Después de aquella tarde

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    CCoolleecccciinn MMUULLTTIIAAVVEENNTTUURRAA ##33

    DDeessppuuss ddee aaqquueellllaa ttaarrddee

    ppoorr GGuussttaavvoo AAffffrraanncchhiinnooccoonn iilluussttrraacciioonneess ddee AAlliicciiaa SSaarrttoorrii

    Marzo 2008

    Buenos Aires ArgentinaImpreso en Printear, Reconquista 269Hecho el depsito que marca la ley 11.723ISBN

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    IMPORTANTE

    Este cuento emplea el formato de la fabulosacoleccin Elige tu propia aventura, que tantosbuenos momentos nos ha permitido a muchosdisfrutar durante nuestra niez y juventud.

    Por tanto, debe prestarse atencin a lasindicaciones a pie de pgina que indican cmoseguir (no debe leerse pgina tras pgina).

    Otros ttulos de la coleccinMULTIAVENTURA

    #1 Viaje Interestelar#2 Experimento MORFO#3 Despus de aquella tarde

    #4 S.W.A.T.

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    DDeessppuuss ddee aaqquueellllaa ttaarrddeeFiorela y Romn llevaban ya veinticuatro bellos

    aos viviendo juntos. Cuando jvenes, haban decididodejar la ruidosa ciudad para asentarse en algn lugarque tuviese muchos rboles, espejos de agua cristalinay montaas. Haban estado buscndolo durante meses,viajando de aqu para all en las pausas del trabajohasta que, hacia fines de octubre, lo encontraron.

    Construyeron all una cabaa de madera. Elcaminito de acceso, cubierto de piedras grises y

    plateadas, estaba bordeado por dos fabulososcordones de jacarands. Cuando llegaba la primavera,miles de flores lilas, a veces casi celestes pintaban demagia en derredor.

    Al ao y medio de vivir en su casita de ensueo,Fiorela tuvo al primero de los cuatro cros que la

    alegraran ms an, agregndole vida y vida a la que yaaportaban los pjaros, los roedores, los huemules yotros tantos amigos animales que solan visitarlos.

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    As haban ido pasando los aos. Agustn, Carolina,el ms gordito Ramn y la pequea Roco seacostumbraron desde nios a valerse por s mismos. Lavida de campo, los incontables ascensos al cerro, saberhachar, andar a caballo, nadar y otras tantas cosasbuenas los ayudaron a convertirse en jvenes fuertes yde carcter.

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    Agustn haba terminado su colegio secundariohaca tres aos ya y ahora viva en la Capital dondeestudiaba para ser Arquitecto. Sus hermanos asistana la misma y querida escuelita de pueblo, cuyas paredespodan contar cada una de las travesuras e historias delos cuatro chicos Rosin y de sus compaeros y es ms,si esos ladrillos tuvieran pluma y tinta, podran escribir

    el ms completo compendio de vivencias, comenzandopor los mismos pioneros que haban fundado el pobladode Quirich.

    Eran las cinco y veinte. Fiorela preparaba el matede la merienda con sus manos curtidas aunque suaves.

    Romn sacudi la nieve que lo cubra, pis fuerte variasveces el felpudo de alambre tejido y cerr conesfuerzo la puerta de entrada. Afuera, el vientoblanco soplaba con furia. Los rboles se inclinabanmuchsimo. La espuma helada reventaba contra elplano de las ventanas.

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    Para colmo de tormentas, los truenos no dejabande hacer temblar el paisaje y el espesor plomizo de lasnubes tapaba hasta la ms diminuta porcin delfirmamento.

    Los dos Rosin ms pequeos estaban con susrespectivas maestras en la escuelita de Quirich,

    aguardando a que mejorase para retornar al hogar.Carolina haca medio mes haba comenzado con las

    clases de esqu que imparta a los turistas en Bariloche.

    En la casa de los Rosin, Fiorela se estabaacercando a su marido con las tortafritas en una mano

    y el mate en la otra, cuando ocurri lo inesperado.Un rayo enorme, de ese plasma celeste brillante

    que quiebra el cielo y hace vibrar cada gota de aire,revent contra la cumbre del altillo y viajando como luzpor unos fierritos que haba en la pared, lleg a laplanta baja y destroz la construccin en segundos.Vigas, troncos, metal y ladrillos se precipitaron derepente.

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    Romn y Fiorela sintieron su aplastamiento comoel impacto instantneo de la locomotora de un trenbala.

    Hubo un momento de calma.

    Se miraron uno al otro: estaban flotando. Susfiguras corporales eran idnticas pero traslcidas. Enel piso, hacia abajo, slo yacan un montn deescombros y algunas lenguas de fuego que poco a pocoiban agotndose ahogadas por la nieve.

    Romn habl y not que su esposa lo escuchaba.l mismo tambin lo haca: Estamos muertos!

    Y los chicos en la escuela! Iba a ser terrible paraellos enterarse de lo sucedido cuando regresasen. Yde seguro volveran solos como acostumbraban. Qubarbaridad!

    Cmo seguir? Adnde ir ahora? Qu hacer?

    Si decides esperar all hasta que lleguen Roco yRamn, pasa a la pgina 6

    Si buscan los cuerpos bajo los escombros para tratarde meterse dentro y revivirlos, pasa a la pgina 52

    Si corren hacia la escuela, pasa a la pgina 103

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    Aunque sin duda saban que toda la gente semuere tarde o temprano, no tenan idea de cmoactuar cuando ello suceda.

    Romn recordaba al menos una decena deoportunidades en las que haba metido la pata porapresurarse. Y tomar acciones alocadas ahora, se

    pareca mucho a eso. As que, despus de conversarlocon Fiorela, decidieron esperar.

    El aire arremeta ventoso contra los jacarands,que tiritaban como esqueletos desprovistos de susbellas hojas y flores. La temperatura rondaba los seisu ocho grados bajo cero. No cesaba de nevar. Pero

    siendo espritus, notaron que aquel fro intenso estabalejos de afectarlos. Se senta como si hiciesen veintegrados... A decir verdad, no perciban temperaturaalguna.

    Luego de esperar y esperar flotando de pie,

    Fiorela pens en sentarse y lo hizo, aunque sloposturalmente porque faltaban sillas que fuesenespritu como ella. Pero no quiso sentarse porcansancio, porque tampoco ello ocurra en aquel nuevoestado. Ni estaba cansada, ni dormida de sueo, nimuy despierta... slo estaba.

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    Romn caminaba de aqu para all. Pateaba conbronca los tablones amontonados de lo que hasta hacainstantes era su hogar, pero el pie traslcidoatravesaba la madera una y otra vez sin causar efecto.Y eso le daba ms bronca, aunque la controlaba.

    Una extraa idea comenz a rondarle la

    imaginacin: no fuese a ocurrir que ponindose malojusto ahora, la ira lo condujese a lugares adonde noquera viajar; hasta le daba miedo pensar en voz baja,en ese supuesto abismo al que se crea que eranllevadas las personas malas cuando fallecan.

    As que sacudi con fuerza su cabeza de espritu y

    se puso a pensar nuevamente en los chicos.

    Romn! grit la mujer.

    El marido dio media vuelta y observ con asombrocmo se abra, a manera de tornado horizontal de luz,un ancho tnel cristalino. Sus paredes rotabanconstantemente y refractaban las imgenes dealrededor, como si estuviesen hechas de agua.

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    Una metralla de suaves chasquidos llam laatencin de ambos a espaldas de Romn: era otro tnel,parecido al anterior, tubular y cristalino, del anchonecesario para que pasase un aeroplano por su centro.

    Se agarraron fuerte de la mano y tanteando concuidado, fueron acercndose para ver hacia dnde

    conducan.Los dos senderos se vean bien iluminados, como si

    de un atardecer se tratase. El primero en surgirpareca algo ms pequeo, de cuatro metros de ancho,digamos. Por el suelo se extenda una tersa superficiecolor turquesa claro, que inicialmente haban

    confundido con el pasto.

    El segundo, tambin posea esa especie depasarela infinita o al menos largusima-, pero no eraturquesa sino amarillenta, entre amarillenta y doradapara ser exactos.

    Vueltos sobre los escombros de la casita, Romn yFiorela se detuvieron para reflexionar. Ya que habanaparecido esos caminos, tal vez deberan seguirlos.Pero cmo?

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    Sera uno para Fiorela y el otro para Romn?Deberan separarse, por ms miedo que les diera?

    Y los chicos? Qu pasara con los chicos? Deseguro que ellos, si llegaban pronto, no veran allflotando a sus padres ni tampoco a los tneles.

    Me quedar contigo puso en claro Romn. Tanto si decidimos quedarnos donde estamos o entraren alguno de los remolinos, lo haremos juntos.

    Dicho esto, apret ms fuerte la mano de sumujer, pero not un temblor por debajo. Sin quepudiesen evitarlo, por ms fuerza que hacan,

    trastabillaron y cayeron sentados hacia uno y otrocostado. En medio, otro enorme remolino empez ahoradarse, pero esta vez se oa como fuego y lasparedes eran ms bien rojizas, aunque mantenan lacristalinidad del agua.

    En segundos, los dos espritus estaban separadoscomo diez metros. Romn se puso en pie y trat desaltar hacia Fiorela, pero la distancia era demasiada.Corri intentando bordear el remolino, mas resultabaintil. Al acercarse, todo el piso tambin giraba y no lepermita moverse mucho.

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    Luego Romn cay en la cuenta de que tal vez,siendo espritu, podra saltar flotando y volar sobre lagigantesca fauce de aquel rojizo tnel vertical, quecontinuaba amplindose.

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    Ya casi no vea a Fiorela por la distancia que los

    separaba. Y todo indicaba que ese viaductosubterrneo comunicaba con el infierno. As que tantol como ella trataban de mantenerse prudencialmenteapartados.

    Los pasadizos originales permanecan en su sitio y

    amainaba ya la feroz tormenta. El viento era escaso.No nevaba. Algunos animales fueron acercndose alcamino. Entre ellos, un bho, lechuza o tal vez caburse pos sobre las ramas bajas de un pelado jacarand.Sus enormes ojos caf reflejaban la figura embudescade aquellos extraos tneles espirituales. El pjarogiraba la cabeza en una y otra direccin, comoobservando de a uno por vez los remolinos.

    Pero si el bho vea los tneles, tal vez existiesenen la realidad fsica. Y los chicos... Si llegaban en esemomento podran caer en el cada vez ms amplio huecocentral! Qu barbaridad!

    Aunque no alcanzaban ya a divisarse entre ellos ymucho menos a orse, Fiorela y Romn tuvieron elmismo pensamiento: no podan esperar ms. Haba queactuar.

