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DESARROLLO TÉCNICO DE LA INVESTIGACIÓN: NOMBRE EL PINTOR CARLOS RIVERA Y URBANISMO EN XALAPA, 1906-1938. INTRODUCCIÓN El artista pintor Carlos Rivera (1856-1938), uno de los dos destacados alumnos del paisajista José Ma. Velazco, permaneció en las sombras durante más de un siglo y medio, se desconocía, inclusive, su biografía. Al proponer la investigación, nunca imaginamos, la cantidad de problemas a los que nos enfrentábamos, si bien sus obras se encuentran expuestas en los principales museos de la ciudad de México (MUNAL, Palacio de Bellas Artes, Museo de Arte Moderno, etc.), y el más completo de los acervos de su obra en el Museo de Arte Veracruzano en la Ciudad de Xalapa, sin embargo las cédulas de identificación carecían, inclusive de las fechas de su nacimiento y muerte. Uno de nuestros principales problemas fue ubicar su biografía, los historiadores del arte, si bien conocían sus obras y lo admiraban como un gran paisajista, no se habían preocupado por indagar su vida. El primer acercamiento con el artista, fue una colección de 56 tarjetas postales de la ciudad de Xalapa durante los años 1906 a 1938. Importante memoria histórica de una ciudad descrita del puño y letra de Carlos Rivera quien con su amplia formación artística nos describe minuciosamente la ciudad en la que vivió, y que durante las fechas referidas vivía los avatares de la Revolución Mexicana. Una de nuestras primeras hipótesis fue que era originario de la ciudad de Xalapa, y que a partir de 1885 había dejado de pintar aquellos maravillosos paisajes por los que era conocido. Sin embargo, y afortunadamente, esta hipótesis no se comprobó y mientras nos íbamos adentrando en su obra percibimos una riqueza artística que nos obligaba a compartirla con los Historiadores del Arte, con la ciudad de Xalapa y con el mundo en general (Sus óleos están catalogados en ciudades tan lejanas como San Petersburgo en Rusia, o en museos y galerías en Nueva York). Las tarjetas postales, fueron el vehículo para conocer la Xalapa de la primera mitad del siglo XX, pero también para comparar los cambios sufridos a lo largo del siglo pasado y principios de éste. METODOS Y MATERIALES En cuanto a los métodos, consistieron primeramente en ubicar la obra del artista, cuestión nada fácil, pues aunque en ocasiones la encontrábamos mencionada en catálogos de museos, no estaban expuestas, por lo que tuvimos que identificarnos con los curadores de las salas especialistas en siglo XIX, para que nos permitieran tomar fotos de los cuadros que tenían almacenados.
Nuestro acercamiento con el Cronista de la Ciudad de Xalapa y con el Ing. Carlos Pasquel conocedores de la historia regional, nos permitió identificarnos con los métodos de la microhistoria. Otro de los retos fue ubicar a los descendientes del artista, por lo que nos dirigimos a la ciudad de Xalapa, y finalmente encontramos a Ana Emilia Rivera Carbonell, quien nos recibió con mucha desconfianza, pero al mostrarle el epistolario de su abuelo colaboró de una manera franca y abierta con nosotros. Así logramos ubicar a los otros tres de sus nietos, aún con vida que viven en la ciudad de México. A partir de ese momento, usamos el método de la Historia Oral, centrándonos en la línea de Historias de vida, lo cual desembocó en la biografía que a continuación presentamos:
CARLOS RIVERA
Primeros recuerdos
Carlos Rivera nació en la ciudad de México un 21 de diciembre de 1855,
siendo sus padres Romualdo Rivera, Teniente Coronel de Ingenieros en retiro,
y Francisca de la Cuesta y Fuentes, quienes además procrearon a Amparo y
Carlos Trinidad, quienes murieron a los pocos días de nacidos, Concepción
(muerta en 1906) y Ángela (aún viva y soltera en 1918). Además, Carlos
Rivera tuvo dos medias hermanas: Carolina y Francisca.
Sus primeros años los pasó en la ciudad de México, viviendo en el
centro de la misma en la casa No. 26, vivienda No. 5 de la Calle de la acequia,
esquina con la calle de Correo Mayor a espalda del Palacio Nacional. Ahí
disfrutó del amor y la tranquilidad que le prodigaba su familia. Muchos fueron
los recuerdos de su niñez y juventud que años después heredó a sus hijos y
nietos en un diario que intituló: Memorias para mis hijos, Jalapa 1918,1 en él
1 Este diario se encuentra en cuatro cuadernillos, in octavo y esta dividido en cuatro periodos: el primero desde el día de su nacimiento hasta el año de 1863, el 2° de 1863 a 1868, el 3|. De 1868 a 1882 y el 4° del 1º. De julio de 1882 hasta el 31 de agosto de 1914. El diario se detiene en esta fecha por considerar, el autor, que sus hijos tenían la edad suficiente para recordar lo relativo a su vida.
plasma aquellas vivencias que dejaron una impronta en su memoria para más
tarde trasmitirlas a través de su arte.
En su prosa, el artista nos hace revivir la vida cotidiana de una ciudad
que atravesaba por momentos difíciles, en particular la época posterior del
Segundo Imperio; recordaba con especial agrado las visitas semanales que
hacía a un tío que moraba en Tacubaya. Le deleitaba subirse en el pequeño
transporte tirado por mulas y hacer el largo recorrido por aquellos caminos
aledaños a Chapultepec, bordeados de grandes árboles y copiosa vegetación,
estos paseos debieron incidir en su concepto de belleza; reflejo de aquellos
paisajes plasmados en sus lienzos de años posteriores.2
Otro de los recuerdos de su niñez fue el asalto a una diligencia que vivió
su madre y tía al regreso de un viaje de Veracruz, del cual, ha llegado hasta
nosotros un dibujo; también recuerda en sus memorias la tradición de los
Altares de Dolores que se levantaban año con año durante la conmemoración
de Semana Santa y que hundían sus raíces en una devoción novohispana.
Sin título, Marzo de 1883. Dibujo a lápiz y tinta. Museo de Arte del Estado de
Veracruz
En la Escuela Nacional de Bellas Artes
El 8 de agosto de 1868, apenas con 12 años, el joven Rivera entraba a la
antigua Academia de San Carlos;3 algunos meses después de que entrara en
2 Memorias para mis hijos, manuscrito. Jalapa, 1918. El Dr. Carlos Pasquel Rivera, prepara una edición de este manuscrito. 3 La Academia de San Carlos (hoy Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México) surgió con la iniciativa del virrey Martín de Mayorga en 1781, quien propuso fundar la Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España y quedó instalada por Real Cédula de 25 de diciembre de
vigor la Ley de Instrucción Pública para el Distrito Federal promulgada el 2 de
diciembre de 1867. En su artículo 6º se establecía la educación secundaria que
incluía la enseñanza media y superior; para tal fin, se crearon las Escuelas
Nacionales de Instrucción Secundaria, siendo una de ellas, la Escuela
Nacional de Bellas Artes.
La mencionada ley, definía en su Art. 14 las materias comunes para los
futuros artistas: “Estudios comunes para los escultores, pintores, grabadores y
arquitectos: Dibujo de la estampa. Dibujo de ornato. Dibujo del yeso, Dibujo
del natural, Perspectiva teórico práctica (…). Estudios para el profesor de
pintura: Claro oscuro. Copia Natural. Composición”.4 De esta manera, Carlos
Rivera ingresaba a una institución recién reorganizada que pretendía, bajo los
auspicios del presidente de la República Benito Juárez y el Partido Liberal,
que la educación se convirtiera en “la vanguardia de su tiempo, concibiendo el
estado de derecho como la única posibilidad real de entrar a la modernidad”.5
En sus primeros años de formación tuvo excelentes profesores, algunos
ampliamente reconocidos. Entre ellos podemos mencionar a Santiago Rebull
(dibujo al natural), Juan Urruchi (dibujo de yeso y claroscuro), Sebastián
Navalón (grabado en hueco), Pelegrín Clavé (pintura de temas bíblicos y
retrato), Rafael Flores, Petronilo Monroy (paisaje), Vicente Heredia y
1783, empezando a funcionar el 4 de noviembre de 1785. En 1865, Maximiliano decidió que la Academia mudara su nombre por el de Academia Imperial de Bellas Arte y en 1867, durante la presidencia de Benito Juárez, recibió el nombre de Escuela Nacional de Bellas Artes, aunque se le siguió llamando “Academia de San Carlos”, aún hasta nuestros días. 4 Eduardo Baez Macías, Guía del archivo de la antigua academia de San Carlos 1867-1907, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas (Estudios y Fuentes del Arte en México. xxxvi), 1993, p. 42. 5 Ibid. p. 43.
Eleuterio Méndez.6 Pero cabe destacar la figura de un profesor en particular, la
de Eugenio Landesio, quien fuera su maestro durante tres años.
FOTO LANDESIO Se encuentra en: Justino Fernández, Arte Moderno y contemporáneo de
México, México, UNAM-IIE, t. I, 2001. Imagen 97. Landesio. Autorretrato, 1873.
Entre sus condiscípulos podemos mencionar a Gonzalo Carrasco,
Cleofás Almanza, Adolfo Tenorio, José María Ibarrarán, Felipe N. Ocadiz y al
escultor Gabriel Guerra. Y desde luego, a Manuel Pastrana, con quien
alimentó una amistad que perduró hasta la muerte.
Manuel Pastrana
Rúbrica de Manuel Pastrana.
6 En 1867 y 1868, a la restauración del gobierno republicano, el presidente Benito Juárez fue rehabilitando en sus derechos de ciudadanos mexicanos a los catedráticos y empleados de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Flora Elena, Sánchez Arreola, Catálogo del Archivo de la Escuela Nacional de Bellas Artes, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas (Estudio y Fuentes del Arte en México, LIII), 1996, pp. XVII-XVIII.
Carlos Rivera
Carlos Rivera
En su primera época formativa, y de acuerdo a los planes de estudio,
incursionó en dibujo al natural usando los modelos en yeso propiedad de la
misma escuela
Dibujo del yeso. Autor: Carlos Rivera. Col. Ana Emilia Rivera y Carlos Pasquel Rivera.
Modelo de yeso.
Posteriormente se dedicó al dibujo de la estampa traída de Europa,
como lo exigía el programa de estudios. Entre esas copias podemos
mencionar: El maestro de Escuela (Domenico Induno, Milán 1815-1878); La
ciudad de Normandía (Tetar Van Velden); Interior de la escuela de San Pedro
Toscanella (G. broca y G. Bertini, Milán). También hizo copia de destacados
pintores mexicanos: Estudio de Encina (Eugenio Landesio), 1876; Sauce
llorón (José Jiménez), 1876.7
Sin título
Sin título
7 Investigación hecha por el primer nieto de Carlos Rivera, Fausto Rivera Carbonell, quien se distinguió por recuperar la memoria y obra de su abuelo.
Sauce llorón, 1876.
Estudio de La Encina, 1876.
En otras ocasiones, como todos los demás alumnos, respondía su arte a
las indicaciones de los maestros que solicitaban una creación original a partir
de un tema indicado. Tal es el caso de su cuadro Retrato de niño pordiosero,
mientras él y sus compañeros incursionaban en la pintura simbolista.8
Papelerito o Niño pordiosero, 1976. Autor: Carlos Rivera. Museo de Arte del Estado de Veracruz.
8 Ver La Mariposa, en la biografía de Manuel Pastrana en este mismo estudio, o los cuadros de Manuel Ocarranza, en especial La flor marchita, en el MUNAL.
A la diestra del maestro
En 1868, cuando Benito Juárez se reelige como presidente, nombra
como catedrático de la Academia a José María Velasco, en el curso de
perspectiva pictórica, se le otorga tal nombramiento por haber sido uno de los
alumnos pensionados de mejor aprovechamiento y haber sido alumno
destacado de Landesio,9 posteriormente se haría cargo de la clase de Paisaje
(1877), siendo en ésta época cuando Carlos Rivera, seguiría sus enseñanzas
dedicándose por completo a la reproducción de los espacios abiertos, se
inclinó por la vegetación y por los transparentes cielos del valle de México
convirtiéndose en el más asiduo aprendiz de José María Velasco; Justino
Fernández lo nombra “el seguidor más fiel de su maestro, pero también el
mejor”.10 Y no podría ser menos, la cualidad principal de Velasco como
profesor, fue hacer énfasis en la pintura del paisaje y hacerse acompañar por
sus alumnos a los lugares mismos desde donde se podían contemplar los
horizontes, las puestas de sol y tantos otros paisajes que él y sus alumnos
capturaron en sus obras.11
9 Ibid. 10 Agrega: “su Patio el Antiguo Hospital Real y un Estudio de Rocas son buenos ejemplos dentro de la escuela, pero no tienen originalidad”, nosotros consideramos un poco precipitada esta opinión, los alumnos en la Escuela Nacional de Arte estaban obligados a seguir únicamente las indicaciones de sus maestros de acuerdo a los programas de estudio. 11 De ahí que tengamos el mismo motivo pintado por él y sus alumnos, como ejemplo podemos citar El Chorro de San Pedro, en Jalapa, pintado por Cleofás Almanza y Carlos Rivera, o Los Pórfidos del Tepeyac, pintados por Rivera y el Maestro Velasco.
