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DECLARACIÓN PÚBLICA DEL CONSORCIO DE UNIVERSIDADES ESTATALES FRENTE A LA REUNIÓN CONVOCADA POR SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA El país requiere un profundo cambio en el modelo educacional y universitario. Los ciudadanos y muy especialmente nuestros jóvenes se han expresado mayoritariamente, con creatividad y de manera pacífica por estos cambios. La reunión a la que nos ha invitado el Presidente de la República, constituye una gran oportunidad para que el Gobierno solucione las graves falencias de la educación superior chilena, que han sido puestas de manifiesto por el movimiento estudiantil. Las soluciones debieran contemplar, al menos, las siguientes directrices: 1. La voluntad de fortalecer la Educación Superior Pública. Esto debe materializarse a través del reconocimiento de un pilar público en educación basado en un trato preferente del Estado con sus universidades, el cual supone una nueva estructura de financiamiento permanente con aportes basales incrementados, incluyendo un fondo de revitalización y una Ley de Universidades Estatales. Lo anterior, garantiza la construcción democrática de la sociedad, a través de espacios laicos, republicanos, pluralistas, con predominio de lo público y orientados a la inclusión y a la movilidad social. Adicionalmente, deben fortalecerse las universidades regionales públicas, como instancias de cohesión social y territorial, vinculadas al desarrollo local y regional. Ellas constituyen un sistema que aporta desde lo regional al desarrollo nacional. 2. Fin del Lucro en Educación Superior. El Estado debe fiscalizar y hacer cumplir la ley que establece que las universidades son corporaciones sin fines de lucro, lo que en nuestra opinión, debe ser aplicable a todo el sistema de Educación Superior. Para un efectivo cumplimiento de la ley, la fiscalización debe realizarse a través de una Superintendencia que garantice la total transparencia de ingresos y gastos y del funcionamiento de las instituciones. Además, se debe establecer la acreditación obligatoria para todas las instituciones de educación superior y sus carreras, a través de una Agencia Pública, autónoma y transparente, que incorpore como criterios, además de la calidad a través de estándares de desempeño, la adecuación de la misión de la institución a objetivos educativos de país, el desarrollo regional, la ausencia efectiva de lucro y la existencia de organización estudiantil, académica y funcionaria. Este nuevo y riguroso sistema de acreditación debe ser prioritario y previo a cualquier expansión de recursos al sector privado. 3. Inclusión, acceso equitativo y mantención en la educación superior para los alumnos provenientes de sectores vulnerables. Ello debe considerar criterios de equidad, al incorporar mecanismos de reconocimiento de talentos complementarios a la PSU, tales como el ranking de egreso de la educación media y propedéuticos, lo que hace necesario dotar a las instituciones de fondos adecuados para acoger y nivelar a estos alumnos. Además, el sistema de ayudas estudiantiles debe asegurar becas de gratuidad para el 70% de los estudiantes con menores ingresos. Para los segmentos superiores, debe existir sistemas de créditos blandos, contingentes al ingreso, y que no signifiquen subsidios al sistema financiero. Para ello, los aranceles reales deben regularse por medio de las políticas públicas. 4. Institucionalidad. Se requiere una Subsecretaría de Educación Superior que incorpore Ciencia y Tecnología. En particular, debe contar con una instancia de dirección, coordinación y financiamiento de la Educación Superior Estatal, la que debe contemplar la sustentabilidad de las instituciones, planes de desarrollo plurianuales y evaluaciones periódicas. Santiago, 2 de Septiembre de 2011

Declaracion cuech 02_09_2011

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DECLARACIÓN PÚBLICA DEL CONSORCIO DE UNIVERSIDADES ESTATALES FRENTE A LA REUNIÓN CONVOCADA POR SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

El país requiere un profundo cambio en el modelo educacional y universitario. Los ciudadanos y muy especialmente

nuestros jóvenes se han expresado mayoritariamente, con creatividad y de manera pacífica por estos cambios.

La reunión a la que nos ha invitado el Presidente de la República, constituye una gran oportunidad para que el

Gobierno solucione las graves falencias de la educación superior chilena, que han sido puestas de manifiesto por el

movimiento estudiantil.

Las soluciones debieran contemplar, al menos, las siguientes directrices:

1. La voluntad de fortalecer la Educación Superior Pública. Esto debe materializarse a través del

reconocimiento de un pilar público en educación basado en un trato preferente del Estado con sus

universidades, el cual supone una nueva estructura de financiamiento permanente con aportes basales

incrementados, incluyendo un fondo de revitalización y una Ley de Universidades Estatales. Lo anterior,

garantiza la construcción democrática de la sociedad, a través de espacios laicos, republicanos, pluralistas, con

predominio de lo público y orientados a la inclusión y a la movilidad social.

Adicionalmente, deben fortalecerse las universidades regionales públicas, como instancias de cohesión social y

territorial, vinculadas al desarrollo local y regional. Ellas constituyen un sistema que aporta desde lo regional al

desarrollo nacional.

2. Fin del Lucro en Educación Superior. El Estado debe fiscalizar y hacer cumplir la ley que establece que las

universidades son corporaciones sin fines de lucro, lo que en nuestra opinión, debe ser aplicable a todo el

sistema de Educación Superior. Para un efectivo cumplimiento de la ley, la fiscalización debe realizarse a

través de una Superintendencia que garantice la total transparencia de ingresos y gastos y del funcionamiento

de las instituciones.

Además, se debe establecer la acreditación obligatoria para todas las instituciones de educación superior y sus

carreras, a través de una Agencia Pública, autónoma y transparente, que incorpore como criterios, además de

la calidad a través de estándares de desempeño, la adecuación de la misión de la institución a objetivos

educativos de país, el desarrollo regional, la ausencia efectiva de lucro y la existencia de organización

estudiantil, académica y funcionaria.

Este nuevo y riguroso sistema de acreditación debe ser prioritario y previo a cualquier expansión de recursos al

sector privado.

3. Inclusión, acceso equitativo y mantención en la educación superior para los alumnos provenientes de sectores vulnerables. Ello debe considerar criterios de equidad, al incorporar mecanismos de reconocimiento

de talentos complementarios a la PSU, tales como el ranking de egreso de la educación media y propedéuticos,

lo que hace necesario dotar a las instituciones de fondos adecuados para acoger y nivelar a estos alumnos.

Además, el sistema de ayudas estudiantiles debe asegurar becas de gratuidad para el 70% de los estudiantes

con menores ingresos. Para los segmentos superiores, debe existir sistemas de créditos blandos, contingentes

al ingreso, y que no signifiquen subsidios al sistema financiero. Para ello, los aranceles reales deben regularse

por medio de las políticas públicas.

4. Institucionalidad. Se requiere una Subsecretaría de Educación Superior que incorpore Ciencia y Tecnología.

En particular, debe contar con una instancia de dirección, coordinación y financiamiento de la Educación

Superior Estatal, la que debe contemplar la sustentabilidad de las instituciones, planes de desarrollo

plurianuales y evaluaciones periódicas. Santiago, 2 de Septiembre de 2011