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Editado por Markus Miessen y Shumon Basar ¿ALGUIEN DIJO PARTICIPAR? UN ATLAS DE PRÁCTICAS ESPACIALES

Demasiado listo para ser correcto

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Demasiado listo para ser correcto: Los impresionantes éxitos políticos de la estupidez especial. Ensayo de Keller Easterling para el libro ¿Alguien Dijo Participar?

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Un reporte desde las trincheras del activismo cultural que describe el trabajo de algunos “practicantes espaciales”, que activamente traspasan las barreras del conocimiento local o universal.

Editado por Markus Miessen y Shumon Basar Contribuciones de: Åbäke, Shumon Basar, Johanna Billing, Celine Condorelli & Beatrice Gibson, Keller Easterling, Francesca Ferguson, Justin Frewen, Stephen Graham, Joseph Grima, Mauricio Guillen, Michael Hirsch, Bernd Kniess & Meyer Voggenreiter, Armin Linke, Brendan McGetrick, John McSweeney, Markus Miessen, Matthew Murphy, Lucy Musgrave & Clare Cumberlidge, Hans Ulrich Obrist, Bas Princen, Wendy Pullan, Frank van der Salm, Luke Skrebowski, R&Sie(n) con Pierre Huyghe, Peter Weibel, Srdjan Jovanovic Weiss y Eyal Weizman

dpr-barcelonawww.dpr-barcelona.com

ISBN 13: 978-84-613-0827-9

Editado por Markus Miessen y Shumon Basar

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DEMASIADO LISTOPARA SER CORRECTO:LOS IMPRESIONANTES ÉXITOS POLÍTICOS DE LA ESTUPIDEZ ESPECIAL Keller Easterling

“La filosofía se ha estado cuestionando acerca de la estupidez; Al menos se ha expresado la necesidad de enriquecer el concepto de error con determinaciones de diferente índole.” 1

Algunas de las estrategias políticas más exitosas en el mundo dependen de lo ingenioso de su estupidez. La estupidez es la facultad que lubrica la liberación y la recepción de un flujo de mentiras y oclusiones. Con la ofuscación como principal herramienta, la estupidez es un estupefaciente natural que da la bienvenida a todos. Sin embargo, la justicia, la lógica y la coherencia son algunas de sus máscaras más comunes. Pero esto es sólo una de las sorpresas de la estupidez. Se dice acerca del presidente Bush, como se dice de muchos dirigentes políticos, que es capaz de “hacer su propio clima”. Por lo tanto, creemos que la estupidez americana se caracteriza por una especie de miopía terca que se niega a ver con mayor amplitud la información disponible para la solución de diversos problemas. Parece que existe un sistema de creencias ciegas en el que sólo unos pocos ingredientes están disponibles para hacer frente a la compleja ecología política en la que la vida de las personas se encuentra en juego. Una administración inteligente intentaría acumular inteligencia en lugar de olvidarse de ella. Podríamos argumentar que es el planteamiento de un creyente el que origina esta forma de estupidez. Seguramente existen formas de estupidez que van mas lentas, que son menos brillantes y decididas. Sin embargo, con frecuencia no basta una sola creencia o una sola mentira para generar estupidez. El mundo se nutre de ficciones intrincadas y de irracionales valores simbólicos. Debe existir un sofisticado complejo

1. Avital Ronnell, Stupidity (Urbana and Chicago: University of Illinois Press, 2002), 20.

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de mentiras y muchas posturas evangélicas que sirvan para refrescar la creencia original. De hecho, algunas formas de estupidez realmente espectaculares utilizan la inteligencia para mantener su poder de persuasión. Parecen oscilar entre una decidida convicción que desea negar la información y una astucia notable en la recopilación de información. Si bien se reconoce la necesidad de auxiliares de tácticas y maniobras, esta “estupidez especial” nunca utiliza técnicas de recogida y manipulación de información en apoyo a una original visión del mundo. De este modo permaneciendo intacta, la organización que nunca tuvo la intención de adquirir información para crecer o alterarse sí misma, fortalece su propia estupidez. En esta tarea exhibe ingeniosos recursos de inteligencia, que al final resultan ser una forma muy inteligente de defenderse de nuevas informaciones e inteligencias externas. Irónicamente, en este caso la inteligencia es necesaria para alimentar lo hermético. Las creencias absolutas se alinean con lo patriótico, lo religioso, lo legal o lo científico como fuentes que impulsan a sus seguidores. Credos, hechos, leyes y estadísticas se reconocen por su peso como las bases para acercarse a las creencias mismas. La Biblia, la constitución y la historia antigua frecuentemente representan los sitios en donde han nacido las exclusiones y segregaciones de lla fe. La CIA, la SS, la KGB, Special Operations, la lucha de guerrillas, los bombardeos nocturnos, la extorsión y otras formas astutas de engaño responden al juego que se esconde bajo la mesa. Un complejo trabajo encubierto es necesario para cortar de raíz cualquier contradicción. George Bush continua “en línea” repitiendo la misma información una y otra vez, pero tras bastidores, una enorme inteligencia debe seguir la pista y restablecer el orden natural de los hechos del mundo para alinearlos con esta estúpida realidad. Una notable agilidad se despliega al servicio de la rigidez. Los regímenes de poder a la vez diversifican sus fuentes y contactos, mientras que la consolidación y abusos militares extienden y refuerzan su territorio. Esta paradoja de la información –en la que grandes cantidades de información son requeridas para mantener un estado informativo pobre- es una herramienta de poder bastante común. La paradoja incluso proporciona un perfecto camuflaje. Este es uno de los trucos favoritos de los justos libertadores como los Estados Unidos, pero también de los gobiernos neo-liberales que, como Jacques Rancière ha señalado, desean localizar el “fin de la política” en un consenso que destierra la información conflictiva.2

