D. Pérez - Tesis

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    Las formas de la huelga en el Chile actual:

    anlisis cuantitativo y mapeo de la accin y lamasa huelgusticas

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    MAESTRA INTERNACIONAL EN POLITICASDEL TRABAJO Y RELACIONES LABORALES

    UNIVERSIDAD CENTRAL (CHILE) Y UNIVERSIT DI BOLOGNA (ITALIA)

    Las formas de la huelga en el Chile actual:anlisis cuantitativo y mapeo de la accin y la

    masa huelgusticas

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    NDICE

    INFORME EJECUTIVO

    I.- INTRODUCCIN Y FORMA DE ESTUDIO DE LA HUELGA

    1. INTRODUCCIN2. ESTADO DEL ARTE3. PREGUNTA DE INVESTIGACIN Y RELEVANCIA SOCIOLGICA4. VARIABLES, OBJETIVOS E HIPTESIS5. TIPO DE ESTUDIO6. HERRAMIENTAS DE PRODUCCIN Y PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIN7. DESTINATARIO DEL ESTUDIO

    II.- MARCO TERICO-CONCEPTUAL

    1. LA HUELGA COMO ACCIN SOCIAL

    2. CICLOS DE LUCHA HUELGUSTICA3. DERECHO DEL TRABAJO Y DE HUELGA4. GEOGRAFA DE LA HUELGA5. SECTORES ECONMICOS DEL CONFLICTO HUELGUSTICO

    III.- ANLISIS DE LA ACCIN Y LA MASA HUELGUSTICA EN EL CHILE ACTUAL

    1. CICLOS DE HUELGA EN EL PERIODO

    2. FRECUENCIA DE LA ACCIN HUELGUSTICA3. MASAS EN LA ACCIN HUELGUSTICA4. EXCURSO. CONDICIONES OBJETIVAS: LEGALIDAD, GEOGRAFA, ECONOMA

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    INFORME EJECUTIVO

    Pregunta de investigacin:

    Cul es el panorama de huelgas en Chile a nivel nacional y en el periodo actual(1990-), considerando tanto su frecuencia -en cuanto accin colectiva- comotambin sus trabajadores comprometidos en cuanto masa movilizada-, en atencina sus condiciones jurdico legales, geogrficas, y econmico-sectoriales?

    Hiptesis:

    a) Hiptesis general

    - H1: la huelga en Chile est concentrada desbalanceadamente entre las ramas deactividad econmica, por un lado, y est ltimamente renaciendo fuera de las

    regiones de las ciudades principales del pas, por otro, expresando una debilidad yun avance, respectivamente.

    b) Hiptesis especficas

    - H2: la huelga ilegal convoca ms masa de trabajadores que la huelga legal,siendo hegemnica a nivel de periodo.

    - H3: la huelga ilegal es hegemnica fuera de la Regin Metropolitana.

    - H4: la actividad huelgustica ha ido descentralizndose ltimamente, al perderpeso relativo la Regin Metropolitana frente a las restantes regiones.

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    Trabajo del pas, numerosas acciones huelgusticas podran considerase lgicamentealegales, pues no tiene definido explcitamente cundo es que se est en presencia de

    una huelga ilegal (salvo pocos casos); no obstante, se ha hecho comn que el conjunto delaparato Estatal las termina por definir, por sobre la eventual discusin, como ilegales, endefinitiva.

    Generando una geografa positivista de la huelga, analizaremos la localizacin regionaldelas huelgas mediante la divisin poltico administrativa de 13 regiones en el pas(legislacin aplicada hasta el 2007). Segn el proceso de urbanizacin experimentado en elpas, encontramos slo 3 grandes ciudades: Santiago, Concepcin y Valparaso, que

    pertenecen a las Regiones Metropolitana, VIII y V, respectivamente; y concentran cerca dela mitad de la poblacin del pas. Y luego, un conjunto de ciudades intermedias, por unlado, y conjunto de comunas que se sitan fuera de estas grandes ciudades y ciudadesintermedias, por otro, en las restantes regiones.

    Conclusiones:

    Por un lado, tenemos conclusiones respecto a las hiptesis y a la metodologa en el estudio

    de la huelga y, por otro, reflexiones sobre temas afines.Respecto a la Hiptesis 2, concluimos que efectivamente la huelga ilegal convoca

    ms masa movilizada que la huelga legal, siendo hegemnica a nivel de periodo. Convocaunas 25 veces ms que aquella. Respecto a la Hiptesis 3, concluimos asimismo que lahuelga ilegal es hegemnica fuera de la RM: absolutamente en trminos de masa y msmoderadamente en trminos de acciones. Inclusive, tiene relativa insercin dentro de laRM. Y respecto a laHiptesis 4, debemos rechazar esta hiptesis: no es clara la tendenciade que est descentralizndose la actividad huelgustica respecto a la RM por msdinmico que est el eventual segundo ciclo de huelgas. Inclusive, RM no es ni nunca hasido hegemnica a nivel de masas huelgusticas, pero s a nivel de acciones.

    Respecto a laHiptesis General, concluimos que no es puramente correcta. Por un

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    exponencialmente como un oleaje. As, este movimiento en el eje de anlisis pasando delos eventos a las masas trabajadoras, o siempre analizando ambos- respecto a la legalidad

    de la accin, se torna fundamental para la sociologa del sindicalismo: lo mejor es observarsimultneamente ambos factores, al menos.Y esto es necesario en la realidad chilena por una razn sociolgica de la huelga

    ilegal contempornea: su carcter extraordinariamente masivo. De all que nos parezcaplausible plantear que la huelga ilegal, inclusive, podra estar representando una suma dehuelgas legales en trminos de masa, aunndolas o articulndolas en una nica accincolectiva. Dadas las condiciones mnimas del derecho a huelga en el pas, no es deextraar la creciente importancia que ha adquirido la huelga ilegal para sobrepasar este

    estrecho margen institucional, inclusive, con la situacin de un movimiento sindicaldiminuto. Ahora bien, el fenmeno de la huelga ilegal aqu ha sido analizado de modoabstracto: se desconoce qu cualidad tiene est entre las diferentes regiones del pas, entrediferentes condiciones laborales, tipo de oficios, etc.; que es una realidad a investigar. Sumayor uso se expresa en los empelados pblicos, que tienen huelgas de por silegales enel Cdigo del Trabajo; una realidad particular que no se asemeja a la ilegalidad del sectorprivado. Inclusive, es totalmente diferente la ilegalidad segn sea por aunar trabajadores deempresas legales diferentes, por hacerlo en interrupcin y agudizacin de la negociacin

    colectiva, por gatillar una violencia legtima para los trabajadores al ocupar ellos lasdependencias del establecimiento, etc.

    Los trabajadores ya han creado la huelga ilegal chilena, pero sus usos pueden sermltiplemente variados: ilegalidad no es radicalidad, ni tampoco lo es la huelga; nisiquiera la huelga el nico conflicto posible, recodemos. La huelga ilegal pueden serconducida a travs de diversos objetivos por parte de los trabajadores, ya sea desde pasar alegalizarla hasta hacerla ms radical frente a la institucionalidad. Y la huelga legal puedeser muy conflictiva y antagonista para con la empresa, segn qu otras tcticas seanacopladas al evento o el tipo de demanda que logren instalar. Los trabajadores han puestocomo eje fundamental sus propios objetivos, y luego desde un factor externo formal (elCdigo del Trabajo, sino el Estado) se han definido las implicancias de

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    I.-INTRODUCCIN Y FORMA DE ESTUDIO DE LA HUELGA

    1. INTRODUCCIN

    En la sociologa del trabajo y del sindicalismo del Chile actual, sin culpa directa de que seaescaso este programa de investigacin, o de que el mismo sindicalismo sea escaso comofenmeno social nacional, sucede que muchas veces se ha abordado el accionar tpico delucha laboral de los trabajadores, a saber, la huelga, mediante diferentes modos que son a lavez exhibientes de distintas potencialidades y deficiencias: mediante casos de estudiosparticulares, sin ayudar mucho a la observacin de casos aledaos; sino, en su totalidadnacional (registros cuantitativos), pero acotado a la versin legalista del evento y sin muchaprofundizacin de sus caractersticas para discriminar interiormente la masa de acciones; ysi no, finalmente, slo referido a los trabajadores que han logrado desarrollar sta y nuncacontrastndola con la inmensa mayora no organizada, que no slo carece de concienciageneral para ello, sino tambin de condiciones materiales para llevar a cabo la misma

    sindicalizacin y/o la huelga legales.El presente estudio no pretender superar esta tercera y ltima falencia que, a todoesto, consideramos la ms crtica, tanto para la disciplina como, por sobre todo yfundamentalmente, para la eventual organizacin masiva de los trabajadores chilenos/as-,pero s, superar falencias determinantes de los otros dos modos de estudio, no slosalindonos del casoparticularsi requerimos tambin retomar una visin de conjunto, sinotambin produciendo elementos de gran aporte para un anlisis ms exhaustivo de lashuelgas (no solo legales) en el Chile del periodo presente, o, en otras palabras, un mapeo

    total de sus condiciones nacionales de despliegue. Las formas de la huelga en Chile, enotras palabras.Este anlisis concreto que proponemos, eso s, tiene la limitacin de ser nicamente

    cuantitativo y geogrfico; pero, justamente, porque ninguna de estas dimensiones ha sido

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    de cruces de variables entre s: ciclos detectables de huelgas en cuanto a la convocatoria demasas que han logrado, ciclo de huelgas por ramas de actividad econmica, jerarquizacin

    de ramas segn dnde han sido ms extensos los conflictos, etc.En la presente Tesis, el aporte radicar en analizar varios de estos cruces posibles deinformacin ya registrada de huelgas, pero que pocos estudiosos han considerado abordar.En base al gran trabajo producido por el ex-profesor Armstrong (de la Universidad Catlicade Chile), que ha venido confeccionando una extensa base de datos de las huelgas en Chiledesde 1961 a la fecha, y a la mano de un pequeo aporte nuestro para completar dicha baseestadstica (en la variable rama de actividad econmica) en el tramo de aos 2005-20093,pretendemos desarrollar, ahora, un anlisis cuantitativo y un mapeo del conflicto ms

    importante que los trabajadores han logrado instalar contra el empresariado en la pocacapitalista, vale decir, la huelga, pero en la realidad del Chile del periodo vigente.

    Revisando el estado del arte de esta problemtica; luego, apuntado en el marcoterico las discusiones sobre qu es la huelga y de qu sirven las dimensiones queutilizaremos en su anlisis (a saber, legalidad, localizacin y sectorialidad econmica); yposteriormente, arrojando un anlisis cuantitativo y mapeo descriptivos de esta forma deaccin y las masas trabajadoras involucradas; esperamos producir un gran aporte para elconocimiento de esta forma de lucha laboral, en su dinmica a nivel pas. En otras palabras,

    una suerte de informe sobre la huelga chilena, que nos parece fundamental que seaconocido, particularmente, por los trabajadores ya decididos a combatir por mejores ydignas condiciones de vida.

