4
«De acuerdo con la sana doctrina» Reflexión pastoral acerca de la sana doctrina cristiana HAROLD SEGURA San José, Costa Rica, abril 26 de 2014 La presente es una breve reflexión pastoral acerca de la sana doctrina. En ella se intenta responder a las preguntas: ¿qué es la doctrina? ¿cuál es su importancia? ¿cuál es su relación con la vida práctica? y ¿cómo la expresó Jesús? Esta reflexión es un resumen de una conferencia que el autor presentó a un grupo de pastores, pastoras y otros líderes de la Red El Camino para la Misión Integral , de Costa Rica (abril de 2006). 1. El apóstol Pablo pide que se defienda la sana doctrina y se actúe con madurez frente a las falsas enseñanzas. En Efesios 4:14, exhorta a no ser «…niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina, por los engaños de aquellos que emplean con astucia artimañas engañosas». También en 2 Tesalonicenses 2:15 dice: «Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y retengan la doctrina que personalmente y por carta les hemos enseñado». 2. Pero, ¿qué significa doctrina? Doctrina significa enseñanza. La palabra griega que usa el Nuevo Testamento es διδασκαλίᾳ (didaskalia), que se traduce como enseñanza. Este término es el mismo que se usa en Romanos 12:7: «si tenemos el don de la enseñanza, enseñemos». Entonces, «sana doctrina» es «sana enseñanza». 3. A través de la historia, la enseñanza y defensa de la sana doctrina ha sido un componente primordial del ministerio de la Iglesia. En muchos casos las doctrinas se ha expresado por medio de Credos, declaraciones de fe, catecismos y otros documentos eclesiásticos que resumen los enunciados de fe que creemos y que debemos defender. 4. Muchas veces limitamos la sana doctrina a una serie de declaraciones conceptuales de la fe, como la doctrina acerca de Cristo (cristología), la Iglesia (eclesiología), la salvación (sotereología), el Espíritu Santo (pneumatología), los últimos tiempos (escatología) y otras más. El error es pensar que si enunciamos de manera correcta estos grandes temas de la fe, ya aseguramos la sana doctrina. ¿Y dónde queda la práctica de los 1

"De Acuerdo Con La Sana Doctrina"

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: "De Acuerdo Con La Sana Doctrina"

«De acuerdo con la sana doctrina»Reflexión pastoral acerca de la sana doctrina cristiana

HAROLD SEGURASan José, Costa Rica, abril 26 de 2014

La presente es una breve reflexión pastoral acerca de la sana doctrina. En ella se intenta responder a las preguntas: ¿qué es la doctrina? ¿cuál es su importancia? ¿cuál es su relación con la vida práctica? y ¿cómo la expresó Jesús?Esta reflexión es un resumen de una conferencia que el autor presentó a un grupo de pastores, pastoras y otros líderes de la Red El Camino para la Misión Integral, de Costa Rica (abril de 2006).

1. El apóstol Pablo pide que se defienda la sana doctrina y se actúe con madurez frente a las falsas enseñanzas. En Efesios 4:14, exhorta a no ser «…niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina, por los engaños de aquellos que emplean con astucia artimañas engañosas». También en 2 Tesalonicenses 2:15 dice: «Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y retengan la doctrina que personalmente y por carta les hemos enseñado».

2. Pero, ¿qué significa doctrina? Doctrina significa enseñanza. La palabra griega que usa el Nuevo Testamento es διδασκαλίᾳ (didaskalia), que se traduce como enseñanza. Este término es el mismo que se usa en Romanos 12:7: «si tenemos el don de la enseñanza, enseñemos». Entonces, «sana doctrina» es «sana enseñanza».

3. A través de la historia, la enseñanza y defensa de la sana doctrina ha sido un componente primordial del ministerio de la Iglesia. En muchos casos las doctrinas se ha expresado por medio de Credos, declaraciones de fe, catecismos y otros documentos eclesiásticos que resumen los enunciados de fe que creemos y que debemos defender.

4. Muchas veces limitamos la sana doctrina a una serie de declaraciones conceptuales de la fe, como la doctrina acerca de Cristo (cristología), la Iglesia (eclesiología), la salvación (sotereología), el Espíritu Santo (pneumatología), los últimos tiempos (escatología) y otras más. El error es pensar que si enunciamos de manera correcta estos grandes temas de la fe, ya aseguramos la sana doctrina. ¿Y dónde queda la práctica de los valores del Reino de Dios enseñados por Jesús? ¿Éstos últimos no son parte de la sana doctrina?

5. Pablo le recomienda a Tito que hable «de acuerdo con la sana doctrina» (Tito 2:1). Cualquiera espera que después de decir eso, en los versículos siguientes escriba acerca de las grandes doctrinas, pero a continuación escribe recomendaciones prácticas acerca de la sobriedad, la prudencia, el amor, la paciencia, la vida familiar, la integridad y las relaciones interpersonales, entre otras (Tito 2:2-9). Y, al final, cierra con estas palabras: «… que se muestren fieles en todo, para que en todo engalanen la doctrina de Dios, nuestro Salvador» (Tito 2:10). Tenemos, entonces, que para Pablo la doctrina es algo relacionado con la vida diaria, antes que con los enunciados teóricos de la fe.

