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Año 11, Núm. 3 / Julio-Septiembre 201834
ECONOMÍA ACTUAL
Demografía electoral del Estado de México de cara a las elecciones federales 2018
Yuliana Gabriela Román Sánchez1
Wendy Ovando Aldana2
Introducción
El próximo 1 de julio de 2018 marcará un parteaguas político en México. El Instituto Nacional Electoral (INE) ha calificado al proceso electoral 2018 como uno de los más grandes y complejos en el país; ya que poco más de 80 millones de mexicanos podrían hacer efecti-vo el voto en las elecciones federales para la elección de Presidente de la República, Senadores y Diputados Fe-derales, además de algunas gubernaturas y presidencias municipales (INE, 2018).
El Estado de México, al ser la entidad más pobla-da del país, registra la cantidad de votantes más ele-vada con 10.9 millones de individuos registrados en el Padrón Electoral; situación que le convierte en una entidad clave para las elecciones federales de 2018. Sin embargo, existen cuatro entidades más que concentran cantidades casi similares de votantes: Ciudad de Méxi-co con 7.3 millones, Veracruz 5.5 millones y Jalisco 5.4 millones (INE, 2018). Es decir, en estos cinco estados se
presenta lo que se conoce como el Principio de Pareto, solo cinco entidades concentran cuatro de cada diez po-sibles votos.
Bajo este panorama, el objetivo del presente artí-culo consiste en abordar algunos aspectos demográficos de los votantes del Estado de México y, de esta manera, identificar la importancia que tiene la entidad de cara a las elecciones federales de 2018. El documento se com-pone de dos apartados. El primero destaca a la demo-grafía electoral como una herramienta indispensable en cualquier proceso político-electoral. El segundo mues-tra algunas características relevantes de los votantes en la entidad mexiquense que permitirán exponer la de-mografía electoral del Estado de México. Por último, las conclusiones y bibliografía.
1. La demografía electoral como herramienta política
El estudio de la demografía y la política es de gran tras-cendencia para el desarrollo de un país. Por un lado, la demografía es el “estudio de los determinantes y las consecuencias del tamaño y estructura de la población” (Preston, 1978: 299). Mientras que la política permite la intervención del gobierno en las áreas prioritarias de un país, tales como: educación, población, planeación ur-bana, seguridad, pobreza, entre otras. En consecuencia,
1 Profesora de Tiempo Completo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población de la Universidad Autó-noma del Estado de México. [email protected]
2 Profesora de Tiempo Completo de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México. [email protected]
Yuliana Gabriela Román Sánchez y Wendy Ovando Aldana
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el Estado hace uso de sus recursos fiscales para satisfacer necesidades sociales de la población.
Por lo anterior, la demografía y la política son dos áreas de conocimiento estrechamente relacionadas; puesto que la dinámica demográfica está determina-da por factores sociales, económicos y culturales, pero también políticos. A su vez, la situación demográfica ejerce un efecto importante en el desarrollo de la polí-tica. En consecuencia, el cambio en la estructura etaria (por edad) y la composición de la población transfor-man las demandas y necesidades sociales; por lo que los tomadores de decisiones debieran considerar los cambios poblacionales en el planteamiento de políticas. Más aún, es preciso tener un acertado conocimiento sobre la población al momento de programar, focali-zar, distribuir y por supuesto también en los procesos político-electorales.
Según Salcedo (s/f), la influencia observable de la política en la demografía viene acompañada de una re-lación inversa -no siempre tan obvia o tan estudiada-: la influencia que los procesos demográficos tienen en los procesos políticos. En este sentido, el estudio de la demografía política es aún incipiente en México, existen pocos acercamientos a esta subdisciplina, pero se confía en que cada vez más demógrafos, politólogos, sociólo-gos, economistas y otros especialistas se interesen en esta relación disciplinaria.
De manera específica, la demografía electoral se podría definir como una rama de la demografía política que se encarga del estudio de los procesos electorales. Esta disciplina resalta la premisa de “una persona, un voto” (Martínez, s/f). Los especialistas en demografía electoral son, quizá, de los asesores mejor pagados en el momento de las elecciones, debido a que realizan un análisis exhaustivo del patrón electoral, se encargan de desmenuzar las características sociodemográficas de los electores, su lugar de residencia y la relación con la distribución distrital; aspectos que hacen de ellos un as bajo la manga al momento de tomar decisiones, hacer propuestas y dirigir las campañas político-electorales.
