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COLECCfON DE ESTUDIOS ARABES
m
DECADENCIA Y DESAPARICI6N
DK LOS
ALMORAVIDES EN ESPAflA
I
DECADENCIA Y DSSAPAR1CI0N
I>E LOS
YIDKS EN ESPANA
POK
_?43
n
3
D. FRANCISCO CODERA
de 3a R. A- de la Historic
catcdrStico dc Lengua Arabe en la Universidad
Centralh^a.A^^'VAa •
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tU*U3.*fl.a.
ZARAGOZATIP. DE COMjLS HEHMANO&, PlI-AR, 1
i
INTRODUCTION
Es cosa corriente y admitida por cuantos
se dedican en serio al cultivo de nuestra
Historia, que la dominacion de los arabes en
Espaiia esta por escribir; pues si tenemos
una obra buena, en cuanto podia pedirse hace
40 afios cuando T>o/,y escribio" su Historia de
los musulmanes de Expand liasta la coiKju'uta de
los almoravidcs, el autor holandes, corao indi-
ca el titulo de su obra, suspendi^ la narra-
tion al terminar el periodo de los reyes de
Taifas, dejando por historiar los periodos de
Almora-vides, Almohades, Benimerines y Na-
vni
saries de Granada, prescindiendo de otras
dinastias, espaiiolas 6 africanas, que por poca
tiempo dominaron parte de la Peninsula.
Es verdad que ja antes habta escrito don
Jose Antonio Conde su I/isloria de la domina-
tion de los drabes en Espatia, libro que en un
principio se creyd en toda Europa que He—
naba el vacio de nuestra historia; pero la
obra de Conde my6 pronto en descredito pa-
ra los inteligentes nacionales j extranjeros,
hebiendo sido objeto fuera de Espana de
acerbas critical que un mal entendido pa-
triotismo ha hecho creerinfundadas, cuando
en realidad s<51o resultan exageradas; puesse
atribujd k ignorancia completa de la lengua
lo que en mi sentir (y en esto creo ser m&s
duro con Conde) es debido fi lo que pudie-
ramos llamar mala fe literaria, porque el
autor, cuando encontraba una dificultad in-
soluble, como tenia que encontrar muchas
y se encuentran aun boy, cortabael nudo en
vez de desatarlo, 6 de confesar suignorancia
en puntos concretos por falta de datos.
En prueba de mis apreciaciones citare
dos hechos muy importantes de nuestra his-
IX
toria arabe?que Conde no podia calender, y
que le llevaron, el uno & multitud de erro-
res, y hasta falsificaciones, y el otro k cam-biar una fecha, alterando la unidad, decena
y centena para hacer entrar el hecho, a que
parecia referirse, en la cronologia recibida.
Habiendo encontrado en varios autores
Srabes que el centro de la rebelion de OmarAbenhafsiin, £ue yiJiM que tomd por liar-
bastro, en la provincia de Huesca, cuando en
realidad era Bibasler, en la provincia de Ma-laga, cerca de Antequera, traslado & Barbas-
tro el centro de operaciones, e liizo girar a
Omar en torno de esta ciudad, cambiando
los nombresde Archidona, Antequera, Elvi-
ra, Granada, Malaga y otras, por los de las
poblaciones, & que se podia llegar desdeBar-
bastro, como son Monzdn, Tamarite, Lerida,
Roda, Huesca^ Zaregoza^ Alcaniz, etc.
Gomprendo que este cargo es gravisimo
y que liabrft quienes lo tachar&n de exagera-
ci6n mia: no lo dir&n los arabistas: estos po-
drftn decir que cargos tan graves, aunque
sean fundados, no deben hacerse por un es-
panol, m&xime cuando Conde esUi bastante
X
desacreditado: a esto dire, que ni creo a Con-
de bastante desacreditado entre nosotros,
puesto que muclios siguen cilandole y to-
mandole como guia, ni entiendo el patriotis-
mo de este modo tan estrecho.
Podria suponerse en defensa de Conde
que en algunmanuscrito arabe leyd las gue-
rras de Omar Abenhafsiin como las narra en
su libro: no podemoe asegurar que asi no
fuera; pero de todosmodos es indudable que
Conde ley6 la narracidn de estas guerras co-
mo la leemos hoy en los autores publicados,
muchos de los cuales leyo, y en el mero he-
cho de diferir esencialmente la narracitfn de
como se encontraba en el supuesto manus-
cristo, que nadie ha visto, tenia obligacidn
estricta de advertirlo, so pena de autorizar-
nos a tacliarle de falsario.
Hemos admitido la suposici<5n de que
Conde viera un manuscrito cuya narracidn
en este punto difiriese de la de otros; pero
estamos seguros de que no hubo tal cosa, yesta es en ultimo termino la opinion de los
arabistas, aun la de aquellos que procuran
atenuar los cargos contra Conde.
i
XI
El otro hecho a que hemos aludido es el
siguiente: Conde llego a leer bastante bien
las monedas &rabes espanolas: vio sin duda
muclias de las acunadas a nombre de HixemII, bastantes afios despues de muerto, y no
pudiendo eatonces comprender esto, que se
explica hoy perfeHaniente por el reconoci-
miento del falso Hixem II, por el cadi de
Sevilla y dermis reyes de Taifas que podria-
mos llamar delpartido Legitimista, salio de
la dificultad, 6 se alucino, al describir una
moneda de Sevilla del ano 4383leyendo en
ella la fecha 382: y notese que la moneda
estaba bien conservada, segun resulta del
grabado K
No todo lo que escribio Conde, ni mucho
menos, es disparatado; pero bay en su obra
muehos errores, y los no arabistas no estan
en condiciones de distinguir lo bueno de lo
malo: por tanto no deben hacer tiso de tal obra:
entre los arabistas dudo que haya uno que
se atreva a aceptar, por la sola auloridad de
1 Memoriasdela Real Acauomiade la Historio,
to. V, p&g. 2oo, lamina 1. a num. 10.
-J
XII
Conde, una noticia que le interese para sus
trabajos y que el mismo no haya encontrado
en los autores arabes.
La desconfianza absoluta que debe tener-
se de la obi a de Conde, alcanza lo mismo a la
de Viardol, mero trasunto de la de Conde, &
las obras de Romctf, J), Modesto Lafuente y k
otras muclias que para la parte arabe son en
general meras par&frasis de las de Conde 6
Yiardot, con la particularidad de que en
muchos casos, por no copiar las palabras del
original, al querer retocar el cuadro por su
cuenta, le dan mfts colorido, y con csto ej
cuadro resulta mas falso: no lo hacen asi los
autores 6rabes, que casi siempre copian las
palabras de los autores anteriores.
Adem£s de las historias de Dozy y Con-
de, tenemos la Ilisloria de las Dinastias mako-
metanas en Kspana por nuestro querido maes-
tro D. Pascual de Gayangos; pero esta obra,
escrita en ingles, sin que se haya hecho ver-
sion castellana, no es original, ni el autor lo
pretendio, sino traducci6n-arreglo de una
obra de autor Jirabe-marroqui de principios
del siglo xvu, con muchas ilustraciones to-
XI11
madas por el Sr. Gayangos de otras obras,
ineditas muchas de ellas.
La obra escrita en estos ultimos aiios por
Mercier S porsu contenido general podria
servir mucho para ilustrar nuestra historia
arabe, ya que entre ambos paises musulma-
neshubo siempre gran comunicacion, aun
cuando no existEa identidad de gobierno,
como sucedio en penodos mas 6 menos lar-
gos; pero como probamos en las Axlaracio-
nes, en lo referente a los acontecimientos de
la domination arabe ocurridos en Espaiia el
autor incurre con harta frecuencia en graves
errores y debe por tanto consultarse con des-
coniianza, y es que Mr. Mercier se propuso
una cosa imposible, escribir la historia de
las dinastias africanas, que no ban sido aiin
objeto de estudio especial y completo por
parte de ningun europeo, y mientras no se
haya heclio la historia de cada dinastia, no
es posible que uno escriba bien la de todas
ellas.
~\ Hhtoinde r Afrique uptentrionalr (tter\mie)
depuls les temps los pins rcculcs jusqu a la conqu fi-
le IrancBlJKs (1H30) par Ernett Mereier. .1 to. en 4. -Pa-
ris, 1888-1891.
XIV
Si hasta ahora no se ha escrito una hue-na historia Srabe de Espafia, £se esta en con-
diciones de escribirla? Greo que no: los
estudios arabes no estan suficientemente ade-
lantados para que se pueda sintetizarla his^
toria: aunque se han publicado durante los
cincuenta afios ultimos muchos textos refe-r
rentes k cosas de Espana, otros muchos, jquiza los mas importantes, estan aiin sin
publicar, j por muy buena voluntad y cons-
tancia que supongamos en los arabistas, noes lo mismo estudiar ctfmodamente en su
gabinete un libro impreso, que hojear unmanuscrito de mejor 6 peor letra en el de-
partamento de una biblioteca, con las mo-lestias y deficiencies consiguientes: mien-tras no se hejau publicado previamente los
muchos libros que se conocen de nuestra his-
toria, nos parece muy difXcil, por no decir
imposible, que pueda salir un genio, quedespues de examioar por su cuenta lo muchoque existe esparcido en bibliotecas publicas
y privadas, pueda abarcar de un golpe la
historia general de los arabes en Espana.
Ho^y por hoy, quiz& lo unico que debiera
XV
hacerse, es trabajar monogrefu"*, dilucidan-
do puntos especiales; monogr. Has que rehe-
chas 6 compleladas por el mismo autor, 6
por autores posteriures, preparasen los ele-
mentos para trabajos de conjunto.
Dicho 3o que precede, se comprendera
que do tenemos la pretension de escribir la
/listeria de los almoravides, propiamente tal: el
presente trabajo fue escrilo hoce bastantes
aiios como Estudio numismdlko del-periodo inler-
medio entre Almoravides y Almoliades: publica-
das luego por nuestro amigo D. Antonio
Vives Lodas las monedas arabes espafiolas
conocidas, aunque sin discutirlas ni aprove-
char sus datos, pues esto no entraba en su
plan, ya nuestro trabajo primitivo habia per-
dido una buena parte de su importancia, y
lo redactamos de nuevo, discutiendo los he-
chos a la luz de todos los datos conocidos,
muclios de los cuales aparecian bastante mas
claros en vista de los datos que nos habian
proporcionado libros antes no conocidos, y
que hoy posee la Real Academia de la His-
toria.
Acordada la publicacion de la Coleccionde
XVI
estudios drahes, como nuestro trabajo no resul-
taba de facil lectura para los no arabistas,
pues los textosarabes estaban discutidos en el
cuerpo del trabajo, y el objeto de la Coleccton
es Tulgarizar los resultados de los estudios
arabigos, lo hemos redactado de nuevo, his—
toriando el periodo de la decadencia y desapa-
ricion de los Almoravides en Espana, refiriendo
los hechos como nos ban parecido resultar
de nuestras investigaciones; pero no preten-diendo que se nos crea por nuestra palabra,
en notas e ilustraciones nos referimos a los
textos, en que nos apojamos, y como no po-cas veces los autores est&n discordes, hemosdiscutido los textos en comprobacidn de la
opinion que seguimos; alguna vez? sin em-
bargo, hemos dado en el texto las diferentes
versiones respecto a ciertos sucesos, cuandopor ser las noticias poco abundantes, no he-mos encontrado raztfn especial para decidir-
nos por una version mSs bien que por otra.
El numero y extensidn de las notas eilustraciones parecerS quiza excesivo; perotengase en cuenta que los puntos tratados lo
son casi por primera vez para el publico y
a
{
\
XVII
habia que indicar todas 6 la mayor parte de
las fuentes 6 de las razones que nos habian
guiado en nuestra investigacidn.
Fuentes. Gomo podra observarse facil-
mente, para nuestro estudio nos servimos en
primer termino de los autores arabes publi-
cados 6 ineditos: no pocas veces nos guiamos
por los Cronkoncs, cuyos datos son en general
de la mayor importancia y deben tenerse
nmy en cuenta, aun en los casos, pocos por
cierto, en que parecen en contradiccion con
los textos arabes: siguiendo la marcha que
indicamos al escribir nuestro Discurso de recep-
tion en la Real Acadcmia de la Ilisloria, aprecia-
mos en mucho los datos de los Cronkoncs y
Necrolotjlas de monasterios, al paso que pres-
cindimos por completo de lo que digan res-
pecto a un punto especial los historiadores
generales 6 particulars desde el siglo xv en
adelante, porque de las cosas arabes sabian
casi siempre muy poco y los encontramos
disparatados con liarta frecuencia, extravia-
dos por las tradicciones locales; y como en
general no citan las fuentes, no tenemos la
pretensi6n de acertar a separar lo poco que
AT.MOUAVIDKS
XVIU
pueda haber de aceptable de lo mucho queindudablemente es disparatado.
Y esto merece alguua explicacidn. Nohacemos S nuestros historiadores clasicos delos ultimos siglos la ofensa de suponer quese fingieron los hechos relativos a los Srabes;
de ordinario stflo conocian nuestros Cronico-
nes antiguos, que se esfuerzan en aclarar lu-
cliando con ]a escasez de datos: alguua vez se
vislumbran en sus palabras trasuntos de tex-
tos Srabes mejor 6 peor traducidos f
; pero
siempre resulta que muchas cosas evidente-
mente estin muymal entendidas, incurrien-
do casi todos ellos en muchos anacronismos
e incongruencias manifiestas, de donde re-
sulta que la major parte, 6 muchas de las
notices, que se encuentran en nuestros his-
toriadores particulates esLSn tergiversadas: deaqui la gran desconfianza que tienen queinspirar las que no constan hoy por otro con-ducto, aun en el supuesto de que no esten
1 Es casi scguroquevariasobrasarabes^omola anonima de Alhalal almauxw, que ciiamos mas douna vez, fueron traducidas al castellancsy probable-mente serfan ulilizadas por nuestros historiadores.
I
XIX
en contradiccion con lo que se tiene por ave-
riguado.
Creo que las noticias de esta clase solo
podran ser aquilatadas en su justo valor por
algun arabista que estudie de un modo espe-
cial la historia particular de la region 6 po-
blacidn a que se refiera; el escritor regional,
como mas enterado por lo comun de. los de-
talles de todo genero referentes a su region,
esta en mejores condiciones para apreciar
bien pequefios detalles, j podra dedicar su
atencion a investigar lo que pueda haber de
verdad en las tradiciones locales consignadas
por nuestros historiadores de los siglos xvi jposteriores, porque para el tendra gran im-
portancia el aclarar un hecbo mSs, aunque no
la tenga para la historia general; pero cree-
mos que siempre ha de ser tarea dificil, jcasi imposible, si el critico no es arabista.
Aunque pueda parecer parcialidad de
profesion y exagerada insistencia, me atrevo
a recomendar muy particularmente £ cuantos
se dediquen a estudios de Historia de Espa-
na, general 6 particular, que en lo referente
k los arabes, 6 relaciones de estos con los
If-=^
XX
cristianos, no acepten hecko ni apreciacim queno encuentren en los autores Srabes, en los
Cronicones antiguos 6 en los autores moder-
nos, que no sean trasuntos mas 6 menos di-
rectos de Conde, como los hay aiio muchos.
No tenemos la pretension de que nuestra
historia de este perlodo sea completa y per-
fecta, ni mucho menos; nos hemos limitado
& exponer la liistoria externa, prescindiendo
de la interna, 6 sea de las instituciones, cos-
tumbres, comercio, industria e ideas del pue-
blo musulman espanol durante este pen'odo,
no por principio j porque creamos que todas
estas materias no son parte esencial de la
historia, sino por ignorancia: de todo esto
poco 6 nada sabemos^ teuiendo adem&s la
conviccion de que nadie sabe mucho de ello,
nunque habna medio de saber bastante, si
alguien pudiera estudiar los muchos libros
donde conseguridad se encontrarian noticias
interesantes acerca de estos puntos, como son
los libros de administracion arabe, coleccio-
nes de consultas de abogados 6 alfaquies tan
notables como el Abenroxd, abuelo del fi.16-
sofo Averroes, Abenlyad j otros? de quienes
XXI
se ccmserva j es muy apreciada una colec-
ci<5n de consultas en seis gruesos volume-
lies, v los libros de consejos acerca del modo
de gobernarse en la yida j otros; pero por
de&gracia es do temer que tales libros tardea
mucho en ser utilizados, dada la escasez de
los arabistas y aun el poco estimulo que el
publico presta a estos estudios.
Es tan grande la conviccitfn que tenemos
de que boy no puede pensarse en escribir la
bistoria de los arabes de Espana, que sdlo
cediendo algo a la opinion general, intenta-
mos dar un bosquejo de la domination arabe
en sus diferentes periodos: por nuestra parte
creemos mas litil al progreso de la bistoria
patria la publication de los datos que hubie-
ramos podido reunir? y habia pensado poder
publicar como Aparato hislorko la coleccidn
de papeletas que tenemos hechas, en cuya
publicacidn hubieramos discutido los datos
que tenemos anotados referentes & cada suce-
so, sin tratar de llenar lagunas ni deaclarar
& todo trance los hechos de los que hay pocos
datos; pero esto nos comprometia ante el pu-
blico & un trabajo superior a nuestros medios.
XXII
Una publicacion deesta indole tendrfa la
venlaja de que en ella cabe perfectamente la
diferencia de extension en los detalles: se
darian las noticias como se tuvieran: a veces
de sucesos miry importantes no hay mas no-ticia que una linea, y otros de escaso interes
6 que solo lo tienen para la historia local,
estan narrados de un modo muy minucioso:
de estos hay que prescindir en narracion se-
guida, exponiendose el autor en otro caso a
dar importancia a lo que no la tiene: es se-
guro que nuestro plan predilecto no hubiera
sido del agrado del publico: es muy posible
que tampoco le agrade lo que hacemos y queno consigamos ni aun la escasa acogida ne-cesaria para poder continuar la presente Go-leccitfn* coo la cual aspiramos k difundir unpoco entre nosotros el couocimiento de nues-
tra historia £rabe, d al menos k desterrar deella errores, que pasan como verdades san-cionadas por asentimiento de los historia-
dores.
Las mismas causas que nos movieron deun modo especial al estudio de la historia de
este periodo, nos ban movido k reunir con
-. j
XXIII
especial empefio datos para estudiar el perio-
do kistorico entre Almohades j Benimeriues;
pues tambien existen de el monedas dificiles
de esplicar?
por referirse k hechos poco 6
nada conocidos: segtiiremos reuuiendo cuan-
tos datos nos sea posible, por si podemos
ilustrar con ellos nuestra historic arabe en
sus diferenles periodos: para el Irabajo de
estudio no neccsitamos estiinulo olguno, ni
proteccidn de nadie, si no fdcilidatles de par-
te de quien posea documentos arabes de cual-
quier genero; pero como el trabejo de redac-
tion, aun despues de reunidos los datos, nos
cansa mucho, y satisface poco, pot- no tener
la ilusion de hacerlo bien, es niuy posible
que nos coja la pereza por el cansancio inhe-
rente al disgusto en lu redaccion y quede la
tarea para que la Sieve a cabo otro, quizft
alguno de nuestros arabistas que quiera apro-
vechar nuestras numerosos papeletas, lega-
das al predilecto de nuestros discipulos,
quieu con seguridad, siguiendo las tradicio-
nes del insigne restaurador de los estudios
firabigos en Espafia, que figure al frente del
primer tomo de esta Coleccion, las coinuni-
XXIV
cara generosamcnte & cuantos esten en con-
diciones de aprovecharlas.
Transcription, En este, como en los de-
mas tomos de la Coteccion, seguimos el siste-
ma de transcripcidn expuesto en el primer
tomo de la raisma por el Sr. D. Eduardo
Saavedra; pero para este tomo y los demas
que puedan seguir de la misma indole, ne-
cesitamos hacer alguna aclaracidn.
En obras historicas arabes hay que hacer
mencitfn de muchos nombres propios, no
s61o desconocidos por completo de nucstros
autores hispano-cristianos, sino apenas cita.-
dos m§s que por uno 6 dos autores £rabes de
los conocidos hasta hoy, resultando con harLa
frecuencia que un autor lo cita de un modo
y otro de otro modo: no es esto s61o, sino que
por la indole de la escritura arabc, de muchos
nombres propios no constan las vocales, ni
hay medio de averiguarlo, cuando el nombrepropio no es de procedencia Srabe, como su-
cede en muchos casos en nuestra historia; por
tanto no hay medio de averiguar ni de unmodo aproximado cual fuera la pronuncia-
tion de tal nombre; de aqui que, no siendo?-
XXV
posible en obras de esta clase, poner s61o las
consonantes, como quiza debiera hacerse, left
havamos supuesto, casi a ciegas, vocales de-
terminadas, j hemos transcrito el nombre en
virtud de esta supuesta vocalizacidn; y como
para esta apenas teniamos fundamento algu-
no, nada tendra de extraiio que el mismo
nombre resulte transcrito dediferentemodo.
Fcclias. Como la narracion esta tomada
casi siempre de los autores arabes, ofrecia
graves dificultades el poner siempre la co-
rrespondencia cronologica nuestra, prescin-
diendo de la arabe, y por eso de ordinario he-
mos consignado esta, aunque poniendo casi
siempre la correspondent con la nuestra.
Guando los autores arabes fijan aiioy dia
del mes, es facil y bubiera sido mejor, si
estos detalles se fijaran siempre, el poner s6-
lo la fecha en nueslro cdmputo: pero cuando
no citan el dia del mes Sirabe, 6 solo citan el
aflo, seria muy vago poner la fecha en nues-
tro cdmputo, pues casi siempre el aiio arabe
corresponde a parte de dos nuestros, y hu-
biera sido preciso siempre que se bace men-
cidn del aflo 540, por ejemplo, decir desde
XXVI
24 de Junto de II'45 a 12 de Junio de 4/46, jlo mismo respectivamente cuando se cita el
mes, pero no eldia, ya que elmesarabe casi
siempre correspoode a parte de dos mesesnuestros.
Como no siempre hemos puesto la co-
rrespondencia alcitar feckas, que se repitenmucho, y en el cuadro cronoltfgico que po-nemos al fin, no cabfa tampoco hacerlo porlas razones indicadas, nos parece oportunoponer a continuation los nombres de los
meses arabes y el cuadro de los principiosde los afios arabes, que abarca este estudio,
previas unas indinaciones cronologicas res-
pecto al cdmputo mahometano: con esto po-drfi el lector comprobar la? correspondencies
anotadas en el texto, que pucden eslar equi-vocados y no hajamos corregido.
FRANCISCO CODERA,
Madrid, 11 do .Mayo <io 1801).
XXVII
COMPUTO ARABE
'
Los musulmanes cuentan sus fechas por
su Era, llamada Hvgira (huida) por la fuga
de Mahoma de la Meca a Medina en la no-
che del jueves 15 de Julio del ano 622 de
J. C; la Era, sin embargo, comieuza 6 con-
tarse el dia 16, auuque no pocos han creido
que comenzo el 15, y esla es la causa de que
haya diferencia de uu dia en las ftschas con
relacion a nuestra Era segiiu el computo
que haya servido de punto de partida'2
.
El ano para los musulmanes consla de 12
meses lunares de 30 y 29 dios alternative-
mente; pero como el ano lunar, 6 las doce
i l)c nuestro Trtrfudo dr Xumismtitii-n Arahi'jo-
eyt'utola, nag, 283.t , ,. ,
2 Lbs tables do. corrospondonaa quo publico
Masdeii en el tamo XIV do su fli-Uorui >-ntiot tie L*pu-
imydehi CnUuru eyxtnola, eslan calculiuluss de oslo
modo, ano por ano y mes por ntes, comeimmdo v.\ to
do Julio del a fto 622, dc modo (|tic sogmi pi computeeoneralmenta seguido hoy, hoy siempre la diloroncia
deun dia en el principio de un mfts, como to consiR-
na Masdeu o como lo pone Wustenfold (W rnflwhw*uyTahelten der Mufaimmedanwhen find Chrntlvhm Ant-
rpchnnnq, nach dem ersten Togo jedes Miiliammpda-
nischen Mortals berechnet... iieransgpgeben von Dr.
Ferdinand W'iistwfeld, Leipzig, *&>>)
XXVIII
lunaciones hacen 354 dias, 8 horas, 48' 45'' y30v/
, hay necesidad de intercalar un dia cada
dos 6 tres anos, para que resulte, ya que no
exactitud matematica, aproximada: el dia se
anade al ultimo mes, que tiene 29 dias y 30
cuando es intercalar: en cada ciclo de 30
anos son intercalares los aiios 2, 5, 7, 10, 13,
16, 18, 21, 24, 26 y 29, comenzando el ciclo
con el primer ano de la hegira.
Siendo el alio musulman de 354 d 355
dias, es claro que no puede guardar relacion
coristante con nuestros alios, que son 11
dias mSs largos y por consiguiente el co-
mienzo del ano arabe tiene que adelantar 11
dias de un ano & otro con relacion al nues-
tro; pero como aun estono es completamente
uniforme, pues liaj que tener en cuenta la
existencia de nuestros anos bisiestos, y la
diferencia puede ser de 10, 11 6 12 dias, re-
sulta una gran complicacidn que los cron6-
logos han salvado formando tablas, que se-
nalan el primer dia de cada ano musulman
con relacitfn al nuestro.
De esta labia ponemos & continuacidn la
parte correspondiente al periodo comprendi-
XXIX
do en este libro, advirtiendo respecto a su
uso, que solo se indica el primer dia de cada
afio de la Iteyira: los niimeros de la cuarta co-
lumnaindican el dia de la seinana, tenien-
do en cuenla que los arabes llaman al domin-
(jo, dia primero, al lunes, dia set/undo, etc. y
aunque al viernes y sdbado llaman respectiva-
mente dia de la reunion y sahat, se indican
con los niimeros 6 y 7: enlaprimcra colum-
na los alios intercalares van marcados con
la lelra B.
Los nombres de los nieses son: 1." p.
Moharrem—2.° j*-* Safar,—'*. J^ ^;Mi el primero,—4." j*--' *0 ^h! el
/,os "
tmo i _5.° J/y o,oU>. Chumada el primero,
6." ^" -J?>^ Chumada el postrero.—l.
^Js ,Rachel),—$."^^ .Yalwin,—9."^' -^*j
riamadan,—\0. j£L Y<i««/,—11." >^*5>1 ji
Dulcada y 12.° *s^ !
!ji Dulhicha.
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16 Julio.. .
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23 KntM'O.
15 Knpfo;U hici<*mfoi"o
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10 PinemforeHO No\ iombro15 Ntuiombro7 NovioiTihre
2S Ootubre ,
17 Ormlm*.;; Ociulire-
35 Seliomhn*IV Setif-mtiro
& Setirmbre53 Anosto. .
12 Af!<v*lo. _
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21 Mar/.o. . .
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18 Enero. . .
7 Enero. . .
27 Diciflmbrc
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21 Noviembre.13 Xoviembro.3 Novicmforc.
23 Octubrc. .
12 Oeiuhre. ,
1 Ochihro. .
20 Spliembre .
10 Seliemfore .
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REINADO DE VISIT
La dinastia de los Almoravides, cuyo
fundador Yusuf, hijo deTexufm, habia sido
llamado por los reyes de Taifas, principal-
mente por Almotamid de Seville y Almota-
vaquil de Badajoz, para contrarrestar a Ibb
annas victoriosas de Alfonso VI, que amena-
zaba acabar con el dominio de los muslimes
espaiioles, si en los primeros moments con-
tuvo al conquistador de Toledo, humillan-
4ole el 23 de Octubre de 1086 en la bata-
11a de Zalaca (I), pronto empleo sus fuerzas
Almoravides
en contra de los reyes, que con imprudenciasuma habian llamado en su auxilio unas gen-tes que, cual previera Ismail Arraxid, Prin-cipe heredero del rey de Sevilla, se habiande converter en terribles enemigos, que los
despojaran de sus estados,
Fortuna fue para los cristianos el queYiisuf, vencedor en Zalaca, recibiera & se-guida la noticia de la muerte de su hijo el
Principe heredero Abubequer Sir, y hubiera
de volverse a Marruecos, abandonando la idea
de perseguir al derrotado ejercito cristiano,
y de obtener el fruto que pudiera prometersede tan brillante victoria, apoderandose deToledo, idea que pa reefa natural, y que, sin
embargo, no consta que Yusuf llegara & abri-
gar en su mente de un modo concreto, si
bien los autores arabes indican que, & noocurrir la muerte de su hijo, Yusuf no hu-biera abandonado inmediatamente el pais deAlandalus. Aunque los autores aiirman qu&la derrota sufrida por Alfonso YI fue terri-
ble, y que k duras penas pudo escapar conmuy poca gente, su poder no qued<5 tan que-brantado como se supone, ya que muy pronto
-".
T"
estuvo en condiciones de tomar la ofensiva^
pero la fortuna ya le fue siempre adversa.
Yuelto Yusuf k Marruecos, pronto pudo
Alfonso reliacerse, y los Principes andaluces
hubieron de llamar de nuevo al almoravid,
el cual viene a Espafia por segunda (2) vez y
sitia el fuerte Castillo de Aledo entre Lorca
y Murcia, desde donde valientes guerreros
de Castilla molestaban cob incursiones las
comarcas pertenecientes al dominio del reino
de Sevilla: Yusuf permanece cuatro mesefr
en el sitio, al cabo de los cuales, disgustado
ya de los Principes espanoles, al acercarse
Alfonso en auxilio de los pocos guerrero&
que quedaban en Aledo, se retira k Almeria
por Lorca, y desde alii se embarca para Ma-
rruecos, con el propdsito, sin duda, de ir
preparando las cosas para apoderarse de la
Espaiia musulmana, idea que comienza k
realizar personalmente en su tercera venida,
en el aflo 483 (6 de Marzo de 1090 k 22 de
Febrero de 1091), destronando al rey de Gra-
nada, Abdala, despues de un sitio de dos
meses, y luego k su hermano Temim, rey de=
Malaga.
Vuelto Yusuf a Marruecos, dispone las
cosas para apoderarse de los demas reinos
musulmanes, menos del de Zaragoza, enco-mendando estas empresas a varios de sus ge-
nerates, que sucesivamente se van apoderan-do, sin gran resistencia, de los reinos de Se-villa, Badajoz, Almeria j del oriente de la
peninsula, respetando la indepeadencia deAlmostain II de Zaragoza, fuera por las re-
laciones especiales que entre ambos media-ban, fuera por la idea, que recomendd 6 suhijo Ali (3), de que el territorio de los Be-nihud sirviera como muro deseparacitfn entre
el dominio de los cristianos y el de los al-
moravides.
REINADO DE ALI
A primeros de Moharrem del aiio 500 (4)
(2 de Septiembre de 1106) muere Yusuf
despues de un reinado de 47 anos y 100 de
vida, segiin algunos autores, y le sucede su
hijo menorAli, proclamadoPrincipe lieredero
en los liltimos anos del reinado de su padre.
Ali, hijo de Yiisuf y de una esclava cris-
tiana (5) (probablemente espafiola), tenia 23
anos cuando subio" al trono, y en su largo
reinado hubo de ser testigo del mayor es-
plendor a que lleg6 el imperio de los ahno-
ra-vides (6), y bubo de ver su casi completa
ruina, teniendo que declararse impotente
para ayudar a los musulmanes espafioles
contra los ataques de tres Alfonsos, del jo-
ven Alfonso VII, que en el alio 112G sucedia
a su madre D.aUrraca en el trono de Casti-
11a *, de Alfonso de Portugal, que en el ano
\ Alfonso VII subio al trono el (Ha 8 de Marzo
del ano 4126 por muerte de su madre I).a Urraca, (Fib-
res. Esp. Sag. tomo XXI, pag. 313.)
3
~---p
— 6 —anterior se habfa armado caballero a la edadde 14 anos, j de Alfonso el Batallador, quepor este mismo tiempo paseaba sus victorio-sas huestes por toda la Andalucia: pero hayque confesar, que el abatimiento del poderalmoravid no se debe sino en pequena parteal esfuerzo de los guerreros cristianos: debesecasi por completo a los almohades, que conAbdelmumen lanzan contra los almoravidesnumerosas huestes fanatizadas con el entu-siasmo de Terdaderos nedfitos.
Instalado Ah' en el trono, j despues desometer a la obediencia a su sobrino Yahya,hijo de su liermano Abubequer (Sir?), que sehabfa negado a reconocerle en Fez, pasa aAlandalus, a fines del mismo afro 500, conobjeto de ordenar las cosas del gobierno, yprobablemente con el de iniciar las campanasque, 6 personalmente (7), 6 bajo la directionde sus parientes y generales, hizo durantecasi todo su reinado, con prcSspera fortunaalgunas, con dudosa otras, y sin que nuncaobtuviera un resultado practico Importante,aun de las dos mas notables en que muerenlos Principes cristianos que las mandan, co-
--i
- ^ -
mo son la batalla de Ucles, en la que muere
el Infante D. Sancho, hijo de Alfonso VI, y
la de Fraga, donde es derrotado y quiza he-
rido de muerte D. Alfonso el Batallador.
En los primeros afios del reinado de Ali,
los diferentes estados cristianos estaban en
oondiciones muy diferentes para sostener el
prestigio de las armas contra las incursiones
de los almoravides, entonces en su mayor
pujanza: Castilla estaba gobernada por el an-
ciano y achacoso Alfonso VI, que muere muy
pronto, sentandose en el trono de Castilla su
hija D.B Urraca; en el occidente, el nuevo
condado de Portugal estaba regido por la
Infanta D.a Teresa, viuda de Enrique de
Borgofia; los estados orientales, Arag6n y
Catalufia, estaban en condiciones muy dife-
rentes: ambos estaban gobernados por prin-
cipes esforzadosy en la pleuitud de su vigor,
Alfonso, llamado el Batallador, y Ram6n
Berenguer III, Conde de Barcelona: si a esto
se agrega que la frontera de los almoravides
con Castilla y Portugal era mucho mas ex-
tensa que con Aragdn y Catalufia, no causara
extrafieza el ver que los almoravides empren-
— 8 —den menos incursiones contra estos estados,.
que contra los dos primeros.
Entre Castilla y Portugal y los almora-vides puede asegurarse que en este periodola guerra fue constante, llevandose a caboincursiones por una j otra parte, quiza todos
los anos, aunque ni por los autores arabes ni
por los cristianos tengamos nolicias concre-tas sino de muy pocas relativamente.
Habiendo venido AH a Alandalus a fines
del afio 500, al regresar a su pais, did el
mando de los ejercitos muslimes de Espana a
su hermano Temim, que hasta entonces habiaestado de emir en Marruecos, y le establecid
en Granada, que parece ser en este tiempoel esiento del gobiemo de los almoravides enla peninsula; asi que en Granada veremosque lambien se establece TexufiD, hijo deAli, y sucesor de su ti'o Temim en el gobier-no general de Espana.
Temim, a los pocos meses de haberseencargado del gobierno de la Espana musul-mana, reunid un numeroso ejercito y al fren-
te del mismo se dirigid a Ucles, ciudad quesitid y tomd a viva fuerza, teniendo la guar-
."
f *
— 9 —nici<5n que retirarse a la alcazaba, en la que
opuso resistencia: llegada a oidos de Alfon-
so "VI la nueva del ataque, por indicaciones
de su esposa, al decir de los cronistas, desiste
de ir al frente de la expedition que se pro-
ponia enviar en auxilio de los sitiados, y envia
en su lugar a su hijo Sancho, joven de pocos
a&os, que acababa de ser armado caballero:
como es consiguiente, el joven principe no
era el jefe efectivo del ejercito cristiano: avis-
tados cerca de Deles, los almoravides man-
dados por Temim, y los cristianos por el
Infante D. Sancho, el almoravid intenta le-
vantar el sitio; pero los jefes le contienen y,
trabada la batalla, sin que Temim desistiera
de su proptfsito, que no tuvo ocasi<5n de reali-
zar, son vencidos los cristianos con muerte
del Infante D. Sancho, de siete Condes (por
lo que se llam6 la Batalla de los Siete Condes) y
23.000 cristianos, segun el autor del Cartas,
que confiesa el martirio de muchos muslimes,
lo cual indica que la victoria fue muy dispu-
tada: anade este autor que D. Alfonso muri<5
de pesar a los 20 dias; mas en esto no esta
bien informado: la Batalla de UcUs, llamada
— 10 —tambien de los Siete Condes, tuvo lugar el 30 deMajo del afio 1108 (8) (17 de Xaual de 501).
Para algunos historiadores, la derrota deUcles no podia quedar sin reparacidn inme-diata, j suponemos que k ellos 6 a la fanta-
sia popular se deba la reunion de numerosoejercito gallego, al mando del obispo Gelmi-rez, con el que se refuerza el de Leon, quesale en busca del enemigo, el cual no se atre-
vid a esperarle *.
No veinte dias, como dice el autor del
Cartas, sino poco mas de un afio habia trans-
currido despues de la batalla de Ucles, cuan-do el miercoles 30 de Junio de 1109 bajabaal sepulcro el anciano conquistador de Tole-do, sucediendole en el reino de Gastilla suhija D. ft Urraca, la cual ocupa el trono des-
del.°de Julio de 1109 a 8 de Marzo de1126 s.
Era natural que, en tales circunstancias,
los almoravides intentaran rechazar de sus
i Sfrnchez Casado on sus Elemental de Historiade Espafia, p^g. 28*. admito esta version, do la que noencuenlro indicio en los autorcs antiguos.
2 Florcs, Rspaiia Sagrada, to. XX[, pag. 313.
— 11 —fronteras a los cristianos, haciendolos retro-
ceder hasta el Duero; pero aunque vino AH
con numeroso ejercito en el afio 503 (de 31
de Julio de 1109 a 20 de Julio de 1110) y
devasto la comarca de Toledo, tomando va-
rios castillos, entre otros, Madrid y Guadala-
jara, despues de sitiar la capital durante un
mes, hubo de regresar a Cordoba, sin haber
conseguido su intento '
.
Con la expedicion de Tala.vera e incur-
sion en tierra de Toledo, liabia AH quebran-
tado las fuerzas de Castilla y necesitaba em-
prender alguna contra el naciente condado
de Portugal: la empresa fue encomendada al
emir Sir, hijo de Abubequer, quien en el alio
504 se apodera de Santaren, Badajoz, Portu-
cal (Oporto), Evora y Lisboa (9).
En los alios siguientes se repiten, casi de
un modo normal, las expediciones de una y
otra parte, siendo siempre Toledo el bianco
de los almoravides, pero sin que nunca He-
paran a conseguir su objeto.
i V6ar.se los detalles y discusion do esia cam
-pan a en la iluslracion mini. 7.
12
AragAiu Turtela, Xarasoza, Cutamta.
Si las armas cristianas del centro j Occi-
dents Gastilla y Portugal, hacian no pococon sostenerse contra los musulmanes, enoriente, Aragdn y Catalufia, eran por de pron-to mas afortunadas, pues Alfonso el Batalla-dor mata en Valtierra al rej de Zaragoza Al-mostain II, el 24 de Enero de 1110 (10); masadelante sitia a Zaragoza, y despues de ale-jar de sus muros al pusilanime Temim ', el
heroe por fuerza de Ucles, liermano de Ah',se apodera en 512 de Zaragoza (II), de dondelos naturales, ayudados de los almoravides,habfan echado al ultimo rey de la dinastia
de los Benihud, Abdelmelic Imadodaula (12),
que hubo de refugiarse en Rueda, ultimobaluarte del reino de Zaragoza (13).
No conformandose los almoravides con la
perdida de Zaragoza, que apenas habia esta-
+
1 De esto hecho de nuesira historia deAragon,no comprobado antes por los auiores arabes, irale enel tomo XXXII, pag. 103, del Jioleiin de la Ileal Acade-mia de la Historia,
13
-a_
do en su poder nueve aiios, intentan reco-
brarla, enviando un ejercito a su conquista;
pero Alfonso sale al encuentro al Principe
Ibrahim, hermano del Sultan Ali, y obtiene
en Cutanda una brillante victoria, que de-
bio de ser muy sentida porlos rausulmanes,
quienes, al mencionar el afio 514, recuerdan
con frecuencia la celebre derrota, haciendo
referencia de algunos de los celebres alfa-
quies que en ella murieron (14).
E\l»eaicl6u A Amlalucia
Gomo consecuencia de la toma de Zara-
goza, 6 de un modo mas inmediato, de la
victoria de Cutanda, D. Alfonso conquista
en poco tiempo a Tarazona, Alagon, Epila,
Ricla, Borja, Magallon, Mallen, Calatayud,
Bubiejca, Ariza y Medinaceli, y por oriente
Daroca y Monreal, que fSrtifica como ame-
naza y defensa contra losmoros de Valencia.
Apenas transcurridoa siete aiios desde la
toma de Zaragoza, Alfonso emprende una
expedicitfn, que pudiera tacharse de caballe-
resca, y cuyo objeto desconoceriamos por
-^_
./
— 14 —completo & no ser por los autores arabes, al-guno de los cuales nos da bastantes deta-ils <
.
Los mozarabes de Granada, de acuerdoprobablemente con los de otros puntos, pi-
den con insistencia la proteccidn de Alfonso,quien, despues de largas negociaeiones, re-unido un brillsnte eje'rcito de 4.000 caballe-ros, sale de Zaragoza a principios de Septiem-bre de 1125 sin manifestar el objeto de la
expedicida: pasando por cerca de Valencia,Alcira, Denia jMurcia, llega en Diciembre§Guadix, que ataca sin resultado; el 8 de Ene-ro llega S la vista de Granada, de la que nopuede apoderarse y, despue's de un combateen sus inmediaciones, levanta el campamen-to, no sin haberse quejado al jefe de los mo-zarabes de haberle comprometido k una em-presa temeraria e iniitil, de los cuales cargospudo e'ste sincerarse muy bien diciendo quela culpa e ra del mismo Alfonso, por baberse
1 Vease Dozv, Itechorchei sur I'kimiro... U. a edi-cion, to. i, p6g.342 y III.* odic, to. 1, pag . 3i8, Aquienscguimos en este punlo. acerca del cual nada impor-lanle hemos encontrado que no haya aprovechado elsabio profesor de Leiden.
3
3
*
J&
- .
-1
— 15 —detenido tanto en las primeras Hapas, dando
tiempo a que los almoravldes se prepararan:
molestado frecuentemente por el ejercito
granadino a las drdenes del Principe Temim,
Alfonso se dirige a Cordoba, pasando por
Luque, Baena, Ecija y Cabra, deteniendose
en Arinsol, cerca de Lucena, donde, atacado
por los almoravides, que obtuvieron alguna
ventaja al principio, hubo de organizar las
huestes para una batalla formal: como los
almoravides estaban desordenados y poco
prevenidos, Alfonso consiguid una brillante
victoria, que se hizo major por la imprevi-
sion 6 cobardia del Principe Temim, el cual,
con hacer trasladar su tienda durante la no-
che, infundid sospechas en los suyosy cun-
di6 tanto el panico, que una gran parte hu-
yeron a la desbandada: la batalla de Arinsol
ocurrio el 9 de Marzo de 1126 *.
1 Los Anatos Toledanos dan cuenla de osia l>a-
talla con estos palabras: «Entr6 el Bey do Aragon con
gran huesle en tierra de Moros, 6. lidio 6 vencio a XI
Reyes de Moros en Aran/.uel, Era 116l.» La Era osia
equlvocada, por culpa sin duda de los mnmiscrilos:
los XI reyes moros han de entenderse jefes o magna-
tes 6 generates.
— 16 —D. Alfonso no pudo aprovecharse de la
victoria, por no tener elementos para apo-
derarse de Cordoba, y desde Arinsol se diri-
gi6 k la costa de Salobrena, atravesando las
Alpujarras; alii comio pescado que hizo co-
ger en el mar; y luego se volvio casi por el
mismo camino.
Quince raeses invirtio en la expedicidn,
durante la cual hubo de librar muchos corn-
bates parciales; con esto y la peste perdi<S
muchos de sus caballeros, y si bieu recogid
mucho botin e hizo mucho daiio al enemigo,
no pudo conseguir apoderarse de ninguna
poblacidn importante.
La situacitfn de los mozJirabes se agravd
por efecto de esta expedicion, pues entera-
dos los almoravides de su connivencia conD. Alfonso, el cadi de Ctfrdoba Abulualidhijo de Roxd (abuelo de Averroes), se tras-
lad<5 k Marruecos para conferenciar con Ali,
y esle decrettf la expulsidn delosmozSrabes,los cuales en gran parte fueron trasladados k
Marruecos: muchos, previendo esto, se ha-bfan unido al ejercito de D. Alfonso y sehabfan trasladado S Valencia.
17
llHlnlln <!<• i-'ras'i
Ocho anos habian pasado dcsdc la cxpe-
dicioa a Andalucia, cuando Alfonso el Bata-
llador se apoderaba de Meijuinenza tras san-
grienta matanza 6 castigo y sitiaba a Fraga,
cuya guarmcion estaba a panto de sucum-
bir, cuando los sitiados recibieron opor-
tun'o y eficax uuxilio, que Saad Abcnmerda-
nix habia pedido al gobernador general do
laKspafla nnisulmano, el Principe Texufiu:
desde Cordoba envio e\ste un gran convoy y
mil ginetes (\ las ordencs de .V/.obeir, hijo de
Amru, (el A/.uel de mieslras CHSniciisV, el
gobernador dc M.ircia y Valencia, Yuhya
Abengania (Abengania du nucslras cr6m-
cas), reuuc 500 ginetes y so iucorpora con las
tropas dc C6rdoba, de cuyo mando debi<S do
eacar^rse » lo mismo que de los 200 gmctcs
1 Y\ lexto pirocc Blrilmir i<l roamlo i» A/olu'-iv,
ncro olros U-xlo* indican la Mi|>e»»r <-nK'U»nn do
Al.MOHAVlUKS
— 18 —que aporto" el gobernador de Lerida AbdaiaAbeniyad.
Al scerearse a Frogs, Abengania orga-nize su hueste poDiendo en la vanguardialas tropas de Lerida a las ordenes de Abeni-yad; el ocupa el centro con lus de JIurcia, yen la retaguardia deja a Azobeir, protcgiendoel convoy.
En la maiiana del 17 de Julio de 1134(15), cl cjercito sitiador ve Hegar al auxiliar,
y Alfonso, que habfa licenciado parte de susfuerzas, conlatidosin duda con que el deLerida acometia con solas las suyas, le des-precia, y envia contra el un grueso destaca-menlo a recibir el regalo que, scgiin dice el
autor, les enviaban los musulmanes: Abeni-yad acomete con brio al destocamento cris-liano, a! que cousigue romper y desordeoor,haciendo en ellos gran malonza: aoude ensu auxiiio el mismo Alfonso con Lodas sustropes, confiado en su mirnero y bravura,pero llega al mismo tiempo el centro delejercilo a las inmediatas drdenes do Aben-gania, v se traba tin terrible combato gene-ral, en el que toman parte lodos los fuerzas
— 19 —de uno y otro bando: en el bcIo, los sitiados
se enteran de que llcga el convoy «, y salea
de la ciudad hombrcs y mujercs, grandes y
pequefios, y acometen el rampamento: los
bonibresmatan a cuantos anrunitran y los
mujeres roban cuanlo hallan: Alfonso y AWn-
gania entre tauLo luchaban tenazmente, 11c-
vando ya la peor parte los crislianoa de Al-
fonso, quien al Ucgar 3a reloguord.a a las
6rdenes de Azobcir con sus tropas de refres-
co se re lira con los pooas fuerzas que 1c quc-
dan, marchondo a Z-..ra K o-/.o. segun el autor:
el rev de Aragun al v«r los mm-hos que ba-
bian'nn.erto, a los veintc dins tnurid de
P"La derrota de Fraga, no Ian to por mi pro-
pia importancia, coino por la rauerte de don
Alfonso (que si no sobrevino a los 20 dtas,
tardo poco en ot-aeccr), flic dc gran transcen-
doncia para Atagon, pues por la muerte de
I). Alfonso y por su exlrano tcstainonto en-
eontr6se el reino al borde dul obismo, del que
^ AI.3iiali.Hili. Ms. du Arjjol. Ml. 10(i do n«»
tra copia.
— 20 —solo la prudencia y buen sentido del pueblopudieron salvarle.
tos nliiioravi.ies en ra*alu!ia: hafaifa«Ie llartorell (16).
Hacia el mes de Junio del afio HHsaliade Zaragoza una expedicio'n mandada porsugobernador Abuabdala Mohamod Abenal-hach, quien ja antes, siendo gobernador deValencia, Imbia heclio muchas incursionesen ol^pais de los cristianos: reunidos, quizaen Le'rida, Abenalhach y el Principe Abuab-dala vulgarmente conocido por Abenaixa,hermano del sultan All, pasan por Cervera yllegan hasta Barcelona, desolando el pais ycogieado ricos despojos; Abenalhach, jefeefectivo sin duda de la expedicion, envia elbotin por una parte, por el camino grande(via romanaV), raientras toma el otra direccidnpor un camino proximo al pais de los mus-limes, por terreno quebrado, a propositopara sorpresas del enemigo, pues necesaria-mente habia que pasar por un gestrecho? (ca-nal): cuando se hubo internado en el, encon-
— 21 —trose con los cristianos, que habian preparado
una einboscada en uno de sus lodos. Aben-
alhach y los capitanes que le acoinpoiiaban,
pelearon con los cristianos con el denuedo
de quien esta soguro cle la nmerte y de al-
canzar el martirio, ya que no liabia quien
les pudiera librar, pues la major parte de la
genie iba con el bo tin, Abenalhacli murid
inartir con multilud do voluntaries, salv&n-
dose con muy pocos el Principe, jefe ghono-
rario?dela expedicion,ilohamed Abeuaixa 1.
En cuanto AH tuvo nolicia de la dcrrota,
entristecido por la rauerte de Abenalhach y
del cs^ado mental de su herraano el Principe
I El IM'iiicipe AhuatodalaconocidoporAlicnaivn
fiu> noinforado ^olx'rnmlor por su padre Yusuf a)
piincipio do la dominaeion do los atmoravidos en
Kspana: no liahia rap'^n "MS \o1ionley solicito por
las oosas dc la religion, ni mas cuidadoso en la olie-
diencia: luvo muclios encuenlros con los crisiianos
y fl\ fttf quien coiiquisto ol c;istillo do Alerio: a con-
secuencia de la evptMlirion do Narrelonu en la <p<e
murio marlir AJmaliilala, AlK'iiullwli so voUio loco
(enfermo su m'eli^euoia en sn poeHo) y no u*rdo en
(|uet1arse cir^o r ,\idiota?, por 1o i\\u: sn lunniano AH
le liamo, y nomhio en s*i lu»ar a su olro hormano
Ibrahim ifi'M. Ar. Ins. IV, pag. ;>:>).
J
u / . ,_ - 22 -Abeuaixa, nombrd, para reemplazar a este, a
su cuiiado Abubequer hijo de Ibrahim A ben-
teflul? (17), que era gobernador de Murcia;
este inmediatamente de recibir su nombra-miento de gobernador de Valencia, Tortosa
y sus depcndencias, salio para Valencia, don-de se le unieron las Iropas que alii habia, ycon ellas continuo su marcba hasta Barcelo-
na, a la que^sitid durante 20 dias, talando ysaqueando sus alrededorcs; liabiendo llegado
(probablemente desde Mallorca) D. RamdnBerenguer con las tropas del llano de Barce-
lona y del pais de Narbona, trabose entre
ambos ejercitos un sangriento combate, enel que murieron muchos cristianos, no sinque sufricran el martirio cerca de sete-cien-
tos muslimes.
l'oriusal y ttagtflla
Tocaba & su tc'immo la debilidad relativa
de Portugal y Castillo; pues en el afio 1125de J. C. (518 y 519 de la liegira), el inclito
Infante D. Alfonso, hijo del Conde D. Enri-que y de la Infanta D. a
Teresa, hija de Al-
f
- -
\l
— 23 —fonso VI, se arma caballero a la edad de 14
aflos, j en Castilla, mueria la Reina doiia
Urraca el 8 de Marzo de 1126, le s>ucede en
el trono su hijo Alfonso, que habia de tomar
y llevar con gloria el titulo delSmperador.
Casi por el mismo tiempo, en que los
reinos de Castilla y Portugal cou sus jovenes
y valientes Alton sos entraban en condiciones
no solo de resistir las acometidas de los mu-
sulmanes, si que tambieu de tomar la ofensi-
va contra los a'tmoravides, estos, con la apa-
ricion de los almohades, en el alio 519, en-
traban en el periodo (!e una decadencia que
los liabia de llevar pronto a la complcta
ruina; pues ocupados en la guerra contra
Almehdi, y luego contra Abdelmumen, ver-
dadero fundador mililar del Tmperio almo-
hade, no tuvieron fuerza para prottger a los
rausulmanes espoiioles contra las armas de
los dos Alfonsos '.
Verdad es que aun intenton varias veces
apoderarse de Toledo, y mas de una vez de-
~\ ETautordelCartfts (pa*. 1101 rollcro «1 oflo
'111 el neriodocnlico en (|tic so. mumliosla Ih ih-l>ili-
dad do fos almornvidcs, quo no p.iCLie.i Mender a au-
xiliar a los nmsulmancs do, Alandalus.
— 24 —rrotan a los cristianos, apoderandose de algu-
nos castillos; pero otras veces son derrotados,
y de todos modos nunca consiguen una vic-toria decisiva.
En el alio 1132, en el mes de Mojo, las
milicias de Toledo llevaron a cabo, en tierra
de Sevilla, con feliz exito, una incursion, la
cual debid de causar gran entu&iasmo entre
los cristianos, que llegaron a las puertas deSevilla dando muerte a su gobernador Omarcon muclios principals y capilanes, comodice la Crdnica del Emperador y confirmanlos autores arabes (18).
Por estos tiempos (afio 1131- . 525 y 526de la begins), Xafadola, descendiente de los
reycs de Zuiagozn, de cujo dominio solo
conservaba el Castillo de Kola (Rueda deJaldn, d el future Mouaslcrio de Kueda),oidas las victorias del rey Alfonso VII, al
decir de la Crimea de este Emperador, llamda sus h if os y mujercs y les propuso entre-
garse a Alfonso: conformes todos en ello,
envid legado?, prometietido presentarse per-sonaimentc, si por aiguno de sus magnatesle enviaba salvo-conducto, como asi lo hi/.o
- 2-
1
— 25 —Recibido Zafadola por B. Alfonso, le
hizo entrega de su Castillo de Rota, recibien-
do en cambio castillos y ciudades en tierra
de Toledo y Extremodura (19): dos alios des-
pnes, habido consejo con Zafadola y los
magnates, Alfonso determina tomar vengan-
za del Principe Terufin y demas reyes moa-
bitas (jefes almoravides) que, puestos sob're
Toledo, liabian muerto a muclios cristianos
y destruido el Castillo de Azeca.
Reunido el ejercito en Toledo, salio' el rey
D. Alfonso con Zafadola entrando en tierra
del enemigo por Portum Regem (Puerto-
llano?), ylo restantc del ejercito entro porilu-
radal, encontrandose- despu6s de quince dias
de marcha on Gallelloy desde alii atravesaron
la campifiadeCordoba.llegandoliasta Cadiz.
Viendo los muslimes espanoles, anade la
Crdnica, los estragos causados por los cris-
tianos y que los almoravides eran impotentes
para protegerles, entraron en tratos con Za-
fadola, para que, de acuerdo con el Empera-
dor y pagandole tributo, se pusiese al frente
del raovimiento general para echar a los al-
moravides: no sabemos lo que Zafadola dma
— 26 —al Emperador y los proposilos de este; pero
la expedicion no tuvo resultados praclicos, ydebitf de litnitarse k que los expedicionarios
volvieran cargados de botin,
De esta expedicion., tan prolija y retorica-
mente narrada ea la Gromca del Emperador,
dan cuenta los Anates Toledanos con estas
concisas palabras: ^Entro el Emperador con el
Rey Cefadola en tierra de moros. Era 1171
»
(1133 de J. C, 6 527delahogira).
Aun Irizo el Emperador otra entrada en
tierra de moros en vida de Alf, llegando
hasta el Guadalquivir, y a su vez los almora-
vides hicieron varias incursiones en ]a co-
marca de Toledo, intenLando upoderarse de
la capital; pero siempre en vano.
A una de estas expediciones y mienlras
el Emperador estaba sitiando el fuerte Casti-
llo de Aureliau Oreja, que tomo en Septieni-
bre de 1177 (533 de la liegira), se refiere la
anecdota caballeresca de liaber desistido los
almoravides del silio de Toledo, por liaberse
presentado en la naural!a la Emperatriz yhaber manifeslado & los sitiadorcs que su
marido los esperaba en Oreja.
27
REINADODETKKIJFIN
Tocaba a su termino el largo reina lo de
AH y con su muerte puede decirse que ter-
mina el Imperio de los almoravides, pues,
muerto el 28 de Euero de 1143 (8 de Rachcb
del 537), le sucede su hijo Texufin, cuando
ja los almohades se habian apoderado de
gran parte del territorio del actual Imperio
de Marruccos, que habia sido In cuim del
Imperio de los almoravide.s.
Un raes justo habia traiiscurrido desde la
muerte de Ali, cuando morian en campal
batalla coutra los cristianos de Toledo dos
jefes almoravides, Azuel y Abenceta, gober-
nadores de Cordoba y Seville, quienes por
largos aflos liabian sostenido el honor de las
armas musulmanas en Andalus: esla victoria
debio de ser de las mas celebradas por los
cristianos, segiin lo que nos dice la Cr<5nica
del Emperador, que cuenU estos hechos con
gran prolijidad, aunque con poca precision *.
I Chroni. Atle]ilionsi lni|«. f^j>. Smr. lomo XXI
pa« 381 fi 386.—An. Toloil. I'^P- Sug. to. Will, l>--«»
5 n los uutores awbcs natla cucii.'.iitro referent a esle
^
El jefecristiano, Munio Alfonso, que tan
senalada victoria habia obtenido en la Matade Moutellos gozo por pocos meses de la
gloria alcanzada con Ian celebrada victoria,
pues en AgosLo del mismo ano fue vencid*
y muerto en otro encuentro, siendo uno de
sus brazos llevado a Cordoba.
Pudiera decirse que con el reinado de
Texufiu comienza el iinportante perfodo en-
tre almoravides y almohades, que en los ca~
pilulos siguientcs no^ proponents estudiar
de un modo especial a la Suz de los datos
suministrados por los an tores arabes, cono-
cidos sin duda los mas, pero no aprovecha-
dos hasla ahora con relacidn k eslos sucesos,
desconocidos otros, quiza los mas importan-tes: tainbien las monedas dan no poca luz
para aclarar este perlodo.
y otros hcchos rtc armas, ft pc?ar de su impnrloitciay es qui; nos falla imrcho quo conoccr: aim la idcmi-Jicaeion do los dos royes. st^mi la Crontca, A/uol vAbenoota, ofrecc diiicuUados: ei; Azuel parens serAzoboir liijodoOmar el Lamtmii, emir 6 yohernadorde Oordobu, af[iiion Almacari llama por dos voces mide Cordoba y otn* vmh\ a c|uhhi vinioh iigurar en tit
lutalla de 1'raga: no sabtMiios quien pueda ser olAbcuceta, gohcrnador tie Scvilla<
REBELION DE LOS ESPAXOLES
No es facil determinar cuales fueron las
causas de la sublevacion general de los mu-
sulmanes espafioles contra los almoravides,
-cuyo gobierno, si de algo pecaba, era de de-
bilidad: es cicrto que sus ageutes no serian
intachables en su conducta, pero esto no era
ni nuevo ni extraordinario, j los raoros es-
panoles vieron pronto que, si habian cam-
biado de gobierno, poco o nada habian gana-
do, y que los jefes 6 gobernadores almohades,
aucesores de los alraoravides, gobernaban
peor: una de las causas que quiza determine
d- -
— 30 -mas el descontento de Jos moros espanoles
fue la tolerancia, 6 mejor dicho, la predilec-
tion con que AU j despues su hijo Texufin
miraban a los cristianos incorporados en los
ejercilos de Fez a las drdenes del cnstiono
Reverter ', tolerancia 6 protection, que de-
bid de exacerbar el odio dc los, mas que pia-
dosos, fanaticos sufies, cuya secta, transfor-
mada en Alandalus en la de los hermanos mo-
ridia 6 adeptos, es indudable que tuvo gran
parte en la rebelidn7 pues losliermanos adep-
Los faeron los que la prepararon y llevaron
a Cabo en los primeros momentos, si bien
pronto tomd otro ca racier, no religioso, sino
politico aristocrfttico.
Ties hombres podemos ndmitir que per-
scnifican la marcba de la rebelidn en este
I La eM'sleneiu dc tropes cnsUanas a! servidodc las Mmoravides, y cjue raiccc una prueba do quono don ifna by en olios o] fanalismo religioso, com o sodice irenerahnente, eonlimia en algnnas 6 en todaslas dinastias posterities, no snbomos basla que ticm-I*o
:Abunjahlun hate moncion dp. eJlo vana* veccs, v
serin curiosn el rcunir las hoMcihs que da, con nun-cion de los jefes quo Jas mandaban y sn intervendonen las disconliasy gucrras civiles, principalmcnte entiempo de los Itenimormcs.
I
_ 31 —primer periodo enlre almoravides y almoha-
des, 6 sea desde que los primeros (con sus
Principes Texufin, liijo de All, Ibrahim,
hijo dc Texufm 6 Ishac Lio de este ultimo)
aparecen impotenles para resistir a los almo-
hades y a los crislianos, hasla que los almo-
hades quedan dutnos de la Espafia masul-f }
mana: cstos trcs personajes son Abencasi de
Mertola, Abenhamditi de Cordoba y Ahenhud
Almoslunsir 6 sea el Zafadola de nuestras cro-
,
nicas; Abencasi dirige la iusurreccion en el
Algarbe 6 sea el occidente, Abenhumdin en
el centre, en Cordoba, y Zafadola en el orien-
te de Alandalus o sea en Murcia y Valencia;
la rebelion se desarrolla en los dos puntos
casi simultuneamente, girando en torno de
cada uno deestos tres personajes otrosvarios
poco conocidos y que raerecen serlo, siquiera
sea por el hecho de haber sido verdaderos
reyes independientcs con pretensionesmani-
festadasentllulos pomposos, que aparecen en
las monedas; por lo cnal este periodo podria
llamarse Segundo periodo de reyes de Taifas,
pues fneron verdaderos reyes d^ banderlas.
/
j -
i-
y
LA REBEL10N EX EL ALGAHBE
Kl alina dc la rebalioo on el Algarbe fue
Abulcasim Ahmed hi jo dc Alhosain, conoci-
do mas comunmente per Abenca&i, en torno
del cual girari al principio cast lodos los re-
beldes del Algarbe, aunque mas de una vez
se separan y le hacen gaerra, hasta el punto
de fraguar su muerte uno do los que le ha-
blan sido mas udictos.
De origen cristiano 6 espanol, y natural
de SiWes, donde paso parte de su juventud
en las oficinas de hacienda ', 6 derrochando
parte de su fortuna, como dice otro autor, se
inicid en las doctrinas dc los suftes y, ha-
J Dozy, Notices etc., p&g. t99.
