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Una mujer distina Una mujer distina Sandra Paul 3º Serie Multiautor Embarazada del jefe Una mujer distina (17.7.2002) Título Original: The makeover takeover (2001) Serie: 3º Multiautor Embarazada del jefe Editorial: Harlequín Ibérica Sello / Colección: Bianca 1334 Género: Contemporáneo Protagonistas: Rafe Mitchell y Lauren Connor Argumento: Lauren no podía creer que su jefe creyera que estaba embarazada, pero lo que realmente le había molestado era que Rafe parecía aliviado al

dfrt6666666Sandra Paul - Serie Multiautor Embarazada Del Jefe 3 - Una Mujer Distinta (PNM)

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Ttulo de la novela

Sandra Paul Serie Multiautor Embarazada del jefe 3 Una mujer distinta

Una mujer distinaSandra Paul3 Serie Multiautor Embarazada del jefe

Una mujer distina (17.7.2002)

Ttulo Original: The makeover takeover (2001)Serie: 3 Multiautor Embarazada del jefeEditorial: Harlequn IbricaSello / Coleccin: Bianca 1334Gnero: ContemporneoProtagonistas: Rafe Mitchell y Lauren ConnorArgumento:

Lauren no poda creer que su jefe creyera que estaba embarazada, pero lo que realmente le haba molestado era que Rafe pareca aliviado al enterarse de que no era as; era como si pensara que nadie podra quererla lo suficiente como para desear querer tener un hijo con ella.

As que, para superar la ofensa, Lauren decidi hacer todo lo posible para dejar con la boca abierta a su irresistible jefe. En cuanto viera a la nueva Lauren, Rafe no dudara que cualquier hombre se morira por estar con ella.

Captulo 1

VAMOS, Lauren.

No.

Por qu no? Nos sobra tiempo...

No, no nos sobra erguida en el silln, Lauren Connor evit los ojos de su jefe del otro lado de la amplia mesa de roble. Con la vista clavada en el horizonte de Chicago, visible por la ventana ms all de los anchos hombros de l, aadi: El seor Haley podra venir en cualquier momento, y lo ltimo que quiero es que el presidente de la compaa nos sorprenda tonteando.

No llegar hasta dentro de treinta minutos...

Veinte.

Veinte. Es tiempo suficiente Rafe Mitchell estudi la expresin inflexible de su secretaria. Vamos, Lauren, me ayudar a relajarme. La operacin Bartlett me est estresando mucho.

Incapaz de evitarlo, Lauren lo mir a la cara. Los ojos oscuros de l se encontraron con los suyos, y el estmago le dio un vuelco que no tena nada que ver con los nervios que haban estado dominndola toda la maana. Apart la vista de esa mirada intensa, se subi las gafas sobre el puente de la nariz y lo observ, tratando de evaluar la verdad de la afirmacin que acababa de hacer.

La verdad es que no pareca estrenado. Como de costumbre, estaba reclinado en su silln con las piernas extendidas y las manos metidas en los bolsillos de su traje gris a medida. Aunque quiz s sintiera la presin. Nadie mejor que ella saba lo tenso que poda ser trabajar en la empresa contable Kane Haley, S.A., y a Rafe, como vicepresidente de Fusiones y Adquisiciones, se le planteaban suficientes retos.

Por otro lado, nadie mejor que ella saba lo bueno que era Rafe para salirse con la suya. Ni siquiera la expresin absurdamente esperanzada que haba puesto poda ocultar la obstinada determinacin marcada en las lneas de su rostro. Rafe Mitchell era duro, y lo pareca... desde la complexin musculosa y compacta de su cuerpo de un metro ochenta hasta la inteligencia astuta y cnica que brillaba en sus ojos castaos.

Al captar un destello divertido en sus profundidades, Lauren se puso an ms rgida.

Pues a m no me relaja intent que su voz suave sonara firme e implacable. Yo solo termino con un montn de frustracin.

No pasar esta vez... lo prometo afirm l con celeridad.

Ella mir el bloc de notas y volvi a subirse las gafas que se haban deslizado por su nariz. Se concentr en el papel, fingiendo que aada ms cosas a la lista que haba confeccionado.

Incluso te dejar salir.

Le tembl el bolgrafo. Para su propio disgusto, sinti que se ablandaba. Se mordi el labio mientras trataba de no ceder.

Por favor, Laurie... la voz profunda de l se torn persuasivamente ronca.

Los ltimos vestigios de resistencia se desmoronaron. En los tres aos que llevaba trabajando para Rafe, jams haba sido capaz de resistir ese tono entre exigente y suplicante. No supo por qu crea que ese da iba a ser diferente.

Plant el bloc de notas sobre el escritorio.

De acuerdo... t ganas. Jugar una partida... pero solo una! Y por el amor del cielo, que sea rpida.

Rafe se puso de pie de un salto con expresin de triunfo en la cara.

Estupendo! Sintate a mi escritorio. Preparar las cosas.

Lauren fue a ocupar el silln de l. La piel magnfica an retena la calidez del cuerpo de Rafe; suspir cuando el calor la ayud a desterrar los pequeos escalofros de sus extremidades. Ni siquiera el grueso jersey marrn ni la larga falda de lana que llevaba ese da la ayudaban mucho a estar templada.

Cruz los brazos sobre el estmago cuando otro aguijonazo de dolor le tens los msculos. No poda ser la gripe... no en ese momento. Desterr el inquietante pensamiento de que pudiera tratarse de otra cosa, algo ms serio. No tena tiempo para encarar ningn problema personal. Haba demasiado trabajo. La reunin con el seor Haley esa maana, las futuras reuniones que deba arreglar para preparar la adquisicin Bartlett. Los contratos, la decoracin para la fiesta de Navidad... la lista era interminable. Y por encima de todo tratar de manejar a un jefe que insista en perder un tiempo precioso.

Observ a Rafe mientras se alejaba unos dos metros sobre la mullida moqueta para depositar la papelera metlica vaca en ese punto. Luego volvi hacia ella y de un cajn del escritorio sac una pequea canasta anaranjada con red.

Lauren movi la cabeza al ver la satisfaccin en su rostro mientras se pona en cuclillas para acoplarlo al borde de la papelera.

No te cansas nunca de estos juegos tontos?

No respondi sin molestarse en alzar la vista de lo que haca. Me gusta ganar.

Lo ms probable es que termines con una lcera le inform, y el pensamiento le provoc otra oleada de nuseas. Eres demasiado competitivo.

Rafe mir a su secretaria con expresin divertida. Lauren era casi ms competitiva que l, lo que pasaba era que ella no lo saba.

Tampoco muchas ms personas lo descubriran a primera vista. Llevaba puestas unas gafas que siempre se le resbalaban por el puente de la nariz. Los cristales gruesos le daban a sus ojos gris azulados una expresin de leve sorpresa... como un topo pequeo y ansioso que parpadeaba a la luz del sol. Tena una boca corriente, y el rostro delgado y las mejillas plidas estaban enmarcados por un pelo castao y liso.

Era de movimientos precisos y actitud estricta. Hablaba poco de s misma, pero Rafe saba que su padre haba muerto cuando ella tena unos cinco aos. Como resultado de eso, no estaba acostumbrada al estilo de hablar de los hombres, menos an a comprender la manera en que pensaban. Tampoco tena idea del objetivo, las reglas o incluso quines eran las estrellas de los juegos que les encantaban a los hombres. Ni de ftbol, hockey, bisbol... en definitiva, de ningn juego. Rafe haba descubierto ese hecho asombroso a la semana de que empezara a trabajar para l. Le haba mencionado a Michael Jordan y haba quedado completamente aturdido cuando con absoluta sinceridad ella le haba preguntado si Jordan trabajaba en el departamento de correo de la empresa.

En ese mismo instante haba sabido que su nueva secretaria necesitaba ayuda. Necesitaba salir ms, dejar de ser tan seria y tan correcta en todo momento. Relajarse un poco, potenciar su seguridad y aprender a sobrevivir en la gran ciudad. Y por encima de todo, como integrante de su equipo de adquisiciones, necesitaba desarrollar un poco de espritu combativo. Y no haba nada mejor para lograr esos objetivos que un poco de competencia sana.

Acaso la prctica del ftbol y del bisbol no lo haba mantenido lejos de los problemas en el instituto? El boxeo, las prcticas de combate cuerpo a cuerpo, las partidas de pquer toda la noche, no le haban mantenido la mente aguda y una actitud agresiva, por no mencionar la solvencia econmica, durante su servicio con los marines? Por supuesto. Y en cuanto se licenci del ejrcito, su capacidad para jugar bien en el mundo corporativo, para no abandonar un trato hasta no haber conseguido los trminos que buscaba, no haban concluido por ayudarlo a conseguir el trabajo con Kane Haley, S.A.? Desde luego.

Y al ser el gran tipo que era, haba tomado a Lauren bajo su proteccin. Ms o menos cada dos meses la haba introducido en un juego nuevo, para ampliarle la experiencia y ayudarla a adoptar una actitud ms relajada. Haban visto las reglas del hockey, del tenis, del ftbol y del bisbol, pero su juego favorito, de lejos, era el baloncesto con la papelera. Ese s que requera destreza.

No es que Lauren tuviera alguna. Su percepcin de la profundidad era nula y su coordinacin dejaba mucho que desear. No obstante, al ir a recoger la pelota de gomaespuma que guardaba en la maceta de un helecho prximo a la ventana, supo que no poda evitar pensar que deba tener potencial para algo. Era esbelta para su altura de un metro sesenta y cinco aproximadamente y tena piernas bonitas. Era de complexin bastante atltica... hasta que se la pona a prueba.

Le arroj la pelota y movi la cabeza cuando ella alarg los brazos con gesto torpe y fall en recogerla. Pattico... simplemente, pattico.

Pero Rafe saba que su falta de talento no le impeda entregarse al mximo. Lauren siempre era reacia a participar al principio... tena unas ideas anticuadas acerca del comportamiento correcto en el trabajo; pero despus de que Rafe la hubiera instigado, tentado o forzado a participar, su naturaleza competitiva surga con toda intensidad. Odiaba perder, y entraba en cada una de las ridculas competiciones con la fiera determinacin de ganar.

Rafe ocult una leve sonrisa al ver que ya frunca el ceo por la distancia a la que haba puesto el cubo.

No est ms lejos que la ltima vez? pregunt dubitativa, subindose las gafas.

No.

Pero... Rafe! frunci ms el ceo al verlo quitarse la chaqueta. Qu haces? El seor Haley...

Le importa un bledo cmo me vista mientras cumpla con mi trabajo... y lo hago. Siempre enarc las cejas ante la expresin reprobatoria cuando comenz a remangarse la camisa. No esperars que juegue un partido serio con el traje?

Por qu no? Sabes que me ganars con o sin chaqueta.

Ese ltimo comentario fue un susurro, pero Rafe lo oy de todos modos. Igual que la coordinacin, tena un odo excelente. La mir con expresin de reproche.

Eh, no te doy siempre una oportunidad deportiva? ella fue a responder, pero antes de que pudiera hacerlo, aadi: Claro que s. Yo tirar desde el doble de distancia.

Como si eso fuera a importar gru Lauren, pero saba que estaba enganchada. Hizo un movimiento de prctica con la pelota hacia la canasta antes de continuar: Creo que te gusta hacerme jugar porque de esa manera siempre puedes ganar.

Rafe contuvo otra sonrisa. No era tpico de Lauren quejarse tanto. Por lo general participaba en resignado silencio.

