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CURSO DESPATRIARCALIZACION, DESCOLONIZACION, POLÍTICAS Y PSG con el apoyo de:

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despatriarcalización

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  • CURSO DESPATRIARCALIZACION, DESCOLONIZACION,POLTICAS Y PSG

    con el apoyo de:

  • CURSO: DESPATRIARCALIZACIN,

    DESCOLONIZACIN,POLTICAS Y PSG

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  • 3NDICE

    A MANERA DE PRESENTACIN ................................................................................................ 4

    PRESENTACIN ....................................................................................................................... 6

    INTRODUCCIN ...................................................................................................................... 7

    CONTENIDO .............................................................................................................. 11UNIDAD 1DESCOLONIZACIN Y DESPATRIARCALIZACIN: Hacia la construccin del Vivir Bien ................. 12

    UNIDAD 2POLTICA FISCAL: Mecanismos para avanzar en la Construccin del Estado Plurinacional .............. 23

    UNIDAD 3PRESUPUESTOS SENSIBLES AL GNERO: Una herramienta para orientar los presupuestos pblicos hacia la redistribucin igualitaria .............................................................. 31

    UNIDAD 4POLTICAS PBLICAS: hacia la construccin de polticas despatriarcalizadoras y descolonizadoras ................................................................................. 40

    UNIDAD 5PARTICIPACIN, CONTROL SOCIAL Y TRANSPARENCIA ........................................................... 52

    GUA DE TRABAJO DE GRUPOS Y EVALUACIN ..................... 61BIBLIOGRAFIA ....................................................................................................... 75

  • 4La descolonizacin al igual que la despatriarcalizacin, no constituyen una vuelta romntica al pasado tawantinsuyano. Al contrario, son la praxis insurgente del Estado para erradicar el racismo y el machismo, pero no desde cualquier lugar, sino desde la identidad indgena, y la identidad indgena tiene un ncleo vital: Pachamama

    El mundo contemporneo est dirigido por un orden criminal, donde millones de nios mueren por enfermedades curables, millones de mujeres e indgenas son vcti-mas fatales de polticas estatales de minorizacin poblacional permanente, muertes innecesarias que nutren al capitalismo salvaje (killer Capitalismus) que hoy se llama globalizacin. Un orden criminal que se ensaa con los pases que se encuentran al lado sur del planeta, que ha sido vctima del colonialismo precisamente.

    Estados y leyes hipcritas, funcionarios doblemente hipcritas, es el resumen de una filosofa liberal, que ofrece derechos, mas no su efectivizacin. Ese es el Estado co-lonial, republicano y neoliberal. Y Bolivia no estaba fuera de ese circuito criminal.

    En el trayecto, la decisin de los movimientos sociales, de echar a patadas al ge-nocida Gonzalo Snchez de Lozada el 2003, abri la compuerta para una revolu-cin proveniente de cerebros y manos indias, con la descolonizacin como eje de referencia proveniente del ciclo anticolonial de 1780-1781, la marcha por la vida como cierre de la toma del poder por la va obrera y la apertura de la va campesina indgena y originaria de la toma del poder.

    Nada pasa en Bolivia sin los indios dice un viejo grafitti en la ciudad de Oruro, y efectivamente as es.

    Descolonizar la gestin pblica? esta pregunta, hace no ms de cinco aos, hubie-ra despertado una leve sonrisa y nada ms.

    Hoy es, en cambio, la frmula clave para transitar del Estado colonial y neoli-beral al Estado Plurinacional, es decir pasar del Estado aparente al Estado Inte-gral, tal como lo formula lvaro Garca Linera o dicho en trminos del Presidente Evo Morales Ayma: HA LLEGADO LA HORA DE DESCOLONIZAR EL ESTADO DESDE EL MISMO ESTADO

    El da 12 de octubre de este ao 2011, ha sido declarado como Da de la Desco-lonizacin mediante Decreto Supremo N 1005, generando obligatoriedad estatal para elaborar polticas pblicas descolonizadoras en el rgano Ejecutivo y recordar cada ao, la importancia nuclear del proceso de Descolonizacin en la Revolucin Democrtica y Cultural.

    Como se ve, no ha bastado con la descolonizacin del derecho constitucional, cuyo producto principal es la misma Constitucin Poltica del Estado Plurinacional, tampo-co construir una estructura institucional que, poco a poco est encaminando la des-colonizacin del Estado desde el Estado, descolonizar el derecho y nacionalizar la justicia, descolonizar la educacin y la salud, a las Naciones Unidas y nacionalizar la dignidad y la soberana.

    A MANERA DE PRESENTACIN

  • 5No ha sido suficiente ni lo ser en un futuro prximo la descolonizacin y la despa-triarcalizacin que supone un factor concurrente duro de romper, lo que se dise a lo largo de cinco siglos no puede derrumbarse solamente, con buena voluntad.Un desafo pendiente en la descolonizacin de la gestin pblica, es sin duda algu-na, la formulacin de las polticas pblicas, pues es en este preciso mbito donde el orden colonial y neoliberal se reprodujo en los ltimos seis aos, aqu conviene recor-dar el papel de la GTZ como cooperacin tcnica que desde el ao 82 apoya a la formulacin y construccin de estas polticas y los procesos de gestin. Claramente se advierte una especie de colonizacin en los procedimientos de gestin pblica que pasa inadvertido para la gran mayora de los servidores pblicos.

    Una nueva mentalidad descolonizada, despatriarcalizada, antiimperialista y antica-pitalista, est todava en proceso de creacin; nuevos proyectos de vida se generan para los servidores pblicos, pero dejar la funcin pblica y pasar a servidores del pueblo no es una tarea fcil, es un acto de formacin poltica.

    Es por ello que el presente curso de formacin en la Escuela de Gestin Pblica Plurinacional, aliada y cmplice a la vez, constituye un instrumento cuya validez y pertinencia esta fuera de duda.

    Pasar de la episteme igualdad de oportunidades a la despatriarcalizacin, es un hecho que ha soportado duros embates polticos y cuestionamientos tericos.

    E posible sealar que la despatriarcalizacin ya esta posicionada en los debates tericos y ha logrado sortear con inventiva la cuestin de las polticas pblicas y por supuesto los horizontes de proyeccin de los servidores pblicos.

    Sin duda, la pertinencia de este curso es su mayor ventaja, ya que se constituye en una referencia de las cuestiones prcticas para la construccin de polticas despatriar-calizadoras en la gestin pblica.

    Felicito a Colectivo Cabildeo por la iniciativa, ya que se trata de un material que contribuye a que el estado del arte, se ensanche y provoque debates, dilogos y par-ticularmente reflexiones, tan necesarias hoy, tanto para las cuestiones tericas como para las consecuencias prcticas.

    Saludo a ONU mujeres por su apoyo a la publicacin.

    Agradecemos muy sinceramente a las autoras, as como a las referencias testimonia-les de un proceso que est en marcha y que adems se hace a mano y sin permiso.

    Idn Moiss Chivi VargasAbogado AymaraDirector General de Administracin Pblica PlurinacionalViceministerio de DescolonizacinMINISTERIO DE CULTURAS

  • 6En el actual momento de cambio social que vive el pas, la presencia y protagonis-mo de la mujer ha logrado mayores avances en el escenario poltico pblico con-tribuyendo as a las transformaciones de relaciones entre hombre y mujer, pero en un proceso de caracterizacin diferente, donde se han definido nuevas estrategias y se visibilizan nuevos protagonistas, marcados esencialmente por la ampliacin de los escenarios de debate, democracia y presentacin. Estos espacios de debate, de movilizacin y propuestas, convocaron la irrupcin de nuevos tejidos, redes y pactos sociales que articularon visiones para encarar el proceso de definicin del nuevo Estado.

    Es en esta lgica que la Escuela de Gestin Pblica Plurinacional junto a la Funda-cin Colectivo CABILDEO, presenta el curso de Despatriarcalizacin, Descolo-nizacin, Polticas y Presupuestos Sensibles al Gnero (PSG), que busca el fortalecimiento de capacidades en el manejo terico y prctico en temas para la construccin de nuevas lgicas de poder donde las mujeres son protagonistas polticas, econmicas, sociales y culturales.

    El desafo complejo de la despatriarcalizacin es introducirse en las estructuras organizativas pblicas y comunitarias, patriarcales que la constituyen, dando paso a una transformacin efectiva ya que no es posible descolonizar sin antes despa-triarcalizarnos.

    Ivan Iporre SalgueroDirector General EjecutivoESCUELA DE GESTIN PBLICA PLURINACIONAL

    PRESENTACIN

  • 7INTRODUCCIN

    En el proceso de cambio que vive Bolivia, conjuntamente con las luchas de las or-ganizaciones sociales, de mujeres y el conjunto de los excluidos, por la distribucin equitativa y justa del producto social y la plena vigencia de los derechos de mujeres y hombres, la esperanza de Vivir Bien se ha convertido en una bandera poltica y horizonte de las transformaciones que soamos.

    Esta esperanza nos interpela a contribuir en la redefinicin de los modelos de distribucin y redistribucin de la riqueza y los ingresos, cambiando los patrones de discriminacin por condicin de raza, gnero y clase, presentes en ellos y que han generado y reforzado la desigualdad, exclusin, discriminacin, explotacin y subordinacin de las mujeres de las grandes mayoras nacionales.

    Con estos sueos y esperanzas, Colectivo Cabildeo ha iniciado el 2006 un andar desde y con las mujeres: dirigentas, lderes vecinales, indgenas, activistas y todas aquellas mujeres comprometidas con este rumbo, promoviendo espacios de dilo-go, encuentro y procesos de deliberacin que nos han permitido recoger, construir, reconstruir miradas, y sueosque se han ido plasmando en diferentes materiales de capacitacin, artculos, herramientas de trabajo y otros.

    Con el fin de que estos procesos se conviertan en un instrumento de reflexin y formacin, nos hemos dado a la tarea de recoger estos insumos y plasmarlos en este Curso de Capacitacin sobre Descolonizacin, despatriarcalizacin, polticas y presupuestos sensibles al gnero, en la perspectiva de contribuir a la construccin de estos sueos desde la capacitacin, la formacin de las y los servidores pblicos en el marco de las estrategias de la Escuela de Gestin Pblica Plurinacional.

    El Curso consta de cinco unidades, en cada una de ellas se presentan contenidos, gua para el trabajo de grupos y evaluacin. Todo este material ha sido valida-do en un conversatorio con el Viceministerio de Descolonizacin y un taller con servidoras(es) pblicos de todo el pas y facilitadoras(es) de la EGPP.

    Esperamos que todas aquellas personas que se dedican a la formacin en los temas que se presentan en este Curso, encuentren un material til y desafiante para avan-zar hacia el Vivir Bien.

