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Deberías plantearte primero las inversiones sin pensar en su financiación ¿Cuánto vas a vender? Antes de calcular cuánto te va a costar vender, necesitas saber cuánto vas a vender. Un primer paso consiste en averiguar, sobre el papel, el volumen de ventas que podrías alcanzar el primer año con tu negocio, siempre con capital propio, y antes de tener en cuenta qué financiación necesitará tu proyecto. No es tan complicado. Sólo así podrás elaborar un plan de inversiones realista. Tus previsiones, además, las tienes que realizar (y especificar en tu plan económicofinanciero) para cada línea de producto. Rafael Galán A la hora de calcular si tu empresa es viable, tienes que hacerte primero preguntas de este tipo, aunque todavía no estés en el mercado: ¿Tiene tu empresa ya pedidos en firme o clientes? ¿De qué clientes esperas obtener pedidos durante tu primer año? Si es así, ¿cuántos pedidos y cuándo se producirán? ¿De qué datos de prospección de mercado cuentas ahora mismo para apoyar tu previsión de ventas? ¿Has tenido en cuenta que necesitas una previsión de ventas para cada línea de producto o de servicio? 1 Previsión de ventas “El entorno, la idea de empresa, la estrategia, los procesos, el soporte y los objetivos... eso es lo que nos lleva al análisis económicofinanciero, y no al revés”, advierte Roberto Vieites Un negocio es viable si la suma de las ventas anuales (cobradas a tiempo) es superior a la suma de todos sus gastos (desde nóminas hasta alquileres pasando por los costes de producción o de compras externas). El primer paso que tienes que dar antes de calcular cuánto dinero necesitas o qué gastos vas a tener, es pensar cuáles serán tus ingresos con una perspectiva de 1, 3 y 5 años. ¿Cómo calcularlo? Está claro que es difícil saber cuántas ventas e ingresos vas a tener. Por eso, “lo que debes hacer es acotar el problema. Primero, piensa en tu mercado potencial. Segundo, analiza los hábitos de consumo de tus clientes potenciales para ver cuántos podrían estar interesados en adquirir tu producto o consumir tu servicio. El tercer paso es pensar en la cuota de mercado que podrías conseguir según tus posibilidades de captación [experiencia en el sector, opciones de comunicación, acuerdos previos con distribuidores...] y el dinero que estás dispuesto a gastarte”, recomienda Maite Seco, responsable del Área Financiera de la EOI.

Deberías plantearte primero las inversiones sin pensar en ...apps.lanbide.euskadi.net/apps/AU_GN_UPLOAD... · Es la gestión de los pagos de una empresa a sus proveedores nacionales

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Deberías  plantearte  primero  las  inversiones  sin  pensar  en  su financiación 

¿Cuánto vas a vender? 

Antes de calcular cuánto te va a costar vender, necesitas saber cuánto vas a vender. Un primer paso consiste en averiguar, sobre el papel, el volumen de ventas que podrías alcanzar el primer año con tu negocio, siempre con capital propio, y antes de tener en cuenta qué financiación necesitará tu proyecto. No es tan complicado. Sólo así podrás elaborar un plan de inversiones realista. Tus previsiones, además,  las tienes que realizar (y especificar en tu plan económico‐financiero) para cada línea de producto. 

Rafael Galán  

A la hora de calcular si tu empresa es viable, tienes que hacerte  primero  preguntas  de  este  tipo,  aunque todavía no estés en el mercado: ¿Tiene tu empresa ya pedidos en  firme o clientes? ¿De qué clientes esperas obtener  pedidos  durante  tu  primer  año?  Si  es  así, ¿cuántos  pedidos  y  cuándo  se  producirán?  ¿De  qué datos  de  prospección  de  mercado  cuentas  ahora mismo para apoyar tu previsión de ventas? ¿Has tenido en cuenta que necesitas una previsión de ventas para cada línea de producto o de servicio?  

Previsión de ventas  “El entorno,  la  idea de empresa,  la estrategia, los procesos, el soporte y los objetivos... eso es lo  que  nos  lleva  al  análisis  económico‐financiero,  y  no  al  revés”,  advierte  Roberto Vieites

Un negocio es viable  si  la  suma de  las ventas anuales (cobradas a tiempo) es superior a la suma de todos sus gastos (desde nóminas hasta alquileres pasando por los costes  de  producción  o  de  compras  externas).  El  primer  paso  que  tienes  que  dar  antes  de calcular cuánto dinero necesitas o qué gastos vas a tener, es pensar cuáles serán tus ingresos con una perspectiva de 1, 3 y 5 años.  

¿Cómo calcularlo? 

Está claro que es difícil  saber cuántas ventas e  ingresos vas a  tener. Por eso, “lo que debes hacer es acotar el problema. Primero, piensa en  tu mercado potencial. Segundo, analiza  los hábitos de consumo de tus clientes potenciales para ver cuántos podrían estar interesados en adquirir tu producto o consumir tu servicio.  

El tercer paso es pensar en la cuota de mercado que podrías conseguir según tus posibilidades de  captación  [experiencia  en  el  sector,  opciones  de  comunicación,  acuerdos  previos  con distribuidores...]  y  el  dinero  que  estás  dispuesto  a  gastarte”,  recomienda  Maite  Seco, responsable del Área Financiera de la EOI.  

