Templos característicos de la llanura de Bagán

Descubriendo los secretos BIRMANOS

Myanmar no deja indiferente a nadie. Una represiva junta militar gobernó durante años el país, que ahora se esfuerza por despertar de un

prolongado letargo. Los que preparan y planifican su viaje a Myanmar sueñan con visitar las pagodas y estupas de Bagán, o con descubrir la inmensidad del Lago Inle. Sin embargo, lo que todavía

desconocen es que lo que realmente les fascinará, y lo que recordarán con más cariño del país, será a su gente.

Texto y fotografías IdoIa olaIzola

Mercado tradicional, Lago Inle

Cuando uno aterriza en Myan-mar, se da cuenta que está a punto de experimentar cosas totalmente distintas a las que conocía. Y es que todo el mundo te recibe con una amplia sonrisa. Una sonrisa, eso sí, roja como la sangre. He aquí la primera ‘anomalía’ del país. Hay una gran tradición por mas-car betel, una sustancia rojiza y estupefaciente que tiñe la dentadura y que da un aspecto de lo más peculiar a los adictos a esta droga. Puede ser desagradable al principio, pero uno pronto se acostumbra a los escupitajos rojos y a las coloridas sonrisas que te regalan los birmanos. Además, tanto hombres como mu-jeres visten con una falda llamada longyi, segunda singularidad del país. La tercera, y quizás la más peligrosa, es que se conduce por la derecha pero, y he aquí la rareza, ¡sus coches tienen el volan-te también a la derecha! Y como la visibilidad es bastante limitada, cuando se viaja por carretera se escuchan constantemente cláxo-nes, avisando que un coche va a

ser adelantado. Si a esto le añadi-mos que las carreteras parece que no han sido renovadas desde la época colonial, convierte a los via-jes en carretera en una experiencia digna de experimentar. Myanmar esconde grandes tesoros en su territorio. Tanto la Shwedagon Pagoda en Yangón, como U Bein, el mayor puente de teca del mun-do en Amarapura, son realmente impresionantes. Pero el lago Inle y la llanura de Bagán lo son todavía más.El lago Inle, una joya entre montañasEste inmenso lago de veintidós kilómetros de largo y once de ancho, esconde entre sus aguas poblados de palafitos, huertos flotantes y templos budistas. Es un placer conocer la manera tan di-ferente de vivir que tiene la gente y las tribus indígenas que habitan los alrededores de este inmenso lago. Es uno de los estados con mayor variedad indígena, aunque está mayoritariamente poblada por los Intha, cuyo significado es

“hijos del lago”. La mayoría de familias poseen una barca, uno de los objetos más preciados, ya que facilita la vida diaria. Conocí a Cunye en el hostal donde nos hospedamos. Trabajaba a tiem-po completo en el lugar, servía el desayuno a los turistas más ma-drugadores, atendía las habitacio-nes durante el día, y por la noche tocaba la guitarra junto a sus amigos en la esquina del hostal. Cuando tenía tiempo aprendía inglés viendo películas en versión original. Nos habló de su fami-lia, que vivía a veinte minutos en barca de Nyaung Shwe, la capital del lago, y donde la mayoría de hostales, como el nuestro, se en-contraban. Nos contó que traba-jaba para poder comprar una casa y así sacar a su familia del palafito en el que vivían, sus padres eran mayores y vivir en un ambiente tan húmedo empezaba a pasar fac-tura. Trabajó durante un tiempo como conductor de barca, pero prefería este nuevo trabajo, porque así podía practicar el inglés que iba aprendiendo con los turistas.

Monje acude a comer en el templo Maha Ganayon Kyaung, Amarapura.

Pescadores tradicionales,Lago Inle

Nos tuvimos que despedir antes de tiempo de él. Tuvo que marchar a casa de sus padres pues su barca estaba naufragando y necesitaban su ayuda para mantener uno de los sustentos familiares. La actividad estrella en este paraje es disfrutar de un largo paseo en barca para visitar los mercados típicos, o los templos que se encuentran a orillas del lago. Pero si buscáis una recomendación para hacer algo diferente, alquilad una bici y perdeos, hablad con los lugareños (algunos saben un míni-mo de inglés, y los que no, pon-drán todo su empeño en intentar entenderos), y sorprendeos tanto como ellos se sorprenden al veros.

Las maravillas rojizas de BaganA cuarenta minutos en avión del lago Inle, o siete horas en carretera (recordad el estado de las infraes-tructuras), se encuentra la llanura de Bagan, una impresionante ex-tensión salpicada de enigmáticos templos budistas, construidos por los reyes de Bagan entre los años 1044 y el 1287. Quien tenga alma aventurera, y mucho aguante a las altas temperaturas, optará por

Dos niños de una aldea indígena,

Bagan

MARCO POLO DESCRIBIÓ BAGAN

COMO “UNO DE LOS ESPECTÁCULOS MÁS

HERMOSOS DEL MUNDO”

alquilar una bicicleta para visitar los infinitos templos que aquí se encuentran. Los más holgazanes, o quizás más listos, optarán por una de las motos eléctricas que abarro-tan las carreteras del pueblo. Vale la pena madrugar para disfrutar de los inolvidables amaneceres que

• EL TEMPLOMÁS IMPRESIONANTE: Ananda Pato. Aunque se disputa el puesto con el gigantesco Dhammayangyi, Ananda Pato desprende un aura especial. MEJOR PUESTA DE SOL:Shwesandaw Paya. Que este templo sea el más concurrido tiene una razón, la puesta es im-presionante. ¡Recuerda venir con tiempo para coger sitio!

MEJOR AMANECER:Buledi. Verás aparecer el sol entre dos templos gemelos, mientras los globos aerostáticos emprenden su vuelo.

se dan lugar en este desconoci-do paraje, o subir a las terrazas de los templos a primera hora de la tarde para coger sitio y deleitarse con las cálidas puestas de sol. Será una experiencia que recordarás durante toda la vida. Myanmar es un país que lentamente se está abriendo al mundo. Bagan y el lago Inle son imprescindibles, pero vale la pena visitar cada rincón de este país y poner nuestro grano de arena en la mejora económica de todos sus ciudadanos.