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54 LUNES 31/10/2005 ABC Cultura y espectáculos BERLÍN. Ken Follet ha he- cho el cálculo sin ambages y así lo cuenta: «Una buena no- vela necesita entre 50 y 100 escenas álgidas» y él se pone a ello, las busca y las va con- tabilizando a medida que es- cribe. En «Orgullo y prejui- cio», de Jane Austen, recuer- da Follet que habría 61 pun- tos dramáticos y todo a par- tir de una idea simple pero llena de posibilidades: cinco hijas en una casa y llega un vecino muy rico. «Cuando me asalta una idea intere- sante, me pregunto: ¿me da- rá al menos 50 escenas dra- máticas?» y sólo entonces se pone a estudiar las posibili- dades de los personajes a fin de ver sus complejidades. Follet siempre leyó «mu- chísimo, mis padres no que- rían televisor» y una noti- cia, un comentario puede lanzarle tras una idea. Pero en Fráncfort contó que ha- bía abandonado, por ejem- plo, su proyecto de «Country Risk», en el que aventuraba cómo el KGB se hacía con un banco en Londres para hun- dir financieramente el siste- ma. «Después de un tiempo vi que no funcionaría, que no te clavaría en el sillón has- ta el final y lo deseché». Aho- ra ha escrito «White house», sobre un virus letal que al- canza a una familia reunida y aislada en el invierno para celebrar la Navidad. «La fa- milia es un clásico lleno de relaciones, todo lector pue- de identificarse y el peligro parece más preocupante». El héroe de la trama es la madre. Fo- llet no quería «que el culmen fueran una pelea entre dos tíos» y admite que «las mujeres quieren caracteres femeni- nos grandes; el personaje femenino en este caso es más interesante, tanto co- mercial como literariamente: son capa- ces del éxito y la vulnerabilidad». El au- tor de «Alto riesgo» necesita dos años para un libro, en su caso sinónimo de best-séller: «Un año para planificarlo y otro para escribirlo», que en realidad son seis meses y otros seis de relectura. «Todo es muy estructurado, siempre me siento a escribir, la inspiración ya vendrá. Y con el ordenador siempre pue- do cambiarlo o borrarlo». Será esque- mático, pero el autor de «Los pilares de la tierra» se trabaja a fondo sus temas. Eduardo Mendoza cree, sin embar- go, que para tanto análisis dramático «la verdad es que podía escribir algo mejor». En todo caso, «cada cuál tiene su receta» y el escritor Josep Maria Es- pinas comentó que su único método es el folio y la Olivetti; citó incluso a otro escritor, «que escribía con dos Olivet- tis, una para la narración y otra para las notas». Mendoza habló con este dia- rio sobre cómo toda novela empieza con el Quijote: «La pareja, la historia itinerante, personajes con memoria y que acusan una evolución, acumulan experiencia y enseñanzas», esto no exis- tía antes de Cervantes. El corresponsal del «Frankfurter Allgemeine», Paul In- gendaay, autor de «Guía de uso para Es- paña» y que ha concluido su primera novela, señaló una evolución hacia «un donquijotismo en Sancho y un sancho- pancismo en don Quijote» y Mendoza recordó que, «como en un matrimonio, al final uno no se distingue del otro». De la Biblia a «La Odisea» Margaret Atwood había sugerido horas antes que la primera novela sería «La Odisea», pero Mendoza, que entregará en 2006 su nuevo libro a Seix Barral, ve que hoy «podemos leer algunas obras precervantinas como novelas», pero en realidad son adaptaciones al formato o incluso «poesía traducida como prosa», como sucedería a veces con la Biblia. El israelí David Grossman dice que la Bi- blia habría que leerla «a la manera ju- día» y es «sobre ella y con una gruesa lupa», porque cada línea y personaje, y él acaba de escribir sobre Sansón, «tie- nen otras lecturas e historias dentro. Sansón no es el poderoso, sino aquél que no sabe qué hacer con su poder». En un ágil coloquio organizado por el Cervantes en Fráncfort sobre la ironía y el Quijote, con el corresponsal cultural del «Frankfurter Allgemeine», Paul In- gendaay, Mendoza adujo que el Quijote sería «para leer a los 40 años» y, después de que Flaubert lo leyera con cinco, le salió una «Bovary» que sería «un Quijo- te en trágico». Con el Cervantes por pri- mera vez en Fráncfort, vinieron a una lectura cruzada de traducciones Clara Janés y el alemán Gerhard Falkner. El poema que tradujo era de gran compleji- dad de juegos y planos, pero «ser poeta da una sensibilidad especial, trabajas la palabra de manera múltiple, en su melo- día, sentido, acento, colocación». Dice que, tras leer al sufí Hafez, el que tradu- Hay escritores más sensibles a los flashes, otros al olor del papel: brillantes, ausentes, amasadores de palabras, con y sin receta. En la recién clausurada Feria de Fráncfort nos hemos topado con algunos, que cuentan sus secretos a la hora de ponerse a escribir Maneras de mirar el folio YOLANDA CARDO Ken Follet TEXTO: RAMIRO VILLAPADIERNA CORRESPONSAL ANDRÉS FERNÁNDEZ Eduardo Mendoza AP Margaret Atwood

