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Cultura chavín CHAVÍN Cultura preincaica 1200 a. C. 200 a. C. Capital Centro Ceremonial de Chavín de Huántar Religión Politeísta Gobierno Teocracia Período histórico Formativo Medio - Formativo Superior • Establecido 1200 a. C. La cultura chavín 1 fue una civilización preincaica que se desarrolló durante el Horizonte Temprano y tuvo su centro de desarrollo en Chavín de Huántar que está ubicado entre los ríos Mosna y Huachecsa, 2 3 en el actual departamento de Ancash en el Perú .

Cultura chavín

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Cultura chavín

CHAVÍN

Cultura preincaica

1200 a. C.–200 a. C.

Capital Centro Ceremonial de Chavín de Huántar

Religión Politeísta

Gobierno Teocracia

Período histórico Formativo Medio - Formativo Superior • Establecido 1200 a. C.

La cultura chavín1 fue una civilización preincaica que se desarrolló durante el Horizonte Temprano y tuvo su centro de desarrollo en Chavín de Huántar que está ubicado entre los ríos Mosna y Huachecsa,2 3 en el actual departamento de Ancash en el Perú.

Tradicionalmente, el desarrollo histórico de Chavín se considera como un “horizonte cultural” debido a sus influencias artísticas y religiosas presentes en otras culturas contemporáneas a ella. Gran parte de aquel desarrollo histórico corresponde al Periodo Formativo específicamente al Formativo Medio y al Formativo Superior que tiene como características la intensificación del culto religioso, la aparición de la cerámica estrechamente relacionada a los centros ceremoniales, la intensificación del cultivo del

maíz y la papa, el perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y el desarrollo de la metalurgia y la textilería.

Fue el arqueólogo Julio C. Tello (conocido como el «Padre de la Arqueología Peruana») quien la descubrió y consideró como la "cultura matriz" o "madre de las civilizaciones andinas", sin embargo descubrimientos recientes sugieren que Caral del periodo Arcaico Tardío es más antigua que Chavín pese a ello es aún referente en los trabajos generales.4

Tello planteó que la cultura chavín fue de origen amazónico debido a las múltiples representaciones de la iconografía selvática en sus manifestaciones artísticas, especialmente en la cerámica. En su máximo apogeo Chavín de Huántar, centro principal chavín, actual Patrimonio Cultural de la Humanidad,5 fue un importante centro ceremonial y centro de irradiación cultural cuya influencia se extendió por gran parte de la costa y sierra de los andes peruanos y posiblemente hasta Ecuador y Bolivia.

Ubicación geográfica

La cultura chavín tuvo su núcleo de desarrollo en la provincia de Huari (región Ancash), abarcando diversos pisos ecológicos, en la vista la laguna de Parón en la región natural de Janca.

El centro ceremonial de la cultura chavín, Chavín de Huántar, se encuentra ubicado en el Callejón de Conchucos en el lado oriental de la Cordillera Blanca, en la confluencia de los ríos Mosna y Huachecsa, afluentes del río Marañon; en el actual distrito de Chavín de Huántar,6 en la provincia de Huari, en la región Ancash. Tiene como coordenadas 9° 35′ 33.99″ S, 77° 10′ 42.43″ W y una altitud de 3150 msnm.

El pueblo chavín se extendió por gran parte de la región andina abarcando por el norte hasta los actuales departamentos peruanos de Lambayeque y Cajamarca y por el sur hasta los actuales departamentos peruanos de Ica y Ayacucho, por ello es considerada una cultura panandina.

Organización sociopolítica

En el estado teocrático chavín los más hábiles por sus conocimientos astronómicos, ambientales del tiempo y del clima se destacaron en su comunidad y terminaron convirtiéndose en sacerdotes y jefes. Se distinguen dos clases bien diferenciadas:

Los sacerdotes. La casta sacerdotal, la clase dominante, poseía conocimientos de la astronomía, del tiempo y del clima lo que les proporcionaba gran influencia y poder, también eran grandes técnicos agrícolas, ingenieros hidráulicos y especialistas en las artes.

El pueblo. La clase dominada, conformaba la masa popular, es decir, los agricultores y ganaderos, al servicio de la casta sacerdotal.

Actividades económicas

Desarrollaron notablemente la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio a base de trueques entre los pueblos serranos, costeños y posiblemente con los pueblos amazónicos.

Agricultura

Los chavines cultivaron diversos productos entre ellos diferentes variedades de papa.