Almoravides 3
— 34 —biendo -viajado por Espafia, entro en relacio-
nes con el jeque Abulabas Abenalarif?que
en Almeria era el jefe de 3os sufies, secta
que ja debia de estar cxtendida en esta ciu-
dad durante el reinado de All hijo de Yusuf,
pues que habiendo tenido noticia de ellcv
llamd a Harmecos a Abulabas Abenalarif, a
su compafiero Abulhaquem Abenfarclian jotros adeptos, a quienes detuvo lionorifica-
mente en Marruecos, donde murieron en el
ano 537 '.
Desde esta feclia d antes debid Abencasi
de quedar reconocido de beclio como jefe do
los sufies, dando a la secta giro especial,
pues parece fue el quieu did a sus sectaries
el tilulo de moridin, que llamarernos adeplos,
siendo conocida la rcbelidu de que fue el
alma, con el nombre de La ftebdion de los mo-
ridin>como lo atestigua, ademSs del aserto
terminante de Abenaljatib, el liecho de que
el historiador llamado Sciliibasala escribid
un libro que tituld Rebelion de los moridin.
De vuella&su pais, elAlgarbe, Abencasi
AfoenaJjalib, Ms. Ar. do la Acad. X. 37.
— 35 —se puso a explicar en piiblico los libros del
iildsofo Abubamid cl Gazeli y, atrayendo a
si ci los que profesaban sus doctrinas, en se-
creto les excitaba a la rebclion.
Encornada la nueva secla en Abencasi,
se extendio muclio por el Algarbe, prinei-
palmente eu Silves, Niebla y la region de
Mertola: habiendo construido en la costa, en
las inmediaeiones de Silves, nn monaster^
que los musulmanes llaman rahita*, en la
que se reunian sus adeptos, desde ella debie-
ron estos propalar los falsos milagros -, que
1 Abcnaljalib, obrariladn. Poxy, Notices, pa-
ginal.—Aunqncse dire que csla rabida eslaba cerca
do Silves, quiza por estar en su jurisdioekm, ^cstaria
donde ei actual convento de Santa Maria de la Kabi-
da, que nos liaya conservado oi nombro?
2 Los milagi-os qua cita Abeualjalib alribuidos
a. Abencasi son: el habor hecho la pcre&miacion a
la Mcca en una nocbe: el hablarcn sccreto lo que
quoria: yclgaslardcl lesoro sobrcnatural. pues da-
ba a manos llenas; decian las geiilcs que cuando se
concluia el dinoro, se hacia en su casa, y que imo dc
la campina dijo a oiro, a quicn Abcncasi habia dado
una gran cantidad, «cierlamenle estc dinero del ciclo
que da el Imam, lo hace ei tesorerode los almoravt-
des, pues no hay oiro que acune»: eslo se referira 6
los prim cros tiemposde la rcbeliun; pues Hiego Abcn-
casi llego a aeunar moncda con su nombre.
— 36 —a Abencasi atribuye Abenaljatib, propag&n^
dose con esto la secta del mal (dice), por
toda Alandalus, formandose un micleo de
devoLos fanaticos dispuestos a obedecerle en
todo,
No pasaron inatlvertidos los trabajos rc-
volucionarios de los adeptos, principaimente
las predicraciones de Abencasi, a quien se
quiso prender; pero pudo ocultarse, siendo
detenidos aigunos de sus partidarios, que
fuoron Ilcvados a Sevilla: uno de estos fue
Abuiualid ilohumcd hijo de Omar Abenal-
mondir, de quien habmnos de hablar mas de
una \ez por el papcl, may importante, que
dcsempeilo en estos aecntecimientos *.
Los auto res rclieron el levantomiento con-
tra los alrnoravides al aiio 539 (4 de Julio de
1144 a 23 de Junio de 1145), y aun liasta
cierlo pun to a lamuerlccleTexufhi, que gene-
ralmcntefijauen el 27 deltamadan del 539(23
de Mar-zo de 1145) (20); pero aim suponien-
do esto exacto, la sublevacidn coraenzo antes
de la rauerte de Texufin, pues que en Xaual
i 1)ok>\ Notices, p&g- 202.
_ 37 —del aiio 538 uno de los partidarios de Aben-casi se apodero del castillo de Monte-Agudo?,
si bien, acometido por los almoravides j bo
habiendo sido auxiliado por Abencasi, ni
por sus partidarios, hubo de capitular j fue
muerto: para responder a los reproclies de los
arnigos del que habia sido victima de su im-
prevision, decia Abencasi que habia sido
como la falsa aurora, despues de la cual se
levanta la verdadera, amaneciendo en reali-
dad: en vista del casligo de su partidario,
Abencasi^ no crejendose segnro, salio hacia
la region de Me r tola, permanociendo entrc
unas gcntes en la alqueria dc Alchuza? en el
distrito de Mertola.
Hobia entre sus partidarios un hombre
llamado Mohamed bijo de Yahya conocido
por Abenalcobila el de Saltis, el hombre mas
bravo, astuto y valeroso de su tiempo, al par
que literato, de quien Abenaljatib afiade que
era celebre por la elegancia de sus epistolas
j famoso por su elocuencia: este Abenalca-
bila,honradopor Abencasi con los titulos de
E&pada de su rebelion, Brazo de su cstado y victo-
ria y Almostdfa (el Elegido), fue designado
J-i
— 38 —para apoderarse de Mertola, a donde se diri-
gio" desde la morada de Abencasi en compa-
iiia de setenta hermanos adeptos.
Por la astucia 6 por la fuerza consiguio
Abenalcabila apoderarse de la fortaleza * y
aunque los almoravides acudieron a comba-
lirle, nada pudieron contra el y hubieron de
retirarse, no sin haber devastado la region
de Mertola.
La toma del Castillo de Mertola tuvo la-
gar en la noche del 12 de Safar de 539 2
(14 de Agosto de 1144), y propagada la no-
ticia por el Algarbe, varios pueblos se adhi-
rieron al movimiento, que pudieramos 11a-
mar cantonal, proclamando sin duda como
jefe al personaje mas importante de entre
los iniciados, aunque ba jo la obediencia de
Abencasi, quien el 1.° del mes siguiente se
1 tteflerc Abenaljatib que el jefo de la forlaloza
hobia convenido con uno en quo irla de nocho a ver-
1c, y al elccto, dio orden al porloro de quo le ffan-
qucase el pa so- si si invcstigar mas, y que habicndoso
presentado Abenalcabila con los setenla hermanos
adeplos; no dudo enabrirlos la puorla: Abenalabar,
(Dozy, Notices, pag. 199) dice que mataron a los por-
teros.
2 Abenalabar, p6g. 198.
— 39 —presentd en Mertola, acompafiado de rauchos
adeptos, e, instalandose en la olcazaba, se ti-
tulo Imam Atmehdi hila.
Desde laalcazaba dellertola, como desde
su corte, escribi<5 a los pueblos, invitandoles
a la rebelidn, y entonces debid de comenzar
k ejercer sus larguezas con el dinero de los
hermanos adeptos, que suponia bajado del
cielo, pues que no percibia tributos.
Abumohamed Sidrey Abenuazir, que se
habia rebelado en Evora y Becha, y Abulua-
lid Mohamed Abenalmondir, que habia he-
cho lo mismo en Silves (20), se presentaron
en Mertola a prestar homenaje a Abencasi
por los mismos dias en que este se inslalaba
«n su corte: hecha por esLos dos rebeldes la
Yisita de cortesia al senor que habian recono-
cido como jefe, y confirmados en sus gobier-
nos, Abenuazir se retirtf k Becha, que parece
era su capital, y Abenalm6ndir se detuvo
algunos dias en Mertola: como entre este yAbenuazir liabian surgido diferencias, k pe-
sar de la amistad intima que los unio, es de
sospechar que Abenalmondir aprovechase
«stos dias para sembrar en Abencasi la des-
3
— 40 —cocfianza contra Abenuazir, la cual pronto se
hizo manifiesta.
Vuelto Abenalmondir a Silves, cuando
bubo reunido las tropas de Ocsonoya, que se
unieron a la gente del Silves j a los lierma-
nos adeptos, se presento de nuevo a Aben-
casi, dispuesto a a}'udarle con sus tropas en
el prop6sito de hacerse reconocer como jefe
del levantamiento por aquella region: agra-
decido Abencasi, le rcnovo la investidura de
lo que ja estaba en su poder j le coufirio el
titulo, hasta entooces desconocido, que sepa-
mos^ de AlazizMla (el ihistre por Aid).
Abenalmfridtr-, al frentedel cjercito que
habia reunido, pasa el Guadiaua en direc-
cidn k Huelva, que le obre las puertas, ydesde alii se extendio a Niebla, de la que se
apodero gracias al auxilio de Yusuf el Pe-
trochi, uno de los valientes adeptos que ha-
bian sitiado £ los almoravides, quienes se
habian defeodido en sus torres.
Ea Huelva tuvo Abenalmondir noticia
de que Sevilla estaba sin gobernador almora-
vid que la guardase, y le entraron deseos
de apoderarse de poblacitfn tan importante
>_
_ 41 —para la causa de los rebeldes: saliendo de
Niebla en direccidn do Sevilla, entro en las
fortalezas de Alcazar y Tejada y habiendo
llegado a Azahir se apodero de ella,
Ya a la vista de Tiiaua, le alcanzo Abu-
zacaria Yahya Abeugania, quien al tener
DOticia de lo ocurrido en Niebla j el Algarbe
diabia salido precipitadamente de Sevilla 1
para sometcr a los rebeldes; pero liubo de
acudir a la defensa de la capital amenazada
por Abenalmdndir, a quien sorprendio cuan-
doestuba merodeando en sus imnediaciones:
Abengania designo de entre los suyos, quien
siguiese u los de Abenalmdndir, que fue de-
rrotado con g'randes perdidas, por cuyo mo-
tivo emprendio de noclie la rati ra da hacia
Niebla, donde se detuvo dos dias, y dejando
en ella a Yiisuf el Petroehi, el se relugid en
Silves-
Abengania, que desde Sevilla habia se-
guido a Abenalmondir en su retirada, sititf
& Yiisuf el Petrochi, que defendio a Niebla
durante tres meses (lo fuerte y fin del in-
Dozy, Notices, p6g. 203.
— 42 —vierno), hasta que le llegd la noticia del al-
zamiento de Abenliamdin en Cordoba.
Por su parte Abencasi, al tener noticia
del alzamiento deCdrdoba,did drden a Aben-almdndir para que reuniendo su ejercito sa-
liese coatra la antigua corte de los Omeyas,acompanado de Abenalcabila, su secrelario,
dandoles cartas para los partidarios que te-
nia en el arrabal oriental, & quienes excita-
ba a que le reconociesen: salieron efectiva-
mente los- expedicionarios con las tropas deSilves y Niebla; pero al llegar a Cordoba se
encontraron con que se les habia adelantado
Zafadola, a quien sus partidarios de la capi-
tal habian llevado desde la Frontera j|
.
Durante la expedicidn de Abenalmdndir6 Niebla, Huelva y Sevilla, Abencasi se ha-bia reconciliado con Sidre^ Abenuazir, de*
volvicndole el gobiemo de su pequefio esta-
do, reconciliacidn que durd poco, pues al
regresar de Cdrdoba Abenalmdndir de la
fracasada expedicidn contra Abenbamdfn,Abencasi Uamd k Sidrej para que se le unie-
\ Dozy, Notices, pfig. 203,
— 43 —se: dudo en presentarse, pero por fin, recor-
dando que ytx una vcz liabia sido encarcela-
do eu Mertola y temiendo por su persona, se
rebelo en Badajoz 6 en Silves, como dice
Abenaljalib 6 hicieron lo mismo otros, ci-
tAndose s61o al hermano de Sidrey que se re-
belo en Becha, proclamando a Abenhamdin
de Cordoba 1: llegado esto a conocimiento de
Abencasi envio contra Sidrej a Abenalmdn-
dir, quien derrotado y prisionero fue ruania-
tado y encarcelado en Becha: no se contento
Sidrej con toner aherrojado k su entonces
mortal eneraigo, si no que al poco tiempo,
cuando ja fue senor de Badajoz j su distrito,
dio orden a Abdala Abenasoraail de que pre-
sentandose^enBeclia, le sacase losojos, como
lo hixo: alii signio Abenalmondir hasta que
1 Esto expHca la cxistencta demonedasdoSid-
rey Abcnuazir, en las que flgura en lugar preferen-
ce! nombro do Abenhamdin: v6asc Vives, Maneda*
delta Dinastim Ardbigo-esptttiolas, numeros 1%0, 1910 y
1913, aunque en esta ultima no figura el no ml) re de
llamdin, porosi el tiiulo Almansurbila, que si bien
pudiera referirso ol mismo Sidrey, no consia por do-
cumento alguno que llegase a tomar tal titulo, si bien
esta moneda nos lo haco sospocliar.
>-
— 44 —3os almoliadcs se apoderaron de esta ciudad.
Derrotado y prisionero Abenalmondir,
Abencasi quedd sin medics de defensa ?de
modo que Sidrey pudo pasar de agredido a
agresor j en el mes de Xaban del mismo
ano 540 (17 de Enero de 1146 a 14 de Fe-
brero) se apodero de Mertola j
3 hujendo sin
duda Abencasi, quien al menos desde este
memento parecc debiera buber renunciado k
bus ridiculas prctensiones; pero aun Leniendo
que acudir a la humiliation de pedir protec-
cion a los almohades, no se despojo del pom-
poso titulo de Almehdi, con que al principio
de la rebclion se habia proclamado en Mer-
tola: asi al menos lo indica Abenjoldun al
decir que liabiendo enviado como mensajero
a Abdelmumen a Abubequer Abenbabts, no
recibio contestacidn k causa de que Abdel-
mumen se incomodd porque el enviado daba
k su sefior el titulo de Ahnehdi 2, pero poco
\ Dozy, Notices, pag. 239.—Abcnjakluu, etlicion
del Cairo, to. IV, pag. 4GG y to. VI, pag. 934-.
2 La vaguodad del uso del afijo el en aralie ylo ridiculo do que Abencasi lomara el pomposo titu-
lo de Almchdi fueron sin duda causa de que ol Uaron
de Slane ai Iraducir este texto creycra que el eralia-
— 45 —dcspued, por inicialiva de All hijo de
Abenmaimun, scnor de Cadiz^ Abencasi
solvio visitar personalmente a Abdelmuir
para invilarle a apoderarse de Alandalns
entonccs abandono sus pretensiones: ob;
quiado por el gobernador de Ccuta, Yu
Abenmajluf, que le did una escolta?en Re
poslrero de 540 ]
fAbencasi se prescntd a I
delmumen, que le recibid en Sale: siu dt
le expondria el estado de Alandalus, yposihilidad de apoderarse de este pais, pi
Abdelmumcn le envio con un ejerrilo a
ordt'nos do I3;irraz, a qui pi ordono haeor
guerra a los almoravides y a los rcbeld
jador (lain esle Ululo a AbilclimuntMi, no qu» lo di
a su sen or: I;i trathieeion iu) me ixuoofa huiMin;|
no luve sogLinriuri d3 olio. U^sia que vi rmijirm.
mi sospocha por las tnouodns do Abencasi: v^asr
olint cilnda de! Si". Vivos, minis. 191'i, 19iG, 1917 y I
1
hoy tenemos adomas al leMo o\plioitodo Abcna
till, tine en ci epigfjfc del c: ipttulo en que Lratii do
le llama JjLvH :^ f'1 7'" 1
't, " / ''f^' , '" ilirrrr
y on v\ iOKlo afirma qim so litulo [mum I hi' htli, si 1
esto ultimo cjiiiza faKc on el codi<M do Ar^d; piif>-
la oopia de lniesii'o usf> falLa, peio eslii on ol cat
do la Ileal Acartemia do la llistoria.
1 Dozy, Notices, phg. 500.
-X
— 46 —luego Barraz fue auxiliado por otros dosejercitos, uno a las ordenes de Muza Aben-said y otro a las de Omar Abensalih.
El ejercito almohade, que pasd a Alanda-lus a las oVdeoes de Barraz >, toraadas Tarifa
jAlgeciras, sometio uno tras otro a Abul-gomar Abenaznin, rebelde en Jerez, luegoa Yiisuf el Pelrochi, que presto obedienciaen Niebln, y pa?ando por Mertola, rccobradasin duda entonces por los partidarios deAbeneasi
,se dirigio a Silves, que fue conquis-
tada, y puesta bajo )a obediencia de cste: el
ejercito sali6 iuego de Silves y habiendo pa-sado por Becha y Badojoz, dotide presto obe-diencia Sidrej Abenuazir, incorporados to-
dos al ejercito invasor 6 auxiliar, asistieron
ol sitio do Seville, que fue lomada el doce 6trece de Xaban de 541 (17 6 18 de Knero de1147) a, hiryendo los almoravides a rcfugiar-
_i l^fjfrcifiKiImnhwd.Mifisoa AlunrJnlns a prin-
cipuis (IpDuiliiclio, uliinm mes, <1c ,ito, plies mu* ]\o-<,la untic-iii a Cunlol.n en Mohanem ile. iiH, cii.'.mluMhmp(>ra(lorsoop(Mlfr6(l(.'C'Mael 10 do diclio mes (Do-zy, iSolicos, pap. 200).
v
2 Dozy, Notices, pa^s. 200 y 23!>. Ahenalabardice en u ii pnnlrtquo la tonia tin Suvilla fue el t->en olro <|ue el 13 y en amlms casus dice uuc era micr-«olcs: ;o iPdos modus c&to ultimo rosiilta inoxacto,pucs el 12 rue vicnies.
^ _>
— 47 —se en Gurmona, no sin que fuerau muertos
cuantos fueron alcanzados.
Aunque todo el Algarbc de Alandalus
quedo somelido en esta fecha al pocler do los
almohades, no debi6 de durar nnicho eslts
eslado de cosas.
Se liabian instalado en Sevilla, aunque
al parecer sin caracter oficial, pero si con
gran influencsa, parecida al niando, dos per-
sonajes que por sus abusos fueron fimestisi-
mos a la dominacidn almoliade, sicndo causa
inmediata de que se vcrliese mucha san-
gre; cran 'cstos Abdelaziz e Isa, bermanos
del Aimehdi, fundador de la secta alraohade,
quicues se permUieron el derramamiento de
sangre y se apoderaron de riquezas que no
les correspondian: habiendo tenido noticia
Yiisuf cl PetrocM, gobernador 6 rey feu-
da tario de Niebla, de que intentaban eebarse
sobre el, se refugid en su pofc, echando de
Niebla & los almohades j negando la obc-
diencia: no se necesito mas para qnc sc pro-
dujera una sublevacicSn cosi general, que
secuiidaroiiAbencast enSilves, AH Abenmai-
miiu en Cadiz, y Mohamcd Abcnalhacham
— 48 —en Badajoz: solo Abulgomar Abenaznin, se-
izor de Jerez y Honda, siguid ficl a la domi-
nacion almohade.
El almoravid Abengania, que habia vuel-
to a apoderarse de Cordoba con el apoyo de
Alfonso VII, tomo" a su vez la ofensiva j se
apodero de Algeciras, entrando en relociones
c:>n los de Ceula, que tambien sacudieron la
obediencia almohade.
Estrechados en Sevilla los alinohades,
los causantes dc la rebelion, Abdelaziz e Isa
y un primo de ambos, Yalsatin, hubieron
de retirarse al castillo de Bobastro, donde
se lcs unio Abulgomar Abenaznin, quien
con las pocas fuerzas que qucdaban a los de
Sevilla unidas a las suyas, sitio y Lomo a
Algeciras, dando muerte a los "almoravides
que alii encontrtf,
Los hermanos del Almelicli, desde Bo-
bastro se retiraron a Marruecos, y Abdelmu-
meu envid k Sevilla de gobernador a Ytisuf,
hijo de Soleiman, dejando de recaudador de
impuestos al poco afortunado general Barraz:
el nuevo gobernador pudo tomar la ofensiva
y sometitf los distritos de Yusuf el PelrocM,
* -_\- -r-^
— 49 —TSfiebla j Tejada; y el de Abencasi, Silves:
AH hijo de Isa Abenmaimun * prest6 obe-
diencia en Santa Maria, haciendo lo mismo
Mohamed hijo de All Abenalliacham 9 de
Badajoz, quien en prueba de sumision envi<5
regalos, que fueron aceptados: recobrada de
este una buena parte del Algarbe, el gober-
nador Tiisuf hijo de Suleiman se volvi6 a
Sevilla.
Poco antes de este ticmpo, estrechado
Aben^ania por las crecientes exigencias de
D. Alfonso VII, en una entrevista que tuvo
*n Ecija con Barraz, pact<5 alianza, abando-
nando Ctfrdoba a los almohades, de la que
parcce que se apodero D. Alfonso, si bien
los almobades de Sevilla la recobraron pron-
to gracias al auxilio de Abulgomar Aben-
az'nin, de Yusuf el Petroclii de Niebla j del
ejercito enviado por Abdelmumen a las <Sr-
denes de Yahja Abenyagmor, a quien los re-
beldes se apresuraron a pedir el aman (la
\ El texlo do Abenjaldfin («Uc. dol Cairo, tcmo
YI pag. 233) le llama Isa Abenmaimiin, pero supone-
mos sera ol mistno que antes llgura on Cadi/..
2 A voces se le llama Alhacli.
Almohavides
— ¥
— 50 —seguridad 6 perddn), que les fue concedido
por Yahya j ratificado por Abdelmumen.
En el aiio 545 el Sultan llamo a Sale a
los jefes espafioles, quienes acudieron al 11a-
mamiento y reconocieron a Abdelinuroen,
renunciando el mando de sus respectivos dis-
tritos j; asistieron a ]a cita Sidrey Abenua-
*zir, sefior de Uccba y Evora?, el Petrochi, se-
iior de ^siebla, Abenaznin, sefior de Jerez y.Honda, Abcnalhacham, sefior de Badajoz yAmil Abenmohaib, sefior de Tabira ~; sdlo
Abencasi con los de Silvcs se opuso a este
reconocimiento, lo que deques fue causa de
su muerte.
Declarado Abencosi en rebcdidn contra
los almohades en 545, cuando todos los de-
mas jefes habfan prestado obediencia, se alio
con los crislianos del naciente reino de Por-
tugal, enviando un mensaje a .0. Alfonso
1 Asi crcemos (\ym drben cnlotulersc las pala-
bn.s do Abcnjaldun Jc;|y)| ^ *\^j)\ **A?J
2 El lexto do Ahonjakhni en )a cdieion del Coi-
ro pone Talahera: la edicion de Argel ftu'ira.
— 51 —Eoriquez, a quieri Abenaljatib llama sefior
de Coimbra: el monarca porlugues recibid
al mensajero de Abencasi, re^alandole un
caballo de sus carros, una adarga v una lan-
za: la gente de Silves, disgustada de esta
alianza, en especial el ciego Abcnalm6ndir
que desde la conquista de Becha por los al-
mohades liabia vuelto a su antigua corte,
prepararon una conspiraciiSn, en la que fuc
muerto Abencasi en Chumada 1.° del ano 546
(16 de Agosto a 14 de Septiembre dc 11511 *,
siendo clavada su cabeza en In punta do la
lanza que, como regalo, le liabia enviados
Abencnrique, como Hainan, los musulmone
a los reyes de Portugal.
Abenalmondir, amique ciego, volvi<5 fi
encargarse del mando de la ciudnd bosla quo
la entrego a los almohades con historia lar-
ga, como dice Abenaljalib v que en parte
indica otro autor diciendo que lemu-udoBe
de el que se rebelase por tercoru vex. f«e
- trasladado a Seville despues de ser dqmesto
por Abenuazir, que gobernoa Silves con ex-
clusion de el con historia que cuenta el 1ns-
1 UoKy, Notices, i>aR. m y pftp. iOV.
— 52 —toriador Abensahibasala en su libro Rebelionde los moridin.
Pasan algunos anos desde la muerte deAbencasi sin que los historiadores nos dennoticia referente a los rebeldes del Algarbe,hasta que en el ano 551 los de Sevilia piden5 Abdelmumen que les de por gobernadoralguno de sus hijos .y habiendo sido designa-dopara este cargo el Principe (Sid) ' Abuya-cub, hubo de comenzar su gobierno sorae-tiendo algunos rebeldes, personajes nuevosunos, ya conocido algiin otro: acompaiiadodel visir Abuhafs Abenatfa, el PrincipeAbuyacub salio" para Tabira, donde se habfarebelado Aluosmf, que bubo de prestar obe-diencio; luego se apodenS del distrito deAbenuazir 2, y en e! ano 552 desalojd deMertola a Texuffn el Lamtuni, quedando conesto terminada la conquista del Algarbe porlos almohades.
nlmoha<l«s y yoa.oriorcs toman cAitulo de!CJ" "#
LA REBKLION EX CORDOBA
Si la rebelion en el Algarbe puede consi-
derarse simbollzada por Abencasi, la de C6r-
doba y centro de la Espana musulmana lo
est& por dos personajes, cada imo de los cua-
les tuvo sus partidarios y gobcrno en Cordoba
por mas 6 menos ticmpo, siendo reconoc^do
como jefe no solo por los de Cordoba, siao
por todos o la mayor parte de los que en el
centro y orienle dc Alandalus se rebelan
contra los almoravides: los personajes aludi-
dos son Abenkamdin de Cordoba y Abenlntd
Almosfdm'tr, a quien los cronistas cristianos
conocieron s61o por el litulo de Scifodaida,
que transformaron en Zafadola, con cujo
— 54 —nombre 6 con el de Abenhud le desigaa-remos.
Hamdfn, liijo de Moliamed, liijo de Alf,
hijo de Moliamed, liijo de Abdelaziz, Abeu-hamdin, natural de Cordoba j oriundo dePegodeAbenliaitandel distrito de Granada,fue cadi de Cordoba, primero desde cl ano 5276 529 al 532, ea cuya fecha fuc destituido
por Ali hijo de Yusuf, siendo reemplazado
por Abulcasim Abenroxd, a quien a sa vez
reemplazo en 536 por nombraniiento del
pueblo, a quiea el Principe concedio este
derecho despues de un afio de la dimisidn o
renuncia presentada por Abenroxd: Aben-hamdfn seguia de cadi de Cordoba cuando enel ano 539 estallo la rebeliou en el Algarbe,
alzfindose en Mertola Abencasi con el pom-poso tftulo de Atmehdi biamrila (d diritjido pormandalo de Aid).
No sabemos si las predicaciones de Aben-casi habian encontrado eco en Cordoba; pro-selitos 6 amigos tenia, segun algun autor,
pero no serian muchos, 6 al menos no supie-ron aprovechar la ocasidn de proclamarle.
Respecto k Abenliamdia no encontramos
_55 —indicios de que al principio deseara y traba-
jase para alzarse con el mando ', como vere-
mos que lo hi'/o su rival Abenhud: pero cs lo
cierto que por dos veces sc hizo cargo del
gobierno de Cdrdoba y q\ie la segunda pro-
clamation fue preparada con participation
suya j de un modo tr3gico -.
Ni en los autores arabes ni en los crislia-
nos encontramos la narration seguida de es-
tos sucesos: las fcchasmSs iroportanles de la
vida politica de Abenhamdin no sc eucuen-
tran en las biografias suyoa, que dos ban
dejado varios autores »: hay que recogcrlas,
•1 AMma indicncion so oiieuentra en Abenal-
iatib, al narrar la rebelion del pueblo do Cordoba
contra cl cadi Abulcasim Abcnroxd, que hwbo do
abandonar la ciudad, qucdando csla huerfana do ou-
loridad durante 1116s do un mes porquo el I'nocipo
no qtiiso nombrar sucesor, hosla que por fin autonzo
a la ciudad para que eligiera cadi, recayendo la elec-
tion en Abenhamdin.
2 V6ase la Chronic Adefon*i lmp"ra(on<, fcspa-
.na Sag. to. XXI, pag. 39i.
3 Adabi y Abenalabar poiicu su biograda, pu-
blicsdas ambas en la Biblioloca Ar. hlsp. lo. Ill mi-
mero3K5,lo.V,num. 119, dondo so hallar. amb.tn
las de su padre y de Ahmed y Ali, bermanos do Aben-
Jiomdin.
— 56 —no buscarlas, en las biograffas de otros per-sonajes, en los sumarios 6 compendios deloa acontecimientos de este periodo 6 dondeseencuentren, y muchas veces las noticiasconcrelaa se encuentran donde menos po-drian esperarse.
Proclamado Abencasi en Mertola a prin-cipios de Rebia primero del ano 539, comohemos visLo, Yahya Abengania gobernadorgeneral de la Espana musulmana, al tenernoticia del alzamiento y de que Abenalmo'n-dir, lugarteciente da Abencasi, eslaba sobreNiebla, salid de Sevilla (6 CoVdoba) con obje-lo dc combatir a los rebeldes, a quienes si-tii5 en Niebla durante tres meses: en este in-termedio, los de Cordoba procloman a Aben-bamdin, por lo que Abengania bubo de aban-donar el sitio de Niebla y volverse a Sevillacon intencidn sin duda de asegurar la capi-tal y en su caso prepararse para recobrar aCdrdoba.
La sublevacio"n de Abenbamdfn debi6llevarse a cabo en el mes de TUcheb del mis-mo ano 539 (28 de Diciembre de 1144 a 26-de Eaero de 1145} (22), tomando el modesto-
- 57 —iitulo de cadi y iugnylcnicntc, quiza porque
obrara de acuerdo con Abenhud, que se pre-
sento en Cordoba k los 12 6 14 dias, y se
apodero del mando (23); pero Abenhud, 6
sea Zafadola, debio de gobernar muj mal,
pues los autores suponea que los de C6rdoba
le eebaron k los doce diss, dando muerte a
su visir Abenxaroaj ( y a una porcion de sus
partidarios 6 saielites: creemos, sin embar-
go, que no fue tan efimero el reinado de
Abcnhud en Cordoba y que durd baslantes
dias mas, como dicen otros, hasta el saba-
do cinco de Ramadan 6 sea priraoro de Mar-
zo de 1143, fecha tijada por los Armies Tolc-
danos, de modo que el gobierno de Zafadola
dur<5 de uno a dos meses, siendo restableci-
do Abcnhamdin, que esla vex tomo los titu-
los de Almanmr b'rfa, amir almwtlimin, d&ndose
desde esla fecha aires de vordadero Principe,
(eniendo oficinas, reunicmh cjvrcilos y escribiendo
a bs reheldes de oints poblaciones, algunos de
Jos cuales le reconocieron.
ConEta que asi lo hicicron, Sidrey Aben-
1 Du/v, .Notices, [>. 20i y 235.
— 58 —uazir, de quien hasta se conocen monedas
cob el nombre de Abenliaindin ]
, y Abucba-
far Abderahmen de Murcio, quien liizo la
oracion piiblica por el durante algunos dias
de los meses Ramadan y Xaual del ano 539,
es decir, en ]os misnics meses en que Aben-
hamdin fue proelamado en Cordoba por se-
gunda vcz: tambien consta, 6 al menos lo
dice Abenaljatib, que en Granada fne reco-
nocido por Abenadha, j en Jerez y Arcos por
Abulgomar, hijo de Asaib Abenamm 2; es
de suponer que ademSs Abenhamdin fuera
reconocido por la mayor parte de los cadies,
que se alzaron con el inando de las ciuda-
des, que antes gobernaban & nombre de los
almoravides.
1 Vtfose Vives, obro eilada, numcros 1009 y
1910: la moncda del iiumero 1013 pudicra Jiaber sido
acunada por Abonuazir, quMomara tambitin el limlo
fib Aimarumr hila; pero nos inclinamos & crcer que el
haber sunrimido el nombre tie Abenhamdin, aunquo
noau litulo, se debio k la cireunstancia de que Aben-
uazir quiso poner en la moneda su nombre propio yde fomilia y j ft yj jL^ Sidrey Abenuazir, y
& que hobia poco espacio.
3 Dozy, Notices, pig.m
?
-r
_
— 59 —Poco sabemos de un modo concreLo de
\o que hiciera Abenhamdia en Cordoba des-
de Ramadan dc 539, en que fne proelamado
por segunda vez, hasta el mes de Chiunada
postrero del afio siguieute, en que Hamado
por los de Cordoba Yahya Abengania, go
bernador de Sevilla, Abenhamdin le sale al
encuentro y derrolado en Kcija, liuye 6 Ba-
dajoz, entrando Abengania vencedor eu Cor-
doba el dia 12 de Xabau de 540 > (24).
De los once me^es de reJnado de Aben-
hamdin, solo tenemos noticia de que habien-
do sido reconocido en Murcia su compclidor
Abenhud porAbderralimen AbcntaMr, Aben-
hamdin envid uno Iras oLro dos ejercitos, el
primero a las ordenes de su sobrino Omali-
mad y el segundo a las de su primo Alfolfc-
li, acompaiiado de Abumoh&mod Abenal-
~^i Adabi (pag. 32) pone la entrada de Abengania
en Cordoba fr fines do Xaban de otl^pero sera, error
del autor 6 errata do miestra odtcion: la fcchadala
cnlrada do Abengania en Cordoba rasulia conjinnada
por los Anolcs Tolodanos, que diccn «E1 Key Abenga-
nia (por Abongania) saco al Rcy Aben Hamdin de
Cordoba en ol mes do Pelirpro- que en eslo ano de
4146 correspondio a parle de Xaban y de Ramadan do
.SiOdcla li^gira.
— 60 —hacb, de Abensiuar j otros murcianos, quese le habian presentado: ambos ejercitos fra-
casaron en su intento j los partidarios de
Abenhamdin fueron perseguidos, 6 al menosbuscados *.
Estos sucesos debian tener lugar entre
las fechas de fines de Rebia primero, en quefue proclaraado Abentahir j el 10 de Chu-mada primero del mismo ano 540, ert que,
como veremos, hubo de abandonar el alc&zar
major para dejar el puesto a Abenijad.
Nada sabemos de las causas que motiva-
ron el disgusto de los cordobeses del gobier-
no de Abenhamdin: habieadose refugiado enBadajoz, no renuncio a recobrar su reino,
para lo que crejo conveniente trasladarse k
Andujar 9, donde Abengania le sitio durante
un mes: no contando con fuerzas para resis-
tlr a las de Abengania, Abenhamdin tuvo el
mal ecuerdo de pedir la proteccitfn del Em-\ Dozy, XoticeS; p. 219.
2 La gcneralidad tie los autores dice que alser deslronado so traslado a Andujar; pero el textoexplicito do Ahenaljalib dice que serefu^io en Bada-joz y que despu£s de algiin liempo se traslado a An-dujar.
t
s->
*i
— 61 —perador D. Alfonso, promelieadole cuanto
-quisiera: no sabemos lo que este exigiria; cs
lo cierto que esle se presento en Andiijar,
segua los textos &rabes, auaque segiin la
Cronica del Emperador solo envio al Duque
Fernando Juanez: el Emperador consiguio
hacer levantar el sitio de Andujar, y persi-
guiendo a Abengania, al parecer ea auxilio
de Abenhamdin, llegd £ Co'rdoba, de la que
se apodero ayudado por los parciales de su
prolegido j: pero Abengania se encierra eii
la almedina y eu ella se sosliene y defiende
hasta que nuevas complicaciones le hacen
aliado 6 subdilo de D, Alfonso.
Aunque D. Alfonso 6 sus tropas habtan
entrado en Cordoba como auxiliares de Aben-
hamdin, las cosas se prepararon de modo,
que la couquista no fuera en proveclio de
este, sino del Emperador, 6 de nadie; pues
estando D. Alfonso sitiando la almedina,
\ La entrada del Emperador y de Abenhamdm
en Cordoba tuvo lugor el 10 o ol 12 del ultimo mes del
anoott), fccha quo coincide con la quo dan los Analog
Toledanus (pap. 380) con estas palabras «V.n o) mestle
Mayo priso cl Emperador a fiordolia c despues diola
a Abengaina (Abcngania)*,
— 62 —donde so habia hecho fuerte Abengania, le
llegd la noticia de la entrada de los almoha-
dcs j que los de Sevilla liabian negado la
obediencia a los almoravides: el Emperadcr,
sorprendido y contrariado por los nuevos
elementos que entroban en juego, de acuerdo
con sus consejeros, dice Abenaljatib, resol-
vio entrar en negociaciones con Abengania
con objeto de dejarle la posesion de Cordoba,
como efectLvamente lo hizo, sin que sepamos
las condiciones que con el estipulara K
Defraudado Abenliamdm de sus espemn*
-/as, despues de haber contribuido a la Loma
de Cordoba por los cristianos, quesaquearon
la parte oriental, segun acuerdo anterior,
luibo de retirarse & Hornachuelos 6 T3ada-
\o'Af y desde alii pas6 a visitar a Abdelmu-
inen, quien le recibitf, despidiendole honro-
saratmte e invilandole a que se volviese:
vuello a Espofia, Abenliamdm se establece
en Malaga, donde su lugarteuiente j hechu*
ra Abulhaquem Alhosain Abenhasuu se ha-
1 Abenaljatib cojiia el discurso dirigido por
D. Alfonso al pueblo do Cordoba al dejarlos bajo la
obediencia de Abengania.
"I
^
1
— 63 —bia rebelado contra los almoravides, y alii
permanecid liasta su muerte, no sin que aun
inteutara apoderarse de Cordoba, a donde se
dirigid, dice Abenaljalib; pero puesla de
manifieslo su debilidad, y declinando ya al
ocoso su fortune, hubo de volverse a Malaga,
donde rnurio el 19 de Racheb del auo 546
(1 de Noviembre de 1151) ', siendo enterra-
do en la parLe de la alquibla 2 de la mezqui-
ta, donde sus huesos no descausaron en paz;
pues cuaudo los almoliades seapoderaron de
Malaga 20 meses inas larde, desenterraron
su cadaver, y habiendolo encontrado inco-
rrupto, le crucificaron: consignan algunos
historiadores que los astrdlogos habiau pre-
diclio que sen'a crucificado: al menos esta
era la tradicion del vulgo entre sus enemigos.
Veamos cual fue la suerte de Cdrdoba
despues de la definitiva expulsidn de Aben-
hamdm, 6 sea desde lines del aiio 540.
~~\A<lahi (Bihl. Ar. Iiis. lo. IV pap. 20!) flja en cl
anoKWla mneriodo AbiMihamdin; pero parecc mas
aceptablo la loclio consignaila por Abonaljalib, quo
da mas ilclalles: Abenalahar (JSibl. Ar. his. to. V, p. 39)-
le supono muerlo en 518.
2 l'arto que mira a la Meca.
— 64 —Esteblecido en ella Abengania por el Em-
perador D. Alfonso, siendo por lo visto su
feudatario, permanecio enpaz durante algun
tiempo hasta fines del afio 541, en cirya fe-
cha, tomada Sevilla por los almohades cua-
tro meses antes, J viendose de cada dfa mas
hostigado por D. Alfonso, quien en una en-
trevista en Andiijar le exigid le entregara
las ciudades de Ubeda y Baeza ', como poco
despues le exigiera lo mismo respecto a Jaen,
6 que pagase major Iributo, Abengauia se
puso secretamente de acuerdo con Barraz,
gobernador de Sevilla, y despues de una en-
trevista en Ecija, le hizo entrega de las ciu-
dades de C6rdoba j Jaen hacia mitad del
afio 543, retirandose a Granada, donde mu-
rid despues de una estancia de dos meses el
viernes 24 de Xaban 2 (7 deEaero de 1149),
1 El nutor del Cartas (pag. 1761 siipone hccha
esla entrega en el afio !>U, siendo as; que do Aben-
sania (pao: 125) dice que habia muerto en Xaban del
afto anlorior; bion que on el texto improso le llama
2 Abenaljatib en la biografia dc Alx-ns-ima f'ia
la feclia do su muerie el viernetH, pero como el I*
era marles, y el texto del Cartas dice n,>rne* u ,segm-
mos esla indicacion; en los tcxlos arabea las Feclias
-10 y 20 so conlunden con mtichafucmdau.
— 65 —siendo enterrado en el interior de la alcaza-
ba, en la mezquita pequeiia, que estaba uni-
da al alcazar de Badis, hijo de Habds.
Yahya Abengania intento inducir al go-
bemador de Granada, Maimiin Abcnbeder, a
que entregase la ciudad a los almohades,
pero no pudo conseguirlo *: seis anos des-
pues, cq549, por fin Granada cayo en poder
de los almohades por entrega del mismo
Maimiin Abenbeder ~.
Eatregada Cordoba a los almohades por
Abengania, 6 acordada su entrega, no re-
nimcio D. Alfonso a ser nuevamente senor
de ella, j aprovechando sin duda la ocasiin
de que esluviera poco guarnecida, logro sus
deseos; pero los almohades de Sevilla a las
ordenes de Abulgomar Abenazrun con los
refuerzos suministrados por Yiisuf el Petro-
chi de Niebla y los enviados por Abdelmu-
men bajo la direccidn de Yahya Abenyag-
mor la recobraron a los pocos dfas 3.
* AJxMijnUU'm, cdi. Slauc to. I, p&S- 312: cdi. del
Cairo, lo. VI. pag. 325.
1 AbenjaUiin, to. VI. pat!. 233.
3 Abcnjaldun, to. VI, pag. 2£>.
AfcMORAVlDES S
• \
r
— 66 —Ea la relacidn de los acontecimientos
ocurridos en Alandalus desdc que en 538 se
inici<5 la rebelitfn contra los alraoravides,
hasta el aiio 543, no hemos tenido necesidad
de mencionar a los Principes de esta dinas-
t!a >porque para nada intervienen en las co~
sas de nuestra peninsula, en la que parece
que ningun eco tuvo su dcsaparici<5n, a pe-
sar de que oficialmente una buena parte,
quiza aun la major, de la Espana musulma-
na eslaba_soraelida al dominio de los almo-
rayides.
De que en estos ultimos anosdela dinas-
t(a de Yiisufhijo de Texufin, sus Principes
eran reconocidos oficialmente en Espaiia,
tenemos buena prueba en los preclosos di-
nares que de ellosse conservan, acunados en
Almena en los alios 538 j 539, de Sevilla
de los ailos 538, 539, 540 y 541, y de cstos
dos ultimos aiios en Granada *.
Muerto Isliac, liijo de AH, ultimo sult&u,
despues y & consecuencia de la toraa de Ma-rruecos por los almoliades en el mes de Xaual
\ Ylvks, otoro cilodo, mimeros Wt{\ y algunos-dolossiguicntcs.
— 67 —delano541, si quedaban individuos de la
familia, parece que nadie penso en procla-
marles al olro lado del Estrecho: tnmpoco
consta que so pensase en ello en bis ciudades
espanolas, rjue hasla entonces les habiau per-
manecido adiclas, ni raenos en las que des-
pues de haberse rebeludo contra los almora-
vides, resistieron preslar obediencia a los
almohades: pudieramos deeir que Cordoba yGranada, en los monedas posteriorcs al oiio
541 la primera da muestras de su arrepenti-
miento por haberse rebelado, y la segunda
de su constancia en la adhesion k los almo-
ravides; pues no teniendo Principe a quien
proclamar, ponen en sus monedas, < Oh Dios,
perdona a los Priucipes de los muslimes, los
Benitexufin» !,
\ Yivfcs, oljra eilodn, Humerus 1l»7H y 1970.
G8
LA REBELION EN MALAGA
Se ha dicbo antes que Abenhamdin des-
pues de su expulsitfn definitiva de Cordoba
se retird a Malaga, y que alii murid en el
ano 546 L
En el afio 539, al Liempo de la suhleva-
cidn general contra los alraoravides, era cadi
de Malaga, desde el aiio anterior, Alhosain,
hijo de Alhosain, hijo de Abdala, bijo de
Alhosain, conocido mas comunmente por
Abulhdffuem Ahenliavin, hombre de ilustre as-
cendencia v que se habia criado en la hol-
gura de su posici<5n, llegando 6 adquirir
nombre por su ciencia: cuando los cadies de
las difercntcs ctudades se pusieron en rela-
citfn, sin duda para acordar su conducta con
los almoravides, se declaro independienle en
M&laga, cl sabado 13 de Ramadan de 539
(9 de Marzo de 1145): sitiados los almoravi-
des en la aleazaba durante siete meses, el
\ Ln qua tie la suorle dc Malaga en eslo pe-rifttlo habia poditlo avenjsuars© era imiy poeo y vago:
(vfrisfl en (hiiH-n Rot,!?*, M*il<i(jn nwulmmui, pat?. I-V3):
hoy sabe
m
oh hIro mas, gracing a los libms adquiridos
6 publicndos liUimamuutc,
— 69 —gobernador Almansur liijo de Mohamad el
Hach, hubo de capitular, iristalandose en ella
Abenbasuu despues de dos meses, tomando
el titulo de emir v dandose el Lono de los ca-
dies que habian asumido el mando: al frente
del ejercito puso a su hcrmano Abulhasan,
a quien, dice Abenaljalib, dio el gobierno
de Cordoba j su comarco; aunque esto seria
como aspiracion 6 puro Utulo, pues no haj
mdicio de que llepnse a obtener Ul mandoefeclivo.
Los almorovides vccinos de Abenhasun
no cesarou de molestarle promrando corlarle
las comunieaoiones v aprovisionnmiento, yesto le obligo a tomar a su servicio 6 pcdir
ouxilio a los cristianos, compromeliendose A
darles sueldo, para lo que hubo de estreehar
& los de M&laga con impuesLos: disguslado
el pueblo con esto, unido a la reprobacidn de
su conducts, ee pusieron de acnerdo con un
hombre saga/, de entre sus servidores, cono-
cido por El de Loja, y fijado el dia, se rebe-
laron, sorprendiendo A los portcros y apode-
randose do la alcazaba; eucerrado Abenliasuu
en el alcfi'/ar. alii se defendio; al convencerse
-Y
— 70 —de que iba & morir (pues su hermano ja ha-
bia sido mucrlo en laconmocion), temiendo
que sus mujeres llegaran a poder de otros,
intend malarias en el palacio; pero ellas sc
defendieron en las galenas y cuartos: agra-
vada mas la siluacitfn, prendio fuego a sus
libros j tesoros, j luego torad un veneno que
no produjo el efecto descado: en vista de
esto, aguzd el hierro de una lanza y se pre-
cipllo sobre el hasla que le salio por la es-
palda, sin que ni aun esto acabara con su
vida; asi que, al entrar los almohades en el
palacio, le encontraron revolviendose en su
sangre y ofreciendosc a la muerte: aun vivid
dos dias, muriendo el 11 de Rebia primero
del alio 548 (6 de Junio de 1153): su cadaver
fue crucificado y, cortacla la cabeza, fue lie—
vada a Marruecos, quedando Malaga desde
esta fccha en poder de los almohades, quie-
nes ja dijimos que habian crucificado tam-
bien el cadaver de Abenhamdin, muerto
veinte meses antes *.
1 Abanaljatib, &R At. do la Aoadfimia, num. 37,folio ftiS, y fol. 49 (Jo mi copia sobre o] eodice do laHiblfolnra deArgel: Adabi, Bib, Ar, bis. lo. 111. pAgi-nas 32 y S.\.
LA REBELION EX EL 0RIENT1
DE ALA.XDALUS
Como se ha dicho, uno de. los que mas
contribuyeron a ex.pulsar de Alandalus, 6
mejor dicho, a que desapareciera de ella el
imperio de los almoravides, fue Mmosttiasir
Abcnbud, llamado lambien Zafadola, liijo de
Abdelmelic Imadodaula, ultimo rey de Za-
ragoza.
Nuestro Zafadola, pues asi le llomamos
con los autores cristianos, a la muerLo de su
padre en el afio 524, le sucede en el sefiorio
de Rueda y en el afio 525 6 526 », 6 acosado
1 iiibl.Ai-.his.Ki.nl, jiip. :»i.-n«zy. Notices,
pSgina 25.1, y AbennljutMv "bra eitiida.
^
por las armas victoriosas de Alfonso VII, d-
entufeiasmado con sus hazafias, como dicen
nuestras crdnicas, entrega el castillo de Rue-
da en cambio de la mitad de Toledo '
.
Establecido Zafadola en Toledo, alii per-
maneceria basta el ano 539, en el que, ini-
ciada la rebelidn general contra los almora-
vides, s-e rebeia en las fortalezas inmediatas
k su pequeno dominio, y desde alii boja a
Cordoba, donde entra sin resislencia por la
connivencia coa sus raoradores y el auxilio
de los ricog 3.
i Abenalabar on In bio^rafia do Zafadola (Do-zy, Notices, pa*:, £-tt) a*)i»iKi a csie acontoennicnlo la
fecba <Sol ponniLimo mos do! ano ;>;tt,— Afrenalaiir, to-
mo XI, pii%. 20, lija la fecba .
:
i2fl: la Cronira th-l Emppvntlor
I). Aifoif-o, antique jiii 4tsi^.na fecba concreta A la on-tregn dot Castillo iks Rueda y a fa oliaiua do Zafadola
con el Emperodor, parceo ^si^uar a estori sucesos la
fecha qui* acr-plamos o rmiy iiimcdinia, puos los re-
Jlcre a coiHinuacion del anu H31 (o sea -j2*> y ;>2fi dela lidgira) (Es. Sa^-, to, XXI, pa<i. :?30); dospuos en los
diios 1133 y 4 13o supine la prosencia de Zafadola on la
cxpedicion contra Andalucia y en la proclamationdel Kmperador, por lanlo parecc debemos admitirpara la attanza de Zafadola con el Emperartor la fe-
cha que parecc inferirso de la Croitira.
3 Vtias-o su biografia en Dozy, Notices, p&g. 224.
— 73 —De las negociaciones que para esto de-
bieron niediar nos da alguna indicacion la
Crdnica do Alfonso VII, a quien Zafadola
acompano en sus expediciones a Andalucia
en el a no 1133, y probablemente en 1144,
Rcfiriendose al final de la primera de
estas expediciones dice el aulor de la Croni-
ca ': «Yicndo esto (los estragos caasados por
el ejercito del Kmperador), los magnates de
los agarenos enviabau secretamente mensa-
jeros al Hey Zafadola diciendole: habla con
el Rey de los cristianos y con el libranos de
las manod de los Moabitas'}; nosotros paga-
remod al Rey de Le6n tributos reales mayo-
res que los que nuestros padres dieron a los
suyos, y scguros contigo, leservireraos, y tii
y tus hijos reinareis sobre nosotros^. Oido
este mensajo por el Hey Zafadola, despues
de consultar con el Hey y sus fieles conseje-
ros, les contest^: «Id y decid de mi parte &
mis hermanos los principes de los agarenos
(lo siguiente): «Apoderaos de algunos casti-
1 Kp. Ssig, to. XXI, pft.«. 33*.
2 A tos mtisuhnanes espanolos llama A{tft*e>ia&t
y Mo'thita* i» los almoroviiles.
I
— 74 —llos fuertes y de algunas torres de las ciu-
dades y moved guerra en todo lugar, j al
momento, yo y el Rey de Leon os socorre-
remos». Despucs de estas platicas, el Empe-
rador levant<5 cl campo, pas6 el puerto de
Amarela y llego* a Talavera.
Nada sabemos de los resultados practicos
de las platicas iniciadas en el aHo 1133 (527
y528), ni aun si se siguio" gestionando 6
preparando el terreno para una sublevacion
general; probablerneate no se consigui<5 mas
que fomentar el descontento contra los almo-
ravides.
Diez afios deapacs, la expedicion del
Emperador hasta el corazon de Andalucia
en 1144 (de Cbumada 2° de 538 a Racheb
de 539) debio de contribuir no poco a mover
los animos contra los almoravides, impotentes
para todo. resislencia: por eso los moros an-
daluces volvieron natnralmente los ojos hacia
los personajes propiamente espaiioles y de
ascendencia ilustre por descender de estirpe
real.
En Septiembrede 1144(Rebia 1." de539)
sereunian en Toledo todoa los Condes, Mag-
— 75 —nai.es y Duques del Emperador, cada uno con
sus milieias, y los alcaides, cuballerosy peo-
nes de Loda Extrcmadura j: reuuido esto nu-
meroso ejercito, el Empcrador levanto el
campo, dirigieudose al pais encmigo, que
devasto desde Almena a Calatrava, «destm-
yeroa todas sus villas y olivares; cortarou las
higueras y manzaaos; prendierou fuego ea
sus ciudades, villas y aldeas, quemaron con
llamas sus castillos; se apoderaron de hom-
bres y mujeres y de sus hijos, hacieudo gran
bottn de caballos, yeguas, camellos, mulos,
asnos, bueyes, vacas y toda clase de ganado,
oro, plata y objetos preciosos, que cncontra-
ban en las casas: todo lo sobredicho fue
llevado ol Emperador, que estaba acampado
en tierra de Granada: despues do esto, el
Emperador se voivio a Toledo^.
Exagerada ser& sin duda la narracidn an-
terior; pero de todos raodos se coraprende el
efecto que la campaila debio de producir en
el Snimo de los moros espanoles y que el
\ Segun el editor de la Oronica, Kxlremadura
indiea aqui In frmUera qimvonia a com premier, poco
miis u mcaos t lu cucnea del Tajo,
_ *
— 76 —autor dd la Cronica anade a continuation.
«Viendo los principales y jefes y todo el
pueblo de los Agarenos los referidos males yque el Emperador y sus magnates se dirigian
todos los aflos contra su tierra; que las hues-
tes de Toledo, Segovia, Avite, Salamanca yotras ciudades destruian todos los dias algo
del territorio musulman, se congregaban en
las plazas y asientos de las ciudades y en las
sinagogas (mezquitas) diciendo: «Que vamos
& hacer, pues no podemos sostener la guerra
contra el Emperador y sus capitanes». A lo
cual respondian algunos diciendo: «Los Moa-
bitas se comen lo mejor dela tierra; nos qui-
tan nuestras posesiones, oro y plata, y opri-
men § nuestras mujeres e hijos; peleemos
por tanto contra ellos; matemoslas y sacuda- ,
mos de nosotros el yugo con que nos opri-
men, ya que no tenemos parte en el palacio
de Texufin, ni lierencia entre los hijos de
All y de su padre Yusuf»: otros decian: «ha-
gamos primero paz y alianza con el Empera-
dor de Letfn y Toledo y demosle tributos de
Rey, como nuestros padres los dieron a los
suyos»: parecid esto bien y el que todos es-
— 77 —luviesea preparados para la guerra contra los
Marroquinos ': vueltosinmediatamenLe asus
sinagogas, oraban pidiendo la misericordia
de sa falso profeta Mahoma para que les ayu-
dase ea lo quehabian comenzadojy, enviando
mensajeros, llainaban al rey Zafadola y a to-
dos los descend!entes de los antiguos reyes
de los Agarenos para que fuesen hacia alios
y peleasen contra los Moabitas».
Y efectivamente, en aquel mismo oiio se
hizo general la sublevacidn que en Mertola
habia iniciado Ahmed Abencasi, probable-
mente sin conexioii cou estas tendencies;
pero si Zafadola no fue el primero ni el mas
afortunado de los ({ue se levantaron contra
los almoravides, fue indudablementc el de
mas nombradia y prestigio entre los musul-
manes espanoles, y su autoridad fue recono-
cida en varios puntos, bien que de un modo
poco duradero, pues probablemente no me-
recia el prestigio de que gozaba, mas por su
1 Los almoravides Ionian la corle en Mamie-
cos y sin duda los moros espanoles cmplearian el pa-
Ironimico marro'iiii o marro'iuinn como sinonimo de
almoravitt.
— 78 —ascendencia y edad que por sas meritos
propios.
Al fijar j discutir las fechas de los acon-
tecimientos en que tomd parte Abenhamdin,
ha sido preciso apreciar las indicaciones de
los autores respecto a Zafadola: de ellas re-
sulta, como hemos visto, que Abenhamdin
fue proclamado en Cordoba por primera vez
hacia el mes de Ghumada postrero del ano
539 (Novicmbre 6 Diciembre de 1144); pero
no por cucota propia, sino como lugarte-
niente de Zafadola, hasta que este entrd sin
resistencia alguna en la antigua capital del
califato en Enero de 1145 (Ramadan de 539).
Si effmero fue este que se ha llamado
primer reinado de Abenhamdin, tanto que
los toledanos parece que no tuvieron noticia
de el, porque no fuera proclamado con tttu-
los pomposos, como lo fue despues, no duro
mucho mas el reinado de Zafadola en Cor-
doba, a pesar de haber sido llamado por el
pueblo y ricos, con quienes se habria puesto
enrelacitfn desde que acompafiara al Empe-rador en las incursiones por territorio mu-sulm&n.
— 79 —Al clecir de casi todos los historiadores
arabes que de ello hacen mencion, s6\o doce
* dias permanecio Zafadola en Cordoba y, aun-
que aceptemos lo que dicen los Anales To-
ledanos, sierapre resulta que su reinado fue
muy corlo, pues que habiendo entrado en el
mes de Enero, jiuo a Granada en el mes de Mar-
cio de 11-15 y entonces fue proclamado denue-
vo Abenbaindin.
De lo que en C6rdoba biciera Zafadola
:"
en su corto reinado, nada dicen los autores
?; arabes y poco nuestros croniconcs: cuando
tan pronto se disgustaron de el los de Cordo-
ba, j lo mismo hicieron luego los de Grana-
da> no tendria grandes condiciones de man-
f** do; j el bccbo de liabcr dado muerte a Farax
\ Adali, el antiguo gobernador de Calatrava,
que tanlas victorias habia conseguido contra
los crisiianos, prueba al menos que la gloria
adquirlda en los combates no era bastante &
garantir la vida de los que le contrariaban.
Echado de Cordoba, Zafadola buy 6 a
cjfc Granada, como dicen los Anales Toledanos,
6 k Jaon y de alii a Granada, lo cual no estA
en contradiction: en Jaen Yencio al cadi
r
— 80 —Abencbozay, que se Labia rebelado, sin du-
da contra los almorayides, declarandose in-
dependiente, 6 mejordicbo, no reconociendo
k Zafadola como representante del poder en
Cordoba.
Habiendodejado en Jaen por lujjarte-
niente a un sobrino suyo, Zafadola se diri-
g\6 k Granada,. adelanLandosc a las fuerzas
que Abenhamdin enviaba en ouxilio dc All
Abenadha; asi que, las tropas mandudas por
AH Omalimad, sobrino 6 prime, segun pa-
rece, de Abenhamdin, liubieron de re- resar a
C6rdoba: sin duda Abenadha de Granada se
habria puesto de acuerdo con Zafadola, aim-
que habia proclamado a Abenhamdin, pues
no ofrccid resistencia Ala entrada de Zafa-
dola I.
No es facil fijar la fecha concrcta de la
1 Alienalafoar, Dozy, Nolicos, pas;. 3^.—No cs
ftcil coniprciidcr lo quo paso en (irawada: Ahcnala-
bar dice que Abenadha, en hirlia conlra l»s olmora-
vido3 cuccrrados en la alcBzalinTpulioaiivilio a Aben-
hamdin de Cordoba ya Abcncliozay do Jin'n, y quo
habiAmlosfl adclanlado Zafadola til ojrrrilo oiiviado
por Abenlinimliii, Abenodha y Zafadola se auxiliaron
irmiuameiile.
^J
— 81 —
entrada de Zafadola ea Granada, ni tampoco
el tiempo que en ella pennanecio; pero pue-
m de fijarse de un modo aproximado, por la
marcha de los aconteciinientos que se des-
arrollan en Cordoba j Murcia: los sucesosde
Granada en que intervene Zafadola han de
encerrarse precisamente en los nueve meses
que median enire Ramadan de 539 (Marz.o de
i_ 1145), en que es echado de Cdrdoba, y ol
vierncs 18 de Racheb del ano 540 (5 de Ene-
ro de 1H6) en que entra en Murcia (25).
Instalado Zafadola en la alcazaba de la
Alhsmbra, quedd reconocido como senor de
Granada y su comarca, y por esLo en el mes
de Dulcada le veraos nombrar gobernador de
V Guadix a AbdeW.i/. Abenabuasin l.
Entre lanto los almoravides de la alca-
zaba hacian sin duda frecuentes salidas y en
I una de ellas, en un combate librado con los
fuerxas de Zafadola, fue mortalmenle herido
Imadodaula, su hijo, y los almoravides le
envian su cadaver: en encuentro posterior,
entrado ya el ano 540, muere Umbicn Mi
] Ms. (lelaHibl. Na. Or. 2«, p. IV"-
ALMOHAVn>KS *
i
— 82 —Abenadha, sucediendole en elmandosu hija
MohSmed.
No contando Zafadola con fuerzas para
someter a los almoravides encerrados en la
alcazaba, gestionaria sin duda el que sus par-
iidarios de otros puntos le enviosen refuer-
zos; y tefectiyaniente, despues de la muerte
de AH Abenadha,llcgaba desdeiTurcia Aben-
abichafar, con ejerciLo dc alguna importan-
cia; pero fue derrotado y muerto en la bata-
11a de la Almosala, bien porque los alinora-
vides se aprovecharan de un desorden acci-
dental producido al acampar, bien porque
acometieran dispuestos a un supremo esfuerzo
y a morir, consiguiendo con esto desordenar
las haccs encmigas: es lo cierto que los que
se salvaron del ejcrcilo dc Abenabichafar se
reliraron precipiladamente a Murcia.
La halalla dc la Ahnosala y muerte de
AbeiiabichaftiF, tuvicron lugar el viernes,
ires de Rebia primero del eno 540 (24 de
Agosto de 1145),
Despu.es dc esla derrola parece que Za-
fadola pudo sostenerse en Granada durante
un rnes s y que desconfiando ja de poder sos-
> -1
r— 83 -
\ tener la lucha eonsUnte con los almoravidcs,
se retird a Jat'u, qur/a un el mes de Rebia
segundo, continuandoalK por algtin tiempo,
basta que dos mcscs despiu'd se dirigo a "Mur-
cia, donde enlra el 18 do Racheb de 540 (4
de Enero dc IMG).
Al retirarse Zafadola de Granada, quedtf
con el mando de la ciudad, como indepen-
diente 6 como feudalario suyo, Mohamed
! hijo de All Abenadba, quien, a los ocho dfas,
; fatigado de haber de sostcner combales ma-
fiana y tarda contra los almoravides dc la
;alcazaba, se retira a Almuiiecar, volviendo
sin duda el pueblo de Granada d la obedien-
;cia de los almoravides, & cuja causa perma-
^ necitf fiel despuos durante bastante tiempo,
cuando ya tod* Alandalus reronocia a los al-
•
^mohades 6 k Abcnmcrdanix de Murcia.
: Testiraonio elocueiUe de ia adhesitfn de
Granada & la causa olmoravidc tenemos, co-
i mo queda diclio, en un precioso dinar de'
.! ano 545, en el que, exlinjjuida la fumilia do
P los Principcs almoravides kg pide para ellos
\ la misericordtu de Ala '.
. j
h
J WasM'i\i:s, olai-a ahuli, mninMo l"0_
E
s
— 84 —Hacia el mismo Liempo en que Zafadola
salia de Granada, tomaba posesidn del go-
bierno de Murcia, y probablemente como va-
sallo 6 lugarieniente, un amigo suyo, llama-
do Abamohamed Abdala Abeniyad, quien,
puesto de acuerdo con sus pariidarios que
salicron a visilnrle en Orihuela, en cuanto
esta poblaciou le fue entregada por el vali
Abenzanon, se dirigid a Murciay se instald
en el alcSzar mayor, sin que nadie tratara de
estorbarselo: sucedia esto el 10 de Chuma-da primero del afio 540 (29 de Octubre de
1145) t.