    Siendo que este Curso es producto de un trabajo colectivo del Colectivo Cabildeo, queremos reconocer muy especialmente a aquellas compaeras que incansable-mente han contribuido con sus aportes y muy especialmente a Silvia Fernndez y a todas las que han sido parte de este andar.

    Agradecemos a la Escuela de Gestin Pblica Plurinacional y al Viceministerio de Descolonizacin por sus aportes y validacin de los contenidos y su compromiso en la integracin de estos temas en la currcula de la Escuela de Gestin Pblica Plurinacional.

    Raquel RomeroDirectora EjecutivaFUNDACIN COLECTIVO CABILDEO

  • 8JUSTIFICACIN Uno de los mayores desafos en el proceso de cambio es el diseo del nuevo Estado y sociedad en el marco de la Constitucin Poltica del Estado, CPE.

    En la CPE y la Ley Marco de Autonomas, se ha constitucional izado artculos que dan cuenta de la volun-tad poltica de avanzar en el ejercicio de derechos, sin embargo, es tambin evidente que ms de 500 aos de colonizacin han contribuido a asentar e institucionalizar, tanto en el aparato estatal, como en la sociedad en su conjunto, prcticas patriarcales que han desdibujado la relacin entre hombres y mujeres, sometiendo a estas ltimas a situaciones de discriminacin y exclusin que se acentan en relacin a las mujeres indgenas.

    En este proceso, las polticas y presupuestos pblicos han contribuido a sostener y reproducir las des-igualdades y opresiones de clase, tnica y gnero, por lo que resulta fundamental generar espacios de dilogo y encuentro para la construccin y profundizacin de conceptos, paradigmas y nuevas formas de ejercicio de la gestin pblica.

    Orientados al conjunto de las y los servidores pblicos, para transformar las estructuras desde adentro del aparato estatal y avanzar hacia la consolidacin del Estado Plurinacional descolonizado y despa-triarcalizado, generando procesos de reflexin, tanto tericos como prcticos.

    Es as, que este Curso ha sido estructurado de manera de abordar temticas centrales: descolonizacin y despatriarcalizacin, polticas pblicas, polticas fiscales, presupuestos pblicos y control social.

    Consideramos que el abordaje de estas cuatro temticas contribuir en gran manera a avanzar hacia el Vivir Bien.

    OBJETIVOObjetivo General del Curso:

    Contribuir a la construccin del Estado Plurinacional, fortaleciendo capacidades para el manejo de as-pectos tericos y prcticos relacionados a la gestin pblica, desde un enfoque despatriarcalizador y descolonizador.

    OBJETIVOS ESPECFICOS

    Sensibilizar y analizar conceptos bsicos sobre descolonizacin y despatriarcalizacin como mar-co general para avanzar hacia el Vivir Bien.

    Brindar elementos tericos y prcticos para la formulacin y gestin de las polticas pblicas, con enfoque descolonizador y despatriarcalizador

    DESPATRIARCALIZACIN, DESCOLONIZACIN, POLTICAS Y PSG

    CUR

    SO

    :

  • 9 Desarrollar capacidades tericas y prcticas para los procesos de manejo de la gestin pblica, en cuanto se refiere a redistribucin de las riquezas y los ingresos y en particular sobre los procesos de planificacin y presupuestacin.

    Desarrollar capacidades para alentar la participacin y control social en todos los niveles del Estado plurinacional e identificar factores que promueven y obstaculizan estos procesos desde la sociedad civil y/o desde el Estado.

    RESULTADOS ESPERADOS Servidores/as pblicos sensibilizados en la necesidad de la despatriarcalizacin como elemento

    sustancial de la descolonizacin.

    Servidores/as pblicos identifican la importancia poltica y tcnica de avanzar a la construccin de polticas descolonizadoras y despatriarcalizadoras.

    Servidores/as pblicos desarrollan capacidades e identifican los factores esenciales para la redis-tribucin de la riqueza y los ingresos.

    Servidores/as pblicos comprometidos con la apertura del Estado al ejercicio de las mujeres al derecho a la informacin y el control social.

    CONTENIDOS

    JORNADA CONTENIDOS

    Primera DESPATRIARCALIZACIN Y DESCOLONIZACIN: HACIA LA CONSTRUCCIN DEL VIVIR BIEN

    Segunda POLTICA FISCAL: MECANISMOS PARA AVANZAR EN LA CONSTRUCCIN DEL ESTADO PLURINACIONAL

    Tercera PRESUPUESTOS SENSIBLES AL GNERO: UNA HERRAMIENTA PARA ORIENTAR LOS PRESUPUESTOS PBLICOS HACIA LA REDISTRIBUCIN IGUALITARIA

    Cuarta POLTICAS PUBLICAS: HACIA LA CONSTRUCCIN DE POLTICAS DESPATRIAR-CALIZADORAS Y DESCOLONIZADORAS

    Quinta PARTICIPACIN, CONTROL SOCIAL Y TRANSPARENCIA

    CERTIFICACIN DEL CURSO La Escuela de Gestin Pblica Plurinacional, EGPP, otorgar la certificacin correspondiente.

    MODELO DOCENTE Ctedra magistral

    Lectura y debate de material de apoyo

    Trabajo de grupos

    Evaluacin

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    RECURSOS TCNICOS Y MATERIAL DIDCTICO Aula con capacidad para 35 personas

    Datashow

    Pantalla Ecram

    Pizarra acrlica

    Papelgrafos

    Marcadores

    Otros

    DURACIN DEL CURSOLa duracin del curso ser de 12 horas distribuidas en 4 sesiones de tres horas cada una. En cada sesin se desarrollar la exposicin, las lecturas y debate, el trabajo de grupos y evaluacin individual.

    DOCUMENTACIN Documento base del mdulo

    Gua de trabajo de grupos

    Gua de evaluacin individual

    SISTEMA DE EVALUACIN Participacin en debates = 30 puntos

    Lectura de materiales = 20 puntos

    Trabajo en grupos = 30 puntos

    Evaluacin individual = 20 puntos

    TOTAL 100 PUNTOS

    SISTEMA DE CALIDADLa EGPP lleva a cabo un seguimiento continuo de la calidad del curso, teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, la valoracin que los/as participantes realizan a los/as facilitadores del Curso.

    REQUISITOS MNIMOS DE LOS/AS FACILITADORES/AS

    Conocimientos suficientes sobre la Constitucin Poltica del Estado

    Conocimientos de despatriarcalizacin y descolonizacin

    Conocimiento sobre polticas y presupuestos pblicos

    Experiencia en facilitacin de talleres

    Experiencia en acciones de sensibilizacin

  • 11

    CONTENIDO

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    El colonialismo no es un periodo histrico superado, un fsil inerme. Es una semilla que aun da sus frutos, reproduciendo una caracterstica administracin del pensamiento y sustentando un sistema de extraccin de la mayora de la poblacin del planeta (Surez Liliana, 2008).

    1. INTRODUCCINAntes de ingresar a la relacin de las desigualdades de gnero con la descolonizacin y la despatriar-calizacin, es preciso referirse, brevemente, al origen y caractersticas de la situacin de la mujer en la sociedad en general y la situacin actual de las mujeres bolivianas, en particular. Asimismo, es impor-tante indicar que aludir a la mujer boliviana refiere a un conjunto de mujeres diferenciadas entre s por razones de clase, etnia y edad; a la vez que a un conjunto que comparte una situacin de subordinacin y dominacin comn.

    La situacin de opresin y explotacin es lo que une y diferencia a las mujeres. Las mujeres de todas las clases sociales (burguesas, obreras, campesinas y las de clase media), sufren la imposibilidad legal y real de ejercer derechos sobre su propio cuerpo, por otro lado, sobrellevan la responsabilidad en la reproduccin de la fuerza de trabajo, asignada por la sociedad exclusivamente a las mujeres. Hay que agregar, adems, la valoracin negativa de las tareas domsticas y la negacin del valor de las mismas o su consideracin como no trabajo. Esas y otras son expresiones de la opresin a la cual estn someti-das todas las mujeres; as, la situacin de opresin es lo que las une.

    Lo que las diferencia, en cambio, es la explotacin, es decir aquella relacin entre clases sociales que hace referencia a la apropiacin del producto del trabajo excedente de las masas trabajadoras por parte de la clase poseedora de los medios de produccin. Unas mujeres se diferencian de otras porque unas pertenecen a la clase social que se apropia del excedente del trabajo y otras mujeres, en cambio, son obreras, fabriles, campesinas, trabajadoras del hogar, empleadas pblicas o asalariadas; es decir, son dueas solamente de su fuerza de trabajo, de negocios pequeos o de pequeas propiedades agrcolas.

    La actual situacin de las mujeres bolivianas no puede explicarse sin referirse a la historia y especial-mente a la conquista y colonizacin de los pueblos a los que pertenecen, hechos que marcan un quiebre profundo y doloroso con las estructuras sociales anteriores. Pero estas marcas no concluyen con el pro-ceso emancipatorio de la colonia espaola; todo lo contrario, la dominacin colonial mantiene su huella perdurable hasta hoy y es la base para lo que se denomina colonialismo interno

    1 DESCOLONIZACIN Y DESPATRIARCALIZACIN: Hacia la Construccin del Vivir BienUNIDAD

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    2. UN POCO DE HISTORIA2.1. LAS MUJERES EN LA HISTORIA

    En el sistema anterior a la colonia, el Tawantinsuyu, la participacin femenina en el poder poltico se daba a travs de una esfera de poder paralelo y bilateral, manejada por las mujeres de las panakas incaicas que eran espacio ritualizados y sacralizados.

    Una vez instituido el poder espaol, el trabajo de las mujeres fue calificado de manera diferente; as, el trabajo desempeado por las mujeres de origen blanco era radicalmente distinto que el realizado por las indgenas, negras, mestizas y mulatas. Las primeras, recluidas en el hogar, reproducan hijos para consolidar el sistema de dominacin colonial y de clase, aunque tambin sufran el peso del patriarcado. En cambio, el trabajo de la mujer indgena, destinado a producir un excedente para dar cumplimiento al pago del tributo, era calificado de renta/impuesto, mientras que los hombres de esas comunidades entregaban su plus trabajo ntegro y directo en las minas y haciendas. Al institucionalizarse el rgimen de mita, las comunidades indgenas perdieron gran parte de sus miembros varones, por lo que la mujer se vio obligada a suplir esa fuerza de trabajo.

    La mujer indgena tambin tribut sexualmente a los conquistadores, quienes se apropiaron as de su capacidad reproductora, perdiendo paulatinamente su capacidad ertica en esta funcin sexual-reproductora, separada del placer. Pero sigui practicando su tradicional economa de subsistencia, comerciando los pequeos excedentes.

