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INTRODUCCION En el siguiente ensayo, el lector podrá encontrar al fenómeno delictivo ligado íntimamente con la sociedad desde diferentes concepciones y ciencias que se encargan de estudiar al delito y al delincuente. También encontrara conceptos y autores que en sus obras e investigaciones abordan este fenómeno social. Todos los seres humanos intentamos vivir en armonía dentro de la sociedad y es por ello que esta se rige por normas y leyes, para que de esta forma nadie altere el orden, es decir que la función de la ley es controlar, reprimir y castigar al delito. Cuando las leyes son quebrantadas por un individuo, se dice que el sujeto cometió un delito en contra del bien jurídico tutelado de la víctima. ¿Entonces será acaso que el delincuente es victimario o victima de la sociedad y el poder? ¿El poder y la economía de un país son para toda la sociedad? Para despejar estas preguntas te invito a que leas y analices con atención la siguiente investigación. EL DELITO COMO FENOMENO SOCIAL Hace ya más de dos mil años, Aristóteles dijo que un ser humano capaz de vivir fuera de la sociedad era una bestia salvaje o un Dios. Según los juristas clásicos y los de la escuela positivista, el delito tiene como primer elemento un sujeto activo que es el hombre. El delincuente es aquel ser humano que no le importa dañar a la sociedad sino satisfacer sus necesidades y el delito consiste en una transgresión a la ley; es decir que es todo acto u omisión que esta fuera del contexto de las leyes que rigen a la sociedad. Para poder conocer el delito, en su composición necesitamos conocer las siguientes posturas:

Delito Como Fenomeno Social

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INTRODUCCION

En el siguiente ensayo, el lector podrá encontrar al fenómeno delictivo ligado íntimamente con la sociedad desde diferentes concepciones y ciencias que se encargan de estudiar al delito y al delincuente. También encontrara conceptos y autores que en sus obras e investigaciones abordan este fenómeno social.

Todos los seres humanos intentamos vivir en armonía dentro de la sociedad y es por ello que esta se rige por normas y leyes, para que de esta forma nadie altere el orden, es decir que la función de la ley es controlar, reprimir y castigar al delito. Cuando las leyes son quebrantadas por un individuo, se dice que el sujeto cometió un delito en contra del bien jurídico tutelado de la víctima.

¿Entonces será acaso que el delincuente es victimario o victima de la sociedad y el poder? ¿El poder y la economía de un país son para toda la sociedad? Para despejar estas preguntas te invito a que leas y analices con atención la siguiente investigación.

EL DELITO COMO FENOMENO SOCIAL

Hace ya más de dos mil años, Aristóteles dijo que un ser humano capaz de vivir fuera de la sociedad era una bestia salvaje o un Dios.

Según los juristas clásicos y los de la escuela positivista, el delito tiene como primer elemento un sujeto activo que es el hombre.

El delincuente es aquel ser humano que no le importa dañar a la sociedad sino satisfacer sus necesidades y el delito consiste en una transgresión a la ley; es decir que es todo acto u omisión que esta fuera del contexto de las leyes que rigen a la sociedad.

Para poder conocer el delito, en su composición necesitamos conocer las siguientes posturas:

A) concepción unitaria o totalizadora del delito: En esta teoría se considera al delito como un concepto monolítico, único, indivisible, que nunca admitirá que se le divida en fracciones o elementos, pudiéndose presentar o estudiar desde varios aspectos sin seccionarlo.

Al respecto, Villarreal Moro explica que el delito es un concepto unitario, compuesto por partes o elementos, sin que se rompa la unidad; el todo homogéneo está formado por partes. Esta afirmación es totalmente una contradicción porque solamente los que pertenecen a la postura analítica les es permitido hablar de los elementos del delito.

B) Concepción analítica o atomizadora del delito: Para esta concepción, el delito debe subdividirse en elementos, según el concepto que de él se tenga.

La división es ficticticia, se hace con fines didácticos, de compresión y de aplicación al mundo de la práctica.

