9
Del Dios persona al encuentro personal Tomando en cuenta la evolución del pensamiento humano, el tema sobre Dios sigue estando presente y va tomando nuevas fisionomías. En la actualidad la tendencia al abordar este tema ha venido siendo desde la perspectiva personalista, tendiendo más a la concepción de un Dios cercano, menos abstracto que tiene injerencia en el devenir histórico del ser humano. Este ensayo busca asomarse un poco a como ha venido acaeciendo esto y hacia donde se ha venido apuntando la reflexión sobre lo divino. 1.En la actualidad existe poco interés en demostrar la existencia de Dios. Se asume. Después de tanta argumentación a favor o en contra de la existencia de Dios que tuvo lugar en toda la Edad Media y la Moderna. Al pasar a la Edad Contemporánea surgió la corriente de pensamiento ateo, lo cual hizo necesaria la aparición de la teodicea 1 . Se invirtieron muchos esfuerzos para demostrar la existencia de Dios, apoyados en la doctrina de santo Tomás y las demás pruebas de su existencia. Pero también fue considerable la presencia del pensamiento ateo y la herencia que nos ha legado, pues si de por sí ya se había desplazado el tema de Dios en el pensamiento humano, ahora el tema central viene siendo el hombre y sus intereses o anhelos. Se empieza a vivir sin Dios y a repudiar los temas relacionados con la idea de Dios, se repudia la religión y muchos ridiculizan la vida piadosa 2 . 1 Cf. M. GRISON. Teología Natural o Teodicea, Barcelona 1989, 121ss 2 Cf. J.M. VELAZCO. El encuentro con Dios, Madrid 1995, 123-124. 1

Del Dios Persona Al Encuentro Personal

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Teodicea

Citation preview

Page 1: Del Dios Persona Al Encuentro Personal

Del Dios persona al encuentro personal

Tomando en cuenta la evolución del pensamiento humano, el tema sobre Dios sigue estando presente y va tomando nuevas fisionomías. En la actualidad la tendencia al abordar este tema ha venido siendo desde la perspectiva personalista, tendiendo más a la concepción de un Dios cercano, menos abstracto que tiene injerencia en el devenir histórico del ser humano. Este ensayo busca asomarse un poco a como ha venido acaeciendo esto y hacia donde se ha venido apuntando la reflexión sobre lo divino.

1. En la actualidad existe poco interés en demostrar la existencia de Dios. Se asume.

Después de tanta argumentación a favor o en contra de la existencia de Dios que tuvo lugar en toda la Edad Media y la Moderna. Al pasar a la Edad Contemporánea surgió la corriente de pensamiento ateo, lo cual hizo necesaria la aparición de la teodicea1. Se invirtieron muchos esfuerzos para demostrar la existencia de Dios, apoyados en la doctrina de santo Tomás y las demás pruebas de su existencia. Pero también fue considerable la presencia del pensamiento ateo y la herencia que nos ha legado, pues si de por sí ya se había desplazado el tema de Dios en el pensamiento humano, ahora el tema central viene siendo el hombre y sus intereses o anhelos. Se empieza a vivir sin Dios y a repudiar los temas relacionados con la idea de Dios, se repudia la religión y muchos ridiculizan la vida piadosa2.

Posteriormente, con la relativización del pensamiento, de la verdad, con la renuncia a los absolutos y los paradigmas, y aunado a esto la asimilación del pensamiento débil, la cultura líquida, el subjetivismo imperante y el apego a respuestas rápidas, sin trascendencia, ha venido imponiéndose un desinterés férreo ante el tema de la existencia de Dios. Algunos, bajo la bandera de la tolerancia supuestamente respetan la decisión de quienes quieren creer o asumir la existencia de Dios; otros, guiados por un cientificismo materialista encuentran ridículo ponerse a discutir sobre este tema; algunos más, relativizando la verdad, afirman que la existencia de Dios es relativa al hombre, él decide si existe o no y qué tipo de existencia le da3.

1 Cf. M. GRISON. Teología Natural o Teodicea, Barcelona 1989, 121ss2 Cf. J.M. VELAZCO. El encuentro con Dios, Madrid 1995, 123-124.3 Cf. B. WEISSMAHR. Teología natural, Barcelona 1986, 20ss

1

Page 2: Del Dios Persona Al Encuentro Personal

Es marcada la distinción que con frecuencia se hace; por un lado los que creen en la existencia de Dios son tachados de ignorantes o dogmáticos, pues para muchos postmodernos la existencia de Dios es indemostrable. Sólo se afirma o se niega, pero no se demuestra4. A Dios sólo se le siente o se le utiliza para los fines personales, pero no se puede argumentar acerca de su existencia. Esto resulta evidente cuando en las universidades públicas, marcadas por el positivismo materialista que impera en sus estatutos, muchos alumnos renuncian a argumentar a favor de la existencia de Dios, dejándose llevar por la afirmación que muchos de sus profesores hacen sobre la negación de la existencia de Dios o su indemostrabilidad.

