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1 Del Concepto de Iglesia Reformada y su Misión Educativa Primera Parte La eficacia de la misión educativa de la Iglesia o educación cristiana depende en gran parte del concepto que se tenga o sustente de la naturaleza y misión de la Iglesia. Se impone, por tanto, que en esta presentación tratemos de hacer una exposición que nos ayude a esclarecer qué entendemos por Naturaleza y Misión de la Iglesia. En esta reflexión trataremos de aclarar el concepto desde la perspectiva Reformada. Por otro lado, aclaramos que esta exposición no es exhaustiva sino más bien tratamos de estimular la investigación, el estudio y la discusión posterior a diferentes niveles, pero especialmente a nivel local de las iglesias sobre qué es la Iglesia y, en nuestro caso, la Iglesia Reformada y su misión educativa frente a un mundo desafiante y en crisis. Mirar el pasado en cuanto a nuestros orígenes como Iglesia nos ayudará a comprender el presente, y planear el futuro de la tarea educativa de la Iglesia Presbiteriana. El Apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, nos conmina a “renovar y reformar nuestro entendimiento acerca de la voluntad de Dios (Ro.12.1.1). Nada menos que esto debemos hacer al planear una Educación Cristiana eficaz. 1 Hacemos notar que desde hace varios años hemos venido bregando con este tema de La Iglesia y su Naturaleza (desde la perspectiva Reformada) a fin de alcanzar un mejor entendimiento de nuestra misión como Iglesia en el mundo y especialmente de la misión educativa. 1b Varios intentos a nivel nacional se iniciaron desde fines de los años 50 cuando la Asamblea General nombró una Comisión de Educación Cristiana y un secretario. Esta comisión funcionó por algunos años impartiendo innumerables cursos y talleres sobre la tarea de la educación cristiana en diferentes frentes presbiteriales, regionales y locales. Recordamos como pioneros a los misioneros Fred Tinley, Clair Denman y al Pbro. Daniel García quienes trabajaron intensamente en la promoción de la educación cristiana. Así mismo se produjeron un sin número de materiales impresos respecto a la Educación Cristiana y a la Mayordomía Cristiana en vías de preparación al Centenario de la Iglesia para que ésta llegara a ser autosuficiente. Otros hermanos y hermanas continuaron estos trabajos en años posteriores. Ahora nos alegramos que el actual departamento de Educación Cristiana de la Asamblea General ha convocado este magno Congreso sobre la misión educativa de la Iglesia. 1 En este trabajo, sin embargo, enfocamos la atención a la tarea de la Iglesia en el campo de la Educación Cristiana al interior de la Iglesia y de las Iglesias locales sin tocar el tema de la misión educativa de la Iglesia en el campo de la educación secular y las escuelas relacionadas con la Iglesia Presbiteriana. Este es un tema que merece analizarse aparte en vista de que últimamente se está discutiendo públicamente la posibilidad de enseñar “religión” en las escuelas públicas y privadas. 1b En la Asamblea General de 1962 invitamos al Dr. Jorge Lara Braud a tratar el tema sobre la “naturaleza y misión de la Iglesia”, al Dr. John H., Sinclair, por entonces Secretario para América Latina de la Iglesia Presbiteria na “del Norte” para hablar sobre las Iglesias Presbiterianas en el Continente y al Dr. Marcel Pra - dervand, Secretarrio General de la Asociación Mundial de las Iglesias Presbiterianas y Reformadas en el Mundo para hablarnos sobre las Iglesias Roformadas y la importancia de la Asociación Mundial.

Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

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Del Concepto de Iglesia Reformada y su Misión Educativa

Primera Parte

La eficacia de la misión educativa de la Iglesia o educación cristiana depende en

gran parte del concepto que se tenga o sustente de la naturaleza y misión de la Iglesia. Se

impone, por tanto, que en esta presentación tratemos de hacer una exposición que nos

ayude a esclarecer qué entendemos por Naturaleza y Misión de la Iglesia. En esta

reflexión trataremos de aclarar el concepto desde la perspectiva Reformada. Por otro

lado, aclaramos que esta exposición no es exhaustiva sino más bien tratamos de estimular

la investigación, el estudio y la discusión posterior a diferentes niveles, pero

especialmente a nivel local de las iglesias sobre qué es la Iglesia y, en nuestro caso, la

Iglesia Reformada y su misión educativa frente a un mundo desafiante y en crisis. Mirar

el pasado en cuanto a nuestros orígenes como Iglesia nos ayudará a comprender el

presente, y planear el futuro de la tarea educativa de la Iglesia Presbiteriana. El Apóstol

Pablo, en su carta a los Romanos, nos conmina a “renovar y reformar nuestro

entendimiento acerca de la voluntad de Dios (Ro.12.1.1). Nada menos que esto debemos

hacer al planear una Educación Cristiana eficaz.1

Hacemos notar que desde hace varios años hemos venido bregando con este tema

de La Iglesia y su Naturaleza (desde la perspectiva Reformada) a fin de alcanzar un mejor

entendimiento de nuestra misión como Iglesia en el mundo y especialmente de la misión

educativa.1b

Varios intentos a nivel nacional se iniciaron desde fines de los años 50

cuando la Asamblea General nombró una Comisión de Educación Cristiana y un

secretario. Esta comisión funcionó por algunos años impartiendo innumerables cursos y

talleres sobre la tarea de la educación cristiana en diferentes frentes presbiteriales,

regionales y locales. Recordamos como pioneros a los misioneros Fred Tinley, Clair

Denman y al Pbro. Daniel García quienes trabajaron intensamente en la promoción de la

educación cristiana. Así mismo se produjeron un sin número de materiales impresos

respecto a la Educación Cristiana y a la Mayordomía Cristiana en vías de preparación al

Centenario de la Iglesia para que ésta llegara a ser autosuficiente. Otros hermanos y

hermanas continuaron estos trabajos en años posteriores. Ahora nos alegramos que el

actual departamento de Educación Cristiana de la Asamblea General ha convocado este

magno Congreso sobre la misión educativa de la Iglesia.

1 En este trabajo, sin embargo, enfocamos la atención a la tarea de la Iglesia en el campo de la Educación

Cristiana al interior de la Iglesia y de las Iglesias locales sin tocar el tema de la misión educativa de la

Iglesia en el campo de la educación secular y las escuelas relacionadas con la Iglesia Presbiteriana. Este es

un tema que merece analizarse aparte en vista de que últimamente se está discutiendo públicamente la

posibilidad de enseñar “religión” en las escuelas públicas y privadas. 1b

En la Asamblea General de 1962 invitamos al Dr. Jorge Lara Braud a tratar el tema sobre la “naturaleza

y misión de la Iglesia”, al Dr. John H., Sinclair, por entonces Secretario para América Latina de la Iglesia

Presbiteria na “del Norte” para hablar sobre las Iglesias Presbiterianas en el Continente y al Dr. Marcel Pra-

dervand, Secretarrio General de la Asociación Mundial de las Iglesias Presbiterianas y Reformadas en el

Mundo para hablarnos sobre las Iglesias Roformadas y la importancia de la Asociación Mundial.

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Una Gran Herencia

En los años sesenta del siglo pasado, en la VI Asamblea General de nuestra

Iglesia, el Pastor T. Watson Street --- por entonces Secretario de la Junta de Misiones

Mundiales de la Iglesia Presbiteriana (del Sur) de Estados Unidos--- presentó una

conferencia titulada “Nuestra Herencia Presbiteriana”. En esa conferencia él nos habló

sobre la importancia de comprender con claridad la gran herencia de la que somos

partícipes los Presbiterianos a fin de cumplir más fielmente con la misión de la Iglesia en

el mundo. Permítanme citar algunos párrafos de esa conferencia que me parecen

pertinentes a manera de introducción y cuya forma sencilla nos guiará en cierta forma en

el resto de este documento.

El Revdo. Street nos decía:

Me han invitado para estar con ustedes en este día y a la vez para presentarles un

mensaje sobre “Nuestra herencia Presbiteriana”. Esta herencia es una gran

herencia. Incluye a todos los cristianos en el mundo entero porque es una herencia

que compartimos con tantas personas del pueblo de Dios y con gran parte de su

Iglesia.

Hace muchos siglos que comenzó la historia de la Iglesia. Esa historia comienza

con Abraham. Dios comenzó a reunir con Abraham un pueblo que ahora

conocemos como “el pueblo de Dios,” una comunidad denominada o conocida

como la comunidad del pacto cuyo fin era servirle. En el Antiguo Testamento

tenemos la historia de ese pueblo, de sus pruebas y tentaciones pero

principalmente es la historia de lo que Dios estaba haciendo por ellos y a través de

ellos. En el Nuevo Testamento leemos una vez más del pueblo de Dios que

reconocía a Jesús como su Salvador. Este pueblo de Dios fue llamado “la Iglesia”

y fue conocido como el Cuerpo de Cristo, porque su propósito era llevar a cabo el

trabajo que Jesucristo estaba haciendo.

El pueblo de Dios no desapareció después de la crucifixión y resurrección de

Jesucristo. Su Iglesia, guiada por Dios, ha permanecido en el mundo desde

entonces. Ha incluido mártires quienes murieron por la fe, pensadores quienes han

expresado su fe en grandes credos, poetas quienes escribieron himnos cristianos,

hombres de Estado quienes trataron de cristianizar las leyes y las costumbres, y

por supuesto, santos desconocidos, incluyendo niños y niñas quienes eran

seguidores de Jesús.

Los miembros del pueblo de Dios no siempre han estado de acuerdo sobre cuáles

son las creencias más importantes, ni cómo puede ser organizada la Iglesia de una

manera mejor, ni cómo es que la Iglesia puede llegar a ser el cuerpo de Cristo de

un modo más efectivo en el mundo.

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De modo que varios grupos de cristianos han surgido por doquier, tales como los

Metodistas, los Bautistas, los Luteranos, los Nazarenos, y los Presbiterianos y

otros, pero todos son parte del pueblo de Dios, es decir, la Iglesia.

Ahora los Presbiterianos, por la gracia de Dios, somos una parte de ese Pueblo en

marcha. Los Presbiterianos seguimos en los pasos del pueblo antiguo de Dios:

Abraham, Isaías, Pablo, y los mártires y cristianos de antaño. Estos son parte de

la Iglesia gloriosa de Cristo en la actualidad. Ellos y nosotros compartimos con

todos los cristianos la fe en Dios como Padre, en Cristo como Salvador, y en el

Espíritu Santo como guía. Los Presbiterianos también tenemos algunas doctrinas

sobresalientes en las que hacemos más énfasis que otros cristianos.

Una de esas doctrinas es acerca de cómo se puede organizar la Iglesia y como

puede gobernarse de la mejor manera. Creemos que la autoridad y gobierno de la

Iglesia pertenece, después de Dios, a toda la Iglesia y debe ser ejercida por los

representantes llamados Presbíteros o Ancianos en los cuerpos eclesiásticos, los

consistorios, los presbiterios, los sínodos y las asambleas generales.

Los Presbiterianos también hacemos hincapié tanto en la enseñanza como en la

predicación; en el amor y la misericordia de Dios, su gobierno y Señorío sobre

toda la vida, y en las necesidades y deberes humanos. De modo que hay dos

énfasis especiales: el orden Presbiteriano de gobierno y la doctrina Reformada.

Estos énfasis se encuentran en la Biblia y tuvieron lugar prominente en la Iglesia

durante los primeros siglos después de la resurrección de Jesucristo. Más tarde

estas doctrinas casi se quedaron olvidadas. Pero más adelante llegaron a tener un

lugar prominente una vez más en la Reforma Protestante del Siglo XVI. El gran

cristiano francés, Juan Calvino, hizo mucho para recuperar y para preservar este

tipo de gobierno eclesiástico y esta doctrina.2

Esta forma de ser Iglesia, nos decía T. Watson Street, se ha extendido por todo el

mundo debido a las migraciones, las colonizaciones y la obra misionera. Hoy día, por

tanto son pocas naciones donde no hay iglesias Presbiterianas. La Asociación Mundial de

Iglesias Presbiterianas y Reformadas reúne a la mayoría de estas iglesias que representan

millones de Presbiterianos en el mundo.