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Claro que no por dividir al concepto jurídico en elementos, este debe perder su esencia. Los diversos autores nos hablan de un mínimo de dos elementos y un máximo de siete, nos encontramos con las concepciones del delito de índole bitómica, tritómica o triédrica, tetratómica, pentatómica, hexatómica y heptatómica.

Los elementos de concepción heptatómica son: conducta, tipicidad, antijuricidad, imputabilidad, culpabilidad, condiciones objetivas de punibilidad y de impunibilidad.

Los doctrinarios tradicionalistas mexicanos van más de acuerdo en su mayoría en la tetratómica, en donde se incluye: conducta, tipicidad, antijuricidad y culpabilidad.

C) Concepción sociológica del delito: Antes de los positivistas el delito fue considerado como concepto jurídico, debido a que las otras disciplinas no le habían tomado importancia.

Carrara, como fundador de la escuela clásica del derecho penal, define al delito como: la infracción de la ley del estado, promulgada para proteger la seguridad de los ciudadanos, resultante de un acto extremo del hombre, positivo o negativo, moralmente imputable y políticamente dañoso.

El positivista Garofalo habla del concepto como un fenómeno natural y social, y lo define: como una violación de los sentimientos altruistas de benevolencia y piedad y probidad o justicia, en la medida en la que se encuentra en la sociedad civil, por medio de acciones nocivas para la colectividad.

La escuela social, apoyada por Durheim, nos dice que: el ilícito penal es uno de los fenómenos de anormalidad de la sociedad, que su existencia es tan natural como normal, que forman parte de una sociedad sana y que es, además, un factor que determina la salud pública.

Pasteur solía decir que el delito es como una epidemia, el hombre tiene en el ser el microbio del delito y necesita acercarse a un medio propicio para que sea desarrollado, si el virus no llega al medio, resulta inofensivo, pero si se coloca en el ambiente adecuado, va a reproducirse y llegara a convertirse en un foco de contagio terriblemente virulento.

Para la escuela social es importante la desigualdad material y la división del trabajo, el sistema jurídico busca la justicia social ante todo y tiene un criterio político que busca la comprensión y las mejores sociales.

Esta escuela permite un fuerte avance de la criminología y su merito principal es el reconocimiento de la función social del derecho.

D) Concepción psicológica del delito: A la psicología le importa más descubrir cuántos y cuáles son los factores que impulsan al hombre a delinquir, más que a darnos una definición como tal.

Mira y López nos dice: que considerando al delito desde el punto de vista psicológico, llegamos a la conclusión absolutamente lógica y fatal del conflicto de fuerzas y factores que lo determinan, dentro de esta valoración el autor incluye los factores variables siguientes que son parte de los complejos determinantes de la acción delictiva: constitución corporal, temperamento, inteligencia, carácter, experiencia previa, constelación (clima o temple), tipo

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medio de reacción colectiva aplicable a la situación y modo de percepción de la situación por parte del delincuente.

E) Concepción filosófica: Todo concepto de delito se deriva de los principios éticos y morales que forman parte de la filosofía, las normas morales le brindan su esencia a los principios normativos juridicopenales, estos postulados deben encontrarse en evolución constante, tal como cambia la moral del hombre.

F) Concepción clínica: Benigno Di Tullio lo define como las ciencias de las conductas antisociales y criminales basadas en la observación y en el análisis profundo de casos individuales, normales, anormales y patológicos, intenta dar una explicación integral en cada caso; considera al ser humano como una entidad biopsicosocial y moral, debiendo incluir el tratamiento y el pronóstico e integrar el grado de peligrosidad.

Ada patricia Mendoza Beivide, psiquiatría para criminólogos y criminología para psiquiatras, Ed. TRILLAS, Df., México, 2007:31

El delito como concepto jurídico ha causado gran revuelo tanto en la sociedad como en las disciplinas científicas. Es por ello que existen diversas disciplinas que se encargan del estudio del delito y el delincuente e intentan explicar al fenómeno delictivo desde diferentes puntos de vista, todas estas ciencias coinciden en que el delito tiene estrecha relación con la sociedad porque de esta surgen los delincuentes y este nos repercute a todos ya sea de forma directa e indirecta.