Con prudencia mantuvo la boca cerrada, aunque podra haberle dicho que no era ganarle lo que lo haca disfrutar tanto, sino observar la fiera determinacin que ella proyectaba en el juego. Como en ese momento, olvidada por completo la inminente llegada de Kane Haley y abandonada la expresin grave y distante que ltimamente pareca considerar como la apropiada. Le dio unos minutos para que estudiara la distancia que haba hasta la canasta, luego pregunt:

Lista?

Lista asinti.

Alz la pelota. Justo cuando iba a soltarla, l dijo:

Espera!

Lauren estuvo a punto de salir disparada del silln. Jade, los ojos muy abiertos por la alarma, las gafas torcidas sobre su pequea nariz.

Qu? Qu sucede? se enderez las gafas y mir nerviosa hacia la puerta. Viene el seor Haley?

No. Hemos olvidado hacer una apuesta.

No quiero apostar lo mir con ojos entrecerrados. No paro de recordarte que las apuestas son ilegales.

Crees que sera capaz de sugerir algo ilegal? la expresin de ella dijo que s, pero Rafe respondi por Lauren. Claro que no. Solo pensaba en una apuesta sencilla, amistosa... quiz de un pequeo intercambio de servicios.

Qu servicios? an se mostraba suspicaz.

Oh, no s... fingi meditarlo unos instantes. Si ganas t, qu te parece que realice un donativo navideo al refugio de mujeres para el que recaudas fondos? Un donativo generoso no haca falta decirle que el cheque ya estaba hecho y listo para ser entregado, con o sin partida. Eso la incentivara.

Se le encendieron los ojos, pero al instante volvi a mostrarse cauta.

Y si pierdo...

Si pierdes, entonces solo tendrs que hacer unas pequeas compras navideas por m. Elegir algo para algunas de mis amigas.

Qu amigas?

Oh, no s. Quiz Amy. Y Maureen. Y decididamente Nancy.

En ese momento s que mostr su desaprobacin... e indecisin. Rafe necesit un esfuerzo para mantener la seriedad. La semana anterior le haba pedido que eligiera unos regalos para las mujeres con las que sala en ese momento, y ella le haba respondido con una indignada charla sobre lo personal que era hacer regalos y que no le pareca adecuado hacerlos por l. l haba escuchado su argumentacin y le haba dado la razn, pero no tena ni idea de qu regalarle a una mujer y adems odiaba salir de compras.

Sera mucho mejor que Lauren los hiciera por l. Y saba que en realidad no le planteaba mucha eleccin; el refugio de mujeres significaba mucho para ella. Se meta a fondo en cosas de ese estilo. Beneficencia, la iglesia. El nuevo servicio de cuidados infantiles que Maggie Steward, la asistente administrativa de Kane, estaba aadiendo a la corporacin. Cualquier cosa que considerara que mejorara la vida de alguien captaba siempre la atencin de Lauren. Bajo ningn concepto sera capaz de rechazar un posible donativo.

Qu dices? se oblig a preguntarle. Solo tendrs que comprar algo que le guste a una mujer. Todo cargado en mi tarjeta de crdito.

Bien respondi con los pequeos dientes blancos apretados.

Rafe supo que la haba provocado de verdad. Lauren tom un bolgrafo y escribi una lnea en su bloc de notas, e incluso se tom el tiempo de garabatear algo en el margen.

Cuando al fin termin, solt el bolgrafo. Lo mir con ojos centelleantes, luego clav la mirada furiosa en el cubo. Se acomod las gafas, apret la mandbula delicada y se subi las mangas del jersey marrn. Incluso se adelant hasta situarse en el mismo borde del silln, mientras se ajustaba el bajo de la falda marrn a cuadros que se le haba subido unos centmetros por encima de las rodillas.

Volvi a levantar el brazo. Con un movimiento de la mueca, solt la pelota.

El misil anaranjado sali disparado hacia el cubo y cay... a un metro de distancia.

Rafe tuvo ganas de aullar ante la frustracin que vio en su cara. Estaba rgida como un bate de bisbol, con los puos cerrados a los costados. Pero en vez de rerse movi la cabeza en falsa conmiseracin.

Ah, diablos. Es una pena coment con simpata. Recogi la pelota de la moqueta. Veamos si yo consigo mejorarlo.

Duplic la distancia desde la que haba tirado Lauren. Luego, con un movimiento casual, arroj el baln. Cuando se hundi justo por el centro de la canasta asinti satisfecho. Tuvo que reconocer que era bueno. Al mirarla para ver si apreciaba en su justa medida la proeza que acababa de realizar, la sonrisa le desapareci de la cara.

Lauren pareca enferma. La piel plida se le haba puesto macilenta, y mientras la observaba, la vio hacer una mueca y cruzar los brazos sobre el estmago.

Te encuentras bien? le pregunt.

Claro repuso, pero la palabra termin con un pequeo jadeo. Me duele un poco el estmago.

l frunci el ceo al verla juntar ms los brazos.

Qu quieres decir con dolor? quiso saber. Como una apendicitis?

No. En serio... estoy bien.

Hay un virus muy fuerte de la gripe...

No es nada insisti, desterrando su preocupacin con un movimiento de la mano.

Sin embargo, un segundo ms tarde se llev la misma mano a la boca, con los ojos muy abiertos por la alarma. Se levant de un salto, mir en la direccin del cubo, que an segua recubierto por la estpida red, y sali corriendo por la puerta.

Captulo 2

CUANDO unos minutos despus Lauren sali del aseo de seoras, se senta mucho mejor. Se haba refrescado la cara con agua fra, limpiado la boca y estaba segura de que podra terminar el da. Pero entonces vio a Rafe apoyado en la pared con el abrigo negro puesto. Sobre un brazo sostena el abrigo y la bufanda marrones de ella, y en la otra mano el bolso.

Se irgui al verla.

Muy bien, vmonos indic antes de que ella pudiera hablar. Ests enferma y te llevo a casa.

No estoy enferma contradijo, y de forma automtica alarg la mano hacia su bolso.

l se lo entreg y la ayud a ponerse el abrigo. Luego la tom con firmeza del brazo y la gui por el pasillo en direccin a los ascensores.

Rafe... aguarda! Ya estoy mejor le dijo tratando de plantarse.

Me alegra orlo respondi, pero no dej de andar.

Cuando llegaron a los ascensores, sigui sin darle oportunidad de discutir, ya que la introdujo en uno antes de que a Lauren se le ocurriera un modo de convencerlo de que estaba bien.

Las puertas se cerraron y l la mir.

Ests blanca como un fantasma, Lauren soslay las protestas que opuso y le pas la bufanda por el cuello. Te llevo a casa. No quiero que conduzcas.

No hace falta! se baj los bordes de lana de la boca. El seor Haley...

Lo entender. Le dej un mensaje en el que le explicaba que no te sentas bien. Como es viernes, dispondrs de todo el fin de semana para descansar.

Lauren abri la boca para volver a protestar, pero la cerr al mirar la cara de Rafe. El tono sonaba amable, pero la expresin en los ojos le indicaba que hablaba en serio.

Suspir y decidi volver a intentarlo.

Puedo tomar un taxi. O el autobs. O quiz Jay pueda llevarme.

Quin es Jay? la mir con las cejas enarcadas.

Jay Leonardo, me trajo esta maana. Vive al lado de mi casa.

Qu le pasa a tu coche? pregunt mientras el ascensor se detena en la planta catorce. Las puertas se abrieron para dar entrada a otro pasajero.

No estoy segura inform Lauren. Tard en arrancar y Jay se ofreci...

Vaya, hola, Rafe interrumpi una voz sensual.

Lauren alz la vista. De pie ante las puertas abiertas haba una rubia que miraba a Rafe con expresin encantada.

l esboz una sonrisa.

Hola, Nancy salud.

La rubia entr en el ascensor y de inmediato se peg a l. Como una serpiente, decidi Lauren. Con bastante busto.

Cuando las puertas se cerraron, clav la vista al frente. Trataba de evitar mirar en los espejos que los rodeaban. Al final baj la vista a sus uas sin pintar, hasta que no le qued ms remedio que ceder. Mir los reflejos en el espejo y pens que era como si fuera invisible.

Rafe se hallaba a su lado, pero no la miraba. Toda su atencin se centraba en la mujer que tena del otro lado... y la de la rubia estaba clavada exclusivamente en l.

Ninguno de los dos casos la sorprendi. La mujer estaba preciosa en su caro y ceido traje azul. Unos tacones de aspecto frgil exhiban sus diminutos pies y del brazo llevaba una piel. Esbelta, sofisticada, tena por lo menos diez aos ms que los veinticuatro de Lauren e irradiaba la seguridad que sin duda le haban dado esos aos. Y en cuanto a Rafe...

Lauren lo estudi. Le sonri brevemente a la recin llegada y los dientes perfectos le brillaron. Unas arrugas seductoras se formaron en sus enjutas mejillas... Tambin l estaba... bien.

Apart la vista para clavarla en su propia imagen. Con su aburrido abrigo de pao, la bufanda a rayas y los cmodos zapatos bajos, pareca un tocn. Un tocn peludo y marrn.

Qu haces por aqu? le preguntaba Rafe a Nancy.

Tena una cita con mi contable en la planta catorce y pens en pasar por tu despacho para preguntarte si queras que comiramos juntos. Hace un tiempo que no s nada de ti murmur con tono reprobatorio y prpados entornados.

Mal jugado, pens Lauren. Rafe no animaba a sus citas a visitarlo en el despacho. En una ocasin le haba explicado que eso las volva territoriales. Como si fuera la seal, la expresin de sus ojos se enfri. Pero respondi con tono amable:

S. He estado bastante ocupado.

An tienes mi nmero, verdad? insisti la rubia. Le toc levemente el brazo.

Lo tengo en la memoria del telfono le asegur. Lauren trat de convertir el sbito bufido en algo parecido a una tos.

Lo siento se disculp cuando ambos la miraron por el espejo.

Los ojos de Rafe permanecieron sobre ella.

Te presento a mi secretaria anunci de repente, como si acabara de recordar que tambin ella iba en el ascensor. Rode los hombros de Lauren con un brazo y la gir hacia ellos. Creo que has hablado con ella por telfono. Lauren, Nancy. Nancy... Lauren.Lauren extendi educadamente la mano. La rubia la haba estrechado con renuencia cuando Rafe aadi:

Me temo que hoy no voy a poder comer contigo. Me llevo a Lauren a casa. Ha estado enferma... vomitando y todo eso.

Lauren se ruboriz y la otra mujer apart la mano. Nancy dio un paso atrs, mir hacia los lados como si buscara una salida y luego toc el panel de botones.

El ascensor se detuvo en seco.

He de... ah, bajar aqu la rubia esquiv a Lauren. Nos vemos, Rafe. Llmame! dijo antes de desaparecer por el pasillo.

Rafe apret un botn y las puertas volvieron a cerrarse. Lauren mir con ojos centelleantes la expresin de inocencia de l en el espejo.

Te agradecera que no me usaras como repelente de rubias dijo con tono helado.

Crees que hara algo as? pregunt con mirada risuea y voz seria.

S! irritada por su actitud, se volvi hacia los botones. Y tengo mejores cosas que hacer que tontear, as que si no te importa, me gustara regresar a la oficina y...

Le tom la mano antes de que pudiera apretar el botn justo en el momento en que el ascensor volva a detenerse. Las puertas se abrieron en la planta baja. Rafe se aferr a su brazo. La hizo marchar por el vestbulo y por la salida al fro aire de diciembre.

Las bocinas y el trfico rugieron en la calle. Rafe se detuvo un momento para subirle la bufanda alrededor de los odos, y le apart las manos cuando ella trat de detenerlo. Luego, satisfecho con sus esfuerzos para mantenerla abrigada, la tom otra vez del brazo para conducirla hacia el aparcamiento.