Sin duda alguna, la expansión del Presbiterianismo en el mundo también se debe a la

acción de Dios a través de la dedicación y trabajo de vidas comprometidas con la Palabra

de Dios comenzando con los reformadores suizos del Siglo 16:Ulrico Zwinglio y

Enrique Bullinger (Zurich), Juan Oecolampadio (Berna), y los franceses Guillermo Farel

y Juan Calvino (Ginebra). La vida, enseñanza, predicación y labor de estos hombres

contribuyó grandemente a la formación de la tradición reformada. Pero fue el joven

humanista Juan Calvino (1509-1564) de cualidades excepcionales como licenciado en

leyes, educador erudito, exegeta, teólogo, pastor y predicador elocuente quien, a través

de su labor de reforma en Ginebra, su labor educativa, su trabajo exegético y

2 Street, T. Watson, “Nuestra Herencia Presbiteriana”, VI Reunión de la R. Asamblea General de la

Iglesia Nacional Presbiteriana de México. (Trabajo en mimeógrafo).

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hermenéutico y su producción literaria bíblica y teológica, que da forma al movimiento

de las Iglesias Reformadas en Europa para luego extenderse con el tiempo por todo el

orbe.3

Origen del Sistema Presbiteriano

Más que cualquier otro reformador, Calvino supo combinar dichas cualidades en todo

su trabajo a favor del movimiento Protestante. Su capacidad de organización en Ginebra,

su labor educativa y su pensamiento bíblico y teológico ejerció gran influencia en otras

ciudades de lo que ahora es Suiza y en los diferentes países europeos en donde prendió el

movimiento reformador. Para reorganizar la estructura de la Iglesia Ginebrina, Calvino,

basado en el Nuevo Testamento, propuso la adopción de una nueva constitución

eclesiástica llamada Las Ordenanzas. En dicha nueva estructura o constitución figuran

los oficios de pastor, maestro, presbítero (anciano gobernante) y diácono. Para

desempeñar esos oficios, las personas deberían llenar dos requisitos: tener el llamado de

Dios--“la secreta inclinación que Dios da” para dichos cargos—y la aprobación de la

congregación o iglesia local. Al hacerlo así, Calvino establece el sistema democrático

que da el derecho a las congregaciones Protestantes de elegir sus funcionarios en

contraposición del sistema episcopal practicado por la Iglesia de Roma y aun de las

Iglesias Luteranas.4 A excepción de los Anabaptistas, ningún otro movimiento de la

Reforma lo había hecho de esta manera. Podemos decir entonces, que éste es el origen

del sistema de gobierno presbiteriano. Es decir, gobierno eclesiástico regido por

“ancianos” docentes (pastores) y “ancianos” gobernantes (presbíteros) elegidos por los

miembros de alguna congregación o iglesia local.

Los oficios de pastor y maestro

Para Calvino el oficio de pastor es el más importante pues es responsable por la

proclamación de la Palabra y la administración de los Sacramentos. Muy cerca a este

oficio, sin embargo, está el oficio de maestro (o doctor) de la Palabra. Estos dos oficios

los consideraba esenciales para el desarrollo de la Iglesia pues por medio de ellos Cristo

mismo habla a la Iglesia. El deber de esos dos oficios es asegurar la fidelidad de la

proclamación y la enseñanza de la Palabra de Dios a la luz de las Escrituras. Al colocar el

oficio de maestro (o doctor) al mismo nivel de importancia que el oficio de pastor y

predicador, Calvino considera ambos cargos como ministerios cuyo don es impartido por

el Espíritu Santo. (Institución de la Religión Cristiana, Libro IV. Cap.III.4.b)

Este aspecto acerca de la naturaleza de los maestros (doctores) que enseñan la

Palabra de Dios debe ser considerado seriamente en la Iglesia de hoy no sólo acerca de

los maestros de Escuela Dominical sino también de los que enseñan en institutos

bíblicos, en seminarios teológicos y en otras actividades en donde la enseñanza de la

3 Leith, John H. Introduction to the Reformed Tradition; John Knox Press: Alanta, 1981. p. 36.

4 Walker; Williston, Historia de la Iglesia Cristiana; Editorial La Aurora y Casa Unida de Publicaciones:

Buenos Aires y México, 1957. 394.

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Palabra de Dios toma lugar. Tales personas deben manifestar la vocación de Dios para la

enseñanza de la Palabra y capacitarse debidamente, desde el más sencillo maestro de

Escuela dominical hasta el más prominente profesor de Biblia y teología.

Los presbíteros gobernantes y los diáconos

En cuanto a los presbíteros (ancianos) y a los diáconos, Calvino refiriéndose a Pablo

dice: “En mi opinión, él llama „gobernadores‟ a los ancianos del pueblo elegidos para

asistir a los obispos (pastores) en las amonestaciones y mantener al pueblo en la

disciplina… Por esta razón, al principio, cada iglesia tenía su consejo o consistorio de

hombres piadosos, prudentes, graves y de buena vida…Hay pues que concluir que el

oficio de gobernar es necesario en la Iglesia en todo tiempo.” (Institución de la Religión

Cristiana, IV. Cap.3.8).Así mismo, el oficio de pastor (el que realmente pastorea y

conoce a sus ovejas a través de la visitación constante y no es meramente un predicador,

tiene en sus manos una valiosa oportunidad de educar a la familia) juntamente con los

ancianos „gobernadores‟ estaría a cargo de la disciplina de la Iglesia. De esta manera se

forma lo que conocemos como consistorio.

Los diáconos, según Calvino, son aquellas personas designadas primordialmente para

el oficio que tiene a su cargo manifestar que Cristo es misericordioso a los necesitados, a

los enfermos y a los pobres, supliendo sus necesidades materiales. El diaconado es

también considerado un ministerio central en la misión de la Iglesia.

A diferencia de Lutero quien consideraba secundaria la constitución de la Iglesia, para

Calvino ésta era ordenada por Dios en el Nuevo Testamento y por lo tanto la consideraba

esencial como parte de la naturaleza de la Iglesia. A la vez afirmaba que ninguno de

estos oficios o ministerios le da derecho a ninguna persona de enseñorearse de la Iglesia y

controlarla. El propósito principal de tales oficios es de proclamar a Cristo y su reino y

deberán estar sujetos a la soberanía de Cristo quien es el único Señor de la Iglesia.4b

Esta

forma de constitución eclesiástica, sin duda, no da margen a que ninguno en la Iglesia

Reformada se auto nombre jerarca, príncipe, jefe de la Iglesia ni cacique.

John H.Leith en su libro Introduction to the Reformed Tradition (Introducción a la

Tradición Reformada) nos dice que la preocupación de Calvino con la nueva estructura

era facilitar el cuidado pastoral y la cura de almas. (Agregaríamos también: facilitar la

enseñanza de la fe cristiana lo cual es muy evidente por su preocupación en el área

educativa). Para él era muy importante asegurar la visitación de enfermos y de

prisioneros. Para Calvino, el trabajo pastoral “no solamente consiste en confortar a los

afligidos, perdonar a los culpables, ayudar a los necesitados y a los enfermos; este trabajo

consiste principalmente en renovar la vida a la imagen de Cristo...y (en) la re-orientación

de la vida.” Calvino, al igual que Lutero, nos dice Leith, era primeramente un

pastor/predicador y luego era un teólogo; sin embargo, es bien claro que Calvino hacía

teología para ser un mejor pastor y predicador. Fue como teólogo/pastor o pastor/teólogo

4b

Calvino, Juan, Institución de la Religión Cristiana, Libro IV, Cap. III. Art.8. y Niesel, Willhelm,

The Theology of Calvin; The Westminster Press: Philadelphia, 1996. pp. 200-201.

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que Calvino ejerció una poderosa influencia en el movimiento Protestante en general.

(Leith,Op.cit. p. 85 y 109).

Importancia de la educación académica y teológica

Calvino daba suma importancia a la preparación académica y la educación teológica

de los futuros ministros (siervos) de la Palabra. Uno de los grandes aciertos de Calvino

fue la creación de la Academia de Ginebra cuyo director fue Teodoro de Beza,

posteriormente su sucesor. En esa academia se educó a la juventud de Ginebra bajo los

principios calvinistas y humanistas cuyo propósito era preparar no solamente pastores

sino también laicos que “asumieran sus puestos como cristianos en todas las áreas de la

vida.” El mayor impacto de la Academia, sin embargo, fue que en ella “cursaron estudios

superiores personas procedentes de varios países” quienes después llevaron la fe

Reformada a sus lugares de origen. (La era de los reformadores, Justo L. González;

Editorial Caribe: 1980.p.117) El estudio de los idiomas originales en que se escribió la

Biblia, hebreo y griego, así como el latín, la exégesis y la hermenéutica, el estudio de los

Padres Apostólicos y el ambiente humanista de la Academia produjo teólogos y pastores

eruditos fogozos y apasionados de la fe Reformada de la talla de Juan Knox, reformador

en Escocia.

Origen del carácter teológico de las Iglesias Reformadas

Por otro lado, el pensamiento bíblico y teológico de Calvino expresado por medio de

sus sermones, sus comentarios bíblicos, su catequesis, y su publicaciones teológicas,

junto con el pensamiento de otros reformadores, fueron las que gradualmente

imprimieron el carácter doctrinal o teológico Reformado de la Iglesia. Algunos de sus

trabajos sobresalientes que dieron este carácter a la Iglesia fueron, por ejemplo, su

Catecismo, su Comentario a la Carta a los Romanos, su escrito titulado Respuesta al

Cardenal Sadoleto---en ese tiempo“ la más hábil defensa del protestantismo en general”-

-- y sobre todo su obra cumbre llamada Institución de la Religión Cristiana que expone la

fe y la teología evangélica basada en las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos.

Calvino es conocido como el mejor exégeta de la Reforma Protestante a través de sus

sermones y sus comentarios sobre los libros de la Biblia. Su preocupación pastoral por el

movimiento Reformado es conocida a través de su nutrida y vasta correspondencia (once

volúmenes conocido como Corpus Reformatorum) con múltiples personajes en muchos

países de Europa.4c

Para algunos, Calvino es el padre y fundador de la Iglesia Reformada

y el único reformador internacional. (Walker, Op.Cit. p. 401 y El Sentido Presbiteriano

de la Vida, Juan A. Mackay, p. 30 y 31.) Calvino es uno de los que más contribuyó a la

transformación de la cultura en Europa bajo una cosmovisión positiva del mundo y de la

historia basada en la soberanía de Dios.

4c

Walker, Op.Cit. pp. 392 y 396 y Leith, Op. Cit. p. 36.

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7

Reforma de la Liturgia

El otro aspecto que imprime un carácter distintivo Reformado a la Iglesia es la reforma

de la liturgia. Para Calvino son centrales al culto verdadero la Proclamación de la Palabra

de Dios por medio de la predicación sinceramente predicada y sinceramente recibida,

así como la administración de los Sacramentos (Bautismo y Santa Cena) según lo

ordenado por Cristo mismo.( Mt. 28.18-20; I Co. 11. 23-26)5 Sin estos dos elementos y

con las características señaladas no hay culto verdadero ni iglesia. El canto de himnos fue

también un aspecto central del culto en Ginebra. Calvino, al igual que Lutero devolvió el

canto a la congregación, tomando muchos de los himnos que se cantaban en Estrasburgo,

creó un Himnario que posteriormente mejoró Teodoro Beza con la ayuda de otro poeta

llamado Marot y los músicos Bourgeois y Goudimel.6 El ministerio de la música y la

himnología es otro ámbito que se ha convertido en esencial de la liturgia Reformada.

Observaciones generales

1. Es bueno observar aquí que los estudios académicos y teológicos, según la

tradición calvinista, nunca deben ser despreciados o tenidos en poco como no necesarios

para el trabajo de la Iglesia. En tiempos pasados hemos oído el comentario que la Iglesia

(Presbiteriana) “no necesita teólogos sino pastores.” Creemos que necesitamos ambos y

también se puede combinar como hemos visto en el caso de los reformadores y

especialmente en Calvino que era un predicador/pastor/teólogo o

teólogo/pastor/predicador. Las iglesias Reformadas son por su naturaleza reformada

abiertas a la acción de Dios en la historia y a la Palabra Escrita de Dios para continuar

reformándose. Los teólogos e intérpretes de la Palabra son necesarios para ayudar a la

Iglesia a “examinar la autenticidad de su mensaje y su actividad,” interpretar las señales

de los tiempos, la realidad contemporánea y la dirección del Espíritu, siempre en el

contexto de la Palabra de Dios. De aquí la importancia y la necesidad de crear y

sostener, con entusiasmo y todos los recursos necesarios, instituciones de alto nivel

académico teológico a fin que nuestros pastores no se vayan a estudiar al extranjero y

después no quieran volver o los corramos por creer que son una amenaza!

