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Des-enmarcando el uso de la lengua a través de procesos de resistencia. Una
mirada desde la literatura afrocolombiana
Katherine Domínguez Contreras [email protected]
Trabajo de Grado presentado para optar al título de Licenciado en Lengua
Castellana
Asesor: Christian Andrés Hernández Rodríguez
Candidato a Doctor en educación. Magíster (MSc) En literatura colombiana y
Latinoamérica. Licenciado en literatura.
Universidad de San Buenaventura Colombia
Facultad de Educación
Licenciatura en Lengua Castellana
Santiago de Cali, Colombia
2019
CItar/How to cite (Domínguez, 2019)
Referencia/Reference
Estilo/Style:
APA 6th ed. (2010)
Domínguez, K. (2019). Des-enmarcando el uso de
la lengua a través de procesos de resistencia. Una mirada
desde la literatura afrocolombiana. (Trabajo de grado
Licenciatura en Lengua Castellana). Universidad de San
Buenaventura Colombia, Facultad de Educación, Cali.
Bibliotecas Universidad de San Buenaventura
Biblioteca Fray Alberto Montealegre OFM - Bogotá.
Biblioteca Fray Arturo Calle Restrepo OFM - Medellín, Bello, Armenia, Ibagué.
Departamento de Biblioteca - Cali.
Biblioteca Central Fray Antonio de Marchena – Cartagena.
Universidad de San Buenaventura Colombia
Universidad de San Buenaventura Colombia - http://www.usb.edu.co/
Bogotá - http://www.usbbog.edu.co
Medellín - http://www.usbmed.edu.co
Cali - http://www.usbcali.edu.co
Cartagena - http://www.usbctg.edu.co
Editorial Bonaventuriana - http://www.editorialbonaventuriana.usb.edu.co/
Revistas - http://revistas.usb.edu.co/
Biblioteca Digital (Repositorio)
http://bibliotecadigital.usb.edu.co
Dedicatoria
Este trabajo de grado está dedicado a Dios y a mis padres por haberme dado la vida
y permitirme el haber llegado hasta este momento tan importante de mi formación
profesional. A mi madre por demostrarme siempre su cariño y apoyo incondicional sin
importar nuestras diferencias de opiniones. A mi padre, por ser el pilar de nuestra familia y
un gran ejemplo de vida. A mi hermano por compartir momentos significativos conmigo y
por siempre estar dispuesto a escucharme y ayudarme en cualquier momento.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
Resumen
Partiendo del concepto de lengua desde la visión de encuadre social, con normativas
que hacen parte del mismo, y, analizada desde su uso en las comunidades afrocolombianas
en procesos de resistencia; este trabajo analiza las condiciones de la oralidad a partir de dos
cuentos de literatura afrocolombiana, y cómo a partir de ello, se expresan situaciones de
resistencia en sus discursos. De tal forma, se realiza una dese-marcación de la lengua en la
literatura afrocolombiana, así como una valoración de dichos cambios como patrimonio
cultural que encuadran el aspecto de resistencia política de esta comunidad, y finalmente, se
propone un reconocimiento de esta percepción como recurso de análisis por parte de otros
críticos posibles en dos cuentos de literatura afrocolombiana escritas por un autor
afrocolombiano, teniendo en cuenta todas las particularidades para dicho trabajo de
investigación con el fin de reconocer dichos procesos de resistencia.
Palabras clave: Marco; lengua; resistencia; literatura afrocolombiana, usos,
oralidad.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
Abstract
Part of the concept of language from the vision of social society, with the regulations
that are part of it, and analyzed from its use in Afro-Colombian communities in the processes
of resistance; This paper analyzes the conditions of orality from the stories of Afro-
Colombian literature, and how, from this, situations of resistance are expressed in their
discourses. In this way, an imbalance of the language is made in the Afro-Colombian
literature, as well as an appreciation of these changes as a cultural heritage that frames the
aspect of the political resistance of this community, and finally, a recognition of this
perception as a resource is proposed. of analysis by other critics.
Keywords: Framework; language; resistance; Afro-Colombian literature, uses,
orality.
7
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS
DE RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
Tabla de contenido
Pág.
1. Estado de la cuestión………………………………………………...........9
1.1 Uso de la lengua………………………………………………….....11
1.2 Comunidades afrocolombianas…………………………………..…12
1.3 Literatura afrocolombiana…………………………………,,,,,...….14
2. Problematización…………………………………………………,,,,…....17
2.1 Formulación del problema……………………………………,,..…22
2.2 Marco Conceptual…………………………………………...…......22
2.2.1 La lengua vista como marco………………………….…......22
2.2.2 Resistencia desde la literatura afrocolombiana………….….24
3. Objetivos……………………………………………………………...…..26
3.1 Objetivo General…………………………………………………..26
3.2 Objetivos Específicos……………………………………………...26
4. Justificación……………………………………………………………...27
5. Marco Metodológico……………………………………………….…….30
5.1 Criterios de selección de obras……………………………….…....31
5.2 Perspectiva crítica literaria……………………………………...…31
5.3 Plan integrado de análisis…………………………………….....…33
5.3.1 Análisis Sangre en el Llano………………………………....33
5.3.2 Análisis Sonata para Dos Tambores………………...….…..40
6. Anexos…………………………………………………………..…..........48
7. Conclusiones………………………………………………..……….…..57
7. Bibliografía………………………………………………..……….…....59
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Introducción
La literatura afrocolombiana en los últimos años ha logrado ser reconocida en
procesos culturales e incluso llegando a ser parte de muchos trabajos académicos, donde se
analizan cuentos, poesía y diversas expresiones que permiten tener una memoria frente a lo
histórico de estas comunidades. A partir de ello, radica el pensamiento que ha permitido
realizar este trabajo, sobre todo porque dicha literatura combina todas las especificaciones
que se necesitan en cuanto a la demostración del uso de la lengua y la enmarcación general
de la misma en otros ámbitos. Los cuentos como ruta de investigación, permiten descubrir
infinidad de riquezas que contemplan diferentes culturas, pero específicamente para este
trabajo, la cultura afrocolombiana, tanto la forma descriptiva de las realidades físicas
acuáticas como las vivencias en torno a las relaciones amorosas entre pescadores, canciones
y movimientos corporales; por lo que se reconoce su importancia y se permite hacer un
estudio cultural del uso de la lengua castellana, quien tiene unas especificaciones de su
usanza de forma normativa donde las comunidades afrocolombianas han des-enmarcando la
misma y que a su vez han estado haciendo unas adaptaciones, las cuales tienen un sentido
de resistencia y ésta se usa para exaltar las condiciones culturales de la comunidad y también
exponer pensamientos que recuerdan la represión vivida durante tantos años de historia.
Todos estos discursos inmersos en la literatura afrocolombiana que desde un
principio han sido oralizados y que de cierta manera con esas mismas especificidades de
cambios en su práctica han sido trasladados a la escritura, permitiendo que tanto los
discursos mismos como el uso de un contra lenguaje sean posibilitadores de resistencia y de
permanencia cultural y social. Este trabajo consta de un estado de la cuestión donde se
muestran los diferentes usos de la lengua, así como las especificaciones de la cultura
afrocolombiana tanto en su literatura como en su oralidad. Seguidamente, se desprende un
problema y un marco referencial conformado por dos grandes tendencias: la lengua como
marco, y, la resistencia desde la literatura afrocolombiana. Una metodología que explica el
proceso analítico de los cuentos seleccionados para el desarrollo del mismo.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Estado de la cuestión
Lo desarrollado en este trabajo de investigación permite ahondar en una serie de
temas y subtemas que subyacen en este estado del arte, que permitirán entender lo que se
quiere cuestionar en torno los procesos des-enmarcación del uso de la lengua a través de
una construcción de resistencia cultural desde una mirada en la literatura afrocolombiana.
Entre las variables a tener en cuenta está la población objeto de estudio de la que
trata la investigación, las comunidades afrodescendientes, sus orígenes, su
transculturación, los procesos de exclusión e incluso de invisibilización; por otro lado, la
identidad cultural, abordada desde la perspectiva de los cambios identitarios sufridos por
estas comunidades; lo que va de la mano con el tema de la resistencia cultural, así como
de las transformaciones de la lengua que tienen lugar a través de este proceso y su uso
oralizado quien se traslada a la literatura misma. Partiendo de esta lógica, que tienen las
comunidades afrodescendientes en América Latina, que como es de todos conocido,
proviene de los esclavos africanos que llegaron a las costas americanas en los tiempos en
los que empezaba a escasear la mano de obra indígena por el maltrato sufrido por los
españoles, en sus colonias.
|Un escritor de trayectoria universal, si se toman sus escritos como banderas hacia el
reconocimiento de las negritudes, fue Franz Fanon, del cual solo se mencionará a modo de
información que nació en Martinica cuando la isla aún era colonia francesa, vivenciando
en carne propia el racismo de las tropas navales de Francia cuando se establecieron en su
tierra, lo que influenció de manera determinante su pensamiento y su obra, que se inspiran
en un pensamiento crítico y revolucionario per se, que han permitido profundizar en
debates que problematizan la descolonización, el pensamiento marxista, la marginación, la
desigualdad social, la raza, los conflictos de clase, el lenguaje y la cultura, entre muchos
otros temas (Valdez, p. 8). Sus obras permiten definirlo como una persona con
pensamientos “anticoloniales, antirracistas, y antipatriarcal, que son los tres postulados que
guían el actuar de los que hoy buscan la transformación profunda de nuestras injustas
sociedades” (Valdez, s.f., p. 10).
Ahora bien, por qué es importante traer a colación un personaje como este, pues no
es ningún tipo de atracción por la literatura o por hacer una revisión documental ajena a la
investigación planteada; es porque se trata de una persona que toda su vida adulta analizó
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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y luchó contra el racismo, creando herramientas que permiten develar la realidad de siglos
de colonización y dominación moderna-occidental donde de igual manera evidenció los
procesos de resistencia en las acciones por parte de las culturas afro, “en particular por la
existencia dada a conocer como “negritud” que es el ser otro de la “civilización moderna”
o su anverso, sumergido y silenciado” (Valdez, s.f., p. 14).
En la pluma de Nina de Friedemann, se emulan pensamientos como el de Franz
Fanon, señalando que a pesar de los esfuerzos de los imperios o colonizadores modernos
de desintegrar las comunidades africanas a través del movimiento esclavista en América,
y rearticular los continentes negros por lotes mezclados, no pudieron impedir la
supervivencia de su memoria sociocultural puesto que como se ha mencionado en la
problematización y justificación, su carácter de resistencia vehiculizado a través de la
oralidad y trasladado a la literatura reúne a los afrodescendientes para darles pertenencia
comunitaria .
En el caso colombiano, el discurso antropológico habla de “huellas de africanía”,
que fácilmente se observan en la música, su cocina, religión, los ritos, la tradición oral que
ha prevalecido por siglos, extendiéndose desde los grupos afrocolombianos hacia el resto
de la población del país; formando parte de la identidad nacional, aunque sus orígenes no
sean siempre reconocidos, estos mismo se han encargado de develar su memoria colectiva.
Por lo que Maglia & Moñino (2015, p. 176) plantean.
reconocer las células semióticas de la tradición oral afrocriolla cumple la doble
función de permitir un análisis intrínseco de las microexpresiones locales y a la vez establecer
estándares que permitan reconocerlas en las macromanifestaciones nacionales hasta donde se ha
extendido el poder de la africanización.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Uso de la lengua
Es claro que el uso de una lengua de forma determinada por parte de grupos humanos
establece su organización a partir de su contexto, la relación de estas personas con el
ambiente natural y social y las herramientas simbólicas. De esta forma, en el momento de
estudiar de manera antropológica a una comunidad, la lengua es un eje posibilitador de la
misma, que permitirá realizar un análisis a partir de las inferencias de comunicación. Por
ende, el lograr hacer un estudio de la oralidad y el uso discursivo de las comunidades
afrocolombianas a partir de la literatura será apropiado para ello. Los autores Zorraquino
y Portoles (1999) mencionan que los hablantes se comunican presentando lo dicho como
un estímulo que permite al oyente obtener por medio de inferencias de cultura razonar lo
mencionado, todo esto a partir de los contextos vivenciados en la per locución.
La lengua es algo sumamente cotidiano, que los usuarios no se percatan de la
cantidad de relaciones y situaciones comunicativas que tiene en un día, asimismo está en
el ejercicio comunicativo que posibilita la creación de cultura e identidad de grupos. Como
menciona Penadés (1995) en su investigación acerca de la enseñanza de la lengua
castellana, se permite visionar el proceso de adquisición o aprendizaje de una lengua y
cómo ésta se lleva a cabo, no en una situación natural sino institucionalizada, siendo el
aprendizaje de la lengua el resultado de un sistema estructurado de enseñanza específico.