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pancismo en don Quijote» y Mendoza recordó que, «como en un matrimonio, al final uno no se distingue del otro». Eduardo Mendoza 54 Margaret Atwood TEXTO: RAMIRO VILLAPADIERNA CORRESPONSAL Ken Follet De la Biblia a «La Odisea» YOLANDA CARDO ANDRÉS FERNÁNDEZ AP

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LUNES 31/10/2005 ABC

Cultura y espectáculos

BERLÍN. Ken Follet ha he-cho el cálculo sin ambages yasí lo cuenta:«Una buenano-vela necesita entre 50 y 100escenas álgidas» y él se ponea ello, las busca y las va con-tabilizando a medida que es-cribe. En «Orgullo y prejui-cio»,de JaneAusten, recuer-da Follet que habría 61 pun-tos dramáticos y todo a par-tir de una idea simple perollena de posibilidades: cincohijas en una casa y llega unvecino muy rico. «Cuandome asalta una idea intere-sante, me pregunto: ¿me da-rá al menos 50 escenas dra-máticas?» y sólo entonces sepone a estudiar las posibili-dades de los personajes a finde ver sus complejidades.

Follet siempre leyó «mu-chísimo, mis padres no que-rían televisor» y una noti-cia, un comentario puedelanzarle tras una idea. Peroen Fráncfort contó que ha-bía abandonado, por ejem-plo, su proyecto de «CountryRisk», en el que aventurabacómo el KGB se hacía con unbanco en Londres para hun-dir financieramente el siste-ma. «Después de un tiempovi que no funcionaría, quenoteclavaríaenelsillónhas-ta el final y lo deseché». Aho-ra ha escrito «White house»,sobre un virus letal que al-canza a una familia reuniday aislada en el invierno paracelebrar la Navidad. «La fa-milia es un clásico lleno derelaciones, todo lector pue-de identificarse y el peligroparece más preocupante».

El héroe de la trama es la madre. Fo-llet no quería «que el culmen fueranuna pelea entre dos tíos» y admite que«las mujeres quieren caracteres femeni-nos grandes; el personaje femenino eneste caso es más interesante, tanto co-mercial como literariamente: son capa-ces del éxito y la vulnerabilidad». El au-tor de «Alto riesgo» necesita dos añospara un libro, en su caso sinónimo debest-séller: «Un año para planificarlo yotro para escribirlo», que en realidadson seis meses y otros seis de relectura.«Todo es muy estructurado, siempreme siento a escribir, la inspiración yavendrá. Ycon el ordenador siempre pue-do cambiarlo o borrarlo». Será esque-mático, pero el autor de «Los pilares dela tierra» se trabaja a fondo sus temas.

Eduardo Mendoza cree, sin embar-

go, que para tanto análisis dramático«la verdad es que podía escribir algomejor». En todo caso, «cada cuál tienesu receta» y el escritor Josep Maria Es-pinas comentó que su único método esel folio y la Olivetti; citó incluso a otroescritor, «que escribía con dos Olivet-tis, una para la narración y otra paralas notas». Mendoza habló con este dia-rio sobre cómo toda novela empiezacon el Quijote: «La pareja, la historiaitinerante, personajes con memoria yque acusan una evolución, acumulanexperiencia y enseñanzas», esto no exis-tía antes de Cervantes. El corresponsaldel «Frankfurter Allgemeine», Paul In-gendaay, autor de «Guía de uso para Es-paña» y que ha concluido su primeranovela, señaló una evolución hacia «undonquijotismo en Sancho y un sancho-

pancismo en don Quijote» y Mendozarecordó que, «como en un matrimonio,al final uno no se distingue del otro».

De la Biblia a «La Odisea»Margaret Atwood había sugerido horasantes que la primera novela sería «LaOdisea», pero Mendoza, que entregaráen 2006 su nuevo libro a Seix Barral, veque hoy «podemos leer algunas obrasprecervantinas como novelas», pero enrealidad son adaptaciones al formato oincluso «poesía traducida como prosa»,como sucedería a veces con la Biblia. Elisraelí David Grossman dice que la Bi-blia habría que leerla «a la manera ju-día» y es «sobre ella y con una gruesalupa», porque cada línea y personaje, yél acaba de escribir sobre Sansón, «tie-nen otras lecturas e historias dentro.