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    Si decides acompaar a Fiorela por el tnel conpiso turquesa, pasa a la pgina 137

    Si en cambio, prefieres ir con Romn por el tnelamarillo-dorado, pasa a la pgina 111

    O acaso ser posible para Romn saltar el hoyocolorado, volar sobre l, encontrarse con su esposa y

    meterse juntos por el tnel turquesa? Si quieresintentarlo, pasa a la pgina 13

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    Tal vez sea una locura, pero Romn no imagina un

    futuro en el Paraso sin Fiorela. Estaba acostumbradoa jugarse por lo que crea, as que no esper ms.Retrocedi varios metros hasta casi llegar a la entradade tnel amarillo-dorado, se inclin y arranc el piquems veloz que hubiese corrido en su vida. Eraextrao y a la vez prometedor: realmente la vida

    continuaba despus de morirse.Tambin era extrao que el albedro, o sea la

    capacidad de elegir, de decidir hacer una cosa o laotra, continuase intacta tras la muerte. Tal vezesperaban entrar en algn recorrido por el que fuesentransportados a alguna parte, sin eleccin propia,movidos por alguna fuerza superior que les dijese quehacer o simplemente los llevase. Pero no era ascomo al parecer suceda.

    Romn corri y corri. Cuando estaba noms a dospasos del abismo, brinc alto resortendose con ambas

    piernas espirituales.

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    Era como si no hubiese gravedad.

    Romn volaba! Y le resultaba en extremo fcil.

    Ahora llego, mi amor avis cuando la figura deFiorela haba aumentado bastante de tamao yseguramente poda escucharlo.

    Pero la mujer haca gestos asustados. Cruzabarepetidamente los brazos como gritando que no.

    Romn vio hacia abajo: el cono rojizo seprolongaba muy, muy adentro del planeta o al menoseso pareca. Humeaba un hedor clido, viscoso.

    Cuando ya pasaba casi el centro de aquel tnel,flotando a gran altura, not que perda velocidad. Seerizaron sus cabellos espirituales. El miedo deprecipitarse all dentro cinchaba forzudamente contralas ganas de llegar a la orilla donde esperaba Fioreladesesperada.

    Y ocurri lo peor. Romn crey que le alcanzaba elimpulso para sujetarse y tena razn. Pero cuandoestuvo a centmetros del borde, instintivamente tomel brazo tendido de su mujer.

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    El abismo rojizo los succionaba. La aspiracin de

    aquel hueco era deliberadamente poderosa. Endcimas de segundo Fiorela perdi la estabilidad yambos comenzaron a caer.

    Abrazados, suplicndose perdn mutuamente, sehundan cada vez ms en una oscuridad de fuego.

    El tnel era realmente cnico y ya casi podantocar ambos lados si extendan sus cuerpos abriendolos brazos. Fueron probando distintas posiciones. Alfinal consiguieron friccionar contra las paredesinternas e ir detenindose de a poco.

    Haca mucho calor y lo sufran. Segn parecadentro de ese tnel el espritu recobraba su olvidadasensibilidad.

    Se detuvieron. Fiorela trabando los pies de unlado y la cadera del otro y Romn, un tanto ms abajo,con sus hombros y manos.

    Trepar hasta salir era una empresa impensable.No haba de dnde agarrarse y el viaje ya llevabavarias millas en lnea recta y descendente.

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    Seguir bajando de seguro los llevara al horrible

    infierno. Los llevara all realmente? Todo parecaindicarlo. Slo faltaba un cartel verde de esos que hayen la ruta, indicando el kilometraje restante.

    Romn no quiere seguir cayendo. Fiorela tampoco.Pero tal vez sea lo mejor... Qu harn si no, all

    atragantados camino al supuesto reino del demonio?

    Si prefieres que se suelten y sigan cayendo, pasaa la pgina 23

    Si decides que es mejor esperar, aunque tan slosea para pensar en algo, pasa a la pgina 17

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    Dejarse caer al infierno ola a rendicin. Si acaso

    terminaran all, no sera sin antes luchar.

    Podemos intentar escalar propuso Fiorela.

    La idea no era tan alocada en realidad. Trepar aalgunas montaas del planeta como el Everest o elAconcagua, requera seguramente ms esfuerzo anque el necesario para salir de este hueco. Adems,Romn haba incursionado en la espeleologa cuandojoven y saba bastante sobre cmo moverse en cuevasy cavernas.

    Pero no tenemos con qu engancharnos a las

    paredes se lament el hombre y estn comocubiertas de moco en algunas partes.

    No importa. Subamos! alent la mujer.

    Treparon y treparon. Los dedos sangraban.Varias uas haban sido ya arrancadas sujetndose de

    lo insujetable. Ambos espritus sudaban, o al menoseso pareca.

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    Cuanto ms arriba salan, menos sensaciones de

    cansancio corporal los afectaban. En lugar de sufrircada vez ms sed, sta iba diluyndose. El ardormuscular acalambrante se suavizaba. Aunque difcil yresbalosa, la pared inmensa del remolino era escalable.Y a medida que se alejaban del supuesto infierno, msy ms ganas de llegar afuera tenan.

    Haban pasado como dos o tres eternos dasescalando. La succin caliente no dejaba de sorberlos,pero ya conocan bien algunas maas para evitar caeren ella. Slo era como otra fuerza de gravedad, que sesumaba a la tradicional o mejor dicho, la reemplazaba.

    Mir! se alegr Romn. Hacia arriba,aparecan las primeras luces externas. Aunque tenues,se distinguan claramente por contraste con el entornorojizo que envolva todo por all.

    Gatearon a rastras con ms fuerza todava. La

    cavidad resbalaba demasiado.

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    Faltan diez o quince metros nada ms. Vamos

    carajo! se impuls el hombre. Era increble peroestaban emergiendo casi. Haba sido la decisincorrecta no dejarse caer. Ellos no pertenecan a lahorrorosa y profunda cinaga de espanto que losabsorba con complejo de gravedad.

    Pap! Mam! son desde la superficie.

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    Eran los chicos que se asomaban al precipicio

    intentando ayudar a sus padres. Ramn mantena aRoco con fuerza de la campera y l mismo trataba deacercar su brazo para sujetar a Fiorela.

    Atrs! No se acerquen! grit la madre. Peroal parecer no se escuchaba con claridad desde fuera.

    Quin sabe lo que el joven Ramn oy... Pero locierto es que pareci desesperar. Se estir ms y mssoltando a Roco para no arriesgarla. En un instantecomenz a percibir esa succin abrasadora y,sorprendido, no logr sostenerse.

    Ramn cay al tnel. Sin gritar. Con gestoperplejo.

    Todo result cuestin de segundos. Al mismotiempo que el joven era aspirado, su hermana selanzaba tras l para sostenerlo. El remolino se tragabaa sus dos hijos menores. Romn y Fiorela se soltaron,es ms, saltaron hacia abajo como zambullndose parasocorrerlos...

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    Desde fuera el bho oa gritos deformados, como

    pinceladas de sangre revolviendo la frescura de un leorecin pintado. Poco a poco el gigantesco hoyo fuecerrndose. Ms tarde, esperando abiertos comolamentndose, ocurri lo mismo con los otros dostornados de espritu que seguramente conducan alParaso, o quin sabe dnde.

    El bho vol espantado. Un huemul que hacainstantes llegaba, se alarm por el estruendo causadoal cerrarse los huecos y corri sobre la nievealejndose tambin de all.

    Sus huellas y los pequeos copos expelidos hacia

    atrs desde cada una de ellas, fueron los ltimostestigos del suceso.

    El paisaje era desolador. Un camino bordeado dejacarands pelados, esqueletos de planta temblando defro, llevaba a la casita. Que ahora era escombro

    sobre escombro; tabln y cable quemado; junto al lagoazul y en un blanco desierto de nieve, noche ymontaas.

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    FIN

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    Esperar all estancados, haciendo fuerza en esa

    horrible tuberosidad contra sus paredes lubricadas demucus, sera fatal. Lo ms probable era quesucumbiesen al sueo y resbalen hasta el fondo.

    Si de todas formas iban a caer, preferan hacerloahora, despiertos y con algo de energa, que ms tarde

    extenuados por la espera fatigosa. As que tomados dela mano, se soltaron.

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    Romn avanzaba unos pies ms abajo. En la cara

    traslcida de su espritu palpaba el viento crepitante,cual si brotase a bocanadas del interior de aquelloshornos donde la solidez del acero cede y fluye lquida yrojiza.

    El hueco se angostaba y deban cuidar de no

    golpear contra la estrecha garganta.De pronto, el remolino envolvente se vea como

    recinto de piedra. Un trecho despus, el encierrodesapareci: entraron a una inmensa sala, que segua ysegua hasta donde se mirase.

    Splashhh, splashhh! penetraron hacia dentro deuna especie de laguna tibia.

    El agua no dejaba respirar. Romn nad confuerza para emerger. Cuando estuvo a flote,desesper porque Fiorela no apareca.

    Inspir una enorme bocanada de aqul hedor yvolvi a sumergirse. Todo luca oscuro. La mujer noapareca por ningn lado.

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    Continu saliendo a tomar sorbos de aire y

    sumergindose, buceando a ciegas, esperando al menosgolpear el cuerpo de su esposa, una y otra vez, hastaque ya casi desfalleca.

    Con las ltimas brazadas que soportaban losmsculos de su espritu, Romn consigui flotar hasta

    la orilla y arrastrarse unos pocos codos hasta perderel conocimiento.

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    Despert igualmente cansado.

    Cada grano de arena se mova bajo su piel deespritu. Soy traslcido pens y sin hacer muchoesfuerzo torci el cogote para mirar a travs de subrazo derecho.

    Aquello no pareca arena... Los pequeos cristalesse mantenan algo separados entre s.

    Uhm... aah... Romn dio media vuelta y seacomod en cuclillas para observar el extrao suelo.Los granos de supuesto slice eran como puntas,extremos superiores de lanzas. Mirando desde cerca,

    con la vista casi pegada al piso, se abra un panoramaextrasimo. Entre las lanzas haba vaco, o precipicio.No se trataba de lanzas sino de estalagmitas,altsimas, descomunalmente altas estalagmitas, picosde piedra que emergan de algn lejano lecho rocoso ytodas juntas, muy juntas y alineadas, formaban esa

    especie de superficie arenosa.Pero entonces qu era lo que se mova?

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    Volvi a ver y nada lo haca. Cada punta de

    estalagmita permaneca quietecita all donde estaba.Mas igualmente se perciba movimiento.

    Escudriando con paciencia, apoyando su rostrosobre la superficie, nuestro amigo percibi luces quecada tanto salpicaban los troncos estalagmticos.

    Venan de lo profundo, tal vez de la cueva que tendraque haber debajo.

    Entonces eso no era el infierno? Qu sera?

    Romn record que Fiorela no haba salido a flote,por lo que imagin que tal vez existiese alguna

    corriente submarina que la hubiese succionado ylanzado a otra parte ms baja de la caverna. Consuerte estara ahora respirando y slo algo asustada.

    Estaba bastante cansado pero era momento deinvestigar.

    Si decide volver a sumergirse y buscar la entradaal supuesto y ro subterrneo, pasa a la pgina 28

    Si por el contrario, en vez de sumergirse prefierealejarse de aquella zona caminando y rastrear algnpasadizo para llegar a la probable caverna inferior

    donde puede encontrarse Fiorela, pasa a la pgina 41

    28

    La manera ms rpida de llegar hasta Fiorela era

    siguindola. Romn respir profundamente ese hedorque reinaba dentro de la cueva, al que ya estabaacostumbrndose y salt hacia lo profundo de la lagunaoscura.