 

 

“Y cuando ya tienes un número de clientes a los que vender, o de unidades que vas a vender, le  pones  un  precio,  que  tendrá  que  estar  ajustado  al  nivel  de  vida  y  las  circunstancias  del mercado. Ese estudio lo haces después para un plazo más largo. Con eso ya tendrías las ventas. Y después acomodas los gastos a las ventas”, continúa Seco.  

Presupuesto de inversiones 

Antes  de  arrancar,  resulta  fundamental  hacer  un  despiece  de  tu  negocio.  En  un  sentido material, es importante prever qué instalaciones necesitarás, qué material y qué plantilla vas a requerir  para  poder  prestar  tu  servicio  o  fabricar  tu  producto.  Conviene  que  conozcas  de antemano  cuáles  van  a  ser  las  inversiones que deberás  acometer  y  cuáles  serán  tus  gastos corrientes  y  operativos.  Los  principales  gastos  vienen  de  cuatro  frentes:  márketing  y comercialización; producción y logística; gastos de personal, y gastos financieros.  

Jaume Baró, responsable de Creación de Empresas de Barcelona Activa, te recomienda que un tercero “le eche un vistazo a tus previsiones”. “Los emprendedores pecan de optimismo en la previsión de ventas, y esto provoca, normalmente, una financiación inicial corta, y cuando empiezan a pasar los meses y no se alcanza el punto de equilibrio llegan los primeros problemas”, apunta.  

Margen bruto 

De  tus  ingresos por ventas  tienes que deducir el  coste de  los productos vendidos.  “De esta manera,  cuantificas  el margen  bruto  de  explotación.  El  coste  de  tus  productos  se  obtiene sumando  todos  los  costes  variables  [los que  aumentan proporcionalmente  a  la producción: materiales  y mano  de  obra  de  producción]”,  explica  Roberto  Vieites,  técnico  del  área  de Evaluación y Diagnóstico de Proyectos del BIC Galicia.  

Coste de oportunidad 

Hay distintas (y complejas) fórmulas para calcular el coste de oportunidad, pero el concepto se puede analizar de una forma más sencilla. “Un emprendedor debería plantearse qué obtendría si, por ejemplo,  invirtiera el mismo dinero que  tiene previsto destinar a  su empresa en, por ejemplo,  Deuda  Pública?  Debería  lograr  el  triple.  En  torno  al  12%  anual”,  propone  Robert Tornabell, profesor de Control Financiero de ESADE.  

 

Costes de la financiación Costes de la financiación 

Cuando hablamos de dinero... ¿de cuánto dinero estamos hablando?  ¿En  qué  lo  vamos  a  emplear?  ¿Cuándo  lo vamos  a  emplear?  ¿Cuándo  lo necesitamos?  ¿Cuándo  lo vamos  a  devolver?  ¿Cuánto  vamos  a  conseguir  con  la actividad  de  nuestra  empresa?  ¿Cuánto  va  a  ser  en efectivo?  No  es  tan  sencillo.  Los  expertos  que  hemos consultado te recomiendan simultanear desde el principio 

la  elaboración  de  tu  plan  con  la  búsqueda  de financiación: no puedes  ir a una entidad financiera con una vaga idea de lo que quieres hacer.  

“Se  desconoce  el  uso  de  recibos  bancarios, adeudos en cuenta, letras de cambio y pagarés para generar cobros y pagos” adeudos en cuenta, letras de cambio y pagarés para generar cobros y pagos” 

Los emprendedores, por un  lado, desconocen  las  fórmulas  con  las que pueden  resolver  sus dificultades. Por otro, no tantean previamente a ninguna entidad financiera para averiguar si le prestaría el dinero que necesitan o, al menos, una parte del mismo”, resalta Roberto Vieites.  

 “Como usuarios particulares, utilizamos pocos productos financieros y mecanismos de cobro y de  pago.  Como  mucho,  cheques  y  transferencias.  De  financiación,  préstamos  personales, tarjetas de crédito y préstamos hipotecarios. Y poco más. Cuando nos metemos en el mundo empresarial, hay una serie de mecanismos de cobro y pago e  instrumentos de financiación a los  que  podemos  recurrir  sin  entrar  a  hablar  de  capital  riesgo  ni  de  business  angels”, argumenta Ferrandis.  

Todo es negociable 

“A  los  emprendedores  les  resultaría  útil  aprender  que  la mayoría  de  esos  productos  son negociables,  y  que  lo  que  hay  que  buscar  es  aquella  combinación  de  productos  y características que  se ajusten a  sus necesidades, y al objetivo de  la  inversión que necesitan hacer”,  explica  Ferrandis.  “Entender  que  si  lo  que  necesitamos  es  cubrir  puntualmente  un desfase de tesorería, no es necesario recurrir a un préstamo, sino que podemos solicitar una línea de crédito que nos  resulte más barata y que  se ajuste mejor a nuestras necesidades”, añade.  

¿Cuánto capital propio aportas? 

“Un  emprendedor que quería  crear una  conservera  en  la  zona de  la Costa da Morte había elegido  el  local,  contactado  con  proveedores,  elegido  los  canales  de  distribución...  todo encajaba a la perfección, pero aún no había hablado con ninguna entidad financiera sobre los 700.000 euros que necesitaba para realizar el proyecto. Cuando lo hizo, y a la vista del escaso porcentaje de capital propio que aportaba, ninguna entidad le facilitó el dinero. Fue necesario reorientar el proyecto hacia  la búsqueda de socios que aportasen capital... algo que no suele gustar  a  los  emprendedores  que  no  quieren  perder  el  control  de  su  proyecto”,  recuerda Vieites.  