Desarrollaron la agricultura cultivando diversos productos entre los que figuran el maíz y la papa, otros productos agrícolas fueron:

Tubérculos: Olluco, Mashua, Oca, Camote Leguminosas: Pallares, Frijoles Oleaginosas: Maní Condimentos: Ajíes

Granos: Quinua, Kañiwa Frutas: Tomate, Pepino, Palta

Entre las técnicas agrícolas destaca el uso de los canales; también se inició la construcción de los primeros andenes y el uso de la chaquitaclla (arado de pie), que acrecentó la productividad agrícola.

Ganadería

La llama fue el principal representante de la ganadería chavín.

Desarrollaron la ganadería a base de los camélidos sudamericanos (llamas y alpacas), así como la crianza de cuyes.

Manifestaciones culturales

La cultura chavín desarrolló una expresión artística propia que se manifestó en la arquitectura, escultura, cerámica y orfebrería. Representa el primer estilo artístico generalizado en los Andes, pero sin duda se beneficiaron de las innovaciones aportadas por culturas anteriores, como Sechín, Las Haldas, Pampa de las Llamas-Moxeke, y, más atrás en el tiempo, Caral. Un estilo estrechamente relacionado con Chavín es el de Cupisnique, que se difundió por los valles de la costa norte, y que parece ser más antiguo que el de Chavín, según lo sostuvo Rafael Larco Hoyle.

Los chavines trabajaron algunos metales como el oro, la plata y el cobre, así como la piedra, la madera, el hueso y las piedras preciosas. Con los metales preciosos fabricaron ornamentos de uso personal. La piedra fue empleada en la construcción de viviendas, esculturas y la fabricación de utensilios como vasijas, batanes y morteros. Usaban la madera y el hueso en la fabricación de lanzas, espátulas, puñales y armas arrojadizas. Y con las piedras preciosas como el cuarzo, el lapislázuli y el azabache, hacían espejos y multitud de objetos de adorno.

El arte chavín es básicamente naturalista, y los temas principales son los seres humanos, aves, serpientes, felinos, otros animales, plantas y conchas.

Orfebrería

Los chavines trabajaron diversos metales como el oro y la plata. En la imagen, un ornamento de oro hallado en Chongoyape.

Modelaban mediante el martillado y el repujado, confeccionando diademas, brazaletes, aretes, orejeras, cuentas de collar y pequeños adornos. Algunas muestras de estos trabajos fueron halladas en Chongoyape y Kuntur Wasi. La alta ley del oro hace suponer que procedían de los lavaderos de los ríos amazónicos.

Textilería

Utilizando como materia prima el algodón y la lana, se hacían tapices y tejidos. Estos podían ser simples, bordados y con adornos a base de orlas y flecos. En la costa, según Julio C. Tello "aparecen vestigios de hilandería y textilería, como piruros del huso y fragmentos de tejidos de lana y de algodón. Estos son de técnica primitiva a base de red de malla, gasa, acordonado, anudado, trenzado, calado, etc., según las muestras encontradas en las cavernas de Cerro Colorado en Paracas, un trozo anudado procedente de las tumbas de Cerro San Pedro de Ancón y multitud de objetos de cestería y petatería". Otro tejido encontrado en Ica es la tela pintada donde se observan los personajes religiosos de la cultura chavín que, según algunos arqueólogos, sería un catecismo destinado a difundir el culto religioso de aquella cultura.

Cerámica

La cerámica chavín tiene una forma globular con asa estribo y base plana como la mostrada en la figura.

La cerámica fue muy extraordinaria. Es generalmente monocroma, en algunas ocasiones es decorado con colores rojo y negro-plata. Se añade una serie de puntuaciones. Entre los seres más representados figuran: seres zoomorfos (felinos, monos, lagartos, serpientes y aves), fitomorfos (tubérculos) y antropomorfos. Los colores más usados fueron: gris, marrón y negro.

Existen dos clases de cerámica chavín:

Cerámica utilitaria: para el uso común de la gente del pueblo. Cerámica ceremonial: para las prácticas rituales.

Existen dos estilos a saber:

Estilo Chavín de Huántar, el cual comprende dos fases: o Época rocas. Cuyas características son: forma globular, base plana, asa

estribo terminando en pico, además de vasijas y tazones de hasta 50 cm de diámetro.

o Época ofrendas. En esta fase los golletes (cuellos) son más delgados y su forma es acampanulada.

Estilo periférico. El más conocido es el Cupisnique tiene la forma de cántaros globulares con base plana y un arco que remata en un tubo recto.