    Consigui meterse tanto hacia abajo a fuerza de

    nado, que su cabeza casi explotaba de presin. Volvi aflote y mientras respiraba, razon que como esprituno era lgico que necesitase respirar. Se hundi unapizca para experimentar. Relaj la respiracin bajo elagua, abri la boca y... Por poco se ahoga. Tosiendo,escupiendo lquido desde su espiritual trquea, braceunos cuantos metros hasta volver a la orilla.

    Pero entonces no era espritu? Volvi a mirarsedentro. Se vea transparente, como fantasma depelcula.

    Y los espritus respiran? no entenda bien.

    Tal vez as fuese. Nadie que hubiese conocido cuandoan era de carne y hueso poda aseverar lo contrario,ni los ms expertos profesores de la universidad, nisiquiera los sacerdotes y religiosos. La realidadespiritual que iba de a poco conociendo eraabsolutamente nueva.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Soy como un nio cuando nace pens.

    Mientras estaba sentado con los pies mojados enla ondeante margen del espejo de agua, una de lasluces que recorra lo profundo de las estalagmitas queformaban el suelo all, emergi tmidamente y volvi aocultarse. Pero ese momento de claridad, le permiti

    reconocer una zona distante donde brotaban burbujas.De inmediato se ech al agua y comenz a nadar.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Las burbujas eran grandes, como bocanadas de

    agua helada mezclada con aire que eructaba algncorredor sumergido. Descendi tres o cuatro metros yall estaba, muy suavemente iluminado por algnresplandor, que seguramente llegaba de la misma zonade donde provenan las otras luces. Se trataba de unconducto amplio, horadado en la roca por la madre

    naturaleza. En realidad... no por ella sino por lo que lareemplazara en el mundo de los espritus...

    Romn tena bastante aire y se meti por all.Mientras entraba, oy latidos lentos y metlicos. Unasstole y una distole despus, fue chupado con fuerzay sali despedido hacia la rompiente de una cascadainterna, que comunicaba con otra sala de la imbricadacaverna.

    Resbal con su cuerpo encorvado sobre la espumaque tapizaba el pedregullo y se precipit unos cuantosmetros hasta reventar junto con el resto del caudal,

    contra el charco que reciba la cascada. Por fortunatena cierta profundidad, lo que amortigu el golpe.

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    Romn! grit Fiorela junto a la orilla, donde

    haba estado esperando ansiosa que la cascadaintermitente por la que ella cay, trajese tambin a sumarido.

    Intent subir cuando aparentaba secarse, perono hice a tiempo y un torrente tremendo de agua volvi

    a tirarme le explic a Romn indicndole el ngulosuperior de la cascada, que en ese momento habavuelto a escurrir convirtindose en pura piedra pelada.

    De donde viene esa luz? quiso saber elesposo. Unas franjas anaranjadas recorran sin pararel techo y los lados rocosos.

    Fiorela lo llev hasta una pequea meseta queterminaba abruptamente en un empinado acantilado.Desde all se abra una vista panormica. El fondo detoda aquella zona era curvo, cncavo, como el interiorde una pelota. Desde el centro y hacia los lados,trepaban sin cesar millares de columnas que sejuntaban en lo alto hasta perderse de vista. Eran lasestalagmitas que Romn haba visto cuando estaba enel nivel superior de la caverna.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Y entre las columnas, a los costados y segnpareca tambin por detrs de ellas, viajaba untortuoso canal gneo con lava u otra sustancia similar.Constantemente haba focos de fuego encendindose yextinguindose sobre la cresta de aquel hirvientecaudal. Esas llamaradas generaban la iluminacin de lacueva.

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    Tambin hay gente indic Fiorela bajando lavoz, aunque estaban a enorme distancia de ellos.

    Unos hombrecillos rojos cruzaban de vez encuando persiguindose y gritando.

    Algunos portan palos coment Romn hasta

    hay uno con tridente!Pero entonces... realmente estamos en el

    infierno! el hombre entr en desesperacin. PeroFiorela no responda. Romn volte mientras oa unarisa a sus espaldas. Uno de esos hombrecillos rojos,que meda como dos metros de alto y tena cuernos,sujetaba a Fiorela tapndole la boca y sosteniendo elfilo de un cuchillo contra su cuello.

    Ja, ja, ja. Malvenidos! farfull.

    Romn reflexiona un instante. Vas a matarla?

    le inquiri con enojo. Cmo lo hars si ya estamosmuertos?

    Pasa a la pgina siguiente

    34

    El demonio gesticul una sonrisa burlona y cort el

    cuello espiritual de la mujer. Sobre el suelo de piedrase desplom el cuerpo sin vida ni muerte- y comoquien lanza un pase de ftbol americano, arroj lacabeza hacia el precipicio.

    Romn instintivamente salta y toma la cabeza,

    pero ahora se ve cayendo por los aires clidos deaquella monstruosa cripta.

    Soltame le pide la cabeza.

    Si suelta la cabeza de su esposa, pasa a la pgina35

    Si sigue cayendo con ella, pasa a la pgina 36

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    Fiorela lo peda, as que la suelta.

    Desde arriba del acantilado, ve el cuerpodecapitado protestando con ambos brazos, comoqueriendo gritar pero sin poder hacerlo.

    Plaff! los huesos de Romn espritu, serequiebran contra el pavimento. Queda tirado sobre

    una enorme carretera que conduce, no hacia la casitade ensueo que haba construido en la Tierra, sinohacia una ciudad horrible donde slo vive elsufrimiento y el calor.

    A poca distancia cae la cabeza gritando y

    comienza a rebotar.El hombre se para con dificultad. Trata de

    alcanzarla pero no llega y slo puede patearla.

    Al rato se encuentra haciendo jueguito con lacabeza de su esposa, que salpicaba sangre cuando

    impactaba contra su dolorido y fracturado empeine.Y eso, era slo el comienzo...

    FIN

    36

    No te soltar, mi amor.

    Pero soy slo mi cabeza! Tengo todo el cuerpoarriba! Fiorela, o lo que quedaba de ella, estabadesesperada y confundida.

    Juntos se encontraran muy pronto con el suelo.Romn achin los ojos y guard la desgarrada cabeza

    entre los brazos y su pecho de espritu, protegindoladel golpe...

    Pero no llegaba el impacto. Permaneci as, sinmirar siquiera alrededor, con la esperanza de al menosamortiguar la cada de lo poco que le quedaba de su

    mujer.Cansado de aguantar, abri los ojos y todo en

    derredor haba cambiado. Fiorela trataba dedespertarlo junto a la orilla del agua adonde lo habalanzado la cascada.

    Ests bien? se alegr al notar que su esposotosa y vomitaba un poco de lquido. Casi te ahogas.No cre que intentaras pasar por la cascada. Fue unalocura!

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    Qu pas? pregunta Romn.

    Estbamos en casa, nos peg un rayo, luegomorimos, caste junto conmigo al hoyo del remolinocentral y despus de sumergirnos al agua oscura teperd de vista. Pero ya estamos juntos. Eso es loimportante.

    Y el demonio... el que te... el hombre nota queFiorela est enterita, as que prefiere evitar elrecuerdo que hasta recin lo atormentaba. Noimporta. Mejor tratemos de salir de aqu.

    Hay un tnel hacia la derecha, que sube y sube

    no s hasta dnde lo lleva Fiorela ayudndolo acaminar.

    Se asoman y notan un hermoso fresco en elrostro.

    Salgamos por aqu se apresura Romn. Este

    infierno no me parece nada amistoso.La mujer est de a cuerdo y entran al recoveco.

    Pasa a la pgina siguiente

    38

    Al cabo de una hora, van perdiendo nuevamente

    las sensaciones, ni fro ni calor, ni cansancio, ni sudor,ni nada.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Trepan un poco ms. Un poco ms... Y un destello

    plateado recorre todo el cuerpo de nuestro amigocomo electricidad.

    Abre los ojos y observa a dos paramdicos quehaban estado efectundole resucitacincardiopulmonar y ahora intentaban revivirlo conelectroshock.

    Respira! alert quien sostena los electrodosdel desfribilador.

    Pap, pap! se acerc Roco acongojada y trasella lo hizo Ramn. Ambos abrazaron al padre que

    acababa de volver a la vida.Donde est mam? pregunt Romn, mientras

    se incorporaba.

    Los paramdicos se miraron. Seor... su esposaha fallecido. Una viga cay sobre su cuerpo,

    decapitndolo aclar pausadamente uno de ellos.

    Pasa a la pgina siguiente

    40

    Cuando lo encontramos agreg el otro usted

    sujetaba con fuerza la cabeza entre sus brazos.Parece ser que la descarga del rayo le provoc untetanismo que fue difcil de revertir. Pero la cabezade su esposa... usted disculpe mi expresin selament le salv la vida.

    Tuvimos que estirarlo efectuando palanca con unandamio para poder realizarle RCP continu unDoctor que estaba con ellos, y cuando lo hicimos,notamos que de no ser por el bulto que se interpusoentre sus muslos y su pecho, usted se hubieseatravesado con este cuchillo. Dicho esto le muestrael facn que acostumbraba llevar en la cintura.

    Romn se asusta. Le viene a la mente la imagendel demonio aquel sujetando a Fiorela con el cuchillojunto al cuello. Era el mismo.

    FIN

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    Sera demasiado esfuerzo para ese espritu

    fatigado. Caminar y trepar era una cosa, peroaguantar la respiracin hundido en aquella oscuralaguna subterrnea, era otra muy distinta.

    Con empeo Romn se puso en pie. Para atrs,alejndose de la orilla slo apareca hueco negro, perohacia la derecha, como a cien o doscientos metros, elterreno desapareca.

    Nuestro amigo aceler en esa direccin. Amedida que se acercaba, iba hacindose visible unalomada curva bastante pronunciada.

    En cuatro patas, de a gatas, fue descendiendo conla esperanza de hallar algn pasadizo que condujeradebajo de la laguna. Resultaba muy dificultosoescudriar el lugar sin una linterna. Como en otrascavernas que Romn conoca, reinaba un oscuroabsoluto.

    Romn... con un timbre lejano lleg aquelzumbido a sus odos.

    Pasa a la pgina siguiente

    42

    Tena que ser Fiorela! Fue como recargar las

    pilas. El viento ftido que soplaba, ese hedor calientey casi fecal, ahora ala a rosas. La voz provena de msabajo. Apresur el gateo aunque la pendientedescenda pronunciada.

    Palpando a tientas, logr meterse por la bocaovalada de un corredor por el que apenas caba.Golpeando con los omplatos contra la roca que hacade techo, continu avanzando.

    Hola grit y en seguida reverber un ecoenfrascado, cual si hubiese hablado dentro de una latade arvejas.

    Romn... volvi a escuchar. Por aqu; por aquabajo. Ajo, ajo, ajo... estir el eco.