Pico de Orizaba. Col. Familia Rivera Carbonell
Col. Rivera Carbonell
Col. Rivera Carbonell
Otro de los temas en que Rivera incursionó fue en los temas
nacionalistas, desde 1869 en que “Obregón expuso El descubrimiento del
pulque que la crítica ha señalado como punto de partida para la recuperación
de los temas nacionales e históricos y el principio del nacionalismo en el
arte”,12 los alumnos de la Academia de San Carlos seguirían su ejemplo y en
el año de 1880, Rivera haría su propia interpretación en este ramo con sus
cuadros: El flechador del Sol, El asedio de México-Tenochtitlan, Entrevista
entre Moctezuma y Netzahualpilli.
Agregar cuadro del asedio de Tenochtitlán subastado en N. Y.
El 11 de enero de 1877, Carlos Rivera fue distinguido con una pensión
por el Ministro de Justicia e Instrucción Pública en el ramo de paisaje, por su
dedicado esfuerzo y por “estar asistiendo con puntualidad a sus estudios”.13
Este distinguido alumno no traicionaría la confianza en él depositada. La
pensión la conservó hasta 1882 en que a punto de finalizar, renunció a ella por
haber sido contratado por la Comisión Geográfico-Exploradora.
Carlos Rivera a los 27 años cuando entró a trabajar a la CGE. Foto: Cortesía del Ing. Enrique Pasquel
12 Eduardo Báez Macias, Guía del Archivo…, op. cit. p. 73. 13 Archivo General de la Nación (desde ahora AGN), Instrucción Pública y Bellas Artes, col. C. 2, exp. 70, ff. 1-1v.; y AGN, Instrucción Pública y Bellas Artes, Vol. C. 2, exp. 69.
Participación y crítica en las Exposiciones de la Escuela Nacional
de Bellas Artes
Las mejores críticas que Rivera recibió por sus creaciones fue cuando
participó en las exposiciones de la Escuela Nacional de Bellas Artes, desde
1876 hasta 1881, podemos afirmar, que ningún otro alumno mereció tantos
elogios, “en la XVIII exposición (1877) participó con dos composiciones
originales, cinco en la XIX (1879), y tres en la XX (1881), más otros tantos
bocetos y cartones”.14 La crítica de arte en México en el siglo XIX, hizo los
más altos elogios a la obra de tan destacado alumno, ningún otro mereció tanta
distinción a sus obras.
Refiriéndose al salón de exposición en 1879-1880 el periódico La
Libertad saca a la luz las “impresiones de un aficionado” el martes 3 de
febrero de 1880 en donde se elogia la perspectiva y el paisaje en la obra de
Rivera:
El alumno pensionado Carlos Rivera ha presentado dos cuadros de perspectiva y son excelentes, pero los dos primeros darían por sí solos un nombre envidiable a cualquier artista.
Este joven puede abrigar un legítimo orgullo por haber producido dos bellísimas obras.
Estas obras son: El segundo patio del Hospital de Jesús y El patio del antiguo Hospital Real. Yo pregunto: ¿no ha sido una necedad poner esas notas ridículas del catálogo para explicar cuadros que sin ellas se explican perfectamente?
¡Qué luz tan bien expresada! ¡Qué efectos tan felizmente sorprendidos! ¡Qué verdad, qué delicadeza de pincel, qué sentimiento de naturalismo tan privilegiado! No hay duda, la naturaleza reconoce a sus verdaderos sacerdotes y les prodiga sus tesoros de amor.
14 Manuel Romero de Terreros, (ed), Catálogos de las exposiciones de la antigua Academia de San Carlos de México (1850-1898), 1964, pp. 465, 475, 490, 516 y 540, citado por Fausto Ramírez, “La pintura de paisaje como integración del arte y la ciencia”, en Museo de arte del Estado de Veracruz, México, Gobierno del Estado de Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura y Fomento Cultural Banamex, A. C., 2001.
No se encuentra qué censurar en estas encantadoras perspectivas. En la primera, los muchachos, las mujeres, la gallina, y los perros, la fuente, todo es verdadero, pero hay en los corredores de arriba dos o tres arcos con el fondo oscuro del corredor, los pretiles y las macetas de flores que producen una iluminación completa. Sobre todo hay una maceta con una flor azul que se destaca del fondo de un modo encantador.
Yo no soy inclinado a la admiración, pero lo verdaderamente bello en el arte, me subyuga y admira. Sé admirar y experimento una gran satisfacción en reconocer el mérito dondequiera que lo encuentro. El patio del Hospital Real es tan bello como el anterior, al grado que la elección entre los dos sería difícil. Las lavanderas, el hombre, el niño, el caballo son de una verdad incontestable, pero lo grande que hay en este cuadro, lo mismo que en el otro, es la luz, el color propio de la luz de la tarde, como en aquél brilla la luz de la mañana avanzada. Yo creo que el pintor que logra reproducir la luz con su colorido propio, ha vencido la dificultad del arte, y que puede preciarse de ser un colorista.
El señor Rivera ha tenido esa fortuna y toda expresión sería débil para felicitarlo. Baste decir que sus perspectivas naturales, vistas al través de un lente y nada más.
Los paisajes son bellísimos y tienen el encanto, la suavidad, la gracia de la naturaleza. Revelan también un exquisito gusto para escoger los puntos de mira.
El primero se llama: Álamos del río del Consulado en el camino de la Villa de Guadalupe; el segundo: Pórfidos traquitivos del lado occidental del Cerro del Tepeyac; y el tercero: Vista de una parte de la ciudad de México. Los celajes son blandos, transparentes, apacibles las nubes flotan y se mecen suavemente en el espacio o se acumulan, como vellones blanquísimos y espesos, pero sus contornos no presentan una sola dureza; las lontananzas son gratas, se siente en ellas la diafanidad de la atmósfera de nuestro valle.
No hay duda, en el joven Rivera se encierra una gran esperanza para el arte. Si él continúa cultivando el trato de la naturaleza y recibiendo de ella sola sus inspiraciones, llegará a ser el paisajista por excelencia. Firma: Ignacio M. Altamirano.15
INSERTAR FOTOS
El segundo patio del Hospital de Jesús y El patio del antiguo Hospital
Real
15 Ida Rodríguez de Prampolini, La Crítica de arte en México en el siglo XIX, Documentos III (1879-1903), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas (Estudios y fuentes del arte en México), Imprenta Universitaria, 1964, pp. 56 y 58.
Más aún, sobre esta misma exposición y sobre la obra de Rivera, un autor
anónimo de El Siglo XIX apuntaría:
Pero fijemos nuestra atención en los estudios originales del alumno Carlos Rivera; inmediatamente nos llama la atención un precioso estudio tomado en la torre de Catedral, es muy rico de luz y tocado con vigor.
CUADRO TORRE DE CATEDRAL CON LOS INDITOS
El estudio de pórfidos hecho en el cerro del Tepeyac, tiene las mismas cualidades un poco más acentuadas.
El estudio de los Álamos es delicado y está conducido con bastante diligencia.
Detengámonos a examinar las dos obras de más importancia que presenta este alumno. La una representa: El segundo patio del Hospital de Jesús; la otra, El patio del Hospital Real; estas dos obras nos parecen de empeño y de ejecución bastante difícil; y sin embargo, el señor Rivera ha triunfado de esas dificultades – el dibujo es correcto, hay riqueza de luz, buena inteligencia en la relación de las sombras y reflejos, y se interesa bastante el espectador en las escenas representadas en la parte principal de los cuadros; las figuras están indicadas con bastante vida y con propiedad en sus actitudes; en suma, deseamos que el señor Rivera siga cultivando con empeño este ramo de la pintura, que en nuestro país puede tener un gran porvenir, y creemos que este señor será uno de nuestros artistas notables, si con la constancia y estudios logra recorrer el camino que le falta aún, lo cual no le será difícil, siguiendo los consejos y ejemplos prácticos que diariamente tendrá de su profesor, que con tanto acierto le ha conducido hasta la altura en que se encuentra.16
Pórfidos traquitivos del lado occidental del Cerro del Tepeyac. MUNAL, foto: Víctor Rodríguez.
Álamos a orillas del río Consulado. Fam. Rivera Tamborrell
Desde que José María Velasco se desempeñara en la cátedra de paisaje
en la Academia, todos los críticos de la época, así como de los subsecuentes
16 Ibid., p. 70.
consideraban que sus mejores discípulos fueron Cleofás Almanza, y Carlos
Rivera del que se comentaba: “Otro paisajista notable y a quien el porvenir
reserva muchas glorias, es el joven Carlos Rivera, que ha llamado la atención
por sus últimos cuadros de perspectiva presentados en el salón de 1880”.17
El siglo XIX, refiriéndose a la XX exposición artística de 1881, a la que
concurre nuevamente el pintor que nos ocupa, el crítico de arte F. S. Gutiérrez,
nos reseña lo siguiente:
Al entrar, lo primero que se nos presenta hacia la derecha, al frente, son los dos paisajes pintados por el señor Rivera: en éstos manifiesta este aventajado discípulo, que sigue muy de cerca los pasos de su maestro (José Ma. Velazco) y sus dos estudios poseen las mismas cualidades de éste en color, brillantez, buenas masas de claroscuro y finura y variedad en el detalle de la hojarasca y el terreno. Al ver estos dos paisajes, se siente uno envuelto en una atmósfera fresca y hasta cree aspirar el aroma de la espesa y exuberante vegetación. El tono de la barrera del que representa un trozo del ferrocarril, es justa, exactos sus detalles; y su tono frío y vaporoso que es el que conviene a los términos lejanos: la buena idea de hacer asomar parte de la locomotora que viene dando vuelta sobre la curva practicada a la falda del cerro y el humo que despide de la chimenea que se mezcla a la enmarañada vegetación así como el rayo del sol que cruza sobre ese lugar, forma un primer término bien escogido que por su riqueza, contrata con el resto y lo empuja hasta producir la inmensa distancia de las montañas y el horizonte.
Las masas de la penumbra y las profundidades oscuras de la vegetación en el primer plano del cuadro del bosque de Chapultepec, son de una frescura y transparencia incomparables que convidan a permanecer en ellas después de haber gozado de los calientes del sol que atraviesan oblicuos a poca distancia. Aquellos muchachos que juegan con la culebra por darle muerte y el perro que toma parte en la escena, es un episodio que da interés al primer término y le añaden cierto carácter salvaje y solitario.
A la izquierda de estos dos paisajes vense (sic) otros dos del mismo autor; el uno, representa los alrededores de San Ángel y, el otro, un fragmento del pueblo de Mixcoac; ambos son hermosos, bien escogidos sus puntos de vista, y el tratamiento igual al de los primeros de que hicimos mención. 18
17 Ibid., p. 158. 18 Ibid., p. 119
Mixcoac, D. F. 1916. Fam. Rivera
“Los preciosos paisajes de Velasco y de Rivera su discípulo ¿No
hablan muy alto del adelanto y verdadero progreso del arte
entre nosotros?19
El año de 1881, fue un año especial para la Escuela Nacional de Bellas Artes,
por cumplirse 100 años de fundada la Academia de San Carlos, por lo que se
quiso dar especial realce a la exposición de ese año y hacer gala del talento de
maestros y alumnos, no dudamos que a este hecho se debió que el Director de
la Escuela Nacional de Bellas Artes, Román S. de Lanscurain, solicitara un
pase libre por tres meses para que Carlos Rivera pudiera trasladarse a la
estación del Fortín para copiar paisajes del natural en la región de Orizaba,20
con la finalidad de estudiar aquella rica vegetación, puesto que se había
distinguido por los repetidos estudios que había hecho en la Villa de
Guadalupe, al lado de su maestro José Ma. Velasco, y en vista de que su
pensión terminaba en 1882 consideraba conveniente que saliera de la capital,
pues era necesario – aducía el Sr. Lanscurain- que los paisajistas debían
acostumbrarse a viajar para que adquirieran mayor práctica.