Escultura chavín

El lanzón monolítico. Tiene la forma de una gigantesca punta de proyectil y se halla en uno de los corredores del Templo Viejo de Chavín. Representa a un dios antropomorfo con boca de felino y cabellera de serpientes.

La estela Raimondi representa a un dios con dos báculos, que según Kauffmann es básicamente similar al dios representado en el Lanzón. Tuvo mucha influencia tanto en el

espacio como en el tiempo como testimonian los paracas luego los tiahuanacos y finalmente los huaris.

Sus características generales es que fueron hechas de piedra (arte lítico) con énfasis religioso. Las esculturas más relevantes son los monolitos, las estelas y las cabezas clavas.

Lanzón monolítico

El lanzón monolítico (que representa a un dios con el rostro fiero) es una escultura de 5 m de altura que está clavado en medio de un espacio reducido de forma cuadrangular, dentro de un crucero que está debajo de la tierra, en la parte céntrica del Templo Antiguo del complejo arqueológico de Chavín de Huántar. Fue bautizado como el “Lanzón” por su forma de punta de proyectil gigantesca, aunque esta denominación es errónea, pues en realidad se trata de un wanca o piedra sagrada, de primordial importancia en el culto religioso. La razón de su peculiar forma es todavía materia de discusión; posiblemente fue tallado para simular la forma de un colmillo. En su superficie está labrada la imagen de un dios con rasgos antropomorfos y zoomorfos (entre estos últimos destacan los cabellos y cejas en forma de serpientes, la boca con dos grandes colmillos y las manos con garras felinas). Posiblemente era la principal divinidad del Templo Viejo de Chavín de Huántar y es básicamente similar al dios representado en la Estela Raimondi (su principal diferencia con ésta es que no lleva báculos).

Obelisco Tello

El Obelisco Tello (en cuya superficie se halla labrada la representación de dos deidades míticas, o en todo caso, un dios doble) es una escultura lítica de forma de prisma, de 2,52 m, esculpido en las cuatro caras. Representa a una divinidad compleja, existiendo diversas interpretaciones sobre su naturaleza: una “doble divinidad” o dios hermafrodita con cabeza de felino (Tello); la unión de dos caimanes (Rowe); o un dios ave con boca de felino o “felino volador”, desdoblado lateralmente (Kauffmann). En toda su superficie se representan multitud de otros elementos: hombres, aves, serpientes, felinos y plantas (calabaza, ají, maní, yuca, etc.). La fama del Obelisco Tello es atribuible a la riqueza iconográfica chavín que contiene; se trata de la figura iconográfica más compleja de los objetos chavines. Como ya señalamos, el arte chavín es básicamente naturalista, y los temas principales son los seres humanos, aves, serpientes, felinos, otros animales, plantas y conchas. Formas idealizadas de estos elementos están cubiertas con abundantes elementos más pequeños, a menudo como sustitución metafórica, en algunas secciones del cuerpo representado en el Obelisco Tello.7

Estela Raimondi

La estela Raimondi (que representa a un dios con dos báculos en las manos) es un monolito de granito pulido de 1,98 m de lado por 0,74 m de ancho, tallado en solo una de sus caras. Representa a un dios con rasgos felínicos con los brazos extendidos sosteniendo en cada mano una vara o báculo. Similar representación aparece también en otras esculturas de culturas andinas posteriores, como la Tiahuanaco y Huari, al cual se conoce como Viracocha o la “Divinidad de los dos Báculos”.

Este monolito recibe su nombre como homenaje al naturalista italiano Antonio Raimondi quien impulsó su traslado a Lima para su estudio y conservación (1874). Fue exhibida en el antiguo Parque de la Exposición. Se salvó del pillaje de las tropas de ocupación chilenas en 1881, al caerse al suelo mostrando solo su parte posterior, que es lisa, por lo que los saqueadores pensaron que se trataba de una simple losa de piedra sin mayor valor. Es por esta fortuita ocurrencia que el Perú pudo conservar esta valiosísima pieza escultórica. Actualmente se conserva en el patio del Museo Nacional de Arqueología Antropología e Historia del Perú.