Ei reyezuelo dellurcia Abuabderrahman
Abenlahir, que desde la muerte de su ante-
cesor en la batalla de la Almosala de Grana-
da, apenas liabia tenido tiempopara enterarse
de los rincones del alcazar grande, si efecti-
vameote merecia este nombre, nada supo de
las negociaciones del que trataba de suplan-
tarle, y liasla se esforzaba por congraciarse
con los que iban & Orihuela a cumplimentar
al futuro rey de Murcia: es lo cierto que
1 J)ozyTNotices, p. 214 y 219; segun otro autor,
oitado en la misma p&giim, h\6 el 26 del in ism o mes.
*v
— 85 —Abuabderraliman Abcnlaliir no hi-/o resis-
leuciaj j retirandose, primero al alcazar pe-
queno, j lucgo a su casa, consiguio que
Abenijad, no considerandole temible, le de-
jase en paz. (26)
Instalado Abenijad en el alcazar major
de Murcia, proclamo § Abenliud, contentan-
dose con ser su lugarteniente; j Zafadola,
en tanto que se preparaba para presentarse en
su nueva capital, envi<5 a Murcia a su hijo
Abubequer, k quien salio a recibir Abenijad,
mostrandose muj honrado con su presencia:
luego se fueron ambos a Valencia, donde el
pueblo, al ecbar de ella al cadi Merufin Aben-
abdelaziz habia proclamado k Abenijad, casi
al mismo tiempo que el de Murcia.
Abenijad entrego el mando de Denia k
Abubequer Abenliud, j vuelto a Valencia,
al tener noticia de la llegada de Zafadola k
Murcia, k los dos dias se le presentd, pres-
tando Iiomenage, 6 instalandose en el alca-
zar pequeno K
Poco tiempo permaneci6 en Murcia Za-
Oozy, Notices, p. 2SG.
— 86 —fadola, pues se acercaba el termino de su ac-
cidenlada carrera: aunque le vemos salir a
campana personalmente, era poco amigo de
ocuparse en la gobemacion del eslado, pues
nos dice Abenalabar qucentregolosnegocks
a Abeniyad, contentaudose con el nombre de
Principe,
No aparecen claras las circunstancias de
la battalia en la que Zafadola pierde el trono
y la vida: Abenalabar dice que k las pocas
noches de haber heclio entrega de los nego-
cios en poder de Abeniyad, se dirigieron
ambos a Jaliva, 6 donde ya se les Labia ade-
lantado, con el ejercito de Valencia, Abdala
Abensaad; habia este salido en persecucidn
de los cristianos, que talaban la coroarce:
eraa estos los soldados del tirano Alfonso
(VII), y cuando se encontraron ambos cjer-
citos, despues dehaberse unido las tropas de
Valencia y Murcia, trabada la batalla, mu-rieron Abenhud y Abensaad, salv^indose
Abeniyad.
Esta batalla, perdida pop los muslimes,
se di6 en el lugarconocido por Alloch (?). en
la Hanura cerca de Chinchilla, el viernes 20
— 87 —<ie Xaban del afto 540 (5 de Febrero de 1146),
aunque se dice que fu6 el sabado siguientc:
algunos autores le Hainan !a batalla de Alha-
£€te, j por baber muerlo en ella Abensaad,
es conocido por el dc (la batalla de) Mbacelc *.
En los Anales Toledanosse hacemencidn
de esta batalla y de sus resultados con estas
laconicas palabras: <cLidio Oahedola con
Cbristianos e mataronlo en el mes de Febre-
ro, Era 1184» %: fecha que concuerda perfec-
tamente con la que lieraos tornado de Aben-
-alabar. (27)
Estudiada la historia de la rebelion ge-
neral contra losalraoravides, en el Algarbe,
enCtfrdobayen Graaada, y desembaraza-
dos ya de la narracida de lo que se refiere £
Ahmed hijo de Yusuf conocido por Zafadola
y por Abenhud, y que como hemos Yisto,
1 En el tomo XXXIU pag, M7 del Bolctin do la
Real Acadenno de la Historia, dijimos eqwivocada-
menle, que el muerto en la balalla do Albaccle, f«6
Abeniyad: aunque la equivocacies qttcdo rccliflcada
luegoen el tomo XXXIII, pag. 352, no creemos in-
oporluno hacer esta rcclificacion,
2 Espana Sagrada, lo. XXIII, p. 390,
— 88 —figura en primera linea^lo mismo en la his-
toria de la rebelidn de Cordoba, que en la
de la parte oriental, pasemos ;ya al estudio
de esta.
**.
REBELION EN EL ORIENTS
DE ALANDALUS
>I ii rein y Valencia
La historia del oriente de Alandalus,
prineipalmente dc Murcia y Valencia, en este
periodo que examinamos, ofrece tal compli-
cacidn quo, a pesar de que nos dan mucha
luz las biografias de algunos de los persona-
jes que en este periodo obtuvieron el mando
supremo, dificilmente podemos darnoscuen-
ta de muchos de los sucesos: narracidn deta-
llada y especial no hay que buscarla en los
— 90 —a u tores arabes y menos en miestros kisto-
riadores particulars,que poca 6 niflguna no-
ticia tuvicron de largos periodos de la domi-
nation musulmana, cabalmeiite de aquellos
que mas inheres podian ofrecer para los his-
toriadores do ciudades; pues cuando estas
formaban parte de la domination general,
lo que a ellas se refiriese, habia de tener in-
tend secundario, al paso que lo tenia muy
capital, cuando csda ciudad constituia una
entidad independienLe; tanto mas si, como
sucede en Murcia en este perfodo, el jefe de
ella aspiraba, y lograba alguna vez, ser el
centro de casi toda la Espanamusulmana.
La bistoria de Murcia y la de Valencia
en este periodo se compenetran entre si y,
por fin, se refunden en la de los valies 6
principes que doniiuan en Murcia, donde
en los dos primerosafios de este periodo, 539
y 540, los reyes 6 valies independientes fue-
ron muchos, y de ellos apenas tenemos m&s
noticias que las que nos hon legado Aben-
alabary Abenaljalib, y por cierto que mu-chas de ellas se encuen trail no en la biogra-
lia del personaje a quien se re-fieren, sino en
— 91 —la cle algiin otro, en la cual entran de unmodo mas 6 menos natural.
Inciiada la sublevaoion contra las alino-
rayides en el Algarbe en el mes de Safar del
ano 539 (Agosto de 1144) y seciusdada en
Cordoba por Abenhamdin hacia el mcs do
Racheb (de28 deDicitmbra do 1144 a 26 de
Enero de 1145), y luego como legalizada
con 3a proclamaciori de Abenhud en Rama-dan de este raismo ano (de 25 de Febrero
a 26 de JIarzo de 1145), por esle mismotiempo se propaga por Murcia y Valencia.
GobEemo <le Abenalliacli
(recftmieEcmlo a j&Jieithaimlin)
Los de Murcia, bien porque alguien es-
tuviese preparando el terreno en connivencia
con AbenhamdiOj 6 como manifestacidn es-
pontanea del odio que los musulmanes espa-
fioles profesaran & los almoravides, al tener
conocimiento de lo ocurrido en Cordoba, se
rebelan, poniendo al frente del gobierno k
Abumohamed Abderraliinan, hijo de Ch&far,
— 92 —hijo de Ibrahim, el de Lorca, conocido de
ordinario por Aknalhach, el cual proclamo &
Abenhamdin, por quien hizo la oracion pii-
blica durante algimos dias de los meses de
Ramadan y Xaunl * de este ano, en que, co-
mo dice Abenalabar, abundaronlos rebeldes
en el oriente y occidente de Alandalus.
No habia nacido Abenalhacb para el car-
go & que 3e elevaron las circunstancias, asi
que, luego manifesto disgusto del mandoy
deseo de dejarlo, quiza porque le crearon di-
ficultades los partidarios deZafadola, quien,
por aquellos meses, manifestaba pretensiones
de dominar en la parte oriental; pues dice
Abenalabar ser cosa corriente entre los auto-
res que Zafadola envid a Murcia uno de sus
capitanes llamado Abdala Abenfarech, el
Tegri d Zegri (el de la frontera), quien a mi-
tad dc Xaual eclid de Murcia y reemplazda
Abenalhacb, que durante un mesescasoha-
bia ejercido el mando bajo la obediencia 6
proclamando & Abenhamdin. (28)
Dozy, Notices, p. 217.
93
Gobicrno del arniez Alnlaltt el Zegri
Reemplazado en Murcia Abenalhach por
Abdala Abenfarcch el Zegri, que despues fi-
gurara en las monedas con el tilulo de antics*
proclama la obediencia dc Abcnhud a mitad
de Xaual, pero a fines de! mismo mes cs re-
emplazado por Abenabich&far.
tf*of>Ecrnn <ie Alrenalrfchafar
Abuchafar Moh&mod hijo de Abdala, co-
nocido por Abenabichafar, sucesor del Zegri,
decia, respecto asu elecei6n,queel mando no
le cuadraba ni aim le merecio; pero que lo
aceptaba para proteger al pueblo y S unos
contra otros, hasta que se prcsenlase quien
fuese digno del mando K
Abenabichafar gobern6 a Murcia du-
rante los tres ultimos meses del a no 539, yprimeros del 540, pero aim esle corto tiem-
po no lo paso sin disturbios; pues babiendo
salido de la capital con objeto de unirse al
1 Dozy, Notices, p. 217.
— 94 —ejercito de Meruan Abenabdelmelic, rey de
Valencia, que en Jativa sitiaba a los almo-
ravides, los de Murcia promovieron un elbo-
roto, que Abenabich sfar acudio a sofocar,
volviendo luego a Jativa, hasta que esta ciu-
dad cayd en poder de su aliado el rey de Va-
lencia:" en el mes de Safar del afio 540, vuel-
lo a Murcia Abenabichafar, pronto bubo de
salir de nuevo, para no volver, pues liabien-
do salido en auxilio de AH Abenadba de
Granada, 6 mejor dicho, de Abenbud Zafa-
dola en lucha con los almoravides de la alca-
zoba, el de Murcia fue derrotado y muerto
en la balalla de Almosala antes de fin de
Rebiaprimero Vja que en este diojlegada a
Murcia la noticia de su derrota y rauerte, se
le did sucesor: el ejercito a las ordenes de
Abenabichafar se dice que llegaba a 12.000
liombrcs eutre peones y gineles.
El mismo Abcnalabar, dcspues de refe-
rir la historia de eslos dos ultimos reves de
Murcia del modo que lo acabamos de liacer
cosi con sue mismas palabras, pone otra tra-
1 Do/.y, Notices, p. 218.
— 93 —diciou Que, coi» forme en las fechas, difiere
^
baslante on el fondo: es'.a segunda version
dice eg tar torn a da de! hisLoriador Abeusahi-
basala, gericralmeiUe mejor iuformado que
otros; por eslo, no ciicoittniudo razemes, ya
que no decisivas, de ulguna fuurza para se~
guir una version mas bien que otra ? debe-
mos consignarlas ambas.
Dice Abciisahibasala que Abdala el Ze-
gri eslaba do eapitan en Gueuca, cuando tu-
vo noticia de la proclamation de Abenhain-
din en Cordoba y que se dirigid haeia el
permaneciendo algdu tiempo en su compa-
nia: convienen los bisLoriadores, flfiadc, que
Abenhamdin reeibid mensaje de los de Mur-
cia dieiendole que?hubiendo dado el mando
a Abumobumcd Abunalhach (bajo su obe-
diencia, por supuosto), este babia hecbo re~
nuncia del gobierno, y que entonces Aben-
bamdin les envio de vali a Abdala el Zcgri,
uombrando cadi a Abuchafar AbcnabichS-
far: el Zegri llego a Murcia el marles milud
de Xaual del afio 539; luego, aunquc Aben-
abiclrafar, eu su calidad de cadi, «ra reol-
meule el segundo, manifesto o se vio que
— 96 —ambicionaba la jefatura; pues habiendo re-
unido tropas, marchd a comhatir & los almo-
ravides de Orihuela, a quienes rmUo perfida-
mente fallando a lo que con olios habia
estipulado: desembarazado de csta expedi-
cidn, entrd abierlamente en cabildeos con la
gente de Murcia, proponiendo que le diesen
el mando; que el cadiazgo, que cl habia ejer-
cido, pasase a monos de Abuabdala Aben-
alhallel; y que Abdala el Zegri fuese nom-
brado jefe de la cabullen'a.
No encontrando Abenabichafar quien se
opusiese a sus miras ambiciosas, fue procla-
mado sin oposici6n, y a seguida negd la obe-
diencia a Abenhamdin, declarandose inde-
pendiente: como para seller solemnemente
este acto de rebeldia, no se contento con me-
nos que con tomar el titulo de III rmir Anasir-
lidinnla (el emir protector de la religion de
All), desechando el que llevara antes de Ath\
liamir almutimh (el que obedece al emir de
los muslimes): necesitando sin duda preca-
verse contra los partidarios de Abenhamdin,
encarcelo" a Abdala el Zegri, lo mismo que a
dos cufiados de este, hijos de Masluca, dando
_ 97 —el cargo de jefe dela caballeria £ Zanon, unode los jefes del ejercito j
.
Desde este puato estan conformes ambasnarraciones con la linica diferencia de queAbensahibasala indica cual faera el motivo
del alboroto ocurrido en llurcia, mientras
Abenabicliafar eslaba en el sitio de Jativa:
no fue otro que el de poner en liberlad &
Abdala el Zegri j a sue cufiados, quienes
probablemente human todos a Guenca al
llegar Abenabichafar, aunque el autor s61o
lo asegura respeeto a Abdala el Zegri.
Muerto Abenabichafar en la desgracia-
da expedition de Granada, al Uegar a Murcia
la noticia, los de la ciudad convinieron endar el mando a Abuabderrahman Mohamedliijo de Abderrahman, hi jo de Ahmed, hijo
de Abderrahman Abentahir el Caisi, conoci-
do generalmente por Abentahir; sucedia esto
& fines de Rebia primero del uno o-lO (20 de
Septiembre de 1145).
I Dozy, Notices, pag. 2IS,
Almokavjdks ;
£
— 98 —Insialado Abentahiren el alcazar, procla-
mo la obediencia de Abenhud, a reserva, se-
giin parrce, de aspirar a sucederle en el man-do: al frente de la caballena, jefatura que
resulta ser en esle tiempo la mas importante,
puso a su liermauo Abubequer.
Por aquel mismo tiempo, Abeuhamdinquiso recobrar la iiifluericia que liabia tenido
en Murcia, y al efecto envio ua ejercito a las
ordcnes de un sobrino sujo llamado Omal-imad, quien bubo de volverse defraudado,
habicndo sucedido lo mismo con otro ejercito
a las ordenes de su primo, llamado Alfol-
folt ]t acompanado de Abumohamed Aben-
albach, el priraero que se Labia rebelado, 6
mejor dicho, que habJa ejercido el mando en
Murcia: acompaiiabanlesotros quehablan ido
Spreslar homenaje a Abenhamdin, y a pesar
de que los expedicioDarios debian de tener
connivencias deniro de la ciudad, no pudie-
1 Abenalabar (Dozy, Notices, pag, 22R) pone labiografio deesle personal, Jlamado AJmjIuisan Mo-hamed, liijo d<* llmiidin, hijo do All, Iiijo <Io Moha-med, Jiijo tie Abielazi/. Abenhaiiulin.
— 99 —ion entrar, y los partidarios de Abenlianidin
liubieron de esconderse.
Ocupado y ann preocupado Abenlahir en
perseguir a los partidarios c!e Abeuhamdm,
no advirtid que tenia en casa oUos encmigos,
y su emirato dura rauy poco tiempo, pues
los de Hurcia, escribieron a Abumohamed
Abeniyad de Valencia para que fuera a en~
cargarse del mando, c-omo efectivamente lo
hizo.
GoMerno d e AbenSynU
(a n*millre <le Kiifiitlula)
Al llegar Abeniysd & Orihuele, el veil
Zandn le hizo entrega de la ciudad, y alii
fueron a visitorle los que le habian invitado
& que se apoderase deilurcia: Abentahiren-
tre tan to nada sabia de lo que contra el se
tramaba y hasla procuraba caplarse la amis-
tad de 3os que iban a visitar k Abeniyad,
quien, cuando Abentaliir menos lo pensaba,
entr6 en Murcia, se dirigio al alcazar mayor
y tomd posesiou del mando, sin que..,uadio
se leopusiera: esto sucedfa ^,10 dpChumada -^ ^primero del ano 540 (20 dtf8c)iubVcCiUi45); -- ^
^--^i-^.
i
— 100 —de modo que Abenlahir ejercio el mandoudos 40 dfas; pues, coino hemos visto, se La-
bia trasladado al alcazar grande a fines de
Rebia primero de este mismo uno y ahora se
traslada al alcazar pequefio, donde no sabemos
cu&nto estuvo: pero pronto se trasladd a su
casa, donde Abeniyad le dejd vivir tranquilo,
cooociendo sin duda que no era temible.
Vuelto Abentahir a la vida privada, no
vemos que tomara parte alguna en 3os sucesos
posteriores de Murcia, donde vivid durante
largos afios, hasta la inuerte de Moliamed
Abensaad, cuja ambicidu y prudencia le tu-
vieron siempre receloso: muerto Abensaad,
se calmd el temor clc Abentahir y habiendo
entrado en la obediencia de los almohades.
se trasladd a Marruecos, donde murid en el
ano 574 K
Dozy, Notices, p5g. 220.
101
LA RERELI01N EN VALENCIA
Durante los primcrosmesesde la rebelitfn
general contra los almorayides, Valencia no
tuvo relacioncs especiales con ilurcia, si bien
pronto aparece como ejerciendo supremacia
sobre ella; pues hemos visLo que Abenabi-
chafarfue eft auxilio de Abenabdelaziz de
Valencia, que sitiaba a los almoravides en
Jaliva; j parece que cstuba como mero au-
xiliary ya que, tomada esta, quedo agreya-
da a Valencia.
Mientras en Murcia se sucedfan en el
mando Abumohamed Abenalhach, Abdola
Abenfarech cl Zegn, Abenabicbafar y Ab-
derrahman Abentahir, Valencia eslaba go-
bernada por Abuabdelmelic Meruan bijo de
Abdala, bijo de Meru&n, bijo de Mobamed,
conocido mas generalmeate por Abcnabde-
laziz.
-i
7- 5
— 102 —Abenalabar J pone una biograffa detal'a
da de AbenabdelaziZj de la cua! extractamos
aqui lo mas imporlante, referente a este pun-
to, prescindiendo de So que se utiliza en la
narraci6n relative a otros persouajes.
Cuando llegd a Valencia, el sabado 5 de
Ramadan del ano 539, la noticia de la procla-
macion de Abenhamdin y de que Abengania
se babia retirado de Niebla, desesperando de
poderla recobrar, teniendo otras cosas mas
urgentes e importantes que dominar, la gente
de Valencia se alboroto: estaba de vali 6 go-
bernador un sobrino de Abengania, ltamado
Abumohamed Abdala hijo de Mohamed, hijo
de Ali,y de cadi, este Abenabdelaziz, k quien
Texufin bijo de Ali habia couferido este car-
go el 24 del mes de Dulhicha del ano 538 3.
A pesar de la rivalidad que en secreto
J Doxy, Notices, pag. 212 y siguienles.
2 El mismo Abcnalabar en su Tccmiia (Bibl.
Ar. hisp-, lo. V, p. 382) en la quo pone una biografia
mfts corta de este mismo personaje, dice que segimalgunos este noinbramicnio rue en el aiio539:tam-
bien en el Almocbam (Bibl. Ar. his. to. IV, p. 19tj poneotra biografia con alpundetallopoco importanle, queno consla en ninguna de las otras dos-
— 103 —liabfa entre el vali j el cadi, convinieron en
obrar de comix n acuerde, prescindiendo de
rivalidades, y habiendo convoeado a las gen-
tes S la raezqaita aljama, tomando la palabra
el cadi Abenabdelaziz, recordo al pueblo que
los ahnoravides hacian la guerra santa a los
cristianos, habian ayudado a los musulmanes
espanoles, y singularmente habian liberlado
& Valencia del dominio cristiano, por lo que
les exhortaba a permanecer fieles en su obe-
diencia: levanUSse luego cl vali, y bablando
en el mismo sentido recordo la cordialidad
que pocos anos antes habia exislido entre
ellos y su Lio, durante el tiempo en que ba-
bia sido gobernador de Valencia: con esto se
disolvio la asamblea.
No obstante esto, lleg6 a oidos de Abda-
la el rumor de algdn dicho del cadi y de
otros, que no dej6 Je inquietarle, y en la
noche del miercoles 18 de RamadSu, envi6
su familia j equipeje a Jativa: a! dia si-
guiente amanecio inquieto, y entre el y el
ejercito ocurritf algo grave que le determintf
& retirarse con los suyos.
Cuando el vali con sus almoravides llegtf
J
J
— 104 —& Jativa, envio su caballeria contra las co-
marcas vecinas a Valencia y los soldados sa-
quearon cuanto encontraron; quejaronse los
de Valencia ante el cadi Abenabdelazi^ ro-
g&ndole el ejercito, los arabes y los magna-
tes, que tomase el mando; pero rehusd ha-
cerlo?aconsejandoles que eligiesen entre sus
jefes uno que se encaryase del gobierno: con-
vinieron efectivamente en conferirlo a uno
de los almoravides que habian qued&do en
Valencia despues do la fuga a Jaiiva del
gobernador Abdala, y las cosas continuaron
bien durante algunos dias; pero luego este
almoravid, en cuja eleccion liabian cunveni-
do, quiso apoderarse del cadi Abenabdelazix,
j no habiendo conseguido su intento, ame-
drentado, sc refugio ea Jativa acompanado
de los dcmas almoravides que habian que—
dado en Valencia: recayo enLonces la elec-
cion unanime en Absnabdelaziz; pero cste
se negaba a aceplary se escondid, hasla que
habiendole hablado a solas Abumohamed Ab-
dala AbenijTad?
capitan de la Frontera, yAbdala Abenmerdanix, le hicieron ver la
necesidad de aceptar y efectivamente acce-
_ :
i-
— 105 —did a encargarse del mando: sucedia csto el
Junes 3 de Xaual del 539 ' (29 de Marzo de
1145).
Los almoravides entre tanlo seguian ha-
ciendo incursiones por tierras de Valencia,
devastando las Hamiras y forlalezas inine-
diutas; por lo cual Abenabdclsziz hubo de
Uamar las tropas de las fronteras y, pueslo
al frente de cllas, marcho a siliar a Jativa;
al lener noticia de ello, enojados los almo-
ravides, descendieron a la ciudad desde la
aleazaba, robaron los casas e Mcieron prisio-
neras a las mujeres: el vierncs 13 de Xaual,
Abeuabdelaziz llego con sus tropas, y des-
pues de algunos encuentros, en que salid
vencedor de los almoravides, esLos se reti-
raron a la alcazaba: a fines del mes, lleg<5
con el ejercito de Murcia Abenabichafar, y
ambos permauecieroii apretando el sitio, con-
formes en apariencia, aunque rivales en se-
creto, pues cada uno de ellos aspiraba al do-
minio de Jativa.
Entre tanto, como hemos visto, hubo un
\ En la Teem Ha se dice quceslo fue a fines de
Ramadan 6 primcros tie Xaual (p. 3S2).
— 106 —alboroto en Mtircia, k donde hubo de ncudir
Abenabichafar, pero en seguida sevulvioal
sitio de Jativa, a donde llego tarnbicn por el
mi^mo liempo Abenijad con gente de la
frontera en auxilio de su emir Abenabdela-
ziz, contra cuvo refuerzo no crejo oporluno
resistir el jefe de la alcazaba, Abdala hi jo de
Mohamcd Abengania, y huvd, refugiandose
en Almcria.
Tumada la alcazaba de Jaliva por capitu-
lacidn despucs de la fuga del gobernodor,
Abenabdelaziz la fortified y sc volvio a Va-lencia, donde se dice que entrd montado en •
un camello y en trajc de campaiia, renovan-
doso :hi proclamation, en el dia de la entra-
da(que tuvo lugar en el mes de Safar del
ano 510 * (de 24 de Julio a 22 de Agosto de
1145).
En virtudde la toraa de Jaliva, esla y sudisLrito, lo mismo que Alicante, se anieron k
Valencia, con lo que Abenabdelaziz se enor-
gullecid, y como los tributes no bastaban
k las neccsidades que sobrevenian, las tro-
^ Ahenalabar hobla do eslo aw la n-cmila (to-mo I, p, 3&2) como si fucao la Vmica proclamacion.
— 107 —passe disguslaron y pensaron en destituirle,
ponieudose de ncnerdo con Abeniyud, quien
por aquellos dfas hobia sido proclamado en
Murcia, y a quien escnbieron para quo ace-
lerase la marcho.
Nada advirLio Abcnabdelaziz basin que
el marten 25 de Chuinada primero (13 de
Noviembre de 1144), como dice Abensabi-
basala, las iropas rodcaron el alcazar: pudo
evadirse, sin embargo, disfrazuudose y des-
coigandose del muro: sin guia y andando
fuera de camino, llego a la inoutana de Al-
meria, reuniendose con Mohamed Abenmai-
miin, que se apoderd de ul y lc enradend,
pagan do con esto una deuda cou los Beniga-
nia, a quienes Abenabdelaziz habfa ecbado
de Valencia y Jaliva.
Abenabdelaziz permanecld prisionero de
Mohamed Abenmaiimin, basta que habieodo
llegudo ik Almeria con las galores de Mallor-
ca Abdala bijo do Mohamed (Abengaoia), el
misrao 6 cfuien Abenabdelaziz habia echado
de Valencia y Jativa, fue enlregado 6 cste,
que se abstuvo de derramar su songre y se lo
llevd encadenado; la conducla de Abenmai-
— 108 —mun con el fugitivo gobernador de Valencia
fue llevadu muj a mal por el pueblo. (29)
Al ser destrooado en Valencia Abenabde-
laziz, los sublevados pusieron al frente del
gobierao, como lugarteniente de Abeniyad,
a Abdala hijo de Slohamed Abenmerdanix>
a quion iiiKlalaron en el alcazar*
Abcnivad, que en virtud de la excitacitfn
de los de Valencia, se dirigia a ella desde
Murcia, supo en el caminosu proclamacidn,
llegando a iin de ines, y alii permanecio al-
giin tiempo cuidando de los negocics de la
capital y de inejorar e! estado de las fronie-
ras; luego, dejando de valide Valencia a su
cufiado? Abdala hijo de Saad Abenmerda-
nix, regreso a Murcia ], donde siguio de
emir, aunque bajo la obediencia de Alinos-
tansir Abenhud, a quien encontrd en la ca-
piLaL
Poco tiempo permanecio Abeniyad bajo
la obediencia de Abenhud; pues habiendo
salido ambos, como se ha dicho, contra los
cristianos, Abenhud y el vali de Valencia,
i Dozy, Nolicts, p. 2to.
— 109 —Abdala Abenmerdanix, fueron rauerlos en la
batalla junto a. Chinchilla cnFebrero dell4G,
como dicen los Anales Toledanos.
Muerto Zafodola, Abeuijad se declare in-
dependiente en Valencia; pero en Murcia se
le opuso Abdala elZegri, quien, como homos
dicho, liabia ejercido ja el mando y se liabia
reLirado a Cuenca despues de haber estado
algun tiempo preso por Abenabichafar: la
lucba entre Abdala el Zegrf y Mohamed hijo
de Saad Abenraerdanix, como lugartonienle
de Abeniyad, parece que termind a prim ro
de Dnlhicha del ano 540 (15 dc Mayo de
1146), huyendo a Alicante d refLigiundoseen
Valencia cl vali Mohamed K
Del reinado de Abdala el Zegri en Mur-
cia desde principios de Dnlhicha de 540 (15
\ Segun el mismo AheuaJabar, Abdala el Zogri
iiabia sido cmiado por Aboniyad a la corle dc Alfon-
so, con objiHo de paolar ulianza 6 inclinarle contra o]
Condo do Barcelona; vuelto do su \iaj<\ Abdala ose-
guro qui?. Alfonso le habia conferiJo el mando do
Murcia, hecho que solo podria co m pnMuhusc, admi-
tiendo lo qucindiea la Cmniea del Kmperadot\ que
£ste fuera muy ami^o y en realidod senor do Ahen-
hud, y que muorlo oslo on la bulaUa de Alhacele, el
Empcrador diera a Abdala el Zegri elfcudodc Mmcia,
— 110 —deMajo de 1146) hasta el 7 de ttecheb de
541 (13 de Diciembre de 1146) eu que fuc
muerto, solo sabemos que acuflo moneda de
oro en los alios 540 y 541, tilulandose el arrdez
Abdala Ahenfdrech *; ni aun las circunslancias
desu mucrle son conocida.*, pues Abenal&bar
solo dice, como de paso, que fue muerto enesa fecha y que pop segunda vez ocupo el
trono dc Murcia Abenijad, Iia&la que muridde la lifti-ida que recibio en una batalla con-
tra los cristianos el viernes 22 de Rebia pri-
mero de! ono 542 (21 de AgosLo de 1147),
despues de un reinado de un alio, nueve me-ses y veinte dfas.
1 Vives, obra citada, niimeros 1027 y 192S.
in
REINADO DEilOHAMKD ABEXSAAD
Muerto Abdala Abenijad y llevado a en-
terrar a Valencia, clonde estaba de vali Mo-hamed Abenraad, este se alzo con el poder,
como dice Abenalabar, j sobiendo el pueblo
que el difucto Abenijad le habia desi^nado
para sucederle, le reconoeio sin diiicultad,
aunque oLros dicen que fue clevacio a eslc
puesto sin uombramiento de su anlecesor K
I AJuloJ uahid o\ MnrroooAj (pug- U0) da dUa-llescuriososrospertoa la elercion dcMuhamad Aben-
saao", dk-ieiulu: a\ la muerle de Abeniyad so alzo con
el nunsdo tic e^Uis rogiones un honibre llamado Mo-haanod Abcnsaad, conoddo ontru olios por Abonmor-danix, familiar y cscudero de Abeniyackeslantlo esto
para niorir, sc munieron en tonio suyo los prindpa-
Ie& del pais y del ejoreito, y le pregunlaron a quion
nombraba Mtcesor on el moiuio oa quion los aoon-
sejabu que cllos eJigioraiu y como (-1 ieiui\ im hijo,
quisirron aludirlo; pero Abemyad dijo, "no oonvionfc,
puos he oido que bebe \ ino y descuida la urao.u'm, y
— 112 —Los tie JIurcia a su vez, dieron por ter-
minada la lugartenencia de All Abenobaid,
nombrado por Abeniyad, y a fines de CIiu-
mada primero del mismo alio Iiixo cntrega
de cuanLo tern a en eu poder?
perteoeeiente
al rey difuntOj quedando en consecucncia
Abuabdala llohamed liijo de Saad, hijo de
Mohamed, hijo de Saad Abenmerdanix co-
mo rey indcpendiente de Valencia, Slurcia
y toda la Kspafia oriental.
Dozy pin tando el caracterdc este persona-
je dice j: Despues do la caida de los almora-
vidcs?dos partidos se disputuban la possesion
de la Espana muFulmanG; el de los berebe-
res, 6 sea almohades, que se consideraban
legitimos herederos de la dinastia destrona-
si es (a ^i), no Jujy medio (tic que so la i\& oA mando),
elcgid por inn to a ^slc, indieando y Mohamed Aben-
saad, puos <>s valienlc y rico, y qui en* AkV favorecer
por su medio a los muslimcs«.
La Irasoquc hemes Lraducido «y si es (asi), no bay
medio (do que se lo *lu el mando)» es muy obscura
en el texlo; nucstro omigo ^ r - Ftfgnaa haduee 'Si
vous Jo v-uloz, jo n'y puis rien> iryduecimi que nos
parece dcHiosiado libru c incxacta, si bien lampoco
eslsmcs stfguros de que la mioslra tea buena,
J Uccherclies, 3. a edic, lomo \.", pag. 3G">.
- 113 —da 6 exliuguida, y el partido espanol 6 na-
Clonal* que trataba aim de inantener la in-
dependent del pais.
El iefe de este ultimo parlido era Abuab-
dala Moliamed, conocido par Abensaad 6
Abenmerdanix, rey de Murcia, de Valencia
y de todo elsudeste de Espana: era este per-
sonaje una de las figuras caracteristicasy di-
ficiles de clasificar, que produce a veces cl
contacto de muchaa nacioaalidadcs y de di-
ferentes religiones.
A que nacion pertenecia? Kl pretendii
ser arabe; segun unos, se decia de la tribu
de Chodam; scgun otros de la de Tochib;
duda que dcmueslra su falscdad, puos los
verdaderos &rabes, Lau pagados de su no-
bleza, nunca dudaban en asunto tan im-
portante.
Afiadaso a esto que el nombre de su ter-
cer abuelo no es arabe, sino espanol: Marda-
nich 6 Mardenex es evideatemente Marti-
nez (30): todo hace creer quo era de origeu
espanol y cristiaoo; que su abuelo se hiz.o
musulman, y que su familia, como tanlas
otras que se encontraban en contuciones pa-
Almor.vvidks 8
-a
— 114 —recidas, traiaba de pasar como perteneciente
£ la nobleza arabe.
Eq sus maneras no desmentia Abenmer-danix su origen, antes al contrario: gustaba
de vestir como los cristianos, sus vecinos;
usaba las mismas armas, aparejaba sus caba-
llos del mismo modo y guslaba de hablar su
lenguo: sussoldados eran en su major parte
castellanos, navarros y catalanes, y para ellos
edifico cuarteles, y hasla buen numero de
cantinas con grande escandalo de los buenos
musulmanes: con sus larguezas se atraia a
los jefes, y para ello tenia que oprimir con
excesivos impuestos a sus vasallos. Hasta
llego k recompensar a nno de sus caballeros,
& Pedro Ruiz do Azagra, dandole la ciudad
de Santa Maria de Albarracin con su terri-
torio, que este caballero hizo erigir en obis-
pado.
La politica constante de Abenmerdanix
fue esLar intimamenle aliado con los princi-
pes cristianos; 61 habia comprado la protec-
ci6n del rey do Aragon, del de Castillo y del
Conde de Barcelona, comprometiendose k
pagar un tribulo; en realidad no era mSs que
— 115 —un vesallo, de modo que mi cronisla onglo-
sajon de su tiempo no se aparta mucho de la
verdad al decir que el rey de Costilla rcina-
ba en Murcia y Valencia, Para los cristianos
no se llaraaba Mohamed, sino Lope 6 Lobo:
en todos los pmicipes de la cristismdad veia
aliados, amigosy hermanos: el cnviaba mag-
nificos regalos de oro, seda, caballos y ca-
mellosal reyde Inglaterra Knrique II, y los
recibia & su vez: su repulaciou en Ire los ene-
migos de su religion era tol, que un siglo
despues de su muerlc tin Papa le llanio el
rcti Lope tie tfloriom memoria.
Y bajo muchos conccptos merecia este
elogio; pues era honibre de gran sagacidad,
y segiin las circunslanciss sabia perdonar
nobtemcnte 6 castigar con scveridod: dolado
de una fuerza prodigiosa y excelenle cabo-
llero, era de una bravura & toda prueba: en
los combates no rehuia el poligro y expoma
su vida de modo que era preciso rccordarle
que el general en jefe tiene otros deberes que
el simple soldado.
Para sus oficialcs tenia ademas olras cua-
lidades apreciables: los luncs y jucves de to-
— 116 —das las semanas losconvidaba, lo mismo que
a los altos dignalarios, a im banquete que se
celebraba en uno de los salones dc su pala-
cio: mientras los convidados bebian, sus es-
clavas bailaban y cantaban, y al terminer la
fiesta, muchas voces distribuia entre los con-
vidados los vasos do plata que habian servi-
do en el convite, y hasta los tapices que
adornaban 3a estancia: siendo esLo asi? nada
liene de extrano que tal capitan fucse el fdo-
lo de sus guerreros: la maaclia de su carac-
ter, aun para los mismos musulmanes, era
su gran lujuria.
Tenia el rey Lobo por lugarteniente a su
su suegro y vasallo, senor de Jaen, Ubeda yBaeza, poblacionesque Abemnerdanix le ha-
bia dado: era ese Ibrahim, hijo de Ahmed, hi-
jo de Mofareeli, hijo deHemochico, Lambien
de origen cnsLiano, lo que 61 no ocultaba:
llemochico era un sobrenombre d apodo de su
bisabuelo, un crisLiauo del ejercito de los
Benihud de Zaragoza; le llaraaban Hemo-chico, porque le habian cortado una oreja, ylos espanoles, cuando le veian en el comba-
teTdecian He Mochko
yes decir he aqxd el mo-
— 117 —cho pequmo: este apodo vino a ser td nombre
de la familia, conio ha succdido en machos
casos analogos con miestrosapcllidos: Ileruo-
chico 6 su Iiijo renegd del cristianismo ha-
ciendose musnhnaa por la mediaciou dc uno
de los reyes de Xantgo/a, de modo que nues-
Lro Ibrahim fue Criado en cl islamismo; pero
no parccia musulman: sus aventuras fue rem
much&s, sirvitndo a muchos principes, hasLa
al uiisioo rey dc Gaslilla y quiza entouces se
hacla pas&r por crisLiano; pero poco imporla:
era un capitan y nada mas; como tal eapilau,
uuo de los mcjores dc su tiempo; pcro un
monsLruo de cmeldad: se complaeia en que-
mar vivos a sus prisioneros; en precipitarlos
de lo alto iU las mouU.nas 6 de las torrcs, y
en alarlos a las nmias cmrorvadss de los ar-
boles, paru que al doj arias librus, eada una
se llevase una parte del cuerpo: los verdudc-
ros musulnianescreian que hubia ido derccho
al infierno, yse cuenta que despues dc su
muerte se aparecitf en fcueiios a un devoto
musulmau para decirlc que en efeclo tstuba
sufriendo alroces dolores sobre earboncs en-
eendidos.
~ 118 —Si a los ojos de la liistoria imparcial tales
bombres no pueden ser tenidos por buenos
musulmanes (ni menos por buenos cristia-
nos), >que aversion y bonorno debtainspirar
a los almohades, ignoranLes bereberes?ani-
mados del mas ardiente fanatismo? ]: para
eslos tales bombres eran apostates e infieles
de la peor clase: la guerra que les haciao, era
una guerra dc religion, una guerra santa, y
en cuanto les quitaban una ciudad, se apre-
suraban a purilicar las mezquilas profanadas
por la presencia de tales bombres.
Los cristianos y los judios, por el contra-
rio, consideraban de un modo muy diferente
& los soldados de Abenmerdanix, y leman
para ello razonespoderosas: susuerte^ya bleu
des ,rraciada durante el imperio de los almo-
ravides, se habia hecho intolerable bajo los
almohades: hasta la sombra de tolerancia
habia desaparecido: el califa Abdelmumen,
inmediatamente despues de la ioma de Ma-
rruecos (1146), les habia anunciado que no
consenliria en sus estados sino a musulmanes,
I En mi senlir cl Alitor exagera el espirilu ro-
ligioao do los almohadcs-
— 119 —
y que por tan to sus iglesias y sinagogas ae-
rian demolidas, y que debian elegir enlre el
islaraismo 6 la muerte: a lo sumo se les per-
mitiria la expatriation: rnuchos optaron por
este extremo ': otros sufrierou el raartino, y
los almohades se apresuraron a apropiarse
sus casas, sus riquezas, y hasta sus mujeres:
otros, principalmenle en Ire los judios, per-
maneciendo, en secrelo, Helesa la religion de
sus mayores, se resignaron a profosar exte-
riormente el islaraismo: gracias a csta tran-
sacc!6n 6 apostasia, conservaron sus bienes;
pero su posicidn era harto falsa, pues el go-
bierno, que sobia muy Men que su conver-
sion no era sincera, les lenia relegados, no
-consintiendo los matrimonios con los verda-
deros musulmanes, de modo que estos des-
graciados debian sin duda desear verse libres
1 A csto obcdooio sin (Hula 1» inniiifnicion do
crisu'annsprocedenles do Marrm>eos, Jcquc da cucn-
la la Cronica del Emperartor Alfmis.-. con csias pala-
bras: oQno tempore (tiacia el anull.'iO) tmilta milliu
militum ct peditum Christianorum rum suo Upiscc-
po el cum magna parlc clericorum, fjiii fucroiil d«
,lomo ttcgis llaly el lilii ejus Texulini, iraiisicrunl
mare, et vcnerunl Tolelunv. Ksp. Say. torn. XXI, pa-
gina 399.
— 120 —del jugo que sobre cllos pesaba, y esto s61o
podian esperarlo de los soldados de Abenmer-
danix, en quienes veian a sus libertadores, j& quienes eslaban dispuesLos a auxiliar con
todas bus fuerzas, como lo indica el autor
contempoEiineo Abensabibasala.
Hechas estas indicaciones acerea del ca-
racter de Abeamerdanix, procuremos bacer
la historia de su reinado, reuniendo los pocos
datos concretos que hemos vislo en diferen-
tes autores, yn. que los historiadores arubes,
aun escribiendo su bie^rafia, dan pocas nuti-
cias refer&nlcs a su gobierno.
TrataiSos *!<' ilMMuner*liiuj\ con los oriwliniiow
Kl primero de los pn'ncipcs cristianos
con quien AbtMuuerdanix, que sepamos, en-
Ubld reldcioutiri, fuc el condu de Barcelona,
1>. Ramon Herengucr IV,, con quien consta
que bizo paces per cualro afios, compromc—
liendose a pa^ar un tributo de cicn mil mis-
talcs de oro, de los snjos !
,que por cierto
I AfocMinljMih, M>. Ar. u> la Aoademia, mime-ro :J7, fol, '2-'y-\ \\" y M tie mi copra.
121
son de oro may bueno y abundan en las co-
kcciones numUmalicas: es de adverlir que,
segun algrin ctro tcxto, los cien mil mis-
cales do eran el tributo ol conde de Barcelo-
na, sino a csle y al rev de Caslilla, el Kinpe-
rador D. Alfonso YII, ' quieo, ™mo queda
indicodo, quiza podia considerate como el
verdadero rcy de Murcia y Valencia.
Como la alianaa 6 amislad pacloda por
Abenmerdanix, 6 rey Lope, con el conde de
Barcelona era solo por cualro afio?, es de su-
poner fuera renovadu al expiror el plazo,
lantoraascuanlo, siendo casi mi reeoiioci-
miento de vosalUjc por parlo del rey Lope
medianle el pn Ko d« im tribute anual, el
conde de IlarccU-ua habia de tend- in teres en
su renovacion; pern inula concrete nos consta
hasta vein to anus deques, 6 sea el 1108, en
cuva fc.bo en pacta nucva aliair/.a enlre el
rey Lobo y Alfonso II de Aragdu, sucesor
de D. Hamoii Bcrcngucr IV en el condado
de IWcetoua: el dia de las uoaas (dia 5) dc
IAbeiuljolil"'"'" llmlu, Ms. (if la <;«»li-c. <Ia-
yen&os, folio ISO v.
_'~r.
— 122 —Noviembre de 1168, se iirma el documento
correspondiente, en el cual el rey Lobo, por
medio de su apoderado Geraltlo de Jorba, se
compromete a pagar S Alfonso II veinLicinco
mil maravedises antes del dia de la ^Natividad
del Senor, y el rey Alfonso, por su parte, se
compromete a tener y bacer respetar la paz
con el rey Lobo desde 1.° de Mayo proximo
Iiasta dos afios despues: por parte del rey Al-
fonso juran observar lo pactado Pelegrin de
Castillazuelo, Blasco Romeu, Mayordomo
del rey, y Xiraeno de Atrosillo, su alfcrez ^El rey Lobo hubo de pagar tributo no
solo k los soberanos de Barcelona y Castilla,
sino tambicn a los de otros estados: en el se-
gundo aiio de su reinado, el dia 15 de Ra-madan del ano 543 (6 sea el 27 de Enero de
1149), firraaba un tratado por 10 afios con la
Republica de Pisa, y luego otro de majorimportancia con la de Genova, comprome-
tiendose con esla a pagar diez mi! morabiti-
nes, cinco mil en el mismo ano, y los otros
1 Vnianucva en su Viaje literaria, lomo XVII,
pag. 328, publico el documento laiino do este tralado.
— 123 —cinco mil en el siguiente: ademas del sub-
sidies el rey Lobo, que eu el documents
fi^ura con sus nombres moros dft Aboadella
Mocliomel Abcnsat(por Abuabdala ilohSmed
Abeneaad), ofrece a los genoveses habilantes
en Valencia y Denia un fondaco meson para
el comercio, pero con prohibicion de que
otros habiton alii y edemas les concede un
befio gratis cada semana: los genoveses, por
su parte, solo se compromelen anohaccr dano
a los frubdilos del rev Lobo en Torlosa y Al-
meria *: es de suponer que el rey Lobo ha-
biia de firmar tralados analogos eu otras fe-
chas, adenitis de las conocidas.
Kn los primeros alios de su reinado, el
rey Lobo, estrechado por el conde de liarce-
I Ajutu, I diplomi ar. del li. Arch. Florentine pa-
gina XXXI V, 240 vioI.E" tratailo con (ienova fue pu-
blioulo porSilvcstrcdc ftacy en el loin. S I, p&£« 7 <le
lo* Satire* et e&traite ths mrtnu*. tie In ttih. tht Hoi/.
— 124 —lona con los muchos exlraujeros que de todas
partes acudian on su ayuda para la guerra
con los moros, pierde lu ciudades de Tortosa,
Lerida, Frnga y Mequinenza: la primera
bubo de ser entregada al conde D. RamonBerenguar, despues de un largo y porfiado
sitio, el ultimo dia del ano 1148 j: conforme
a compromises anteriores la ciudad fue do-
nada en feudo, pop terceras paries, a los Ge-
noveees, a Guillermo Ramon de Mmcada ya Guillermo de Montpeller, quienes h&bfan
tornado uua parte may aetiva en el asedio yPlaque de la ciudad; por los historiadores
arabes s61o sabemos el ano en que Tortosa
folio de su domination: ni aim podriaraos
asegumr que Tortosa y su comarca formasen
parte del lorritorio del ray Lobo, a no exigir-
lo ofii la position general de su reino; pero el
hecho de que mixy pronto, en Junio de 1149,
pacte, como he;nos visto, con la Repiiblica
de Genova para que los- genoveses no bicie-
ran da no a los moras habitanlcs de Tortosa,
prueba que el rtry Lobo no obandono a sus
i ftaiirjut;)\ lii\t«ria <fr C'tUtluuu, U>. U, p;i^'. US,
— 125 —antiguos siibditos musulmanes, teniendo que
saorificar la lo despreeiable suma de diez
mil morabitines, en cujo pacto se incluia
ademas 5 los moros residentes en Almeria,
en cuja conquisla los genoveses habfan to-
rnado tambien una parte muy activo.
Tomada Tortosa por las annas deD. Ra-
mon Berenguer y de sus aliados, las ciudades
de Lerida, Fraga y Mequinenxa, que aun
pertenecion a! dominio musulman, no podian
ser defendidas por sus solas guamiciones, a
quienes no babian do auxiliar los moros an-
daluces, como sucediera pocos alios antes
cuaudo el sitio de Fraga por Alfonso el Ba-
tallador, sino que ni de Valencia podian es-
perar auxilio, auuque el rey Lobo hubiera
podido preslarselos: asi parece que Lerida yFraga sosteuian el sitio con sus solas fuer-
msy y en el mismo ;mo 543, en que fue to-
mada TorLosa, caen en poder del conde de
Barcelona; losaulores arabes conocidos nadaconcreto nos dicen do la perdida de estas
ciudades \rdi-ix el islamismo, fuera del hechode la conquisla, invulucrando la noticia dcla perdida de estas eon las de otras ciudades
— 126 —bieu distanles, como Lisboa j Santaren K
Los autores catalanes admiten que iastrescmdades, Lerida, Fraga y Mequinenza, fue-ron tomadas en el mismo dia, 24 de octubrede 1149. 2
Por el mismo tiempo, j sin que conste deun modoclaro que pertenecierau al dominiodel rej Lobo, aunqtie Abenaljatib habla dee!Jo en la bio^rafia de este
?los cristianos se
apoderaroadeUcles *j del Castillo Serrania.
Si Abenmerdanix, 6 el rej Lobo?pierde
en los primeros auos de su reinado algunaspoblaciones importantes, en cambio incor-
1 El auior del Cartas dice en la p£g, IT6 «lin olano :;U los crisltanos so apoileraron deALmehdia enel pais do Africa, yen ol de Alandalus de lasciudadestfe Almoria, Turfoso, Morula (lease Lorida), Hnga(lease Fraga), SaiUaren y Sanla-Maria: sc apoderaronde todo esto par ma no do Alien Enrique (en ot ie\todice Aben Zarin).
2 Rnhvjucr, Historic de Catahnm, to. H, pag. 455,
3 No conccpliio muy probable eJ que [Jclespermaneeieraen podcrdcl rey Lobo liasta el ano MS7(alios oaf y 5**2(leIahogira)y(|uocntonces la cedreraal Emporador IX Alfonso en parmuta por la villa deA (agon, ccmio ss dice en mi artieulo acerca de L'cl^s,publicado en ol lo. H, pag. I So del iloktin de la Socie-
— 127 —pora al reino tie Murcia otras, que nunca
hablan pertenecido a la region oriental, apo-
dcrandose de Jaen, l/bedo, Bacza, Haza,
Guadix y Cannona, Uegando a poner sitio a
Cordoba y Sevilla, y, corao dice AbenaljaLib,
por puco llego a doniinar en todu Alandalus.
Valencia l»»j" el rev I.iiImi
Como vercmos en capilulos posLeriores,
puede dceirso que el rey Lobo compartio el
mando con individuos de su familia, parien-
tes consan^uineos, como su hermano Yusuf,
que ejercid el mando eii Valencia y un pri-
mo suyo del mismo nombre, Mohamed Abeu-
saad, que goberud en Almeria, 6 paricntes
por afiuidad, y a csta mism? circunslancia
debio en <rran porLe, si no por complete, su
entronizamienlo.
Parece que, desde cl principio de su rei-
nado, el rcy Lobo confio el mando do Valen-
cia k su hermano Abulhachach Yusuf, corno
si Valencia eu eslc pcriodo, en que esta bajo
la suprcmacia de llurcia, fuese, como era
— 128 —razon, el punto deresidencia de lo autoridad
inmediata a la del vey.
Solo indicaciones muy vagas encontra-
mos respeclo a la suerle de Valencia en estos
aiios, iadicaciones que algunas, por lo in-
complctas y al parccer incoberentes, casi nopueden considerate con valor hislorico. (31)
En el auo 546 (de 20 de Abril de 1 151 a
7 de Abril do 1152) hubo en Valencia unarcbelion, que tardo aJgrin tiempo en ser so-
focada, durante la cual estuvo emancipada
del dominio del rcy Lobo, por haberse re-
belado en ella Abdelmelic Abensilban, j an-
tes que el parece que babfa hecho lo mismoun Abcubamid: la rebelidn termind en el
ano ssguiente, sufriendo Valencia un silio
que parece fiie bastanle largo. (32)
Despues de esto tra rise urns n bastantes
alios sin que enconLremos noLioia alguna re-
ferente a Valencia, y por ciorto noticia bas-
tauLe vaga, pues se reduce a consignor la
asistencia de Abuliiachach Yusuf a un entie-
rro el 18 de Kacheb del afio 564 (17 de Abril
de 1169): el aulor llama sullan enlonces de
Valencia a Abulhachach Yusuf, el hermano
— 129 —del rey Lobo »: £cs que Abulhachach se habia
ya rebelado contra suhermono, declarandose
independientc en Valencia? Creo que no.
Habiendose rebelado en Jaen en el nfio
564A.bcnhemochico, yen Almeviaun primo
del rey Lobo, llamado como el, Mohamed
Abeusaad, el rey temi<5 en Valencia hasla
porsu persona, e hizo salir de la ciudad a
sus moradores, guarneciendola con cnstia-
nosy lo mismo se proponia hacer en otras
ciudades: & esto, y quiifi per esto, sigue una
rebelidn en Alcira, donde un santdn muy
respetado, temiendo que el rey le ccbase de
ella, Homo a losalmohades, a quienes el rey
bubo de someter mediante un sitio, que de-
hi6 de ser largo, segun las indicaciones que so
hacen de su conlinuacion hasla cl aflo 566 ,
habiendo inlervenido en la sumisidn Abul-
Imcliacb Yu.uf, a quien por cate tiempo se
supone ya rebelado en Valencia contra su
1 Ahcnalobar, ltibl. Ar. Ins.. tniuo VI, 1»ns!- <•»'
y p»g. \& tlcl ei.dico «i«'l diro, en nu.-Mrn ropnulu.v
cion fotogr&Jlca.
2 Dory, A'olim, piig. * :'".
Almohaviimcs
— 130 —liermano, 6 al menos coosla alguna indica-ci<5n.
En los ultimos afios de su reinado, el reyLobo tuvo el disgusto de que se fueran al
partido de los almohades sus mismos parien-tes, que habfdn sido el sosten de su estado:
parece que el ultimo fue su liermano Abul-hachach Yusuf, quien, segun Almacari, sepasd a estos en el a no 506 *.
Abeujaldiin adelanta esta rebelion, di-ciendo que Abulhuchach Yusuf sitid a Va-lencia; que hizo en elia la oracion publicaporel califa Abasf, Ainiostanchid, & quienescribid, y que este le contestd confirmandoleen el mando y que luego reconocid a los al-mohades en el ofio 566
'2.
< oiK|uiM<us tl« Attcnmcrriuiiix
Al hacer el retrato del rej Lobo 6 sea deMohamed Abeiisaad Abenmerdanix, quedahecho tambien, con el brillante pineel de
1 Tomo II, iuig. 7;w>.
2 Tomo IV, pag- ICG, do la edicibti del Cairo-
— 131 —Dozy, el de su sue^ro y brazo derecho de su
reino, Ibrahim Abenhemochico.
Ya antes de que Abensaad fuera procla-
mado defitiitivameiUe como rev de Valencia
y Murcia, parece que aprovecho los scrvicios
de Abcnhemochico, enviandolea Sejjura con-
tra Abensiuar ': muy pronto debio de. lienor
sucometido, ya que,llegado Abcn&aadaMur-
cia en el raes deChumada primero del a no
542 ?pronto llegi5 h ella Abenhemochico y,
hecha la proclaruacion solemne, Abensaadse
vo3vi6 a Valencia, dejando en ilureia do lu-
garteniente k su sucgro* que permanecitf,
dice el autor, en la obediencia cie Abensaad
en Scgura, hasla que se levanttf contra el
despues del aiio 560.
Conqutafti de CinadK
Kechazado el rey Lobo en la parte Norte
de sus estados por laa armas del conde de
Barcelona, pretende extenderse por medio-
\ El texto do Atlabf, llibl. Ar, hist, tomo Ul,
pag. 3iT(londe sc da esta noticin, e&La falto, y no so
ontiende lo quo <lice de esto aconleeimkMilo.
— 132 —dia v ponieote, mermando el poder de los
almokades y el de los que se conservaban in-
dependienles de eslos.
Al declararse independienLc en Cordoba
Abenhamdin en el alio 539, haciendo lo
misrao otros jefea en sus respectivas ciuda-
desj se declaro independiente en Guadix, no
por ambicion, si no por la fuerza de las cir-
cunstancias, un persouaje desconocido hasta
hoy en nuesLra historia ', j que a ser masconocido, serfa el personaje mas simpatico de
cuantos iiguraron en 3a Rspaiia musulmana
en este periodo de revueltas.
Llamabase Ahmed, lit jo de MohamedAbenmilh&n: era natural de Guadix, de re-
conocida suficiencia y muy coiisiderado por
sus obras: al declararse independiente, tomo
el titulo de Almoiaayyad bila, y fortificada
la alcazaba, se dedico a proveer y gobernar
con mano firmc su pequeiio estado, sin en-
cargar k olro el mondo: la perturbacidn ge-
4 Knlrc losauloTs nublirrulf.s, tpiiza solo se
le eiicuenlro cilado por Abonalnlir: Abenaljalib on el
Ms. Ar. do la Acadeinia, mini. 37, foh 2-->75\er.
tle dc-
dica media pngina.
— 133 —neral le impulso, y ayndandose de la agri-
cultura y arboriculture adquirio grandes ri-
quezas y tesoros, llegando a ser cl mas rico
de su tiempo, y a prevalecer sobre cuantos
estaban proximos a su ciudad Guadix, apo-
derandose de Baza, donde dice el autor que
en su tiempo (dos siglos mas tarde) se con-
servaba descendencia de Abenmilhan.
Cuando Ahensaad, que ambicionaba lo
que poseia Abenmillian le eslrecbo en el aiio
046, ayudado, scgiin parece, por elEmpera-
dor D. Alfonso VII, de rjuiendicen losAna-
lesToledanos que, en este afto «poso sobre Ga-
diex», Abenmilhan entrd en la obediencia de
los almohades, trasladandose & Marruecos,
donde se encaigo do la albuera 6 panlano, de
su construccion o reparation y de la distri-
buci6n de sus aguas: peracguido lucgo, no
sabemos por que causas, perdio sus riquezas
ymurio en este estado*
Durante su reinado en Guadix, Aben-
milhan habia sabido atraer a su servicio u los
m5s celebres litcratos, como Abubcquer Aben-
tofail y Abulhaacam Her'odes (?)
Respecto a la sucrie de Guadix, no cons-
— 134 —ta si al entrap su reyezuelo en la obediencia
de los almohades, eatrd tambien en ella 3 6
Labia caido en poder de Abensaad; parece
fue esto ultimo, pues en su biograffa semen-ciona a Guadix. entre las ciudades que le
estuvieron sometidas.
Jaen, ibeda y Baeza
En el ano 554j 6 quiza ja en el anterior,
Abensaad, acompaiiado, segiin parece, de
Abenhernockico, sitia k Jaen, cujogoberna-
dor almohade Mohaaied, hijo de All el Cu-mi le presta obediencia, lo mismo que Ubeda
y Baeza '; luego sitia a Cordoba j Sevilla en
el miamo alio 554, apretando los ataques
contra Cordoba hasta el punto de que los la-
bradores hubieron de arar sus huertos (?) den-
tro de la ciudad: lo mas recio del sitio de
Cordoba, si no fueron dos, debio ser hacia
fines del ano 555 9: por este tiempo, o duran-
I Abenjaidun, lo. VI, pag. 238,—Ahmed Anasiri,lomo I, pag. 1p"j7.
2 Esta fecha resulia fljadn por la tndicacionde Abenaljaiib dc que Moliimcd Abenguzman murio
— 135 —te el sitio dc Cordoba se apodero de Ecija, jun merodeador, liamado Abcnsarahil, le liizo
dueno de Garmoua ].
Parece, sin embargo, que Abenmerdanix
no liego a apoderarse de Cordoba, a pesar de
que en una salida babia rauerto cl goberna-
dor Abenbocait 3.
Almeria
Tomada Almeria por los cristianos (cas-
tellanos?catalanes, navarros y genoveses) el
20 de Chumada primcro del aiio 542 (17
de Octubre de 1147), eabalmente por el mis- —("""
mo tiempo en que Abenmerdanix era procla-
mado rey de Valencia y Murcia, auuque Al-
ei uliinio dia d*>l ano h-r
io, cs tarndo a la sazon sitiada
Cordoba por Abcnsaad: Ihata, torn, 11, lol., 120 de la
copia complete! do la Acadcmla, pues en el ejcmplar
de la Col, Gayangos fol. 2G9 vcr.° lalta una palabra,
resullando la muerte en una noche del a ho £/>5,,ea vo.z
de wta noclw por andar del a ho Sou.
\ Abenaljatib, Ms. Ai\ de la Academic, ninnfi.
ro37, fol. 256 r.
2 Abonjaklun, to. \\ tpag. ^3R, le llama Aben-
bocait: Ahmed Anasiri, to, J, pag. 4o7, escribe Aben-
yocait.
i
— 136 —meria no babia estado bajo su poder, Aben-
saad se creia sin duda con derecho a ella, 6
al menos consideraba que los moros espafio-
les, que alii habian quedado, debian consi-
derate como subditos suyos.
Los olmohades, ducflos de una buena
parte de la Espaiia musulmana desde poco
antes de la conquisiu de Almeria porlos cris-
lianos, habian de in ten tar apoderarse de po- I
blaciuu ton importante, y habia do resultar
dificil el que los cristianos pudieran defen-
derla dc un modo eficaz,
Entre^ada Granada & los nuevos domi-
nadores en el a no 549, por sumisidn del go-
bernador almoravid Maimun Abenheder j
, r
el ^ohernador dc Algeciras y Malaga, el
prmcipe o sid Abusaid Otnian, hijo de Ab-
delmumcn, gobernador ya de Granada, reci- *
be de su padre la orden dc si liar u Almeria:
formulizado el sitio por mar y tierra, los cris-
1 El nombre iJo osie personajo. refill ta mny
tluOoso, pucs unos esniJHMi J^i > otros j^; ? como
con osla forma uyimeee mochas seccs como nombrc
propio, y no con olra, uccptomos la forma j*\'
>
— 137 —Lianos se reiiran a la alcazaba, y Abusaid
acampa su ej*?roilo en el monte que doiniua
la ciudad, construycndo un inuro y \in Coso
entre el monte y el mar, dc modo quo la
ciudad y fortaleza quedaron cercadas por esle
muro: los cristianos, en este estado, pidieron
aux.ilio al Kmperador, quieu se dirigio a Al-
meria con 12.000 hombres, mas G.O00 que
llevaba su constante aliado el roy Lobo; pero,
a pesar dc llevar un ejorcito tan respetable,
los aliados no pudieron hacer lcvontar el
sitio, y hubieron de retirarse, separdudose
ambos reyes para siempre, pues cl Empera-
dor murio en el camino antes de llepira To-
ledo, en Fresneda, cerca del pucrlo do Mura-
dal, el 21 de A^osto do 1157 K
Almeria, dWYaudada en sus espcranzas
de ver levantado el silio, hubo de rapituiar,
volviendo al podcr de los musulmanes des-
pues de baber eslado die/, afios en el de los
crislianos: los autores arabes solo lijan el afio
552 de la hegira (de II) do Febrero de 1157
! CaluniiMrs, on su IH^lorin do INpnnit, lo, I!,
pagina i0s\ da la frcha 21 do Maiv.o do 1i,"7; prro Ins
Anales ToLedano* (pag. #M) pimcn 21 do A-^slo.
138
a L°deFebrerodell58), sinindicarel mes,ni mucho menos el dia. (33)
Granada
Entregada Granada a los almohades porel ultimo gobernador almoravid llaimunAbenbeder, poco 6 nada sabemos de lo queen ella sucediera de caracter general y poli-tico hasta el ano 557, aunque creemos quealgoseenconlraraen la Ihata de Abenaljatib,
si llega a publicarse, y se estudia mas dete-
nidamente.
El pnacipe Abusafd Yusuf, hijo del oa-lifa Abdelraumeii, que poco antes habi'a sidonombrado gobernador de Ceuta y Tanger, 6mSs bien, de Ceuta, Algeciras y Malaga,fijandose en esta ultima, en el mismo ano549, al pasar Granada a poder de los almo-hades, se encarga tambieo, por orden de supadre, del gobierno de Granada.
