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descubrir el eco-humanismo
en algunas cartas y carteles
En una comunidad
ecohumanista, no nos enriquecemos
financieramente, hacemos mucho
mejor, nos enriquecemos de
múltiples lazos sociales
y de múltiples beneficios sociales.
Nos sentimos bien en nuestra cabeza, y en
una gran familia donde cada uno puede
ser útil y protegido.
Allí, no hay opresión,
gracias a una verdadera democracia
directa, y ninguna miseria, gracias a un verdadero reparto de
los recursos.
Es tan bello
humanamente que somos llevados a
construir y a defender esto con todo el
coraje necesario.
¿El EH ?
Un gran
proyecto.
Una gran
espiritualidad.
Un(a) ecohumanista
contribuye, lo mejor
posible y en prioridad, a
la protección y al
mejoramiento de su
gran familia, la especie humana, en su sociedad
y en su medio
ambiente.
El ecohumanismo es un
agente de realización del gran
proyecto evolutivo natural de
nuestra especie,
y es un catalizador de los
posibles de este proyecto, auto-
corregido permanentemente,
que nos incita a administrar,
cada vez mejor, nuestro medio
ambiente societal y natural, por
nuestra fuerza colectiva
inteligentemente proactiva*.
GM
Cartas y carteles eco-humanistas ©
* Es proactivo el hecho de
proyectar y de realizar eficazmente
algo dando sentido al acto.
MANIFIESTO ECO-HUMANISTA
Nosotros, seres humanos, por nuestro progreso de generación en generación, construímos el
sistema viviente más prodigioso y más improbable de nuestro medio ambiente universal cono-
cido: nuestro propio sistema, la Humanidad.
Se hizo una forma evolutiva particularmente inteligente de la viviente conocida, cuya
aventura y cuyo destino pueden ser excepcionales en el medio ambiente universal.
Porque en la medida en que es llevado por un gran proyecto autodesarrollado, el destino humano
puede no ser sufrido pasivamente ni escrito por anticipado. Nuestra voluntad colectiva tiene allí un
papel primordial.
El proyecto es la expresión más evolucionada de nuestra conciencia, capaz de valorizar en si-
nergia proactiva la intuición, el conocimiento, la imaginación, y la voluntad, de nuestra especie.
Y la fuerza colectiva organizada de nuestra especie es la fuerza viva impactante más prodi-
giosa conocida. Se vuelve tanto más poderosa y capaz que puede integrar y reunir de seres,
grupos, y estructuras socializadas, y no podemos ni siquiera determinar científicamente sus
límites en las condiciones alcanzadas de autodesarrollo. En la medidad que puede regenerarse
y reforzarse continuamente, y salvo accidente, su desarrollo y su perennidad son potencial-
mente incommensurables.
El ecohumanismo incita pues a la autocorrección de la especie humana, que necesariamente
debe mejorar permanentemente su cultura y sus medios, para reforzarse durante sus interacciones
internas y externas. Es en este sentido que los ecohumanistas buscan y expresan con dignidad la
mejor ejemplaridad posible, y que velan activamente por la calidad societal de la Humanidad, así
como por la cohesión de su voluntad colectiva.
Los ecohumanistas deploran evidentemente los desfallecimientos ocasionales de la Huma-
nidad, pero porque admiran su potencia evolutiva excepcional y su potencial de mejoramien-
to, y porque les gustan lo que es capaz de ser, contribuyen a para que se le haga.
Y demuestran por su ejemplo que lo que les da una de las felicidades más grandes, es lo que se
cumple y que es compartido con otros seres humanos, procurando para que el interés personal y el
interés público sean recíprocamente satisfechos, en el respeto superior del interés general.
Haciendo prevaler allí valientemente valores de justicia, de reparto, de solidaridad, y de autocor-
rección, los ecohumanistas son actores proactivos del gran proyecto evolutivo natural de su especie.
