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  • DEFENSA FRANCESA Por Jordi Escrihuela

    Alz la mirada y all la vio: la Tour de Madeloc, a 657 metros de altura, atalaya dominante de la plana del

    Rossell. Lo primero que le vino a la cabeza fue la figura inequvoca de una magnfica Torre de Ajedrez,

    una torre gris, casi negra, como el color de las piedras que est construida, y se vea jugando una

    deliciosa e imaginaria partida medieval de ajedrez con Jaume II de Mallorca, monarca que orden

    construir esta torre de vigilancia en el siglo XIII:

    1.e4

    Idroj, a lomos de su bici y con paso decidido, iniciaba su asalto a la Torre negra, abriendo el camino con

    dos pedaladas firmes, avanzando hacia el Rey que la defenda por su flanco y con prudencia, sin saber

    cuntas celadas se iba a encontrar por el camino.

    1,e6

    Con este movimiento el monarca planteaba la Defensa francesa, como no poda ser de otra manera, para

    proteger la fortaleza, luchando de inmediato para proteger su territorio con un planteamiento semi-abierto,

    donde la Torre quedaba escondida, a salvo de ataques prematuros.

    Idroj fue esquivando las tpicas dificultades que esboza esta defensa, un camino trillado que esconda

    pocas sorpresas, en un tablero incomparable, rodeado de montaas y viedos, dejando el mar en el

    horizonte, brillante a los rayos del sol. En su ltimo avance, Idroj pedaleaba con fuerza a lomos de su

    caballo metlico, para saltar una amenaza al inicio del cuarto movimiento que le dej bien a las claras que

    el asalto a la Torre negra no sera fcil.

    Despus de superar con xito este primer envite, vinieron los primeros errores de la Defensa francesa. El

    camino se allanaba despus de haber sorteado las primeras amenazas, pero slo sera una pequea tregua

    donde el corcel blanco recuperara el resuello.

    A partir de aqu, el acabose, un desvo a la izquierda esconda una variante desconocida: un tremendo

    camino hacia la cumbre, lleno de emboscadas. El arma sorpresa de esta defensa: si no llevas un buen

    desarrollo de apertura, mejor no sigas, qudate aqu y pacta una tregua con el monarca, firma unas tablas que te conducirn tranquilo por un suave descenso hasta la hermosa poblacin de Colliure, donde

    finalizars la partida.

    Pero si eres un avezado guerrero, hbil con los trebejos, con ganas de lucha y bien preparado, sumrgete

    en el medio juego que te ofrece esta terrible y laberntica variante de lentos movimientos donde por

    primera vez Idroj sinti miedo a perder, provocado por un terror escnico, al ver los bordes de los

    precipicios del tablero que se decantaban a lado y lado de la carretera, escarpada literalmente en la roca,

    donde en diferentes curvas a derechas e izquierdas el contrario le iba dando jaques en formas de muros al

    15 y 17%.

    Sin embargo, la belleza de la partida, las verdes tonalidades de la montaa, en contraste con el intenso

    azul del mar, poderoso, le haca arriesgar en pos de la victoria.

    A la salida precisamente de una de estas paredes es cuando por fin es visible la Torre negra, que hasta

    ahora permaneca escondida, enrocada en la montaa. El monarca se segua defendiendo con tremendas y

    rpidas jugadas al 24%, donde Idroj a punto estuvo de rendir e hincar la rodilla, antes de un breve respiro

    en forma de rellano, para afrontar los ltimos peligros del rival y derribar la ltima defensa: una pequea

    barrera que tuvo que sortear para defenderse de nuevos demoledores jaques, e intentos de mate, al 23 y

    24% y un ltimo al 14%, antes de que el monarca abandonara, parando el reloj, al no haber defensa

    posible de la Torre.

    Si has llegado hasta aqu habrs vencido, habrs conducido la partida en igualdad hasta el medio juego,

    pero a partir del pase al final, slo el sacrificio te llevar hasta la victoria.