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El Jardinero El jardinero anciano que emprende el viaje en su pistera hecha tira La nariz cocida de frio, las púas de la barba que suspenden la angustia del rocío La calle está donde mismo; detenida en un suspiro mañanero de una muchacha con bufanda Las micros derraman un vómito de humo al cielo y al viajero se le seca el aliento, pero pedalea sin aire cambio adentro para tomar vuelo, meterle vértigo, subir la pendiente, despegarse del suelo Se aferra al manubrio como a la vida y el viento y el viento Un sprint adolorido, con el alma pegoteada entre los labios, colgando de la nariz del diablo y ahora al vacío, el orgasmo en bajada y en la cabeza nada El último envión y la taquicardia hormiguea la épica en la llegada

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Un sprint adolorido, con el alma pegoteada entre los labios, colgando de la nariz del sin aire cambio adentro para tomar vuelo, meterle vértigo, subir la pendiente, despegarse El jardinero anciano que emprende el viaje en su pistera hecha tira Se aferra al manubrio como a la vida y el viento y el viento La nariz cocida de frio, las púas de la barba que suspenden la angustia del rocío Las micros derraman un vómito de humo al cielo y al viajero se le seca el aliento, pero del suelo diablo

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El Jardinero

El jardinero anciano que emprende el viaje en su pistera hecha tira

La nariz cocida de frio, las púas de la barba que suspenden la angustia del

rocío

La calle está donde mismo; detenida en un suspiro mañanero de una muchacha

con bufanda

Las micros derraman un vómito de humo al cielo y al viajero se le seca el aliento,

pero pedalea

sin aire cambio adentro para tomar vuelo, meterle vértigo, subir la pendiente,

despegarse

del suelo

Se aferra al manubrio como a la vida y el viento y el viento

Un sprint adolorido, con el alma pegoteada entre los labios, colgando de la

nariz del diablo

y ahora al vacío, el orgasmo en bajada y en la cabeza nada

El último envión y la taquicardia hormiguea la épica en la llegada

pero una mueca de sonrisa le espanta la muerte

como quien se quita una mosca de la cara.

De la parrilla, desanuda la pala, las tijeras, el rastrillo.

El arribo a la plaza pública, en un imperceptible gemido de raíces.

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