    El corazn de espritu lata con fuerza. Alma ybobo eran uno. Cada bombeo de sangre repartaenerga hasta por los rincones ms alejados de Romn

    fantasma. Ya voy, mi amor. Seguime hablando aspuedo orientarme. Tarme, tarme, tarme...

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    Fueron como diez minutos. Una arrastrada de

    costado, otra panza al suelo por un pasaje demasiadoestrecho y por fin la cueva se ampliaba y Romn pudobajar y abrazarse con su esposa.

    Eran como dos espectros cristalinos que se unan.

    Pasa a la pgina siguiente

    44

    La caverna sigue hacia abajo adelant

    Fiorela. Tambin hay una zona amplia cubierta poruna esponja blanda y verde, que respira o se muevecomo si respirase. yo no me atrev a tocarla...

    Qu harn?

    Si van a ver qu es esa esponja inmensa que relataFiorela, pasa a la pgina 45

    Si en cambio buscan continuar el descenso, pasa ala nmero 48

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    Hasta que el tubo termin y cayeron en la

    superficie, junto a la casa, uno a cada lado del inmensoremolino rojo, como recordaban de haca tiempo atrs.

    La esponja les haba permitido volver a la mismasituacin original. Esta vez la curiosidad no habamatado al hombre. O eso pensaban...

    Pasa a la pgina 11

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    Haba que estar loco para ir a ver la esponja que

    respiraba. Si acaso se trataba de algn animal dormidocome-espritus, terminaran devorados. Si resultabaser un hongo o algn tipo de planta, tambin existapeligro de que fuese venenosa, o carnvora espiritvora en este caso.

    Y aunque si se encontraban en las cuevas deacceso al temido infierno, lo nico que lograrandescendiendo ms sera meterse de lleno en esetremendo lugar, tambin caba pensar que aquel sitiofuese slo una caverna subterrnea y nada que vertuviese con las catacumbas del maligno.

    De una u otra forma, no encontraban otra solucinque moverse hasta la entrada del pasadizo y bajar.

    Fiorela condujo a su marido tomndolo de la manocon fuerza, temiendo perderlo de nuevo. Latuberosidad rocosa que descenda era amplia ytransitable.

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    Estuvieron escalando hacia abajo durante das.

    Otra vez haban dejado de sentir cansancio. Nonecesitaban ni beber, ni parar para reponerse. Labrisa aunque oscura, era amigable.

    Quiz al tercer o cuarto da de continua trepada,notaron que no bajaban sino que suban. La gravedadtiraba hacia la zona de donde venan.

    A caso estaran atravesando por dentro elplaneta?

    Pasa a la pgina siguiente

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    Treparon y treparon.

    El tiempo se haca eterno. Las horas no pasabanpara los espritus, o al menos eso pareca. Losprimeros atisbos de luz, pese a ser mnimos, fueroncaptados de inmediato por nuestros amigos. Unajornada despus, terminaban de escalar y emerganhacia la arena rojiza por la garganta pedregosa de unasinuosa caverna.

    Dnde estamos? se pregunt Fiorela Acaso es Marte?

    Nada de eso. Los mdanos inmensos, las planicies

    de piedra y yuyos serpenteados por finos hilos de agua,el Sol del tamao que se ve en la Tierra, los canguros...Estaban en Australia.

    Caminando hallaron a otros espritus como ellosque vivan all, en medio del inmenso desierto ocenico,alejados de las costas y la gente no muerta.

    Al parecer an tenan mucho por conocer. Nuevospaisajes e historias por descubrir.

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    Lo que los vivos llaman muerte coment

    Jashir, uno de sus nuevos amigos, no es ms que laforma en que pasamos a este estado espiritual. Yquin sabe cuantas ms muertes o pasajes nos esperan.La existencia sigue; sin absolutos, sin Cielos niinfiernos, aqu en la Tierra al menos por ahora...

    Era diferente. Fiorela y Romn continuabanjuntos. Sus amigos espritus algunos tenan a sus seresqueridos consigo y otros no. Pero ninguno conoca lacueva por la que atravesaron nuestros amigos parallegar all. Todos haban muerto en Australia.

    Tal vez Fiorela y Romn se animasen a regresar.

    Pero eso, eso ser otra historia...

    FIN

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    Un momento. Tal vez parecan muertos. Pero lo

    estaban?Compartan el mismo pensamiento: no darse por

    vencidos.

    Que no se nos escape la vida! rugi Romnenvalentonado por la crudeza de aquella circunstancia.

    Si es que el infortunio los cazara, pelearan muchoantes de caer estofados y masticados por el destino.

    Busqumonos propuso Fiorela y juntoscomenzaron a rastrear bajo las maderas. Era difcil,porque no hallaban forma de moverlas. Romn

    recordaba aquella conocida pelcula Ghost... tal vez sise concentraba, si pona todas sus energas en un solomovimiento, conseguira patear fsicamente algntabln.

    Prob y prob. O era mentira lo que enseaba elfilm, o no estaba concentrndose suficiente.

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    Y si miramos... metindonos entre las tablas?

    se ingeni la mujer.Puede ser. Probemos! la idea entusiasm a

    Romn y empezaron a espiar sin respetar la fronteramaterial de los escombros, sumergindose entre lastablas y fierros.

    Era impresionante. Poda observarse el interiorde piezas slidas con precisin, aunque no tuvieseniluminacin dentro.

    Por ac! grit Fiorela.

    Pasa a la siguiente pgina

    54

    El cuerpo de ella tena el muslo derecho

    traspasado por una varilla metlica. Vesta un pantalntipo bombacha que ahora chorreaba de sangre.

    Romn haba cado cerca, como intentando tomaruna tortafrita del plato que le ofreca su mujer.

    Te dije que comer tanto te iba a matar

    mencion Fiorela y ambos rieron.

    Una viga pesada aprisionaba el torso de Romn de su cuerpo fsico, en realidad, cuyo rostro esgrimacierta mueca de dolor.

    Metmonos ya! impuls el hombre.

    Como zambullndose, aunque lentamente, fueronubicndose donde estaban sus cuerpos.

    Nada suceda...

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    Pasaron los minutos; uno trataba de forzar la

    respiracin, la otra de accionar sus latidos. Peropermanecan all desfallecidos, cual si no lograsenentrar en contacto nuevamente con la realidad fsicade sus organismos.

    Si siguen all esperando, aunque sea hasta quellegue alguien y trate de resucitarlos, pasa a 56

    Si se salen de los cuerpos e intentan volar lo msalto posible, para ver dnde estn los chicos y quiz

    localizar el hospital, pasa a 60

    56

    Ya llevan como dos horas recostados inmviles,

    pero las noticias no son buenas: nieve y viento vuelvena azotar la estancia y sus alrededores. En poco ratosurge otra feroz tormenta.

    Con ese clima, era posible que los chicos pasasenla noche en la escuela. Y Carolina, salvo que llamasepor telfono y se preocupara porque no respondan,seguira en Bariloche, a ms de trescientos kilmetrosde all.

    Pero haba alguien o lguienes que recin llegabana las ruinas de la casita. Se trataba de Froncho y sufamilia, como acostumbraban llamar a los ratones que

    de vez en cuando pasaban y deban perseguir para queno cruzasen el zagun y anidasen dentro.

    No Froncho, Juera bicho! Romn not que unade las lauchas tiraba de sus cordones. Mas no loescuchaban. Aunque intentaba una y otra artimaa, losanimalitos masticaban...

    Y masticaban...

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    Luego llegaron cascarudos, insectos voladores y

    hasta un zorro colorado, que sacudiendo su rubiopelaje alej a la mayora de alimaas del cadver deFiorela. Tironeando forzudamente la quit de debajode los escombros y fue arrastrndola hasta perdersede vista.

    Toda aquella masticacin no les causaba ms queimpresin, pues dolor ninguno sufran.

    Luego lleg otro zorro y un aguilucho que,desafiando a la tormenta, trab combate con elcuadrpedo para quedarse con los trozos principalesde esa grasita que tanto disfrutaban y seguramente

    protegera del fro a sus pichones.Romn se compadeci en esta idea, inmerso en un

    idealismo ecologista mientras sacudan los flecos de sucuerpo muerto de aqu para all.

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    Es tiempo de salir se dijo. Pero no lo lograba.

    Tampoco Fiorela haba emergido de su cadverdestrozado, por donde quiera que ahora estuviese.

    Romn senta que haba sido absorbido por algo...

    Era el cerebro. No, no... El corazn! Tampoco...sin darse cuenta, en trocitos diminutos su existencia

    estaba pasando a unirse con la de sus predadores.

    Era terrible. Tambin el alma se parta enpedazos si uno se quedaba en el cuerpo cuando tecoman.

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    As fue que Romn y Fiorela se hicieron

    completamente parte de la Madre Naturaleza,distribuidos por los confines patagnicos en cuerpo yalma.

    FIN

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    Salgamos de aqu Romn. Ya no pertenecemos a

    nuestros cuerpos. Somos espritu y podemos volar.Hagmoslo!

    Ve t el marido no estaba de acuerdo enabandonarse ah tirado en el piso.

    Pero no se trata de ti quiso convencerlo

    Fiorela; es como la cscara donde vivamos...

    Infantilmente, caprichoso, Romn cerr losprpados hacindose el dormido. Fiorela resignada seelev de su cuerpo y comenz a volar. Ms y ms alto.Altsimo.

    Al parecer la velocidad no era un impedimento.Poda moverse lento, rpido o como quisiese. En talgrado estaba disfrutando esa libertadinconmensurable, que antes de dar un vistazo por elhospital o por los chicos, nuestra amiga decidi llegar ala Luna.

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    Y lo logr en un instante. Increble! Tal como la

    mostraban en la televisin. Gris-blancuzca, pedregosa,crteres, arena, el cielo oscuro del tono espacial.Miles, millones de estrellas.

    Quera visitar Marte, Jpiter, todos los planetas,pero antes habra que buscar a los chicos...

    Extraamente, esa pena profunda que sentadespus de fallecer, esa dolorosa impotencia de nopoder proteger a los seres queridos de la horriblesensacin que los esperaba al encontrarlos allmuertos, hizo lugar a un renovado e inesperadoentusiasmo. No pareca ser tan mala la vida despus

    de la muerte; era fabulosa, descomunal.Est buensimo gritaba mentalmente el espritu

    de Fiorela.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Volvi de inmediato donde Romn.

    Sal de ah y ven conmigo le habl con talmpetu y convencimiento, que el hombre depuso suactitud y tambin se elev. Juntos viajaron hastaQuirich como rayo y encontraron a Ramn y Rococharlando animados con otros compaeros, a resguardoen el saln comedor del colegio.

    No slo vean sus cuerpos fsicos, sino quenotaban luminiscencias azuladas en el interior de losjvenes. Era como estar viendo las almas, la energavital que los animaba.

    Las plantas, los animales, hasta las piedras tenandistintas luminiscencias. Qu maravilla!

    La alegra fue de tal magnitud, que llegaron acoincidir en un pensamiento: van a estar bien. Y seentregaron por completo a recorrer el Universo.

