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Día de oración por los pueblos indígenas. Carta de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Concepción Fecha: Domingo 31 de Agosto de 1997 Pais: Chile Ciudad: Temuco Autor: Obispos de la Provincia Eclesiástica de Concepción 1. Hoy, en todo Chile se hace Oración por los Pueblos Indígenas. La Iglesia reconoce y aprecia su identidad cultural, lamenta que su desarrollo ha quedado históricamente dañado y anhela que toda la Comunidad Nacional tome conciencia que queda mucho por hacer para que en pleno respeto a sus identidades y culturas dispongan estos pueblos de los medios indispensables para ofrecer a las nuevas generaciones condiciones de vida digna. Hemos sido llamados para formar un solo Cuerpo (Col. 3,15). En Cristo hemos sido elegidos hijos de Dios. 2. Nuestras Iglesias Diocesanas ven como un hecho positivo el camino realizado por el país para el reconocimiento jurídico de los pueblos aborígenes e invita a las comunidades cristianas a tomar mayor conciencia de los derechos y de los aportes de los hermanos indígenas al bien común de la Nación. El Papa Juan Pablo Segundo dijo en Temuco: "Por encima de cualquier diferencia étnica o cultural, todos somos hijos de Dios". Por eso los mapuches, así como los huilliches y pehuenches, deben conservar con sano orgullo la cultura de sus pueblos: las tradiciones y costumbres, el idioma y los valores propios. Al hacerlo, decía el Papa, "no sólo ejercéis un derecho, sino que cumplís también un deber: el deber de transmitir vuestra cultura a las generaciones venideras, enriqueciendo, de este modo, a toda la nación chilena..." (Discurso. Temuco, nn. 1 2). 3. Esta jornada de oración para pedir a Dios las Gracias que necesitamos para asumir un compromiso serio en favor de esta noble causa, en el presente año adquiere una especial significación. Con esta carta queremos recordar a todos los creyentes que nuestra fe en Dios, Creador y Padre de todos los pueblos y culturas, nos llama a sentirnos solidarios y responsables de nuestros hermanos mapuches, huilliches y pehuenches, y a esforzamos seriamente para encontrar justa solución a los desafíos que amenazan la paz y la concordia de la convivencia nacional. 4. No es primera vez que los Obispos del Sur escribimos una carta colectiva sobre el tema indígena. Siguiendo el ejemplo de los Sumos Pontífices en los últimos decenios, y nuestros hermanos Obispos del Continente, lo hacemos también en esta oportunidad llamando a la reflexión, la oración y el cambio de vida. 5. A la luz de su doctrina la Iglesia sostiene que dentro de una misma nación, pueden existir pueblos con propia identidad cultural a los cuales se les debe reconocer derechos especiales. Ya el Papa Pío XII decía: "Cuanto más a conciencia respete la autoridad competente del Estado los derechos de las minorías étnicas, con tanta mayor eficacia podrá exigir a los demás ciudadanos el leal cumplimiento de los deberes civiles comunes" (Nell Alba, 20, 1942). 6. Por ello, en mayo de 1979, junto con recordar la doctrina de la justicia debida a los pueblos originarios, propusimos el desarrollo de una pastoral específica para el pueblo mapuche. 7. En 1991, cuando estaba próxima la promulgación de la actual ley, hemos escrito en una nueva carta diciendo: "Los Pueblos Indígenas aguardan una nueva legislación. Compartimos con ellos sus legítimos anhelos de mayor justicia y respeto". En especial "que se reconozca en la letra y en el espíritu la existencia real del pueblo mapuche con su propia identidad"; "que los planes de desarrollo económico de la Región se armonicen con la especial valoración cultural que tiene la tierra para este pueblo"; "que se le reconozca el derecho a tomar parte en las decisiones que les afectan". 8. Hoy, cuando surgen conflictos causados por las conveniencias del desarrollo económico de nuestra nación y los

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Día de oración por los pueblos indígenas. Carta de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Concepción

Fecha: Domingo 31 de Agosto de 1997Pais: ChileCiudad: TemucoAutor: Obispos de la Provincia Eclesiástica de Concepción

1. Hoy, en todo Chile se hace Oración por los Pueblos Indígenas. La Iglesia reconoce y aprecia su identidad cultural, lamenta que su desarrollo ha quedado históricamente dañado y anhela que toda la Comunidad Nacional tome conciencia que queda mucho por hacer para que en pleno respeto a sus identidades y culturas dispongan estos pueblos de los medios indispensables para ofrecer a las nuevas generaciones condiciones de vida digna. Hemos sido llamados para formar un solo Cuerpo (Col. 3,15). En Cristo hemos sido elegidos hijos de Dios.

2. Nuestras Iglesias Diocesanas ven como un hecho positivo el camino realizado por el país para el reconocimiento jurídico de los pueblos aborígenes e invita a las comunidades cristianas a tomar mayor conciencia de los derechos y de los aportes de los hermanos indígenas al bien común de la Nación. El Papa Juan Pablo Segundo dijo en Temuco: "Por encima de cualquier diferencia étnica o cultural, todos somos hijos de Dios". Por eso los mapuches, así como los huilliches y pehuenches, deben conservar con sano orgullo la cultura de sus pueblos: las tradiciones y costumbres, el idioma y los valores propios. Al hacerlo, decía el Papa, "no sólo ejercéis un derecho, sino que cumplís también un deber: el deber de transmitir vuestra cultura a las generaciones venideras, enriqueciendo, de este modo, a toda la nación chilena..." (Discurso. Temuco, nn. 1 2).