Estela de Yauya

La estela de Yauya es un monolito en forma de prisma en una de cuyas caras se halla labrada la figura de una ser mítico. Actualmente está quebrantada en cuatro partes. Su fragmento principal fue descubierto cerca de la localidad de Yauya (Áncash) por Tello en 1919, quien lo bautizó con dicho nombre. Los otros fragmentos fueron descubiertos entre los años 1960 y 1990. En base a estos fragmentos se tiene una idea cabal de la forma original del monolito. Medía 3 m de alto, 50 cm de ancho y 18 cm de grosor. Sobre sus relieves existen diversas interpretaciones. Según Tello, se trata de la representación de una divinidad ictiomorfa o con forma de pez; se basa principalmente en los diseños que parecen vértebras del espinazo de un pez y escamas estilizadas. Según Rowe es la imagen de un caimán. Según Kauffmann representa a un felino volador, interpretando como plumas lo que a Tello le parecieron escamas.

Cabezas clavas

Cabeza clava. Las cabezas clavas son esculturas líticas que exornaban los muros de los templos chavines.

Las Cabezas Clavas son bultos escultóricos que representan a cabezas de deidades, hechas en distintos tamaños. Todas cuentan con una estructura alargada en su parte posterior, con la que eran insertadas en los muros del Templo principal o Castillo de Chavín. En unos

casos presentan rasgos antropomorfos y en otros zoomorfos (felino y ave de rapiña), o bien una combinación de ambos, al estilo de la figura del Lanzón monolítico.

Sobre su función, algunos investigadores afirman que hacían el papel de fieros guardianes de los templos, o posiblemente ahuyentaban a los malos espíritus. Según Tello, representan cabezas trofeos de sus enemigos, costumbre muy arraigada en las zonas selváticas, lo que encajaba en su tesis del origen selvático de la cultura chavín. Otros estudiosos piensan que podrían ser retratos de los sacerdotes chavines (en el marco de rituales religiosos en donde se usaban sustancias alucinógenas, cuyos efectos en los rostros de los sacerdotes estaría retratado alegóricamente en cada cabeza clava, a manera de secuencia).

Arquitectura

La arquitectura se difundió por todo el territorio, caracterizándose por las estructuras en forma de U, plataformas, pirámides truncadas, plazas hundidas y rectangulares y pozos circulares.8 Sus construcciones fueron mayormente líticas (hechas de piedra) aunque en algunos lugares, especialmente en la costa, también utilizaron el barro y adobe.

El principal ejemplo de la arquitectura chavín es el santuario de Chavín de Huántar cuya construcción se puede dividir en dos fases: la primera fase corresponde a la construcción del "Templo Viejo" (1200-500 a. C.), y la segunda, que corresponde a la construcción del "Templo Nuevo" (500-200 a. C.). El diseño del templo no habría resistido al valle accidentado recorrido por el río torrentoso de Mosna, sin embargo los chavines crearon un sistema de drenaje con dos propósitos: uno que permitía el paso de las aguas por debajo del templo y otro con la intención de producir ruidos rugientes como de un inmenso felino. Esto haría que el templo de Chavín de Huántar pareciera estar rugiendo como un jaguar. El templo está construido con granito, piedra caliza blanca, piedra caliza negra y barro.

Otros centros ceremoniales importantes fueron:

Kuntur Wasi (Cajamarca). Pacopampa (Cajamarca). Chongoyape (Lambayeque). Garagay (Lima).

Hay que señalar que varios de estos “centros ceremoniales” surgieron mucho antes de la construcción del santuario de Chavín de Huántar, y que este sitio no fue el único centro de difusión cultural del formativo andino, como creyó Tello, sino que tal papel lo desempeñó simultáneamente otra cultura, situada en la costa norte, la cultura Cupisnique, cuyo centro principal fue Huaca de los Reyes, en el complejo de Caballo Muerto (La Libertad).

Vista frontal del castillo en el sitio arqueológico de Chavín de Huántar.

Religión

Detalle del rostro del dios representado en el Lanzón monolítico.

El pueblo chavín fue politeísta y adoró a dioses terroríficos. Según Tello, la religión chavín habría tenido influencia selvática, ya que sus esculturas muestran seres sobrenaturales, con rasgos felinos como el jaguar o el puma, caimanes, serpientes y diversas aves andinas como el cóndor y el halcón. El culto chavín se estimuló debido al progreso técnico alcanzado en la producción agrícola, en el desarrollo textil, en la pesquería (uso de grandes redes de pesca), en la orfebrería y la metalurgia del cobre. Estos avances técnicos impulsaron el desarrollo económico y condujeron a la construcción de muchos centros ceremoniales.

