DE MAYAS CHONTALES, ESPAÑOLES Y PANTANOS La Secuencia Cerámica de San Román, Tabasco

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1AGRADECIMIENTOS Dicen que una tesis es un estudio cientfico detallado, que pretende dar respuesta a una problemtica previamente planteada, y minuciosa en cuanto al tipo de indicadores necesarios para su sustentacin cientfica sin embargo, nadie nos dice de lo cansado que es sentarse a pensar en ideas que uno nunca a tenido, ni en posibilidades que no han sido an contempladas. Nadie nos dice las horas del da (y de la noche) que utilizamos entre detalles, ni de los espacios en blanco que nos toman horas, largas esperas, enormes dudas sobre nuestra propia capacidad. Dicen que una tesis es un trabajo individual (o colectivo pero no para ms de dos personas). Nadie nos dice que detrs de uno hay muchos muchos que se desgastan con nuestras preguntas a veces necias, a veces torpes muchos que nos toleran en las tardes largas de mal humor, muchos que nos apoyan, nos dan tiempo, espacio, amistad, amor muchos que estn convencidos a vernos fallar. Mi tesis no es producto de mi mismo; que aunque es ma, nunca he pretendido que yo la hice todo solo. Yo la escrib, yo la estudi y la investigu, la tepalcati, la dibuj, la analic, la fotografi, la imprim y engargol, la correg (una y muchas ms veces), la reestructur, la defend pero fueron muchos quienes estuvieron detrs, al lado, frente a m, para responder mis preguntas y llenar mis necesidades, para revisar cada punto, cada coma. A todos ellos les estoy enormemente agradecido. Su gratitud no puedo responderla ms que con an mayor gratitud, y lealtad. A mi abuela Meche, pues su figura es un ejemplo de paciencia, de valor frente a la vida, porque su paciencia es el mejor consejo. A mi abuelo Soterito (qdep), por quien cuya imagen ha existido siempre un ideal, un ngel de la guarda. Porque ambos abuelos supieron y han sabido guiar a quienes me guiaron, siguiendo su ejemplo, convencindome de pertenecer a una gran familia, que debo honrar, y enorgullecer. A mi padre Vctor por su cario, por ser el mejor maestro de toda mi vida, por la eterna paciencia y la an ms eterna fuente de inspiracin (que siempre he querido expresar discretamente), por asesorarme desde su Geologa a darle forma a mis ideas; y desde su Persona a darle forma a mis valores. Por su ejemplo de hombre con defectos, pero integro e intachable. Nadie es perfecto, pero mi jefe como lo parece. A mi madre Irma, por siempre procurar mi camino, y jams dejarme solo por las palabras de amor y consuelo cada vez que estas fueron necesarias. Por ser la ms severa de todos mis jueces y la ms franca de todas mis amigas. Por su Amor sin condiciones, y por nunca dejarme olvidar. A mi hermano Akiles por su amistad, por ser mi carnal y mi mejor amigo, por su deliciosa cocina de autor. Por junto a quien lo tonto, no es tonto simplemente diferente, y sin embargo tan gracioso. Porque con el nunca olvido al nio que fui, y vuelvo a ser cuando estamos juntos con sus hijas, quienes en la virtud divina del amor, a todos nos hacen mejores personas, gracias Rex y Vale A mis Maestros, que no fueron pocos, y muchos ni siquiera me dieron clases A Francisco Cuevas Reyes por ser mi Maestro, por haber confiado en m... hubiera deseado ser un mejor alumno a l le debo muchas cosas de mi formacin profesional, que qued en mi haber mal formado, y a l le debo

2inconscientemente el origen de esta tesis, cuando en 2002 comparti su inquietud sobre hacer un trabajo, de los sitios histricos visitados por Corts en Tabasco a su paso por la conquista de Mxico y su expedicin hacia Las Hibueras. Desde esta vereda me doy cuenta que tan lejos dej el camino, siento haberte fallado Maestro. A la Dra. Annik Daneels por sus comentarios en torno a la cermica de pasta blanca, la cual me dio muchos dolores de cabeza, por los artculos que puso a mi disposicin, y la franqueza de sus comentarios a sta tesis. A mi amiga la Antroploga Flora Salazar Ledesma, por siempre creer en m, por ayudarme a buscar nuestra Santa Mara (seguimos en la bsqueda); a ella por creer en las ideas ms locas e irreverentes de la manera ms seria. Por hacerme parte de sus proyectos, por ayudarme a formarme una opinin, un muro, algo que decir y defender. Al Dr. Ernesto Vargas Pacheco, de quien vi, lo que aprend despus era la disciplina, ms vale tarde que nunca. As aprend que en la escuela a veces los maestros ensean desde fuera, fuera de las listas y las clases. Usted es eso, Maestro y a Anglica Salgado, por la copia de su tesis de la cual obtuve mucha ayuda, y de quien siempre tuve odos para darme a entender yo slito. A la Maestra ngela Gonzlez por las tardes tan largas y calurosas, cuando me habl de la mosca chiclera que pulula entre la cermica maya, que termin picndome all en las peceras del INAH. Por un refresco cuando 47oC eran suficientes para hacernos desistir de seguir ensucindonos las manos. Sus consejos y paciencia fueron un gran regalo del cual esta tesis es solo un gesto de correspondencia. Al arquelogo Jos Lus Romero, pues fue su generosidad la que me permiti trabajar con los materiales cuyo anlisis, son el producto de esta tesis. Gracias por las constantes dudas, por toda la ayuda; porque todo lo que necesit, siempre hubo manera de hacrmelo llegar. A Verushka por sentarse conmigo a pegar tepalcates que no le eran de su incumbencia. A mi directora de tesis y amiga Socorro Jimnez, por ayudarme a echarle montn a esto que hoy termino por sus consejos, por darme cama y cobija (o hamaca y mosquitero), adems de comida all en Mrida cuando fue necesario que llegase a visitarla, por ser ella de quien recibo una constante inspiracin y ejemplo de seguir estudiando cermica (hay que saber pensar, no solo describir), por ensearme los infinitamente productivos que pueden ser estos caminos. A la Maestra Judith Gallegos por la paciencia, por los odos cuando le invada el cubculo de mis ideas recin horneadas, que resultaron ser terribles. Por facilitarme tanta bibliografa, por sugerirme (sin nunca imponerme) una idea, una observacin precisa e invaluable. Por darme trabajo y dejarme ver lo que ella esta haciendo all por Barrancas-Amate, por las sugerencias siempre atinadas, por la medicina cuando fue necesaria. Al Dr. Rodrigo Liendo Estuardo por sus notas y consejos, por sus comentarios y las sugerencias que hicieron de este trabajo, algo ms completo. Por ayudarme, desde Palenque Chiapas, a entender un poco de la costa de Tabasco, y los ros que vinculan ambas reas. Por ayudarme a entender concentraciones y a imaginar distribuciones; por un caf y un cigarro, siempre tan oportunos.

3A Patricia Fournier (Mama Pato), porque sin que lo sepa, siempre me he considerado uno de sus patitos, (el ms feo), pues a pesar de clamar ser su alumno, poco o nada tengo que ver con su trabajo en la regin de Tula. De ella aprend mucho, y de ella me quedan recuerdos muy hermosos de recorrido de superficie por toooooooda la paciencia, que fue de verdad mucha. Por responder todos los mails, por referirme y ayudarme con la cermica Colonial, por su cuidado cuando en la ENAH me defendi de quieres peleaban otro intereses ajenos a los acadmicos, y yo de metiche me met a defender lo que an hoy creo, es mi y de todos lo que estudiamos en esa hermosa alma mater gracias por haberme ayudado a entrar a la Universidad de Calgary. A Geoffrey McCafferty no, I havent found Potonchn YET. There are grate things ahead A Toms Prez Surez por ayudarme a publicar mis ideas, gracias tambin, por dejarme ver la sencillez y la humildad que debera existir detrs de cada investigador en esta hermosa profesin que es la arqueologa. Al arquelogo Alberto Martos, por la sencillez en su genio, y su atencin sin apariencias. Es usted todo un exelente arquelogo, y una an ms exelente persona. A John Joseph Temple Snchez Gabito, por prestarme sus odos, por escuchar mis ideas. Quien desde lejos me supo guiar, y a quien le agradezco infinitamente, la relacin por correspondencia, donde sin deberla ni temerla, siempre supo darme 5 minutitos. A mis valedores de campo y carrera, a quienes cuento con los dedos de una mano. Por lo que fuimos, por lo que somos, por lo que dejamos de ser, y en lo que nos hemos convertido. Por todos estos aos que no han sido pocos y no fueron en vano. Viven en mi corazn camaradas, Todos. A Marco Ortega y Danny Zborover, quienes han sabido ser amigos, y desde su PhD han sabido escuchar lo que tengo que decir. A Julia Averhoff, cuyo amor por Mxico la llevo a ayudarme, buscando textos inexistentes en Mxico, y traduciendo otros tantos desde su natal Alemania. A Timmy Stuparyk, pues al final de cuentas, aunque no exista un futuro, si hay un pasado, el cual me ense mucho. A la ENAH misma, pues dentro de ella conoc muchas cosas, fui (y sigo yendo) a lugares distintos y distantes; porque aunque es una amante muy cruel, el masoquismo de uno no lo hace ms que volver, volver volver, a sus brazos otra vez. Gracias a todos los que me quieren y me odian, por no perdonarme nunca mis errores.

4 INTRODUCCIN Una de las zonas poco exploradas y conocidas a nivel arqueolgico en Tabasco, es la franja costera que abarca desde el ro San Pedro y San Pablo al este del estado y en la frontera con Campeche, hasta el ro Seco al norte, cerca de la barra de Tuplco. La modernizacin de las vas de comunicacin en esta regin ha facilitado la destruccin de los sitios, dejando pocas perspectivas para la recuperacin de los materiales arqueolgicos, y contribuyendo con la prdida cada vez mayor de informacin. Paradjicamente, son estas mismas condiciones las que obligan al INAH a realizar diversas obras de rescate arqueolgico, obteniendo como resultado una alternativa viable para el registro y la recuperacin de los distintos contextos arqueolgicos, que debido al desarrollo acelerado de obras de infraestructura moderna habrn de perderse irremediablemente. En septiembre de 2002, con motivo de las obras de ampliacin del sistema carretero del estado de Tabasco, se realiz un rescate arqueolgico llamado Rescate Arqueolgico Carretera Villahermosa-Ciudad del Carmen, en el tramo que comprende del Km. 69+500 hasta el Km. 72+200, frente a la ciudad de Frontera; cabecera municipal de Centla, Tabasco. La excavacin de este rescate fue dirigida por el arquelogo Jos Lus Romero Rivera del INAH-Tabasco, en un trabajo que tom aproximadamente 2 meses. Como resultado de esta intervencin se realizaron excavaciones en el sitio arqueolgico de San Romn, y los ejidos de Carrillo Puerto Centro, Carrillo Puerto Sur y Carrillo Galileo, de los cuales se recuper una muestra considerable de material prehispnico e histrico (cermica, ltica, concha, hueso, metal, vidrio y fragmentos de mampostera). Las investigaciones llevadas al cabo en la regin por Berlin (1956), Mller (1967), y Fernndez (et al. 1988: 33-38), as como el acervo de materiales recuperados, despert mi inters en el estudio de las distintas etapas de ocupacin que se sucedieron en la zona. Posteriormente, con la autorizacin, y gracias al titular del proyecto, el arquelogo Jos Lus Romero Rivera, y del INAH-Tabasco, pude acercarme a la coleccin para comenzar su anlisis, y utilizar la informacin para la elaboracin de esta tesis de licenciatura. Esta tesis hace especial nfasis en el sitio de San Romn; se centr adems, especficamente en el anlisis de toda la cermica excavada y de recolectada en superficie recuperada durante el rescate (18,014 tepalcates en total). La secuencia cermica se bas en el anlisis de la cermica del sitio arqueolgico de San Romn (15,821 tepalcates), identificado en el Atlas Arqueolgico Nacional con la clave E15B62227001. San Romn present tanto la mayor cantidad de cermica, como toda la variedad en tipos cermicos identificados. Las secciones1 de Carrillo Puerto Sur, Carrillo1