2. Con este énfasis sobre la educación académica y teológica, no queremos dar la

impresión que se desprecia a los hermanos y hermanas quienes sin tener estudios

académicos o teológicos se atreven a trabajar en la enseñanza de la Palabra de Dios.

Tales personas merecen respeto y muchas de ellas nuestra admiración, especialmente las

que trabajan en áreas rurales inhóspitas, pero a la vez hay que ofrecerles la oportunidad

de capacitarse para tal oficio por medio de cursillos, institutos, y talleres y por medio de

los cursos por extensión que ahora ofrecen algunos presbiterios y seminarios. Algunas

iglesias y algunas instituciones teológicas pueden ofrecer también cursos por Internet

5 Institución de la Religión Cristiana, Libro IV, Artículo 9. Versión en Español de Fundación Editorial de

Literatura Reformada: Holanda. pp 812.(Véase también pp. 808-810). La palabra “sincera” se utiliza en

esta versión. La versión en Francés utiliza la expresión “ la Palabra puramente es predicada” y algunas

versiones en Inglés utilizan la expresión “la predicación fiel de la Palabra”. 6 Leith, Op. Cit., p.36. y Walker, Op.Cit. pp. 398-399.

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para los laicos en zonas urbanas. Como sea, es deber de los pastores principalmente de

capacitar a los miembros de sus iglesias para el Ministerio de la Palabra, la

evangelización, el servicio diaconal, y especialmente en el área de la Educación

Cristiana. Esta labor es esencial a la naturaleza del ministerio (Ef. 4.11-12).

3. Todo lo anterior tratado hasta aquí ya nos va dando idea acerca de la naturaleza

Reformada de la Iglesia. Por otro lado, lo presentado hasta aquí no debe verse como

desviación del tema de la misión educativa de la Iglesia ya que empezamos a ver que la

preocupación por el ministerio de la educación cristiana y la obra educativa es inherente

a la tradición Reformada y a la forma total de ser iglesia y de realizar la misión.

4. Vemos que la nueva constitución de la Iglesia propuesta por Calvino, la renovación

de la liturgia, la catequesis (enseñanza o educación cristiana), la labor pastoral, el

ejercicio de la disciplina, la proclamación fiel, sincera, de la Palabra---que demanda

estudio concienzudo, pasión y compromiso con el Señor ( Jer. 5.14 y 20.9 )--- y la

administración de los Sacramentos, son, en su conjunto, los medios que la tradición

Reformada considera esenciales para la educación y la comunicación efectiva de la

Palabra de Dios tanto a la Iglesia como al mundo. Dicho de otra manera, vemos que

sin esta constitución o estructura de origen bíblico, sin una cuidadosa organización, sin

una debida preparación académica y teológica, sin una dedicación a la obra pastoral, al

ministerio de la enseñanza, la predicación inteligente y apasionada de la Palabra, en su

conjunto, la labor educativa de la Iglesia no se realizará o únicamente se logrará en

forma mediocre. La Educación Cristiana abarca la totalidad de la vida de una iglesia o

congregación local.

5. Otro aspecto que queremos observar y remarcar es que tanto la constitución

eclesiástica, la educación académica y teológica, y la renovación de la liturgia propuestas

y practicadas por Calvino, así como su pensamiento bíblico/teológico son las bases que

dieron a la Iglesia su carácter Reformado. Todo eso hace la nueva vida de la Iglesia

Reformada. Es decir que cada uno de estos aspectos educa, instruye, capacita, reforma, y

re-orienta la vida de los creyentes y de la Iglesia en su totalidad y la apresta o capacita

para su misión en el mundo. Desde esta perspectiva, la tarea educativa de la Iglesia no se

reduce a la Escuela Dominical, ni a métodos de enseñanza ni a materiales impresos,

aunque estos, naturalmente, tienen su importancia. Si lo vemos así, ya podemos darnos

cuenta cuán necesario es una total renovación y reforma de la Iglesia en su conjunto al

pensar en un avance y reformulación del ministerio de la Educación Cristiana..

Segunda Parte

La conversión de Calvino

y espiritualidad

Juan A. Mackay, bien conocido misionero en América del Sur y teólogo, autor y

elocuente predicador de origen Escocés (conocido por gente de mi generación del siglo

pasado!), nos dice acerca de Calvino en su libro El Sentido Presbiteriano de la vida lo

siguiente:

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Aquella profunda experiencia espiritual por la que Calvino atravesó, al sentirse a-

atrapado por un Dios soberano, dio a todos sus pensamientos subsecuentes un

hondo sentido de la trascendente majestad y soberanía del Altísimo. Sintiéndose

él mismo impelido a una situación que en forma natural él nunca hubiera esco-

gido. Esto le hizo desarrollar un profundo sentido de misión. Su gran pregunta fue

y continuó siendo toda su vida: ¿qué quiere Dios de mí, de la Iglesia y de la

humanidad?7

Por años los biógrafos de Calvino han discutido mucho respecto a su conversión si

ésta fue repentina, o gradual, cuándo ocurrió y cuáles fueron las personas que influyeron

en esa conversión. El tema es por demás interesante pero no es el lugar para analizarlo a

fondo. Lo único que deseamos puntualizar fue que esa “experiencia espiritual” marcó el

rumbo del joven Juan Calvino quien por entonces tendría 25 años. La única referencia a

tal experiencia propia, Calvino la comenta 25 años después en su Comentario a los

Salmos. . Esta declaración, sin embargo, se considera más bien como un testimonio de

carácter teológico en el Dios de Jesucristo que será central en su vida y obra. En ella se

refiere al hecho que su padre le había exigido estudiar leyes y por qué tuvo que

abandonar ese estudio:

Aunque traté de dedicarme fielmente a él (el estudio de leyes) para dar gusto a mi

padre, Dios volvió al fin mi camino en otra dirección por el secreto impulso de su

providencia. Y en primer lugar, cuando estaba yo demasiado adherido a las super-

sticiones del Papado para hacerme fácil la salida de tan profundo pantano, (Dios)

redujo a docilidad, por una conversión repentina, mi mente demasiado endurecida

para esa edad.8

Así, esta pequeña prueba de piedad que recibí me hizo sentir un deseo encendido

de progresar…Antes de un año, cualquier persona que anhelaba una doctrina más

pura venía a aprender de mí, todavía un principiante, un recluta novato.9

Los escritos de Erasmo y Lefevre, y de otros eruditos, la amistad con Nicolás Cop,

rector de la universidad en París, la intención de muchos de reformar la Iglesia de Roma

y el ambiente humanista que se respiraba en su tiempo le habían convencido de la

necesidad de reformar la Iglesia de Roma y él también pertenecía a ese movimiento como

fiel católico. Pero poco a poco, los escritos de Lutero y Zwinglio, la influencia de su

primo Pierre Robert apodado Olivetán quien ya era protestante y trabajaba en la

traducción del Nuevo Testamento al Francés, así como el testimonio de muchos de los

protestantes perseguidos en Francia, le fueron convenciendo de la imposibilidad de

reformar la Iglesia de Roma.

7 Mackay, Juan A., El Sentido Presbiteriano de la vida; (Traducción del Inglés por Abel Clemente V.):

México, 1970. p. 31. 8 Irwin, C.H. Juan Calvino, su vida y su obra; Casa Unida de Publicaciones, S.A. México: 1981. p. 43.

Ganoczy, Alexandre, The Young Calvin; The Westminster Press:187. p. 38. 9 Bouwsma, William J. John Calvin, a Sixteenth Century Portrait, Oxford University Press. Inc. New

York: 1988. p. 10. Ganoczy, Op.cit. p. 38.

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10

Pero fue su experiencia con el Dios revelado en Jesucristo quien por fin doblegó su

duro corazón. Calvino se convirtió a Dios primeramente y luego decidió solidarizarse

con el movimiento protestante. Desde muy temprano, Calvino hizo entrega total de su

vida al servicio de Dios simbolizado en el lema que decía cor meum velut mactatum Deo

in sacrificium offero, (Ofrezco a Dios mi corazón como inmolado en sacrificio) y

simbolizado por un blazón de un corazón en llamas sobre la palma de una mano. Al igual

que Jeremías, Calvino había sido “seducido” y “atrapado” por la gloriosa majestad y

soberanía del Altísimo. Este profundo sentido de la presencia del Dios Viviente en su

vida marcaría toda su trayectoria pastoral, teológica, política y educativa. Su

espiritualidad dependió siempre de su relación con el Dios Viviente.9b

Origen de la Institución de la Religión Cristiana

Una vez que se separó de la Iglesia de Roma, Calvino de 26/27 años, decide escribir

una especie de manual instructivo/educativo sobre la fe evangélica para todos los

franceses que tuviese deseos de conocer la Verdad. Pero viendo que la situación de

persecución irracional de los protestantes por Francisco I de Francia arreciaba también

decidió utilizarla en defensa de los protestantes con los cuales se identificó como uno de

ellos.

Las acusaciones contra los Protestantes eran obviamente falsas. Es así como decide

escribir y publicar en 1536 lo que posteriormente llegaría a ser su obra máxima, la

Christiane Religionis Institutio, Institución de la Religión Cristiana. Este escrito está

dedicado por medio de una larga carta a Francisco I con el propósito de hacerle entender

en qué consistía la fe evangélica y así defender a los perseguidos protestantes. La carta es

una verdadera apología de la fe evangélica con un marcado tono profético pues el joven

Calvino escribe con respeto dada la investidura de Francisco I, pero sin rodeos y con

franca autoridad bíblica. En la versión de Cipriano de Valera dice una parte de su

introducción:

Pero viendo yo que el furor y rabia de ziertos hombres impíos ha creszido en tan-

ta manera en vuestro reino, que no han dejado lugar ninguno a la verdadera doc-

trina, parezióme que yo haría mui bien, si hiziese un libro, el cual juntamente sir-

viese de instruczion para aquellos que estan deseosos de relijion y confesion de fe

delante de vuestra Majestad, por el cual entendiésedes cual sea la doctrina contra

quien aquellos furiosos se enfurezen con tanta rabia …que ellos a voces dizen de-

ber ser castigada con carzeles, destierros, confiscazion y fuego y que debe ser he-

chada del mundo…Yo tomo la causa de todos los píos y la del mismo Cristo: la

cual el dia de hoi está en vuestro reino tan menospreciada…Porque el pensar

esto (lo que) hace á uno verdadero Rei: si el reconoze ser verdadero ministro de

Dios en el gobierno de su reino, y por el contrario, aquel que no reina para este

fin, de servir a la gloria de Dios, este tal no es Rei sino salteador.10

Vemos claramente que a partir de su “experiencia con Dios” decididamente renuncia

a su relación con la Iglesia de Roma y se identifica con el movimiento Protestante.

9b

McNeil, John T., The History and Character of Calvinism; Oxford university Press: 1967. pp. 110-116. 10

Institución de la Religión Cristiana, “Al Cristianísimo Rei de Franzia” pp xxvi y xxvii.

Page 11: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

11

Observaciones

1.Sorprende la erudición y conocimiento del joven Calvino sobre la fe evangélica, sobre

la historia de la Iglesia y los escritos de los Padres Apostólicos que el menciona en su

carta a Francscio I. Sin duda alguna su preparación académica humanista, y sus estudios

en leyes, la lectura de los escritos que circulaban entre los eruditos universitarios como

los de Lutero y Erasmo le habían dado ya suficiente información como para sentirse con

la capacidad de escribir un libro de instrucción cristiana. Pero sobre todo, aun en la carta

a Francisco I, aparte de ser una obra literaria, revela ya un entendimiento profundo de la

fe bíblica. Eso nos deja ver cómo la instrucción académica puede ser tan útil además de

una fe profunda en Dios. La espiritualidad no está peleada con una fe inteligente. El

Mandamiento supremo dice “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón…” pero a la

vez dice “ con toda tu mente.”