    No sabemos la potencia o calidad de estas huelgas, o sus fines, o sus resultados osus prcticas involucradas. No sabemos cules fueron un conflicto clave para el desarrollode la conciencia organizativa de los trabajadores, o cules fueron una pantalla deconflicto levantada por algn sindicato en acuerdo secreto con el respectivo empresario. Nosabemos mucho, en fin, de su contenido en relacin a la subjetividad del trabajador. Peroeste primer acercamiento, formal aunque exhaustivo, ya es una primera motivacin paraque comience a estudiarse ms esta forma de combate tpica de los trabajadores, sino,reflexionar una superior, sino, para generar su ejercicio real. Es un incentivo para que un

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    conjunto (i.e., todo el pas y todos los sectores econmicos, tericamente4). Analizandiversos datos, pero naturalmente se encuentran ejercitados reiteradamente los ms tiles y

    clsicos, vale decir, aquellos relativos a los trabajadores comprometidos (TC) en lashuelgas (es decir, el nmero de trabajadores que participaron en una huelga determinada);los das-hombre trabajo perdidos (DHTP) contabilizados por huelga (es decir, la cantidadde TC multiplicado por los das que se ausentaron ellos del proceso productivo, en unahuelga determinada); y otros ms, engorrosos de enlistar: analizan el nmero de huelgas,algunos porcentajes sobre la fuerza de trabajo; discriminan por rama econmica perotambin por sector segn su derecho a huelga legal; analizan cantidades brutas perotambin tendencias estadsticas, etc.

    La tesis de toda la obra de los autores es que, en funcin del sindicalismo actual, seest frente al paulatino reemplazo de la huelga legal por la ilegal; agregando por ello, enun escrito posterior, la hiptesis de que, en la prctica, la regulacin del conflicto laboralhuelgustico en Chile la est imponiendo ms el mercado que las leyes laborales(Armstrong y guila, 2000:182).

    Podramos decir que todos los anlisis sobre las huelgas en Chile, considerandolegales e ilegales, devienen de esta misma base de datos de Armstrong, segn nuestrapesquisa del tema, pues es la nica que ha contabilizado ambos tipos de eventos.

    Guzmn (2004) es la mejor deriva de esta informacin. Adems de analizar slo lashuelgas legales (y por ello slo privadas), en base a la estadstica de la Direccin delTrabajo, analiza por otro lado el conjunto de huelgas legales e ilegales, aunque slo delsector privado. All expone: el nmero de huelgas, los TC y los DHTP, entre 1989 y 1999.Tambin la cantidad de huelgas, los TC y los DHTP, por huelgas legales y por ilegalesseparadamente, en los mismos aos.

    Otro trabajo es el de Espinoza (2007), quien, para los aos 1985-2006, analiza elporcentaje de legalidad/ilegalidad de huelgas por ao; el porcentaje de huelgas por sectorpblico y privado, por ao; la cantidad de huelgas por ao; y los TC por ao. Suma otrosanlisis, pero relativo slo a las 6 huelgas ms potentes por ao segn DHTP (conalgunos errores en el Anexo sobre ellas).

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    pondremos el eje de distincin en la accin social la huelga-, y no en su condicin jurdicachilena, como explicaremos en el marco terico.

    Como nos comenta Guzmn:

    Armstrong ha construido su registro a partir de la combinacin sistemtica decuatro fuentes de informacin: la Direccin del Trabajo; la Direccin General deCarabineros, que con periodicidad mensual elabora un informe sobre las huelgaslegales e ilegales; la prensa escrita; y la entrevista directa con las jefaturas ogerencias de personal, y tambin con dirigentes sindicales. [] Todo ello le asignaal trabajo de Armstrong una cualidad superlativa en comparacin con cualquier otro

    registro, incluido la propia Direccin del Trabajo (2004).

    Que existan pocos anlisis sociolgicos o de otras disciplinas que contabilicen lashuelgas legales y las ilegales al mismo tiempo, no es por una decisin a gusto de losautores, o por una falta de inters de ellos, sino porque esta informacin no estoficialmente publicada y no se encuentra fcilmente disponible tampoco. Nosotros,conscientes de la suerte de tenerla a nuestra disposicin, queremos entonces explotarla parasocializar su importancia, fomentar su ejercicio analtico y estimular su continuidad.

    Guiarnos por la huelga como accin social (contabilizando legales e ilegales, o cualquierotra eventual divisin en definitiva), y no por la nocin legalista (slo es huelga aquellalegal), nos parece la condicin de posibilidadms determinante para que se pueda producirun correcto anlisis sobre el desarrollo del sindicalismo chileno, que es un fenmeno dehecho y no de derecho.

    En este sentido, hay estudios, como el excelente trabajo de Dussaillant (2008), elprofundo trabajo de Salinero (que deliberadamente problematiza el tema de la legalidad)(2006), etc., que slo se refieren con base emprica cuantitativa a las huelgas legales y susderivados. Aunque tambin, hay algunos que exponen las estadsticas de las huelgas legalesy suman los comentarios y anlisis sobre la existencia de las huelgas ilegales, por larelevancia que han ido adquiriendo en el pas contemporneamente (Lpez, 2009; Daroch,

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    tambin respecto a otros mltiples factores y fenmenos escasamente explotados. Dficitque trataremos de disminuir en algunos de sus aspectos.

    3. PREGUNTA DE INVESTIGACIN Y RELEVANCIA SOCIOLGICA

    En este sentido, con el estado del arte a la fecha, consideramos fundamental describir elquehacer de huelgas en el Chile contemporneo, en las diversas variables que inciden ensus segmentaciones primordiales, a fin de teorizar sobre sus condiciones sociolgicasactuales y la distribucin de sus capacidades de accin. Por ello, clave resultar profundizar

    la segmentacin de las huelgas legales de las ilegales, aunque tambin ser determinantediscriminar mediante otras condiciones sociales de realizacin, o tambin mediantevariables internas a la accin misma, especialmente, aquellas referidas a la masa movilizadaen la accin misma. Un eje recae en las masas trabajadoras (individuos aglomerados, eneste caso, de tipo laboral), otro en las condiciones objetivas (elementos estructurales sobrelos que se desenvuelve la accin).

    As, el problema de investigacin que planteamos es,

    Cul es el panorama de huelgas en Chile a nivel nacional y en el periodo actual(1990-), considerando tanto su frecuencia -en cuanto accin colectiva- comotambin sus trabajadores comprometidos en cuanto masa movilizada-, en atencina sus condiciones jurdico legales, geogrficas, y econmico-sectoriales?

    En este sentido, queremos analizar condiciones subjetivas y objetivas relativas aesta accin social, la huelga, buscando el cruce de variables que nos permitan discriminarcmo es que el sindicalismo chileno distribuye sus fuerzas en estos eventos claves de luchasocial, dentro de la relacin capital-trabajo.

    La relevancia acadmica del estudio recae no slo en la calidad que reportan losfenmenos estudiados para el caso concreto de Chile, sino en la que reportan tambin comof f d l l f d l h l

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    expectativas a futuro para poder negociar colectivamente con posibilidades de ganar8. Porello, aqu asumimos la tesis, y es un supuesto del cual partimos, de que slo mediante un

    mejor ejercicio de su lucha social tpica, i.e., la huelga (legal o ilegal), esta forma deorganizacin laboral podr sortear su actual situacin de debilidad y pequea extensin, ascomo obtener triunfos y negociaciones exitosas que le permitan acumular o capitalizarfuerza social latente. Inclusive puede darse la situacin lgica de que el sindicalismo norequiera ejecutar las huelgas dado que ya se ha fortalecido suficientemente para doblegar asu adversario (algo que no podra aplicar mucho el caso del sindicalismo latinoamericanoactual, en todo caso); pero para ello, debe necesariamente haber madurado esta forma deconflicto en su devenir, tanto para lograr avances ante una situacin de debilidad estratgica

    que es su panorama actual-, como para despus poder garantizar la conveniencia alempresario de no buscarle tal nivel de conflicto pues lo maneja en potencia. Estudiar a lashuelgas, entonces, es estudiar un nudo crtico del acontecer sindical actual; algo que,asumimos, es lo determinante para su futuro, ante el cuadro adverso del presente.

    No tenemos la prueba emprica de este supuesto que argumenta la relevancia denuestro estudio: no podemos comprobar que la ausencia de huelga sea la piedra angularde la debilidad del sindicalismo chileno; porque, justamente en ausencia de ella, o porausencia de estudios que comprueben su potencial total en la actual situacin chilena, no

    existe informacin suficiente sobre el alcance objetivo que sta podra llegar a tener. Noobstante, y justamente por esta misma razn tambin, sucede que nicamente la praxis de lahuelga por parte de los trabajadores y su reflexin respectiva, sern los elementos que,combinados, podrn dilucidar si ese supuesto es verdadero o falso en definitiva: si la huelgaes intil en las actuales condiciones de Chile, o si puede multiplicar sus alcances condeterminados ajustes organizativos, o si puede ser superada en una forma superior de lucha,etc. Este informe sobre las formas de la huelga en Chile, entonces, es una motivacin y unaayuda por parte nuestra para poder aclarar esta discusin.

    As, la relevancia social especfica del anlisis presente recaer en comprenderdnde y en qu dimensiones concretas la actividad huelgustica se ha ido potenciando odebilitando, para comprender, de modo abstracto -segn las dimensiones indicadas-, dnde

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    4. VARIABLES, OBJETIVOS E HIPTESIS

    A) Variables y Dimensiones

    I.- Variable Dependiente:(i) Huelga

    a) Frecuencia de huelgasb) Trabajadores comprometidos

    II.- Variables Independientes:(i) legalidad jurdica(ii) localizacin regional(iii) rama de actividad econmica

    B) Objetivos

    Objetivo general:

    - Analizar y mapear las huelgas en el Chile actual (1990-2009), segn su condicin delegalidad jurdica, su ubicacin geogrfica y su sectorialidad por rama de actividadeconmica.

    Objetivos especficos:

    - Describir y analizar la cantidad de huelgas realizadas en el Chile actual, segn sucondicin de legalidad jurdica, su ubicacin geogrfica y su sectorialidad por ramaeconmica.- Describir y analizar los trabajadores comprometidos (TC) en las huelgas, segn su

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    - H2: la huelga ilegal convoca ms masa de trabajadores que la huelga legal,siendo hegemnica a nivel de periodo.

    - H3: la huelga ilegal es hegemnica fuera de la Regin Metropolitana.

    - H4: la actividad huelgustica ha ido descentralizndose ltimamente, al perderpeso relativo la Regin Metropolitana frente a las restantes regiones.

    5. TIPO DE ESTUDIO

    El tipo de estudio es de orden descriptivo, pues pretende describir y detallar cmo es y semanifiesta la huelga, en un pas especfico y en un periodo temporal determinado: elestudio busca describir esta nica variable, pretendiendo medir y recoger informacin demanera independiente o conjunta sobre dicho concepto (Hernndez et al., 2007:102) 9.

    Para ello, el presente ser un estudio de estadstica descriptiva por un lado ygeorreferenciacin por otro: la descripcin se har mediante un anlisis estadsticodescriptivo y un mapeo geogrfico sobre series temporales extensas de datos cuantitativos,

    especficamente, sobre un censo de huelgas en Chile entre los aos 1990 y 2009.En la discusin metodolgica sobre cmo censar estos eventos de conflicto sino de

    protesta de los movimientos sociales, se consensua que el mejor registro sobre ellos loconstituyen los peridicos, o sea, el registro efectuado por los medios masivos decomunicacin. Este es el trabajo que realiz el ex profesor Armstrong.