Lo que permite entender que para que se desarrolle una capacidad comunicativa se deben
deducir y abrir aspectos simbólicos propios de la lengua y su territorio. Por otro lado,
Reyzábal (2016) manifiesta que el desarrollo de una competencia comunicativa trae
consigo un saber, que son los conocimientos de la lengua y un saber hacer, que serían los
procedimientos de ésta misma, teniendo en cuenta que cada lengua trae consigo una serie
de cargas simbólicas sociales e históricas, de aquí la idea que la adopción de la lengua
castellana está basada en los principios y normas sociales de España, por ende el enseñar
la lengua castellana en Latinoamérica desde una visión de la norma gramatical revela que
hay aspectos formales de dicha lengua que son necesarios empezar a pensarse el cómo
llevarse a la escuela, puesto que se reconoce que Latinoamérica es un territorio
multicultural dicha enseñanza se torna descontextualizada, ya que corregir las maneras de
hablar de este contexto ha significado darle sentido al contexto propio, a la lengua propia
y al lenguaje y cultura propia, por consiguiente vale la pena preguntarse ¿qué es lo propio?,
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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¿cómo se ha configurado la lengua en Latinoamérica y con ello en Colombia?, desde esta
perspectiva es entonces importante referirse no a monoculturas del saber sino a realidades
multiculturales que difieren en este contexto latinoamericano para la enseñanza de la
lengua castellana.
De esta manera, el autor Butler (2009) manifiesta dichas rupturas y cambios en la
lengua y demás procesos sociales teniendo en cuenta el concepto de marco que se
compacta con el concepto de lengua, puesto que se extienden normativas frente a una
lengua específica que se generaliza en todo orden social, ordenando unas identidades
según las exigencias del mismo, pero éste en su proceso de búsqueda de enmarcación total
entraña su constante ruptura, convirtiéndose en el problema que ha de gestionar la
normatividad que produce la necesidad de analizar el uso oralizado de la lengua en las
comunidades afrocolombianas visualizado en su literatura.
Comunidades afrocolombianas
Como bien se dijo anteriormente, las comunidades afrocolombianas provienen de los
esclavos africanos que llegaron a las costas americanas. En particular, en el país existen
varios estimativos de la población afrocolombiana de acuerdo a las encuestas demográficas
que a partir de 1993 se han venido realizando; sin embargo, los resultados de algunos de
estos estudios no han sido avalados por un adecuado censo poblacional que pueda
determinar la confiabilidad de las cifras reveladas por ellos; de tal manera que solo puede
decirse que se trata de una minoría con un peso demográfico significativo que los ubica
entre un 10 y 22% del total de la población colombiana (Urrea, 2006). Urrea continúa
comentando que para la visibilidad estadística de la población afrocolombiana es
indispensable que sea reconocida la dimensión racial o el fenotipo, pues si solo se toma en
cuenta la dimensión étnica se estaría desconociendo el fenómeno sociológico especifico
de la identidad de la población afrocolombiana, en la cual solo se toma en cuenta la
apariencia racial o color de piel. Esto tiene su origen en la discriminación racial que
históricamente se dio en el país y ha pasado de generación en generación hasta nuestros
días, y procede de la herencia de la esclavitud colonial republicana, contextualizada como
jerarquía racializada de la estructura social del país (Urrea, 2006, p. 25).
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Un aspecto que se toma en cuenta es que el modelo de identidad afrocolombiana no
sigue un principio estructurante único, contrario al papel dominante que desempeñan las
dinámicas sociopolíticas locales en la afirmación neo-étnica en la región del Pacífico. Esta
percepción del fenotipo interacciona con otras características individuales como las
biológicas, sociales y culturales, lo que determina la construcción de la alteridad y sus
consecuencias en términos de segmentación y segregación de los espacios urbanos. Es así,
que la “raza” en el sentido de la categoría fenotípica percibida, interpretada y utilizada, en
muchos casos de forma racista, en las interacciones sociales, se convierte en uno de los
elementos fundamentales de la “fabrica de las lógicas sociales” al interior de la sociedad
colombiana (Urrea, 2006, p. 25).
De esta manera, también es importante tener en cuenta el concepto de identidad
cultural que ha estado impreso en la cultura afrocolombiana quienes a partir de las
expresiones culturales han trasmitido el conocimiento sobre ésta, a pesar del no
reconocimiento cultural de muchas personas con fenotipos raciales afro, la cultura
afrocolombiana ha demostrado un gran movimiento social frente a su cultura identitaria y
de determinadas formas han inculcado la resistencia a partir de las historias contadas de
forma oralizada y escrita estableciendo marca claras de una identidad caracterizada por su
politización de discursos y sus expresiones significativas en el uso del cuerpo y de la
lengua, transformando todos los saberes colonizadores a sus necesidades y contexto
referente al reconocimiento de lo sufrido y lo resistido por parte de los ancestros y los que
continúan haciéndolo desde una percepción más libre.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Literatura afrocolombiana y la oralidad
Es evidente que el proceso de solidificación del concepto de literatura
afrocolombiana se determina a partir del reconocimiento del concepto de
afrocolombianidad, ligada claramente al concepto de afrodescendiente y quien en él se
construyen conceptos de resistencia de pueblos esclavizados, creando una comunidad
cultural, que se caracterizaba por tener unas expresiones artísticas que en su mayoría
contenían historias, donde se crearon movimientos intelectuales con sentido que
vislumbran aspectos de uso de la lengua castellana pero con cambios significativos para su
discurso social, presentándose reglas de encadenamiento de enunciados que permiten ser
trasladados a lo escrito, y que desde un inicio demuestran cambios en la lengua como
resistencia al poder y sus saberes implantados.
En cuanto a la literatura afrocolombiana es evidente que se empieza primero con el
uso de la oralidad para hacer reconocimiento a la memoria histórica de la misma cultura
naciente en ese momento, convirtiéndose en la herramienta más fuerte de expresión por
parte de las comunidades afrocolombianas. La oralidad es una práctica propia del campo
del lenguaje que amerita tener una profundización en su estudio, al igual que los otros
componentes que la conforman, tales como la lectura y la escritura. La oralidad es la
primera práctica del lenguaje con la que se tiene acercamiento y se cuenta para construir
una interacción con el otro, así mismo es el primer encuentro de transformación cultural
por parte de las comunidades afrocolombianas quienes en su ejercicio de resistencia
dejaban de lado elementos propios del habla que se les había implantado y posteriormente
construyeron desde su uso una crítica, de lo que no reconocían en su momento como propio
pero que reconstruyeron creando un contra lenguaje que se convierte en determinante para
la cultura.
En este sentido, el plano de lo oral no puede encasillarse en un solo término, así como
tampoco se puede desvincular su importancia con los procesos de lenguaje, aunque la
experiencia los atraviesa como sujetos, no se puede dejar de lado que ésta, y sobre todo la
oralidad, se construyen y se entienden dependiendo del espacio, el tiempo y las personas
con las que nos relacionamos para así poder convertirnos en una comunidad usuraria de la
lengua, de ahí la importancia de la misma en la cultura afrocolombiana. Si bien no lo da a
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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conocer Contreras Islas, Isabel. (2006) en su texto: “De qué oralidad hablamos”, la oralidad
tiene múltiples matices y usos, de esta forma:
Son evidentes las diversas formas y posibilidades que esconde y aglutina la palabra
oralidad, cuya comprensión y estudios se empobrecen y se desdibujan tras la opacidad del término
en singular (esto es, “oralidad” y no “oralidades”). Ante los modos diversos de existencia que toma
la oralidad a través de su devenir diacrónico y su existencia sincrónica, las posibilidades de
entendimiento alrededor de ella se abren y multiplican. (González, 2011, p.12).
Es importante resaltar que, la tradición de las culturas afrocolombianas quienes se
han concentrado en la demostración de resistencia a partir de discursos; en la actualidad ya
presentan reconocimiento en la academia en su mayoría resaltando como valor cultural a
todas estas intervenciones que gran cantidad son oralizadas (procesos de avance y
afirmación literaria), sin embargo, en la constitución colombiana del 1991 se plantean
procesos organizativos del reconocimiento de los territorios colectivos y las minorías con
unos derechos específicos, pero ello relega todo el trabajo del discurso oralizado por parte
de los lideres afrocolombianos y en su mayoría, todas las manifestaciones culturales que
más que una fuerte influencia folclórica contiene una carga política magna que no se
reconoce del todo como lo ha hecho la academia. En la necesidad de ser escuchado, los
grupos sometidos en su mayoría se manifiestan a través de actos llamativos, y las
comunidades afrocolombianas han llevado a cabo procesos organizativos concentrando su
forma de exposición ya sean en bailes y/o recitales, pero todo ello con un objetivo claro,
en este caso, la rebelión y resistencia frente a las estructuras del poder.
El autor Oslender (2003) menciona que el comportamiento político se evidencia de
manera sustancial en la mayoría de grupos subordinados, quienes a partir de narrar historias
cotidianas por medio de la oralidad presentan discursos políticos quienes se manifiestan de
dos formas, el discurso público que es una representación de toda la interacción abierta
entre grupos subordinados y el discurso oculto que a partir del uso de un contra lenguaje
contando los micro episodios de la cotidianeidad contienen discursos que constituyen
oposición, una carga hegemónica, disidente y subversiva. De esta manera, se demuestra
cómo a partir de la tradición oral se han construido y resignificado la memoria colectiva
de las comunidades afrocolombianas. El papel de la oralidad en las comunidades
afrocolombianas es central, puesto que permite interpretar la memoria colectiva a partir de
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
16
todo su contexto, la construcción ancestral, el sentido acuático de su territorio y su práctica
cotidiana que permite crear una conciencia política de reclamación de los derechos
culturales y territoriales. En conclusión, la oralidad es vista como portadora de conciencia
colectiva y formadora de identidad política.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Problematización
Las comunidades afrodescendientes en América Latina, provienen de los esclavos
africanos que llegaron a las costas americanas en los tiempos en los que empezaba a escasear
la mano de obra indígena por el maltrato sufrido por los españoles en sus colonias, de esta
manera se reconocen los procesos de esclavización que sufrieron y sufren las comunidades
afrodescendientes. No está demás aludir todo el proceso de construcción social que ha
permitido reconocer las comunidades afrocolombianas como lo son ahora.
Desde una mirada puntual, Colombia, país Latinoamericano, territorio multicultural
en el cual se precisan todas las características de colonización y construcción cultural,
mediante encuentro étnico y raizal. Se logra evidenciar en la actualidad la existencia de
diversos sectores determinados por la división de estratos en el cual los bajos hacen
referencia a la población con pocos recursos económicos, siendo este el estrato en el que
predominan las comunidades indígenas y afrodescendientes, en su mayoría hacen parte
colectiva social de este territorio con dificultad módica. Schneider (2007) en su
investigación muestra como la situación de la población minoritaria, ha sido proletarizada
y empobrecida en consecuencia, como resultado de la invasión violenta de la colonización
para la introducción de cambios estructurales y culturales de la población indígena y con
ello la esclavitud de la población afrodescendiente; esto produjo unas mismas desigualdades
políticas en cuanto a lo económico y lo social, lo que generó que las personas perteneciente
a estas “minorías” se construyeran en un espacio en el cual surgen acciones culturales
mediadas por la defensa de su cultura raizal, mediando una construcción comportamental y
lingüística particular de los mismos, es decir, una des-enmarcación de lo establecido e
impuesto.
Reconociendo entonces que la carga simbólica que manifiesta la población
afrocolombiana tiene una fuerte influencia; primero cultural, que es dependiente de las
condiciones sociodemográficas, económicas e históricas; y segundo étnica, que es adjunta a
los comportamientos colectivos, partiendo de la noción de Barbary & Urrea (2006) que no
hay cultura pura u originaria puesto que las dinámicas culturales resultan de continuos
procesos de fusión o mezcla. Se puede decir que la población afrocolombiana ha constituido
su cultura a partir de encuentros con otras culturas, por ende, su ruptura del marco social es
tan diciente. En un primer momento de construcción los africanos y su cultura desplazada
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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como ente vehiculizador del ancestralismo; y segundo, la partida identitaria del mismo, sin
descartar que también se han consolidado aspectos de modernización que se van adaptando
como toda cultura cambiante.
Sin embargo, hay un encuentro de privativas regionalistas de otra índole que han
fortalecido dicha construcción identitaria cultural de la población afrocolombiana. Se
evidencia entonces como se priorizan situaciones de un territorio en el cual los sujetos han
construido unas características particulares lingüísticas, y donde la comunidad
afrodescendiente a partir del desarrollo de intercambios, primero con las sociedades
dominantes en la situación de colonialidad y después en una singularidad de intercambios
con las colectividades regionalistas, han construido un formato lingüístico de la relación
interétnica marcado en este encuentro. Dicho rasgo ha permeando unos escenarios sociales.
Motta González (1996) quien habla de cómo las historias contadas de los
afrocolombianos del pacifico, trasmiten todas las estructuras sociales internas y extrañan
que los permean; el control social, las formas de trabajo y la exhibición en su grupo social;
siendo la oralidad un lenguaje dinámico y organizado con un objetivo de mostrar patrones,
valores y conductas de esta comunidad. Los discursos desinhibidos de las comunidades afro
en Colombia se convierten en discursos de liberación que respiran memoria, por ello cuando
ésta se articula en la oralidad en un resultado de hechos y sentimientos desde una visión
particular brindando procesos de visibilización de situaciones específicas que generalizan
acciones vividas por la comunidad, politizando todo su discurso. Una forma particular y la
más importante es como esta lengua española que se les ha implantado, en un primer
momento adecuan todas las estructuras literarias a sus epistemologías, combinando y
adaptando todas estas situaciones a sus necesidades y contexto, creando con ello un contra
lenguaje, siendo claramente esta situación una politización y resistencia. Todo ello se replica
y sigue replicando en la comunidad afrocolombiana.