Hacia el ano 557, bien porque los descon-tentos de Granada, judios y cristianos, comodice el historiador Abensahibasala, unidosalpartido arabe espaiiol Uamasen espontanea-
— 139 —mente a Ibrahim. Abenhemochico, 6 bien
porque esle, de acuerdo con Abenmerdanix,
entrara en tratos con unos y otros, es lo cier-
to, segiin resulta de losautores arabes, que
Abenhcmochico con sns parciales sorprendio
de noche la ciudad de Grauada con el auxi-
lio, por supuesto, de los partidarios que te-
nia dentro, pudiendo, sin embargo, los afec-
tos al partido almohade refugiarse en la al-
cazaba al amparo de la guarnicidn !.
Puesto el snceso en conocimiento de
Abenmerdanix, que a la sazon se encontraba
en Murcia, esperando poder someter la guar-
nicion almohade de la alcazaba, envio inme-
diatarnente a Granada dos mil ginetes cris-
tianos, en tanto que hacia los preparativos
necesarios para ir personalmente con majo-
res fuerzas,
Establecido Abenhemochico en la Al-
bambra, frente a la alcazaba, comenztf a dig-
\ La iiarracion dc cslos sucesos la tomamos,til>rcvian<lola, del capflulo quo a ella dcdica Dozy ensus liechcrches stir I histoire
tetc., 3.
a edi. pa^. tJGl a 388
1
para la cual le sirvo princspalmcnto do guia el hislo-
riador coiitemporineo Afoensahibasola-
— 140 —poner las catapultas para comhatir a los al-
mohades, quienes inmediatamente avisaron
al califa j al gobernador de Sevilla, pidicndo
auxilio: el califa Abdelmumen, que estoba a
dos jornadas de Rabat, recibida la noiicia de
la perdida de Granada, se traslado a Rabat
para lomar disposiciones, j su hijo el prm-
cipe Abusaid, que estaba alii con su padre?
salio inmediatsmente para su gobierno de
Malaga en la esperanza de poder someter a
AbenlieraochicOj a quicn por considerate
solo, creia poder combalir sin esperar la reu-
nion de mayores fuerzas; asi que, llegado a
Malaga, avis<5 al gobernador de Sevilla para
que inmediatamente se lo uniese con las
fuerzas disponibles, y ambos se dirigieron a
Granadj, doade estaban ya los cristianos en-
viados do Murcia por Abeurnerdanix: Aben-
hemochico con los sujos salio al encuentro
del principe Abusaid, cuyas tropas, atacadas
de improviso a cuatro millas de la ciudad en
la pradera llamada Marcharocad, sc disper-
saron, cayendo muclios en las acequias de
riego, abundantes alii", siendo esto una de
las principales causas de la derrota.
— 141 —El principe Abusaid tuvo la suerle de
podcr escapar del desastre y se retiro a Ma-
laga: no asl el gobeniador do Sevilla, que
murio en la balalla con muclios almohades y
musuluianes espanoles: los almohades ence-
rrados eu la alcazuba, testigos del combate,
nada pudieron lia-cer en auxilio dc los que
iban a prestarselo a ellos, y despues de pre-
senciar el desasLre, hubieron de presenciar
tambion, segun el autor, las crueldades que
Abenheniochico ejecuto con los prisioneros.
Cuando el califa, en torno del cual se
habian reunido muclios almohades, bedui-
nos y Lropas regulares, tuvo nolicia de esta
derrota, reunioun csoogido ejercito de 20.000
caballeros y peones, y despues de haberles
areugado, recordando las recompensas pro-
metidas ii los que haeen la guerra santa, las
despidio, dando el matido a su bijo Abuya-
cub Yusuf, baciendo que le ocompauase el
general Abensoliman, jefe de su confianza por
su grande amistad, y experieucia y bravura
en la guerra: las Lropas marcharon al princi-
pio con la miyor rapidez, atravesando el Es-
trecho, y llcgadas a Algeciras, se dirigteron
_ 14.2 —a Malaga, donde se reunieron S ]as fuerzas
del principe Abusaid: aprovisionadas todas
estas tropas, salieron de Malaga en busca
del enemigo, pero en jornadas cortas segun
las disposiciones de Abensoliman, que de
acuerdo con sus guias, se proponia que aim
la gente raas floja llegasc coa brios a Gra-
nada.
Entre Lanto Abenmerdanix habia llegado
con los nuevos refuerzos, con sus cristianos,
y liabia acampado ea la montana inmediata
a la alcazaba: su suegro Abenhemocbico con-
tinuaba a la otra parte del Darro en la Al-
kambra, y con el estaban los cristianos (gra-
nadinos?)mandados por el Gal vo, los del nieto
de Alvar Faiiez y los de los dos hijos del
conde de Urgel; el numero de estos cristia-
nos pasaba de ocho mil caballeros, sin contar
los toldados de Abenlieraocbico y las tropas
de Abenmerdanix era a aiin mSs nnmerosas:
de un dia a otro esperaban al ejercito enemi-
go, que avanxaba Ienlamente, hasta que por
fin llego & Dilar? junto a Alhendin, donde
hizo alto para descansar.
El jueves 27 de Racheb del afio 557 (12
— 143 —de Julio de 11G2) el general Abensolimanreunio a los jefes y les liizouiia cxhortacion
explicandoles sin duda el plau de alaque ydando las ordenes oportunas: terminada la
oracion del mediodia, inando dar pienso a
los caballos, y dada la orden de niarcliarpov
la noelie?la gente se armo, y terminada la
oracion de la tarde, se pusieron todos enmarcha: los guias y la infanteria almoliade
comenzaron a subir la mon tafia, que dominael Genii, contigua a lo montana Asabica y £
la Aihambra, donde eslaba el ejercito de
Abenhemochico: la subida fue lenta durante
toda la nocbe por camino tan escarpado; sin
embargo, como durante la segunda mitadbrillo la luna, los soldados veian donde po-mau el pie: al amanecer del viernes 13 de
Julio los almohades cayeran sobre el carapa-
mento enemigo, y como todos dormzan aun,.
apenas habian montado sobre sus caballos,
cuando pudieron couvencerse de que Dioshabfa ratuelto su derrota: dieron algunos
ataqucs, pero al querer huir conforme a su
tactica, enganados por efecto de la obscuri-
dad producida por el polvo, y olvidando la-
«fe
Ka
— 144 —posicion que ocupaban, se precipitaron en el
no Darro, rodando por las rapidas pendientes
de los cerros, de modo que sus escuadrones
fueron aniquilados: el cristiano de Granada
llamado el Calvo y el nieto de Alvar Faiiez
murieron en el combate, y la cabeza de este
fue llevada S Cordoba despues de algunos
dias: tambiea murio Abenobaid, parientc de
Abenmerdanix y uno de sus mejores capi-
tanes- ]
Abenmerdanix, testigo de la derrota de |
los suyo6}a rjuienes le era imposible prestar
;
auxilio desde su posicion al otro lado del
Darro, en cuanto vio deslniido el ejercitode
Abenhemochico, y que los almohades babian ;
entrado triunfantes en Granada, se conrencio^
de que todo esteba perdido y lcvanUS el cam- '-
po, abandonando las tiendas y gran parte de
sus bagajcs; pcrseguido de cerca en su reti- ;
radaj bubo de perdermucha genie, pudiendo
salvarse, sabe Dios ctfmo. (34)
Fugitivos de Granada Abenmerdanix yAbenbemochico, el primero se dirige a Mur-
cia y el segundo a Jaen, donde fue sitiado
por los almohades, aunque parece que sin
— 145 —resultado inniediato, pucs los clos principes
Abusaid Otman y Abujacub Yiisuf se ade-
lantaron hasta Cordoba, de donde pronto fue
llamado este ultimo para ser declarado Prin-
cipe b^redero en el ano 558, poco antes de la
muerte de su padre Abdelmumen {.
Muerto Abdelmumen en el afio 558, en
el mes de Ghumada postrero (7 de Mayo k 4
de Juoio de 1163) 2, le suceditf en el mando
su hijo Abuyacud Yiisuf, quien en el ano 560
llama de Granada & su hermano el principe
Abusaid Otman, que es rccibido en Ceuta
por su hermano Abuhafd.
Durante !a ausencia de Granada de su
gobernador el principe Abusaid, quiza go-
bernador general de la Espana almohade,
parece que el rej Lobo, acompafiado 6 no de
su suegro Abenhemocliico, intenttf nueva-
mente apoderarse de Cordoba 3, aunque en
1 Abfinjaldiin, to. VI, pa™. 23M&1& cdicion del
<iairo.
2 Los outores arabea varian eti el dia de la
murrle de Abdul riiumcti y, ami rcspcclo ai mos, no
ostein de acuerdo todos.
S Ahonjakltin, tomo VI, p&g. 238.
Almoravii>ks 10
— 146 —vano, pues al tener noticia de ello el califa
Abuyacub envitf a Espana un poderoso ejer-
cito a las drdenes de sus dos hermanos Abu-
said y Abuhafs: el ejercito expedicionario,
pasado el Estrecho, se dirige hacia Murcia
contra A_benmerdanix ?que le sale al encuen-
tro dispuesto Si presentar la batalla: a pesar
de que el rey Lobo habia reunido sus tropas
y las de sus aliados cristianos, avistados am-
Jbos ejercitos en el llano de Murcia, se trabtf
un encarnizado combate, en el que fue de-
rrotado el rey Lobo con muerle de todos sus
soldados cristianos, al decir de algunos his-
toriadores Srabes, que hacen llegar su niime-
ro S trece mil 1: la batalla tnvo lugar el
viernes 7 de Dulhiclia del ano 560. (35)
El rey Lobo despues de su derrota hubo
de encerrarse en Murcia, que fue sitiada por
el ejercito vencedor, sin que los almohades
consiguieran apoderarse de ella 3porque sin
duda no contaban con el material y tiempo
-1 Oart&s, pSg. 437; en el resumen, pag. \Ti, no
dice que muricran iodo^, sino muclios: Ahmed Ana-
sirf,tom. I, p&g. ISO, dice lambteii quo eron ireccmiU
y que murieroii todos.
P
S
£
147
necesarios para un sitio en regla: los princi-
pesAbusaid y Abuhafs se limitaron a devas-
tar 3a comarca, y en el a no siguiente se vol-
vieron a Marruccos, una vez extinguido el
fuego de la guerra civil dc Al)enmcrdanix.
Dcfeei'ioiies en la 1amiHa del rev IjOTjm
Hemos vis to que los parientes del rey
Lobo ejercieron graa influencia en su reina-
do, ajudandole en sus continues guerras,
principalmente su suegro Abenhemochico:
este, que mas que nadie contribuj<5 al exito
de las conquistas de Abenmerdanix, fue de
los primeros en abandonarle en los ultimos
aiios de su reinado: al menos de este consta
con bastante seguridad el ano de su de-
feccidn.
En el ano 564, estando en Cordoba el
jeque Abuhafs, segiin Abenjaldiin ^ recibi<5
un mensaje de Ibrahim Abenhemochico pro-
metiendo obediencia, ingresar en la secta al-
4 Tomo VI, pag. 230 de la edicion del Cairo: to-
moI( pyg. 320 Ue la edicion do AvgoA baslanto mas
correct a y com^lela en pste te\lo.
148
h Hiogrnfia do Ibrahim Alieiihemociiirn, fol. fii
y siguionios del mnimserito do la Ihata do la Col co-
Won GoyanRos, y lomo I T fol. 76 y siguienles, de la
copia do la misma obra jn'occdeiile de Tunez.
«
ruohade y romper toda relacion con su jerno
Abenmerdanix: la causa de esta separacidn,
segua Abenaljatib ]
, fueron las relaciones
entre Abenmerdanix j su mujer, bija de
Abenhemochico, & la que llegtf a repudiar,
devolviendola a su padre-
El je'jue Abuhafs did cuenta al califa de
los propositus de Abenhemochico, quien sia
duda para terminer personalmente las nego- "f
ciaeiones de ia sumision, en el ano siguien-|
Le, 503, past) a Marruecos a verse con el cali-
fa: esle, en virtud de las graves noticias que
le habian sido comunicadas al mismc tiempo
respecto al daiio que los cristianos causaban
a los niuslimes, despacho para Alandalus S
su hermano yvisir Abuhafs, quien inmedia-
tatnenle salio para su destino con un ejercito
almohade, acompauado de su hermano Abu~said; llegados los hermanos k Sevilla, Abu-said fue enviado & Rada joz, de donde regres6 ft
pronlo, una vez pactada paz con D. Alfonso
*
i
— 149 —Enrique-/ de Portugal; incorporado Abiisafd
con su hermano el principe Abuhafs. acorn-
panados de Abenhemoehico, sc dirjgicron S
Murcia contra Abenmerdanix, a quien si-
tiaron.
Con !a presencia del ejercito almohade
co la region de JIurcia. Lorca se rebela con-
Ira el rej Lobo y entra en la obediencia de
los alniohades: Lomada pososidn de Lorca, el
principe Abuhafs conquista k Baza, y por el
mismo tiempo presta tambicn obediencia a
los almohades un priino del rey Lobo, 11a-
raado?corao cste, Mohamed Abenmerdanix.
gobernador 6 sefior de Almeria.
A este tiempo se refiere sin duda la rebe-
lidn de Alcira por instigacitfn de Abubequer,
hijo de Sofian, la cual h\6 sitiada & mitad de
Xaual del afio 5CG por uno de los capitanes
de! arraez Abulhachach Yusuf, hermano del
rej Lobo, sosleniendo un duro silio hasta
mitad de Dnlhiclm del mismo ano: entonces
parece que hubo de encargarse del sitio
Abuayub Abonhilel, a quicn Abensofian en-
tregd la ciudad L
4 Dory, Notice?, pag. 337.
— 150 —Tambieu Elche se rebelo contra Aben-
merdanix en los liltimos tiempcs, y de ello
tenemos una indicacionconcrela en el heoho
de haber muerto mirtir un tal Abenfaid,
cuando los de Elche salian de la ciudad por
miedo al emir Abensaad, contra quien se ha-
bian rebelado, neg&ndole la obediencia *; no
se indica el dia ni el mes, si el ano 567.
Con la defeccirfn del gobernador 6 senor
de Almeria y principalmente con la de Aben-
hemochico, hecha publica con su asistencia
al sitio de Murcia por el ejercito almobade,
qued6 cortada, como indica unautor, una de
las alas del rey Lobo, y aunque por de pron-
to no ae continue el sitio de Murcia, desde
esta fecha era inminente la ruina de este
reino y su desaparici6n como estado inde-
pendiente de los almohades.
1 En el toxlo impreso, Bibl. Ar. hist. to. VI, pa-
gina 670, al emir se Ic llama Saarf hijo de MohdmetJ, sin
duda por errata del compilador, juigs on la biografia
deliriismopersonoje Abullias&n, All, hijo de M0I1&-
med, hijode Ahmed, hijo de Faid, ol de Cordoba, que
so conserve Integra eu el c6dicedoI to. Ill do la Tec-
mila exisiento en el Cairo, y del que tenemos fotogra-
fio, el texto dice Mohttincd Ahemaad.
— 151 —Gomunicadas al califa las conquistas y
adhesiones obtenidas por sus dos hermanos
en Alandalus en ocasion en que se habian
reuaido en Slarmecos numerosas fuer/.RS pro-
cedentes de los gobiernos de Bugia y Treme-
cen, revisadas estas, el califa Abuyacub Yti-
suf se dirige a Espaiia, dejando en Marrue-
rosde lugarteniente a suhermano Abuinir&n.
Llegado el califa Abuyacub k Espafia, se
instala en C6rdoba entrado ya el ano 567 y
desde alii se traslada luego & Sevilla, donde
le encontni su hermano Abuhafs al volver de
su campana contra la region deMurcia.
El rey Lobo, desde la defeccitfn de Aben-
bemochico, al ver que las fuerzas de este y
su prestigio se unian a los almohades, com-
prenditf la imposibilidad de que su ya mer-
mado reino se sostuviese por mucho tiempo
contra las fuerzas almoliades, y aunque sin
duda habia nombrado Principe heredero k
su hijo Hilel ?pues asi consta en monedas
desde el ano 564, al tener noticia de la lle-
gada& Sevilla del califa Abuyacub, se dice
que decaytf su inimo, y que babiendo enfer-
mado, murid el 29 de Racheb del ano 567
— 152 —(27 de Harzo de 1172): otros dicen que le
envenend su madre !
,porque habiendole re-
prendido duramentc su conducia con su fa-
milia, servidores y magnates del estado, el
hijo llegd a amenazarle, y la madre, temien-
do su violencia^le envenend.
Habia nacido Abenmerdanix en Penis-
cola en el ano 518; tenia por tanto 49 anos
cuando murio, dejanclo yarios hijos varones,
Abdeluahid (pag. 180) pone los nombres de
oclio, y liace ademas mencidn de dos hijas,
de las cuales una casd con el califa Abuya-
cub Yiisuf, y la otra con su hijo y sucesor
Abuyiisuf Yacub.
Muerto el rey Abenmerdanix, su hijo jsucesor Abulcamar Hilel, conforme a las in-
dicaciones que recibiera de su padre, entrd
en la obediencia de los almohades, k cnyo
efecto el prfncipe Abuhafs se dirigid k Mur-
cia de la que tomo posesidn, siendo enviados
a Sevilla Hilel y su fumiliaj & quienes el ca-
lifa hizo muy buena acogida, como lo con-
firma el hecho de que luego se casara con
I Abcnjalican, odic, del Cuivo, to. \Ut p&g- iGa*
en la biografia del califa Abuyacub VusuT
— 153 —una de las hermanas de Hilel y cl que con-
tiara cargos importantes a varios individuos
de la familla.
Despues de una expedicion poco feliz
contra Cbeda 6 Huete (36), el califa se dtri-
gid & Murcia, y \uelto a Sevilla, ya en el
aiio 5G8 entablo cordiales relaciones con el
destronado o dimisionario rey de Murcia, yse caso con su hermana \ dando a su tio Tii-
suf el mando de Valencia, que habia gober-
nado bastantes anos antes en nombre de su
hermano el rey Lobo.
Anos despues, en 575 j aparece nombrado
jefe de la escuadra, mandando una expedi-
ci6n contra Lisboa?Ganim hijo de Aben-
merdanix 9.
1 Sogun cl llamado Anonimo <le Conenbague,
Ms.Gg. liiim. MOdela »ibl. Nac. loi. 4(1 y 17, la boria
so. vcriiico cl safoado, cinco de Rcbia primcro dt?l
a no i>i().
2 Auiu[iiec!textodoAbenja1dun 1p, llama Cairn,
creo ser& G&nim, uno dc los ocfio hcrmanos, quo
menciona Abdetu&hid el Marrecoxu
RKYEZnaOS 6 M-BELDKS HH KSTK PEMODO,
poco <:oNnc.inos
Abenaljatib, al dar cucnta de los rebel-
des de este periodo contra la dominacion do
los almoravidcs, hace mencion de algunos de
los que dice que turitran eskitlo v hisloria confor-
me a la importanria dc su region, pero que no
puede tratar do todos olios, y que so limita 6
compendiar la hisloria de Abencasi ' quo co-
mo so ha Yislo, es el m&s imporlanle por
haber sido el primero que so rebelo contra
los almoravidcs, y el que simboliza la rebc-
li6n en el Algarbe, y en torno del cual so
\ Afaenaljolil), ms. it" M, fol. *J'W.
— 156 —agruparon casi tortos los demas rebeldes de
esta region.
De algunos de estos personajes se dan
algunas noticias por incidencia, pop su rela-
cioa con los liechos mas importantes de este
periodo: de otros, como de Lebid, hijo de
Abdala, senor do Santaren, de Ahmed, hijo
de liachar el Xnquianf, y de ]\[erif, cl Mero-
deador (?), no cncuenlro mencion en parte
alguna: liny otros rjue, mcncionados tambien
por incidencia, mcrecen algun estudio apar-
le, j por eso ponemos a continiiacitfn lo que
de ellos hemes podido averiguar,
Aliyul- rcbeltlo on iBmuIa
Ah^yal, hijo de Idris, el de Honda, fue
sccrelario de Abuchafar Hamdin, mientras
este fue cadi; cuando Abengania entrd en
Ctfrdoba echando a Abenhamdin, Ahjal se
refugio en Ronda, su pais natal, declarando-
se independiente por muy poco tiempo, pueslos de Ronda entraron en negociaciones con
Abulgamar, hijo de Asaib Abengarruti, queen Jerez y Arcos segufa bajo la obediencia
i
— 157 —de Abenhamdin: termioadas las negociacio-
nes, Abulgamar quedd dueiio de la celebre
alcazaba de Honda sin combate, per liaber-
sele enlregado Ahyal sin resistencia, fiandose
de 61 y salvaudose con lo que tenia & mano;
sin embargo Abulgamar saqueo las casas
de los partidarios de Ahyal, y luego neg6
la obedieacia a Abenhamdin, obedcciendole
las fortalezas inmcdiaUs y asegurandose su
mando.
Respecto a Ahjal, hay quien dice que
fue encarcelado por Abulgamar, pero que
luego le puso en libertad, y que se acogio
en Malaga junto a Abalhaquem Abenhasiin
j que desde alii paso a Marruecos.
Por las relaciones con Abuchafar Abena-
tia, Alryal recobrd sus riquezas y despues
fue cada de Cordoba y Sevilla, donde murid
en el aao 560 d 561 ': era elocuente y enten-
dido y se conservan de cl algur.cs versos e
indicaciones de haber enscfiado en Cordoba ^.
1 Dozy, Notices, pg- "222,
3 Abcnalabar, Tecmila, pg. 62U-
158
Abeugarriiii neiior «1e .(ore/ y Arcos
Entre lospersonajes dequienes diceAben-aljatib que en esle periodo de revueltas tu-
vieron mando independienle, cita a Abul-gamar Abeogarnin k quien llama seiior de
Jerez.
Pocas son las noticias que de esle perso-
naje encontramos: por lo dicho al dar noti-
cias de Ahjal, senor de Ronda, resulta queAbuJgamar, hijo de Asaib Abengarrun, comole llama Abenalabar ^ fue senor de Arcos yJerez, bajo la obediencia de Abenhamdin,de la cual se separd cuando, cchado Aben-
t Ahenalobar, oinid Dozy, Notices, pag„ 322, \v-
tas, pag. 122, le llama jj)| 4j| ;
Abenjaldun, to. VI,
pft&.fctt,^jjjttff Jxti\ jj], oncltomol.dola
odicion <le Ai-gol. pftghin 31l t
j c ^ yjj ^|.ante tulvaricdad
T on vista s!i;.|ihmmi cH:artas{pafj. 9V)
YAdaM {pig.3l)cnco!itramoscitados Ios A \ (,
acftiJlamos osta tectum, abamlonamlfj la do AK*J
'
i « i V& l'10 liabiomos acnptodo.
— 159 —
hamdin de Cordoba por Abenganie, Abenga-
rrun se apodero de Ronda, despues del bre-
visimo reinado de Alryal.
Muv poco tiempo debio de ser Abul&a-
mar seAor de Jerez, Arcos y Ronda,jmes
en Jerez- reconoci.6 en el mismo aiio 540 a
los almohades, siendo esta ciudad la primera
que presto obediencia a los nuevos conquis-
tadores, por cuja circunstancia, cuando de
Espafia llegaban mensajes a los califas almo-
hades, los eaviados 6 represcnlantes de Je-
rez eran recibidos los primeros.
Como se ha diciio en la pag. 18, al tralar
dela rebelion general en el Algarbe, poco
despues de haberse sometido a los almoha-
des, Abulgamar fue el unico jefe que perma-
neci6 6el y, unido a los herniauos de Al-
mehdi, que hobian tenido que refugiarse en
Bobastro, contribujd eficazmenle a que los
almohades recobraran a Algeciras.
Estc mismo personaje es el que en el
aiio 545 eslaba de alcaide en C6rdoba, cuan-
do fuesitiada por el emperador D. Alfonso,
cu,ya estratagema de sorprender al ejercilo
que iba en auxilio de los sitiatlos supo bur-
— 160 —lar Abulgamar con su perspicacia, compren-diendo la falsa retirada del enemigo, porlo que hizo que el ejercito auxiliar entrase
k deshora en Cordoba antes de que pudiera
ser acometido por D. Alfonso. (37)
Kechazado de Cordoba D. Alfonso k 3a
llegada del ejercito de los almohades, man-dado por Yahya Abenjagmor, j gracias k las
prudentes observaciones del alcaide Abulga-mar, los jefes rebeldes del Algarbe se apre-
suraron k pedir el aman (la paz), que Abdel-
mumen les conceditf por mediacitfn del gene-
ral Yahja Abenjagmor, presentandose al ca-
Ufa en Sale, renunciando k sus inandos: alii
se presentd tambien Abulgamar, siendo la
ultima noticia, que de el encuentro, la indi-
cation de haber muerto mSrtir k la vista de
Sevilla en el aiio 553, * donde tambien muritf
Abenalhacham, de qulen vamos a tratar.
Aliciiallmeham roy dc ltad»jox
La particularidad de que Abenaljatib, al
mencionar de paso los rebeldes contra los al-
1 Abenjaldun, to. VI, pag. 537.—To. \], pag. U;tde la iraduccion de Siane.
_^i
— 161 —moravides, que en este periodo se declararon
independientes, cite a Abenalkackam, 11a-
mandole Moh&med, hijo de AH Abenalha-
-cham, nos ha hecho caer en la cuenta de una
de las particularidades de este personaje, de
quien tenemos pocas noticias.
No encontramos que iigurara en los pri-
meros momentos de la rebelion contra los
almoravides, j podemos supooer que por de
pronto no figurd, ja que se cita como selior
de Badajoz a otro de los persooajes, que miis
iiguran en este periodo, a Sidrej Abenuazir:
de HohSmed, hijo de All Abenalhacham, co-
mo le llama Abenaljatib *
? no encuentro
mencidn hasta el tiempo de la primera rebe-
lidn de los jefes espanoles contra los almoha-
des, despues que Abeogania hubo recobrado
de estos a Algeciras; pues entoncesMohamed
Abenalhacham, como le llama Abenjaldun 2,
se adhirid en Badajoz al movimiento insu-
rreccional; pero luego, cuando el nuevo ge-
1 Ms. Ar. tfe la Academia, N. 37, fol. 2oG ver. y47 de mi copia,
2 Tomo VI, do la odicion del Cairo, pag, &tt, y
pag. 311 del tomo I, de la edicion de Argel.
Almorayides ii
— 162 —neral Yusuf hijo de Suleiman pudo tomar la
ofensiva y bubo someLido a los rebeldes 6
reyezuelos, el Petrochi, sefior de Xiebla jTejada, Abencasi de Silves, e Isa Aben-
maimun de Santa Maria, Mohfimed hijo de
Ali Abenalhacham senor de Badajoz envi<5
regalos, que fueron aceptados (es decir, se
sometid como los otros), quiza aun volvieron
todos a rebelarse; pues Abenjaldiin habla de
una nueva peticidn de aman, dirigida por
los rebeldes por intermedio del nuevo gene-
ral Yahya Abcnyogmor, al ver que el Em-
perador 6 sus tropas se retiraban del asedio
de Cdrdoba (csto ja en el ano 544 6 545), y
en 545 Abenalhacham y los deinas rebeldes
memos Abencasi eran recibidos por Abdel-
mumon en Sale, renunciando, parece que de
un modo definitive, sus pretendidos de-
rechos.
Va heraos visto que Abenalhacham mu-
vi6 martir a la vista de Sevilla en el ano 55$
al mismo tiempo que Abulgamar Aben-
garriin.
Una prucba de que Abenalhacham se con-
sidertf como rej independieute, la lenemos
163
en los preciosos dinares que se acunaron en
su uombre en Badojdz en el ano 543, con-servando por completo el tipo y leyendas de
las monedas almoravides '.
Alt :tl>eiiiiHifimtiii ? seiior iU* i littix
Otro de los jefes rebeldes, que tuvieron
estado e historia conforme & la importancia
de su region, es All, hijo de Isa Abenmai-mun, senor de Cadiz, de quien se ha hecho
mencitfn al tratar de la rebelitfn general en
el Algarbe.
AlmiranLe de la escuadra de los almora-vides en Cddiz * AH, hijo de ha Abeumai-miin, k la muerte de Texufm se rebels en
Cadiz y se presento S Abdelmumen, cuandoestaba sitiando a Fez, eatrando en su obe-
diencia en el ano 540.
1 \>asr, Vivos, ohra ciiorto, n." I'JIl.
2 Segun Almacari, [o. I, pag. 103, era hijo douna hormana do MoliAmed Abniimaimiin, .juo ngtiracomo jefo de la r.sciiadra *mi Almoria, quien al frentortc lOemharcaciones Ilo^o a Oran on swnvro de To-xiifln, sin i|iie ptidiora nviim- su dcrroio y muerlo.
— 164 —En este mismo ano, y quiza despues de
negar la obediential losalmoravides, mando
derribar cl idolo de CSdiz, de cujo hecbo no
da detalles el autor del Cart&s *: algiin autor
dice que al derribar el idolo, Abenraaimun
esperaba encontrar en los cimientos un te-
soro 2.
Como Abdelmumen no kubiera querido
conies tar al mensaje de Abencasi, cuando
este, enviando como mensajero & Abubequer
AbenhaMs, busco por primera vez su protec-
tion, pero sin renunciar k sus ridiculas pre-
tensiones, al menos en cuanto al titulo, Ali
Abemnaimun, ardiente partidario entonces,
segun "parece, de los almohades, aconsej6 &
Abencasi que se presentase personalmente,
como lo hizo, probablemente con recomen-
dacidn de AH para el gobernador de Ceula
Yiisuf Abenmajluf, quien 3e prest6 facilida-
des para preseniarse al califa.
Al tiempo de la primera sublevacitfn ge-
neral contra los almohades, tambien entr6 en
1 Cartas cdi- Tornberg, p&g. 17C>.
2 Alcazuinf, to- II, P&g. 370.
V
— 165 —ella Abenniaimun, y es !a ultima noticia quede el encuentro, a no ser que este eonfundidocon Isa Abenniaimiin, que podria ser su pa-dre, y figura como senor de Santa Maria, yprobablemente de Tavira pues que ase<mraAbenjaldiin ', que despues de haber someti-
do Yiisuf Iiijo de Suleiman a los rebeldes deNiebla y Silves, acometid a Tavira y le pres-
to" obediencia Isa Abenmaimiin, senor deSanta Maria: cuando en 54o se presentan enSale los rebeldes y renuncian sus derechos
en manos de Abdelmumen, no figura cnlre
ellos este Abenmainmn, que quiza hubieramuerto, ya que figura como senor de Taviraun Amil Abenmohib, que no encontramosmencionado en otra parte.
1 Tomo I, de la cdi. <lo ArgiM, png. :tl2: <>n In
cdicion del Cairo, tomo VI, pag. 1T>, so tco j'v^ por
.. i J'"'-~
LAS BALEARES
BAJO LOS ALMORAVIDES
De los reinos llemados de Taifas, consti-
tuidos a la desaparicidn del califato de G6r-
doba, uno de los primeros y de los m&s im-
portantes fue el de Denia y las Islas Orien-
tales, fundado por Hocliehid, cliente de la
familia de Almanzor: muerto Mochehid en
el ano 436 de la hegira, le sucede en el man-
do su hijo AH, y al ser este despojado de su
reino por su suegro Almoctadir, rey de Za-
ragoza, en el ano 468 (16 de Agosto de 1075
a 4 de Agosto de 1076), las Islas Orientates,
sin que sepamos ctfmo, se constituyen en
— 168 —reino mdependiente, cuya liistoria no pode-
mos estudiar en esie capftulo, dedicado al
estudio de la de las Baleares bajo el dominio 4
de los almoravides.
En el ano 1114 (507 y 508 de la hegira)
reineba en Mallorca Mobaxer Nasirodaula,
cliente que habia sido del rey de Denia,
All *: con sus piraterias, cosa corriente du-
rante toda la Kdad Media y aun Moderna
entre los musulmanes de los Estados medi-
terraneos-3
, infestaba las coslas de los Esta-
dos cristianos, por lo que Ramo'n Berenguer#
III, conde de Barcelona, Aiinerico, vizcon-
de de Narbona, y Guillermo, conde de Mom-
peller, constituyeron en este ano una liga
para reprimir a los corsarios de Mallorca; ^pero sin duda bubo de fracasar, y dos alios
despues, con el apoyo del Papa se constituyd
4 Jlat/'in ahnoarib, to I, p. 314.
1 En fil ano anterior, en el mos de Rcbia pos-
Irero, habia Uegado a Almehdia (en la actual Rcgen-
riarteTune^la escuadra de aquelrcino con una gran
cantidart de esclavos 6 prisioncros cristianos, de cu-
ya Hegada so aiegro mueho el rey Yahya, hijo de To-,
mim, y toclos los muslimes. (Itayan ahnogrib, lo. I, p&-
gina 31V)*
— 169 —otra con cl caracter de Cruzada ^ a la cual
se adkirio por circunsiancias imprevistas el
mismo Ramon Bercnguer III, cuyas annas,
unidas para este fiu a las de Gen ova y Pisa,
se apoderan de Mallorca despues de un fuer-
te y largo sitio, dando tauerte a 3a guar-
nicion y liaciendo cautivosalas mujeres yniilos 5
.
Como Mobaxer, al verse sitiado por los
cristianos ? liabia pedido auxilio al prmcipe
almoravid All, esle, que 6 no pudo 6 no qui-
so auxiliar a tiempo a los sitiados, muerto
Mobaxer, y cntregada Mallorca k los crisLia-
nos despu es de la prisidn de su sucesor Abu-
rebia Suleiman, envio una nuinerosa escua-
dra, y los Genoveses, que parece habian
quedado solos depues de soinetida la Isla,
bien porque no se creyeran con fuerzas para
1 Abenjakliin, torn. II de la Iraduccion do sia-
lie, pag. 206, nota.
2 Respeclo a la fecha de la conquisla de .Ma-
llorca puedc verso lo que so diet? en la iluslracion
N. 1G; rospeclo 6 los prisioncros cogidos por los cris-
tianos, puedc consultarse lo obra Hosquejo Imtorico de
ta domination hlamiia en las Isias Baleares, por D, Alva-
ro Cainpacer, pig. 81 y270.
— 170 —resistir a las annas de los almoravides, 6
porque no tuvieran intercs en conservar bajo
su dominio las Islas, abandonan a Mallorca,
con lo que los almoravides vimeron a ser
duefios de ella sin resistencia. (38)
Recobrada Mallorca para el islamismo
por All hijo de Yusuf, envia, 6 entra en ella
Vanudin, hijo de Sir, en el mismo ano 509
Y lagobierna durante tres meses, sucedicn-
dole luego ea el mando Abubequer Tieratat
o-Tacratat, a quien sucede Yabur 6 Uanur,
hijo de Mohfimed, contra quieu se subleva
la nobleza, dandole muerte, sin que el autor
nos diga la causa; otros dicen que por haber
intenlado que se construjese 6 reparase la
ciudad lejos del mar, los de Mallorca se su-
blevaron y que Uauur di6 muerte al jefe de
los amotinados, quienes le encarcelaron y
enviaron mensajeros a dar explicates al
principe Ali: despues del mando de Uanur,
se encargd del gobierno de Mallorca Abube-
quer hijo de Ali hijo de Uarafe «, quien mu-
1probablcmenlfi oste porsonaje cs ol tine poco
aospuis flgura como gobcrnador do Valencia con ol
— 171 —rid ejercicndo el niando, prohablemente en
el alio o'2Q, en que se inaugura on las Islas
el gobierno de los Benigania. (39)
Cuando en el aiio 520 AH hijo de Yusuf
did el gobierno general de Alandalus&su
hijo Texufin, cste se encargd del mando de
toda la Espana musulmana menos de las Is-
las Orientales, para cujo gobierno fue nom-brado Moh&med hijo de Ali Abengania.
May poco sobemos de la hisloria de Ma-llorca durante el gobierno de Mohamad, tan-
to en los primeros anos, en que indudable-
mente se consideraba como simple goberna-
dor?como en los posteriores, en que desapa-
nombre tic Yedoi 1 hijo do Uaivu /{J , yj jXj) °"
Abenaljatib on la biografia de Vahya Abon^ania, a cu-
ya exallacion conlribnyo no poco por habor recono-
cido sn morito: cual sea su vertlndero nombro no os
f&cil iijiirlo, dadu la discrepancy de los dos toxins en
iiueflgura: un Maimun hijo de Hodoro Voder Abon-uarca (igura como gohcrnador do Cranada on "»tt>,
cuando csla paso al dominio do los olmobados: iniln-
deblcmentc es <le Ja misma familia.
— 172 —recida la dinastia de \os Berritexufin en el ano
541,, debio considerorse, al menosdc lieclio^
como verdadero rej, bien reconociera la so-
bcrania espiritual de los Abasidas de Oriente,
como la habian reconocido los Benite-xufin,
bien gobernasc como presidentc 6 jefe del
Consejo **
En cl ano 537, o mas bien en cl 538, Mo-
hfimed Abenganio pasu a Alandalus a visiter
a su hermono Yahva, nomhrado gobernador
general de Ea Hspaiia musulrnana con resi-
dencia en Sevilla o Ctfrdoba: del gobierno de
Mallorca qucdo encargado durante su ausen-
cia Abdala Abentimacadmat; pero habien-
dose promovido alguna sedicion, Mohamed
hubo de regresar a su gobierno, pcrmane-
ciendo en e! aun despues de la desaparicidn
de la dinaslia de !os Benitexufin j de la
I El sonaclor Amari1rofiriGmlosc h Ishsjc, liijo
y alienor de Amhained, que on sus Iraladoslomo solo
cl Uuilo de Aif^juij hace la oporUma obscrvaeion do(juo los* llenigania en eslns prinuiros Liompos de su
su matidoprobabloinenU' lo ejoreian bkjo la aparien-
eta dc prosidontesrlol Con>t\jo municipal, como en el
periodo do los rcyes do Taifas lo liabiun boclio Aben-
chahunf en Cordofra y AbiMiabad en Suvilla. AnutrL
I Oiptami arabi <ht IL itrcliin\j Fiorf-niiiiu^. b\&, noia.
— 173 —muerte de su hermano Yahya, y desde esta
feclia, o mejor, desde que Jste so retirtf S
Granada desposeido de todo mando, Molia-
med pudo considerarse dc hecho como rev
independiente de Mallorca, como en parte lo
indica el haber nombrado para succderle k su
hijo mayor Abdala, promovieudo el enojo de
su hijo Ishac, que dio inucrle k su hermano,
y tambien a su padre, segun algun autor, si
bien se dice que el padre raiirio m&rtir en
guerra con los crislianos eu el ano 540 6
550. (40)
Tenemos otro indieio dc que MohSmedAbengania obraba en realidad como rej en
el hecho de hoberse entablatlo en los ullimos
afios de su vida relaciories oficiales entre
Mallorna y Ins Republicas de Genova j Pisa,
firmiindose un Iraiado de comercio con la
primera en el eno 1149 y en el siguiente con
Pisa'.
Durante el reinado de Mokumed Aben-
1 Amari, obra citada (pftpc. XXVh dice, i primi
(IraUaii di ooinmorno ,
i do' cfiinli ei nnmst:a il tonorotornnno porftcnova a I Hlfl ejiorPisa al HoO, onlram-bi con ilaiorca.j-
— 174 —gania en ilallorca, su hijo Abdala estuvo al-
giin tiempo de gobernador militar en Valen-
cia, dondese encontraba cuando la subleva-
ci6n general contra los almoravides, la que
no pudo contener ni aun en Valencia, reti-
r&ndose 5 Jativa j huy&ndo luego a Alme-
ria i corao se dijo al tratar de la rebelion de
Valencia, pSg, 103.
Poco y malo es lo que saberaos del go-
bierno 6 reinado de Ishac, que si llrgo a las
gradas del Irono por medios infomes, dando
muerte ft su mismo padre o al racnos a su
Iiermano Abdala, una vex desembarazado de
ellos, sospechondo que los Lamtunics, sus
c<5mplicesThabian acordado deshacerse de el,
como era verdad, segiin Abenjaldun, puesto
de acuerdo cou cl almiranie Lop Abenraai-
miin 2, lossorprendi<5 en sus casos y los hizo
morir.
Desaparecido por complelo ei imperio de
\ l>ozy, Nolices, pags. Z\:\ y 21 'k
5 Lop, Ilonmdo tiimlui'Ti Mohamad AhcmnaimtuK
— 175 —los almoravides en E*pafia y en Mamie-cos,
si ya su padre Mohamed pudo de hccho con-
siderate como verdadero rey, eon mas razon
podia hacerlo Ishac, quien sin embargo en
los iralndos que celebro con Genova y Pisa
no se dio titulo de emir, como lo hiao luego
su hijo y sucesor Abdala, sinode alfaqui, go-
bernando quizS a nombre del Consejo.
De su reinado sc conservan preciosas mo-
nedas de oro, acunadas en Mallorca en los
aiios o(i 5 y 567 ', si bien en ellas no puso su
nombre, quiza por no darse oficialmenlo
aires de rey: las monedas estan acunadas,
siguiendo el mismo ttpo de las de los almo-
ravides, en lo que podnamos lener una prue-
ba de que por estc tiempo no tenia ami las
tendencies almohades, que en los itllimos
aiios dosu reinado le atribuye Abenjaldiin,
al decir que enviaba al califa Abuyacub los
prisioncros y crislianos -.
En los primeros aiios de su mando Tshac
1 Yi'-ost* la obi'o del St\ Vi\ es, pa?. ^2.
2 Timio VI do la edi. ili;l Cmro prij;. 2«-pAnimi
Ili'ldol tomo I, do la edic. do Argol—y i<mio II, \iati. 208
do la iraduceion deSlone.
— 176 —Abengania se dedico a las conslrucciones j
plantaciones, cuya frase interpreta el Bartfn
de Slane, diciendo que se Imo construir pa-
lacios y plantar jardiues; su gobierno debio
de ser tirSoico, pues .se dice qucangustiadas
las pontes por lo mal que gobernaba, Lob
Abenmeimun, que le habia ayudado al prin-
cipio en el sangrienlo casligo de los conspi-
radores, se paso ft los almohades.
Kn los ultimos aiios de su vida volvio su
atencitfn a las cosas de la guerra, baciendo
dos incursiones anualcs en territorio de cris-
tianos, de! que, corao es consiguienlc, apre-
saba muchos cautivos, que enviaba al califa
Abuyacub, al cual se dice que llegd k ofre-
cer reconocerle, y poco antes del cual murid
en cl aiio580 '. (41)
Con forme con eslas indicaciones tenemos
noticia de dos expediciones piraticas lleva—
das & cabo por Ishac en los ultimos alios de
su mando, y por una de ellas vemos cu&n
grandee eran su atrevimieato j audacia: en
4 La particular!dad doquosu muerieocurriera
povo nnies tjttc lo do! califa Abuyacub, consta en
AboajaHhm, lomo VI, p&K- 3A%
4
?
- rn —-el ano 1178 (574 de la hegira) encontramos
mencion de dos de sus incursiones, la una
en el mediodia de Francia, la otra en las
costas de CaLaluna: la primera dirigida por
el rej en persona, la otra no lo sabemos.
En el ano 1178 Abeugania acomete y to-
ma la ciudad de Tol6n, huciendo muclios
prisioneros, que fueron llovados & Mallorca,
encontrandose entre ellos Ugo Gaufredo viz-
conde de Marsella y su nieto.
En el misrao ano, en el dia 27 de Junio,
los moros mallorquines, quizi los de la mis-
raa cxpedicidn, sorprenden la Iglesia de
Santa Maria de Ilia, en la actual provineia
de Gcrona, cuyos canonigos unos fueron
muertos, y otros llevados cautivos 4 Ma-
llorca. (42)
Si MohSraed Abengania habia llegado k
poderse considerar como rey, ya que como
dice Abdeluahid se asemejaba a ellos, y co-
mo tal hizo tratados con las Republicas de
Genova y Pisa, en mejores condiciones se
enconlraba su hijo Ishac, que cntraba & go-
bernar un estado ya constituido y como rc-
conocido, asi que podia suponerso que las
alsioravidbs 4^
-I.
1
— 178 —relaciones diplomaticas se habian de renovar
con aquellas Repiiblicas.
Y efectivamente haj noticia de que en
el afio 1161 trattS con los Pisanos, con quie-
nes no se sabe que firmase la paz hasla el
afio 1173 y de nucvo en 1184, siendo pro-
bable que & las negociaciones de 1161 si-
guiese algun tratado, desconocido hasta hoy,
y del que fuese renovacidn el de 1173,
Del tratado de 1184 conocemos el lexto
Srabe y un extracto latino, publicados por
Amari *: tanto este tratado con Pisa firma-
do muj poco antes de la muerte de Ishac,
como el concluido con GeuoYa tres ailos
antes, en 1181 9, son vagos y las partes con-
tratantes sdlo se obligan & no hacerse dano
mutuaraente y a proteger, 6 mas bien, & ha-
cer respetar 6 los n&ufragos; en el tratado
con Pisa se incluye tambien ft los naturales
de la Uepublica de Luca.
4 Obro ciioclo, [)<"g. 230 y S74; lamhicn publieaen &rabe y latin, on las paginas 44 y 273, la carta en la
que el rcy comuniea la Jirma del traUuio al Aizobis-po, consults, oiicianos y notables do l*ieo*
2 Publicado primcro por De ftacy puede vursoen Campaner, obra cilado, po^. 14o, en Mos-Latric,p&g. 409 y oti'os.
— 179 —Quiz;'* ya en estos tiempos las Repiiblicas
comerciales del Mediterraneo, para proteger
su comercio, constantemente amenazado por
los piratas inusulmanes, pagasen tributo en
forma disfrazada de presentes d regalos, co-
mo ha sucedido en los tiempos modernos>
casi hasta nuestros dias. (43)
Las circunstancias de la muerte de Ishac
son desconocidas: hay alguna indicacitfn do
haber muerto 6 sido herido gravemente en
una incursion en pais cristiano; asi lo dice
Abdeluahid, aunque por lo mcnos equivoca
la fecha diciendo fue a principios del afio
579: segun Abenalabar parece que muritf en
una sublevacitfn de los cautivos cristianos,
que habia en palacio, (44)
KfimcroN reEtmdoN <U- 11ohtimed, All, Tallin,
JMoh limed (a<*ttinida vex) y Tefciirin
Muerto Ishac Abcngania en el afio 580,
como queda indicado, dejando varios hijos,
la hisioria de Mallorca se complica en el in-
terior, y en el exterior llega k tener gran im»
porlancia; pues acometiendo los mallorquines
bajo la direccitfn de los hermanos AH y Yah-
\
I1
180 —|
ya, la parte oriental del imperio de los almo-hades, llegan a hacer bambolear a los suce-sores de los almoravides '; pero la historia deestas atrevidas expediciones en el periodo de53 aiios sale de los limites de nuestro tra-
bajo, y solo debemos ocuparnos en la inves-
tigaciiSn de lo que a Mallorca d las Islas se
refiere: esto no deja de ofrecer graves dificul-
tades, pues las noticias referentes a los pri-meros sucesos que en Mallorca se desarrollan,
son contradictories, 6 lo parecen por incom-pletas.
No resulta clarosi Ishac Abengania llego
a prometer sumision al celifa Abiryacub Yu-suf, 6 fue su hijo y sucesor inmediato Mo-hamed, quien en su caso debio hacerlo in-mediatamentedespues de su proclamacidn,toda vez que antes de los dos meses muereel califo despues de haber enviado a Mallorcaa All hijo de Reverter.
Kste All, cuyo padre Reverter, fue ge-neral de los almoravides en los liltimos
tiempos, muj querido y considerado de All,
I Aljcnjalic&n l<>. Ill, edi. del Cairo, pag. 375 ysiguicnles.
~r
— 181 —hijo de Yiisuf, y do Texufin, su hijo y suce-
sor *, fue eaviado por el califa Abuyacub k
tomar posesitfn de las Islas, cuja sumisitfn
hiciera el nuevo rcy Mohamed; pero antes de
que se hiciera cargo del mando, disgustados
los hermanos del rey de la suimsion al im-
perio de los almohades, se apoderan de Mo-hSmed y del enviado del califa, y ence-
rr&ndolos en el alcazar, proclaman rey k su
hermano Ali; esto debid suceder entre el 19
del mes de Safar, fecha en la cual vivla aim
IshaCj y el mes de Rebia 2,° eu que muere
Abuyacub a consecuencia d despues de la
batalla de Santaren 3. (45)
Ijlegada a AH la noticia de la mucrte del
califa Abuyacub, y la proclamacion de su
hijo Abuyusuf Yacub, titulado Almansur,
1 Hesprcto a. csto lingular peraonoje, plied**
verso Doxy, llcrherches, :J.' edi. lomo III* pag. £1-7.
2 Almyaoub Yusur murio en Sanlaren, 6 a con-
secuencia do !a expedicion de Sanlaren en BobJa \.iV
o 2.° del nno oSO, pues los autores no roncuerdan en
el dfa, ni aim en el mes: el aulor del CartAs, pAg. -K16
y 170, fija el dia 18 de Hebia postrcro, y en la pag. -141
dice fuc el 2 del misino mes:—Ahmed Anasiri, to. 1,
pig. 462Tsenala el'IO,de Rebia 1.°—Abenjalican (bio-
^rafta 8;*>) solo flja el mes, llebia 2,".
J-
I
— 182 —resuelve llevar la guerra contra los almoha-
des & las vecinas costas africanas, se prepara
rSpidamente, y en el mes de Xab6n ?dejando
an Mallorca a su hermano Talha, que algu-
nosllaman rey, sale para Bugia, de la que
se apodera el viernes 6 de dicho mes *. (46)
Ali Abenreverter, que habia quedado
preso en Mallorca, al partir para Bugia los
dos hermanos Yahya y All, a pesar de la vi-
gilancia, que con else tenia, consiguitf so-
bornar & la guardia y al pueblo, proclamando
al deslronado Mohamed, que sale de la cSr-
cel para empunar el mando por segundavez 2,
^ Afoenjaldun, lo, 1, pag. ,m edi. de Argel,—
lo. VI, pb#. 2V2, cdi. del Cairo—Cartas, pag- J 79.
2 Anonimo de Copciihagnc Ms. (Jg. iOO de la
Nibl. Nnrio. pig. A y Ms. Ar, de la Acndemia N. 83,
p?ig. M, dan deiaUes do csle aconlecimiento pero
por <U'^raria pnco roncretos respeclo a pcrsonajes:
los in a yores delalles so rejleren a las riogociociones
con los osclovos crislianos para que lomoran parte
ociiva en <! movimienlo: en el codice de la Biblioteca
Nacionol falln la milad del texlo. A csta rebelion pue-
do referirse la Cronioa do Son Salvador de Marsella
al decir eon referenda al afio 118.); "MCLXXW Chris-
liani ceperunt Palalium civitatis Majoricarum ot rue-
runt llberali a caplivilale», aunquo como so dice en
la DusLracion 44 pucda relcrirse ft olra rebelion en ol
mi-smo afto, al liompo de la rnuorie de Ishac.
— 183 —Segun Abenjaldun * cod la restauraci<5n
-de Mohamed fuc proclamado el califa almo-
hade Almansur, quien envio a Mallorca una
escuadra a las tfrdeues de Abdala hijo de
Chami para que tomara posesion de las Islas;
pero Mohamed, desaprobando lo hecho por
sus partidarios, 6 arrepentido de lo acordado,
se opuso k ello, pidiendo auxilio al Gonde
de Barcelona, quien le facilito el que pudie-
ra alistar un ejercito de calalanes: esto dis-
gustd m&s k sus partidarios, (juienes temien-
do £ Almansur, echaron de nuevo & Moh£-
med, proclamando a su Iiermano Texufin.
Ali Abengania, en realidad verdadero rey
de Mallorca desde la prisitfn de All Aben-
reverter, al marchar a Bugia con su her-
mano Yahya, habla dejado en Mallorca de
gobernador 6 lugarteniente suyo, & su herma-
no Talha y en cuanto tuvo noticia en Cons-
tantina 6 en Tripoli de la sublevacirfn lleva-
da & cabo contra este y el restablecimiento
de su hermano Moh&mcd, fuera 6 no deeti-
tuido de nuevo y remplazado por su hermano
I Tomo !, p&^. Eft do la eeli, do ArgeL
r
— 184 —Texufin, envio k Sicilia k sus hermanos Ab-
dala j Algaci, quienes desde alii se embar-
caron para Mallorca, de la que, entrando en
relation con algunos de la ciudad, se apo-
der6 Abdala sin gran dificultad, quedando
destronado Texufm, o quiza Hoh§med, pues
no conceptuamos seguro el reinado de Te~
xufin *.
ProclamadoAbdalacomoreydeMallorca,
probablemente ya entra do el ano 583, el califa
Almansur intento varias veces apoderarse de
su reino ?enviando sus escuadras contra Ma-
llorca & las drdenes de Abdala hijo.de Chami
y luego a las de Yahya, hijo del jeque Abu-
ibrahim el Hazrachi; pero los de Mallorca se
defendieron con resolucion y con esiLo con
muerte de muchos almobades y con esto se
fortifictf el poder de Abdala.
Por el misrao tiempo en que se desarro-
llaban en Mallorca estos sucesos, hay noticia
vaga de haberse apoderado de Ibiza en el
ano 583 el capiUm AbulabSs el de Sicilia,
haciendo prisionero al capitan Abennachah
i Abenjaldun, to. I, de la edi. de Argel, p. 332.
— 185 —el de Mallorca, quien se habia pasado de las
bandeias de Abengania a las de los almoha-
deSj con quienes babla roto despues, enga-
nando tambien a los de Ibiza, de cuya isla
se hizo dueno K
En el afio 584 de la hegira, sin duda lue-
go de quedar Abdala instalado de un modo
definitivo como rey de Mallorca, firma un
tratado con la Republica de Genova; pero
quiza no bizo mas que confirmar lo pactado
por su padre poco antes de su muerte, y que
probablemente do habria sido observado al
menos por parte de Mallorca, atendidas los
revueltas que en ella habian tenido lugar en
el periodo de cuatro afios: la paz entre la
Republica de Genova j Abdala como emir
de Mallorca se firma en el mes de Ghumada
postrero del ano 584 (28 de Julio & 25 de
Agosto de 1188) j el plazo fijado de 10 anos,
debia comenzar & contarse desde 1.° del mes
de Safar del mismo aiio (1.° de Abril de
1188). (47)
\ Anonimo de Coponhague pag. 8(> del codice
de la JMbl. Nacional, y p&g- 37 del codice tic la Aca-
diemia.
X
— 186 —Muerto el califa Almaasur en el ano 5D5,
su hijo y sucesor Mohamed An&sir envia
contra Mallorca una escuadra a las ordenes
de su tio el sid Abulalc, y del jeque Abu-
safd Olm&n hijo de Abuhafs; sitiado Abdala
en Mallorca y abandonado por su hermano
Texufin, segun Abenjaldua, rauritf en an
combate *.
Otros autores fijan la fecha de la desapa-
ricicSn definitiva, del poder de los almoravi-
des en Mallorca en el ano 599 6 600 6 601,
diciendo que el califa AnSsir sali<5 de Ma-
rruecos en el ano 598 y al llegar & Argel
mandtf construir (u organixar) una escuadra
y preparar los ejercitos contra Mallorca, la
cual conquist6 con muerte de su rey Abda-
la 2, y huyendo al desierto su hermano Yah-
i Abenjaldun to- L pag. 332 de la edi. do Ar-
gel-—Aluiicd Anosiri, tomo I, p&g. 190.
2 Sl*kuii Abdcluabid (pig. 231) al ser sitiada
Mallorca y salir por una de las pncrtos de la cludad,
su rey Abdala on cslado dr embriaguez, cayo su
cahallo, y lc mato an curdo llamado Omar el Adelan-
iado: la enlrada do los alniohades en Mallorca, y la
muerte dc Abdala tuvieron lugar en el mes de Dulhi-
cba del afto 599 (do 11 de Agosio £ 10 de Septiembre
— 187 —ja: el conquistador una vez dueno de Ha-
llorca?acogi6 muy bien £ los naturales dol
pais, que le reconocieron y ofrecieron sus
respetos *.
de 1203): & pesor de nolicias lan iorminanics, Mercer
en &u Hiitoire de V A/rique teptentviomU, lomo II, pftgi-
na 428, sienla queAbdala no nuirio, y pudo ovadirao.
1 Abondinar, pAg. 117.—GorlAs, p&&- 153—Ah-
med Anasiri, lo. I, p&g. 190—Andnlmo dcCoponha^uo.
Ms. dela IHbl. Nacio. p&g. 430-AbonjaHcAn, edi. dol
Cairo, to. Ill, biog. del califa Abuyuauf Yacub, P- 385.
_ __^t
JCICIO ACERCA DK LA DOMINATION
DE LOSALMORAVIDES EN ESPANA
Dado -el imperfecta conocimiento que te-
nemos tanto de la historia de los almoravides
como de la de los otros perfodos de la domi-
nacion firabe en Espafia, no creemos que se
pueda formular un juicio definitive, ni mu-
cho menos, acerca del car£eter de su domina-
cidn en nuestro suela; pues aim la historia
externa hemos visto que est§ por dilucidar
en gran parte: respecto & la historia interna,
no menos importante, apenassi tenemosotra
cosa que noticias sueltas referentes a institu-
ciones, costumbres, artes, agriculture, cien-
cias, letras, administracion j demas manifes-
190
r
taciones de la vida del pueblo: solo rcspecto
k las ciencias, y sobre todo, a las letras,
parece que pudieramos decir baslante; pero f*
en realidad seria s61o de la parte bibliogra^
fica, citando muchas de las obras escritas en
este periodo y de les que se tiene noticia;j
pero siendo muy contadas las que hasta hoyj
bayan sido objelo de estudio, aun esta parte 1
resultaria couocida en apariencia nada m£s.
A pesar de lo que se acaba de indicar, se
ban formulado juicios muy categoricos ypoco favorables respecto al gobierno de los i
almoravides, y como no los creemos justi-
ficados, k pesar de la gran autoridad de Dozy?
.
con quien hacen coro casi todos los autores '
posteriores, recargando no poco las tintas, t
como sucede con frecuencia, creemos pre-
ciso decir algo por nuestra cuenta, ya que
el juicio del sabio holandcs, si al parecer
muy justiiicado con datos tornados de autores
firabes y cristianos, en mi sentir resulta muyparcial, siendo eato en gran parte debido 5
au clerofobia oplicada al pueblo musulm&n,
y & su marcada tendencia, muy comun en
nuestros dias3k querer generalizar y deducir
to
t
— 191 —consecuencias con escaso mimero do datos-
Ya al trator de Abeumerdanix hemos te-
nido ocasioQ dc indicar algo do lo que dice
Dozy rcspecto al caracter tan to dc la domi-
nacion almoravid, corao de la ahnohade,
prmcipalmente con relaciou a los cristionos
6 mozarabes: veamos lo que dice al Iratarde
la expedition de Alfonso el Ualallador l
,que
es quiza donde cila los hechos masconcretos
en apoyo de sus apreciaciones.
<<Hacia el tin del siglo xi, cuando la Es-
pana musulinana pasd del poder de los reyos
de Taifas al dc uu principe africano, quo ha-
bia veuido como aliado, y luego deslrono &
los reyezuelos indigenes, se opera en este pais
una bntsca;f
funcsta revolution. La civilization
cedio el jntcsto a la barbaric, hi intelitjcntia a la
superstition, la tolcrancia al fanatismo. Kl pais
gemia bajo el regimen abrumador del clero
y de la soldadesca: en lugar de los eruditas
e ingeniosas discusiones en las academias,
de los profundos discursos de los (ildsofos yde los armoniosos cantares de los poelas, no
i li.-cherrhc*, 2-J cilio. to. \
tpii". 313 y s^menles.
— 192 —se oia mas que la voz monotona de Ios sa-
cerdotes j el ruido de los sables, que arras-
traban por el suelo».
«Pero si la situacidn de los musulmanes
espanoles era deplorable, la de los cristianos
mozarebes lo era mucho mas: con ellos los
morabitos africanos no guardaban considera-
cji5n algima: la tolerancia, que liasta enton-
ces se habia tenido con los cristianos, les
parecia criminal e impia: a sus ojos, las igle-
sias eran el oprobio de la Peninsula e insis-
tieron cerca del monarca en la necesidad de
destruirlas: Yiisuf, casi tan fanatico como
ellos, cedio pronto & sus deseos. jQue mas
hicieron? Es imposible decirlo, ja que los
autores musulmanes no lo dicen y los moza-
rabes de entonces no escribieron; pero no
debe presumirse que los alfaquies se detuvie-
sen en mitad del camino: su odio contra los
cristianos era demasiado fuerte para que no
los vejaran y persiguieran de todos modos».
«Durante largos afios los mozarabes su-
frieron en silencio; pero por fin, kabiendose
llenado la medida bacia el aiio 1125, supli-
caron al rej de Aragon Alfonso el Batallador
r
r
t
— 193 —que fuese k libertarlos del insoportable yugoque sobre ellos pesaba, y Alfonso respon-
diendo a su llamamienio marchd hacia An-dalucfa».
El mismo Dozy, insistiendo en lo que
habia escrito en los parrafos transcritos, di-
ce 1, hablando de los principes almoravides:
«Los tres principes de esta dinastia, que rei-
naron en Espaiia, Yiisuf, All y Texufin eran
extremadamente devotos: rodeaban k los al-
faquies de toda clase de respetos y liomena-
jesj y nada hacian sin haber obtenido antes
su aprobacidn: pero la palma en esle modo
de obrar hay que concederla a All: la casua-
lidad se habia equivocado, haciendole nacer
sobre las gradas del trono: la naturaleza le
habia destinado a una vida de reposo y pia~
dosa meditacion, para el claustro 6 para la
vida eremitica en el desierto: durante sit vida
no hizo inds que orar y iujunar: como era natu-
ral, los alfaquies se felicitaban de esto: ellos
manejaban al monarea como querfan, gober-
naban el estado, disponian de todos los car-
\ Ilistoire des musulmans, lo. IV, pag. 5i8 y si-
guienles.
Almoiuvides 13
— 194 —gos, con lo que atesoraban inmensas rique-
zas, en una palabra, reeogian el fruto que se
jbabian prometidc- de la dominacion almora-
vide, j quiza la coseclia sobrepujaba a sus
esperanzas».
Mas adelante, fijandose en el liecho mas-
concretode intolerancia, que nada tenia de
particular, dice 1: «La intolerancia de los
alfaquies traspasaba todo lfmile j sus miras
eran muy estrechas: poco versados en el estu-
dio del Alcoran y de las tradiciones relativas
al Profeta, bo conocian mSs que los escritos
de la escueJa de Malic, que consideraban co-
mo autoridades infalibles, de las cuales no
era licito apartarse: en realidad su teologfa
no era otra cosa que un conocimiento minu-
cioso del derecho canonico: en vano los teo-
logos un poco ilustrados protestaban contra
este exclusivismo. en pro de cuestiones j li-
bros secundarios: la persecucion era la unica
respuesta y se les tacbaba de heterodoxos,
cismaVticos o impios: el libro que en Oriente
babia publicado el celebre Algazali con el
1 Obra cilada, pig, 53,
*
— 195 —titulo de Resurrection de las tiencias reliqiosas,.
caus<5 ungran esc&ndalo ea Andalucfa, ysinembargo no era un libro beterodoxo.