    Ahora, existe polmica terico-metodolgica en tanto aquellos constituyen fuentesno idneas de informacin. En este sentido, es plausible cuestionar la subrepresentacinque deben experimentar eventos huelgusticos en pequeas y micros empresas, por sumenor impacto meditico por ejemplo; subrepresentacin de huelgas en comunas alejadasde las grandes urbes; la censura que pueden sufrir huelgas de empresas vinculadas con granpago de publicidad a determinados peridicos; etc. No obstante, y sobre todo ante la

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    Nosotros no podemos afirmar el cumplimiento de estas condiciones respecto a lashuelgas ilegales, tipificadas por Armstrong en revisin peridica de prensa -s respecto a las

    huelgas legales, tipificadas por la Direccin del Trabajo. Esperamos, entonces, que lamuestra de prensas nacionales haya sido lo ms constante posible.Sin embargo, no podemos dejar de hacer notar que ste es el nico censo de huelgas

    disponible, y que en sus usos nunca se ha cuestionado su confeccin, no slo por haber unapequea academia chilena respecto al sindicalismo, sino porque tal labor es necesariamenteaplaudida al no haber estado hacindola nadie ms: ni acadmicos por su propia cuenta nimenos los organismos oficiales del Estado.

    Este ao, mi persona y 2 colegas, hemos comenzado la labor de retomar el registro

    de esta informacin, y ello se ha capitalizado mediante el Observatorio de HuelgasLaborales, ya publicndose una primera Minuta de Huelgas (Observatorio de HuelgasLaborales, 2014) correspondiente al primer trimestre del ao (Enero-Abril). Invitamos aseguirla de aqu en adelante.

    6. HERRAMIENTAS DE PRODUCCIN Y PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIN

    A) Base de datos

    Para llevar a cabo este anlisis, se trabajar en base a la informacin estadstica construidapor A. Armstrong, que nos facilit con total dedicacin su inmenso aporte (y que nosotrosqueremos revivir para revitalizar los estudios sobre la lucha social ms potente de lossindicatos y la gran contribucin del ex-profesor); y, sobre aquella base estadstica, unfiniquito y/o consolidacin, por parte nuestra, de la codificacin de las ramas de actividadeconmica para los aos 2005-2009, que estaba incompleta10.

    Para completar el cdigo de rama de actividad econmica para aquellos aos, nosguiamos, por un lado, segn las codificaciones que podan inferirse desde el trabajoestadstico original del autor sobre los aos previos (o sea, en huelgas que apuntaban a la

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    C) Se suma tambin el programa de anlisis geogrfico ArcGis, para la conexin de mapasnacionales por regin poltico-administrativa.

    7. DESTINATARIO DEL ESTUDIO

    Siendo la presente Tesis una investigacin sociolgica emprica y terica, podramosplantear que el destinatario de este estudio acadmico es, por su carcter mismo, tanto lacomunidad cientfica interesada en el sindicalismo, como as, aquella fraccin de lasociedad interesada en esta realidad, particularmente los sindicatos. En este sentido,

    particularmente destinatario son los sindicatos del pas ya interesados en superar lasituacin de sindicalismo de empresa para constituirse, a la par con otros sectoreslaborales aledaos, en una fuerza de carcter nacional: en un sindicalismo de masas, en unmovimiento de trabajadores de masas; con una mirada de conjunto sobre s mismo y sobrela situacin social y poltica del pas. Porque este estudio apunta justamente a eso: a que unsector laboral pueda ver qu semejanzas y diferencias, en trminos de huelgas, tiene consectores laborales aledaos al suyo, sean lejanos o cercanos.

    En este estudio, esperamos que ambos, acadmicos y trabajadores del sindicalismo,

    encuentren informacin crtica, no exclusivamente referida a dnde estn los sectorespuntas en combate del sindicalismo chileno, sino, con especial cuidado, referida tambin adnde estn los sectores ms dbiles o prematuros en este proceso germinal dereestructuracin de fuerzas; recordando que estn todos por igual fuerzas avanzadas ynuevas-, dentro de este pequeo segmento organizado y en accin, que debe extendersehacia la amplia masa laboral que lo rodea y que es donde se ubican los eslabones msdbiles de los/las trabajadores/as del pas.

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    II.-MARCO TERICO-CONCEPTUAL

    En este marco terico y conceptual, por un lado, acotaremos qu entendemos por huelga, y,especficamente, qu tipo de huelga entre las mltiples existentes- es la que con mayorprobabilidad est registrada en este censo estadstico; as como, por otro lado, apuntaremosbrevemente a qu categoras tiles de anlisis nos arrojan las dimensiones legales,geogrficas y econmico-sectoriales, para estudiar esta forma de accin del conflictolaboral.

    1. LA HUELGA COMO ACCIN SOCIAL

    La definicin sociolgica de huelga no ha sido un proceso teortico simple. Inclusive, notoda interrupcin del proceso de produccin, que podra ser la nocin de sentido comn deeste fenmeno, ha sido definida socialmente como huelga, ni por rganos oficiales ni poracadmicos (Sorribas, 2010:65).

    Es de comn entendimiento ubicarla dentro del campo de los conflictos colectivos.Pero, inclusive all, algunos han definido a los conflictos laborales como toda modalidadde actividad huelgustica (en cuanto interrupcin del transcurrir habitual del proceso detrabajo) (Sorribas, 2010), olvidndose rpidamente de que, sociolgicamente, la huelga esla manifestacin tpicamente ms visible de un conflicto colectivo abierto en el espaciolaboral, pero de que dentro de las empresas se producen otros mltiples tambin, muchomenos notorios por lo general (guila y Armstrong, 2011). O de que, inclusive, podran

    ocurrir otros conflictos laborales mucho mas pblicos y antagnicos, sin que por ellointerrumpan necesariamente la produccin econmica (por ejemplo, toma de la empresa porparte de trabajadores para controlar la produccin, cortes de rutas anexas a la empresa porparte de trabajadores -sin turno- para demandar leyes al Estado, etc.).

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    Para Ermida, la huelga es toda omisin, reduccin o alteracin colectiva deltrabajo, con una finalidad de reclamo o protesta , o como alteracin colectiva del trabajo

    con finalidad de autotutela (1999:48). En este sentido, la huelga tradicional o indefinidaes aquella donde la cesacin del trabajo acaece por un tiempo indeterminado; lo cual lahace diferente a otra modalidades, como las huelgas relmpago, turnante, intermitente,parcial, etc. (Ermida, 1999; Gonzlez, 2011; Rodrguez, 2006), que no son necesarias de serprofundizadas aqu.

    Ahora, en base a una problematizacin propia con eje conceptual en Ermida, perointentando, a su vez, mejorarlo conceptualmente bajo una forma sociolgica, podemosreformular y recomponer la definicin del autor en cuanto explicitemos por parte nuestra

    que el componente de colectivo y de finalidad de su definicin, hacen mencin tcita aun elemento bsico para montar esta forma de accin colectiva: la organizacin; aquellaorganicidad que est al origen y a la base del despliegue de esta accin por parte de lostrabajadores -ms all de su nivel concreto de desarrollo (mucho o poco espontaneismocomo contracara, en otras palabras12). Por lo que, de esta forma, una huelga sera endefinitiva, para nosotros, toda alteracin negativa del proceso de trabajo organizada porun grupo de trabajadores

    13. Ntese, entonces, que la finalidad mnima en ello esinterrumpir el proceso de produccin deliberadamente, y es, por tanto, eventual el que se

    monte otra finalidad ms compleja o ntida, como tener por fin reclamar, protestar, etc.,por ms tpicas que ellas sean. Es decir, si un grupo de trabajadores se organiza parainterrumpir la produccin, estn de facto realizando una huelga; ms all de que no sepanpara qu estn produciendo tal paralizacin.

    Con estas definiciones del propio Ermida o nuestras, o la de los semejantes, sucedeque el registro de las huelgas en Chile, es plausible plantear, est lejos de censar todo elaccionar que le corresponde. Especialmente postergadas en la estadstica deben quedar laspequeas acciones organizadas de interrupcin relmpago, por ejemplo, sobre todo si notienen entre sus fines el hacerse pblicas y conocidas. No obstante, este registro de huelgas,afirmamos, s que es, seguramente, un excelente registro de la totalidad de las huelgastradicionales y de huelgas planificadas de extenderse simblicamente por alrededor de 1 da

    i d ( l d i l bli )

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    un conflicto mediante presin al capital (o al Estado, si es el que contrara), o aquellas quese organizan para paralizar un tiempo determinado con el mismo fin15.

    Adecuado es el concepto de masa movilizada, de trabajadores, etc., entonces, porcunto desconocemos la cualidad especfica de los sujetos, ms que en un factor bsico quelos ana y aqu ser lo nico significativo: la huelga. No se le analiza la conciencia, lasubjetividad, la racionalidad, el sentido de la accin, en otras palabras. De all que en lasociologa se considere que una muchedumbre es considerada masa en sentidosociolgico (Park, 1996:368) cuando los contenidos de conciencia individuales del grupo sefunden tan inseparablemente que deben considerarse en una nueva unidad.

    2. CICLOS DE LUCHA HUELGUSTICA

    En analoga a los ciclos econmicos, un ciclo de lucha huelgustica o un ciclo de huelgasser una nocin que nos ayudar a comprender las tendencias de movilizacin delsindicalismo. En estricto rigor, un ciclo es una curva compuesta por un monte y unvalle, que cierran un proceso de alza y baja de algn fenmeno observable. Si elfenmeno a observarse fuese la frecuencia de la accin de huelga (es decir, una

    aprehensin cuantitativa del ciclo), la estadstica probablemente exhibir numerosos ciclosque se dan en unos 3 aos, por regla general, subiendo y bajando reiteradamente la curvarespectiva.

    Pero en un sentido ms sociolgico, el ciclo puede teorizarse como la tendencia quemarcan agregadamente numerosos ciclos coyunturales de huelgas. Vale decir,

    Ciclo es utilizado en un sentido anlogo al del ciclo econmico: en un perodo mso menos largo, el movimiento de la rebelin pasa por fases de auge o florecimiento(expansin) y otras de crisis (contraccin y estancamiento). No se trata de oleadas,sino de un movimiento en espiral, que se expande o se contrae. A la vez, si seatiende al desarrollo de cada ciclo puede observarse en l un proceso de gnesis,f i d ll i i ( i )16

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    novedosos que podran jugar tal papel (Agacino, 2007; Julin, 2012; Gutirrez, 2013), dereposicionarse la huelga con una dinmica ms creciente.

    3. DERECHO DEL TRABAJO Y DE HUELGA

    No puede haber en el campo del derecho una evolucin ms espectacular:determinado hecho social, considerado delictivo, con el correr del tiempo pasa

    a ser una garanta constitucional(Ermida, 2012:10-11)

    La OCDE (Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos) ha planteadoque la ausencia de huelgas provoca sentimientos de descontento, generando alienacin ytrabajo ineficaz (Gonzlez, 2001:58). Las economas centrales del mundo, en otraspalabras, saben que este fenmeno es mejor normarlo antes que ignorarlo.

    Por ello, es difcil encontrar definiciones de huelga, en los diversos derechos deltrabajo del mundo, que no la reconozcan como conflicto; y es normal, por ende,encontrar en ellos definiciones que, aprovechando su campo de la legalidad, prefieran

    definirla y aprovechar de normarla como manera de conducir el desarrollo de laconflictividad en el mbito laboral.

    Jurdicamente, Chile es el nico pas del continente que no explicita ni niega en suConstitucin17 el derecho a huelga, omitindolo deliberadamente. Eso convierte a la huelgaall, en consecuencia, en un derecho implcito (Ugarte, 2009:3-4). El estrecho derecho ahuelga que vemos sociolgicamente, se funda jurdicamente en la elevadaprocedimentalizacin que se le exige a esta forma de accin colectiva, en otras palabras,en que el legislador chileno regula con detallismo el ejercicio de la huelga, sometindolo aun rgimen jurdico que podra catalogarse, sin duda, como uno de los msintervencionistas en la tradicin jurdica continental (2009:6). Su mayor falta de libertad,podra considerarse y es la razn de por qu, decamos, es fcil registrarla en su formal l d

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    El caso ms absoluto de ilegalidad ser el de los funcionarios del Estado,expresamente impedidos de la facultad de poder ejercer la huelga (Ugarte, 2008:146). Pero

    tambin lo ser el de los trabajadores empleados en los servicios esenciales (servicioscuya interrupcin podra poner en peligro la vida, la seguridad o la salud de la persona enparte o toda la poblacin, dice la OIT), aunque, ms all de esa categorizacin, sean enconcreto los trabajadores que sean empleados en un listado de empresas definido por losMinisterios de Economa, de Trabajo y de Defensa, del pas (2008:153).