La ambigüedad de sus representaciones carnavalescas, de su música son caracteres
que de alguna forma han estado en la oralidad; asimismo este proceso de contra lenguaje
oralizado ha sido y sigue siendo trasladado de igual forma a la literatura.
Reconociendo la importancia sociocultural de la oralidad en poblaciones
afrocolombianas y su precariedad frente a procesos modernizadores, encuentros como aquel
sobre literatura oral en Buenaventura constituyen una plataforma desde la cual se apela a la
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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necesidad de concientización frente a procesos de olvido de muchas formas de oralidad y de
la re-construcción de memoria colectiva (Oslender 2003).
La tradición oral, las adaptaciones de la décima y las coplas de la literatura española
fueron inicios de una de las estructuras poéticas de mayor fuerza en el pacífico. (Pedrosa y
Vanín, 1994: 12 citado en Oslender 2003) [...] El decimero trabaja con la historia o la
cotidianidad, con lo concreto o con lo simbólico. Por su temática pueden ser ‘a lo divino’
(asuntos religiosos) o a lo ‘humano’. [...] Las décimas ‘a lo humano’ pueden usarse para
porfía, normatividad (sic) de relaciones generacionales, interpersonales, enamoramiento,
relatos de sucesos históricos, fabulación, crítica y protesta social. [...] Los decimeros son en
cierta medida una especie de conciencia colectiva, críticos e historiadores de sucesos locales,
nacionales y a veces internacionales, fabuladores y cantadores del amor y el desamor, de la
fortuna y reveses de la suerte.
Todas las particularidades orales desligadas de las normas impuestas por la lengua
castellana, textos adaptados y demás, han vehiculizado y politizado la oralidad y literatura
en cuanto a la defensa de derechos interétnicos, puesto que las comunidades negras han
utilizado este elemento como reproducción de la memoria colectiva en función de
reconstruir y transmitir. A pesar de que en Colombia la Constitución Política de 1991 haya
hecho distinción de que el territorio es multicultural y pluriétnico; y que dichos discursos
ocultos ya fueros sacados a la luz, no se ha logrado una interculturalidad; puesto que se sigue
hablando de tradición afro en lenguaje y expresión oral como un valor cultural folclórico y
no se reconoce el proceso histórico de dicho papel que tiene la tradición oral.
Oslender (2003) habla acerca de cómo la oralidad de los afrocolombianos está
enmarcada en una concepción de trampa folclórica que excluye esta dinámica como acto
político que permite demostrar la resistencia de las rebeliones, de esta forma, él cita a James
Scott (1990) quien hace alusión al “discurso oculto” como expresiones tanto culturales y
políticas que están en función de desafiar simbólicamente las estructuras del poder
dominante. De esta forma, las prácticas lingüísticas de la población afrocolombiana han
adquirido socialmente un escalafón indigno, dicha visión social toma una posición
comparativa eurocentrista, donde se cataloga la tradición lingüística afrodescendiente como
minoría en cuanto a importancia de aportes académicos a la lengua, siendo esto acciones
encaminadas directamente a la inferioridad y la dominación, yaciendo la discriminación
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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sociocultural. La educación colombiana a pesar de su cambio de estructuras en diferentes
momentos, y a pesar de haber dado pasos grandes frente a los mecanismos de distribución e
ilustración, sigue manejando el gran problema de institucionalización que evade las
construcciones y conocimientos culturales, siguiendo el tema relacionado para crear siempre
las mismas perspectivas frente a la nueva sociedad del conocimiento.
Esta educación en la modernidad ¿qué podría significar?, aludiendo a la tesis de
Pérez (2007) donde propone características particulares del nuevo concepto de sociedad del
conocimiento, la educación depende de innovaciones tecnológicas y científicas,
relacionando directamente a la escuela dependiente al estado y el éxito de la enmarcación,
lo que genera innumerables conflictos en cuanto la reflexividad del educando, puesto que
dicha educación está condicionada a la productividad y asertividad cultural de otros países,
es decir cultura que no es propia, generando un desdén que presenta la incorporación de la
dignidad cultural oralizada de los afrocolombianos, sobre todo en la escolarización de
jóvenes donde se les corrige no solo las construcciones textuales sino también orales. Para
referirse a dicha intervención es preciso hablar de lo que constituye una lengua, y cómo esta
ha adquirido una naturalidad institucional que se ha trasladado a la formación, que ha
configurado y aceptado la subordinación de otros, desde posturas excluyentes, planteando
normas, un deber ser y una forma correcta de hablar, refiriendo a Butler (2009) quien
manifiesta ello como el marco, la acción en que todo se estandarice y no pueda surgir ningún
sujeto que varíe de los otros, generando varias consecuencias excluyentes del mismo sujeto
y creando necesidades de desechar esas abyecciones que no entran en la “norma”.
La lengua está inmersa en este trabajo en el concepto de enmarcación, sin embargo,
se presentan las diferentes ideas de lengua como expresión de una identidad colectiva y se
reconoce lo que dice Cabezas, A. R., & Rivilla (2014) que toda lengua tiene una mirada
especifica de describir y percibir una realidad por tanto debe gozar de unas condiciones
necesarias para su desarrollo, de ahí la necesidad que la educación debe contribuir para que
se fomente un reconocimiento de dicha autoexpresión lingüística y cultural de cada lengua
y cada identidad colectiva en un territorio o país, en un claro ejemplo y por quien se escribe,
comunidad afrocolombiana.
Desde la percepción antes mencionada se reconoce a la lengua como un marco, que
en búsqueda de determinar del todo eso mismo que se ve, se piensa y se aprende; adquiere
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su ruptura de contexto, algo en ella no se conforma con dicha estabilidad que pretende
generar comprensión de todas las cosas en todos los hablantes de una determinada lengua.
Si la conformación de marcos está presente en todo orden social, es claro que dicha
concepción se adhiere a la lengua quien es un concepto magno de orden social, precisando
diferentes tipos de “fracasos” en cuanto a este marco, se visionan diferentes procesos de los
usuarios, sobre todo se resaltan los procesos de adhesión de la lengua castellana y sus inicios;
como ya se ha mencionado al principio de esta problematización con la cultura
afrocolombiana.
Ahora bien, es necesario especificar como se da la interacción entre los sujetos, para
ello se puntualiza en el sujeto como actor de la comunicación que construye su discurso en
situaciones sociales, prácticas que le permiten el acceso a diversas manifestaciones
lingüísticas, las que a su vez dan paso a que el actor desarrolle su competencia comunicativa.
Pero estas manifestaciones como ya se ha mencionado, están monitoreadas por entes que
pretenden generalizar y homogenizar algo tan voluble como es la lengua, en este caso la
institución que relaciona cambios y normatividades de la lengua castellana es la RAE, que
en ultimas define que palabras y términos pueden ser utilizados en los países de lengua
española, entre ellos los pertenecientes América latina quienes en cuanto a uso de la lengua
son mayoría y que claramente no tienen las mismas dinámicas sociales que España. De esta
forma se trae a colación aspectos de la competencia comunicativa que se asimila como una
adquisición y una apropiación de creencias, interacciones, contextos y culturas, no solo
como un aprendizaje de conocimiento como lo plantea Martín citando a Goffman (2006),
así el sujeto es sujetado por una orden social que regula dicha competencia y lo induce hacia
una estructura que domina y reduce las particularidades de las comunidades. Dicho sujeto
es aquel que hace parte de las minorías afrodescendientes formándose configuraciones y
creando una ruptura en el lenguaje de estas. Por ello se alude a Hamel (1995) quien
manifiesta que se producen rupturas entre lenguas en eventos de contacto cultural que
generan procesos que afectan los derechos lingüísticos de las colectividades o minorías. En
este orden de ideas, el problema parte del reconocimiento de la cultura afrocolombiana y la
construcción de su identidad a partir del uso de la lengua castellana impuesta y enmarcada,
generando la creación de dicha lengua, pero adaptada, vehiculizando discursos oralizados
de resistencia y que se ven trasladaos a la literatura afrocolombiana.
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Formulación del problema
¿De qué manera los rasgos de oralidad presentes en algunos cuentos
afrocolombianos han configurado procesos de resistencia?
Marco conceptual
Desde la percepción de cultura arraigada a las minorías étnicas por sus costumbres
erradicadas en los procesos de la colonización, es importante relacionar todo ello en el
intento formal de reconocimiento por parte de los procesos gubernamentales, sin embargo,
se evidencia que este dicho dogma es netamente folclórico, por tal razón, el análisis de dos
cuentos de la literatura afrocolombiana permite reconocer procesos oralizados y
determinados por discursos de resistencia a partir de la vivencias de los sujetos de estas
comunidades, que se han caracterizado por transformar su cultura teniendo en cuenta su
contexto acuático y sonoro y toda su memoria historia de resistencia al poder subyugador.
La lengua vista como marco
Es claro que, si a la lengua se le da la percepción de marco, se genera un problema
epistemológico que plantea este mismo verbo enmarcar, puesto que los marcos mediante los
cuales aprehendemos, o no conseguimos aprehender, las vidas de los demás como pérdidas
o dañadas (susceptibles de perderse o de dañarse) están políticamente saturados. Son ambas,
de por sí, operaciones del poder. (Moreno C., B., 2010). Lo que se puede aprehender se ve
facilitado por las normas del reconocimiento; sin embargo, no se recurre simplemente a estas
normas como únicas y discretas, sino que se requiere de condiciones más generales, que se
articulan de forma histórica y aplicada, lo que conlleva a la “reconocibilidad”. Por tanto, si
el proceso de reconocimiento “caracteriza un acto, una práctica o incluso un escenario entre
sujetos, entonces la «reconocibilidad» caracterizará las condiciones más generales que
preparan o modelan a un sujeto para el reconocimiento” (Moreno, 2010, p. 14).
Luego de esta aclaración, quedan aún dos términos por comprender: la aprehensión,
entendida como un modo de conocer que no es aún reconocimiento, o que puede permanecer
irreducible al reconocimiento; y la inteligibilidad, entendida como el esquema —o
esquemas— histórico general que establece ámbitos de lo cognoscible. Incluso cuando la
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vida y la muerte tienen lugar entre, fuera de o a través de unos marcos mediante los cuales
están en su mayor parte organizadas, siguen teniendo lugar aún, si bien de una manera que
cuestiona la necesidad de los mecanismos mediante los cuales se constituyen los campos
ontológicos. Por tanto, plantea Moreno (2010, p. 16) al respecto.
El marco nunca determinaba del todo eso mismo que nosotros vemos, pensamos,
reconocemos y aprehendemos. Algo excede al marco que perturba nuestro sentido de la
realidad; o, dicho con otras palabras, algo ocurre que no se conforma con nuestra establecida
comprensión de las cosas.
En palabras de Butler (2009), se reconoce la tarea de comprender el objetivo de esta
particular mirada de la lengua, puesto que en cierto modo su funcionamiento circunscribe
claramente un estilo guiado por normas quienes conllevan la acción de marco, lo que alude
a la autora cuando menciona claramente que hay varios actantes en los diversos marcos de
la sociedad, de esta forma la lengua vista como marco no puede discernir del uso que todos
los hablantes hagan de ella, así mismo la autora reconoce en su obra el pluralismo pero
reconoce un problema claro, hay una necesidad de ampliar los marcos culturales existentes,
pero se siguen “reconociendo” dichas particularidades de cada cultura usuaria de una macro
lengua y se les hace un espacio de enmarque para después visibilizar planteamientos que
permitan superar esas tensiones o cambios en el uso de una lengua especifica mayoritaria
buscando el enmarque inicial, la inclusión dentro del sistema convencional.
Es razonable entonces pensar cómo se forja la visión de lengua como marco,
reconociendo todo lo ya mencionado y apuntando hacia la generalidad de cómo los
individuos muestran resistencia frente a los marcos de referencia, asimismo como todo acto
institucionalizado se genera estatus. En suma, los marcos del comportamiento cotidiano
vislumbran la capacidad que tienen los humanos de ser y de resistir a normas siempre que
disponen de un marco “organizado”. Goffman (2006). Se tiene por tanto, en la selección de
rasgos lingüísticos que determinan un estilo influyen, relevantemente, unos factores
pragmáticos situados en el marco del registro, tales como: la percepción que el hablante u
oyente tienen de la relación entre el mensaje y la situación (de la cual el uso del lenguaje
tiende a formar solamente una parte); el escenario físico; el rol de los participantes; el
propósito u objetivo; el medio usado (básicamente escrito o hablado); las relaciones
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personales y sociales entre los interlocutores; el grado de formalidad, etc. (Carrillo, 2005, p.
146)
Resistencia desde la literatura afrocolombiana
Reconociendo la importancia de la oralidad en las comunidades afrocolombianas y
cómo el uso de la lengua permite evidenciar un proceso de resistencia, es importante ahondar
en la acción de reconstrucción de memoria colectiva que frente a la necesidad moderna se
traslada a la lengua escrita, como ya se ha mencionado los ancianos han sido los encargados
de reproducir estos conocimientos por ende la muerte de uno significa la ruptura poco a poco
de los conocimientos y sabidurías. “Se apela a la necesidad de concientización frente a
procesos de olvido de muchas formas de oralidad y de la re-construcción de memoria
colectiva” (p.8). (Oslender, 2003). La tradición oral se moviliza a las letras y esta literatura
oralizada se representa con una carga simbólica del uso literal en la cotidianidad que hacen
las comunidades afrocolombianas de la lengua.