El sitio sagrado de Chavín de Huántar fue indudablemente un punto central para los rituales religiosos. La vestimenta y la música tenían parte importante en las ceremonias importantes. La religión chavín tuvo como cabeza principal a una casta sacerdotal; es probable que existiese la figura de un “Gran Sacerdote”, como en la jerarquía religiosa incaica.9

Para Tello, el llamado “dios de los báculos” o “dios felino”, considerado el principal del panteón chavín, era la más antigua versión de la imagen de dios Viracocha, que tiempo después aparece difundida en todo el mundo andino. La más imponente de las representaciones de este dios chavín aparece en la Estela de Raimondi: tiene una forma antropomorfa en posición frontal con los brazos extendidos en los cuales sostiene dos báculos, presenta cabellos en forma de serpientes extendidos y una boca felínica. Pero todo indica que esta deidad no fue una creación chavín, pues modernos descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz representaciones de deidades similares, con colmillos de felino, en diversos sitios cronológicamente anteriores al santuario de Chavín (como en Sechín Bajo y Huaca de los Reyes). Sin embargo, es probable que fueran los chavines los que difundieron su culto por gran parte del mundo andino. Se le ve también presente en el arte de la cultura paracas, que coincide con la fase final de Chavín. En el Horizonte Medio ese mismo dios (o tal vez otro con rasgos similares) se halla representado en el arte tiahuanaco y en el arte huari.

Según una teoría, la religión chavín implicaba la transformación del ser humano a otro a través del uso de sustancias alucinógenas. Muchas esculturas representan la transformación de una cabeza humana a una cabeza de jaguar. El uso de sustancias alucinógenas para fines religiosos era común según los hallazgos arqueológicos encontrados. Los sacerdotes chavines utilizaban el cactus de San Pedro (ayahuasca), dada sus propiedades alucinógenas. Son a menudo representadas en las imágenes talladas, por ejemplo en la imagen de un dios que lleva el cactus en la mano como un palo. Hay imágenes que representan figuras humanas con fugas de mucosidad de la nariz (un efecto secundario resultante de la utilización de esos alucinógenos). La droga contenida en el cactus ponía a los sacerdotes en trance, por lo tanto “más cerca de los dioses”, y otros beneficios, que les permitió mejorar su visión (dilatación de las pupilas) y penetrar en las profundidades del templo en la oscuridad absoluta.

La iconografía de figuras antropomórficas con rasgos de felino y de otros animales es una característica importante de la cultura chavín. Todas estas deidades son representadas en las diferentes manifestaciones culturales como en la cerámica, la metalurgia, la textilería y las esculturas.

Iconografía

Al no haberse conservado los relatos míticos de esa lejana época (hacia 1000-200 a.C.) existe una diversidad de interpretaciones sobre las figuras representadas en las esculturas chavines. Se habla así de un “dios jaguar” importado de la selva; otros han visto representaciones estilizadas de caimán, ave o araña. El arqueólogo Federico Kauffmann Doig ha hecho notar que esas interpretaciones dispares surgen de la contemplación aislada,

fuera del contexto iconográfico andino del que forma parte Chavín. Comparando con otras iconografías contemporáneas y posteriores, Kauffman sostiene que la divinidad representada en los monolitos de Chavín es básicamente un ser híbrido: mitad hombre con boca atigrada y mitad ave de rapiña, al cual ha denominado piscoruna-pumapasim (quechua: hombre-ave con boca atigrada). Este “felino volador” estaría relacionado con el culto al agua, de tanta importancia en las civilizaciones agrícolas del Perú antiguo.

Cultura mocheSaltar a: navegación, búsqueda

Cultura mochicaCultura moche

cultura precolombina

200   d.   C. –700   d.   C. →

Capital Huacas del Sol y de la Luna

Idioma principal quingnam y mochica

Religión politeísta

Gobierno teocracia, clasismo

Período histórico Intermedio Temprano • Establecido 200   d.   C.

Gentilicio: moche1 o mochica.

La cultura moche,1 también llamada cultura mochica, es una cultura arqueológica del antiguo Perú que se desarrolló entre el 200 y el 700   d.   C. en el valle del río Moche (actual provincia de Trujillo, La Libertad). Esta cultura se extendió hacia los valles de la costa norte del actual Perú.

Las sociedades moches desarrollaron una compleja tecnología de canales de riego, evidenciando amplios conocimientos en ingeniería hidráulica y ampliando la frontera agrícola. Además, hicieron uso intensivo del cobre en la fabricación de armas, herramientas y objetos ornamentales.

Fueron considerados los mejores ceramistas del Perú antiguo gracias al fino y elaborado trabajo que realizaron en sus cerámicos. En ellos representaron a divinidades, hombres, animales y escenas significativas referidas a temas ceremoniales y mitos que reflejaban su concepción del mundo, destacándose la asombrosa expresividad, perfección y realismo con que los dotaban.