    Este proceso categoriz y an categoriza a las mujeres indias y a todas las mujeres del continente a travs de un solo modelo de mujer, las descalific para cualquier rol de liderazgo o de ejercicio del poder pblico y gener la emergencia de un arquetipo de mujer la mujer blanca como categora nica reconocible ante la sociedad moderna. Esta categora de mujer, adems, fue definida desde la diferencia, sealndola como lo deficiente, lo perifrico, anatmicamente inferior y siempre subordinada al hombre en toda situacin y en todos los espacios del Estado colonial patriarcal. Para las mujeres, y en especial para las mujeres indgenas, la colonizacin fue un proceso dual de inferiorizacin racial y subordinacin de gnero.

    Pero tambin las mujeres participaron en las constantes rebeliones indgenas. Ellas intervinieron masi-vamente en las luchas por la tierra y en defensa de su etnia. Anacaona (en La Espaola), Gaitana (en Colombia), Guacolda (en Chile), Apacuana y Ana Soto (en Venezuela), son algunos de los nombres de las primeras luchadoras de la resistencia indgena. Las mujeres quechua y aymara tuvieron un rol fundamental en las rebeliones lideradas por Tupac Amaru y Tupac Katari de 1781, en Per y Bolivia. Vencida la rebelin fueron ejecutadas con ms ensaamiento que sus compaeros, con violacin, tortu-ra, escarnios y descuartizamiento. Micaela Bastidas (1781), Tomasa Tito Condemayta (1781), Marcela Castro (1781), Bartolina Sisa (1782), Gregoria Apaza (1782), Cecilia Tupac Amaru, Manuela Tito Con-dori, Manuela Gandarillas, fueron ajusticiadas para que se perpete la memoria del castigo aplicado e inmediatamente borradas de la historia. En 1803, Lorenza Abimaay, junto a Jacinta Jurez y Lorenza Pea, encabez una rebelin de 10.000 indgenas en Ecuador, en contra de la tributacin, con el grito: sublevmonos, recuperemos nuestra tierra y nuestra dignidad. La rebelin fue reprimida y Lorenza Abi-maay degollada, junto a otros lderes indgenas. Los castigos de los actos de transgresin confirmaban una identidad global de la clase servil, y tambin las diferencias de trato entre hombres y mujeres, con ms crueldad hacia ellas.

    2.2. DE LA RESISTENCIA A LA EMANCIPACIN

    Con la creacin de la Repblica, la oligarqua criolla minero-terrateniente, hered un pas de indios al que no aceptaba. Se inicia un ciclo liberal con el reconocimiento de la igualdad bsica de todos los seres hu-manos al influjo de la revolucin francesa, sin embargo, en Bolivia, el proceso de homogenizacin cultural

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    implic para los indgenas procesos de individuacin y ruptura con pertenencias corporativas y comunales, convirtindose en un proceso de exclusin basado en la negacin de la humanidad de los indios.

    Junto a ello, se inici un proceso de expropiacin de las tierras a travs de leyes como la Ley de Ex vinculacin de 1874. El efecto fundamental de este tipo de normativa fue la abolicin de la comunidad indgena.

    Posteriormente, en la dcada de 1920 destaca el primer movimiento popular femenino expresado en el Sindicato Femenino de Oficios Varios y en la Federacin Obrera Femenina que agruparon a decenas de miles de cholas trabajadoras en La Paz. Este movimiento luch contra una modernizacin ciega a las ne-cesidades de convivencia de la sociedad y contra una ciudadana homogeneizadora y negadora de las diferencias tnicas y culturales. Defendi con fiereza la autonoma de las comunidades de comerciantes y productoras artesanales, la identidad cultural de las cholas y sus derechos como mujeres. Defendi el amor libre y se opuso al matrimonio como obligacin formal. El programa esbozado por el sindicalismo anarquista femenino tuvo aun otra enseanza para las luchas de las mujeres de hoy. Fue un programa que intent descolonizar y re-significar el lenguaje, la palabra, para que sta deje de ser el talismn maligno del conquistador y se convierta en medio de comunicacin y espacio de ejercicio de la libertad.

    En el ciclo neoliberal (1985-2003), a las estrategias de desarrollo se sum el discurso oficial de equi-dad de gnero donde el manejo del conflicto de gnero y la cuestin tnica contribuyo a ocultar el contenido de clase, colonial y patriarcal de las polticas y los presupuestos pblicos del neoliberalismo. Las polticas de desarrollo aplicadas en las dos ltimas dcadas acumularon frustracin, desigualdad y pobreza en la poblacin boliviana.

    Es precisamente el resurgimiento de la conciencia indgena que marca el carcter del proceso revolucio-nario nacional, al incorporar la cuestin de la descolonizacin que signa un sentido de transformacin radical. Esta nocin es antittica a la persistencia del Estado burgus que impuso la condicin colonial de las naciones originarias tanto en el periodo de la conquista como en la instauracin de la Repblica.

    En el actual proceso la demanda de igualdad entre mujeres y hombres es todava tenue y subsumida en la lucha emancipatoria de los pueblos lo que se advierte en la persistencia de estructuras patriarcales en las organizaciones sociales.

    Las jornadas de octubre 2003, mayo y junio del 2005 y otros momentos de crisis del Estado capitalista patriarcal y de la democracia liberal ensean que, las mujeres ms invisibilizadas en lo cotidiano, las mujeres indgenas, campesinas, las mujeres de sectores populares, las fabriles y mineras, son protago-nistas de una historia de lucha de emancipacin en la que dejan las tareas domsticas, poniendo en evi-dencia la vinculacin entre clase y gnero y la vinculacin de estas categoras con la condicin tnica; es decir evidencian la situacin de oprimidas y explotadas.

    2.3. LA CONSTITUCIN POLTICA DEL ESTADO, CPE, Y LA VISIN DE PAS

    La promulgacin de la CPE el 2009, marca un hito fundamental en la historia, recoge las aspiraciones y esperanzas de los pueblos indgenas originario campesino en el largo proceso de luchas de resistencia que culminan en la instalacin de la Asamblea Constituyente, y la Nueva Constitucin Poltica del Esta-do, misma que en su Captulo II referido a Principios, Valores y Fines del Estado seala:

    Art.8El Estado asume y promueve como principios tico-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrn), suma qamaa (Vivir Bien), andereko (vida armonio-sa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj an (camino o vida noble.

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    El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusin, dig-nidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armona, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de gnero en la participacin, bienestar comn, responsabili-dad, justicia social, distribucin y redistribucin de los productos y bienes sociales, para Vivir Bien.

    Art. 9Constituir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la desco-lonizacin, sin discriminacin ni explotacin, con plena justicia social, para consolidar las identidades plurinacionales.

    Garantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y la proteccin e igual dignidad de las personas, las naciones, los pueblos y las comunidades, y fomentar el respeto mutuo y el dilogo intracultural, intercultural y plurilin-ge.

    En estos artculos se reflejan los pilares de la construccin del Estado Plurinacional, el Vivir Bien y la descolonizacin. Es en torno a estas visiones que se desarrollarn los siguientes puntos.

    3. DESCOLONIZACIN Y DESPATRIARCALIZACIN3.1. COLONIZACIN Y DESCOLONIZACIN: LOS ORGENES DE LA COLONIZACIN Y EL PATRIARCADO

    a. Colonizacin

    La colonizacin se caracteriza por una profunda intolerancia, prejuicios tnicos, sociales (es decir ra-cismo) de los grupos de poder hacia la poblacin indgena. La colonizacin fue presentada como una relacin entre el civilizado blanco/europeo y el brbaro-indgena, el colonizado. Esta relacin fue siem-pre violenta: imposicin poltica, impuesta a travs de la fuerza, e imposicin econmica a travs de la explotacin. Ambas se articulan con la colonizacin mental, que es la base para consolidar las formas de colonizacin.

    Los medios de colonizacin son la invasin, las armas, la religin, la educacin, la ciencia, el arte, la medicina y el racismo como instrumento de produccin y reproduccin de jerarquas, de opresin y explotacin. La colonizacin es fruto de la primera fase de internacionalizacin del capital y del proceso de acumulacin originaria del capital que fue la base de la riqueza de los pases del norte a costa de la explotacin de los recursos naturales y humanos de las colonias.

    El proceso de acumulacin originaria del capitalismo colonial en Amrica Latina tuvo como base al racismo y al sexismo ya que a la expropiacin de la tierra se sum la violencia contra la cultura de los pueblos indgenas. Los mecanismos ms importantes que us el Estado para ello fueron, principalmente la religin y el mercado.

    As, la condicin colonial expresa el ejercicio del poder de clase asentado en la sub-alternizacin de la diferencia tnico-racial y en la expropiacin de los medios de produccin (la tierra).

    La religin jug un papel importante en la provisin de mano de obra barata en los procesos de con-quista y colonizacin. Para la religin catlica, los pueblos diferentes de la matriz judeo cristiana no tienen alma, los pueblos conquistados no tienen alma. Eso permiti establecer que al ser estos pueblos sub humanos eran susceptibles de explotacin brutal y eliminacin. De no estar presente este criterio en

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    la conquista no se entendera la lucha de Fray Bartolom de las Casas por el reconocimiento del alma de los indios.

    b. Descolonizacin

    Hoy por hoy, la descolonizacin en Latinoamrica significa iniciar la tarea de despegarse de las formas europeas y norteamericanas del conocimiento presentadas como las nicas y ms bien iniciar un proce-so de pensar haciendo, recuperando y revalorizando otras formas de conocer y ver la realidad que han sido desarrolladas por los pueblos del tercer y cuarto mundo (aymaras, guaranes, aztecas, etc.), mismas que han sido ocultas/negadas y desvalorizadas permanentemente por una forma de pensar y conocer que se constituy en dominante y discriminadora.

    La descolonizacin plantea la necesidad de acceder a un mundo distinto al moderno, pero esto no implica un retroceso a la pre-modernidad. La descolonizacin debe entenderse y actuarse a travs del desmontaje de relaciones y sistemas de poder y de concepciones del conocimiento que fomentan la re-produccin de jerarquas raciales y de gnero.

    La descolonizacin es el cambio de las formas de poder coloniales que an se hallan presentes en la actualidad y estn presentes en las relaciones cotidianas entre blancos/europeos y los pueblos del sur e incluso al interior de estos pueblos. Esta relacin aplica mecanismos de poder y formas de pensar y conocer que no reconocen los saberes y aportes de los pueblos del tercer mundo.

    La descolonizacin es una propuesta desde los pueblos del sur o tercer mundo que supera tanto al libe-ralismo como al marxismo y propone nuevas formas de pensar el gnero, la libertad, la igualdad y lo tnico. Propone una convivencia humana ms all de prejuicios raciales, patriarcales/sexistas y homo-fbicos (odio a los/as homosexuales) impuestos por la modernidad colonial y capitalista.