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    Uno de esos das, flotaban admirando el paisaje

    helado en un valle de algn planeta perdido en losconfines de la Va Lctea, cuando se cruzaron conalguien...

    Ustedes! los llam.

    Romn y Fiorela haban adquirido tal tranquilidad

    en su estado, que pese a la sorpresa no se asustaron.Quien los convocaba tena aspecto de panadero

    gigante. Cual las semillas del cardo que vuelanrodeadas de blancos pelitos.

    Cmo es que se atreven a andar por aqu en

    este momento? continu Acaso no saben que losestn buscando desesperadamente?

    Quin nos busca? inquiri Romn.

    La aldea fue su escueta y puntual respuesta.

    Pasa a la pgina siguiente

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    El panadero se proyect en direccin al centro de

    la galaxia y sintieron que deban seguirlo.

    Si lo hacen, pasa a la pgina 65

    Si en vez de ello, huyen hacia el espacio

    intergalctico, donde casi no hay estrellas ni planetas,pasa a la pgina 90

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    Por qu huir? Acaso escapaban de algo?

    Haban hecho algo malo?Nada de eso. El centro de la Va Lctea era

    interesante. Mucha materia amarronada, discosconcntricos girando a enorme velocidad y un sinfn deagujeros negros de todos los tamaos.

    Casi instantneamente arribaron all los tres. Elpanadero aliengena se present: Deben registrarseconmigo; soy responsable por el conteo de individuosen esta zona del mundo; mi denominacin es Dolfin.

    Pero... Dolfin, de qu mundo hablas? Fiorelaestaba confundida.

    Les mostrar pronunci con formalidad y loscondujo raudamente por un corredor integrado decuatro galaxias cercanas e infinidad de espacio vaco,incluyendo algunas nbulas aisladas y otros objetosespaciales que nunca haban imaginado.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Pero por qu nos buscaban desesperadamente

    pregunt Romn una vez acabado el viaje. Segnpareca, el aliengena llamaba mundo a toda esaenorme extensin del espacio.

    Es raro ver a seres de vuestra especie por aquexplic Dolfin. Pero luego de que mis instrumentoslos detectasen seal un complejo tablero con lucesde colores, perillas y botones, aparecieron otros dosindividuos que los seguan y eran tambin... como lesllaman... humanos, eso es, humanos.

    O sea que no pasan humanos por aqu? pregunt Fiorela.

    El panadero gigante extrajo una tira conanotaciones. Digamos que ustedes y sus congneresson los cuatro primeros en doce mil bosh.

    No saban cunto era un bosh, pero haba una ideaque estaba preocupndolos...

    Pasa a la prxima pgina

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    Si nadie acostumbraba andar por all y justo

    cuando ambos mueren los siguen otras dos personas...Quin podra estar interesado en buscarlos? No setratara de Roco y Ramoncito?

    Eran ms jvenes que nosotros? se inquietla ahora temerosa madre.

    Creo que s respondi Dolfin. Pero mitrabajo ya est hecho. Han quedado registrados. Quetengan buen viaje y una feliz estada en Ramullia dijoesto y se retir ocupado con sus anotaciones yvigilando las luces intermitentes del tablero.

    Es una especie de empleado razon Romn envoz alta; pero para quin trabaja?

    Disculpe... comenz a pronunciar Fiorela,cuando de repente un agujero negro descomunal, sehaba acercado lo suficiente a sus espaldas como paraabsorberlos.

    Yuuc! Y adentro!

    Pasa a la prxima pgina

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    La presin los aplast durante unos instantes,

    como si fuesen a ser exprimidos y emergieron hacia unlugar desconocido.

    Pero los chicos! Si los humanos que mencionabaDolfin eran Roco y Ramn, quera decir que estabanmuertos. Esta nueva vida era linda, aunque resultabaenormemente triste que no hubiesen podido disfrutarsuficiente de la anterior...

    Tenemos que volver decidi Romn.

    Pero cmo? Intentamos pasar por el agujeroen direccin contraria? propuso Fiorela coninseguridad.

    Tal vez podan explorar el nuevo sitio de ese ladodel agujero. Si decides hacer eso, pasa a la pgina 71

    Para regresar por el mismo hoyo negro que lostrag, pasa a la pgina 69

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    El hoyo negro se vea brilloso desde ese lado.

    Aunque daba ganas de visitar una realidad diferentecomo la que se abra ahora ante sus ojos, revestamayor urgencia el regreso a la Tierra para comprobarque Ramn y Roco estuviesen a salvo.

    Se podra retornar por un hoyo negro, al menossiendo espritus...?

    Con la idea fija en volver a sus antiguos pagos,Romn y Fiorela se zambulleron en el plateado orificio.

    Pasa a la siguiente pgina

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    Para sorpresa de los dos, emergieron sin demora.

    Era increble, pero estaban flotando por sobre losrestos de la casa destruida por el rayo. Nevaba. Loscadveres fsicos permanecan bajo pilas de madera.

    Romn! grit la mujer.

    El marido dio media vuelta y observ con asombrocmo se abra, a manera de tornado horizontal de luz,un ancho tnel cristalino. Sus paredes rotabanconstantemente y refractaban las imgenes dealrededor, como si estuviesen hechas de agua.

    Pasa a la pgina 8

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    A cada paso haba nuevas realidades. Explorar

    sonaba mejor...Qu distinto se vea aquello! Hacia abajo exista

    suelo, extendindose plano como una superficie demadera, con vetas y nudos. Parece pino pensRomn.

    Sobre sus cabezas llova luz. Millones de gotitasencendidas pero no de fuego, sino slo de luz, hacanlas veces de una gara torrencial, que nunca alcanzabaa mojarlos, ni pegaba contra el piso.

    Caminaron por el bello pramo. Reinaba unaemocionante tranquilidad.

    En el horizonte, de a poco fue hacindose visiblela silueta de algo que asemejaba una ciudad. Loscontornos de su imagen eran brillosos, salpicados por elalbor de aquella llovizna persistente.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Ya que podan volar, decidieron hacerlo y

    acercarse rpido a la urbe espacial. Pero... Novolaban. Habiendo transpuesto el hoyo negro, ya nopodan levantar vuelo. Y sus brazos, el torso... estabanslidos, no traslcidos. All existan nuevamente enforma fsica.

    Corrieron durante minutos. El cansancio segua

    desaparecido o bien haban adquirido un enormeentrenamiento, porque ni Romn ni Fiorelatranspiraban una gota.

    Pronto arribaron a la zona poblada.

    Shalom! salud una hoja de papel crep colorcanela que regaba su jardn.

    Buen da, seor...

    Pit interrumpi el enorme papel conamabilidad. Me parece que son nuevos por aqu

    asintieron con la cabeza mientras Fiorela tomaba a sumarido por la mano con fuerza. Entonces, seanbienvenidos a la Aldea!

    Gracias, gracias repitieron.

    Pasa a la pgina siguiente

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    Permtanme acompaarlos. No me han

    mencionado sus nombres...Fiorela. Romn respondieron escuetos como

    nios de jardn de infantes a su maestra jardinera, elprimer da de clases.

    FOTOPIT

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    74

    Estn en su casa la hoja Pit se acerc y

    haciendo un ademn con sus arrugas invit a seguircamino con l. Por aqu, la mayora de vidas son deespecies grandes como la ma Pit meda unos tresmetros de alto; es la primera vez que conozco aalguien de vuestra especie. De qu universo hanvenido?

    Mmm... an no conocemos muchos universos comenz a explicar Romn. Vivamos en un planetallamado Tierra, que queda en una galaxia a la que losterrcolas llamamos Va Lctea la ilustracin ibabien. El universo donde vivamos, es infinitamentems grande que la Va Lctea. Estuvimos meses

    recorrindola despus de morir, y ni siquiera llegamosa salir de ella.

    Despus de morir? se asombr Pit.Ustedes... estn muertos?

    T no lo ests? se extra Fiorela.

    Claro que no! Tan slo he vivido un centenar debosh desde que llov.

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    Entonces, quiz no estaban en un sitio que era

    ocupado por personas de otros planetas luego demorir...

    Desde nio tem encontrarme con fantasmas Pit se repona de su asombro; pero ustedes parecenamigables; no como narran las historias escritas entantos cuentos de terror.

    No somos fantasmas! se molest Fiorela,como si hubiesen medido exageradamente su edad.

    En realidad... s lo somos, o lo ramos hasta queentramos a la Aldea reflexion el hombredesenroscando su pera en el hueco de la mano.

    Dices que t no naciste, no tienes una madre oalgo parecido? lo escrut Fiorela.

    Madre? Por supuesto! sonri Pit. Todosdebemos nuestra vida a la Madre Luz, que se derrama

    permanentemente sobre la Aldea.Y cmo naces? prosigui su investigacin.

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    Algunas veces, cuando las gotas se juntan

    mucho, pero mucho, llegan a chocar contra la grava yflorece un nuevo individuo. Yo florec en el mismojardn que estaba regando cuando ustedes llegaron.

    Qu es la grava? pregunt Romn.

    Curvando sus arrugas explicativamente, Pit los

    hizo entender que as llamaban al piso que pareca demadera.

    Y por qu regabas la grava donde naciste?

    Primero Pit sonri, como pensando qu preguntatonta, pero entendi que los recin llegados no

    conocan nada por all y se dispuso a aclarar lacuestin: Si uno no riega la grava propia, si no lacuida como el ms preciado tesoro, la grava muere y seforma un hoyo profundo, que puede acabar con laAldea.

    Un agujero negro? inquiri ansiosa Fiorela.Nunca vi uno se disculpa Pit, pero supongo

    que s.

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    Tal vez estaban hablando de cosas diferentes.

    Mientras conversaban, Pit les fue presentando a otroshabitantes de la Aldea. Conocieron al seor Norkan, alos jvenes Gu, Fu y Bet, la seora Kirminitsndilka...todos eran bastante altos. Fu pareca una esfera llenade lquido, Gu y Bet se vean como Pit, hojas de papelcrep. El primero lila y la segunda turquesa. En cuantoa la seora de nombre muy largo, tena aspecto denebulosa. Era como un gas rojizo que no se expanda,mantenindose acumulado y hablando con una vozbastante chillona.

    Hooola! Gusto conocerlos! silbKirminitsndilka. Por fin llegan humanos a la Aldea!

    Usted conoce nuestra especie? ambos sesorprendieron.

    Por supuesto silb otra vez. Conozcomuchas especies. En la Aldea es donde toman formatodas las especies que existen en el Ra. Ya s que no

    conocen nada llamado Ra, ms que un antiguo diosegipcio, creo esa mujer realmente estabainformada. El Ra es el sitio que ocupan los universosprosigui. Yo por ejemplo, soy el prototipo de lanebulosa.

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    Ja, ja, ja la esfera Fu no soport esa

    explicacin y rompi en carcajadas. Pbpppprrrrffff!eyect y un olor fecal reemplaz momentneamenteal hermoso aroma de la Aldea.