Políticamente, las sociedades moches ―de fuerte segmentación en clases sociales― se organizaban en señoríos comandados por autoridades religioso-militares.

Ubicación geográfica

Los moches se desarrollaron en el valle homónimo a éste, Moche actualmente también llamado Valle de Santa Catalina; también se desarrollaron entre los territorios de valle de Nepeña al sur y de Piura al norte. Ocuparon los valles de la Leche, Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Santa y Nepeña.

Históricamente fue conocida como cultura protochimú o Chimú temprano, pero recibió el nombre de moches tras los descubrimientos en el valle de Moche. También se la denomina mochica en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban sus pobladores.

Cuchillo de oro.

Orejera mochica de oro con incrustaciones de piedras preciosas.

Mochica norte

En el valle de Jequetepeque: San José de Moro, Huaca Dos Cabezas, Complejo Pacatnamú, Casa de la Luna o Sián, el Hornito (entre San Pedro y Pacasmayo), Sincapecerce de Poémape, y la Tumba de la Mina.

En el Valle de Lambayeque: Sipán y Pampa Grande

Mochica sur

En el valle de Moche: la Huaca del Sol y de la Luna. En el valle de Chicama: se destacan varios edificios mochicas que fueron usados en

tiempos de los chimúes, como Sonolipe, Urricape, Mocollope, La Campana, Huaca Cartavio, Huaca Colorada, Huaca Cao Viejo.

Una gran cultura

En general la cultura mochica tuvo un gran desarrollo en la zona de la costa del norte del Perú, en esta zona se desarrollaron de una manera impresionante, construyendo grandes templos que dejan gran parte de su legado, fue algo muy avanzado el tener sistema de irrigación y forma de controlar el río con motivo de regar el casi desierto que era el norte del territorio, al igual fueron grandes maestros al tratar el metal y el oro

Grandes pescadores

Los habitantes de la cultura mochica tuvieron gran experiencia como pescadores y eso lo demuestra las antiguas embarcaciones que usaban y que hasta ahora se siguen fabricando denominados caballitos de totora. Los moches tenían un gran desenvolvimiento como pescadores en las costas cercanas al valle del Moche en el norte del Perú.

Cuna del cebiche

Los pescadores moches tuvieron la costumbre inicial de comer pescado crudo con limones nativos de la zona llamados chullco (agrio), tumbo, puru puru (agrio verde), ceutí (limón sutil) como refieren los estudios de etnotecnología alimentaria de Andrés Tinoco Rondán, investigador de la Facultad de Ingeniería Industrial de la URP (Universidad Ricardo Palma).

Redescubrimiento

La civilización mochica fue identificada por Max Uhle en 1909 quien la clasificó como protochimú. Uno de sus principales investigadores fue el aleman Hass Enrich Brunning, ingeniero de profesion que vino atrabajar en las azucareras de Lambayeque y la Libertad. Además fue estudiada por Julio C. Tello y sobre todo por Rafael Larco Hoyle.2

Religión

Por sus dioses castigadores, la representación de dioses decapitadores era muy común, siendo el decapitador principal Ai Apaec, quien también era el dios supremo y la principal deidad de los mochicas.

Estos dioses muestran clara influencia de la cultura chavín, que fueron anteriores a ellos (los moches). Se puede apreciar el parecido en los colmillos y las formas felínicas en algunos.

Los sacrificios humanos eran practicados por los mochicas con fines religiosos.

Su religión fue teocrática y militarista.

Agricultura

Los mochicas tuvieron una especial preocupación por el desarrollo agrícola. En este sentido cultivaron maíz, camote, yuca, papa, calabaza, frutas tales como tuna, lúcuma, chirimoya, tumbo y papaya. Como debieron llevar agua para cultivar tierras secas, construyeron canales (Wachaques) que se muestran como notables obras de ingeniería hidráulica, como el de Ascope y el de la Cumbre.

Asimismo construyeron represas como la de San José, cuyas aguas almacenadas servían para irrigar las tierras en tiempo de sequía y escasez.

Quedó registrada una sequía de varios años, que se cree que está relacionada con una erupción del volcán Krakatoa, que generó un invierno de dos años en todo el mundo (Véase Cambio climático en el año 535).

