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CuidArte al enfermarse. Taller para el trabajo con grupos ¡Salud! y saludos. Este taller gira en torno al “enfermarse”, un acontecer cuya presencia afecta no solo el aspecto físico de los niños y las niñas sino el emocional y el social, y que sin duda demanda, por parte de las personas cuidadoras, que todas aquellas cualidades que ponen al servicio de su labor, se realicen con mayor sensibilidad y dedicación. Momento para jugar, cantar, y narrar Para entrar en el tema, pida a las personas participantes que recuerden sus enfermedades cuando eran pequeñas. ¿Recuerdan las rodillas raspadas, el dolor de barriga o el chichón en la cabeza? Entonces deben recordar el mágico remedio de mamá… El sana que sana colita de rana, si no sana hoy sanará mañana. Invíteles a conversar sobre estos dos temas: las enfermedades y dolores durante la infancia, y los cuidados que hay que tener con los niños y niñas en estas situaciones. Después invíteles a participar del tele-encuentro. El tele-encuentro La pregunta a trabajar durante el programa es: Además de los remedios y de ir al médico, ¿qué les sirve a ustedes para sentirse mejor cuando están enfermas o enfermos? Como siempre es fundamental su animación en este momento. A medida que pasa el tele-encuentro, Alejandro se va aliviando. Al despedirse les cuenta a las personas cuidadoras que hubo algo que le ayudó a sentirse mejor y que se los quiere compartir, y acerca delicadamente un pedazo de algodón a la cámara. Es el momento para que de forma completamente delicada, usted ponga entre las manos de las personas cuidadoras el pedazo de algodón con el que van a trabajar en el taller. El taller El taller busca profundizar y reflexionar sobre el acontecer “enfermarse”, y favorecer el reconocimiento del valor que tiene el afecto y la actitud de las personas cuidadoras para el cuidado y recuperación de los niños y niñas que se encuentran enfermos.

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CuidArte al enfermarse. Taller para el trabajo con grupos¡Salud! y saludos. Este taller gira en torno al “enfermarse”, un acontecer cuya presencia afecta no solo el aspecto físico de los niños y las niñas sino el emocional y el social, y que sin duda demanda, por parte de las personas cuidadoras, que todas aquellas cualidades que ponen al servicio de su labor, se realicen con mayor sensibilidad y dedicación.

Momento para jugar, cantar, y narrarPara entrar en el tema, pida a las personas participantes que recuerden sus enfermedades cuando eran pequeñas. ¿Recuerdan las rodillas raspadas, el dolor de barriga o el chichón en la cabeza? Entonces deben recordar el mágico remedio de mamá… El sana que sana colita de rana, si no sana hoy sanará mañana. Invíteles a conversar sobre estos dos temas: las enfermedades y dolores durante la infancia, y los cuidados que hay que tener con los niños y niñas en estas situaciones. Después invíteles a participar del tele-encuentro.

El tele-encuentroLa pregunta a trabajar durante el programa es: Además de los remedios y de ir al médico, ¿qué les sirve a ustedes para sentirse mejor cuando están enfermas o enfermos? Como siempre es fundamental su animación en este momento.

A medida que pasa el tele-encuentro, Alejandro se va aliviando. Al despedirse les cuenta a las personas cuidadoras que hubo algo que le ayudó a sentirse mejor y que se los quiere compartir, y acerca delicadamente un pedazo de algodón a la cámara. Es el momento para que de forma completamente delicada, usted ponga entre las manos de las personas cuidadoras el pedazo de algodón con el que van a trabajar en el taller.

El tallerEl taller busca profundizar y reflexionar sobre el acontecer “enfermarse”, y favorecer el reconocimiento del valor que tiene el afecto y la actitud de las personas cuidadoras para el cuidado y recuperación de

los niños y niñas que se encuentran enfermos.

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Materiales20 recuadros de algodón de 10 cm X 10 cm

100 tiras de hilo de lana colores de 10 cm cada una

1 tijera

DesarrolloCotorrear… Sobre el tele-encuentro. 10 minutos para comentar el programa, lo que llamó la atención, lo que se destaca, lo anecdótico, lo que evoca, las inquietudes generadas, etc. No sobra proponer algunas preguntas que animen el cotorreo.

¿Cómo les pareció lo que nos contaron acerca de enfermar en el tele-encuentro?

¿Qué cosas nuevas conocieron hoy?

¿Alguien ha tenido que ir de urgencias con un niño o una niña al hospital o centro de salud?