Para la criminología clínica, los conceptos crimen, criminal y criminalidad son fenómenos antisociales, porque van en contra del bien común, y atentan la estructura básica de la sociedad, es decir que destruye sus valores fundamentales y lesiona las normas elementales de convivencia.

Luis Rodríguez Manzanera, criminología clínica, Ed. PORRUA,Df.,Mexico,2008:8

Según la psicología conductual, el individuo está limitado, distorsionado o coaccionado por la organización social y la delincuencia, es el resultado de impulsos instintivos, primitivos o animales, que subsisten en todos los individuos y que, en un momento dado, sobrepasan las barreras del control y la represión cultural.

José Bleger, psicología de la conducta, Ed. PAIDOS, Buenos Aires, Argentina, 1980:21

En la psicología criminal, la conducta delictiva es tomada como síntoma de enfermedad. Puesto, que el hombre no roba o mata porque nació ladrón o asesino, el delincuente al igual que el enfermo mental realiza sus conductas como una proyección de su enfermedad.

Mientras que el hombre aparentemente “normal” consigue reprimir las tendencias criminales de sus impulsos y dirigirlas en un sentido social, el criminal fracasa en esta adaptación. Es decir, que los impulsos antisociales presentes en la fantasía del individuo normal son activamente realizados por el delincuente.

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La conducta delictiva está motivada especialmente por las innumerables frustraciones a sus necesidades internas y externas que debió soportar el individuo, tales como la carencia real de afecto.

El delincuente proyecta a través del delito sus conflictos psicológicos, ya que esta conducta implica siempre conflicto o ambivalencia.

Hilda Marchiori, psicología criminal, Ed. PORRUA, Df., México, 2007:3

Para la sociología, los delitos son ocasionados por la desviación que puede dar lugar a respuestas severas por parte de la sociedad. La desviación no implica en todos los casos una acción o una opción voluntaria.

Para algunas categorías de individuos el mero hecho de existir implica la condena de otros. A menudo es así, como ven los jóvenes a los ancianos, los miembros de la raza blanca a las que no lo son, o las personas pudientes a quienes no parecen comportarse según sus propios cañones de conducta y etiqueta.

La mayor parte de los elementos de desviación o disconformidad que se nos ocurren son casos en los que alguien rompe una norma social perjudicando a terceros, como el que roba en el supermercado, el que maltrata a un animal o el que conduce borracho. Otra forma de desviación es cuando se excede en el cumplimiento de las leyes y las normas sociales.

Beckler dice acerca de los desviados que: estos no se comportan como el común de las personas y son “extraños”.

John J Macionis, Sociología, Ed. PRENTICE HALL, Madrid, España, 1999:205

Para que un sujeto llegue a delinquir deben existir ciertos factores detonantes, como son exógenos y endógenos. Es decir, que exista algún problema biológico, psicológico, psiquiátrico o sociológico.

Dentro de los factores exógenos, se encuentran ciertos detonantes comunes que se ven a diario en la sociedad: principalmente esta el desempleo, la falta de oportunidades de trabajo, que a su vez trae consigo pobreza, mala vivienda, desigualdad, analfabetismo, mentalidad y valores culturales o subculturales diferentes o contrarios, emigración, etc.

Otro factor social que contribuye a este fenómeno, son las leyes penales y procesales inadecuadas. Según autores positivistas como Ferri dice que la clase dominante en una sociedad es la que condiciona el orden jurídico.

Karl Marx pensaba que la ley, sirve para proteger los intereses de la clase dominante.

Para Quinney, la justicia capitalista está hecha por la clase capitalista, para la clase capitalista, y en contra de la clase trabajadora.