Así pues, los que automáticamente asumen la postura de negar la existencia de Dios son los supuestamente avanzados en el campo académico, y los que afirman su existencia son los retrógradas, los dogmáticos, piadosos o en muchos de los casos, los ignorantes. Pero claro, ya no se arguye ante esto, sólo se asume automáticamente. Esto demuestra el poco interés que hay para demostrar y argumentar sobre este tema. Se prefiera asumirlo o negarlo como postura, pero no como conclusión de una demostración5. Ah, pero esta toma de posición es resultado de un desinterés por los temas profundos, un escaso espíritu de trascendencia y de búsqueda de la verdad plena, un estilo de vida cómodo y materialista, que considera pérdida de tiempo el ponerse a reflexionar sobre esos temas.

2. Importancia de la idea de Dios y su correcta interpretación.

A lo largo de los siglos, en las diferentes épocas de la existencia y el pensamiento humanos, se pueden constatar diversas concepciones acerca de Dios. La idea de Dios siempre ha estado presente en la mente humana, pero el tipo de idea que se ha tenido respecto de Él ha sido tan variada como diversas han sido las culturas, las etapas del pensamiento humano, los enfoques de las ideas en el pensamiento e incluso tan diversas como las circunstancias históricas que ha venido experimentando la humanidad6.

Por un lado hay que rescatar el hecho de que para el hombre el tema de Dios es de suma importancia y capital en el pensamiento. Todas las épocas, las culturas, razas, generaciones, han hablado, reflexionado y actuado en torno a la idea de Dios. Aunque se haya hecho desde diversos enfoques, intereses o circunstancias, la idea de Dios siempre ha estado presente, ya sea para afirmar su existencia real, ya sea para negarla, ya para tomarle como principio regente, ya como fundamento y sentido existencial, etc. El hecho está claro, la idea de Dios es de capital importancia para el hombre, y no se puede 4 Cf. M. GRISON. Teología Natural o Teodicea, Barcelona 1989, 122-1295 Cf. H. Beck. El Dios de los sabios y de los pensadores, Madrid 1968, 13ss6 Cf. B. WEISSMAHR. Teología natural, Barcelona 1986, 122

2

Page 3: Del Dios Persona Al Encuentro Personal

desdeñar sobre este tema así por que sí. Aunque en la actualidad muchos digan que el hombre recurrió a esa idea para explicarse lo inexplicable, el hecho es que siguen hablando de Dios, aunque no les guste7.

Pero está claro que el problema no es hablar de Dios, su existencia o su naturaleza. El problema ha venido siendo el ponernos de acuerdo sobre qué es, quién y cómo es Dios. Al asumir cada etapa, cultura, corriente de pensamiento o religión, su propia idea de Dios, es ahí donde nos metemos en dificultades, pues cada cual defiende su propia noción. Esto lo podemos constatar en las concepciones que se han tenido respecto de Dios a lo largo de los siglos en las principales culturas imperantes.

Por un lado constatamos la idea naturista de Dios en nuestros antepasados, por otro la idea de los egipcios, sirios, chinos, la idea griega de Dios, etc. Por otro lado fue fundamental y revolucionaria la idea judía de Dios y la de los cristianos, la cual se impuso en casi la mayoría del mundo conocido. La idea cristiana de Dios se presentó al principio como algo cercano al hombre. Los primeros padres de la iglesia presentan a un Dios salvador, amoroso, preocupado por el hombre y deseoso de ayudarle. Pero se fue modificando poco a poco al interpretarse desde perspectivas filosóficas. Cuando se le quiere explicar como principio universal, como creador, como el Ser Todopoderoso, se le despersonifica y se le asume a través de categorías más abstractas. Esto, en parte, fue resultado de la reflexión que se hizo en la Escolástica o durante la Edad Media. Tanto se argumentó abstractamente sobre Dios, que se terminó asumiendo un concepto de Dios un tanto vacío, ajeno y distante del hombre. Ante esto se reacciona, de algún modo, en la Edad Moderna, pero no positivamente, sino de forma negativa, desplazando el tema de Dios a segundo plano. Cobraba tan poco interés hablar sobre Dios que se optó por centrar el pensamiento en el hombre. Pero esta reacción no llevó a nada satisfactorio, por eso el tema de Dios siguió presente y en la Edad Contemporánea surge nuevamente el enfoque sobre Dios, pero no ya un Dios lejano sino un Dios más cercano, más personal; no un Dios como Ser Absoluto, sino un Dios persona. Capaz de ser encontrado y encontrar al hombre8.