Ahí va un consejo práctico: “Tu proyecto debería incluir en su desarrollo a las entidades que lo financiarán, sean socios, proveedores o bancos y cajas, desde un primer contacto inicial hasta 

 

la fase final. Esto te hará ganar confianza ante los responsables de estas entidades, y a la vez te facilitará  conocer,  sobre  la  marcha,  numerosas  fórmulas  de  financiación  que  los emprendedores  ignoran  o  no  conocen  en  profundidad  como  leasing,  renting,  líneas  de descuento, confirming, factoring, etc.”, plantea Roberto Vieites.  

Préstamo 

¿En qué consiste? Una entidad financiera te entrega una cantidad de dinero que estás obligado a restituir al cabo de un plazo de tiempo prefijado, más los intereses devengados. El préstamo es  interesante para situaciones en  las que el emprendedor necesita una suma  importante de liquidez  para  afrontar  lanzamientos  de  nuevos  productos,  ampliaciones  de  negocios,  entre otras. 

¿Cuánto te cuesta? Requiere disponer de garantías.  

Crédito 

La entidad financiera pone a disposición del cliente fondos hasta un límite determinado y por un plazo prefijado, pagando únicamente intereses de la cantidad utilizada. También se conoce como  cuenta  de  crédito,  póliza  de  crédito  o  línea  de  crédito.  El  importe  se  destina principalmente a financiar circulante (liquidez de la empresa). El plazo máximo habitual es de un año, con posibilidad de renovación. ¿Cuánto te cuesta? Requiere disponer de garantías.  

Renting 

Es un  contrato de alquiler de un bien que un  cliente  firma  con  la entidad  financiera por un periodo  de  tiempo.  Al  finalizar  ese  plazo,  el  cliente  tiene  la  posibilidad  de  adquirir  el  bien (pagando  una  última  cuota  de  valor  residual),  renovar  el  contrato  o  devolver  el  bien.  Se recomienda  esta  opción  cuando  la  empresa  tiene  la  necesidad  de  comprar  bienes  de inmovilizado  con  riesgo  de  obsolescencia.  Se  puede  financiar  el  cien  por  cien  del  bien  y  la cuota es un gasto deducible fiscalmente. No es necesario hacer un desembolso  inicial, con  lo que la empresa no ve disminuir su activo circulante. ¿Cuánto te cuesta? No es barato. Al no ser compra de inmovilizado, no aparecerá en el balance como patrimonio.  

Leasing 

Es un  contrato de alquiler de un bien que un  cliente  firma  con  la entidad  financiera por un periodo  de  tiempo. Al  finalizar  ese  plazo,  el  cliente  tiene  la  posibilidad  de  adquirir  el  bien, pagando una última cuota de valor  residual,  renovar el contrato o devolver el bien. En este caso, se recomienda esta opción cuando la empresa tiene la necesidad de comprar bienes de inmovilizado con riesgo de obsolescencia. ¿Cuánto  te cuesta? Los tipos de  interés suelen ser elevados.  

Factoring 

Esta fórmula consiste en  la cesión de  la cartera de cobro a clientes –facturas, recibos,  letras– de un titular a una firma especializada en este tipo de transacciones, convirtiendo las ventas a corto  plazo  en  ventas  al  contado,  asumiendo  el  riesgo  por  insolvencia  del  titular  y encargándose de  su  contabilización y  cobro. Es una opción para  simplificar  las gestiones de cobro  y  una  fórmula  para  obtener  liquidez.  Quedan  excluidas  las  operaciones  relativas  a 

 

productos  perecederos  y  las  operaciones  a  largo  (de  más  de  180  días).  ¿Cuánto  te  cuesta?  El  tipo  de  interés  que  se  aplica  es mayor  que  el  descuento  comercial convencional.  

Confirming 

Es  la  gestión  de  los  pagos  de  una  empresa  a  sus  proveedores  nacionales  a  través  de  una entidad  financiera,  facilitándoles  las posibilidad de  cobrar  las  facturas  con  anterioridad  a  la fecha de vencimiento. Puede resultar  interesante para un extenso volumen de compras, que se  distribuyan  de  una  forma  razonablemente  uniforme  a  lo  largo  de  todo  el  año.  Permite alargar  los plazos de pago  a proveedores  (es,  así, una  fórmula de  financiación).  ¿Cuánto  te cuesta? Es un producto caro.  

 

 

¿Te  has  preguntado  cuándo  cobrarás  al  cliente  y  cuándo pagarás al proveedor? 

¿Cómo obtienes liquidez? 

Piensa en cómo puedes convertir los ingresos y los gastos en cobros y pagos. No es lo mismo. Un ingreso no te sirve para nada si no eres capaz de transformarlo en un cobro. La mayoría de las  empresas  que  fallece  tempranamente  lo  hace  en  beneficios  como  consecuencia  de desajustes de caja. De ahí la necesidad de que controles bien los plazos de cobro y pago en el mercado en el que te vayas a mover. 

