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    Concepciones contradictorias?

    Es frecuente escuchar que la ciencia y la fe secontradicen. Es cierto que hay ciertas manifesta-ciones de la fe que no pueden ser ms que opuestasa todo sistema racional de conocimiento. Sin em-

    bargo, cuando nosotros nos referimos a la fe no pen-samos en una simple doctrina que hay que aceptardogmticamente sino a una relacin personal delser humano con un ser trascendente. Este funda-mento personal de la fe judeo-cristiana, que tienetambin su continuidad en la fe islmica, en princi-

    pio no est en contradiccin con las distintas cien-cias, llmense cosmologa, biologa, psicologa ehistoria. Para mostrar esto realizaremos una breveresea de las relaciones de la fe as entendida conesas disciplinas.

    RESUMEN:En este artculo se hacen algunas consideraciones sobre los problemas suscitadosentre la ciencia y la fe religiosa. En l se trata de mostrar que stas son dos ventanas distintas en elconocimiento que el ser humano tiene de las cosas, que difieren en algunos aspectos metodolgicos

    pero que no estn en contradiccin. Y una prueba de ello es que eminentes cientficos contempor-neos son hombres de fe. No se pretende, bajo ningn punto de vista, demostrar cientficamente laexistencia de Dios, pero se reconoce que hay en el mundo algunas bases slidas para sostener que msall de l, existe un Ser Trascendente.

    ABSTRACT:Some Considerations on Science and FaithIn this article some considerations about the problems that have arisen between science and faith,

    are discussed. Its main purpose is to acknowledge that they are two different windows through whichhuman beings have the possibility of getting their knowledge of things, that they differ in somemethodological aspects, but that they do not contradict each other. One of the best evidences in favorof this view is the fact that distinguished contemporary scientists are men of faith. The scientificdemonstration of the existence of God is by no means the purpose of this article, but the existence ofsome solid evidences that a Transcending Being exists beyond this world, is admitted.

    La ciencia y la fe, las oposiciones a travs de lahistoria

    Lamentablemente, en la historia ocurrieron al-gunos choques entre instituciones religiosas concientficos reconocidos. Los casos ms conocidosson el juicio de Galileo Galilei a principios delsiglo XVII; el debate de Thomas Huxley y el obis-

    po Wilberforce sobre el darwinismo en 1860, y eljuicio a un maestro en Dayton (Estado de Tennessee,EE.UU.) en 1925 por haber defendido el evolucionis-mo, llamado el juicio del siglo, acontecimiento esteltimo deformado en la pelcula Heredars el viento.Edward Larson ha escrito una obra excelente sobreeste juicio donde muestra que en el mismo existanotras razones que no se hacen explcitas en el film1.Con respecto al caso Galileo recordemos que hasta su

    ALGUNAS CONSIDERACIONESSOBRE LA CIENCIA Y LA FE

    Rogelio Toms Pontn*

    * Contador Pblico Nacional. Profesor de Macroeconoma de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Decano de la

    Facultad de Ciencias Econmicas y Empresariales. Director de Estudios Econmicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.

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    muerte fue un creyente respetuoso de la fe, tal comolo muestran las cartas de su hija (religiosa) 2. Hoy

    podramos sostener sin ninguna duda que Galileono slo era superior a sus crticos como fsico (cosaque siempre se acept), sino que tambin lo eracomo telogo. Su interpretacin de la detencin delsol sobre el campo de batalla, segn narra el librode Josu, era la correcta. En cuanto al debate de1860, el profesor de Oxford John Lucas ha escritoun minucioso trabajo

    3donde pone en claro lo que

    pas en el mismo, lamentablemente deformadomuchas veces por los historiadores. El obispoWilberforce no era bajo ningn punto de vista unretrgrado y un sinnmero de grandes cientfi-cos tenan tambin sus dudas sobre la evolucin.Recordemos que unos treinta aos antes (hacia1830) el creador de la paleontologa, JorgeCuvier, se haba opuesto a la teora evolucionistatal como la presentaba Geofroy Saint Hilaire. Detodas maneras, estos lamentables sucesos de lahistoria no dejan de pesar sobre una falsa ima-gen que muchos se hacen de la religin judeo-cris-tiana-islmica.