Los gastos, si se alojaba en la estación del Fortín, serían de 30 pesos al
mes, viviendo muy económicamente además de pagar a un criado para que le
transportara los útiles al lugar, seleccionado por Rivera, sin embargo, debería
ser vigilado por su maestro José María Velasco, ya que, las correcciones
deberían limitarse a cinco: dos en el primer mes, una en el segundo y dos en el
19 Ibid., p. 96. 20 AGN, Instrucción Pública y Bellas Artes. Vol. 3 bis, Exp. 113, ff. 1-4v.
tercero. Los gastos que ocasionarían los viajes del maestro consistieron en 10
pasajes de ferrocarril más 4 a 6 pesos en cada viaje puesto que tenía que
quedarse a dormir una noche en la estación del Fortín.
La Secretaría de Fomento solicitó al director del Ferrocarril Mexicano
para que proporcionara los boletos necesarios para la traslación del alumno y
el maestro, con fecha de 19 de enero de 1881, otorgándoseles pase libre, por
tres meses, a partir del 7 de febrero de 1881. El presidente de la República, por
medio de Tesorería General con cargo a la partida 6411, le otorgó al Joven
Rivera la cantidad de 30 pesos mensuales por tres meses.
Carlos Rivera 1881, cuadro subastado en N. Y. en 1984.
Como respuesta a esta pensión, en ese mismo año, en noviembre de
1881, Rivera expuso en la Exposición de la Escuela Nacional de Arte, su
primera pintura de la Barranca de Metlac, posteriormente haría otras tres (una
de ellas sin la máquina del ferrocarril), convirtiéndose esta pintura en el
emblema del ferrocarril mexicano, los críticos de arte dirían: “La barranca de
Metlac representa el punto más pintoresco del ferrocarril de Veracruz”.21 Es
por cierto muy parecida al Citlaltepetl de su maestro Velasco y podría
pensarse que esta obra le sirvió de inspiración confirmando el criterio de algún
crítico de que los alumnos de Velasco sólo produjeron imitaciones más o
menos interesantes sólo que Velasco pintó su cuadro en 1897, es decir 16 años
después.22
21 Rodríguez de Prampolini, op. cit., p. 183. 22 “Durante un viajes realizado en Veracruz en 1881, Velasco descendió del tren que le llevaba al puerto (de Veracruz) en la estación del Fortín y buscó un sitio apropiado para realizar varios apuntes. En un paraje conocido como el Jonotal pintó una vista de la cañada de Metlac, con la vía férrea concluida en 1873 y el majestuoso Citlaltepetl en lontananza. En este cuadro basó 16 años después la exuberante vista de la cañada de Metlac, expuesta en 1898, y que fuera adquirida al año siguiente por la Secretaría de Justicia e Instrucción
Cañada de Metlac. Carlos Rivera. MUNAL, foto Guadalupe Dávalos Macías.
Pensamos que si se incluyó el ferrocarril en los cuadros de Rivera y
Velasco, pudo haber sido en agradecimiento a los boletos proporcionados para
su viaje a la estación del Fortín. Se cuenta con los bosquejos del ferrocarril en
poder del Museo Nacional de Arte de Veracruz.
Museo Nacional de Arte del Estado de Veracruz
Así maestro y alumno, en sus composiciones de Metlac, nos cautivan
con la representación del paisaje, del progreso representado en la máquina del
ferrocarril y con la exuberante vegetación de los alrededores de Orizaba.
Barranca de Metlac. Detalle de la rica vegetación de la Barranca de Metlac. MUNAL, foto: Víctor Rodríguez.
Presencia en las exposiciones internacionales
La Academia de Bellas Artes remitió a la exposición de Nueva Orleáns
(1884), cincuenta y dos cuadros de autores mexicanos entre ellos aparecieron
cinco del alumno Carlos Rivera:
No. 47. Interior del patio del antiguo Hospital Real. No. 48. La barranca de Metlac. No. 49. El bosque de Chapultepec. No. 50. El bosque de Chapultepec. No. 51. Los álamos de la Tlaxpana.23
Pública en 800 pesos”. Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte, Pintura. Siglo XIX, T. 1, México, Museo Nacional de Arte, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas, Patronato del Museo Nacional de Arte, CONACULTA-INBA, 2002, p. 36. 23 El siglo XIX, México, jueves 6 de noviembre de 1884. Ibid., p. 178.
En 1889 Rivera participó con tres obras en la Exposición de París, a
donde se enviaron un total de 14:
No. 1. Grupo de Pórfidos. No. 2. Patio del Hospital Real. No. 9. Barranca de Metlac.
En 1892 recibiría una misiva de su maestro José Ma. Velasco
invitándolo a participar en la Exposición Internacional de Chicago, con
motivo de la conmemoración del 4º. Centenario del Descubrimiento de
América:
México, mayo 6 de 1892.
Sr. Carlos Rivera
Jalapa.
Estimado discípulo el Sr. Lanscurain fue comisionado por el Ministro de Fomento para arreglar el ramo de Bellas Artes en la Exposición de Chicago y el mismo señor me ha encargado invite a algunos artistas pintores para que tomen parte en esta exposición y este es el objeto de mi carta.
En dicho certamen se pueden exhibir las obras aún cuando ya hayan sido presentadas en otras exposiciones. Espero que Ud. Tomará parte presentando algún cuadro nuevo y que también presentará varios de los que pintó en la Academia.
Es conveniente también el que figure en la sección donde se coloque nuestra Escuela de Bellas Artes, alguno de sus concursos, como p. e. El Mensajero del Sol. La Academia se presentará como escuela y es importante el que figuren sus mejores discípulos.
Espero que me contestara a la mayor brevedad para darle cuenta al Sr. Lanscurain del resultado de mi invitación.
Salude de mi parte a su papá mi buen amigo y a su apreciable esposa y que toda su familia se conserve con salud.
Su maestro que lo aprecia.
José Ma. Velasco.24
24 Carta en posesión de la familia Rivera Tamborrell.
Carlos Rivera no podía dejar de asistir al llamado de su querido
maestro, así que envió a la exposición de Chicago en 1893, los cuadros: Río de
Jalapa, Cañada de Metlac y Vista del Bosque de Chapultepec.25
Fue una costumbre que los cuadros premiados de los alumnos, en las
exposiciones fueran compradas por la propia Escuela para integrarlas a sus
galerías, a los alumnos se les pagaba entre $200 y $300 pesos, algunas de las
obras de Rivera que corrieron esta suerte fueron: Segundo Patio del Antiguo
Hospital Real (1879), Barranca de Metlac (1881), Pórfidos Traquíticos del
Cerro del Tepeyac (1879).
Otras de las obras expuestas en las exposiciones, se sorteaban entre los
suscriptores asistentes, fue el caso de: El Segundo Patio del Hospital de Jesús
(1879), Río de Jalapa (1891), Hacienda de la Escalera (1878), Álamos del
Río consulado en el camino de la Villa (1878).
Durante su paso por la Escuela Nacional de Bellas Artes fue merecedor
de numerosos premios y diplomas:
- 20 de enero de 1870, diploma de MUY BIEN en el curso de perspectiva, firmado por el presidente de la República Benito Juárez.
- El 9 de febrero de 1873 un segundo premio otorgado por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada.
- 5 de febrero de 1878 dos votos de MUY BIEN y una de BIEN en el curso de estudios del Natural de Pinturas de Paisaje, firmado por el presidente Porfirio Díaz.
- 5 de febrero de 1880 dos votos de PERFECTAMENTE BIEN y uno de MUY BIEN por dibujos de paisajes tomados al natural firmado por el presidente Porfirio Díaz.
- 7 de marzo de 1880 medalla de bronce y un segundo premio por su cuadro de paisaje “El segundo Patio del Hospital Real, firmado por el presidente Porfirio Díaz.
25 Báez Macías, op. cit., pp. 382-384.
- 5 de febrero de 1881 dos votos de PERFECTAMENTE BIEN y uno de MUY BIEN que obtuvo en el curso de cuarto periodo de Pintura del paisaje, firmado por el presidente Manuel González Ortega.
- 17 de Junio de 1881 el de PERFECTAMENTE BIEN por unanimidad, que obtuvo en el curso de la Cuarta Sección de Composición de Pintura del Paisaje, firmado por el presidente Manuel González Ortega.26
En lontananza: la Comisión Geográfico-Exploradora
Después de haber permanecido en San Carlos 14 años, el día 22 de junio de
1882, estando por vencer su pensión, se le admite su renuncia a la ENBA, por
el presidente de la República:
Habiendo sido agraciado por el Supremo Gobierno con el empleo de 2º. Dibujante de la comisión Geográfica Exploradora, y teniendo que salir para Jalapa a unirme a ella, Tengo el honor de ponerlo en el superior conocimiento de usted. Suplicándole se sirva admitir la renuncia de la pensión que disfruto en la Escuela N. de Bellas Artes, así como se digne, dar a mí nombre, las más expresivas gracias al Supremo Gobierno por haberme concedido dicha pensión.27
Nuevos horizontes se abrirían al joven artista, ya en Jalapa se une al
contingente de la Comisión Geográfico-Exploradora, en donde el trabajo de
gabinete requería de un grupo de dibujantes para la elaboración de los mapas,
era muy difícil conseguir especialistas en el ramo,28 por lo cual Carlos Rivera
por su calificada formación se convertiría rápidamente en indispensable para
26 Listado a partir de los diplomas que mereció. Investigación realizada por su nieto Fausto Rivera Carbonell. 27 AGN, Instrucción Pública y Bellas Artes, Vol. C. 4, Exp. 25. 28 Bernardo García Martínez, “La Comisión Geográfico-Exploradora”, en Historia Mexicana, México, COLMEX, Vol. XXIV, abril-Junio 1975, No. 4, pp- 495-496.
las labores requeridas. Para la elaboración de los mapas se necesitaba amplio
conocimiento en la combinación de las tintas, la tipografía utilizada, la firmeza
del dibujo y del grabado y la nitidez de la impresión que “lograron mapas muy
claros y legibles. En suma, su calidad, pulcritud y belleza están por encima de
toda ponderación”.29 Específicamente se le encomendó “tomar vistas
panorámicas de las serranías… desde los lugares elegidos por la sección
astronómica…”.30 No dudamos que la disciplina y cuidado que Rivera
aprendió en la Escuela Nacional de Bellas Artes,31 así como su talento como
paisajista y dibujante, quedó manifiesta en la elaboración de los mapas y
planos dibujados por él, contradiciendo a tantos críticos que han comentado
que cuando abandonó la ENBA, también abandonó su arte. Apenas unos
cuantos meses, después de llegado a Xalapa, nos ofrece varios perfiles de
horizonte:32
Comisión Geográfico-Exploradora de la República Mexicana: Exposición Nacional del Estado de México, Colección de láminas referentes a los trabajos presentados por la expresada Comisión en el referido Certamen. Xalapa-Enríquez, Estado de Veracruz. Año de 1902. Lámina No. 22, Ciudad de Teziuhtlan, vista al nor-oeste, desde la iglesia del Carmen, 1885. Cortesía de la Historiadora Carmen Boone.
Comisión Geográfico-Exploradora de la República Mexicana: Exposición Nacional del Estado de México, Colección de láminas referentes a los trabajos presentados por la expresada Comisión en el referido Certamen. Xalapa-Enríquez, Estado de Veracruz. Año de 1902. Lámina No. 23, Ciudad de México, vista al este, desde la torre este de la catedral, 1887. Cortesía de la Historiadora Carmen Boone. 29 Ibid, p. 508. 30 Escrito mecanografiado proporcionado por el Ing. Luis Roberto Rivera Landa. 31 Como mencionamos, desde 1868, año en que Carlos Rivera, entró a la ENBA, José Ma. Velazco se desempeñaba en la clase de Perspectiva pictórica, y es muy probable que Rivera incursionara como alumno en estas clases. 32 El Museo de Arte del Estado de Veracruz, resguarda nueve dibujos a lápiz, siete de la ciudad de México desde catedral y dos de la ciudad de Orizaba desde la Iglesia de San José de Gracia, todos ellos fechados en 1887.