    As dado el Cdigo del Trabajo, entonces, la variabilizacin bsica que nos aportaresta dimensin ser la que nos discrimine entre huelgas legales y huelgas ilegales. Conestas categoras operaremos el anlisis, que son aquellas que ya ha incorporado la base

    estadstica.Ello, sin embargo, y para cerrar, no debe hacernos olvidar una problemtica bsicaque deja planteado este complejo derecho laboral, la cual no profundizaremos aqu perodeseamos dejar instalada para el debate: la falta de claridad respecto a la huelgas ilegalespor parte de la ley, que slo son referidas all e indirectamente, a travs de lostrabajadores- en los casos que acabamos de mencionar (a saber, empleados pblicos y deservicios esenciales), y no para el resto de paralizaciones concertadas. Pues, en atencin ala definicin legal de huelga en Chile, podra desprenderse que todas las huelgas de

    hecho como las definimos sociolgicamente, en definitiva- no son huelgas para la ley,siendo imposible de ser imputadas como huelgas ilegales por la misma. As, lgicamente,estas huelgas serian, ms bien, alegales, en lo que respecta a la ley misma.

    Aunque fuera de las cosas de la lgica y en atencin a la lgica de las cosas, estosfenmenos sean de todos modos definidos como ilegales por la ley (ya sea ley: el puronivel del Cdigo del Trabajo, o sea el Estado en su conjunto sobre aquella forma de accin,o un nivel estatal intermedio o combinado, etc.), quedando en definitiva aquella etiqueta deilegalidadpara estos hechos. As, para una fraccin del Estado (en esencia, el Cdigo delTrabajo), podra argumentarse que las huelgas de hecho son, para ser precisos, alegales;no obstante, terminan siendo definidas, en definitiva, como ilegales por una estructurapoltico-jurdica superior a aquella fraccin.

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    mencione cul ha sido la forma de la huelga chilena en razn de su localizacingeogrfica.

    La estadstica sindical ms desarrollada respecto a esta perspectiva geogrfica detipo positivista, son los informes oficiales de la Direccin del Trabajo respecto a la cantidadde sindicatos activos, poblacin afiliada, tasa de sindicalizacin, etc., por regin(Direccin del Trabajo, 2012); que son informes que, inclusive contando con aquellossignificativos elementos, no han sido explotados acadmicamente. Sin embargo, crticotambin es que dicho organismo no genere un informe anlogo sobre conflictividadsociolaboral, al menos pblicamente.

    Atendiendo la divisin poltico administrativa del Estado chileno, que es la forma de

    organizacin territorial que se ha dado el pas, podemos encontrar el origen de laregionalizacin vigente en el ao 1970, sumndose la Regin Metropolitana en 1976, ytransformndose finalmente esta estructura con la creacin de 2 regiones en el ao 2007,quedando 15 regiones en definitiva.

    En nuestro caso de estudio, sin embargo, y en referencia a que la mayor parte delperiodo observado transcurre antes del ao 2007, analizaremos la localizacin regionaldelas huelgas mediante la divisin poltico administrativa que se utiliz mayoritariamente, asaber, aquella que estipulaba 13 regiones hasta el ao 2006. Esto ya lo explicamos en las

    especificaciones metodolgicas.As, la variabilizacin que derivaremos de esta dimensin tratar las siguientes

    regiones: I - De Tarapac; II - De Antofagasta; III - De Atacama; IV - De Coquimbo; V -De Valparaso; VI - Del Libertador General Bernardo O'Higgins; VII - Del Maule; VIII -Del Bo-Bo; IX - De La Araucana; X - De Los Lagos; XI - Del General Carlos Ibez delCampo; XII - De Magallanes y la Antrtica Chilena; y RM - Regin Metropolitana.

    Segn el proceso de urbanizacin experimentado, y siguiendo al tipologa deterritorios en Chile de Mac-Clure y Calvo (2013), en el pas encontramos 3 grandesciudades, que son Santiago, Concepcin y Valparaso cada una abarcando variascomunas-, que pertenecen a las Regiones Metropolitana, VIII y V, respectivamente, yconcentran cerca de la mitad de la poblacin del pas. Luego, un conjunto de ciudadesi di d l l d l l

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    La teora social marxista ha utilizado las particularidades de los diferentes sectoresde la economa para reconocer distintos tipos de capitales (los cuales son la base estructural

    de diferentes personificaciones en la burguesa, a saber, burguesa comercial para el capital-mercanca, burguesa industrial para el capital-productivo y burguesa bancaria para elcapital-dinero)19. Para organismos internacionales oficiales, suele utilizarse el agrupamientode ramas econmicas para identificar al sector primario como el relativo a la extraccin derecursos naturales (ramas de agricultura, pesca, forestal, minera); el secundario, como elrelativo a la transformacin y agregacin de valor sobre las materias primas (ramas deminera de mayor complejidad, industria, energa, construccin); y el terciario, el relativo alsector de servicios (ramas de comercio, comunicaciones, servicios, transportes, tambin

    finanzas y administracin pblica).En analoga, estudios sindicales han buscado agrupamientos de tipo de trabajadores,segn las diferencias y similitudes entre los diferentes tipos de empleos por sector de laeconoma, reflejados en su accionar sindical: un gran trabajo siguiendo esta orientacin esel de Rojas y Aravena (1999), haciendo un extenso repaso por el conjunto del mundo de lostrabajadores en Chile.

    Como se aprecia, diferentes y provechosos usos ha tenido esta diferenciacin bsicade la esfera de la produccin. Su uso en estudios laborales, entonces, es obvio, en cuanto la

    hiptesis a la base ha sido que la dinmica propia de un sector de la produccin explicalargamente la realidad de su masa respectiva de trabajadores empleados, al menos.

    As, en concreto, para los fines descriptivos de nuestro anlisis cuantitativo, yatendiendo el clasificador de actividades econmicas y nomenclatura CIUU Rev. 2(Clasificacin Industrial Internacional Uniforme, de todas las actividades econmicas, en susegunda versin), tipificaremos la huelga y la masa trabajadora en esta Tesis en lassiguientes ramas: Agricultura; Minera; Industria Manufacturera; Electricidad, Agua yServicios Sanitarios; Construccin; Comercio; Transporte y Comunicaciones; Bancos y

    Servicios Financieros; y Servicios Comunales y Sociales. Un nmero de nueve ramaseconmicas en total, como descripcin imprescindible en este mbito de fenmenos.

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    III.-ANLISIS DE LA ACCIN Y LA MASA HUELGUSTICA EN EL CHILE ACTUAL

    1. CICLOS DE HUELGAS EN EL PERIODO

    Si analizamos los eventuales ciclos de huelgas del sindicalismo que se detectaran en elperiodo actual, previo al anlisis de las dimensiones especficas que ya hemos mencionado,pues una primera estadstica y grfica nos determinar qu posibles ciclos sernsignificativos de considerar posteriormente. Los nmeros de huelgas por ao son lossiguientes:

    Grfico 1.Frecuencia de huelgas (n), aos 1990-2009

    0

    50

    100

    150

    200

    250

    300

    350

    400

    0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

    n de huelgas

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    huelgas que est recin consolidndose, al no saber la direccin que ha de imprimir el ao2010, no consignado20.

    Este rpido o vertiginoso crecimiento que abrieron las luchas de los subcontratadosdesde el ao 2006 en adelante, por ende, parece hablar del nacimiento de un nuevo ciclo dehuelgas (por ms corto y breve que pueda llegar a ser, sobre todo si el ao 2010 le marcaseuna profundizacin en su cada de eventos), segn se da un fuerte clivaje entre el ciclo quese cierra y este otro que parece abrirse.

    No obstante, si el ao 2010 cayese significativamente por debajo del 2005, podraconsiderarse este ltimo comportamiento como una breve fase interna del ciclo pasado (unafase de comportamiento anormal)? Nuestra definicin de ciclos parece hablar ms de un

    nuevo ciclo de lucha que de un rebrote del anterior, segn est superado por sobre lacoyuntura (3 aos) el punto ms bajo del ciclo pasado, o valle del 2005. Sin embargo,seremos precavidos y tomaremos este ltimo conjunto de aos como la emergencia de uneventual nuevo ciclo de huelgas, bsicamente, porque no sabemos qu direccin tomarhacia el mediano plazo: si ser continuado por una sistemtica cada en el n deacontecimientos (que podra hacer cuestionar su condicin de genuino ciclo, llegando a sercontagiado por el ciclo anterior), o efectivamente es slo el inicio de un ciclo coninesperada vertiginosidad sino prolongado mantenimiento en su nivel.

    As con todo, nosotros, en consecuencia, hemos diagnosticado en concreto ciclos denmero de huelgas. Estos tramos de aos los utilizaremos en alguno de los siguientesanlisis, cuando sea posible integrarlos sin saturar la informacin dada 21. Ahora, existirnciclos de huelgas segn masas movilizadas, al analizar los ciclos segn TC y no segn lafrecuencia de las huelgas? Ciertamente debe existir un comportamiento significativo de talindicador, el cual no analizaremos en la presente tesis22. Eso s, tal factor de discriminacinpodra ser til para eventuales diagnsticos, sobre todo si se consolidar con algn anlisisms cualitativo respecto a las coyunturas sucedidas histricamente; o, si no, al cruzarlo con

    algn anlisis de ciclos de huelgas segn frecuencia, como hicimos nosotros.

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    ha aplicado (Armstrong, 1997, 2000, 2006; Guzmn, 2004). No obstante, es importarterecordar que es paradjico el hecho de que el Estado de Chile haya calificado

    reiteradamente numerosas huelgas de ilegales ilustrando que es extra-judicial la fuentedesde donde se caracterizaran finalmente estos eventos-, cuando el Cdigo del Trabajo noexplicite con exactitud qu huelgas son ilegales (con unas pocas excepciones, comoapuntamos en el marco terico) y, ms bien, deje un gran vaco al respecto. Vale decir,jurdicamente, est la posibilidad de que numerosas huelgas en Chile sean, ms bien,alegales, aunque el conjunto del aparato estatal las termine por definir como ilegales.

    La contradiccin terica que esto genera se puede ver ilustrada en Ugarte, quien, enciertas ocasiones, acusa que hay huelgas mal-denominadas como ilegales pues, plantea,

    nuestro derecho del trabajo no estipula una tipificacin tal en ninguna parte (2014)-, yquien, en otras ocasiones, plantea que este derecho del trabajo hace definir lgicamente ungran conjunto de huelgas como ilegales (2008).

    Como sea, si consideramos sociolgicamente la definicin hegemnica que haejercido el Estado chileno sobre los eventos huelgusticos, seguiremos la lectura acadmicadominante de separar entre legales e ilegales estas formas de accin colectiva. En estesentido, la definicin de legalidad/ilegalidad de las huelgas, tngase presente, siempre serproducto de una tipificacin de origen exterior a la accin misma.