    Hombres de ciencia y de fe

    Muchos cosmlogos son creyentes y respetuo-sos del texto bblico. Habra que mencionar aqu,entre otros, al decano de la observacincosmolgica, Allan Sandage. l fue el principaldiscpulo de Hubble, el cazador de galaxias, y du-rante casi 40 aos (a un promedio de cien das alao) utiliz el principal telescopio del mundo enesos aos (1950-1988), el de Monte Palomar, cal-culando la edad y el tamao del universo. Todavahoy da, jubilado de la Fundacin Carnegie, sigue

    participando en la discusin sobre la llamada cons-tante de Hubble y sigue utilizando los resultadosdel telescopio espacial para sus investigaciones.Recientemente fue galardonado con el equivalenteal Premio Nobel en astronoma, el Premio Gruber.Se puede leer sobre Sandage un hermoso libro deOberbye, Corazones solitarios del cosmos4, y unaentrevista en Internet sobre su concepcin religio-sa. Otro famoso cosmlogo, el hombre que desa-rroll por primera vez la teora del big bang, GeorgeLematre, discpulo de Eddington y de Einstein, eraun piadoso sacerdote. Arthur Eddington perteneca

    a la Sociedad Cristiana de los Amigos (cuqueros) yAlbert Einstein tena una concepcin religiosa aunquecercana al pantesmo de Spinoza. Tambin fuerongrandes creyentes Newton, Leibniz, Faraday yMaxwell. Este ltimo desarroll la teora matemticadel electromagnetismo y fue un activo cristiano

    5.

    Famosos fsicos de este siglo fueron creyentes,como los que desarrollaron la mecnica cuntica,Heisenberg, Jordan y Born, y fsicos de las ltimasdcadas tambin son creyentes, como CharlesTownes y Arthur Schawlow (inventores del lser),Abduz Salam, uno de los coautores de la teora uni-ficada electrodbil, Carl von Weizscker (que des-cubri la fusin nuclear en el sol) y el ReverendoJohn Polkinghorne, que trabaj sobre los quarks enla Universidad de Cambridge y que es uno de los

    principales escritores sobre la relacin ciencia yreligin

    6.

    El astrnomo e historiador de la ciencia OwenGingerich, profesor emrito de la Universidad deHarvard, es tambin un cientfico destacado perte-neciente a la comunidad de los menonitas. Su cam-

    po de investigacin va desde la recomputacin deunas antiqusimas tablas matemticas babilnicashasta la elaboracin de modelos para estudiar elespectro solar. Es una de las principales autorida-des del mundo en Coprnico, Kepler y otros astr-nomos

    7. Con respecto a la teora de la evolucin,

    uno de sus principales cultores en nuestro siglo fueel Padre Teilhard de Chardin, paleontlogo jesuita,y actualmente Emiliano Aguirre, paleontlogo ini-ciador de los estudios del hombre de Atapuerca (Es-

    paa), y de profunda concepcin religiosa. Su estu-dio sobre los primates, publicado en la excelenteobra que codirigi La Evolucin8, es excelente yes difcil encontrarle paralelo. Tambin son creyen-tes el genetista Francisco Ayala y el Premio Nobelde Medicina 1974 Christian de Duve (ver su recientelibro traducido al castellano, Polvo vital. El origeny evolucin de la vida en la tierra).

    La lista de cientficos que han sido o son creyen-tes no se agota con los mencionados. Se acaba de

    publicar recientemente un hermoso libro tituladoSpiritual Evolution9, donde un conjunto de cien-tficos, todos creyentes, discuten sus creencias reli-

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    giosas. Entre ellos figuran Charles Birch, bilogo quetrabaj en colaboracin con uno de los creadores de lateora sinttica de la evolucin, TheodosiusDobzhansky; Jocelyn Bell Burnell, la descubridorade las primeras estrellas pulsars y dirigente de laSociedad Cristiana de los Amigos en Inglaterra; el

    bioqumico Reverendo Arthur Peacocke, el fsicoRussell Stannard (destacado autor de libros de cien-cia para chicos) y otros.

    El Dr. Francis Collins, que dirige el programacientfico ms ambicioso del mundo sobre elgenoma humano, y el Dr. William Phillips, premio

    Nobel de fsica 1997, miembro de la escuela domi-nical metodista en EE.UU., tambin son creyentesy no ven incompatibilidad entre su ciencia y su fe.El eminente matemtico y cosmlogo, George Ellis,coautor con Stephen Hawking de un importante li-

    bro, es tambin miembro de la Sociedad Cristianade los Amigos.