2. Vemos también cómo Calvino desde el principio relaciona el conocimiento de Dios, a

través de un encuentro personal, con la vida real. Primero, él quiere compartir su nueva

fe (en la que se nota mucha influencia de Lutero) con todos aquellos que tuviesen deseo

de “relijión y confesión de fe” y por eso se ve motivado a escribir su primer libro sobre

“instrucción cristiana.” Pero además, al ver la persecución desatada contra los

Protestantes, utiliza su escrito para salir en defensa de “la causa de todos los píos y del

mismo Cristo.” Una espiritualidad profunda no nos aparta del mundo sino al contrario,

nos lanza en favor de los que claman justicia. (Isaías 58.1-12)

Eso debe decirnos algo respecto a los objetivos de la educación Cristiana

contemporánea. Tenemos que ir más allá de “lecciones de Escuela Dominical” hacia

“encuentros” con Dios mismo por medio de su Palabra. Eso cambiaría inclusive toda la

metodología de la enseñanza. No más maestros que “dan la clase” bajo un sistema de

tipo bancario, depositario y autoritario. Por otro lado, al escuchar la Palabra de Dios ésta

se ha de relacionar con la realidad que confrontamos los Protestantes en nuestro país. Sin

descuidar el aspecto personal de la fe, siempre habrá que preguntarse qué nos dice el

Señor en relación a la problemática que confrontamos todos los días en la vida real en

una sociedad secularizada, post-moderna y a la vez de tradición y cultura Católica

Romana, tercer- mundista y globalizada con rezagos de profunda pobreza y miseria en

las zonas urbanas e indígenas del país. Hay dos realidades a la que nuestra Iglesia debe

prestar atención inmediata: la Educación Cristiana desde la perspectiva de las iglesias y

congregaciones indígenas y desde la perspectiva de los pobres.

3. Es muy evidente la solidaridad del joven Calvino con los perseguidos Protestantes. En

términos de hoy, Calvino tomó una opción por los perseguidos. Tal vez por ser joven,

nuevo converso y temerario, su “teología” temprana ya es una teología de solidaridad,

una teología del camino. El se hace uno con los que están sufriendo cárceles, destierros,

confiscación y muerte. El 1o. de noviembre de 1533, el Rector Nicolás Cop se vió

precisado a dictar una conferencia defendiendo a Marguerite de Angulema, hermana de

Francisco I y de simpatía Protestante. La reacción de las autoridades no se hizo esperar

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12

por el contenido francamente evangélico del discurso. Tanto Calvino como Cop tuvieron

que huir por la sospecha que Calvino ayudó con sus ideas a Cop en su discurso.

Calvino decididamente estaba con los Protestantes perseguidos. En el Seminario

Reformado de la Ciudad de Montpellier, en el Sur de Francia, hay un mural que muestra

a Calvino predicando a una pequeña congregación en una cueva en las inmediaciones de

Poitier.

4. Otro aspecto que sobresale en su primera edición de La Institución es que este

documento, junto con la carta a Francisco I, es como una declaración de fe que era

esencial y pertinente hacerla en un momento histórico, es un momento en que alguien

tenía que decir algo y hacer un reclamo. Calvino tuvo, a su tierna edad como teólogo,

pero sobre todo como cristiano Protestante, la habilidad de percibir la necesidad de

confesar la fe evangélica que él recientemente había aceptado y entendido con mucha

claridad.

Las “declaraciones de fe” por parte de los cristianos y de la Iglesia, también son una

manera de realizar la instrucción, la educación y la orientación de los creyentes--- es

decir que éstas pueden considerarse parte de la obra educativa de la Iglesia además de

dar testimonio al mundo entero. Como la Institución de la Religión Cristiana fue

publicada en Latín, el libro se vendió rápidamente en varios países---al igual que las

Noventa y cinco Tesis de Lutero--- y seguramente se leyó en muchas iglesias en sus

cultos de adoración. Al año hubo que hacer otra publicación aumentada.

En nuestra tradición, una iglesia local, un Presbiterio, un Sínodo pueden formular su

propia declaración de fe (en el contexto de la tradición Reformada) y en casos especiales

pedir a la autoridad máxima de la Iglesia formular una declaración de fe frente a una

situación específica cuando las circunstancias lo demanden para definir--- bajo la

dirección del Espíritu, las Escrituras y la teología Reformada--- una postura frente a

problemas en la sociedad. Por ejemplo la Iglesia Presbiteriana de Sud-Africa formuló una

“Declaración de Fe para la Iglesia de Sud-Africa” en los años ´70 a fin de definir su

postura frente a la ideología y práctica racista del sistema llamado de “Apartheid”

(desarrollo bajo la separación de blancos y negros) que naturalmente beneficiaba

increíblemente a los blancos. Después de seguir todos los trámites del sistema

Presbiteriano para aprobar tal declaración, ésta quedó formulada de la siguiente manera

Creemos en Dios Padre,

Quien creó todo el mundo,

Quien unirá todas las cosas en Cristo

Y quien desea que todos los pueblos vivan juntos

Como hermanos y hermanas de una sola familia.

Creemos en Dios el Hijo,

Quien se hizo hombre, murió y resucitó en triunfo

Para reconciliar a todo el mundo con Dios,

A fin de derribar cada una de las barreras de

Page 13: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

13

De raza, cultura y clase, y

Para unir todos los pueblos en un cuerpo.

Él es exaltado como Señor sobre todos,

El único Señor sobre todas las áreas de la vida del ser humano.

Él llama ambos al individuo y a la sociedad,

A la Iglesia y al Estado,

A buscar la reconciliación y la unidad entre todos

Y la justicia y la libertad para todos.

Creemos en Dios el Espíritu,

La promesa del Reino venidero,

Quien imparte poder a la Iglesia

Para proclamar las Buenas Nuevas a todo el mundo,

Para Amar y servir a toda la gente,

Para luchar por la justicia y la paz, y

Para advertir tanto al individuo como a la nación sobre el juicio de Dios,

Y para llamar á ambos a confiar en las Buenas Nuevas

Y obedecer a Jesucristo como Rey.11

Esta Declaración de Fe, sencilla y clara en su contenido, fue enviada a todas las

iglesias para ser utilizada en los cultos, se compartió con otras Iglesias Reformadas con

la intención de que eventualmente formularan una declaración conjunta. También llegó a

ser parte integral de los documentos oficiales de la Iglesia Presbiteriana de Sud Africa.

De esta manera, la Iglesia se identificó con la lucha de la población negra por la

terminación de la política de discriminación racial del Apartheid. Finalmente la lucha

contra el sistema racista logra su primer objetivo. En 1994, por vez primera, Nelson

Mandela, gran luchador por los derechos de los negros, él mismo un negro que había sido

encarcelado durante 20 años, fue electo Presidente de Sud Africa.

Sin duda alguna, la Declaración de Fe de la Iglesia contribuyó grandemente a educar,

orientar y conscientizar a sus miembros para participar abiertamente en la transformación

de una sociedad injusta a una situación un poco más justa. ¿Acaso no era ese el objetivo

de las proclamas de los profetas del Antiguo Testamento? Por eso insistimos que lo que

hace la Iglesia en su conjunto, como en este caso, contribuye fuertemente a la labor

educativa de la Iglesia.

5. La carta a Francisco I, además de ser un intento de evangelizar al Rey de Francia, de

compartir con él el anuncio de la Buena Nueva, el documento es una apología profética

en defensa del mismo Evangelio y es, además, una denuncia contra la injusticia que a

todas luces Francisco I estaba cometiendo contra una minoría religiosa.. En la carta

vemos también una advertencia del juicio de Dios. Este es un tema para tratar

ampliamente en lo que se llama “misión profética de la Iglesia.” Para esa discusión

necesitamos otro congreso!

11

Vischer, Lukas, (Editor) Reformed Witness Today, A collection of Confessions and Statements of Faith,

Issued by Reformed Churches,Evangelische Arbeitstelle Oekumene: Bern; 1982. p. 24-28. (Traducción

propia).

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14

5. El movimiento de la Reforma Protestante en su conjunto es un “momento” en que se

ve la intervención de Dios en la historia. Desde el tiempo de los pre-reformadores como

Girolamo Savonarola (Florencia-1452-1498), Juan Wiclif (Inglaterra-1329-1384), y Juan

Hus (Bohemia: 1373-1415), y seguramente otros que anhelaban la reforma de la Iglesia

y una práctica de la fe mas sincera, vemos la mano de Dios levantando profetas. Después

surgen Martín Lutero en Alemania (1483-1546), Ulrico Zwinglio en Zurich (1484-1531)

y Juan Calvino en Ginebra (1509-1564).

Todos contribuyeron al evento más importante del Siglo XVI, aparte del

Renacimiento. La Reforma Protestante es un “momento de kairós”—“tiempo de Dios”---

en el que se ve la acción de Dios en la historia a través de vidas comprometidas,

convencidas de la Verdad revelada a través de las Escrituras del Antiguo y Nuevo

Testamentos, y que ponen al mundo de cabeza como lo hicieron los Apóstoles en el

Siglo Primero.

6. Aquí preguntamos ¿Cómo puede la Iglesia Presbiteriana de México capacitar a sus

miembros para que sean capaces de percibir las “señales de los tiempos” hoy día y

ayuden a la Iglesia a responder al “momento” de Dios en la historia contemporánea?

Cuando hablamos de los objetivos de la Educación Cristiana, ¿A qué nos estamos

refiriendo? ¿Es permisible incluir temas como este cuando se habla de la misión

educativa de la Iglesia? ¿Cómo mover a la Iglesia más allá de un mero religionismo

individualista y emocionalista? ¿Cómo lograr que nuestros jóvenes capten la visión que

el jóven Calvino tuvo en su tiempo?

Tercera Parte

Lo central en la teología de Calvino

Mucho se ha discutido sobre los principios o bases centrales en la teología de Calvino.

Algunos inmediatamente identifican la predestinación como principio y doctrina

principal. Los que conocen un poco más hablan de que su principio principal es la

soberanía de Dios a diferencia de Lutero que era la gracia de Dios. Otros más dicen que

el principio central en su teología era la gloria de Dios. Por supuesto que cada una de esas

doctrinas tiene su lugar en el pensamiento de Calvino pero, los eruditos que han

estudiado detenidamente este aspecto, nos dicen que no se puede especificar y

seleccionar un principio y doctrina sobre otro e identificar a Calvino por una de ellas. La

glorificación de Dios es la finalidad de la teología en su totalidad hecha por Calvino. Pero

no sólo su teología, sino principalmente su praxis basado en la teología de Pablo “

…hacedlo todo para gloria de Dios” (I Co. 10.31.). Buscar la gloria de Dios es “buscar el

honor de Dios.” Calvino, sin duda alguna buscaba el honor de Dios en todo su actuar

como teólogo, pastor y maestro y político.

Algunos estudiosos de Calvino señalan como principios básicos de la teología de

Calvino el principio de “sólo a Dios la gloria,” el principio de “sólo Cristo” y el principio

de “sólo la Palabra de Dios” y la “soberanía de Dios.” Habremos de agregar, sin

Page 15: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

15

embargo, que tales principios o bases sobre los cuales Calvino construye su teología no

surgen simplemente como bases de una metodología puramente académica, aunque hay

algo de ello, sino de una convicción profunda y un conocimiento claro acerca del Dios

Viviente de quien dan testimonio los escritos del Antiguo y Nuevo Testamentos y de la

relación que este Dios anhela establecer con los seres humanos. El contenido central de

su teo-logía es el mismo Dios---no como objeto de su reflexión sino como Sujeto. “El

esfuerzo (de Calvino) de dar testimonio de Él se hace sentir ambos en la estructura y en

la sustancia” de su obra teológica y cuya finalidad es “permitir que se oiga a través de

su doctrina la voz del Dios viviente.”12

Por esa razón, Calvino en las primeras declaraciones de la Institución dice:

Casi toda la suma de nuestra sabiduría, que de veras deba tener por verdade-

ra y sólida sabiduría, consiste en dos puntos: a saber, en el conocimiento que

el hombre debe tener de Dios, y el conocimiento que debe tener de

sí mismo.13

Calvino es, en este caso, el teólogo de la Palabra de Dios. La teología cristiana no

puede ser jamás teología de la especulación. “Dios ha hablado. Por lo tanto, la teología

aquí como en cualquier lugar debe adherirse estrictamente a su Palabra.”13b

Por eso el

objetivo central de Calvino, de su predicación, de su doctrina, de su teología es que se

conozca y se escuche al Dios Viviente que se ha revelado en la historia de un pueblo y,

en ese pueblo, a través de Jesús de Nazaret, la Palabra encarnada quien es la revelación

más clara acerca de Dios mismo de los últimos tiempos (He.1.1-2). Quien quiera conocer

a Dios deberá conocer a Jesucristo.