3. Esta jornada de oración para pedir a Dios las Gracias que necesitamos para asumir un compromiso serio en favor de esta noble causa, en el presente año adquiere una especial significación. Con esta carta queremos recordar a todos los creyentes que nuestra fe en Dios, Creador y Padre de todos los pueblos y culturas, nos llama a sentirnos solidarios y responsables de nuestros hermanos mapuches, huilliches y pehuenches, y a esforzamos seriamente para encontrar justa solución a los desafíos que amenazan la paz y la concordia de la convivencia nacional.

4. No es primera vez que los Obispos del Sur escribimos una carta colectiva sobre el tema indígena. Siguiendo el ejemplo de los Sumos Pontífices en los últimos decenios, y nuestros hermanos Obispos del Continente, lo hacemos también en esta oportunidad llamando a la reflexión, la oración y el cambio de vida.

5. A la luz de su doctrina la Iglesia sostiene que dentro de una misma nación, pueden existir pueblos con propia identidad cultural a los cuales se les debe reconocer derechos especiales. Ya el Papa Pío XII decía: "Cuanto más a conciencia respete la autoridad competente del Estado los derechos de las minorías étnicas, con tanta mayor eficacia podrá exigir a los demás ciudadanos el leal cumplimiento de los deberes civiles comunes" (Nell Alba, 20, 1942).

6. Por ello, en mayo de 1979, junto con recordar la doctrina de la justicia debida a los pueblos originarios, propusimos el desarrollo de una pastoral específica para el pueblo mapuche.

7. En 1991, cuando estaba próxima la promulgación de la actual ley, hemos escrito en una nueva carta diciendo: "Los Pueblos Indígenas aguardan una nueva legislación. Compartimos con ellos sus legítimos anhelos de mayor justicia y respeto". En especial "que se reconozca en la letra y en el espíritu la existencia real del pueblo mapuche con su propia identidad"; "que los planes de desarrollo económico de la Región se armonicen con la especial valoración cultural que tiene la tierra para este pueblo"; "que se le reconozca el derecho a tomar parte en las decisiones que les afectan".

8. Hoy, cuando surgen conflictos causados por las conveniencias del desarrollo económico de nuestra nación y los

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precisos derechos que ha establecido la Ley Indígena, queremos reiterar algunas reflexiones a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.

9. El verdadero desarrollo es un valor humano que involucra personas y pueblos en su ser y en su quehacer y no se expresa ni se agota en lo económico. Existen dinámicas y criterios distintos del desarrollo, determinados por las diversas culturas. Dice el Concilio: No le compete a la autoridad "determinar el carácter propio de cada cultura, sino el fomentar las condiciones y los medios para promover la vida cultural entre todos, aún dentro de las minorías de alguna nación" (G. et S. 59).

10. "La cultura porque dimana en forma inmediata de la naturaleza espiritual y social del hombre, tiene siempre necesidad de una justa libertad para desarrollarse y de una legítima autonomía en el obrar según sus propios principios. Tiene, por tanto, derecho al respeto y goza de una cierta inviolabilidad", "dentro de los límites del bien común" (G. et S. 59).

11. Debemos tener presente que los bienes materiales fueron entregados por Dios al dominio del hombre para la dignificación de todas las personas.

12. A la luz de estos principios reiteramos que reconocemos el valor que tiene la actual Ley Indígena que defiende la identidad cultural de los pueblos originarios de Chile y el derecho especial sobre sus tierras.

13. En el pasado la ocupación de la Araucanía se hizo bajo la bandera del progreso de la región. Hoy una mala solución a los conflictos entre proyectos de desarrollo económico como son las centrales hidroeléctricas, y las disposiciones de la Ley Indígena, pueden resultar nuevamente dañinas al verdadero desarrollo humano de las poblaciones originarias y, por lo tanto, dañinas a la convivencia nacional.

14. Más que confiar en el recurso a la fuerza o a los juicios legales, debemos buscar el camino del diálogo respetuoso que tenga en cuenta el espíritu de la Ley Indígena y sus disposiciones jurídicas, y otros intereses del país, buscando condiciones objetivamente justas. El diálogo es camino de dignidad y convergencia. Deseamos que nadie sea derrotado en estas negociaciones.

15. En esta Jornada de Oración por los Pueblos Indígenas de Chile, pidamos a Dios, Creador y Padre de todos los pueblos y de todas las culturas, que nos haga crecer, a todos los chilenos, en el respeto y el amor a todos los hermanos de los pueblos que han vivido en este territorio desde antes que se formara la conciencia nacional, y que bendiga todos los esfuerzos que se hacen por su auténtico desarrollo y el de la Nación que Dios nos ha dado en posesión común.

16. Los saludamos afectuosamente los pastores de las diócesis de los territorios de mapuches, pehuenches y huilliches.

Temuco, 31 de agosto de 1997

� ANTONIO MORENO CASAMITJANA, Arzobispo de Concepción

� FELIPE BACARREZA RODRÍGUEZ, Obispo Auxiliar de Concepción

� MIGUEL CAVIEDES MEDINA,Obispo de Los Angeles

� SERGIO CONTRERAS NAVIA,Obispo de Temuco

� JORGE HOURTON POISSON,Obispo Auxiliar de Temuco

� SIXTO PARZINGER FOIDL,

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Obispo Vicario de la Araucanía

� RICARDO EZZATI ANDRELLO, Obispo de Valdivia