Un  emprendedor  que  quiera  poner  en marcha,  por ejemplo, una casa  rural  (eterna  idea de negocio a  la vuelta  de  vacaciones),  puede  no  tener  dificultades para financiar a  largo plazo sus activos. Sin embargo, aunque una casa de turismo rural (el coste del terreno o  de  las  reformas)  pueda  financiarse  mediante  un préstamo hipotecario sin problemas, puede que en el corto  plazo  (los  pagos  mensuales,  quincenales  o diarios)  no  tenga  dinero  para  pagar  algo  tan  básico como  la  luz,  con  lo  que  no  podría  abrir  la  casa,  no generaría  ingresos  y...  no  tendría más  remedio  que cerrar.  

“El  capital  debe  cubrir  el  fondo  de  tesorería para  garantizar,  como  mínimo,  los  pagos  y gastos de explotación de un mes del negocio”, aconseja Robert Tornabell. 

“El emprendedor tiene que saber con qué dinero tiene que pagar a sus proveedores, con qué dinero atender a  los vencimientos de préstamos y créditos y con qué pagar a Hacienda y a  la Seguridad Social, etc.”, explica Roberto Vieites.  

Y es que un emprendedor calcula que necesita una oficina, pero necesita saber antes que  lo que va a vender no lo va a cobrar inmediatamente. Por eso tiene que contar con fondos para afrontar gastos. “Tiene que pensar en que, si no va a comenzar a cobrar hasta el quinto mes de actividad, lo mejor es contar con fondos para aguantar ese tiempo, o morirá ahogado antes de saber  si  su  empresa  funciona  o  no”,  advierte  Ramón  Ferrandis,  experto  en  análisis  de proyectos del CEEI de Valencia.  

Los  técnicos  con  los que  hemos hablado para  asesorarte nos han  asegurado que,  si  somos capaces de explicarte bien los cuatro siguientes conceptos, ya merece la pena este dossier:  

Pago 

Es la salida de dinero en efectivo o en otro medio cualquiera (una transferencia, por ejemplo), para hacer frente a gastos, inversiones, proveedores o cancelaciones de créditos.  

Cobro 

Entrada de dinero en caja, en los bancos con los que trabajas...  

 

Gasto 

Importe de la adquisición de bienes y servicios para producir (compra de maquinaria, materias primas, energía...)  

Ingreso 

Importe de la venta de productos o prestación de servicios.  

Hábitos de cobro y pago 

Si  tienes que pagar  antes de  cobrar,  tu  tesorería  tiene que  ser mayor.  Si  cobras primero  y pagas  después,  entonces  es  secundaria.  Esto  conviene  conocerlo  por  anticipado  y  volcarlo todo en tu previsión de tesorería. Hay algunas empresas, muy pocas, como supermercados o agencias  de  viajes,  que  se  pueden  permitir  un  fondo  de maniobra  negativo,  y  eso  es  sólo porque cobran antes de pagar. Debes averiguar cuáles son los hábitos en tu sector.  

Previsión de tesorería 

“Se  trata del  resumen mensual de  los cobros y pagos que  se harán en el plazo de un año”, explica Belén Flecha, técnico del área de Evaluación y Análisis de Proyectos del CEEI Asturias. Resumiendo: dónde, cuándo y cómo entra el dinero, y cuándo tiene que salir. “En las empresas de base  tecnológica es diferen‐te: ahí  se apuesta por  la  I+D+i desde el principio, con  lo que este tipo de negocios tiene un déficit en sus cuentas durante  los dos o tres primeros años de vida”, matiza Flecha.  

Cuando un negocio arranca, conviene que la tesorería tenga un horizonte de dos semanas, lo más próximo posible a la toma real de decisiones. “Cuando el negocio ya va rodando, puedes hacer  una  tesorería  mensual  o  trimestral,  coincidiendo  con  la  liquidación  de  impuestos”, plantea Flecha.  

Fondo de maniobra 

En  la  inversión  inicial  debería  haber  una  previsión  realista  de  inversiones  y  gastos,  un porcentaje para  imprevistos y, además, un  fondo de maniobra que  te permita afrontar esos imprevistos  o  cualquier  gasto  o  inversión  no  anticipada.  Todo  eso,  claro,  incrementa  las necesidades de financiación. “No es una garantía para hacer frente a pagos  inmediatos, pero un  fondo de maniobra negativo  sí que puede  ser  indicativo de problemas”, advierte Ramón Ferrandis.  

El coste de los retrasos 

Lo normal es que se produzcan retrasos en la puesta en marcha de tu negocio por una reforma mal planificada, por algún problema en  la gestión de una  licencia municipal o de un  trámite administrativo. Un retraso de un mes supone un desembolso adicional de un alquiler sin tener todavía unos ingresos en contrapartida. Esto vale para el 90% de las empresas.  

 

Cash‐flow 

No  es  complicado.  Expresa  la  capacidad  de  tu  empresa  de  generar  fondos  (dinero)  en  un período  determinado  y  viene  determinado  básicamente  por  la  diferencia  entre  ingresos  y gastos de cada ejercio. Se define como la suma de beneficios, amortizaciones y provisiones.  

Política de circulante 

Según explica Vieites, es la suma de objetivos sobre:  

• Los días que vas a tardar, por término medio, en fabricar tu producto o prestar tu servicio. 

• Los días que vas a tardar en vender, por término medio. • Los días que vas a tardar, por término medio, en cobrar. • Los días que vas a tardar en pagar a tus proveedores. • Los días que vas a tener las materias primas, de media, en tu almacén. 

 

 

Cómo  le  afectaría  a  tu  producto  o  servicio  una  variación  de precios o una crisis económica 

¿Cuánto tienes que vender? 