. . El cadi
de Cordoba Abenhamdin declaro que todos
los que habian leido el libro de Algazali eran
infieles j condenados, j escribio una consulta
jundica (fetua) probando que todos los ejem-
plares de tal obra debiaa ser quenaados:,sus-
crita la consulta d informe por los alfaqmes
de Cordoba, fue presentada k All, quien la
aprobo. En consecuencia de este decreto el
libro dc Algazali fue quemado en Cordoba ren todas las ciudades del imperio almoravi-
de, proliibiendose bajo pena de muerte yconfiscacitfn de bienes el conservar un ejem-
plar de la obra».
Hablando del estado del pueblo aiiade
Dozy mas adelante ': «En general el pueblo
(musulman espanol) no fue contrariado con
la dominacidn de los almoravides, pero se
equivoco grandemente, si creyd que los nue-vos dominadores obtendrian victorias decisi-
vas sobre los cristianos j volverian § la Ks-
1 Pag. %0 de la misma ol>ra.
t\
196
pana musulmana el esplendor y graudeza
que habia tenido en los tiempos de Abde-
rraliman III, de Alhaquem II y de Alman-
zor. Las circunstancias sin embargo eran fa-
vorables, porque despues de la muerte de
Alfonso VI, en 1109, la Espana cristiana
estuvo sumida por largo tiempo en la discor-
dia y guerra civil; pero los almoravides no
supieron aprovecharse de la ocasitfn: todos
sus esfuerzos por recobrar a Toledo fueron
iniitiles y solo consiguieron apoderarse de
fllgunas poblaciones poco importantes; pero
la perdida de Zaragoza fue un gran golpe
para contrarrestar las pequenas ventajas ob-
tenidas».
«Kl pueblo por lo demas no pudo felici-
tarse por macho tiempo de la rsvolucion
llevada a cabo: gobierno, generales y solda-
dos, todo se corrompio con asombrosa ra-
pidez.»
«Los generales de Ytisuf, cuando llegaron
a Espafia, si no eran ilustrados, en cambio
eran piadosos, bravos y probos, y acostum-
brados ft la vida sencilla y frugal del desier-
to; enriquecidos con los tesoros de los prin-
.1
— 197 —cipes andaluces, que Yiisuf les did & manosllenas, perdieron pronto sus virtudes j solo
pensaron en gozar tranquilamente de las ri-
quezas adquiridas: la civilization de Espaiia
fue para ellos un espect&culo completamente
nuevo: avergonzados de su barbarie, quisie-
ron iniciarse en la civilizacidn, tomando por
modelos a los principes destronados; pero por
desgracia su epidermis era demasiado dura
para apropiarse la delicadeza, el tacto y las
buenas maneras de los espanoles: todo entre
ellos ostentaba el sello de una imitacidn ser-
vil j poco apropiada*.
Basta lo transcrito para formarse idea del
negro cuadro de la dominacitfn almoravide
pintado por el liabil pincel de Dozy, y re-
cargado por los autores posteriores, que co-
mo se ha indicado, se inspiran en el criterio
del autor holandes, conocedor, es verdad,
cual ningun otro, de nuestra historia £rabe:
creemos sin embargo ser de estricta justicia
el aclarar las tintas de tal cuadro, y esto nos
proponemos en parte, sometiendo algunas
indicacionesS la consideration de los lectores.
En la historia de los musulmanes puede
— 198"—
hablarse de teocracia y clero? Solo de un
modo muy impropio: en realidad el linico
sacerdote es el califa, cuyas funciones pode-
mos decir que imprimen caracter, y aun este
tiene atribuciones religiosas muy limitadas
por la tradicion 6 por las pocas exigencies
de la religion musulmana, que parece no da
lugar a consultas de doctrina ni de costum-
bres, ya que todo se supone determinado por
el Alcoran 6 por las tradiciones referentes a
Mahoma.
Por otra parte los individuos a quienes
se confieren las funciones del culto musul-
man, si asi quiere llamarsele, no son perpe-
tuas, ni imprimen caracter dentro de sus
creencias, sino que pueden considerarse como
funciones civiles; asi que el imam y pre-
dicador de la mezquita al mismo liempo
pueden ejercer olros cargos, 6 pasan a ellos
indistintamente: en realidad, mas bien que
los dedicados al servicio de las mezquitas,
pudieran llamarse sacerdotes los jueces; pues
por la union intima, 6 mas bien identidad
entre el derecho canonico, si asi puede lla-
marse, y el civil y politico, las ideas mas 6
— 199 —inenos amplias del juez pueden influir ma--cho en la practica judicial y penal, cuando
se presentan ideas nuevas en el terreno filo-
sofico teologico; asi vemos que los cargos de
intolerancia se dirigen de un modo concreto
contra los alfaquies (jurisconsultos), de cu-
ya clase, a la que pertenecian casi todos
los hombres de letras, se nombraban los
jueces.
Ahora bien, pueden sentarse las proposi-
tions de que con la venida de los almora-
vides se opero en Espana una brusca//
funesta
revolution; que la civilization cediera cl puesto A
la barbarie; la intelu/encia a la superstition; if
hi lolerantia al fanalismo? En manera alguna:
la vida de los musulmanes espanoles siguitf
siendo la misma > que habia sido hasta en-
tonces: podria retarse & cualquiera a que es-
tudiando las biografias de los personajes que
figuran en los Diccionariosbiograficos, mar-
case diferencias en el modo de ser de los
literatos, 6 mejor, hombres de lelras hasta el
tiempo de los reyes de Taifas y los posterio-
res: estudiaban lo que querian, y con los
maestros de su election, ya que la ense-
— 200 —fianza fue entre los musulmanes complela-
mente libre,si exceptuamosquizalos ultimos
tiempos.
En las biografias de los muchos persona-
jes que figuran en esle perfodo, musulmanes
espanoles los mas, almoravides algunos de
ellos, poco 6 nada se encuentra que indique
cambio slguno, y que los que liabian conoci-
do el gobiemo de los rejes de Taifas se vie-
sen obligados & combiar de modo de vivir:
aduladores cortesanos y parasitos saldrian
mal parados del cambio, si no se prestaban
& adular k los nuevos senores; pero esto su-
cede siempre que cambian los dominadores:
del conjuuto de datos que se ban aducido al
tralar de la rcbetitfn general contra los almo-
ravides, resulta que ni habia grandes guar-
niciones ofricanas, ni aiin que el mando de
las poblaciones mas imporLantcs estuviese
nor completo en manos de musulmanes al-
moravides: nada por tanto justifica el aserto
de que con la vemda de los almoravides se opera
en este pais una hrusca//
funesta revolution*
lLa civilization cedio el puesto & la barbaric;
la intelifjencia a la superstition y la lolerantia al
— 201 —fanalisiiw, como aw/am Dozy? Esto es muybo-nito y de grande efecto en un libro; sobre
todo cuando a continuacidn se ponen frases
tah graficas, si fuesen verdaderas, como es-
tas: «E1 pais gemia bajo el regimen abruma-
dor del clero y de la soldadesca, en lugar de
las eruditas e ingeniosas discusiones en las
Aeademias... no se oia mas que la voz mo-
n6tona de los sacerdotes y el ruido de los sa-
bles arrastrados por el sueW, pero necesita
pruebas que no puedan tacharse de hechos
aislados,
Se parte del supuesto, no probado, de que
los bereberes en sus difereiHes tribus eran
unos barbaros por civilizar, cuando de entre
ellos se levan tan los almoravides y dominan
todo el Alinagreb: hablaban lengua diferente
y pot lanto entendenan con dificultad el
arabe, en especial la poesia, y por esto nada
tiene de extraiio que Yiisuf Abentexufin no
entendiese d no le exaltasen los rebuscados
versos de los poetas espafloles, que en reali-
dad le pediau pan, aunque no lo dijesen en
sus versos: Yusuf era un b6rbaro en este sen-
tido para los poetas espanoles, como lo era
— 202 —Ovidio para los del Ponto, de quienes muy
bien pudo decir: aBarbarus hie ego sum, quia
non intelligor ulli: et rident stolidi verba
latina Getee.* «Yo aqui soy un barbaro, por-
que nadie me entiende, y los necios Getas se
rien de las palabras laLinas.» '
No hay mas que echar una ojeada por las
obras de "WusLenfold y Pons *, en las que se
da cuenta de los historiadores por orden cro-
nologico, para conveocerse de que al menos
los estudios hist6ricos no dejaron de tener
tantos cullivadores como en cualquier otro
periodo, y en general de no menor impor-
tancia: facilisimo seria, tomandolo de la obra
de Pons, continuar una gran lista de histo-
riadores polfgrafos espanoles de esle periodo,
y ponderar !a importancia de algunos de
ellos, v no lo seria menos el nnotar los mu-
chos escri tores de todo genero, de quienes
i ELegla X. libri V. Trillium, versii 37.
2 Wustrnfeldj Mv (lev hirhtxrhnib'-'r tier Arabrr
untl ihre Wcrkt\ Golliitfin^ !$$>.—Pon*,—Ens, iffo Hio-
hibliogrtiftcn sabre tot historintforei y fjeoffrafot arahitja-
MpatloteSi por Francisco Pons Boiguca. Obra prcmiaila
par la ftiblioleco Nacional en el concurso publico lie
48fl3 c impresa a expensas del Kstado. Madrid, 1898.
— 203 —tenemos datos bibliograficos en nucstras pa-
peletas de esta clase por orden alfabetico,
Tenemos obras iilosofico-politicas escritas
en este periodo por musulinaues espafioles, yque quiza cuando se puedan estudiar eu bue-
nas condieiones, pues al nieiios dos existen,
dan luz para conocer las causas de la caida
de los almoravides.
La primera, titulada Advertencia acercade
las canvas tjue produccn la disidencia 6 discordia
enlre los mitslhncs, esta escrita por el poligrafo,
pero principalmente gramitico, natural de
Badajoz, Abutnohamed Abdala, hi jo de Mo-
hamed, Abenasid conocido por cl dc ISadajoz;
el titulo nos liace sospechar que la obra pue-
da ser interesante para la ilustracitfn de la
historia de este periodo, pues que debitf de
escribirse en plena dominacitfn almoravide,
ya que el autor murio en el aiio 521: de las
muclias obras escritas por este autor, se con-
servan varies; tenemos nota de ocho de ellas>
conservandose varios ejemplares de la que es
objeto de nuestro estudio en este lugar. (48)
Pocos afios despues debid de escribirse otra
obra, que si no podemos decir que sea im-
— 204 —porlante
? pues tampoco esta estudiada, prue-
ba al menos que los estudios no estaban tan
decaidos en la Espaiia musulmana, como
resultaria de las palabras de Dozy, tomadas
en sentido eslricto y segun la mente del au-
tor. Un almoravid de pura raza de la tribn
de Sinhacba, Abulabas Ahmed hijo de Mo-horned el SinhacM, el Andalusi, conocido
por Abenalarif, de quien bemos hecho men-cidn al tralar de Abencasi, de quien fue
maestro y pudiuramos decir cofundador de
la secLa de los moridm, escribid un libro
titulado: Los tesoros, las hellezas dc las sesioncs,
el ceho para pi'ender los corazoncs ij la contempla-
tion de los amadosj obra que se conserva en la
JJiblioleca del Escorial 1.
Y por cierto que como queda indicado>
Leniendo All noticia de que propalaba doc-
trines sediciosas, 6 se hacia muj popular, no
tom6 contra el y su compailero, Abenbarra-
chfin 2 mas medida que la de alejarlos de
A Derenbourg, Catalogue dos inanuscrils ara-bes lie V Eseurial, lomu II, en prensa, pag, at, N.° 732,
2 Abenaljalib, Ms. Ar. dc la Academia nam. 37.fol- Sot r.
^>
— 205 —Almeria y llevarlos a Marruecos, donde mu-rieron en el aiio 536, poco antes de iniciarse
la rebelidn general conlra los almoravides,
que contribuyd a preparer: por esto merecia
dicha obra algiin estudio, ya que tan poco
sabemos de la secta de los moridin, que pa-
rece contribuyeron en gran manera a la rebe-
lidn. (49)
Hachi Jalifa menciona esta obra de Aben-
alarifcon dos titulos diferentes, BeUezas de
las sesiones, 6 simplemente Sesioncs, ba jo los
mimeros 11499 y 11384.
Tambien Abencasi, el discipulo de Abeu-
alarifTe iniciador de la rebelion, escribid
una obra acerca del sufismo, la ciial debitf de
tener importancia entre los sufies posterio-
res; pues como dice Hachi Jalifa, fue co-
mentada por el celebre siifi raurciano Mo-
hidin Abenaralu, quien dice de Abencasi, 6
sea del autor de la obra, que comenta, que
era literato excelente, gran fildlogo y que no
hablaba sino para pronunciar sentencias filo-
s6ficas. ]
t Hachi Jnlife, N. 4*88. La obra Uuvn por tftulo
Camhxo thi talzwlo para Itegar it la prwnritt ilr lot f?o$
(
— 206 —De lo dicho puede inferirse que en el pe-
riodo de los almoravide? los musulmaues es-
panoles siguieron dedic&ndose al estudio,
cuyo aprecio indican bien los versos de
Abenasid citados por Pons:
*E! sabio viviri efcrnamenle despuos de su inner-
le, aunquo su* mtembros se corrompan bajo de la
lierra; inns ol ignoranlc es un muerto quo onda porel mundn: cuenlase enlro los vivos y sc balia pri\ adode vida-,
Abenalabar en la biografia de Ibrahim,
hermano de AH * dice que durante su go-
bierno en Murcia fue discipulo de Abuali
Asadafi, para lo que bubo de ir a caaa del
maestro, pues cste se hizo el desentendido
respecto u la pretensidn no extrana, de que
Abuali fuese a la residencia del gobernador.
Abenalabar dice terminantemente en esta
biografia que durante el mando del hermanode su biograflado (AU Abenjusuf, afio 500
e$t/ufa\ hifctias: H bibliografo titrco parore (pie no Ionianoticia do lo pairia del autor, a quieti solo llamaAteneasi jefc <h to* sufie*, pcro Abcnaljatib (fol. V6 do.
mi copia}, a! liablar do Abcncasi, dice que os el autorde la obra mencionada.
1 Riblio. Arab. his. tomo IV, pag. ;>C>.
f
,
j:
— 207 —a 537) ^estuvieron en predicamento las cien-
cias y las bellas letras y abundaron los hom-
bres celebres, principalmente los escritores»
y que Ali babia pedido 3a tchaza de todas sus
tradiciones al sabio Abuabdala Ahmed, Iiijo
de MohSmed el Jaulam por la nobleza de
las autoridades (en que se apoyaba).
Tambien figura como discfpulo de AbuaKAsadafi y de otros maestros ilustres, Alman-
sur, hijo del emir Abuabdala Mohdmed,
Abenalhach Daud, de quien se ha dicho que
murio en la expedicion del Congost de Mar-
torell en el afio 508,
Almausur, que en Valencia fue lugarte-
niente de Abuzacaria Abengania durante
las expediciones de este, era de elevada in-
teligencin, de alma pura, ansioso de la cien-
cia y apasionado de los divanes (colecciones)
antiguos y originales preciosos, de los cuales
llego a reunir una coleccitfn admirable: mu-rio en Ibiza 6 eo Mallorca en el ano 547, 6
h&cia el afio 550.
Digase si tales principes 6 tales persona-
jes merecen el dictado de biirbaros c igno-
rantes.
— 208 —Quienes tales aficiones manifestaban 6
iban & las casas de maestros particulars, si-
quiera fuesen tan celebres como Abuali Asa-
daff, no dejarian de tener 6 asistir k tertulias
6 reuniones literarias, mal llamadas Acade-
mias; pues con caracter oficial es casi seguro
que nunca las bubo en la Espana musulma-
na, a no ser en los ultimos tiempos; y en
esas tertulias 6 Academias se discutiria con
la misma libertad y altura de miras, que en
los tiempos anteriores.
i
4
JPerseciicfiiin cle log liiozifcrnbeN
Pop los autores cristianos poco 6 nada sa-*~~
bemos del estado de los mozarabes en Anda-
lucia durante los primeros aiios de los almo-
ravides: s<Slo con motivo de la incursion de
Alfonso el Batallador se dan algunas noticias
acerca de su estado, 6 mas bien, de la perse-;
cuci6n que contra ellos se movio a conse- ,
cuencia de esta famosa expedicitfn, poco co- I
nocida en sus causas y no mucho mejor en
sus efectos.
- j
-!
— 209 —Por el testimonio de Abenasairafi *, re-
sulta que en el reinado de Yusuf en el afio
492 los cristtanos de Granada fueron inquie-
tados en el ejercicio de sa culto, siendoles
demolida una iglesia antigua, que existia enla que hoy es plaza del Triunfo: en realidad
esto es lo linico que se sabe; suponiendo queesto fue debido exclusivamente al fanatismode los alfaqules y a su iniciativa, a la que debuen grado debio de asentir Yiisuf, Dozjsupone y da por sentado que los alfaquies nose detuvieron en mitad del camino, y que,
obtenido el permiso de derribar una iglesia,
lo tendrfan para todas, y que los cristianos
fueron atrozmente vejados por los musulma-nes hasta que habiendose llenado la medidahacia el afio 1125, suplicaron a Alfonso el
Batallador que les ayndase & sacudir el yugoy se apoderase del territorio sometido al
islam; y que en virtud de esto el rey de Ara-
gdn emprendid su famosa expedicidn.
Admitida la demolicida de la antigua
iglesia de Granada, ya que ningun dato po-
i Dozy, Rccherchos, 2.a edi. tomo I, pig. 316.
Almohavides \i
210
damos aducir en contra, ni nay motivo es-
pecial para ponerla en duda, aunque mencio-
nada en rigor por im solo autor, como este
nada dice de las causas que la motivaron, en
buena critica no cabe ampliar la persecucidn
y suponer que los alfaquies se ensanaron con
los cristianos, lanto mas, cuanto que el au-
tor, al mencionar este hecho, no hace alu-
si6n alguna a tirantez de relaciones entre «».
musulmanes y cristianos por este tiempo:
indica si con preciosos detalles la alianza con
Alfonso el Batallador y la consiguiente ex-
pedicidn de este, despues de la cual y a con-
secuencia de la misma se inicia la persecu-
cidn, que no podia menos de sobrevenir, co-
mo previeron los diez mil cristianos, segun
Orderico Vital, que se reunieron al ejercito
de Alfonso al regresar; y aun asi se necesito
que a raiz de la derrota de Arnisol y regreso
de D. Alfonso, el cadi de Cordoba Abulua-
lid Abenroxd (abuelo de Averroes) se diri-
giese a Marruecos a informar a Ali de lo su-
cedido y pedirle tomara medidas contra los
cristianos, por lo menos la de desterrarlos,
como efectivamente tom6 esta medida, pues
P
-_!
— 211 —en el mes de Ramadan del mismo ano 520muchos cristianos fueron deportados a Afri-ca, sufriendo mucJio en el yiaje por el maltiempo j los malos caminos: a los sufrimien-
tos naLurales del viaje, que confiesa el autor
arabe del relato, hay que anadir, segiin Or-derico Vital, los atropellos de todo generocometidos por los musulmanes, irritados porla marcha de los que se habfan unido al ejer-
cito de Alfonso *m *
Estos parecen ser los unicos datos quenos suministran los autores antiguos; falta
ahora apreciarlos en su verdadero valor, jaque estan poco conformes entre si.
Dada la connivencia indudable de los
moz&rabes en general con Alfonso el Batalla-
\ Porro CorUuhenscs aliique Sorracenoruro po-puli valdc irati sunt, lit Mucoravios cinn familils et
relmssuisdiscessissevideninLOuaproptercommimidecrelo contra residuos iimirroxeriiM, rebus omni-bus oos crude] iler expoliaverunl, verberibns et vin-culis imiKisque iniuriis graviter vexaverunt. Mulloseorum horrendis suppliciis inlcremcnint, et omncsalios in African) ultra [return Alhlanticum relegavc-runt, exilioque truci pro Ohrislianorum odio, cfiiibusmagna pars eorum comilata fiieraLcondemnaverunt.(Dozy, necherches,2. a edi. tomo I, pag. 338).
— 212 —dor, no pueden tacharse de exageradas las
pretensiones del cadi de C6rdoba Abulualid
Abenroxd de que lo menos que procedi'a era
expulsar a los mozarabes, y por tan to bajo el
punto de vista del gobierno musulman, en
mi sentir no es justo hacer cargos al emir
Ali por esta medida; que produjo atropellos
injustificados, no lo dudo; pero probable-
mente no serian tantos como dice Orderico
Vital; pues es lo cierto que en Granada que-
daron bastantes cristianos, como dice el autor
4rabe, J confirman de un modo indudable
los graves acontecimientos ocurridos en esta
misma ciudad en el ano 557, de los que se
ha hecho mention en la pagina 139 y si-
guientes.
^El llamamiento de Alfonso por los cris-
tianos de Andalucia se debio, como dice Do-
zy, a que la medida del sufrimiento de los
mozarabes se liubiera llenado por este tiem-
po? Podra ser; pero lo dudamos: habian pa-
sado 28 afios desde que habia sido derribada
la antigua iglesia de la puerta de Elvira, ysi la persecuci6n de los alfaquies con aquies-
«encia del principe liubiera sido tan violenta,
.-{
— 213 —no se concibe su prolongation por espacio de28 afios.
Es probable, en mi sentir, que la expe-dition de Alfonso el Batallador partiese desu iniciativa \ j que como era natural pro-curara antes ponerse en relation con los mo-zarabes que habfan de ver con simpatfa sustriunfos j pod fan servirle de mucho, aun sintomar una parte activa y directa en la lucha.
De que la persecution iniciada segi'mAbenasairafi en el afio 492 y exacerbada ha-cia el ano 519 no tuvo ni de mucho el al-cance que le supuso Dozy j lmn exageradoautores posteriores, encontranios un indicioraas, aunque puramente negativo en el si-lencio de los Anales Toledanos.
El autor 6 autores de estos Anales, muy
1 Orclerico Vila] hi alrilmy« al dcsco de Alfon-so de acomclcr cmprosa* superior©* a las que habfanIlevndo a feliz K-rmlno el Conrto Rolrtm y compaflc-ros,—Anno ab incarnatione Domini MCXXV, posl-quam Rolro Comes cum suis satollitilius el nuxiliariisin Gatliam romoavil, Aragononsis Rex visis insigni-bus geslis, qiiro Franei sine illo super Paganos inHispania feceranl, invirlit: laudistftie cupidus ingen-tom sum gentis cxercilum arroganler odunawl." Es-pana Sag. lomo X, pag. 607.
fl
— 214 —afecto a los moros, como oportunamente in-
dico el Sr. Saavedra, nada indica de la des-
truccion de la iglesia de Granada ni de per-
secuci6n: quiza pudiera encontrarse algo de
esta en lo que se dice con relacion al afio 499,
siete despues de la demolicitfn de la iglesia
de Granada—«l? ue la hueste de Malaga cuan-
do exieron los Mozarabes de Malaga, Era
MCX LI V;> ,pero parece mucho mas probable
que mozarabes de Malaga salieran al servicio
de los moros como supone el P. Fiorez '.
No consta en dichos Anales Toledanos
otra indicacion referente a los mozarabes
hasta la entrada de Alfonso el Batallador en
Andalucia, que como se dijo, refiere con es-
las lac6nicas palabras: «Entro el rey de Ara-
gon con grand hueste en tierra de moros c
lidid 6 vencio a XI Reyes de Moros en Aran-
zuel, Era MCLXI», anadiendo a conlinua-
ci6n: «Pasaron los Mozarabes a Marruecos
ambidos,EraMCLXII», (anode J. C. 1124).
La fecha esta equivocada, pues estos sucesos
ocurrieron en los anos 1125 y 1126.
1 Espana Sagrada. lomo XXIII, pig. 387.
fr
£
— 215 —
y iu ma de los libro* de Al^a/ali
Es includable que la obra de AlgazaK Laresurrection de las ciencias religiom, fue pro-
hibida en la Espana musulinana con la in-
tervencitfn del cadi de Cordoba AbuabdalaAbenhamdin; son muchos los autores arabes
que hacen indicaciones acerca del liecho yno cabe ponerlo en duda: de lo que cabe du-dar, es de la aplicacion que del decreto se
hiciera: probablemente la prohibiten exci-
taria el deseo de leer la obra, y seria causa
de su major circulacion, como resulla del
hecho de que 30 afios despues Abencasi ex-
plicaba este libro & lossufies, a quienes ini—
ciaba en la idea de rebelarse contra los almo-
ravides: en lo que no estan conformes es enlos deialles de la proscripcion, y en reali-
dad, en el principe que la autorizo, y me-nos, en las causas: podn'a muy bien sospe-
charse que la acrimonia con que segiin Dozy,atacaba a los tetflogos 6 alfaqules fuese la
causa principal de la proscripcidn de la obra
de AlgazaK, que debitf de alcanzar gran exito
en el mundo musulm&n, si atendemos al nu-
— 216 —mero considerable de ejemplares que se ban
conservado en las bibliotecas: parece sin em-
bargo que en Espana circulo poco en la epoca
inmediatamente posterior, al menos de un
modo publico, pues AbenjSir no le cita entre
los libros que estudio K
Las circunstancias y la fecha de la quema
de la obra de Algazalf son desconocidas por
los autores arabes: la fecha puede fijarse en-
ire el afio 500 j 507, (50) ja que en el afio
500 subid al trono All, y en 507 muere uno
de los que intervienen en el proceso.
Ahora bien, el anatema lanzado contra un
libro determinado autoriza para asegurar que
la civilization ccdid fit pttcsto a la barbarie; la in-
leliqcitria a fa -wpcnticion // la loleruncia al fana-
tismo? Kn manero ulguna: de todos los perio-
dos historieos de los musulmanes de Kspana
se citan hechos analo^os y lo mismo ha su-
cedido en todos 6 casi todos los pueblos, ycasi podria asegurarse que suceder6siempre.
Anade Dozy, «que gobierno, generales y
4 Abenjiiir uaoio on el ano ->0?h vor el iienipo
en que fu£ qucmada la obra ilo AlpazaH,* y murio en
Cordoba en !>7tt, Bibl, Ar. hie. lomo X, liilroduccion.
*j
— 217 —soldados todo se corroinpi<5 con asombrosa
rapidez; que los generales solo pensaron en
gozar tranquiiamente de las riquezas adqui-
ridas y que avergonzados de su barbarie qui-
sieron iniciarse en la civilizacion, pero que
todo en ellos ostentaba el sello de una imi-
tacidn servii y poco apropiada>>, es muy sen-
cillo y de mucho efecto el asegurar todo
esto; pero haceu falta pruebas, imposibles de
aducir, porque en el estado actual de los
estudios arabes no es aiin posible ver en
conjunto los hechos y la raarcha de los acon-
tecimientos: pueden citarse hechos parricn-
lares de caudiilos ineptos 6 desgraciados en
la direccion de los ejorc-ilos, como Temim el
heroe por fuerza de I'clcs, que se retira sin
pelear de los muros de Zaragoza; y del ven-
cido en GuLanda, el principe Ibrahim; pero
lambien hemos cilado no pocos que luchan
con acierto y valor durante largos auos y que
si por fin sucuinben, saben hacerlo con honor.
Como por otra parte vemos que en ma-chos casos los jefes de poblaciones de impor-
tancia son espanoles, y esto les proporciona
el poderse rebelar contra los almoravides en
?
— 218 —los ultimos tiempos, haciendoles concebir la
idea de independencia nacional d de autono-
mia regional, no encontramos que los almo-
ravides acaparasen para si los cargos milita-
res, ni mucho menos los civiles, que si eran
dados & los alfaquies 6 jurisconsultos, s61o
ha podido hacerse antipatica esta conducts,
tach&ndola sin raztfn de clericalismo y teo-
cracia.
Queda probado que en lo militar y cien-
lifico no cabe encontrar diferencia radical
desfavorable & los almoravides: gla hay en lo
dem&s? Del estado de la agriculture, indus-
tria y comercio de este periodo como de los_i
dem&s, poco 6 nada sabemos; pero hay un
ramo importante de la adminislracitfn, en el -**
que los almoravides son muy superiores £
los gobiernos que les precedieron, y es el sis-
tema monetario.
Las monedas de los almoravides en belle-
za y en el sistema & que obedecen, son muysuperiores & todo lo que se habia visto hasta
entonces: y cosa singular, el sistema mone-
tario almoravid viene de Marruecos, pues
resulta implantado antes que Yiisuf Abente-
— 219 —xufin fuera llamado por los reyes de Taifas,
La perfeccitfn y abundancia delasmone-
das almoravides tanto ea oro como en plata
pueden considerarse por una parte como un
indicio de la prosperidad material en este
periodo, prosperidad que confiesa el mismo
Dozy, como no podia menos de reconoeer con
los autores iirabes >, (51) y por otra su buena
y hermosa acunacion nos prueban que en
todas las poblaciones de importancia se cul-
tivabaal menos el arte del grabado, como no
se habia hecho antes, y que la reforma mo-
netaria no se habia heclio a la ventura y por
desenvolvimiento espontineo aislado, sino
con plan fijo procedente del poder central.
En efecto, las monedas de oro , muyabundantes en este periodo, son de peso muyuniforme, lo que no habia sucedido antes,
de modo que quizii solo desde este tiempo la
moneda de oro firabe espaiiola, tiene en rea-
lidad el caracter de tal con peso y ley fijos: yaun en las mismas monedas encontramos in-
dicio de algun cambio de peso, pero tan poco
1 Cartfts, edi. Tornljerg, pag. 108; Abcnalatir,
<uli. Tornberg, tomo X, pag. 287 y 288.
— 220 —importante, que no ha podido fijarse a pesar
de las muchas monedas que se conservan ?
bien que de muy pocas sabemos que perte-
nezcan al sisiema antiguo, que probablemen-
te indicar& algun mayor peso ,f
.
Eu todo el periodo de lps reyes de Taifas
puede decirse que no se acuno moneda de
plata, pues la que llevaba el nombre de dir-
hem era en realidad de cobre 6 de plata de
pesima ley y peso muy diferente: con los
almoravides se introduce un sistema mone-
lario, con el cual reaparece la plala de buena
ley, y las monedas fraccionariasdel dirhera,
froccionarios que no se habian conocido en
periodo anterior, y que en Espafia tralaron
de introducir los ultimos reyes de Badajoz,
dc quienes se conocen monedas parecidas.
Para facilitar las transacciones mercanti-
les al por menor, los almoravides acunaron
semidirhemes, cuartos de dirliem, octavos ydieciseisavos, llamando & estas microsc6picas
monedas, jarruba (algorroba): asi lo dice Ab-
\ Esta pnrticularidad so exprosa en algunas
monedas da Granada del afio820 y on las dc 521 y i>22:
Vivos, ohra ciloda, numeros 1621, 1622 y 1623.
i
l*
— 221 —delu&hid J
> y asi results de las monedas de
este periodo estudiadas y dadas a conocer por
el Sr. Vives. (52)
La perfeccion artistica que aparece en las
monedas de este periodo, resulta tambien en
otra clase de monumentos no menos auten-
ticos, en las inscripciones sepulcrales, en las
que las letras dejan de aparecer en la forma
llamada cufica, para ostentar el caracter cur-
sivo, mucho m&s elegante, y el conjunto de
la inscripcion se encierra k veces en marcos
elegantisimos.
Como, al menos para la Espana musul-
mana, All es el representante legitime* de la
dinastia almoravid, digase si quien vino k
Espana cinco veces tomando en varias de
ellas la direccitfn personal de las campaiias yarreglando los negocios, si un principe en
cuyo reinado tanto florecen lasciencias y las
artes, no hizo m&s que rezar y ayunar, como
dice Dozy y repiten en coro autores poste-
riores.
Abdqluahid el de Marrueeos, i>a^. Ii8.
ILUSTRACIONES
ILUSTRACIONES
(Passina 1)
La generalidad de nuestros cronicoues
tuitiguos fijan de un modo muy vago y poco
preciso la fecha de la batalla de Zalaca, quellaman de Badajoz, do Sacra Has, Sufjralias, Sa-
raiias 6 Zagalla: la major parte Gjan solo
el ano y no siempre bieu; pues son bastantes
los cronicones que relrasan un ano la fecha:
algtmos citan el mcs de Noviembre; sdlo en
los Annates Complulemes (Espaiia SagradaY to-
mo XXIII, p. 314) encontramos la indicacidn
concreta de la fecha con estas palabras: «In
/Era MCXXIV. Die sexta feria, scilicet Xleal. Novembris, die Sanctorum Servandi ct
Germani fuit ilia arrancada (derrola) in Ba-
dalozio, id est, Sacralias, et fuit ruptus Hex:
Domnus Aldefonsus».
Almoiuviuks i;i
— 226 —Los autores arabes dan mas detalles y son
varios los que de un modo concreto fijan la
fecha de la batalla en el viernes 12 de Ra-
cheb del ano 479, que coincide perfecta-
mente con la anterior, correspondiendo al
viernes 23 de Octubre de 1086 (Bibliotheca
Arabico-hisP . to. III. p.31.-Aben8lcadi,
edi. litop. de Fez, pag. 343.-Ms. S. X. de
la Colcccion Gayangm en la Academm de la <T
Historia, fol. 39. v.). Otros autores arabes, I
fijando el mismo mes, varian en el dia.
»
(P^iiia 3)
Las veoidas de Yiisuf a Espafia y el ob-
jeto de cada una de ellas no aparecen bas-
tante claros en los autores arabes: resulta que
vino cinco veces, aunque la generalidad de
los autores solamente mencionan dos de sus
viajes.'
La prima-a venida , conocida de todos, e&
la que da por resultado la batalla de Zalace,
is*
;"3
— 227 —el viernes 12 de Hacheb del oiio 479, 6 sea
23 de Octubre de 1086.
Segunda renida en el ano 481 : en Rebia L"
sale de Algeciras, se dirige a Aledo, que si-
tia durante cuatro raeses (Cartas, p. 98,
—
Ahmed Anasiri, p. 119,—Alholal Almauxia,
fo. 41.
Tcrcera venida: Yusuf pasa el marpor ter-
cera vet en 483: llega & Gdrdoba en Chuma-
da 1.°; luego se apodera de Granada y Ma-laga, destronando k los reyes Abdala y Te-
mim, hi jos de Boloquin hijo de Badis, y en
HamadSn pasa de nuevoelinar; segiin algu-
nos, la toma de Granada y Malaga deberia
atribuirse S la segunda venida (Hihl. Arab.
hisp., to. Til, p. 32.—Cartas, p, 98.—Aben-
jalican, biog, de Yusuf, torao III, pSg. 462,
Ahmed Anasiri, to. I, p6g. 120.—Alholal
Almauxia, fol. 44).
Cuarla venida: Yusuf pasa Ji Espana por
cuarta vez en el ano 490 (Ahmed Anasiri,
to. 1, p, 121), aunque el autor dice por Ler-
cera: Alfonso se dirige contra el, y Yusuf
envfa el ejercito & las drdenes de Mohamed,
hijo de Alhach, que derrota & los cristianos:
— 228 —segiiael Alkolal, fol. 48, Yiisuf vino acom-
pafiado de sus hijos Abutahir Temim y Abul-
hasan Ali.
Quinta vemda: Aunque Ahmed Anasirf,
p. 122 s dice que Ytisuf pasa de nuevo en el
ailo 497, y le llama 4.avenida, es la quinta,
y debid de efectuarse en el ano 496, en cuya
fecba se verified en Cordoba la proclamacidn
6 jura de Ali, como principeheredero, en el
mes de Dulhicha (Cartas, p. 101.—Dozy,
Notices, pSg. 225,—Abenaljatib, foL 22 de
mi ejemplar).
3
(Pagina 4)
All habia sido proclamado Principe he-
redero por su padre Yusuf en Marruecos en
el ano 495, segun consta del documento que
se inserta en el Ms. N. X, de la Col. Gayan-gos en la Academia de la Historia, fol. 50;
en el ano siguiente, 496, se bizo la jura so-
lemne en Cdrdoba por los magnates espano-
les; k estajura hecha con mucbasolemnidad
«
' *•.;
229
asistid Abdelmelic, hijo de Aimostain II,rey de Zaragoza, quien envio magm'ficos re-galos, en los que iban 14 arrobas de objetosdeplata, en los que figuraba en taracea elnombre de Almoctadir, abuelo de Almos-tain, cujos objetos fueron convertidos enquirates (pequefias monedas), que fuerondistnbuidos al publico en la noche do! dia10 del mes de Dulhicha (Dozy, Notices surquelques manuscrits ar. pag. 225.—Cartaspagina 101).
El nombramieiUo de AH como prmcipeheredero en el aiio 495 ofrece alguna duda,por lo que resulta del testimonio de las mo-nedas, en las cuales All no figura comoPrincipe j^", hasta el aiio 497, y con el dePrincipe heredero hasta el mismo aflo 500. DeSegelmesa hay dinares basta el aiio 498, in-clusive, sin que se mencione el nombre deAlf: lo mismo se observa en los monedas deAgmat basta este mismo ano, y en una deFez de 499 (?); el nombre de Alf con el ti-tulo j^W figura desde el ano 497 en mone-das de Cdrdoba j Almen'a; desde 498 en lasde Agmat y Denia; y desde 499 en las de
230
Jativa, Sevilla y Valencia: con el titulo de
j^H J. s61o aparece en monedas de Mala-
ga del ano 500(Vease Monedas de las Dimslias
MAbigo-espamlas, por D. Antonio Yives, nu-
meros 1449 a 1530).
(Pagino o)
Cartas, pag. lOl.-Segun Abenjalicfa,
(tomo HI, edic. del Cairo, pag. 460) Yusuf
muri6 el limes 3 de Moharrem (4 de Sep-
tiembre de 1106) despues de un reinado de
SOaiios y 90 de vida.
(P&gina ii)
AH habia nacido en Ceuta en el ano 477,
de modo que al subir al trono contaba 23
afios de edad: era hijo de una esclava cns-
tiana, que segdn algunos autores se llamaba
-j Camar (Luna),^\ J*[i
tCarl&s
'**"
— 231 —-gina 102,— Alholal Almaima, folio 52;
aunque algiin otro autor la llama \jX* j *\
^„^) Maiio (?) y Omalhasan (Abenalcadi,
pSg. 291, edicion d e Fez),
6
(Vigina 5>
El imperio de los Almoravides se exten-
<lia desde Bugia hasta el extremo del Sus,
por el mediodia desde Segelmesa hasta los
monies del Oro en el Sudan, y por todo el
pais de Alandalus, desde Mallorca, Menor-
ca e Ibiza, siendo proclamado en la oracidn
publica en dos mil trescientos y tantos pul-
pites.
(Pagina 6)
No es facil fijar con precision las veces
-en que All, durante su reinado, vino k Es-
pafia, donde ya habia estado antes.
— 232 —Primera venida: En el mismo ano 500 en
que comenzo a reinar, vino a Espana, sin
que en los autores encontremos noticias con-
cretas de lo que hizo: Abenaljatib, el unico
autor en quien encuentro mencion de esta
venida, dice (Ms, ar. de la Acad., num. 37,
folio 250 r.) que «liabiendose renovado la
proclamation 6 reconocimiento de la gente
de Alandalus, se apresurtf a pasar a ella a
fines de este mismo ano; trato sus negocios
j ordend el estado de las cosas.»—Abenjal-
diin (edic. del Cairo, to. VI, p. 188), pare-
ce referirse a esta primera venida, cuando
dice que «A1£ paso a Alandalus, devostando
el pais del enemigo, matando y cautivando»
ya que despues habla de la segunda venida
en el ano 503.
Seyunda venida: De este segundo viaje de
All a Alandalus dan noticias mas detalladas
y concretas: a esta campana se le llamtf de
Talavera, sin duda por ser la fortaleza mas
importante de las que en esta expedition
cayeron en poder de los almoravides: Ali
sale de Geuta el 15 de Moharrem de 503 (14
de Agosto de 1109); se detiene en Ctfrdoba
— 233 —durante un mes; luego se dirige hacia Tala-
vera (de la Reina), que toma a viva fuerza,
cayendo en su poder has la 17 6 27 fortalezas
de los alfoces dc Toledo, entrcellas Hat/rid yGuadalajara, y presentandose ante los muros
dc Toledo, la sitia durante un mes, talando
su campiiia, y despucs de hocer mucho dafio
a los cristianos sc volvio a Cordoba (Cartas,
pagina 105.—Ahmed Anasirf, pSg. 125.
—
AbenjaldiiD, VI, 182, 188,— Abenaljatib,
Ms. Ac. num. 37,p. 250.—Annies Toledanos.
Esp. Sag., to. XXIII, 388.— Bibl. Ar. hispa-
n&, to. III, p. 88, y VI, p. 527)- I, a Ounira
de Alfonso VII, confuudc, o mejor dioho, re-
funde cou csla expedicidn otra baslanle pos-
terior, en la que e! jefo no fiui All, sino su
hi jo Texufin, quieu por esle tieuipo no ha-
bia venido & l^spana: scgitti el aulor, no pu-
diendo All apodcrarse de Toledo, se diri^io
k las ciudades j castillos que habia al otro
lado de la sierra, rompieudo los muros de
Madrid, Talavera, O)mos» Canales y otros
muchos, haciendo muchos caulivos, poro sin
que pudiera apoderarse de las fuerles torres
de dichas ciudades, que Hainan alcdzares:
— 234 —Guadalajara con otras ciudades y castillos
quedo ilesa y sus muros no fueron derraidos,
(Chronica Adephonsi Imp. Esp. Sag., tomo
XXI, pags. 356 a 359). El autor del Alholal
(fol. 54) afiade que los musulmanes destru-
yeron a las puerlas de Toledo una celebre
almunia, detalle que confirma y aclara el
autor de la Cr6nica del Emperador al decir
que los moros prendieron fuego a una fuerte
torre que habia a la cabeza del puente frente
k San Servando.
La cronologia concreta de estos sucesos
no resulta clara, pues los Anales Toledanos,
cuyo autor en general estaba bien enterado
dice: «Prisieron Moros Talavera en XVI dias
de Agosto, Era MCXVII (sic> (parece de-
beria ser MCXLVII), cuja fecha correspon-
de ti la que se da anteriormente como de la
salida de Ali de Ceuta, y su embarque para
venir a Espaiia: los naismos Anales Toleda-
nos indican el sitio de Toledo por Ali con
estas palabras: «Pos<5 el Rei Ali sobre Tole-
do e tdvola cercada VIII dias, Era 1148.»
Tercera venida: Por los cronicones Portu-
gueses podemos determiner la tercera venida
— 235 —de A.K, la cual aparece con pocos detalles en
los autores arabes, AbenaljaLib (Ms. Aca-
demie, num. 37, fol. 250) solo dice que paso
por tercera vez, sitio a Coimbra (el lexto
dice *> **«5: lo mismo se lee en el mauus-
crito de la Blblioteca de Argel, segiiu copia
de mi pertenencia), y luego laabandono; se-
guo el autor del Aiholal (f. 51) paso por
tercera vez en el ano 511 coo propositode
hacer la guerra santa; en este aiio con juUttf
la ciudad de Coimbra (Lexto I* y+\? que su-
ponemos estara del mismo modo en el c6di-
ce de Leiden, puesto que en el c6dice de la
Coleccitfn Gojangos estin auoladas las va-
riantes por Mr. Dozy, y de este nombre nada
se anota), conculcando el paisde los infieles
con ejercitos innumerables, dejando en el
muchas huellas».
—
ElChronieon Lusitano, (Es-
pana Sag,, to. XIV, 2.aedic.,p. 420) fijando
el ano y la persona del jefe dice: «yEra 1155
Rex Sarraeenorum Hali Ibenjuceph, ve-
niens de ultra mare cum multo exercitu ob-
sedit Golimbriam, adjuncto simul et omni
exercitu, qui erat circa mare, quorum nu-
merus erat innumeralilis sicut arena maris,
_ 236 —soli Deo tantum cognitus erat. Obsedit an-
tem Colimbriam viginti diebus quotidie for-
titer in toto exercitu oppugnans earn, sed
per voluntatem Dei non potuit nocere et ci-
vitas illaesa remansit, et inhabitantes in ea,/>
La fecha 22 de Junio de 11 17, correspondien-
le a 18 de Safar del a no 511 de la hegira,
esta delermioada por el Chronicon de Coim-
bra (Ksp. Sag., to. Will, p. 331) con es-
tas palabras: ' la JOra 1155 obsedit Hex Alt
Golimbrium X kal. lulii et fait ibi per tres
liebdomadas.»
Cuarta venida: En el afio 513 d quiza a
principios de 514 All hubo de venir a Alan-
dalus por cuarta vez, no con el objeto prin-
cipal de hacer la guerra santa, sino de cal-
mar una scdicidn promovida en Cordoba,
cuyos naturales, a causa de la insolencia de
uno de los sicrvos 6 criados del vali Abubc-
querYahya, hijo do Hauad, habian echado
de la ciudad a los ahnoravides: sabido esto
por Ali, hubo de venir, los sitid, y por fin
perdond a los de Cordoba, graciaa a la me-
diacidn de los alfaquies (A-benalatir, to. X,
pagiua 392). Segiin algunos autores (Gart&s>
•^*_
*
v
— 237 —p§gina 106.—Amed Anasiri, to. I, p. 126),
esta venida de All fue molivada por la noli-
cia de la toma de Calatayud por Alfonso el
Batallador: All paso (por segimda ycz dice
el texto) con animo de hacer la guerra santa,
arreglar el estado del pais y asegurar las fron-
teras: al llegar a Ctfrdoba se hosped6 en las
afueras, j alii se enterd del estado del pais
por los mensajes que le llegaron: destitiry<5 del
cadiazgo a Averroes, no-mbrando en su lugar
a Abulcasiin Abenhamdin; hoy que adver-
tir que esta destitucidn y uombramiento de
cadi no aparecen bastante clsras en los auto-
res, y quiza se refieran a tiempos algo poste-
riores: segun estos mismos autorcs, no olvid6
AH la guerra santa y desde Cordoba salitf
para Santamaria 6 quizl Santareu, que sitid
hasta tomark & viva fuerza, destruyendo en
el occidente alquerias j monasterios: los de-
talles en cuanto & la guerra me parecen sos-
pechosos, por no encoatrar indicaciones en
otros autores, ni aun en la obra Atkolal Al-
mauxia (foL 54), en la que se trata con m&sextension de esta cuarta venida, que por in-
correccitfn evidente del texlo aparece como
— 238 —del auo 500, y tiene por objeto arreglar las-
cosas de C6rdoba, anie cuya poblacion hubo-
de presentarse Ali con numeroso ejercito, al
que le fueron cerradas las puertas, habiend &
declarado los ulemas (sabios) que era legiti-
ma la resistencia: prolongada la estancia de
All delante de la ciudad, mediaron negocia-
ciones de los principals de C<5rdoba, j por
fin convinieron en pagar una indemnizacion
por lo que el pueblo habia robado en el sa-
queo de las casas de los almoravides: nada
se dice aqui de Abenroxd (abuelo dc Ave-
rroes). Parece que Ali prolongo su estancia
en Alandalus hasta el eno 515, en que se
vuelve a Marruecos (Cartas, pags. 106 j 107.
Ahmed Anasiri, to. T, p. 126), aunque algu-
nos autores le suponen alii en 514, en cuyo
aiio tuvo una entrevista con Almelidi, que
comenzaba sus predicaciones (Cartas, pagi-
nas 111, 112.—Abenalatir, X, pag. 402), si
bien este mismo autor (p. 414) le supone en
Cdrdoba al salir las tropas para la batalla
deCutanda.
I
239
8
(Paghia fcO)
Batalh de Uclcs. Autores arabes y cris-
tianos dan noticia de esta balalla, y por cier-
to con biea dtferente extension, limitandose
estos a consignar el ano del suceso con estas
palabras del Chromcon de Burgos (Esp. Sa-
grada, tomo XXIII, pag. 310): «Era 1146
Euit la de Ucles». Los Annates Complutenses:
«Era 1134 (1146) et ilium de Uclcs fait fac-
tum;* . Mas explicitos los Armales Tolcdanos
(Esp. Sag. tomo XXIII, pag- 387) diceu con
no menor laconismo: «Arrancada de Ucles
sobre los Cliristianos ea el mes de Mayo,
Era 1146.—Mataron al Infant D. Sancho e
al Gonde D. Garcia cerca de Ucles., Ill dia
leal, de Junio Era 1146.
Entre los aulores cristianos (aotiguos) solo
en la Historia del Arzobispo D. Rodrigo Xi-
menez de Rada, autor de indole rauy dife-
rente a la de los andnimos de los Chronico-
nes, encuentro noticias masaioplias, aunque
no muy concretas.
I
i Cluilcauil' Uclos,
— 240 —Los autores arabes, parafrascando unos,
6 copiando lo escrito por otros, dan algunos
detalles importantes, que copiamos del Car-
tas, por estar la traduccion francesa al al-
cance de los no arabistas, aunque en esta
obra la fecha estS algo retrasada.
Dice en la pJigina 103 del texto j 228 de
la traduccidn de Beaumier:
«En 502 (1108 J. C.), eut lieu V affaire
d' Akelj-ch f avec les Chretiens TemjmbenYoussef etait alors general en chef de l
1
ar-
mea rausulmane, et gcuvernait Grenade. C 1
est de cette ville qu' il partit pour aller cou-
rir sur les terres des Chretiens. Etant arrive-.
sous les murs de la forteresse d' Akelych, 1
habitee par une forte garnison de Chretiens,*"
il en fit 3e siege et j penetra. Les Chretiens
s etant retrenches dans la kasbah, expedio-
rent un courrier ;i Alphonse, qui se mit
aussilot en mouvement. Au moment de son
depart, sa femme 1' arriHa en le suppliant d'
envojer son fils a sa place a la rencontre de
Temym, «Observez, lui dit-elle, qu il est f
\
— 241 —plus convenable d' opposer it Temym, fils de1' emir des Musulmans voire fils Chandja ",
fils de r emir des Chretiens! >> Alphonse, se
rendant a cet avis, envoja done Chandja i\
la tete d* une grandearmee de guerriers qui
s' avanca promptenient j usque sous les mursd' Akelych. A la nouvelle de 1" approche des
Chretiens, Tenrym manifesla le desir ds
cvi-
ter le combat, en evacuant la place; mais
Abd Allah ben Mohammed ben Fatyraa et
Mohammeb ben Aicha, ainsi que quelques
autreskaids Lemtounah, le dissuaderent, et
lui rendirent V espoir et le courage, en lui
affirmant que 1' enemi ns
avait pas plus de
trois mille cavaliers et qu' il etait loin enco-
re. Temjm crut a leurs paroles; et, le soir
meme, les Chretiens fondaieut sur lui par
nombreuxmilliers; il voulut fuir, ne se sen-
tant point capable de combattre, mais il etait
trop tard, et il ne pouvait dejii plusavancer,
ni reculer, lorsque les kaids Lemtounah so
precipiterent sur 1* enemi, auquel ils livre-
\ Chandja, V infant don Sancho, fils <V Alphon-se et de Zovda.
Almoiuyjdes \{)
% -T
— 242 —rent un combat desespere et tel qu' on n en
avail jamais yu de pareil, Dieu tres-haut
renversa V enemi et donna la victoire aux
Musulmans. Lefils dT
Alphonse fut tue ainsi
que vingt-trois mille Chretiens environ, Les
Musulmans entrerent a Akelych par la force
de leurs sabres, et un grand nombre de Cro-
yants perirent a V assaut (que Dieu leur fasse
misericorde!). Ka apprenant ce desastre, Al-
phonse ressent-it un tel chagrin qu' il tomba
malade et mourut vingt jours apres * Te-
nrym envoja un courrier a son pore 3 Aly
pour lui annoncer cette victoire».
Abenaljatib (fol. 106 v. de mi copia) ca-
lifica la derrola de tides como una segunda
batalla de Zalaca, aunque da pocos detalles.
9
(Pagina \\)
El autor del Cartas dice, «En el ano 504
(20 de Julio de 1110 k 10 de Julio de 1111)
4 Tardo hastanlemas en morir.
2 Temim no era hijo, sino liermano de AH.
k
— 243 —elprincipe Sir, hijo de Abubequer, conquis-
t6 & Santaren (en el texto impreso ^w*o)f
Badajoz, Portugal, Evora (texto &j^b) Lis-
boa y todo el pais del Algarbe en el mes de
Dulcada (11 de Mayo a 9 de Junio de 1111),
comunicando la victoria al Principe de los
muslimes Ali» (pag, 105). Ahmed Anasiri,
tomo I, pagina 125, dice lo mismo ?aunque
con la variante de no indicar que se apode-
rase de todo el Algarbe, y pouiendo bien los
nombres de Santaren y Evora.
El Chronicon Lusitano (Esp. Seg. tomo
XIV, 2.aedi. p&g. 420) da cuenta de esta ex-
pedicion con estas palabras: «/Era 1149 Hex
Gyrus cepit Santarem sept. kal. Junii (26
de Mayo). El Chronicon de Coimbra (Espaila
Sag. tomo XXIII, pag. 331) dice: «In Era
1119 (lease 1149 como dice el editor) pressa
fuit Civitas Sancta Erene a Rege Cir VIII.
kal, Junii».
i
244
10
(]'4gina 12)
La' fecba y lugar de la derrota y muertede Almostain fue iijada por Dozy (Recher-chessurl'histoire... S.'edi. to. II, pag. 15):
a los documenlos aducidos por Dozy mereceanadirse el texto de los Annales Toledanos,que mencionan el lugar de la derrota, si bienen el texto se ha impreso Valencia por Yalde-na, dice: «Muritf el Rey Almortayen en Va-lencia, Era 1148* (Esp. Sag. tomo XXIIIpag. 338).
Abenaljatib da noticia de esta derrotade los musulmanes con mas delalles que losautores hasta hoy publicados 6 conocidos, si
bien erjuivoca el alio del sticeso, que comoprobo" Dozy, no cabesuponer anterior al 503de la hegira.
Este interesante texto dice: ,U C-X^J't,
f'.'v-vb vJ^t ^ ^J| ^ ^ ^.41Jl vi^acj. SJ.IK K^x) l^J] ^ ^
245
-\*J(\)
L^.\& Ja^3 ^.AC l»**jS* « *irf L^U|
iUU! J^* *wl **x*j J.. 3, .S'JU! fol. 218
de la copia de la Academia y fol. 22 del
ejemplar copia del de Argel.
tfContimrf el reinado de Almost&in hasta
el ano 501 (lease 503): en esto afio, renovada
su proclamacitfn y la de su hijo, parli6 para
(\) En mi copia L^Jc ,J,z*.j$
i
246
\ Tal como apareco estc nombro on el lexto
Arabe, lo mfts natural serin leer Oha \\ Ohale; pero su
miicha dietancia bace quo ninguna de eslas dos atri-
bucionea resulte accplable: por eso sospechamos
pueda ser Ot\tetcomo podria leerso sin gran carabio
de lotras.
la guerra sanla en el mes de Chumada pos-
trero (de 26 de Diciembre de 1109 a 23 de
Enerode 1110), y entrando por Tudelajiasta
01ite(?) '
?lasitio, tomandosus arrabales: sus
moradores se defendieron en una iglesia an-
tigua en la cual entro (6 de la cual se apartd)
despues de liaber capitulado con dinero que
le habian de pagar, y por el cual tom<S re-
henes: luego se marcho, puesya habia hecho ,~f
incursiones por toda esta region, quemando,
robando y destruyendo: cuando estaba k
punto de llegar al pais del islam, le alcan-|
zaron los cristianos y pelearon arabos ejorci-
los con denuedo ("?), hasta que murid martir
Almostain ben Hud con derrota de los mus-
limes, y muerte de la mayor parte de ellos,
Dios los haya pcrdonado: esto sucedi6 el
primer dia de Hacheb (24 de Enero de 1110}
del mencionado afio: despues reind su hijo
Abdelmelic».
247
XI
tPagina I2j
La fecha concreta y detaUcs de la toma
de Zara^oza por A_lfoaso el B&tallador resul-
tau muy vagos tanto en los autores arago-
neses como en los arabes.
El autor anouimo de la Cn5nica de San
Juan de la Pefla, primera fuentc escrita de
nueslra historia general de Aragou, no da la
fecha de la conquista, qne parece referir al
aiio 1111 6 1112, pues lo vago de la relacirfn
no permite fijar la fecha (pag. 08 de la edi-
cion de 1876).
Blancas, lamentando la incerLidumbre
que reinaba en los autores respecto a la fecha
de la toma de Zaragoza, se propuso investi-
gar de un modo especial este punto de nues-
tra historia, y contra la opinion de Zurita,
que la fija en 1118, da como indudable la de
1115 con estas terminantes palabras: «Es,
pues, evidente que recobr<5 Alfonso la ciudad
de Zaragoza en el aiio 1115, que corresponde
I
248
£ la fecha del anterior privilegio 1153 de la
era hispanica 1 .»
Ni aun en estos liltimos anos se ha podi- |
do fijar de ua modo definitivo la fecha de la )
toma de Zaragoza, al menos ea cuanto al
mes; pues el alio resultaba ya fijado: asi, el
diligente investigador de nuestras cosas ara-
gonesas dice al hablar de esta 2: <rSegun Ebn
Al-Abbar, ea el mes de Kamadhau (24 de
Abril a 24 de Majo de 1118): vease Abd-1' HHalim; creemos, sin embargo, que fue a
fines de ano por el mes de Diciembre».
Algo mas explicitos son los autores £ra-
bes, y por ellos sabemos algunas noticias de
las coses de Zaragoza durante estos anos.
Muerto en 508 en la batalla del Congost
de Martorell el vali de Zaragoza Moh&medhijo de Alhach, que parece ser el verdadero
1 ComctUnri^de las Cosas de A rayontobro escrita
on lutin por Jcronhno de ttlaj\cast croniala del reino, y
Iraducida al caslcllono por el P. Manuel Hernandez de
lax Encueiax Has, Zaragoza, 1878T (p&g. 13f}.
2 Emayo historico acerca de los Onyxes de A ragou
y Nnvarrn, por Tama* Ximt'nez de Emhim, Zaragoza, 1878
(pftg.318).
-^fc-
— 249 —jefe ? v destitiudo por haberse vuelto loco el
principe Abuabdala, hijo de Yusuf Abente-
xufin, coiiocido por Abenaixa, fue este reem-
plazado por el Principe Abubequer, hijo de
Ibrahim, hijo de Tifiluit 6 Tefulat, vali de
Murcia, cufiado de All, y padre segun pare-
ce del Yahya Abeogania, de quien se hablarS
luego: el nuevo vali de las fuerzas musulma-
nasde Valencia y Zaragoza parecequisotf
tuvo encargo de vengar el desastre del Con-
gosL de Martorell v llego hasla Barcelona,
que sitio durante 20 dias; al regresar de esta
expedici6n, se hizo cargo de] gobierno do
Zarago'/.a, dondc dandose tono de principe,
permanecio hasta su muerte acaecida en el
ano 510 (Hi de Mayo de 1116 a 4 de Mayo
delir?) (Abenaljatib, Ihata, fol. 98 de la
coleccidn Gayaugos; Cartas, pagina 104;
Ahmed Anasiri, tomo I, piig. 125; Bibl, Ar.
his- III, pag. 55).
Muerto Aben Tifiluit, y acosada Zara-
goza por las annas de Alfonso, hubo de acu-
dir en su auxilio el Yali de Hurcia, el Prin-
cipe Abuishac Ibrahim, hermano de Ali >
quien despues de arreglar los negocios de
't
— 250 —Zaragoza se volvid S Murcia (Abenaljatib,
Ihata, foL 98).
Poco despues, ya en 511, se hace cargo
del gobierno de Zaragoza Abdala hijo de
Almazdali, quiea combatiendo a Alfonso, le
hace retirar, segiin el autor del Cartas, pero
muere despues de un aiio completo de man-
do, quedando la ciudad sin valL
Parece que por este tiempo Alfonso, 6
quiza el Gonde de Barcelona, sitia a Lerida,
en cuyo auxilio fueron fuerzas de los almo-
ravides mandadas por Tomim hermano de
Ali (Cartas, pag. 106), quien una vez levan-
tado el sitio, se volvio a Valencia: esta ex-
pedicion para levantar el sitio de Lerida, de
la que parece que no hay noticia en nuestros
autores cristianos, resulta de importancia
segiin los autores &rabes, pues Alfonso hubo
de abandonar a Lerida, cuyo sitio habia em-
prendido con gran empeno, asi que no cejd
de su propdsito hasta despues de haber per-
dido 10.000 caballeros en la empresa: la fe-
oha no resulta consignada en el Cartas, jaunque refiere la expedicidn despues de in-
dicar la muerte de Mazdali, que murio en
<*r*T*
Ii
i
t
— 251 —512, como en esta expedicitfn hace intervenir
al vali de Zaragoza, parece resultar que de-
bid de tener lugar algunos meses antes, ja
que por otra parte se indica que el fracaso de
Lerida fue causa de que Alfonso hiciera un
llamamiento a los jefes de los francos, que
vienen como liormigas, j con su auxilio se
pone sitio en regla a la antigua corte de los
Benikud, que comhatida con torres de ma-
dera sobre las que se monlan maquiDas de
guerra, y acosada por el hambre, tiene que
pedir capitulacion ofreciendo reodirse, si en
plazo corto no le Uegaba auxilio, que espe-
raba de parte de los almoravides.
Los autores &rabcs, que menctonan la to-
ma de Zaragoza por los cristianos, todos le
asignan la fecha de 512 (de 24 de Abril de
1118 a 13 de Abril de 1119): la generalidad
no fijan el mes ni dia; Almacari (tomo II, pS-
gina 767) j Abenalabar (apud Dozy, Notices,
p&g, 225) senalan el miercoles 4 de Rama-
dan, que corresponde k 19 de Diciembre del
afio 1118, fecha que de un modo menos con-
creto s61o encontramos entre los autores cris-
tianos en los Anales Complutemes, que dicen:
•1
— 252 —«Era MCLVI- Capta est Givitas Cwsaraugusta
ab Adefonso Rege Aragonensium mense De-
cembris» (Esp. Sag. to. XXIII, pag. 315).
Berganza (Antigiiedades de Espana, to-
mo II, p&g. 29) & continuacidn de noticias
peregrinas que no encontramos en otra parte,
suponiendo que el «6 de Diciembre huvo una
muj renida batalla con el rey de Marruecos,
el rey de Granada, el re/ Temim j su her-
mano que huy6>; que todos fueron vencidos,
presos j muertos en el campo, anade: « v el
10 de Diciembre fue tomada la ciudad»: ja
hemos visto que la fecha 4 de Ramadan que
asignan los autores &rabes, corresponde al 19
de Diciembre de 1118.