No obstante, es claro decir que muchas de estas manifestaciones orales por parte de
estas comunidades se caracterizan por tener influencia de las culturas africanas y de muchas
estructuras literarias del español castellano quienes toman ejemplo de estas narraciones y
hacen unas construcciones creativas donde se crea unas versiones que tiene en cuenta la
realidad sociocultural de estas comunidades, como las migraciones y el trabajo forzado. Las
versiones de las decimas escritas de prestigio español quien sufrieron unas adaptaciones, en
su mayoría reflejan viajes reales que demuestran el carácter acuático que manifiesta la
realidad de los afrocolombianos, como menciona Oslender (2003) “caminar en el mar” quien
reconoce que estas migraciones fueron las encargadas de nutrir las articulaciones y
negociaciones con el gobierno colombiano para la obtención de derechos territoriales
colectivos de la Región Pacífico.
Las decimas afrocolombianas como se mencionó anteriormente presentan en sus
cuerpos las condiciones socioculturales y espaciales de las comunidades, por ello es
importante anotar que, a partir de estas prácticas se empieza a crear una memoria colectiva
de todas estas situaciones vividas, todo ello con el fin de recordar los procesos históricos y
reconocer la identidad de esta cultura caracterizada por la fuerza y la resistencia a la
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imposición estatal. De esta forma, se empieza a reconocer una lengua en uso que ha sido
impuesta, pero a la que se le hacen unas adaptaciones en la misma, creando así un contra
lenguaje bajo unos parámetros de resistencia que busca la visibilización de la identidad de
las comunidades afrocolombianas. Tanto la necesidad de memoria colectiva y de
reconocimiento del uso de una lengua adaptada, se evidencia una necesidad de trasladar todo
ello a la escritura, reforzando una literatura que se caracteriza por tener un amplio bagaje
cultural y contextual donde se evidencia todas esas adaptaciones de la lengua castellana en
el uso cotidiano de las comunidades afrocolombiana que claramente presentan discursos
ocultos de resistencia tanto por parte de las acciones que se manifiestan en ello como las
adaptaciones de una lengua impuesta.
Este referente claro al arte escrito de la literatura afrocolombiana manifiesta
funciones estéticas en ella, que permite reconocer la relación de los sujetos con las vivencias
específicas, asimismo la creatividad de las descripciones nunca ha dejado de ser en su
mayoría actos oralizados que supone memoria de la cotidianidad, pero sobre todo de actos
de opresión que permiten hacer evocación histórica. Los cuentos son un ente vehiculizador
para el reconocimiento de todas estas características mencionadas en la literatura
afrocolombiana y estos desde el inicio se empezaron a manifestar de forma oralizada. Como
lo menciona Velásquez (1959ª, 6) los cuentos ellos los dicen o “echan” en cualquier parte
del caserío, en habitaciones lujosas y bohíos, en ranchos mineros y labranzas, en las orillas
de las cementeras, sobre canoas perezosas o en playas afiebradas. Basta que la situación sea
propicia. Mientras se cuecen los alimentos o después de la merienda, en los actos sociales o
en la hora de aconsejar, surge el ejemplo, la rústica creación breve que facilita el recreo y la
enseñanza moral para el gobierno del espíritu. Todos estos espacios mencionados en los
cuentos y demás frases usadas por las comunidades, connotan unas construcciones sociales
desarrolladas en territorios ambientales caracterizados por tener en su mayoría ríos y mar de
esta manera la literatura afrocolombiana se construye a partir de las interacciones simbólicas
desarrolladas bajo un modelo histórico de resistencia basado en la composición semántica
del pensamiento libertario de los palenques cimarrones.
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Objetivos
Objetivo General
Reconocer los rasgos de oralidad que han configurado procesos de resistencia
presentes en dos cuentos afrocolombianos.
Objetivos específicos
• Demostrar la ruptura de la lengua vista como marco en los usos específicos orales
de las comunidades afrocolombianas.
• Caracterizar los rasgos de resistencia presentes en la oralidad de las
comunidades afrocolombianas
• Demostrar a través de un análisis de dos cuentos afrocolombianos de Carlos Arturo
Truque “Sonatina para dos tambores y Sangre en el llano”. los rasgos de oralidad y
procesos de resistencia presentes en estos.
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Justificación
Como menciona Butler (2009) los marcos institucionales generan una necesidad de
reivindicación social y política respecto las antologías corporales que emergen de estos
cuadros, pero que realmente no se les apoya en su persistencia corporal y sobre todo en sus
reivindicaciones respecto a la lengua y la pertenencia social. Claramente un marco se maneja
en torno a las operaciones del poder para delimitar la espera de las apariciones o nuevos
constructos sociales que determinen una salida de este. La lengua un elemento circundante
que trae consigo una serie de cargas simbólicas y que se construye y adapta en espacios
colectivos, es difícil enmarcarla pues las posibilidades de comunicación y construcción de
tejido discursivo es latente. Partiendo de la necesidad que tiene el territorio de reconocerse
como parte de un colectivo multicultural en el cual los sujetos han hecho de la lengua un
ente sensibilizador, que hace parte de las prácticas y las construcciones sociales, así mismo
se reconoce el papel fundamental de la pluralidad en respuesta a la necesidad del uso común
de la lengua en ambientes culturales precisos. Es significativo entender que para que se dé
una importancia al tema de la lengua en usos frente a la alineación de los sujetos, se debe
precisar aspectos de orden contextual y la relación de ellos con las prácticas lingüísticas, y
de esta manera hacer una reflexión pensada en aquellas experiencias particulares de cada
cultura y como sus cambios permean la formación de los sujetos circundantes.
Un elemento importante en el desarrollo de esto es lo cultural, que tiene una
vinculación directa con la lengua, puesto que esta vehiculiza una producción oralizada que
permite comprender los sistemas conceptuales de los hechos sociales, manipulando,
transformando dicha cultura y otorgando un sentido particular frente a la importancia de
reconocerse perteneciente a una etnicidad, partiendo de un colectivo multicultural,
constituyéndose como sujetos plurales y estableciendo la participación colectiva.
Dichas representaciones identitarias de colectividad multicultural se encuadran en
las “minorías” en el caso puntual de las comunidades afrocolombianas quienes están
visionadas como comunidades donde sus características culturales; su legua puedan ser un
ente diferenciador para la expresión, y que en particularidad la mayoría de esas
manifestaciones de la lengua son perfiladas mediante el discurso orientado a la defensa, e
aquí otra cuestión del cómo esa des enmarcación institucional funciona como moderador
de dicha politización de los discursos para la ratificación del uso de la lengua como ente
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posibilitador de procesos de resistencia visionados en la oralidad trasladada a literatura de
dicha cultura.
La lengua siendo un instrumento de comunicación, una representación y tejido
discursivo, que nos permite crear realidades a través de la reconstrucción de nuevos
conocimientos frente a la interpretación de mundo, trae consigo diferentes aspectos que
fortalecen las interacciones comunicativas y que sobre todo funcionan como posibilidad de
encuentro y conocimiento; es un componente de multiplicidad lingüística que se convierte
en un elemento transversal que articula toda actuación humana, es decir, un hecho social
que condiciona y determina el pensamiento humano sobre su realidad y promueve la
disparidad en las formas de interacción social, pero ¿En qué espacio se puede reconocer
más, dicha diversidad y emprender un reconocimiento identitario fortalecido por los
procesos del uso de la lengua?
Si se está hablando, escribiendo y leyendo se tiene un acercamiento a un lenguaje y
a una lengua específica, si se toman aspectos de las trasformaciones de los mismos hablantes
para su proceso discursivo se lograría un proceso diverso de reconocimiento multicultural e
intercultural. Por ende, es importante reconocer las características del uso de la lengua por
parte de los afrocolombianos, puesto que la carga de resistencia que contiene la misma y las
adaptaciones de ésta con un fin de politización y presentación de las realidades
comportamentales, son el vehículo de memoria histórica por parte de las culturas
afrocolombianas. El no reconocimiento interviene en los procesos de formación de ella,
puesto que esto da una entrada tensional de ideas frente a necesidad de memoria colectiva
que contiene expresiones de resistencia; es claro evidenciar que estos aspectos identitarios
culturales, demuestran el uso de una lengua a partir del no uso de los procesos formales de
la institucionalización, todo ello contribuye para que la comunidad adquiera una fuerza
estructural de visión de mundo. La lengua castellana en uso presenta unas adaptaciones
significativas, todo esto para comprender la carga simbólica de construcción del ser social
afrocolombiano quien mediante sus vivencias ha politizado sus expresiones culturales. De
esta manera se ingresa en la complejidad frente a los diferentes referentes que acceden a
darle un carácter simbólico subjetivo a la literatura de estas comunidades para un
restablecimiento de derechos mediante el uso de la lengua. Es importante resaltar los usos
actuales de la lengua en la institucionalidad, la tarea de los entes de formación en lenguaje
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quien deberá estar consciente de la correlación existente entre el lenguaje, lengua y cultura
pues su papel es sumamente importante como agente regulador de los marcos
institucionales.
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RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Marco Metodológico
La metodología que se emplea en este trabajo de investigación, está orientada bajo
el enfoque cualitativo, el cual estudia una realidad en un contexto especifico natural, cuya
variedad permite utilizar diversos instrumentos de recolección de datos, interpretando
situaciones de acuerdo a la población objeto de estudio, todo esto con el propósito de ser
dilucidado bajo un enfoque hermenéutico, que será tomado desde la teoría de Gadamer
(2005) quien manifiesta que el uso de la comprensión debe coexistir con el dialogo, de ésta
manera la comprensión del mundo, las vivencias en la que interacción de seres humanos se
logra a partir de la interpretación del lenguaje, por ello el autor toma el concepto de dialéctica
socrática para reconocer un claro aspecto en el pensar interpretativo, lo que quiere decir que
la dialéctica es el diálogo autentico para un acuerdo racional.
De esta manera el reconociendo de la lengua y la interpretación misma, nos permite
hacer uso de este enfoque. En el que los aspectos orales como configuración de resistencia
se concretan en la literatura afrocolombiana, donde no solamente se hace una afirmación de
esta oralidad, sino que se realiza un análisis de dos cuentos de literatura afrocolombiana;
ocupándose en un primer momento en la revisión minuciosa de los rasgos de oralidad
presentes en estos cuentos afrocolombianos y en un segundo momento, cómo esos rasgos
de oralidad configuran una apuesta de resistencia. Las obras de la literatura afrocolombiana
seleccionadas “Sonatina para dos tambores y Sangre en el llano” de Carlos Arturo Truque,
son dos cuentos quienes tienen unas especificaciones que permiten reconocer categorías de
tiempo indeterminado y mucha de la información sobre los personajes en vidas pasadas se
logra intuir por el contexto circundantes de los dos cuentos, en cuanto a la dimensión
espacial se describen muchos escenarios desde los cuales se desprende toda la historia. El
proceso de análisis se efectúa enriquecedor en torno a la variedad de procesos simbólicos
emergentes en esta literatura.
Todo este ejercicio de estudio se lleva a cabo bajo la perspectiva de análisis del
método de polistemas crítico, de la maestra Marlene Arteaga Quintero, el cual esta
movilizado a partir de un plan integrado de análisis y desmonte de obras literarias el cual
reconoce un diseño fenomenológico, que requiere una forma que enfoca las experiencias
subjetivas e individuales de las personas que participan en la investigación, en este caso las
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RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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comunidades afrocolombianas; puesto que la estructura como ya se ha mencionado presenta
vivencias de la cotidianidad de los sujetos, según Salgado (2007), este tipo de diseño se
basa en la experiencia de la persona lectora, permitiendo describir y entender los fenómenos
o problemáticas a partir de la perspectiva que ha sido construida de forma individual y
colectivamente.
Criterio de selección de las obras
Teniendo en cuenta lo anterior, el trabajo de investigación se realiza con dos
cuentos como ya se había mencionado, “Sonatina para dos tambores y Sangre en el llano”
de Carlos Arturo Truque, como criterios de selección se estableció dos aspectos en cada
cuento; en un primer aspecto debía ser escrito por un autor afrocolombiano, quien hubiera
nacido en la Región Pacífico y quien tuviera un bagaje escritural amplio; de igual forma se
hizo un acercamiento bibliográfico donde cada cuento cumpliera con unas especificidades
de territorio, de uso de la lengua y de una configuración de resistencia en sus historias. De
esta manera estos cuentos se adhieren a las categorías de análisis del trabajo de investigación
concretado directamente con el objetivo general y los objetivos específicos.
Perspectiva crítica literaria, Método de polistemas crítico.
Como ya se mencionó el método de polistemas crítico (MPC) es una metodología
con una estructura abierta, múltiple y heterogenia donde cuyos sistemas interaccionan, dicha
funcionalidad dinámica permite realizar interpretaciones actuales de diversos textos
narrativos, de igual manera permite diseñar análisis bajo principios de pluralidad puesto que
el acercamiento a los textos pretende esquemas de análisis en forma multimetodólogica. La
maestra Marlene (2017) manifiesta que su teoría contiene estructuralismo, el formalismo, la
semiótica, entro otros; dándole el aval de asertividad para el análisis literario en el cual se
asumen como paradigmas, la historia, la cultura y el contexto.