Navegantes

El mar ejercitó sobre los mochicas un atractivo especial. Provistos de sus caballitos de totora, que ya tenían cerca de tres mil años de antigüedad entonces,3 se convirtieron en diestros pescadores, de la misma manera que organizaron expediciones que arribaron hasta la isla de Chincha para extraer el guano, tan eficiente para el abono de las chacras.

Poseían también naves guerreras que eran tripuladas por más de tres o cuatro personas y que transportaban a grupos militares o a los prisioneros vencidos en las guerras. No son distintas a las fabricadas por los mochicas y otras culturas desde el 1000   a.   C.

Sociedad clasista

Los mochicas eran una sociedad clasista, donde los integrantes de la aristocracia militar ocupaban el primer puesto. Este criterio clasista era de las siguientes maneras:

El cie-quich: era el rey del valle y los dominios moches. El coriec: era el rey vencido y subordinado al poder de un soberano moche. El sacerdote: encabezado por el sacerdote guerrero, habitaban en los templos de

forma piramidal. El pueblo: agrupaba a campesinos y pescadores quienes vestían de manera sencilla.

Desempeñaban labores agrícolas, de pesca o se dedicaban a otras actividades.

Obras de la cultura mochica

Los mochicas plasmaron el entorno de su mundo cultural y religioso en su expresiva cerámica perfeccionando una actividad artística que constituye el mejor documento y testimonio de su cultura. Fue escultórica, realista, documental, y pictográfica.

Escultórica: porque representaban en bulto las figuras de los hombres, animales y plantas. Destacaron los huacos retratos.

Realista: puesto que todo era reproducción exacta de la realidad. No inventaban ni imaginaban en su obra ceramista, que era expresión de las actividades.

Documental: porque era realismo y su representación sirven como elementos para conocer la vida de los habitantes moches como si se estuviese leyendo un verdadero documento o fuente escrita.

Pictográfica: ya que algunos huacos representan figuras pintadas y ornamentadas.

Arte mochica

La cerámica mochica

El más conocido legado cultural moche es su cerámica, generalmente depositada como preciosa ofrenda para los muertos. Hombres, divinidades, animales, plantas y complejas escenas fueron representadas por sus artistas bajo la forma de imágenes escultóricas o vasijas decoradas a pincel.

Su realismo es característica resaltante en sus huaco retratos, su famosa plástica asombra por la expresividad y perfección de verdaderos retratos de arcilla. Los cánones clásicos de perfección y realismo se reconocen aún en seres mitológicos, animales humanizados, hombres con atributos zoomorfos o partes combinadas de varios animales. Sin embargo, también realizaron cerámica con gran contenido simbólico de pensamiento e ideas donde las imágenes se vuelven más abstractas y conceptuales, ambas tradiciones tanto la simbólica como la realista se encuentran sumamente vinculadas. Incluso hay piezas cerámicas donde conviven estas dos tendencias sin el más mínimo problema.

Analizando la iconografía de la cerámica, los investigadores actuales también pueden conocer interesante información sobre la vida de los moches: ceremonias funerarias, ceremonias rituales, paisajes, viviendas, guerras, enfermedades, etc. proporcionando así un vínculo entre los vivos y los muertos.

Sus pictografías derrochan vida y movimiento en las complejas escenas de ceremonias, combates, cacerías rituales y probables relatos míticos. Sin embargo, la vajilla para uso diario, utensilios domésticos y vasijas para agua fueron funcionales, sencillos y escasamente decorados.

La cerámica fue pictórica, con asa puente y con el pintado de toda la superficie conocido como horror al vacío. La cerámica mochica tiene dos colores predominantes: rojo y crema, no usaron el color azul y verde por respeto al mar, conocido como Kon. Ellos utilizaron

moldes para fabricar sus objetos de cerámica, tanto de uso doméstico como de uso ceremonial, estos últimos generalmente tienen base de forma globular y decoraciones que reflejan la cosmovisión e ideología del pueblo moche. Los moches usaron hilo para hacer sus cerámicas.

Períodos

Mochica I: La cerámica es pequeña, de aspecto sólido, en algunos casos de forma lenticular; de asas proporcionales y circulares con picos cortos y fuertes rebordes. Las formas comunes son : vasos retratos, antropomorfos de cuerpo entero, zoomorfos, fitomorfos, cántaros sencillos con asa de estribo. Colores crema y rojo, crema y ocre, rojo, crema y anaranjado; crema y negro. Hay una influencia de la decoracion negativa. Los motivos más comunes son los puntos grandes, los círculos, rombos, cabezas de lagartijas estilizadas, triángulos con círculos concéntricos, signos escalonados, bandas cuyos temas pictóricos en colores están delineadas por incisiones.