Una dificultad grave contra la admisidn
de tal fecha resulta del hecho de que los
Amies Toledanos I, cujo autor, moro proba-
blemente, y casi siempre muj exacto, dice:
«E1 Rej de Aragtfn con ayuda de Dios j de
sus Christianos, en el mes de Majo? priso
Zaragoza de Moros, Era 1157» (lease 1156 co-
mo observa el P. Fldrez en su Esp, Sag. tomo
XXIII, pag. 388): sin duda el autor de los
tales Anales Toledanos I, consigno como fe-
y-
— 253 —clia de la toma de Zaragoza la del principio
del sitio, que segiin los Auales Compostela-
nos duro VII meses, j por tanto debio co-
menzar hacia el mes de Mayo: este detalle
de los siete meses de sitio no lo encontramos
en otro autor ni moro ui cristiano y nos pa-
rece digno de ser tenido en cuenta; dice asi:
<*Hic (Alfonsus) in bellis expertus et audax
in principio regni sui Cs&saraugustam VII
mensium obsidione cinxit, in qua obsidione
septies cum Moabitis dimicevit et devicit:
tandem ipsam urbem cum Castellis et Villis
sibi adjacentibus cepit sub era 1157» (lease
1156, como observa el editor. Esp. Sag. tomo
XXIII, pag. 321).
De las condiciones que los moros de Za-
ragoza propusieron a D. Alfonso el Batalla-
dor para entregar la ciudad en el caso de que
no fueran socorridos, nada sabemos directa-
mente por autores antiguos; pero el Sr. Ribe-
ra, con sagaz critica, ha sabido descubrir el
texto casi integro de la capitulaci6n en las
de Tortosa y Tudela (Colecci<5n de Estudios
ar&bigos, tomo II.—Origenesdel Justicia de
Aragtfn, pag. 397 y siguientes).
254
13
Pasina 12)
Las circunstancies y hasla la fecha on que
el ultimo rey independiente de Zaragoza
Abdelmclic Imododaula fue echado de la an-
tigua corte de los reyes Tochibies y de los
Benihud, son desconocidas por la mayor
parte de los autores arabes y puede decirse
que por todos los cristiauos: tan to unos coma
olros suponen que Alfonso el Balallador fue
quiea desposeyd del reino & Abdelmclic Ima-
dodaula, que habia sido destronado por los
siryos ayudados de los almoravides, 6 m§s
bien fue destronado por estos, ayudados 6
ayudando & una fracci<5n de los moros zara-
gozanos.
Muerto Ahmed Atmostain II en la bata-
11a de Valtierra, el L* de Raclieb del ano 503
(24 de Enero de 1110), le suceditf en el trono
de Zaragoza su hijo Abdelmelic Imadodaula,
de quien parece que los subditos exigieron
el compromiso de no aliarse con los cristia-
4
CJ-*
— 255 —nos (esla exigencia procederia sin duda del
partido mas exaltado en materias religiosaF,
y afecto a los almonivides): Abenaljatib (Ma-
nuscrito Ar. K. 37 de la Academia, fol. 218)
se bace eco de una tradicioQ, que no me pa-
rece admisible, indicando que al mes de la
muerle de Almostain IItel vali de Valencia *
Abdelmeiic liijo de Fa lima eutro en deseos
de apoderarse de Zuragoza, a donde se diri-
m6 con su ejercito, pero queal aproximarse,
moros de la ciudad (el partido no afecto Slos
almoravides?) salieron a su encuentroy le su-
plicaron que se relirase y no promoviese la
guerra civil, sino que ayudase al Principe
contra los cristianosy efectivamentese retird
de ellos».
Mas aceptable noe parece la version de
\ VA lexto dice ft cfi'ul *te to* almnraridri de Zara-
fiosti: |>cro auiiquo en les dos copias deeslo icxlo dice
lo mismo, creemos quo el AbdMmelic liijo do F&lima
seria c&id 6 vali de Valencia: do csto personajo no
cncuciilro mfcs nnticia quo la do que era lino do lo*
capitanesquo ncompafiafoon al Principe Teinini en
la balalla do Ucles, si bien debeinos advertir quo alH
sole Mama Abdala tiijo do Mohamed liijo do F&linuit
y quizft no sea el mismo.
X
^5
— 256 —que se hace eco el autor del libro Holal ahnau*
xia (Ms. Ar. Ac. Coleccion Gayangos N. X,|
foL 62 ver.) quien dice que la gente de esta-
do habia aconsejado a Ali que se apoderase
del reino de los Benihud por convenir asi a
la religion, por sus relaciones con los cris-
tianos: conforme a estas indicaciones Ali les
envid el Principe Abubequer hijo de Tifiluit
(lease llohamed Abenalhach segun veremos)
con un ejercito: Abdelmelic en vista del pe-
ligro, y como sorprendido por tal resolucitfn
de parte de AH, se fortified y escribio a este
recordandole la antigua amistad entre ambas
familias, cuya carta copia el autor; pero si
bien All revoco la orden, como al recibir la
contraorden, los almoravides eran ya duenos
de Zaragoza, no parece que se pensara en
deshacer lo kecho, y se aplico la leoria de los
hechos consumados .
Seguu otra version del mismo Abenalja-
Lib, que tampoco creemos del todo aceptable,
disgustados los de Zaragoza (el partido afecto
& los almoravides) porque Abdelmelic habia
hecho alianza con el rej de Castilla (estaba
concertado el matrimonio de D. Alfonso con.
X
— 257 —D. B Urraca, y por tanto hasta cierto punto
era rey de Aragon y Castillo, pero no es crei-
fole tal alianza) contra lo que Labia prometi-
do, llamaron al caid de Valencia Mohamedhijo de Alhacli, quien sin duda habria reci-
bido tfrdenes 6 instrucciones de All, y ha-
biendose presentado en Zaragoza, sus parti-
darios le abrieron las puertas de la almedina:
Abdelmelic, segun el autor, piditf auxilio &
Alfonso, y babiendose trabado combate con
Abenalhach, abandonado este por las gentes
(por sus partidarios) muri<5 (oo es exacto),
siendo derrotados los muslimes (los afectos a
los almoravides) en la tarde del domingo 15
de Dulcada (aunque el texto pone aqui Dul-
liicha, que es el mes siguiente, esta indica-
cion corresponde al hecho posterior; ademas
de que suponiendo esto, resulta bien la fe-
oha, pues el 15 de Dulcada era domingo, yel 15 de Dulhicha fiie martes).
Instalado Moh&med hijo de Alhach en la
almedina y Abdelmelic en la ciudad, habria
sin duda batalla 6 batallas entre ambos par-
tidos, en una de las cuales, segun Abenal-
abar (BibL Ar, his. to. VI, pag. 555), mu-Almohavides 17
3
t
— 258 —ri6 Abderrahman hijo de Mohamed, conocido
por Abencorreyax, y en la manana del sa—
bado 10 de Dulhiclia la gente de Zaragoza
echo a Abdelmelic, entrando llohamed liijo
de Alhach en la ciudad: por lo que dice
Abenalabar (Dozy, Notices, pag. 225) y aun
el mismo Abenaljatib al fin del texto ante-
rior, podria suponerse que Hoh&med hijo de
Alhach entraba en Zaragoza, llegando desde rYalenciaj pero creemos que entro desde la
almedina, que seria la ASjaferia: la fecha,
sdbado 10 de Dulhiclia de 503, dc la entrada
defmitiva de los almoravides en Zaragoza no
es exacta, pues el 10 fue jueves, no sabado,
como dicen Abenalabar y Abenaljatib,
Despues de todo 3atendiendo a losmuchos !
aulores, tanto arabes como cristianos, que
suponen el destronamiento de Abdelmelic
Imadodaula por Alfonso, casi podria ponerse
en duda el conjuntode la narracion anterior;
pero tenemosmonnmentos, alparecer irrecu-
sables, del dominio de los almoravides en
Zaragoza, al menos desde el ano 504; se con- J
servan dos monedas de cobre acunadas en
Zaragoza en los anos 504 y 509, k nombre de ''[
:
,
— 259 —Ali hijo de Yusuf emir de los muslimes (vea-
se, Monedas de las dinastias arabigo-espa-
nolas por D. Antonio Yives, numeros 1832
j 1837).
13
(Paghia 12)
No es facil fijar a que poblacion actual
corresponde el l&j y ^^ al que liubo de
acogerse el destronado rej de Zaragoza: que
sepamos, se ban asignado Lres corresponden-
cias diferentes: Uoda, en la provincia de
Huesca, Sueda de Jalon j Jlonmterio de Rucda,
junto a Escatron.
La opinion de que el Rota, donde se re-
fugia el destronado rey de Zaragoza, sea el
Iloda de la provincia de Huesca, y que se
llamase Rolatyehud, Rota de los judios, no tiene
fundamento alguno en cuanto 6 su primera
parte, pues es absurdo suponerque los reyes
moros de Zaragoza tuviesen su sitio real de
recreo 6 su punto de refugio a 30 leguas de
la corte en medio de pais dominado por los
1
— 260 —cristianos: que el Rota se llamase Rotahjehud,
que se ha traducido Rota de los judtos, casi
creeriamos que es invencion de Conde, quien
para las campanas deOmarhijo deHafsunin-
ventara entreotros pueblos este Rotalyehud,
no mencionado de este modo por ninguno
de los autores Srabes que hoy conocemos:
como nos hace observar amigo muy compe-
tente en estas cosas, quisa el Rotalyehud es
pura j simplemente Rota Renihud, Rota de los
Benihud, por ser el castillo fortaleza-refugio
de estos Principes, que Conde cvej6 identifi-
car con Roda de la provincia de Huesca.
Que el Rota de los Benihud fue el anti-
guo castillo, donde Alfonso II de Aragon
fundo el Monasterio de Rueda, ha podido
hacerlo sospechar la circunstancia de esta
eleccidn; el que al fundarlo fuera propiedad
real el coto redondo de su jurisdiccion, j el
que el castillo j pueblo de Rueda de Jaldn
pueda parecer de poca importancia para ha-
ber sido baluarte del reino de Zaragoza, don-
de los Benihud conservaran por algunos afios
un resto de su antiguo poder.
En verdad que en los autores &rabes no
i
-r
t
t
t
— 261 —encontramos indicacioaes que puedan ser-
virnos para resolver la cuestidn: s61o una te-
niamos anotada que pudiera servir a este ob-
jeto>cual es la de que en la parte superior
hay una fuente; pero esta circunstancia noresulta ni en el articulo referente a Rueda de
Jaltfn, ni al Monasterio de Rueda, en los
articulos geograficos respectivos del Diccio-
nario de Madoz, en el que se acepta queRueda de Jalon corresponde al Rota, forta-
leza del reino de Zaragoza.
Argumento rmvy decisivo en favor de
esta atribucidn podria creerse el suministra-
do por el Diccionario geografico de Yacut,
que de las varias poblaciones que los autores
arabes mencionan con este nombre en Espa-
na, sdlo recuerda el ijM> <J?^[* l^ *^3}
Roda (Rueda) sobre el via Xalon, de la cual,
fijada su vocalizacidn, solo dice que era uncastillejo 6 fortaleza muy pequeila, de los
distritos de Zaragoza: por tanto no resuelve
que el Rueda de Jaldn sea el Rota baluarte
y sitio real de los Benihud.
Casi no merecia la pena de consignarse
— 262 —j
que Berganza (Antigiiedades de Espaiia, to-
mo II pag. 63) identifica el Rota coo Ruedaj
de la Mancha, diciendo que «Zafadota des- >
cendiente de los aatiguos reyes de Cordoba|
(leaseZaragoza), que tenia suasiento en Rue-j
da de La Mancha, se liizo vasallo del Empe-\
rador...»
14
(Pagina 13)
La pretension de los almoravides de re-
cobrar a Zaragoza parecid tan disparatada a
nuestros historiadores aragoneses, relativa-
mente modernos, que suponiendo que la ex-
pedient tenia por objeto levantar el sitio de
Zaragoza, adelantaron la feclia; pero hoy,
merced al testimonio muy repetido de los
autores arabes, no cabe duda de que la expe-
dicidn y derrota de Gutanda fueron posterio-
res en dos afios a la conquista de Zaragoza.
Nuestros autores, no solo ignoraban la fe-
cha de la batalla de Cutanda, sino hasta los
detalles mas importantes: solo tenian noticia
I
— 263 —-exacta de que habia sido una gran victoria
obtenida por Alfonso el Batallador.
La Crdnica de San Juan de la Pena dice
al tratar deella: «Iste Imperator vincit mag-num prelium in Cutandaj in quo fuit stre-
nuus miles Comes Pictauensis, qui erat ibi
cum sexcentis equitibus et in quo filius de
Miramomelim fuit mortuus cum innumera-
bilibussarracenis et inde ehitum (editum?)
fuit vulgare proverbium «Peior est quam ilia
de Cotanda» (pag. 68).
Zurita en sus Aunales {lib. I, cap. XLIV)suponiendo la batalla de Cutanda anterior k
la toma de Zaragoza y posterior al fracasado
intento deTemim, hermano de All, de hacer
levantar el sitio, dice: «torno a enviar un
sobrino suyo con gran muchedumbre de gen-
te para que entrasen en Zaragoza y la abaste-
ciesen: el Emperador sali6 6 61, y didse la
batalla, en la cual los moros fueron rotos yvencidos, y se dice que muri<5 el hijo del
Miramamolin^.
No se muestran mSs enterados los autores
<Ie los cronicones contemporaneos 6 poco
posteriores al suceso: los Annates Toledanos se
— 264 —limitan a decir: «Fue la batalla de Cotanda,
Era 1159 (En Aragtfn junto a Daroca): algo
m£s explicitos los Annates Composlelani (Es-
pafia Sag. to. XXIII, p&g. 321), consignan
la batalla en estos terminos: «Deinde Cala-
iayud (Alfonsus) firma obsidione Yallavit, et
acceptis obsidibus una cum Guillelmo Picta-
viensi Comite, qui in auxilium ejus venerat,
ad Gastrum Cotanda contra Sarracenos pug-
naturus, iter direxit, ibique Sarracenis ex-
pugnatis, Castra Moabitarum diripuit, et.
ipsum Castrum Cotanda cepiU.
Mejor enterados los autores arabes dan
idea mas clara de la importancia de la de-
rrota j es de esperar que so llegue a encon-
trar relacidn aun mas detallada: Abenalatir
(to, X, pSg. 414) dedicando capitulo aparte
6 la narracidn de este suceso, dice: ^Relation
del sitio de la riudad de Cutanda, En este aiio
(514,^2 de Abril de 1120 k 21 de Marzo de
1121) uno de los reyes de Alandalus, llama-
do Abenradimir, sali6 hasta llegar & Cutanda,
la cual est& cerca de Murcia en el oriente de
A-landalus y la siti6 j aprettf: el Principe de
los muslimes, Ali, hijo de Yusuf, estaba en-
m
r
t
-^_?
— 265 —tonces en Ctfrdoba con gran ejercito de mu-sulmanesy los contingentes de voluntarios, ylos envio conlra Abenradimir: kabiendose
encontrado, trabaron un gran combate, en el
que Abenradimir los derroto con derrota des-
conocida (6 dura j
), muriendo muchos mu-sulmanes; entre los muertos estaba Abuabdala
hijo de Alfane, cadi de Almeria, sabio priic-
tico y asceta justo en el cadiazgo».
Abenalabar en su Almocham 2 es quien
nos proporciona datos mSs concretos, y por
cierto donde nadie pudiera esperarlos, al
hablar de la muerte de uno en el aiio 514,
pero sin relacidn ninguna con la batalla, do
este modo: «muri6 en el aiio 514, y en este
afio raurid Abuali Asadafi (el gran maestro
de cuyos discipulos trata el libro) en la ba-
talla de Cutanda..,* cuya fecha concreta
trata de fijar, resultando discordia en los
autores, que varlan entre 18, 19 y 24 de Ke-
bia primero y 17 y 23 de Rebia postrero (6
1 Elloxtodice &.£;,* £j La, pcro creo debe-
ria deeir >.\^ ij dura,
S Bib]. Ar, hisp. lo. IV, pfrg. 7.
I266
sea 17, 18 y 23 de Junio y 16 j 22 de Julio
de 1120): Abenalabar no dice de im modo \
explicito que la expedicion fuera mandada )
por el Principe Ibrahim, hijo de Yusuf hijo
de Texufin, y por tanto herraano del SultSn
Alf, pero lo dice Almacarf (to. II, pSg, 759),
que emplea en parte las mismas palabras con
la particulars dad de incluir algunas, que to-
madas sin duda de un mismo autor, pero
omitidas porAbenalabar, alteran substancial-
mente el sentido, pues en este resultaria queen la batalla habia muerto el Principe Ibra-
him asociada de Abuali Asadafi en la excelencia,
siendo asi que el asociado en la execkneia, 6 tan
excetente 6 mas que Abuali Asadafi, era Abuab-dala hijo de Alfarre, que efectivamente mu-rid en la batalla y era uno de los sabios yascetas mSs ilustres: tanto Abenalabar comoAlmacari anaden que en la batalla murieroncerca de veinte mil voluntarios, sin que mu-riera ninguno del ejercito *.
\ Lo m£s concrete acerca de esla batalla Jodimos & conocer por primera vez en el Botctin de la
Ileal Academiade la //frforia, tomo VIII, pj'ig. &V7 y si-guicntes.
r
— 267 —La influencia de la batalla de Cutanda en
-el progreso de la reconquista de Arag<5n fue
muy grande, y puede suponerse expresada
con las palabras de los Anales Compostehnos,
Post liscc, Alfonsus Daroca et Calatayud et
campum Arcilli cum universis eorum muni-
ticmibus sibi subjugavit: inde Tirasonam et
Borgiam cepit, inde Leridam et Fregam pe-
ragravit...» pero por desgracia, al insistir en
apoderarse de Fraga, encontrtf el termino de
su glorioso reinado.
15
(P&gina 13)
Aunque de la batalla de Fraga y de la
muerte de Alfonso el Batallador bablan mu-
cbos autores moros y cristianos, coetSneos 6
poco posteriores, en general no fijan la fecba
sino en cuanto al ano, y esto no siempre con
exactitud: y como por otra parte hay que
fijar dos fechas, la de la batalla y la de la
muerte, se ha producido una gran confusi6n,
de la que no es facil salir.
268
A pesar de haber sido la batalla de Fragatan gloriosa para las armas musulmanas, po- j-
cos autores la mencionan? asi que nada en- J
contramos en Almacari ni en el autor del
Cartas.
Adabi, al mencionar el ano 528, en el
que muere alguno de los biografiados *, dos
veces dice; «y en este ano fue la gran batalla
de Fraga», Abenalatir (tomo XI, pag. 21),
el autor que da mas detalles, a quien henios
seguido en la narracidn casi por complete,
confundiendo quiza las fechas de la muerte
y de la batalla, refiere esta al aiio 529 (22
de Octubre de 1134 a 10 de Octubre de1135) a.
Abenaljatib, en la biografia del heroe dela batalla, Yahya hijo de All, llamado Aben-gania (el Abeugama de nuestros textos, porno haber puesto el punto & la i), dice pocoynada concrete de la batalla de Fraga: en la
1 lixbliotheca Ar. his, to. Ill, pag. % y 40O.
% La traduccion del 1cxto de que nos servi-mos, fu6 publicada por nuestro umigo D. Tomds Xi-mmez de Embun en su Emayo hhtorico acerca de los Ori~genes de Aragon y Navarra.
il
I
t
i
— 269 —biografia de Abumohamed Abdala hijo de
Abubequer ?gobernador del oriente de Alan-
dalus y luego de Granada y que asistitf a la
batalla de Fraga con el convoy, dice que sa-
li6 en el mes de Safar del afio 525 (ser& 528) * -
En la biografia de Moliamed, hijo de
Saad hijo de Mohtimed Abenmerdanix, cuyo
padre Saad era gobernador deFraga, tambien
liace mencion de ello, pero sin datos con-
cretos.
Algiin detalle mas da en otra de sus obras,
que se conserva en la Biblioteca de Argel 2,
aunque tampoco fija fechas.
Entre los autores cristianos antiguos, el
autor de la Cronica de Alfonso VII, es quien
da noticias m&s detalladas y concretas, fijan-
do las feclias de la batalla y de la muerte 3:
1 Ms- Gg. 2S, p6^, 01 do laJMbl. Nacional do
Madrid*
2 Yoase Cataioque ff:n :ra1 da Mann writs drs biblio-
thequex publimttf de France, ftepartements* Tome XV11L
AUjer, Par E. Fagnau. N.° 1617. Kl codicc que poseo
la Heal Academia de la llistoria, no comprondc esta
parlc: lieva el X\° 37, enlre los Ms. Ar.—Boiolin do la
Real Academia de la llistoria to, XVI, pag. 377 y si-
guienles,
3 Esp. Sag- to. XXI, i>ag. 339 y siguicntos.
«—
— 270 —respecto a la batalla le asigna la fecha sexto-
decimo Lai Augusli, y aunque no fija el ano,
como despues refiere la muerte al 25 de
Enero de 1134, la batalla se referiria al ano
1133, aunque nos inclinamos a creer que la
fecha sexto decimo kal. Aug. se refiere efecti-
vamente a la batalla, y al ano 1134 K
En cl Martirolofjio de Solsona, publicado
por Villanueva en su Viaje literario, tomo IX,
pfig. 238, encuentro coafirmacion indirecta
y pudiera decirse terminante de la fecha
meneionada; se lee: «XYlt
kal. Augusti,
Ipso die interfectus fuit Raimundus Tedbal-
li, frater noster, a paganis apud Fragam,anno M.CXXX.IIII, incarnationis Xpi.»
\ _Vr. /h'trsnviarnt on la pa#. lA'Vl de su Intro- ^*~
duct ion a hi prhe do Go wires el de Sehille, rhanxon de \
tjcst'' flu Xf/ ^ii't'hi puhlve tV npr' !H le manuwrif uniffiie de )
la tlihliofhpjiue nntiumifr, EJaris MDOflCXCVI, traducicn- '
do mal el se.vtfi d"-imo f;aL Att{/. flja como fecha el Ifi'
do Agosto: esta obra, adomas do conlencr buenas no-iicias bibliografi'jas, tiene ir.dicacionos muy impor-tantcs para nosoiros, en especial en lo referent© a lo *
quo Orderico Vila] dice del desquile tornado por Al-fonso despues de la balalla, y lo relaUvo a lo con-quista de BarbaUro por los Normandos, que con nue- fvosdalos prosenta bajo un puulo de vista bastante !
difercntode como lo presonto Dozy y oceptabamos\
genoralmente.
1
— 271 —El aiio 1134 esta fijado de un modo ter-
minanLe por otros cronicones; asi, los Anna-
tes Toledunos diceu: «Fue la batalla de Fraga,
que fizo el Key Daragon con Abeogama
(Abengania) dia de Santa Rufina, e fue ven-
cido el Key Daragon, e perdiose alii, Era
U72».E1 Chronicon Dertuscnse II (Villanueva,
Yiaje Literario Lomo V, pag. 238) dice: «Era
M.C.LXXII, annoM.G.XXXIlII, obviit II-
deplionsus Rex Aragomx: apud Fragam, et
Centulus de Biarn et Aimericus Narbon. et
multi alii christian; pericrunt».
Parece que de los testimonies aducidos
podemos inferir que la batalla de Fraga tuvo
lugar el 16 de las calendas de Agosto, 6 sea
17 de Julio de 1134 (23 de Ramadan de 528
de la hegira).
Respecto a la fecha de la muerte de don
Alfonso, hemos visto que solo la Crd-
nica de Alfonso VII, la fija en octavo kal. Fe-
br. Era CLXXII post millesimam , 6 sea 25 de
Enero de 1134, lo que no podemos admitir
sin alterar la fecha de la batalla: algun autor
arabe le supone muerto a los 20 dias: los
cristianos dicen en general que murio poco
* =:
— 272 —despues: algimo concrete el punto, en Almu-
niente (Esp. Sag. to. XXVITI, pag. 346). |
El Sr, Ximenez de Embun (pag, 229)
indica que segun algunos murio el 7 de Sep-
tiembre, fecha que ni admitimos ni recha-
zamos, pero que nos parece aproximada a la
yerdad, pues parece indudable que vivi6
poco despue3 de su derrota.
16
(PAgina 20}
i
La batalla del Congost de Martorell, co-
mo dicen los autores catalanes modernos, 6
del Puerto, como dicen los autores arabes,
tan gloriosa para las armas catalanas, que
humillaron el podcr de los Almoravides enel periodo dc su mayor pujanza, ha sido casi
complelamenle desconocida, y aun boy no
presumimos poderla poner completamente en
claro: en el tomo VIII del Boletm de la
Heal Academia de la Historia, publique al- fgunas noticias concretes relativas a la mis-
\
ma; aqui, con algun dato nuevo, y teniendo )
i
— 273 —a la vista lo que encuentro en los cronicones
anlijruos, cxpondre 5as razones en que mefun do para cxponerla conio se hace en el
texlo.
Que la expedicion salid (probablemente
de Zaragoza) hacia principios del niio 508
(7 de Junio dc 1114 a 26 de Mayo de 1115),
resulta del heclio de que las dos campafias
parecen referirse por los autores al mismo
ano, j que la balalla, termino de la primera
campoua, tiene lugar en el mes de Safar 6
Rebia primero, que nos da Abenalabar (C6-
dlce fotog. pag. 254, linea 17),
El dato de que la expedicitfn pasoso por
Cervera, solo consta, que sepamos, en la
Cronica de liipolt, publicada por Yillanueva
(Viaje literario, tomo V, pSg. 247); aunque
la fecha esLa equivocada en el texto, es evi-
dente que se reftere a esta campona; dice asi:
«1140... Raimundus Dux Provincial, et Go-
mes Barchi. cum Pisis. Majoricas intrat,
Moabilso indignali hujus rei causa Barchi—
nooam venerunt: & Cervaria usque ad pra) fa-
lam civitatem cuncta perderunt etvastarunt:
Post hoc de a paucis (sic) devicti prtelio
— 274 —occiduntur in loco qui dicitur Martorelb,
este mismo parrafo, m&s correcto, aunqueJ
mutilado, aparece en el Cronicon de Torlosay
publicado por el mismo autor, diez pagi-
nas antes y que dice: «Era H.G.LIII, anno
MX. XV... et capta est Majorica civitas a
Rajmundo Comite Barchinonte et Pisanis.
Pro hoc irati Moabitcc et multi ex eis perie-
runt in loco qui dicitur Martorell».
Solo en estos textos encontramos indica-
cidn del nombre Martorell: desu redaccion se
infiere que el uno es trasunto del otro, 6 em-
bos lo son de un tercero, descoaocido para
nosotros: los autores Srabes le llaman batalla
del Puerto, indicando que pucrlo es lo mismo
que v Aj pwrta.
Los detalles de las campanas y los nom-
bres de los personajes estfin tornados del
Cartas, pag. 104 y 105; Ahmed Anasiri, au-
tor que quiza vive (vease Boletin de la Real
Academia de la Historia to, XXX ? pag. 251)
dice lo mi&mo y casi con las mismas pala-
bras, aunque el texto resulta mas correcto, yAbenalabar, Bibl. Ar. His. tomo IV pag. 55,
134, 193 y 309-
— 275 —La fecha 508 (de 7 de Janio de 1114 a 26
de Majo de 1115) consta eo los textos *ira-
bes Indicados: el Cronicdn de Tortosa scnala
el ano 1153 de la Kra, y 1115 de J. C., de
modo que coincideu solo en parte, y en mi
sentir hay error de un ano al asignar la fecha
1115 de la derrota en Martorell, pues en ella,
segun Abenalabar, murio Yahya hijo de Mo-
hSmed el Omaui de Lerida, en el mes de Sa-
far 6 Rebia primero ' (de 7 de Julio a 3 de
Septiembre de 1114), y auiique esta fecha,
constando en uu solo punto, y de un modo
vago, no sea completamente segura, podemos
admitirla provisionalmente,
^Quien mandaba el ejercito cristiano ven-
cedor en el Coogost de Martorell? Ni los au-
tores Srabes ni los cristianos lo indican: cuan-
do tratamos de esto por vez primera, admi-
timos, siguiendo & los autores catalanes, que
1 Esta biograha figura en la Bibliotheca Arab,
his. tomo IV, p&g, 309, sin la indicacion del mes, quoconsla en otra obra del mismo aulor, lo Tecmila, to-
mo III, codice fotograiiado por D. Julian ftibera, p&gi-
na Sot, linea 17, si bien hay que advcrtir que en ve/-
de^ 4,Jl dice ."J ft vjj(jiiepodrta interprelarse
AIpucutG.
t
— 276 —1). Ramon Berenguer, al volver de la con-
quista de Mallorca, file quien sorprendid a
los raoros: para esLo liubimos de suponer que
la batalla turo lugar hacia fines del ano 508,
ya que constaba que D. Ramon Berenguer
estuvo en MaMorca al menos hasta primeros
de Abril de ] 115, y el ano 508 de la liegira
termino el 26 de Mayo.
Estudiados mejor los textos y con la in-
dicacidn de que la batalla fu<? anterior, cree-
mos hoy queD. Ramon Berenguer para nada
intervino en lo de Martorell: quiza ni su mis-
mo lugarteniente, 6 como quiera que llame-
mos a quien en su ausencia gobernase en
Barcelona: la sorpresa, siendo pocos los mo-ros, pues el gmeso del ejercito iba escoltan-
do cl botin, pudo muy bien ser llevada &
cabo por los paisanos de Martorell j pueblos
inmediatos, a pattcis (leviedtcomo dice el texto
indicado.
^La expedicidn, cuya primera parte ter-
mina en Martorell, fue motivada por el euo-
jo que en losalmoravides causara la toma de f
Mallorca por D. Ramdn Berenguer y los de \
Pisa, como indicanlos textos copiados de los
f
— 277 —cronicones? En manera alguna: los au tores
arabes nada dicen, j se comprende; pues los
almoravides nada ten fan que vcr con los deMallorca, con quienes sdlo tenian de coinun
el ser musulmancs; adeuias de que, comoacabamos de ver, resulta casi seguro que la
batalla del Congostde Martorell fue anterior
en algunos meses a la completa couquista de
Hallorca, cuyo ultimo recinto fue tornado,
segun el Sr. Carnpaner, el 3 de Abril del afio
1115 *: sospecbo que en el texto primitivot
de donde tomaron la noticia los dos cronico-
nes conocidos, que de esto tratan, la irrila—
ci6n de los moros se referin'a a la primera
parte de la campaiia, unica que consta en el
texto actual, y que en el primilivo tuviera
dos partes como en los textos arabes, en los
que, si bo se habla de irritacidn, si de la tris-
teza de Ali por la muerte de Abenalhacli; yen virtud de esto, babiendo perdido la razdn
su hermano Abuabdala Moh&med, conocido
4 Campaner, Hwqueja hial6ru;oA pag. 119; otros*
adolantan los sncesoa y otros los reirasan: vGase Ha-
laguer, Hisloria de Cataluna, 2.* edic. lo, II, pagtnas309 a Ml>.
— 278 —por Abenaixa, jefe de la expedition, inme-
diatamente nombro nuevo jefe, k quien sin
duda darfa ordenes de emprender nueva cam-
pafia, que los autores ikrabes consideran como
continuation de la anterior,
Esta segunda campana, 6 segunda parte,
debio de tener lugar a fines del ano 508 yquiza entrado ya el 509, y a ella did fin don
Ramon Berenguer con las tropas del llano
de Barcelona y del pais de^Narbona?; el au-
tor del Cartas le confunde con Alfonso el
Batallador, llamandole Abenramiro; Ahmed
Anasiri anade que era pariente de Alfonso,
sea que liaja yisto esto en ejemplar mas
completo y correcto del Cartas, sea que lo
tome de otro autor, 6 que se haya permitido
alguna pincelada por su cuenta, lo que no
creemos probable, dado el car&cter de los
historiadores arabes-
17
(P&gina 22)
Ofrece dificultades el fijar quien fuera el
designado por All para mandar la segunda
f
*&
— 279 —expedicion contra Barcelona, ja que las no-
ticias que encontramos en los autores son es-
casas j contradictorias.
El autor del Cartas (pfig. 104) y el his—
toriador marroqui moderno Ahnied Anasiri
(to. I, pag. 125) dicen que llegada a oidos de
AH la muerte de Abenalhacli en la batalla
del Puerto, nombro para reemplazarle a Abu-
bequer hijo de Ibrahim Abentifiluit !.
Abenalabar (Bibl. Ar. his, to. IV, pa-
gina 55), en la biografia de Ibrahim hermano
de All, dice que Ibrahim file el nombrado
para este cargo.
Aunque nos parece que debe seguirse la
indicacion del autor del Cartas, ja que Aben-
alabar en la biografia de Ibrahim hermano
I El sobrenombre, con que ora conocido eslo
personoje, resulta esorito do tlos modosmuy diferen-
tcs: el autor del Cartas y ol moderno hisloriador ma-
rroqiii escriben O^^Lj ^*j| Abenlejlut (?): Abcnala-
bar (Bib* Ai\ bis, to, V, p-U6) escribe \Z~«iy&*>{ji\
Abentifilial (?); Abentijatib no menciona csto sobre-
nombre en su biografia: conlorme a la vocalizacion
quo consta en Abenalabar, adoptamos llamarle Aben-iijlluit.
— 280 —de Ali no so muestra muy bien enterado, jpor otra parte el texto indudablemeute esta
falto en algo, no deja de extranarnos el que
Abenaljatib en la biograffa del emir Abu-
bequer hijo de Ibrahim nada diga de la ex-
pedicidn & Barcelona, siendo asi que da no-
ticias hasta detalladas de su gobierno ea
Zaragoza.
No debe extranarnos el que hoy no po-
damos resolver estas dificultades, pues ja
Abenaljatib indica que loi autores referian a
Ibrahim, hermano de All, algun suceso refe-
renle al cunado.
El emir Abubequer hijo de Ibrahim Aben-
lifiluit, uno de los jefes almoravides, era cu-
nado de All, por haber casado con una her-
mana de este ? llamada Fanu (?), de la cual
tuvo al celebre Yahya (el conocido por Aben-
gania).
Venido a Ksparia, Abentifiluit fue go-
bernador de Granada desde elano 500, sien-
do despues trasladado k Zaragoza, segun
Abenaljatib (Ihata, Ms. de la Col. Gayangos,
foi. 98) al salir de ella Almostain Abenhud;
pero en realidad en el aflo 508, despues de
T
*r
i
-: \
— 281 —la muerte de Abenalhach en la batalla del
Puerto.
Abentifiluit goberno en Zarsgoza dan-
dose aires de rey y visticndo como tal, hasta
que murio en el ano 510, estrechado ja por
el rebelde Alfonso, que luego se apoderd de
ella.
18
(Pagina 2i>
La Crdnica del Emperador, retdrica ypomposa como siempre, da noticias detalla-
das de esta incursion de los de Toledo (Esp-
Sag. to. XXL p3g365) con estas palabras:
«53. Post mortem Guterii Hermenegildi To-
letantc militia; Principis, sicut superius dic-
tum est, Consul Rodericus Gundisalvi inve-
nit gratiam in conspectu Imperatoris; Impe-
rator fecit eum Principem Toletanre militia;
et Dominum totiua ExtremaUme, qui con-
gregans magnam militiam Castellan et Ex-
trematurec, insuper milites etpedites Toleti,
et aliarum Civitatum, quee sub conditione
Toleti sunt, ascendit in terram Sibillise et
-_- y*?n
i _
— 282 —destruxittotam illam regionem, et fecit mul-
tas strages et incendia; et omnia arbusta
fructifera fecit incendi: et accepit magnaspolia eorum et captivationem hominum et
mulierum et parvulorum, quorum non erat
numerus: aurum et argentum, vestes pre-
tiosissimas abundanter; greges equorum et
equarum et asinorum et bourn et vaccarum;
et omnia pecora campi sine numero. Hocvidens Rex SibilliEC convocavitmulta millia
Moabitarum, et Arabum et Agarenorum ab
Insulis maris, et maritimis, et vicinos, et
amicos, et multos Principes et Duces, etper-
secutus est Gastra Consulis, Hoc autem nonlatuit Comiti; et Consul movit exercitum de
castris, et steterant Sarracenis obviam, et
divisi sunt pedites Ghristianorum in duas
acies, et viri sagitarii, et fundibularii cumeis, etprimi certaminis omnes potentes, et
deinde acies militum Avilre contra acies
Arabum; secunda acies SecGvise contra acies
Moabitarum et Agarenorum: Consul vero
stabat in novissima acie Toletanfc militia et
de Trans-Serram, et Castelleo, ut auxiliumferret imbecillibus corde et consolationis,
-r
r
— 283 —vulneratis. Inito autem certamine, Sarrace-
ni clamabant tubis sereis, et tamboribus, et
vocibus, et invocabant Mahomet. Christiani
autem ex toto corde clamabant adDominum
Deum, et ad S. Mariam, et ad S. Jacobum,
ut eorum misererentur et obliviscerentur pec-
cata Regum, et eorum, et parentum, et ce-
ciderunt vulnerati multi ex his, et ex illis.
Kovissime vero quia vidit Consul firmiorem
partem exercitus Regis Sibillim, convene-
runt cum ipso in bello omnes constantes cor-
de, et irruit in eum; et Rex Sibilliac cecidit
in bello, et mortuus est, et multi Principes
et Duces cum eo; et omnes acies Paganorum
contriUe sunt, et fugerunt. Consul vero per-
secutus est eos usque ad portom Sibillise,
accepitque spolia eorum, et prcedam, coepit-
que reverti in sua castra.»
Mucbo mas que la Cronica del Empera-
dor, que olvidtf decirnos el aiio y lugar del
suceso, y el nombre del gobernador 6 rey de
Sevilla, nos dicen los Auales Toledanos en
tres lineas. «Entr6 el conde Rodrigo Gon-
zalez con gran liueste en el Axaraf de Sevi-
11a, e lidio con los Moros, evenci<5ios 6 mat6
"-W:"
— 284 —al Rey Omar en Azareda. Era 1170, » (Esp.
Sag. to. XXIII, p. 389).
En dos autores arabes encuentro noticia
concreta de la fecha de la batalla y de la
muerte del gobernador de Sevilla: Abenala-
bar en el tomo III de su Tecinila (codice
fot. pSg. 210, Kn. 16) menciona por inciden-
cia la muerte del emir de Sevilla OmarAbenmacur, a quien mataron los cristianos
en el mes de Raclieb del ano 526 (de 18 de
Majo a 17 de Junio de 1132): la noticia se
da con motivo de la biografia del que escri-
bid al Sult&n Ali de parte del pueblo de Se-
villa, dtindole noticia de la muerte j pidien-
do auxilio: la misma fecha de la muerte del
emir de Sevilla Omar Abenmacur, 6 Maciin,
se da al fol. 26 re. del Ms. N.° 1682 de la
Biblioteca del Escorial.
10
(Pagina 2o)
fAbenalatir (to. XL p. 20) supone esta =
alianza en fecha posterior, en el ano 529
— 285 —(22deOctu. 1134 a 10 de Octu. de 1135):
Abenalabar (Dozy, Notices, pag. 225) aun la
retrasa mas?
fijando la feclia 534?& mitad
delmes de Dulliicha (1 de Agosto de 1140):
la roarcha de los acontecimientos narrados
por la Gronica del Emperador parece obligar
a aceptar la fecha indicada: la fecha dada
por Abenalabar resultaria ser la verdadera,
suponiendo equivocada la decena trehxta por
veinte: con esto tendriamos que Zafadola se
liabia puesto de acuerdo con Don Alfonso, &
los tres meses de la muerte de su padre en
Rueda, en el mes de Xaaban de 524 (Dozy,
Notices, pag. 225).
30
(Pigina 3Gj
La fecha de la muerte de Texufin resulta
muy dudosa por los autores a pesar de las
muchas noticias que de ella dan, j de que la
marcha de los acontecimieutos parece que
debia fijarla de un modo claro.
Tres son las fechas que se asignan a este
7
— 286 —suceso: el 27 de Ramadan del ano 539, el
afio 540 y el ano 541.
La major parte de losautores arabes fijan f
la feeha de 27 de Ramadan del afio 539, conj
la particular!dad de que algunos al fijar elj
tiempo de su reinado, le senalan la duracion
de dos afios mews dos meses 6 rnenos mes )j medio,
que efectivamente corresponden al tiempo
transcurrido desde el 8 de Racheb del ano
537, en que fue proclamado, hasta el 27 de
Ramadan del 539.j
Puede verse esta fecha en Ahmed Anasiri
{tomo I, pag. 127 y 142).—Abenjaldiin (to-j
mo VI, p&g. 231, tomo VII, p£g. 77).—Elj
Alholal almauxia (fol. 82 de la Goleccion
Gayangos).—Abenalcadi (pag. 106),-Aben- *r
aljatib (Ms, N. 37 de la Academia, fol. 250
rcc).—Abenalatir (to. X, pag. 409).—Aben-alabar (apud Dozy, Notices, pag. 199).
—
,
Cartas (108 y 122).—Abenjalican (tomo III,
edi. del Cairo, p£g. 461).
La fecha 541 como la de la muerte de
Texufin la encuentro en Abeojaldun (to. I, t
p&g. 247 de la edicion de Argel, y tomo VI,j
de la del Cairo, pag- 189); pero como este
— 287 —mismo autor, en otras partes citadas antes,
senala la fecha 27 de Ramadan de 537, su
testimonio tiene poca autoridad, por mas que
alguna le presta p1 autor del siglo pasado
Aburas Moliaroed hijo de Ahmed Abenalc&»
dirfquien, al fol. 34 ver, del codice 1235 de
la Biblioteca de Argel, seilala la fecha 1.° de
Xaual, 6 sea alamanecer de la noche de la
ruptura del ayuno del ano 541 ].
La fecha 540, que en defmitiva deberS
aceptarse, no la encuentro consignada ex-
presamente mas que en Abdeluahid, autor
que por si solo bos haria poca fuerxa, pues
incurre en bastantes inexactitudes, aun en la
narration de este suceso; pero tiene en su
favor el testimonio indirecto, pero de indu-
dable autenticidad j al parecer terminante,
de las monedas acuiiadas a nombre de Texu-
fin en el ano 640.
Bice Abdeluahid (pSg. 146 del texto y
\ Acorca do este autor del siglo pasado puede
verse el tral>ajo jiiiblicado por el oricntatiaia Gorguos,
que tradujo parte de esta ofora en la lievue Afrirftiiw,
tomo V, correspondientc al afto 1S61: el lexto en quo
nos ocupamos csta iraducido en la p^g- 33i>
— 288 —176 de la traduccion por Fagnan) : «A la mort l
de son pereTachefin se dirigea surTlemcen,
mais V espoirqu1
il fondait sur les habitantsf
de cette ville ayant ete decu, il gagna Oran,
k trois etapes de Tlemcen, Les Almohades|
Yy assiegcrent et le pressorent si vivement
qu' il en sortit tout armc et monte sur une
jument grise, et se precipita dans la mer oil
il trouva la mort. On dit que ses enemis re-^
pechorent son cadavre et qu1
apres V avoir
crucifie ils le brulcrent, Dieu sail ce qu* il en
est. Tachefin avait regue 7depuis le jour de
la mort deson pere jusqu' a ce que lui-meme
perit a Oran dans les circonstances que nous
venons de dire en 540 1ftrois ans moins deux
mois. Pendant toute cette periode, il ne put
se fixer nulle part, car le pays le repoussait
toujours et les revoltes etaient incessantes».
Segiin esto, para que fuese exacto que
Texufin hubiera reinado tres afios menos
\ En 539 scion les Bcrberes (II, 178) on oil
(ibi. So); en 539 selon le Carlfts tp&g. 122) ct Ibn Alliir
(X, 409), qui donne des details sur la mort do ce prin-
ce. Zerkectri (p&g. 5) donne ausst la dale du 27 Rama-dflnder in 539.
?
— 289 —-dos meses
?debio de raorir en Cliumada 1.°
del ano 5407ya que comenzo a reinar en Ra-
cheb del 537.
Parcce que las monedas son las Harnadas
a resolver la cuestion: de que no vivio Texu-
ffn hasta el ano 541, dan testimonio termi-
nate las monedas del ano 540 acunadas por
su hermano y succsor mediato 6 inmediato,
Uhao '.
De que Texufin vivia a principios del
ailo 540 nos dan testimonio cualro dinares,
acunados en Nul-Lamta, Segelmesa, Treme-
cen y Sevilla, descrilos en la obra del senor
Vives en los inimeros 1H56?
I860, 1865 y
1869 y conservados respectivamentc en las
colecciones del auLor (hoy en el Musco A.rq.),
'Museo Britanico, Museo Arqucol. y Museo
Brit.
I A la jmiorle dv.iTo\uftn s? i)ic^ quo le sucmlio
su hijo Uualimi, nombmuo ;. a Principe lieredero, y
comoial lip uva en olgunas monedas de su padre; pe-1 1.-- .-. ^-. 4 .-i ^h l .~n f* 11 .* U Tl I l I^lI^ /l/ll A A h I j~l II ll I Kfl dl Jl
— 290 —Mientras no conociamos de estas mone-
das mas que el ejemplar existente en el Mu-
seo Arqueol. de Madrid, podia quiza ocurrir
la duda de que fuera una errata, posible y
no desconocida aun en monedas; pero ha-
biendo cuatro ejemplares de diferente pobla-
cion, desaparecetoda duda.
La moneda de Tremecen tiene valor es-
pecial para la resolucidn de esta cuestidn; ^puesporloque resulta del conjunto de los
hechos, muerto Texufin, Abdelmumen se
dirige & Tremecen, compuesta de dos ciuda-
des, distantes entre si la carrera de un caba-
llo; el gobernador militar con las tropas
abandona la parte que ocupeba y se retira a.
Fez, entrando Abdelmumen en Tremecen, si -+-
bien los de la otra parte so apercibieron a la
defensa y liubieron de ser sitiados: la toma
de la mitud de Tremecen fue muy poco pos-
terior a la muerle de Texufin, y segiiu los
autores, desde alii, ja en el ano 540, Abdel-
mumen se dirigi6 a Fez.
A pesar de todas estas razones que pu- pdieran tomarse por deeisivas, no debemos
omitir un argumento en contra, que nos hac&
— 291 —sospechar pueda haber en estos aconteci-
mientos alguna circunstancia especial impo-siblede determinar.
Para nosotros tienen mucha fuerza las in-
dicaciones incidentales: en el to. II, p£g. 4
de la obra de Almacari, i ^br)| ,U;I
^Uc ^^i, Ms. N. 3l> de la Real Academia
de la Historia, hablando del cadi de Ceuta
Abulfadal Ijad hi jo de Muza, eucuentro la
noticia de que a fines del anoo39fue nombra"do cadi de Ceuta por Ibrahim hijo deTexufin
hijo de All hijo de Yiisuf Iiijo de Texufin J"
*\u - ,. | , i , - . ]/, --•
i. i
^ftiio" ^j^ *^ ^r
- aunque en este lexto
podr& suponerse una equivocaci<5n, induda-
blemente mSs facil que en las monedas, de to-
dos modos nos hace dudar, hasta que aparez-
can nuevos datos, que de scguro existirfin
en algiin texto desconocido por nosolros.
292
(Pagina 39) r
De Abulualid Moharncd hijo de OmarAbenalmdndir, da noticias detalladas Aben-alabaren su biografta (Dozy, Noli, p. 202),
incliryendo las mas importantes de este pe^ ^riodo de revuclias, entre ellas algunas refe-
rentes a Abencasi, Si drey y Abenhud, quequizu no consten ea otra parte.
Parece que Abenalmondir para poclerse
proclamar en Silves hubo de ser ayudadopor Sidrey Abenuazir, que ya se habia re-
belado en Evora: luego, Abenalmondir se-*""
dirigio al caslillo de Marchic (?), del distrito
de Silves, donde se habian hecho fuertes los
almoravides, y se apodero del Castillo ma-tando a sus rlefensores: en vista de esto, los
almoravides que habia en Becha, pidicron el
aman d salvoconducto para dirigirse a Sevi-11a, y en cuanlo salieron de la ciudad, entro ?en ella Abenalmondir con el ejercito, que le
habia dado Sidrey, al frente del cual iban su
*
293
liermano Ahmed y su amigo Abdala hijo deAh' Abensomail: todo esto parece que acaecidantes de principios de Rebi primero de 539,en cuja fecha Sidrey y Abenalmdndir sepresentaron en Mertola.
(Pag in a 56j
Los textos arabes estan unanimes en re-ferir la proclamacidn deAbenhamdm al mesde Ramadan del ano 539, fijando algunos el
dia, jueves, cinco del mes: suponen que Aben-liud llego a los 12 6 14 dias y se apodero" deCordoba, hujendo Abenhamdm a Horna-cbuelos (Do?,j, Notices, p§g. 204): que pa-sados 12 6 14 dfas, Abenbamdm fue llamado
de nuevo a Cordoba, hujendo Abenhud k
Jaen y luego a Granada. El autor de los
Annales Toledanos (pag. 330) nos pone en
camino de aclarar estas fechas dlciendo,
«Fue Cahedola (Zafadola) en el mes de Ya-nero a Gdrdoba e matd a Farax Adali e fux6
a Granada, e pues que fuxd Cahedola, le-
— 294 —vantaron S Abenhamdin l\ey en Cordoba en
el mes de Marcio Era 1183». De este aserto
de los Annales Toledanos resulta que des- Tpues del reinado de Zafadola, que dur6 de
Enero a Marzo ?en este mes fue proclamado
Abenhamdin, y como el mes de Ramadan
de 539 comprende desde 4 de Febrero de
1147 k 5 de Marzo, los Annales Toledanos
coinciden con los textos 6rabes en cuanto & ^la proclamation de Abenhamdin ; si bien
estos nos harian suponer que se trataba de la
primera proclamation: de los Annales Tole-
danos, por sus lac<5nicas palabras, pudiera
creerse que al llegar & Cdrdoba Abenhud
nada tuviera que ver con Abenhamdin, el
cual segun eslo habria sido proclamado una
sola vez: pero como los autorcs 6rabes hablan
varies veces, y de un modo terminante de
dos periodos dc mando de Abenhamdin, te-
nemos que la proclamation de cinco de Ra-
madan fue la segunda y mSs solemne, en la
que tomd los titulos de Almansur Amir almos-
timin, como dicen algunos autores, y que
dificilmente hubiera aceptado ningun ara-
bista, k no encontrarlos en muchas monedas,
P
— 295 —que de Abenhamdin se conservan (Vires,
Monedas de las Din. Ar. c$p.tmimeros 1903 k
1908): el titulo de inrisir lirfinala, que le atri-
buye Abenaljatib, omitiendo el de Alman-
sur> suponemos sera una equivocaci6n. Falta
fijar la fecha de la primera proclamation,
que de un modo aproximado fijan los Anna-
les Toledanos al decir que Zafadola fue k
Ctfrdoba en el mes de Enero (7 de Racheb
a 7 de Xaab&n): como los a it tores &rabes
esUn casi contestes en que Abenhud llegtf k
Cordoba k los 12 6 14 dies de la exaltaci6n
de Abenhamdin, esta debid tenerlupar en el
mes de Enero 6 en Dicierabre del a no ante-
rior, (5 sea en uno de los dos meses drabes
Racheb 6 Chumada postrero, k los tres 6 cua-
tro meses de la rebelidn de Abencasi en
Merlola.
S3
(Pigina iiT)
Para sospechar que Abenhamdin no obra-
ba por su cuenta en su primera proclamacidn,
— 296 —nos apoyamos en las indicaciones de Aben-
aljatib, quien en una parte dice que Aben-
nBmdm tcmo los litulos de li^sr ! ^c-^ 1 *-'
el cadi lugarlemcnte y en otra que tomo los de
Amir almotlimin y dejcmor de la nlujion, titulos
que deben referirse a diferente tiempo, pues
que en realidad son incompatibles: no puede
euponerse que el lilulo i'iJsr- 1 se tome aqui
en la scepcitfn de Ponti/ice supremo, sino en el
modesto de lugartcniente de olro, lo que cuadra
bien con la primera parte del tilulo, el cadi,
lugartentente. Por olra parte, el autor de la
Crdnica del Jmpcrador J). Alfonso, aunque no
siempre bien informado dc lo que pasaba en
CcSrdoba, dice (pag. 394) con relacion a la
expulsion de Abeiihud, «que un sacerdote
mahomelano, llamado Abenfaiidi, el inas
rico de Cordoba, Ham6 a Farax AdaK de Ca-
latrava y a los magnates, y trataron de ma-
lar k Zafadola, y reemplazarle»: esto prueba
que Abenharndin scguia en Cordoba despue's
de haber cesado en el mando por primera
Tea, j aun ejerciendo el cargo, pues dice:
habuit turn eis consilium ministerii sui; por tanto-
u
\
— 297 —parece seguro que cl fin del primer periodo
no fue violento 6 debido a fuerza, y que los
autores Srabes ban atribuido al fin del pri-
mer mando su fuga y re lira da k Hornachue-
los, a donde segiin algtin autor se refugi<5 al
fin del segundo periodo, comoveremos luego.
34
(Pa-hia ;>3)
Con la salida de Cordoba de Abenhamdin
aparece en escona otro personaje, AbulcSsim
Ajjal, el de Honda, secrelario del destronado
cadi, qaien no queriendo ser mcnos que su
antiguo sefior, se declara independiente en
su ciudad natal, aunque por muy poco tiem-
po; pues sus paisanos, dipgustados de el, en-
traron en relaciones con Abulgomar, hijo
de Asaib Abengarrun, senor do Jerez y Ar-
cos, que liaslu entonces habia dependido de
Abenhamdin: Abengarrun consiguid bacerse
dueno do la alcazaba de Rondasin combatir,
salvSndose Aj^al?aunque cod dificultad, lo
que no librtf del saqueo las casas de los par-
— 298 —tidarios de este, que vivid aiin bastantes
afios, siendo en los liltimos de su vida cadi
de Cordoba v Sevilla, donde murid en el
afio 560 6 561, segun Abenalabar, que copia.
versos de varias de sus composiciones (Dozy,
Notices, pag. 222).
(PAgina 81)
e»
1
Por el contesto de alguna de las relacio-
nes de los autores Urates pudiera creerse que
la entrada de Zafadola en Granada tuvo lugar
despues de la muerte de Abenabichafar de
Murcia en la batalla de la Almosala en Re- ~^
bf primero de 540; pero alguna indicaci6u
de Abenaljatib nos hace ver que el de Mur-
cia fue en auxilio de Abenhud Zafadola, por
mSs que Abenalabar no lo indique como pa-
recia natural.
Como en el mes undeeimo de 539 Zafa-
dola did el mando de Guadix. a Abdelaziz '
bijo de Abuisim, es de suponer que en este
tiempo fuera ja senor de Granada, pues de
— 299 —otro modo no se comprende facilmeate que
lo faera de Guadix (Abenaljalib, Ms. Gg.
28 de la Biblioteca National, p. 147).
En la biografia de AH hijo de Omar
Abenadka, dice Abenalabar ! que Abenliud
entro por la puerta del Mauror, acompanado
de su hijo Imadodaula: Abenadha, que al
tiempo de la sublevacion general habia pro-
clamado a Abenhamdin de Cdrdoba, sali4 S
recibir a Zafadola, y despues de haberle sa»
ludado y hospedado, como este pidiese agua,
Abenadha mando que le presentasen imvaso
preparado para perder a quien bebiese de cl:
al sacar la copa, e\ pueblo, temiendo un mal
resullado, exclamo: «AT
o behastoh Sul(dn»] por
lo que abochornado Abenadha tomo el yaso
y bebi6 de el, y con esto quit<5 toda sospe-
cha; pero k la noche siguiente muri<5: Aben-
bud permanecio diez dias hospedado en uoos
jardines & la vista de Granada y despues se
traslado & la alcazaba Alhambra: los comba-
tes entre los almoravides de la alcazaba (del
Albaizm?) y los rebeldes de la ciudad no ce-
1 Dozy, Notices, pag. 210.
— 300 —saban y en uno de ellos fue lierido y hecho
prisionero el hijo de Zafadola, muriendo de
las heridas a la noche siguiente: los almora- <?
vides tuvieron la consideracion de amortajar
el cadaver de Imadodaula j de entregarlo k
los de la ciudad para que le diesen honrosa
sepultura 6 se lo llevasen: despucs de esto,
Zafadola no permanecid en Granada sino
cerca de un mes en... ! injusticias e impo-
niendo tributos, hasta que el pueblo quiso
matarle j hubo de huir de noche, dirigien-
dose & Murcia, aunque otros dicen que huyo
6 Jaen.
En Granada quedd con el mando de los
rebeldes Abubequer Mohamed, hijo de Aben-
adha, pero a los ocbo dfas, cansado de com-
batir a los almoravides, abandono la ciudad
j se retiro a Almuiiecar j despues al Castillo
de los Benibaxir 2; sucedia esto, segun el
autor, a principios del afio 540 (en esto hay
error manifesto): abandonados por Abenadha
los de Granada, hicieron paces con los de la
alcazaba, en la que estaba de vali Maimiin *
\ FaUa una palabra en el Lexto,
2 Dozy, Notices, pag. 209.
— 301 —hijo de Yadar, que habia sucedido al emir
All Iiijo de Fono (esta Fono era hermana de
AH el emir de los musliiues), aunque se dice
que como lugarteniente do Abengania habia
tenido que apoderarse por fuerza de la alea-
zaba, en la que permanecio hasta el aiio551f
en cuva fecha la entre< f6 a los almohades.
No puede admitirse en todos susdetalles
la dramatica relacidn de los sucesos acaeci-
dos en Granada durante los lilliraos meses
del aiio 539 j primera mitad del 540.
El mismo Abenalabar se liace ceo de otra
version, que parece admisible en casi toias
sus partes, y que seguimos en el texto, al
menos en su con junto: supone el historiador
de los alnioravides, Abensahibasalo, que la
muerte de Abenadha Cue posterior a la del
liijo de Zafadola, quitandole toda la parte
dramatica: Abenaljatib dice que murid si-
tiando a los almoravides de la alcazaba, en
el afio 540 (Ms- de la Bib. Ne. Gg- 27, p5-
gina 578); el mismo autor, Abenslibibasalo,
supone la llegada de Zafadola a Granada
anterior & la batalla de la Almosak j muerle
del cadi de Murcia Abenabichafar, quien iria
— 302 —& Granada en auxilio de los rebeldes al do-
minio de los almoravides, es decir, en ultimo
termino, en auxilio de Zafadola.
26
(P&gina 85)
-i-El historiador Abdelualiid de Marruecos
hace un pomposo elogio de Abeniyad (pagi-
na 149), el cual trascribimos, a pesar de que
el autor no parece muy bien enterado, pues
ademas de no dar fechas^ le cambia el nom-bre, Uam&ndole Abderrahman por Abdala.
«Los habitantes de Valencia, Murcia yla Espana oriental se pusieron de acuerdo ,\
para reconocer a uno de los principales del
chund (ejercito regional ?) llamado Abderrali-
man Abeniyad, que era de lo ni&s puro ymejor del pueblo musulm£n: supc (dice) por
varias referencias que sus oraciones eran
siempre oidas: entre lo mas notable que k ei
se refiere esta el que era muy compasivo ymuy propenso a derramar lagiimas: cuando
montaba & caballo y tomaba las armas, no
— 303 —habia quien le Iiiciese frente y mngun va-~
liente podia salirle al encuenlio: los cristia-
nos contaban a el solo como cien ginetes yal ver su bandera, decian Aqui esta Abeniijad:
por la bendicioo de este liombre puro guardo
Dios esta region yaparto de ella al enemigo^
porque el temor, que se espercid en los pe-
chos de los cristianos, fiie bastante & recha-
zarlos del pais: Abeniyad permanecio en el
oriente de Alaodalus, defendiendo esta re-
gion hesta quemurid nose en que fecha».
Podra ser merecido este elogio de Abeni-
yad; pero los cristianos no le tendrian tanto
miedo, cuando le vencieron en la batalla de
Albacete, como veremos luego, con muerte
del Rey Zafazola, a cuyas drdenes estaba, al
menos de nombre, y despues le vencieron
otra vez, hiriendole mortalmente.
37
(P&gina 87)
A pesar del perfecto acuerdo que en cuan-
to 6 la fecha de la batalla de Albacete hay
304
cntre Abenalabar y el autor de los Anales
Toledanos, es probable que las noticias que
uno y otro tuvieran del suceso, fuesen has- *
tante diferenles: en la Cronica del Empera-]
dor 1). Alfonso, cuyo autorparece tambien
toledano, se don dclalles que diftcilmenle
pueden ponerse do neuerdo ron los que nos
suministra Abeuahibar,
Dice la Cronica, despucs de referir la sa-
lida de Abenbud de Cordoba: Kulonccs el
rey Zafadola envio mensajcrcs al Emperador
diciendolc: ^La lierra de L: beda y Haeza y
sus castillos no quiercn obedeeorme ni pa-
garte Irjljulos.* OidoesLo, el Emperador 11a-
ino a los Condes Manrique, Krmer.god yPoucio, y con ellos a Miiriin Fernandez- ylos dijo: "Idyaujetod a mi dominio y al del
Key Zafadola a Baezri, Tbcday Jaen y a Lo-
dos los reb^ldes; que vuestra cspa-'a no per™
done a ninguno de olios. > En virlud de esta
orden, niarcliando con un gran ejercilo, des-
truyeron aquella iierra rebelde e hicieron
grandes prcsas y muclios caulivos.
Pero cuando los ciudadanos de aquella
regi6n se vieron muy oprimidos, enviaron
— 305 —una embajada al Key Zafadola, diciendole:
«Ven, libranos de las manos de los cristia-
nos y te serviremos ca paz.» Al punto Heg6el con im grande ejercito, y habieodolo de-jado & la vista de los cristianos, se dirtgitf
en adem&n pacifico al campamento de estos
y dijo & los Gondes: < Volvedme los cautivos
y botin que habeis hecho y con vosotros ire
alEmperador:cuanto me mande,yo lo hare.»
Respondieronle los Condes: tfLejos esto de
nosotros: tu enviaste mensajeros al Empera-
dor diciendo: «los de Ubeda est&n rebeldes
S ml y S ti; ahora pues, envia un ejercito,
que destruya ft ellos y k su tierra»—por eso
Hemos hecho lo que tu y el Emperador nos
habeis mandado,—y Zafadola les contests
diciendo,— «Si no me diereis todos los cau-
tivos y el botin, armado peleare contra vos-
otros»—ahora es tiempo y ocasidn, contesta-
ron los Condes, y al punto, ordenadas las
haces, travaron la batalla, que se agrav6
mucho: por fin volvieron las espaldas los
Agarenos, declar&ndose vencidos y el ReyZafadola fue hecho prisionero por los solda-
dos de los Condes: tenianle para llevarle &
ALMOKAVIDKW 20
— 306 —sus tiendas, cuando llegaron los soldados
que llaman Pardos, y habieudole conocido,
le dieron muerte: Viendo esto los Condes se
entristecieron muclio y enviaron mensajeros
al Emperador que estaba en Leon, para que
le anunciasen todas las palabras de la gue-
rra: luego que le dijeron, tu amigo el Key
Zafadolahamuerto, el Rey, muy entriste-
cido, dijo: oAmigos mios, yo estoy limpio
de la sangre de Zafadola»—Cristianos y Sa-
rracenos, desde la Arabia, que estii junto al
rlo Jordan, hasta el mar Oceano conocieron
que el Emperador no habia tenido parte en
la muerte del Rey Zafadola *J
Que relacitfn debemos aceptar como mas
probable? La de Abenalabar, que fija lugar ytiempo de la batalla y nada dice que no sea
muy natural, 6 la de la Cronica del Empera-
dor, llena de detalles minuciosos y dramS-
ticos y que nada concreto dice del lugar ytiempo del suceso?