También nuestro artista nos asombra con la rapidez y perfección con
que elaboró sus primeros mapas, que si bien dejaron de ser paisajes, no menos
importante fue para la ciencia el nuevo género que domino asombrosamente:
Lámina No. 10 Reducción a un tercio de la fracción 5-I-© de la citada Carga General de la República mexicana a la 250 000, a correspondiente a la primera serie, publicada en 1893. Comisión Geográfico-Exploradora de la República Mexicana: Exposición Nacional del Estado de México, Colección de láminas referentes a los trabajos presentados por la expresada Comisión en el referido Certamen. Xalapa-Enríquez, Estado de Veracruz. Año de 1902. Cortesía de la Historiadora Carmen Boone. Lámina 12. Reducción de la misma carta de alrededores de Xalapa. Dibujada por el sistema horizontal, en 1886. Comisión Geográfico-Exploradora de la República Mexicana: Exposición Nacional del Estado de México, Colección de láminas referentes a los trabajos presentados por la expresada Comisión en el referido Certamen. Xalapa-Enríquez, Estado de Veracruz. Año de 1902. Cortesía de la Historiadora Carmen Boone.
Imaginamos que al recorrer los lugares para levantar sus apuntes debió
haberse maravillado con algún paisaje y por qué no pensar que pudo haber
dejado algún testimonio.
Laguna de Alchichica. Museo de Arte del Estado de Veracruz.
Así nuevas técnicas de dibujo tendría que dominar nuestro artista, uno
de los planos en los que colaboró fue la Carta de la República a escala
cienmilésima que merece calificarse de soberbia por su concepción, estructura
y presentación, en su descripción se indica que “cada hoja reunía datos sobre
el relieve, la hidrografía los lugares habitados y las vías de comunicación. Se
expresaban las altitudes de varios puntos y, desde luego, todo tipo de
toponímicos”.33 En 1910, se publicó una guía válida para todos los mapas de
la Comisión Geográfico-Exploradora, en ella se daba el merecido crédito a
33 (Te refieres al artículo de Bernardo???, porque si es así, entonces sería García Martínez, op. cit.) Ibid, p. 507.
dibujantes, calculadores, calígrafos, supervisores, etc.34 A Carlos Rivera se le
considera como uno de los constructores de las cartas en especial como
dibujante de configuración y relieve además de calígrafo.35
MAPAS DE JALAPA, ya solicitados, en el Archivo de Jalapa hay 120
planos, pero voy a poner los de Jalapa que están aquí.
La Comisión Geográfica Exploradora cambió su sede a la ciudad a Tacubaya
en 1912 por órdenes de Manuel Calero, Ministro de Fomento, después de 34
años de haber tenido su asiento en Xalapa, motivo por el cual, Carlos Rivera
dejó de trabajar en ella, debió considerar como no viable cambiar de
residencia después de haber vivido tantos años en esta ciudad.36 La Comisión
Geográfica Exploradora cerró sus puertas en 1914, el país estaba viviendo
momentos críticos y el personal de la Comisión tenía que enfrentar el
problema, no sólo de encontrar nuevos trabajos sino el de la propia
subsistencia; Rivera, gracias a su experiencia de dedicado trabajado encontró
rápidamente sitio en la Comisión Agraria del gobierno del estado de
Veracruz,37 para esta época tenía la edad de 59 años, y regresar a la capital de
la República, era ya impensable para él después de haber pasado 32 años en
Jalapa.
Sede de la Comisión Geográfico-Exploradora. Foto: Fototeca del INAH.
34 Ibid. p. 508. Comisión Geográfico-Exploradora: Catálogo reglamentario de signos, caracteres y abreviaturas para el dibujo de cartas a diferentes escalas, Xalapa, Talleres Zinc. De la C. G. E., 1910. 35 Ibid. 36 Consultado el 6 de diciembre de 2007. http://www.xalapa.gob.mx/municipio/hechos.htm 37 Informes de Ana Emilia Rivera, y mencionados por Raymond B. Craib, Cartographic Mexico, a History o f State Fixations and Fugitive Ladscapes, lugar?, Duke University Press, 2004, p. 192. Agradecemos esta referencia a la historiadora Carmen Boone.
Jalapa, “su ciudad” y su familia
Desde su llegada a Jalapa, se sintió cautivado por la ciudad, de acuerdo
a su nieta Ana Emilia, era “su ciudad” y es ahí donde permanecería hasta su
muerte.
Contrajo matrimonio en 1888 con Ana Tamborell Macías con quien
tuvo cuatro hijos, Ana Elvira, que murió a la edad de 10 años; Carlos José,
quien heredara su vena artística, ya que fue grabador en madera;38 Luis
Roberto, ingeniero agrónomo;39 y Manuel, contador.
Carlos Rivera.
Ana Tamborrell.
En ocasiones se ha mencionado que Rivera, al llegar a Jalapa, abandonó
el paisaje en donde había destacado, sin embargo, consideramos que tuvo la
capacidad de adaptación a los requerimientos de su nuevo trabajo. Una vez
desaparecida la Comisión Geográfico-Exploradora no era fácil continuar
pintando, principalmente en las dos primeras décadas del siglo XX en donde
el país atravesó por una Revolución. Las herederas de la obra de Pastrana, nos
refirieron que en esa época era dificilísimo conseguir los materiales para las
obras, más aún, estos se cotizaban a precios muy elevados al ser productos de
importación, pero si era difícil conseguirlos en la ciudad de México, más aún
era hacerlos llegar a provincia.40 Además de que el arte no rendía beneficios
económicos suficientes para poder llevar una vida desahogada, ya desde el
siglo XIX F. S. Gutiérrez apuntaba en 1881: 38 Podemos admirar el escudo de Carlos V, que realizó para el Casino Español y que actualmente se encuentra en la primera sala del recinto. Además, labró las bancas para la iglesia de la Hacienda las Ánimas, aún se pueden admirar. 39 Este hijo también trabajó con él en la misma oficina de la Comisión del Agua, a ellos dos se les debe haber promovido la colocación, en el Parque Juárez de Jalapa, de la estatua del fundador de la Comisión Geográfico-Exploradora. 40 Comunicación personal de Josefina y Concepción Ruiseco García.
El arte no reporta a los artistas mexicanos de la época actual, ni gloria ni dinero, y por más entusiastas que sean, y aunque estén animados del deseo de despertar el gusto en la sociedad, al ver que no tienen asegurado el pan de mañana, muere en ellos la inspiración y aun su vehemente deseo, por las necesidades apremiantes”.41
Y esta máxima pareció perseguir el porvenir del paisajista Carlos
Rivera.
Castillo, soporte caja de zapatos, col. Rivera Tamborrell
El Pico de Orizaba, Fam. Manuel Rivera
Reverso
A finales de los años 20’s del siglo pasado apareció el muralismo nueva
tendencia artística que desplazó los gustos por la escuela clásica, y aquellos
pintores formados bajo estos cánones se vieron desplazados.
No olvidemos tampoco, la principal de las necesidades, el sostener una
familia de cuatro hijos siendo el arte una profesión ingrata, que no daba, en
esos momentos por los que atravesaba el país, para sufragar las mínimas
necesidades.
Una vez viudo (1922), continuó con su labor en el gobierno del Estado,
la oficina donde el laboraba, estaba a unos cuantos pasos de su casa de
Revolución No. 13, cuando salía al medio día, se atravesaba al Hotel México,
41 Rodríguez Prampolini, La crítica de arte…, op. cit., p. 87.
a tomar un aperitivo, y llegaba a comer a su casa, para posteriormente regresar
a su trabajo. Nos dice Ana Emilia, su nieta, quién vivió con él hasta sus
últimos años de vida, que lo recuerda siempre afable y cariñoso, con un
cigarro en la mano y siempre sentado ante su restirador.
Casa de Revolución No. 13 donde viviera el pintor hasta el fin de sus días, la cual no ha sufrido modificaciones.
Siguió pintando paisajes hasta que sus manos y ojos se lo permitieron.
De su época como artista en Jalapa tenemos noticia de las siguientes obras:
Segunda Barranca de Metlac (1888), Vista de Jalapa (1889), Cofre de Perote
(1893), Cuesta de San Pedro (1924) y varios paisajes de la hacienda La
Orduña propiedad de la familia Pasquel. Además de todas las obras que sus
descendientes han conservado celosamente.
Col. Rivera Carbonell.
Col. Rivera Carbonell.
Col. Rivera Carbonell.
Col. Rivera Carbonell.
Col. Manuel Rivera
Alrededores del cofre de Perote
Cofre de Perote desde las Lomas del Estadio
Oleo sobre tela 42 x 52.5 m
Museo de Arte del Estado de Veracruz
La vida de Carlos Rivera se extingue el 4 de julio de 1939 a los 83 años
de edad, fue inhumado al lado de su esposa en el Cementerio Antiguo de
Xalapa, en el sepulcro de la familia Tamborrell.
Los días 17 y 18 de septiembre de 1943, su hijo Fausto Rivera
Tamborrell, promovió un homenaje a Agustín Díaz, el fundador de la
Comisión Geográfica Exploradora,42 donde se develó una escultura y una
placa en su honor. Se terminó el evento con una visita al cementerio de
Xalapa, en donde se depositó una ofrenda floral en las tumbas de aquellos
científicos y dibujantes que estaban ahí inhumados: Agustín Díaz, Dionisio
Murillo, Clemente Nadal y desde luego a Carlos Rivera.
Sepulcro de Carlos Rivera, 18 de septiembre de 1943. Foto Cortesía del Ing. Enrique Pasquel.
Otro homenaje que ha recibido, por parte de la sociedad jalapeña fue en
durante el gobierno del Lic. Agustín Acosta Lagunas, al crearse en el edificio
del antiguo Centro Recreativo Jalapeño el Centro de Arte de Xalapa, a uno de
los salones se le puso el nombre de Carlos Rivera.
42 La escultura se puede admirar en el Parque Juárez de la ciudad de Xalapa.
A sus hijos y nietos quiso transmitirles sus vivencias heredándoles,
como ya mencionamos, cuatro diarios escritos en 1918. Pero sobre todo una
máxima en donde se cifraban sus principios morales:
Ustedes procuren ser siempre iguales, honrados, trabajadores y reconocidos a los favores que reciben y que no los invada un falso orgullo. Traten a sus superiores sin lisonja pero con respeto; a sus iguales con franqueza y sinceridad y a los pobres con cariño. Carlos Rivera.
Mayo 23 de 1915
Detalle de la Vista de Jalapa (1888). Museo de Arte del Estado de Veracruz.
La Vista de Jalapa, se encuentra completa en el libro: Homenaje Nacional José María Velasco (1840-1912), México, Museo Nacional de Arte, 1993, p. 251.
LOS MATERIALES Los materiales utilizados fueron múltiples:
a) Un diario escrito por Carlos Rivera en 1918, bajo el título “Memorias para mis hijos”.
b) Hicimos uso de una cámara digital, para tomar fotos provisionales de la obra del autor en manos de sus nietos, obra hasta ahora inédita.
c) El epistolario de Carlos Rivera en tarjetas postales al cual se le acordó el siguiente uso:
AMIGOS Y HERMANOS EN ARTE
“AMIGOS Y HERMANOS EN ARTE”
Entre Carlos Rivera y Manuel Pastrana se estableció un puente de arte y afecto
entre dos Estados, un lazo de amistad que unió dos siglos, y una constante
comunicación que los mantuvo unidos a pesar de la distancia.
Se conocieron en la Escuela Nacional de Arte, antigua Academia de San
Carlos, sitio donde compartieron no sólo su vocación, sino también la
necesidad de aferrarse a su arte y distinguirse en él para contar con una
pensión que se otorgaba a los alumnos sobresalientes y con pocos recursos
económicos.
Manuel Pastrana ingresó a San Carlos en 1873, cinco años después que
Carlos Rivera, ahí ambos permanecieron al abrigo de distinguidos maestros
hasta que tuvieron que abandonar la academia para buscar nuevos horizontes
en la provincia mexicana en el año de 1882. El primero regresó a su ciudad
natal, Zacatecas; y el segundo se incorporó, como dibujante, a la Comisión
Geográfico-Exploradora, y cuando ésta sentó sus reales en Xalapa, Rivera fijó
en ella su lugar definitivo de residencia.
Una gran amistad nació en ambos, al grado de considerarse verdaderos
“hermanos en arte”, relación afectiva capaz de vencer el carácter adusto de
Pastrana, que no obstante haber contado con buenos compañeros de trabajo,
nunca los invitó a su casa ni compartió velada o copa de vino con ellos.43
Rivera por el contrario siempre fue afable y tuvo buenas relaciones con las
personas que lo rodeaban.44 Leal y verdadero debió ser ese afecto, nacido en
43 Entrevista con Josefina y Concepción Ruiseco. Josefina Ruiseco fue alumna de Otilia Pastrana, hija de Manuel Pastrana. Antes de morir, Otilia dejó todas sus propiedades a Josefina por no contar con herederos. 44 Entrevista con Ana Emilia Rivera, nieta de Carlos Rivera, y Carlos Pasquel Rivera, bisnieto de Carlos Rivera.
los salones de clase de la Academia de San Carlos, fraternidad manifestada en
múltiples ocasiones: compartiendo e intercambiando sus obras, rememorando
experiencias vividas, recordando onomásticos, pero ante todo, en una
perdurable correspondencia que los mantuvo unidos durante cincuenta años.