    No le prestes atencin aconsej el nio,Kirminitsndilka tiene complejo de nbula espacial.Cree haberlo visto todo.

    Ya vers la dama gaseosa comenz aperseguir al nio esfera, en una especie de simpticojuego, correteando por la grava hasta perderse devista.

    Haceme pie pidi Fiorela a su esposo.Quiero tocar la lluvia luminosa; me parece que si nosestiramos

    Los ayudo Pit se acerc y levant con algo deesfuerzo a Romn, que a su vez sostena a Fiorela.Son pesados los humanos murmur.

    Es ella ri el hombre mientras Fiorelarefunfuaba, pero se estiraba lo ms que poda.

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    Subi tan arriba que la llovizna luminosa le baaba

    el rostro. El organismo de la mujer se encendi desdefuera, resplandeciendo. Pausadamente mientras lasostenan, la claridad lleg hasta su interior.

    Fiorela! grit Romn, pero ya era tarde: conuna sonrisa apenas visible por lo que encandilaba,nuestro amigo presenci como su esposa se haca

    energa y estallaba en un roco amplio, regando la grabapor doquier.

    Iju! festej Pit, ahora nacern seres portodos lados. Fiorela se ha convertido en parte de laMadre de Luz!

    Dnde est mi seora? exigi Romn, que adiferencia del resto de habitantes de la Aldea, semostraba tremendamente ofuscado. Pero todosestaban muy ocupados recibiendo los capullos quesurgan y observando de qu especie nueva era cadauno.

    Romn se sinti slo; perdido en medio de unarealidad que pareca arrancada de un cuento de hadas.Quiero a mi mujer! grit.

    Pasa a la pgina siguiente

    Mas nadie lo escuchaba. Las ondas sonoras se

    perdan a lo ancho de aquella Aldea sin rebotar enningn tmpano.

    Qu hacer ahora?

    Si Romn decide correr de regreso al hoyo negropor el que haban entrado a la Aldea, pasa a la pgina

    84

    Si en cambio le pide a Pit que lo alce para pasar al

    mismo estado de Fiorela suponiendo que ella anexistiese-, pasa a la pgina 81

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    Sbanme! Por favor suplic Romn.

    El hombre hoja de papel crep levant al nio lilade su misma especie; ste hizo lo propio con Bet, quemantena al humano sujeto por las rodillas.

    Gracias! susurr Romn mientras su torso sepona luminoso como el sol y el cuerpo entero le

    estallaba en mil gotitas de radiante felicidad

    Pasa a la pgina siguiente

    Romn ya no exista como tal, pero de alguna

    forma acababa de entrar en una conciencia colectivadel cosmos.

    El pasaje hacia esa conciencia ocurri de maneraque el hombre, en realidad su propia concepcin de smismo, se haca ms y ms grande.

    Al principio not que la Aldea se vea pequea,cual desde el aire, como si viajase en un avin yestuviese viendo por la ventanilla durante un viraje.Pit, Gu, Bet, Kirminitsndilka que continuabapersiguiendo a Fu, cada quien en su tarea ibaperdindose de vista.

    Luego not que la luz, toda esa lluvia energticaque baaba la Aldea, era tibia y llegaba desde afuera.Se segua agrandando. Unas celdillas contenan la zonade la Aldea. Existan muchas otras celdillas contiguas.Y haba cierta esponjosa cubierta verde algo msarriba.

    La luz vena del Sol! Estaba en la Tierra!

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    Romn volvi la vista de su conciencia csmica.

    Segua amplindose. La zona verde era un talloprolongado. Una planta! Un rbol! Haban estadodentro de un rbol!

    Todos aquellos seres y aquella realidad fantsticaque instantes atrs los contena, quedaban dentro deun rbol. Y estaba ralo, sin hojas como en invierno.

    Era un jacarand!

    Ya mucho ms inmenso, Romn pudo ver losescombros de su casa destruida por el rayo y el restode jacarands que bordeaban el caminito nevado.Haba unos policas con Ramn, Carolina y Roco. La

    pequea no paraba de llorar.Estarn bien asever Romn, que an se

    agrandaba, los vea chicos, diminutos, diminutsimos,observaba el planeta, las estrellas, el universo azul

    Romn y Fiorela ya eran cosmos y lo seran para

    siempre.

    FIN

    Aquella realidad alocada de la Aldea y sus

    extraos seres, sumada a la explosin de Fiorela en milgotitas de luz

    La situacin mereca huir de ella. Escapar!

    Exista la posibilidad de que fuera del agujeronegro, Romn se reencontrase con Fiorela. Tal vez no,

    pero de nada serva continuar all. As que corri.Impulsado por toneladas de bronca y tristezatransmutada en energa, Romn corri.

    La ciudad fue quedando atrs. Atravesada aquellaplanicie de grava y ms grava, fue hacindose visible lazona del agujero. Un inmenso playn vertical entreplomizo y vidrioso, amparaba el hueco central, en mediode dos pliegues cnicos que se hundan hasta sucontorno bien marcado.

    Sin dudarlo el nico humano que restaba en lospagos de la Aldea, se proyect en tremendo salto hacia

    el hoyo. Entr. El pasaje resultaba tenso, como si sedesprendiese de un elstico o tela araa. La cabeza yel pecho le dolan. Sufra tremenda descompresin.Pareca que iba a estallar.

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    Pero pronto asom al otro lado y sali de las

    fronteras del agujero negro como propulsado por laflatulencia ms potente de la galaxia.

    La descompresin que quera reventarlo ces deinmediato. Romn se vio a s mismo y era nuevamentetraslcido. No senta nada. Lograba volar sin ningunadificultad.

    Comprendi que dentro del agujero negro lapresin era tal, que permita a los espritus existir enforma fsica; cual si los volviese ms densos. A decirverdad, era slo una teora

    Busc por all y por ac, sin acercarse demasiado aninguno de esos huecos presurizados y oscuros, pero lamujer no apareca. Tampoco pudo volver a ver alpanadero gigante. Cmo es llamaba..? Dolfin o algoas.

    Bueno ya estaba afuera, pero qu hacer ahora,

    sin la compaa de Fiorela, solitario como el llaneroSi Romn decide regresar a la Tierra, pasa a la

    pgina 86

    Si en cambio prefiere convertirse en unexplorador espacial, pasa a 89

    Ir a casa.

    Sin ms que desearlo, el espritu se movidestellante hasta la zona de los hechos, donde tiempoatrs un rayo haba destruido su cabaa de troncos, lehaba arrancado el cario de Fiorela y tantos sueos,como el de jugar con sus nietos y ensearles lossecretos del bosque. Tantas cosas tendra ahora para

    contarles

    Al descender, camin con nostalgia por el senderode jacarands. Era la poca del ao en que todas esasflores acelestadas saban a magia, con un olor a no sequ como como chocolate

    Chocolate? se critic. Los jacarands noolan a cacao

    Pasa a la prxima pgina

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    Romn Romn

    Son las seis de la tarde mi amor abri los ojosy observ a Fiorela, que traa la bandeja contortafritas, un mate cebado y dos tazones dechocolate humeante, para sacar el fro.

    Levantate que los chicos llamaron del colegio.

    No pueden salir por la tormenta. Tenemos que ir abuscarlos con la camioneta.

    Es tormenta elctrica? Romn se incorpor.

    Pasa a la prxima pgina

    Fiorela se encogi de hombros. Merendaron unas

    deliciosas tortafritas y trajeron a casa a Roco quesala de gimnasia. Ramn haba preferido ir a casa deun compaero que viva en el pueblo y justo al otro dafestejaba su cumpleaos.

    Y tal pareca que habra muchos cumpleaos msy tal vez nietos; quien sabe.

    Papi se acerc Roco, maana vayamos a veral cine esa pelcula de agujeros negros que estrenan

    No!!!

    FIN

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    Romn estaba slo y perdido. Qu hara un

    espritu como l, vagando por la Tierra?Ponte en su carne (aunque no tena carne), pero

    ponte en sus zapatos Qu haras? Qu hars?

    Vuelas y vuelas. Dejas la Va Lctea con susflecos blancos arremolinados atrs. Cruzas una y otra

    galaxia. Los paisajes son bellsimos e impensados.

    Pasa a la pgina 96

    No seguirn a ningn panadero gigante, por ms

    aliengena que sea.Sigamos Romn ordena a su mujer, pero sta

    se muestra dubitativa.

    Y si tenemos la obligacin de ir? proponeFiorela.

    No haba obligaciones all. Romn intentaexplicrselo, pero no consigue alejar las dudas de suesposa. Igualmente parten hacia el exterior de lagalaxia

    En medio de la nada, flotando por un pantano

    inmenso vaco de estrellas, planetas y cualquier cosaque no fuese la mera dimensin, cruzan una especie dedisco sonoro.

    Pero el sonido no puede propagarse en el vacopiensan. De todas formas, oan como aleteos dentro.

    Se acercan y miden el tamao de ese objeto.Tena el dimetro de un planeta.

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    Es difcil de entender que all est, y lo vemos,

    pero no tiene ningn color sino sonido repiensaFiorela en voz alta.

    Espera se detiene en hombre. Yo oigo todoel tiempo lo que tu dices, por ms que no haya aireentre nosotros para que las ondas sonoras viajen. Y sise trata de algn tipo de sonido espiritual?

    Con intriga se acercan un poco ms

    Pasa a la pgina siguiente

    La intensidad del aleteo se incrementa (o se ve

    ms fuerte era una mezcla de ambas sensaciones).Mira, tiene un hueco central. Vamos adentro

    se entusiasma Fiorela y sin esperar respuesta vuelahacia la parte interior del gigantesco anillo espacial.

    Romn se detiene por instinto e intenta detener a

    su esposa, pero enseguida la pierde de vista.No ir con ella al disco decide. La esperar aqu

    flotando

    El plantn dura das, meses Hasta que desde laoscuridad aparece el enorme panadero que haban

    conocido explorando un planeta.No se acerque all alerta. Llaman a esos

    aros los desages del universo. Atraen materia haciael crculo central y la devoran transformndola ensonido metafsico. Lo escucha?

    Pero mi esposa est adentro!

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    Lo lamento mucho buen hombre. Si ella se

    acerc demasiado all, ha pasado a ser parte del aleteoque escuchamos.

    No puede ser! Romn se tiraba de los pelosespirituales.

    Lo es. Hace cien mil bosh, este mismo desage

    colaps toda una galaxia explica. Mi trabajoconsiste en mantener bien alimentado el desage quehay en el centro de la Va Lctea. Es similar a ste nos si ha tenido la oportunidad de verlo?

    Romn, compungido por su prdida, casi niresponda ms que con algunas miradas.

    Se debe alimentarlo haciendo girar el discoexterior. Para ello contrato a espritus como el suyo.Trabajan a cambio de secretos para viajar, por losrincones ms remotos del cosmos.

    Romn no quera or ms a ese patn. Tomfuerzas y empez a arrimarse al centro del desage.Pero cuando estaba bastante cerca, el aleteo sonabademasiado intenso y no lograba detenerse.