    Estadsticamente, la cantidad de huelgas ejecutadas segn legalidad presenta uncomportamiento con una dinmica particular para cada opcin o categora, quienes, a suvez, presentan dinmicas anlogas a los ciclos de huelgas a nivel de periodo (ciclosdefinidos por el clivaje en el ao 2006, cerrndose uno y abrindose otro nuevo, sin tenerun carcter definido este ltimo). Los datos son los siguientes:

    Grfico 2.Frecuencia de huelgas (n) segn legalidad, aos 1990-2009

    300

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    Fuente: elaboracin en base a Armstrong23.

    Como es posible apreciar, existe una dinmica de legalidad/ilegalidad significativade analizar. El grfico permite apreciar cmo una curva persigue a la otra y viceversa. Anuestro parecer, existen tres etapas o fases distinguibles:

    En una primera etapa (i) existe una tendencia al divorcio entre legalidad e ilegalidaddesde 1990 hasta 1992 (ao de mxima separacin), para posteriormente comenzar areconciliarse y encontrarse mutuamente con iguales proporciones en el cierre de la etapa, asaber, 1994. Luego (ii), desde aqul ao hasta el ao 2003, comienza la etapa del paulatinoreemplazo de la huelga legal por la ilegal, que es la tesis central de Armstrong y guila

    (2006). Y posteriormente (iii), en la etapa siguiente, esta tendencia es frenada desde el 2004y en toda la tercera parte en general, por una leve superioridad de la huelga legal; aunque,centralmente, lo que caracteriza a esta ltima parte es un encuentro entre ambas formas dehuelgas que se coordinan para crecer por igual, contra la tendencia a desajustarse. Entrelos ltimos dos aos, eso s, emerge un desajuste de legalidad (y ello hace caer la tasa decrecimiento total de huelgas que vena en crecimiento).

    La falta de estadstica respecto al presente fenmeno se torna crtica para lacontinuidad de estos anlisis, pues, a falta de informacin reciente, no se puede diagnosticar

    el nacimiento genuino de un eventual ciclo de huelgas nuevo o no, al desconocerse qudestino reportan el nmero de huelgas de los aos 2008 y 2009: son el inicio de un ciclomasivo de huelgas?, el peakde un breve ciclo pronto a cerrarse?, un breve rebrote delciclo pasado?, etc.

    Lo que s puede apuntarse con seguridad, y es concerniente a los dos ciclos dehuelgas visibles, es que el Cdigo del Trabajo hace tiempo (de forma instalada desde 1994,con un 50% de casos para cada opcin legal, aproximadamente) dej de normar, en funcinde sus propios fines, las relaciones de conflicto colectivas en los centros de trabajo: si en

    prcticamente la mitad de los eventos los trabajadores han ejecutado soluciones colectivas asus problemas por la va ilegal, cul es la utilidad del Cdigo del Trabajo con losconflictos colectivos abiertos? Este derecho laboral y sindical sigue normando los

    fli l i l l i l b l d f d l l l l l

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    bien su rol para debilitar la huelga, en un objetivo bien ajustado a una democraciacapitalista25; por otro, el abultada cantidad de acciones ilegales plantea un nuevo objetivo,

    revitalizar la huelga, sin importar el Cdigo laboral sino el propio colectivo de trabajadores.2.2.- Eventos de huelgas, por localizacin regional

    Como hemos advertido, las huelgas y sus derivados nunca han sido analizadosestadsticamente en la literatura especializada segn su localizacin geogrfica.

    La tipificacin de la localizacin geogrfica, as como la legalidad segn el Cdigodel Trabajo, es un factor que tambin se transforma con el tiempo: sucedi con la reforma

    de la Divisin Poltico-Administrativa el ao 2007 o con los conflictos limtrofes que haestado experimentando Chile ltimamente en la poltica internacional. Pero en ambosfactores de discriminacin, por ms que ellos cambien su forma (cambien las leyeslaborales o cambie la definicin de una comuna o regin determinada), sucede que laaccin misma define en su inicio qu caracterstica tendr: en qu lugar geogrfico seejecutar, ms all del nombre del lugar; y cmo se ejecutar, ms all de si ello es legal oilegal, contingentemente.

    En el presente apartado, hemos definido realizar el anlisis de los eventos de

    huelgas segn a la Regin administrativa a que pertenecen en el pas. Vale decir, porlocalizacin regional26, como apuntamos en el marco terico.

    En la siguiente imagen, insertamos un mapa que discrimina jerrquicamente portonalidad de color (vase laLeyenda) el porcentaje de huelgas acumulado por Regin en elpas. Los cinco tramos de color en la Leyenda son tramos que representan, del color msclaro al ms oscuro, los siguientes porcentajes de huelgas acumulados: de un 1 a un 10%,luego de un ~10% a un 20%, luego de un ~20% a un 30%, y as, hasta el tramo que cierracon un 50%. Dada la estructura de distribucin de huelgas, no era necesario un tramo que

    fuese entre el 50 y el 60%, dado que ninguna regin lleg nunca a tal nivel en ningn ao.Los resultados son los siguientes:

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    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y ordenamiento nuestro27.

    La lectura sinttica es que, en referencia al contexto de urbanizacin chileno,podemos diagnosticar que las huelgas suceden por sobre un 10% exclusivamente en las

    i d l i d i d d d l ( i i l )

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    suelen perder relevancia frente a la categorizacin dominante que se impone en la actualestructura de distribucin (i.e., los tonos de colores segn tramo).

    La lectura de los datos es que el movimiento de redistribucin de huelgas no alcanzauna transformacin significativa entre un ciclo y otro, como para ilustrarse un cambio conrespecto a las categoras fijadas: los colores en el mapa se mantienen igual. Ello se ilustraen el Mapa y tambin, entonces, en la Tabla con los datos ao por ao: all observaremosque los cambios ms notorios acaecen en la RM, que disminuye su concentracin ms queninguna otra-, y en la Regin de Valparaso que aumenta ms que ninguna otra-,sucediendo, sin embargo, que ambas cantidades no superan el |4|% de variacin. En estesentido, podemos concluir que la emergencia de un nuevo ciclo de huelgas no se explica

    fundamentalmente por una disminucin en el n de huelgas sucedidas en la RM.No obstante, hay que indicar que si se observa el ao 2009, el ltimo en nuestrabase de datos, la RM alcanza un porcentaje bastante bajo en comparacin a sus cifrasanteriores, de 38,5%, explicndose esencialmente por una fuerte alza en la Regin deValparaso -que alcanza un 14,1%- y, sobre todo, por el alza en la Regin del Bo-Bo -alcanzando un 14,1%. Es decir, se acentan las regiones de las dos grandes ciudades quele siguen en tamao a Santiago y su regin, pero no sabemos qu acaeci en los aosposteriores. Una vez ms, entonces, la falta de datos nos desaloja la posibilidad de

    especular sobre las preguntas de: cul ser la tendencia de este ciclo de huelgas, en estecaso, respecto a la localizacin regional? Se lograr una disminucin ms significativa enel porcentaje de acumulacin de la RM, a raz del nuevo protagonismo de otras regiones,transformando la estructura de distribucin de huelgas? O estamos ante la presencia de unreordenamiento espurio?

    2.3.- Eventos de huelgas por rama de actividad econmica

    El anlisis por rama de actividad econmica (en trminos abstractos28) es un anlisis mscomn en la literatura sobre sindicalismo. Suele emplearse para segmentar la tasa deafiliacin sindical, mayoritariamente (Salinero, 2006). Con la complejizacin del mundo

    l d bl i i i d i id d

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    Tabla 1.

    Frecuencia de huelgas (%) segn rama de actividad econmica,

    aos y promedio 1990-2009 y promedio de ciclos (1990-2005 y 2006-2009)

    Agricultura

    Minera

    Industria

    Manufacturera

    Electricidad,

    AguayServicios

    Sanitarios

    Construccin

    Comercio

    Transportey

    Comunicaciones

    Bancosy

    Servicios

    Financieros

    Gobierno

    Central,

    Regionaly

    Municipal

    Educacin

    (privada,publica

    y

    municipalizada)

    Salud(privada,

    pblicay

    municipalizada)

    Servicios

    Socialesy

    personales

    1990 8,2 2,2 25,6 0,9 10,10 2,5 6,3 4,4 0,6 32,20 5,4 1,6

    1991 4,8 7,4 47,8 0,4 7,7 5,9 4,4 5,5 0,0 9,6 5,5 1,1

    1992 4,5 4,2 40,6 0,6 3,2 6,2 5,5 3,2 1,9 20,80 5,5 3,6

    1993 2,6 5,5 49,0 0,6 3,5 3,5 10,60 4,5 1,0 10,30 7,7 1,0

    1994 2,7 5,3 30,7 0,5 4,0 7,5 10,40 5,1 2,4 17,90 10,10 3,5

    1995 4,1 4,8 44,7 1,4 7,9 5,5 5,5 3,8 4,1 8,6 7,2 2,41996 4,0 5,0 34,8 2,3 9,7 2,7 7,7 4,3 4,0 12,40 9,0 4,0

    1997 3,5 4,1 30,7 3,5 4,4 7,3 10,80 6,0 5,4 11,40 6,6 6,3

    1998 4,9 3,7 32,5 2,1 12,80 3,3 10,70 4,5 4,1 14,40 3,3 3,7

    1999 0,8 3,8 24,1 3,8 6,8 5,9 30,00 3,8 4,6 4,6 8,0 3,8

    2000 1,3 3,8 29,8 2,1 9,4 5,1 17,00 6,0 3,0 10,20 6,8 5,5

    2001 4,4 3,1 21,3 1,8 8,9 7,1 19,10 4,9 5,8 7,6 8,4 7,6

    2002 3,9 2,7 21,1 0,8 13,30 3,1 15,60 9,0 2,0 3,1 12,90 12,50

    2003 2,5 5,0 19,6 0,5 19,10 3,5 14,10 8,5 3,5 5,0 9,0 9,5

    2004 3,4 6,3 28,0 1,9 5,8 2,4 12,60 8,2 4,3 10,10 8,7 8,2

    2005 6,5 4,3 22,0 0,5 8,1 3,2 15,60 10,20 4,3 9,1 9,7 6,5

    2006 3,9 4,3 24,2 0,4 11,30 12,10 11,30 8,2 4,8 4,8 8,2 6,5

    2007 4,6 6,4 21,1 0,7 6,4 5,7 18,60 10,70 6,1 6,1 8,9 4,62008 1,9 1,9 19,8 1,3 8,4 9,4 15,30 8,4 9,1 12,00 8,4 3,9

    2009 3,7 5,4 19,0 0,0 8,1 9,2 13,60 11,20 5,8 8,5 8,8 6,8

    Prom.: 3,8 4,5 29,3 1,3 8,4 5,6 12,7 6,5 3,8 10,9 7,9 5,1

    1er ciclo: 3,9 4,5 31,4 1,5 8,4 4,7 12,2 5,8 3,2 11,7 7,8 5,0

    2do ciclo: 3,6 4,5 21,0 0,6 8,6 9,1 14,7 9,6 6,4 7,8 8,6 5,5

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y consolidacin nuestra (aos 2005-2009).