Manuel Pastrana, 1888.
En ocasiones, la casualidad y la suerte permite a los historiadores
registrar materiales y documentos que abordan la vida de algunos personajes
de la vida pública nacional o regional que merecen ser estudiados; pero en
contadas ocasiones, se descubren acervos dignos de integrarse a la memoria
colectiva de una ciudad, donde la vida del personaje es por mucho rebasada,
ilustrando no sólo la esencia de su vida, sino de la vida social del lugar y
tiempo en el que se desenvuelve, como lo es el caso del epistolario que nos
ocupa.
Afortunadamente, hemos heredado la correspondencia de Carlos Rivera,
una colección de tarjetas postales de la ciudad de Xalapa de las primeras
décadas del siglo XX, en la cual podemos apreciar el amor que el pintor
adquirió por la ciudad que, aunque no lo vio nacer, lo prodigó para que se
estableciera y formara una familia que con el tiempo se ha convertido en uno
de los pilares de la sociedad xalapeña.
Tener en nuestras manos tan valiosa correspondencia se lo debemos a
Josefina y Concepción Ruiseco García, herederas de la obra y archivos del
pintor Manuel Pastrana. Cuando pusieron en nuestras manos las tarjetas
postales, cuidadosamente acomodadas en una caja de jabón de tocador, fue
mayúscula nuestra sorpresa, no podíamos creer estar viendo tal tesoro. Pero
cuando las señoritas Ruiseco nos las obsequiaron, nuestro descontrol fue aún
mayor, nos rehusamos a aceptarlas, pero ante la amenaza de su destrucción,
terminamos por estrecharlas muy fuertemente, sabiendo de antemano el
compromiso que adquiríamos para compartirlas con la ciudad de Xalapa.45
Las postales abarcan treinta años, de 1907 a 1937, un año después
muere Manuel Pastrana (1938); Carlos Rivera lo seguirá un año más tarde.
En estas piezas postales, con una bella prosa, Rivera describe la
fisonomía de la ciudad, la etapa histórica de un centro urbano y el testimonio
de áreas de valor cultural y arquitectónico, las cuales forman parte del actual
Centro de Xalapa. Es notable la minuciosidad con que Rivera define cada
espacio, cada lugar, cada paisaje y la vinculación de la ciudad con su vida
personal. Así, encontramos el amor del artista en cada rincón de la ciudad, su
interés y conocimiento por los eventos importantes, pero también su empeño
por revivir en su “hermano y amigo en arte”, los momentos disfrutados en
Xalapa. En ocasiones, Rivera sitúa geográficamente a su amigo y lector,
indicándole la orientación cardinal de las calles, como corresponde a un
especialista en la elaboración de mapas.
Esta colección de tarjetas postales se puede dividir en tres partes: la
primera, cuando Pastrana visitó Jalapa en 1929,46 este grupo no está fechado,
por lo que suponemos que Rivera las remitió a Pastrana en un solo envío un
año más tarde (1930), están escritas con gran cuidado con letra de molde (a
excepción de dos), tal como él titulaba los mapas que elaboró para la
45 Entre los documentos que se encontraban en el archivo de Manuel Pastrana, estaban las cartas que el muralista Rufino Tamayo le escribió a Otilia Pastrana, hija del pintor (ambos habían estudiado en la Academia de San Carlos), pero Josefina Ruiseco las quemó por haber considerado que la correspondencia era personal y que no debía difundirse a terceras personas. El hecho de que fuéramos jalapeñas y de que habíamos escrito una biografía sobre Manuel Pastrana y dado a conocer su obra en una exposición en el Museo de Guadalupe del INAH, en Guadalupe, Zacatecas, influyó para que confiara en nosotras. 46 Ver postal de fecha 1° de enero de 1930, aunque la primera tarjeta que consignamos es de finales de 1927, así como el retrato de Carlos Rivera de fecha 25 de enero de 1928.
Comisión Geográfico-Exploradora; la segunda parte, un corpus de tarjetas
escritas con letra manuscrita, está fechada en noviembre de 1907. Sus
mensajes hacen alusión a la correspondencia anterior, desde que abandonaron
la Escuela Nacional de Bellas Artes, por lo que suponemos que el epistolario
entre ambos pintores nunca se suspendió, aunque a nosotros únicamente nos
hayan llegado las postales.47 La tercera parte, la conforman 15 tarjetas sin
texto, dos de ellas de la cascada de Texolo, pero que complementan el acervo,
quizá en su viaje a Xalapa, Pastrana las coleccionó y las sumó a las enviadas
por el hermano xalapeño. Otro mérito de la colección es que ninguna postal se
repite, lo que comprueba el cuidado que Rivera tuvo para seleccionar sus
envíos. Una sola tarjeta proviene de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen
de Tezuitlán, Puebla, de factura del fotógrafo Zarate.
La mayoría de las piezas postales fueron tomadas por Rafael Medina
Mateos, en una de ellas se puede leer: “Postales artísticas ‘Luz y sombra’
Rafael Medina Mateos, Jalapa, Veracruz”; en otra, que corresponde al lago del
Dique: “‘La gran Barata’, Miguel Fernández Vélez y Cía.”; tres más fueron
impresas por M. Díaz Costa.
Con relación al primer fotógrafo mencionado, desconocemos su
biografía, aunque podemos apreciar que fue muy prolífico en las tomas de la
ciudad, en la serie que nos ocupa se llega a la tarjeta número 632. No es de
extrañar que tuviera su propio establecimiento (“Postales Artísticas Luz y
47 Pensamos que no contamos con el epistolario de ambos pintores en cartas postales en las dos primeras décadas del siglo debido a la lucha armada de la Revolución Mexicana, aunque como expresa Paul J. Vanderwood: “la postal vivió sus momentos más intensos en la segunda década del siglo XX, en coincidencia con la Revolución Mexicana; fotógrafos de México y Estados Unidos llevaron sus convicciones y prejuicios a la línea de fuego –y a la agitada frontera norte– para librar batallas que dejarían su singular huella en la tarjeta postal de entonces”. Ibídem, p. 33. Entre los fotógrafos que elaboraron este tipo de tarjetas postales, podemos mencionar a Walter H. Horne. En este periodo las postales adquieren presencia como testimonio histórico y es evidente que el correo se invadió con imágenes de tropas, fusilamientos, e inclusive con fotos de Francisco Villa.
Sombra”) y que como tantos otros fotógrafos de principio de siglo, ofrecieran
sus fotografías que ellos mismos tomaban para la elaboración de misivas
breves, y en las cuales ponía todo el cuidado para que el revelado y la
impresión del negativo original no desmerecieran el producto final.48 En las
postales, no olvida el factor humano; sitúa a los personajes a “cierta distancia
y rara vez les hace acercamientos con la intención de alcanzar equilibrio en la
composición o para dar un sentido de tamaño o perspectiva”.49
A un siglo de haberse formado esta colección, percibimos la gran
importancia que para anticuarios y amantes de la fotografía tienen las tarjetas
postales como evidencias históricas de la memoria de una ciudad. Esa pequeña
estampa hereda a la posteridad la imagen de calles y monumentos, escenas de
la vida cotidiana y política, atrapa algunos momentos de la historia local que a
la distancia son palpables recuerdos de un viaje compartido con una lejana
amistad o con un querido pariente. En ellas viajan las buenas nuevas, los
buenos deseos, la expresión de los sentimientos, el afán por compartir
pequeños espacios con la ilusión de que quien los contemple pueda algún día
conocerlos, y tantos otros mensajes que, por vastos, escapan a nuestra
percepción.50
48 Este método nos hace pensar en las postales y técnica de Hugo Brehme, quien en 1920 estableció en la Ciudad de México su estudio Fotografía Artística, donde la manufactura y venta de postales eran el sostén financiero de éste. Susan Toomey Frost, “El México pintoresco de Brehme”, en Artes de México, núm. 48 (La tarjeta postal), México, Conaculta-INAH, 1999, pp. 17-23. 49 Ídem, p. 22. 50 “La paternidad de las tarjetas postales puede atribuirse a Heinrich von Stephan, consejero del Estado de Prusia, quien en 1865 sugirió –sin éxito– la idea a la autoridad postal de su país. Cuatro años más tarde, el 1º. de octubre de 1869, la primera postal oficial del mundo fue emitida en Austria; consistía en una pequeña tarjeta rectangular con la tarifa impresa en el anverso, donde había también espacio para la dirección, mientras que el reverso quedaba reservado para el mensaje escrito. Ésta, lo mismo, servía para mantenerse en contacto con las amistades, que para anunciar reuniones, confirmar citas, acusar el recibo de bienes o documentos y para publicitar productos y servicios. Durante los años siguientes, este sistema se difundió rápidamente por Europa, pero como ni el tamaño de las tarjetas ni las tarifas postales eran uniformes en los distintos países, su uso se vio confinado a las respectivas fronteras nacionales. En América del Norte, Canadá fue el primer país en adoptar una tarjeta postal oficial, en 1871, seguido por Estados Unidos, en 1873. Las tarjetas fueron una de
En este debutante siglo XXI, las postales, aunque siguen produciéndose,
cedieron paso a los sistemas electrónicos de comunicación, el correo
electrónico, los blogs y el chat, también permitieron el surgimiento del
cartófilo, un personaje apasionado por la historia de su ciudad, o bien, por
coleccionar tarjetas de un determinado tema, ya sean monumentos, personajes,
ríos, iglesias, montañas, etcétera. Hoy en día este género se cotiza a altos
precios en las subastas de anticuarios y es codiciosamente buscado en los
mercados de “pulgas”. En este sentido, la colección que hoy presentamos,
integrada pacientemente en las primeras cuatro décadas del siglo XX y
celosamente conservada, adquiere un valor excepcional.
Entre los especialistas que abordan el estudio de las postales como
fuente histórica reconocerán que las postales que se presentan adquieren una
virtud que sólo pocas observan, y es el maravilloso complemento de su
discurso epistolario, pues no sólo saltan a la vista los espacios urbanísticos de
la ciudad de Xalapa, sino que éstos son reseñados con tal precisión, que aun
las personas que visiten la ciudad por primera vez, podrían apoyarse en los
textos para hacer los recorridos por la ciudad, ya que la mayoría de los
lugares, contrariamente a otras ciudades, aún subsisten, por lo que Carlos
Rivera nos hace redescubrir y comparar la fisonomía de la ciudad a la
distancia de un siglo, además de hacer reconocibles muchos de los inmuebles
y aún de la autoría de algunas esculturas que adornan la ciudad.
las modalidades tomadas en consideración cuando, en 1875, nació la Unión Postal General con el fin de regular los intercambios internacionales de correo. […] La historia de las tarjetas postales en México corre paralela a la de otros países. Las primeras aparecieron en marzo de 1882, en un formato similar al de las europeas y norteamericanas: una tarjeta sepia de aproximadamente 140 por 90 milímetros; en los bordes del lado reservado para la dirección y la tarifa están impresas, en finas letras y ornamentos azules, las palabras ‘República Mexicana’ y ‘Unión Postal Universal’ en español y francés”. Margarita de Orellana, “El poder de la memoria fugaz”, en Artes de México, núm. 48 (La tarjeta postal), México, Conaculta-INAH, 1999, p. 10.
Sólo el recuerdo y la gran estimación entre ambos pintores académicos
permitieron que esas letras se atesoraran preciosamente, para hoy compartirlas
con los amantes de la ciudad de Xalapa.
VISITA DE MANUEL PASTRANA A SU AMIGO
Y HERMANO EN ARTE CARLOS RIVERA
XALAPA
1929
Sin la discreta protección del sobre, la postal revela a los cuatro vientos- en su anverso y su reverso- la relación que une a remitente y destinatario. Más allá de la elección de cierto paisaje o retrato, resultan elocuentes la caligrafía trazada en tiempos de mayor calma, el lenguaje epistolar que suena ya tan distante y la disposición a armar un mensaje como si se tratara de un regalo que sobrevivirá más allá de la primera intención.
Gloria Fraser Giffords51
Camino Nacional. Jalapa, Veracruz.