Desconozco si San Romn, y las secciones antes mencionadas pudieron estar integradas dentro de un mismo asentamiento, o son asentamientos diferentes. Sin embargo me inclino a pensar que, dada la cercana de las otras secciones con San Romn (menos de 2.5 km.); la disminucin de material conforme

5 Puerto Galileo, y Carrillo Puerto Centro, fueron incluidos como material cuantitativo incluido en la muestra del total del material analizado (de estos sitios se obtuvo en conjunto una muestra total de 2,193 tepalcates). De esta manera, el anlisis de la cermica de toda la excavacin, se decidi integrar en un conjunto, de cuyo resultado se obtuvo el establecimiento de la secuencia cermica de San Romn, Tabasco. Dicha secuencia cermica servir como punto de referencia para la cermica de toda el rea de San Romn, que comprende el territorio abarcado por la regin costera del actual municipio de Centla, Tabasco, y que se relacionara estrechamente con el material cermico Cintla, de Berlin2.

se llega al extremo del rea total intervenida, se hace evidente, por lo que considero a San Romn y las secciones de C.P.S, C.P.G, y C.P. C, como parte de un mismo asentamiento continuo. Sin embargo, trabajo arqueolgico debe ser realizado en el rea, para clarificar este punto. 2 De acuerdo a Heinrich Berlin (1956: 102, 103), el material Cintla por l excavado, pertenece a la regin que comprende la costa de Tabasco, desde la boca del ro Gonzlez, hasta laguna de Trminos. Basado en sus argumentos de que toda esta regin comparti tanto una unidad lingstica y cultural, sugiero utilizar el termino rea de Frontera, para demarcar el territorio referido por el Dr. Berlin, al menos para el rea que ocupa el delta del ro Grijalva.

6Toda luna, todo ao, todo viento, camina y pasa tambin. Tambin toda sangre llega al lugar de su quietud. Chilam Balam.

CAPTULO 1 ANTECEDENTES GEOGRFICOS, HISTRICOS Y ARQUEOLGICOS DE LA REGION. 1.1. UBICACIN DEL REA DE ESTUDIO.1.1.1. FISIOGRAFA El rea donde se realiz el proyecto Rescate Arqueolgico Carretera VillahermosaCiudad del Carmen se ubica en el delta del ro Grijalva, y pertenece a la Provincia Fisiogrfica V (INEGI 2000: 4-11), conocida como Llanura Costera del Golfo Sur, en la Subprovincia 76; Llanuras y Pantanos Tabasqueos. Cuenta con un sistema de topoformas esencialmente de Llanuras (90.13% de la superficie de todo el Estado de Tabasco) y Llanuras con Dunas (9.87%). Comprende adems, la zona de pastizales desde el ejido y sitio arqueolgico de San Romn sobre la margen izquierda del ro Grijalva; prximo al arroyo el Trapiche, extendindose hacia el rea del ejido Felipe Carrillo Puerto y Felipe Carrillo Puerto Sur a menos de 5 km. aproximadamente hacia el Oeste. Las coordenadas UTM de San Romn son: 20 47 035 N, 5 35 480 (Mapa 1). El clima del rea es Clido Hmedo con Abundantes Lluvias en Verano Am (f), y se distribuye desde la zona costera hasta las estribaciones de la Sierra Norte de Chiapas hacia el sur. La temperatura media ms alta del ao se registra en mayo, con 32,5 oC; en tanto que la temperatura mnima se registra en enero con 24,1oC. El mes de septiembre es el ms lluvioso, mientras que el mes de abril presenta la menor cantidad de precipitacin con un valor medio anual de 50 mm. El volumen de precipitacin promedio anual en el rea es de 1,636.8 mm. (INEGI 2000:5). 1.1.2. GEOLOGA Y EDAFOLOGA. La conformacin geolgica actual de la regin del Delta del Usumacinta, donde San Romn esta localizado, data del Periodo Cuaternario (INEGI 1986:13). Esta se caracteriza por un amplio y complejo sistema de cuerpos lacustres que son generados por la dispersin de las corrientes hidrolgicas superficiales al interactuar con las zonas de muy bajo relieve de la llanura costera (INEGI 2000: Carta Geolgica 1:50,000).San Romn pertenece a la regin hidrogrfica RH 30 Grijalva-Usumacinta, dentro de las cuencas y subcuencas hidrogrficas del ro Usumacinta y

el ro Grijalva-Mezcalapa. El sistema de drenaje est plenamente desarrollado con una red que va de grande a mediana densidad (el cual se mide en trminos de qu tan permeable es el suelo. La permeabilidad de los suelos del rea es muy baja, lo que deriva en numerosos estancamientos de grandes cuerpos de agua). El drenaje presenta patrones principalmente anastomosados y en menor proporcin dendrticos, y paralelos; relacionados estrechamente con las caractersticas de composicin de las rocas y los suelos de la regin, as como sus caractersticas fisiogrficas. El delta del Grijalva se caracteriza por un relieve escaso, casi plano,

7 con altitudes no superiores a los 10 msnm; esta altura se mantiene sobre extensas planicies de inundacin y lagunas costeras muy amplias, gracias a su cercana con el litoral. La lnea de costa baja arenosa se distingue por la formacin de islas de barrera, establecidas por el apilamiento continuo de barras costeras de carcter N regresivo, favorecidas por un aporte constante de sedimentos que han sido arrastrados por las corrientes de deriva costera durante largos periodos de tiempo. El clima, la precipitacin pluvial y las corrientes fluviales, combinadas con el arreglo geoecolgico facilitan el desarrolloMapa 1. Fotografa area del delta del Grijalva, en el circulo se incluye el rea del Rescate arqueolgico, donde se localiza el sitio de San Romn. INEGI 2000: E1:15, 000.

de amplios ambientes lacustres, marismas y lagunas costeras de barrera. La zona se

encuentra cubierta por 1,890 km2 de manglares mientras que las superficies de marisma con halfitas cubren 3,000 km2 y la superficie potencial de los pantanos (aquella donde la costa le ha ganado tierra al mar) cubre una extensin de 2,580 km2. (Ortz et al. 2000:44-52). En el rea de Frontera los diferentes tipos de suelos (INEGI 2000: Carta de Suelos 1, 50,000) son:

Para la isla El Buey y desde el arroyo El Trapiche (limitando con la laguna de El Coco al poniente) hasta Tres Brazos: Zolonchak Oleico y Gleysol utrico, con un alto contenido de sodio y una clase textural del tipo 1, fina.

Para la cabecera de Frontera y hasta 5 kilmetros antes de la desembocadura del Grijalva: Gleysol utrico y Zolonchak Oleico, de textura media. Y para la porcin de ambas mrgenes del ro a la altura de su desembocadura: Gleysol utrico y Regosol utrico de textura fina. Los sedimentos superficiales de esta provincia fisiogrfica estn constituidos

principalmente por arcillas, limos y arenas finas con abundancia de materia orgnica. La baja permeabilidad es una de las caractersticas principales de estos materiales aunque ellos posean excelentes porcentajes de porosidad, lo que permite que el manto fretico sea en extremo

8 somero, incluso en poca de estiaje (Chvez Valois Comunicacin Personal: 2006). Estos tipos de suelos; y en conjunto con el clima clido y hmedo, permiten el desarrollo de una vegetacin predominantemente de tular-popal-mucal, -vegetacin propia de reas anegadas y los terrenos secos prximos a estas- (Santamara 1988: 311, 511); distribuida en forma de manchones abundantes, y paralelos a la lnea de costa. Se desarrollan tambin plantas herbceas de 1 a 3 metros de altura que sobresalen del agua y constituyen una masa densa sobre los pantanos, apenas visibles. Otro factor influyente en la formacin de estos pantanos y zonas anegadas, es la presencia de materiales (suelos y sedimentos) no consolidados (INEGI 2000: Carta Hidrolgica de Aguas Subterrneas 1:50,000), donde el manto fretico alcanza niveles superficiales, como en el rea al sur de Carrillo Puerto, en la laguna de El Coco. 1.1.3. FLORA Y FAUNA. La fauna de la regin es en su mayora de sistema palustre y marino; abundan peces como el roblo, mojarra, acamaya, jurel, tilapia, pejelagarto, carpa herbvora son en su mayora los peces cuya presencia dominan en el ro Grijalva y los sistemas lagunares circunvecinos. Del mar (cerca a la lnea de costa) se obtiene tiburn, jaiba, camarn de altamar, mero, lisa, cazn y sierra. La fauna autctona ha sido disminuida debido a la introduccin de la ganadera (desde el siglo XVI a la fecha), la cual redujo el nmero de especies por el cambio del ecosistema. De acuerdo a Diego de Landa la fauna tpica de Tabasco consista en tanta diversidad de aves marinas que es cosa de admiracin y hermosura; y que tambin hay infinita caza de venados, conejos, puercos de los de aquella tierra y monos (Landa 2003: 46). Hoy da se cuenta con la presencia en su mayora de roedores como los mamferos autctonos dominantes (como ratn de campo y tlacuache), sin embargo, es en los reptiles donde an se cuenta con una cantidad considerable de especies locales, con especies de serpientes y vboras, como la nauyaca, la vbora ratonera, etc.1.2. HIDROGRAFA. 1.2.1. EL DELTA DEL GRIJALVA. Las acumulaciones de los deltas son el resultado de la interaccin de diferentes procesos dinmicos tales como la energa del oleaje, la accin de las mareas, el clima, etc., los cuales modifican y dispersan los sedimentos acarreados por los ros. El trmino delta fue empleado por primera vez por Herodoto en el ao 450 a. C. para referirse a la geoforma burdamente triangular de la desembocadura del ro Nilo. Un delta es definido como la acumulacin, tanto subarea comosubacuosa, de los sedimentos transportados por los ros cuando estos se unen a la lnea de costa (Coleman 1982:124). El proceso es simple: el ro contribuye con sedimentos clsticos a la plataforma

9continental, de manera aun ms rpida de lo que pueden ser removidos por los procesos de corrientes marinas. Estos depsitos sedimentarios continuamente se ven moldeados por diferentes procesos marinos como el oleaje, las corrientes y las mareas presentes en la planicie deltaica, los cuales al variar de intensidad pueden construir un amplio espectro de formas costeras entre las que se incluyen canales distributarios, barras de desembocadura, bahas interdistributarias, planicies de marea, playas, dunas, pantanos, marismas, etc. (Reading 1986:198). Dichos sistemas requieren una gran cuenca con un drenaje deficiente y abundantes precipitaciones anuales, como sucede a lo largo de la cuenca del ro Grijalva. El complejo deltaico Grijalva-Mezcalapa-Usumacinta comprende el sistema estuarino de la costa mexicana del Golfo, en el que influye de manera determinante el importe-aporte de agua y sedimentos continentales, y representa una fuente importante de nutrientes y sedimentos para los suelos al interior del continente (Vlez 1990:12-15). El sistema hidrolgico Mezcalapa-Grijalva-Usumacinta ha sufrido transformaciones sustanciales en su conformacin geomorfolgica a lo largo del tiempo. Es importante aclarar que dicho sistema en la actualidad, dista mucho del sistema hidrolgico conformado durante el siglo XVI. En el siglo XVI haba tres sistemas hidrolgicos perfectamente diferenciados: el del Grijalva, el del Usumacinta, y el del ro Grande de Chiapas (o Mazapa actualmente Mezcalapa - tambin Dos Bocas-, hoy ro Seco). El ro Grijalva naca y todava nace en la Sierra Norte de Chiapas, donde parte de su curso corresponde con el curso de los ros Tacotalpa y de La Sierra, y baja hacia Tabasco por el actual municipio de Tacotalpa. El ro Mezcalapa era en el siglo XVI un tributario del Grijalva, proveniente del ro Pantepec en el noroeste de Chiapas. El Mazapa naca y aun nace en Guatemala (en la provincia de Huehuetenango), atravesando el estado deMapa 2. Mayores sistemas deltaicos, formados de las recientes planicies costeras de Tabasco y Campeche. Tomado de Psuty y West. 1969.