Calcular tus gastos e inversiones es sólo una parte. A continuación tienes que averiguar cuánto te tiene que costar lo que vendes para alcanzar números negros y comenzar a tener beneficios. Esto te permitirá afinar también con el precio de venta de tus productos o de tus servicios. Este análisis lo tienes que llevar a cabo para cada una de tus líneas de negocio: te puedes encontrar con que tu proyecto no sea viable, pero al eliminar sólo una línea (por ejemplo, sólo un idioma en una escuela de idiomas), sí que te salgan las cuentas. 

Balance 

El  balance  no  es  otra  cosa  que  una  fotografía  de  las fuentes  de  financiación  de  tu  actividad:  capital  (la aportación  de  los  socios),  créditos  (de  entidades financieras), beneficios que hay que distribuir,  etc.,  y de las inversiones (destino de los fondos) efectuadas. Todo el pasivo debe financiar todo el activo.  

• Activo, pasivo, corriente, no corriente... 

“Dentro del balance es necesario distinguir entre lo que hay en el pasivo y lo que se encuentra en el activo. En el  activo:  lo que  la empresa  tiene  y  lo que le deben. Y en el pasivo: lo que debe. Y dentro de éstos, distinguir entre corriente y no corriente, como  marca  el  nuevo  plan  general  de contabilidad. El activo corriente es el que está en nuestra  empresa  menos  de  un  año.  El  no corriente, más de un año”, explica Ferrandis. 

“Separa  siempre  el  problema  económico  del financiero.  Tienes  que  ofrecer  un  buen producto,  con  una  buena  aceptación,  con buenos  precios  y  a  un  coste  adecuado  para conseguir un buen margen y beneficios”, señala Maite Seco • ¿Qué te interesa saber del balance? 

El  balance  refleja  el  patrimonio  de  tu  negocio  (los  bienes  con  los  que  cuentas  y  la forma en que se han  financiado esos bienes). Los resultados aparecen sólo de  forma consolidada puesto que son una fuente de financiación para tu empresa (si éste, claro, obtiene beneficios), pero no se indica cómo se han generado esos fondos. 

Cuenta de resultados 

En este apartado se  incluyen  los  ingresos y  los gastos, y un resumen de  los resultados. Belén Flecha  lo  expresa  así:  “Es  la  previsión  del  resultado  económico  obtenido  por  la  empresa (beneficios  o  pérdidas)  a  lo  largo  de  un  determinado  período  de  tiempo.  Resume  las operaciones de tu empresa durante el período analizado,  indicando  los  ingresos por ventas y otras procedencias, el coste de los productos vendidos, todos los gastos en que ha incurrido la empresa y, por último, el resultado económico”.  

 

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Devengo 

La  cuenta de pérdidas y ganancias es una  relación de  los  ingresos por ventas brutas, de  los cuales se restan todos los gastos necesarios en los que se incurre para generar los ingresos. “El criterio contable más  importante en este documento es el devengo: esto quiere decir que  la cuenta de pérdidas y ganancias no refleja las magnitudes de caja (tesorería), sino que el gasto se refleja en el momento en el que nace el ingreso y de forma independiente a que una factura se pague y que otra se cobre”, matiza Flecha.  

Estructura de costes 

“La mayoría de empresarios tiene dificultades para distinguir entre presupuesto de tesorería y cuenta de  resultados, entre gastos e  ingresos. El coste directo es el coste de  la mercancía y varía en función de la mercancía vendida. El indirecto, es el que no está ligado a la mercancía; no depende directamente del nivel de ventas (arrendamientos, salarios, publicidad...)”, explica Raúl Jiménez, director financiero de AJE Madrid. “Todos  los negocios tienen costes directos e indirectos, algo que ponen en un duda muchos emprendedores”, continúa.  

Amortización 

“Es el  tratamiento  contable que  recoge  la pérdida de valor de  tus activos  fijos, es decir, de bienes  de  la  empresa  tales  como  vehículos, maquinaria, mobiliario...”,  explica  Vieites.  “Es dinero que tienes que restar de los ingresos, que te permite compensar el coste del desgaste del  inmovilizado.  Una  amortización  correcta  debe  permitirte  financiar  la  reposición  de  los activos sin recurrir a financiación externa”, añade Flecha. El mobiliario se amortiza en 18 años; los  equipos  informáticos,  en  8  años;  los  vehículos,  en  4  años,  y  edificios  y  derechos  de traspaso, en 20.  

‘Break‐even’ 

Es el nivel de ventas a partir del cual dejas de perder dinero. Se alcanza en el punto en el que se  igualan  los  ingresos totales y  los costes totales  (costes fijos más costes variables). “En ese nivel no existen ni beneficios ni pérdidas;  a partir de este punto, el  aumento de  las  ventas origina un beneficio. Por debajo, la empresa estará en pérdidas”, resume Flecha.  

¿Para qué sirve?  

• Para  fijar  tus  precios.  “Si  dudas  qué  precio  colocarle  a  tus  productos  o  servicios, puedes hacer el cálculo para que sean unas  tarifas con  las que, con un determinado nivel de ventas posibles, se alcance el punto de equilibrio”, apunta Vieites. Calcúlalo de la siguiente manera: divide  los costes fijos entre el precio unitario de venta  (después de restarle el coste variable unitario). 

• Para  controlar  tus  costes.  “Con  un  determinado  nivel  de  costes  fijos,  variables  y precios  de  venta  puedes  determinar  el  punto  de  equilibrio.  Si  alguna  de  estas magnitudes cambia, necesariamente el punto de equilibrio variará”, añade. 