Como bien dice la maestra Quintero (2017) es necesario hacer un desmontaje del
texto para lograr una lectura interpretativa desde diversos lugares, dicho de esta manera el
método se adhiere bien con respecto a las pretensiones con el trabajo de investigación. Como
se ha de evidenciar, este método conlleva procesos claros, uno de ellos y el que será tomado
como vehículo de análisis es el “plan integrado de análisis” este tiene 6 pasos los cuales
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permitirán reconocer desde diversas miradas y con un punto preponderante de estudio, el
análisis crítico de los dos cuentos seleccionados en este trabajo de investigación.
Se pretende crear un plan integrado de análisis donde se tomarán todos los pasos con
una organización diferente, teniendo en cuenta que el objetivo del análisis crítico difiere de
dicha organización, ejemplo del texto, de esta manera se logrará construir un paso a paso,
del desmonte e interpretación significativa de cada uno de los lineamientos y valoraciones
textuales. Por último, dichas proposiciones analísticas serán situadas en un análisis aplicado
a partir de los seis pasos, en concordancia con los objetivos del trabajo de investigación para
organizar una perspectiva focalizada en los discursos oralizados de resistencia evidenciados
en los dos cuentos “Sonatina para dos tambores y Sangre en el llano” de Carlos Arturo
Truque.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
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Plan integrado de análisis
ANALISIS DE: Sangre en el llano (Carlos Arturo Truque, 2010)
Se podrían hacer diversos análisis a partir de este cuento, puesto que contiene una
variedad de tópicos referente a procesos históricos y de interacción social de las
comunidades afrocolombianas, luego de haber seleccionado el cuento puesto que cumplía
con las especificaciones para dicho estudio se evidencia como punto medular de análisis,
unos rasgos de oralidad configurados a partir de la resistencia. Así mismo se evidencia que
los procesos históricos de las mismas comunidades afrocolombianas de esclavización se han
evidenciado de manera preponderante y se logra evidenciar un elemento dominante frente a
la necesidad de resistir a la opresión, la necesidad de libertad.
La construcción del plan integrado como método de análisis, se realizará mediante
un esquema, en el cual, al lado izquierdo se manifiesta un análisis y valoración textual,
teniendo en cuenta los pasos y a la derecha los pasos de igual manera que intrínsecamente
se irán relacionando.
Sangre en el llano.
La búsqueda de libertad a través de discursos de resistencia, en un cuento de Carlos
Arturo Truque
El cuento “sangre en el llano” (2010) del cuentista
Colombiano Carlos Arturo Truque, cuenta la historia de varios
hombres trabajando en el llano, en un lugar apartado de las
imposiciones gubernamentales y cómo un día los soldados invaden
sus tierras de nuevo, hecho que genera recuerdos sobre las
invasiones a sus caseríos, “Allá, por los picos de la serranía, en el
desfiladero, en la montaña cortada a cercén, en el sabor dulzón de
las guitarras en las
La situación
de aislamiento por
parte de estas
comunidades, refiere
un claro escenario de
huida frente a los
procesos de no
reconocimiento de
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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noches de luna, en la miradita verde de la tierra, amanecida
en los
ojazos de la buena moza. En el tiempo bueno, hasta que…
Fue como una maldición en la noche colmada de
detonaciones.
Llegaron rondando, buscando lo que no tenían. Todo se lo
llevaron, arrasado, como la yerbabuena al paso de la piara.” (p.76)
Todos estos hechos que se han venido repitiendo en lo que
ha transcurrido hasta ese momento del cuento, evidencian una clara
situación de discriminación e inferioridad hacia las comunidades
afrocolombianas de los llanos orientales permitiendo discernir el
contexto y la situación en la que se encontraban estas comunidades
como fugitivos.
Esta obra narrativa, tiene un discurso indirecto, el narrador
tiene un papel ficcional, este discurso crea una distancia entre los
personajes y el lector. “En el cauce exhausto de los caños, las
cabalgaduras refrescabanlos belfos crecidos por la fatiga, en el
fango mismo, apretando con la pata soberbia el humo ceniciento de
las cuatro narices. los rabo errozales, bajo la mano dura del viento,
se dejaban ir a la caricia airada y la inmensa sabana se revolvía
como mar amarillo naranja. La sequía puso sonrisa de bilis a los
pastizales desenraizados,en la llanura herida por las pezuñas de la
vacada. (P.74). Se reconoce una narración organizada con una
secuencia inicial estable, las descripciones de las llanuras pretenden
realizar un acercamiento al tipo de vivencia por parte de los
personajes, el cuento tiene un espacio narrativo pragmático puesto
que integra al ser humano con su ambiente y se convierte en el
referente directo, sin embargo, tiene unas situaciones cognoscitivas
puesto que tiene en cuenta la apreciación de los lugares por los
personajes mismos. Todo esto evidencia situaciones de
derecho por parte de
las comunidades
afrocolombianas,
relacionando
directamente al
objeto dominante en
este análisis.
El aislarse y
huir de dichos tratos
comprende una
situación de escape
hacia la libertad.
La
descripción de los
espacios, el tiempo
histórico, personajes,
el narrador,
problematizados con
el elemento
dominante del
análisis.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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tranquilidad junto con la relación directa al trabajo duro, sin
embargo, el hecho de que ésta se despliegue en un ambiente abierto,
según la teoría de Propp (2006) los ambientes descritos en espacios
abiertos incorporan acciones peligrosas pero que traen consigo
enseñanzas o procesos emergentes de búsqueda de objetivos. Lo
que permite reconocer que el espacio propicio en el cuento
reconocer situaciones de peligrosidad con un fin exclusivo, en este
caso la libertad, que no se evidencia por la opresión constante de
los entes gubernamentales.
El cuento invita hacer reflexión sobre el contexto de las
comunidades afrocolombianas y cómo su situación de lucha frente
a la opresión por parte de los gobiernos se evidencia hasta en la
actualidad. El cuento muestra la sociedad de esa época, donde se
evidencias migraciones de los afrocolombianos a las llanuras en
búsqueda de tranquilidad, la resistencia frente al poder público, y
sobre todo de libertad, dicha libertad reconoce aspectos de índole
cultural y de expresiones tanto en lenguaje como en posición de
defensa frente a lo que empiezan a reconocer como propio desde la
identidad creada a partir de procesos de movilidad edificando
situaciones de lucha y resistencia. “—¡No importa! —cortó una
voz— ¡Pueden ser cientos! ¡Son cobardes! Son igualitos a los
cafuches: no andan sino en manadas. La voz pertenecía a Luis
Urquijo. El Llano lo era para él todo. Olvido para sí y para su vida,
peligrosa como abismo, y la reparación de la injusticia humana. Las
manotas, hinchadas de montañas azules, se apretaban a las cintas
del freno con seguridad. La cara, alterada, con gruesa barba, tenía
algo de animal salvaje, de bárbaro. Los ojos fijos en un punto, en la
polvareda, acrecentaban la fiereza del rostro. No se le movió una
línea cuando entreabrió los labios para decir:
Relaciones
interculturales y
justificación del
análisis.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
36
—¡Me han acosao como a un tigre! A ellos les parece que
nosotros
somos iguales a cualquier porquería…” (p.76).
Padecimiento y disgusto se evidencia en la obra cuando se
presentan estos personajes que se tildan como ejército, se reconoce
pues un establecimiento de memoria histórica erradicada a partir
del dolor por las muertes de sus gentes y la intranquilidad por parte
de su pueblo, la obra “Sangre en el llano denota desde el inicio
descripciones de tranquilidad que en una parte de la narración
desaparece debido a invasión de territorio, y esto precede procesos
anecdóticos frente a acciones negativas en un pasado por pate de
estos. Se reconoce un hablante en primera persona quien trae a
colación un recuerdo que permite ser hilo conductor de la historia
a partir del sufrimiento y el reconociendo del por qué estos hombres
se encuentran en las llanuras armados y con actitudes de defensa e
imposición terrenal. “—Me las van a pagar ahora todas —amenazó
un tercero—. Todas, todas las que me han hecho…
El negro, entretanto, se comía sus palabras en un silencio
oscuro,
parecido a su piel o a las niñas de sus ojos profundos.
Cuando ya
arrancaban, gritó:
—¡Hoy van a tené comía los chulos! ¡Bastante comía,
compa!
Urquijo rastrilló las espuelas en los ijares de su bestia.
—¡Diablura! —jadeó— ¡Quizque el recuerdo sé cómo las
puñalá!
—Barujo —contestó el negro—, si eso madruga con uno.”
(p.75)
La relación
preponderante de su
contexto, sus
discursos presentes
de resistencia. El
caballo y la relación
con el jinete
afrocolombiano,
como signo de
libertad y fuerza.
Se precisa la
acción de
“Resistencia” como
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
37
Se reconoce pues, que los personajes traen a colación
recuerdos cargados de resentimiento que genera en ellos necesidad
de venganza.
posteriormente en el primer punto se han hecho unos
acercamientos contextuales y de observación analítica de la
construcción gramatical y uso de las voces narrativas, sin embargo,
es importante relacionar estos elementos con el claro uso de una
lengua expresada en este cuento en varias oportunidades con unos
cambios específicos que precisan usos particulares, con cercanías a
expresiones de dichos o refranes y con unos cortes en los plurales
de las palabras, condimentando este ejercicio de escritura en una
traslación de elementos oralizados a lo escrito. No dejan
oportunidad de cambio en las interpretaciones literarias, de ahí la
importancia de esta en la expresión única de estas comunidades en
estos cuentos, como Octavio Paz (1972) mencionaba “La literatura
universal sólo tiene dos temas: uno es el diálogo del hombre con el
mundo. El otro es el diálogo de los hombres con los hombres”.
Este cuento hace una apertura a las interpretaciones claras
con la necesidad de libertad, y contribuye dando voz a los
personajes quienes expresan libremente y con su lengua adaptada
las necesidades de venganza y libertad, siendo este un ejercicio que
únicamente la literatura tiene la apertura de dar, pues sirve como
elemento de expresión, donde las palabras son el vehículo
interpretativo para combatir el olvido.
A medida que va avanzando el desarrollo de la historia se
hace una relación directa de las acciones vehiculizadas a la
resistencia y que cuyo elemento preponderante de oralidad también
contribuye al hallazgo de la problematización permitiendo
comprobar que son elementos eje en el análisis directo de este. Las
el elemento
preponderante.
Continúan
repitiéndose en cada
elemento de la obra
que da voz a los
personajes, el
hallazgo que refuerza
el elemento
preponderante de la
resistencia que
refuerza la
interpretación y
problematización
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
38
acciones narradas en la historia muestran una clara necesidad de
libertad basada en la reparación.
“Allá, por los picos de la serranía, en el desfiladero, en la
montaña
cortada a cercén, en el sabor dulzón de las guitarras en las
noches de luna, en la miradita verde de la tierra, amanecida en los
ojazos de la buena moza. En el tiempo bueno, hasta que… Fue
como una maldición en la noche colmada de detonaciones.
Llegaron rondando, buscando lo que no tenían. Todo se lo llevaron,
arrasado, como la yerbabuena al paso de la piara.” (p.76)
El cuento presenta a conciencia el cuerpo masculino, lleno
de fuerza en todos los personajes, estos tienen posturas violentas,
reconociendo consigo unas esferas de saber patriarcal
ficcionalizando una realidad histórica de los destinos de las
comunidades afrocolombianas quienes han sido en su mayoría
procesos de desplazamiento y adaptación manejados y protegidos
con fuerza por hombres.
La adaptabilidad de las comunidades negras y sus
construcciones a partir de encuentros culturales han permitido en
sus historias narrativas adaptarles contextos literarios externos
leídos por ellos o escuchados, como lo puede ser un cuento en el
desierto en base a enfrentamientos. Que genera construcciones
ficcionales posibles alrededor de esta. Sin embargo, es claro que en
el cuento se hace un acercamiento a una realidad para estas
comunidades frente a la posición del hombre como eje dinamizador
y organizativo. Dicho elemento que sigue resaltándose en la
actualidad en muchos campos de trabajo.
“Amarrado al horcón había visto cómo saciaron su apetito
de bestias sobre las carnes agarradas de la mujer que amaba. ¡Cómo
le había dolido la respiración jadeante, cortada de lujurias, los besos
Acercamiento
a través del análisis
de género en la
historia.
Aproximación
a través de un análisis
otorgado por las
adaptaciones del
contexto mismo en el
que se escribe la
historia. Un trazo
hermenéutico con la
realidad actual de las
comunidades
afrocolombianas.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
39
Vi van los compañeros 75 de la cópula asquerosa, chasqueantes
como latigazos…! ¡Tener que soportar el expresivo suplicar de sus
ojos, semejantes a los de los cristianos agónicos de la iglesia
pueblerina! ¡Si hasta cada vez que se acordaba de Dios, lo odiaba
sin comprender!” (p.74)
El relato cierra la historia colocando a lo último a los jinetes
afrocolombianos en el mismo llano con unas descripciones
particulares de sus posiciones después del enfrentamiento con
algún tipo de ejercito ficcional comandado por alguna religión
especifica; demuestran como de esta manera su libertad y
resistencia de refuerza. Terminando con una frase muy detonante.