A Lauren le resbalaban los pies sobre el pavimento helado. El apretn de Rafe se acentu para equilibrarla.

Deberas haberte puesto botas murmur l.

No me diste la oportunidad! Las tengo debajo de mi escritorio era tpico de Rafe culparla cuando la precipitacin haba sido suya.

Le tom la mano al verla resbalar otra vez y le pas el brazo por la cintura. Casi carg con ella por la acera helada.

Y qu me dices de tus guantes? enarc las cejas y le apret las dedos fros para recalcar la pregunta. Tambin estn en tu escritorio?

Lauren apret los labios. l saba que no era as; aquella maana la haba reprendido por no llevarlos. Decidi no responderle y concentrarse en intentar mantener el equilibrio.

Al llegar al lustroso coche negro, trat de decirle otra vez que poda ir a casa sin su ayuda, pero l no le hizo caso y le abri la puerta para meterla dentro con gentileza y firmeza.Lauren cruz los brazos y observ cmo la ciudad pasaba por delante de la ventanilla. Cuando Rafe meti un CD en el reproductor del coche, lo mir de reojo. Una cancin rock sali de los altavoces, mientras l segua el ritmo con los dedos sobre el volante.

Saba que no tena que indicarle cmo llegar al apartamento. Despus de todo, era Rafe quien se lo haba encontrado. Poco despus de convertirse en su secretaria, haba condenado el primer apartamento de Lauren, sin verlo, por considerar que se hallaba en una zona peligrosa. Luego le haba recomendado el apartamento que ocupaba en ese momento. Rafe haba crecido en la ciudad y conoca Chicago. El alquiler del edificio de estilo victoriano rehabilitado era un poco superior a lo que quera pagar, pero despus de escuchar durante una semana sus historias de terror acerca del barrio donde estaba situado su primer apartamento, termin por aceptar sin rechistar.

Suspir aliviada cuando se detuvieron delante del edificio. l ya podra regresar al trabajo. Antes de abrir la puerta, lo mir.

Te agradezco...

No te muevas orden al apagar el motor. Te acompaar.

La casa haba sido dividida en cuatro apartamentos; el de Lauren era uno de los dos que ocupaban la segunda planta. Mientras suban la escalera exterior que se haba aadido para brindar una entrada independiente, se pregunt si lo haba ordenado antes de salir aquella maana. Consternada, pens que lo ms probable era que estuviera hecho un desastre. No se haba sentido muy bien al levantarse, tampoco la noche anterior.

Se detuvo en el rellano con la llave en la mano, con la esperanza de que Rafe la despidiera all.

Gracias por...

Dmelas interrumpi, quitndole la llave. En menos de cinco segundos abri la puerta y entr detrs de ella.

Lauren inspeccion el apartamento mientras trataba de quitarse el torniquete de la bufanda que Rafe le haba enrollado al cuello. El saln tena un diseo abierto con la cocina. Decidi que no estaba tan mal. Haba dejado un par de puertas de armario abiertas y los platos del desayuno en el fregadero, pero nada importante.

Aliviada, mir a Rafe para tratar de darle otra vez las gracias y lo sorprendi con la vista clavada en la ropa limpia que tena doblada sobre una silla. Justo encima estaba el sujetador de algodn blanco.

Un rubor encendido invadi su rostro. Se dirigi hacia la silla con la intencin de meterlo debajo del resto de ropa. Pero justo cuando lo tomaba, Rafe volvi a hablar.

Dnde est el termostato? pregunt entrando en el saln. En el pasillo, verdad? Calentemos el apartamento.

Desapareci por el pasillo y Lauren lo sigui a la carrera. Lo alcanz frente al termostato situado al lado de la puerta del dormitorio... abierta. Gimi al mirar dentro. La cama estaba deshecha, el camisn de franela sobre las sbanas y la ropa interior en el suelo.

Cerr de golpe para bloquear la visin de Rafe. l no pareci darse cuenta. Ajust el termostato a su satisfaccin y se volvi para regresar al saln. Lauren lo sigui, aliviada de que al fin fuera a marcharse.

Al llegar al diminuto recibidor, logr decir:

Gracias por traerme a casa.

De nada respondi con tono igual de solemne. Quieres ir a la cama?

Ella se qued boquiabierta y lo mir sobresaltada.

No! Quiero decir, s... har justo eso... en cuanto te vayas instintivamente se llev las manos a las mejillas para cubrirse el rubor por haber malinterpretado su pregunta, pero de inmediato las baj al darse cuenta de que en una de ellas an sostena el sujetador. Se lo llev a la espalda y cerr los ojos abochornada. Rafe no iba a parar de burlarse de ella, algo que en circunstancias normales ya le gustaba, y el cielo saba que acababa de darle un montn de municiones. Alz los prpados y lo mir aterrada, a la espera de que comenzara de inmediato.

Pero no lo hizo. Quiz por la aprensin en su cara o porque se apiadara de ella debido a que considerara que tena la gripe.

Fueran cuales fueren sus motivos, simplemente dijo:

Bueno, me marcho, as que ve a meterte en la cama alarg la mano al picaporte y se detuvo. La mir, le alz el mentn y la oblig a mirarlo. Y si todava ests enferma, olvdate de ir al trabajo el lunes. Es una orden, Lauren.

La solt y se fue. Lauren ech el cerrojo y aliviada se hundi contra la puerta; la piel le hormigueaba por el contacto de l.

Rafe an se rea para sus adentros mientras marchaba por el pasillo en direccin a su despacho. Jams haba visto a Lauren tan agitada. Y todo por un sujetador. Es que crea que nunca haba visto uno?

Sin embargo, se olvid del recato de Lauren en cuanto entr en el despacho para descubrir que el presidente de la firma lo esperaba. Kane Haley estaba sentado en el borde del escritorio de Rafe, con los hombros anchos encorvados mientras miraba ceudo un papel que sostena en la mano.

Rafe se quit el abrigo y lo colg detrs de la puerta, luego fue a saludar al otro hombre.

Kane... hace mucho que esperas? No recibiste mi mensaje?

Por eso te esperaba respondi su jefe, incorporndose. Cmo est Lauren?

Lauren? se encogi de hombros, un poco sorprendido por la pregunta. Enferma, como te dije.

Kane baj la vista otra vez al papel y Rafe comprendi que lo que sostena en la mano era el mensaje que l le haba dejado.

Aqu pones indic Kane, que le dola el estmago.

S se pregunt si creera que Lauren haba mentido para irse temprano a casa. No finga, si eso es lo que crees.

No solt el trozo de papel sobre la mesa. Se dirigi hacia la ventana, esquivando la papelera que an segua en el centro de la estancia, y guard silencio largo rato. Luego respir hondo y se volvi para mirar a Rafe a los ojos. Lo que creo aadi despacio, es que Lauren podra estar embarazada.

Captulo 3

EMBARAZADA? lo mir incrdulo. Lauren? Lauren... embarazada?. De dnde has sacado semejante idea?

En tu nota decas que le dola el estmago.

S, y...

Ha estado muy cansada? Fatigada por las maanas? Con cambios en su estado de nimo?

Rafe reflexion y sinti un nudo en el pecho. ltimamente la haba visto ms seria y distrada. Incluso lnguida en ocasiones.

S, pero lo ms probable es que haya pillado la gripe.

Pareca tener algn otro sntoma de gripe? Kane frunci el ceo. Dolor de cabeza? Fiebre?

Rafe record lo fras que haba tenido las manos y la palidez de sus mejillas... antes de ruborizarse furiosamente, desde luego. Al pensar en ello, no haba dado la impresin de mostrar ms sntomas. Podra estar...?

Ridculo. En qu diablos pensaba?

Bajo ningn concepto eso significa que est embarazada exasperado consigo mismo al igual que con Kane por considerar esa idea, solt una risa fugaz. Lauren ni siquiera est saliendo con alguien. Quin se supone que es el padre de ese supuesto nio?

Yo.Toda la conversacin, rara desde el principio, de pronto tuvo sentido para Rafe. Demasiado sentido.

Apret la mandbula. Kane siempre le haba cado bien. Le haba parecido un hombre inteligente y justo para el que trabajar. Y saba que tena una vida social bastante activa. Pero hacer algo as...

Ests diciendo que te has acostado con Lauren? pregunt con cuidado.

Demonios, no! pareci aturdido y luego sinceramente consternado. Jams la he tocado entrecerr los ojos al mirarlo. As que si se te pasa por la cabeza tratar de darme un puetazo, puedes olvidarlo.

Hasta ese momento Rafe no se haba dado cuenta de que haba adoptado una postura de pelea, con las manos cerradas.

Diablos las meti en los bolsillos. Si no te has acostado con ella, entonces, cmo puede tener tu beb?

Quiz no... al menos no estoy seguro... volvi a acercarse a la ventana. La cuestin es que una mujer en esta empresa est embarazada de m. Lo nico que intento es averiguar quin el silencio se extendi. Luego Kane gir y estudi la expresin de Rafe un segundo antes de que una sonrisa apareciera en su boca. Tampoco me mires de esa manera. No estoy loco... todava no ironiz. Volvi a ponerse sombro. Recuerdas a mi amigo Bill Jeffers? El que tena cncer?

Rafe asinti.

Cuando Bill averigu que estaba enfermo continu Kane, decidi ir a la Clnica de Reproduccin Lakeside para realizar un depsito de esperma con el fin de asegurarse de que si el tratamiento de radiacin lo afectaba de forma adversa, an pudiera tener hijos. Yo lo acompa para darle apoyo y un... bueno, donativo supletorio, en caso de que lo necesitara suspir y atraves otra vez la moqueta. Por fortuna, no fue as. De hecho, se encuentra bien y su mujer est embarazada, por lo medios habituales, he de aadir. Esperan al beb para junio.

Me alegro por ellos indic con sinceridad. Pero, eso qu tiene que ver con Lauren?

Nada. O tal vez todo con gesto cansado se pas la mano por el pelo oscuro. Vers, despus de que Bill me llamara para decirme que su esposa estaba embarazada, me puse en contacto con la clnica para que me devolviera mi donativo, por decirlo de alguna manera, pero averig que llegaba demasiado tarde. Parece que la clnica se equivoc... y mi esperma donado ya haba sido empleado por una mujer de esta empresa. Alguien del personal de la clnica vio Kane Haley, S.A., en el impreso del seguro de ella y pens que estaba solicitando mi esperma.

Santo cie...

Exacto convino Kane con tono sombro. Y ahora la clnica se niega a informarme de quin es la mujer, aduciendo el derecho que tiene a mantener la intimidad... sin importarle el derecho que tengo yo a saber quin espera mi beb. De todos modos, he contratado a un abogado para que llegue al fondo del asunto, pero hasta entonces... bueno, para serte sincero, ha sido un infierno. Te has fijado alguna vez en todas las mujeres que trabajan en esta empresa?

Asinti y permaneci en silencio mientras el otro iba de un lado a otro, esquivando la papelera cada vez que pasaba por el centro del despacho.

Siempre que una de las mujeres de la empresa gana peso o se vuelve ms emotiva aadi Kane, o se queja de dolor de estmago... bueno, no puedo evitar preguntarme...

... si es ella finaliz Rafe. Observ la cara demacrada de Kane y movi la cabeza. Una situacin como esa sera dura para cualquiera, pero deba ser especialmente complicada para alguien como Kane, que se tomaba muy en serio sus responsabilidades. Aunque fuera la de un nio que no haba planeado tener. Pero dudaba de que llegara a tener mucho xito en su investigacin. Lo ms probable es que nunca te enteres si ella no lo desea. Y aunque lo averiges, quiz no reciba de buen grado tu injerencia... en particular si est casada.

