Dei VerbumConstitución dogmática sobre la Revelación y su Transmisión

Aprobada el 18 de noviembre de 1965.

Historia del documento Dei Verbum Inicia discusión el 14 de noviembre de 1962, bajo Pontificado de Juan XXIII. Primer esquema, llamado: De fontibus revelationis. Es discutido y rechazado por la gran mayoría de los padres sinodales el 21 de

noviembre de 1962. La segunda propuesta de primer esquema, De deposito fidei custodiendo, ni siquiera es discutido por ser realizado por los mismos teólogos del esquema 1.

El Segundo Esquema, elaborado por la Comisión Mixta (Comisión Teológica y Secretariado para la Unión de los Cristianos), llamado De divina revelatione, enviado en mayo de 1963 no es discutido en el Concilio; sólo se dan observaciones por escrito (unas 300 observaciones con 2,481 enmiendas propuestas).

Muere el Papa Juan XXIII el 3 de junio de 1963. Pablo VI es elegido el 21 de junio de 1963.

Historia del documento Dei Verbum Tercer esquema: De divina revelatione, enviado en el mes de julio de 1964. Es

discutido en el Concilio del 30 de septiembre al 6 de octubre de 1964. Resultado: 69 intervenciones orales y 52 por escrito.

Cuarto esquema: De divina revelatione, entregado en noviembre de 1964. Obtiene solamente 20 votaciones entre el 20 y el 22 de septiembre de 1965, además, 1,498 enmiendas propuestas, agrupadas en 212; sólo un cuarto de todas son aceptadas.

Quinto esquema, el texto definitivo de la Dei Verbum, entregado en octubre de 1965. Recibe aprobación previa por capítulos y en modo global, el 29 de octubre de 1965. Recibe solamente 27 non placet.

Se da la aprobación definitiva y el mandato de promulgación el 18 de noviembre de 1965. Resultados finales: 2,344 votos a favor, 6 votos en contra.

Aprobación y promulgación, el 18 de noviembre de 1965, bajo Pontificado de Pablo VI.

Antecedentes remotos de DV DV da continuidad a la Constitución Dei Filius, del Concilio Vaticano I

(aprobada el 24 de Abril de 1870). Contexto apologético de 1870: Reforma y Modernismo como amenazas a la

fe católica. La Dei Filius trató de las tradiciones no escritas y su carácter revelado; el

hombre y la revelación, la inspiración; el hombre y la Escritura, la autoría, la inerrancia, el rol del Magisterio y los lineamientos para la exégesis bíblica.

Papa León XIII: Encíclica Providentissimus Deus (1893) sobre la interpretación y los estudios bíblicos. El Papa pide el estudio de las lenguas bíblicas, busca apuntalar el prestigio y la misión del clero de cara a la Biblia, crea la Pontificia Comisión Bíblica (1902)

Papa Pío X: Crea el Pontificio Instituto Bíblico (1909). Papa Pío XII: Divino Afflante Spiritu (1943), precedida por un opúsculo

anónimo denigratorio (1941) al que la PCB responde. Tal opúsculo reduce a “naturalistas” a los biblistas que realizan estudios científicos de la Sagrada Escritura, Arqueología Bíblica, lingüistas y exégetas en general. La PCB desenmascara a los fundamentalistas que divulgaron el opúsculo.

Divino Afflante Spiritu (1943)

Valora justamente el camino recorrido en la investigación bíblica.

Motiva al estudio de los hagiógrafos y su relación con la inspiración divina. Considera a cada hagiógrado como “instrumento del Espíritu Santo, vivo y racional que, bajo influjo de la moción divina, de tal manera hace usos de sus facultades y energías…”

Los fieles deben alimentar su conocimiento y amor de las Sagradas Escrituras. Se debe leer el Evangelio en familia, hay que sacar de la Biblia el conocimiento y el amor de Dios.

Esquema de la Dei Verbum I. Proemio (DV 1). II. La Revelación (DV nn. 2-6). III. Transmisión de la revelación divina (DV nn. 7-10). IV. Observaciones generales. V. Conclusiones.

Proemio (DV 1)

El Santo Concilio, escuchando religiosamente la palabra de Dios y proclamándola confiadamente, hace cuya la frase de San Juan, cuando dice: "Os anunciamos la vida eterna, que estaba en el Padre y se nos manifestó: lo que hemos visto y oído os lo anunciamos a vosotros, a fin de que viváis también en comunión con nosotros, y esta comunión nuestra sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn., 1,2-3). Por tanto siguiendo las huellas de los Concilios Tridentino y Vaticano I, se propone exponer la doctrina genuina sobre la divina revelación y sobre su transmisión para que todo el mundo, oyendo, crea el anuncio de la salvación; creyendo, espere, y esperando, ame.