(Las crines desflecadas, las manos duras en las riendas y el viento
enseñando a ser libre)
“—¡Arre…! ¡Upa…! ¡Arre…!
El polvo más grueso, la tierra reseca. Llano abajo, los pasos
firmes
de las buenas bestias; por allá marcha Luis Urquijo, con el
negro
y los otros, con el señorío en el pampa límite, con su justicia
sembrada con mano propia cargada en los pañuelos rojos, el
revólver
y el cuchillo al cinto:
Sobre los llanos, la palma
Sobre la palma, los cielos
Sobre mi caballo, yo…
y sobre yo, mi sombrero…
Las crines desflecadas, las manos duras en las riendas y el
viento
enseñando a ser libre…
—¡Arre…! ¡Upa…! ¡Arre…!”
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
40
Todos los elementos del cuento, se contagian de un
componente dominante en las estructuras lingüísticas que repiten
constantemente “reparación” y que se ve expresada en el texto
narrativo a partir de la resistencia de los personajes; el narrador se
manifiesta como un ser encerrado en su historia quien busca
liberarse a partir de la acción del NO olvido; los personajes resisten
en la llanura a la espera de más opresión simbolizada en el ejército
mencionado y asesinado por los cabalgantes, el tiempo se evidencia
a través de las acciones quienes son sucesiones de causa y efectos
hasta el final.
ANALISIS DE: Sonatina para dos tambores (Carlos Arturo Truque, 2010)
Se podrían hacer diversos análisis a partir de este cuento, puesto que contiene una
variedad de tópicos referente a procesos históricos y de interacción social de las
comunidades afrocolombianas, luego de haber seleccionada el cuento puesto que cumplía
con las especificaciones para dicho estudio se evidencia como punto medular de análisis,
unos rasgos de oralidad configurados a partir de la resistencia. Así mismo se demuestra que
los procesos históricos de las mismas comunidades afrocolombianas de esclavización se han
evidenciado de manera preponderante y se logra justificar un elemento dominante en la
actividad frente a la necesidad de resistir a la opresión, la necesidad de libertad. De igual
manera se debe resaltar que en este cuento se visualizan unos usos específicos de la lengua
llamados regionalismos adaptados por el mismo contexto acuático.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
41
Sonatina para dos tambores.
La búsqueda de libertad a través de discursos de resistencia, en un cuento de Carlos
Arturo Truque.
El cuento “Sonatina para dos tambores” (2010) del
cuentista Colombiano Carlos Arturo Truque, cuenta la historia
de una pareja de afrocolombianos, mujer y hombre quienes tiene
una problemática, puesto que dicha mujer llamada Damiana se
encuentra enferma y a pesar de que el hombre narrador quiere
que las cosas vuelvan a ser como antes, todo sigue cambiando
por dicha enfermedad. En la narración se evidencian
organizaciones sociales y acciones culturales claras de esta
comunidad.
“No era cosa para dormir esa noche. Allí en el mismo
cuarto, a
tres metros, tal vez menos, estaba Damiana con los
fuelles como dos hilachas. Lo malo era que el viejo vagabundo
de míster Stern llevaba ya tres días de andar como una cuba1 de
una orilla a otra del río, engarzado en cuanto currulao sonaba.
Con él no valía nada; mientras hubiera una juga ya las patas se
le iban alistando solas.
Y las fiestas de la patrona, de la santa Bárbara del Rayo,
vinieron a caer en tan mala hora, precisamente cuando la
Damiana ya no podía con el aire”. (P.91)
Como se menciona en el eje analítico hay una situación
clara de estereotipos marcados por las fiestas mencionadas desde
el inicio de esta historia y se evidencia una claridad en el tipo de
narrador de la misma.
La búsqueda
de la libertad
evidenciada en
expresiones de la
cotidianidad de un
hombre trabajador
pesquero, despliega
una red de estereotipos
de hombres y mujeres
de las comunidades
afrocolombianas
debido a dichas
descripciones, sin
embargo, se evidencia
de manera implícita un
elemento dominante
en dichas
descripciones
cotidianas que
entraman un discurso
claro del uso
específico de la lengua
con variedades
marcadas y una
necesidad de no
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
42
Esta obra narrativa, tiene un discurso indirecto, el
narrador tiene un papel ficcional, este discurso crea una distancia
entre los personajes y el lector.
“Ella temblando, mientras él, con el cuerpo que parecía
melcocha de lo sudado, daba vueltas en la cama, sin poder
dormir, desnudo y tocándose el cuerpo grandote, con ganas de
hembra. A veces salía a la azotea y se tendía en el piso fresco,
boca arriba, a contar en el cielo estrellado, estrella por estrella,
hasta que los ojos le dolían. O hasta que ella, desde dentro, decía
con voz ronca:
—¡El ahoguido, Santiago…! ¡El ahoguido!”. (P.94).
Se reconoce una narración organizada con una secuencia
inicial estable, las descripciones de las acciones pretenden
realizar un acercamiento al tipo de vivencia por parte de los
personajes, el cuento tiene un espacio narrativo pragmático
puesto que integra al ser humano con su realidad y se convierte
en el referente directo, sin embargo, tiene unas situaciones
cognoscitivas puesto que tiene en cuenta la apreciación de los
lugares por los personajes mismos. Todo esto evidencia
situaciones de impaciencia junto con la relación directa a la
necesidad de libertad simbolizada en la carga que genera la
esposa Guillermina para Santiago, sin embargo, el hecho de que
ésta se despliegue en un ambiente enclaustrado en una casa,
según la teoría de Propp (2006) los ambientes descritos en
espacios cerrados incorporan acciones de angustia pero que traen
consigo enseñanzas o procesos emergentes de búsqueda de
objetivos. Lo que permite reconocer que el espacio propicio en
el cuento reconocer situaciones de inquietud con un fin
exclusivo, en este caso la libertad, que no se evidencia
simbólicamente por medio de la relación y el cuidado que debe
dependencia
(libertad).
La descripción
de los espacios, el
tiempo histórico,
personajes, el
narrador,
problematizados con
el elemento dominante
del análisis.
Relaciones
interculturales y
justificación del
análisis.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
43
tener con su esposa, sin dejar de lado otros aspectos simbólicos
y verídicos en la historia de forma contextual.
El cuento invita hacer reflexión sobre el contexto de las
comunidades afrocolombianas y cómo en su cotidianidad se
pueden evidenciar contextos de pobreza, de todos de vida e
incluso de acercamientos laborales que permiten dar cuenta de
una realidad de enclaustramiento en esa época y que puede ser
relacionada en la actualidad, no en el tipo de alianza al trabajo,
pero si en muchas de las condiciones económicas que se
involucran en el fortalecimiento de sus costumbres y aspectos
culturales. El cuento muestra la sociedad de esa época, donde
emergen personajes arraigados a la colonialidad, a pesar de que
no sea una historia desarrollada en ese momento, las relaciones
de amo y trabajador se hacen evidentes siendo esto un eje
posibilitador de análisis, al igual de la característica corporal
descrita en la narración de dichos personajes, que dan premisas
sobre una escenografía donde el agua predomina en su totalidad
y el trópico hace de esto un espacio ardiente, una cultura
circundante alrededor de movimientos, cuerpos protuberantes y
relaciones de poder.
Como se ha logrado manifestar en este trabajo de
investigación, en la literatura afrocolombiana predomina la
cotidianidad, este es un aspecto evolutivo de la misma donde
emergen situaciones de relaciones amorosas, prevalecen las
descripciones de los lugares y las expresiones y usos de la
oralidad de los afrocolombianos con la utilidad de una lengua ya
des-enmarcada que permite hacer relación directa del personaje
principal como símbolo de búsqueda de una libertad, así mismo
se logra evidenciar que mediante los usos específicos de la
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
44
lengua, se construyen procesos de resistencia en torno a todas las
manifestaciones tanto de la cotidianidad como las folclóricas y
dichas expresiones se han fortalecido para la concepción de una
comunidad en este caso afrocolombiana, edificando el
reconocimiento de lo propio y la identidad misma.
“…Desde la oscuridad lo miraban sus ojos brillosos y oía,
amplificados como si los tuviera dentro de las orejas, los
estertores, los tumbos y retumbos de los pulmones, que
soltaban el
aire. Lo que no le podía entrar muy claro era lo del frío.
Ella siempre
se quejaba del frío; pero cuando le tocaba el cuerpo,
estaba este perlado de sudor y tan caliente como los pedrancones
del río a la hora de la siesta.
Míster Stern, al referirle lo del frío, meneó la cabeza de
un lado a otro y exclamó: «Very bad». A Santiago hasta le
extrañó que hubiera dicho «Very bad», porque siempre le parecía
que todo estaba very good. Pero, por las dudas, y para hacerse
más claro, agregó: «¡Mucho malo, carajo!», y le hizo la promesa
de llevar a la Damiana en su lancha hasta Buenaventura. Y lo
hubiera hecho de seguro, porque era hombre justo como una
balanza…” (p.94).
Encierro y necesidad de libertad se evidencia en la obra
cuando se presenta a Santiago un personaje que desde s primera
intervención denota cansancio por la situación en la que se
encuentra su mujer Damiana. Esta situación permite denotar
características específicas del contexto de las comunidades
afrocolombianas en los años 70 en Colombia que no difiere
La relación
preponderante de su
contexto, sus
discursos presentes de
resistencia. El deseo
de Santiago, como
signo de necesidad de
libertad.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
45
mucho en la actualidad, se reconoce pues que el papel de
Santiago permite tenerlo como eje posibilitador de análisis en
relación con la búsqueda de procesos oralizados y acciones de
resistencia, en dicha obra “Sonatina para dos tambores” denota
desde el inicio descripciones de intranquilidad que persiste en
toda esta, y a partir de esta problemática en el cuento, se
despliegan interpretaciones a partir de todo lo descrito
mencionada ahí, es claro que la necesidad de Santiago, se
convierte en símbolo de libertad, que conlleva de igual forma una
carga contextual que permite discernir no solo dicho necesidad
sino también que a partir de las manifestaciones se recrea y
fortalece el pensamiento frente a la cultura afrocolombiana
involucrada en un territorio acuático y fluvial que rodea acciones
rápido, movimientos corpóreos fuertes y calor anatómico esto
precede procesos anecdóticos frente a acciones negativas en un
pasado por pate de estos. Se reconoce un hablante en primera
persona quien trae a colación un recuerdo que permite ser hilo
conductor de la historia a partir del sufrimiento y el reconociendo
del por qué estos hombres se encuentran en las llanuras armados
y con actitudes de defensa e imposición terrenal. “—Me las van
a pagar ahora todas —amenazó un tercero—. Todas, todas las
que me han hecho…
El negro, entretanto, se comía sus palabras en un silencio
oscuro,
parecido a su piel o a las niñas de sus ojos profundos.
Cuando ya
arrancaban, gritó:
—¡Hoy van a tené comía los chulos! ¡Bastante comía,
compa!
Urquijo rastrilló las espuelas en los ijares de su bestia.
Se precisa la
acción de
“Resistencia” como el
elemento
preponderante. A
través del análisis del
sonido en la historia.
Aproximación
a través de un análisis
otorgado por las
adaptaciones del
contexto mismo en el
que se escribe la
historia. Un trazo
hermenéutico con la
realidad actual de las
comunidades
afrocolombianas.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
46
—¡Diablura! —jadeó— ¡Quizque el recuerdo sé cómo
las puñalá!
—Barujo —contestó el negro—, si eso madruga con
uno.” (p.75)
Se reconoce pues, que los personajes traen a colación
recuerdos cargados de resentimiento que genera en ellos
necesidad de venganza.
Posteriormente en los primeros puntos se han hecho unos
acercamientos contextuales y de observación analítica de la
construcción gramatical y uso de las voces narrativas, sin
embargo, se logra reconocer otros elementos aparte del discurso
implícito de Santiago por la sed de libertad, pues hay una
descripción amplia del contexto afrocolombiano en el pacífico y
esto lleva a reconocer en los mismos diálogos. Cómo todo sonido
efectuado en la misma escenografía se relaciona con la
musicalidad y esta vehiculiza pensamientos corporales, es decir
hay una relación sonora, musical y corpórea evidente en las
comunidades afrocolombianas, de ahí que se reconozca con
incesante llamado, el sonido especifico de los tambores a las
afueras de la casa de los esposos y adentro de la negra Damiana.