Pues bien, todo esto nos lleva a descubrir que en realidad se hace muy necesaria una correcta interpretación sobre la idea de Dios, pues aún en la actualidad es visible cómo las personas afirman o niegan la existencia de Dios pero desde su perspectiva. Y lo que es peor, quienes lo afirman, se relaciones con Dios pero de forma errónea debido a su incorrecta interpretación de lo que es Dios.

7 Cf. M. GRISON. Teología Natural o Teodicea, Barcelona 1989, 1238 Cf. J.M. VELAZCO. El encuentro con Dios, Madrid 1995, 125-134

3

Page 4: Del Dios Persona Al Encuentro Personal

3. Concepto de Dios como un ser personal. Cercano al hombre.

Como he comentado en el apartado anterior, la evolución de la idea de Dios en el pensamiento humano nos lleva a visualizarlo más como un Ser personal. Ya no como un Ser abstracto, absoluto que es la causa de todo y se distingue de todo. Se ha venido a considerar a un Dios que tiene interacción con la humanidad9. Esto ha sido de diversas formas. Por un lado, están quienes positivamente han asumido esta realidad personal de Dios, y lo hacen considerándolo como dador de sentido de la existencia humana, como fundamente del ser personal del hombre. Otros lo han venido haciendo como modo de explicación de la naturaleza humana, como causa del orden en el mundo y explicación última de todas las cosas. Pero ha habido otros que de forma negativa han usado la idea de un Dios persona, haciendo notar que más bien esta idea ha sido creada por el mismo hombre que la usa para darse explicaciones, y como la ciencia aún no alcanza a explicar del todo la personalidad humana, pues una manera de explicar el origen de la persona humana es recurrir al tema de Dios como persona que da la personalidad a la persona humana. En el fondo suena a lo mismo de la Edad Media, el Ser que da el ser.

Ahora bien, esta noción personal de Dios no es novedad, ya en la Edad Antigua, con los padres de la Iglesia y los primeros cristianos, se había planteado la noción de un Dios personal, cercano al hombre; sólo que como estaba rodeada de principios teológicos, se abandonó en la argumentación filosófica, y se optó por hablar de Dios desde otros ángulos, distinguiéndolo del ámbito teológico.

El concepto de Dios persona10 que desde la Época Contemporánea se ha acuñado en algunos pensadores lo único que hace es platear las cosas desde otro enfoque, no es mayormente novedoso en cuanto contenido, pero sí en cuanto a la forma de cómo se presenta. Ya no se parte de la idea de Dios, como máximo pensable, como suma de perfecciones, como absoluto, como causa creadora. Ahora el planteamiento responde a la experiencia personal de los individuos. Yo tengo una idea de Dios porque tengo experiencias que me llevan a asumir esa idea, pero no a la inversa11.

Es decir, debido a que tengo experiencia de muerte, de límite, de imperfección, de fragilidad, de existencia, de la vida, etc…, por eso puedo hacerme de la idea de un ser distinto de todo eso, pero no al revés. No parto primero de la idea para luego ilustrar mi existencia, sino que partiendo de mi experiencia existencial puedo asimilar la idea de un Ser al que llamo Dios. Y así, desde este enfoque, puedo partir de mi realidad personal, lo

9 Cf. H. Beck. El Dios de los sabios y de los pensadores, Madrid 1968, 152-16310 Cf. J.M. VELAZCO. El encuentro con Dios, Madrid 1995, 12511 Cf. B. WEISSMAHR. Teología natural, Barcelona 1986, 45

4

Page 5: Del Dios Persona Al Encuentro Personal

cual me lleva a entender a Dios también como persona, ya no como idea vacía o desligada de mi realidad.

Así pues, partiendo de mi realidad personal, no explico a Dios desde mi persona pero sí lo asimilo como cercano a mí y puedo ahora relacionarme con Él de forma más cercana y directa. Es decir, se abre la vía de comunicación a través de la personalidad humana y divina y viceversa12.