Y si no lo est? Y si va a intentar criar al beb, mi beb, sola y necesita ayuda? O la necesita el beb? No puedo olvidarlo y fingir que no existe.

Rafe no saba qu decirle a eso, pero poda tranquilizar la mente de su jefe en un punto. Apostara lo que fuera, incluido su Porsche, que su secretaria no era la mujer que esperaba tener su hijo.

No es Lauren solt sin rodeos.

Cmo lo sabes? Kane gir. A menos... lo mir a los ojos. Ests saliendo con ella?

No, claro que no lo sorprendi la pregunta. Es una chica agradable, pero no el tipo de mujer con el que yo me relacionara.

Te muestras muy protector con ella insisti con ciertas dudas.

No lo soy... al menos no en el plano personal se sinti algo irritado. Se pregunt si un hombre no poda mostrarse preocupado por una mujer sin que la gente sacara la impresin equivocada. Al parecer no, ya que Kane segua escptico, por lo que le explic: Es que su madre muri poco despus de que empezara a trabajar aqu... y nunca antes ha vivido sola. Y Lauren es bastante ingenua y dulce. Adems aadi con renovado vigor, por el simple hecho de que ponga objecin a que un hombre mayor y experimentado se aproveche de una mujer sencilla y ms joven no significa... Qu? exigi al ver la sonrisa en la cara de Kane. He dicho algo gracioso?

En absoluto repuso sin molestarse en ocultar su diversin. Pero debes reconocer que viniendo eso de ti...

Qu quieres decir? frunci el ceo. Las mujeres con las que me relaciono saben exactamente a qu atenerse siempre se cercioraba de eso. Bajo ningn concepto quera que surgiera un malentendido.

Si no ests relacionado con Lauren, entonces, cmo puedes estar seguro de que no se encuentra embarazada? pregunt otra vez serio.

Porque Lauren no es el tipo de mujer que intentara hacerlo sola... criar a un beb sin padre respondi con certeza. Diablos, Kane, he trabajado con ella casi a diario en los ltimos tres aos. Es muy tradicional. Si quisiera un beb, primero se casara.

Ests seguro?

Estoy seguro de que no recurrira a un banco de esperma. Creci sin padre. En una ocasin hablamos de lo difcil que puede ser eso para el nio al menos eso haba dicho ella. Al recordar los padrastros de mano dura con los que haba vivido despus de que su propia madre muriera cuando l tena doce aos, Rafe no haba estado tan convencido.

Pero al parecer la firmeza de su tono haba convencido a Kane de que Lauren no era la mujer que andaba buscando.

Entonces organizaremos otra reunin para hablar de la adquisicin indic. Cundo volver tu secretaria?

Con toda probabilidad el lunes. Por lo que he odo, este virus no dura mucho explic adrede, queriendo recalcar que Lauren no era la mujer que buscaba su jefe.

Kane lo estudi con expresin inescrutable.

Ests seguro...?

S.

Con un gesto final de asentimiento, Kane se march del despacho y cerr la puerta a su espalda.

Rafe fue a sentarse detrs de su escritorio. Se reclin en el silln y clav la vista en la puerta cerrada mientras lo embargaba una profunda simpata por Kane... y agradecimiento por no estar en su lugar. Se pregunt qu pensara hacer si alguna vez encontraba a la mujer y descubra que esta necesitaba ayuda. No estara tan loco de casarse con ella.

Desde luego, l no pensaba dejarse atrapar por una bala perdida, como le haba sucedido a Kane. Frunci el ceo al considerar el asunto. Cmo haba podido cometer un error la clnica? Y si alguna mujer se haba enterado de la contribucin hecha por Kane y solicitado su esperma adrede? Despus de todo, Kane era un hombre rico y poderoso, y haca siglos que las mujeres empleaban el embarazo para obligar a los hombres a casarse.

En ese caso, Lauren quedaba completamente descartada. No saba si haba convencido del todo a Kane, pero l no albergaba ninguna duda. La conoca... demonios, la conoca mejor que nadie. Haban hablado bastante con el paso de los aos; aparte de jefe y secretaria, eran buenos amigos. Ella jams hara algo as. No era su estilo perseguir a un hombre. Lauren nunca tratara de obligar a un hombre a casarse.

Apoy los pies sobre el escritorio. Como le haba dicho a Kane, si ni siquiera sala con hombres. Siempre que le haba pedido que se quedara a trabajar hasta tarde, no se haba quejado. Adems, ltimamente haban estado tan ocupados que no dispondra de tiempo para conocer a un hombre aunque lo quisiera.

Frunci el ceo y baj los pies para erguirse otra vez... Al parecer si haba conocido a uno. Ese tal Jay Leonardo, su vecino.

Descart la idea. Que se ofreciera a llevarla al trabajo no significaba que hubiera salido con l. De ser as, seguro que se lo habra mencionado.

Busc algo que hacer, y vio la mesa limpia salvo por el bloc de notas de Lauren. Lo acerc para arrancar una hoja, hacer una bola y lanzar a canasta. Pero cuando gir el cuaderno, comprendi que haba una especie de lista. No era raro, ya que Lauren era aficionada a ellas. En ms de una ocasin la haba visto tachar las cosas que ya haba reunido, con gran satisfaccin en la cara a medida que tachaba.

Con su caligrafa pequea y comprimida, haba escrito: Llevar regalos al albergue de mujeres. Junto a eso haba dibujado cajas de regalos, cada una adornada con un complejo lazo.

Luego iba Comprar adornos para la fiesta de Navidad de la empresa, rodeado de bolas que consider que seran los adornos.

El tercer punto no pareca tener mucho sentido. No olvidar... entrecerr los ojos para intentar descifrar las dos ltimas palabras... sin mucho xito.

El dibujo que tena al lado resultaba igual de confuso, as que baj la vista al punto nmero cuatro. Comprar un regalo especial para Jay. Contempl el rostro sonriente que haba junto a las palabras y su diversin se desvaneci. As que le compraba regalos a ese tipo. Puso cara pensativa. Entonces lo ms probable era que estuviera saliendo con l.

Los ojos se le pusieron como rendijas al leer el ltimo punto, el que haba anotado antes de que se pusieran a jugar al baloncesto. Comprar regalos para las mujeres de Rafe. Qu quiere dar a entender con eso?, pens, irritado por el modo de plasmarlo. No eran sus mujeres... no especficamente, en todo caso. Por quin lo tomaba Lauren? Por una especie de jeque? Quiz le gustara salir al campo a jugar, pero no era tan estpido como para colocar a demasiadas jugadoras en el juego. Las tres mujeres no eran ms que amigas. Al menos hasta ese momento.

Y qu era lo que haba dibujado al lado? A un vaquero con un lazo? Un Pap Noel con un ltigo? Se puso rgido al observar que el Pap Noel tena cuernos. Maldicin, haba dibujado a un diablo, con el rabo enroscado por delante para terminar en un sitio donde no deba haber ningn rabo.

Se ech para atrs un poco aturdido, incapaz de apartar los ojos de la figura ofensiva que haba en el margen. Muy bien, era posible que la hubiera forzado a comprar los regalos para las mujeres, pero eso no lo converta en un Satans. Jams habra credo que Lauren dibujara algo tan grfico.

Volvi a posar la vista en el punto nmero tres. Las dos palabras indescifrables comenzaban con una B y... S! El dibujo que tenan al lado era un bibern. Ya lo tena! No olvidar los biberones de Barbie. Qu...? Segua sin tener sentido.

Estudi las palabras. De pronto el estmago le dio un vuelco, como si la gripe que rondaba por la oficina lo hubiera atacado con toda su fuerza. No pona Barbie, sino... beb. Apret la mandbula al volver a leer la oracin.

No olvidar los biberones de bebs.

A las seis de esa tarde, Lauren se senta mucho mejor. El jarabe espeso que se haba obligado a tragar le haba aliviado el estmago revuelto, y una larga siesta haba obrado milagros en sus nervios.

Incluso al despertar se sinti lo bastante bien como para ordenar el apartamento. Una vez que termin, estuvo largo rato bajo la ducha y luego se puso un chndal cmodo y unas zapatillas para estar en casa.

Sintindose limpia y a gusto, fue a la cocina a prepararse un t, que bebi mientras miraba por la ventana. Estaba anocheciendo y las luces de las casas prximas brillaban a travs de los rboles y la oscuridad.

Se dijo que le gustaba estar sola. Estaba acostumbrada. Incluso de pequea haba sido introvertida... mi pequea soadora, sola llamarla su madre. Siempre se haba sentido ms contenta con sus libros, sus propios pensamientos y sus sueos que con la gente.

Claro est que entonces no haba estado por completo sola; haba tenido a su madre. La mayora de la gente tena al menos algo de familia... padres, hermanos, incluso algunos tos. O a su edad ya estaban casadas. Sharon Davies, de contabilidad, solo era un ao mayor que ella y acababa de casarse con un atractivo viudo. Jennifer Holder tambin era de su edad y tambin se haba casado haca poco y ya tena un hijo. Casi todas las dems mujeres del trabajo tenan novios o amantes. Ella no.

Pero se record que por el hecho de que una persona estuviera sola no significaba que se sintiera sola. Irgui los hombros y recogi la taza. Pens en Rafe. Como ella, haba perdido a sus padres, aunque l a edad mucho ms temprana. Rafe tampoco estaba casado... y le gustaba su soltera. Aunque nadie podra considerarlo un introvertido. Disfrutaba con las mujeres... con muchas mujeres.

Bebi el t, templado y amargo, mientras se preguntaba con quin saldra esa noche. Nunca haba conocido a las otras dos mujeres con las que se vea en la actualidad. Pero, a juzgar por Nancy, y por aquellas con las que haba estado en el pasado, se haca una buena idea de cmo deban ser.

Para empezar, lo ms probable era que fueran mayores que l. Rafe prefera salir con mujeres que estuvieran prximas a sus treinta y dos aos o incluso un poco mayores. Casi con toda seguridad seran ricas y sin ninguna duda hermosas, como Nancy. No bonitas o atractivas, sino deslumbrantes, con el aspecto de mujeres que disponan de tiempo y dinero ilimitados para potenciar su apariencia.

Se pregunt qu se sentira al entrar en una habitacin y que los hombres giraran la cabeza. Suspir y abri el grifo para enjuagar la taza. Ni siquiera poda imaginrselo. Los hombres jams respondan de esa manera con ella. La mayora de los que conoca, la trataba como a una camarada o una hermana pequea. O incluso con una mezcla de ambas cosas, como haca Rafe.

Rafe no era consciente de ella como mujer. No supo cmo haba podido pensar siquiera por un segundo que le peda que se acostaran juntos. Hizo una mueca al recordar el momento de bochorno y cerr el grifo. Se dijo que no tena sentido preocuparse por ello. Estaba convencida de que nada ms regresar a la oficina l ya haba olvidado el incidente.

Y qu si es as?, se pregunt mientras se secaba las manos. Adems, no saba por qu pensaba en l. Inquieta de repente, fue al saln. Apart un oso de peluche que reposaba en el sof, se sent y recogi las agujas de tejer.

Se dio cuenta de que se haba olvidado las gafas en la cocina. Pero poda ver lo suficiente para trabajar. Comenz a tejer, decidida a superar la leve depresin que la asolaba desde haca un tiempo. Decidi que necesitaba dejar de pensar tanto en Rafe y centrar la mente en otras cosas. En cosas que disfrutaba, como leer y tejer. Sonri con irona. Hacerle un jersey a su jefe no era el mejor modo de quitrselo de la cabeza.