En este sentido se puede decir que no hay una doctrina central en la teología de

Calvino, sino que todas son centrales a fin de explicar lo inexplicable, el misterio más

grande del universo, el Dios Viviente quien no se puede reducir a una doctrina---hacerlo

sería idolatría14

pues Dios sigue siendo trascendente, inalcanzable, todo Otro. En este

caso, todas sus doctrinas apuntan hacia lo que es central y esencial que es el

conocimiento del Dios de Abraham, Isaac y de Jacob y de Jesucristo quien habla,

convoca, llama, actúa, juzga, libera y salva. Es el Dios quien se revela majestuoso, justo y

santo. Es el Dios quien, sin embargo, le ha placido mostrarse misericordioso y hacerse

accesible a todos los seres humanos mediante Jesucristo y quien espera una respuesta

de los que escuchan su palabra.( Fil. 2. 5-8)14b

12

Niesel, Wilhem, The Theology of Calvin, The Westminster Press; Philadelphia. (Sin fecha) pp.18,19. 13

Institución de la Religión Cristiana, Libro I, Cap.1. 1. 13b

Niesel, Op.cit. p. 162. 14

Alvarez, Carmelo, El Protestantismo Latinoamericano, entre la crisis y el desafío; Casa Unida de Pu-

blicaciones, S..A. México. 1981. P. 140. La Institución, Libro II, Cap. VI. 4: “…los turcos (los musul-

manes) quienes por más que se gloríen…que el Dios que ellos adoran es el que creo el cielo y la tierra,

no adoran mas que a un pobre ídolo en lugar de Dios, puesto que rechazan a Jesucristo.” 14b

La Institución, Libro II. Cap. VI. 4: En este sentido escribe Irineo, que el Padre, que en sí mismo es infi-

nito se ha hecho finito en el Hijo, al rebajarse, al adoptar nuestra pequeñez…”

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16

Observaciones

1. Cualquier curriculum de Educación Cristiana deberá tomar en cuenta como objetivos

principales lo que Calvino sugiere: “…el conocimiento que el hombre debe tener de

Dios, y el conocimiento que debe tener de sí mismo.” En este encuentro con el Dios de

Jesucristo se encuentra el secreto tanto de la espiritualidad personal como la

espiritualidad de la Iglesia como comunidad de fe.

2. Muchos de los presentes, cuando niños, seguramente aprendimos el Catecismo Menor

de Westminster en la Escuela Dominical. La primera pregunta se refiere al fin principal

del hombre. La respuesta dice: El fin principal del hombre es de glorificar a Dios y gozar

de él para siempre. Por lo general entendíamos que “glorificar” quería decir “cantar a

Dios para siempre.” Ahora es claro que “glorificar a Dios” es mucho más que cantarle

himnos el domingo en el culto. Hemos mencionado ya que “buscar la gloria de Dios”

quiere decir “ buscar el honor de Dios.” El Apóstol Pablo nos ayuda cuando dice “Si,

pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.” ( I Co.

10.31). Se entiende que en todo el cristiano ha de buscar el honor de Dios. Pero no

solamente el cristiano individual ha de buscar el honor de Dios, sino la Iglesia, la

Comunidad de la Fe entera.

Cuando el honor de Cristo estuvo en peligro en la Alemania Facista de los años

treinta, (Siglo 20) porque el gobierno quería controlar las Iglesias Protestantes bajo el

régimen Nazi, un grupo de pastores y laicos de Iglesias Luteranas, Reformadas y Unida,

formaron el Sínodo Confesional de la Iglesia Evangélica en contra posición de los

“Cristianos Alemanes” que sí se habían sometido al gobierno. En mayo de 1934, reunidos

en la ciudad de Barmen, bajo “una confesión del único Señor de la Iglesia…” formularon

una Declaración Teológica para definir su postura frente a las intenciones del Führer.

Unos de sus párrafos dice:

Jesucristo, como se nos atestigua de él en las Escrituras, es la única Palabra de

Dios que tenemos que escuchar, que tenemos que confiar y obedecer, en la vida

y en la muerte. Rechazamos la falsa doctrina según la cual la Iglesia podría y

tendría que reconocer como fuente de su proclamación, aparte de y además de

esta única Palabra de Dios, aún otros eventos y poderes, figuras y verdades como

revelación de Dios.14c

3. John H. Leith en su libro Introduction to the Reformed Tradition, cita a Ernest

Troelch, teólogo alemán, quien comentando respecto a Calvino dice “ Para Calvino, el

fin principal no es la salvación personal de la criatura…sino la gloria de Dios, quien es

exaltado igualmente en la actividad de los elegidos…” Y Leith agrega diciendo “ La

gloria de Dios y sus propósitos en el mundo son más importantes que la salvación

personal del alma. La salvación personal puede ser un acto muy egoista.”15

Al leer eso

uno puede sentirse ofendido pues siempre se nos enseñó que lo más importante para el

14c

Libro de Confesiones, Iglesia Presbiteriana ,E.U.A. pp. 266-271. 15

Leith, Op.Cit. p. 72.

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17

creyente es asegurarse de la salvación de su alma y que el trabajo más importante de la

Iglesia es “la salvación de las almas.”

Por supuesto que el Evangelio habla de vida nueva y vida eterna y la promesa es firme

y por eso confesamos con el Credo Apostólico creer no en la “salvación del alma” sino en

la “resurrección del cuerpo.” Los miembros de la Iglesia, mucho antes que ocurra la

muerte y la resurrección, somos llamados, en el contexto de la nueva vida en Cristo, a

vivir en este mundo en servicio al Señor para la gloria de Dios en todos los ámbitos de

nuestra vida.

4. Calvino nos da ejemplo de dedicación al servicio de Dios cuando, después de regresar

a Ginebra en 1541, le escribió a su antiguo compañero en el ministerio Guillermo Farel

diciendo entre otras cosas:

No me pertenezco, ofrezco mi corazón como un sacrificio al Señor…haciendo

a un lado consideraciones en favor mío…no tengo otro deseo que ellos (los

ginebrinos) vean sólo lo que es más para la gloria de Dios y el bien de la

Iglesia…someto mi voluntad y mis afectos a la obediencia de Dios”16

5. Estas observaciones nos hablan fuertemente a los objetivos de la misión educativa de

la Iglesia en su conjunto, en la predicación, en la Escuela Dominical y la instrucción

misma en los seminarios y cursos por extensión y en la postura que la Iglesia como

comunidad de Fe debe tomar frente a tentaciones y amenazas del mundo. ¡Cómo

necesitamos que en todos los aspectos de la misión de la Iglesia---misión evangelizadora,

misión educativa, misión profética, misión de servicio social, misión de consolación---

se oiga la la voz del Dios Viviente y no otras voces que oscurezcan su Palabra! Todo lo

anterior nos habla de la urgente necesidad de abocarnos a la creación de procesos

dinámicos de Educación Cristiana que que capaciten a la Iglesia entera para los

diferentes aspectos de la Misión de la Iglesia en el Siglo 21 respaldada por una

espiritualidad profunda.

Cuarta Parte

La Iglesia en la Tradición Reformada y relevancia de su comprensión para la

Educación Cristiana

El Libro Cuarto de la Institución de la Religión Cristiana, Calvino trata dos asuntos

principales: La Iglesia y el Gobierno civil. El tema de la Iglesia está subdividido en tres

partes: la Iglesia Verdadera, la Iglesia Antigua, y la Iglesia del Papado a la que dedica

varios capítulos extensos fuertemente cuestionando su constitución y práctica. Nuestro

enfoque es únicamente a la Iglesia Verdadera y su misión como educadora.

16

Leith, Op. Cit. pp. 72-73.

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18

Calvino trata en forma práctica el tema de la Iglesia, su naturaleza, su constitución y

su función o misión desde un punto de vista bíblico más bien que desde un punto de vista

empírico de la eclesiología:

Por tanto, el orden y método de enseñanza requiere que tratemos primero de la

Iglesia, de su gobierno, de los oficios comprendidos en ella, de su autoridad, de

sus sacramentos, y finalmente de su orden político (organización y disciplina).17

De esta manera, Calvino no empieza haciendo definiciones de la Iglesia, sino que

empieza hablando de su origen provisto por Dios mismo, de su mensaje y de su tarea

(evangelizadora/educativa) a fin de ser la encargada de nutrir a los creyentes por medio

de pastores y maestros en la Palabra de Dios:

Como nuestra ignorancia y pereza, y hasta la vanidad de nuestra alma, tienen ne-

cesidad de ayudas exteriores por las que la fe se engendre en nosotros, crezca y

llegue a ser perfecta, Dios nos proveyó de ellas para sostener nuestra flaqueza. Y

a fin que el Evangelio siguiese su curso, puso como en depósito este tesoro en su

Iglesia; instituyó pastores y doctores (maestros) mediante los cuales enseña a los

suyos y les confió su autoridad (Ef. 4.11-12)17b

En esta declaración, Calvino implícitamente esta asegurando que la Iglesia es creación

de Dios. Es “su Iglesia,” es decir que fue convocada por Dios. Ésta, por tanto no es el

resultado de la decisión de hombres religiosos de crearla. También dice que el

“Evangelio” viene de Dios y lo ha depositado en la Iglesia. Es decir que el “Evangelio”

tampoco es creación de la Iglesia---la obra de redención y el reino son de Dios. Para

Calvino, el Evangelio está comprendido en el testimonio de la Ley, los Salmos, los

Profetas y los Apóstoles. Es decir que, es esencial tomar en cuenta el contenido total de

la Biblia.

Este Evangelio lo ha recibido la Iglesia en depósito a fin de compartirlo con todos los

seres humanos quienes, por lo general, somos tardos en comprenderlo y recibirlo. Para

ello Dios proveyó a la Iglesia de pastores y maestros y los autorizó para enseñar a los

suyos. Los maestros y pastores están comisionados a enseñar el Evangelio y para ello

les “confió su autoridad.”

La Iglesia es la Madre de todos los creyentes

Por el encargo y comisión recibidos, la Iglesia tiene la misión de “educar” (e-ducere

que quiere decir guiar en uno de sus sentidos) tanto a los inconversos como a sus

miembros con el mismo cuidado que lo hace una madre amorosa y responsable. En esta

tarea, la Iglesia a través de sus pastores y maestros nutre a los creyentes a fin de que

crezcan en la fe hasta alcanzar madurez como discípulos de Cristo:

17

La Institución, Libro IV: Cap. 1.1. 17b

Ibid. Libro IV.Ccap.1.1.

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19

Mi intención es tratar aquí de la Iglesia visible, y por eso aprendamos ya de sólo

su título de madre…que nos de a luz, que nos alimente con sus pechos, y que nos

ampare y defienda hasta que, despojados de esta carne mortal, seamos semejantes

a los ángeles (Mt.22.30). Porque nuestra debilidad no soporta que seamos

despedidos de la escuela hasta que hayamos pasado toda nuestra vida como

discípulos.18

Otro aspecto importante en este capítulo es el énfasis que Calvino le da tanto a la

predicación como a la enseñanza (la educación cristiana) basado en Efesios 4.11-13, y

dice “ Dios ha dado a la Iglesia los ministerios de la predicación y la enseñanza para

perfeccionar a los creyentes” “para la obra del ministerio” (servicio):

Notemos que, aunque Dios pueda perfeccionar a los suyos en un momento, no

quiere que lleguen a edad perfecta sino poco a poco. Fijémonos también en que lo

consigue por medio de la predicación de la doctrina celestial, encomendada a los

pastores…Dios nos inspira la fe sirviéndose del Evangelio, como san Pablo nos

advierte: La fe es por el oir, y el oir, por la Palabra de Dios (Ro.10.17)…(por esta

razón) también nos da maestros expositores que nos ayuden a entenderla...Los

que piensan que la autoridad de la Palabra es menoscabada por la baja condición

de los ministros (pastores y maestros) que la predican, descubren su ingratitud,

porque entre tantos y tan excelentes dones con que Dios ha adornado al linaje

humano, es una prerrogativa particular que se haya dignado consagrar para sí la

boca y lengua de algunos para que en ellas resuene su voz. (énfasis propio).19

La Iglesia Verdadera

Desde el Siglo Cuarto, los cristianos empezaron a definir la Iglesia verdadera de Dios

como una, santa, católica y apostólica basados en el Credo de los Apóstoles y el Credo

Niceno (Segundo Concilio Ecuménico, Constantinopla, 381). Los Protestantes no

tenemos problema en aceptar esas marcas como definitorias de la Iglesia verdadera al

igual que otras confesiones como la Ortodoxa, la Romana y otras. Los Reformadores, sin

embargo se vieron en la necesidad de hacer ciertas precisiones.