N

Chiapas de oriente a poniente; cambiando su curso en direccin norte, hacia las llanuras aluviales de Tabasco. En el siglo XVI su cauce principal corra por el hoy llamado ro Seco. En el siglo XVII el Mazapa, ro grande de Chiapas o Dos Bocas fue desviado hacia el oriente, de manera que su caudal aliment al del Grijalva por medio del ro Acachapan, al hacerlo el ro Grijalva se conect tambin al original ro Mezcalapa3 (Salazar 2003a: 524-547).

En la actualidad se entiende que dichos sistemas hidrolgicos no corresponden con aquellosdel siglo XVI, y son considerados como un solo sistema fluvial, llamado Mezcalapa-Grijalva (Mapa 2),3

Es importante recalcar que la hidrologa de Tabasco en la actualidad no es la misma hidrologa que en el siglo XVI. Para un mejor acercamiento a la evolucin de la hidrologa de Tabasco, con excelentes conclusiones generales, estudiar el articulo de la antroploga Flora Salazar Ledezma (2003a) sobre el cambio en los sistemas fluviales, y el problema relacionado con su nomenclatura.

10el cual cambia varias veces de nombre en el amplio circuito de su corriente. Actualmente se acepta que dicho sistema fluvial, conformado como unidad, tiene su origen en Guatemala, baja por la sierra de los Cuchumatanes, atravesando los estados de Chiapas y Tabasco, y pasa por las poblaciones de Chiapa de Corzo, Chicoacen y Huimanguillo, antes de entrar a las planicies aluviales de Tabasco, a su paso hasta la costa. Este sistema fluvial cubre un rea total de 36,566 Km2. El cauce principal y el de sus tributarios se han modificado a lo largo del tiempo por la formacin de diques naturales, productos del asolvamiento y la sedimentacin de arrastre en el cauce del ro (West et al. 1969:99), as como por obras de infraestructura humana temprana hacia mediados del siglo XVII (Rovirosa 1946: 15-20). Estas obras comprenden la desviacin hacia el oriente del cauce principal del ro Mazapa (el hoy ro Mezcalapa) o Dos bocas (hoy ro Seco) a la altura del ingenio Nueva Zelandia en el actual municipio de Huimanguillo. 84 kilmetros al norte de Villahermosa est la gran confluencia de Tres Brazos, del cual se desprende uno de los brazos del Usumacinta hacia Grijalva. Antes de su desembocadura el Grijalva se alimenta del ro Los dolos, el cual proviene de las lagunas que comunican el gran brazo occidental del ro Usumacinta. En este punto el sistema Mezcalapa-Grijalva se une con otro de los sistemas fluviales ms importantes de la regin: el del Usumacinta, integrando la corriente Mezcalapa-Grijalva-Usumacinta, que pasa 12 kilmetros arriba de su cauce por el puerto de Frontera, y desemboca siete kilmetros ms adelante en el Golfo de Mxico, por la Barra Principal de Frontera (Gonzlez 1981:48-73). Este sistema deltaico controla casi en su totalidad la red hidrogrfica de las llanuras fluviales de Tabasco (West et al.1969: 101-102). Dentro del sistema Mezcalapa-Grijalva, el Mezcalapa ha sido el mayor tributario del ro Grijalva. Buena parte de su aporte sedimentario y de corriente afecta el cauce y la corriente del ro Grijalva. Se ha calculado que en las regiones con rpidos (Krynine 1939: 6) que la velocidad de su corriente es superior a los 81 Km/h, ste transporta sedimentos semiconsolidados desde la Sierra entre Chiapas y Tabasco, donde el grado de erosin es de 20 metros 3 por hora durante la temporada de lluvias (Krynine 1939: 7). Ms al norte, el ro Mezcalapa erosiona varios metros3 de roca arenisca de alta compactacin durante aproximadamente 3 meses al ao, otorgando un aporte aun mayor al cauce del Grijalva previo a su desembocadura. Ya en sta, se origina una friccin entre la corriente del ro sobre la corriente marina, producindose canales bifurcados con barras continuas. La constante depositacin lateral de sedimentos es relativamente lenta, pero como la profundidad del agua cerca a la desembocadura es baja, la potencia en la turbulencia de la corriente se restringe, convirtindose la friccin de las corrientes del fondo sobre la superficie en el factor causante de la desaceleracin y expansin amplia de los sedimentos, y aumentando la velocidad de la acumulacin de los sedimentos arrastrados. Este es otro factor importante en el desarrollo de nueva lnea costera.

11En algunas pocas el ro Grijalva ha servido como tributario principal dentro de los llanos de Tabasco (West et al. 1969:99-100), los cuales se componen en su totalidad de caractersticas costeras de barra. En el delta, la gran cantidad de sedimentos transportados hacia la costa, la poca pendiente del terreno y la disminucin de la energa de las corrientes, permiten la formacin de islas barrera, establecidas por la sucesin continua de cordones de playa de carcter regresivo, y favorecidas por una fuente constante de sedimento acumulado por corrientes de deriva costera. Tal dinmica de ambiente transicional facilit la presencia de amplios ambientes lacustres, formados por las marismas y lagunas costeras de barrera. En el delta del Grijalva proliferan los pantanos, mientras que ms all de sus mrgenes, colindando con los llanos y los confluentes levemente elevados, se abren paso las sabanas abiertas, donde crecen pastos y juncos, matorrales y palmas (Ruz 2000: 3031). En la actualidad, la zona presenta una cobertura de manglares de 1,890 km 2, mientras que las superficies de marisma con halfitas se extienden sobre 3,000 km 2, y la superficie potencial de los pantanos (aquella donde la costa le gana tierra al mar) sobre 2,580 km2. Debido al impacto de ascenso y descenso en el nivel de mar y el acarreo constante de sedimentos, la barra principal de Frontera se ha modificado sustancialmente. En la actualidad, el sistema deltaico del ro Grijalva cercano a su desembocadura presenta canales distributarios como los arroyos El Trapiche, Polo, Tabasquillo; barras en la desembocadura como la Isla El Buey y la a veces isla, a veces pennsula Punta del Buey; bahas interdistributarias como la baha de la isla Punta del Buey y playa El Bosque; planicies costeras como las llanuras de Centla (Cintla); pantanos como los de Centla; y cordones de litoral, como los aquellos presentes a lo largo de la costa del golfo entre Campeche y Tabasco, en Laguna de Trminos y Laguna de Mecoacn. Hacia su desembocadura, el depsito de los sedimentos arrastrados por la corriente depende del tamao de las diversas partculas que los componen. Las arenas se depositan rpidamente a una corta distancia de la desembocadura, mientras que las arcillas y los limos penetran mar adentro depositndose en el rea denominada pro delta, la cual se ubica sobre el rea que comprende el flujo del ro penetrando en mar abierto. Con el tiempo las arenas depositadas en el rea inmediata a la desembocadura tienden a invertir su depositacin, debido al peso y el tamao de las partculas, alternndose por partculas ms finas y de menor tamao (Chvez Valois Comunicacin Personal: 2005). La rpida expansin de sedimentos que conforman este tipo de deltas, producen inicialmente un tipo de barra muy abierta y de forma radial. Sin embargo, conforme la depositacin de sedimento en la barra contina, en el fondo, capas de acumulacin de sedimento se desarrollan bajo los extremos laterales de los afluentes del delta, donde la velocidad es mayor. El desarrollo de estas capas de sedimento tiende a inhibir un desarrollo posterior en la expansin de los afluentes, acelerando el crecimiento en el sistema de barra del ro. Conforme la porcin central de la barra

12crece, el desarrollo de canales a lo largo de su cauce tiende a seguir el curso entre las capas de acumulacin de sedimento. Este proceso deriva en la formacin de canales bifurcados triangulares, que la accin de la brisa costera se ocupa de mantener claramente definidos (mapa 7). Con el paso del tiempo estos canales se azolvan, producindose la unin de estos con tierra firme, e incrementando la lnea de playa (Chvez Valois Comunicacin Personal: 2005). Como consecuencia de la suma de todos estos factores el sistema hidrolgico de las costas en Tabasco es un sistema muy dinmico. A veces las corrientes de los ros son ms fuertes que la presin ejercida por el Golfo de Mxico, derivando en el asolvamiento de sedimentos y en la consolidacin de tierra firme sobre el mar por medio de los sistemas de barras. Es interesante observar que con un sistema tan dinmico de acumulacin de sedimento, el sistema GrijalvaMezcalapa-Usumacinta en su porcin costera presenta modificaciones no observables a simple vista en la actualidad, por ejemplo, la formacin de lagunas costeras por acumulacin sedimentaria en lenguas de tierra, as como la aparicin-desaparicin de islas y lagunas, infirindose histricamente por el constante retroceso y avance de la isla El Buey en Frontera. As, el sistema hidrolgico en el delta del ro Grijalva se compone de procesos naturales dinmicos y constantes, cuyo mayor desarrollo se ha efectuado en los ltimos 3 siglos, sin jams haber cesado. Cabe mencionar que este tipo de eventos no es raro en el mundo (Gallico 2000: 3, 19, 20). En Tabasco por ejemplo, han existido siempre, donde en poca de temporales la cantidad de agua y sedimentos arrastrados por los ros, as como la fuerza de la corriente marina tienden a deformar el paisaje, haciendo emerger o desaparecer porciones grandes de tierra. En 1999 los fenmenos de inundaciones en Tabasco confirmaron lo que la gente comn en la regin ha sabido desde siempre y jams se ha molestado en escribir o cientifzar: respecto al ro, su delta y la historia, el agua tiene memoria. 1.2.2. IMPLICACIONES HIDROGRFICO-GEOMORFOLGICAS EN EL CONTEXTO ARQUEOLGICO DEL DELTA DEL GRIJALVA. Pertinente para esta tesis, es mencionar que para el estudio sistemtico e integral de un sitio arqueolgico es necesario entender y manejar la informacin referente a la formacin no solo en el contexto arqueolgico, sino geomorfolgico de la regin a estudiar para una mejor interpretacin de la informacin obtenida. A este respecto en la costa de Tabasco, especficamente San Romn, el mayor de los fenmenos naturales que dificultan la localizacin y la excavacin de sitios arqueolgicos, es el proceso de modificacin de los rasgos fisiogrficos en el delta del Grijalva. El entendimiento de las variaciones geomorfolgicas que ha sufrido el rea de la barra principal de Frontera, es uno de los factores clave que ayudarn a establecer una mejor relacin entre los fenmenos naturales y su participacin en la formacin de los contextos arqueolgicos.