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    Podemos realizar el anlisis mediante la referencia a tres grupos de ramas: quienesno modificaron su tasa de huelgas (6 en total) y quienes s (las restantes 6), positiva y

    negativamente en este ltimo caso.Las ramas de actividad econmicas que se mantuvieron estables entre un ciclo yotro, son: (i) Agricultura, (ii) Minera, (iii) Construccin, (iv) Transporte yComunicaciones, (v) Salud (privada, pblica y municipalizada), y (vi) Servicios Sociales ypersonales. Las primeras dos ramas junto a la ltima suelen ejecutar unas 10 a 13 huelgasen promedio por ao; la tercera y la quinta, unas 21 huelgas; y Transportes yComunicaciones, unas 30 huelgas (aunque con mucha mayor variacin, alcanzando elpunto ms bajo en 1991 con 12 huelgas y el punto ms alto en 1999 con 71 huelgas,

    siguiendo la Tabla A.3. en el Anexo).Las ramas que aumentaron su participacin son: (i) Comercio, (ii) Bancos yServicios Financieros y (iii) Gobierno Central, Regional y Municipal. Esto ha sido captadopor la literatura en general, que ha puesto atencin a los nuevos actores sindicales de estasprimera dos ramas de servicios, y al sindicalismo de los empleados pblicos que, aunquesiempre potente, mostr mayor actividad an en el ltimo ciclo de huelgas (Armstrong,201129). Las dos primeras ramas ejecutan unas 16 huelgas por ao en promedio de todo elperiodo (promediando unas 26 despus, en el eventual ciclo de huelgas abierto el ao

    2006), mientras que los empleados pblicos ejecutan unas 10 por ao en promedio.Asimismo, la literatura en general tambin ha captado el debilitamiento de otras

    ramas. Justamente las que decaen son: (i) Industria, perdiendo un 10% al pasar del 1erciclo, (ii) Electricidad, Agua y Servicios Sanitarios, disminuyendo ms de la mitad en elmismo movimiento, aunque sean naturalmente bruscos sus cambios por poca cantidad dehuelgas, y (iii) Educacin (privada, pblica y municipalizada). La Industria, puntualizandocon la Tabla A.3., pasa de un promedio de 86 huelgas anuales en el 1er ciclo, a unas 58 enel 2do, siendo el cambio ms significativo entre todas las ramas. La Educacin le sigue en

    este comportamiento.Al parecer, aunque de forma totalmente germinal y an sin instalar del todo algunas

    tendencias, estn cuajando nuevos actores en el movimiento sindical. Para Agacino (1997)

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    Pero como sea, respecto a esta forma del conflicto huelgustico chileno, los sectoresque se mantienen estables son heterogneos sectorialmente; quienes han perdido

    participacin, son mayoritariamente del sector secundario de la economa (del capital-productivo, en trminos marxistas); y quienes han aumentado, son mayoritariamente delsector terciario (capital-dinero). Algo que ya se ha ledo relativamente, sin tantaargumentacin cuantitativa, respecto al sindicalismo nacional.

    3. MASAS EN LA ACCIN HUELGUSTICA

    Ahora, es el momento de analizar las masas trabajadoras que soportan estas acciones delucha laboral. Son las masas responsables de levantar este instrumento de conflicto.

    3.1.- Trabajadores comprometidos (TC) por legalidad

    Los trabajadores comprometidos (TC) es el indicador ms directo de masa en elmovimiento huelgustico no en el sindical. Es su operacionalizacin ms directa, en tantosimple pero abarcadora del fenmeno. Luego, entre los mltiples factores que pueden

    componer la fuerza sindical, ste es uno que no se puede dejar pasar.El abogado laboralista A. Molina, apuntando que al ao 2012 existan 10.585

    sindicatos y ocurrieron 161 huelgas legales, se pregunta, qu estaban haciendo en eseentonces todas estas organizaciones? (2013:21). Su pregunta no puede hacernos suponerque la huelga es la razn de ser obligatoria de un sindicato; no obstante, es sorprendente supoco uso, ms an en un pas de elevada desigualdad social. Se utiliza poco porque esineficaz, o porque las dirigencias sindicales no quieren aprovechar su utilidad? Esto generatambin la pregunta semejan de, la huelga no se utiliza porque es intil, o se ha hecho

    intil porque no se utiliza? Es un problema ms organizativo o ideolgico?Como sea, si miramos la huelga, un ltimo eslabn en los procesos de lucha laboral,

    veremos a continuacin que ella est convocando en total, entre 1990 y 2009, a 1460

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    Fuente: elaboracin en base a Armstrong30.

    La informacin que se arroja ciertamente sorprende: tpicamente la masa movilizadaha estado entre 200 o 400 mil trabajadores/as, aunque los ltimos aos (por reiterados y

    masivos paros de empleador pblicos, como veremos) sta se dispar por sobre el milln 31.Lo central para la lectura, es que esta informacin plantea algo contrario a la tesis

    fundamental de Armstrong y guila (2006) delpaulatino reemplazo de la huelga legal porl il l i l j d di i t l d d l i h l ti l t b j d

    0

    200000

    400000

    600000

    800000

    1000000

    1200000

    1400000

    1600000

    1800000

    1990

    1991

    1992

    1993

    1994

    1995

    1996

    1997

    1998

    1999

    2000

    2001

    2002

    2003

    2004

    2005

    2006

    2007

    2008

    2009

    n

    de

    TC

    Ilegales

    Legales

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    Si observamos el comportamiento de la masa en el eventual ltimo ciclo de huelgas(sobre todo los aos 2008 y 2009), queda an ms ntida la hegemona de las masas enactos ilegales. Para la literatura especializada, una ola huelgustica es un incrementoextraordinario de las huelgas respecto el perodo anterior (Santella, 2013:78). Como vimosen la seccin anterior, no hubieron grandes olas huelgusticas a nivel coyuntural (2 o 3aos) en todo el periodo. Pero si reformulamos el concepto poniendo su eje ahora en lasmasas, claramente puede apreciarse una ola de masas huelgusticas en estos aos 2009 y2008.

    Esta primaca a nivel de periodo de las masas en huelgas ilegales, en un pas de bajaconflictividad social, pareciera hablar ms de un estrecho derecho a huelga por parte del

    Cdigo del Trabajo nacional (Ugarte, 2008), que de un desbordamiento subversivo delmismo: como se aprecia, la institucionalidad laboral se ha desbordado espontneamentedesde hace varios aos (algo que no se aprecia analizando el n de huelgas) y sinantagonismo, como se puede derivar; y slo recientemente, en un nuevo ciclo -de direccinincierta-, podra estar generndose un desbordamiento de sta de forma ms deliberada(cono de tal tctica seran los subcontratados primario-exportadores), aunque ello no puedesaberse a ciencia cierta an.

    En este escenario, qu rol est jugando el Cdigo del Trabajo en relacin al

    derecho de huelga, hace tiempo desbordado por las masas en huelga, aunque no por lasmasas trabajadoras en general? Ms an, qu sentido tiene no recopilar estadsticamenteeste fenmeno por la institucionalidad oficial, si hace aos ha desplazado por ampliomargen a la huelga legal? Y por ello mismo, para qu existe la huelga legal: es la ltimaposibilidad acotada que ofrece un Cdigo que pretende disuadir la huelga en su conjunto; oes la herramienta a la que deben ajustarse los trabajadores de todas formas, y no al revs?

    A la luz de la estadstica, la huelga ilegal parece ser una necesidad para un sector detrabajadores/as en los aos que corren, por lo que, ya sea ejercindola solitariamente o en

    combinacin con la huelga legal (Taller Sindical La Clase, 2013), parece mostrarse comouna herramienta necesaria del periodo vigente para los problemas laborales de lostrabajadores/as en Chile. Su promocin podra generar grandes avances para el mundo

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    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y ordenamiento nuestro.

    La tabla de datos que da origen a este Mapa se encuentra en el Anexo, como TablaB.2.a) para los porcentajes- o Tabla B.2.b) como frecuencias absolutas. All se

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    que, en atencin a la Tabla B.2, ubicada en el Anexo, ambas regiones muestran la variacinentre ciclos ilustrada pero, a la vez, manifiestan en otros aos ms variaciones y de lamisma intensidad (inclusive, con ms aos de continuidad o estabilidad); lo cual habla, enconsecuencia, de pequeos ciclos internos y coyunturales que han marcado su desarrollo demasas. Por ello, estos cambios graficados en el Mapa no son propios del ltimo ciclo dehuelgas, sino que tambin han ocurrido antes en tramos acotados de tiempo.

    Qu es, entonces, lo distintivo de este ltimo ciclo de huelgas, en relacin a lalocalizacin geogrfica? En cuanto a la caracterstica ms bsica, es lo siguiente: que la RMy la Regin De Los Lagos se muestran simultneamente con sus mejores niveles deactividad de TC, pero, particularmente, que esta ltima regin es la que muestra el nivel

    ms elevado de actividad de masas, inclusive, llegando a representar casi la mitad de losTC del pas. En definitiva, la Regin De Los Lagos se apodera de la masa huelgustica eneste 2do ciclo; sobre todo, ante la menor actividad, ilustrada grficamente, de la Regin deAntofagasta.

    Sin embargo, prolongando la reflexin, existe otra caracterstica distintiva pero mssignificativa de este ltimo ciclo de huelgas, a saber: recordando que tenemos escasos datosde este ltimo ciclo, debemos apuntar que, considerando cualquier ao del mismo entre el2006 y el 2009, sucede que casi todas las regiones que alguna vez, a lo largo de la serie,

    mostraron un nivel elevado de masas huelgusticas, lo han alcanzado otra vez en este tramo:en alguno de aquellos pocos aos, todas las regiones han vuelto a destacar, lo cual es algosin precedentes; y estas son la Regin de Tarapac, De Antofagasta, De Valparaso, De LosLagos y Metropolitana. nicamente la Regin del Bo-Bo, que destaca en algunos aosprevios (1992-1994 y 1999), no destaca nuevamente. Es decir, este ciclo de huelgas esmucho ms dinmico que el anterior en trminos de localizacin geogrfica, apareciendoms ciudades intermedias que grandes ciudades y siendo, adems, nuevas para el cuadro.

    Eso s, aunque no est la estabilidad del ciclo pasado, tampoco se puede afirmar que

    se ha instalado una nueva estabilidad, i.e., una nueva estructura de distribucin regional delos TC en huelgas, por sobre la coyuntura: se ha emparejado ms la distribucin de masas,aunque, por ahora, no sabemos qu ha ocurrido con los aos posteriores. Podra estar

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    Tabla 2.

