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¿DE DÓNDE APARECIERON LAS ROTONDAS CRUCEÑAS? Fernando Prado Salmón La ciudad norteamericana clásica no tiene rotondas, los cruces son directos y regulados mediante semáforos. Eso permite filmar esas películas con escenas terroríficas de persecuciones con choques frontales espectaculares, pues basta un descuido de fracciones de segundo para pasar en rojo y darse de narices con el que viene por la otra calle y terminar hecho papilla. Si en todo copiamos a los norteamericanos, ¿por qué no hemos copiado este aspecto del diseño vial urbano y, en cambio, nuestras intersecciones están reguladas por rotondas? La respuesta es simple: el diseño de nuestra ciudad fue planteado por una consultora de origen europeo, la Techint, la cual trajo un diseño para las intersecciones típicamente europeo, la rotonda, la cual fue aceptada por nuestros urbanistas y ciudadanos. La idea básica de la rotonda es evitar que un cruce sea directo, para evitar accidentes fatales, obligando al conductor a bajar la velocidad y entrar a la intersección tangencialmente a los vehículos y a baja velocidad. En mi opinión, la rotonda es una solución sabia que pone en primer lugar la vida y la seguridad de los ciudadanos. En los cruces directos, un simple descuido puede ser fatal, como vemos en nuestras intersecciones de cruce directo. En este tema, como en otros, es posible percibir las diferencias que hay entre la cultura europea y la norteamericana. Sin embargo, la solución de la rotonda tiene una capacidad límite, en función del tráfico y a partir del cual ya no puede funcionar y debe rediseñarse. En Santa Cruz hace varios años que hemos llegado a ese límite de saturación y estamos atrasados en el rediseño de las rotondas. La primera opción de rediseño es la colocación de semáforos, manteniendo la rotonda. Sin embargo, al cortarse el entrelazamiento continuo, típico de las rotondas, y disminuir sólo al 50% el paso (con luz verde), cambia su funcionamiento, por lo que se requiere ampliar los carriles de la intersección para que el paso con luz verde tenga mayor capacidad. La manera más práctica de aumentar un carril para el espacio de la intersección es disminuyendo el tamaño de la rotonda, cosa que es posible pues ya no se busca entrecruzamiento sino el paso por turno, regulado por semáforo; es lo que correctamente se está haciendo en Santa Cruz. Se achican las rotondas para ganar un carril, no porque la rotonda misma sea el problema, como mucha gente piensa. En síntesis, colocar semáforos manteniendo rotondas más chicas es la solución correcta. Los ensayos de eliminación de la rotonda, colocando otra fase de semáforo (con luz verde separada para giros a la izquierda), como sobre la doble vía a La Guardia, en mi opinión son un peligro y un fracaso. Los tiempos de espera para girar a la izquierda son muy largos y el cruce directo es un gran peligro, sobre todo si consideramos que entre nuestros conductores no faltan los que están pasados de copas, haciendo carreras o hablando por celular. Así pues, las rotondas no son un anacronismo sino una solución más sensible, humana y paisajísticamente válida que los cruces directos regulados por semáforos, solución peligrosa que se apoya sólo en la tecnología y deja un horrible “playón” de hormigón al medio, que

De Dónde Aparecieron Las Rotondas Cruceñas

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La ciudad norteamericana clásica no tiene rotondas, los cruces son directos y regulados mediante semáforos. Eso permite filmar esas películas con escenas terroríficas de persecuciones con choques frontales espectaculares, pues basta un descuido de fracciones de segundo para pasar en rojo y darse de narices con el que viene por la otra calle y terminar hecho papilla.

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Page 1: De Dónde Aparecieron Las Rotondas Cruceñas

¿DE DÓNDE APARECIERON LAS ROTONDAS CRUCEÑAS?

Fernando Prado Salmón

La ciudad norteamericana clásica no tiene rotondas, los cruces son directos y regulados mediante semáforos. Eso permite filmar esas películas con escenas terroríficas de persecuciones con choques frontales espectaculares, pues basta un descuido de fracciones de segundo para pasar en rojo y darse de narices con el que viene por la otra calle y terminar hecho papilla.

Si en todo copiamos a los norteamericanos, ¿por qué no hemos copiado este aspecto del diseño vial urbano y, en cambio, nuestras intersecciones están reguladas por rotondas? La respuesta es simple: el diseño de nuestra ciudad fue planteado por una consultora de origen europeo, la Techint, la cual trajo un diseño para las intersecciones típicamente europeo, la rotonda, la cual fue aceptada por nuestros urbanistas y ciudadanos.

La idea básica de la rotonda es evitar que un cruce sea directo, para evitar accidentes fatales, obligando al conductor a bajar la velocidad y entrar a la intersección tangencialmente a los vehículos y a baja velocidad.

En mi opinión, la rotonda es una solución sabia que pone en primer lugar la vida y la seguridad de los ciudadanos. En los cruces directos, un simple descuido puede ser fatal, como vemos en nuestras intersecciones de cruce directo. En este tema, como en otros, es posible percibir las diferencias que hay entre la cultura europea y la norteamericana.

Sin embargo, la solución de la rotonda tiene una capacidad límite, en función del tráfico y a partir del cual ya no puede funcionar y debe rediseñarse. En Santa Cruz hace varios años que hemos llegado a ese límite de saturación y estamos atrasados en el rediseño de las rotondas.

La primera opción de rediseño es la colocación de semáforos, manteniendo la rotonda. Sin embargo, al cortarse el entrelazamiento continuo, típico de las rotondas, y disminuir sólo al 50% el paso (con luz verde), cambia su funcionamiento, por lo que se requiere ampliar los carriles de la intersección para que el paso con luz verde tenga mayor capacidad.

La manera más práctica de aumentar un carril para el espacio de la intersección es disminuyendo el tamaño de la rotonda, cosa que es posible pues ya no se busca entrecruzamiento sino el paso por turno, regulado por semáforo; es lo que correctamente se está haciendo en Santa Cruz. Se achican las rotondas para ganar un carril, no porque la rotonda misma sea el problema, como mucha gente piensa.

En síntesis, colocar semáforos manteniendo rotondas más chicas es la solución correcta. Los ensayos de eliminación de la rotonda, colocando otra fase de semáforo (con luz verde separada para giros a la izquierda), como sobre la doble vía a La Guardia, en mi opinión son un peligro y un fracaso. Los tiempos de espera para girar a la izquierda son muy largos y el cruce directo es un gran peligro, sobre todo si consideramos que entre nuestros conductores no faltan los que están pasados de copas, haciendo carreras o hablando por celular.

Así pues, las rotondas no son un anacronismo sino una solución más sensible, humana y paisajísticamente válida que los cruces directos regulados por semáforos, solución peligrosa que se apoya sólo en la tecnología y deja un horrible “playón” de hormigón al medio, que parece diseñado especialmente para que los automovilistas, borrachos o no, se saquen la cresta. El verde de las rotondas es sólo un regalo adicional para la vista.