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¿Por qué no leen los adolescentes? Si le diéramos a elegir a un adolescente entre jugar en la computadora o leer una novela, su elección se sabría de antemano, por lo menos en la mayoría de los casos. Es que hay generaciones de “jóvenes tecnológicos” que nacieron y crecieron a la par de los nuevos medios, y que hoy se ven completamente alejados de la lectura porque carecen de un hábito que los acerque a ella. El tiempo pasa y las costumbres van cambiando, sobre todo porque hay otra visión de las cosas. La lectura, que antes era un pasatiempo central, ahora es una obligación que conlleva pereza y pocas ganas. Actualmente, la acción de leer se ve prácticamente limitada al estudio y ha perdido su lugar en el campo del tiempo libre. La computadora, los celulares y la televisión han robado el espacio de ocio, y hoy hacer un clic o zapping es mucho más sencillo y requiere menos esfuerzo que decidirse a leer un libro. Es la diferencia entre tomar un rol activo o pasivo, entre impulsar uno mismo la acción o dejarse llevar por la pantalla. Y en esa derivación es donde influye la ley del menor esfuerzo porque, a menos que se sea un apasionado por los libros, lo más fácil suelen ganar la batalla. El hábito por la lectura es algo que se perdió con los años y todavía hoy, se sigue esfumando. Es cuestión de establecer el hábito para que luego se obtenga el ansia que nunca satisface, leer.

Desinterés Adolescente en la Lectura

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Page 1: Desinterés Adolescente en la Lectura

¿Por qué no leen los adolescentes?

Si le diéramos a elegir a un adolescente entre jugar en la computadora o leer una novela, su elección se

sabría de antemano, por lo menos en la mayoría de los casos. Es que hay generaciones de “jóvenes

tecnológicos” que nacieron y crecieron a la par de los nuevos medios, y que hoy se ven completamente

alejados de la lectura porque carecen de un hábito que los acerque a ella.

El tiempo pasa y las costumbres van cambiando, sobre todo porque hay otra visión de las cosas. La

lectura, que antes era un pasatiempo central, ahora es una obligación que conlleva pereza y pocas

ganas. Actualmente, la acción de leer se ve prácticamente limitada al estudio y ha perdido su lugar en el

campo del tiempo libre.

La computadora, los celulares y la televisión han robado el espacio de ocio, y hoy hacer un clic o

zapping es mucho más sencillo y requiere menos esfuerzo que decidirse a leer un libro. Es la diferencia

entre tomar un rol activo o pasivo, entre impulsar uno mismo la acción o dejarse llevar por la pantalla. Y

en esa derivación es donde influye la ley del menor esfuerzo porque, a menos que se sea un

apasionado por los libros, lo más fácil suelen ganar la batalla.

El hábito por la lectura es algo que se perdió con los años y todavía hoy, se sigue esfumando. Es cuestión

de establecer el hábito para que luego se obtenga el ansia que nunca satisface, leer.