    La descolonizacin busca crear un mundo donde la diferencia entre los humanos sea valorada ms all de las divisiones raciales, de gnero y de clase (aunque sin olvidar las connotaciones que implican cada una de estas identidades), lo que propone tanto el reconocimiento de la dignidad de cada una y uno y la redistribucin de los bienes concentrados ahora en las manos de pocos.

    El proceso de descolonizacin debe tambin entenderse como la recuperacin de sistema de saberes diferentes al occidental que se asienta en la superioridad lingstica y tnica.

    Poner en duda los conocimientos impuestos por la colonizacin de los espaoles, realizar una crtica local de las instituciones y proponer estrategias para construir nuevos conocimientos desde la identidad de las mujeres y los pueblos, es una iniciativa descolonizadora. La recuperacin de los saberes y las nuevas perspectivas que emergen desde la mujeres indgenas, son una respuesta crtica ante la coloniza-cin, que permite comenzar a deconstruir y reconstruir ideas innovadoras sobre modelos de convivencia, preservacin del medio ambiente y nuevas formas de aprender y Vivir Bien.

    3.2. PATRIARCADO Y DESCOLONIZACIN

    a. Patriarcado

    No hay naturaleza humana asexuada; hay hombres y mujeres y, para algunos, otros sexos. Hablar de naturaleza humana sin hablar de la diferencia sexual es ocultar que la mitad de la humanidad inte-grada por las mujeres vale menos que la de los hombres. Bajo formas cambiantes segn tiempo y lugar, las mujeres han sido consideradas seres cuya humanidad es diferente, problemtica o menos capaz en comparacin con la de los hombres.

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    La cultura patriarcal viene de lejos y atraviesa tanto a la cultura occidental como a las culturas africanas, indgenas e islmicas. Aristteles consider a la mujer como un hombre mutilado y Santo Toms de Aqui-no afirmaba que siendo el hombre el elemento activo de la procreacin, el nacimiento de una mujer es una seal de debilidad del procreador. A veces anclada en textos sagrados (la Biblia y el Corn), esta cultura ha estado siempre al servicio de la economa poltica dominante que, en los tiempos modernos, es el capitalismo y el colonialismo.

    El patriarcado, establece caractersticas para lo masculino y lo femenino a partir de diferencias biol-gicas, que aparecen como naturales y universales, es decir, como propios de la naturaleza de los hombres y las mujeres. Estas caractersticas son reforzadas por la ciencia, la religin y la co-tidianidad. El patriarcado como sistema de relaciones familiares, sociales y polticas de dominacin, subordinacin y opresin se funda en la distribucin desigual de poder entre hombres y mujeres y la divisin sexual y jerarquizada del trabajo; sustentadas todas en la supuesta supremaca de lo masculino y en la consideracin de lo femenino como inferior y subordinado, dando origen a formas de pensar que suponen la mujer como sujeto dominado e inferior.

    En trminos generales, entonces, el patriarcado es un orden (sistema) social que genera una forma de pensar cuyos mandatos apuntan al dominio masculino y la subordinacin femenina

    b. El origen del patriarcado

    El patriarcado es anterior al capitalismo y surge en el paso de las sociedades pre agrcolas y recolec-toras a las agrcolas y de pastoreo. Este paso marca un cambio significativo tanto en la organizacin social como en el papel de mujeres y hombres en la sociedad

    Si antes la mujer era el centro de la vida y, por ejemplo, eran las diosas las que alcanzaban la mxima expresin religiosa, el cambio puso en el centro de la sociedad a los hombres y releg a las mujeres a ser propiedad del patriarca, del hombre. Por esa va, las mujeres dejaron de ser sujetos libres y muy considerados en las sociedades recolectoras.

    Es decir, antes de la etapa patriarcal, rega en muchas sociedades la organizacin matrilineal, segn el cual se otorgaba mayor valor a la mujer en trminos de herencia y poder real en la estructura familiar y social.

    En la sociedad pre-clasista y pre-patriarcal las mujeres aportaban alrededor de las tres cuartas partes del total de los alimentos y productos necesarios a los colectivos humanos, participaban con los hombres en la caza y hay quienes afirman que las pinturas rupestres y el control del fuego fueron tambin obra suya, junto a los inicios de la doma de animales y la agricultura itinerante.

    Los principales factores que intervinieron en la aparicin del patriarcado y la institucionalizacin de la dominacin del hombre sobre las mujeres y nias/os fueron:

    - El trnsito del nomadismo al sedentarismo ya que el desarrollo de la agricultura y la ganadera generaron la relegacin de la mujer hacia el espacio privado y la reproduccin familiar.

    - Una nueva divisin del trabajo al interior de la familia y la sociedad que ocasion que las mujeres fueran relegadas slo al trabajo domstico de reproduccin y puestas fuera de actividades sociales y econmicas como la caza.

    Este proceso estuvo vinculado con el surgimiento del capitalismo ya que la acumulacin originaria del capital se ha basado en la destruccin de la fuerza de trabajo. No ha sido fcil transformar a los huma-nos en asalariados o esclavos ni enclaustrar a las mujeres en casa, sometindolas a los hombres. Este

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    proceso que se produjo en el paso del Medioevo a la modernidad incluy la as llamada quema de brujas como elemento disciplinario de las mujeres.

    La imposicin de los poderes del Estado y el nacimiento de esa formacin social que acabara por tomar el nombre de capitalismo no se produjeron sin el recurso a la violencia extrema. La acumulacin originaria exigi la derrota de los movimientos urbanos y campesinos, los que reivindicaron y pusieron en prctica diversos experimentos de vida comunal y reparto de riqueza, generalmente calificados de herejas religio-sas. Su aniquilacin abri el camino a la formacin del Estado moderno, la expropiacin de las tierras comunes, la conquista y el expolio de Amrica, la apertura del comercio de esclavos a gran escala y una guerra contra las formas de vida y las culturas populares que tom a las mujeres como su principal objetivo.

    La ya mencionada caza de brujas se convirti en un fenmeno masivo a partir de la segunda mitad del siglo XVI. Las nuevas lites europeas utilizan la caza de brujas para acabar con todo un universo de prcticas sociales que necesitaban destruir para consolidar su poder. Uno de los elementos centrales de esta ofensiva fue el control de las mujeres, de la reproduccin, de su sexualidad y de su cuerpo. Muchas de las mujeres que fueron acusadas de brujera eran mendigas que sobrevivan de la caridad. Otro tipo de mujeres que fueron acusadas de brujera fueron las curanderas, mujeres que saban de hierbas medi-cinales y de prcticas curativas.

    La relacin de la caza de brujas con la colonizacin de Amrica reside en que este mecanismo fue usado en las nuevas colonias como forma de reprimir las rebeliones indgenas. Con argumentos prove-nientes de la religin como que Amrica era tierra del diablo, la Inquisicin traslad la caza de brujas a estas tierras.

    En El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado en relacin al surgimiento de la familia moderna patriarcal, Engels sealaba que la familia monogy el Esmica se funda en la esclavitud do-mstica de la mujer. Sealaba tambin que en la familia monogmica patriarcal el gobierno del hogar perdi su carcter pblico para transformarse en servicio privado, transfiriendo toda responsabilidad a las mujeres.

    Engels afirmaba tambin, que poda considerarse a la familia moderna como la forma celular de la so-ciedad civilizada en la cual se encuentran las contradicciones que alcanzan su pleno desarrollo en ella misma. De este modo, el surgimiento de la familia monogmica y patriarcal tiene por efecto la divisin de la vida social en los dos mbitos: pblico y privado, confinando a las mujeres a este ltimo. De ese modo, mientras que la produccin de mercancas (la produccin social) fue constituyndose en una zona privativa de lo masculino, las actividades realizadas por la mujer en el seno de la familia quedaron re-ducidas a la reproduccin biolgica y la reproduccin de la fuerza de trabajo.

    c. La divisin sexual del trabajo

    La divisin sexual y jerarquizada del trabajo y la familia monogmica patriarcal son el origen de la opresin de la mujer en el capitalismo. En las sociedades modernas capitalistas-patriarcales la familia es la sociedad primigenia de desiguales; su caracterstica es el establecimiento de relaciones jerrquicas de subordinacin en la que el sexo como construccin normativa de la sociedad establece la jerarquizacin genrica de las relaciones entre sus miembros. Explicita que el poder se origina, construye y ejerce en el mbito privado y no nicamente en el mbito pblico.

    La economa neoclsica y la economa marxista olvidan e invisibilizan la opresin de la mujer en el capitalismo. En la escuela marxista el inters de clase es prioritario y determinante, ste reduce las posibilidades de conflicto entre los miembros de una clase y niega las jerarquas y las relaciones pa-triarcales al interior de la familia. De la misma forma, la escuela neoclsica minimiza la posibilidad del surgimiento de conflictos en el hogar, sealando que los miembros de la familia tienen un inters

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    comn, con lo que tambin niega la divisin sexual del trabajo y las relaciones de dominio patriarcal en la familia. As como la historia oficial ignora el papel de las mujeres en las luchas emancipatorias de los pueblos, estas escuelas han ignorado tambin el papel del trabajo domstico en la reproduccin de la fuerza de trabajo, en la acumulacin de capital y en la reproduccin del conjunto del sistema social.

    No considerar que el patriarcado es una de las ms efectivas instituciones pre-capitalistas que la burgue-sa ha logrado refuncionalizar para asegurar la perpetuacin de su dominacin de clase, esclavizando a la mujer en el mbito domstico y explotndola doblemente por la va del trabajo no pagado, es una negacin que solo favorece a la acumulacin del capital y a la persistencia de la dominacin de clase.

    Ahora bien, la etnificacin de la fuerza de trabajo producida por el racismo en el proceso colonial ha requerido del desarrollo de estructuras familiares de colaboracin, esas estructuras familiares las propor-ciona el patriarcado. El sexismo no solo asigna un trabajo diferente y menos apreciado a las mujeres, tambin invisibiliza la contribucin del trabajo de la mujer a la acumulacin. El sexismo asienta la idea que la mujer, en tanto ama de casa no crea plusvala.

    La nocin de ama de casa, fundada en la familia moderna patriarcal, oculta la esclavitud domstica de la mujer, y justifica el supuesto no trabajo de las mujeres, adems de validar y legitimar la elimi-nacin de este trabajo de las cuentas nacionales.

    En resumen, el patriarcado es la manifestacin e institucionalizacin del sistema de dominio de los hom-bres sobre las mujeres, los/as nios/as y los/as indgenas, y la ampliacin de este sistema de dominio masculino sobre las mujeres a la sociedad en general.

    La persistencia histrica de la opresin basada en la diferencia sexual, la explotacin de clase y la dis-criminacin por diferencia tnica se produce en el seno de la familia, las instituciones y las comunidades. Son las prcticas cotidianas de las instituciones como la escuela, la religin, los medios de comunicacin y las relaciones sociales las que continan reproduciendo la desigualdad entre hombres y mujeres.

    d. Naturalizacin de la desigualdad entre los sexos

    La diferenciacin basada en el sexo ha sido identificada como una de las formas ms extendidas de explotacin humana, construida a partir de jerarquas presentes en las instituciones sociales bsicas como la familia.