Saben que para cada ser humano personalmente, y más todavía para toda la Humanidad colec-
tivamente, cada día bien vivido es una victoria sobre la mala suerte, la adversidad, el accidente. Es
una adquisición definitiva, nada pudiendo cambiar el pasado. Pero cada episodio de desgracia, de
sufrimiento, de destrucción, infligido a la Humanidad o a tal o tal grupo o persona, es también
incambiable.
Los ecohumanistas quieren pues hacer todo para que los seres humanos
puedan sacar provecho de los beneficios de la vida tanto tiempo como po-
sible, organizándose eficazmente para evitar y superar solidariamente las des-
gracias y los accidentes eventuales, y desarrollándose juntos lo mejor posible
en su medio ambiente, natural y societal.
Para eso, hay que atreverse saber y saber atreverse, de manera en particular a impedir las creencias
y los comportamientos contrarios al interés general de la Humanidad. Una Carta de los Principios
Societales les guía en este direccion.
Marc CARL pionero eco-humanista
fundador de la red Gaia Mater
GM
Cartas y carteles eco-humanistas ©
CARTA de los PRINCIPIOS SOCIETALES
GM
● La regla general es contribuir permanentemente a la
supervivencia y a la felicidad de la especie humana, y a
la optimización de su desarrollo, por su organización, su
información, y su resiliencia, implicando particular-
mente de:
● Proteger sin límite y en prioridad la humanidad,
unida en su diversidad, de la cual cada miembro es
igual a otros en derechos y en deberes, y libre de sus
creencias personales, cuya expresión no debe sin em-
bargo ir contra el interés general humano (1)
.
● Conocer lo mejor posible los seres, las cosas, y las
fuerzas de todo el medio ambiente; adaptarse a eso
permanentemente; liberar y educar su pensamiento
para explotar lo mejor posible la apariencia y la incer-
tidumbre; impedir, corregir, y sancionar, toda cor-
rupción de la información.
● Bien administrar el medio ambiente en el cual y por el
cual la especie humana se desarrolla, no agotar, envene-
nar, o destruir, el biotopo útil y protector para la especie,
cualquiera que sea el lugar donde se vive; optimizar la
salud y la seguridad en toda estructura humana.
● Respetar y hacer respetar por todas partes, local-
mente y globalmente, los límites de desarrollo que
permiten el mejor equilibrio posible societal y me-
dioambiental, con una demografía adecuada.
● Favorecer el mejoramiento, la defensa, y la trans-
misión del patrimonio de la humanidad en provecho
de las generaciones siguientes; desarrollar con pru-
dencia y determinación el saber y la herramienta.
● Estructurarse y ayudar los niños a estructurarse
para vivir lo mejor posible en la sociedad humana;
dar siempre el mejor ejemplo; optimizar la calidad
de la educación y de la información de todos.
● Merecer ser respetado y respetar recíprocamente su
prójimo; disponer del derecho a equivocarse contra el
deber de corregirse, de reparar, y de merecer la confian-
za; hacer todo para que ninguna persona no-culpable, o
rehabilitada, sienta mal de vivir en la sociedad humana.
.
● Compartir equitativamente los recursos públicos y
de utilidad colectiva entre todos los seres y los grupos
humanos federados; buscar entre ellos todos la mejor
cooperación; impedir y sancionar de manera más
fuerte y más disuasivo la predación antihumana y el
abuso de reparto.
● Vivir libre y solidario entre otros seres humanos
libres y solidarios, cambiar con ellos tanta simpatía y
ayuda mutua como posible; contribuir lo mejor po-
sible a los recursos de interés público; impedir y cas-
tigar todo acaparamiento, engaño, abuso, de la auto-
ridad y de los recursos públicos, así como toda dispo-
sición privada excesiva de partes de riquezas.
● Organizarse y organizar la sociedad humana privile-
giando siempre el interés general; no soportar ni hacer
soportar alguna autoridad, poder, obligación, o com-
portamiento, contraviniendo esto; proveer la gober-
nanza pública por sorteo de voluntarios capaces; im-
pedir toda organización de poderes no modificable en
todo momento por reacción ciudadana mayoritaria
directa.