Lutero

En la eclesiología de Lutero encontramos una definición sencilla que dice: “Gracias a

Dios, un niño de siete años sabe qué es la Iglesia, es decir, ovejas y creyentes santos

quienes oyen la voz de su Pastor.” Aquí se mencionan dos aspectos esenciales, la

congregación de creyentes (las ovejas) y la Palabra de Dios (la voz del Pastor). Una

explicación un poco más amplia se refiere a la Iglesia como “el Pueblo de Dios” o la

“Comunión de los Santos.”

Nos confinamos solamente al Credo de los Niños que dice: Creo en una, santa

Iglesia cristiana, la Comunión de los Santos. Aquí, el credo claramente indica qué

18

Ibid. Libro IV. Cap. 1.4. 19

Ibid. Libro IV, Cap. I. 4,5.6.

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20

es la Iglesia, es decir, la comunión de los santos. Esto es, una asamblea de perso-

nas que son cristianas y santas las cuales son llamadas a una asamblea cristiana y

santa. La palabra iglesia no quiere decir otra cosa que una asamblea…Los

cristianos son un pueblo con un llamado especial y, por tanto, no son llamados

simplemente ecclesia, „iglesia‟ o „pueblo‟, sino santa, católica Christiana… Así

„la santa iglesia cristiana‟… es sinónimo con un „pueblo santo y cristiano…‟20

Lutero, en los Artículos de Esmalcalda excluyó de las marcas (notae) de la Iglesia

todo lo relacionado a los símbolos litúrgicos, la jerarquía y las ceremonias eclesiásticas.

Para él la Iglesia no la componen los pastores, ni los sacerdotes, ni los obispos y ni el

Papa, sino la comunidad de creyentes que se reúne en torno a la Palabra de Dios. Es Dios

quien crea a la Iglesia a través de su Palabra. “Sin la Palabra de Dios, la Iglesia no es

nada…Por otro lado, en donde está la Palabra de Dios, allí está la Iglesia—aun si la

comunidad es pequeña y débil.”21

Lutero agrega otras “señales” de la Iglesia en donde la

Palabra se encuentra activa como en los diferentes ministerios, la oración y aún en el

sufrimiento por causa de la fe, el sufrimiento simbolizado en la cruz de Cristo.

Calvino estaba de acuerdo con el Credo de los Apóstoles y el Niceno. También

estuvo de acuerdo con la postura Luterana respecto a la Iglesia y más precisamente con la

definición de la Confesión de Ausburgo que dice: “La Iglesia es la congregación de los

santos en la cual el Evangelio es rectamente enseñado y los sacramentos son rectamente

administrados.” (Confesión de Ausburgo, Art. 7). Sin embargo, en su propia definición,

Calvino hace ciertas precisiones más específicas.

Calvino

Las señales o marcas (notae ecclesiae) que nos ayudan a identificar la Iglesia

verdadera, según Calvino, están delineadas de la siguiente manera: “Dondequiera que

veamos predicar sinceramente la Palabra de Dios y administrar los sacramentos

conforme a la institución de Jesucristo, no dudemos de que hay allí Iglesia.”

(Institución, IV.I.9). Más adelante agrega diciendo “…es cierto que dondequiera se

escuche con reverencia la predicación del Evangelio, y no se menosprecien los

sacramentos, allí hay una forma de iglesia de la que no se puede dudar…” (IV.I.10).

Anteriormente hemos señalado que la versión en Francés de la Institución al referirse a

las marcas o señales de la Iglesia, en cuanto a la predicación dice “dondequiera que

veamos la Palabra de Dios puramente predicada y escuchada y los sacramentos son

administrados según la institución de Cristo.”22

Diferentes versiones en Inglés utilizan

las palabras fielmente, verdaderamente o puramente predicada y escuchada. (Institutes

of the Christian Religion; Presbyterian Board of Christian Education: Philadelphia,

p.281)

20

Altman, Walter, Luther and Liberation; Fortress Press: Mineapolis, 1992. pp. 60-61. 21

Ibid. p. 61. 22

Calvin, Jean, Institution de la Religion Chrétienne; La Societé Calviniste de France, Labor et Fides;

Geneve: 1958. p. 21.

Page 21: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

21

Barth

Karl Barth, al comentar las precisiones de Calvino sobre las marcas de la Iglesia, dice

que al parecer Calvino no estaba completamente satisfecho de la versión Luterana.

Porque ¿qué quiere decir la palabra rectamente? Naturalmente que únicamente el

fundador de la Iglesia puede decidir al respecto y dice:

Calvino adoptó el concepto de Ausburgo, pero con unos cambios no poco esencia-

les, o mejor aún, unos cambios más precisos. El dice „donde la Palabra de Dios

(no sólo el Evangelio) es sinceramente (no sólo un „rectamente‟objetivo) predica-

da (no sólo enseñada) y escuchada ( otra vez no sólo enseñada), y en donde los

sacramentos son administrados de acuerdo a la institución de Cristo (no sólo un

indefinido „rectamente‟). Donde veamos todo esto no podemos dudar que la Iglesia

de Dios está allí también.23

Barth comenta que Calvino temía la ambigüedad y la posible „espiritualización‟ de la

Iglesia visible. Lo que Calvino quería era claridad y una Iglesia que buscara el honor de

Dios en este mundo y una Iglesia militante. Seguramente todo bajo la dirección de la

Palabra de Dios. De todas formas, vemos que tanto en Lutero como Calvino y los otros

Reformadores, la Palabra de Dios y los Sacramentos del Bautismo y la Comunión son las

características centrales en la Iglesia verdadera de Dios en el mundo.

Zwinglio

Zwinglio como los otros Reformadores, basados en las promesas de la Gracia de Dios,

sostenía que la Iglesia existe allí donde toma lugar el acto de confesar la fe. Basado en la

promesa de Cristo: “en donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré en medio

de ellos”-- es decir “en donde (dos o tres) estén confesando mi nombre,” Zwinglio decía

que

La Iglesia no está en donde están reunidos los prelados, sino en donde el pueblo

se adhiere a la Palabra de Dios, en donde Cristo es vivido.‟ En el momento en

donde esto ocurre, cuando la promesa de Dios se cumple de que las ovejas oyen

y reconocen la voz de su Pastor (Jn.10.11-30) uno puede decir que la Iglesia

existe en un lugar particular.”23b

Así ambas declaraciones o fórmulas de Calvino y Zwinglio, en el fondo, no son muy

diferentes, sino formas de expresar el mismo punto de vista. Zwinglio negaba que se

pudiera identificar a la Iglesia verdadera por expresiones externas como la presencia de

jerarcas y prelados Romanos o de cualquier otra institución eclesiástica y aún por medio

de estilos de vida disciplinaria como de los Anabautistas. Y aunque la disciplina no es

una “marca “ esencial de la Iglesia, ambos Reformadores sí subrayaban su importancia.

Zwinglio en cambio advierte que la disciplina no solamente se ha de aplicar a los

23

Barth, Karl, The Theology of Calvin; W. B. Eerdmans Publishing Co. Grand Rapids/Cambridge, U:K:

1995. pp. 182-183. 23b

Courvoisier, Jaques, Zwingli, a Reformed Theologian; John Knox Press, Richmond: 1963. pp. 54-53.

Page 22: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

22

creyentes remisos, sino también se debe aplicar en la vigilancia de la predicación y la

enseñanza de los pastores a la luz de las Escrituras.23c

Ninguna Iglesia es perfecta

Es conveniente apuntar, sin embargo, que ninguna Comunidad o Congregación

aunque se reúna como Iglesia de Cristo en torno a su Palabra, se puede decir que sea

perfecta. La Confesión de Fe de Westminster nos recuerda que ninguna iglesia es

perfecta. También nos recuerda que la Iglesia ha sido más visible en unos tiempos que en

otros:

…las iglesias particulares que son parte de ella (la Iglesia universal) son más o

menos puras según se enseñan y reciben en ellas las doctrinas del Evangelio, se

administran las ordenanzas y se celebra con mayor o menor pureza el culto públi-

co.…Las más puras de las iglesias bajo el cielo están expuestas a corromperse…24

La Iglesia visible, compuesta de pecadores, y que sólo Dios conoce quienes son los

cristianos reales, deberá esforzarse en mantener una predicación y enseñanza fiel a la

Palabra de Dios de tal manera que sus miembros tengan claridad respecto al Evangelio y

sean lo más obediente posible a Jesucristo y que la Iglesia, como comunidad y Pueblo de

Dios, haga oir en el mundo la voz de Dios a través de su proclamación y praxis.

La Iglesia como Cuerpo de Cristo

Calvino, desde la perspectiva del Nuevo Testamento, al hablar de la Iglesia, más que

como una institución, la consideraba como un organismo vivo, una comunidad viviente,

como un cuerpo del cual la única cabeza es Cristo por medio de quien están unidos todos

los creyentes. Esta es la razón por la cual él dice que la Iglesia es católica o universal y

no es posible dividirla sin despedazar a Jesucristo.

Los elegidos de Dios están unidos de tal manera en Cristo, que así como dependen

todos de una sola Cabeza, así todos ellos no constituyen más que un solo cuerpo:

la misma unión que vemos existe entre los miembros del cuerpo humano. Así es

que todos forman una sola cosa, viviendo de una misma fe, esperanza y caridad por

el Espíritu de Dios.25

En ese contexto, la unidad de la Iglesia era una de las grandes preocupaciones de

Calvino. Como Lutero, él nunca pensó que estaba fundando otra iglesia. Como los otros

reformadores, él se identificaba con la Iglesia antigua y por eso citaba con frecuencia a

los Padres Apostólicos. Sin embargo, a él le parecía absurdo organizar la Iglesia al estilo

del sistema centralista sacerdotal del antiguo Testamento y del Imperio Romano como

argüían los defensores del papado. “El único vínculo de unidad de la Iglesia es Cristo” y

no está permitido romper su unidad:

23c

Ibid. p. 54. 24

Confesión de Fe de Westminster; Publicaciones El Faro: México, D.F. XXV.4. 25

Institución, IV, 1.2. 26. Institución. IV.1.9.

Page 23: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

23

La Iglesia universal es una multitud de gentes de acuerdo con la verdad de Dios

y con la doctrina de su Palabra, aunque procedan de naciones diversas y residan

en muy remotos lugares, están unidas entre sí con el mismo vínculo. Bajo esta

Iglesia universal están comprendidas todas las iglesias particulares que están

distribuidas en las ciudades y en los pueblos, de modo que cada una de ellas, y

con justo derecho, tienen el nombre y la autoridad de Iglesia…de esta manera

conservamos la unidad de la Iglesia universal, a la que algunos espíritus diabóli-

cos siempre han intentado destruir…”26

Ecclesia Reformata sed Semper Reformanda

Calvino no acuñó la frase Ecclesia Reformata sed Semper Reformanda (Iglesia

Reformada pero siempre reformándose). No se sabe quién formuló dicha frase en Latín.

Un librito sobre Zwinglio de Jaques Courvoisier dice que probablemente la frase semper

reformanda apareció por primera vez en el Siglo 17 en algunas de las declaraciones de

los Países Bajos.27

La expresión completa expresa realmente el espíritu del movimiento

Protestante y especialmente de los Reformadores Suizos.

Calvino, por ejemplo, en su Institución, Libro IV, Cap. 1.11., ya nos advierte sobre la

necesidad de que la Iglesia verdadera esté alerta y examine a la luz de las dos marcas ya

señaladas cualquier congregación que ostente el título de Iglesia:

Nos es pues, necesario retener con gran diligencia las marcas de que hemos ha-

blado y estimarlas como el Señor las estima. Porque no hay cosa que con más

ahínco procure Satanás que hacernos llegar a una de estas dos cosas: o abolir las

verdaderas marcas con las que podríamos conocer la Iglesia de Dios, o, si esto no

es posible, inducirnos a menospreciarlas no haciendo caso de ellas y así apartar-

nos de la Iglesia…Para que no seamos engañados con el título de Iglesia, es me-

nester que examinemos la tal congregación que pretende su nombre con esta

regla que Dios nos ha dado como piedra de toque: si posee el orden que el Señor

ha puesto en su Palabra y en sus sacramentos, no nos engaña en manera alguna.