No lo se: en la Grdnica del Emperador
yeo la pluma de un historiador, que pretende
1 Chronica Adefonsi hnperatovis. Esp, Sag. to-
moXXI, pftg. 39iy39o,
— 307 —ser clasico, cuidando m§s de la frase j del
efecto que de la verdad historical es tal el
prurito que tiene por darnos las palabras de
los actores de este j otros dramas, que no
parece, sino que a cada uno delospersonajes
acompanaba un taquigrafo, que transcribiera
integras las arengas j conversaciones de cada
actor,
Mr. Mercier, en su Hisloire de I Afrtgue
Septentrionale, tomo II?
piag. 90, al tratar de
los acontecimientos de la Espafia musulmanarelacionados con los almoravides, dice que
al querer Zafadola licenciar sus auxiliares
castellanos, estos se rebelaron contra el y le
mataron en un combate (aiio 1146): aunque
la fecha resulta esacta, el hecho, como mu—chos de los que pertenecen S este periodo,
esUi muy mal entendido.
38
(Pagina 92)
AdaM (BibL Ar. his. to. Ill, bio, 1005),
que pone la biograffa de Abumoh&med Ab-
4
— 308 —derrahman liijo de Chafar, hijo de Ibrahim,
liijo de Ahmed Abenalhach, s<51o habla de
el como literato y asceta, indicando como de
paso que obtuvo el mando de Murcia k la
caida de log almoravides: en esto se reiiere a
lo que anteriormente habia dicho en el inte-
resante compendio historico, que forma como
la Introduction de su libro; pero por desgracia
la lfnea correspondiente a este suceso en el
manuscrito del Escorial, unico conocido, eslA
ilegible y hubimos de dejarla en bianco en
nuestra edicion, pag. 33.
Abenalabar en su Almocham (Bibl. Arab
.
his. tomo IV, p&g. 233) pone tambien su
biografia muy detallada, de la que se bantornado la ma^or parte de los datos utiliza-
dos en el texto, y dice no haber leido la fe-[
cha de su muerte; pero que creia haber sido
en la decena de 550: Adabi tampoco sabia la
fecha concreta, y se limita a decir que fue
despues del 540, »
t-
309
29
La fuga de Abenabdelaziz, cuando el
ejercito le hizo traicidn en Valencia, hastaque llegd a Almen'a, es referida por otros
autores de modo muy diferente, con detalles
que no tienen interes.
Al huir de Valencia, el alcazar fue sa-queado durante algunos dfas y sus partida-
rios 6 personas mas adictas, fueron persegui-
dos:llevado k Mallorca desde Almen'a , Aben-
abdelaziz fue encerrado en ldbrego calabozo,
donde no se distinguia el dia de la noche;mas de una vez fue dejado sin alimento
alguno y su prisitfn se prolongo" hasta diez
afios; en tan largo espacio de tiempo buboalguna vez de consolarse componiendo ver-
sos, algunos de los cuales copia Abenalabar.
Al cabo de largo tiempo sali<5 de su pri-
sion, merced k los buenos oficios de Abu-chafar Abenatfa, y como fuese partidario de
los almohades, advertido de ello Ishac, rey
de Mallorca, le deporto" a Bugfa, de donde
— 310 —se traslado k Marruecos: Abenatia, k quien
debfa la libertad, gestiono su presentation al
Sult&n almohade, ante quien Abenabdelaziz
recitd unos versos, que se dice fueron una
de las causas principals de la muerte de
Abenatia. Abenabdelaziz muri6 en Marrue-
cos en el aiio 578 k los 72 de edad.
30
(PAghia MA)
No parece esto ton claro como supone i
Dozy: que el nombre no es frrabe lo admiti-
mos sin diflcultad: para dudar de que sea
Martinez nos mueven varias razones: si hu-
bieranquerido transcribe J/ar/fo^3 tprobable-
mente hubieran escrito ^xw\-# no\J»**3j*>
como escriben constantemente: es verdad que
el uso de la ^ por 'S no es muj violento, pero
lo es foneticamente el que pusiesen j de pro-
longacidn despues del i, si no se habia de
leer Martinez, que nunca ba podido pronun-
ciarse: el cambio de la vocal ttfnica i de Mar-
tiim en a 6 e tambien parece poco admisible.
— 311 —No son gran autoridad en cuestiones eii-
moldgicas los autores Srabes; pero alguna
hay que concederles, si no para la cuestidn
directa, al aienos para fijar la pronuncia-
cion; Abenjalic&n, guiado por la pronuncia-
cion del nombre, que para et seria Merdanir,
admite la etimologia, poco limpia, que se
da al sobrenombre de Constantino Copron'tmo,
(Abenjalican, edicion del Cairo, to. III, pfi-
gina 466.)
Quiza se haya cambiado la vocal de la .>,
j pudiera sospecharse que se trata de un
Mardonius, descendientc 6 no de los antiguos
bizantinos de la parte dc Cartagena: hasta
pudieran sospecharse reminiscencias de raza
en lo que de las liijas de Abenmerdanix di~
cen los autores arabes, ponderando la espe-
cie de fascinacitfn que sus rubios cabellosy
ojos azules ejercieron sobre el Snimo de log
dos califas que se casaron con ellas, princi-
palmente la que cas6 con Abuyacub Yusuf.
312
31
(P&gina128)
(Pagina 128)
Esta rebelitfn en Valencia s61o nos es co-
nocida por Abenalabar (Bibl. Ar. Hist, to-
\
-j*
Segun Abenjaldun (to. IV, pag. 166 de-
la edic. del Cairo), «Almudafar, hijo de Isa,
hijo de AlmanzorAbdelaziz, hijo de Anasir,
hijo de Abuamir (el Almanzor ministro de
Hixem II), al volverse al reino de Jativa yMurcia, se apodertf de Valencia durante al-
giin tiempo: luego murid en el aiio 555, vol-
viendo Valencia a poder de Abenmerdanix».
Sospecho que esta noticia esta por completo
fuera de su lugar, y corresponde eu parte a
100 a nos antes, pues parece se trata de Al-
motafar Abdelmelic, rey de Valencia desde -tf
453 a 457, segiin la cronologia recibida: si
no es esto, y no hay error en el texto, se
trata de un personeje desconocido para mi. *
— 313 —mo V, pag. 228), quien en la biografia de
Abenalfaris, presidente que habia sido del
Gonsejo en Murcia, dice que fue tiombrado
cadi de Valencia en elmes de Raclieb de 546,
j que a principio de Xaual de este mlsmoalio hizo dimisidn de su cargo con motivo
de la conmocion de Abdelmelic, hijo de Sil-
ban 6 de Abenh&mid antes de el, contra el
emir M'ofafrmcd Abensaad, cuya soluci<5n fue
elfuerte sitio de Valencia en elaiio siguiente.
Del mismo rebelde Abensilban dice el
mismo autor (pag. 196), que en el ano 547,
durante su rebelion, dio muerte k un primo
de Abenabdelaziz, el que habia sido rey de
Valencia en el ano 539, durante cuyo rnando
habia sido cadi de Valencia y lo fue tam-
bien despues por nombramiento del rey
Lobo.
Otra indicacidn encuentroen el mismo
autor, quien al hablar de Asim, hijo de Ja-
la f el Tochibi, dice que muri<5 en la c&rcel
en Ghumada priinero del aiio 547 durante la
rebelidn de Abdelmelic, hijo de Saban (an-
tes le llama SilbSn), conocido por Abencho-
luna: aiiade que fue enterrado en la muralla,
— 314 —lo que parece indicar que la ciudad estaba
sitiada.
33
(PAgina 138)
En general los au tores arabes dan pocas
y contradictorias noticias acerca de la toma
6 reconquista de Almeria por los musulma-nes en tiempo del califa almoliade Abdelmu-
men: j cosa singular, donde los hechos apa-
recen mSs claros j eucactos, es en Abenalatir,
historiador oriental, tomo XI, pag. 147 j148, cujb. narraci<5n hemos seguido por masacep table.
El autor del CartSs, haciendo intervenir
5 los mismos personaj" es, refiere este suceso
al afio 547 (pag. 126 j 177): el autor modernoAhmed Anasin, dice lo mismo, tomo I, p&-
gina 149.
Abenjaldun (tomo IV, p&g, 236 de la
edicidn del Cairo, j tomo I, p&g. 315 de la
de Argel) involucra la toma de Almeria con
la de Granada, refiriendo, parece, ambos
i
— 315 —acontecimientos el ano 549, y de todos mo-dos poniendo lo de Almeria antes del 552,
pues que inmediatamente pasa & tratar de
acontecimientos del ano 551.
Que la fecha indicada por Abenalatir es
la verdadera lo prueba la cooformidad de su
relato con el de nuestros historiadores, que
convienen en que asistio a Almeria el Em-perador Alfonso YII
7 y murio en esta fecha
al regresar de esta expedicidn, que es ]o que
tambien consigna el autor anonimo de los
Anales Toledanos al decir: «Fue el Empera-
dor con Huest a tierra de Moros, e torndse
ende en XXI dias de Agosto al puesto de
Muradal e murio y, Era 1195».
Mr. Mercier, en la obra citada, pag. 96,
tambien se expresa de un modo harto ine-
xacto respecto a la muerte de Alfonso VII, yde la toma de Almeria por los almohades,
pues dice, que liabiendo llegado k Abdelmu-
men la noticia de que los cristianos se hab/an
apoderado de Almeria («ayant appris que
les Chretiens s'etaient emparesd' Almerie»),
envid k Espana k su hijo Abusaid: hacia 10
afios que los cristianos eran duenos de Alme-
— 316 —ria, j lo dice el autor poco antes: respecto a
la muerte del Emperador, muerto de enfer-
medad al regresar de la fracasada expedicion
de Almeria, dice que encontrd la muerte,
combatiendo a los infieles.
341
(Pagma Itt)
La generalidod de los historiadores &ra-
bes dan muj pocas noticias respecto 6 estos
acontecimientos, j casi todos equivocan la
fecha, que dificilmente hubiera podido fijarse
& no haberse servido Dozy del texto del his-
toriador Abensahibasala.
El autor del Cartas, muy mal enterado
de estos sucesos, contra lo que podia supo-
nerse, dice (pSg. 127) ,que en el ano 551 (por
549) los almohades se apoderaron de Grana-
da, baciendosela oracidn publica por Abdel-
mumen, quien envi6 un gobernador, pero
que faltando al reconocimiento hecho, los de
Granada mataron al gobernador, levantSn-
dose en ella Abenmerdanix, Abenbemoxico
— 317 —j el Calvo; pero en el aiio siguiente Abdel-
mumen envid contra Granada a sus dos hijos,
Ytisuf y Otman, quienes tomaron la ciudad
por fuerza, matando al Calvo j a los cristia-
nos que estaban con el, huyendo Abenhenio-
chico y Abenmerdanix.; anade el autor, esto
dice Abenmatruh, pero Abensakibasala dice
que fue la toma de Granada en el ano 557,
pero Dios sabe la verdad.
El mismo autor del Cartas, m§s adelante
(pag. 177), al hacer el resumen de la historia
de los almoliades, sin duda por la imperfec-
tion de los codices de esta obra, dice que
los almoliades se apoderaron de Granada en
el ano 550; que luego sus moradores hicieron
traicidn k los almoliades y los mataron, j que
en el aiio 556 se apoderaron de nuevo de ella
despues de un fuerte sitio.
Abenabidinar refiercestos acontecimien-
tos al aiio 551 (pag. Ill del texto firabe j)-
1 Esta obra, interosante \n\rs\ el conocimtanlo<le nueslra historia, esla iraducida al francos, hoc©muchos anos, y apoiias cs conocida entro nosotros,
llisloirc de l
1 Afriquo deMoliamiuod-hen Abi oHtaini-
el Kairourtni, traduite de V aral>o por M. M. K. Pollis-
sier et lleimisat. Paris MDGGCXLV.
— 318 —Abenjaldun (to. VI, pag, 238 de la edi-
ci6n del Cairo, tomo I, pSg, 317 de la de
Argel) refiere estos acontecimientos del mis-
mo modo en el fondo y con menos detalles,
que el historiador Abens&hibasala k quien
hemos seguido con Dozy.
Abenalatir (tomo XI, pSg. 186) se mani-
fiesta bien enterado, dando en parte los mis-*
mos detalles que Abens&hibasala: en unacircunstancia importante varia, al asegurar
que Abenhemochico, cuando fue invilado
por los de Granada £ que fuese k ellos, y que
le entregarian la ciudad, ya se habia hecho
almohade; era por tanto de sus partidarios yfliibditos y le excilaba contra Abenmerdanix:
el autor ha confundido aqui los sucesos pos-
ter!ores -
La fecha de la batalla de Asabica, «u$jaCa„J|
fel viemes 28 de Ilacheb del ano 557
estfi tambien indicada por Abenalabar (Do-
zy, Notices, pSg. 230),
Los Auales Toledanos con su siempre
lactinica redaction confirman el ano de la
batalla de Asabica, que se acaba de mencio-
nar, con estas palabras: sLiditf el Hey Lop
— 319 —con los rebeldes en Granada y mntaron ft
Pedro Garcia, Era 1200*. (Proboblemente
este Pedro Garcia, seria de Toledo.)
Mr. Mercier ter^iversa tambien estos he-
chos, que refiere al aflo 1156 (pag. 96 del
tomo citado).
35
(Pajrina lifi)
Los autores arabes mencionan esta bata-
Ha con el nombrc de * -^^M £***•_ 6 ana-
diendo el nombre ^s^i llano 6 vet/a, dicen
w»-i=s:!
i^^x? **^j; otros ruencionan s<51o
i+~>j-> ijG^* en el llano 6 vcga de JHurcki:
Abenaljatib, Ms. Ar. de la Academia N. 37,
fol. 256 v. le llama ,_«-XiJl 6 jjJ-iJl <j*ak*
Abenalabar (apud Dozy, Notices, pflgina
230) fija el dia del mes, el lugar y su proxi-
midad & Murcia.
La fecha y lugar de la batalla y aun la
particularidad de haber muerto en ella mu-
cbos crislianos resulla confirmada de un
=-tM=-
— 320 —modo includable por un documento publicado
por el P, Villanueva en su Viaje literario, to-
mo IX, p&g. 239. En el Martjrologio 6 Ne-
crologio Celsonense leemos: «Idus Octob. In
hoc die interfectus fuit Guillelmus de Spug-
nola a paganis cum multis aliis Xpianis,
apud Murciam, anno M.G.LXV incarnatio-
nis Domini».
La fecha, los idus 6 15 de Octubre de
1165 corresponde perfectamente al viernes 7
de Dulhicha del ano 560 de los autores
Srabes.
Abdelu&hid el Marrecoxi & su vez fija la
ortografia del nombre del lugar de la batalla,
escribierido i A^M cr^^K j aunque, como
queda advertido, es autor no siempre bien
informado, 6 quiza dijeramos mejor, que
tergiverstf con frecuencia los acontecimien-
tos, da detalles dignos de tenerse en cuenta
respecto a la conducta de Abenmerdanix:
recomendamos a los no arabistas la traduc-
citfn de esta obra por el distinguido profesor
de la Escuela de Letras de Argel, Mr. E. Fag-
nan, Hisloire des Alrnohades d' Abd el-Wdhid
— 321 —Merrdkechi, Iradtiile ef anno lee par E. Fagnan.
Alger, 1893.
36
(Pagina K>3)
De esta espedicidu dan noticia los auto-
res arabes j de un modo parecido los Anales
Toledanos (pag. 393) con estas palabras: «E1
Rey de Harruecos Abenjacob vino a cercar k
Huepte, e lidiola, e fue en hora dese perder
la Villa por sed: mas el dia de Santa Justa
envidles Dios agua del cielo cuanto ovieron
menester e fue la agua tan grand, que des-
varato las tiendas del Kej Jloro. E era el
Cardenal de llorna en Toledo, e daba gran-
des solturas: c ayunlaronse todos los de Es-
paua, e fueron en acorro, c allegaronse azes
con azes e non lidiaron e faese el Rey Moro;
mas de tornada que fizo, gantf el Regno del
Rey Lop. Era 1210.
Almorayibes 21
322
3?
(Pagina 160)
Abenalatir (to. XI, pag. 99): casi las
mismas palabras ernplea Almacari, to. II,.
p&g. 296.—Abenjaldiin (to. VI, pSg. 235 de
la edici(5n del Cairo, tomo I, pag. 313 de la
de Argel, y pag- 188 del tomo II de la tra-
duccion del Baron de Slane) da algunos
otros detalles de este sitio de Cordoba por el
Emperador.
Nuestros Jiistoriadores, poco enterados de
estos sucesos, pues no disponian casi de m&s
datos que los que suminislra la Crtfnica del
Emperador, y los escuetos, pero en general
exactos, de los Anales Toledanos, 6 no hacen
mcncirfn de esta campafia del Emperador 6
la confunden con la del ano 540 en apojro de
Abenhamdin contra Abengania,
Sandoval habla con alguna extension de-
esta campofia, conviniendo en que <'no hay
Iiistoria que de noticia concreta de ella; asi,
dice, que los autores todo lo confunden sin
orden ni concicrto de los tiempos, ni aua
— 323 —saber las jornadas que el Eroperador hizo
contra los moros j: cou el auxilio de los pri-
vilegios de este auo cree aclarar la cuestitfn,
pero incurre en los mismos escollos en que
Iropezarou sus predecesores, confuudieudo
tambien esta Jornada con la del aiio 540? en-
gaiiado por un docnnieuto del Alonasterio de
Eslonza del aiio 1188 de la Era (1150 de
Cr. y 545 de la hegira), documento, 6 falso
6 mal interpretado, en el que se lee, segun el
autor, como fecha: •Post rcditum fossati, quopr#nominatus Imperator principem Mauro-rum Abingamiam sibi vassallum fecit, et
quandam partem Cordubu* deprtedavit cumHczquita inaiori», Esta reseiia evidentemen-
tese refiere a la expedicion del aiio 540 dela hegira, pues que efectivamente el Empe-rador se apodero, como hemos visto, de parte
de la ciudad, que saqued cou la mezquita, yAbengania le presto homenaje.
i Htelovia de los fterjes de Camilla y d*> Le>m, DonFerwmdo rl Nuquq, primero dr **te nomhrc, Infante tie
Navarra, Don Sane ho f/ue murui nohre Zamortt, Don Aim-no VI der&ie tiomhre. Dona f'rraru, hija de Don Monso 171/ Don Alanso VII, Empemdor de lam E*pnnn*... to). 498,
— 324 —Por fortune, Sandoval apoya su aserto
con otro documento de mas valor por su con-
gruencia: del libro Becerro de la Iglesia de
Astorga copia una donation hecha en este
ano por el Emperador, y en ella se dice que
esti hecha, «quando Imperator tenebat Cor-
dubam circumdatam et pugnavit super earn
cum XXX railia Muzmidis et cum aliis An-
daluciis et devicit eos»: el autor deduce que
la victoria sobre losMazmuditas (almohades)
tuvo lugar el 23 de Julio del aao 1188 de la
Era; la victoria que se atribu^e al Empera-
dor?seria mas 6 menos efectiva; pero si se
dice que la siti6> y no que la tomase, parece
puede darse por seguro que no la tomo, ycoinciden con lo que dicen los autores arabes.
Los Anales Toledanos confirman esta ex-
pedicion del Emperador con estas lacdnicas
palabras: «Cerc<S el TCmperador Cordoba, Era
1188* (Esp. Sag. to. XXIII, pag. 391).
38
(Pagina 470)
No resulte claro por los textos a quien se
debi<5 principalmente la conqnista de Ma-
— 325 —llorca: en general los autores arabes liablan
solo de cristiaoos: Abenjaldun (to- VI, pk-
gina 188 y 242 de la edicidn del Cairo, to. I3
pag. 246 de la de Argel) la atribuye a los
genoveses: nuestros Gronicones mencionanen primer termino a Ramon Berenguer III
Conde de Barcelona, a^yudado de los Pisanos
j solo dejan a los genoveses el papel pocobonroso de liaberla entregado: la toma deIbiza es atribulda exclusivamente a los Pisa-
nos. Mas-Latrk, Tmite's de paix... Introduc-
cion, p£g. 35.
39
(Pagina HO
Estos sucesos j los nombres de los per-
sonajes almoravides que en ellos intervienen
hasta el ano 520, resultan muy enredados enlos pocos autores que de ellos tratan.
Abenjaldun (to, I, de la edic. de Argel,
p&g. 246, tomo VI, de la del Cairo, p&g, 188),
k quien siguid el Sr. Campaner en su Bos-
fjuejo historico, supone k Mallorca recobrada de
— 326 —los cristianos por el capitan Abentafartasat,
0,*Js J->" -vl, indicando que trata de esto
en otra parte, al hablar de los Reyes de Tai-
fas, y efectivameDte (en el to. IV de la edi-
ci6n del Cairo, p£g. 165) trata de la con-
quista de Mallorca y dice que el sitio dur6
diez meses y que los auiilios pedidos a All
no Hegaron hasta despues de haberse apode-
rado de Mallorca los cristianos; que al llegar
la escuadra, el enemigoabandond la ciudad;
que AH did el mando de ella k Uanur, hijo
de Abubequer el Lamtuni, quien oprimid &
los naturales del pais, queriendo que edifica-
seu otra ciudad lejos del mar, j que habien-
dose rebelado, consiguieron prenderle y en-
carcelarle; lucgo enviaron mensajeros ft All,
explicando su conducta, y el Principe pasd
por lo hecliOj 6 lo aprobd: anade el autor que
los envid d unid al gobierno de Moh&med,
(lease) Yahya hijo de Ali Abengania, vali
del Algarbe de Alandalus, quien les envid k
su liermano Mohfimed, Yali de Cdrdoba, el
cual al llegar 6 Mallorca, tomando k Uanur,[
le encarceld y envid S Marruecos; j MohSt-
med permanecid en Mallorca durante diez
— 327 —anos, hasta que murio su hermano Yahja 7el SultSn Ali».
Como se ve, Abenjaldua confunde lasti-
mosamente muchos sucesos, y por tanto no
podemos dar gran credito k los datos que nos
suministra, j que no constan eu otros au-
tores.
Yahya Abengania no era por estos tiem-
pos (ano 520) vali d«l Algarbe, de donde no
lo fue hasta el ano 538 ^ ni aun del Oriente
de Alandalus, donde gobernd antes que en
Sevilla: adem&s, desde el aiio 516 6 §20 hasta
el 538 habian pasado mas de diez anos: Ab-
deluahid, por el contrario, retrasa la ida de
Mohamed Abengania a Mallorca hasta des-
pues de la muerte de su hermano Yahya,
incurriendo tambiea en otros errores 2,
Se necesitarian muclias paginas para rec-
tificar una 4 una todas las inexactitudes de
los autores arabes respecto Si este pun to.
1 Abenaljalib, biografia do Yahya, Ms. Gg. N, 28
de la Bibl. Nacio. pfrg. 7oj>i y Ms. Ar, de la Academia
N,3* lomoHf, fol. 472.
% Vcase p&g. 231 y siguientes de la Ilistoire des
Almohadesd' Abd el-Wahid Merrakechi traduiteet atino-
4ee par E. Fagnan. Alger, 1893,
to
(P&gina i73)
La fecha de la muerte de Moh&med Aben-
gania resulta muy dudosa: nos inclinamos 6
seguir la cronologia del llamado Andnimo
>
— 228 —El mismo Abenjaldiin (to. I, de la edi-
citfn de Argel, p^g. 324 y 325, tomo VI, de
la edicidn del Cairo^ pag. 242) da otra ver-
sion algo diferente, aunque no contradicto-
ria, suponiendo que al ser abandonada Ma-jorca por los cristianos, Ali envio como go-
bernador a Uanur, de quien aqui dice que
did muerte al jefe de los rebeldes, quienes le
prendieron j enviaron mensaje a Ali expli-
cando su conducta, y sin que diga nada de
Yahya Abengania, snpone el nombramiento
de Moliamed para el mando deMallorca, he-
clio directamente por el Principe.
En otra parte, como veremos en la Ilus-
tracidn inmediata, da Abenjaldiin la verda-
dera fecha del nombramiento de Moh&med f
para el mando de Mallorca.
— 329 —de Copenhague, que en general da noticias
concretes y exactas respecto S este periododenuestra historia, poco estudiado: Ms. Gg.N, 490 de la Biblioteca Nacional, y Ms. Ar.
n.° 83 de la Acad.
Abenjaldun (tomo IV de la edicidn del
Cairo, pag. 166) pone como fecha de la muer-te de Mohamed Abengania el ano 567, si
bien hay que] tener en cuenta que el texto
parece alterado con palabras que deben refe-
rirse a otro suceso: en el tomo VI de la mis-
ma edici6n?pSg. 242, y 325 del to. I de la
de Argel, tomo II, pag. 206 y siguientes dela traduccidn de Slane, |refiere la muerte de
Mohamed al ano 546, y que tanto el, comosu hijo Abdala, nombrado Principe heredero,
fueron muertos por sediciosos movidos por
su liijo Ishac, descontento, como se ha dicho,
por el nombramiento de Principe heredero
hecho a favor de su hermano.
La misma fecha del ano 546 resulta con-
signada por Abenalabar (Dozy, Notices, p&-ginas 215 y 216) al decir que Ishac Abenga-nia gobern<5 & Mallorca despues de haber
sido muertos su padre MohSmedy su her-
— 330 —mano Abdala en el ano scis, 6 mejor dicho en
el 547; pero a pesar de palabras tan ter-
minates de Abenalabar y de la conformidad
de estos dos testimonios, nos inclinamos por
hoy a seguir al llamado An6"nimo de Cope-
nhague, quien dice de un modo concreto que
Ishac, hijo j sucesor de Mohamed, reind en
Mallorca treinta aflos, siendo el primero el
550 y el ultimo el 580.
41
(Pagina 176)
Tratando Abenalatir (to. XI, pag. 147)
del aiio 552, y de la desaparici6n del poder
de los almoravides, dice que en este aiio des-
aparecio su imperio, no quedandoles mas
que la Isla de Mallorca bajo el mando de
Hamu Abengania: el autor confundio" a Ha-
mu con Isliac, 6 mejor dicho, el autor 6 al-
gun copista suprimio el nombre propio 7 los
de algunos ascendientes, pues Hamu es uno
de los liltimos, si bien puede emplearse in-
mediatamente despues del nombre propio
.. i
— 331 —como lo hace Abenjalican (tomo III de la
edicion del Cairo, p£g. 385), llamandole
Abuibrahim Ishac Abenhamu.
43
(Pagina 177)
De la incursion del rey de Mallorca en
Toloa da cuenta la Cronica de San Victor de
Marsella con estas palabras:
«MCLXXVIIL Tholonensis urbs a lie-
ge Majoricffi debellata et capta est, et UgoGaufredi Vicecomes Massiliensis et nepos
ejus et multi alii capti in Majoricam ducti
sunt.» (Espana Sag. to. XXVIH, pfig. 346).
El P. Villanueva en su Viaje titerario (to-
mo XV, pag. 16 y sig.) da noticias de la Co-
legiata de Santa Maria de Ulla, pequena vi-
lla situada junto 5 Torroella de Mongri; de
un Necrologio j de una pequena Crtfnica de
esta Colegiata publica los textos que siguen:
VL Kal. julii obitus duorum fratrum,
scilicet Guillermi de Lemons, pbri., et Be-
rengarii de Palegreto, subdiackoni, qui si-
43
(P&gina 179)
El tratado de Pisa en su texto latino,
casi unico conocido, est& publicado con algu-
na variante en la fecho: en el texto publica-
do por el Sr. Cempaner selee: «et (uit hoec
— 332 —mul in hac ecclesia a Sarracenis ?
proli dolor!
fuerunt occisi anno MCLXXYIII.
VI. Nonas julii eodem die memoria vel
obitus duorum fratrum Bernardi de Pulija-
no, pbri., et Guillermi de Curtada, quos
hinc duxerunt Sarraceni captivos et saucia-
tos, et mortui sunt in mari. (pag. 213).
Anno ab Incarnatione Dni. MGLXXVIII
XV. Kal. julii, Deo permittente, capta fuit
a Paganis ecclesia S. Marine de I'liano, et
omnibus bonis suis penitus spoliata: cujus
ecclesia canonici alii gladio ibidem perem-
pti alii Maiorichas transducti fuerunt. (pa-
gina 216.)
Puede consultarse acerca de eslos puntos
la obra citada del Sr. Campaner, pSg. 144.
-?*»"
— 333 —carta scripta nono decimo die mensis saphar
anno predic. Maumeti DLXXXI, Anno vero
Domin. Incarnat. MCLXXXV. Ind. II. Kal-Tunii->; en los publicados por Mas Latrie y
Amari se lee «Anno a predicotione Macumeliquingentesimo octuagesimo, anno vero Do-minica Incarnationis MCLXXXV, indictio-
ne secunda, ipsa die Kalendarum Junii.»
Hay que advertir que el texto latino en
realidad no es traduccidn, sino extracto del
texlo arabe, en el cual no cabe duda respec-
to k la fecha que dice: «19 de Safar del ano
580 de la prcdicacidn (de la hegira) de Ma-homa, y que corresponde al primero de Ju-
nio de los cristianos»: estando todo en letra
en el texto §rabe publicado por Amari f no
cabe equivoc&cion, correspondiendo perfec-
tamente la fecha 19 de Safar de 580 con el
primero de Junio de los cristianos (del ano
1184): no hay por tanto necesidad de supo-
ner quelshac muriera en el ano 581, como
supuso el Sr. Campaner por la inexactitud
del extracto latino de que se sirvid,ii i n ~ m
I Amarii IHplomi arabi <!ei It, Arch. Finrcntitw,
P6r. H.
334
44
(I>agina 179}
Hay muy pocos datos para conocer las
circunstancias j auii la fecha aproximada de
la muerte de Ishac: la coincidencia de dos
testimonies, cristiano el uno, arabe el otro,
parece resolver la cuesiidn, a pesar de que
embos son poco explicitos: la Crdnica de San
Salvador de Marsella (Espafia Sagrada, torao
XXXVIII, pag. 346) nos da un dato precio-
80 de la historia de Mallorca en las si^uien-
tes palabras: «MCLXXXV Christian! cepe-
runt Palatium civilalis Majoricarum, et fue-
runt liberal! a captivilate.»
Por otra parte, Abenalabar (Bibl. Ar*
his. to. VI, pag, 491), en labiografia de Ab-
da la, hijo de Mohamad Abenuacas, natural
de Mallorca, nos dice que murio martir en
la batalla del alc&zar de Mallorca al tiempo
de la muerte del emir Ishac, hijo de Hoh£-
med, en el afio 580.
Nadie fija el mes de la muerle de Ishac,
que debi<5 de acaecer poco despues de baber
— 335 —firmado el tratado con Pisa el 19 de Safar de
580, pues en Xaban del mismo afio su liijo
J gsegundo? sucesor AH, salfa para Bugfa, de
la que se apodera el dia 6 del raismo (Car-
los, p$g. 179). Ccmo entre la muerte de
Ishac y la salida de su hijo para Bugia de-
bid de mediar algun tiempo, ya que AH pro-
clamado k contimtacidn de la muerte de su
padre, d despues del corto reinado de su
hermano, bubo de ocupaise en las cosas del
gobierno, puede suponerse que la muerte
ocurrid rauj poco despues de firmado el tra-
lado con Pisa.
Aun puede precisarse m!5s la fecba: segiin
algun autor * , Ishac murio poco antes que el
califa Almansur, muerlo en la expedicidn de
Santaren 6 k seguida de ella, en Rebi 1.* 6
2.° de esLe mismo a no 580, luego Ishac mu-
rid k los dos meses 6 antes, despues de liaber
firmado el tratado con Pisa*
La toma del alc&zar por los cristianos ysu libertad puede referirse k otra sublevacidn
poco posterior ocurrida en el mismo alcSzar,
1 Abonjalduii, to. V1 T pot*. '242,
— 336 —segiin entienden los textos Campaner (pagi-
na 150) j Dozy '; pero de todos modos la
muerte de Ishac en su palacio con motivo de
una batalla librada en el, resulLa del testi-
monio de Abenalabar, desconocido antes, &
no ser que dieramos a la preposicion ->« en
la frase del autor U^! sUj Ji* al tiempo de
ta mxierle de su emir Ishac, la acepcion de des-
pues, que dudo pueda aceptarse gramatical-
mente; pero que quiza no seria muy de ex"
tranar, dadas las muy vagas acepciones de
algunas de las particulas §rabes.
Siendo tan rart> el que resulten dos suble-
vaciones graves en el palacio de Mallorca en
el mismo ano, j ambas con resultado satis-
factorio para los revoltosos, constaudo ade-
mas por otra parte que los autores que de
estos sucesos tratan, eslfin en general poco
enterados, es muy posible queliayan confun-
dido los sucesos, haciendo dos sublevaciones
de una sola, eu cuyo caso habria que admitir
la posterior, respecto k la cual se dan mSs
noticias, figurando en ella personajes, que
] Recherches xur 1' histoire... 3.a
e<li. to. II, p. MO.
— 337 —no pueden figurar en la primera, viviendo
Moh&med
.
45
(Pagtna tSl>
La narracion mas concreta de estos suce-
sos, al roenos de parte de ellos, se encuentra
en el llamado Antfnimo de Copenhague (Ms.
<Jg. 490 de la Bibl. Nacio. pag. 63, 64 j 65),
texto que no se encuentra en el ctfdice que,
procedente de la biblioteca deDozy, posee la
Real Academia de la Historia: en dicho tex-
to, muy incorrecto, como casi todo lo conte-
nido en dicba obra, dice expresamente que
Abulhasan All (hijo de Reverter) fue enviado
6 Mallorca por cl califa Abuyacub despues
de la muerte de Ishoc: que aunque muy bieu
recibido y obsequiado, se le tuvo como pri-
sionero, dando largos al asunto de la obe-
diencia a los almobades: que aun antes de
romper con el, se apoderaron de las naves
que habia llevado desde Ceuta, instalando
en ellas equipaje Islefio, y trasladindolas al
arsenal: que cuando tuvieron noticia de la
.Almohavii>es ^
— 338 —muerte del califa Abuyacub, le detuvieron
prisionero en su morada, encargandose de el
los guardias y centinelas, de modo que no le
fuese posible maquinar cosa alguna: el texto
no hace mencion del nombre del rey Moha-
med, ni del hermano 6 hermanos que pro-
movieron la resistencia: parece icferirse que
esta fue debida al mismo Mohamed 6 quien
fuese el rey pror.lamado a la muerte de Ishac:
solo se hace mencidn del rum! Raxid, diri-
giendo la prisidn del hijo de Reverter, y
despues la conduction de fuerzas a Bugia.
Gomo este texto puede ser interesante
por otras indicaciones que en 61 se contie-
nen, y quiza no consten en oira parte, lo in-
cluimos a continuacion para conocimiento de
los arabistas, a pesar de su incorreccion ma-
nifiesta, que, al menos para nosotros, hace
ininteligibles algunas frases.
**
>i-J*
— 339 —j\x,r ,^. ^uji jtyd ^u^ j^i
(pig. 64)^|^^ ,U^&;U Jl
*'f4*1*^0 ij^tJ^J) J-jUL (sic) *^XwU|
j^l (sic) O^j a^.j J-scjI Jkk Aj\icU^
— 340 —^j\ ^ju_j ^_jJ\ ^ji
f*\j±\- ^j\
J«3j9 >jLo« aLs\i' LjJJIj iJa.JL5 ^_^H«
(p&g.65) frJU^ jLJt J»l^t
^J= ^-^
341
46
(Pagina 1S2)
Segun otra version del mismo Abenjal-
dun (to. IV, de la edi. del Cairo, pag. 166),
«Talha, hermano de Ishac, le sucede en el
mando y reconoce a los almohades ya en el
alio 581 ,yendo una comision de Mallorca k
prestar obediencia: los almohades enviaron
con los comisiohados a AH hijo de Reverter;
pero al llegar este k Mallorca se rebelaron
contra Talha sus sobrinos Yahyo yAK, hijos
de Ishac, y combatiendo u AH Abenreverter,
echaron a Talha: luego, habiendoles Uegado
la noticia de la niuerte del califa Yiisuf, sa-
lieron para Africa*.
Dificil es darse cuenta de lo que pueda
haber de verdad en esta version, que en la
fecha al menos esta equivocada, pues tanto
la muerte del califa, como la salida de Ali yYahya para Africa, deben referirse al alio
anterior 580.
342
*Tf
(Piglna 18o)
Aunque en el texto se ha procurado dar
idea lo mas exacta posible del contenido de
este * j de los tratados anteriores firmados
por los reyes de Mallorca* por ser el mas
corto, j mas concrete, insertamos £ conti-
nuacitfn la traduccitfn latina antigua publi-
cada por Silvestre de Sacy, quien conside-
r&ndola bastante exacta, no anadio traduc-
ci6n francesa, como en otros: no publicamos
el texto cirabe^ por no recargar la Impresi*5n,
sin gran utilidad.
In nonimeomnipotentis pii et miscricor-
dis. Carta pacis firmtc et slabilis, factecbona
et spontanea voluntate, ab elmir sublimi,
Abo-Machomet Abd-ella, filio Isahac, ebn
Machomet ebn Ali (quern Deus manu te-
neat!), cum alto et egregio legato Januen-
sium Nicola Leccans nuptias (quern D, m. t.);
1 En el texto se ha impreso que la duraciondel tratado debia ser de 10 afios, en vez do 50, que flja
el tcxlo.
tf
— 343 —quam pacem fecit et recepit idem legatus,
per arcliiepiscopum et consules et sapientes
Janmo, qui propterea eum cum multa le-
galitate miserunt, observandam inviolatam
per Januenses omnes et de districtu Jauuac
(q. D. m. t.) Qui Nicola, legatus Jamicc,
cartam Januensium consulum detulit, in qua
continebatur ut verbis suis fidem haberetur,
tanquam ab ore Januensium consulum pro-
latis et omnium Januensium intus et ex-
terius (q. D. m. t.); quEO pax facta fuiL
per bonam fidem et legalitatem ab utraque
parte, sicut in carta inde facia continetur.
Etrexille Abem Macliomet Abdella, ebem
Isaac ebem Macliomet ebem Ali (q. D, m.
t.), de prscdicta conventione facta cum Ni-
cola Leccans nuplias legato, et cum archi-
episcopo et consulibus et omnibus Januen-
sibus et de districtu Janune, tenetur secun-
dum quod scriptum est in eadem carta sic.
Nulla persona sui districtus debet venire,
nee offensionem ullam facere, in Januen-
ses vel districtus Janmc; et otnnes ejus et
galeae ipsius non debent offendere Januen-
ses, in terra vel mari, nee offensionem facere
— 344 —a Corvo usque insulam Sanctis HargariUe
super Canebam si tarn; et quod omnes naves
Januenses detent salvari et cusiodiri ab ho-
minibus sui districtus et a galeis suis, per
totam terrain suam, et per Garbum et Yspa—
niam, et per universas partes, ubicumque
inyentas, ubicumque vadant vel undecum-
que yenianl; et si quando aliqua navis Ja-
nuensium in partibus suis forte, quod Deus
adverlat (sic), naufragium passa fuerit, quod
debeant ab hominibus sui districtus pro par-
ya et convenient quantitatc (sic); nee ultra
quod convenerint invicem debcnl accipere
homines sui. Hoc autem promisit rex, pro
honorc el amore Januensium et lionore ip-
sius- Hem nullus Januensis qui Mojoricam
venerit causa nicrcandi, aut forte iverint (sic)
Garbum vel Yspaniom, vel inde redierintj
ullum driclum dare debet; et promisit illos
salvare et guardare et eis exhiberehonorem.
Item promisit dare Januensibus fundicum ?
ubicumque Januensibus placueril, et furnum
et balneum, in unaquaque .septimana per
diem uaum, sine aliquo drictu; et ecclesiam
unam in qua orare debeant Januenses, et
r
— 345 —facere ministerium Dei; et hoc pro amore
Januensium (q. D. m. t.) facit et donat Ebo
Macomet Abd-ella eben Isaac ebo (sic) Ma-
comet ebon Ali (q. D. m. t), per legatum
Janua\ Nicolam Leccans nuptias, qui ex_
parte archiepiscopi et consulum Januensium
et omnium Januensium (q. D. ni. t.) luvc
qmesivil. Hanc conventionem firmam et illi-
batam promisit rex Majoricic observandam
per se et homines suos. Hjgc sunt ea quiu
sibi convenit Nicola, ex parte archiepiscopi
et consulum Jannn? et omnium Januensium:
Janueuses non debont facere aliquod malum
neque offensionem in terra sua, necadjuvare
inimicos ipsius contra eum, neque per fa-
ctum, ant per dictum, vcl per personam, seu
per pecuniam; et salvare debent et guardare
terrain suaiu, et homines suos, et res eorum,
mari et terra, et in omnibus partibus ubi-
cumque inventos. Et (sic) superior rex forte
invenerit aliquem Januensium cum suis ini-
micis, eum oflendentem, quod ipse faceret
inde vindictam si ullum (sic) habere et ca-
pere potent. Et firmum et stabile debet ha-
beri etteneri per archiepiscopum etconsules
— 246 —JanuiE, et consiliatores et omnes .Tanuenscs.
Et ita continebatur in carta quam Xicola
Leccans nuplias ex parte ipsorum adduxit
regi Majorica?, quod firmum et ratum debe-
bat permanere usque annos viginti, secun-
dum quod ipse convenerat, tanquam si per
consules factum esset.
Actum apud Mujoricani, mense jumedi
lachar, in augusto videlicet, anni Macomet
DLXXXIIII, Facta fuit hrccpaxet convenio
inter regem Majorica^ et Commune Janme.
Testis sit Deus solus, qui bonus testis est,
melior et potior omnibus testibus, inter re-
gem Majorize et consulus Janusc, secundum
legem omnium hominum. Et Deus velit et
illi placeat quod bene observetur ab utraque
parte, et qui contra fecerit, Deum ofiendet,
etseipsum, nisi illam (irmam et illibatam
servabit; et qui bene illam servaverit, Deumserviet, et faeiet inde bene placitum Deo, et
suam et suorum honestatem servabit, quia
Deus testis bonus est inter homines, et spe-
cialiter inter regem Majorica3 et Januenses.
Expleta est carta, Itautile, id est, per gratiam
Dei, firma et stabile permanere debente. In
— 347 —mense Augusto. Eleamaro cuUuo tile f/el oas 7
id
est; Deus qui est melior omnibus rebus, et
habet omnium potestatem. (Notices et ex-
trails des manuscrits de la Uibliothrque du
Roi et autres Bibliothrquos, publics par V
Institut Royal de France. To. XL p&£. 17).
IN
tP<igina 2*W
Abumohamed Abdala, hijo de Mohamed,
Abenosid, natural de Badejoz, donde nacitf
en el ano 444 y conocido por rf tk limhtjo:>>
^ram&ticG, filrisofo y litcroto distin^uido,
tanto que al&un autor lle^a & caliliearle de
superior a Mobarrad i
,vivid en Valencia,
donde muri<S a mitad de Hacheb del ano 521
(27 de Julio de 1127); en dicha ciudad, y
quiz& en otras, fue muy celebrada su ense-
fianza por la facilidad con que se hacia com-
prender, de modo que las gentes se reunian
para las lecturas bajo su direcci<5n, como
dice Abenjalicfm *, y prueba de los muchos
\ Atlalii. fflhtiothwfi arah. htu 10. Ill, biog. 892.
2 DitTi'twn-h* hiinj. inlic. del ('aim. io. I> pag. VH-
— 348 —discipulos que tuvo nos la suminislra Aben-alabar con las muchisimas veces que le men-ciona con los solos nomb res de Abumohamedel de Badajoz,
Abenasid escribad muchas obras cuyo ca-
talogo no es facil completar, j nos perraiti-
mos poner algiin tanlo detallado.
Abenpascua], que escribio su biograffa ',
sdlo cita tres de sus obras, inchryendo la quees motivo de este csludio, la cual por cierto
aparece en este autor como en otros, con al-
guna varianlc que puede liacer formar de la
obra conceptomuy diferente: tilulase el libro
i/$r _^:c^ i^j\ v Lvr J, Aj^j|
el mismo titulo leda Abenjalicany aceptado
por el Sr. Pons -, ha traducido 4S1 libro del
despertamienlo 6 del aviso (que versa) sobrelas causas necesarias para la oposicion 6" re-
beldia del pueblo: El titulo puesto asf pu-diera muy bien lomarse por indicacidn deuna obra eminentemente polilica, en la quese examinasen nada menos que las causas en
1 Jtihli'ilhcid arah. lit*. |o. I, biog. (J39.
2 Olira cilada.
— 349 —virtud de las cuales se justificara el derecho
de rebelion contra la autoridad: sin variar
mucho lo material de las palabras, el titulo
aparece de modo muy diferente en otros au-
tores.
Abenjair j
, con quien coinciden, al me-
dos en lo fundamental, las notas bibliogr&-
ficas de los catalogos de la Biblioteca de Tu-
nez y de dos de Constantinople, llama S
este libro C^j!^ *~A^-T Jc ±h a)\
fcxJL )\ >-j ^-Wl Aviso acercii rfr fas raw-
m$ que producen la disidencia (6 diferenle modo
de pensar) cntre los musuhncmes -: aunque la
palabra ^J^'l significa tambien rebelion,
como en algima de las notos bibliogrSficas,
se varia diciendo ^-U-JI,z^^] ^U—J
-cauxns rfr la disidencia de Im numthnanes, creemos
que casi no cabe duda de que se trata stflo
de las causes de la disidencia 6 diferente
modo de entender algunos textos 6 tradicio-
nes> Gonfirma esta interpretation el hecho de
que el mismo aulor tieue otra obra de titulo
I IlihUothwa Ar. JnY lo, l\. p6g. 2o8,
— 350 —parecido respecto a la disidencia ea 3a escue-
la de Abubanifa, en cujo titulo se emplean
en parte las mismas palabras ^J^cb'l ^L_tA*iiat
f &X\\ ^j\> jl*\j)\ Causas de la disidencia
que exisle en la religion 6 secta Uanefi, obra quele a tribute Hachi Jalifa.
La imporlancia de esta obra puede sospe-
charse que este en las indicaciones que el
autor haga respecto a las cosas y hombres de
su tiempo; pues por el solo titulo de las obras
no es facil calcular la importancia de las
mismas, ademas de que resulta dificil j casi
imposible la traduction de los titulos, mien-tras no pueda estudiarse la obra; de aqui
que distioguidos biblidgraiosmodernos, conquienes estamos de acuerdo, al no dar las
traducciones de los Litulos, parecen indicar
que el hacerlo tiene m5s inconvenientes queventajas-
Por la circunstancia de ser Abenasid au-tor espanol muj celebrado j por si esta obra !
diera noticias importantes relativas £ Espa- *£
fia, convendna que se publicase, ja qu&existe ejemplar de la misma en Constanti-
T
— 351 —nopla y una Exposicioa en ]a Biblioteca de
Tunez K
Los bio^rafos de Abenasid de Badajoz le
celebron solo como gramatico, Kterato y fil6-
logo; pero por Irs titulos de sus muchas
obras podernos inferir que 1rald puntos muydiferentes, y en especial que no fue ageno &
los estudios historicos y filosoficos.
Como historiador, el Sr. Pons cita un
Iw.^, 6 sea Catalotjo 6 lista de sus maes-
tros: es casi seguro que al mismo genero per-
tenecia su obra wA«-)\V Las gencahgias, ci-
tada por Hachi Jalifa en el numero 1353,
Abenpascual y Abenjalicau mencionan
algunas de sus obras; pero quien de un mo-
do indirecto nos da mSs noticias es Aben-
jair 2,que menciona hasta quince, aunque
alguna parece eslar citada con titulo doble:
de estas solo enconlramos cinco citadas por
Hachi Jalifa, quien en cambio cita otras que
1 Tease Cntttiorjo de la BibL <le la tnoz^uita
Azcittina, N.° Wffl.—Catfitoffo de la BibHolcca A8ad
Efondi. Constantinople afio 1300 (do la ti^gira), on 8.°
3-13 pags.-pag. 318.
2 Biblioieca Arabico-hisp. to. X. p&g- 555.
352
no conocid Abenjair, cuya lista completa
mos a continuacion indicando las fuentes:
(f)^M J JVlr'«C
(1) i'i.Jl .Ljj.s-1 , .U" \
(a) ^u^l. vL4l J* V4'j J'*'i
— 353 —
u , *
i,;;r);-^
G^) «'"*'j * ,v ^ i a''---j
De las treinU obras escrilas por nuestro
Abenasid el de Badajoz se sabe que se con-
servan ocho en difercntes bibliolccas.
10 » » i> •> » » 523.
it?>
» » * » * loo.
12 » » » » » » 301.
ft Catdlot/o de la Bib. de Tunez N. 4194,
l* Catalogue d" une Col. de la Maison Brill
par Houtsma, pag. ^-is 6'G/a%odelaBibLdeTuQe^N." 1844.
H> Catalogue Ac la Biblio. de Asad Efen-
<li, ConsL. pfig. 301,
ALMOflAYHU'.S *3
354
49
(Pigina 2<Ki) 4?
Aunque son muchos los autores que dan
noticiasde Abenalarif y de su compahero
Abenbarraclian, en ninguno encontramos no-
ticias tan concretas como en el modernising
historiador marroqm Ahmed Anasiri, y por
eso lo traducimosa continuation ':
«Eq el afio 536 murio el alfaqui Abula-
bas Ahmed, hijo de Mohamed, hijo de Mu-
zs, hijo de Ataala el Sanhachi, conocido por
Abenalarif: era de los que habian llegado al
limilo de la perfection, religion y ascetismo
en cste raundo y cntregado por corapleto al
bien: dirigianse a el las gentcs y familiari-
zandosc con el, cclebraban su compania:
acusado ante cl emir de los crejentes AH,
mandd fuese conducido a la corte de Mamie-
cos, donde murio en la nocho del viernes,
23 del mes de Safar del afio mencionado (27
de Septiembre de 1141): habiendo alluido la
gente para su enlierro, el emir dc los mus-
( Tomo I. pag. 121).
— 355 —limes se arrepintio de lo que habia hecho
con el en vido, y se le hicieron obsequios (?):
fue enterrado cerca de la aljama antigua que
habia en medio de Marruecos, en el jardin
del cadi Muza hijo de Ahmed el Sanhaclri.*
«Su sepulcro es hoy muy conocido en el
zoco (mercado) de los perfuinislas de Ma-
rruecos: sobre el hay una esmereda cons-
truccion. *
«Eu este mismo ouo muritf Abulhacam
Abenbarrachan, de quicn dice Abenjalican
«que se llamaba Abulhacam Abdcsalam, hijo
de Abderahman, hijo de Moliiimed, hijo de
Abdcrahnian el Lojim conocido por Abenba-
rrach&n (indica la vocalizacion del sobre-
nonibre): era siervo virtuoso, y lieoe una
Tafsira del CorSn el noble, y escribio mucho
(multiplied sus palabras) acerca de el con-
forme k la secla de los senores de los estados
y sesioues.'.'
«Dice el outor del libro Alaxomif (Kl
Atavio) «Cuando AbulhSctim Abeubarrachdn
fuc conducido desde Cordoba k la corle de
Marruecos, en ocasion en que los alfaquiesle
habian presentado algunas consultas, dijo:
G?
— 356 —por A16
fno vivire, ni vivira despucs de mi
muerte el que me ha hecho conducir; refe-
riase al emir de los muslimes Ali, lii jo de
Yusuf: habiendo muerio Abulhacam, el emir
de los muslimes mando que fuese abando-
nado en an estercolero y que no se hiciese
oraci<5n sobre el, ^designando quien liablase
de esto de parte de los alfaquies? Eacontrfi-
baseentonces en Marruecos Abulhasan Ali -*-
^Abenharzaham?, j presentandosele un negro
que le habia servido, y asislia a su tertulia,
le cont6 lo que el sultan habia dispuesto
acerca del entierro de Abulhacam: oida la
rclaci(5n, AbulhasSn dijo al negro: «si quie-
res coraprar tu alma & Alii, liaz lo que te voy
a decir-s & lo que conlesto cl negro: manda **"
lo que quieras, y lo hare ; dijolc: ve grilando
por las calles y mercados (lo siguiente): os
dice Abenharzaliam, asistid al entierro del
jcqae, santo y continente alfaqui Abuthft-
cam Ahenbarrachan: quien pueda asistir yno asista, sobre cl la maldicidn de Ala. Hi-
zolo el negro como se lo habia mandado, y*$
cuando lleg<5 csto k noticia del emir de los
muslimes, dijo: aquel cuya bondad sea reco-
i
— 357 —nocida j no asistiere a su entierro, la mal-
diciou de Ala sera sobre el.;>
<'I)ice Abenabdelmelic en su libro Ajh'n*
dice a la Trcmilo, <- Abulhaeorn AbenbarraehSn
esla enterrado en Marruecos en la Plaza del
trigo: es cl que el pueblo llama Suit Ahtt-
richaLx
Para mas noticias refercntcs a eslos dos
personajes, vease, respecto a Abenalarif, Ahcn-
jnlicdn, edi. del Cairo, torn. I. p3g. 93
—
fii-
hliothrca Aruhico-ltis. Lorn. I. biogr. 175— to-
mo III. biog. 360— Lorn. IV. biog, 14; yrespecto al scgundo, RihL Ar. lih. torn. VI,
biogr. 1797: es de advert! r que Abenalabar
en esta obra le llama Abenborrichan o Abcn-
barrichfin, citandole varias veccs por inci-
dencia aderaSs de poner su blografia.
50
El mismo autor moderno, que nos ha su-
ministrado los datos ruSs concretos para la
ilustracidn anterior, nos da en la misma p&-
gina algunos datos acerca de la quema de
rv-
— 358 —los libros de Abuhamid el Gazali; con moti-
vo de tratar de la muerte de im celebre alfa-
qui, dice: «En el auo 513 murio enCalatha-
mad Abulfadal Yiisuf, hijo de Mohamed,
hijo de Yiisuf, conocido por Abenanahui,
el cual habia acompafiado a Abulhasan el
Labmi y a otros jeques: este Abulfadal era
hombre de ciencia y religion por la direc-
cidn de uoa buena ascendeneia, y era oi'do
en las oraciones.»
«Cuando los alfaquies del Almagreb hu-
bieron dado la consulta acerca de la quema
de los libros de Abuhamid el Gazali, com-
plazcase Ala de el, y el emir de los muslimes
mando quemarlos, este Abulfadal tomd la
defensa < de Abuhamid, Ala le haya perdo-
nado, escribiendo al emir de los muslimes
acerca de esto.>>
«Cuenta el autor del libro El Atavio, Abu-
yacub Yiisuf hijo de Yahya el de Tedela, jMarroqui por la estancia, conocido por Aben-
ziyat, tomandolo de Abulhasan Ali Aben-
i Lairaae ^ L-^ ^ uM ! Ji IJ^ *
pudicra ofrecor duda en su sentido a no ser por lo
autoridad del Suplemento de Dozy.
&
-<*
f
— 359 —barzabam, que dice: Cuaado llego a Fez la
orden del emir de los muslimes AH Abenjii-
sufde buscar con solicitad el Hbro de la
Resurreccion (de las ciencias de la religitfn)
y de que las gentes prestasen los grandes
juramentos de no tener en su poder tal libro,
me dirigi k Abulfadal para pedirle suscri-
biese la consulta con estos juramentos, y me
contesto que no procedian: a su lado habia
unos libros, y me dijo: eslos son del libro La
Resurreccitfn y deseo no ver otros en mi vida:
Abulfadal habia copiado el libro de Algazali
en treinta partes, y cuando entraba el mes de
Ramadan, eada dia leia una parte: sus virtu-
des eran grander Alfi le haya perdonado.»
(Dice el autor moderno:) ^Durante el im-
-perio de los Almoravidcs no ocurrio cosa mSs
abominable que usta, & saber, la quema del
libro La Resurrecci6nfpues cuando llego al
pais del Almagreb la copia de cl, lo exami-
naron muchos alfaquies, entre ellos el cadi
AbulcSsem Abenhamdin *, j habiendo ele-
gido algunas cosas como cargos contra el
1 Aun(|ue hubo un Abulcascm Aboiiliamdin,
t\\6 posterior on poco; el que intcrvino en eslo fuft
— 360 —jeque Abuhamid, las comunicaron al SullSn
con la consulta de que convenia quemarla y
que no se permitiese su lectura...*
«Ali hijo de Yiisuf, lo mismo que su pa-
dre, esliiba somelido al consejo de los alfa-
quies y sabios, & quienes babia devuelto to-
dos los fallos, y cuando dieron la consulta
acerca de la qucma del libro, escribio a la
geute de su reino en los demas paises y re-
gioncs, mandando que se buscasen con soli-
citud las copias y que se quemara cuanto se
encontrase: en virtud de esta orden se re-
unieron muchas copias en Alandalus, y pues-
tasen el palio de la aljama de Cordoba, se
derramo aceite sobre ellas y se picnditf fue-
go: lo mismo se liixo con las copias que se
encontroron en Marruecos, continufmdose la
quema en los demas paises del Almagreb. >
Almabdolo Mohiimod, hijo *So AH, hijo (de Moh&mod)
hijo dr. Ahdolaziz Abonbamdni. imicrlo on ol ano "WH:
mi hijo AburiiG far Ahmed imiriocn cl ano 521, y llnm-
din hijo do t'sio, cl quo obUivo cl mamlo de Conlobo..
mtirio il n I'M: puedon vorso rcspcclo ol primoro HihL
At. Iiia m lo. 11- biog. 1 !38 y to. III. bio. 530. Para ol se-
gtindo llihl. Ar. hi*, lo. 1. bio. 169. y para el icrcoro ea
la misma obra, lorn. III. bio- G&i y torn. V. bio. W.l
t
— 3(51 —*Sc dice que esto fue ea vida del jeque
Abuharuid, y que por esto hi'/o oraci6n para
que fucse destruido el poder de iosalmoravi-
des, y que le fue otor^ada su petieion acerca
de ellos: si fue ast, la fecha de la quema se-
lla en el intermedio entrc el ano 500 y el
505, pues la proclamacidn de Ali fuc k prin-
ciples del ano 500 y la muerte del jeque
Abuhamid el Gazali acaecio el lunes 14 de
Chumada postrcro del ano 505*.
Como se ve, la fecha deestesuceso queda
vaga, y tanto mfis, si no admitimos la anec-
dote de que Abuhamid tuviese noticia de la
condenanion de su libro y de su maldicii5n
contra el imperio de los almoravides: de to-
dos modos la fecha es aproximada y se in-
here de la coexistencia de los pcrsonajes, que
intervinieron en el asunto.
Ya hemos visto que Abnlfadal Yiisuf
Abenanahuf, muorto en el afio 513, tom6 la
defensa del libro de Algazali; por consi-
gniente la quema fue anterior & esta fecha.
El personaje'ji quien mSs iutervencitfn se
atribuye en este suceso, es Abuabdala Moh&~
med, lujo de AliJ(hijo de MoMmed) hijo de
— 362 —Abdelaziz, Abenhamdin, cadi de Cordoba
desde el mes de Xaban del ano 490 hasta el
de Moharrem del 508, en que murio: Aben-
pascual y Adabi en su biografia nada dicen
de su intervencitfn en la quema de los libros
de Algazali; pero menciona esta circunslan-
cia Abenalabar * en la biografia de Abulha-
san AH, hijo de Mohamed, hijo de Abdala
el de Berja, muerto en el aflo 509; dice que ~^
cste exigio (?) la quema de los libros de Alga-
zali y la indemnizaci<5n de su valor, cuando
los queintf Abualdala Abenhamdin por orden
de Abentexufin (el texto dice Ttxujin): indica
que la consulta fue suscrita por Abubequer
Omar hijo de Ahmed Abenalfasih, por Abul-
c&sim Abenuard y por otros alfaquies de
Almeria, j que con motivo de la quema de
los libros pas6 his tori a extrana entre Alt el
de Berja y el cadi de Almeria Abuabdelme-
lic Meru&n, hijo de Abdelmelic: lo mismo
Yiene & decir, aunque con diferentes pala-
bras, en la biografia de este ultimo 2.
"-t_
\ liihl. Ar, his. tomo VI, biog. 18H, y tomo IV, !
biog, 2o3,
2 Bikl. Ar. hit. lo. V, biog. 108V, •
— 363 —Muerlos en los oiios 513, 512, 500, 508 y
507 los personajes mencionados, Abutfadal
Yiisuf Abenanahui, Abunieruan Abdelmelic,
Abulhasan AH el de Berjo, Abuabdala Aben-
haradiu y Omar Abenalfasih, que intervie-
nen 6 se indican con molivo de la proscrip-
cida de las obras de Abuhamid el Gazali,
resulta que el suceso acaecid enire los auos
500 y 507.
En el toxlo (pag. 210), dijimos que Aben-
jair no cita a Algazali enlre los autorcs cuyas
obras estudid; hay que reclificar la noticia;
el nombre de Algazali no ligura eu el iudico
de autores citados, porque s<Slo se incluyeron
en cl los autores de quiencs se dan los nom-
bres de las obras.
De las de Abuhamid Mohamed hijo do
Mohamed el de Tus, conocido por Algazali,
dice Abenjair que las estudid leniendo por
maestros al cadi Abubequer AbenalaraM y
Abulhasan Abad Abeasirhan el Maafiri, na-
tural de Jativa, quienes las aprendierou del
mismo Algazali.
Ambos estuvieron en Oriente, dondo fue-
ron disci'pulos de Algazali, y ensenaron en
\
— 364 —AlandaluS; especialrnente Abenalarabi, de
quien los autores dan noiicias muy detalla-
das, transcribiendo la biografia, que escribio *£
su discipulo Abenpascual, quien dice (bio-
grafia 1181) que le encontro en Sevilla en el
ano 516; respecto S las relaciones de Aben-alarabf con AlgazaK dice que le encontro en
Bagdad, cuando fuc a aquella ciudad por
segunda vez, y que de el y otrossabios tom6 —
-
lecciones y esludi<5 derecho.
Almacari es quiz& quien ha reunido masnoticias acerca de Abubequer Abenalarabi,
k quien dedica diez y siete paginas (tomo I,
p$g. 477 k 480): en este autor encontramos
los nombres hasta de 33 obras de Abenalara-
h\, en alguQa de las cuales, ^!i— s^jUS*
^-Xj^Ji Libra de la Ltimpura dc los moridin
(6 odeplos), quiz& encontr&remos algo refe-
rente & la rebelidn contra losalmoravides.
Gomo los autores mencionan mucliisimas
veces en la cadena de las tradicidn literaria>
tanto a Abad Abensirh&n como k Abubequer
Abenalarabi, y sabemos por Abenjair que
ambos ensefiaban las obras de Algozali, ca-
— 365 —balmente en el periodo inas ilorecieute de los
almoravides, pues ambos murieron de edad
mny avauzada en el ano 543, teuemos ua in-
dicio mas de que el anatema lanzado conlra
las obras de Alyazali no solo no estorbtf su
circulation, sino que quizft la fomento.