Antiguo camino nacional de Veracruz a Xalapa y México, por el cual llegué a
esta ciudad hace 46 años, 2 meses y 14 días,52 en esta postal se ven las
51 La tarjeta Postal, México, Artes de México, Núm. 48, CONACULTA-INAH, 1999, p. 3.
primeras casas de la población, las cuales casi nada han cambiado de su
aspecto desde aquella época; parte de la ciudad destacándose la torre de la
catedral y en último término la sierra del Cofre de Perote, cuya peña se
distingue hacia la izquierda y en la parte más alta.- en primer término verás a
un hombre de campo que regresa a su rancho o jacal en un auto-burro. Por la
posición que guarda se comprende que va chirlos-mirlos53 entonando una
canción de amor y contra ellas. Vista tomada de ese S. E. a N. W.54
632. Parque Juárez. Jalapa, Veracruz.
52 Gracias a la precisa fecha que refiere Rivera, permite datar el escrito de la postal para el año de 1928. 53 Chirlos-mirlos: Dícese de los que andan de una parte a otra y en partes diferentes, vanamente ocupados y sin provecho. […] palabras castellanas enfáticas, fingidas del vulgo para pronombres indefinidos de lugares diversos, que no se nombran. 4 de diciembre de 2007. http://www.tomaszt.com. 54 La trascripción es textual del original.
Lado Sur de la ampliación del Parque Juárez.55 En el fondo se ven los
balcones de la oficina en que trabajo y en la parte alta los que corresponden al
salón de sesiones de la Legislatura. Dominando todo esto se encuentran los
torreones del Palacio.- Vista de Poniente a Oriente.
50.- Parque Juárez. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
55 El parque Juárez fue acondicionado sobre las ruinas del antiguo convento de San Francisco. Hacia 1889, Juan de la Luz Enriquez ordenó la demolición del inmueble para construir el Parque Juárez, mismo que inauguró el 16 de septiembre de 1892. Hay en esta remodelación una sustitución simbólica de la figura religiosa (encarnada por los franciscanos) por la figura política (encarnada en Benito Juárez), convirtiendo el espacio privado (el convento) en uno público (el jardín).
Parque Juárez. En la banca que he marcado con una X estuvimos sentados
contemplando el Crepúsculo al regresar de nuestro paseo hasta más allá de la
“Plaza de Toros”.
53. Escalinata. Parque Juárez. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Última obra que se ha hecho a la ciudad y a la que le faltan los candelabros
que va a llevar en los pedestales.
51. Escalinata. Parque Juárez. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Otra vista de la escalinata. En esta se ven: la entrada al cine “Victoria” y parte
de la fachada del “Hotel Juárez”.56 Cuando fue tomada esta vista, aún existía
el anexo a él en donde estaba la cantina y los billares, el cual fue destruido
quedando en el muro un manchón que no te gustó.
56 El cine Victoria fue un edificio de madera construido al sur del Parque Juárez en 1899 conocido inicialmente como Salón Victoria. En la postal es el primer edificio con acceso frontal del lado izquierdo, tiene techo a dos aguas. Le sigue el Hotel Juárez.
217.- Paseo del Ayuntamiento. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Las tres estatuas que están en la glorieta, son de mármol y representan a la
justicia, la fortaleza y la templanza. Son obra del escultor jalapeño Enrique
Guerra.57
57 Esta sección fue construida hacia 1930, y en 1931 fueron colocadas las esculturas, por lo que puede ser fechada la postal y escrito posterior a esta última fecha. Las esculturas de La Templanza, La Prudencia, La Justicia y La Fortaleza, formaron parte de un conjunto escultórico que el artista Enrique Guerra esculpió a principios del siglo XX para la fachada principal del edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que sería inaugurada en 1910. Las piezas fueron enviadas a Italia para reproducirlas en mármol, siendo colocadas en el lugar para el cual estaban destinadas. Sin embargo, las piezas fueron retiradas en virtud de las modificaciones que sufrió el inmueble, siendo trasladadas en 1923 al Palacio Legislativo que se encontraba en plena construcción, hoy Monumento a la Revolución, donde fueron olvidadas. En 1931, el presidente Pascual Ortiz Rubio ordenó la construcción de la Fuente de La Templanza en Chapultepec y las otras tres fueron trasladadas a Xalapa, Veracruz. Carlos Rivera refiere que una de ellas es la de La Templanza, cometió un extraño error de apreciación, pues la que se encontraba en ese momento era La Prudencia. La escultura a la que hizo alusión se encuentra actualmente en la fuente que lleva su nombre en el bosque de Chapultepec.
Calle Juan Enriquez, antiguamente,
calle Principal. Vista tomada de
Oriente a Poniente. Jalapa, Ver.
64.- Calle de Enriquez.- Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Vista de Oeste a Este. En primer término a la derecha se ve la parte inferior
del edificio “La Ciudad de México”, en la casa siguiente está la “Relojería
Alemana” en donde te compusieron el relox.
2ª. Zaragoza, Jalapa, Veracruz.
2ª. Calle de Zaragoza, con la Iglesia de la Compañía, antiguamente del
Beaterio. La primitiva iglesia fue demolida hace como unos 30 años y se
reconstruyó con la fachada que hoy tiene. En 2º. término se ve el ángulo sur-
este de la manzana que ocupan los palacios de Gobierno, de Justicia y
Municipal.
En el fondo se ven los árboles del Parque Juárez. Los últimos balcones que se
ven en la calle que comienza en la citada esquina corresponden a la oficina en
donde trabajo, la cual queda a espaldas del Palacio de Gobierno. (Vista de
Oriente a Poniente).
520.- Esquina 1ª. De Zamora y Enríquez, Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
La leyenda o título de esta postal no es correcta, pues la calle de Zamora
(Gutiérrez Zamora) no hace esquina sino es la que sigue al oriente, de la de
Enríquez, cuyo final se ve. Se distingue hacia la derecha de la vista la torre de
la catedral, las casas de buen aspecto que se encuentran en primer término son
particulares y en la de un piso o entresolada reside actualmente el C.
Gobernador provisional, Prof. Abel S. Rodríguez. Esta vista está tomada de
oriente a poniente.
1ª. de Lucio, Jalapa, Veracruz.
1ª. calle del Dr. Lucio - una de las principales de esta ciudad. En la casa del
balcón corrido y que tiene unas marquesinas arriba de las puertas, nació dicho
doctor y por eso se le puso a la calle ese nombre. En el fondo se ve el Palacio
de Justicia y parte del de Gobierno y detrás de ellos el monte de Pacho. La
Casa Comercial “La Estrella de Oriente” de Pedro Casis, forma esquina con la
2ª. de B. Juárez (en donde tienes tu casa). Esta vista está tomada de Norte a
sur.
Calle 2ª. de B. Juárez. Vista tomada de la esquina en donde está “La Estrella
de Oriente” hacia el Oriente. Tu casa queda en la acera que esta en la sombra o
sea a la derecha, y una casa mas acá de la que tiene un balcón. La calle es
angosta, pero de mucho tráfico de autos y camiones. En primer término verás
un agente o guardián de tráfico situado en el crucero de las calles de Juárez y
de Lucio. El balcón a que me refiero, es el último que se ve y no el primero.
Fotógrafo M. Díaz Costa. (falta escasear en alta resolución)
Vista de sur a Norte de la 1ª. calle de Dr. Lucio en los momentos en que
bajaba el cortejo fúnebre de un secretario de una corporación obrera,
asesinado por unos bandidos o rebeldes en las cercanías de esta Ciudad. En
primer término se ve la carroza que conduce el cadáver.
FALTA ESCANEAR
68.- Avenida Revolución. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Por esta avenida subimos a la parte alta de la ciudad en camión y regresamos a
patamóvil, pasando a saludar a Carlos en su taller.58
58 Se refiere a su hijo Carlos quien fue destacado grabador en madera y tenía su taller en las calles de
59. Escuela Industrial para Señoritas. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Construido el edificio y fundada la Escuela el año del centenario o sea en
1910.
Viñeta que no corresponde a la postal, pero se incluye, para apreciar los personajes xalapeños del corpus estudiado.
Calle de Bolívar, Jalapa Veracruz.
Avenida Bolívar. Antiguamente Calle de Santiago y después avenida Colón.
Es la primera que conocen los viajeros pues liga la Estación con el centro de la
ciudad. En el fondo se ven las araucarias del Parque Juárez. La Iglesia que se
ve, es la de Santiago cuyo pequeño campanario central, fue destruido por el
temblor del 3 de enero de 1920.59 (Vista de poniente a oriente).
59 “El 3 de enero, por la noche, la ciudad fue sacudida por un temblor de tierra que averió casi todos los edificios públicos y un gran número de casas particulares sufrieron derrumbes. Hubo mayores estragos en la parte baja de la población, en donde el terreno era menos consistente. El Palacio Municipal quedó en muy mal estado”. Carmen Blázquez Domínguez, Xalapa, Veracruz: imágenes de su historia, México, Archivo General del Estado de Veracruz, 1992, p. 78.
26.- Avenida Estadio. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Por aquí pasamos en camión. A la izquierda se ve la arboleda del lugar que
llaman “Chapultepec” y en donde hubo un “merendero”. Vista de Este a
Oeste.
Parque “Hidalgo” que es nuestra Alameda: teniendo la particularidad de ser
circular y no rectangular como son en lo general estos paseos.
29.- “Parque Hidalgo”. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Parque “Hidalgo” (antes “Los Berros”).60 En esta se ven los árboles de tronco
blanco que te llamaron la atención y te dije que se llaman “Hayas”.61
60 Se refiere a la planta herbácea, acuática de hojas pinadas y flores en umbela que existe en Veracruz. Maximino Martínez, Plantas mexicanas, México, FCE, 1987, p. 104. Todavía es llamado Paseo de los Berros, nombre recibido por la abundancia de esta planta que tuvo en otros tiempos cuando ésta crecía a las orillas de un arroyuelo que atravesaba la Alameda. El kiosco que se observa en la postal todavía existe; es de forma octagonal, de nueve metros de diámetro y ocho y medio de alto. 61 Hayas: árbol de hasta 20 m, con hojas largamente pecioladas y lobuladas, flores verdes, fruto globoso. Platanáceas. Íbidem, p. 411.
Portada del (e)stadio con parte de la ciudad a la derecha y el edificio (sin
terminar) que iba a ser el Hospital a la izquierda.
523.- Estadio Jalapa, Veracruz. Sep-20-[1]928. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
El estadio la tarde del 20 de septiembre de 1928 en que hubo una fiesta escolar
con motivo del onomástico del C°. Gobernador Abel S. Rodríguez. En las
graderías se ven las alumnas de las escuelas y en la pista parte de los alumnos
de las escuelas Superiores en correcta formación.62
62 El estadio “Jalapa” fue construido entre 1924 y 1926, posteriormente fue llamado Heriberto Jara. Fue obra del arquitecto Modesto Rolland. Le tocó ser una de las primeras construcciones que fueron hechas de concreto armado.
650.- Lago y embarcadero “El Dique”, Jalapa, Veracruz.
Simpático y pintoresco lugar.- Este lago lo forma la presa de la Fábrica de
hilados “La Industria Jalapeña” y sobre esta presa pasa el puente “Atenas” del
cual ya te remití una postal.63 Actualmente, este lago esta obstruido por el lirio
acuático, por lo cual ya no se puede navegar en él. El camino en donde se ve
un auto conduce al Estadio.
63 La fábrica de hilados “La Industrial Jalapeña” fue construida por un irlandés: Joe Welsh, hacia 1838, la construyó a las orillas del manantial Tecuanapan, y que fue desde aquélla época, conocido como “El Dique”. Walter L. Bernecker, De agiotistas y empresarios. Universidad Iberoamericana, México, 1992, p. 135.
Avenida “Atletas”. Jalapa, Veracruz.
Calzada de los Atletas (Antiguamente “Paseo del Dique”).
Forma parte de la carretera asfáltica que de la Estación del F. C. interoceánico
conduce al Estadio. De la citada estación comienza la gran Avenida del
Estadio, con dirección O a E; terminada ésta, se tuerce a la izquierda y se entra
a la Calzada la cual es de corta extensión; después se toma de nuevo la
dirección al E. por la Avenida Tenochtitlán y se llega al Puente “Atenas”,
cruzando este, se comienza a subir la loma en que se encuentra el Salón de
Conciertos y se llega al Estadio. En todo este trayecto hay columnas con focos
eléctricos, como se ven en esta postal. Al fondo de la vista se ven las últimas
casas de la parte sur de la Ciudad y a la derecha, se percibe lejana la iglesia de
La Compañía.
Jalapa vista desde el Salón de conciertos.
37. Avenidas Estadio. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Rampa que rodea la loma en donde se encuentra la estación de radio. Por ella
pasamos en camión. A la izquierda y detrás de una mata de plátano, se
distingue el puente “Atenas” y la casa de los obreros de la fábrica “El Dique”.