Sansón no es el poderoso, sino aquél queno sabe qué hacer con su poder».

En un ágil coloquio organizado por elCervantes en Fráncfort sobre la ironía yel Quijote, con el corresponsal culturaldel «Frankfurter Allgemeine», Paul In-gendaay, Mendoza adujo que el Quijotesería «para leer a los 40 años» y, despuésde que Flaubert lo leyera con cinco, lesalió una «Bovary» que sería «un Quijo-te en trágico». Con el Cervantes por pri-mera vez en Fráncfort, vinieron a unalectura cruzada de traducciones ClaraJanés y el alemán Gerhard Falkner. Elpoema que tradujo era de gran compleji-dad de juegos y planos, pero «ser poetada una sensibilidad especial, trabajas lapalabra de manera múltiple, en su melo-día, sentido, acento, colocación». Diceque, tras leer al sufí Hafez, el que tradu-

Hay escritores más sensibles a los flashes, otros al olor del papel: brillantes, ausentes, amasadores de palabras, con y sin

receta. En la recién clausurada Feria de Fráncfort nos hemos topado con algunos, que cuentan sus secretos a la hora de ponerse a escribir

Maneras demirar el folio

YOLANDA CARDOKen Follet

TEXTO: RAMIRO VILLAPADIERNA CORRESPONSAL

ANDRÉS FERNÁNDEZEduardo Mendoza

APMargaret Atwood

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jo Goethe para su «Diván Este-Oeste», selee Góngora de otra manera. Falkner ledijo que casi se expresaba mejor su poe-ma en español que en alemán. «Hago untrabajo de filigrana. Y aprendo muchísi-mo», dice esta «enamorada del texto».

Como con la música unos admiten fa-cilidad para arreglar textos, otros paracrearlos y aun otros para traducirlos:Janés necesita cinco horas para 20 ver-sos y, como con Seifert, a veces traduce600 poemas para elegir 150. «Yo voy alconjunto del poema y a la actitud del au-tor, necesito encontrar su música», dicela autora, que lleva traducción y crea-ción a más de sus distintos idiomas, avarias manos y en paralelo: «Nunca de-jo de escribir». La poeta ha escrito déca-das después en «La voz de Ofelia» su ilu-minador encuentro en Praga con Vladi-mír Holan, cuando éste diría que la ha-bía presentido en un poema. Pero, pesea lo que significó Holan, «es mi granmaestro, el único que me ha influido»,Janés no se para en su búsqueda: «Lle-vo un diario siempre con ideas, del quetiro cuando estoy en blanco». Ahora es-tá tras Johannes Bobrowski desde quelo leyó en «Poesía de Oriente y del Medi-terráneo» y que la tiene revolucionada.

Sesiones estérilesLa canadienseMargaret Atwoodcomen-tóal presentar su visión dePenélope, pa-ra la serie de «Grandes Mitos» revisita-dos, sus sesiones estériles ante el folioen blanco y «de repente la idea cristalizay la historia empieza a salir sola, natu-ralmente ya la tenías dentro», pero hayque dar con la llave con que abrirle lapuerta. Rafael Ábalos, el sorprendenteinspirador de ese próximo héroe juve-nil llamado «Grimpow», escribe lineal-mente: «Bueno, sabía dónde quería em-pezar y dónde terminar», porque laaventura que tanto ha interesado a edi-tores extranjeros en Fráncfort «no esuna historia fantástica, sucede en un lu-gar y un tiempo concretos de Europa».

También sabía que quería recuperarla sabiduría de la alquimia y se prepa-ró con lecturas apropiadas sobre la cri-sopeya y la cábala. Hizo un viaje en ve-rano por aquel territorio de la antiguaBorgoña y recorrió castillos y monaste-rios, como si fuera su propio personaje,ese muchacho que en 1313 encuentraun cadáver misterioso, en una monta-ña de los Alpes. Cuando concluyó el via-je, el abogado malagueño, tras un jui-cio sobre un automóvil que había cho-cado contra un cochecito teledirigido,se sentó a la máquina y, «sin esquemaalguno», en cuatro meses tenía su nove-la de 550 páginas. Y ahora, además, unadocena de editoriales en el extranjero.