Se precisa pues que dicha estrategia escritural por parte
de la cultura afrocolombiana y en este caso específico con
Sonatina para dos tambores se vislumbra ancestralismo vigente
reconociendo descripciones de danzas y claro está, de la
diversidad de tambores e instrumentos de percusión, haciendo
uniones rítmicas con el uso de la lengua oralizada. De ahí los
procesos constantes de innovación afrocultural sin perder los
trazos originales del sonido.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
47
En la argumentación dedicada a los dos cuentos “Sangre en el llano” y “Sonatina
para dos tambores” se ha movilizado para escoger dos supuestos de análisis crítico, la
memoria histórica de los sonidos y el uso de la lengua como elementos eje para el
reconocimiento de la noción de resistencia en los mismos; el resto de las teorías en los
cuentos sirven de soporte secundario para completar la investigación, llevada a cabo a partir
de un plan integrado de análisis. Se hace un análisis de los textos desde la sociocrítica quien
permitió describir el fenómeno social de la época con la hermenéutica reconociendo los
personajes y el contexto. El proceso de seis pasos, que acompaña al método, no se escribe
con un marco explícito dentro del cuerpo del comentario, pero se fue realizando a medida
que se avanzaba en el plan integrado de análisis. La columna de la derecha permite reconocer
los seis pasos y a su lado izquierdo una redacción final que ha permitido encontrar el
elemento dominante en los cuentos (resistencia), dicha interpretación se pudo comprobar
mediante unos indicios focalizados en aspectos netamente culturales, se dio una
interpretación que se llevó a cabo mediante los indicios de los polisistemas; encontrando
con flexibilidad dos formas de acercamiento analítico y de desmonte la obra narrativa.
En los dos cuentos analizados se reconocen claros ejemplos de descripciones del
contexto afrocolombiano en el pacífico y en el llano debido a fugas de opresión española,
desde el inicio se evidencian usos en la lengua castellana que han sido adaptados y las
construcciones textuales permiten reconocer traslado directo de la oralidad a estos espacios
escriturales, de igual forma la concepción de resistencia, se evidencio en el primer cuento
“Sangre en el llano” que toda su historia vislumbra memoria histórica de sufrimiento y que
busca un restablecimiento de todo lo sufrido, por otro lado en el cuento de “Sonatina para
dos tambores” se reconocen los sonidos efectuados en los instrumentos músicales heredados
de la cultura africana y adaptados al contexto latinoamericano, es decir la manifestación de
resistencia en este se da en una relación especifica con el sonido musical y corporal de los
afrocolombianos. Desde esta percepción es claro que el autor propone como objeto medular
comunicativo, la oposición evidenciado en dichas expresiones africanizadas de la lengua de
castilla y expresadas tanto en la oralidad como en la música.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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Anexos
Cuentos
Sangre en el llano (Carlos Arturo Truque, 2010)
Río abajo sobre la huella honda de los ríos resecos. El polvillo, como de oro, que
levantaban los cascos se entreveraba en los labios partidos, mezclando la angustia de la
sangre con el sabor a tierra del verano. En el cauce exhausto de los caños, las cabalgaduras
refrescaban los belfos crecidos por la fatiga, en el fango mismo, apretando con la pata
soberbia el humo ceniciento de la cuatronarices. 1 Los raboerrozales, bajo la mano dura del
viento, se dejaban ir a la caricia airada y la inmensa sabana se revolvía como mar
amarillonaranja. La sequía puso sonrisa de bilis a los pastizales desenrai-zados, en la llanura
herida por las pezuñas de la vacada.
—¡Arre…! ¡Upa…! ¡Arre…!
Los zurriagos tañían su juaz-juaz sobre las grupas semimetálicas de los potrillos. —Chape,
compa. Si no ando equivocado, allá, entre la polvarea, viene gente.
—Qué va a vení naide. Toitico el día te la pasás viendo visiones. Si era pa’ eso, pa’ qué
viniste. ¿O no será susto lo que tenés?
—¡Je…! ¡Je! —se rió el otro— ¿Miedo? ¡Quién sabe…! Pero de gente
que viene, viene. Sin embargo las riendas sueltas detuvieron el galope y los caballos
resoplaron contenidos por el freno, alzadas las delanteras, bajo los brazos fieros, cruzados
de venas como riachuelos. Un negro, que iba entre los de adelante, usó las manos para otear
el horizonte desnudo, apenas alterado por la nube cambiante de la polvareda.
—Van a sé hartos. Pue el ruío que meten se ve que va a sé peliagúo y ahí tá la Virgen
pa’ que ni uno quede; la Virgen y esa cosita —agregó al llevarse la mano para tocar el cinto.
Un raboegallo 2 colorao, bailaba en su garganta con música improvisada por el viento.
Cambiaron entre ellos miradas de inteligencia.
—Tenés razón —dijo el que estaba a la izquierda del negro—.¡Es gente! Y gente con ganao
y ojalá del Gobierno. ¿Cuántos serán? —indagó después de un cortísimo silencio.
—Puahí unos siete —respondió uno del grupo.
—O veinte, como la otra vez —habló el otro.
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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—¡No importa! —cortó una voz— ¡Pueden ser cientos! ¡Son cobardes! Son igualitos
a los cafuches: no andan sino en manadas. La voz pertenecía a Luis Urquijo. El Llano lo era
para él todo. Olvido para sí y para su vida, peligrosa como abismo, y la reparación de la
injusticia humana. Las manotas, hinchadas de montañas azules, se apretaban a las cintas del
freno con seguridad. La cara, alterada, con gruesa barba, tenía algo de animal salvaje, de
bárbaro. Los ojos fijos en un punto, en la polvareda, acrecentaban la fiereza del rostro. No
se le movió
una línea cuando entreabrió los labios para decir:
—¡Me han acosao como a un tigre! A ellos les parece que nosotros somos iguales a
cualquier porquería…
—Si no fuera por ellos, yo no estaría aquí —exclamó otro rabioso.
—Me las van a pagar ahora todas —amenazó un tercero—. Todas, todas las que me
han hecho…
El negro, entretanto, se comía sus palabras en un silencio oscuro, parecido a su piel
o a las niñas de sus ojos profundos. Cuando ya arrancaban, gritó:
—¡Hoy van a tené comía los chulos! ¡Bastante comía, compa! Urquijo rastrilló las espuelas
en los ijares de su bestia.
—¡Diablura! —jadeó— ¡Quizque el recuerdo sé como las puñalá!
—Barujo —contestó el negro—, si eso madruga con uno. Urquijo al galope, en busca de la
muerte, se dejaba apuñalar por el recuerdo que se levantaba cada día con él, que
dormía con él. Que no se lo quitaba de encima tanta brisa rabiosa en la llanura, porque era
más veloz que el viento y más ligero que una cuchillada. Allá, por los picos de la serranía,
en el desfiladero, en la montaña cortada a cercén, en el sabor dulzón de las guitarras en las
noches de luna, en la miradito verde de la tierra, amanecida en los ojazos de la buena moza.
En el tiempo bueno, hasta que…Fue como una maldición en la noche colmada de
detonaciones. Llegaron rondando, buscando lo que no tenían. Todo se lo llevaron, arrasado,
como la yerbabuena al paso de la piara. Amarrado al horcón había visto cómo saciaron su
apetito de bestias sobre las carnes agarradas de la mujer que amaba. ¡Cómo le
había dolido la respiración jadeante, cortada de lujurias, los besos de la cópula asquerosa,
chasqueantes como latigazos…! ¡Tener que soportar el expresivo suplicar de sus ojos,
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
50
semejantes a los de los cristianos agónicos de la iglesia pueblerina! ¡Si hasta cada vez que
se acordaba de Dios, lo odiaba sin comprender!
—¡Arre…! ¡Upa…! ¡Arre…!
Cerquita de la polvareda (como fondo el balar del rebaño despavorido) fue el sabor
acre de la venganza. Los revólveres entonaron sus cánticos de retaliaciones y el aire se sintió
grávido de imprecaciones.
—¡Que ni un hijuemadre quede vivo…!
—¡A este ya le tengo vendío el cuero…!
—¡A ese no me lo toques, que lo quiero pa’ mí solito…!
—¡Hijueldiabloooo! ¡Casi me mata el grancarajo!
Y la carcajada negra espumeaba como catarata sobre el sabor
sangriento de la hora. Por entre las pezuñas, defendiéndose a fustazos de la cornamenta, Luis
Urquijo se llenaba la boca de imprecaciones, marchando
sobre la huella de los fugitivos…
—Apunten bien a los de uniforme… ¡Déjemelo, lo quiero vivo! Su brazo fuerte,
zarpa de jaguar, cayó sobre la cobardía del último de la manada. Rodaron los dos cuerpos
entrelazados, sudorosos sobre el polvo amarillo, sobre los terrones inmisericordes. El
cuchillo certero ascendía encendido por el sol. El primer golpe fue como el rasgarse de una
tela gruesa. Los demás gritos de los tres amigos
desviando el ganado para que sus cuernos no tropezaran a Urquijo. Después, solo el trotar
de los vacunos gachos sobre la tierra sembrada de despojos. Las vísceras colgaban entre los
cuernos como banderas de victoria.
—¡Carajo! ¡Así debían morirse todos estos hijos de la grandísima madre!
—¡Arre…! ¡Upa…! ¡Arre…!
El polvo más grueso, la tierra reseca. Llano abajo, los pasos firmes de las buenas
bestias; por allá marcha Luis Urquijo, con el negro y los otros, con el señorío en el pampa
límite, con su justicia sembrada con mano propia cargada en los pañuelos rojos, el revólver
y el cuchillo al cinto:
Sobre los llanos, la palma
Sobre la palma, los cielos
Sobre mi caballo, yo…
DES-ENMARCANDO EL USO DE LA LENGUA A TRAVÉS DE PROCESOS DE
RESISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LA LITERATURA AFROCOLOMBIANA
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y sobre yo, mi sombrero…
Las crines desflecadas, las manos duras en las riendas y el viento enseñando a ser
libre…
—¡Arre…! ¡Upa…! ¡Arre…!
Sonatina para dos tambores (Carlos Arturo Truque, 2010)
No era cosa para dormir esa noche. Allí en el mismo cuarto, a tres metros, tal vez
menos, estaba Damiana con los fuelles como dos hilachas. Lo malo era que el viejo
vagabundo de míster Stern llevaba ya tres días de andar como una cuba 1 de una orilla a otra
del río, engarzado en cuanto currulao 2 sonaba. Con él no valía nada; mientras hubiera una
juga ya las patas se le iban alistando solas. Y las fiestas de la patrona, de la santa Bárbara
del Rayo, vinieron a caer en tan mala hora, precisamente cuando la Damiana ya no podía
con el aire. Ese era el asunto: que a la mujer le dolía el aire y lo cogía por la nariz para que
le saliera otra vez por los fuelles con un sonido de cununo 3 retemplado. ¡Qué carajo! ¡Y ya
tenía tres años de estar en las mismas!
¡El ahoguido, Santiago…! ¡El ahoguido!
Y luego era el frío. Siempre tenía que tener frío, con ese sol de candela que mi Dios
le había dado a Santa Bárbara de Timbiquí. Y por la noche, frío también. Ella temblando,
mientras él, con el cuerpo que parecía melcocha 4 de lo sudado, daba vueltas en la cama, sin
poder dormir, desnudo y tocándose el cuerpo grandote, con ganas de hembra. A veces salía
a la azotea y se tendía en el piso fresco, boca arriba, a contar en el cielo estrellado, estrella
por estrella, hasta que los ojos le dolían. O hasta que ella, desde dentro, decía con voz ronca:
—¡El ahoguido, Santiago…! ¡El ahoguido!
Entonces entraba y se paraba, sin atinar a qué hacer, al lado de la cama de la mujer.
Desde la oscuridad lo miraban sus ojos brillosos y oía, amplificados como si los tuviera
dentro de las orejas, los estertores, los tumbos y retumbos de los pulmones, que soltaban el
aire. Lo que no le podía entrar muy claro era lo del frío. Ella siempre se quejaba del frío;
pero cuando le tocaba el cuerpo, estaba este perlado de sudor y tan caliente como los
pedrancones del río a la hora de la siesta.
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Míster Stern, al referirle lo del frío, meneó la cabeza de un lado a otro y exclamó:
«Very bad». A Santiago hasta le extrañó que hubiera dicho «Very bad», porque siempre le
parecía que todo estaba very good. Pero, por las dudas, y para hacerse más claro, agregó:
«¡Mucho malo, carajo!», y le hizo la promesa de llevar a la Damiana en su lancha hasta
Buenaventura. Y lo hubiera hecho de seguro, porque era hombre justo como una balanza, si
no se atravesaban las fiestas y se rellenaba la panza con el biche 5 y la tapetusa, 6 que por
esa época corrían como ríos por las calles de Timbiquí. —¡El ahoguido, Santiago…! ¡El
ahoguido!
La oyó. No hubiera podido dejar de oírla; pero no sabía qué hacer. Tenía que llamarlo
precisamente a él, a Santiago que era tal vez el único que no sabía hacer nada en casos como
ese. Eran ya tres años de estar oyendo las mismas palabras con el mismo tono ronco; eran
tres veces trescientos sesenta y cinco días de oír un cununo y una tambora sonándole por las
noches dentro de los oídos. Era ya mucho tiempo de estarse toda la noche quieto y despierto
contemplando un cacho de luna por entre el claro que dejaba la chonta 7 y la palma tejida
del techo. Eran muchas las noches de estar pensando en los senos duros y el cuerpo
cimbreante de la otra Damiana, la que bailaba sus buenos patacorés y sus buenas jugas y
currulaos en otras lejanas fiestas de la patroncita contra el rayo. Muchas noches, no lo podía
negar, deseó que el asunto acabara de una vez. Tal vez fuera mucho mejor que el aire no
entrara en esos fuelles de Damiana; sobre todo cuando le bailaban sus buenas ganas de
pisarle el ala a la Guillermina, una negra reidora que poco a poco se le iba volviendo «el
tormento de sus tormentos»; y que, aunque no le había dado un besito, lo traía más alzado
que una nube y más golpeado que tambor en día de Reyes.