A Rafe no le gustaba recibir regalos, en especial nada que considerara demasiado personal. No obstante, Lauren haba decidido tejerle el jersey. El ao pasado le haba hecho una bufanda, y a l le haba parecido bien. Adems, disfrutaba tejiendo y no tena idea de qu otra cosa podra regalarle para la Navidad.

Alz la prenda para juzgar su avance, complacida al notar que solo le quedaban unos centmetros para acabar. Debera tenerlo listo con tiempo de sobra para las fiestas. Rafe no tena que saber que lo haba tejido, que haba dedicado meses a su confeccin. Ni lo cara que haba sido la lana merino de profundo tono chocolate. Hara que creyera que se lo haba comprado y...

El timbre interrumpi sus pensamientos. De inmediato pens que era Jay y dej el punto a un lado. Su vecina haba adquirido la costumbre de pasar por las noches a charlar un rato, y a Lauren le gustaban esas visitas. Hacan que las largas noches de invierno transcurrieran ms deprisa.

Abri con una sonrisa de bienvenida en la cara, que se desvaneci lentamente y a punto estuvo de cerrar otra vez. En el rellano no iluminado haba un hombre. Se lo vea de perfil, con los hombros doblados contra la ventisca mientras miraba algo que tena a su espalda. Durante un momento no lo reconoci.

Pero entonces gir y la luz del saln se proyect sobre los duros ngulos del rostro e ilumin los ojos ntensos.

A Lauren el corazn le dio un vuelco y luego se le aceler. Se pregunt qu haca ah. Pareca... de algn modo amenazador. Pero eso deba ser por la barba de la tarde, que le oscureca las mejillas y el mentn, hacindolo parecer un gngster salido de una vieja pelcula en blanco y negro. Los copos de nieve brillaban sobre su pelo oscuro y en los hombros del abrigo negro.

Por una vez sus ojos oscuros parecan serios... casi enfadados. Desconoca cul poda ser la causa. Habra ido algo mal en el trabajo?

Rafe? dijo insegura.

Captulo 4

S, SOY YO not que pareca sorprendida de verlo. Poda entenderlo. l mismo lo estaba por haber terminado esa noche en su puerta.

Todo el da se haba estado diciendo que no se presentara all... que no iba a hacerle ninguna pregunta. Porque incluso despus de ver esos biberones en su lista, segua sin creer que Lauren fuera la mujer que buscaba Kane. Que adrede haba quedado embarazada de esa manera.

Pero luego se dio cuenta de que quiz no haba sido algo deliberado. Y si algn hombre, como ese tal Jay, se haba aprovechado de ella? Y si haba quedado embarazada accidentalmente?

Cuanto ms pensaba en ello, ms pruebas se acumulaban. Esa maana haba estado enferma... y haba reconocido que se haba sentido mal toda la semana. Tambin se haba mostrado muy ansiosa de no dejarlo entrar en su apartamento. Si prcticamente haba corrido al dormitorio para cerrar la puerta. En su momento lo achac a la vergenza que le produca que l viera su ropa interior desperdigada, pero quiz lo que realmente buscaba era impedirle ver la ropa de otra persona. Como la camisa de un hombre. O los zapatos o pantalones. Pareca una clara posibilidad.

Pero lo que ms lo desconcertaba era la sensacin que haba experimentado ltimamente y que hasta ese da haba atribuido a su imaginacin. La sensacin que Lauren le ocultaba algo. Como si tuviera un secreto que estaba decidida a no compartir.

Se record que no era asunto suyo si Lauren no quera hablarle de su vida personal. Poda ser ms ingenua que las mujeres que l conoca, pero segua siendo una adulta, capaz de tomar sus propias decisiones... aunque fueran estpidas.

Como abrir la puerta sin averiguar quin era. Tampoco era asunto suyo, pero no pudo evitar preguntar:

No crees que primero deberas comprobar quin hay fuera antes de abrir?

Por lo general lo hago se apart un mechn de pelo de la cara. Pero esperaba a alguien.

Supongo que a Jay solt.

Ella asinti. El reconocimiento presto de Lauren le provoc una profunda irritacin. Volvi a repetirse que no era asunto suyo con quin se vea.

Sucede algo? Quieres pasar? lo mir con expresin desconcertada, levemente preocupada. Has venido por algo en especial? aadi.

Pasaba para comprobar cmo te sentas.

El rostro de ella se ilumin con un placer tmido.

Ahora ya estoy bien. Ya no me siento enferma.

Es estupendo se meti las manos en los bolsillos. Me alegra orlo pero no se alegraba nada. Si tena la gripe, todava debera tenerla. Pero un mareo por la maana... Sin querer completar el pensamiento, sac una hoja doblada del bolsillo y la alarg. Tambin quera darte estas notas de la reunin. Pens que te ayudaran a ponerte al da sobre lo que est sucediendo.

Oh. Gracias parte del placer que haba sentido por su visita inesperada se evapor, Claro que no haba ido a verla solo a ella; Rafe era un hombre ocupado. Era lgico que tambin le llevara algo de trabajo. Acept el papel, y cuando l no hizo amago de marcharse, aadi con titubeo: Quieres pasar mientras lo leo?

De acuerdo acept, a pesar de todo lo que haba estado dicindose durante el trayecto hasta la casa de ella. Solo un momento entr en el diminuto recibidor.

Dame tu abrigo.

Mientras se lo quitaba se volvi hacia el saln. No vio nada sospechoso. Agujas de tejer de un jersey que ella haba dejado en un extremo del sof... un jersey de hombre, a juzgar por el tamao.

Lauren dobl el abrigo sobre una silla cercana y junt las manos delante del cuerpo.

Te apetece un t?

T? Rafe odiaba el t.

De acuerdo la sigui a la cocina. Se apoy en la mesa y cruz los brazos mientras inspeccionaba las encimeras en busca de un bibern. Ninguno a la vista. Has descansado? pregunt.

Toda la tarde abri un armario.

l mir para ver si descubra algn bibern y por primera vez not lo que Lauren llevaba puesto. Enarc las cejas sorprendido.

Nunca antes la haba visto vestida con tanta informalidad. El chndal gris que luca estaba gastado y descolorido, pero tambin pareca suave y agradable al tacto. Y apostara cualquier cosa que no llevaba sujetador bajo la holgada parte superior... y la sospecha se confirm cuando ella se estir para bajar un bote de la estantera. El movimiento caus que el material fino se pegara a su pecho, revelando las cumbres pequeas y compactas de los pezones.

Pekoe o camomila?

Eh? alz la vista para mirarla a la cara.

Ella lade la cabeza y movi el bote?

Qu t prefieres?

Ninguno.

Cualquiera.

Sac una bolsita, luego se volvi hacia la cocina para recoger la tetera. El pelo largo se movi con suavidad. Pareca hmedo, como si se hubiera duchado haca poco, y al volver a pasar cerca de l, Rafe not la fragancia viva y jabonosa del champ.

La observ mientras con gesto solemne introduca la bolsita en la taza con agua caliente que acababa de llenar. La piel plida pareca translcida, impecable... como la de un beb. Y la falta de gafas le daba un aspecto ms juvenil. Vulnerable.

Un msculo le vibr en la mandbula. Se pregunt si permanecera vestida de esa manera cuando se presentara ese Jay. Es que no sabe cmo est?

La ropa de ese estilo provocaba ideas de todo tipo en un hombre. Haca que pensara que le sera muy fcil desprenderse de las zapatillas mientras la llevaba a la cama. O en tenerla acurrucada en su regazo y quitarle los pantalones amplios. Diablos, estaban tan flojos que sin duda se caeran sin mucho esfuerzo. Un hombre poda sentirse tentado a deslizar las manos fras por debajo del algodn suave para acariciar la piel clida del estmago liso. O ms arriba an, hasta alcanzar las leves curvas de los senos y excitar los pezones.

Apostara cualquier cosa que ese tal Jay tena pensamientos de ese tipo cada vez que la vea. Volvi a mirarla y apret la mandbula. El muy canalla.

Al ver la desaprobacin en el rostro de Rafe, Lauren se movi incmoda. La tensin emanaba de su alta figura y la pona un poco nerviosa. No saba muy bien qu pasaba... pero una cosa estaba clara, no le gustaba nada cmo iba vestida. La expresin severa de su cara al mirarla de arriba abajo lo dej claro. Probablemente estaba acostumbrado a mujeres que lo reciban con vestidos de noche o vaporosos saltos de cama. O como mnimo con una blusa y unos pantalones elegantes. No en un viejo chndal.

Incmoda, dej el sobre de t a un lado y le pas la taza.

Quiz debera ir a cambiarme...

Ests bien as dijo casi con sequedad al aceptar la taza. Adems, solo voy a quedarme un minuto bebi el lquido verde y ocult una mueca detrs de la taza. De modo que con l crea que deba cambiarse, cuando lo conoca desde haca tres aos. Pero con Jay... No es asunto tuyo, amigo, se record. Dej la taza sobre el plato con cierta estridencia. Adelante, chale un vistazo a las notas pidi. Tengo que irme.

Ella asinti y comenz a abrir el papel que Rafe le haba dado. Observ las pocas lneas all escritas y alz la cara con mirada curiosa.

Aqu no hay mucho.

S, lo s haba tenido suerte de que se le ocurriera lo poco que haba plasmado despus de la reunin con Kane. Intent ofrecerle una explicacin razonable. Pero supuse que querras estar informada... As que registr nuestras notas no tena sentido decirle que se las haba inventado. Luego llegu a la conclusin de que preferiras verlas hoy en vez de esperar hasta el lunes. As que vine... atraves una tormenta... para entregrtelas. Por eso me he presentado en tu casa. El nico motivo... un motivo de trabajo recalc. Y para averiguar cmo te sientes, desde luego aadi al recordar su comentario anterior.

Lauren parpade. Nunca antes haba odo a Rafe divagar de esa manera.

Has bebido?

Claro que no! la mir con ojos centelleantes. No he bebido nada aparte de este... t que me acabas de dar. Por qu me preguntas algo as?

Por nada repuso. Volvi a mirar la hoja. No estoy segura de lo que pone aqu. Tu caligrafa es un poco complicada de leer.

Mira quin habla musit.

Qu has dicho? Lauren alz la cabeza. Rafe permaneci en silencio, ofrecindole su expresin ms escptica. Mi caligrafa es muy legible se defendi.

S, claro convino con tono aburrido.

Lauren lo mir fijamente. Qu le pasa?, se pregunt. Nunca antes se haba quejado de su caligrafa.

Es todo lo que queras darme? inquiri con rigidez.

S. Ser mejor que me vaya ella recogi su abrigo de la silla y se lo entreg. Rafe se lo pas sobre el brazo al aadir: Ah, s. No has olvidado la promesa que le hiciste a Kane de encargarte de decorar la fiesta de Navidad de la empresa, verdad?

No, no lo he olvidado.

l no ha dicho nada, pero estoy seguro de que espera que tambin este ao ayudes como anfitriona.

Ser divertido.

Segua quieto, sin hacer movimiento alguno para marcharse.

Supongo que estars muy ocupada, en especial con ese viaje de negocios que nos aguarda dentro de un par de semanas.

Probablemente lo est.

Espero que ese viaje no interfiera con... tu vida social la inmoviliz con sus ojos intensos.

No lo har le asegur, algo asombrada por el comentario y el tono sarcstico en la voz. Desde cundo a Rafe le importaba su vida social?

Pero al parecer le importaban ms cosas que las que ella sospechaba.

