.

*Brindar charlas informativas sobre los cambios bio-psico-sociales.

*Entregar folletos que contengan información sobre la sexualidad en la tercera edad.

*Reproducir videos sobre la temática en cuestión.

*Detenerse frente a cada consulta y aclarar dudas.

*Realizar entrevistas personales y familiares para detectar los recursos con los que cuenta el anciano.

*Apoyar el uso de mecanismos de defensa adecuados.

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Estar con – Hacer por:

Riesgo del logro de la satisfacción de la sexualidad deseada en relación a:

o Un conflicto de valores.

*Desarrollar acciones de cuidado con el anciano en donde pueda aclarar dudas, compartir sentimientos e identificar la presencia autentica de la enfermera.

*Proveer el espacio vital para que el anciano se sienta tratado con cordialidad.

*Demostrar interés real ante las inquietudes del anciano.

*Transmitir disponibilidad.

*Determinar puntos fuertes, capacidad de afrontamiento y mecanismos con los que el anciano ha enfrentado

*Utilizar medios no verbales para comunicarse (Caricias, tomar la mano).

*Darle al anciano la oportunidad de hacer preguntas.

*Permanecer con el anciano para promover la seguridad y ser comprensivo al escucharlo.

*Trabajar con grupos focales.

*Realizar salidas recreativas.

*Tratar de comprender la perspectiva del anciano sobre la sexualidad.

*Utilizar técnicas no verbales de comunicación: expresiones faciales, forma de estar y posición corporal, gestos, contacto físico, la forma de hablar.

*Escuchar atentamente cada consulta o duda.

*Brindar una escucha atenta y mostrar gestos de interés por sus dudas.

*Brindar más tiempo a la atención del anciano, centrada en el dialogo.

*Propiciar con la familia del paciente la posibilidad de contar con amigos que

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o Limitaciones reales impuestas por alguna enfermedad.

o Falta de intimidad.

problemas similares en el pasado.

*Reconocer y respetar emociones y sentimientos propios de la sexualidad: miedo, vergüenza, pudor, alegría, placer.

*Fomentar el acompañamiento de los familiares e invitarlos a participar en charlas informativas.

*Promover la intimidad del anciano para que satisfaga sus necesidades sexuales, sólo o con su pareja, dentro del contexto de lo que considera físicamente seguro de acuerdo a su enfermedad.

*Transmitir al anciano y su familia la actitud de que las personas son seres sexuales desde que nacen hasta que

ofrezcan apoyo y ayuda.

*Realizar talleres sobre la sexualidad y sus implicancias en la vida de las personas.

*Fomentar en las entrevistas la exteriorización de sus emociones, sentimientos y opiniones en un medio receptivo.

*Realizar reuniones grupales y emplear técnicas participativas para el desarrollo de la temática a tratar.

*Establecer comunicaciones con los familiares del anciano para incluirlos en las charlas y talleres sobre los derechos que tienen todas las personas de vivir la sexualidad plenamente.

*Realizar debates sobre la realidad.

*Colaborar en la aceptación de las limitaciones que experimenta el anciano, explicando el proceso de su enfermedad y como va a influir en su sexualidad.

*Recordarle que el sexo no tiene que implicar necesariamente el acto sexual.

*Ayudar al anciano a obtener la intimidad que

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mueren, por lo tanto necesitan tener intimidad.

requiera de acuerdo a sus necesidades.

*Trabajar conjuntamente con la familia y otros profesionales para poder brindar la intimidad necesaria al anciano de acuerdo a sus posibilidades.

*Realizar talleres y entrevistas familiares y personales donde se aborde el tema de sexualidad del anciano y como favorecer a su realización plena, tratando al anciano con respeto y dignidad.

Posibilitar:

Temor a que el coito desencadene un ataque cardíaco.

*Promover a que el anciano tenga la información necesaria que le facilite desarrollar acciones de autocuidado.

*Implicar, si el anciano lo desea, a la pareja en la consulta de enfermería para brindar información acerca de las diversas alternativas de llevar a cabo su sexualidad.

*Apoyar al anciano en cualquier situación.

*Fomentar una comunicación abierta entre el anciano y su pareja.

*Aconsejar al anciano que asista a controles periódicos con su médico de cabecera.

*Orientar al anciano en caso de dificultades sexuales a través de encuentros personalizados.

*Invitar al anciano y su pareja a encuentros grupales y de pareja en donde puedan exteriorizar sus inquietudes y recibir asesoría.

*Acompañar al anciano en todas sus iniciativas.

*Ayudar al anciano y su pareja a que realicen una descripción realista de su sexualidad.

*Fomentar el dialogo entre ambos sobre sus necesidades y deseos.

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Mantener las creencias:

o Alteración de la autoestima relacionada a la autopercepción de la sexualidad.

o Mitos y creencias.

*Explorar la influencia de los procesos vitales pasados, presentes y futuros posibles.

*Ofrecer un optimismo realista a sus posibilidades psicofísicas.

*Facilitar el proceso de autoconocimiento de los cambios corporales que se producen en esta etapa.

*Creer en la capacidad del anciano de poder llevar una vida sexual plena.

*Aceptar la expresión los sentimientos del anciano, incluso de insatisfacción y mal humor.

*Estimular a mantener el impulso sexual dentro de los hábitos que ha desarrollado durante toda la vida.

*Fomentar la expresión de la sexualidad a través de caricias, gestos, abrazos u otras demostraciones.