Proemio (DV 1)

Misión y actitud de la Iglesia El ambiente del Concilio es el esfuerzo por fundamentar

bíblicamente la vida y misión de la Iglesia. El testimonio de la comunidad joánica da los lineamientos

para la Iglesia: encuentro, experiencia, anuncio y comunión. En continuidad con los documentos pontificios anteriores,

pero superando el tinte apologético. Finalidad: Estudiar la revelación ayuda a amar y llenar el

corazón de los fieles.

Proemio (DV 1)

La revelación es un misterio que suscita comunión. ¿Qué hizo Dios? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo lo hizo?

La revelación es la autocomunicación de Dios a los hombres. La fe es la entrega existencial del hombre al Dios que se ha revelado.

Estos puntos se desarrollan en DV nn. 2-6.

Dei Verbum 2-6

Deja atrás el modelo intelectual-instructirvo de la Suma Teológica y de la Dei Filius para asumir un estilo personalista y comunicativo para hablar de la revelación divina como autocomunicación de Dios al hombre. La finalidad de tal revelación no es instruir sino salvar a la humanidad. La revelación se realiza en la historia mediante palabras y obras entrelazadas. Dios transforma la historia humana en historia de salvación de la cual Cristo es plenitud de la Revelación (DV 4: Heb 1,1-4)

La fe es entrega libre del hombre al Dios que se revela. Aunque la fe sea respuesta, no obstante es también acción de la gracia de Dios. La fe nos permite conocer la revelación.

La transmisión de la Revelación Cap. 2: Dei Verbum nn. 7-10

Los apóstoles predicaron, dejaron su ejemplo e instituciones para transmitir lo revelado por Dios en Cristo.

Escritura y Tradición son testigos de la única fuente de la Revelación (Dios) y están entrelazadas de modo inseparable.

Estos números tratan de la Tradición, las tradiciones, la Tradición Apostólica, la relación entre María y la Palabra, entre Iglesia y Escritura, entre percepción y comprensión, el canon de las Escrituras, la relación Escritura, Tradición y el Magisterio y finalmente, la Unidad de la Escritura.

Inspiración e interpretación Dei Verbum nn. 11-13 Explica cómo acontece la Revelación. Reconoce doble autoría para la Biblia (Dios y hagiógrafos). DV 12 insiste en la necesidad de estudiar en modo científico

y equilibrado la Palabra de Dios (saber manejo de los géneros literarios y la inteligencia espiritual (razón y fe) para no reducir los estudios a mera erudición.

La dimensión humana y el referente cristológico-encarnacional (DV 13).

Antiguo y Nuevo Testamentos Dei Verbum 14-20 Se revalora el AT ya que prepara, anuncia y es la

representación o figura que abre al NT. El Nuevo Testamento late en el antiguo y el antiguo está

patente en el Nuevo. Proceso de la redacción de los Evangelios (método histórico

crítico) Describe la conformación del canon de la Escritura.

La Escritura en la vida de la Iglesia Dei Verbum 21-26 La Biblia permite a la Iglesia renovarse continuamente. La Iglesia se alimenta de dos mesas: Eucaristía y Palabra. La Revelación es la Suprema norma de fe (Esc-Trad). La Revelación manifiesta la comunicación entre Dios y los

hombres para desarrollar una vida espiritual. Da criterios y normas para las traducciones y su valoración

(tanto antiguas como modernas). Valora las traducciones ecuménicas.

Conclusiones La Iglesia es Esposa de la Palabra (DV 23) Es necesario comprender para alimentar Valoración de los aportes de los Padres de la Iglesia (ss. II-VI) y de la

Liturgia. Es necesario valorar al Magisterio como intérprete auténtico de la

Revelación. La Palabra permite conocer mejor a Dios, para amarlo y servirlo

mejor. Dei Verbum promueve que se siga trabajando en el desarrollo de la

exégesis y hermenéutica bíblicas. La Iglesia se conserva joven si vuelve a sus fuentes y orígenes, lo

cual significa volver a Cristo. La Palabra da firmeza y juventud a la Iglesia (DV 24).

Se dan llamados a perfeccionar la predicación, la catequesis, la formación de ministros ordenados y fieles laicos.

Se promueve alimentar la Liturgia con la Palabra de Dios, tanto en la lectura espiritual como en la oración.

Recordar la finalidad: “Llenar el corazón de los hombres” (DV 26).

Tarea para la vida Debido a que la Santidad es una cuestión de interpretación

adecuada de la Biblia (hermenéutica de la Escritura), es importante.

Nuestra acción apostólica y pastoral será eficaz en la medida en que aprendamos de María a dejarnos plasmar por la obra de Dios en nosotros (VD 28)

VD: Verbum Domini, de S.S. Benedicto XVI.