Entendemos por lo anterior que es esencial a la continuidad de la Iglesia verdadera

estar examinándose continuamente a sí misma. Es decir, de estar vigilante de que su

predicación, su enseñanza y su práctica sean siempre expresión fiel a Jesucristo. Sin

duda alguna, el autor de Apocalípsis al dirigirse a las siete iglesias de Asia las estaba

llamando a examinarse, reformarse y volver a su fidelidad a Jesucristo, tal como Jesús

mismo lo hizo anteriormente al reprender a Pedro (Mt16.23). En este caso, sin duda

alguna, la Palabra escrita de Dios, la dependencia del Espíritu Santo, el análisis teológico

y la aplicación de la disciplina ayudarán a la Iglesia verdadera a ser semper refomanda.

Por eso decimos que en términos de constitución o gobierno, somos presbiterianos; pero

en términos bíblicos y teológicos somos ecclesia reformata.

27

Courvoisier, Op.cit. p. 56.

Page 24: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

24

Sin embargo, es necesario recalcar lo siguiente: quien en realidad reforma a la Iglesia

es Dios mismo por medio de su Palabra. Para ello, Dios mismo levanta hombres y

mujeres que hagan clara su Palabra “en la Iglesia, para la Iglesia, y contra la Iglesia,

pero siempre en favor de la Iglesia.” Un principio central en el Protestantismo es que

reconoce como esencial a su vida el mandato que dice,

“Porque es tiempo (kairós) de que el juicio de Dios comience por la casa de Dios,

y si primero empieza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen

al evangelio de Dios?” ( I Pe. 4.17).

En esa palabra de juicio, la Iglesia es llamada a reformarse continuamente, a regresar

“a su primer amor” a fin de llegar a ser una y otra vez el instrumento que Dios necesita en

cada generación. En ese sentido la Reforma del Siglo 16 sólo nos está alertando para que

la Iglesia de hoy re-examine el contenido de su mensaje, su prédica, su educación

cristiana, su culto, liturgia y su práctica. La Reforma de la Iglesia en ese sentido no se

termina sino hasta que el Señor venga.

En ese contexto la Iglesia de Cristo 1) reconoce la soberanía de Cristo sobre la

Iglesia y que únicamente a él se debe fidelidad absoluta; 2) nunca admite que ninguna

persona, institución, teología, idelogía, o filosofía y estilo de vida se entronice

demandando lealtad absoluta y 3) siempre es abierta a la acción de Dios y su Palabra en

la historia.28

Por eso la Iglesia Reformada jamás puede ser conserevadora. Siempre

necesita renovarse, re-orientarse y re-renovarse y re-crearse a fin de responder a las

demandas del juicio de Dios y su acción en la historia. Por eso la oración continua deber

ser: Ven Espíritu Creador, renueva a tu Iglesia! Tal actividad de reforma deberá

tomar lugar a nivel de iglesias y congregaciones locales, a nivel de presbiterios, de

sínodos y de Asamblea General y de todas las instituciones dedicadas a la educación

bíblica y teológica.

Observaciones

1. Para Calvino, la Ley, los Salmos, los Profetas y los escritos de los Apóstoles son el

“tesoro del Evangelio” en forma completa. Este “tesoro”, sin embargo, necesita ser

escudriñado, investigado, estudiado y analizado para su cabal comprensión y así ser más

fieles a su contenido al comunicarlo ya sea por medio de la predicación o la enseñanza.

Dentro de los alcances de su tiempo, Calvino era, si no el mejor, uno de los mejores

exégetas e intérpretes de la Escritura. Por esta razón exactamente, sus sermones, escritos

y cartas ejercieron una influencia poderosa en el movimiento de la Reforma Protestante—

siempre tratando de que en todo ellos resonara la voz de Dios.

2. Uno de los objetivos centrales de la Enseñanza Cristiana, según Calvino, es “que la fe

se engendre en nosotros, crezca y llegue a ser perfecta.” La imagen de la Iglesia como

“madre” no puede ser mejor para la función de la tarea educativa. Para ello pasamos toda

28 Alston Jr, Wallace M. Guides to the Reformed Tradition; John Knox Press: Atlanta, 1984. pp.91-93.

Véase también: The S pirit of Protestantism de Robert McAffee Brown, Oxford University Press:

1965. pp. 20-21 y 44-50.

Page 25: Del Concepto de la glesia Reformada y su Misión Educativa[1]

25

nuestra vida como niños y discípulos siempre aprendiendo de Cristo. pastores y

maestros seguimos siendo discípulos, aprendices. Por eso sugerimos la necesidad del

estudio y capacitación continuos tanto de pastores como de maestros o maestras. Uno

puede medir, en cierto modo, qué tan al día está un pastor en conocimientos bíblicos por

el tamaño de su biblioteca.

Aquí, sin embargo, tenemos que recomendar que las Iglesias locales, además del

sueldo del pastor, incluyan una cantidad extra para libros. El pastor deberá hacer

accesible su biblioteca a sus maestros y maestras de la Palabra de Dios en su iglesia y

congregaciones al llevar a cabo la capacitación de lideres, tarea fundamental del pastor.

Por otro lado, es afortunado que algunos Seminarios ofrecen cursos y diplomados en

diferentes ramas de las ciencias bíblicas que los Pastores y Maestros de Biblia pueden y

deben aprovechar. En este caso, las iglesias también deben, para su propio beneficio,

pagarles esos cursos a sus pastores y maestros.

3. Desde el punto de vista de Calvino, el Ministerio de la Predicación y el Ministerio de

la Enseñanza o Educación Cristiana son paralelos. A ambos se les ha confiado el “tesoro

del Evangelio y su autoridad” y por ello la Iglesia nunca puede prescindir de ellos (Libro

IV. Cap.3. 4b.). Por eso mismo creemos que también es imprescindible para nuestra

Iglesia que las instituciones de educación bíblica y teológica, de cualquier nivel,

incluyan en sus planes de estudio cursos regulares de Educación Cristiana. Aquellos que

tengan la capacidad, deben ofrecer licenciaturas y maestrías en Educación Cristiana para

laicos (hombres y mujeres) que aspiren a ello. Es lástima que muchas veces algunos

cursos se han reducido solamente a “principios y métodos de la educación”, importantes

en sí, pero la Educación Cristiana es muchísimo más amplia.

4. Hoy día la literatura en Español sobre Educación Cristiana es bastante amplia y

enriquecida por autores Latino Americanos. Organizaciones como la Comisión

Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana cuenta con amplia experiencia y

produce literatura adecuada especialmente al campo rural e indígena.28b

También

sabemos que Educadores Pentecostales de 24 países celebraron una Asamblea sobre

educación en Marzo 2001, a fin de confrontar, según dijeron, los “desafíos teológicos

para la misión de la Iglesia de Dios en el siglo XXI y que exigen un cambio de

mentalidad para los que componemos la Iglesia.” En este contexto, necesitamos abrirnos

al diálogo con hermanos y hermanas del Continente para compartir y aprender

experiencias en el campo de la misión educativa de la Iglesia. No podemos quedarnos

atrás en este ámbito. Podemos aprender mucho de otros.

5. También es bueno notar que hoy tenemos acceso a todo tipo de literatura bíblica-

teológica en Español que coadyuva a los estudios eruditos de los escritos de la Biblia que

nos beneficia mucho para la interpretación bíblica. No hay por qué coartar la libertad de

enseñanza e investigación amplia y profunda de las ciencias bíblicas y enterarse de todos

los puntos de vista recordando la recomendación paulina: Escudriñarlo todo, retened lo

bueno.

28b

Véase la Lista de libros al final y las direcciones.

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26

6. Al hablar de la Reforma de la Iglesia no hablamos de reformar el Evangelio mismo. Lo

que se está diciendo es que cuánto más claramente entendamos e interpretemos para

nuestro tiempo la Palabra de Dios, la Iglesia estará en mejor capacidad de cumplir con su

misión en un mundo complejo, sin Cristo, sin Dios y sin esperanza que necesita escuchar

la palabra de Dios. Los Reformados somos una Iglesia de la Palabra. Tenemos la

misión de hacerla oír. Hace años, la Sociedad Bíblica relataba en una de sus

publicaciones como un Maestro de Escuela Dominical Indígena le preguntó a su pastor

“¿Qué nos dice Dios hoy a fin de comunicarlo a mi congregación?” Quien sabe si por

eso una de sus ediciones de la Biblia se llama “Dios Habla Hoy”.

7. Los Protestantes Reformados, al igual que Calvino y otros Reformadores, nos

identificamos con la Iglesia Antigua (Siglos 1-IV). Por eso aceptamos los símbolos del

Credo Apostólico y el Credo Niceno. Por eso los Reformadores hablaban de la Iglesia

como una, santa, católica, y apostólica. Ciertamente se vieron obligados a separarse del

dominio del Obispo de Roma, pero no de la Iglesia de Cristo. De allí la relevancia de la

marcas o señales que propusieron tanto Zwinglio como Calvino y Lutero acerca de la

Iglesia Verdadera. Para nosotros hoy día esas marcas son la refutación más clara contra la

pretensión de Roma en su reciente declaración Dominus Iesus de ser la única Iglesia y

que las iglesias de origen Protestante no son realmente Iglesia. Zwinglio nos recuerda que

“la Iglesia no está en donde se reúnen los prelados, sino en donde el pueblo se adhiere a

la Palabra de Dios.”

8. Lo anterior se menciona para que cuando hablemos de Educación Cristiana se tome en

cuenta que la tarea educativa de la Iglesia, en la tradición Reformada, es ayudarla a que

ésta Iglesia que no es perfecta, pues siempre será ecclesia pecatorum, llegue a

comprender cuál es la naturaleza de la Iglesia y su misión, a que se re-forme y a que sea

más visible en el mundo (Mt.5.14-16).

9. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo en el Mundo. “Es Cristo existiendo en comunidad”

( Bonhoeffer). El teólogo, maestro y misionero Juan A. Mackay nos dice los siguiente:

De todas las figuras que sirven para simbolizar las relaciones íntimas que existen

entre Cristo y su Iglesia, tales como el edificio, la esposa, el cuerpo y el rebaño,

la que expresa de una manera más profunda el énfasis acerca de la forma …en

que la Iglesia está relacionada con Cristo, es la figura del Cuerpo. ...La Iglesia

Cristiana es más fiel a su naturaleza, cuando Cristo, que es tanto la cabeza como

el corazón, la usa como su cuerpo para salvar al mundo por medio del evangelio,

el cual la Iglesia lo irradia como luz y lo ofrece como amor.29

Ese solo hecho hace de la Iglesia mucho más que una mera “Asociación Religiosa.”

La Iglesia Reformada nunca puede aceptar esa definición sociológica de la Iglesia. Pero

este es tema para otra ocasión. Solamente alertamos al respecto. Por otro lado, la Iglesia

se compone de hombres, mujeres y niños. Las mujeres deben ser consideradas como

miembros del Cuerpo de Cristo con todos los derechos como de los hombres y no como

miembros de segunda categoría. Los niños bautizados también son miembros de la

29 Mackay, Op.cit. p.158.

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27

comunidad de fe, y con la debida instrucción (tarea educativa) pueden participar de la

Comunión y no con uvas u otros elementos como miel, pues tales elementos están fuera

de lo “instituido por Cristo.”

10. Lo “Protestante” en la Iglesia Reformada. La palabra “Protestante” es interpretada

hoy día negativamente. Sin embargo, ésta en su origen histórico tiene un contenido

positivo y “protestatario.” La Primera Dieta de Spira en Alemania (1526) había

concedido autorización tanto a los Luteranos como a los seguidores de Zwinglio de

practicar sus nuevas formas de culto. En la Segunda Dieta de Spira (1529), dicha

Asamblea les retiró esa autorización. Ambos, los Luteranos y seguidores de Zwinglio

presentaron un largo escrito “protestando” contra esa decisión pero a la vez “protestando”

ser fieles a sus convicciones (como cuando alguien protesta cumplir con un cargo hoy

día):

“Los ministros predicarán el Santo Evangelio de acuerdo con la interpretación y

los escritos de la Santa Iglesia Cristiana…Estamos determinados por la Gracia de

Dios y su ayuda a permanecer fieles únicamente a la Palabra de Dios y el Santo

Evangelio contenidos en el Antiguo y Nuevo Testamentos…”30

Siendo que la Iglesia Reformada también trata de ser fiel a la Palabra de Dios y al

Santo Evangelio, se considera en la línea Protestante, no debe por tanto avergonzarnos de

llamarnos Protestantes en ese sentido--un aspecto importante para la Educación Cristiana.