9.- Estudio Estación Radio. C. Z. C. Estadio. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina
Mateos.
Continuación de la No. 37 en esta se ve el salón de conciertos y tramo de la parte posterior
del Estado en lontananza el Cofre de Perote.
Cumbre del Cerro Macuiltepec con la estación difusora de radio y el camino
de autos que a ella conduce.
“Macuiltepec”. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Falda N. E. del Cerro Macuiltepec en la cual se ve el camino para autos que
conduce a su cima. En lontananza la parte Este de la ciudad, destacándose
detrás de una arboleda, una cúpula que es el sepulcro del general Juan de la
Luz Enriquez que fue gobernador del Estado y murió repentinamente en esta
ciudad, el día 16 de marzo de 1892. Gobernó bien y fue muy querido de sus
gobernados. En lo particular, era un buen amigo y de carácter franco y
sencillo; su muerte fue muy sentida. En memoria y honor a él, la calle
principal de esta población lleva su nombre por derecho de la Legislatura.
Panorama de Texolo. Xico, Veracruz. Fotógrafo M. Díaz Costa.
En este lugar (--) y en el fondo de la barranca, se encuentra la instalación
eléctrica que proporciona luz y fuerza a Jalapa, Xico y Teocelo. Es un lugar
muy pintoresco y dista de esta ciudad unos 18 kilómetros.
CORRESPONDENCIA FECHADA DE CARLOS RIVERA
A
MANUEL PASTRANA
¿Cómo compartir desde la lejanía los solitarios momentos
de asombro que surgen durante un viaje? ¿Cómo llevarse
a casa paisajes, ciudades o los personajes anónimos que
vamos encontrando? La tarjeta postal da respuesta a esas
aspiraciones, pues sacia de cierto modo ese deseo de
atrapar –en una imagen y un brevísimo texto- un
sentimiento, una impresión o simplemente una
observación que deseamos comunicar.
Margarita Orellana64
64 La Tarjeta Postal, México, Artes de México No. 48, CONACULTA-INAH, 1999, p. 6.
Lago del Dique. Jalapa, Veracruz, México. “La Gran Barata”, Miguel Fernández Vélez y
Cía.
Xalapa, noviembre 5/[190]7
Sr. Don Manuel Pastrana
Zacatecas
Instituto del Estado
Mi querido Manuel: - “al tercer año resucitaste de entre los muertos” - Acabo
de recibir tu grata felicitación y te confieso que me he quedado estupefacto al
recibirla, pues ya te consideraba habitando a Venus o Marte y en caso de no
ser así, me suponía ser yo el difunto en el seno de tus afecciones, pero por
fortuna ni lo uno ni lo otro ha sido y tus lacónicas frases me hacen ver que aún
conservo un lugar en la lista de tus amigos. Agradeciendo tu felicitación te
envío un abrazo. Carlos.
Palacio de Gobierno. Jalapa, Veracruz.
Postales Artísticas “Luz y Sombra”. Rafael Medina Mateos. Jalapa, Veracruz.
Carlos Rivera
2ª.de Juárez No. 10
Jalapa, Ver.
Diciembre 30 de 1927
Muy querido amigo y hermano en arte: la presente te lleva los sinceros votos
que hago por tu felicidad en el próximo año, así como los subsecuentes. No
creas que porque nuestra correspondencia se haya interrumpido por largos
años te he olvidado; tanto a ti como a los demás compañeros de mi juventud,
los tengo presentes, bien sea que hayan dejado este mundo o que en él se
encuentren lejos de mí.- Espero no dejarás sin contestación esta y te ofrezco
que en cuanto la reciba te escribiré un poco extensamente contándote algo de
mi vida.- Recibe un abrazo.- Carlos Rivera.
47.- Plaza de Armas. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Jalapa, Veracruz, junio 5 de 1929
Mi siempre querido amigo y compañero:
Dispénsame que no te haya felicitado oportunamente para el día de tu
onomástico y que no haya contestado tu muy grata de fecha del 18 del pasado
mayo la cual vino sin firma; pues mis ocupaciones de oficina y mis años me
impidieron ambas cosas. Pronto te escribiré con extensión y entre tanto te
pongo estas líneas para que veas que no te olvido.
El edificio que figura en esta tarjeta ya desapareció y no queda más que el
material por el suelo. Con mis saludos para tu familia recibe un abrazo mío.
Carlos.65
65 La concesión para la gasolinera de la Compañía Mexicana de Petróleo “El Águila, S. A.” ubicada en este edificio fue otorgada por el Ayuntamiento en 1927. Blázquez, Op. cit., p. 143.
119.- Capilla donde se venera la milagrosa Virgen de la Piedad. Jalapa, Veracruz.
Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Jalapa, Veracruz, enero 1º. de 1930.
Muy querido amigo y compañero:
Estas cortas líneas, primeras que escribo en el año que hoy comienza te llevan
mis deseos así como los de toda mi familia, de que tanto para ti, como para tu
Sra. esposa e hijita, sea muy feliz y próspero.
Pronto hará un año de que tuve el gusto de verte ¿No piensas echar otra cana
al aire? --- Ojala pudieras venir en este año, por abril o mayo que es el mejor
tiempo: este lo hemos tenido pésimo casi todo el mes de diciembre, con
mucho frío y lluvia constante. Debido a esto toda la familia, chicos y grandes
han estado acatarrados menos yo.- En estos días nos vamos a cambiar de casa
así es que dirige tus cartas a: Ave. Revolución No. 13.- Pronto te escribiré y te
daré razón del encargo que en tu última me hiciste.- Tu hermano. Carlos.66
66 “En las cercanías de la garita de Veracruz fue construida la iglesia de La piedad, entre 1893 y 1895, gracias a donaciones particulares. Su construcción estuvo a cargo del maestro de obras Ambrosio Cerón. De reducidas proporciones”. Blázquez, Op. cit., p. 116.
219.- Paseo del Ayuntamiento. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Jalapa, Veracruz. Marzo 18 /[1]933.
Don Manuel Pastrana
Zacatecas.
Muy querido amigo: perdóname el que no haya contestado tus gratas y que
hasta ahora lo haga con estas cortas líneas, pero tanto por el cúmulo de
preocupaciones que he tenido en lo que va del año, como cuanto por el
cansancio inherente a mis 77 diciembres, y al aumento de trabajo en la oficina,
no me ha sido posible hacerlo. Muy mal haces en suponer que esté cansado o
fastidiado de tu amistad, nada de eso hay y mi cariño hacia ti es el mismo de
hace 50 o más años y si no te escribo seguido como quisiera, es porque llego a
casa sin más ganas que las de comer y dormir (enteramente vida de perro).
Esta la estoy escribiendo en la oficina aprovechando un momento de relativa
calma en el trabajo.- Con mis saludos para tu familia recibe un fuerte abrazo
de tu viejo compañero y amigo. Carlos.
Viñeta que no corresponde a la postal, pero se incluye, para apreciar los personajes xalapeños del corpus estudiado.
El Carmen. Teziutlan, Puebla. Fotógrafo Zárate.
Jalapa, Veracruz, diciembre 29 de 1932.
Muy querido amigo:
A reserva de escribirte extensamente, cuando tenga tiempo y mis 77
diciembres me lo permitan, te pongo estas líneas para hacerte presentes
nuestros deseos de que el próximo año sea próspero y feliz para ti, tu Sra. e
hijita, gozando durante él de completa salud y tranquilidad. Recibe un fuerte
abrazo de tu viejo compañero. Carlos.
Viñeta que no corresponde a la postal, pero se incluye, para apreciar los personajes xalapeños del corpus estudiado.
185.- Mercado Jáuregui. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Jalapa, Veracruz, a 1º. de enero de 1935.
Sr. Don
Manuel Pastrana.- Esta te lleva mis sinceros deseos por tu felicidad y la de tu
familia, en el año que hoy comienza - pronto tendré el gusto de escribirte algo
largo, por hoy me despido enviándote un fuerte abrazo. Carlos.
85.- Esquina Jiménez y Corona. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Jalapa.- Veracruz, abril 14/ [1]935.
Muy querido amigo:
En contestación a tu tarjeta de fecha 8 del actual, te pongo estas cortas líneas
no teniendo tiempo para escribirte extensamente.- Mucho te agradezco el
interés que en ellas me manifiestas por mi salud y de toda mi familia.- A Dios
gracias estamos en lo que cabe bien, salvo ligeros achaques.- Yo con la bola
de años encima, pero la voy pasando, con dolores de piernas y cansancio de
las mismas.
- Deseo que cuando recibas esta te encuentres ya fortalecido.
Pronto te escribiré, entre tanto recibe un fuerte abrazo mío. Carlos.
251.- Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo
Rafael Medina Mateos.
Diciembre 30 de 1935.
Mi querido y no olvidado amigo:
Mucho te agradezco tu felicitación con motivo del año nuevo, e igualmente te
deseo que para ti y tu familia sea próspero y feliz. Supongo recibirías la carta
que te dirigí en fecha me parece que 6, de este mismo mes, y de la cual no he
tenido contestación.
Deseando estés mejorando de tus achaques, me despido por hoy. Carlos
255.- Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo
Rafael Medina Mateos. Teatro al aire libre.
Jalapa, Veracruz. Mayo 25/ [1]937
Mi querido buen amigo y compañero.
Estas cortas líneas te llevan los sinceros deseos míos y de mi familia de que
pases un día onomástico y los subsecuentes hasta el fin de los siglos con
entera felicidad en compañía de tu Sra. e hijita. Desde hace tiempo he querido
escribirte largo y extenso pero el cansancio inherente a los 81 años y medio
con que cuento me lo han impedido, pero no creas que te he echado al olvido.
Recibe un fuerte abrazo de tu amigo Carlos.
Viñeta que no corresponde a la postal, pero se incluye, para apreciar los personajes xalapeños del corpus estudiado.
TARJETAS POSTALES DE LA COLECCIÓN PASTRANA
IGNORAMOS SI ÉL LAS COMPRÓ A SU PASO POR JALAPA
O SI CARLOS RIVERA SE LAS ENVIÓ
Los coleccionistas de tarjetas postales poseen un acervo
especialmente valioso para la investigación social pues
constituyen un testimonio del gusto de la época: la moda, la
arquitectura, la expresión de sentimientos románticos o
“lujuriosos”. También dan respuesta a preguntas concretas
de etnólogos e historiadores.
Margarita Orellana67
67 La tarjeta Postal, México, Artes de México Num. 48, CONACULTA-INAH, 1999, p. 6.
Edificio de la Comisión Geográfico-Exploradora donde laboró Carlos Rivera a su llegada a
Jalapa.
Inicialmente, “El Colegio Nacional” de Xalapa fue fundado en el antiguo
convento de San Francisco hacia 1843, 68 pero durante el gobierno de Juan de
la Luz Enríquez (1884-1890), dicho edificio fue destruido para levantar sobre
sus ruinas el jardín Juárez. Al verse privada de un espacio, digno, el siguiente
gobernador, Teodoro A. Dehesa, en 1899 comisionó al teniente coronel de
ingeniería Salvador Corral y Teruel, “para que hiciera los planos y formara el
proyecto del nuevo edificio destinado a la Preparatoria de Jalapa, obra
solemnemente inaugurada el 24 de marzo de 1901 por el entonces secretario
de justicia e instrucción pública D. Joaquín Baranda”.69 Edificio que sigue
prestando los mismos servicios educativos.
La Catedral de Jalapa, Veracruz.
68 Blázquez, Op. cit., p. 183. 69 Manuel B. Trens y José Luis Melgarejo Vivanco, Historia de Veracruz, De la Restauración de la República a las Fiestas del Centenario, México, Secretaría de Educación y Cultura, t. VII, 1992, p. 200.
24.- Paseo del Ayuntamiento. Jalapa, Veracruz.
118.- Escalinata. P. Juárez. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
153-. Panorámica. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina Mateos.
Interior de la iglesia de la Compañía, también conocido como El Beaterio
Estadio. Jalapa, Veracruz.
12.- Águila y Estudio Estación Radio C. Z. C. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael Medina
Mateos.
75.- Hacia el “Puente Atenas”. Lomas del Estadio. Jalapa, Veracruz. Fotógrafo Rafael
Medina Mateos.70
70 La escultura de “El águila”, cercana al puente “Atenas”, es obra de Guillermo Rodríguez (1926). Fernando Winfield Capitaine, Patrimonio Cultural de Veracruz, México, Gobierno del Estado de Veracruz, 2005, p. 90.
Puente Atenas. Jalapa, Veracruz.