La teoría del conflicto trata de demostrar que la desviación refleja desigualdades sociales y de poder. La causa principal del delito son las desigualdades de clase, raciales, étnicas, o de género. El poder y desviación no son instancias aisladas o independientes. En primer lugar las

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normas, especialmente las leyes de cualquier sociedad no son neutrales, sino que favorecen a las clases sociales privilegias.

Los mejores salarios y puestos de trabajo, lo tienen la clase alta por ejemplo nuestros funcionarios y los trabajos mal remunerados los ejercen los obreros, esto quiere decir que la mayor parte de dinero se concentra en unas cuantas manos mientras que la mayoría de la población a penas puede alcanzar a cubrir necesidades básicas, aunque al paso que va nuestro sociedad cada día menos personas podrán alimentarse, vestirse, tener vivienda o tener educación escolar.

Es ahí, donde como sociedad debemos de empezar exigiendo igualdad para que no sigan aumentando los índices delictivos.

La delincuencia, no solo viola las leyes establecidas, sino también fractura a toda la sociedad, pues crea victimas, caos, pobreza y es dato testigos de que muchos factores no están funcionando correctamente en nuestra sociedad.

Pienso que la repartición del poder nunca ha estado dividida equitativamente a lo largo de toda la historia, y es por ello que, siempre el fenómeno delictivo ha existido.

Ciertamente todos algunas vez hemos pensado en cometer alguna vez cierta conducta antisocial pero está dentro de nosotros no llevarla a cabo. Cabe señalar, que no siempre un individuo pobre siempre va a llegar a delinquir todo depende de los valores morales con que fue educado y de otros factores.

Socialmente sabemos las causas que originan el delito, pero no hacemos nada porque debe existir cierto equilibrio entre la sociedad pudiente y el resto de la población, por tal razón en la sociedad no pueden solo haber cosas buenas sino también malas.

CONCLUSION

En pocas palabras, para que el delito sea llamado como tal, el acto debe ser cometido por un hombre.

La idea criminosa o la fantasía de delinquir puede surgir en la conciencia de cualquier individuo, aun del mas honrado, pero en tanto que unos la desechan del pensamiento, otras la aceptan hasta el punto de ejecutar el delito. Lo que determina el acto criminal es la conjunción de los factores individuales, sociales y físicos y su influencia varía según el delincuente.

Hay que señalar que la delincuencia es un problema social no solamente porque se expresa por conductas sancionadas, sino también, porque en ella gravitan las condiciones en que se desarrolla la vida del hombre; miseria, la subalimentación, el analfabetismo, la ignorancia y las continuas frustraciones.

El delito es como una plaga que poco a poco va creciendo y puede acabar por destruir por completo la estructura de sociedad, si no se hace nada por cambiar los esquemas que nos rigen como tal.

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No obstante no hay que olvidar que los sistemas socio- económicos son los que producen notoriamente conductas delictivas.

Es importante erradicar la pobreza y que la economía del país se encontrara de manera uniforme en la sociedad, aunque si en siglos pasados no ocurrió nada con esto, es posible que en pleno siglo XXI sigamos de igual forma.

BIBLIOGRAFIA

1. El animal social traducción de Jesús Albores Ed. TAURUS PENSAMIENTO, pág. 9.

2. Psicología de la conducta de José Bleger Ed. PAIDOS, pág. 21-22.

3. Sociología de John J. Macionis, Ken Plummer Ed. PRETINCE HALL, pág. 205-226.

4. Psicología criminal de Hilda Marchiori Ed. PORRUA, pág. 2-7.

5. Teoría del delito de Eduardo López Betancourt Ed. PORRUA, pág. 34-36.

6. Manual de criminología de Octavio A. Orellana Wiarco Ed. PORRUA, pág. 92-101.

7. Criminología clínica de Luis Rodríguez Manzanera Ed. PORRUA, pág. 4-9.

8. Psiquiatría para criminólogos y criminología para psiquiatras de Ada Patricia Mendoza Beivide Ed. TRILLAS, pág. 31-43