Cmo est Jay? pregunt l de repente.

Bien respondi, desconcertada por el cambio de tema.

No s cmo tienes tiempo para visitar a nadie gru, cuando hemos estado tan ocupados en el trabajo.

La irritacin de Lauren se mitig. Ya lo comprenda. Rafe deba estar comportndose de forma extraa por el agotamiento. Esa maana haba reconocido sentirse un poco estresado. Lo ms probable era que hubiera trabajado demasiado... y sin ella para ayudarlo.

El pensamiento de que la necesitaba la derriti por dentro.

S, hemos estado ocupados convino. Ser mejor que vayas a casa a descansar.

Rafe contempl la ligera sonrisa que curvaba sus labios, la clida luz que irradiaban sus ojos y apret los dientes. Perfecto. Muy Bien. As que no quieres contrmelo... De hecho, lo estaba echando de su casa. Pues lo consider fantstico, ya que l tampoco quera saberlo.

Gir hacia la puerta. No iba a involucrarse; no necesitaba esa complicacin. No era asunto suyo y no le importaba.

Tena la mano en el picaporte cuando su mente se percat de algo... algo que apenas haba percibido por el rabilo del ojo. Gir la cabeza un momento.

Unos ojos vidriosos se encontraron con los suyos. Lo que haba considerado una madeja de lana en realidad era un oso. Un oso de peluche de color marrn, escondido por el jersey que Lauren haba estado tejiendo.

Fue la gota que colm el vaso. Aquello respaldaba las suposiciones de Kane.

Volvi a echar el abrigo sobre la silla y gir para encararla.

Muy bien, Lauren, ser mejor que me lo cuentes todo. S lo que has estado intentado esconder.

Captulo 5

LAUREN lo mir fijamente. Sinti que el color abandonaba sus mejillas.

Lo sabes? un nudo le atenaz el estmago. Cruz los brazos para tratar de mitigar la extraa sensacin.

Rafe baj la mirada a su estmago y endureci la expresin. Asinti con gesto seco.

No me ha costado deducirlo, una vez que dispuse de todos los hechos.

No? un rubor furioso le encendi la cara.

No.

Qu humillacin. Lauren baj la vista con expresin consternada a sus zapatillas, sin saber qu decir y con el intenso deseo de que l se marchara. Pero al parecer Rafe an no haba terminado.

Se dirigi hacia el saln, donde ella haba abandonado el punto. Desde all aadi con un gruido:

En especial despus de ver este maldito...

Jersey, pens Lauren, cerrando los ojos.

Oso!

Abri los ojos... justo a tiempo de ver a Rafe alzar al pobre Teddy y sacudir con movimiento salvaje a la pobre criatura.

Lauren se qued boquiabierta hasta que record cerrar los labios.

Qu haces? pregunt, atnita por su extrao comportamiento. Y eso que tiene que ver con todo lo dems?

Furioso, Rafe tena la vista clavada en Teddy, pero le dedic una mirada a ella mientras deca:

Vamos, Lauren. S para quin es este oso.

Es mo frunci el ceo confusa. Lo compr hace aos.

S? enarc las cejas. Y por qu lo haras?

Porque me gustan, por eso. A todo el mundo le gustan los osos de peluche al parecer a todos menos a Rafe.

Lo sacudi mientras exiga saber:

As que no lo compraste para el beb?

Qu beb?

El tuyo! rugi. El mismo del que hemos estado hablando hizo una pausa... ella pareca completamente pasmada. Tir el oso de vuelta al sof y plant las manos en las caderas, decidido a llegar al fondo de las cosas. Maldita sea, Lauren, ests embarazada o no lo ests?

Por supuesto que no! exclam boquiabierta.

No lo ests?

No. Era eso lo que creas? mostr expresin de alivio. Qu te ha hecho pensar que esperaba un beb?

Esta maana te pusiste mala... y luego te sentiste mejor se pas una mano por el pelo mientras ella lo observaba, evidentemente a la espera de que continuara. Y luego estaba el oso... y... meti la mano en el bolsillo y sac otro papel... y esto!

Le alarg la hoja arrugada. Lauren la acept con cuidado. Pareca haber sido aplastada por el puo de l. La abri y la ley. Las mejillas volvieron a encendrsele al reconocer la lista que haba hecho aquella maana en el despacho de l.

Oh. Lo haba olvidado.

Eso mismo pensaba yo corrobor con sombro triunfo. Seal uno de los puntos con el dedo. Si puedes, me gustara que explicaras esto.

El rostro de Lauren se puso aun ms colorado, pero decidi intentarlo.

Bueno, como sin duda habrs deducido, el diablo te representa a ti. Y dibuj el rabo a tu alrededor hasta la parte delantera porque...

Eso no! le arrebat la hoja. Me refera al punto nmero tres. El de los biberones!

Biberones? Oh... el ceo de desconcierto desapareci al comprenderlo. Son para el refugio de mujeres. El director me pregunt si poda llevar algunos.

Oh.

S, oh repiti ella, mientras el alivio se transformaba en diversin al ver la expresin de l. Eso pareci quitarle fuelle.

Rafe contempl el papel ceudo. Tena sentido la explicacin; tanto que no saba por qu no se le haba ocurrido a l. Intent buscar una excusa para el malentendido.

Si los biberones eran para el albergue, entonces, por qu no los incluiste despus del primer punto?

No lo s se encogi de hombros. Supongo que tena la mente agitada. Pero es evidente que no tanto como la tuya. Por qu algo tan insignificante te hizo pensar que iba a tener un beb?

El tono seco de su voz y la expresin divertida en sus ojos hicieron que Rafe se sintiera como un tonto.

Ese no fue el nico motivo se defendi. Kane fue el que inici todo al decir algo que sonaba como si t... como si l... como si los dos hubierais... call al comprender que quiz a Kane no le gustara que divulgara por toda la empresa su problema con el esperma.

Kane Haley dijo que ramos amantes? volvi a abrir mucho los ojos.

No, claro que no neg Rafe. Eso es ridculo... vio que Lauren se pona rgida. Aunque he de reconocer que por un segundo yo tambin tuve esa idea descabellada movi la cabeza. S que Kane jams tonteara con una de sus empleadas, y adems, t no... call un instante. Bueno, quiero decir que t no eres...

Yo no soy qu? pregunt con los labios apretados.

La, mmm, clase de mujer con la que... l sale.

Lauren se sinti dolida.

De modo que lo que ests diciendo es que Kane Haley jams estara interesado en una mujer como yo repiti, y cada palabra fue como una pualada.

Rafe la mir detenidamente. Se pregunt si acaso buscaba las atenciones de Kane. Por su tono, eso parecia.

Y la idea no le gust nada. Lauren y Kane? Imposible. Ella era demasiado joven para Haley. Intentaba pensar en una forma sutil de preguntarle si estaba interesada en l cuando Lauren se le adelant con una pregunta:

Si llegaste a la conclusin de que Kane Haley no me haba dejado embarazada, entonces, quin se supona que lo haba logrado?

La primera persona que apareci en su mente fue Jay Leonardo, pero mantuvo la boca cerrada. Si Lauren no haba considerado a Leonardo como amante, qu sentido tena darle la idea? No le gustaba el tipo; nunca le haba gustado y nunca le gustara. No importaba que no lo conociera. Tena la sensacin de que Leonardo, igual que Kane, seran inaceptables para Lauren.

Oh, no lo s repuso vagamente, sin querer ahondar en el tema. Los accidentes ocurren. Solo hace falta una noche de descuido y...

Lauren lo mir fijamente. Se pregunt si despus de trabajar con l tres aos no la conoca mejor. No comprenda que jams hara algo as? O lo insultante que era que lo sugiriera? Pero ya no supo si le importaba.

No, era evidente que a Rafe Mitchell no le importaba lo que ella senta.

De modo que crees que soy la clase de mujer que tendra una aventura de una noche?

Rafe se puso alerta ante el tono peligrosamente sereno. La mir a los ojos.

Diablos, no se retract en el acto, asombrado por lo furiosa que pareca ella de repente, cuando Lauren jams se enfadaba. Estaba acostumbrado a provocarla, a hacerla rer despus de crisparla un poco, pero no hasta el punto en que pareciera dispuesta a saltar sobre l. Bajo ningn concepto creo eso. Pero no sabes cmo son los hombres, cmo piensan, y yo s explic en un esfuerzo por aplacarla. Imaginaba que como eres bastante ingenua, y no has tenido muchas citas, algn desaprensivo podra haberse aprovechado de eso.

Era una pena que Lauren no pareciera aplacada. Entrecerr los ojos... como si le apuntara con una escopeta. Una mala seal. Y cruz los brazos.

Comprendo dijo. De manera que crees que el nico motivo por el que un hombre saldra conmigo es el sexo.

No!

Entonces, no soy el tipo de mujer con la que un hombre querra tener una relacin sexual?

Claro que no...

Cmo te atreves!

Quiero decir, s... no. Diablos, ya no s lo que quiero decir se pas una mano por el pelo.

Al menos reconoces que no sabes de qu hablas concluy con voz sedosa y condescendiente.

Rafe no estaba acostumbrado a discutir con Lauren y bajo ningn concepto a ver desdn en sus ojos amables ni a or sarcasmo en su voz suave cuando hablaba con l.

Qu te pasa esta noche? pregunt.

Qu me pasa a m? los ojos le brillaron con dolor y furia. Vienes a mi casa en un da en que he estado enferma, me llamas ingenua y me insultas de diez maneras distintas, metiendo la nariz en asuntos que no son de tu incumbencia, y tienes las agallas de preguntar qu me pasa a m? recogi el abrigo de l y se lo alarg. Creo que deberas marcharte.

Rafe la mir asombrado, como si de pronto una gatita se hubiera convertido en una tigresa.

Pero, Lauren...

Le coloc el abrigo en los brazos y se neg a volver a mirarlo. Abri por completo la puerta, permitiendo que el viento helado entrara en la casa.

Vete!

Con un juramento contenido, Rafe se march.

Captulo 6

LAUREN cerr y ech el cerrojo. Luego fue al saln y se hundi en el sof.

Cruz los brazos y contuvo las lgrimas que le quemaban los ojos, negndose a dejarlas caer. Bajo ningn concepto iba a venirse abajo en es momento. Haba tenido abundante prctica en el control de sus emociones; en los ltimos dos aos se haba convertido en su segunda naturaleza.

Desde que se haba enamorado de Rafe.

Incluso en su momento haba sabido que era una estupidez dejar que sucediera. Rafe no era el tipo de hombre al que haba soado amar algn da. Siempre haba credo que elegira alguien como su padre, un hombre tranquilo, atractivo, en absoluto ambicioso, pero cuya vida haba girado alrededor de su mujer y de su hijita.

Rafe no era excepcionalmente atractivo. Tena un rostro anguloso y la nariz un poco torcida a la altura del puente, de su poca de boxeo con los marines. La boca era demasiado ancha, los labios demasiado finos y los ojos mostraban demasiado a menudo una expresin de cinismo que lo haca parecer mucho mayor que los aos que tena.

Y era ambicioso; implacablemente ambicioso. Las adquisiciones que orquestaba eran despiadadas y rpidas, por lo general concluidas antes de que la otra empresa supiera lo que estaba pasando. Era perfecto para el cargo que desempeaba en Kane Haley, S.A.... pero no el tipo de hombre con el que soar. Lauren haba sido consciente de ello nada ms conocerlo.

Pero entonces Rafe haba aparecido con un rbol para su primera Navidad en la ciudad. Su primera Navidad sola. Lauren haba mirado esos ojos castaos y risueos, haba visto esa sonrisa burlona en la cara mientras entraba en su casa con el rbol, y se haba enamorado por primera vez en la vida.