• Para  la proyección de beneficios. “Siempre estamos hablando del punto de equilibrio como el nivel de ventas o de  ingresos en el que se cubren  los costes. Pero podemos mejorar la fórmula para conseguir el punto en el que se alcanza un determinado nivel de beneficio”, propone este técnico. 

 

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• Para estimar el  impacto en  la rentabilidad de distintas circunstancias económicas (un escenario  de  crisis)  o  de  determinadas  decisiones  directivas  (una  inversión,  por ejemplo). 

 

 

 

Para evaluar  la viabilidad de una  idea,  interesa más el flujo de Para evaluar  la viabilidad de una  idea,  interesa más el flujo de caja que el beneficio 

¿Beneficio o caja? 

Una  cosa  es  tener  beneficio  y  otra,  tener  caja (vamos, dinero en el bolsillo). El beneficio es una opinión.  La  caja  es  una  realidad.  Puedes  tener beneficio y no tener caja: en el beneficio entran los  ingresos, lo que vendes, pero si cobras a 180 días, realmente no tienes dinero para afrontarlo. Pero eso no quiere decir que lo tengas que pasar por  alto.  Calcular,  por  ejemplo,  tu  beneficio antes de  impuestos  te puede orientar a  la hora de  financiar  tu  negocio:  la  presión  puede  no interesarte. 

“Debes  medir  el  rendimiento  potencial  de  tus inversiones  sin  tener  en  cuenta  cuáles  serán  tus fuentes de financiación” inversiones  sin  tener  en  cuenta  cuáles  serán  tus fuentes de financiación” 

Empezar  un  negocio  en  el  que  no  se  pueda recuperar  el  capital  invertido  en  tres  años  (es 

decir, ganar cada año lo suficiente para cubrir lo invertido) no es recomendable. Si se trata de ventas  que  exigen  ciclos  de  tiempo  muy  largos,  las  dificultades  se  multiplicarán”,  explica Robert Tornabell. “A menudo, durante el primer año pueden producirse pérdidas, pero éstas no pueden llegar a superar el 10% del capital”, recomienda este experto de Esade.  

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Beneficios  

Es la diferencia entre ingresos y gastos. Una empresa tiene que conseguir beneficios positivos. Eso está claro. Tienes que conseguir ingresar lo suficiente como para lograr justificar el interés de  un  inversor.  “Ahora  bien,  un  emprendedor  también  tiene  que  pensar  que  ese  dinero, además de facilitarle una nómina que le permita subsistir, tiene que darle una rentabilidad. En lugar de meterlo en un fondo de  inversión, por ejemplo,  lo destina a una empresa y  le tiene que sacar tanta rentabilidad. Se trata de que aumente su patrimonio”, sugiere el responsable del área financiera de Esade, Robert Tornabell.  

• Una cuestión de riesgo. “Por otra parte, el que empieza un negocio debería plantearse la siguiente pregunta: ¿Qué me rendiría el capital que voy a invertir en mi negocio si lo pusiera en un depósito a plazo  fijo en un banco o una caja de ahorros? Si no espera obtener un beneficio anual que esté por encima del 5,5% (después de impuestos), no tiene sentido montar una empresa. En una operación de alto riesgo ha de exigirse una rentabilidad neta de no menos del 12% sobre el capital invertido”, argumenta. 

• ¿Cómo  se  tiene  que  analizar  el  beneficio?.  “Hay  que  compararlo  con  el  plan  de negocio, para ver su evolución, y analizar también su composición. El beneficio puede venir  de  la  actividad  ordinaria  de  la  empresa  o  de  ‘cosas  raras”,  propone  Alberto Puente, profesor de Dirección Estratégica de  la Universidad Carlos  III. “Tenemos que ver  así  no  sólo  cuál  es  el  beneficio,  sino  también  su  composición,  porque  hay beneficios  de  diferentes  calidades:  no  es  lo  mismo  que  proceda  de  la  actividad 

 

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ordinaria de la empresa a que sea por la liquidación de un inmovilizado, un activo fijo, y  eso  te  provoca  un  beneficio  un  año  determinado.  Hay  que  pensar  que  un extraordinario, con el que no puedes contar a largo plazo”, matiza. 

Diferencia entre beneficio y caja 

“Un emprendedor me decía  recientemente que no entendía por qué  tenía 24.000 euros de beneficio...  y  sólo  600  euros  en  la  cuenta  bancaria. Me  preguntaba:  ¿A  dónde  ha  ido  el dinero?”, plantea Ramón Ferrandis. Una vez más es una cuestión de liquidez. El beneficio es la rentabilidad mínima para los inversores. La caja, el dinero con el que cuentas para hacer frente a tus obligaciones de pago a corto plazo.  

“A  título  ilustrativo,  los  fondos  de  capital  riesgo,  cuando  entran  en  un  contrato  de participación en un negocio que tiene futuro y ofrece productos nuevos o que no existen en el mercado,  suelen  pedir  que  rinda  lo  suficiente  para  retirar  el  capital  que  inviertan  en  cuatro años”, apunta Tornabell. “Recuperar un capital en cuatro años significa que el negocio tiene  que  rendir,  como mínimo,  un  25%  anual. Algunos  piden  por  cada  cien  que  invierten, recuperar el triple al cabo de cuatro años”, advierte este experto.  

