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Día Central del Señor de los Milagros El Señor de los Milagros, conocido también como el Cristo Morado, Cristo de Pachacamilla, Cristo Moreno o Señor de los Temblores, es la imagen más venerada en el Perú ubicada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas en Lima. Su historia se remonta hacia la época de la Colonia, cuando el virreinato del Perú era administrado por el Virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra. Corría el año 1651 y un esclavo angoleño, de nombre Pedro Falcón, uso una de las paredes de un viejo galpón en Pachacamilla para plasmar la imagen de Cristo crucificado. Pachacamilla se formó en 1622 cuando en Lima ya se había experimentado un sustancial crecimiento, con 25 mil habitantes que vivían en la zona céntrica de la ciudad, mientras que en los solares estaban los esclavos indios y negros. Falcón pintó la imagen de Jesucristo en una pared tosca, muy cerca de una acequia de regadío y con un acabado imperfecto. Muchos no le dieron valor a la pintura, porque además Falcón no había estudiado pintura y trabajó la obra básicamente por su devoción a Cristo.

Día Central Del Señor de Los Milagros

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Día Central del Señor de los Milagros

El Señor de los Milagros, conocido también como el Cristo Morado, Cristo de

Pachacamilla, Cristo Moreno o Señor de los Temblores, es la imagen más

venerada en el Perú ubicada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas

en Lima.

Su historia se remonta hacia la época de la Colonia, cuando el virreinato del

Perú era administrado por el Virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de

Salvatierra. Corría el año 1651 y un esclavo angoleño, de nombre Pedro Falcón,

uso una de las paredes de un viejo galpón en Pachacamilla para plasmar la

imagen de Cristo crucificado.

Pachacamilla se formó en 1622 cuando en Lima ya se había experimentado un

sustancial crecimiento, con 25 mil habitantes que vivían en la zona céntrica de

la ciudad, mientras que en los solares estaban los esclavos indios y negros.

Falcón pintó la imagen de Jesucristo en una pared tosca, muy cerca de una

acequia de regadío y con un acabado imperfecto. Muchos no le dieron valor a la

pintura, porque además Falcón no había estudiado pintura y trabajó la obra

básicamente por su devoción a Cristo.

Pero, poco a poco, la imagen recibió la visita de muchos fieles, quienes

adoptaron a aquel Cristo como patrón de la cofradía y lo bautizaron como el

''Cristo Moreno'', debido a las raíces culturales de quien fue autor de la obra.