    Pasa a la pgina siguiente

    Salga de ah, idiota! el panadero se pos sobre

    la superficie del disco y comenz a rodar para hacerlogirar, mientras Romn se resista a ser absorbido.

    La succin fue aminorando cuando el desaguaderoempez a rotar, aunque lo haca muy levemente. Y elhombre pudo alejarse.

    Agradeci con un gesto al panadero y se marchhacia lo profundo del espacio

    Pasa a la pgina siguiente

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    Romn estaba slo y perdido. Qu hara un

    espritu como l, vagando de aqu para all, sin ganas yade vivir su muerte, compungido por el segundo decesode Fiorela?

    Ponte en la piel de Romn; toma su triste lugar.Qu haras t? Qu hars ahora?...

    Si decides volar en una nica direccin, hastaperderte del cosmos, pasa a la pgina 96

    Si en cambio prefieres irte a vivir a algn planetaamigable que encuentres, pasa a la pgina 99

    Vuelas recto. Miles de imgenes pasan cual

    disparos de color. Casi sientes el viento pegandocontra tu rostro (salvando los detalles de que ni hayviento, ni tienes rostro donde pueda impactar).

    Es que no termina ms el Universo?

    Esa duda que de nio te carcoma por las noches,

    volva a jugarte una mala pasada.Era irrespondible? Acaso no existe un sitio

    mayor, un afuera?

    De pronto, despus de horas de no cruzarte conningn conglomerado estelar a mxima velocidad,

    golpeas contra una superficie elstica.Auch! no era que los espritus no sentamos

    nada protestas.

    Vuelves hacia ella y la tocas. Ves hacia arriba yabajo. Contina en todas direcciones.

    Un globo gigante! exclamas. El Universo escomo un globo gigantesco. Lo pinchar!

    Pasa a la pgina siguiente

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    Intentas de una y otra forma, pero no hay caso.

    El globouniverso era irrompible. Pero investigando,notas algo extrao cuando arrimas la cara. Puedesatravesarlo con la cabeza.

    Pasa a la pgina prxima

    Te preparas y metes de lleno tu crneo espiritual.

    Observas una luz blanco griscea.

    Consigues pasar el cuerpo entero y notas queests leyendo estas palabras.

    Has salido del libro y vuelto a ti mismo.

    ...

    Eres t, amigo lector.

    Cmo sigue la historia?

    FIN

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    Vuelas aqu y all. Pero no es de ti, querido lector,

    de quien hablamos o s?Es Romn el que vaco de esperanzas busca

    aplacar su angustia dejndose arrastrar por la inercia.Atraviesa nebulosas repletas de polvo gris. Juegaimaginando formas dibujadas entre los vaporesespesos que continuamente se disgregan y reagrupan.

    Y si se quedase dentro de alguna de estasnbulas, aunque no fuese para siempre?

    Romn busca aferrarse a un trozo grande ymacizo de roca. Repleto de ellos estaba la nebulosa,como si de un campo de asteroides se tratase. As que

    sin mucha dificultad, nuestro amigo halla unosuficientemente grande.

    Tiene el tamao de un campo de ftbol y ningunaforma descriptible en pocas palabras. Su superficie esverde y mineral, cubierta de sustancias humeantes,

    elevaciones abruptas y oquedades profundas.

    Pasa a la pgina siguiente

    El espelelogo que Romn siempre llevaba dentroquiso investigar. Cruz tres vetas amarillentas quesurcaban toda el permetro de acceso a una cuevamediana. A pocos metros, la oscuridad socavaba untnel serpenteante.

    Algo le dejo a Romn que no dudase en seguirlo...

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    Cinco minutos ms adentro, al doblar por un

    recodo abrupto, los odos de Romn captaron algoconocido... Era aqul aleteo fatal... Ese que sin darleoportunidad haba devorado el espritu de su esposa.

    Pero Romn no tendra el mismo fin. Y lo sabaporque aunque sigui avanzando, con premura, negandopara s que buscaba su cuasi-suicidio, nada lo

    succionaba. Y el aleteo vibraba tremendamentefuerte.

    Al rato, emergi por una especie de cmarainterior de la caverna, donde la intensidad delmetasonido resultaba mxima. Observ hacia arriba:haba un hueco redondo del que provena todo aquelbullicio. Objetos diferentes eran escupidos cada tantodesde all.

    E inesperadamente...

    Una pgina ms

    El hoyo se tapon deteniendo los aleteos medio

    segundo, tras lo cual Fiorela sali despedida conviolencia y el ensordecedor murmullo volvi a recobrarsu mximo esplendor.

    Romn! grit nuestra amiga, que no se hallabamuerta dos veces ni nada de eso.

    Ambos espritus se fundieron en un reencontradoabrazo. Saboreaban una emocin colosal, pero noderramaban lgrima alguna.

    Concluyeron que los espritus no podan llorar.Pero sin importarles mucho eso, se alejaron cuanto mspudieron del aleteo constante. Avanzaron por la misma

    caverna sin mirar atrs, metindose dentro delasteroide, aunque no poda ser que esa roca fuese tan,pero tan inmensa...

    El sonido resultaba ya inaudible. Romn no sabasi lo estaba escuchando extremadamente suave u oa

    slo su propio recuerdo.La cueva continuaba...

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    Los nios Rosin aguardaban en el colegio con su

    maestra y otra decena de compaeros.Qu raro que nieve con tormenta elctrica...

    reflexion la Seorita Guadalupe Watson, docentejoven y delgada que imparta las clases de geografa.

    Seo! Juancito, uno de los amigos de Roco, se

    puso en pie e indicaba algo. A lo lejos, un grupo depersonas estaba amontonndose. Parecan ser algunosde los vecinos que integraban el cuerpo de bomberosvoluntarios de Quirich.

    La prolongada sirena aull tres veces. Se tratabade algn percance mayor. Tal vez fuego causado por

    los rayos.

    Qu pasa Juan? pregunt la maestramientras volteaba hacia donde indicaba el muchacho.Mmm... son los bomberos. Esperemos que no hayaocurrido nada grave. Y si as fue agreg la seo,

    seguro ellos se encargarn de solucionarlo.

    Pasa a la pgina siguiente

    Yo quiero ser bombero cuando crezca! puso en

    claro Gool, cuyos padres lo haban nombrado as porqueGool significaba puma en tzneka, el idioma de lostehuelches. Gool se enojaba bastante cuando alguienle llamaba Nahuel, que era la traduccin mapuche. Acausa de tontas leyes, el documento de identidad delnio mostraba el vocablo mapuche y no Gool, porquesegn se haban encargado de aclarar en el juzgado:no pueden usarse nombres que no existan, cuandoexistir simplemente significaba estar escrito en unaestpida y burocrtica hoja de papel.

    Pero vos tens que jugar al ftbol acot Rococon una sonrisa y la mayora de los presentes se rieron.

    Gooooooool! grit Juancito hasta que Gooltambin empez a reir.

    All siguieron charlando y jugando con la SeoritaGuadalupe. Esa nevada, fiera como zumbido de turbinade avin, no amainaba. Tampoco lo hacan los rayos y

    sus graves y crujientes truenos.

    Pasa a la siguiente pgina

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    Toc, toc, toc golpearon la puerta. El jovenRamn, que algo malo presenta, se parelctricamente. Un seor con casco plstico, cubiertodel acostumbrado traje negro y flo antiflama, hizogestos llamando a la maestra, que se acercpreocupada.

    Si prefieres que Ramoncito se acerque al bombero y lepregunte si ha ocurrido algo con sus padres, como

    presenta, pasa a la pgina 108

    Si en cambio, prefieres que Ramoncito espere a que elbombero hable con la maestra de geografa, pasa a la

    pgina 106

    Haba una terrible noticia; era para los chicosRosin. Antes de hablarles, la seorita Watson,acongojada, pidi al bombero que la acompaase hastala Secretara del colegio, desde donde telefone aCarolina Rosin, quien viva temporalmente en unaresidencia de Bariloche cuando daba sus clases deesqu.

    Guadalupe y Carolina haban sido compaeras deestudio en el mismo colegio de Quirich, donde ahoraGuadalupe enseaba.

    Fue muy triste.

    Carolina pudo llegar en seis horas a la escuela.

    Los tres hermanos se abrazaron fuerte. Un dadespus arrib Agustn al aerdromo y se reuni con sufamilia.

    ...

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    El tiempo se encarg de ir sanando las heridas.

    Reconstruyeron la casita tal y como la recordaban.De alguna manera hacindolo, volvan a tener un poquitoms de sus padres, que la haban diseado y construidocon esfuerzo.

    La ltima fotografa de los seis juntos, enmarcada

    en jacarand, presidi durante muchos aos el hall deentrada, donde solan sacudirse los pies de nieve ybarro para no ensuciar adentro.

    La vida continu, el invierno anunciaba a laprimavera, sta al verano y otra vez volva abril, consus hojas amarillas, las rfagas heladas y esas tardes

    de recuerdo, al principio nostlgicas y aos despuspredominantemente alegres. Porque los recuerdoslindos prevalecan, como siempre suceda en aquelhermoso planeta, de agua celeste y continentesmarrn-verdosos, amigo de Knguenkin y Yegenon (elSol y la Luna en tzneka); aquel hermoso planeta

    llamado Tierra.

    FIN

    Fiorela avanzaba delante de Romn.

    Cuando llegaron al cole, acababan de cruzarse enla ruta con el carro de bomberos. Saban hacia dndese diriga aullando ese lamento prolongado y rojo, quelogra poner en alerta hasta al ms veterano delcuartel. Desde la distancia, la casa de los Rosiniluminaba las rfagas de nieve con un resplandor de

    fuego.El bombero golpeaba la puerta e ingresaba al saln

    comedor. Doce alumnos y la profesora de geografaaguardaban dentro.

    Fiorela cruz por la pared ms cercana, haciendo

    uso de su transparencia fsica. Ramoncito se parabade golpe y corra al encuentro del bombero junto con laseorita Watson, hija del ebanista.

    Romn, que en lugar de atravesar la pared prefirimeterse por la puerta, entendi de inmediato lo que

    ocurra y, en un arrebato para evitar el sufrimiento desus hijos, decidi meterse dentro del cuerpo delbombero voluntario.

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    El oficial se tom la cabeza, retirndose el cascoy frunciendo cada msculo facial, como si le doliesehasta la mdula.

    La maestra, flaquita como era, atin a sujetarlo.Cruz ambos brazos bajo su espalda y lentamente leayud a recostarse sobre las baldosas.

    Traigan agua! pidi a sus alumnos. Roco yMargarita OCake, una jovencita de ascendenciairlandesa, rulos cobrizos y tantas pecas que noalcanzaban todos los dedos de todas las manos detodos los habitantes de Quirich para contarlas,corrieron a la pileta del comedor, cargaron dos jarrasy fueron a socorrer al bombero desmayado.

    Pero cuando estaban a unos pasitos noms, elhombre habl con voz gruesa y los ojos semiabiertos:Roco; Romancito...