    Un aspecto que tambin da lugar a grandes con-troversias es el referido a las caractersticas del serhumano y a sus diferencias con el animal. La con-cepcin de que el hombre (y la mujer) est formado

    por un alma que habita en el cuerpo es griega y nobblica. La concepcin bblica del hombre es la deun ser al que Dios le insufla vida. Es cierto que enlos ltimos libros del Antiguo Testamento, y porinfluencia helenstica, empieza a hablarse del alma.Desde el punto de vista cientfico, un premio Nobelde Medicina e investigador del cerebro, John Eccles,ha defendido el dualismo cuerpo-alma, escribiendoun libro conjuntamente con el clebre epistemlogoKarl Popper

    10. Eccles se manifest siempre como

    creyente. Tambin pueden recordarse los trabajosdel filsofo y matemtico John Lucas, que fuera tu-tor del Merton College de Oxford, que en los aos60 trat de probar haciendo uso del teorema de laincompletitud de Gdel de cmo la mquina no

    poda igualar nunca al hombre. Con respecto a KurtGdel, uno de los ms importantes lgicos de lahistoria, recordemos que reelabor la pruebaontolgica de la existencia de Dios de Anselmo deCanterbury, usando las herramientas de la lgicaformal. Gdel era religioso

    11.

    Manifestaciones de lo divino

    Con respecto a las distintas manifestaciones re-ligiosas en la historia de la humanidad, lo que lla-mamos la revelacin general, merecen consultarsediversas obras sobre la historia de las religiones,entre ellas las de Mircea Eliade

    12y Franz Knig

    13.

    Existen seguras manifestaciones religiosas en lahistoria del hombre desde hace 100.000 a 200.000aos (ver la obra de Maringer

    14

    donde se discute lainterpretacin religiosa de las cuevas con restos deosos de los Alpes austracos) y probablemente en elllamado hombre de Pekn (Sinntropo), de alrede-dor de 500.000 aos atrs. A partir de AugusteComte, en el siglo XIX, algunos estudiosos de lasreligiones elaboraron el siguiente esquema evoluti-vo: al principio exista el fetichismo, luego se pasal politesmo, despus al monotesmo, ms tarde ala filosofa y finalmente a la ciencia. Tanto Frazercomo Tylor y otros autores continuaron con esteesquema. El padre Wilhelm Schmidt lo destruy ymostr en su monumental obra de doce mil pgi-nas, Hacia el origen de la idea de Dios, que los

    pueblos etnolgicamente ms primitivos (australia-nos, pigmeos, fueguinos, etc.) tenan una concep-cin monotesta. La mayor parte de los autores noha aceptado la tesis de Schmidt pero investigadorestan serios como Eliade15, Widengren y Closs sondependientes de la obra del gran etnlogo.A. Closs,

    por ejemplo, en su trabajo Pueblos sin escritura:Asia Central y del Norte, tiene como su principalfuente de datos la obra de Schmidt

    16.

    La fe judeo-cristiana nos habla de que ms alldel mundo hay un ser perfecto que llamamos Dios.Ese ser es el totalmente Otro (Karl Barth), incom-

    prensible para la mente humana. Si meditamos unmomento en el hecho de que no estamos en condi-ciones de saber plenamente lo mnimo, por ejem-

    plo, qu es un electrn y por qu razn existe, nosera un atrevimiento de nuestro parte querer com-

    prender la mente de Dios, como lo pretendeStephen Hawking?17. Ya deca San Agustn que sicreemos comprender a Dios nos hemos equivoca-do. Sobre este tema es interesante la lectura de unhermoso libro de Henry de Lubac

    18, Por los cami-

    nos de Dios.

    Pero a su vez, la tradicin judeo-cristiana afirma

    Algunas consideraciones sobre la ciencia y la fe

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    que ese Dios no est totalmente alejado de nosotros,indiferente a nuestras vidas, sino que se ha reveladoen la historia humana de dos maneras: en forma gene-ral, y de ah las manifestaciones religiosas de todos los