Bait  

Es el Beneficio antes de  Impuestos. “El beneficio permite analizar  la  rentabilidad económica (de  la  inversión) y  la rentabilidad financiera  (de  los capitales… que es  lo que  le  interesa a  los inversores). El Beneficio antes de  Impuestos (BAIT) mide el beneficio de  la empresa sin tener en  cuenta  cómo  esté  financiada.  Remite  a  la  rentabilidad  de  la  inversión  en  relación  a  sus activos”, explica Belén Flecha.  

Rentabilidad 

“Es mejor que los beneficios. Una cosa es tener margen y otra rentabilidad. Al final, el margen es  una  comparación  que  tengo  en  la  cuenta  de  resultados  entre  ingresos  y  gastos,  y  la rentabilidad es un concepto de eficiencia: con un beneficio en la cuenta de resultados ¿cuánto he  tenido  que  poner  para  conseguir  ese  beneficio  (activos  totales,  capitales…)?”,  señala Puente.  

Rentabilidad económica 

También se le denomina como rendimiento de la inversión. No es más que la relación entre el beneficio  antes  de  intereses  e  impuestos  y  el  total  de  tu  activo.  “Tienes  que  medir  el rendimiento económico del conjunto de las inversiones de tu empresa, con independencia de tus fuentes de financiación. Lo obtienes sumando el resultado antes de impuestos y los gastos financieros y dividiendo esa cantidad por la inversión media”, propone este mismo experto.  

 

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Rentabilidad financiera 

Se le llama también rendimiento del capital. Es la relación entre el beneficio y los capitales propios. “Debes estar pendiente de la rentabilidad financiera de tu negocio. Este indicador te permitirá conocer la remuneración correspondiente a los fondos propios, que está condicionada tanto por el rendimiento de tus inversiones como por el nivel y coste del endeudamiento”, argumenta Puente. “Como te puedes imaginar, cuánto mayor sea su valor, más atractiva será la empresa para posibles inversores...”, sugiere Alberto Puente.  

Pay‐back 

O período de recuperación de una inversión. “Es el número de años necesarios para recuperar la inversión inicial en tu negocio a base de sumar los flujos de caja generados a los largo de los años de  actividad  con el negocio. Cuánto más  corto  sea el período de  recuperación de  esa inversión, mayor será  la  liquidez de tu proyecto y, por tanto, menor será el riesgo”, concluye Flecha.  

 

 

Caso práctico: cómo hace los cálculos un emprendedor real 

Proyecto viable 

Apertura de un centro de desarrollo personal  que  combine  el  cuidado físico  y mental  con  el  crecimiento espiritual  y  el  aprendizaje  y profundización en disciplinas  como el  tai‐chi,  el  yoga,  chi‐kung, pilates...  y  se  complementa  con otros  servicios  como  medicina china, masajes y venta de equipos y material  sobre  estas  actividades (libros,  CD,  DVD,  equipamiento...). La cuenta de  resultados es positiva desde el primer año.  

Cálculos del emprendedor  

Estimación de ventas  

Ésta es  la que hicieron  los emprendedores de este proyecto de negocio para  cada  línea de negocio:   15 

• Clases: “Estimamos que de  los 10.353 clientes potenciales  (practicantes de deporte) llegamos a casi un 2% anual –200 usuarios‐ que probablemente practiquen más de una actividad.  En  nuestra  estimación  de  ventas  seguiremos  una  línea  pesimista  y tomaremos  lo  siguientes  datos:  200  usuarios  distribuidos  en  grupos  de  18  alumnos suponen  las siguientes clases. Con 11 grupos podríamos tener 200 alumnos. La tarifa aplicada es de 35 euros (12 meses = 420 euros)”. 

• Tienda: “Las estimaciones de  ingresos para este segmento  las basamos en el número de  alumnos  (200).  Partimos  de  una media  de  dos  artículos  comprados  al  año  por alumno  (libro,  objetos,  regalos...)  y  unos  500  artículos  más  vendidos  en  el  año  a personas no inscritas como alumnos. Total 900 ventas el primer año”. 

• Masaje. “Hemos estimado 120 usuarios (con dos sesiones)”. 

• Alquiler. “El alquiler de sala supondrá un total de 200 horas el primer año (17 horas/ mes)”. 

Financiación  

La financiación ajena de este proyecto se compone de un préstamo a 10 años con un tipo de interés variable del 5,5%, concretado con una caja de ahorros por 50.000 euros, y una póliza de crédito de 15.000 euros. Aquí el emprendedor  tuvo que hacer una corrección: pidió una 

 

póliza de  crédito de  15.000  euros para  cubrir  el período  en  el que  tardaría  en  comenzar  a facturar 

Proyecto no viable 

Una empresa dedicada  al  reciclaje de cartuchos para  impresoras  láser e  ink‐jet  negro  y  color,  y  que  se complementa  con  la  venta  de cartuchos  originales  para  este mismo tipo  de  impresoras.  Enfocado  sólo  a pymes.  La  tecnología  o  maquinaria que  prevé  utilizar  se  importará  fuera de  España.  Cuenta  con  financiación para  arrancar,  pero  su  cuenta  de resutaldos es negativa durante los tres primeros años. 