Keller Easterling

2. Jacques Ranciére, On the Shores of Politics (Londres: Verso, 1995).

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“información, paradoja de la estupidez”

Una materialización tridimensional –una caricatura- de la estupidez es también una técnica común del urbanismo contemporáneo. Zonas de libre comercio, clubes de golf privados, complejos turísticos, áreas de trasbordo y cualquier otro tipo de enclave de estas características llevan a la práctica un tipo de exclusión que intenta desterrar las leyes y la ciudadanía. Son formas urbanas racionalizadas para llevar a cabo una tarea económica sin las limitaciones e inconvenientes gubernamentales. Estos protocolos urbanos refuerzan físicamente el deseo del fin de la política como un centro abierto a la diversidad y representación. Están diseñados para materializar y apoyar la estupidez especial. Sin embargo, por especiales que sean, estos protocolos resultan bastante comunes, incluso banales en su manera de formar nuevos tipos de ciudades globales. De forma diferente a las ciudades globales que conforman los centros financieros, estas ciudades en principio proveen la estupidez estructural en la que se puede acomodar casi cualquier programa en forma de “parque” o enclave. Una empresa como CIDO o SKIL reproducirá, en cualquier parte del mundo, la misma fórmula urbana como por ejemplo, Shenzhen. Si bien esta

fórmula puede haber evolucionado debido a investigaciones de desarrollo, ha sido adaptada para centros de trasbordo, zonas de libre comercio y zonas francas para la exportación. Los sistemas de transporte, ya sean terrestres u oceánicos, por lo general forman grandes aglomeraciones urbanas transnacionales, como SIJORI o MEXICA en las cuales las mercancías pueden circular tomando ventaja de las tarifas, mano de obra barata y liberalización de precios. Trabajan con los gobiernos para organizar el funcionamiento simplificado de las aduanas, crear redes de mano de obra barata, eliminación de huelgas y de las contribuciones territoriales, el parque generalmente ofrece su “franqueza global”. Fieles a la paradoja de la información de la estupidez, algunas de las organizaciones globales más complejas en cuanto a logística, automatización, transportes y manipulación de materiales se deben

Vista aérea, Ciudad Humanitaria Dubai © Keller Easterling

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desplegar para eludir los derechos laborales y los derechos humanos al permanecer en la zona franca. Los políticos pueden fácilmente impulsar el consenso alrededor de un asunto que ofrezca olvido sin resistencia. Hay un “Transpark” en Carolina del Norte y un “Transpark” en Polonia. Adaptable a otros programas, el lenguaje estereotipado del urbanismo de estos parques sirve como tecnología informativa para los campus de Silicon Valley en Hyderabad, el Súper Corredor Multimedia o la Ciudad Internet de Dubai. La Ciudad Internet de Dubai fue el primer campus IT en aparecer como “parque del conocimiento” en las zonas de libre comercio. Dubai ha pasado a utilizar el parque como la unidad global de su expansión, ensayando con casi todos los programas imaginables. Llamando así “ciudad” a cada nuevo enclave, ya sea planificado o construido: Ciudad Internet de Dubai, Ciudad de la salud de Dubai, Ciudad Silicon Oasis, Ciudad del Conocimiento de Dubai, Parque Tecnológico de Dubai, Ciudad Multimedia de Dubai, Ciudad Humanitaria de Dubai, Ciudad Industrial de Dubai y Ciudad Textil de Dubai (6 millones de hectáreas). En Dubai también se construyen islas artificiales como The Palm o The World así como Dubailand, un enorme centro de instalaciones turísticas. Los Emiratos ofrecen convertirse en la zona franca mundial. Le alegra poder mantener todos los secretos, la investigación de todos los productos y procedimientos prohibidos y el blanqueo de identidades globales.