Mochica II: El grosor de las paredes disminuye. La cerámica se alarga y no se observa tendencia en darle la misma altura que ancho, se inicia con esto la esbeltez de los vasos. El asa y el pico crecen proporcionalmente, y mientras el asa no pierde la forma redondeada, el pico pierde el reborde pronunciado, quedando tan sólo un pequeño ribete.

Existen vasos retratos, antropomorfos de cuerpo entero, fitomorfos y zoomorfos. Predominan los colores crema y rojo, crema y ocre, rojo y crema plomizo, marrón y anaranjado, crema y ocre.

Mochica III: Se inicia el refinamiento de esta cultura. Las paredes de los vasos se afinan sin perder su solidez, el ceramio está cubierto por una fina capa de engobe cuidadosamente pulida. Los hornos abiertos con abundante oxigenación fueron perfeccionados.

La cerámica es un poco más grande que Mochica II. Los recipientes son de mayor capacidad. Las asas y los picos se afinan notablemente, siendo las primeras elípticas y los picos pequeños, acampanulados y con reborde casi imperceptible. Los ceramios son de líneas armónicas y proporcionadas. Las esculturas antropomorfas son verdaderos retratos de personas. La escultura religiosa adquiere importancia.

Mochica IV: Los motivos escultóricos y pictóricos se multiplican y adquieren mayor complejidad. El artista mochica trata de perennizar en su cerámica no solamente los asuntos comunes de su vida diaria, sino también las actividades de sus instituciones organizadas. El rico acervo de su vida espiritual es sintetizado en las escenas pictóricas que cubren los numerosos vasos de caracteres religiosos.

Los vasos se alargan y también proporcionalmente el asa, que ya no es chata sino, redonda o ligeramente angular. La mayoría de los picos son largos y rectos, aunque hay algunos más angostos en la punta con bordes levemente afilados.

Mochica V: La cerámica de este período, por sus formas y decorado, constituye el "arte barroco" de la cultura mochica. Se reduce en tamaño pero el asa se alarga, siendo el pico más pequeño. El asa toma una forma triangular acentuada y el pico es de naturaleza troncocónica con bordes afilados del interior hacia afuera. Las representaciones geométricas abundan. El motivo escultórico pasa a segundo plano, desplazado por el arte pictórico.

Las técnicas de manufactura que mayormente conocieron fueron el moldeado y el estampado. Por el gran dominio de la cerámica escultórica y pictográfica se le ha denominado, y con mucha justicia, el Período de los Maestros Artesanos. Dada la calidad estética y temática de su innumerable producción se ha convertido en el mejor espejo de su vida cotidiana y espiritual.

Arquitectura

Como base para sus construcciones emplearon el adobe, que lo usaban en pequeños bloques de tamaño mediano.

En las construcciones importantes como las huacas, se solía hacer cada cierto tiempo una reedificación, en la cual en vez de remodelar una pared, la tapaban construyendo otra adelante, esto se puede apreciar en todas las huacas. Las casas de los pobladores comunes (pueblo) eran erigidas en pequeñas comunidades, no formaban grandes urbes. Los materiales que usaban ellos eran los mismos que se empleaban para las huacas a excepción de las pinturas. Las casas tenían patio propio y techo de dos aguas para las lluvias.

En su arquitectura destacan Huacas del Sol y de la Luna, que fueron las capitales de la cultura mochica.

Proto escritura

Según los estudios del autor peruano Rafael Larco Hoyle, los mochicas poseían un sistema de proto escritura a la cual llamó escritura pallariforme, y que consistiría en grabar líneas, puntos, zigzags y otras figuras con diferente significado en los pallares pintados en muchos vasos cerámicos, ya que presentan variedad de diseños que hacen pensar en algún sistema original de transmisión de datos numéricos y posiblemente no numéricos.

El Señor de Sipán

Artículo principal: Señor de Sipán.

Sipán es una pequeña localidad que se ubica a 35 kilómetros al sureste de Chiclayo. Allí se encuentra la denominada Huaca Rajada.

En marzo de 1987 el arqueólogo peruano Walter Alva logró erradicar a los huaqueros (ladrones de huacas) y procedió a realizar excavaciones. Fue la única tumba de un

gobernador precolombino hallada intacta en el Perú. Actualmente se encuentra en el Museo Tumbas Reales de Sipán, en Lambayeque. Se lo halló con 8 personas (tres mujeres, dos varones, un niño y dos guardianes) y animales.