    La desigualdad construida a partir de la asignacin desigual y jerarquizada de roles y funciones a hombres y mujeres, es un patrn cultural que proviene del ejercicio de poder; cruza todos los mbitos de la vida cotidiana personal, familiar, as como la economa, poltica, social, cultural e ideolgica. Est presente en todas las culturas, en todas las clases sociales, y en todas las sociedades.

    Al ser sta una construccin social tan extendida y cotidiana, se presenta como un fenmeno natural. Esta naturalidad de la desigualdad es la razn por la que las sociedades a travs de con-cepciones tradicionales acerca del modo en que opera la poltica y la economa, no se planteen la bsqueda de la igualdad entre los gneros ni tomen en cuenta las distintas dimensiones de trabajo de las mujeres.

    La modernidad, las corrientes tericas, las escuelas econmicas y todas las religiones monotestas que sustentan el paradigma moderno de cuo patriarcal, androcntrico y eurocentrico, entienden la divisin sexual del trabajo como un hecho natural y jerrquico, determinado biolgicamente.

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    Recapitulando, la desigualdad entre hombres y mujeres, construida a partir de la asignacin desigual y jerarquizada de trabajo, mbitos y funciones, es un patrn cultural que proviene del ejercicio del poder; que se presenta como un hecho natural, cruza todos los mbitos de la vida cotidiana, personal, fami-liar, econmica, poltica, social, cultural, ideolgica; est presente en todas las culturas, en todas las cla-ses sociales y en todas las sociedades. Esta naturalidad de la desigualdad revela el porqu las mujeres no tengan las mismas condiciones y oportunidades que los hombres para ejercer sus derechos humanos y ha provocado tambin que las sociedades no se cuestionen sobre la igualdad entre hombres y mujeres.

    e. Los ejes de la subordinacin

    Sintetizando todos los aspectos expuestos, la subordinacin de las mujeres se asienta en tres ejes:

    El cuerpo La reproduccin de la fuerza de trabajo y el trabajo domstico de cuidado en la familia Los patrones culturales discriminatorios

    El cuerpo de las mujeres: condicin de discriminacin y naturalizacin de la desigualdad, agravada por la condicin de clase y la pertenencia tnica.

    La reproduccin de la fuerza de trabajo y el trabajo domstico de cuidado en la familia: La familia monogmica patriarcal y la divisin sexual y jerarquizada del trabajo son el origen de la opresin de la mujer en las sociedades modernas capitalistas-patriarcales; donde el sexo como construccin normativa de la sociedad establece la jerarquizacin genrica de las relaciones, invisibiliza la contribucin del trabajo de la mujer a la reproduccin de la fuerza de trabajo y la acumulacin del capital.

    Los patrones culturales discriminatorios: La desigualdad social y de gnero es un patrn cultural de larga data asentado en la diferencia de sexo, de clase y de etnia. Este patrn proviene del paradigma moderno patriarcal de corte capitalista que ha naturalizado, introducido, y en mu-chos casos reforzado, diferencias de gnero y jerarquas en la divisin sexual del trabajo en los pueblos y naciones originarias.

    f. Despatriarcalizacin

    Entonces, la despartiarcalizacin es la subversin del orden patriarcal a travs del desmontaje del sistema de dominacin, subordinacin, opresin y exclusin de las mujeres. Es desmontar este orden fundado en la distribucin desigual del poder entre hombres y mujeres en la sociedad, la comunidad, la familia y el Estado. Es un proceso de liberacin, de emancipacin del pensar, sentir y conocer de las mujeres.

    Se trata de eliminar el sistema opresivo de gnero, raza y clase que fue instaurado en las sociedades y pueblos Americanos y que ha transformado las formas de organizacin, reproduccin social y de relacionamiento entre las personas (entre hombres y mujeres y entre mujeres) y en las diferentes esferas del poder (la familia, el Estado). El sistema de gnero y raza, impuesto a travs del colonialismo que abarca la subordinacin de las mujeres del tercer mundo en todos los aspectos de la vida (econmicos, sociales y polticos), rompi con nociones que reconocan positivamente el poder de las mujeres, como tambin la homosexualidad y entendan al gnero en trminos igualitarios.

    As, la descolonizacin es la eliminacin de la desigualdad social, de la discriminacin, opresin y subordinacin de gnero. Para ello es preciso transformar el patrn productivo, las formas de redistri-bucin de la riqueza, ingresos y oportunidades; la democratizacin del poder y la propiedad. Adems, eliminar los patrones culturales y estereotipos sociales discriminatorios. Pero, sobre todo tiene que ver con la redistribucin del trabajo domstico de reproduccin de la fuerza de trabajo y el cuidado de la familia. Partir de replantear categoras centrales como produccin, reproduccin y

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    trabajo incluyendo todos los procesos de produccin de bienes y servicios orientados al Vivir Bien de las personas en armona con la naturaleza. De este modo, la descolonizacin favorecer la construccin de una relacin armnica entre produccin y reproduccin, y del poder entre las personas.

    3.3. NO ES POSIBLE DESCOLONIZAR SIN DESPATRIARCALIZAR

    La despatriarcalizacin es la subversin del orden patriarcal, asentado en las estructuras familiares, comunales y estatales. Es un proceso de liberacin del pensar, sentir y conocer de las mujeres que busca la emancipacin de las mujeres, a travs de: 1

    La desestructuracin de las relaciones de poder que reproducen la subordinacin y opresin de los pueblos, jerarquizan las relaciones entre hombres y mujeres e impiden la democratizacin del sistema poltico de representacin, as como el acceso de las mujeres a los espacios de decisin poltica.

    La eliminacin de patrones culturales y estereotipos discriminatorios que se manifiestan en las re-laciones de poder entre mujeres y hombres y en aparatos ideolgicos tales como la educacin, el arte, la ciencia, el sistema meditico y la religin

    La transformacin del patrn productivo, de las formas de redistribucin de la riqueza, los ingresos y las oportunidades, y el replanteamiento de categoras tales como produccin, reproduccin y trabajo, bajo el paradigma del Vivir Bien en armona con la naturaleza.

    La redistribucin del trabajo domstico de reproduccin de la fuerza de trabajo y el cuidado de la familia, como responsabilidad familiar, colectiva y pblica.

    El reconocimiento de las mujeres como portavoceshacia el sistema meditico e informativodel Vivir Bien, teniendo en cuenta que son ellas, las principales portadoras de saberes e identidades.

    Este conjunto de referencias demuestra que no es posible avanzar en la descolonizacin sin avanzar, a la vez, en la despatriarcalizacin del Estado y la sociedad. Ambos procesos se nutren mutuamente, por lo que la emancipacin de los pueblos y las mujeres solo ser posible cuando los nudos del colonialismo interno y el patriarcado se desmoronen por obra de las polticas pblicas y el protagonismo poltico de hombres y mujeres desde sus identidades, sentires y saberes.

    3.4. LA RELACIN ENTRE ETNICIDAD Y GNERO EN BOLIVIA

    El debate sobre etnicidad y gnero en Bolivia se actualiz por la presencia protagnica de mujeres indgenas en la Asamblea Constituyente, la Asamblea Legislativa Plurinacional y otros actuales espacios pblicos.

    En la cosmovisin andina, la construccin de gnero adquiere formas particulares relacionadas con la produccin, la tierra y la naturaleza, a la luz de las concepciones de vida-muerte, humano y no humano, etc.

    Otra distincin importante en la conformacin y desenvolvimiento de las familias en culturas originarias es la escasa separacin y jerarquizacin entre lo pblico y lo privado, entre los mbitos de accin femenina y masculina. El par complementario de figuras de autoridad como el Chacha Warmi o Kari-Warmi dan cuenta de la presencia de la dualidad y la complementariedad. Las reducciones coloniales introducen nuevos valores y jerarquas sociales y polticas en este par complementario, implantando la posicin subordinada de las mujeres.

    1 Varios de estos planteamientos han sido reflexionados por la Fundacin Colectivo Cabildeo en diferentes documentos elaborados sobre el tema.

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    En las comunidades originarias, los ancianos no son una carga improductiva como sucede en occiden-te, son transmisores de conocimiento, saberes, valores, son educadores y pueden integrar los concejos de sabios si su experiencia es relevante para la comunidad; los ancianos no estn aislados de la comuni-dad. Los nios y nias en procesos de aprendizaje se integran a la produccin y al trabajo comunitario a partir de los 5 aos, asumiendo gradualmente y de acuerdo a su edad, tareas en la construccin del jaque.

    La tenencia de la tierra bajo la modalidad de la propiedad privada ha generado estructuras de poder patriarcal en las comunidades originarias que se expresa tambin en el acceso diferenciado al ejercicio de sus derechos por sexo y a la tenencia de la tierra.

    De la misma manera, en la relacin entre las esferas de la produccin y el intercambio, la construccin normativa de gnero produce discriminacin y exclusin de las mujeres.

    Es en esa convivencia conflictiva de lo originario y lo moderno que actualmente transcurre la posicin y condicin de las mujeres en la familia y en la comunidad en Bolivia.

    El Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades que es la propuesta del Estado Plurinacional de Boli-via para la bsqueda de la igualdad de gnero, aprobado mediante Decreto Supremo N 29850 2008, indica que:

    Descolonizar el concepto de gnero significa aplicarlo como categora de anlisis a las relaciones que se dan aqu y ahora entre mujeres y hombres. Por una parte, significa ubicarlo geogrfica y culturalmente en las relacio-nes de poder internacionales, entre un norte rico y neocolonial y un sur empobrecido y neocolonizado, para denunciar que la situacin que viven las mujeres en este hemisferio se deriva de las relaciones desiguales entre norte y sur. Por otra parte, significa reconocer que las relaciones injustas entre hombres y mujeres que verificamos aqu y ahora, no son slo heren-cia colonial, tambin se dieron antes, en las culturas originarias; en este sentido, descolonizar el gnero significa recuperar la memoria larga de las luchas de las mujeres contra un patriarcado que se instaur an antes de la invasin colonial; en consecuencia, igualmente se debe denunciar la existencia de un patriarcado y un machismo boliviano, indgena y popular, con rasgos propios y particulares.