13El abordar el problema geomorfolgico planteado para el rea del delta del Grijalva como parte de los antecedentes geogrficos, contribuye con un mejor plano geogrfico donde se puedan aplicar modelos de cartografa histrica, de la mano de estudios geolgicos y geomorfolgicos en el rea. El desconocimiento en la evolucin del sistema deltaico no lleva sino a incrementar la incertidumbre para la identificacin de sitios arqueolgicos en el terreno. Si se entiende que las caractersticas geomorfolgicas del delta del Grijalva contribuyen a su constante transformacin espacial, se puede hacer una parcial reconstruccin de la lnea costera existente para 1519 y hasta el ao 2000. Las caractersticas del sistema deltaico Mezcalapa-GrijalvaUsumacinta, generan que la lnea costera del rea de Frontera se modifique principalmente por el impacto del ascenso en el nivel de mar y el acarreo constante de sedimentos. El resultado es que a lo largo de los aos y en un relativo corto periodo de tiempo (tal vez mucho menor a 400 aos), el mar ha perdido terreno frente a las costas debido al asolvamiento de sedimentos, que al ser muy ricos en nutrientes, derivan en zonas sostenes de ecosistemas completos, convirtindose en pantanos y posteriormente en tierra firme de pastizales o bosques tropicales perennifolios. Al hacer una revisin histrica de la cartografa de la poca, desde el siglo XVI, y hasta el siglo XX, se puede observar una sustancial modificacin en el delta del Grijalva. Desgraciadamente la manera de atender el crecimiento de dicho delta con una mayor precisin, slo podra ser adecuadamente abordado desde la interdisciplinariedad en estudios geolgicos y geomorfolgicos que den cuenta de una manera ms precisa de este crecimiento, por lo que las reflexiones aqu expuestas no son de ninguna manera concluyentes. Lo que si queda claro es que dicho proceso ha reconfigurado el delta y el sistema de barras, y cambiado el paisaje de la zona a un punto en que no concuerdan las descripciones histrico-geogrficas con la cartografa actual en el delta del Grijalva. No hay que dejar escapar que la fuerza con la que penetraba para el siglo XVI el Grijalva era cosa de seis millas mar adentro (Juan Daz 1972: 66). Efectuado el rompido del siglo XVII prximo al ingenio Nueva Zelandia, toda la corriente que alimentaba al Mazapa cambi su curso y pas a alimentar directamente el cauce del Grijalva, aumentando tambin la cantidad de sedimentos que despus se habran de acumular en su desembocadura, y azolvando ciertos ramales del mismo hasta convertirlo en un sistema de dunas y planicies costeras. El error ms grave en el desconocimiento de los procesos geomorfolgicos al realizar excavaciones arqueolgicas en el rea, es que al realizar la bsqueda y excavacin de cualquier sitio arqueolgico supuesto como asentamiento costero durante el siglo XVI y hasta mediados del siglo XVIII en el delta del ro Grijalva, en realidad habra de realizarse tierra adentro en la actualidad, debido a que la lnea costera moderna no coincide en lo absoluto con la costa de Tabasco hacia el periodo de contacto y hasta bien entrado el periodo colonial en Mxico. La lnea costera actual no exista cuando Corts conquist Tabasco, ni cuando los piratas destruyeron la primera capital hispana de la provincia.

14Cualquier bsqueda en la lnea costera moderna en la Barra Principal de Frontera es literalmente, como buscar en mar abierto. Esto significa tambin que cualquier sitio arqueolgico tierra adentro, en el delta del Grijalva, pudo ser en su momento de mayor ocupacin, un sitio arqueolgico costero, en contraste con su ubicacin geogrfica en la actualidad. Si realizamos un seguimiento histrico de la evolucin del delta del Grijalva, a partir de mapas cartogrficos existentes para el rea desde 1570 y hasta el ao 2000, podemos sugerir la evolucin del delta del ro Grijalva, proponiendo a su vez la delimitacin de sta regin costera de Tabasco para el siglo XVI. Los mapas del 3 al 9 han sido tomados del Atlas Histrico de Tabasco (Guzmn: 1982), el mapa 10 pertenece al INEGI, Ao 2000, escala 1: 15,000. El mapa 11 es una propuesta de modelo geomorfolgico sobre la evolucin del delta del Grijalva, y el rea de terreno ganado al mar desde 1519 a la fecha, elaborado por el autor a partir del uso y la intepretacin de la cartografa histrica4.

Mapa 3. Mapa de la Provincia de Tabasco, por Melchor Alfaro de Santacruz, 1570. Paleografado y editado por F.J. Santamara en 1917. Sin Escala. Dibujo de Emilio Prez Siliceo. Detalle de la Barra de Frontera. En el mapa, no aparece referencia alguna a la Isla El Buey.

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Quiero aclarar que no tengo elementos geomorfolgicos concretos para asegurar dicho crecimiento deltaico, como est expresado en el mapa 11. Sin embargo, considero til su inclusin ya que permite formular un referente para dicho fenmeno. En el futuro, un acercamiento a ste fenmeno deber ser estrictamente desde la geologa.

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Mapa 4. Detalle de un mapa que comprende desde Villahermosa hasta la Barra Principal de Tabasco. Dibujado por Antonio Ballester, posiblemente hacia 1675. La escala grfica est dada en leguas espaolas.

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Mapa 5. Plano de la Isla de Tris y Laguna de Trminos, donde se aprecia en detalle la Barra Principal de Frontera. Annimo. Dibujado probablemente hacia 1750. Escala Grfica en leguas castellanas.

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Mapa 6. Plano topogrfico de la descripcin de la barra principal de la Provincia de Tabasco, con su pueblo nuevo de San Fernando de la Victoria. Sin Fecha (Probablemente de 1805, principios del siglo XIX). Levantado por orden de Don Francisco de Heredia y Vergara, y trabajado por Don Toms Avedao, primer piloto del comercio. Escala mtrica en varas castellanas.

Arroyo El Trapiche

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Mapa 7. Plano de la Barra de Tabasco, por Jos Dolores Payan. Marzo de 1861. Donde se muestra la direccin y la dinmica de la corriente marina en la Barra y el interior del ro Grijalva. Tambin se pueden apreciar las reas de arenales y las costas bajas. Se cuenta adems con la numeracin de sondeo en pies ingleses, donde A significa fondo de Arena, y F fondo de Fango.

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Mapa 8. Plano levantado por el Ingeniero Cayetano Camia y dibujado por F. Navarro, 1879. El mapa tiene marcado el rompiente de la corriente cuando se cruza la Barra.

Mapa 9. Elaborado por George Foot en 1886 por orden de M.C. Castro. Donde 8.8 cm. equivalen a 19 km. En el plano se aprecia la punta del Buey como un par de islas en el margen entre la boca del ro y la costa. Sus nombres son Buey Chico, y Buey Grande. Con el paso de los aos, estas porciones de tierra se habran de seguir asolvando, hasta formar ambas, un solo cuerpo de tierra.

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Mapa 10. INEGI. Fotografa area del rea prxima a la desembocadura del ro Grijalva, desde donde se aprecia la isla del buey, y la Barra Principal de Frontera, escala 1: 50,000. Ao 2000.

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Mapa 11. Propuesta de modelo geomorfolgico sobre la evolucin del delta del Grijalva, y el rea de terreno ganado a mar desde 1519 a la fecha. Elaborado por el autor5.5

Hago presente mi agradecimiento al arquelogo Tomas Prez Surez por la sugerencia hecha para la elaboracin de este mapa. Su inters por esta tesis, y sus observaciones a partir del modelo geomorfolgico aplicado en el sitio de Hostia, en Italia, fueron muy tiles.

19 1.2.3. IMPLICACIONES GEOECOLGICAS EN EL DESARROLLO DE UNIDADES SOCIALES EN EL DELTA DEL GRIJALVA. La manera en como el ambiente determina a las sociedades, influye directamente en como las sociedades aprovechan los recursos disponibles para la satisfaccin de sus necesidades. Si bien ya se dijo que la hidrografa y la geografa de la regin de Frontera ha cambiado mucho desde 1519 a la fecha. La actividad econmica humana tambin ha experimentado un cambio constante e irreversible desde esa poca hasta el da de hoy. Tan solo en menos de 100 aos, el rea de Frontera experiment cambios drsticos en su ecologa, al ser convertida, de un rea de Selva Baja Tropical (Seler 1915; Blom 1926; Berlin 1956), a zona de llanuras de pastizales, para su uso en la ganadera (Fernndez et al. 1988); la cual ha sido la actividad dominante de la regin desde el siglo XVI, y se ha visto incrementada para consumo nacional desde mediados del siglo XX a la fecha. Si bien la evidencia arqueolgica que sustenta esta tesis sugiere que San Romn fue un sitio capaz de controlar hasta cierto grado, el comercio martimo y fluvial de muchas regiones, la economa regional tambin debi de verse afectada por la ecologa del rea, y los diversos estratos sociales que mantenan su economa de actividades aparte a las comerciales. Es posible que la regin de Frontera luciera completamente diferente a como se puede observar en la actualidad. El sitio de San Romn pudo entonces mantener su economa, adems del comercio; de la produccin agrcola. De acuerdo a Bernal Daz (1970:56), los espaoles pelearon en los llanos de Cintla6, los cuales pudieron fungir como las tierras de labranza para toda la regin de Frontera, de donde se abastecan de maz los diversos poblados sujetos al mismo Potonchn. De la misma manera, el medio les proporcion adems la produccin de cacao, tan importante en la economa de toda el rea maya y Mesomerica en general (Scholes y Roys 1996). A nivel artesanal, la produccin de bienes suntuarios y rituales tambin pudo ser elevada, como lo muestra el hecho de que Tabasco tambin comerciaba con grandes cantidades de plumas exticas (Scholes y Roys 1996). Tambin la produccin artesanal en San Romn pudo haber logrado una maestra en la talla de madera (con maderas como la Ceiba, Pochote, Zapote de agua, Guayacn, Pitahaya, Guacimo), como el ejemplo de la caja de madera reportada por Anaya (Anaya y Mathews 2003: 4-5) en Panhal, en la regin de los Ros,6

Muchos trabajos hasta la fecha han dado por sentado que Cintla era un rea ocupada con una poblacin demogrfica muy densa (Izquierdo 2004, 1995; Granados 2004; del guila 1980; Lpez 1980). Sin embargo, existe la posibilidad de que Cintla, o los llanos de Centla, hayan sido grandes reas abiertas utilizadas para la labranza (Salazar y Chvez 2005: 81). Lo ms probable es que las llanuras hallan sido identificadas como tales, a partir de que fue en marzo cuando los espaoles combatieron en Tabasco, poca en la cual, las tierras de labranza en general, se encuentran en reposo, y prxima a entrar en el sistema agrcola de tumba-roza-quema.