Y en cuanto comenz a caer por esa pendiente resbaladiza, le fue imposible parar. Y cuando el da acab y l se march, Lauren se haba dicho que solo era su imaginacin creer que se haba llevado su corazn con l. Algo provocado por el da festivo y las emociones. Se haba esforzado en enterrar sus sentimientos en lo ms profundo de su ser, y durante meses logr fingir que solo era su jefe. Un gran tipo con el que trabajar. Un amigo.

Pero ltimamente cada da le resultaba ms duro ocultar sus sentimientos. Senta un nudo en el estmago cuando le dedicaba una sonrisa inesperada o se produca un roce de las manos. No dejaba de preocuparla la posibilidad de delatarse, incluso esa noche lleg a pensar que Rafe haba adivinado su secreto. Menos mal que no haba sido as. Saba que Rafe no estaba interesado en ella de esa manera. Aunque hasta ese momento no haba comprendido que l consideraba que careca de atractivo sexual para cualquier hombre.

Trag saliva y cerr ms los brazos... luego se puso rgida al or que llamaban a la puerta. Sinti un aguijonazo de dolor. No poda volver a enfrentarse a Rafe otra vez esa noche.

Pero un segundo ms tarde oy una voz femenina.

Lauren? Te encuentras bien?

Se sinti aliviada al ver que no era Rafe que volva a atormentarla, sino Jay.

Por lo general le encantaba que su vecina la visitara. La haba conocido en el albergue de mujeres, donde Jay, que era cosmetloga, demostraba tcnicas de maquillaje para ayudar a las mujeres a preparar entrevistas de trabajo. Rpidamente se haban hecho amigas, tanto que cuando el apartamento de al lado se qued vaco un mes atrs, se lo haba dicho a Jay, quien de inmediato lo haba alquilado.

Aunque el enfoque estrafalario de Jay hacia la vida siempre resultaba divertido, esa noche Lauren no tena ganas de diversin. Pero al or que volva a llamarla con creciente preocupacin, supo que no poda ignorarla. Con un suspiro fue a abrir la puerta.

Jay la mir, la apart con suavidad y entr. El largo cabello negro caa por su espalda como una capa.

Lauren fue a sentarse en el sof y le indic a Jay que hiciera lo mismo.

Muy bien, qu pasa aqu? Quin era ese hombre y por qu te ha hecho llorar? exigi Jay.

No estoy llorando se trag el nudo en la garganta. Era mi jefe... Rafe.

Te ha despedido? hurg en el bolso y sac un paquete de pauelos de papel.

No, por supuesto...

Se te ha insinuado entonces? interrumpi. Sin esperar una respuesta, aadi con tono ms sombro. Saba que terminara por hacerlo algn da.

Lauren acept el pauelo que Jay le extendi.

No solt una risa breve y amarga. De hecho, no podras estar ms equivocada. En todo caso, hizo lo contrario.

Las cejas perfectas de Jay se elevaron.

Se neg a acostarse contigo?

S... bueno, no Lauren se limpi la nariz. Es decir, el tema no surgi... pero de haber salido, lo habra hecho.

Entonces, para qu vino?

Porque crea que estaba embarazada.

Jay se qued boquiabierta.

De su beb?

No! Claro que no.

Crea que era de otro?

Oh, por el amor del cielo, no estoy embarazada indic exasperada. Simplemente cree que soy ingenua y que no s nada sobre los hombres y que habra podido pasar algo. Sonaba como si... como si el nico motivo que tendra un hombre para salir conmigo fuera que estuviera desesperado por tener sexo. Muy desesperado.

Jay no tuvo ningn problema en descifrar el objetivo del comentario confuso.

El muy imbcil!

Oh, no tena intencin de herirme reconoci Lauren. Rafe no es as. De hecho, estoy convencida de que siente un cierto... afecto por m. Siempre bromea conmigo, como lo hara con una hermana menor. Soy yo quien se ha engaado a s misma creyendo que alguna vez me considerara de otra manera.

Y por qu no iba a hacerlo? Eres una mujer maravillosa.

Lauren apret la mano de su amiga, pero movi la cabeza con sonrisa melanclica.

Desde luego, no puedo competir con las mujeres con las que suele salir. Son deslumbrantes... adems de sofisticadas. Sin contar con que todas tienen cuerpos de modelo de Victorias Secret.

Pechos grandes, eh? solt Jay sin ambages. Olvid el comentario de Lauren y formul la pregunta que ms le interesaba. A qu te refieres con mujeres, en plural? Qu es ese tipo? Una especie de vividor?

No. No exactamente. Al menos... s que es honesto con las mujeres con las que sale. Les expone que no cree en el amor.

Pero apuesto que todas creen que ellas sern las que lo hagan cambiar de idea coment Jay con astucia.

Probablemente acord con desnimo. Cmo iba a dudarlo? Acaso no haba albergado la misma esperanza? Cuando Rafe ni siquiera sala con ella.

Es un vividor, desde luego afirmaba Jay convencida. Y lo bastante inteligente como para saber que en la cantidad hay seguridad. Bueno, ser mejor que lo olvides. No se merece a una mujer como t.

No acord desolada. Se merece a una mujer sofisticada y hermosa. El tipo de mujer con quien le gusta salir.

Lauren Connor, para de inmediato reprendi Jay con ojos centelleantes. T eres hermosa...

Oh, claro...

S, lo eres. Pero hasta que no consigas que lo crea una persona, nadie ms lo har.

Volvi a limpiarse la nariz y reflexion en las palabras de su amiga.

Te refieres a Rafe? pregunt titubeante, mirndola por encima del borde del pauelo.

Santo cielo, no. No te acabo de decir que olvidaras a ese hombre? Me refiero a ti!

Yo? Si no soy hermosa no quera enfadar a Jay, pero en ese punto tenan que enfrentarse a la realidad. Aunque su amiga pareca reacia a eso.

Oh? demand. Qu te hace decir eso?

Que soy tan... corriente.

Jay la mir desesperada.

Entonces deja de ponerte ropa que parece un charco de barro. Cmprate algo con color, que resalte tu maravilloso tono de piel. Y prendas ms ceidas que revelen tu figura. La mayora de mujeres morira por tener tu esbeltez.

Pero no mi complexin.

Oh, por favor puso los ojos en blanco. Solo porque tus pechos no sean enormes...

Esa es una subestimacin de la realidad.

... no significa que tengas una mala figura. Tus piernas son largas y torneadas, tu cintura es estrecha y tienes el estmago liso. Eres perfecta estudi la cara de Lauren. No lo ves? El modo en que te consideras afecta cmo te vistes, piensas y reaccionas con otras personas... y cmo estas reaccionan contigo. No deberas querer ser otra persona... ni siquiera el tipo de mujer que crees que podra desear algn hombre. Debes ser el tipo de mujer que t quieres ser.

Lauren saba todo eso. Era la misma exposicin que le haba odo a Jay en el albergue infinidad de veces. Pero jams la haba aplicada a s misma... ni siquiera haba pensado en ello.

Soy el tipo de mujer que quiero ser protest.

Lo eres? pregunt su amiga. No creo que te tengas en mucha estima. Te gusta el gris? pregunt clavando la vista en el chndal de Lauren.

No especialmente...

,Y llevar el pelo largo?

Lauren se toc los mechones que caan sobre sus hombros.

No en particular. Lo que pasa es que es ms sencillo...

Olvida eso. Te gusta el aspecto que tiene?

No respondi... y comprendi que haca siglos que estaba cansada del estilo de su pelo. Creo que quedara mejor corto. Pero siempre estoy tan ocupada. Con el trabajo, ayudando en el refugio y... call.

Y sentada en casa soando con ese Rafe la voz de Jay fue severa, pero en sus ojos brillaba la gentileza. Debes parar, Lauren. Si no, algn da l va a descubrir lo que sientes. Y entonces quiz termines siendo una de las mujeres de Rafe. De verdad quieres eso?

No, no quera eso. A pesar de lo mucho que le dola en ese momento, saba que pertenecer a Rafe para que luego la dejara, le dolera mil veces ms.

Entonces, cmo lucho contra ello?

Debes dejar de centrarte tanto en ese hombre, deja de pensar en l todo el tiempo y empieza a buscar al tipo de hombre que quieres.

Visualizacin repuso de forma automtica. Los atletas lo hacen. En el trabajo la empleamos en todo momento. Visualizas lo que quieres, luego imaginas que sucede hizo una mueca. Rafe es un maestro en eso.

Pues t tambin puedes aprender a serlo afirm Jay.

Lauren no estaba muy segura, pero s saba una cosa. No poda continuar de esa manera, anhelando a un hombre que no la deseaba. No poda desperdiciar su vida a la espera de que Rafe algn da se enamorara de ella, solo de ella. Jams se haba enamorado de ninguna de las mujeres extraordinarias con las que haba salido, por qu imaginaba que lo hara de ella? Pensar que algn da los sentimientos seran recprocos era una simple fantasa.

En especial desde que en ese momento saba lo que l pensaba realmente de ella. Que no era hermosa ni lo bastante inteligente como para interesar a un hombre como Kane Haley... o Rafe Mitchell. Que era el tipo de mujer tan desesperada por obtener atencin masculina, que pensara en tener una aventura de una noche.

Tienes razn... sobre Rafe, sobre todo le dijo a Jay, luego baj la vista a su chndal y acentu la mueca al recordar la expresin de Rafe al verla vestida de esa manera. Y no hay mejor manera de empezar que con un nuevo guardarropa.

Esa es mi chica! Jay junt las manos. Este fin de semana t y yo iremos de compras, y nos cortaremos el pelo y nos acicalaremos entusiasmada, se puso de pie y descubri que haba estado sentada sobre algo. Santo cielo... qu es esto? recogi el jersey que Lauren haba estado tejiendo. Lo alz y luego mir en silencio a su amiga.

Pero Lauren tena la vista clavada en la prenda que sostena Jay. Volvi a pensar en lo bien que le sentara a Rafe ese profundo color chocolate. En lo abrigado que lo mantendra durante los duros inviernos de Chicago.

Alarg la mano para quitarle a Jay el jersey. Acarici la lana gruesa y suave y pens en las horas, semanas y meses que haba trabajado en l.

An piensas regalrselo? pregunt Jay en voz baja.

No repuso con un movimiento de cabeza. Ya no.

Sac las agujas y tir de las hebras de lana. Comenz a deshacerlo y a enroscar otra vez la madeja en una bola.

Mir a su amiga y se oblig a sonrer.

Mientras me dedico a esto, por qu no me enseas qu llevas en ese bolso lleno de trucos?

Captulo 7

EL LUNES por la maana Rafe lleg a trabajar muy temprano. La noche anterior no haba dormido bien... de hecho, haba dormido mal todo el fin de semana.

De nio, a menudo le haba costado dormir. Se quedaba despierto durante horas, atento a los sonidos que hacan las otras personas del hogar adoptivo en el que lo haban dejado. En ocasiones haba sido precavido al mostrarse cauteloso. En otras, la gente haba resultado buena. Aunque eso no importaba. No era capaz de relajarse con desconocidos cerca.

Al crecer y volverse ms listo y duro, por la noche haba empezado a asolarlo la inquietud, no la cautela. Entonces sala a la calles oscuras a tratar de mitigar la intensa energa fsica en alguno de los muchos campos de baloncesto pblicos. O con alguna joven tambin dispuesta a quemar energa.