*Reflexionar con el anciano sobre los mitos y

*Ejecución de actividades recreativas relacionadas con la forma de percibir su sexualidad.

*Asesorar al anciano sobre los factores que intervienen en el goce de su sexualidad.

*Brindar información a través de folletos, de afiches, de revistas de distribución gratuita en los centros de jubilados, de entrevistas y talleres.

* Fortalecer las relaciones interpersonales y despojarse de las creencias sociales negativas acerca de la negación de la sexualidad de los ancianos.

*Brindar cuidados con empatía, respeto y cariño.

*A través de entrevistas personales indagar sobre la historia de la sexualidad del anciano e impulsarlo seguir viviendo una vida sexual plena.

*Iniciar o estimular al anciano en técnicas de expresión corporal

*Informar que hay distintas formas de vivir la sexualidad.

*Informar de la importancia de conseguir

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creencias existentes acerca de la sexualidad.

un equilibrio espiritual mediante la expresión de sus creencias.

*Emplear técnicas audiovisuales y juegos recreativos para exteriorizar las creencias individuales y sociales.

*Realizar talleres para desprenderse de los mitos acerca de la sexualidad de la tercera edad.

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Capítulo IV: Conclusión

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Conclusión

Durante la construcción del presente estudio teórico se visualizó que los Procesos de Cuidados de Kristen Swanson son de una efectiva aplicación, aportándose un marco de referencia holístico y humanístico, que ayuda al anciano a afrontar positivamente su sexualidad, cumpliéndose de este modo el objetivo propuesto, pues el conocimiento permite comprender el significado de la sexualidad en la vida del anciano, reconocer sus expectativas, actitudes y valores, creándose un proceso de compromiso, el estar con facilita brindar el apoyo necesario al anciano, transmitiendo disponibilidad y compartiendo sentimientos a través de una comunicación eficaz y sensible, identificando fortalezas y debilidades individuales, guardando el máximo respeto por los valores y creencias del anciano, el hacer por establece actuar con habilidad y competencia, protegiendo a la persona y respetando su dignidad al ayudar a satisfacer sus necesidades, reconociendo que su sensación y percepción están mediatizadas por los cambios funcionales, físicos, cognitivos, psicológicos y sociales, el posibilitar le otorga validez a los sentimientos y posibilita generar alternativas de cuidados conjuntamente con el anciano teniendo siempre presente las características individuales, pasado, presente y futuro y el mantener las creencias propicia el ofrecer un optimismo realista y esperanzador, manteniendo la fe en la capacidad del anciano de poder gozar una sexualidad plena, conceptualizándose la atención de enfermería dirigida a la persona, formada por cuerpo, mente y espíritu, como una unidad funcional integrada, en interacción con su medio. Entendiéndose que lo que mantiene vivo al ser humano es el afecto, la ternura, el sueño, la presencia de alguien que lo escuche, con quien compartir la vida. No se parte de las pérdidas sino de las posibilidades creativas dadas por lo vivido, sufrido y acumulado en las experiencias amorosas.

Por lo tanto la presente teoría nos otorga una concepción diferente de brindar cuidados que implica estar auténticamente presente y desarrollar una relación de apoyo y confianza con el anciano, respetándose la confidencialidad, mostrando y sintiendo empatía, sin imponer valores propios ni ideas personales. Incluso permite ayudar al anciano a tomar decisiones realistas y a descubrir diversas maneras para ajustarse al cambio, valiéndose de sus propios recursos, personas y servicios.

Esta teoría también permitirá un abordaje participativo, en donde el dialogo y la escucha atenta son el eje de la atención de enfermería, promoviéndose encuentros recreativos, debates, talleres, encuentros individuales y con grupos focales, para hablar de la sexualidad de forma clara y abierta, sin emitir juicios, fomentando las discusiones libres de lo que ellos hacen.

En cierto modo el trabajo de Swanson contribuye a la sensibilización de los profesionales enfermeros, hacia aspectos más humanos, tratando a los demás como personas únicas, promoviendo un pensamiento crítico y adoptando el concepto de cuidado individualizado como estándar de la práctica. El profesional debe poseer capacidad de comunicación y escucha, respeto por las creencias de otro, gran dimensión de entrega, compromiso ético y calidez humana. Durante el proceso de atención debe detenerse a pensar si fue comprensivo al escuchar, si dio la oportunidad de hacer preguntas, si se tomo el tiempo necesario para atender, si la otra persona sintió la preocupación por sus temores y si está satisfecho con el cuidado que le brindó.

De manera que se debe fomentar determinadas actitudes que ayudarán a acercarse a la realidad del anciano:

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- Empatía (escucha activa, paciencia, acompañamiento durante el proceso de pérdidas).

- Aceptación incondicional-consideración positiva.

- Autenticidad.

-Información acerca de los cambios típicos del envejecimiento desde un enfoque multidisciplinar.

Así se realiza el valor del cuidado humanizado y se visualiza que esta mirada humana es necesaria en todas las áreas: gestión, educación, investigación y asistencia.

De tal forma es evidente que el cuidado de los ancianos es un fenómeno social universal, que sólo resulta efectivo si se practica en forma interpersonal, en donde la escucha activa, preocuparse y crees en alguien, reforzar sus capacidades, permitirle recobrar la esperanza o acompañarle en su camino estando presente, también es “cuidado” aunque éste sea muchas veces invisibilizado.

Se espera con el presente trabajo establecer nuevas pautas que contribuyan a adoptar una actitud crítica y humanizada ante la práctica profesional.

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