¿Qué otros versos del estilo del “sana que sana” recuerdan?

Conectar… el objeto con el que cierra el tele-encuentro con la actividad que se va a desarrollar. Invite a las personas cuidadoras a que sientan y observen el algodón y pregúnteles: ¿En qué se parecen el algodón y la piel? Si las personas se muestran tímidas, empiece usted con algunas apreciaciones: es suave, se estira, se rompe, absorbe, tiene pelitos, puede tener diferentes colores, se ensucia, se moja, se seca, es blandita, etc.

Introducir… La metáfora con la cual será abordado el acontecer y propiciar la exploración sensorial en torno a la misma. Invite a las personas cuidadoras a tomar el algodón entre sus manos y pídales que se conecten con la historia que les va a contar. Motívelas a ponerse muy cómodas y a cerrar los ojos si lo desean.

“Erase una vez un día soleado y erase una vez que usted es quien protagoniza esta historia y erase una vez que usted tenía la piel de algodón… ¿Ya se está viendo? No olvide que su piel es de algodón y que adentro conserva sus huesitos y músculos.

Muy bien. Entonces resulta que así, con su piel de algodón, usted se va a hacer el mercado. Se pone su ropa de hacer mercado y sale a la calle por la ruta de siempre [pídale a las personas que visualicen las cosas y la gente con las que generalmente se cruzan en ese camino y deles un tiempo]… Tengan cuidado con los carros ¿no?

Bien. Así sigue usted caminando y de pronto se le ocurre mirar al cielo… ¡Ah! y se encuentran con sus amigas las nubes. Usted no sabe bien por qué, pero siempre le han parecido muy simpáticas

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esas moticas entre grisosas y blancuzcas, entonces mientras continúa su camino se pone a conversar con ellas. Tanto y tanto se concentra en la “conversa” que usted se eleva y por andar en las nubes, no se da cuenta de que había un hueco y… ¡Zas! Se pega tremenda caída.

Sus rodillas de algodón se arrastran contra el suelo… Por fortuna usted alcanza a poner sus manos y solo por eso no termina también su cara contra el suelo. La gente corre, le ayuda a levantarse y le ofrecen una silla. ¿Qué le paso?... ¿Está usted bien?... ¿Cómo se siente?...

Con esas preguntas quédese por favor allí en la silla… Regrese lentamente al salón… Abra sus ojos.

Motive a las y los participantes a hablar un poco sobre la sensación con la que están. ¿Qué les pasó a sus rodillas de algodón? Si las personas tienen dificultad para responder haga alguna de estas preguntas: ¿Se pelaron?, ¿Hay sangre? ¿Arden? ¿Duelen?

Una vez se compartan estas sensaciones cierre el ejercicio sanando las rodillas. Invite a las personas a sobarse las rodillas mientras cantan en grupo “sana que sana…”. Dígale al grupo que para asegurarse que todos y todas se sientan mejor, van a tomar el dolor y lo va a mandar lejos, lejos. Sobre las rodillas de una persona, sin tocarlas, haga la mímica de que usted toma el dolor y lo lanza lejos. A continuación invite a que por parejas hagan lo mismo. Asegúrese de que nadie se queda sin que alguien le quite el dolor de sus rodillas. Una vez lanzados lejos todos los dolores, continúe con el taller.

Crear… el producto. Comente que así como se pudieron sentir mejor con el sana que sana y la manitas que mandan lejos el dolor, unas palabras suaves y cálidas como un algodón, un abrazo, las caricias y el afecto ayudan enormemente.

Cuénteles que hoy van a crear a “Suavecito”, un muñequito que les va a ayudar a los niños y las niñas a sobrellevar el dolor o el malestar que puedan tener cuando están enfermos, e inclusive a tomarse los remedios o seguir las recomendaciones que haya dado el personal de salud.

Es recomendable que previamente usted haya elaborado a Suavecito, para que su experiencia previa le ayude a orientar con mayor facilidad el ejercicio. De seguro habrá encontrado truquitos que hacen más fácil su elaboración. Igual tenerlo en el taller les permite a las personas visualizar el resultado que deben obtener.

Para ello entregue a cada persona 5 tiras de lana de diferentes colores y pídales que tomen el centro de uno de los lados del cuadrado de algodón y lo recojan formando la cabeza. Cuando le hayan dado la forma deben anudar una de las lanas para que quede lista (Más que lacito es mejor hacer dos nudos para amarrar).

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A continuación deben formar los brazos tomando los extremos que quedaron a lado y lado de la cabeza anudándolos también para que queden listos.