20 Tabasco; la madera tambin fue utilizada para su uso en las construcciones, hornos, y fines domsticos. Otro ramo de la produccin en San Romn pudo haber sido la produccin de cermica anaranjada fina, tan popular en el rea maya, y de la cual, la costa de Tabasco era productora para el periodo protohistrico (Berlin 1956). Esta cermica era producida a partir del aprovechamiento de las arcillas de las zonas anegadas, tan finas y sin impurezas, generadas por el flujo en las corrientes de agua que participan en el sistema deltaico del Grijalva. Junto con esta cermica, tambin eran producidos ladrillos para la construccin arquitectnica de los edificios, al estilo por ejemplo, de Comalcalco (Berlin 1956), (las cuales necesitaban de albailes especializados en la produccin de ladrillos para las estructuras, a partir de la explotacin de bancos de arcilla en el rea). Esta rea tambin provea de concha para su utilizacin en estuco. De acuerdo a las actividades de Caza-Pesca-Recoleccin, la costa de Tabasco a principios del siglo XVI, presentaba lo siguientes recursos usados por las poblaciones indgenas (del guila 1980): mono, mapache, perro de agua (nutria), tepezcuincle, conejo, tapir, danta, jabal, venado, manat, jueche (armadillo); aves como el tordo, la calandria, pijuy, guajolote, pijij; reptiles como tortuga de mar, hicotea, guao, chiquiguao, mojina, pochitoque, talmana, taimane, lagarto, iguana verde, garrobo, ixpoque, nauyaca, cola de hueso, sapo; peces como el rbalo, tenguayaca, mulula, topn, pejelagarto, raya, tiburn, jaiba, camarn, pigua, langosta, anguilas de arroyo, pulpo, ostin de ro, almeja. Tambin pudieron explotar la miel de comejn (un tipo termita), como sustito de la miel de abeja. Se pudieron recolectar plantas como el chipiln, bledos, chirimoya, quequesque y yuca (tubrculos) achiote, tuna, nopal, tabaco, chile, tomate, chilpate, culantro, zapote, chicozapote, epazote, momo, calabaza, aguacate, matal, camote. Se puede apreciar que Tabasco tenia (y an tiene) una cantidad de plantas y animales endmicos muy grande, incluso ms all de lo que los censos modernos pueden estimar (INEGI). Estas plantas y animales fueron junto con otras actividades productivas, la base del sustento econmico de la regin, adems del control y la explotacin de otros recursos con miras al comercio tanto local, como a larga distancia. En conjunto, todas estas actividades permitieron un tipo de asentamiento autosuficiente, con una gran capacidad de produccin para consumo local, y comercial. San Romn pudo ser entonces un tipo de asentamiento an ms complejo de lo que hemos supuesto, en comparacin de otros asentamientos costeros durante el Posclsico.1.3. ANTECEDENTES HISTRICOS DE LA REGIN. Bien puede considerarse que el Golfo de Mxico y las tierras adyacentes a lo largo de la costa de la Pennsula de Yucatn y del Mar Caribe formaban una unidad econmica en la poca de la conquista. Aunque toda esta rea contena un gran nmero de pequeos estados independientes, se

21unan en su totalidad por medio de relaciones comerciales que constituan el vnculo de inters comn. La economa comercial durante el Posclsico inclua una vasta red de transporte, mercados, comerciantes y mercaderes, los cuales en su conjunto mantenan relaciones econmicas vigorosas, vinculadas por medio de las relaciones polticas, con diversas regiones a travs de Mesomerica (Berdan et al. 2003: 100-101).

Las relaciones polticas a su vez, se vean favorecidas por alianzas o relaciones de parentesco entre diversos caciques. Incluso, las incursiones blicas podan verse suscitadas por el control de reas de recursos o rutas comerciales; por ejemplo, el cacique de Potonchn en Tabasco, era hermano del cacique de Champotn en Campeche (Daz del Castillo 1970: 59). Potonchn y Champotn, junto con Xicalango y Tabasquillo haban declarado la guerra a Tixel, el cual se despobl para fundar Mactun que llaman Acalan (Scholes y Roys 1996: 315). Dicho fenmeno de alianzas y batallas entre estados pudo haberles trado ventajas econmicas a todos los participantes en estas guerras, pero en el caso de Champotn y Potonchn, su ganancia en los conflictos blicos pudo traducirse en el control de las reas de distribucin de productos especficos comerciados hacia diversas regiones. De sta manera, Tabasco exportaba por todo Mesomerica plumas de aves exticas de la regin. Junto con Honduras, Tabasco tambin mantena el control en la produccin de cacao en el rea maya (Scholes y Roys 1996: 15). Una de las rutas de control pudo librarse a travs tal vez, del camino del ro Grijalva a la depresin central de Chiapas hasta Quechula, de donde partan dos caminos: uno hacia Tecpatan al oeste, y otro hacia el Soconusco y Anahuac Ayotlan al este (Ortiz 1988: 31). Ya en el Soconusco esta ruta se poda entroncar con la ruta transtsmica a Centroamrica, especialmente hacia la provincia Pipil de Cuscatlan en El Salvador (Fowler 1989: 275). Chikinchel, en Yucatn, tena la cuasi-equivalencia a un monopolio en la produccin industrial de sal (Masson 2001: 353), especializndose tambin en exportar a sus vecinos ropa de algodn y esclavos. Comerciantes de Xicalango y Potonchn en Tabasco, y de Champotn y Campeche, al sudoeste de Yucatn, tenan depsitos y factoras en Honduras, en las mrgenes del ro Ula (Scholes y Roys 1996: 16). A nivel histrico, el sitio ms importante durante el Posclsico en las costas de Tabasco era Potonchn. Esta ciudad fue la capital de la provincia de Tabasco, y se localizaba sobre la margen Oeste del ro Grijalva. Fue descrita por Hernn Corts (1963: 12) y Bernal Daz del Castillo (1970: 50) como un gran puerto martimo que comerciaba con productos provenientes de muchsimos lugares a lo largo y ancho de Mesomerica (Mapa 12). Al parecer, la prosperidad de Tabasco se debi a su grancapacidad comercial sobre un vasto territorio geogrfico (Cabrera y Vargas 1985:10-13), y a la gran produccin anual de cacao, cuyo fruto crece durante todo el ao (Scholes y Roys 1996:32). Potonchn tambin importaba productos como el oro y chalchihuites desde el lugar donde se pone el sol, y decan Cula y Mxico (Bernal 1970: 59), as como obsidiana verde proveniente de Sierra de las Navajas en Hidalgo, o de Pico de Orizaba en Veracruz (Martos 2006 Comunicacin Personal), cuyos productos

22elaborados como navajillas de obsidiana han sido recuperados arqueolgicamente en San Romn. El comercio entre los chontales era tal, que la isla de Cozumel, siendo famosa en la poca de la conquista por el adoratorio de Ix Chel, la diosa de la luna, era visitado entonces por peregrinos que venan desde Potonchn y Xicalango (Scholes y Roys 1996: 71).

Thompson (2004: 22), afirmaba que los grupos putunes (o chontales) provenientes de Potonchn, hubieron de controlar el rea donde el ro de la Pasin y el Chixoy se unen para formar el ro Usumacinta, manteniendo una base comercial en el sitio de Altar de Sacrificios, para su Fase Terminal, y controlando todo el comercio para el Posclsico Tardo por todo el Usumacinta (Thompson 2004: 25). Se sabe adems que los chontales de Tabasco haban sido afectados por la cultura mexicana (Scholes y Roys 1996: 28), en un rea donde por lo menos haba ocho o quiz ms ciudades de habla nahuat. Andrews (1998: 16), citando a Thompson, consider a los mayas como los fenicios de Mesomerica, afirmacin que tiene mucho de cierta, respecto a que las investigaciones realizadas en los ltimos 20 aos han revelado una compleja estructura asociada al comercio y la navegacin, tanto martima como fluvial.

Mapa 12. Mapa de las rutas de comercio martimo en el rea maya para la poca de la Conquista. Tomado y modificado de Andrews, 1998.

Potonchn, de acuerdo a los criterios de este autor, debi de ser tanto 1: un puerto comercial, como 2: un puerto de paso para el comercio de larga distancia. Ambas categoras estn relacionadas con la funcin que Potonchn tuvo como puerto costero importante, en relacin con las rutas comerciales con otros puertos costeros de la Pennsula; y con la referencia de Potonchn como puerto que

23vinculaba las rutas comerciales martimas, y las rutas comerciales fluviales a larga distancia tierra adentro, con otros sitios en tierras altas. Andrews (1998: 20) afirma que el ro Grijalva debi de ser uno de los ros ms importantes sobre el cual se transportaba gran parte del volumen del comercio maya. Debido a esto, es natural pensar que la importancia del rea de Frontera como puerto y enclave comercial, debi de haber sido crucial y vital para toda la red de comercio martimo y fluvial que se distribua a lo largo del rea maya. En 1519, en uno de los fenmenos sociales ms dramticos que habran de suceder en el rea, Hernn Corts bordeaba la costa desde la Pennsula de Yucatn, siguiendo las rutas comerciales martimas mayas, y llegando a Tabasco frente a la boca del ro Grijalva, donde atracara para tiempo despus internarse en la ciudad de Potonchn el da 12 de marzo de 15197 (Gil y Senz 1979: 37-40). Segn las fuentes histricas, el podero de Potonchn en la regin era tal, que pudo convocar grandes cantidades de soldados para defender la capital chontal de los invasores hispanos. Daz del Castillo dice que fueron aproximadamente 12,000 guerreros venidos de varias provincias lejanas, y llamados a la batalla por el cacique de Potonchn, Taabs Coob (Daz del Castillo 1970: 5456). En la actualidad, varios autores estiman cantidades de 10,000 hasta 13,000 guerreros (Izquierdo 1997: 178), estirndose incluso hasta los 40,000 guerreros (Lpez 1979: 19). Una vez ganada la batalla en Potonchn y las llanuras de Centla, los espaoles recogieron a sus muertos y heridos y se dirigieron a su Real, liberando a todos los cautivos indgenas y dndoles la orden de mandar traer a sus principales, pues queran entrar en plticas con los caciques para que se hiciera la paz en la regin. Un da despus llegaron representantes de Potonchn y otras entidades para entrar en plticas y dar presentes, Corts acept los presentes en especie as como 20 mujeres entre las que iba la Malinche, su posterior mejor arma de conquista. Y despus de apeados y debajo de unos rboles y unas casas que ah estaban, dimos muchas gracias a Dios por habernos dado aquella victoria tan cumplida; y como era una da de Nuestra Seora de Marzo llamse una Villa que se pobl, el tiempo andado, Santa Mara de la Victoria (Bernal Daz 1970: 55) El sistema comercial martimo maya fue entonces reutilizado por los espaoles para transportarse hacia todas las nuevas Colonias fundadas a lo largo del Golfo de Mxico, la Pennsula de Yucatn y El Caribe. Tabasco tuvo adems, una importancia estratgica dadas las diversas7

Existe un problema cronolgico en el que varios autores pasan el da de la llegada del 12 hasta el 21 de marzo, esto supongo es causado por el cambio y adopcin real a fines de la dcada de 1590 del calendario juliano por el calendario gregoriano, que desfasara el ao en aproximadamente 10 das.