4. Posibilidad de interrelación entre Dios y el hombre.

Pero ahora surge una pregunta obligada, ¿en verdad es posible que el hombre se relacione con Dios y Dios con el hombre? De entrada suena un poco atrevido pensar que el hombre pueda relacionarse con Dios de tú a Tú. Claro, esto es así cuando se toma en cuenta la trascendencia divina. Pero viéndolo desde la experiencia humana resulta cercana la posibilidad de entrar en interrelación con lo divino13.

Primero hay que comentar que desde la perspectiva de los ateos o agnósticos, es imposible mantener una relación con lo divino, ya sea por la negación de su existencia o ya sea por la distancia que hay entre lo divino y lo humano14. Aunque los agnósticos nieguen la posibilidad de explicar la existencia de Dios y su esencia, hay quienes aceptan su presencia y su acción en el devenir humano. Pero, ¿cómo podría relacionarse adecuadamente el ser humano con Dios sin entender algo de lo que es y su esencia? Resulta claro que la relación con Dios implica cierto conocimiento de Él, no sólo la aceptación de su presencia. Lo cierto es que hay quienes niegan la relación con Dios. Muchos existencialistas han establecido que la misma experiencia humana demuestra que existe una distancia infranqueable entre Dios y el hombre. Otros racionalistas han argumentado que no se puede explicar a Dios pero sí se hace necesaria su incursión en la historia humana y que debemos tomarlo como guía en el obrar humano.

Por otro lado, los que afirmar la posibilidad de la relación con Dios lo hacen desde diversas instancias. Se puede asegurar que el hombre está en relación con Dios como la creatura está en dependencia de su Creador, como el efecto está vinculado a la Causa, etc.15 Pero también esta interrelación se explica desde la realidad misma del ser humano, que está en constante apertura a la trascendencia y en constante búsqueda de sentido y fundamento de su existencia. Así mismo, hay quienes afirman la injerencia divina en la

12 Cf. B. WEISSMAHR. Teología natural, Barcelona 1986, 48-5213 Cf. J.M. VELAZCO. El encuentro con Dios, Madrid 1995, 12314 Cf. M. GRISON. Teología Natural o Teodicea, Barcelona 1989, 189-19415 Cf. B. WEISSMAHR. Teología natural, Barcelona 1986, 153

5

Page 6: Del Dios Persona Al Encuentro Personal

historia humana, hablan de la providencia divina, de la creación continuada, de la guía divina, de la plenificación de la persona en la voluntad divina, entre otras cosas.

Ciertamente, habría que distinguir a qué tipo de relación nos estamos refiriendo, pues es verdad que el hombre puede estar en contacto con lo divino, pero no de persona a persona como entre iguales16. Pero tampoco de forma distante, de forma esclavizante o aniquilante. Dios es un Ser de suyo en apertura, tanto Inmanente como Trascendente, lo cual nos indica que en su naturaleza está el establecer contacto y relación con los demás seres17. La dificultad estaría tal vez en el humano, sobre su capacidad de entrar en contacto real con lo divino. Pero, tomando en cuenta la naturaleza intelectual del humano sabemos que sí puede establecer relación con Dios. No sólo a nivel emocional, sino a nivel espiritual a través de su capacidad intelectual. Habría que tener cuidado de no reducir la relación entre lo humano y lo divino a la cuestión meramente sensible o emocional, aunque no las excluya.

Para concluir este trabajo, quiero comentar que esta tendencia del pensamiento humano que considera a Dios como persona y por ende más cercano a su realidad tiene mucho que enseñarnos y hace verdaderos aportes positivos en la reflexión sobre Dios, pero habría que tener cuidado de no excluir todo lo demás, no renunciar a la reflexión profunda, abstracta, a veces tediosa sobre lo divino. No cometamos el error de renunciar a la ardua reflexión y argumentación sobre la realidad de Dios, podemos conjugar ambas cosas y lograr una sana interrelación entre lo humano y lo divino, sin llegar a caer en panteísmos o monofisismos o alguna otra contradicción. Es verdad, el hombre se relaciona con Dios y creo que hasta aquí llega el límite de la teodicea y empieza el de la filosofía de la religión, la cual se encargará de establecer qué tipo de relación se puede dar, de qué modo y con qué fines.

16 Cf. J.M. VELAZCO. El encuentro con Dios, Madrid 1995, 16417 Cf. M. GRISON. Teología Natural o Teodicea, Barcelona 1989, 199

6