2. Estructura electoral del Estado de México
El Estado de México, junto con Campeche, Coahuila, Colima e Hidalgo, son los estados que por más de 80
años han sido gobernados por un solo partido políti-co: el Partido Revolucionario Institucional (PRI). De acuerdo con Sánchez (2012) la entidad mexiquense representa un lugar estratégico para la ciencia política, puesto que lo que ocurre en este estado impacta en la arena política, electoral, económica, social y cultural. Por consiguiente, el Estado de México es considerado como un laboratorio del escenario federal: las eleccio-nes a Gobernador se llevan a cabo un año antes de las de Presidencia de la República. En otras palabras, esta entidad es el antecedente más inmediato de la elección federal porque preestablecen dimensiones para actores de la contienda federal.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2012), al año 2018, en el Estado de México residen 17.6 millones de habitantes; de los cuales, 68.5 tienen 18 años y más, lo que equivale a 12.0 millones. No obstante, el Padrón Electoral, que es el listado de ciudadanos de una determinada circunscripción terri-torial, quienes después de una serie de requisitos están en capacidad de ejercer sus derechos ciudadanos, de vo-tar y ser votados, entre otros (Herrero, 1991), tiene en su registro a 11.8 millones de mexiquenses. La lista no-minal3 cuenta con 11.6 millones de votantes y se espera que por lo menos se instalen 17,489 casillas dentro de las 6,167 secciones electorales que componen a la cir-cunscripción estatal (Sánchez, 2012).
Teniendo como antecedente que la participación de la ciudadanía de ejercer su voto ha ido disminuyendo desde el año 1997 y que en los últimos comicios de 2017 se registró una participación de 53.7 por ciento a nivel estatal, es decir, 6.07 millones acudieron a las urnas; la entidad presentó una participación menor que el pro-medio nacional el cual fue de 65.44 por ciento en el año 2012 (INE, 2018).
3 El padrón electoral fue de 11,872,147 millones de votantes; mientras que la lista nominal fue de 11,647,924 millones de-bido a que el Padrón Electoral incluye a los ciudadanos que tramitaron su credencial para votar y la lista nominal solo con-sidera a los ciudadanos que tienen, cuentan o ya recibieron su credencial.
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Datos al 26 de enero de 2018 del Padrón Electoral del Estado de México muestran que hay 11, 872,147 ciudadanos, donde 52.24 por ciento son mujeres y el resto -47.76- son hombres (gráfica 1).
En ese mismo sentido, el Pa-drón Electoral del Estado de Méxi-co muestra que el mayor volumen se concentra de 20 a 44 años: en este rango de edad se concentran 57.4 por ciento de los votantes. La gráfica 2 permite observar que los jóvenes de 18 a 19 años tienen una baja aptitud electoral: solo cinco por ciento ha tramitado su creden-cial para votar. De tal manera que, desde estas simples variables demo-gráficas -edad y sexo-, es posible visualizar estrategias de publicidad y mercadotecnia, así como propa-ganda político-electoral focalizadas a segmentos de la población para incentivar el voto; puesto que la vo-tación está determinada por varia-bles demográficas.
Cabe mencionar que, a pesar de contar con información sobre el Padrón Electoral, habrá que esperar la respuesta de la ciudadana el día de la elección. Tomando lo anterior como referencia, así como los datos de la participación por sexo y edad a nivel nacional4. Los datos permi-ten observar que no fueron los más jóvenes los que no acudieron a vo-tar, sino aquellos que tienen de 20 a 29 años, seguidos por lo de 30 a 39 años (gráfica 2).
Lo anterior sugiere que la elección de Presidente de la República está en manos de la población adulta que se encuentra dentro de mercado de trabajo y que, de alguna forma, ha vivido las crisis económicas de las últi-mas décadas, son quienes resienten los problemas socia-
Gráfica 1
Distribución según sexo de la población votante en el Estado de México, 2018
Fuente: Elaboración propia con base en Padrón Electoral (INE, 2018).
Gráfica 2
Distribución según edad de la población votante en el Estado de México, 2018
Fuente: Elaboración propia con base en Padrón Electoral (INE, 2018).