24campaas de conquista hacia la pennsula de Yucatn y Guatemala (por los caminos de tierra adentro), desde 1525 hacia mediados de 1550 (Jones 1998: 41); (Mapa 13). En enero de 1524 lleg a Tabasco Juan de Vallecillo como capitn general de la provincia de Tabasco con 60 soldados espaoles (Relaciones Histrico Geogrficas... 1981: 425), y 200 indgenas aztecas y tlaxcaltecas, establecindose en lugar donde Corts haba dictaminado la creacin de una Villa 5 aos atrs, con la intencin de fomentar un comercio martimo entre Veracruz y Campeche, y fundando la Villa de Santa Mara de la Victoria. En dicha ruta portuaria, los barcos deban de salir desde Veracruz y pasar por Tabasco hacia la Pennsula de Yucatn, y luego Espaa. Santa Mara de la Victoria se convirti con el tiempo en un asentamiento de desarrollo urbano complejo (Salazar y Chvez 2005: 84), adquiriendo as una importancia econmica producto del comercio, como en cualquier otra Villa espaola de las costas del Golfo y Yucatn. Santa Mara de la Victoria fue una villa que por su ubicacin tan penosa hubo de sufrir el asedio pirata ya desde principios de 15708. En 1557 comenzaron a registrarse las incursiones de corsarios y piratas ingleses en las costas de Tabasco tras su apoderamiento de la isla del Carmen. Esto orill a un grupo de espaoles acaudalados e indgenas de Santa Mara de la Victoria, a dirigirse ro arriba del Grijalva, asentndose en Villa Carmona (la que posteriormente habra de convertirse en San Juan Bautista), y provocando una fragmentacin en los intereses de los distintos sectores involucrados. Estos intereses era bsicamente la propiedad de encomiendas cerca de la costa donde se mantenan grandes zonas ganaderas y agrcolas. Los ataques piratas fueron tan concisos y fuertes que en 1597 casi se apoderan de Campeche, siendo repelidos por los soldados espaoles. Ese mismo ao los piratas por primera vez lograron tomar Santa Mara de la Victoria, quemndola por completo y secuestrando adems a mucha gente. El gobierno respondi trasladando los poderes a Tacotalpa (Lpez 1979: 64-67; Rovirosa 1946: 10) ya que los piratas haban incluso atacado San Juan Bautista, destruyendo la primera edificacin de ladrillo; El fortn de la Loma, el cual resguardaba los intereses reales. Por esta poca el pueblo de Atasta y Tamulte de la Barranca se trasladaron tierra adentro. Tras la huida de los piratas, los pobladores reconstruyeron su iglesia y nombraron un nuevo cabildo y oficiales reales para perpetuar el nombre del primer poblado fundado en Mxico. No paso mucho tiempo hasta que el alcalde abandona la Victoria y se dirige a la Villa Hermosa de San Juan Bautista juntando a toda la poblacin para poner a voto la peticin del traslado de los poderes a dicha ciudad y comenzar el proceso para abandonar el asentamiento costero:

8

El Cabildo de la Villa de Santa Mara de la Victoria, escribi en 1579 que: habr ocho o nueve aos estuvo en este ro (Grijalva) un navo de ingleses corsarios (Relaciones... 1981:423). Donde los piratas sondearon los puertos de la costa, tomando lea y agua; tiempo durante el cual, los habitantes de la victoria vivieron una poca de mucho aprieto, por custodiar la villa y playa, sin ninguna fuerza para resistir algn embate.

25"y por faltarles las comodidades de vivir hicieron una casa en el campo, muy lejos de la dicha villa (la Victoria) el ro arriba, donde se registran las mercaderas a voluntad de los dueos... Seria bien mudar y pasar la dicha villa junto a la dicha casa, por ser parte acomodada para la vivienda y contratacin de los dichos vecinos, entrando y saliendo por tierra y con esto vendrianse a excusar el peligro en que siempre haban estado, de ser robados y saqueados de corsarios enemigos que all suelen llegar. (Izquierdo 1995: 35)

Mapa 13. Mapa que seala las rutas espaolas en los siglos XVI y XVII. Tomado de Prager 2001: 375.

26Desde 1570 y hasta finales de 1619 las cosas en la Victoria y en terrenos cercanos habran de empeorar al haber una baja demogrfica significativa en los alrededores del ro Grijalva, abandonndose 3 pueblos cercanos a la Victoria, y comenzndose el poblamiento de otras reas ms seguras En 1603 el alcalde Mayor de Tabasco pidi al virrey el traslado de la capital de los poderes en Tabasco de la Victoria a San Juan Bautista (Izquierdo 1995: 26). Finalmente no fue sino hasta 1641 cuando se hizo el traslado oficial de la capital de Tabasco tierra adentro, a San Juan Bautista. El rea del delta de Grijalva sufri entonces, un proceso de abandono gradual que bien pudo tomar varios aos en suscitarse completamente (Jimnez Abollado 2005: 137). 1.4. ANTECEDENTES ARQUEOLGICOS DE LA REGIN. El desarrollo de investigaciones arqueolgicas en la regin costera de Tabasco fue durante la dcada de los 50s, bastante prolfico. Desgraciadamente en tiempos ms recientes, ste se ha visto casi nulo. Si bien el inters de los especialistas en la regin es grande, ya que en esta rea se localizan los restos arqueolgicos de la primera poblacin indgena mencionada por los espaoles en el siglo XVI, y la primera capital en Tabasco, los trabajos que dan cuenta de una secuencia arqueolgica para la regin costera de Centla, en Frontera, es prcticamente inexistente. En 1876 Richard Berendt excav en la regin de Frontera9 (Berendt citado por Brinton: 1896) cerca de la desembocadura del Grijalva. Y fue su trabajo una referencia obligada por todos aquellos interesados en estudiar la arqueologa de la regin costera de Tabasco. El trabajo de Berendt fue

publicado parcialmente por Brinton, en 1896 tras la muerte de Berendt. En su trabajo, Brinton comenz por analizar las fuentes histricas disponibles para plantear la posible localizacin de Potonchan, y la etnicidad a la cual pertenecieron los indigenas que pelearon contra Corts. Describi Cintla como una gran planicie cubierta por amplios maizales, templos y casas (Brinton 1896: 4). Afirm que la palabra Cintla tambin pudo provenir del maya Tzent-Tah, que tradujo como lugar fortificado o lugar lleno de provisiones (Brinton op cit: 5). Tambin Brinton estudi el trabajo hecho por Charnay en Comalcalco, como paralelo al trabajo hecho por Berendt en Cintla; finalmente afirm que Santa Mara de la Victoria fue fundada sobre la Potonchan de Corts (Brinton ibidem: 7). Brinton visit la localidad de Pedrito, a 15 millas de la boca de ro Tabasco, y describi grandes monticulos con mucha cermica en superficie, y evidencia de un pueblo antigo. Describi adems una piedra circular a manera de mesa redonda, con figuras en relieve y grabadas a los lados. Sobre las ruinas de Cintla, utiliz para su descripcin, los apuntes dejados por Berendt despus de su muerte. Berendt afirm que el descubrimiento de Cintla fue un mero accidente en 1876; enterrada en el denso bosque tropical y desconocida hasta por los propios9

Esta regin puede tambin entenderse como la totalidad del rea que comprende el delta de Grijalva.

27 indgenas de la regin. Brinton tambin cit el hallazgo de Berendt, de un vaso con asas antropomorfas en forma de europeos, barbados y con polainas (Brinton ibidem: 10). Describi tambin una lnea costera entre la barra de Chiltepec y el ro Grijalva, con una selva tropical densamente poblada por sitios arqueolgicos con vestigios en superficie. Describi el sitio de La Bellota, llamado tambin del cajete. Report cermica anaranjado fino, perteneciente al grupo Cunduacan, y soportes pertenecientes a cermica del grupo Matillas. Tambin describi lo que pudo ser cermica del grupo Altar (Cedro acanalado?). Este trabajo Brinton lo concluy con unadisculpa sobre lo pobre del anlisis por el hecho, dada la escasa evidencia dejada por el Dr. Berend despus de muerto; apunt adems en la necesidad de los lectores en contribuir con este trabajo10. En 1911 Eduard Seler11 realiz un viaje donde: Por causa de buena suerte tuve la posibilidad de ver y estudiar la Sbana de Cintla, el otro lugar en que Corts obtuvo su primera gran victoria: la toma de Potonchan... Describi tambin la geografa: Las aguas del Ro de la Bellota van a una laguna grande, de la cual sale un canal que lo conecta con el Ro de Grijalva enfrente de Frontera. La ciudad de Frontera es una fundacin reciente. La antigua ciudad de Santa Mara de la Victoria se encontraba en la misma orilla como el antiguo Rancho La Bellota, que le dio al ro su nombre, un poco abajo del canal que conecta la laguna con el Ri Grijalva. Pero la antigua ciudad fue abandonada por sus habitantes debido a asaltos y cazas de esclavos, y nunca fue reconstruida. El terreno en el cual se encuentran hoy las ruinas del Cintla antiguo forman parte de la Hacienda del Coco, cuyo propietario es la sociedad de plantajes Graves & Graves de Boston. El administrador de la hacienda es el seor Albert R. Morrell y ltimamente ha dejado excavar varios edificios antiguos y fue tan amable para guiar nuestro pequeo grupo al lugar donde se encuentran las ruinas principales y mostrarnos las piezas encontradas durante los trabajos de excavacin, que tenia en su casa.Una particularidad de los edificios de Cintla, que ya fue mencionada por Berendt, es que fueron construidos completamente con tierra ligera de la selva y mantenidos en su forma por una capa de mezcla que cubra la superficie, los muros y las escaleras. Esta forma de construir los edificios era una necesidad ya que en esa tierra no se encuentran piedras. Y fue posible por la calidad de la mezcla que se hacia con arena de cuarzo y caracoles quemados. A las escaleras se les daba una rigidez especial poniendo de manera alternante mezcla, ladrillos y tierra y cubiertas todas con mezcla... tambin encontr piezas de figuras y de vasijas que se parecen a las que se encontraron en las zonas arqueolgicas bien conocidas de Jonuta en el Usumacinta, de El Carmen, Campeche y de la Isla de Jaina, lo cual es prueba de que los habitantes de la Cintla antigua tenan relaciones con los maya de los lugares mencionados. (Seler 1915: 149-151).10

El texto original de The Battle and Ruins of Cintla, de Daniel Brinton, fue originalmente imposible de conseguir en Mxico, en las bibliotecas de temtica antropolgica ms consultadas, incluso en la biblioteca del Museo Nacional de Antropolgia e Historia. Quiero agradecer infinitamente a Julia Averhoff por haberse tomado la molestia de conseguir este trabajo en la Biblioteca Central de Berlin. 11 Nuevamente agradezco a Julia Averhoff, quin me hizo el favor de buscar y traducir este texto del Alemn, de la biblioteca Universitts- und Landesbibliothek Mnster, en Nordrhein-Westfalen, Alemania.

28Uno de los primeros trabajos de orden histrico, pero cuya mencin hace nfasis en la necesidad de intervenir arqueolgicamente, es el trabajo de Don Jos Ugalde (1916), quien le presenta a Don Manuel Gamio un Informe de la Localizacin de la Zona Arqueolgica de Cintla, Tabasco. Este trabajo forma parte de una serie de informes que sirvieron para dar cuenta de los sitios arqueolgicos mencionados por Hernn Corts y Bernal Daz del Castillo. Menciona las excavaciones hechas en 1869 por Berendt pero no ahonda en sus resultados. Bsicamente este trabajo se dirigi a hacer una descripcin histrica de la problemtica arqueolgica. Ofrece adems una justificacin sobre la importancia de los trabajos hechos por Berendt, y la continuidad de su validez cientfica. En 1919 Ugalde presenta otro informe sobre la historia de Tabasco desde el periodo prehispnico, colonial y del Mxico independiente. En su apartado sobre monumentos histricos menciona varios lugares en Villahermosa, y comienza a cuestionarse sobre la posible localizacin de Santa Mara de la Victoria. En 1925 Franz Blom realiz su expedicin a la Amrica Media, a travs de la universidad de Tulane en Louisiana, navegando por toda la costa del Golfo de Mxico, hasta Tabasco, donde pasa por la Barra de Tupilco, Dos Bocas, y se mete por la Boca del ro Grijalva, desembarcando en Frontera (Blom 1926: 97, 98) (Mapa 14). Aunque Blom no hizo ningn tipo de trabajo de campo, si hizo un recuento del trabajo hecho por Berendt, citado por Brinton. Tambin menciona los trabajos hechos por Charnay, quien visit varios sitios cerca a La Bellota, al sur del rancho El Coco, y describi pirmides con acabados en mampostera a base de ladrillo cocido, a la manera de Comalcalco. Visit a quien en ese momento fue el guardabosques del rea, quien le mostr una grancantidad de objetos recolectados, entre los que destacaron los cascabeles de cobre, los cuales dada su abundancia, hicieron suponer a Blom, que pudieron venir por comercio con grupos nahuas o toltecas.