1

Page 2: "De Acuerdo Con La Sana Doctrina"

6. Después de las recomendaciones de vida práctica, Pablo se refiere, ahora sí, a los grandes asuntos doctrinales (Tito 2:11-15); menciona la gracia de Dios (2:11), la salvación (2:11), la esperanza (2:13), la manifestación de Dios (2:13), Jesucristo como salvador (2:13), la redención (2:14) y la identidad del pueblo de Dios (2:14). Es decir, los fundamentos teológicos sí son importantes en la medida que ofrecen razones de fondo (razones teológicas) que inspiran nuestra vivencia del Evangelio. Esos fundamentos no son conceptos abstractos para entretener nuestra curiosidad académica, ni para rivalizar en contra de los que consideramos apóstatas, ni para condenar a los herejes.

7. Los Credos y demás declaraciones doctrinales son válidas, legítimas y valiosas porque nos ayudan a clarificar las razones de nuestra fe y esperanza (1 Pedro 3:15). Esas grandes afirmaciones clarifican por qué hacemos lo que hacemos, cuáles son las razones de nuestros compromisos, a la vez que nos estimulan a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. En el Nuevo Testamento la sana doctrina se vive y la verdad se practica; la verdad es algo que se hace (no solo algo que se sabe). Dice Juan: «No tengo mayor gozo que oír que mis hijos andan en la verdad». (3 Juan 4). Esta es la esencia de la sana doctrina: andar en la verdad.

8. En el Nuevo Testamento hay lugar para los debates doctrinales y las polémicas teológicas, siempre y cuando estas sirvan para afirmar nuestra fe, aclarar las razones de nuestra esperanza y estimular el seguimiento de Jesús; pero no para maltratar, menospreciar u ofender a otra persona por adoptar una fe diferente. Quien bien cree, bien ama y la solidez doctrinal no es sinónimo de intolerancia religiosa. Ninguna verdad teológica, ni hoy ni en el pasado, justifica la persecución (quema) de los herejes de la que tanta vergüenza siente nuestra historia cristiana. Si una doctrina conduce a la discriminación, al rechazo y al odio, la tal podría decirse que es falsa, así su formulación teórica sea correcta.

9. Si como se ha dicho antes, el fin de la doctrina es la vivencia de la fe, entonces se comprende por qué Jesús se esmeró en enseñar la fe por medio de parábolas, sentencias y ejemplos de su propia vida. ¿En qué parte Jesús discurrió acerca de los grandes temas de abstracción teológica? En ninguna. El resumen de su doctrina es el Sermón de la Montaña (Mateo 5-7) y el sumario de su fe es el Padre Nuestro.

10. A propósito del Padre Nuestro, Tertuliano (160-220), el reconocido teólogo de la antigüedad, decía que era Breviarium totius Evangelii, es decir, el resumen de todo el Evangelio. Y es así; en la oración modelo encontramos también un modelo de doctrina y de vida: se muestra la imagen de Dios como Padre amoroso y tierno que no es propiedad de unos pocos, sino de todos (es nuestro); se indican los anhelos que deben movilizar nuestra existencia (el Reino de Dios y la voluntad del Padre) y se expone una imagen comprensiva del ser humano: necesitado de pan «el pan nuestro de cada día»), de perdón («perdónanos nuestras deudas») y de protección («líbranos del mal»). En el Padre Nuestro encontramos enseñanzas referentes a los atributos de Dios (teología), así como claras insinuaciones para la espiritualidad y la misión cristiana (misionología) y apuntes acerca de la naturaleza del ser humano (antropología), entre otras. En las sencillas enseñanzas del Maestro encontramos las profundas raíces de

2

Page 3: "De Acuerdo Con La Sana Doctrina"

nuestra fe. En Jesús la doctrina es instrucción para la vida, por eso «La gente se admiraba de sus enseñanzas, porque enseñaba como corresponde a quien tiene autoridad, y no como los escribas» (Marcos 1:22).

11. En resumen: doctrina es la enseñanza acerca de la fe. Esa doctrina se expresa tanto en declaraciones teológicas como en principios para la vida diaria; ambas expresiones tienen como fin contribuir a que nuestra vida acoja la voluntad de Dios como práctica y compromiso. La doctrina no se mueve en el ámbito de la razón pura, sino de la razón práctica; por eso, la sana doctrina es aquella que conduce al compromiso con Jesús y con su Reino y contribuye a la trasformación del mundo conforme a la voluntad del Padre que es paz, justicia y reconciliación. En un mundo plural y diverso como el nuestro, es necesario que las doctrinas particulares de cada iglesia, confesión o denominación se afirmen con modestia y sin absolutismos intolerantes. Se hace urgente, por fidelidad al mismo Evangelio, que crezcamos en la cooperación, comunión y diálogo interconfesional, intercultural e interreligioso. La frase de Agustín de Hipona nos sirve como cierre: «En lo esencial unidad, en lo dudoso libertad, en todo amor» (In necessariis unitas, in dubiis libertas,in omnibus carita).

3