51
(Pogino 210)
Ya que hemos creido oportuno insisiir
lanto vindicando la memoria do los princi-
pes almoravides, no estara dem&s el insertar
literalmente algo de lo que en pro 6 en con-
tra resulta en los autores Srabes que tenemos
anotados.
El texto, que m&s ha servido para el ca-
pftulo de cargos formulado por Oozy, esUi
tornado del historiador de los Almohades
Abdelu£lnd el de Marruecos, autor no en
todo bien informado, corao homos tenido
ocasi<5n de probar mas de una vex.
Para que no se crea que damos al texto
6rabe m&s6 menos fuerza de la que le corres-
Tfc-*lr
J
— 366 —ponde, tomamos la traduccion tal como la
pone Mr, Fagn&n, y por miis que la creemos
algun tanto vaga, renunciomosa ponerle no-
tas, pues resulta lo de siempre, que al que-
rer dar forma lileraria a la traduccion a
nuestras lenguas, hay que variar el enlace de
ciertas clausulas, y omitir palabras que quizS
fuera bueno conservar en pro de la exacti-
tud: dice asi en la p§g. 179, traducido al
castellano:
«Despues del reinado del Principe de los
muslimes Abulhasfin All, hijo de Yusuf, la
situation de la Peninsula espanola vino 5 ser
de las mas perturbadas, porque los Almora-vides abandonandose los unos a los otros,
cedieron a su amor de reposo j tranquilidad ^Xy cayeron bajo la autoridad de las mujeres.
Gonvertidos en objelo de desprecio y desden
de los habitantes?excitaron laaudacia de los
!
enemigos, y los Cristianos se bicieron due-fios de muchas plazas fuertes prdximasalafrontera, A las causas mencionadas de alte-
,
racion, liaj que ailadir la revolucitfn de Aben- *tf
tumart en el Sus, que distrajo la atencidn de
A-li de las cosas de Espafia. Envalentonados
— 367 —los magnates espanoles por el estado de de-
bilidad en que veian a la dinaslia almoravid,
echaron a los guerreros, que estaban instala-
dos entre ellos, y cada uno pretendio ser se-
nor de su propio territorio: poco faltd para
que el pais cajesc en el mismo estado, que
despues de la desaparicion de la dinaslia de
los Omeyas.»
El autor del Cartas nos presenta un cua-
dro muy difercnle fijandose en otras consi-
deraciones: en la pag. 108 dicelo siguiente,
que tomamos de la traduccitfn fraucesa de
Beaumier, pag. 238:
«Les Lemtouna etaient un peuple des
campagnes, religieux et honuete; Us surent
conqucrir un immense empire en Andalou-
sie et au Maghreb, dont ils regularise rent le
gouvernement, et ils firent la guerre sainte.
Ben Djenoun rapporte que les Lemtouna
etaient religieux, charitable*, justes, et que
leur culte etait pur; qu ils gouvern<>rent 1'
Andalousie depuis le paja des Francs jus-
qu a V Ocean, et le Maghreb depuis la ville
de Bedjaia jusqu1
au Djebel el-Dheb du Sou-
dan. Leur regne fut tranquille etne fat trou-
— 368 —Wc par aucune revolte, ni dans les villes, ni
dans les campagnes; on fit les Uiotbah en
leur nom dans plus de deux mille chaires.
Leursjoursfurentheureux^rosperes et tran-
quilles, et durant leur periode 1' abondance
etle boa march e fureot tels, que pour un
demiducat on avail quatre charges de ble, et
que les autres grains ne se v^ndaient ni ne
s' achetaienl. II n' y avait ni tribut, ni im-
pflt, ni contribution pour le gouverneraent,
si ce nT
est V aumfine et 3e dime. La prospe-
rity s' aumenta toujours, le pays se peupla,
et chacun put s' occuper libremcnt de ses
propres affaires. Lear regne fut exempt de
mensonge, de fraude et de rovolte, et ils fu-
rent cherispour tout le mondejusqu' au mo-
ment oit El-Mchedy, V Almohade, se leva
contre eux en 515. >>
Ya que el texto citado de Abdeiuahid,
empliado por Dozy, ha llegado a crear almos-
feraentrelos escritores modernos contra la
funesta influencia de las mujcres en el go-
bierno de losalmoravides, bueno sera incluir
aqui la memoria de dos de las ilustres da-
mas de que encuentro noticia, y que si res-
— 369 —pectoala cueslion de iniluencia en el go-
bierno nada prueba, para la de cultura de
los bereberes no deja de ser importanle.
Abenalabar al fin de su Tecmila pone las
biografi'as de algunas mujeres ilustres, y
aunque en el compeudio que hubimos de pu-
blican, falta la biografia de Temima, hija de
Yiisuf Abentexufin, se conserva inlegra en
el tomo III de la misma obra, que existe
en el Cairo en poder del distinguido biblio"-
filo Suleiman Pacha Abaza y del cual teno-
mos copia fotografica: en la pag. 308 de di-
cho cddice antiguo leeraos la siguiente bio-
grafia, que con las mismas palabras copia
Abenalcadi en la pag. 100 de la obra varias
veces citada.
«Temima hija de Yiisuf hijo de Texufin,
hermana de Ali, y que por sobrenombre se
llamaba Omotalha (Madre de Tulha) era do
grande hermosura, de cxrelente inteligencia,
celebrada por !a elegancia de costumbrcs y
doclrina, y por la generosidad; vivia en Fez:
viola cierto dia un su secrotario, a quien ha-
bia mandado rendir cuentes; en cuaato ella lo
vi6, conoci<5 loque lehabia ocurrido, y com-
Adioiuvii»:s*^
— 370 —prendioporquele habia sobrevenido aquello,
y se lo indicd coo los siguientes versos
:
Ella (cs) el sol, y su habitacion (csta) en ol cielor
vence el animo con paciencia ihislrc:
No podraa subir a clla, ni ella podra bajar a ti »
El mismo Abenalabar pone & continua-
ci6n la biografia de otra dama, hija y mujer
de dos personajes de quienes hemos tenido
ocasitfn de heblar, pues era hija de Ibrahim
hijo de Tifiluit (gobernador de Zaragoza),
y mujer de Abutahir Temim, hermano de
Ali y gobemador poco afortunado de Alan-
dalus durante bastantes anos; por desgracia
la biografia results incompleta por el estado
del cddice; pero se lee que era buena, casta,
dadivosa y limosnera y que sabia de memoria
muchos versos: cuaLro cita el autor dirigidos
5 ella por tm Abuishac, cujo nombre esta
illegible en el original.
La noticia de estas dos ilustres damas es
una prueba mfts de lo infundado del cali-
ftcativo de bdrbaros, que en general aplica
Dozy k los almoravides, y que autores mo-
dernos recargan, convirtiendolo en salvajes
almoravides .
371
53
(Pagina 221 )
Las monedas de los almoravides, la serie
m&s numerosa y variada de cuantas se acu-
naroit en Espaiia por los niusulinaues, son
indudablemenle las mas perfectas como sis-
tema monetario, las mas artistiees y las que
m&s han inlluido en el sistema monetario de
Espaiia durante la Edad Media.
El Sr. Yives en la cilada obra describe
2200 monedas arabigo-espofiolus: de eslas
pertenecen al tipo almoravid n$8, mas de la
cuarta parte, siendo la mils antigua una del
ano 450, acunada en Se^elmesa por Abube-
quer Abenomar, primer jefe militar de los
almoravides.
Durante mas de 30 aiios los almoravides
parece que s<51o acufiaron su moneda en Se-
gelmesa, 6 al menos no conocemos olra rcca
hasta el ano 484: por este Licmpo, poco des-
pues de haberse apoderado de parto de la
Espaiia musulmana, aparecen ya monedas
de oro de las diferentes cecos esponolos &
— 372 —marroquies; en 484 Ceuta,—486 Agmot jCordoba,—Jativa 489,— ilarruecos 490,
—
Sanlucar (?) y Seviila 491,—Almerta 492?
—Granada 493,—Malaga j Fez 494,—Valen-cia 496
—
y Denia 497.
Desde los primeroa tiempos las monedasde los almoravides aparecen con su p&so uni-
forme las de oro *, j las subdivisiones en las
de plata, al menos las fracciones de mediodirhem 6 quirate j medio quirate, no cono-ciendose hasta ahora los fracciocarios inferio-
res de los priraeros tiempos, probablemente
porque su pequefiez los ha hecho desaparecer.
Gomo es de suponer, las monedas de los
primeros anos, acufiadas todas en Segelmesa,no son m£s artisticas que las que por el rais-
mo tiempo se acunabaii en Espafia por los
J Kn iiimipo tics los Omeyas los dinares Ionianpeso muy vorio: injiemns not a do cualro dinarcs delafto3H0, loscualcs toumndo los mismos delaltas dondornos, lanlo qui* de ires de olios cxaminadoa almismo liempo anotamos la parlicularidad deque pa-recian del mismo ruflo, lo <|no sucedo poras vocesposaban 3 -r. 5S-3 gr. 90 y 6 K r. 05; el enarto, cxami-nado postoriormftnlc, posaba4 Kr,70-otrosdel mismoano, pero con otros adornos, pesaron 3
(l»;>—3,60 y VJO;
monedas tan difcrcntes habian de acoplarsc al peso.
— 373 —reyes de Taifas, pero tainpoco son inferiores
a la generalidad de estas bajo el aspecto ar-
ttstico y son superiores en la acuiiacio'n '.
Por los datospublicados hastahoy, coiio-
cemos monedas con fecha, de Abubequer
Abenoraar, de los tmos 450 a 478 inclusive, si
bien faltan de algunos anos, con la particu-
laridad, para nosotros inexplicable, de que
hay dinares indudables de Ibrahim hijo de
Abubequer, de los aiios 462, 465 y 466, fal-
tando estos dos ultimos en las monedas de
Abubequer Abenoraar.
Las monedas conocidas de Yiisuf comien-
zan en el auo 480, sicndo la serie de Segel-
mesa casi com pie ta hasta el a no 498, sien-
dolo desde el 486 la de Agmat.
1 T.o mdudal'lo supenoridod bajooi ptintodc
visla monolario do los dinares almaravides aim des-
do sus comiciuos, portria dnralgun apoyo i» la opi-
nion dv Mr. G. Cliarmep, a la que >e odhiere M. de la
Marlinicrc, sogiin la cuaL en el porlodo brillanle
del imporio musulmon en tispaiia, U> <l«o se Unniabii
civilizacicm arauo so claiwraba on Manueeos. de
donflo pnrlia para Espona '.opinion que a M.Erimoml
Domie pareco inadmisible, como parccorft a easi lo-
dos los arables. Vdaso tiutblin hihlfayraphi'funfr I /*-
lam mttghrihin par Edmond Don He. Orftn, im pafl. fitt-
— 374 —Como se ve, la cronologfa de las prime-
ras monedas almoravides, no deja de ofrecer
complicaciones en relacidn con los datos co-
nocidos, con los cuales no es facil ponerlas
de acuerdo; asi el autor del Cartas dice (p&-
gina 92) que el ano 473 cambio Yiisuf la
moneda en todo su reino, y puso en ella su
nombre, lo que no esta conforme con los da-
tos, que estas nos suministran: el historia-
dor moderno Ahmed Anasirl emplea las mis-
mas palabras que el autor del Cartas, al
repetir este dato, variando solo en el empleo
de diferente verbo, aunque con el mismo
significado.
Como prueba de la perfeccidn artistica
de las monedas de que tratamos, y como
muestra de las que tuyieron curso ordinario
en la Espana cristiana, principalmente en
Toledo, ponemos a continuacion y reprodu-
cidas en laminas las que nos ha parecido
m&s importante dar k conocer de visit, no ha-
ciendolo de major numero, porque, como
queda indicado, la serie es numerosfsima, ycuriosa en extremo por la variedad de aspecto
y leyendas la serie de las moneditas de plata.
— 375 —N. I. Moneda de oro de Segelmesa del afio
450: es la mas antigua que de los almo-
ravidescoDOceraos, teniendo ya el aspecto
y leyendas que tieuen todos los dinares
de esta dinastia.
I. A. .JJI V ,_<! Y
J • *• s
No hay Dios sino Ala:
Mahoma es el mensajero de Ala:
El emir Abubequer
Benomar.
y al que siguierc otra religion /item <fe/ «fam,
no fe sera recibido, >/ el en la otra vida sera de los
descarriados
.
II. A.f1-'^'
J. a c
J 'I
— 376 —EI imam (pontifice)
Abd-ala* }
emir de los creyentes.
j * ^\
.
En el nombrc de Aid fue acunado esle dinar en
Segelmesa ano cincucnta;/
cuatrocientos
.
"'•
Vives. N. 1425, peso, 4,10 gr.
N. 2. Dinar acunado en Agmat: acunaci6n
elegantisima: iiene las mismas lejendas
que la anterior con la sola diferencia de
estar acunado en wA^il Agmat, ano 487,
y variando el nombre del principe, pues
ytx pertenece al reinado de /;/ emir Yt'mif
lien Texufin.
Vives, N. 1466. peso, 4,15 gr.
N, 3. Monedita de plala (qui rate) acuiiada
en C<5rdoba en el eiio 502,
I. A, ^^l^^ldil p«j ^J J| ^ * J| Y
*i._J| J a—*- * -V—.<>
— 377 —En el nombre de Ala, el clemente, el mise-
ricordioso:
No hajDiossino Ala:
Mahoma el mensajerode A1&.
M. No tiene orlas.
II. A. C>.4~«J1 jr*>
Emir de los muslimes
All.
Cordoba.
En el nombre de Alti fuv acunado esle dirhem
alio dos y qu'micntos.
Vives. N. 1667. peso, 1,10 gr.
N. 4. Quirate de Ctfrdoba del aiio 505.
I. A. * *-'» Y
#-Ul J;-V
— 378 —No hay Dios sino
Ala: Mahomamensejero de A1&. ^
M. Sin orla.
II. A. J*
AHel emir.
Cordoba.
M. /cJ_^ ^J^ +i**j)\ ij+^j)] *^l *«o
En el nombre de Ala, el clemente, el mi&ericor-
dioso, fui acunarfo en el ano c'mco;/ (juinienfos.
Vives. N. 1668. peso, 0,9 gr.
Se conocen ejemplares de estas elegantes
moneditas de los ofios 505, 506 j 507, con la
particularidad de que en unos ejemplares se
lee la palabra i*~> j en otros jU por nuestra
palabra ano *.
1
* Esla sinonimia de A& y * s -«>, nmy comun
©n las monedas do los a Imorav idea, aparece ya enunas monedas do Tolodo <lo] ano 468: vttase la obradel Sr. Vives, NMU7.
r
— 379 —N. 5. No tan elegantes como las moneditas
de Cordoba, las acunadas en Sevilla por
All presentan singular perfeccitfn artisti-
ca y variedad de lejendas.
I. A. * *-»! V
No hay Dios sino
Ala:
Las bendiciones de Ala (scan) sobre el
Mahoma su siervo y mensajero.
II. A. (J.V**~J
J'
Pide la proteccitfn de
Ala
el emir de
los muslimes
— 380 —r
All.
Sevilla.
Vives. N. 1676. peso, 0,85 gr. 4N. 6. Quirate de C<5rdoba, elegante y ca-
prichoso en su distribucidn.
V *— I— 3» \
^ 0AJ9IS ns
g No hay Dios sino 9
J. Alft,
ao<3
3p solo; no tiene compafiero
Vives. N. 1706. peso, 0,99 gr.
II. A. t>J-»—l! ^.^t
Emir de los muslimes
j defensor de la religion
AH hijo de Yusuf.
Cordoba.
— 381 —Encima a manera de resello *U| Sj*oj,
Ayudele Aid.
Vives. N. 1706. peso, 0,99 gr.
N. 7. Por la elegancia de la acunactfn me-
recea lugar especial aqui y que se repro-
duzca al menos una de las monedas de
Fez de los tres ultimos aiios del reinado
de All.
L A .
* * M y
.1 SI
. - w
No hay Dios sino
Ala:
Mahoma raensajero de AlS:
frmir de los muil'tmcs Mi, hijo de
Yr'mj: principe hemlcro
el emir Texujin.
M. Despues de la leyenda ordinaria, el
grabador aun tuvo espacio para afiadir
JJU j^*xA ,creo en Aid.
— 382 —II. A. A*f
M.r>
^i'^Jj £u- ,U ^,[3 *ijjL^ jUjJlJI |j.i
'F
£h el nombre de Aid, el elements, el mimicor-dioso: tu protection, oh Aid, fueacunado esle dinaren la eiudad de Fez, ano seis y treinia
;/quinientos.
Vives. N. 1808. peso, 4,20 gr.
Parece que el grabador encargado de abrir3os cufios de las monedas de Fez de los afios
535, 536 y 537 formd empeflo en bacer alar-de de que al incluir en la inscription circu-lar la leyenda coranica ordinaria, nada cortapor cierto, aun le sobraba espacio: en las delaflo 535 pudo afiadir Iaspalabras *J)| ,p^>;
f
El imam
Abdala
el Abasi
emir de los crejentes.\
— 383 —
en las del 536 *.l!b C-**l y en las del 537
aUI *— j : estas mismas palabrus se leen eni
las monedas acuiiadas en Fez a nombre de
Texufin en los aiios 537 y 538, y probable-
mente en la vinica que se conoce del ano 539,
existente en el Museo de Paris, aunque Mr.
Lavoix, que hace notar detalles menos impor-
tantes, no advierte esta parlicularidad, como
tampoco la nota respecto al dinar del ano
538, en el que, como resulta del grabado, se
nota lo mismo que en los ejemplares que he-
mos visto.
N. 8. Los dinares acuiiados en Almeria,
que indudablementeson las monedas mas
toscas de este periodo, distando mucho de
la perfeccion y elegancia de las de las
otras cecas, se modifican visiblemente
comenzado ya el ano 536: las acunadas
por Texufin en el ano 538 alcanzan ya la
perfeccion ordinaria: estas monedas, que
parece debieron acunarse en grandes can-
tidades, habiendo circulado en Toledo
durante algunos aiios como la moneda
legal, 6 usual, presentan su mayor per-
I
— 384 —feccidn en las acunadas en el alio 539,
consignando el nombre del Principe he-
redero Ibrahim; la rcproduciraos con el
niimero 8.
I. A. *15| T J IV
*-?->! iAJ\ Jfj-^ \-+±-5?*
No bay Dios sino A15
Mahoma mensajero de Ala: emir
delos muslimes y defensor rfc la religion,
Texujin hijo de Mi; sit principe hercdero,
el emir Ibrahim.
M, La lejenda ordinaria, m«is las palabras
II. A. A,T
J, A £
J !|
— 385 —El imam
Ahd-
ala
emir de los creyentes, el Aba-
si.
M. La leyenda ordinaria con la fecha 539.
Vives, K. 1870 peso, 4,20 gr.
De los corLos re:nados de Texufiii y de
su hermano Ishac, en especial del primero,
se conservan muchos ejemplares de losyiuVa-
tvs, medios de tjuirafc, ntartos, octavos y die:- \j
scisaros, qui/* por ta coincidencia de haber
podido adquirir casi tocio un Icsoro de rao-
nedas descublerlo en Cordoba hace algunos
afios, tesoro que debio de esconderse en el
auo 541, pues no salio ninguna moneda pos-
terior k este a no.
Por suelegancra en tan diminuto Lamafio,
merece publicarse el siguieate cuarto de
quirate.
N. 9- I- A. Adorno.
II. A. j—'— '1
ALMOJlAViHKS ^l
J
— 387 —Emir de
los muslimes
Ishac.
Vives, N. 1899.
Muchas son las monedas acuhadas por
diferentes poblaciones al separarse de la obe-
diencia de los almoravides: merecen ser re-
producidas por su elegancia e interes, y aun
por su curiosidad, las siguientes deCtfrdoba-
In. 10. Dinar de Abenhamdin.
I. A. W J| Y,1 )i
cr.J
ijl-'-6-^ ^>\"-\\
No hay Dios sino
Ala
A/mfl/wur W/a emir
de los tint-slimes Ihimdln, Itijo
de Mohdmed Ahenhamdtn.
M. La mision profetica de Mahoma.
II. A. ,UT\
A A C
f.'
— 388 —,1 It
El imam *
Abd-
ala
emir de los creyentes.
tf» e/ Nomtrc rfc .l/ri, /«e acunado rste dinar
en Cordoba, aiio cuarcnta y rjiunipnlos,
Vives, N.'l905. peso 3,95 gr.
Hay dinares con las mismas lejendas,
aunque con ligera variante en la distribu-
ci6ntde los afios 539 j 40,
N. II. Pequefia moneda de plata; 6 sea
i. a. r j iv
* ji
No.hay'Dios sino
— 389 —Malioma mensajero de Alii.
Cordoba.
II. A. dlU+
\ a.
bila
Almansur
emir de los muslimes Hamdin hijo de Moh&med.
Yives, 190(>. peso 0,95 gr.
Hay otros ejemplares con pequefla va-
riante en la distribucidn de las lejendas de
la II. A.
N. 12. 7* quirate.
I. A. Sin leyenda: adorno.
II. A. dta
Cc*J JnSiX
bila
Almansur
— 390 —Hamdirt hijo de
Mohamed.
Vives, 1908. peso, 0,487 gr.
Gomo procedentes del tesoro mencionado
al tratar del N. 8, pueden suponerse de estos
mismos anos las dos moneditas siguientes
N. 13. V, de dirhem
I. A, ijj U»
\
J
Este es!
/s
del dirhem.
II. A. iC*^j*
De la ceca
de G6rdoba.
Vives, N. 2013, peso, 0,245 gr.
N. 14. Vie ^e quirate.
I. A. sin leyenda*
II. A. Zxbjh
Cdrdoba.
Vives, N. 2012. peso, 0,0474 gr.
Es casi seguro que est&n acunadas en
1 -T-*
— 391 —Cordoba en los aiios 5426 543 las dos mone^
das siguientes
N. 15. Quirate.
I. A. *Jii
^ aJ| V•111 ^
No haj Dios sino Ala (arrib )
Mahoma meosajero de AiS.
II. A. ^! s^\
, « ,.
Oh Ala, tea compasion
de los emires de los muslimes
los Henitexujhi.
.Vive-s N. 1981. peso, 0,99 gr
N. 16. Semiquirate,
I. A. ,^,t
Ten compesidn
oh Ala
de los emires de los muslimes
— 392 -
II. A. "_x~i
ct.VA»0
los Beni-
texufin.
Vives, N. 1983. peso 0,50 gr.
Acuuadas estas dns ultimas monedas, pro-
bablemenle en Cordoba por Abengania des~
pues de la muerte del ultimo Principe almc-
ravid, pueden ser consideradas como un pia-
doso recuerdo dedicudo a la buena mcmoria
de la exiinguida dinastia; se conocen mooe-
das de oro con esla leyenda acufiadas en
Cordoba en 542 y en Granada en 545. (Vi-
vos, N. 1978 y 1979).
Queda indicado que de Abenmerdanix 6
sea del rey Lope 6 Lobo se conservan muchas
monedos: parece fueron conocidas de los
cristianos con el nombre de lupines; una del
aiio 553 reprodujimo* en nueslro Tratado de
Numismdtica ardbtgo-espanola: por su singular
elegancia reproducimos aqui dos de estos
preciosos dinares.
N. 17. Dinar de Valencia.
I. A. «ti!
— 393 —^ t Jl V
Ala:
No ha_y Dios sino
Mahoma mensajero de Ala:
El emir Mohdmed, kijo de
Saad.
M. La l'eyenda ordinaria de las monedas
almoravides.
* 1 '!
<, " -^ ^
El imam
Abd-
ala
emir de los creyentes.
II. A.
— 394 —En el nombre de Ala, fue acunado este dinar
en Valencia ano cuatroifcuarenta \j quinientos.
Vives, N. 1937. peso, 3,90 gr. 1
N. 18. Dinar de Murcia.
I. *_LJ| * *_J| V
#1)1 -U& «j I ,*,.» "•
#13(
No haj Dios sino Ala,
Mahoma mensajero de Ala;
se apoja en la proteccidn de Ala
el emir Abusbdala -^
Mohamed Abeosaad, avudele
AW.M. La lejenda ordinaria de las monedas
almoravides.
II. A. ,UW
— 395 —El imam
Abdala
emir de los creyentes
el Abasi.
En el nombre de Ala, el clemcnte, el misericor-
dioso, fue aeunado este dinar en Murcia ano ocho
y cincuenta y guinientos.
Vives, N. 1957. peso, 3,90 gr.
En estas monedas Abensaad reconoce ex-
plicitamentela soberaniaespiritualdelCalifa
Abasi, como lo hizo hasta el fin de su reina_
do desde el aflo 547?pooiendo en las de al-
gunos anos el sobreaombre 6 titulo sultanico
Entregada Baeza k Alfonso VII en el ano
542 de la hegira, vemos que por estos anos
se acuiian en ella monedas &rabes con tipo
de las de los almoravides, sin que sea facil
determinar las causas que k ello contribuye-
ron: tales monedas circularonmucho > siendo
por algunos anos la moneda de pro corriente
— 396 —en Toledo: por esta circunstancia, pues pa-
recen haber sido las que sirvieran de tipo
inmediato para la moneda alfonsi, poneraos
& continuaci<5n esta singular moneda, que
solo encontramos acunada en el aflo 548.
N. 19.
I. A. *13I
AW:No hay Dios sino
Jlahoma mcosajero de Alfi:
Ala (es) amigo de los que
creen.
M. La leyenda ordinaria dc laa monedasalmoravides.
II, A. La lejenda ordinaria como en la mo-neda N. 18, con ligera variante, y en la orla
iLil^j jLc ^-W>J j^jjJI l-Xa ^jj<± jii
(k)^ ir^1 J.^;b
_ 397 —En cl nombrc de Aid, jur acunado esfe dinar
en }h\cza, aito echo \j ruarenUi y tjuini(en(os).
Yives, N. 1990, peso, 3,90 gr,
De los afios 544, 545 j 546 sc conocen
dinares muj parecidos en la lejenda de la
I. A. e igual la dc la II. A.?en los que pa-
rece leerse, acvnado para (?) Baeza ('?), Jaen (?)
y Sevilla.
N. 20. Moneda de Alfonso VIII 6 sea dinar
al/onst.
I. A. .*-!
^ -.
£ ^_^r«- a
Emir de
los cattflicos
Alfonso hijo de Sancho,
a^udele k.\k
j protejale.
M, «- ^W^ Zju-V j^^ '^* W^
a
— 398 —Fud acunado este dinar en la ciudad de Toledo
afio 1219 de la era espanola.
tII. A. Lx.^aJI jU|
Imam de la religion
del MesiaSj el Papa
de Roma la grande.
/ft* i?/ nombre de! Padre, \j del Hijo // del Es-
plritu Santo, Dios .unico, (juien creyere y fuera
bautizado, sera salvo.
Vives, 2021. peso 3,90 gr.
N. 21. Dinar alfonsi del ano 1222: en la
LA. en vez de las palabrast-Ja*'' *^jj i
aparece la abreviatura de Alfonso, ALF:todas las posteriores siguen este modelo,
Vives, N. 2022. peso3?72gr.
,- !
*J£-%Jm&:>--$to?r..': ..
wV^i-.x,'^. , , ^*+JA.
— 400 —La acuiiacion de estas monedas de Toledo
es en general tan mala, y las letras estao
trazadas de un modo tan tosco, que aun sa-^
biendo lo que en elles debe decir, es diffcil
darse cuenla de las letras y seguir su lectu-
ra; por eso nada tieue de exlrano que no
acertaran los primeros que intentaron su
lectura *.
La acuiiacion de la moueda propia de los _^
reyes de Castilla y Leon comienza en tiempo
de ]os almoravides con Alfonso VI. La de
oro torao el nombre de ellos, llamandose
morabili (moneda atmoravid): anleriores a Al-
fonso VIII, solo se cunocen monedas de oro
(hs maramdkvs) de Fernando II de Leon yAlfonso IX, -r
Alfonso VIII no se contents con imitar
en el sisteraa raonetario los dinares almora-
vides, sino que los acuna en arabe, imilando
en la distribucion de las lejendas el tipo
4 Piiedi* verso lo quo decimos en miestro folle-
10, Errores <h rurtot numi-itttiitiros e.rtraujfifo* ttl tmtar ']<> ^las moneda* artihiya-eiptwola*, p&K- ->i
dondo en los li-
nens 10 y \ 1 de!)cn corrogirse las fuclias 112:1 y MCI ,
por 1^3 y 418.x
— 401 —consagrado por el uso, si bien poniendo le-
jenda cristiana.
Y cosa singular, las monedas acuiiadas en
Toledo a nombre de Alfonso VIII se conti-
nuan despues de su muerte durante dos o
tres afios, habieiido reinado desde el afio
1158 al 1214, se conocen dinares alfonsies
desde el afio 1174 de J. C. al 1217, 6 sea
desde el afio 1212 hasta el 1255 de la era
de Safar, como dice en ellas.
Aunque hasta ahora la moneda m&s anti-
gua que conocemos de esla clase es del afio
1212, comenzaron k acufiarse antes, piies se
citan los mizcales de oro alfonsi ea docu-
ments de Toledo desde el afio 1210 s: con
este mismo nombre tuvieron circulacidn en
Toledo al menos hasta el afio 1260 de la era
espanola.
Ea los anoj 1182 a 1190 se citan miz-
cales de oro almoraml de la real acunacion de
Almeria, y como el 1182 de la era (1144 de
J. G.) corresponde en parte al 539, la mone-
da de Almeria de este afio que publicamos
I Pons, ohra cjtatta.
Almoiuviues .56
rs
— 402 —con el n.° 8 sera la designada en tales docu—
mentos de Toledo.
Desde el 1194 al 1210 de la era encontra- t
mos citados los mizcales de oro albnyesi, que
remplazaron en Toledo & los mizcales de Al-
meria, hasta que a su vez fueron dados al
olvido por la acunacitfa de los mizcales de
oro alfomi: por las monedas de oro albayesi
deber&n entendcrse las monedas de Baeza, ^como la publicada con el n.° 19, que es del
ano 548 (de 29 de Marzo de 1153 & 17 de
Marzo de 1154 de J. C. 6 sea 1191 j 1192
de la era espaiiola).
Durante todo este periodo encontramos
citados en los misraos documentos de Toledo
mizcales sin deLerminaci<5n especial, 6 mizca- r
'e.s de oro htiemt;/jmto peso, que suponemos
serian simplemenle los corrientes en las fe-
chas respeclivas: son pocos los documenlos
publicados en dicha obra, anteriores al 1182
de la Era,
i ;
f
I'NDICE CRONOLOGICO
FECHAS DE LA HISTOID DE ESTE PERIODO
Efc M« Afio
43<> Muerle de Moch^hid do Denia, 107.408 Almoctadir rey do Zaracoza despoja de
su reino asu yerno All de Denia. 167,*{' Nacimicnlo de All liijo do Yusuf. 280.
y Jj[J; ios6|BfltaHa t!c Za| aca. i. 2a:>. 527.
481 Scgunda venida de Vitsuf: sitiodoAlo-do. 3. 227.
483 Terccravonida do Yusuf; destrona alosreyeade Granada yMMaKa.S, 227,
490 Cuarta venida de Yusur. 288,492 Persecucion conlra los mozarabes de
Granada: destrucclon do una iglealaantigua. 218.
495 AH proclamado Principo lioredero enMarruecoa 228.
496?Quinta venida dc Yusuf. 228,10 ftulh. 49fi Jura solemne de All como Principo hc-
redero, on Cordoba. S28, 229.499 Mozarabes do Malaga salon para Ma-
rruecos. 214,
4 Se°p!: l?oSIMuorto de Yusuf. 5. 230.
Dulh. JiOO Primera venida deAli a Kspana (comoemir do los musl fines), fl. 8. 283,
J>00 Abentiflluit, cunado do AH, coberna-dor de Granada en 500;—en !>08 de Za-ragoza, dondo muere en 510. 280.
— 406 —Dia Mes A5o
17 Xau- .%*|Balalla de tides, 10. 280-
30 Mayo f108|
m nu,
lh4
ioilMuerle de Alfonso Vl ' 10,
1 Julio 1109 Dona Urraca sucede a su padre Alfon-
503 Segunda venida de AH. 11. 232. 234.
46 Agos.1J09|Tomo do Talavora, 11- 384- 2S4.
15 Safar. 503|
4 Bach 503|MuertedeAlmoslainIIdeZaragozaen9A Vnor 44401 Valtierra. 12. 244. 2o4.
15 nSfc Wcombale dentro de Zaragoza, en queio uuic.
pareceson derrotados losafectosfr
fos almoravides. 257.^
10 Dulh. 503 LosdeZaragozaechandolaciudadal1
rev AbdolmAlic, y entra (dead© la al-
medina) Mohamed Abcnaihach. 2oS.
$6 Mayo 41-MlSir se apodera do Santarfin: de Bada-
15 Date 30* joz, Oporto, EvorayLisboa.il. 243.
SOi Moneda do los almoravides en Zarago-
5&L ;Ternim se retira de Maria? 12.
f>07 MobAxor rey de Majorca. 16S.
imiLisade principcscnstianos contra los
507/J corsarios do Mallorca. 108,
Jutiio IHiUbonalhach sale de Zaragoza de expe-
507/5 |dicion contra Catahma. 20. 2-.*.
Safar SOSlBatalla del Congest de MartorreM y
6 Be- I muertede Abenalhach. 21. 207.248.
bi 1.° I 278. 2*5.
3 Abril. H 15jToma del ultimo recinlo do Mallorca.
6 DUlC'
50?? A fines de 508 6 principles de 509 DonBamon Bercnguer derrota a los rno-
ros en el llano de Barcelona. 278.
509 Uanuditi vali de Mallorca durante ires
meses despuds de la conquisla. 170.
809 Abubequer vali de Mallorca despuesdeUanudfn. 170.
510 Muereot principeAbubequer Abontifi-
luiten Zaragoza. 240,
407
Dia Ues Afio
-5
1
^"-.
19 Safar22 Junio
Mayo
<5I9 Dici.?& Ram.
6 2.°
SHITercera venida de Alt: sitio do Coim-
11171 bra. 236. a wg
511 Abdala Abcnalmazdali vah de Zarago-
511 ;Temim hermanodo Ali haco levanlar6el8iliode Wrida?350,
41 ISlComienza el sit-o de Zaragoza, que du-
S^WrterteAlmazdali.vah de Zarago-
4,18|Toma deZaragoza por Alfonso el Data-
5?a? Cuirfa°venida de AH: loma & Santama-
riaoSantar^n, 3&C.
oHIBotalla de Cutanda. 19, 80S. 504. 2<>».
I *Jftft
515 Muerio de Almehdf, fnndailor do la
secta Almohaile. 36S..
Sd Alfonso de Portugal so arma caba-
519 lteroalosli alios. «4 Sept.
8 Ener.5 Dulh.
8 Marz.
9SafarHum
.
4o Dulh
519 LosalmohBdcs;6uoponcinn. -•*
4«25| Alfonso el BataJlurtnrsiilo para Anda-
5I9| lucia. 1*. 200. SIS. 214.
JlMIAHonw cl Itoiallartor He«a Hi^'^519| da. 14. ^^-^'"^
^Iftatalla do Arinsol. 15.
?iS0 upstierro do los moz&rahes A Africa.
211
f320 Mueve Alioiuiarafe vnli do MaHorca.
ri5d Alt 'da el mnndo dr. AlandnUis i\ su
hijo Toxufin, y Monomed Abengania
se encarga del gohierno de Mallor-
Hi AlUnza de Zofadola con cl Kmpera-
535 En 516 6 556 ZafadoWcbnftce ol Eni-
perador AHonso>%;
yd* enlrega ol,
fc*t *_ ^_*
1
'/
"J
\"
:
/
408
Dia Kes Ano
Racli. o2f>
n:tv
532
castillo de llueda. 24. 72- 284. 285-
Las miliciasde Toledo llegana Scvilla
y ma(an en un encuentro al vali
Omar. 24. 284.
Hamdin cadi de Cordoba desde 527 6539 & 532. 54.
IZafadolay el iimperador talan la An-daluda.26.
47 Julio.
S3 Ham.,-.7 Sep/.'
SepiL
23 Safar,
8 Rach.27 JVbr.9 Xabu.
Agos.Safer.
Xau.
% Duih.
Safer.
12 Safar.So far.
Balalla do Fra^a. 18, US. 270. 271.
Muorie de Alfonso cl Balallador. 272.
AJiaiiza do Zafadola con el Empera-dor, sogrin oJglin auior. 28f>
Abonrovd (abuelo do Averroes) reem-plaza en el oadiazgo dft Cordoba e.
Abonharndiii basta el 536. 54.
Toma de Oroja por cl Emperador. 20.
Muere en Marruecos cl alfaqui Aben-alarif, fundador de la secla de los
nioridin. tff>4.
AbenhamdinvuetvoalcadiazgodeCor-doha. 54.
Mucrte do AIL 27.
IMucren en bataUa contra los crislia-
nosAaiiel y Avenreta, 27.MoliaiiJfii Abengania pasa desde Ma-
llorca & visitar i\ an bormano Yabyanombrado gobernadorKtineral do fcs-
pana. 172, :127.
Muere en combalo conlra los morosMunio Alfonso, el venccdor de Azuely Avencela. 28.
Cn adepto se apodera do Monlo-Agu-do. m.
Abenabdelaziz nombrado cadi de ^ a-
Icncia. HhJ,
539 4 de Julio de 1111 a 23 de Junio do 11*5
» Principio de la refaction on el Algar-bc. 91.
» TomadeMerlola por Abenalcabila. 38.» Antes de Rebi 4,°Sidrey se rebela en
1139!
5:ti
536
536
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1143:v.r,
4M3
538
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J.
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Eia Lfes Aco
1 Re.1/>Sept.Re. I.
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»
13 Ram.
18 Ram.
$7 Ram.
3 Xau.
13 Xau.
y
'>
»
"
Evora. Abenatmondir se apodera tie
Silves, y a principios do Hebi4.° soprosentan on Mertola. 3i>, 21)2.
Abenoasi se instala en Morlola. 38. 56.Se reunen en Toledo los ojorchos deAlfonso VII para invadir la Andalu-cia. 74.
Abenalmondir se apodera do Ihielva.40.
Dcrrotado Abenalmondir cerca do Se-villo es perseguido por Abengania t
qncsitia a Niebla, defendidn porVii-suf el Pctrochi, 41, 56.
Abenhamdin proclomado por prim erave.z en Cordoba. 56. 78, 111.
Zafadola so presenia on Cordoba y esreeonocido sin dificultad. 57. 78. 91,203. 294. (I)
Zafadola es ecbado do Cordoba: ae-gunda v solemn© proclamaeion doAbenhamdin. 57. 70. SI. 102. 293,2114.
Llcga a Valencia la noticia do la pro-clamation do Abcnbamdin: alboro-to. 102.
Abenalhach proclama en Murcta aAbonn&nidin, por qaien so baco la
oTaeion publico en pan** do Rama-dan y Xaual. 92.
Abcnnasiin se declara independiontcen Malaga. US.
Abengaiiut do Valencia envia su faml-lia a Jaiiva. 103.
Muerte do Texufin segun la generali-dnd de los aulores. 3fl. 2SG,
Abonahdelaziz se li ace cargo del go-bicrno de Valencia. 105.
AbenabdelazU do Valencia llega A Ja.-
tiva conlra Abengania. 105.
(1) Corrijasc en las pag. 7ft. 91. 294. lo indicadoen la fe do erraias.
Dia He 3 Ano
410
fin Xaua.
fin Xaua.
n
Jo Xaua. 539 AbdalaelZegri echa do Murcia a Aben-alhaeli y proclama a Abenbud 02n. o a Abenbamdin. &5 t
Abenabicbafar echadeMurcia a Abda-la el Zegri. 93,
Abenabicbafar do Murcia llega a -lati-va en auxilio de Abcnabdelaziz deValencia, que sitiaba a Abengania.105.
Aliening antra en Granada. 298,Ibrahim, Jiijo de Texufin, a Jines delano nambra cadidcCeuta a lyad hi-jode Muza. 291.
;.Dulc? M
Jy
Safar.
Safar.
3 Ho J,
Jin Re.1.°
im 24 de Junio le \\\$ i \% fa jubjo fe ihq
Moha, -
«
^
w
•1
)>
Re.2.° »
Ro.2.° -
*j
10 Ch.l .° «
25 Ch.J.° >.
25 Ch.4.° »
Muereen Granada All Abenadba. 81.All Abenmaimun se robela en Cadiz.y presentandoso en Fez a Abdelmu-mcn, enira en su obedioticia. 16a.
Abenabdelaziz etitra en Valencia des-puesdo Jaoonquista de Jativa. 10«,
Abenabichaf-r de Murcia sale paraGranada. Oj,
Halalla de la Atmosala do Granada ymiN>rt(*deAb<MKibichafar. S2.OI.298.
Lloga a Murcia la notidadela dcrrotau- *? -Almosala y imierto de Aben-
2iot i
fl
nVCS Prociamad°Abentarnr.
^.Zafadola so retiro de Granada? B3.Abencasi se prescnta a Abdelmurnen-
hi.
Moncda rieTrcmeccna nombrede Te-xufin. 20ft,
Muerie de Texufin. 289,Abentahirabandona el alcazar deMur-
cia, apodcrandose del mando Abcn-ivad ol JO 6 SGdeestemes. GO Si,9!). 107.
Abcnabdelaziz buvo de Valencia. 107.Los de Valencia instalan en el alcazarcoino lugarLeniente deAbeniyad roydo Murcia a Abdala Abonsaad. 85. 108.
**
I
411
Xia Mes A^o
Jin fih.t, 5i0Ch.2,° »
18 Bach. »
12 Xaba. »
20 Xaba. »
5 Fcbr. tttfi
Xaba. 510
Xaba.
Xaba.Kner.
I Da Ui.
I Dulh.
10 Duth.51 Mayo
10 Moli.
7 Hach.
J2/s Xaba.
11M
>J
1146 i
Abeniyad M^a a Valencia. WS,Llamadci Abengania por los do Cordo-ba, 1c sale? o] eneuuntro Abenhum-dni
T qLio esderrotadoen Ecija. 5»hntrada dcZafadola on Murcia. SI. 83Abengania enira on Cordoba- r>9.Bataila de AMoch 6 de Chinchilla en laquo mueren Zar8 doIa v Abansaad,Liarnadoci do Albaccto, 87, ion,
Aboniyad rey en Valencia despucs dela niuerte de Abenbud. 10!*.
Abdala p| Zogri efl inchaon Murciacon Abeniyad. 109.
Sidrey so apodera de Mdrtola. 44.
Losalmohadkspason a Espaiia. 40.Abda3a el Zegri queda dueno de Mur-
cia. 109.Abu'gamar, seflor do Jerez, Arcns yRoiidarcconocefr losalmohadcs.l.j*).
EI Emperador y Ahenhaindin outranen Cordoba. CI. 03. 322.
51 1 13 de Junto de lliS & 1 de Junto de 1H7
»
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»
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4 Xaua.
Xaua.
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>J
Llc-ga a Cordoba la nolicia de la emra-rta de los olmoliades en Espana. 411.
Abdala el Zegri es imuerto y Abeitivadocupa el trono do Murcia por seeuu-da vez. lll>,
Toma de Sevilla por los almobndea.4(i. 61.
Primera rebelion general contra losalmohadcs, en la que enira lambienAbeiimaimun de Cadiz. 105.
Rccobrada Algeciras por Abengania,Abenalbachoni se adbiore en Kada-joz al movimiento insnrreccioiialcontra los nlrnobados, 161.
Mucrte de Toxufin, segtin aleun au-lor. 287.
Mucrledc Ishac, ultimo principe aNmoravid, despues de la toma de Ma-miecos por los almohades, tie.
5!
— 412 —E fa Mes Afio
oi2 2 de Junfo de 1147 a 21 Mayo 1143
22 Re. 1.° » Abeniyad rrniero. a consecuencia do 4heridas en batalla contra los cristia-nos. 110.
22 Re.1.° » Abenmerdanix, muerto Abeniyad, esreconocido como rev de Valencia.Ill,
Ch.1.° » Abcnmerdanix llega a Murcia. 131.17 Oclu. 11V7|Toma dc Almena nor los crislianos.20 Ch.1.° =>i2l 13S.
fln Ch. l.° i, k\\ Abenobaid, lugartoniente en Mur-cia do Abeniyad, muerlo esEo, haceenirega del mondo a Abenmerda- ^nix. 113.
„ Dinar acufiado en Cordoba con piado-so recti erdo a la memoria de los al-moravides. .Ji)2.
:>i3 £2 de Hap de 1148 4 10 de Mayo de 1149
>, Mobamed hfjo de AH Abenalhachamacuna moneda de oro en Radaioz.HJ3.
Ch.2.° » Abenpania disgustodo con D. Alfon-so VII, se avisla en Ecija con Barraz, •-?
y cntrvgo a los almohadcs Cordobay Jaon. 4'.), 01.
81 Dicie. H48|Conquisia de Tortosa por D. Ramon16 Xaba. ;5i3l Rerenguer. 124.24 Xaba. » Abengania mucre en Granada. 64.
27 Ener' iH9|Tralado del rey Lobo con Pisa
"122 -
Junto 1U9|Trotado del re* Lobo con G6nova. 124.
19 Ch.SL frHIConquisla de Lcrida, Fraga y Mequi-» Oclu. 1 140| nenzo. 125. 120.L
11/>0|Tratado de paz entre Abengania de ^:>Wj| Mallorca y Pisa. 178. t
5io Abencasi en rebelion contra los almo- I
hades. 50.'
» Abulgomar alcaide de Cordoba evita $
— 413 —Dia Hes Ano
con su prevision la sorpresa quepreparaba Alfonso VII, 159. 160, 162,
;-ii.i Los rebeldes del Algarbe oMienen ol
perdon de Abdelniumen por media-tion del general Abenvagmor, y sopresentan en S&ie, remincianrto susprelendidos derochos. 160. 162. 165.
5i;i Dinar de Granada, piadoso recnerdode los Benilexnfhi. 83. 3112,
19 Rach. oto Muere en Malaga el exrey Abenham-din. 63. 68,
Ch. l-° I'M* Es muerto Abencasi. 51.
5V6 Abennierdanix anulado por AlfonsoVII se apod era o> Guadix, 133.
5V6 Muorc Mohamed Abengania de Mallor-ea; segun olros miiere eno'iO. 178, 32tf.
546 Rebelion en Valencia contra el reyLobo- 12S. rtU.
547 Conlimia la rebelion en Valencia. 813.
» Desde eslo ono e! rey Lobo reconoeeen las monedas la soberania espiri-tnal del Culifa do Oricnte. #S)fi.
11 ReJ.° 5V8 Mucre el rey de Malaga Abenhasiin. 70.
» Moneda de Baeza en arabo y con le-yenda nmsntma na a pesar de ostaron potior de los cristianos desdo el
ono."rt3. nm.;;^9 Mairnun Ahenbcder enlrega Granada a
loa alinolmdcs. nr>. 136. i;S8. 315. 310.
">d\ Entrega de Granada a los almohades,segun alguu iuilor. 301.
wt Los de Seville pidena Abdelniumenque les envie por gobernador algu-no do sus hijos: es designado Abu-yacub. 52.
kvfo Almeria perdida por los cristianos.137. 315.
21 Agos. JlffflMucrle del Emporador en Frcsnedo al
13 Rach. ;x>2l regresar do Almeria. 137. ft 15.
552 El principe Abuyacubdesaloja doMcr-tola a Texufin el LamLuni. 52.
553 Macron n la vista de Sevilla en com-bale contra los cristianos, los exre-
414 *
Dia Hei Ano
Jin
28 Racb.13 Julio.
Qi.l"
55/
11G2
.->58
500
7 Dulh45 Oetu.
5 Novi.2 Safar-
is Rach.M Abril
560
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m;#*
5C4I\\m\
yes Abtilgamar v Abenalbacbam.igo, 102.
Jaenprestaobedienclaal rey Lobo. 134.Cordoba sitiada por el rey Loho. 134.El rey de Maltorca Irala depaz con losPisanos. 178.
Abenbemochico se apodera de Grana-da. 13&. 212, 317.
Dcrrota do losalmobades en la pra-dera de Marcbarocad a i millas deGranada. 140,
((alalia do Ja Axabica y derrota deAhftiihcnjocliico y del rey Lobo en
,Granada. 14tf. :I18.
Abuyacub Vnsuf eg llamado de Espa-ria para ser declarado Principe he-redero. 14r>.
MnertH de Ahdelnrmmen. 145,El califa Abuyacub llama a su berma-no Abusakl Olmati, que eslaba enGranada- 145.
Abonhemcicbtcoinienta apoderarsodeCordoba. 145.
Muerle de Aliyal, exreyde Honda. 157.DiM-rola del re.y Lobo en el llano deMurcia con muerte do todos los sol-darto* crisLiaiios. 140. 320.
Murcia siliada por los almohades des-pues de la dcrrota del rey Lobo. 140.
Abenbemocbico entra en relacionescon los almobades, ofreciendo so-meterso, 147.
Alianzo del ray Lobo con Alfonso II doAragon. 121,
Abenbemoebico serebcla en Jaen con-Ira el rey Lobo. 12S>.
So rehcla en Almerta contra el reyLobo, so primo Mobamed, 1*21). 149.
Abulhacbach Yiisnf, bormano del reyLobo, < indepondiente? en Valencia.12S.
IHlei cs proclairado Principe herede-ro del rfcy Lobo, segiin las monedas,151,
i
-i
i
i
— 415 —£{& tfes Ano
565 Couquista do Baza For el principeAbubafs despues do toniar posesionde Lorca. 1-49.
;i(>5 Abenbemoehico pesa A Marruccos 6tonpr una entrcvista con el Califa.US.
.'ifio El principe Abusaid va a Bsdajoz, ypaciada paz con D. Alfonso de Por-tugal regresa a.Sevilla. 118.
i>Go Rebelien de Alcira contra ol rev Lobo-129,
565 Moneda de Ishec Abengania en Ma-Uorca. 175,
t
566 Abulbachach YVisuf, hermano del reyLobo, so pasa a losalmobades. 130.
15 Xaua. 560 Silio de Alcira rebelada contra el reyLobo. 140.
15 Duh\ 566 Abenhilel se en carp a del sitiode Alci-rn y le cs enlregada. 119.
liiyl Rebelion de Elclio contra el rey Lobo.150.
567 ViiMio a Espmui el califa Abuyacub yso inslala on Ordoba. 151.
29 Rach- 567 Muerle del rey Lobo. 151.
567 Silio de Huete por los almobades, yfracaso do £stos. 158, 821,
•07 Moneda do Ishac Abengania de Ma-ll orca. 17.>,
H73IEI rev de Mallorra flrma iralado deft&i9 \ paz con Pisa. 178,
5 Rc.t,° 570 CasamienlodH Califa con la hija delroy Lobo, 153,
1178IEI rey do Mallorca aeometo y loma la
TiVA dudad de Tolon, en I'rancia. 177.
| 331.
27 Junio H78|Los moros maHorquinos saquean la9 Moh, 8741 iglesia doSflnta Maria deUlla(Ge-
| rona). 177. H31, 335.574 Muere en Marruecos Abonlfthir exrey
de Murcia. 100.575 Gftnim hijo del rey de Lobo, con la os-
cuadra ahnohude acomete h Lisboa.153.
_ 416 —Dia Me s Ano
578 Mucrc Aberial)dolaxiz,exrev de Valen-cia. 810.
ffl Safar 580IEI rey de Mallorca flrma tratado de i\ Junio H8i| paz con Pisa. ITS. ^
580 Muerte do Ishac de Mallorca noco an- 1
tes do la muerte del califa Abuya-cub. 170. 170. 330. 384,
£Re.2.°? 580 Mucre el califa Abuyacub a conse-cuencia deladerrota do Santaren.1S1.335,
I'M Los tie Mallorca se subfevan contra >
Moiiamod y proclaman a su herma- i
no Ali- 181. 1
« \aba. o80 Ati do Mallorca so apodera de Bugia.1S2,
H 851 Los cristianos cautivos se apoderan58% 1 del palacio de Mallorca. 1S2.
583 Pronlamacion de Abdala Abengania enMallorca. 184.
58'5 El cupitan Abulabas, cl de Sicilia, seanodcra de lbiza^ 1S4.
Ch.2.° 58i|Abdala de Mallorca tirma un tratadoAgos- 1188| de paz con Genova. 1S5. 342,
595 Muerte del califa Almansur. 1SG.5!>8 Ml califa Anasir sale de Marruecos
contra Mallorca. ISO.
Dulh, 5^0 Los nlmohados outran on Mallorca, y*
muereel rey A bdala Abengania. 180.
*f
ADDENDA ET CORRIGENDA
Mb* Lfaea LGase
M \o (Abengaroa de nuestras cronicas)21 23 Abuobdala Abenhach, el Principe se
volvio26 20 de 1139 tf3i de la hegira),27 Si el 27deEnero
39 13 (2i)
49 7 cste modo una buenaSI 13 euviado78 14 (Racheb de 539)91 9, 10 y 11 Abenliud pocos dias despues, por esto
misnoo tiempo102 6 Cuando llego & Valencia lanoticiade
la proclamation do Abenhamdin el
Stibado 3 de Ramad&n del ano 539
129 22 codice152 16 Abulcamar102 8 se someUo como loaolros): quizfi aim
volvieron & rebelarse,167 11 Almocladir,172 11 Abenttmacartmat?:185 *9 SOafios203 7 den luz213 23 remeavit217 7 servil y poco apropiada»:220 13 y vein oa por vez primera las monedas
fracclon arias236 7 A 19 <le Safer286 8 que no corresponden286 11 de 539, pues resultan dos anos y dos
meses.291 7 comprende desde 25 ctoFebrero del 145
& -27 de Marzo301 1 hijo de Ucder,
339 14 "ft*-dl
Almowavides 57
INDICE DE ESTE LIBRO
w * VIIISTROm'CXU>>
mikado de vrsrp '
REIT* ADO I>E Atf
Aragon: Tudola, Zaragoza, Cuunda ^Expedicibn i, Andalucfa ^BataMadeFraga * 7
Los almoravides en Cataluun: balolla do Mar-
torell wPortugal yCaalilla ^
BE1NADO DF TEXTFIN **
IIERSMON HE LOS ESFANOLES ®
La Rebelion en ol Algarbu 33
La Ilcbeliftn on Cordoba . . .'**
LaBoboHdn en M&loga . - - -**
La RobeUon en el Orienie de Alandalus . . .10
En Murcia y Valencia m
— 420 —Pig.
Gobierno de Abenalhach <11
y> del arraez Abdala ol Zegri 93
>- deAbenabichafar 93
» de Abentahir 97
» de Abeniyad 99
La Rebelion en Valencia 101
REtt'ADO HE MOIIAMED ABENSAAD, ABENMERDAN1X,6 El- REV LOBO HI
Tratados de Abonmordanix con los cristianos . 120
fleconquista por los cristianos de las ciudadesde Tortosa, Ldrida, Fraga y Mequinenza , -. -123
Valencia bajo el rey Lobo 127
Conquistas de Abenmerdanix 130Conquisla de Guadix , J3!
Ja6n, Ubeda y Baeza 134Atmerfa 135Granada J3gDefecciones en la familia del roy Lobo . . . 147
REVEZIELOS 6 REBELDES DE ESTE PERIODO, POCOcoK0<:inos *;$
Ahyal rebelde en Ronda 156Abengarnin seiior do Jerez y Honda 138
Abenalhacham rcy de lladajoz 160All Abenmaimun senor de Cadiz 163
LAS BALEARES RAJO LOS ALMORAVIDES 467
Mohamed Abengania 171Ishac Abengania 174
EFIMEROS REISADOS DK MOIIAMED, ALI, TALlfA, MO-IIAMED (1* VEZ) Y TBXUFIX 179
f
— 421 —Juicio acerca de la dominacion de los almora-
videe en Espana 4 89
Persecution de los moz&rabes 208
UX'STRACIOKES S3o
Cronologfa detallada de 1o contenido en este
libro 403
Addenda et corrigenda 417
OBRAS DE ARABISTAS ESPANOLESque cst^» dc yenta en las Hbrcrlas
Bibliotheca arabico-hispana
To. I y II. aben pascl'alis assila (Dietionarium bio-
graphicum) ad fiiiem codicis Escurialensis ara-
bice nunc primum edidit et indicibus locuple-
Hssimis inslruxit Franciscm Codtra in Universitate
Matriiensi Arabics linguae professor ordinarius
et Regia1 Historical Academic Sodalis. Matriti, 18S2
et 1883. Dos tomos en 1.° con foliacion unica. XXy «7 p&ginas, * ptas.
To. III. DES1DER1UM OXVKRENTIS 1H5T0R1AM VlftORUM
popvli ANDAtcsi.K (Dietionarium biographicura)
Ait adk-diiabri scriptvm, ad Mem codicis Escuria-
lensis arabice nunc primum ediderunt indicibus
addilis Franciwu* Codera in Universitale Malriten-
si Arabictelinguro professor ordinarius et Hogia;
Historical Academic Sodalis et Juliamt* Ribera.
Matrili. MDCCCLXXXV, en 4.°, XXV y 612 pfcginas
y un facsimile del codice, 3^ ptas.
To. IV. ALMocHAM(Dictionarinm ordino alphabetico)
DE DISC1PULIS ABU AT.I ASSADAFl AB ABES ALABBAR
scriptum, ad fidem codicis Escurialensis arabice
nunc primum edidit indicibus additis, Franci&eus
Coderaet Zaydin. Matrili, MI)CCCLXXXVI f en 4.°,
XIX y 365 pig. 19 ptas,
TO. VyVI. COMPLEMENTTUM I.IBRI ASSILAH (DlCtlOna-
rium biographicum) ab aukis alartur script um,
<v
partem quo? soperest ad fldem codicis Kscuria-lensis. arabice nunc primum edidit, indicibus
additis, FrancisnusCodera. mirili* MDCCCLXXXIX.Dos tomos con foliacion conlinuada, XIV y 061p&ginas, 50 ptas.
To. VII y VIII. instoma vmonrM doctohum asdali;-
&W (Diciionarium biographicum) ab aben alfa-hadjii scripta, ad fidem codicis Tunicensis ara-bice nunc primum edidit, indicibusaddiljs, Fran-<?iVm* Cofttra. (Acccdunt duo fragmenta incdila exaiien iMscraLis ASSiLAj.Mairiti.To. LMDCCCXC,4Hp4ginas y to. II. MDCCCXCII, con un facsimile deloriginal, XII y 27-2 pags, 35 plas.
TO. IX y X. INDEX LUIROnUM HE iHVKnSIS PCJEMrAttlJM
oRniMnrs qvos a maoistius didicit aru beqi-eh be*kham ad fldem codicis Escurislensisnra bice nuncprimum ediderunl indicil>us addiiis Franchcuv To-deraolJlibera Tarrago.lo. J, Malrili,MDCtXXCIII.W3 pftg. to. II, indices et inlroductionem conli-nens, XIII yH9pdg. tt ptas.
*
S
Obras de D Francisco Codera
Catcdratico dc lengua Arabe cn la Umversidad dc Madrid
Tratado do >i mikmatica aramgo-espamila, con 2V 1ft-
niinas{23 autoeclipografladas porel autorV Ma-
drid, 1879, on 4.°, XXIV y 319 p&g. Ui pUs.
errores de varios m'mismvfu:os kxtuasjkros a! tra-
lardelas monedas ai&bigo-espanolas o iitipug-
nacion. Madrid, 187*. en 4/\ 3V p&fis. 2 pins.
TiTt'LOS V M>H FIRES PROl'JOS EN LAS UOSEDAS AtlAMr.O-
kspaSolas. Madrid, 1874, en 4.°, 88 p&gs. '-2 plas.
mision historh:a en i,a ar<;ema v ti'm:z. Trabajos lei-
das anlo la Real Academia do la llistoria, Madrid,
1802, en 4.°, 207 pft&s.~ 30 ptas.
ELEMENTOS PE CRAMATICA ARAftE pftra USO dC 10S aUim-
nos de I). V\ C. y Z. Scgunda cdicion. Madrid, 1892,
lltograflada, en 4.°, 113 P&g3- 2 plas.
Obras de D. Leopoldo de Eguflaz
decano d* la Facultad d e Fitosofia y Letras en la Univcrsidad
de Granada y correspondiente dc la* R, R. A. A.
dc la Lcngna y de U Hi*toria
«LOSAIUO ETIMC.uiftfc.0 f>K LAS pALA ]ffiAS ESPANOLAS,(eastcl)anas, calelanas, ga Degas, maMorqniiias,porluenesas, valoncianas y bascongadas) de ori-gen omental (arabo, hebreo, malayo, persa yturco>por f). LeopoMo d*> &juUaz y Yanquas, eatc-drMico de la Universidad do Granada y corres-pondientclas R. R. A. A. de la Lengua y de JaHisiorfa. Granada, 1886, 4." m. XXIV-fflH p&ginas,
£> ptas.
REftENA HTSTORICA DE LA CONOUISTA DEL RFJNO DE CRA->ADA POHLOSHEVES CATOL1COS, SEGlJS LOS CROMS-tas AiiAnEs, pore! mistno autor.%* edicion, Gra-nada, 1894, con ol folograbado de un autograft) deBoftbdl1
' 3ptas.
Para los pedidos de eslas dos obras, hay que dirigfrseal amor, Carrera de Darro, W t Granada.
*
%
Obras de D. Francisco Pons Boigues
Jj| >vchivo Historic^ N.icioiul
APUNTES SOBRE LAS ESCnllTIlAS MO/AtUHES TOLEDASAS,
que se custodian end Arcliivo Historic© Nacio-nal. Madrid, 1807, en 8.°, 3-20 pags. Ubrcrfa doD. Mariano Murillo, 3 pias.
ENSAYO MO-mHUOMUEtCO SOHHE LOS HlSTOttlADORES V
fiEoGHAFos aeiaihgo-espamhes, 01>ra prominda por
!a Itihlioteca National. Madrid, 1898, 1,°, 511 pa-ginas, 10 ptas.
Obra de D. Antonio Vives y Escudero
corrcspondiento Jo l.t Rcx\ A.\tJs:mia tie l*i Historia
MOTfEDAS DK LAS MNATIAft AH VHlfiO-KSPAMUAS. (DOS-
cription de lodos las moncdns do osla diuaalias,
conocidashasta la fecha). Madrid, 189:1, en 4.° pro-
longado, X y 553 poginas, Librrria do D, Mariano
Murillo, precio, 10 ntas.
<E
Obra de D. Eduardo Saavedra
de la Real Academia de Id Historia
KSTUDIO SOBRK LA INVASION DE LOS AIUDES ES ESPANA,por D. Eduardo Saavedra, de la Real Academia dela Historia. Madrid, 1892. Vendeseenla libreriade Fernando Fe. 2*50 ptas.
ObrasdeD. Julian Ribera
Catedr^tico de lengua irabc en la Universidad
de Zaragoza
j*p
01UGE3ES DEL JUSTJCIA DE ARAGON, 5 pesetas.
la efseSasza emre los mcsulmases espanoles, 4 pe-setas.
ElBLlOFILOS Y MBLIOTECA8 EN Li KSPANA MC&ULMAKA, 2.*
edition (oxtracto),^ plaa
textos auamiados, por Gil, Ribera y Sanchez, 3 pc- ^Psetas.
:*