Mapa 14. Ruta seguida por Blom en su viaje desde Veracruz, por Frontera Tabasco y hasta Chiapas, en 1925.

29En 1956 Heinrich Berlin excav en diversos lugares en Tabasco. Uno de ellos es el sitio que llam Jurez (Mapa 15), y que identific como el Cuyo Grande, sitio excavado por Berendt en 1869. Describe arquitectura de ladrillo observada desde la superficie, y cerca del montculo principal. Reporta adems ladrillos como muro de contencin de una terraza. El grosor del muro lo estima en 1 metro aproximadamente. El piso estaba constituido por una capa de sascab, cuyo grosor no pudo

determinar. Al parecer, dicha estructura y su terraza corresponden a una etapa constructiva posterior al resto de sitio.Afirma que aunque Tabasco ha sido poco explorado arqueolgicamente, las construcciones de ladrillo y mortero que aparentemente son indicadores de etncidad entre los chontales, aparecen a lo largo de la costa del estado. Identifica el Horizonte Cintla, definido por cermica proveniente de Tamult, Jurez y Atasta. El horizonte Cintla es un periodo protohistrico, cubriendo 200 aos previos a la llegada de los espaoles. Describi los sistemas constructivos de las estructuras a base de ladrillo, apisonados de tierra y sascab. Report tambin cermica del horizonte Cintla, en su mayora anaranjado fino de los tipo V (Matillas) y U (Cunduacan). Afirm que laMapa 15. Sitio de Jurez, identificado por Berlin como el Cuyo Grande de Berendt. Tomado de Berlin, 1956.

arqueologa de la regin del bajo Grijalva se mantiene ms o menos uniforme en cuanto indicadores arqueolgicos se refiere (sistemas constructivos, materiales cermicos, lticos, etc.).

No localiz ocupaciones anteriores, del Preclsico o Clsico Temprano. Esto lo llev a afirmar que la ocupacin de toda el rea debi de llevarse a cabo en su mayora durante el Posclsico Tardo. Sin embargo, estudia por analoga con otros sitios de la regin costera, la posibilidad de contener ocupaciones tempranas (Laguna de Trminos, La Venta, y cerca de Comalcalco. Todas estas ocupaciones estn ligadas al Preclsico olmeca). Menciona adems, que Edward Seler en 1912, excav un basurero cercano al sitio de Jurez en Tabasco, localizado materiales del horizonte denominado Jonuta, que abarca el Preclsico y parte de Clsico Temprano. Parte de su trabajo tambin la dedica a revisar el trabajo Berendt, citado por Brinton en 1896. Estudia el caso de la Cintla donde Corts entabla su primera batalla en territorio tabasqueo, y de la identificacin arqueolgica del sitio histrico que realiza Berendt. Difiere de la opinin de Berendt, a partir del supuesto de que cualquier sitio con arquitectura localizado sobre el margen oeste, cercano a la desembocadura del Grijalva, es potencialmente la Cintla e incluso el Potonchn que mencionan las fuentes histricas. Berlin critica que despus del trabajo de Berendt toda la comunidad acadmica de la poca estuvo de acuerdo en las conclusiones a las que lleg. Sin embargo, enfatiza que pocos estudiosos pusieron atencin al hecho de que Berendt nombra a toda la cermica obtenida de la

30regin, como cermica proveniente de Centla; Centla como regin fisiogrfica y no como sitio arqueolgico especfico, por lo que la cermica obtenida durante su intervencin no puede ser tomada como proveniente de un sitio arqueolgico, sino de muchos sitios cercanos (Mapa 16).

Mapa 16. Sitios Arqueolgicos en el rea de Frontera, tomado y modificado de Berlin, 1956.

Esto permite a Berlin abrir la polmica en torno a la localizacin de Cintla y Potonchn de nuevo, al negar la identificacin hecha por Berendt. Su estudio lo concluye argumentando que incluso la Villa de Tabasco (Santa Mara de la Victoria), que tuvo materiales aun ms diagnsticos en trminos de etncidad y temporalidad; los cuales pueden ayudar ms fcilmente a su identificacin, no haba podido ser localizada hasta esa fecha. Por otro lado, Florencia Mller, durante la dcada de los aos 60s realiz el Atlas Arqueolgico de Tabasco (Mller, 1967). En el se mencionan de nuevo los trabajos de Berendt en la regin costera del Tabasco, pero no los de Berlin. Propone que la filiacin tnica de la regin debi de ser Maya-Nahua, utilizando la periodificacin dada por Berlin aunque aade a la fase Cintla un periodo denominado Cocom Xiu, donde hay una fuerte penetracin de grupos nahuas a la regin. Describe adems los mismos sistemas constructivos a base de montculos de tierra aplanada y terrazas recubiertas con sascab. Accesos y esquinas a base de ladrillo cocido. Spinden (1975: 195, 196), refiri al estudio de Brinton y Berendt para hablar de materiales arqueolgicos recuperados en las ya muy llamadas ruinas de Cintla, correspondientes en figurillas

31antropomorfas de guerreros. Adems sugiere que la tradicin de incensarios de pasta burda y antropomorfos, tan comunes en todo el Golfo de Mxico y Yucatn, pudieron tener un origen tabasqueo, asociado al rea que cubrieron las ruinas de Cintla (Spinden 1975: 196). Gaxiola y Ramrez (Fernndez et al. 1988:34), al trabajar en el Atlas Arqueolgico de Tabasco, retomaron el trabajo de Ugalde (1916), ilustrando la descripcin de Cintla, con imgenes obtenidas del trabajo de Chavero (1940: 166, 167), refirindose a la Cintla tabasquea. Sin embargo Chavero en su libro se refiere ms bien a una Cintla ubicada cerca de Cofre de Perote y del Pico de Orizaba, en Veracruz; por lo que su identificacin entre las imgenes utilizadas y la descripcin de Cintla por Ugalde, no corresponden con su informe presentado. Ernesto Vargas (2001:44-45) sugiri que uno de dos sitios cercanos al Grijalva por su margen oeste podran corresponder con el Potonchn histrico, estos son el Sitio de El Pjaro y Allende, ubicados tierra adentro. Su argumento principal descansa en los trabajos de reconocimiento por l hechos, donde ningn otro sitio cercano a la desembocadura del Grijalva corresponde en tamao e importancia por los restos arqueolgicos, con el sitio descrito por las fuentes, a excepcin tal vez de estos dos sitios. Pienso que el sitio arqueolgico de El Pjaro (Vargas 2001: 45: Fig. 1), no es sino el sitio de Juarez excavado por Berlin (Berlin 1956), y el del Cuyo Grande de Berendt (Brinton 1896: 10, Fig. 2). Vargas tambin hace referencia a Los dolos y San Romn como sitios alguna vez identificados por Thompson como el Potonchn histrico, pero por cuyo tamao fueron descartados como dicho sitio histrico (Vargas 2001: 45), el primero de estos sitios est localizado en lo que actualmente es la cabecera municipal del Centla, Frontera; y el segundo localizado frente a sta, y de donde proviene el material cermico analizado en esta tesis. En otras ocasiones (Chvez 2002; 2005), he venido sugiriendo que la arqueologa del delta de Grijalva no podra ser entendida de no ser explicada en relacin con la transformacin gradual y constante del terreno, en un proceso donde la tierra le ha venido ganando terreno al mar, transformando por completo la geografa del rea, y difiriendo del terreno hacia el siglo XVI. Lo que se traduce en la no correspondencia entre fuentes cartogrficas histricas, y la geografa actual. Un anlisis de las fuentes histricas, tomando en cuenta el fenmeno geomorfolgico de transformacin del terreno en el delta del Grijalva, me llev a sugerir que el sitio San Romn (del cual el rea excavada forma tan solo una pequea parte) y el sitio de Frontera, conforman una misma unidad socio-poltica, que podra corresponder con el Potonchn Histrico. En el caso de la Villa de la Victoria, esta se podra encontrar localizada en parte del mismo asentamiento de Potonchn, sobre el cauce del arroyo El Trapiche, antes de entrar a la laguna El Coco, en un rea donde de acuerdo con los lugareos, como ellos la nombran, se encuentra la Isla de los Tepalcates12 (Chvez 2005), la12

En 2003 la Antroploga Flora Salazar Ledezma y el autor, realizamos un reconocimiento del rea del arroyo El Trapiche hasta la laguna El Coco. Dicho reconocimiento trajo como resultado la identificacin de lo que fue muro de ladrillos, ahora colapsado, sobre la margen del arroyo, que pudo ser a mi criterio, de manufactura temprana en rea, en tiempos histricos.

32cual no esta compuesta por tepalcates pertenecientes a piezas cermicas; sino a ladrillos de arcilla, los cuales parecen conformar un muro, tal vez de contencin en un rea, donde en estas fechas no se registra ninguna actividad humana, capaz de explicar su posicin en la actualidad. Dichos ladrillos, en una observacin personal distan mucho del tpico ladrillo prehispnico descrito por Berlin, como: ladrillos relativamente delgados, cuyo color va del rojo, caf al gris, los cuales aparecieron en las estructuras del Clsico en Comalcalco, y Bellote, y fueron utilizados hasta los tiempos de la conquista (Berlin 1956: 102 -la traduccin es del autor-); en cambio, los ladrillos de la Isla de los Tepalcates son rectangulares con un grosor muy proporcional a su largo y altura, hacindolos casi cuandragulares, y distintos adems de los ladrillos rectangulares actuales. De cualquier manera, solo una serie de excavaciones arqueolgicas en este lugar, podrn esclarecer su origen temporal. Despus de los ltimos trabajos de Berlin, la regin de Frontera ha sido estudiada por arquelogos e historiadores desde los libros, lo que ha originado una prolfica discusin con respecto a la arqueologa del rea, pero que no ha contribuido con ninguna evidencia arqueolgica a la discusin (Izquierdo 1997, 2005). Existen adems, anlisis histricos que emiten hiptesis para la localizacin de los sitios histricos en la geografa del rea de Frontera en la actualidad (Salazar y Chvez 2005: 61-90; Chvez: 2002, 2005; Izquierdo 1997: 171-182; 2005: 91-116). Sin embargo, todos los trabajos hasta la fecha han sido de carcter especulativo; que aunque vlida y necesaria, la especulacin por si misma se ve rebasada por los primeros resultados arqueolgicos concretos en casi 50 aos. El estudio realizado en esta tesis aporta la secuencia cermica del rea, necesaria para abordar cualquier problemtica arqueolgica que sea propuesta y realizada para la regin. De esta manera, el estudio y anlisis cermico que esta tesis presenta, contribuye con evidencia slida que servir como punto de partida para la continuacin del quehacer arqueolgico en San Romn y la arqueologa de la regin de Frontera.

