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Derecho de la Vida
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Derecho de la Vida
Memoria de Ofelia
Por el Dr. Gerson Villa González
Es curioso cómo se defiende el derecho a la vida, es tan fuerte este sentimiento que se han
desarrollado y estipulado leyes que la protegen de uno mismo y de los demás.
Como individuo dentro de esta sociedad no tienes el derecho de quitarte la vida ni de
quitarla de lo contrario las sanciones pueden ser muy severas e incluso tienes la obligación
y el deber moral de avisar al sistema de alguna falta de este tipo.
Desde pequeño te machacan esto hecho cívicamente y religiosamente.
El hecho de que el sistema castigue e incluso con la muerte el infringir este derecho no
impide que no sea una de las acciones más consumadas.
Los genocidios, asesinatos, abusos sexuales que culminan con la muerte, abortos, los
famosos acosos (Bulling), guerras, golpes de estado, dictaduras, religión, etc., traen como
consecuencias muertes y no una o dos sino miles, millones de gentes.
Entonces es hipócrita el sistema porque por un lado crea el derecho de protección y es el
único que puede castigar e incluso con la pena capital por el otro recluta gente para matar
y ser asesinado. Todo este teatro genera un derrame económico supermillonario para unos
pocos (guerras, organizaciones del orden, etc.).
Lo curioso de todo este asunto es que nos tienen tan controlados y estupidizados que con
solo apretar la tecla correcta responden gustosamente y solitos van al matadero, los pocos
que se resisten a este hecho criminal son marginados y sancionados.
Siempre he pensado y pensaré quienes nos controlan son los mismos que provocan los caos
para después solucionarlos.
Saben quién o quiénes son los alborotadores en todos los niveles y que hacen, son su quinta
columna los que rompen el equilibrio existente jalando y convenciendo a la gente de esa
causa pero realmente en su causa.
Con que fervor y pasión he oído hablar de estos alborotadores, la gente los admira, los
sigue, aplauden sus actos porque hacen lo que ellos en algún momento quisieran hacer y
no pueden.
Sus objetivos son los fines, no lo que tengan que hacer para obtenerlos.
Cuando te comienzan a adoctrinar te dicen y repiten desde pequeño que la patria es
primero, poniéndote de ejemplo aquellos héroes que dieron su vida por ella. Te inflan el
fervor patrio (bandera, himno y todo lo relacionado a ella).
Te acondicionan para cuando necesitan a la borregada esté lista para el sacrificio. He
escuchado no una sino siempre que jóvenes dicen: “todo lo hago por la patria”.
En lugar de decir “lo hago por mí por mi gente por su bienestar y salud”. Incrédulamente
te miran como si estuvieran blasfemando con algo tan sagrado como la religión misma.
La historia nos recuerda continuamente de las matanzas y abusos a los que ha sido sometida
miles, millones de gente por su raza y creencias.
Más aun así no aprendemos de esos hechos trágicos los volvemos a repetir afinándolos
sádicamente. Tal pareciera que gozamos o será que somos crueles y sádicos por naturaleza
que hasta atacamos a nuestra propia prole.
¿Lo violento y crueles es un gen a propósito de nuestros creadores así como el sexo y la
reproducción indiscriminada? Es increíble que se cree una maquinaria alrededor del control
natal en la mujer cuando el problema radica en el hombre mismo. Tal pareciera que esta no
tiene derecho a su cuerpo ni a decidir si quiere tener hijos.
El aborto es uno de los más delicados puntos a tratar. El de decidir si se deja nacer una
nueva vida o no pero también conlleva mucha responsabilidad que en muchos casos no se
tienen ni quieren tener.
Esos que están en contra del aborto, deben pensar no solo el hecho de ir a gritar sino ser
conscientes que una vez que nazca ese nuevo ser si va a ser atendido, cuidado y protegido
hasta el momento de valerse por sí mismo.
Antes de gritar, protestar y atentar en contra de médicos y mujeres debe analizar y evaluar
los pos y contras de estas acciones y no ser irresponsables movidos por los intereses de
otros.
Lo mismo va para aquellos enfermos terminales que quieren terminar con su sufrimiento
de forma digna y que el sistema se lo impide argumentando que es un derecho divino y va
en contra de las leyes establecidas. Entonces nuestro derecho a la vida está basado en los
deseos de un dios al que no conocemos, ni conoceremos que puede arrebatárnosla si él lo
decide por lo consiguiente estamos sujetos a sus caprichos y necesidades, así como las leyes
establecidas y creadas por el hombre mismo.
Somos humanos cuando nos conviene. Somos inhumanos por diversión y placer. Hay una
línea muy delgada entre humano e inhumano realmente no se sabe dónde comienza uno y
donde termina el otro.