    TC (%) segn rama de actividad econmica, aos y promedio 1990-2009 y promedio de ciclos (1990-2005 y 2006-2009)

    Agricultura

    Minera

    Industria

    Manufactu

    rera

    Electricid

    ad,

    AguayServicios

    Sanitari

    os

    Construccin

    Comerc

    io

    Transportey

    Comunicac

    iones

    Bancos

    y

    Servicios

    Financieros

    Gobiern

    o

    Central,

    Regionaly

    Municip

    al

    Educacin

    (privada,publica

    y

    municipalizada)

    Salud(priv

    ada,

    pblica

    y

    municipalizada)

    Servicios

    Sociales

    y

    personales

    1990 2,2 4,3 9,3 2,9 12,5 0,9 13,80 2,8 4,30 23,4 23,20 0,3

    1991 0,3 7,3 5,3 0,1 0,8 0,3 3,0 2,5 0,0 48,8 31,60 0,0

    1992 1,4 8,5 12,80 0,2 6,5 1,6 21,30 1,0 19,70 11,0 14,60 1,2

    1993 0,2 6,2 17,40 0,4 1,7 0,8 7,7 2,1 1,2 42,1 20,10 0,2

    1994 0,9 5,4 9,9 0,1 2,2 1,7 12,40 2,4 1,7 43,1 19,40 0,9

    1995 0,1 1,2 7,9 0,4 3,2 0,3 41,60 0,3 22,60 5,1 16,50 0,8

    1996 0,2 3,3 2,2 0,5 0,9 0,1 6,9 0,4 20,40 28,40 36,50 0,3

    1997 0,2 1,2 4,9 1,4 0,8 1,4 23,90 1,4 54,70 7,4 0,9 1,8

    1998 0,9 1,8 2,0 0,3 3,3 0,2 3,2 0,1 71,20 13,10 3,5 0,5

    1999 0,1 1,7 9,6 3,8 2,0 0,7 57,90 8,8 3,4 1,0 10,40 0,6

    2000 0,1 0,6 6,1 1,6 0,5 0,4 9,6 0,7 76,50 1,0 1,4 1,5

    2001 1,6 3,8 4,4 3,8 2,9 0,7 11,70 3,3 13,70 40,20 12,20 1,6

    2002 0,2 0,2 2,3 0,2 0,9 0,3 3,6 0,5 1,4 32,70 56,60 1,1

    2003 0,1 1,6 3,7 1,1 10,30 0,1 1,8 0,5 3,6 34,50 41,30 1,4

    2004 0,8 1,4 2,4 0,2 0,7 0,7 8,6 0,7 66,40 1,5 14,00 2,6

    2005 1,0 1,6 8,1 0,2 2,2 2,1 9,2 3,7 9,1 22,60 39,20 1,0

    2006 0,4 2,8 1,8 0,1 1,0 0,7 3,9 0,7 53,30 25,00 9,7 0,7

    2007 0,7 4,1 3,2 0,0 0,6 0,4 3,8 0,9 73,20 0,6 6,3 6,0

    2008 0,3 1,0 0,6 0,0 0,3 0,3 1,2 0,6 78,40 6,4 9,5 1,42009 0,3 0,3 0,9 0,0 0,1 0,3 0,7 0,3 64,50 18,10 5,2 9,3

    Prom.: 0,6 2,9 5,7 0,9 2,7 0,7 12,3 1,7 32,0 20,3 18,6 1,7

    1er ciclo: 0,6 3,1 6,8 1,1 3,2 0,8 14,8 1,9 23,1 22,3 21,3 1,0

    2do ciclo: 0,4 2,0 1,6 0,0 0,5 0,4 2,4 0,7 67,3 12,5 7,7 4,4

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y consolidacin nuestra (aos 2005-2009).

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    A nivel de periodo, los tres sectores de la produccin con mayor masividadhuelgustica son, de mayor a menor: (i) Gobierno Central, Regional y Municipal; (ii)Educacin (privada, pblica y municipalizada); y (iii) Salud (privada, pblica ymunicipalizada). Destaca tambin, despus, (iv) Transporte y Comunicaciones, el nicosector ajeno a estos espacios tpicamente movilizados por empleados pblicos, que acumulaun considerable porcentaje de masa en huelga (12,3%). Todos los dems, ocho casos, semueven entre un 0,6% y un 5,7%.

    A nivel de ciclos de huelgas, sin embargo, la jerarqua es la misma, aunque condiferentes ponderaciones. En el 1er ciclo, los primeros tres sectores mencionados acumulancasi el mismo porcentaje entre s, aunque en el mismo orden que vimos a nivel de periodo;

    quedando los sectores restantes en iguales caractersticas a lo ya descrito tambin. Y en el2do ciclo, la jerarqua tambin es prcticamente la misma, no obstante, lo sustantivo es quelos porcentajes se encuentran fuertemente distorsionados por el sector de GobiernoCentral, Regional y Municipal, que casi triplica su porcentaje de masividad respecto altotal, alcanzando un extraordinario 67,3%, monopolizando la actividad de este ciclo. Elnico sector que tambin sube su peso, y lo hace en buena medida, es Servicios Sociales ypersonales, cuadriplicndose.

    Sucede que el 48% de toda la masa trabajadora involucrada de todos los aos

    pertenece a la rama Gobierno Central, Regional y Municipal (que tiene el 99% de sus TCen huelgas ilegales, como veremos ms adelante). Ella abulta sobre todo los aos 2008 y2009, mediante reiterados y amplios paros nacionales (donde un trabajador, recordemos, sepuede contabilizar en ms de 1 ocasin).

    Ahora, la monopolizacin de trabajadores movilizados en huelga de este sector,reconocido justamente por esa capacidad poltico-social, genera que, primero, se dificulteapreciar los cambios en sectores con poca masa trabajadora posible de movilizar es el casode la minera, por ejemplo-, y que, segundo, no se aprecie qu porcentaje se moviliza

    sectorialmente, ms all de la cantidad bruta de TC.En efecto, analizando sectorialmente el TC segn la cantidad de fuerza de trabajo de

    una rama respectiva, se puede discriminar de mejor forma qu sector est bien posicionado

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    Agricultura 794.956 0,19

    Minera 88.656 8,43

    Industria Manufacturera 813.660 1,48Electricidad, Agua y Servicios Sanitarios 30.164 4,87

    Construccin 434.236 1,31

    Comercio 1.028.842 0,16

    Transporte y Comunicaciones 427.033 6,62

    Bancos y Servicios Financieros 400.448 0,87

    Servicios Comunales y Sociales 1.439.533 13,3

    Promedio: 606.392 4,14

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y consolidacin nuestra (aos 2005-2009) para lavariable TC por rama de actividad econmica; e Instituto Nacional de Estadsticas(2012).Nota (1): el ao 2009 no fue incluido en el promedio de los Ocupados por rama de actividad econmica,por cuanto el INE dej de utilizar el clasificador chileno de actividades econmicas y nomenclatura CIUURev. 2, el cual nos permita compatibilizarlo con la base estadstica del ex profesor Armstrong.Nota (2): En este anlisis se pierde todo el anlisis especfico de los subsectores de la Salud; Educacin;

    Gobierno; y Servicios sociales y personales; por incompatibilidad de datos, al estar todos incluidos en la ramaServicios Comunales y Sociales.

    Para empezar, podemos diagnosticar dos fuerzas sindicales que sobresalen al resto:(i) Servicios Comunales y Sociales y (ii) Minera, de mayor a menor. Sus alcances se alejanpor mucho de la media de todos los sectores conjuntamente (4,14%). Ahora, hay querecordar las excepcionales movilizaciones que gener este 1er sector en los aos 2008 y2009 pues, antes de ello, su alcance era de un 6% aproximadamente, segn hemos

    calculado. Por consiguiente, si el sindicalismo minero ha sido tpicamente el sector conmayor poder de movilizacin en casi todos los aos, sucede que los empleados pblicos,an as, han sabido superarlo en promedio para el periodo, a raz de los recientes y

    t di i i l d h l t l ( l d h l ti )

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    respecto al mnimo y se ha dejado que prime la inercia de las condiciones objetivas,quedando destacados slo los sectores que tenan ms probabilidades de destacar.

    Si esto ltimo fuera cierto, entonces, deben ser investigadas justamente lasdinmicas objetivas y propias de cada sector econmico en relacin al trabajo sindical (enel fondo, porqu en unas es ms simple y en otras es ms difcil el mismo trabajosindical?), para aclarar cmo debe desenvolverse dicho trabajo para alcanzar mayor xito.Pero en la academia chilena, al revs, no suelen estudiarse los espacios de trabajo con talperspectiva til y pragmtica para los trabajadores, todava. Normalmente ellos, lostrabajadores, llevan la delantera en conocimiento; pero estudios comparativos entremltiples sectores pueden arrojar aprendizajes que an no se han cruzado entre ellos,

    acelerando su traspaso de experiencias.

    4. EXCURSO. CONDICIONES OBJETIVAS: LEGALIDAD, GEOGRAFA, ECONOMA

    En este ltimo apartado hemos de describir las condiciones objetivas de la huelga,aquellas externas a su ejecucin, a saber, legalidad jurdica, localizacin geogrfica y ramade actividad econmica. En efecto, pretendemos cerrar el anlisis mediante una descripcin

    de la accin de huelga y de su masa involucrada, mediante ciertas interrelaciones entreestas tres caractersticas de las huelgas en Chile.Hemos decidido analizar las relaciones entre (i) localizacin regional y legalidad,

    (ii) localizacin regional y rama de actividad econmica, y entre (iii) rama de actividadeconmica y legalidad; de la siguiente forma: en el primer caso, utilizando la legalidad paradescribir a la localizacin; en el segundo caso, utilizando la rama de actividad econmicapara describir tambin a la localizacin; y en el tercero, utilizando a la legalidad paradescribir a la rama econmica.

    En otras palabras, no se describe a la legalidad segn rama o localizacin 32, nitampoco se describe a la rama mediante la localizacin33. Prcticamente, ellos determinaque las cifras exhibidas sean porcentajes columna o porcentajes fila34, segn sea el caso.

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    Tabla 3.Localizacin regional segn legalidad (%) de la frecuencia de huelgas,

    promedio de aos 1990-2009Localizacin regional Legal (%) Ilegal (%)

    I - De Tarapac 43,0 57,0

    II - De Antofagasta 37,7 62,3

    III - De Atacama 51,0 49,0

    IV - De Coquimbo 35,1 64,9

    V - De Valparaso 32,6 67,4

    VI - Del Lib. Gral. B. O'Higgins 56,0 44,0VII - Del Maule 57,2 42,8

    VIII - Del Bo-Bo 55,6 44,4

    IX - De La Araucana 46,0 54,0

    X - De Los Lagos 32,7 67,3

    XI - Del Gral. Carlos Ibez del C. 22,6 77,4

    XII - De Magallanes y la Antrtica Ch. 21,5 78,5

    RM - Metropolitana 71,9 28,1

    Promedio: 43,3 56,7

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y ordenamiento nuestro.

    Agrupando las regiones, podemos ver que existe un grupo dominantemente ilegalcompuesto por seis regiones (todas de ciudades intermedias como unidades mximas):Antofagasta, Coquimbo, Valparaso, Los Lagos, General Carlos Ibez y Magallanes.Luego, un grupo de relativo equilibrio entre legalidad e ilegalidad, compuesto por seisregiones (donde estn aquellas de las dos grandes ciudades que le siguen a Santiago):Tarapac, Atacama, Lib. Gral. B. OHiggins, Maule, Bo-Bo y Araucana. Y esto genera,

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    II - De Antofagasta 3,9 96,1

    III - De Atacama 18,1 81,9

    IV - De Coquimbo 7,3 92,7V - De Valparaso 6,8 93,2

    VI - Del Lib. Gral. B. O'Higgins 27,8 72,2

    VII - Del Maule 35,3 64,7

    VIII - Del Bo-Bo 19,3 80,7

    IX - De La Araucana 24,3 75,7

    X - De Los Lagos 0,7 99,3

    XI - Del Gral. Carlos Ibez del C. 31,2 68,8

    XII - De Magallanes y la Antrtica Ch. 9,6 90,4

    RM - Metropolitana 18,1 81,9

    Promedio: 15,7 84,3

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y ordenamiento nuestro.

    Esta Tabla y la anterior resuelven algo respecto a la Hiptesis 3: efectivamente, lahuelga ilegal tiene una hegemona indiscutida fuera de la RM y relativa dentro de ella.Nuevamente, la ilegalidad en las masas movilizadas es mayor que la ilegalidad en

    las huelgas, precisamente porque las huelgas ilegales son ms masivas que las legales, y nopor una frecuencia desbalanceada entre ambas necesariamente. Esto provoca, asimismo,que la Regin Metropolitana ya no destaque en trminos de huelgas legales, como vimosanteriormente. Y ello adems permite concluir algo muy particular de esta Regin, segnderivamos del cambio tan significativo de su carcter entre uno y otro eje; al parecer, una

    caracterstica muy profundizada aqu en comparacin a las otras regiones: que las huelgaslegales en aquella Regin son muy numerosas pero muy diminutas a la vez, mientras quelas ilegales, son pocas pero muy convocantes; cuestin que sucede a nivel nacional, pero

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    Un anlisis nunca realizado en la literatura sindical chilena ha sido el observar la huelga,sea mediante su masa o sea mediante su cantidad de eventos, segn en qu sectoreconmico acaece en relacin a una localizacin determinada.