Finalmente, dígales que formen las piernas.

Mientras elaboran a “Suavecito” facilite la conversación entre las personas cuidadoras en torno a lo agradable que es sentirse atendido y consentido cuando se está enfermo. Pregúnteles por las cosas que hacen cuando los niños y las niñas están enfermos. Mientras cuentan sus experiencias, aproveche para hacer aportes concretos desde lo que va surgiendo, en torno a aspectos como:

Es normal que los niños y las niñas se enfermen, su cuerpo está aprendiendo a defenderse y para esto tendrá que atravesar por distintas enfermedades.

Es muy importante asegurarse de que los niños y niñas tengan sus vacunas completas, para evitar enfermedades peligrosas.

Si tenemos un hogar limpio, nos lavamos las manos y las de nuestros hijos, y hervimos el agua, podemos disminuir las enfermedades en los niños y las niñas.

Como principio, toda enfermedad que genere fiebres altas, produzca dolor agudo o dure más de tres días sin síntomas de mejoría, debe ser atendida por el médico.

Si los niños y las niñas no presentan ninguno de los signos que son de alarma pueden cuidarse en casa, con una buena alimentación y apropiados cuidados.

Una buena dosis de cariño ayuda mucho a sentirse mejor.

Frases como: “Sana que sana”, “ya pasó, ya pasó”, que suelen decirse aún sin pensarlo y de manera muy intuitiva, son mágicas.

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Movimientos rítmicos, fraseos melódicos, nanas y arrullos producen efectos casi inmediatos, dando sensación de bienestar a los niños y las niñas.

Los cuentos ayudan mucho a que los niños y las niñas entiendan lo que les pasa, lo que van a tener que vivir en la atención de su enfermedad y lo que pueden hacer para ayudarse a mejorar. Cuénteles historias que traten de animalitos enfermos, de situaciones dolorosas y de personajes enfrentados a dificultades que salen adelante.

Es importante asegurarse de involucrar a los niños y las niñas en su recuperación. Permitirles que se pongan la curita, que ayuden a limpiar el termómetro, que tapen el remedio, etc. les transmite que ellos tienen mucho que aportar en su mejoría y muchas veces facilita que accedan a cosas que son incómodas en los tratamientos.

Al terminar, recuerde a las personas cuidadoras que Suavecito es un amigo incondicional que está del lado de los niños y las niñas, les acompaña cuando están enfermos o se han lastimado y les ayuda a manejar su enfermedad, a superar el malestar. Por eso recomiéndeles especialmente que no usen a Suavecito para regañar al niño o la niña, para amenazarlo con que se pondrá bravo con ellos o se irá si no se toman el remedio o el caldito o si no dejan de llorar. Suavecito no grita, no regaña. Habla suave y anima. Confía en el niño o la niña y le entiende. Usa frases como: “Yo sé que el pinchazo de la inyección duele y que vas a llorar un ratico, pero también sé que vas a respirar profundo… y despacio… y vas a dejar que te la pongan, porque sabes que va a ayudar a que te mejores. Vamos a estar juntos en esto”.

Contemplar… el resultado en 1 minuto de satisfacción. Culminada la creación invite a las personas cuidadoras a compartir a sus Suavecitos para que las demás puedan apreciarlos.

Idear oportunidades para disfrutar el producto. Proponga a cada participante que imagine cómo le van a presentar por primera vez a Suavecito a los niños y las niñas a quienes cuida. Recuérdeles que es muy importante que lo reserven sólo para ocasiones en las que él tenga que actuar, así que deben presentárselo a los niños y las niñas cuando sea oportuna su ayuda. Es decir cuando hay heridas, dolor o enfermedad. Invíteles a compartir sus ideas con el grupo.

Luego de escuchar las propuestas de las personas cuidadoras, si no han salido, aporte ideas como: que sea Suavecito el que tome la cuchara para dar el remedio, que sea él quien tome la temperatura, que acompañe por la noche al niño o la niña mientras duerme, que diga cosas como: “sé que eso te duele, pero juntos vamos a ayudar a que te sientas mejor”.

Igual es importante asegurarse de que cuando el niño o la niña se recuperen, Suavecito se vaya a dormir y a descansar, pues solo así podrá estar listo y ser significativo para ayudar en otra ocasión.

Este material fue producido por la Unión Temporal Cinde –Edupol para el proyecto CuidArte que se desarrolla durante 2010, en el marco del contrato 1491 de 2009 con el Ministerio de Educación Nacional.

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