A la vez, dicho sea de paso, es importante recuperar la vertiente latina del

Protestantismo.31

Calvino, por ser Francés, pertenecía a la cultura latina. Tema para otra

conferencia.

Quinta Parte

La Iglesia Reformada frente al mundo

Un pastor de la Iglesia Reformada de Sud Africa en su libro Black and Reformed

(Negra y Reformada--la Iglesia) escribiendo sobre el principio de la supremacía de la

Palabra de Dios como base para la misión en el mundo, dice:

En la tradición Reformada, la Palabra de Dios es la que da forma a la vida y pro-

vee a la Iglesia un lugar en donde estar firme. La Escritura es el fundamento indis

cutible de la vida y testimonio de la Iglesia en el mundo y es el principio guiador

para todas nuestras acciones.32

Sobre ese fundamento indiscutible, la Iglesia es enviada a dar su testimonio en el

mundo. Para ello no tiene que esperar que se le de autorización y permiso. Hay un

mandato superior que viene de Jesús el Cristo resucitado: Id por todo el mundo y

predicad el Evangelio. Se entiende que el Evangelio de Jesús es el Reino de Dios. (Mc.1).

30. Op.cit. pp. 32-33.

31. Véase Conferencia Magistral “ De la Intolerancia a la Inculturación: La Identidad Protestante en A.L.

el Caso Méxicano,” Pastor Leopoldo Cervantes, Universidad Autónoma Metropolitana, Mexico,D.F. 32

Boesak, Allan, Black and Reformed, Maryknoll: Orbis Books, 1986. p. 87

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28

Libertad de la Iglesia

La autoridad y la libertad de la Iglesia para su misión no viene como graciosa

concesión del mundo, ni de ninguna autoridad civil, ni aún de el derecho humano de

“libertad religiosa”32b

Por ahora, gozamos de libertad religiosa consagrada en la

Constitución Mexicana y hay que hacerla valer, pero cuando llegan tiempos en que esta

se niega esa libertad, la Iglesia de Cristo ha de hacer oir la voz de Dios aun en

circunstancias imposibles. Aquí el teólogo mártir, alemán, Dietrich Bonhoeffer nos

ayuda al definir en qué se funda la libertad de la acción de la Iglesia en el mundo:

La libertad de la Iglesia no se da en donde se tenga esa posibilidad, sino solamen-

te en donde el Evangelio realmente, en su propio poder, se hace espacio por sí

mismo en el mundo, aún y precisamente cuando no se le da esa posibilidad. La

libertad esencial de la Iglesia no es un don del mundo, sino (que es un don) de la

libertad de la Palabra de Dios misma al obligar ser escuchada.33

Calvino no tendría ningún problema con esa postura. Con esa autoridad, la naturaleza

de la Iglesia es ser misión en todas las fronteras del mundo. Los cristianos y la Iglesia no

son del mundo rebelde a Dios, pero están en el mundo (Jn. 17.14-18). “La verdadera

naturaleza de la Iglesia es ser misión…ninguna cosa en la que la Iglesia crea, tenga o

pretenda ser, puede hacerla verdaderamente la Iglesia, a menos que cumpla la

misión…”( Mackay, Op.cit. p. 157).

Una iglesia para los demás

Por principio de cuentas la Iglesia ha de tomar el lugar de Cristo, no como “Vicario”

con poder y gloria, sino como su Señor, el Siervo Sufriente. Cuando la Iglesia y los

cristianos toman la forma de “siervo” (sirviente) para el bien de otros (cristianos o nó) y

no de su propio beneficio, entonces descubre su verdadera naturaleza y misión.

Bonhoeffer, citado anteriormente, también nos ayuda a comprender mejor este aspecto,

pues decía “la Iglesia es la Iglesia únicamente cuando ésta existe para otros…no

dominando sino sirviendo y decir a todos lo que significa vivir en Cristo y vivir para

otros.” (Cartas desde la prisión, D.Bonheoffer). Pero para Bonhoeffer, “el otro” es en

especial el que sufre, el excluido, el que no cuenta, el insignificante, el aparentemente

inútil porque “en el hermano pobre, Cristo mismo está llamando a nuestra puerta.” Aquí

él se refería a los Judíos perseguidos por los Nazis. Para nosotros hoy serían los pueblos

Indios.

La realidad contemporánea

Por otro lado, Paulo Freire, el educador Brasileño escribía en la década de los setenta

sobre las Iglesias y la Educación diciendo:

32b

Se impone la necesidad de estudiar y discutir en los temas de Educación Cristiana la relación Iglesia

-Estado desde una perspectiva bíblica y teológica. Tema para otra conferencia.

33 Documento“El Significado del Testimonio y Pensamiento Teológico de Dietrich Bonhoeffer para los

Cristianos y las Iglesias Protestantes en México,” J.L. Velazco., Marzo 5, 2000. P. 9.

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29

Las iglesias de hecho no son entes abstractos, sino instituciones insertadas en la

historia, donde también se da la educación. El quehacer educativo de las iglesias

no puede ser entendido fuera del condicionamiento de la realidad concreta en la

cual se encuentran.34

Esa realidad concreta para nosotros es, en primer lugar, nuestro propio país, ahora

impactado por un mundo globalizado. Los desafíos a la misión de la Iglesia son

múltiples. Es aquí, donde la sociología, particularmente, nos puede ayudar a hacer un

análisis crítico de la realidad del mundo en la cual la Iglesia debe cumplir su misión no

sólo educativa sino también, evangelizadora, profética y de servicio.

Algunas fronteras de la misión

No podemos en este documento hacer otra cosa que mencionar sólo algunas de las

diferentes fronteras de misión en donde los desafíos son grandes: 1) la lucha por la

justicia, especialmente en favor de los pueblos Indígenas carentes de escuelas, servicios

médicos, de tierras y trabajo; 2) la lucha por una cultura de la Paz en México y el Mundo,

¿cómo mirar indiferentes a lo que pasa en Chiapas y la tragedia de Palestinos e Israiliés

por igual? El profeta Isaías (32.17) clama diciendo “ :El efecto de la justicia será la paz,

y la labor de la justicia…seguridad” y Mt. 5.9-10; 6.36 nos llama a buscar la “justicia” y

a ser “hacedores de la paz”; 3)la defensa de los Derechos Humanos especialmente de las

clases más desfavorecidas fundamentado en el hecho que cada ser humano es hecho a la

imagen de Dios (Gn. 1.26); 4) la solidaridad y trabajo entre los pobres del país no sólo a

nivel asistencial (Mt.25..35-36); 5) por la alarmante destrucción del planeta,

contaminación de ríos, lagos y mares, aire y tierra; 6) pobreza y migraciones a E.U. 7)

pastoral de la mujer.

En México las cifras sobre la pobreza son alarmantes: 50 millones viven en la

pobreza de los cuales 26 viven en la miseria o por debajo de la línea de la pobreza, según

la Secretaría de Desarrollo Social.(La Jornada, Nov.14.2000. p. 40) mientras que, de

acuerdo con la Comisión Econónomica para América Latina (CEPAL), en México, los

multimillonarios con algo más de un billón de dólares aumentaron de 1 en 1987 a 24 en

1994, bajaron a 14 en 1999---como resultado de la liberalización de la economía y la

privatización de las empresas estatales durante el período de Salinas. A pesar de que

México ocupa el 15abo lugar en las economías fuertes del mundo, la pobreza y falta de

empleo a forzado a millones de trabajadores, hombres y mujeres, a emigrar a los Estados

Unidos con gran riesgo de sus vidas. Miles han muerto en su intento de cruzar la frontera.

Sin duda alguna los efectos de la economía de mercado total llamada neo-liberalismo

favorece a unos pocos en detrimento de las mayorías. El quebranto económico en

Argentina es tristemente el mejor ejemplo de los resultados del presente mundo unipolar

que controla la economía mundial. Estos asuntos son muy complejos, pero es el mundo

34 Freire, Paulo, Las iglesias, la educación y el proceso de liberación en la historia; Ediciones La

Aurora.Buenos aires, 1974. p. 6.

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30

en donde la Iglesia tiene que cumplir su misión. ¿Cómo globalizar la esperanza

evangélica en un mundo así?

Viendo la realidad desde abajo

En 1980, la Iglesia Metodista de Bolivia, compuesta en su mayoría por Indígenas

Aymaras, decía en una de sus partes: El Evangelismo auténtico no se logrará sin tener

que pagar un alto precio. El evangelismo barato no puede ser un evangelismo evangélico.

¿Qué preció pagó Jesús por evangelizar? ¿Qué precio pagaron los Apóstoles? ¿Creemos

que pagaremos hoy día un precio menos costoso gracias a la circulación confortable del

evangelio? Un evangelismo evangélico nos forzará a serias renuncias, cambios dolorosos,

a la solidaridad en favor de los oprimidos, al rechazo de la tentación de una falsa

neutralidad o de una abierta alianza con los poderes opresores. No hay evangelización

sin la cruz. (Mc.8.31; Jn.4.15-16). Al Obispo Metodista Mortimer Arias lo encarcelaron

por dicho manifiesto.35

Pienso que todavía nos hace falta ver la realidad desde el punto de vista de “los de

abajo,” desde el reverso de la historia. Los Evangelios, especialmente Marcos y Lucas

nos ayudan a ver cómo Jesús realizó su misión y la proclamación del Reino, precisamente

entre el pueblo subyugado, ambos por las autoridades del Imperio militarista de los

Romanos y las autoridades religiosas Judías. Preguntémonos hoy ¿dónde esta Jesús hoy

día? Creemos firmemente con Calvino que él cumple su promesa de estar en donde su

proclama sinceramente su Palabra. Pero también hemos señalado cómo el joven Calvino

se solidarizó con los oprimidos y perseguidos Protestantes Franceses y por eso se vio

precisado a publicar su Institución con una formidable “Declaración de Fe” dedicada a

Francisco I. Hoy día. los teólogos Latinoamericanos nos dicen que están encontrando a

Jesús entre los pobres de la tierra. Es allá entonces que tenemos que ir porque donde está

Jesús allí está su Iglesia., y los más pobres de los pobres son los Indígenas de nuestro

país.

¿Qué tiene que ver todo esto con la Misión Educativa de la Iglesia? ¿ Con la

Educación Cristiana? ¿Qué queremos lograr con la tarea educativa de la Iglesia?

Abogamos por una Iglesia Reformada siempre reformándose. ¿Qué papel juega la

Educación Cristiana en ese proceso y para qué? “Varones hermanos qué haremos?”

preguntaron a los Apóstoles los que escucharon su mensaje el día de Pentecostes. Sin

duda alguna, necesitamos una Educación Cristiana que nos ayude a crecer en Cristo para

ser como Cristo en el mundo de hoy. Una Educación Cristiana crítica, liberadora,

propositiva y esperanzadora.

¡Ven Espíritu Creador, renueva tu Iglesia! ¡Solo a Dios la gloria!

José Luis Velazco Medina

Jalapa, Ver. Julio 13, 2002.

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Armstrong, James, The Underside; Maryknoll,N:Y:; Orbis Books, 1981.

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1. Historia de los Comienzos; 2. Caminando con Abraham; 3.Fe en Dios y a Caminar;

4. Tierra Prometida, Tierra Repartida; 5. Historia de los Reyes; 6 Ven Acá, escucha

lo que Dios tiene que decir; No. 9 Ojos para ver, oídos para oír; 10. El reino de

Dios ya está entre nosotros; 11. Encuentros con Jesús; 12. Quién es Jesús?

5. Guías para Orientadores y Orientadoras.

Direcciones: Comisión Evangélica L.A. de E.C. (CELADEC)

San Jerónimo 137

San Angel Tel.& Fax. 55.16.37.48.

01000 México, D.F.

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