Keller Easterling

Show Island (Greenland), The World, Dubai, 2005© NAKHEEL

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“la banalidad de los productos espaciales”

Muchos emplazamientos turísticos –incluyendo los de Dubai- parecen ofrecer las más cosmopolitas formas de especial estupidez. Como tal, el turismo es el socio perfecto para estos lugares o parques. Por ejemplo, Hyundai y la República Popular Democrática de Corea han colaborado con el centro turístico de Mount Kumgang, en el que se gana dinero con inversiones occidentales. Sin embargo, no es admitido ningún ciudadano de Corea del Norte a excepción del personal militar dentro de su recinto vallado y todos los guías, carteles y esculturas recitan los aforismos de Juche y la filosofía solipsística de autosuficiencia de la República Popular Democrática de Corea. Las identidades, los productos y las experiencias son blanqueados por las ficciones conjuntas de la oferta turística y la dinastía Soviética. La facilidad de esta aparentemente peculiar asociación en la República Popular Democrática de Corea ofrece pruebas precisas de los posibles extremos llevados a formas urbanas que con frecuencia son considerados como banales. De hecho, su banalidad no es sólo su atractivo sino también la fuente de su vacuidad. La liberalización y la “relajada” realidad funcionan para solventar las diferencias

Doorknob in bathroom, Show Island (Greenland), The World, Dubai, 2005© Shumon Basar

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que podrían ser causas de conflictos, si realmente quisieran formar parte de un proceso político. En su perfecto sueño, prescriptivo y auto-reflexivo del fin de la política, la banalidad de los productos espaciales entrará en el reino de la utopía. Se transformará la banalidad en un extremo político y este aspecto utópico de carácter prescriptivo y auto-reflexivo se tornará en un paradigma.

Lejos de vulnerables, las feroces fronteras de estos enclaves de estupidez son al mismo tiempo elásticas y tensas. Se olvidad de las negociaciones usualmente asociadas con el urbanismo –negociaciones como las que conciernen al trabajo, derechos humanos o medio ambiente. Esto se deja como una condición exterior que no contradice la premisa principal. El trabajador forma parte de otra jurisdicción en otra nación o deberá ser un personaje móvil, invisible y sin rastro, que nunca asumirá la identidad del manifestante. Como dijo Zygmunt Bauman, este “vagabundo es el alter-ego del turista”.3 Él es el personaje sin nombre que proporciona un motor silencioso a nuestro consumismo ambulante. También es odiado y expulsado como la contradicción del perfecto y relajado régimen. Por lo tanto, el parque o enclave deja evidencia del “estado de excepción” fuera de la ley que Giorgio Agamben ha identificado no solo como un atributo, por ejemplo, de los campos de concentración si no también de las “zone d’attentes de nuestros aeropuertos y algunos suburbios de nuestras ciudades”.4 La contención no se encuentra, en ningún modo fija, sino atrapada entre mundos unidos por una especie de tensión superficial.

Keller Easterling

3. Zygmunt Bauman, “Tourists and Vagabonds” en Globalization: The Human Consequences (New York: Columbia University Press, 1998), 94.

4. Giorgio Agamben, Homo Sacer: Sovereignty, Power and Bare Life (Stanford: Stanford University Press, 1995), 175.

Interior, crucero hacia Mt Kumgang © Keller Easterling

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“maniobra lograda por la agilidad de la estupidez”

La correcta resistencia política, segura de sus principios centrales, extrañamente se parece a la recta tautología de la estupidez misma. La rectitud incluso alimenta, la tendencia de la estupidez hacía un simétrico punto muerto. Además suele ocurrir que las posturas iniciales de resistencia política esten manipuladas con múltiples ficciones, por la ágilidad propia de la estupidez. Ciertamente muchos de los clásicos poderes asociados al proletariado se aplican a un tipo de trabajador que no existe más. La resistencia que protege la auténtica localidad no solo protege una ficción imposible en un mundo en donde el capital esta fluyendo en todas direcciones y establece objetivos para futuros abusos. Sin embargo, al igual que la utopía del parque se convierte en su supuesto contrario –una condición ubicua- así el estado de inmunidad y excepción política pueden convertirse en su opuesto: la resistencia. La excepción, que alternativamente se entiende como una oportunidad temporal y única, puede crear condiciones externas e internas para ubicar este tipo de parques en la encrucijada del conflicto político que intenta combatir. Estas oportunidades pueden ser más eficaces no cuando correcta y oficialmente atacan el problema, si no cuando inventa un rebote ingenioso que cambia los términos de la situación. En este sentido, herramientas como la arquitectura y el urbanismo, que parecen estar alejadas de los negocios políticos, pueden ser particularmente adecuadas dentro de un nuevo resquicio tecnológico o logístico –aquel que prima el poder del bloqueo sobre otras contingencias políticas. La resistencia también puede adoptar la agilidad de la estupidez para manipular y confundir las situaciones más abusivas a nivel mundial- si es demasiado lista para ser correcta.

Filas de trabajadores de Emaar para trasladarse a casa, Dubai, 2005 © Akis Pattihis

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