    Ambos Rosin se miraron. Fiorela, que poda ver

    todo aunque no la viesen a ella, se detuvo. No tenaidea si de alguna forma su esposo estabacomunicndose mediante las cuerdas bocales delbombero.

    Pasa a la pgina siguiente

    Pap y mam los quieren... mucho... dicho esto,la cabeza del oficial cay relajada hacia su derecha.

    Mientras Guadalupe y sus alumnos trataban dedespertarlo, en el plano espiritual Fiorela haca lomismo con Romn, quien se sostena apenas con suspalmas sobre el suelo. Lo que acababa de hacer,meterse en el cuerpo de alguien, resultaba extenuante

    en extremo.Roco y Romn, oyeron luego las cuidadas palabras

    del bombero y rompieron ambos en llanto, abrazados ala maestra.

    Nuestros amigos fantasmas, vieron una luz en lo

    alto, que sonaba fresca y cristalina. Tomados de lamano subieron por ella...

    FIN

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    TERRCOLAS POR AQU

    Hizo caso al anuncio y prosigui su viaje hastaotra sala tambin inmensa. En esta no encontr nuevostneles sino puertas. Todos los cartelitos secomprendan. En el centro, aparecan cuatro accesosalgo ms marcados que el resto, como ubicados demanera que el elector no se equivocase de boleta en el

    cuarto oscuro, al momento de votar, Los ttulos,grandes y bien legibles decan: JUDOS,CRISTIANOS, MAHOMETANOS, BUDISTAS.

    Le llam la atencin tambin otra puerta, de colorclaro aunque pequea como la mayora. sta anunciaba:ATEOS.

    Por donde continuar ahora...?

    Si Romn entra por el acceso para JUDOS, pasa a lapgina 128

    Si lo hace por el acceso para CRISTIANOS, pasa a 116

    Si, toma la entrada para MUSULMANES, pasa a 129

    Si escoge la de BUDISTAS, pasa a la 126

    Y si se atreve a entrar en la de ATEOS, pasa entoncesa la nmero 114

    Por qu le interesaba tanto la pequea puertaclara...?

    Tal vez era la indicada. Y si no lo fuese, nada lecostara regresar y espiar por alguna de las otras.

    Cruz la sala en direccin al cartel de ATEOS yentr.

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    Al otro lado comenzaba la nada. Tumbasilenciosa; ausencia dormida eternamente; vacocarente de s mismo; sin color, ni oscuridad, niluminosidad, ni sonido, ni algo, ni nada.

    De inmediato, en cuanto la puerta se cerrhermtica, Romn dej de existir.

    Slo viva su recuerdo en las mentes humanas quehabitaban Quirich, en la de los chicos Rosin, hasta enla mente de Fiorela que yendo por su pasadizo turquesahaba escogido otra puerta, una de las grades...

    Pero el recuerdo aqul era slo eso: recuerdo,porque careca ya de fundamento fuera del mero

    pasado, escrito exclusivamente entre neuronas.

    Romn no exista y nunca ms lo hara.

    FIN

    Jo, jo, jo un espritu barbudo y sonriente,recibe a Romn.

    Pap Noel? pregunta nuestro amigo con algode temor a equivocarse.

    Jo, jo, jo! el espritu barbudo casi sedestornilla a carcajadas. Soy Pedro, San Pedro como

    me suelen llamar. Nicols vive en el polo Norte, pensque lo sabas...

    Es que... Romn se not escrutado por lasabidura del guardin de las llaves del Paraso. Cmoiba a equivocarse y decirle que era Pap Noel!

    No te preocupes, Romn saba su nombre!,muchos se confunden cuando oyen mi risa barbuda yrechoncha. Adems continu, sabes por qu estsaqu conmigo, no es as?

    Veamos: si acababa de encontrarse con el santoque custodiaba, a manera de portero, el renombradoParaso, tena que ser porque se haba portado bien enla Tierra y con ello ganado el anhelado acceso a la felizeternidad.

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    Para entrar al Paraso? propuso tmidamenteRomn.

    Mmmm... San Pedro murmur esa sucesin deemes y a nuestro amigo recin muerto le temblaron laspatas traslcidas.

    El santo no dijo ms. Retras su banqueta, irgui

    su tambin traslcido aunque panzn cuerpo, levant unpobladsimo llavero, cuyo aro meda diametralmentems o menos treinta centmetros, sac una llavedorada y pesada y la arroj precisa hacia Romn.

    Qu puntera no? Jo, jo, jo... San Pedrovolvi a sentarse y anunci: Escoge...

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    Romn perdi de vista al portero celestial.

    Aparecieron dos portones de robusto Quebracho conidnticas cerraduras.

    Sin duda, una es del Paraso y la otra delPurgatorio reflexion, descartando el temido infierno,al que seguro se iba por aquel remolino rojizo que ya

    haba quedado muy atrs.Por sobre las puertas haba un letrero que

    avisaba: Elija una puerta y entre por la otra.

    A esas alturas y alturas tena muchossignificados vlidos por all no caba desconfiar, as

    que Romn pens un instante y se dijo convencido: Lade la derecha; esa quiero as que tom valenta ypas por la izquierda...

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    L ibi l l t d t l

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    Lo recibi un ngel con alas y todo que tena latnica sucia y se vea algo cansado.

    Buen da, hombre! salud el ngel.Bienvenido al Pulgatorio.

    No se dice Purgatorio, con ere? preguntRomn, mientras notaba el hecho de que si ah estaba

    el Purgatorio o como se llame, la otra puerta, la quel haba elegido, era la que conduca al Paraso...

    Con ele. Se dice con ele. No s por qu todosse confunden el ngel estaba algo quejoso, peroprosigui con su recepcin: ste es el Pulgatorio delimpieza. Aqu nos encargamos de mantener la higiene

    del Paraso, juntar los residuos, limpiar los baos yesas cosas...

    Romn quera salir por donde haba entrado, masno deseaba faltarle el respeto al ngel. Y cuntotiempo hay que estar? consult.

    Eso depende de cada uno...

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    Cl l i Si l p s n s h b p t d

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    PULGATORIO PRINCIPAL b n t l

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    Claro, era lgico. Si la persona se haba portadobastante mal, le corresponderan largos aos comolimpiabao. Pero si, en el extremo opuesto, slo tenaunas pocas macanas que saldar, posiblemente fueranslo unos das. Y qu eran unos das limpiandoinodoros o lo que usasen en el Paraso, comparadoscon toda la eternidad!

    Pero qu estoy pensando! se auto repriminuestro amigo. Adis pronunci ms rpido querelator de radio, volvi a salir y entr por la puerta dela derecha.

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    PULGATORIO PRINCIPAL rezaba un cartelluminoso sobre dos grandes puertas corredizasautomticas. Romn intent volver a salir, pero lapuerta ahora estaba trabada. Bien trabada.

    Resignado, cabizbajo, ingres a la sala derecepcin. Haba cola como de dos cuadras,serpenteando reiteradas veces porque la habitacin

    era amplia pero no infinita.Igual avanzaba rpido. En el techo de estrellas

    haba ventiladores. Sonaba suave un ritmo bastantealegre. Purgatorio con msica funcional pens Romn,que an no se acostumbraba a decirlo con ele.

    Cuando lleg al escritorio haba varios ngelesatendiendo.

    Bienvenido lo salud una seorita de cabellolargo y plateado que tambin tena alas en su espalda.Su estada es de cincuenta y dos aos, tres meses yquince das; un total de diecinueve mil noventa y nuevedas a partir de que cruce por esa puerta bordeaux dijo esto e indic una cortina, como teln de escenario,pero del tamao de una puerta.

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    Todo ese tiempo! se alarm Romn

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    Saba claramente que no haba otra opcin ms

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    Todo ese tiempo! se alarm Romn.

    No es mucho, seor. Es bastante pocorealmente.

    Pero... qu hice para merecer esto?

    La chica ngel presion el botn de una especie demquina registradora que inmediatamente comenz aescupir una larga tira de papel. Sostenga por favorle alcanz a Romn un extremo del rollo y fuepasndoselo mientras sala. Al final terminenroscando como media bobina de papel higinico.

    Que tenga una feliz estada pronunci la

    ngel. Tendr tiempo para leerlo desliz unasonrisa benvolamente cmplice y sin que Romnhiciese esfuerzo por dar paso alguno, not que unacinta transportadora o algo por el estilo lo llevabahasta la cortina.

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    Saba claramente que no haba otra opcin msque cruzar la cortina. Tal vez exista algn Purgatoriode argentinos, como el cuento aquel... recordaba lanarracin de un paisano medio entonao, medio del todo,en una pea de Quirich tiempo atrs, mientras daba elesperado paso.

    Y qued por fin dentro del Pulgatorio Principal.

    Se trataba de una pradera inmensa. Repleta depasto. Haba otras personas esparcidas por la llanura.

    Y qu tiene de malo esto? le pregunt a unoque tena cerca.

    De malo? Nada... Slo las pulgas...Romn mir para abajo y not que los pequeos

    bichitos saltaban por doquier. Es ms: ya le habansubido dos o tres y tena la pantorrilla con variosrosarios de granos colorados.

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    Se rasc Su compaero de pulgatorio estaba

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    Romn tom fuerzas y pas rpido por la puerta

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    Se rasc. Su compaero de pulgatorio estabasentado, entregado al saltimbanqui de las pulguitas. Te acostumbras lo alent. A m slo me quedanunos treinta mil das y luego: Paraso...

    Y cunto llevas en el Pulgatorio? Romn yapronunciaba bien el trmino conociendo la verdaderaetimologa celestial.

    El doble de eso respondi su nuevo amigoJohnny.

    Aunque le picaba, y mucho, Romn se sintiafortunado.

    Y sigui rascndose y rascndose, por dondequiera que iba, durante diecinueve mil noventa y nuevedas.

    Pero no vamos a contar toda esa historia, porquesera muy aburrida...

    FIN

    Romn tom fuerzas y pas rpido por la puertaque deca BUDISTAS.

    Al otro lado se imbricaban luces y sombras.Encontr huecos y cscaras de todos colores y portodas partes.

    Qu ser sta...? un tubito con filetes

    turquesa le llamaba la atencin especialmente y seacerc. Cuando estuvo al lado, la cscara aquella losorbi de repente.

    Tena alas! Y volaba!

    Mir a los lados. Se acerc a un espejo de agua:

    el reflejo de un aguacil, una bella liblula, loobservaba...

    Tom altura para recabar datos ms panormicos.

    Era Quirich!

    Romn vivi los siguientes cinco aos convertidoen aguacil, volando por los mismos pagos desde dondehaba partido hacia la eternidad.

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    Rastre a Fiorela entre las plantas los insectos

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    Romn cruz la puerta dedicada a JUDOS y al

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    Rastre a Fiorela entre las plantas, los insectos,los animales superiores, pero pocos entendan suspalabras y no muchos eran amistosos.

    Devor toneladas de mosquitos.

    Un da, observando a Ramoncito mientras dormaen el departamento que Carolina haba alquilado en

    Bariloche, el chico se asust por el aleteo y de unmanotazo certero, lo aplast.

    Romn perdi gran parte de su