    Para ejecutar este anlisis, hemos excluido del mismo, en esta ocasin, lainformacin de paros nacionales, por ser huelgas multi-sectoriales; as como las huelgasmulti-regionales, por lo mismo. Algo que cada vez se presentar ms frecuentemente enel mundo del trabajo, de estar inserto el factor sindical.

    La estadstica es la siguiente:

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    Tabla 5.

    Localizacin regional segn rama de actividad econmica (%) de la frecuencia de huelgas, promedio de aos 1990-2009

    Agricultu

    ra

    Minera

    Industria

    Manufactu

    rera

    Electricid

    ad,

    AguayServicios

    Sanitarios

    Construcc

    in

    Comercio

    Transportey

    Comunicaciones

    Bancosy

    Servicio

    s

    Financier

    os

    GobiernoCe

    ntral,

    Regionaly

    Municipal

    Educacin

    (privada,pu

    blica

    ymunicipalizada)

    Salud(priv

    ada,

    pblica

    y

    municipaliz

    ada)

    ServiciosSociales

    ypersona

    les

    Total

    (% y N)

    I - De Tarapac 0,8 10,7 19,8 1,2 6,2 3,7 22,6 9,9 5,3 6,2 8,2 5,3 100%

    243

    II - De

    Antofagasta

    0,7 20,1 7,6 1,0 19,7 3,6 12,8 6,9 3,6 9,2 12,5 2,3 100%

    304

    III - De Atacama 8,3 31,3 8,3 2,1 12,5 2,1 7,3 7,3 5,2 5,2 4,2 6,3 100%

    96

    IV - DeCoquimbo

    6,1 12,2 15,6 0,7 20,4 2,7 14,3 6,1 3,4 9,5 2,7 6,1 100%

    147

    V- De

    Valparaso

    2,6 6,2 13,9 1,9 15,1 5,0 23,1 3,1 4,3 9,1 11,2 4,5 100%

    581

    VI - Del Lib. Gral.B. O'Higgins

    12,7 6,7 15,3 0,0 20,0 8,0 4,7 11,3 0,7 8,7 7,3 4,7 100%

    150

    VII - Del Maule 19,6 1,3 28,5 2,5 9,5 6,3 9,5 3,2 2,5 7,6 3,2 6,3 100%

    158

    VIII - Del Bio

    Bio

    7,0 4,7 39,2 2,3 7,8 3,8 10,6 3,7 1,2 12,1 5,0 2,7 100%

    602

    IX- De La

    Araucana

    8,0 1,0 23,0 1,0 14,0 5,0 8,0 3,0 5,0 11,0 5,0 16,0 100%

    100

    X - De LosLagos 5,7 1,3 24,7 1,8 4,1 2,8 12,6 3,9 10,8 13,9 13,4 4,9 100%388

    XI - Del Gral.Carlos I. del C.

    13,5 5,8 15,4 3,8 21,2 1,9 5,8 5,8 13,5 5,8 7,7 0,0 100%

    52

    XII De Magall.

    y la Antrtica Ch.

    9,0 6,4 9,0 2,6 7,7 3,8 12,8 5,1 11,5 20,5 7,7 3,8 100%

    78

    RM -

    Metroplitana

    1,3 0,5 41,6 0,8 3,6 7,4 9,6 8,0 1,8 13,3 6,8 5,2 100%

    2308

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y ordenamiento nuestro (variable localizacin) y consolidacin nuestra (variable rama

    econmica, aos 2005-2009).

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    A fin de facilitar la lectura de la estadstica, hemos destacado con color o tonalidadgris aqul cuadro de porcentaje (o sea, aquella rama econmica) ms preponderante porcada regin enlistada.

    Como vemos, en las acciones de huelga destacan acumuladamente slo cuatroramas entre todas las existentes (cinco, contabilizando el caso aislado de Educacin en laRegin de Magallanes), en relacin a la localizacin geogrfica. Y, a su vez, suelenencontrarse ciertos casos acumulados o concentrados en zonas de localizacin inter-regionales.

    Un primer cmulo se observa en el Norte, con la Minera hegemonizando laactividad en las regiones De Antofagasta y De Atacama. Y un segundo cmulo lo

    encontramos en el sur, destacando la Industria en una concentracin de cuatro regiones, queson Del Maule, Del Bo-Bo, De La Araucana y De Los Lagos, constituyendo un ampliocomplejo (y el cual no es limtrofe con la Regin Metropolitana: el 5to caso donde laIndustria se despliega por sobre las dems y con el porcentaje ms amplio de la serie).

    La rama de Construccin destaca en tres ocasiones, en regiones separadas entre s.Y luego destaca Transportes y Comunicaciones, en el extremo norte con la Regin deAtacama y en el centro con la Regin de Valparaso, justamente lugares estratgicos enrelacin a la circulacin mercantil por el transporte y/o los puertos costeros.

    Ahora, el mismo ejercicio pero con las masas trabajadoras a la base del clculo, esel siguiente:

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    Tabla 6.

    Localizacin regional segn rama de actividad econmica (%) de los TC, promedio de aos 1990-2009

    Agricultu

    ra

    Minera

    Industria

    Manufactu

    rera

    Electricid

    ad,

    AguayServicios

    Sanitarios

    Construcc

    in

    Comercio

    Transportey

    Comunicaciones

    Bancos

    y

    Servicio

    s

    Financieros

    GobiernoCe

    ntral,

    Regionaly

    Municip

    al

    Educacin

    (privada,pu

    blica

    ymunicipalizada)

    Salud(priv

    ada,

    pblica

    y

    municipaliz

    ada)

    ServiciosSo

    ciales

    ypersona

    les

    Total

    (% y N)

    I - De Tarapac 0,1 0,5 0,6 0,3 0,4 0,0 1,8 0,3 60,4 16,8 18,5 0,3 100%

    872.946

    II - De

    Antofagasta

    0,0 5,7 0,3 0,0 2,5 0,0 5,8 0,2 6,7 38,2 40,4 0,1 100%

    863.467

    III - De Atacama 6,8 18,8 2,1 0,6 9,9 0,3 10,6 0,7 44,5 2,0 0,8 3,0 100%

    49.881

    IV - De

    Coquimbo

    0,7 4,6 4,4 0,2 3,1 0,2 3,1 1,1 68,5 11,6 1,7 0,7 100%

    82.243

    V- De

    Valparaso

    0,3 4,4 4,0 1,3 5,4 2,2 18,6 0,5 31,0 11,1 20,2 1,0 100%

    270.966

    VI - Del Lib. Gral.B. O'Higgins

    2,3 14,6 13,4 0,0 55,9 1,2 1,0 4,8 0,2 2,7 1,7 2,3 100%

    53.774

    VII - Del Maule 17,6 3,6 21,5 3,5 17,9 3,0 8,2 2,4 1,4 12,6 3,7 4,6 100%

    16.290

    VIII - Del Bio

    Bio

    3,3 12,4 26,3 3,0 2,6 0,8 13,8 0,8 2,4 31,4 2,6 0,5 100%

    246.295

    IX- De La

    Araucana

    24,4 0,3 19,7 1,3 23,5 3,3 5,0 0,6 5,1 9,0 3,7 4,1 100%

    14.300

    X - De LosLagos 0,2 1,1 0,8 0,3 0,0 0,0 11,4 0,8 53,1 19,8 11,8 0,8 100%2.351.382

    XI - Del Gral.Carlos I. del C.

    19,1 11,6 15,5 3,6 9,2 0,6 5,2 12,2 12,9 4,5 5,7 0,0 100%

    5.454

    XII De Magall.

    y la Antrtica Ch.

    1,7 13,0 4,6 0,9 5,6 0,9 9,2 0,9 21,8 35,8 3,5 2,1 100%

    20.788

    RM -

    Metroplitana

    0,3 0,1 11,1 0,7 1,8 2,0 10,9 3,5 46,9 6,3 12,1 4,2 100%

    1.043.788

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y ordenamiento nuestro (variable localizacin) y consolidacin nuestra (variable rama

    econmica, aos 2005-2009).

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    Como podra haberse esperado, el cuadro cambia por completo. Como eraprevisible, dos ramas se apoderan de la situacin claramente: Gobierno por lejos y luegoEducacin. Las otras destacadas restantes son en general casos ms aislados; aunque sonimportantes Salud, por su elevado porcentaje en Antofagasta; la Construccin, por mismarazn, en Libertador General Bernardo OHiggins; la Industria, en la Regin del Maule; yla Agricultura, relevante con dos casos en la zona sur y con alta potencia (entre 1 quinto y 1cuarto de la masa).

    Ahora, como ya es un factor instalado la masividad en los tres sectores de Gobierno,Educacin y Salud -sobre todo en las coyunturas ms recientes, como ya hemosmencionado-, sucede que en aquellas regiones donde predominan stos, es bueno observar

    tambin qu ramas son hegemnicas a continuacin de stas, de haber. O sea, qu ramasson secundarias pero destacadas.As, por ejemplo, en la Regin Metropolitana no sigue ninguna rama hegemnica

    entre las restantes, lo que reafirma la potencia total de los empleados pblicos all36. Sucedeigual en Coquimbo (donde Gobierno es seguido, de lejos, por Educacin, nuevamente).Pero no es el comportamiento de otros casos, menos concentrados en trminos de ramas. Enla Regin del Bo-Bo, por ejemplo, claramente una rama hegemnica entre las siguienteses la Industria, y con un porcentaje cercano a la rama preponderante; as como en Atacama

    lo es la Minera; en la Araucana es la Construccin, con un porcentaje casi igual al de larama dominante, siendo slo una diferencia prcticamente formal entre ambas; y en laRegin del Maule destaquen por igual la Construccin y la Agricultura, detrs de la ramadominante.

    En muchas regiones eso s, recurdese, la rama hegemnica, directa oindirectamente de empleados pblicos, es seguida por otra de estas mismas tres ramaspreponderantes a nivel de periodo. Es el caso de las regiones de Tarapac, Antofagasta, oValparaso.

    4.3. Rama de actividad econmica y legalidad

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    Comercio 82,6 17,4

    Transporte y Comunicaciones 31,0 69,0

    Bancos y Servicios Financieros 79,4 20,6

    Gobierno Central, Regional y Municipal 1,5 98,5

    Educacin (privada, publica y municipalizada) 51,1 48,9

    Salud (privada, pblica y municipalizada) 14,4 85,6

    Servicios Sociales y personales 54,2 45,8

    Promedio: 47,6 52,4

    Fuente: elaboracin en base a Armstrong y consolidacin nuestra (aos 2005-2009).

    Las ramas con mayor propensin a la legalidad de sus huelgas son, de mayor amenor: (i) el Comercio, (ii) la Industria manufacturera, (iii) los Bancos y serviciosfinancieros y (iv) la Agricultura. Al revs, las ramas con mayor propensin a la ilegalidadde sus huelgas son, de las ms ilegal a la menos: (i) Salud (privada, pblica ymunicipalizada), (ii) Construccin, (iii) Electricidad, agua y servicios sanitarios y (iv)Transporte y comunicaciones. Y las ramas con mayor equilibrio entre legalidad e ilegalidadson: (i) la Educacin (privada, pblica y municipalizada), (ii) los Servicios sociales y

    personales y finalmente (iii) la Minera.No hay ninguna analoga con las categoras sectoriales ofrecidas en el marcoterico: legalidad e ilegalida