«Lovy», el primer musical español,cumple 25 años; sus creadores eintérpretes se han reunido de nuevo

Luz Casal, que inicia una gira porEE.UU., México y Marruecos, presentóen Málaga su último disco

JOSÉ LUIS DE HAROSERVICIO ESPECIALNUEVA YORK. La primera retrospec-tiva en Estados Unidos del trabajo delrenacentista italiano Fra Angelico, yla primera gran presentación de la to-talidad de su trabajo en el mundo des-de hace más de medio siglo, se acabade inaugurar en el Metropolitan Mu-seum de Nueva York. Más de cincuen-ta instituciones públicas y privadasde Europa y EE.UU. han participadoen la creación de esta indispensableexhibición, que conmemora el 550aniversario de la muerte del artista.Bajo el título «Fra Angelico», la mues-tra reúne un total de 75 pinturas, dibu-jos y manuscritos, que resumen a laperfección la genialidad del beatifica-do pintor italiano.

Además, al trabajo de Fra Angelicose unen 45 obras pertenecientes a susasistentes y sus más fervientes segui-dores. Entre ellos, Battista di BiagioSanguigni, el primer colaborador delque se tiene conocimiento, así comoZanobi Strozzi, que trabajó con FraAngelico intermitentemente durantedos décadas.

Sofisticación técnicaLa retrospectiva del Metropolitan,que podrá visitarse hasta el 29 de ene-ro, cuenta con importantes ganchospara atraer a los admiradores del ar-te renacentista italiano, ya que el mu-seo cuenta con nuevas obras del pin-tor, además de nuevas atribuciones.Estas obras, nunca antes expuestasal público, se unen a series recons-truidas de sus pinturas, algunas deellas reunidas en una misma mues-tra por primera vez.

El propio director del Met, Philip-pe de Montebello, destaca que «la so-fistificación técnica de la mente y elpincel de Fra Angelico fueron las ca-racterísticas que le apartaron deotros artistas italianos del Renaci-miento. Esta exhibición ilustra lasiempre interminable y fértil mentedel artista, así como su gran influen-cia en la segunda mitad del siglo XV».

El trabajo de Fra Angelico(1390/5-1455) es conocido gracias a losfrescos creados en las celdas del con-vento de San Marco en Florencia, asícomo sus numerosos paneles para losaltares, demasiado grandes para sertransportados con seguridad. Por esoel Metropolitan ha preferido reuniruna completa selección de sus traba-

jos a menor escala presentando el de-sarrollo completo de su genialidad alo largo de toda su carrera.

La muestra exhibe en orden crono-lógico el total de las obras atribuidasal artista. La primera década de suspinturas, hasta el año 1422, se puedeanalizar en un grupo de 17 dibujos ypinturas, que pertenecen a dos pane-les recientemente descubiertos. Es-tas obras podrían formar parte deuno de sus primeros encargos comoartista independiente para el altarmayor del convento de San Domeni-co in Fiesole.

La siguiente etapa está representa-da por 34 trabajos sobre tabla, papel opergamino, que reflejan cómo Fra An-gelico fue ganando importancia y re-

conocimiento en Florencia. Se mues-tran además los paneles de un monu-mental tríptico, que está dividido ac-tualmente entre los museos de Múni-ch, Londres y Parma, así como oncepaneles de un retablo elaborado parala capilla de la familia Da Filicaia, enla iglesia de la Santa Cruz. El recorri-do por la carrera del artista concluyecon una veintena de sus mejores pin-turas, elaboradas en su etapa de ple-na madurez, con varios fragmentosdel retablo creado para el conventode San Marco, así como con su últimotrabajo, una imagen de la Cruci-fixión, obra destinada al cardenal es-pañol Juan de Torquemada.

La exposición ha sido posible gra-cias al trabajo de la Homeland Foun-dation, apoyada por el Consejo Fede-ral de las Artes y Humanidades, y haestado dirigida por Laurence B. Kan-ter, supervisor de la colección Leh-man. El museo ha organizado una se-rie de programas educativos en con-junción con la muestra: lecturas, colo-quios públicos y talleres para profeso-res de arte.

AFP«Dieciocho beatos de la Orden de los Dominicos», de Fra Angelico

� La primera retrospectiva delpintor en Estados Unidos exhibetambién 45 obras realizadas porsus asistentes y sus más fervien-tes seguidores

«De repente la ideacristaliza y la historiasale sola, pero ya la teníasdentro», dice Atwood

Más de cincuentainstituciones públicasy privadas de Europa yEE.UU. han participadoen la exposición

«Una buena novelanecesita entre 50 y 100escenas álgidas»,comenta Ken Follet

Una gran retrospectiva de Fra Angelicocelebra el 550 aniversario de sumuerteEl Metropolitan reúne 75 pinturas, dibujos y manuscritos del maestro