 

Cálculos del emprendedor  

Estimación de ventas  16 

“El número total de ordenadores en la zona que vamos a cubrir es de 63.164, lo que supone un total  de  consumo  de  cartuchos  al  año  (1,9  unidades  por  ordenador  de  media  anual)  de 118.710 unidades. El  tope máximo de producción mensual en  la empresa,  con una persona dedicada exclusivamente a ello, disponiendo de toda la materia prima, envases y contando con que no  surjan  fallos en  la maquinaria,  trabajando ocho horas diarias,  con una media de 22 días/mes, ascendería a 362 unidades de tóner y 1.056 unidades de cartuchos ink‐jet (duración de  proceso  de  reciclaje  de  un  tóner,  15  minutos;  y  un  cartucho  ink‐jet,  cinco  minutos). Calculamos que el 60% de  las empresas  tendrá el  consumo medio estimado de  cartuchos y únicamente el 30% el consumo medio de  tóners. Las estimaciones de ventas para el primer año  son  las  de  atender  a  240  clientes,  lo  que manteniendo  la media  de  referencia  –siete cartuchos y dos tóners año– supone la venta total de 1.680 cartuchos y 480 tóners reciclados, más una pequeña cantidad de cartuchos y  tóner originales”.“Estas estimaciones nos ofrecen un  cierto margen  de  seguridad,  ya  que  existe  la  posibilidad  de  que  con menos  clientes  se venda más o incluso con los mismos clientes las ventas sean mayores, ya que son las empresas con mayor consumo de tinta y tóner (superior a la media citada de siete cartuchos y dos tóners )  las  más  interesadas  en  los  productos  reciclados,  dado  el  alto  ahorro  en  costes  que supone”.“Las estimaciones de venta de productos reciclados en el primer año son de 24.696 euros en cartuchos (1.680 x 14,70 euros) y 22.320 euros en tóner ( 480 x 46,50 euros). A esto, se suman  las estimaciones de venta de productos originales: 2.200,80 euros, en cartuchos, y 3.245 euros, en tóner”.  

 

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Financiación  

Este apartado se distribuye de  la siguiente manera: aportación de  los promotores: 59,6% del proyecto,  por  un  importe  de  28.193  euros;  financiación  ajena,  un  préstamo  de emprendedores:  40,4%  del  proyecto,  por  un  importe  de  19.085,50  euros.  No  dispone  de capital para financiarse durante los tres primeros años.  

 

Enlaces útiles 

Herramientas online 

Existen numerosas herramientas  informáticas que  realizan  las  operaciones  y  cálculos necesarios para evaluar  las amortizaciones,  la cuenta  de  resultados,  la  tesorería...  No  es necesario  que  sepas  cómo  calcularlo.  Los expertos  que  hemos  consultado  nos  han recomendado  las  referencias más útiles para analizar  on  line  la  viabilidad  de  tu  idea  de negocio. ¡Elige la tuya!  

CÁLCULOS ‘ON LINE’  

Simulador viabilidad (BIC Galicia) 

La aplicación diseñada por el Área de Análisis de Proyectos del BIC Galicia facilita a un usuario sin amplios conocimientos financieros la introdución de los datos necesarios para elaborar un plan económico financiero con un horizonte temporal de cinco años. 

www.bicgalicia.es/simula/index.htm  

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Autodiagnóstico económico (Panel Empresarial Murcia) 

Se  trata  de  una  herramienta  interactiva  que  permite  a  la  empresa  conocer  su  posición económico‐financiera  respecto  a  su  sector,  comparándose  con  su  entorno  competitivo más directo. Genera un informe de viabilidad del proyecto.  

www.panelempresarial.com/Panel/autodiagnostico/main.jsp  

 

Plan de empresa (CEEI Valencia)  

Permite descargarse una hoja de cálculo para  realizar un plan  financiero  (ofrece  también un tutorial para rellenar  los datos). No es necesario darse de alta para acceder a esta aplicación. Para realizar el plan de empresa completo, sí es necesaria el alta.  

www.guia.ceei.es/interior.asp?MP=8&MS=11  

 

Plan financiero on line (Barcelona Activa)  

Ofrece la posibilidad de realizar un Plan de Empresa On Line. Un tutorial guía al usuario en la elaboración  y  redacción  de  tu  proyecto  empresarial.  Es  necesario  darse  de  alta.  Una  vez registrado, ofrece también una calculadora.  

http://www.barcelonanetactiva.com/barcelonanetactiva/es/creacion‐de‐empresas/pla‐d‐empresa‐on‐line‐pol/index.jsp  

 

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Calculadora viabilidad (Emprendedores) 

A  través  de  unas  sencillas  tablas  en  Excel  te  ayudamos  a  realizar  un  estudio  previo  de viabilidad: tesorería, cuenta de resultados, beneficios...  

www.emprendedores.es  

 

FINANCIACIÓN  

Simulador de inversión 

Contiene una aplicación para el cálculo de inversiones.  

http://www.redceei.com (en el apartado ‘direcciones útiles’)  

 

Guías de financiación a corto y largo plazo 

La Red de Centros de Empresas Europeos de Innovación ha elaborado sendos manuales donde se recogen los distintos tipos de operaciones de financiación a corto y largo plazo utilizadas en el día a día de una empresa.  

http://www.redceei.com (en el apartado ‘direcciones útiles’)  

 

SEMINARIOS EN LA RED  

Curso on line (Red CEEI) 

Analiza aspectos básicos, como  las habilidades emprendedores y el preanálisis de  la  idea de negocio, pero también aborda el análisis de viabilidad económico‐financiero.  

www.expoceei.com