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    2 POLTICA FISCAL: Mecanismos para avanzar en la construccin del Estado PlurinacionalUNIDAD

    La cosa que piensa nuestra poca y muchas pocas distintas es la diferencia sexual. Esta diferencia cuya funcin es normativa y clasificatoria deriva invariablemente en todas las sociedades, en desigualdad asumida como natural. Esta naturalidad de la desigualdad ha hecho muy cmodo para las sociedades no pensar en la igualdad. (Valcarcel ,1996)

    La diferenciacin basada en el sexo es una de las formas ms extendidas de explotacin humana, arraigada en la interaccin personal entre los sexos, en instituciones sociales bsicas, como la familia, y enraizada en estructuras econmicas y polticas Sus manifestaciones son mltiples y se extienden por todos los niveles de la sociedad. Esas manifestaciones constituyen en su totalidad un complejo sistema de relaciones de poder entre los sexos que tipifica la subordinacin de la mujer a diferentes niveles sociales. Dicha subordinacin, aunque se observa persistentemente en la mayora de las sociedades, se manifiesta en gran variedad de formas y diferentes grados de intensidad. (Beneria, 1982)

    1. INTRODUCCINSiempre que se piensa en temas econmicos, las primeras ideas que surgen son las referidas al bienestar de las personas, a las formas de produccin y distribucin, sin dejar de lado las formas de intercambio y circulacin. Desde hace por lo menos 35 aos, las distintas vertientes feministas han cuestionado las definiciones de las teoras econmicas abordando temas de gnero tradicionalmente excluidos en las mismas. No es que la economa no abordara los temas de mujeres, por el contrario, lo hizo extensa-mente; sin embargo, lo que no abord es la cuestin de la desigualdad de gnero.

    La economa tradicional niega la importancia del gnero como categora de anlisis econmico y por tanto de construccin del conocimiento; sin embargo otras disciplinas de las ciencias sociales como la Antropologa o la Sociologa ya utilizan el gnero como categora de anlisis. La categora gnero proporciona herramientas para construir un cuerpo terico til para criticar los parmetros de las escuela econmicas androcntricas; esta crtica, tambin llamada economa feminista demuestra el carcter racista, de clase y patriarcal de la economa dominante.

    Esta dureza de las ciencias econmicas ortodoxas manifiesta y perpeta las jerarquas de clase, raza y sexo sobre las cuales se construye el orden econmico. Los estudios de gnero en economa develan y sobre todo cuestionan y denuncian esas jerarquas a partir del anlisis y cuestionamiento de la divisin sexual del trabajo, del cuestionamiento a la conceptualizacin misma del trabajo y de su objetivo, as como el cuestionamiento a las formas de distribucin de la renta, la funcin de utilidad y el inters de cla-se, entre otros. Entre las herramientas utilizadas en este anlisis est el reconocimiento del gnero como construccin social, el gnero como categora de anlisis y tambin la inter-seccionalidad del gnero con las categoras de clase y etnia.

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    Con todo, la escuela marxista de la economa es ms receptiva a las interrogantes y los anlisis de gne-ro por su preocupacin por la explotacin, la desigualdad de clase, el anlisis de las relaciones sociales y las relaciones de poder. Sin embargo, este dialogo entre la economa feminista y la economa marxista encuentra su lmite cuando las economistas feministas cuestionan el orden de gnero en las relaciones de poder, es decir las desigualdades de poder entre hombres y mujeres.

    Con todo, la escuela marxista proporciona una ampla gama de conceptos para el anlisis de gnero sobre la divisin sexual del trabajo, naturaleza y funcin del trabajo domstico, su vinculacin con la acumulacin de capital y la reproduccin de la fuerza de trabajo, as como el anlisis del intercambio desigual asociado a la divisin sexual del trabajo.

    Un enfoque alternativo en la economa feminista es aquel que pone en el centro de las preocupaciones la reproduccin de la vida humana. Esta perspectiva es muy distinta a la de la economa neoclsica que se centra en la utilizacin eficiente y racional de los recursos (de mercado). Este proceso, adems de la satisfaccin de las necesidades biolgicas y sociales, incorpora como aspecto central, la satisfaccin de las necesidades emocionales y afectivas. Estas ltimas se desarrollan bsicamente en el mbito del hogar y cuentan con muy malos sustitutos en el mbito monetario.

    En resumen, los estudios de gnero en economa permiten develar el carcter androcntrico y patriarcal de la economa neoclsica y de la propia economa marxista. Al desvelamiento y cuestionamiento del carcter patriarcal de las teoras econmicas le sigue la propuesta de la economa feminista que intenta articular su objeto de estudio en torno a la produccin de la vida.

    Con base en las propuestas de la economa feminista, en este acpite se abordar una propuesta de orientacin y medicin del gasto pblico o lo que se denomina presupuestos pblicos sensibles al gnero.

    2. ES LA DESIGUALDAD Y OPRESIN DE GNERO UN PROBLEMA DE MODELOS Y POLTICAS O UN PROBLEMA DE SISTEMA?

    La discriminacin, exclusin social y pobreza son abordados por los Estados capitalistas coloniales sobre todo en los pases latinoamericanos a travs de polticas sociales de compensacin, reduc-cin de la pobreza y en los ltimos aos el desarrollo de transferencias condicionadas como medidas antipobreza. Todas estas polticas han priorizado la estabilidad macroeconmica y la dinamizacin de la demanda agregada, sin mostrar efectos positivos y sustanciales en la reduccin de la pobreza y la exclusin social.

    De la misma forma, cuando los Estados abordan el tema de las desigualdades polticas, econmicas y sociales entre mujeres y hombres, lo hacen generalmente a travs de polticas pblicas dirigidas espec-ficamente a las mujeres: sea para incorporarlas al trabajo productivo, para combatir la mortalidad ma-terna, subsanar la desigualdad en el acceso a la educacin, la promocin de la participacin poltica, el acceso al crdito, etc. Tambin a travs de programas de transferencias condicionadas vinculadas a los roles reproductivos.

    El insuficiente alcance de estas polticas frente a fenmenos tan evidentes y graves como por ejemplo el incremento de la violencia contra las mujeres, el feminicidio, la feminizacin y precarizacin de la fuerza laboral y la feminizacin de la pobreza2 pone en evidencia la ceguera y el olvido de los Estados y sus polticas pblicas para eliminar las condiciones de subordinacin y discriminacin que enfrentan la mayora de las mujeres de las distintas clases sociales, pueblos y naciones. Adems esta condicin se

    2 La feminizacin de la pobreza, fenmeno caracterstico y en incremento en los ltimos 30 aos, expresa cmo las reformas macro-econ-micas transfieren los costos de la produccin y los desequilibrios macro-econmicos a las familias con efectos ms negativos en las mujeres debido a la divisin sexual del trabajo.

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    agrava por efecto de la explotacin y opresin de clase y pertenencia tnica, en el caso de las mujeres indgenas, campesinas, obreras y de sectores populares.

    Desde las ONG de mujeres y los organismos de cooperacin internacional vinculados a la promocin de la igualdad de gnero se ha intentado influir en las polticas pblicas, principalmente las polticas sociales con la aplicacin de metodologas como la transversalizacin de gnero en las polticas pblicas3.

    Si bien no hay muchos estudios que den cuenta sobre los impactos en la reduccin de las desigualdades de gnero con la aplicacin de polticas pblicas de corte neoliberal que incluyen la transversal de g-nero, es probable que la inclusin de la transversal de gnero llevara a profundizar las desigualdades existentes, en el mejor de los casos.

    Para introducir el tema de la poltica fiscal y los presupuestos sensibles al gnero, la pregunta central es: qu supone abordarla opresin y desigualdad basada en el gnero y cmo encara esta cuestin la sociedad y el Estado desde las polticas pblicas y las leyes en el actual proceso de transformaciones sociales que vive el pas?

    El esquema de anlisis al cual hace referencia la pregunta es sin duda complejo, por que se trata de problematizar las complejas estructuras de desigualdad que cimientan las relaciones sociales, polticas y econmicas, de manera tal que la desigualdad y opresin de gnero sea abordada como parte de los problemas estructurales a encarar en un proceso de transformacin que se define como descolonizador.

    Las corrientes de pensamiento contra hegemnico en la economa dan cuenta que gran parte de esas estructuras de desigualdad son parte del modelo econmico capitalista, bajo cualquiera de sus variantes y estrategias como es el neoliberalismo.

    Este modelo econmico, tecnolgico y cultural que privilegia un modo de produccin y de consumo insostenible por su irracionalidad ecolgica y cultural, se basa en la explotacin de los seres humanos y la naturaleza y en la acumulacin privada del excedente econmico4. La economa feminista anota ade-ms que una parte de la acumulacin privada del excedente proviene del trabajo domstico y del cuidado no remunerado que realizan las mujeres, a partir de la divisin sexual del trabajo.

    Modelo econmico que al privilegiar actores sociales en la orientacin de las polticas pblicas define qu tipos de aportes se reconocen y contabilizan y cules no; define qu agentes econmicos son los pri-vilegiados. En suma, define quines ejercen sus derechos, en qu condiciones, y quines o qu sujetos tienen limitadas posibilidades de ejercer sus derechos.

    Estas polticas econmicas uniforman los diversos intereses y condiciones de los integrantes de la familia en un nico inters, consideran al mercado como el mecanismo de distribucin y acceso, construyen preferencias con base en la maximizacin del bienestar y no del beneficio colectivo a costa de la des-truccin de la naturaleza. Adems, priorizan el crecimiento y la estabilidad macro-econmica a travs de polticas fiscales pro-cclicas de reduccin del dficit fiscal y de estrangulamiento fiscal, a partir del incremento del desempleo, de la privatizacin de los derechos y los servicios pblicos. Son el tipo de polticas que han profundizado la desigualdad social y la opresin de gnero.

    3 La transversalizacin de gnero es un proceso de valorar las implicaciones que tienen para los hombres y para las mujeres cualquier accin que se planifique, ya se trate de legislacin, polticas o programas, en todas las reas en todos los niveles. Es una estrategia para conseguir que esas preocupaciones y experiencias de las mujeres, al igual que la de los hombres, sean parte integrante en la elaboracin, puesta en marcha, control y evaluacin de las polticas y de los programas en todas las esferas polticas, econmicas y sociales, de manera que las mujeres y los hombres puedan beneficiarse de ellos igualmente y no se perpete la desigualdad. El objetivo final de la integracin es conseguir la igualdad de los gneros. (Definicin del Consejo Econmico y Social de la ONU).

    4 Tomado del documento borrador del Plan nacional de Desarrollo Econmico y Social, PDES. Ministerio de Planificacin del Desarrollo, Bolivia 2009.

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    Los efectos de este modelo y sus polticas, ampliamente estudiados, constatados, vividos y sufridos por la gran mayora de los seres humanos, pueden resumirse en un constante incremento de la desigualdad social y la pobreza, en la crisis alimentaria, la grave crisis ecolgica y el calentamiento global; la crisis energtica y, por ltimo, la crisis financiera5. Esta ltima es la que llama ms la atencin a los poderosos porque pone al desnudo el carcter especulador del capital financiero6.

