Descripción de Espacios

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Tres espacios descriptivos

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Un espacio de la infancia.All por 1980 yo tena cinco aos y el lugar de encuentro familiar era la casa de la abuela. Una casa situada al sur de la capital en uno de los nacientes barrios fruto de esa explosin urbanstica que se dio a finales de la dcada del setenta cuando se descubri petrleo en Ecuador.La casa de la abuela, que bello espacio. Tena tres pisos y era de cemento. Estaba en plena esquina de una manzana lo que favoreca una visibilidad de 180 grados. Desde la azotea, que haca el tercer piso de la casa, se divisaba una montaa pequea. Se llamaba UNGUi y no meda ms de mil metros. La escalbamos varias veces al ao y desde la cima podamos ver la casa de la abuela.Esa bella casa recibi maternalmente a tres generaciones: la abuela misma como propietaria, tiempo despus 2 hijos de la abuela y con ellos los nietos, los hijos de los hijos. Tres generaciones la vivieron intensamente hasta que la abuela falleci y con ella la casa. La vendieron y repartieron la herencia entre los hijos y ahora la habita algn desconocido que ignora completamente la felicidad que all se vivi.Un espacio tenebrosoLos nios suelen tenerle miedo a los lugares oscuros y fros. En las noches, el enorme espacio imaginario de debajo de la cama, un closet grandote y lleno de abrigos que huelen a los perfumes de la ta o un cuarto polvoriento que no se utiliza desde hace ya mucho tiempo son con frecuencia lugares tenebrosos que habitan nuestros recuerdos infantiles.Uno de esos tenebrosos lugares era la habitacin de mama Laura, la vieja ta solterona que viva con la abuela Teresa. Nos tena prohibida la entrada a su habitacin y en varias ocasiones con los traviesos primos veamos a travs de la puerta entreabierta unas velas prendidas. No atinbamos a saber que haca cada tarde, a las seis en punto, cuando religiosamente prenda un conjunto de velas, ms de tres, y las pona en una especie de altar donde sabamos que haca sus rezos a san Judas Tadeo, el santo de las cosas imposibles.Cuando mi familia sali de la enorme casa de la abuela para vivir en la nuestra propia nos desconectamos de ellas, mama Laura y la abuela Teresa, hasta aquel da sbado 15 de julio cuando la abuela Teresa llam a mi mam a contarle que mama Laura haba muerto pacficamente en su cuarto. Esa noche, so con ella, iba de la mano de san Judas Tadeo. Un espacio imaginadoA menudo me he preguntado cmo habr sido la biblioteca de un viejo sabio como Aristteles o la de un escritor laureado como Herman Hesse. Seguramente rebosaban de estantes repletos de libros de muchos tipos. Ahora, me imagino la habitacin de un famoso escritor de novelas. De entrada, el olor a caf recin destilado se combina con el delicioso y peculiar olor de los libros, ambas fragancias me llegan de lleno a la mente. Veo el lugar atiborrado de libros. Los estantes pegados a las paredes, la mesa de centro y el escritorio rebosan de bibliografa especializada. Al mirar los estantes de cerca, los libros de este famoso tienen marcas distintivas en las portadas como un sello de ex libris y la firma con el nombre del escritor. Los libros ms desgastados son el voluminoso diccionario de la Real Academia de la Lengua y el gordo diccionario de sinnimos y antnimos. Un escritor que se precie de serlo debe leer y releer estas dos maravillas bibliogrficas para desentraar el profundo significado de las palabras.