En la actualidad, empleaba las oscuras horas insomnes a desarrollar proyectos de trabajo. Haba descubierto que era tan buen remedio como cualquiera... y decididamente beneficioso para su carrera. Sin embargo, no recordaba la ltima vez que la culpa lo haba mantenido despierto.

La culpa, algo desconocido e incmodo, lo atravesaba. Hizo a un lado el informe que haba estado escribiendo y se reclin en el silln. Todo el fin de semana haba pensado en Lauren, preguntndose si deba llamarla para tratar de disculparse otra vez por insultarla sin darse cuenta. Pero al final haba llegado a la conclusin de que debera darle un tiempo a solas para superar el dolor que le haba causado. Decidi disculparse cuando se presentara a trabajar. En terreno neutral.

Mir otra vez la hora. Faltaba poco para que se presentara. Esperaba que no siguiera molesta con l; no haba sido su intencin hacerla sentir tan mal.

Al recoger el informe para volver al trabajo, tir la pluma de oro al suelo. Se inclin para levantarla de debajo del escritorio. Estir el brazo... e hizo una pausa.

Enmarcadas en la abertura que haba bajo su mesa poda ver un par de piernas que se acercaban... largas y femeninas, terminadas en tobillos finos y pies pequeos enfundados en unos zapatos de altos tacones de aguja.

Curioso por ver el resto del envoltorio, alz la cabeza... y se golpe contra el borde de la mesa.

Vio las estrellas. Hizo una mueca y cerr los ojos.

Maldita sea! musit, frotndose el punto dolorido.

Te encuentras bien? pregunt una voz suave.

S, estoy... Lauren?

Mmm.

Rafe abri los ojos... y sinti que se quedaba boquiabierto. Se oblig a cerrar la boca, aunque no apart la vista de la mujer que tena ante s. Se pregunt si vea visiones por el golpe que se haba dado.

Lauren? repiti con incredulidad. Qu te has hecho?

Unos pocos cambios.

No caba duda de ello. La recorri para catalogar dichos cambios mientras se diriga a su silla. Haba pasado de los tops por lo general apagados y holgados a un jersey rosa que se cea a su silueta esbelta y revelaba las curvas altas y delicadas de sus pechos. Llevaba una falda negra de lana que le apretaba las caderas estrechas y que se subi por encima de las rodilla al sentarse y cruzar las piernas. Por no mencionar esos zapatos negros letales, con tacones lo bastante altos como para provocarle una hemorragia nasal por el cambio de altitud.

Y las diferencias no se detenan ah.

No llevas gafas coment estpidamente.

Ella asinti y apoy las manos sobre el portapapeles que tena en el regazo.

Me he puesto lentillas. De hecho, las tengo hace tiempo, pero nunca las traje al trabajo porque me humedecen mucho los ojos. Pero Jay cree que estoy mejor sin las gafas, as que trato de acostumbrarme a ellas.

Otra vez Jay... y maldita sea si no tiene razn, pens Rafe. Sin la montura negra dominando su rostro pequeo, los ojos parecan ms grandes y brillantes... quiz porque se le humedecan, como ella haba dicho. Pero el color gris azulado tambin pareca diferente. Ms brumoso, protegidos por unas pestaas que eran sorprendentemente largas, oscuras y tupidas.

Supongo que Jay te sugiri tambin el corte de pelo aventur.

Vio cmo oscilaba con gentileza cuando asinti. En vez de colgarle liso y muerto, en ese momento se le curvaba bajo el mentn. Lustroso y tupido, con inesperadas vetas de color miel entre los ricos mechones castaos, tena un aire revuelto. Como si se lo hubiera mesado nada ms levantarse.

A regaadientes, reacio a concederle algn mrito a Jay, reconoci que el estilo le sentaba bien. Los pmulos parecan ms pronunciados. La lnea limpia y delicada de la mandbula quedaba revelada, y la boca... Pos la vista en ese punto. El nuevo lpiz de labios, de la misma tonalidad roja de un vino exuberante, le haca la boca ms plena, carnosa. Hmeda y suave, tentadora, para besarla.

Con un esfuerzo, apart la vista de los labios. Lo nico conocido que quedaba en ella era la expresin seria y decidida que mostraba.

Rafe...

S? se movi incmodo, volviendo a recorrerla con la mirada. Pareca ms refinada, ecunime y decididamente sofisticada. Pero, al mismo tiempo, pareca ms suelta. Suave. Sexy. El tipo de mujer que poda imaginar tendida en su cama, con la piel acalorada despus de... Tranquilo, amigo. Ests fantaseando con Lauren. No con un bombn al que acabas de conocer.

Me gustara pedir un traslado.

Rafe se sobresalt por la nota determinada que capt en la voz de Lauren.

Has dicho traslado?

S. Quiero extender un poco las alas. Ganar experiencia en otros departamentos.

Y alejarme de ti, concluy l mentalmente, sintiendo una inesperada punzada de dolor ante el pensamiento. Diablos, no poda hablar en serio. Solo estaba enfadada por lo que le haba dicho.

Lauren, si es por lo de la otra noche...

No lo es interrumpi sus disculpas. Mi peticin no tiene nada que ver con eso.

No la crey. Pero saba que ella no reconocera la verdad. Reflexion en su peticin, tratando de decidir la mejor manera de llevarla. Era evidente que Lauren estaba preparada para una batalla. Lo revelaba la blancura de sus nudillos al apretar el portapapeles.

Pues si esperaba una batalla, Rafe decidi no presentarle ninguna.

De acuerdo acept, te lo concedo.

Ella lo mir con ojos llenos de sorpresa. Aunque antes de que pudiera decir algo, l aadi:

... pero no antes de que concluya la fusin Bartlett. No quiero tener que entrenar a otra secretaria en medio de un negocio tan importante como este.

Lauren frunci el ceo. Se mordi el labio, meditando en las palabras de l.

Cunto tiempo crees que tardar? pregunt al fin.

Espero terminarla en nuestro viaje a Hillsboro se encogi de hombros.

Ella titube mientras estudiaba la expresin velada de Rafe.

Muy bien acept a regaadientes. Alz el mentn y aadi con el tono distante empleado la ltima noche. Pero te agradecera que empezaras a procesar mi solicitud de inmediato.

Rafe sinti un poco de irritacin. Lo que le haba hecho haba sido grosero, completamente imperdonable. Pero ya era hora de olvidarlo y de volver a la normalidad.

Y yo creo...

Call cuando llamaron a la puerta abierta. Mir en esa direccin. Brandon Levy, un universitario que trabajaba en el departamento de correspondencia de la empresa mientras por la noche acababa su carrera de empresariales, entr sin aguardar invitacin. Atraves media estancia en menos de dos segundos con la vista clavada en los sobres.

Lamento interrumpir dijo al tiempo que alzaba la vista para ver la expresin ceuda de Rafe. Pero estas cartas estn marcadas como urgentes, as que pens que lo mejor era entregarlas de inmediato.

Dmelas indic Lauren, extendiendo la mano.

Muy bien gir hacia ella mientras revisaba algunas cartas. Tambin tengo algunas para Maggie, as que... levant la cabeza... y se paraliz.

Rafe observ cmo el joven se quedaba quieto, aturdido como un cachorro enamorado, con expresin de asombro y la mano extendida.

Entonces Lauren sonri y se inclin para aceptar la correspondencia, quebrando el hechizo. Brandon regres a la vida con un sobresalto.

Ah, aqu tiene.

Gracias, Brandon respondi ella.

El muchacho se ruboriz hasta las races de su pelo rubio.

De nada, Lauren la voz ronca se demor en el nombre al tiempo que su cara se llenaba con una amplia sonrisa.

Rafe contuvo el impulso de echarlo del despacho. Saba que a Lauren no le gustara. Pero cuando transcurrieron diez segundos y el chico no se haba movido, decidi ayudarlo a entrar en accin.

Dijiste que tambin tenas correspondencia para Maggie, no?

Oh. s. As es indic con pesar en la voz.

Lo observ dirigirse hacia la puerta. El joven casi iba marcha atrs para poder mantener el tiempo que fuera posible la vista sobre Lauren. A Rafe no le sorprendi que chocara contra el cubo que serva como cesta de baloncesto. Trastabill, recobr el equilibrio y con otra oleada de rubor, termin por salir de la estancia.

Rafe movi la cabeza en gesto de incredulidad. Se reclin en el silln y observ a Lauren, con la esperanza de que compartiera su diversin.

Te lo puedes creer?

Creer qu? repiti ella sin alzar la vista de los sobres que estaba abriendo.

Brandon indic l con impaciencia. No te has fijado en su manera de comportarse? Casi se le van los ojos detrs de ti.

Eso capt la atencin de ella. Levant la cabeza con las cejas enarcadas.

Es una exageracin. Solo me entreg unas cartas.

Y prcticamente babe sobre ti.

Oh, por favor volvi a centrarse en los sobres.

Con cualquier otra mujer, Rafe habra credo que finga no haber notado el arrobamiento de Brandon. Pero Lauren, simplemente, no lo haba visto. Supo que lo mejor era olvidar el tema, pero no pudo evitar hacer una pregunta ms.

En todo caso, hace cunto que ese chico te llama Lauren?

Desde que trabaja en la empresa.

Me parece un exceso de confianza, casi una falta de respeto, no crees? frunci el ceo.

Tienes que estar bromeando lo mir fijamente. Ese chico apenas es cuatro aos menor que yo. Existe el doble de diferencia entre nosotros dos. Se trata de una insinuacin no muy sutil de que quieres que te llame seor Mitchell? Que he sido irrespetuosa?

Diablos, no se apresur a decir.

Era lo ltimo de lo que poda acusarla esa maana.

Adems, las situaciones no se parecan en nada, y ella lo saba. Brandon era un muchacho y ella una mujer. l, por otro lado, era un hombre y ella... bueno, segua siendo una mujer.

Lauren lo miraba expectante, como si quisiera que debatiera la cuestin, pero Rafe tom la decisin de dejar pasar el tema. No quera que lo llevara a otra discusin ridcula como la que haban tenido la otra noche, y menos cuando sospechaba que no podra ganar. Lo que pretenda era solucionar el tema que tenan pendiente.

Lauren, con respecto a la otra noche... sonri con pesar. Lo siento. Nunca fue mi intencin decir lo que dije para su sorpresa, ella le devolvi la sonrisa.

Est bien. Olvdalo pidi casi con alegra. En realidad, me hiciste un favor.

S?

Pens en lo que me dijiste asinti, y decid que tenas razn.

Eso debera haber sido algo positivo, pero de pronto se sinti receloso, como si volviera a estar en los marines y avanzara por un campo lleno de minas.

En qu? pregunt con cautela.

En lo que siempre ests dicindome. Que necesito desarrollar un poco de firmeza. Establecer objetivos, salir ms, aprender a luchar por lo que quiero.

Rafe volvi a relajarse. Asinti con gesto de aprobacin, complacido de que al fin ella siguiera su consejo.

Bien. Me alegra orlo. Y qu es lo que has decidido que quieres?

Un hombre.

Qu! se enderez de repente y casi tira el silln. Qu has dicho?

He dicho un hombre, Rafe. Recuerdas? Esas criaturas sobre las que t lo sabes todo recogi los papeles, preparndose para irse.

El apret los labios.

Supongo que es otra sugerencia que te ha hecho tu nuevo amigo Jay. E imagino que l pretende ser el hombre en cuestin.

Ella lo mir un momento antes de levantarse.

No, no lo creo. Jay y yo somos... solo amigos.

Rafe pudo ver diversin en la cara de ella, lo que aument su irritacin.

Pensaba que la noche pasada te habas sentido insultada cuando inadvertidamente di a entender que podras haber tenido una aventura de una noche espet