    En Bolivia, estas polticas y el conjunto del modelo neoliberal, mostraron su capacidad para la produc-cin de pobreza y desigualdad. Este modelo adems agoto la tolerancia de los sujetos discriminados y excluidos con la Guerra del Agua del 2000, Bolivia inicia el proceso de cambio del modelo neoliberal de desarrollo. A esta incapacidad para la redistribucin equitativa del producto social se haba sumado tambin el discurso oficial de gnero. El manejo del conflicto de gnero y la cuestin tnica con-tribuyo a ocultar el contenido de clase y colonial patriarcal de las polticas y los presupuestos pblicos.

    A pesar del carcter transformador del actual proceso, todava se detectan ausencias en los discursos polticos de la vanguardia del proceso; la orientacin de las polticas y el presupuesto pblico continan presentando sesgos de gnero.

    3. LA POLTICA FISCAL, CAMPO DE CONFLICTO EN LA LUCHA POR LA ELIMINACIN DE LA DISCRIMINACIN DE GNERO

    Para responder a la pregunta qu supone abordar la cuestin de la opresin y desigualdad basada en el gnero?, debe reconocerse que no se trata de seguir haciendo ms de lo mismo.

    Generalmente las polticas pblicas y estrategias de desarrollo son presentadas como herramientas tc-nicas que supuestamente aseguran eficiencia y eficacia de la accin estatal para la redistribucin del producto social y el desarrollo. Sin embargo, su concepcin, diseo y orientacin encierran contenidos de clase, de gnero y de etnia.

    3.1. QU SE ENTIENDE POR POLTICA FISCAL?

    En general, la poltica fiscal es una herramienta de la poltica econmica, un conjunto de medidas sobre el rgimen tributario, gasto pblico, endeudamiento interno y externo y la situacin econmica del Estado. Su objetivo es facilitar e incentivar la economa, lograr el crecimiento, controlar la inflacin, promover el empleo y la produccin, etc., asegurando y manteniendo la estabilidad econ-mica. Para lograr sus objetivos, la poltica fiscal utiliza los ingresos y los gastos pblicos como variables de control. Para ello, la poltica fiscal usa los datos de ingreso y gasto pblico.

    5 La crisis financiera, devenida en crisis de produccin o del sector real de la economa, tuvo su epicentro en el sistema bancario o financiero norteamericano por el descontrol de la especulacin inmobiliaria y se expandi al resto del mercado financiero internacional con su efecto recesivo mundial; en los pases desarrollados el efecto de la crisis se descarga sobre los trabajadores y las trabajadoras, a travs de los despidos masivos y disminucin de beneficios y salarios, se aplican polticas de disminucin de gasto fiscal y salvataje millonario de las ban-cas en quiebra con recursos pblicos. Las economas llamadas emergentes, reducen el ritmo de crecimiento de sus economas y disminuyen las exportaciones y la importacin de materias primas. En los pases en desarrollo, el efecto de la recesin se verifica en la contraccin de ingresos por concepto de reduccin de precios de las materias primas exportadas. Estos pases intentan enfrentara la recesin aumentando la cantidad producida a travs de una explotacin y extraccin irracional de los recursos naturales exportables. (Documento borrador PDES. 2010)

    6 Referido en el documento borrador del Plan de Desarrollo Econmico Social, PDES. Ministerio de Planificacin del Desarrollo, Bolivia 2009.

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    A diferencia de otras polticas, como por ejemplo la poltica monetaria, los gobiernos tienen marcada participacin en la poltica fiscal; las decisiones que se asuman en este marco, influirn positiva o ne-gativamente sobre el xito de las polticas pblicas en general, impulsando o frenando el modelo de desarrollo.

    a. Tipos de poltica fiscal

    En funcin de la participacin del Estado, las polticas fiscales se pueden clasificar en dos grupos: po-lticas expansionistas o polticas contraccionistas. La poltica fiscal expansionista se presenta cuando se toman medidas para generar el aumento del gasto pblico, reduccin de los impuestos, o una combinacin de ambas. Por el contrario, una poltica fiscal contraccionista se presenta cuando se toman decisiones para tener un gasto pblico reducido, aumentar los impuestos, o una combinacin de ambas.

    b. Funciones de la poltica fiscal

    La poltica fiscal cumple tres grandes funciones: i) satisfaccin de necesidades sociales a travs de la distribucin y asignacin -eficiente- de recursos para la produccin de bienes y servicios en los distintos sectores: educacin, salud, infraestructura, etc.; ii) redistribucin o el traslado de recursos de un sector de la economa con mejor dotacin de recursos hacia otros de menor disponibilidad de recursos, esto es la distribucin de la renta entre los diversos grupos de la economa; adems la distri-bucin del ingreso entre las personas significa obtener ms recursos de las empresas y/o personas que cuentan con mayores ingresos para su redistribucin entre los grupos de poblacin de menores ingresos. Esta funcin se disea y opera a travs de distintos instrumentos, fundamentalmente los impuestos y las subvenciones; y iii) estabilizacin macroeconmica, que tiene como misin mantener el balance macro-econmico a fin de prevenir grandes cambios en la actividad econmica, as como asegurar una adecuada tasa de crecimiento, incidiendo sobre la demanda agregada para impactar en el desarrollo. Otras funciones aadidas a la poltica fiscal en el marco de la globalizacin se refieren a la asignacin eficiente de recursos, atraccin de la inversin extranjera y promocin de la competitividad.

    c. Relacin poltica fiscal-poltica econmica

    En trminos generales, las polticas fiscales expresan las estrategias de desarrollo de los gobiernos, sus prioridades y la orientacin de sus polticas econmicas y sociales.

    Las polticas econmicas son las intervenciones de un gobierno en la economa para dirigir su el rumbo. Las intervenciones obedecen a prioridades establecidas por los gobiernos.

    La herramienta ms importante de la poltica fiscal es el presupuesto pblico, clculo financiero anticipa-do de los ingresos y los gastos del sector pblico. El gasto pblico expone la poltica financiera definida con base en los ingresos esperados, las necesidades de la poblacin y los compromisos de gasto del gobierno, tanto internos como externos. Es, al mismo tiempo, un instrumento de planificacin econmico-financiera de corto plazo, y expresa los objetivos y metas de la poltica econmica, de la poltica fiscal. El presupuesto, por lo tanto, afecta directamente la vida cotidiana de las personas.

    3.2. GNERO EN LA POLTICA FISCAL Y EL PRESUPUESTO PBLICO

    Como se puede evidenciar, la erradicacin de la pobreza y la desigualdad social, la eliminacin des-igualdad entre hombres y mujeres y la discriminacin de gnero, no forman parte de los objetivos y fun-ciones de la poltica fiscal y el presupuesto pblico. Por eso son necesarias la reflexin, crtica y cambio de polticas fiscales.

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    Para el anlisis de la poltica fiscal, la economa feminista para plantea tres elementos centrales i) el impacto diferenciado de las polticas; ii) la desigual distribucin del poder y, iii) el trabajo domstico y de cuidado no remunerado.

    i) el impacto diferenciado de las polticasLa primera pregunta a responder es: la poltica fiscal genera impactos diferenciados en los diversos grupos poblacionales y entre mujeres y hombres?, esta pregunta supone cuestionar la supuesta neutrali-dad de las polticas fiscales respecto al gnero, la clase y la cuestin tnica. Por las distintas posiciones y funciones que ocupan y desempean los hombres y las mujeres en sus comunidades y en sus familias, tanto hombres como mujeres tienen distintos intereses, necesidades y demandas diferenciadas, y cuando las polticas y los presupuestos -en su formulacin y ejecucin- no consideran estas necesidades, intereses y demandas diferenciadas tienden, ms bien, a reforzar las desigualdades de gnero.

    ii) la desigual distribucin del poderEl segundo elemento de anlisis implica identificar si la poltica fiscal est reproduciendo las desigualda-des de poder entre hombres y mujeres o si est produciendo cambios. Un aspecto central para identificar si la poltica fiscal contribuye a producir cambios en las relaciones desiguales de poder entre los gneros es identificar cul es el actor y el aporte que se reconoce, generalmente en el gasto pblico, y el reco-nocimiento de las distintas posiciones y condiciones de mujeres y hombres. A lo que se asigna recursos es a lo que se est valorando. Por ejemplo los estudios de gnero sobre los presupuestos pblicos7 en Amrica Latina reportan que slo el 1% del total de los presupuestos se destina a la erradicacin de las desigualdades entre hombres y mujeres. La inequidad de gnero en la distribucin del ingreso es una evidencia de que las polticas fiscales reproducen las desigualdades de poder entre hombres y mujeres.

    iii) el trabajo domstico y de cuidado no remuneradoEl tercer elemento de anlisis; el trabajo domstico y de cuidado no remunerado, es central no slo en el anlisis de la poltica fiscal sino adems de la poltica econmica y el modelo de desarrollo. Es fun-damental indagar si las polticas fiscales reconocen el aporte que realizan las mujeres a la economa a travs el trabajo domstico y de cuidado no remunerado.

    El trabajo domestico y de cuidado no remunerado

    El trabajo que transfiere valor al sistema econmico mercantil y permite al capital la captura de las rentas acumuladas es el trabajo domstico y de cuidado no remunerado que realizan las mujeres. La reproduccin de la fuerza de trabajo consumida diariamente, es decir, la elaboracin de valores de uso para el consumo directo y privado es un proceso productivo que se desarrolla en el hogar. Este proceso productivo, que implica ms que la reproduccin fsica de la fuerza de trabajo, tiene que ver adems con el cuidado de la familia. El trabajo domstico y de cuidado de la familia es producido histricamente por las mujeres y asociado al sexo femenino por la divisin sexual y jerarquizada del trabajo. Este trabajo, necesario tanto para quien lo recibe como para quien lo proporciona, forma parte de la organizacin de las condiciones de vida y est sedimentada en prcticas histricas de relacin entre hombres y mujeres, clases y generaciones.

    La divisin sexual del trabajo ocasion que las mujeres fueran relegadas al trabajo domstico de repro-duccin y quedar fuera de las actividades consideradas como industria socialmente necesaria. La mujer toma parte en la reproduccin social de la fuerza de trabajo, pero este acto, no es apreciado como industria socialmente necesaria, sino como servicio atribuido al sexo femenino, como caracterstica na-tural.

    La economa androcntrica ignora la divisin sexual del trabajo y oculta el papel del trabajo domstico, invisibiliza el aporte econmico considerndolo no-trabajo exento de valor econmico. Este aporte, por

    7 Ver: Prez Fragoso, Marinez Ma. Concepcin. Nueva gua para elaborar presupuestos con enfoque de equidad de gnero, SEDESOL, Mxico, 2005.

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    ejemplo, no es contabilizado en el PIB en la mayora de los pases. La no consideracin de la economa reproductiva facilita que las reformas transfieran los costos de la produccin y los desequilibrios macro-econmicos a la familia o a la economa reproductiva, con efectos ms negativos en las mujeres.