33 CAPTULO 2PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. OBJETIVOS E HIPOTESIS PRINCIPALES. LA EXCAVACIN. METODO DE ANLISIS. ANLISIS ESTADISTICO DE LA CERMICA DE SAN ROMN. PRESENTACIN DE LOS TIPOS-VARIEDADES CERMICAS EN EL CATLOGO CERMICO DE SAN ROMN. FUNDAMENTOS CRONOLGICOS EN LOS CUALES SE BASA LA SECUENCIA CERMICA DE SAN ROMN. 2.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

El rea inmediata al puerto de Frontera Tabasco, no cuenta con informacin arqueolgica reciente desde los ltimos reportes de las investigaciones arqueolgicas realizadas por Heinrich Berlin en 1956. El propsito de esta tesis es el de aportar informacin relevante en cuanto al desarrollo arqueolgico en el rea. Las fuentes histricas (Corts 1963:44, 52, 58; Daz del Castillo 1970: 50-61. Juan Daz 1972: 67; Relaciones histrico geogrficas de la Provincia de Tabasco 1981: 416), dan cuenta de que en esta regin se estableci una de las ms grandes capitales chontales, Potonchn; capital de la provincia de Tabasco. De acuerdo con algunos expertos (Scholes y Roys 1996:16; Thompson 2004: 40) los chontales fueron un pueblo de comerciantes y expertos navegantes tanto de ros como de mares, que deban su poder a la gran movilidad de productos as como al control de enclaves comerciales. Bajo este argumento, el control de un enclave situado estratgicamente en la desembocadura de un ro que conecta con el mar es tan importante, que la idea de una sola ocupacin en el rea es muy difcil de sostener, debido a que su ubicacin obedece a intereses tanto econmicos como polticos. El rea prxima a la desembocadura del ro Grijalva pudo ser un puerto comercial importante de Tabasco en tiempos prehispnicos, su control y dominio por parte de Mayas Chontales durante el Posclsico Tardo, signific el control de recursos provenientes de diversos lugares a lo largo y ancho de Mesomerica, gracias a su gran capacidad como navegantes sobre los ros desde las tierras altas de Chiapas y Guatemala; y en el mar, por el Golfo de Mxico desde Tabasco hasta Yucatn (Landa 2003:46). Una vez consumada la conquista de Mxico, el control del rea fue ostentado por los espaoles que fundaron la primera capital espaola de la provincia de Tabasco (Rodrguez y Santa Cruz 1981: 367) cerca de la desembocadura del ro Grijalva, desde la cual, mercaron e intercambiaron productos provenientes desde diferentes lugares de la Nueva Espaa y Espaa misma (Relaciones histrico geogrficas de la Provincia de Tabasco 1981: 429, 430). La cermica, dada su abundancia y resistencia al paso del tiempo, puede ser estudiada bajo diferentes perspectivas, de tal manera que su utilidad tambin conlleva a ser empleada como una herramienta para medir el paso del tiempo; es decir, como un indicador cronolgico. De todos los materiales obtenidos en excavacin, la presente tesis se limit solamente al anlisis y estudio de la misma. El estudio de la cermica est enfocado a resolver en un nivel temporal la ocupacin humana

34de San Romn, bajo el uso del sistema tipo-variedad en la cermica prehispnica de filiacin maya. Esto permitir crear una clara demarcacin temporal entre dos momentos muy especficos en la arqueologa de la regin: el primero; consistente en el estudio del periodo anterior a 1519, el cual incluira diversos momentos de ocupacin reflejados en los materiales excavados, como parte de la arqueologa prehispnica. Y el segundo, centrado en el periodo Colonial posterior a 1519, cuando las fuentes histricas registran la llegada de espaoles al rea, y de la cual debe existir evidencia arqueolgica que de cuenta de lo escrito en los textos. La suma de ambos momentos, darn como resultado la secuencia cermica de San Romn, y en general, de la regin de Frontera. 2.2. OBJETIVOS PRINCIPALES DE LA TESIS. Con base a los argumentos antes sealados, el inters de esta tesis tiene como objetivos principales: 1. Establecer la secuencia cermica y los posibles contactos culturales del sitio de San Romn Tabasco, con otros sitios del rea Maya y Mesomerica. Estas relaciones a grandes distancias debieron de ser fundamentales, ya que fueron alentadas por el mismo sistema costero del Golfo de Mxico, as como por el sistema fluvial Mezcalapa-GrijalvaUsumancinta; lo que se traduce en fuertes vnculos comerciales en distintos momentos con lugares de gran importancia econmica de diversas partes de Mesomerica.

2.

Conocer que tan temprana fue la ocupacin de San Romn durante el Periodo Histrico con base a los indicadores cermicos histricos. As tambin para reforzar este segundo objetivo, se pretende realizar una revisin de los documentos histricos del rea que nos permitan ubicar a San Romn con respecto a la geografa histrica del siglo XVI y por otra parte conocer la identidad del sitio que se esta estudiando con relacin a los sitios de la zona mencionados en la conquista y durante la colonizacin del rea.

2.3. HIPTESIS DE TRABAJO. 1.- Existen varias ocupaciones arqueolgicas en la regin a lo largo de cientos de aos, que se manifiesta en la presencia de los materiales cermicos.

Estas ocupaciones estn dadas en los mismos trminos en que se dieron las ocupaciones humanas de toda el rea que comprende las tierras bajas mayas. Esto podra significar que ciertos tipos-variedades cermicas pudieran estar poco representados en cierto periodo de tiempo como en el caso del lapso comprendido en el Periodo Clsico Temprano (200 d.C. 600 d.C.) lo cual podra corroborar las interpretaciones de Forsyth y Jordan (2003: 59) acerca de la escasa ocupacin escasa en la zona costera de Tabasco y de Campeche. Estos autores argumentan que durante este tiempo existi una mayor concentracin demogrfica en torno a las grandes capitales de las tierras bajas noroccidentales, como por

35ejemplo, el caso de Comalcalco frente al resto de la Chontalpa. Sin embargo esta concentracin demogrfica podra ser apreciable en trminos de futuras investigaciones en la regin de estudio. San Romn y las secciones de Carrillo Puerto Centro, Carrillo Puerto Sur y Carillo Puerto Galileo, podran estar representando una muestra muy pequea de tipos cermicos del Clsico Temprano, en comparacin con el material que se pueda identificar para el Preclsico Tardo, Clsico Tardo, Posclsico Temprano y Posclsico Tardo. 2.- Existe evidencia que data del periodo histrico en que espaoles y mayas cohabitaron en la regin (Relaciones histrico geogrficas de la Provincia de Tabasco 1981: 367-378, 415-432). Evidencia material de este contacto se ha localizado especficamente en San Romn. El proceso de colonizacin espaola puede ser estudiado a partir de la cermica recuperada en el rescate. De esta cermica se puede conocer con base en el estudio de los materiales histricos, informacin pertinente sobre el momento, y los posibles lugares de donde fueron trados los materiales utilizados en la zona de estudio, desde la fundacin de los asentamientos espaoles, hasta su destruccin y abandono. No cabe duda de que en San Romn existieron momentos de ocupacin arqueolgica durante la poca de contacto entre espaoles e indgenas en el siglo XVI. De dicho contacto, debe existir evidencia arqueolgica, que manifieste la convergencia temporal de los materiales prehispnicos del Postclsico Tardo con los Coloniales del Periodo Histrico Temprano. 2.4. LA EXCAVACIN. A raz de la modernizacin de las vas de comunicacin y transporte que recientemente se han llevado a cabo en el estado de Tabasco, se realiz un rescate arqueolgico cercano al puerto de Frontera, con motivo de la ampliacin y arreglo de la carretera Villahermosa-Ciudad del Carmen. As, se intervino el sitio de San Romn, y las secciones de Carrillo Puerto Centro, Carrillo Puerto Sur y Carrillo Puerto-Galileo (Mapa 17). De esta manera, se excavaron 23 pozos estratigrficos de 2 X 2 metros. El material fue registrado en bolsas numeradas, asignadas a los diferentes niveles de los pozos, producindose 401 bolsas de material cermico en total. En algunos casos, donde las condiciones ambientales lo permitieron, la profundidad de las unidades excavadas fue de 1.80 mts., detenindose su excavacin hasta despus de 30 cm. de que se dej de obtener material. La presencia de un manto fretico superficial, dada la cercana al ro y la costa, dificult el proceso de excavacin, ya que el agua comenzaba a aparecer despus de los 50 cm. de profundidad. Los contextos arqueolgicos mejor representados en la excavacin pertenecen a los 8 pozos del sitio de San Romn, de donde se obtuvieron todos los tipos cermicos identificados, mientras que los otros sitios arqueolgicos solo contribuyeron con aspectos cuantitativos a la muestra de San Romn (Mapa 18). Puesto que las circunstancias bajo las cuales se realiz la excavacin fueron de rescate, otra fuente de materiales fue aquel recuperado en superficie debido a la explotacin de bancos de material y al trazo de la lnea carretera por maquinaria pesada de excavacin y nivelacin; este

36material fue registrado como de superficie, y la identificacin del mismo, permitir reforzar cuantitativamente, la identificacin de los materiales recuperados en excavacin. El estudio y anlisis de los materiales cermicos ayudar a esclarecer como se present la ocupacin humana en Frontera. Adems ayudar a establecer una secuencia cronolgica para la arqueologa del rea, que contribuir a los resultados obtenidos en 1956 del Dr. Heinrich Berlin, permitiendo conocer el nivel de desarrollo alcanzado a lo largo del tiempo por las personas que habitaron el rea.

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Mapa 17. rea donde se realiz la excavacin de San Romn. Foto cortesa del Gelogo Vctor M. Chvez Valois.

Mapa 18. Donde se muestran los pozos excavados en el sitio de San Romn. La imagen fue cortesa del gelogo Vctor M. Chvez Valois. Las modificaciones del trazo e ilustracin de las reas de la excavacin son del autor, con base a las notas de campo y croquis del arqlgo Jos Lus Romero Rivera.

37 2.4.1. GEOLOGA DE LOS POZOS ESTRATIGRFICOS. La excavacin de los pozos se llevo al cabo en condiciones ambientales adversas. Al existir un manto fritico muy alto en aquellos pozos cercanos a la desembocadura del ro, la inundacin de las unidades de excavacin fue inminente. Por ejemplo, en el caso del pozo 1, este comenz a inundarse a los 20 cm. de profundidad, mientras que la concentracin de material aumentaba conforme se iba excavando. Esto mismo sucedi con todos los pozos de San Romn, aunque a diferentes niveles mtricos. Por otra parte el agua contribua a desmoronar los muros, lo que constituy un problema durante la excavacin en los niveles ms profundos. Sin embargo, se tuvo la fortuna de que la misma conformacin de los sedimentos de tierras areniscas de textura poco compacta, permiti la fcil excavacin de los materiales. Se registraron 2 capas naturales de sedimentos en todos los pozos (Fig. 1, 2, 3, 4). 1. Capa I.- Tierra humtica de color verde olivo oscuro (2.5/2 5Y) y de textura arenosa. 2. Capa II.-Arena de color olivo 5/6 5Y que se degrada a un tono verde claro Gley1 6/2 conforme se desciende en profundidad. Debido a la conformacin geolgica del rea, se pudo establecer que la presencia de contextos arqueolgicos sellados puede ser posible. Esto se logra gracias a que los sedimentos arrastrados por el cauce del ro inundan las planicies laterales del ro, que conforme se secan, o el nivel del agua desciende, los sedimentos se acumulan horizontalmente cubriendo las ocupaciones culturales, y sellndolas bajo sedimentos arrastrados por la corriente del ro, en un evento constante que se persiste durante siglos. Esto gener grandes capas de material a lo largo de todos los pozos que fueron muy claras en cuanto a la distribucin de tipos cermicos especficos en la estratigrafa. En aquellos niveles donde no exista concentracin cermica, se excavaron restos de otros materiales como coral o hueso.

Fig. 1 Corte estratigrfico del Pozo 1 de San Romn. Tomado y redibujado de Romero (diario de campo).

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Fig. 2 Corte estratigrfico del Pozo 2 de San Romn. Tomado y redibujado de Romero (diario de campo).

Fig. 3 Corte estratigrfico del Pozo 6 de San Romn. Tomado y redibujado de Romero (diario de campo).

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Fig. 4 Corte estratigrfico del Pozo 7 de San Romn. Tomado y redibujado de Romero (diario de campo).

Este tipo de condiciones medioambientales en el terren