4 Se toma como referente el total nacional debido a que no fue posible localizar los datos para el Estado de México y sabiendo que tienen un comportamiento similar. Asimismo, se parte del supuesto de una igualdad de hombres y de mujeres en la parti-cipación electoral, aspecto que en la vida real no se presenta.
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les, el aumento de la delincuencia y, el día de la elección, serán quienes ejercerán su voto.
Al mismo tiempo, es impor-tante señalar el inicio del envejeci-miento de la población votante. De acuerdo con la gráfica 3, con pro-yecciones del CONAPO el grupo etario referido aumentará progre-sivamente. Esta alerta demográfi-ca debe tomarse en cuenta desde ahora y en las futuras elecciones: el Padrón Electoral 2018 muestra que 48.2% de los electores son mayores de 40 años, lo que tiene implicacio-nes directas en las estrategias, pro-puestas y soluciones de los candida-tos a la Presidencia de México.
Conclusiones
El sexo y la edad, entre otras varia-bles, se consideran determinantes individuales que se utilizan al medir la participación y explicar la conducta del votante. Las diferentes investigaciones en la materia no identifican tendencias generales de estas variables que puedan constituirse en determinantes universales de la participación electoral, además de que común-mente aparecen excepciones (Caporal, 2018).
En suma, los datos evidencian dos aspectos. El primero, que la tendencia de la población a votar se en-cuentra entre los 20 y 44 años de edad, pero son aquellos de 20 a 29 años quienes registran mayor participación el día de la jornada electoral, quizá sea por mayor cultura cívica o mayor nivel educativo, no obstante, son elemen-tos que tendrán que valorarse en próximos artículos. El segundo aspecto que se puede concluir es la tendencia al envejecimiento de la población votante, característica que será, además de un reto sociodemográfico y econó-mico para el país, un desafío electoral, pues con una po-blación que transita de adulta a adulta mayor las estra-tegias y propuestas deberán dar un giro en las campañas electorales.
Referencias
Caporal, A. (2018). “¿Quién vota en México?” http://www.ver-tigopolitico.com/articulo/30561/Quien-vota-en-Mexi-co. Consultado el 31 de enero 2018.
Consejo Nacional de Población (2012). “Proyecciones de la población 2010-2050”. México. <http://www.conapo.gob.mx/es/CONAPO/Proyecciones> Consultado el 16 de febrero de 2018.
Herrero, J. (1991). “La dimensión demográfica de un proceso político”. Demografía electoral, No. 4. UNAM, México, D.F. Consultado el 31 de enero 2018.
Instituto Nacional Electoral (INE) (2018). Voto y Elecciones. El 1 de julio de 2018. http://www.ine.mx/voto-y-elec-ciones Consultado el 31 de enero 2018.
Martínez, Graciela (s/f). “Movilidad de población vs. Redis-tritación electoral: un fenómeno migratorio con impac-to político. Temática: Demografía electoral”. <file:///Users/macair/Downloads/85Redistritaci%C3%B3n_SOMEDE.pdf> Consultado el 31 de enero 2018.
Preston, S.H. (1978), “The Next Fifteen Years in Demographic Analysis”, en Karl Taeuber, Larry I. Bumpass y James A.
Gráfica 3
Distribución según edad y sexo de la población votante en el Estado de México, 2018
Fuente: Elaboración propia con base en Padrón Electoral. INE 2018.
Demografía electoral del Estado de México de cara a las elecciones federales 2018
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Sweet (coords.), Social Demography, Nueva York, Aca-demic Press, pp. 299-313.
Salcedo, Juan (s/f). Demografía y Democracia. Consideracio-nes sobre las relaciones entre la demografía y la prác-tica política, Universidad de Valladolid. file:///Users/macair/Downloads/Dialnet-DemografiaYDemocra-cia-1048947%20(1).pdf Consultado el 31 de enero 2018.
Sánchez, Miguel Ángel (2012). “El proceso electoral mexi-quense 2011”, El Cotidiano, núm. 171, enero-febrero, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azca-potzalco Distrito Federal, México. pp. 5-16. Consultado el 31 de enero 2018.
Consulta los lineamientos editoriales en:
"Próxima edición, Volumen 10 Número 1 enero-junio 2018"
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