    La ausencia de un intercambio mercantil del trabajo domstico y de cuidado ha determinado la invi-sibilidad de una contribucin fundamental a la riqueza social, pero tambin ha permitido ocultar una parte significativa de los costes de produccin, ha producido tambin la invisibilidad de las distintas posiciones intereses y necesidades de hombres y mujeres en la familia y en la sociedad. El concepto de funcin de utilidad conjunta del hogar proveniente de la economa neoclsica- expresa justamente esa no consideracin de las jerarquas producidas por la divisin sexual del trabajo y, al minimizar la posibilidad del surgimiento de conflictos en el hogar, supone que los miembros de la familia tienen un inters comn que motiva las decisiones de los hombres en el mercado.

    La no incorporacin del trabajo domstico en las cuentas nacionales, fruto del no valor asignado al trabajo domstico y la imposibilidad de medirlo en referencia a la lgica salarial debido a que el trabajo domstico desarrolla actividades que no son comparables con la produccin mercantil, es otro elemento de restriccin en la economa. Por su efecto, las mujeres estn incorporadas como excepciones a la regla, como ajenas a la esfera econmica y participando solo de forma marginal, negndosele el estatus de agente econmico y sujeto de derechos sociales porque estos se han configurado a partir de la participacin de los individuos en el mercado de trabajo, en el que el varn es reconocido como sujeto; por tanto, las mujeres experimentan situaciones de desigualdad en esta relacin.

    El debate en torno al trabajo domstico, su naturaleza y funcin en la reproduccin del sistema social permiti la identificacin de las relaciones de gnero en la produccin domstica y adems permi-ti identificar las relaciones sociales de gnero como relaciones significantes de poder y desigualdad.

    La funcin de reproduccin del trabajo domstico va ms all de la reproduccin biolgica y de la reproduccin de la fuerza de trabajo; supone tambin la reproduccin de las formas de domina-cin. Para las mujeres, la relacin entre la reproduccin y la subordinacin es una relacin conflictiva y su resolucin est en estrecha relacin con la emancipacin.

    El objetivo del trabajo domstico, a diferencia de la produccin de mercancas, es reconstruir una relacin entre produccin y reproduccin para el bienestar de las personas y ste debera ser el inters fundamental de la sociedad y no cuestin privada de las mujeres.

    3.3. PARA QU SIRVE HACER ESTOS ANLISIS, POR QU SE REFLEXIONA SOBRE LA FISCALIDAD DEL GNERO?

    Considerando que la economa feminista tiene como preocupacin e inters la erradicacin de la po-breza, la eliminacin de las desigualdades sociales y la opresin de gnero; considerando adems que todo ello no es solo un problema de polticas y modelos sino que se refiere a las caractersticas y efectos de un de sistema, estos anlisis debieran servir para transformar precisamente el sistema, el modelo de desarrollo y las polticas pblicas.

    Muchos y muchas explotados y explotadas, a travs de sus luchas sociales han manifestado en todo el mundo que el capitalismo no es reformable ni se puede humanizar. Modelos civilizatorios propues-tos desde el paradigma del Vivir Bien en el Estado Plurinacional de Bolivia o el buen vivir planteado por la Repblica del Ecuador, parecen sealar el rumbo de la transformacin hacia la emancipacin de los pueblos y las mujeres.

    Los elementos en debate de la economa feminista se refieren a: i) cmo se produce, ii) qu se produce, iii) quin produce, iv) a quin se reconoce como productor, v) qu medios se utilizan, vi) quin se apro-pia del excedente y, vii) cmo se usar el excedente. Todo ello apunta a la transformacin del modelo

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    econmico, entendida como la superacin de los lmites de la produccin mercantil de bienes y servicios y orientada hacia la produccin de condiciones para la reproduccin de la vida de los seres humanos y de la naturaleza, donde la produccin de condiciones para la vida es el resultado de la conjuncin del trabajo productivo y del trabajo de reproduccin de la fuerza de trabajo y el cuidado la familia como responsabilidad familiar, colectiva y pblica. Slo el reparto de las responsabilidades en relacin con el Vivir Bien permitir una reduccin y redistribucin del trabajo de reproduccin no remunerado, as como la eliminacin de la condicin de explotacin del trabajo socialmente necesario en la produccin de mercancas para la obtencin de un beneficio colectivo y reproduccin social de la poblacin.

    En este sentido, se debe buscar la redistribucin igualitaria de recursos entre mujeres y hombres y entre pueblos. La asignacin de recursos se centra en las condiciones para la reproduccin de la vida, en los agentes que son parte y producen esas condiciones; por tanto la distribucin de recursos se aleja de la acumulacin privada del excedente y la explotacin de los seres humanos y la naturaleza. En otras palabras el norte y finalidad de la poltica fiscal debiera ser la redistribucin igualitaria de los recursos, los ingresos y la riqueza.

    En este modelo de polticas econmicas el qu y cmo se intercambia se desarrolla en torno a la segu-ridad y proteccin, y el qu y cmo se consume es lo necesario para Vivir Bien, respeto y proteccin a la naturaleza. 8

    Este tiempo de transformaciones requiere de un proceso de descolonizacin, de desmontaje de las es-tructuras coloniales capitalistas patriarcales de opresin y explotacin de los seres humanos y la natu-raleza, para la emancipacin de los pueblos. Requiere tambin de un proceso de despatriarcalizacin, de desmontaje del sistema de dominacin, subordinacin, opresin y exclusin de las mujeres. Este es un proceso tanto del conocimiento como de los procesos sociales.

    8 Tomado del documento borrador del Plan nacional de Desarrollo Econmico y Social, PDES. Ministerio de Planificacin del Desarrollo, Bolivia 2009.

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    3 PRESUPUESTOS SENSIBLES AL GNERO: Una herramienta para orientar los presupuestos pblicos hacia la redistribucin igualitaria9UNIDAD

    1. INTRODUCCINDesde el anlisis feminista de las polticas y los presupuestos pblicos se han desarrollado diversas expe-riencias y herramientas con el propsito de identificar las repercusiones diferenciales de stas, respecto a las diferencias y desigualdades que existen entre hombres y mujeres en cuanto a las condiciones de vida y sobre el trabajo no remunerado.

    En Australia,1984 se desarroll el primer esfuerzo para distribuir los recursos pblicos con el objetivo de promover la equidad entre los gneros. Actualmente, ms de 60 pases han realizado este tipo de ejercicio, ya sea a partir del anlisis o bien de la elaboracin.

    Desde entonces, los estudios realizados desde el enfoque de gnero sobre los presupuestos pblicos tradicionales, sealan que estos carecen de una visin integral que responda a los intereses de todas y todos los integrantes de una sociedad. Estos presupuestos no son neutrales al gnero ya que las polticas de ingreso y gasto impactan de manera diferente a mujeres y hombres y a los distintos grupos poblacio-nales y etreos.

    No solo se ha avanzado en evidenciar los sesgos de gnero de los presupuestos pblicos, tambin en el desarrollo de metodologas y herramientas de anlisis de stos y de su formulacin sensibles al gnero. A partir de la construccin terica y metodolgica, es posible identificar su uso en dos mbitos:

    En el mbito del anlisis de los presupuestos pblicos se han desarrollado dos grupos metodol-gicos que contienen herramientas especficas:

    a. La metodologa del gasto etiquetado: Gasto etiquetado para mujeres y nias y para hombres y nios y gasto dedicado a la igualdad de oportunidades en el empleo pblico

    b. La metodologa del anlisis presupuestal: Las herramientas utilizadas son:

    Herramienta 1. Evaluacin de polticas con perspectiva de gnero, en base a check list de gnero y sus estadsticas.

    Herramienta 2. Evaluaciones de las y los beneficiarios. Herramienta 3. Anlisis desagregado por sexo del gasto pblico. Herramienta 4. Anlisis desagregado por sexo de la incidencia de los impuestos. Herramienta 5. Anlisis desagregado por sexo del impacto del presupuesto pblico en el uso del

    tiempo. Herramienta 6. Marco de poltica econmica con perspectiva de gnero a mediano plazo. Herramienta 7. Informes de presupuesto con perspectiva de gnero. Herramienta 8. Indicadores de inversin en equidad de gnero.

    9 Este acpite recupera el trabajo colectivo y mancomunado desarrollado por las integrantes del Colectivo Cabildeo y los aportes de Carmen Zabalaga y Tania Snchez y otras integrantes de la Mesa Nacional de Trabajo en Presupuestos Sensibles al Gnero.

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    2. SITUACIN ACTUAL DE LOS PRESUPUESTOS RESPECTO A GNEROEn el esfuerzo de clarificacin del impacto de gnero de los gastos e ingresos pblicos que es emprendi-do por las metodologas de anlisis del presupuesto pblico con perspectiva de gnero, as por ejemplo se cuentan con estudios que acreditan el efecto desigual sobre hombres y mujeres de la reduccin de los ingresos fiscales financiada a partir de los servicios pblicos, en estos casos, la renta disponible de las mujeres aumenta menos y el trabajo no remunerado aumenta ms.

    En el informe de presupuestos con perspectiva de gnero (Nyberg, 1998) y recogido por Picchio, se seala que en Suecia las mujeres dependen ms que los hombres de las transferencias pblicas, en trmi-nos porcentuales. Reciben menos dinero, pero esta cantidad, representa un porcentaje mayor del total de los ingresos restantes porque sus rentas del trabajo y de la propiedad son inferiores a las masculinas. La ceguera con respecto a la diferencia de gnero en la formulacin de las polticas, en este caso y tambin en todos los dems, no significa que sus efectos sean neutrales.

    El estudio realizado en Bolivia (2008) por Colectivo Cabildeo y el Captulo Boliviano de Derechos Hu-manos Democracia y Desarrollo), denominado Efectos de la deuda pblica en los presupuestos pblicos y el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, que analiza el presupuesto de la administracin central para los aos 2007 y 2008, reporta que en promedio, de cada 100 Bs. de gasto de inversin pblica de la administracin central, 20 Bs. se destinan al pago de la deuda pblica y solo 1,80 Bs. son destinados para la equidad de gnero. Esta inversin espurrea demuestra la escasa voluntad poltica para la solucin de estas desigualdades y por supuesto la presencia de discriminacin en la elaboracin de los presupuestos pblicos.

    En otro reporte de Colectivo Cabildeo (2011), sobre el presupuesto de inversin programado para los aos 2010 y 2011 del Gobierno Municipal de La Paz, seala que para el ao 2010 el 1,16% del to-tal del presupuesto, corresponde a inversin en equidad de gnero, para el ao 2011 este porcentaje asciende al 2.12%, vinculado como en todos los casos referentes al tema, a los esfuerzos de las orga-nizaciones e instituciones de m