● Combatir al máximo la agresión y la amenaza
ilegítimas, movilizando todas capacidades adecuadas
de defensa de sí mismo y de la colectividad; partici-
par en la defensa y en el mejoramiento de las leyes en
la medida en que no van contra el interés general
humano ni contra los derechos y los deberes funda-
mentales atados.
(1)
La libertad de conciencia y de creencia personal debe
ser garantizada, pero sin embargo no contra el interés
general superior de la sociedad humana, lo que implica
particularmente que todo modelo comportamental, reli-
gión, dogma, que fuera de los casos de reacción legítima
en defensa de la humanidad y de sus derechos funda-
mentales, tiene como consecuencia la violencia entre
seres humanos, sus puesta en peligro, o el conflicto
social, por sus principios o su práctica, sea estrictemente
prohibido y hecho no transmisible.
Preámbulo. La Humanidad sigue ante todo su propia voluntad y su propio interés. Tiende a reforzarse en un
supra-conjunto federando todas sus fuerzas en una comunidad solidaria, donde ninguna parte perjudica al
conjunto, y donde cada parte contribuye al fortalecimiento equilibrado del conjunto. Las necesidades de su
protección en su medio ambiente y en su sociedad, integradas en sus leyes, obligan pues cada parte. En estas
condiciones, principios universales unificadores fundan las reglas y los modelos, y les dan un sentido, particu-
larmente insistiendo en los valores intra-societales más útiles para el mejoramiento y para la supervivencia de
la especie, tales como el respeto, la justicia, el reparto, la solidaridad, la autocorrección permanente.
Extractos traducidos del libro "El gran proyecto humano", Edit. LEAI 2012 ISBN 2-9516456-1-9
Cartas y carteles eco-humanistas ©
Respetando el interés general, vaya hacia lo que puede
serte asociado y benéfico, y evita lo que no puede o no quiere
serte asociado y benéfico ;
ayuda a prosperar lo que te es benéfico, y combate lo que te
amenaza.
GM Cartas y carteles eco-humanistas ©
Consejos y ejemplos prácticos de comportamientos eco-humanistas
La trayectoria histórica
del eco-humanismo.
El ecohumanismo es la expresión estructurada de una cor-
riente cultural mayor, constituida progresivamente desde mil-
lares de años, originalmente a partir de aportaciones indoeuro-
peas de tradición védica. Su desarrollo histórico ha sido ini-
ciado por la Escuela filosófica física de Milet (Asia Menor),
fundada al principio del siglo 6 ant.JC por Tales de Milet, el primer teórico y
promotor conocido del humanismo científico. Esta corriente se reforzó particu-
larmente por contribuciones estoicas y epicúreas.
Sus formulaciones fueron transmitidas y adaptadas por sus múltiples herederos,
durante la antigüedad griega, luego a la época romana, luego al Renacimiento
europeo, y al Siglo de las Luces, en los dominios de la ciencia, de la política, de
la economía, y por fin -desde el siglo 19- de la ecología.
Esta corriente de pensamiento sin fronteras fue corroborada, recortada, en-
riquecida, incluyendo por aportaciones asiáticas derivadas ellas también, direc-
tamente o indirectamente, de tradiciones védicas (particularmente con aporta-
ciones hinduistas, budistas, zen, taoístas, confucianistas, etc).
Designada por la denominación genérica de humanismo en el siglo 19, esta
corriente filosófica multicultural aprovechó particularmente desde el siglo 15
de la invención de la imprenta, permitiendo desde entonces hacer participar en
el progreso social a muchos nuevos adeptos, y a cambio, de recibir de ellos con-
tribuciones cada vez más variadas e enriquecedoras.