Grupo de familias cuyos hogares se derrumbaron. Temblor 3 de enero 1920.
Cascada “Texolo”, Jalapa Veracruz.
Fotógrafo M. D. C.
Curso Cascada “Texolo”, Veracruz.
Fotógrafo M. D. C.
MANUEL PASTRANA GONZALEZ
CONDISCIPULO DE LA ESCUELA NACIONAL DE BELLAS
ARTES
Foto de Manuel Pastrana, proporcionada por Gilberto Becerra. Zacatecas, Zacatecas.
BIOGRAFÍA DE MANUEL PASTRANA
Manuel Pastrana nació en Villanueva, Zacatecas, en el año de 1860. Sus
padres fueron don Joaquín Pastrana y doña Lucía González, siendo niño quedó
huérfano de padre, motivo por el cual la familia se trasladó a la ciudad de
México donde el futuro artista terminó su instrucción primaria.
En 1873 ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes (Antigua
Academia de San Carlos) en donde estudió su primer año bajo la dirección del
profesor don Rafael Flores; con él, Pastrana presenta su primer dibujo en la
exposición de los trabajos que organizaba de sus alumnos. Otros mentores que
contribuyeron para su formación fueron: Leopoldo Flores y Petronilo Monroy
(paisaje dibujado), Juan Urrichi (claroscuro), José Salomón Pina (copia de
cuadros) Santiago Rebull (dibujo al natural) y con Sebastián C. Navalón
seguiría el curso de grabado en hueco.
En la primera época de sus estudios se inclina por los claroscuros y en
las exposiciones de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1873, expone ocho
cuadros, los cuales son copia de Clavé, y figuras de bajorrelieve tomando
como modelos, las esculturas en yeso que se encontraban en los corredores de
la escuela (cabezas, torsos, etc.). En este periodo estudiantil estrecha
relaciones con dos de sus condiscípulos Carlos Rivera y Gonzalo Carrazco,
quien posteriormente sería sacerdote.
A partir de 1878 encontramos a Manuel Pastrana como pensionista de la
Escuela, por haber demostrado su capacidad como pintor y reunir dos
condiciones indispensables para obtener la beca: tener una “particular
habilidad” y ser pobre.71 La pensión se otorgaba por un tiempo máximo de
doce años, “que es más que suficiente tiempo para que con su continua
aplicación pueda adquirir la perfección necesaria de su arte, y mantenerse con
sus productos”.72 En el caso de Pastrana, no defraudaría los lineamientos de la
Escuela. Para ese año, encontramos que es condiscípulo de Cleofás J.
Almanza, a quien años más tarde volvería a encontrar en la ciudad de
Zacatecas.
La Mariposa. Colección particular.
71 Catálogo de las exposiciones de la antigua Academia de San Carlos de México (1850-1898), Edición de Romero de Terreros, México, UNAM-Instituto de Investigaciones Estéticas (Estudio de Fuentes del Arte en México, XIX), 1963, p. 30. 72 ¿fuente??????
En sus últimos cuatro años como estudiante de la Escuela Nacional de
Bellas Artes, se inclina por los temas bíblicos y expone ocho lienzos en las
exposiciones de alumnos de 1879 y 1880:
- Ismael en el desierto, copia de Sagrado. - No. 31. El hijo pródigo, copia de L. Monroy. - No. 32. Episodio del Diluvio. - No. 66. Educación de Moisés en Egipto (composiciones). - No. 14. Remordimiento y desesperación de Judas Iscariote, cartón y boceto
correspondientes al concurso anual del mes de septiembre de 1880. - No. 18. Parábola del sembrador, cartón y Boceto correspondientes al concurso anual del mes de agosto de 1880.73
Remordimiento y desesperación de Judas Iscariote. Boceto: Col. Josefina Ruiseco.
Cuando terminó sus estudios en 1882, el gobernador de Zacatecas
Marcelino Morfín Chávez, estaba solicitando un profesor para el Instituto de
Ciencias (antecedente de la Universidad Autónoma de Zacatecas) por un
periodo de cuatro años, Manuel Pastrana decidió aceptarlo, a diferencia de sus
compañeros que consideraban no tener nada que hacer en “un pueblo de
barreteros”.74 Así llegó a Zacatecas, y una vez vencido el contrato se presenta
con el entonces gobernador del Estado general Jesús Aréchiga quien no sólo le
renueva el contrato sino que también le propuso dar clases en el Hospicio de
Niñas en Guadalupe, además de ofrecerle el dar clases de dibujo a sus hijas
Julia y Lucrecia, así como a todas las damas de sociedad que lo desearan.
En 1984, Manuel Pastrana se casa con María Escobedo, originaria de
Jerez, con quien procrea tres hijos: Otilia, que nació en 1895, Guadalupe y
73 Idem, p. 540. Estos cuadros fueron comprados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y se pueden admirar en el Museo INAH de Guadalupe, Zacatecas. 74 Comunicación personal de Josefina Ruiseco García.
Manuelito, éste último murió siendo muy niño y Guadalupe murió a la edad de
24 años. Su hija mayor, Otilia, desde pequeña mostró inclinación hacia la
pintura y siguió los pasos de su padre convirtiéndose en la mejor de sus
colaboradoras y en pintora, obteniendo su diploma en San Carlos, como años
antes lo hiciera su padre.
Manuelito, hijo de Manuel Pastrana, muerto a temprana edad. Colección Museo de Guadalupe INAH.
En cuanto al desempeño profesional de Don Manuel, destacó como
maestro dedicado a la enseñanza de su arte, profesión que sólo la muerte
interrumpió. Interesado en difundir los trabajos de sus alumnos, en 1898
convocó a la Vigésima Tercera Exposición de Bellas Artes donde invitó a
todos los pintores que remitieran “sus obras para concurrir fuera de
concurso”.75 Él asistió con las pinturas de sus alumnas de dibujo y acuarelas
de la Escuela Normal para Profesoras de Zacatecas.
En esta exposición, Pastrana también participaría en la Sala de Cuadros
Originales de profesores de la escuela de artistas nacionales y extranjeros
residentes en el país; en esta sala, sus cuadros se exhibirían junto con los de
José María Velasco, Julio Ruelas, Cleofás J. Almanza, Félix Parra y Carlos
Rivera, entre otros destacados pintores. Los cuadros exhibidos fueron:
- No. 4. Muchacho Minero.
- No. 41. Buenas Noches.
- No. 61. La tortillera.
- No. 63. Mujer de Casa.
75 Idem, p. 620.
- No. 64. Retrato del Ilmo. Sr. Obispo de Zacatecas doctor don Buenaventura Portillo y Tejada.
- No. 65. Retrato de la Sra. Esperanza de la Torre de Ortiz.
- No. 89. Río de San José, Zacatecas.
- No. 103, Regando plantas.
Buenas Noches. Colección Privada
El amor a la docencia lo demostró conservando sus plazas de profesor
en la Escuela Normal para Señoritas y en el Instituto de Ciencias, donde fue
nombrado profesor decano en 1933. A su muerte, le sucedió en estas cátedras
su hija Otilia.
En 1924 lo encontramos como inspector de Bienes Nacionales y durante
el desempeño de su cargo “ocurrió un acontecimiento”, de acuerdo a palabras
de don Federico Sesscosse, que no deseo pasar por alto, porque con él se
produjo el único mártir de la historia del arte en México. Su nombre fue
Victoriano González, quien ocupaba el cargo de administrador del museo
(Convento de Guadalupe), dependiente por aquel entonces de la Dirección de
Bienes Nacionales de la Secretaría de Educación.
A la sazón, el conocido pintor zacatecano don Manuel Pastrana, profesor del Instituto de Ciencias y hombre sin tacha, ocupaba el puesto de inspector de Bienes Nacionales. Cumpliendo con su cometido comenzó a verificar el inventario de lo que tenía Victoriano González a su cargo, enlistando y comprobando la existencia de los cuadros, libros y objetos diversos que ahí se habían ido reuniendo.
En esa tarea estaban los dos probos funcionarios cuando una tarde al cerrar el museo para irse a comer, se encontraron de manos a boca con un grupo de mujeres enardecidas que los estaban esperando tras la puerta principal del atrio, quienes les arrojaron cal en los ojos, tratando de cegarlos. Don Manuel Pastrana, que usaba gruesos anteojos y se apoyaba siempre en un nudoso bastón, se quitó los lentes y la emprendió a bastonazos contra las mujeres agresoras. Victoriano, en cambio, no hizo otra cosa más que tratar de ver a través de la capa de cal que le cubría los ojos quedando a merced de la furia de sus enemigas quienes, con saña increíble, le
clavaron una varilla de latón en el vientre, de resultas de lo cual murió tres días después.76
¿A que se debió esa acometida sin motivo? Se dijo que la turba de
mujeres había recibido la noticia de que Victoriano y don Manuel pretendían
robarse los cuadros del convento. A pesar de tal agresión, el amor que sentía
Pastrana por este rincón zacatecano continuó, y su producción acerca de
Guadalupe se incrementó con un cuadro sobre el convento franciscano, el
dictamen sobre la pintura de la Virgen del Refugio, el estudio estilístico de la
capilla de Nápoles y la serie de 87 acuarelas de monjes y monjas tomando
como modelo una serie de láminas que se encuentran actualmente el Museo
Regional de Guadalupe, INAH.77
Serie acuarelas de Monjes, colección: Jorge Vallejo Murillo.
Serie acuarelas de Monjas, colección: Jorge Vallejo Murillo.
En 1932, ocupando el puesto de Inspector Federal de Monumentos
Coloniales, escribió con su hija Otilia una serie de artículos en el periódico
Orientación, a partir del sábado 11 de junio hasta el sábado 17 de diciembre,
su columna se llamó “Zacatecas Monumental” y en ella hace la descripción
estilística de la Catedral y del templo de Santo Domingo. En estos artículos
detalla minuciosamente hasta los más escondidos rincones de las
76 Federico Sescosse, El Colegio de Guadalupe Zacatecas, Escuela de Misioneros y Semillero de Mártires, 1706-1993, fotos Rafael Doniz, México, Multiva Grupo Financiero, Fondo Cultural Bancen, 1993, pp. 139-140. 77 Agradecemos al Bibliófilo Juan Francisco Rodríguez, el habernos proporcionado el estudio estilístico de la capilla de Nápoles, así como los estudios que Manuel Pastrana y su hija hicieron sobre Santo Domingo y la Catedral de Zacatecas.
construcciones y la ornamentación de las mismas. Expresa también la
necesidad de conservar el patrimonio artístico y cultural de la ciudad.
Aparte del inventario del Convento de Guadalupe que ya mencionamos,
también levantó el primer censo de los monumentos artísticos y coloniales de
la capital del Estado.
El 3 de agosto de 1938, Manuel Pastrana murió, su obra la conservaría
celosamente su hija Otilia quien a su muerte el 18 de junio de 1975, la heredó
a la más asidua y querida de sus alumnas: Josefina Ruiseco García, bajo la
consigna de que debería difundir la obra de su padre.
No obstante el surgimiento de nuevas corrientes que revolucionarían la
pintura en el siglo XX (expresionismo, fauvismo, cubismo, surrealismo, etc.),
Manuel Pastrana nunca renegó de su clasicismo formado en las escuelas
inglesa y francesa, preservado por su regreso a la ciudad de Zacatecas, donde
permaneció la mayor parte de su vida, y por su inmensa labor de formador de
nuevas generaciones de pintores locales. Su clasicismo se expresa en el arte
del retrato en el que demostró una innegable maestría y en innumerables
acuarelas de paisajes y gentes de su querida ciudad.
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RESULTADOS
A) Se elaboraron las biografías de Carlos Rivera y de su condiscípulo y
amigo Manuel Pastrana.
B) Se recuperó la obra inédita del pintor, gracias al acercamiento que se
tuvo con sus nietos.
C) Se analizó una colección de tarjetas postales de la ciudad de Xalapa
para poder acercarnos a su urbanismo de principios del siglo XX con el
del siglo XXI.
IMPACTO
A) Se obtuvo como producto un libro, el cual esta siendo evaluado
para su publicación por el Gobierno del Estado de Veracruz en
colaboración con la dirección de publicaciones del Instituto
Politécnico Nacional.
B) Actualmente se esta haciendo el Museo Xalapeño, en donde se le
piensa hacer un homenaje a este pintor con la exposición de la obra,
propiedad de la familia.
C) Se entregará al Archivo General del Estado de Veracruz, la
colección de tarjetas postales, actual propiedad de la Dra. Alicia
Bazarte Martínez, como una colaboración y resultado del presente
proyecto de investigación.