—¡Jey, 8 vos, Guillermina! ¡Jey vos…! ¡Jey vos…!
Y ella, con el cuerpo liso, las tetas de natilla fresca, yéndosele de las manos,
saliéndosele de la picazón del deseo, de la desazón de macho alborotado, que le ponía como
un tubo metálico en la garganta sin saliva:
—¡Tate, 9 vos, con tu arrechera! ¡Barujo, con el lambido 10 éste…!
¡Se lo vo a decí a Damiana!
—¡No le recij nara, no! 11
Y otra vez a buscarla. Otra vez «el negro lambido del Santiago», con la boca seca de
siempre que le daban ganas, buscando lo que no podía darle su Damiana, que tenía los fuelles
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como dos hilachas. «¡Los cununos, cadajo, los cununos!», se dijo Santiago, oyendo el run-
run del otro lado del río, donde debía hallarse ahora borracho míster Stern, su patrón, que le
había prometido llevar a Damiana hasta Buenaventura, a ver si todavía era hora de que le
quitaran ese ahoguido.
«¡Los cununos, cadajo, los cununos!».
Así no era caso de dormir. Y menos Santiago, que al oír tambores se le iba el cuerpo
entero detrás. Allí mismo, en la cama, le estaba picando ya el cuerpo. ¡Era como si lo fueran
levantando de repente por dentro!
«¡Ese run-run, cadajo, ese run-run!». No; con eso no podía dormir; ya no eran los
tambores de la Damiana solamente los que no le dejaban pegar los ojos. Ahora eran también
los de afuera, los de verdad, que tocaban en el baile de santa Bárbara, abogada contra el
rayo. Era el aire que se iba creciendo de tambores, marimba y guasás; era el maldito patacoré
el que se le metía en las orejas y se le enredaba en las patas de diablo, que no querían estarse
quietas. Era la boca, su misma boca, diciendo pasito eso de «er 12 patacoré que se va a caé…
que se va a caé… que se va a caé…», mientras el cuerpo era una urticaria sin reposo,
prendido del ritmo que soltaban de otro lado.
«¡Ese run-run, cadajo, ese run-run!», se dijo nuevamente por decirse algo,
preguntándose al mismo tiempo si míster Stern, su patrón, estaría o no estaría en la fiesta, y
si amanecería en condiciones de manejar la lancha y bajar a Damiana hasta Buenaventura.
Se preguntó si no estaría ya a esta hora tan borracho que se hubiera olvidado hasta de hablar
inglés, pues el castellano no le había entrado nunca. «Ya ha de estar bien mariao», se dijo
con bastante convencimiento. «Mañana va a amanecer con la cabeza en otra parte y ni se le
pasará por ella que tiene que llevarse a la mujer al puerto, a que le quiten ese ahoguido. Sería
mejor que le recordara…». Pero lo de ir, no era para decirle nada. Era que sabía que allí
andaba la Guillermina, de falda almidonada, los senos parados como dos cucuruchos. Lo
que pasaba era que le iban subiendo unos deseos locos de ir a verse con ella para sentir el
cosquilleo que sentía cuando las tetas grandotas le retemplaban al bailar la juga y el patacoré.
Lo mismo había sido al empezar a guiñarle el ojo a la Damiana, que tuvo, quién iba a creerlo,
unos senos de, ¡ay, señor de mis pecados!, brincones e inquietos como guatines, que le
hacían cosquillas en el pecho por entre el lienzo acartonado.
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—¡Jey, vos, Damiana…! ¡Jey, vos…! ¡Jey, vos…! Pero ella, el cuerpo fullero,
endiablado, jugándole al toro esquivo, dándole sus quites con la enagua, mientras él
correteaba bajito, extendiendo los brazos como si fueran alas, sintiendo en la nariz el olor
sabroso de la hembra sudada.
—¡Jey, vos, Santiago…! ¡Jey, vos…! ¡Jey, vos…!
Ya no podía más, la sabrosura esa de los tambores se lo estaba tragando. En la misma
cama lo tenía cogido como de una mala calentura. Sentía la picazón, subiéndole de las
plantas a la cabeza:
«¡Ese run-run, cadajo, ese run-run!».
No había modos del sueño, oyendo la cosa esa. La Damiana iba subiendo sus
tambores; pero los de afuera parecían haberse vuelto locos. Eran de un ritmo apretado, casi
sin intervalos. Quizá le fuera mejor en la azotea, tendido sobre la guadua humedecida por el
sereno, libre de la sensación de hallarse enmielado que lo invadía cuando estaba en la cama.
Y lo peor, que allí era el empezar a acordarse de la Guillermina y de que hacía tanto tiempo
que no dormía en la misma cama con Damiana. No sabía si había sido antes o después de
eso cuando empezó a gustarle la otra; pero de seguro que tuvo que ser después, porque la
Damiana era toda una hembra, antes de que empezara a convertirse solo en ojos y tiras de
piel que colgaban. Tronco de negra que era; hembra completa de arriba hasta abajo, un
diablo para aguantar los envites 13 quedándos quietecita, moviendo solo las nalgas anchas
y los senos robustos de calabazo. Y él, vuelto el patas, dándole aire con el pañuelo, yéndosele
de frente, en firme, y parándose en seco, mientras la tambora, los cununos, los guasás y las
cantadoras iban trepándose el baile a la nota más alta: «er patacoré, que se va caé… que se
va caé… que se va caé…». Después era la voz de la vieja Pola la que se quedaba arriba,
solita en ese último «que se va caé», serena como una cometa en el cielo tranquilo de los
agostos de la infancia. Y desde allá, bajando por las sordinas que le nacían de los cueros
templados, de la copla bonita:
Si el mar se volviera tinta
y los peces escribanos
no alcanzarían a decirte
lo mucho que yo te amo.
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Y míster Stern, con una botella de tapetusa en la mano, de una pareja a otra,
repitiendo en su español desastroso: «¡Mucho bonito, carajo, mucho bonito!». Eso era lo
que no le daba paz ni le concedía tregua. Ya eso andaba en su sangre sin saber desde cuándo.
Esa era la sabrosura que no podía aguantar el negro lambido del Santiago, que tampoco
resistía la sabrosura de coco fresco de la risa de Guillermina, saliéndosele como pez azorado
por entre el ala cuando ya la tenía casi pisada.
—¿Dejá, a ve? ¡Negro lambido! ¡Barujo y vos, con tu calentura! Y, así, lo dejaba
plantado con un temblor extraño y algo como un vahído llevándosele la cabeza, mientras en
la boca se le amontonaba la baba, espesa como engrudo de zapatero.
—¡Jey, vos, Damiana…! ¡Jey, vos, Damiana! Pero, no. No era asunto de contar ahora
con ella, tendida allí en el mismo cuarto, luchando con el aire, con los fuelles, como la
bandera que trajo el coronel García del combate del río Telembí. —¡Ese run-run, cadajo, ese
run-run! —dijo pasito, extrañado de que la mujer no se hubiera vuelto para decirle, como
acostumbraba cuando ya materialmente sentía que se le iba el aire y le faltaba el resuello:
—¡El ahoguido, Santiago, el ahoguido!
La desesperación era tan grande en él como en ella. Por ese motivo deseaba que la
cosa acabara algún día, repentinamente. Sí; quese le fuera quitando el viento despacito, y
dejara quietos el rostro amarillo y los ojos como pozos escondidos en las honduras de un
abismo. Tal vez, si sucediera, no tendría que estarse de noche dándole vueltas al cuerpo
sudoroso; o mirando al cielo por entre los agujeros de la paja del techo, mientras el sexo
verraco se encabritaba pidiendo la hembra que se le habían comido los malditos fuelles y
que no tuvo tiempo de gozar por completo. En esto se dio cuenta de que algo le faltaba de
afuera y que se había quedado lelo con los cununos de la Damiana. Pero el cuerpo le seguía
lo mismo de temblón, lo mismo de hambriento: igual a esa noche en que no aguantó más y
fue hasta la cama de la mujer y le metió las manos entre el pecho, para encontrar solo dos
vejigas que colgaban como nido de oropéndola y que ya se le escurrieron por entre los dedos.
En esa ocasión pensó, sin saber por qué lo pensaba, que esa no era Damiana; o que
era ella misma, sin cuerpo, sin el occidente que lo urgía y le hacía brillar los ojos como
candelillas.
—¡Jey, vos, Guillermina…! ¡Jey, vos, Guillermina! ¡Jey, vos…! Ya era lo de
siempre: que al nombrar a Guillermina la confundiera con la otra Damiana, con la Damiana
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hembra total que una vez tuvo bajo el cuerpo, ni se sabe cuántas madrugadas, después
derribar de una juga, ebrios de tapetusa, las carnes asadas en el Patacoré «que se va caé»,
con los pies hinchados de marcar compases e irse de medio lado tras la hembra escurridiza,
de ademanes de «Quiero y no quiero». Por allá volvieron a prender cununos. Primero le
fueron dando bajito, como ronroneando, tal cual si al cununero le diera miedo lastimar el
cuero. Luego subió el tono y marcó recio, porque empezaba la tambora grande y se prendía
la marimba y se desgranaban los guasás: ¡qué carajo! ¡Quién estaba por dormir con ese pre
pre en la oreja! Y se fue incorporando lentamente. No era cosa de permanecerquieto en esa
oscurana, viendo y no viendo lo del otro lado. Era mil veces preferible estar en la azotea,
tendido en el fresco, con la oreja abierta al ritmo de los patacorés. Por allá sonaba la voz de
la vieja Pola y esa marimba que le iba haciendo abrir la puerta sin ruido. Así, sabroso,
regustando el ritmo picante desgranado por los guasás; así, moviéndose en círculos, como
sobre un tambor; así, con la sangre corriente, llevándole bien lejos, hacia atrás, a donde ni
memoria había. Él allí, dándose su gusto, tirando de los compases como de una cuerda,
diablo de negro mandinga, con la boca como brasa del patacoré «que se va caé», se iba
sintiendo mejor. Y allá en la tiniebla, la Damiana con su aire y sus pulmones que no daban
más, sorbiendo espeso, sacándoles un último lance a las manos para sus dos cununos
flácidos, que apenas vibraron un postrer compás antes de quedarse en paz, privaditos, solo
simples cueros, sin aire posible ni dolor probable. Quizás no lo supo nadie. Tal vez fuera en
el momento en que un gallo con su pico llegó a las crestas del alba; o cuando la voz de la
vieja Pola se quedó allá arriba, trepada y serena como una cometa de cualquier agosto de la
infancia, y, por entre la sordina de dos cununos reventados, bajó una copla reventada. ¡Quién
sabe!
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Conclusiones
Una vez realizados los análisis, llegamos a las siguientes conclusiones que responden
al problema planteado y los objetivos del trabajo de investigación.
Los procesos formativos están por fuera y trascienden los procesos escolares
por ende tener en cuenta dichos procesos permite hacer una relación
apropiada de los saberes de la academia, mostrando el concepto de Bildung,
corriente de origen alemán en el convergen autores que aluden a que éste se
manifiesta como todo lo que queda después de que se olvida todo lo que se
ha aprendido, generando pues el reconocimiento de que la formación
obtenida se debe a encuentros y vivencias adquiridas en relación con lo que
cada sujeto conquista. Por lo que “reconocer las células semióticas de la
tradición oral afrocolombiana cumple la doble función de permitir un análisis
intrínseco de las microexpresiones locales y a la vez dar la razón que permita
reconocerlas en las macromanifestaciones nacionales hasta dar por entendido
el poder de la africanización como símbolo de resistencia.
Todos estos aspectos de expresiones como símbolos de resistencia se logran
evidenciar en los cuentos analizados en este proyecto de investigación, de
igual manera nace una pregunta. ¿Por qué la literatura te permite leer todas
estas manifestaciones no institucionalizadas, que otros textos no permiten?
Es claro mencionar que la experiencia con la lengua castellana y el
acercamiento a la literatura en los procesos formativos de la universidad
permiten hablar desde diversas posiciones, sin embargo, desde la perspectiva
del lenguaje teniendo en cuenta los objetivos de la misma se logra
comprender, que la literatura es la máxima expresión de la condición humana
pues cuestiona la realidad, recrea y examina. Como mencionaba Octavio Paz
(1972) La literatura es el dialogo del hombre con el mundo y de los hombres
con los hombres. Por ello la literatura es un medio para leer y dar cuenta de
estas manifestaciones del ser humano cuidando cada detalle que trasciende
los límites de la racionalidad, en el caso de la literatura afrocolombiana,
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cuidando cada detalle de todos los aspectos oralizados y circunstancias
históricas con objetivos claros de narrar.
Emplear este medio de tipo de análisis en el proyecto de investigación accede
concluir que este método permite hacer análisis literarios con rigor y da
ejemplos claros de la versatilidad y la amplitud analítica del mismo, así como
el poder transitar de la teoría literaria a la didáctica de la literatura que es la
preocupación de los profesores de lengua castellana. ¿Cómo mediar textos
literarios con estudiantes? Este método permite pasar de una lectura
impresionista a una lectura crítica y rigurosa en la escuela.
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