Después de haber sido distinguido en el siglo 20 por la denominación "huma-
nismo científico" o naturalista, luego ecohumanismo, esta corriente gozó en lo
sucesivo del desarrollo de la informática y de las redes de internet, permitiendo
interesar a todavía más nuevos adeptos por lo que se reveló ser un fenómeno
evolutivo excepcional : un proyecto natural de autodesarrollo y de superviven-
cia de la especie humana, generado y mejorado en el curso de los
siglos por el cerebro colectivo global de la Humanidad.
El ecohumanismo moderno es un vector de transmisión y de re-
parto, y un catalizador de los posibles, de este proyecto-
patrimonio societal, que no puede ser confiscado o desviado, pero
al cual cada ser humano puede contribuir, velando para que su
contenido y su utilización se queden en el interés general de la
Humanidad.
GM
Cartas y carteles eco-humanistas ©
A cada ocasión, recibe y da
tan útilmente como posible.
Salvo en caso de defensa o de
sanción legítima, saca provecho
de tu vida y de tu medio ambiente
sin padecer, ni hacer padecer,
ningun mal, a otros o a ti mismo.
Siembra alrededor de ti felicidad y
ayuda, y comparte los frutos de esto.
Evita el conflicto y la oposición
cuando puedes hacerlo sin cobardía.
Únete solidariamente a otros por
cooperación y reparto recíprocos.
GM Cartas y carteles eco-humanistas ©
Consejos y ejemplos prácticos de comportamientos eco-humanistas
El ecohumanismo no es el propio de una secta, de un partido político, o de una religión.
Ninguna iglesia, ni aparato de poder, ni dogma, lo encierra. Esta gran corriente cultural natural
pertenece a todos desde más de 26 siglos. Cada uno puede libremente aprender, comprender,
expresar, y transmitir este patrimonio histórico multicultural, que ya probó su valor perpetuándose y
mejorándose hasta nosotros. No es un prêt-à-pensar ideológico, es un guía de
construcción de espíritus humanos abiertos, bien educados y bien informados,
capaces de contribuir juntos al funcionamiento de un cerebro colectivo cual
objetivo es la felicidad, el desarrollo, y la supervivencia, de la especie humana.
Si una persona comprende que la no-conflictividad interna y la unión inteligente de toda la especie
humana son una necesidad de supervivencia, que hay que cooperar, compartir los recursos, del
mejor posible, si quiere esto, ya es ecohumanista, sin tener permiso que pedir a quienquiera.
Existen trabajos y libros, en varias lenguas, que tratan del ecohumanismo en su forma
moderna, y numerosos escritos antiguos son precursores notables de eso. Pero la referencia
más utilizada es el libro de Marc Carl "El gran proyecto humano", propuesto en versiones
imprimidas por diferentes editores, y en versiones electrónicas gratuitas.
Cuando las bases son bastante comprendidas, cada uno es libre de hacer de esto el mejor
uso, desarrollando su propia expresión y participando en la transmisión y en el mejoramiento de
un ecohumanismo sin fronteras, intrínsicamente atado al interés general de la humanidad.
Para eso, es preferible organizarse bien colectivamente. Se puede juntarse a una estructura
ecohumanista de su elección o tomar la iniciativa de crear una, particularmente en forma
asociativa. Se puede constituir una red afinitaria entre varias estructuras, y coordinar esta red
con otras redes. Estatutos, consejos, ayudas de comienzo, son dados gratuitamente por las
estructuras instaladas a las nuevas estructuras solicitantes.
Luego, es a cada uno de hacerse útil lo mejor posible, sabiendo que la iniciativa, la apertura a
otros, la cooperación, el reparto, son comportamientos ecohumanistas particularmente motores e
instructivos. ¡ánimo a todos!
Algunos lazos para saber más de eso:
www.gaiamater.org/download/Deh&pe_eBook.pdf (libro "El gran proyecto humano", eBook)
www.gaiamater.org/download/crise21_eBook_fr.pdf (librito "Crisis mundial")
Organización Internacional No-Gubernamental (OING) GAIA MATER
Estructura colectiva eco-humanista en estatuto consultivo permanente en la ONU www.gaiamater.org [email protected]