    pueblos, y en especial en la historia del pueblo hebreo,y a travs de la vida y muerte de Jesucristo. Uno delos textos ms antiguos del credo cristiano, extradode la carta a los Filipenses, nos dice que Cristo siendoigual a Dios se hizo nada para salvarnos muriendo enla cruz (se anonad a s mismo, dice literalmente eltexto). Este texto muestra que, segn la fe cristiana,Dios sufri el destino de los hombres, y sta es la mejorrespuesta que tenemos ante el problema del mal y elsufrimiento que muchas veces carcome nuestra fe.Sera interesante aqu recordar una obra pictrica: elcuadro de Grnewald sobre la pasin de Cristo, ac-tualmente en el museo Colmar, y las razones porla que pint ese cuadro. A principios del siglo XVIla orden religiosa de los antoninos tena hospitaleso casas donde se albergaban enfermos. Muchos destos, enfermos del mal del fuego -sfilis-, no te-nan ninguna esperanza de curacin. El cuadro so-licitado al pintor exhibi un Cristo sufriente en lacruz cubierto de llagas que podran indicar la sfi-lis. Cada tanto, el cuadro era exhibido a los enfer-mos para mostrarles que tambin Cristo asumi lamiseria humana para la salvacin. Los enfermos nose iban a recuperar pero tenan esperanza en un Diosque padeca el sufrimiento con ellos.

    En cuanto a los relatos bblicos que narran he-chos histricos, ni la arqueologa ni la lingsticalos han contradicho. Hay alguna diferencia con res-

    pecto al ingreso de Josu y los hebreos a la tierra deCanan en el siglo XII antes de Cristo (concreta-mente, los trabajos de la seora Kenyon con res-

    pecto a Jeric, todava discutidos), y algn otro re-lato no histrico del Antiguo Testamento. Los rela-tos histricos del Nuevo Testamento se adaptan

    perfectamente al medio histrico, social, econmi-co, apocalptico y cultural de la poca, tal como lomuestran los estudios de Qumran, de Flavio Josefoy otros. El principal arquelogo y lingista del si-glo, William F. Albright (que hablaba 25 lenguas),escribi un libro extraordinario, fruto de sus largasinvestigaciones, titulado De la edad de piedra alCristianismo19, en el que muestra que el relato bblicoes sustancialmente histrico. El perteneca a la fe

    metodista.

    Con respecto a publicaciones sensacionalistassobre los descubrimientos de Qumran (Manuscri-tos del Mar Muerto), hoy da con el libre acceso del

    pblico a casi todos los escritos, especialmente alos veinte mil fragmentos de la Cueva 4, a travs deCDs o del libro de Florentino Garca Martnez LosTextos de Qumran20, han quedado totalmente des-cartadas las inexactitudes de algunos periodistas quesostenan que afectaban al cristianismo. En nadaafectan estos escritos al mensaje cristiano, por elcontrario, nos hacen conocer con ms precisin elmedio ambiente en que naci.

    La vida del hombre, obra de la casualidad?

    Algunos darwinistas como Jacques Monod yRichard Darwkins creen que la evolucin a travsdel azar y la necesidad podra explicar todo el desa-rrollo de la vida. Otros cientficos, como MichaelBehe, por el contrario, en un reciente libro sostieneque algunos rganos de la vida parecieran implicarun designio, tal es el caso del ojo, analizado por elautor en esa obra. En ella, en contra de Darwkins,argumenta que el tema no se resuelve desde la solaanatoma del rgano, como sostienen los darwinistas,sino que supone todo un captulo de la bioqumica

    21.

    Monod, en su obra El azar y la necesidad 22

    sostiene que la complementacin de ambos facto-res mencionados en el ttulo, son los responsablesdel desarrollo de la vida. Para l, el surgimiento delhombre sera un fruto aleatorio semejante al de un

    juego de ruleta. Con respecto a esa complementacincitemos un texto del paleontlogo espaol MiguelCrusafont Payro:

    (Pero) a nosotros nos interesa slo comprender que

    azar y necesidad no son dos conceptos complementa-

    rios sino antagnicos... Antes que nada, digamos que

    los efectos de azar pueden ser ms manifiestos, en el

    marco del microcosmos (indeterminismo), all donde

    existe mayor libertad en las estructuras (que no es lo

    mismo que la libertad biolgica) que en el macrocos-

    mos, donde la creciente estructuracin y complejidad

    no permite todos los juegos y por tanto presenta ma-

    yor rigidez que produce mayor determinismo y un tan-

    Rogelio Toms Pontn

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    teo de tendencias. Cindonos ahora al terreno de la

    evolucin orgnica, estamos de acuerdo en que el mo-

    tor de esta evolucin sean las mutaciones que dentro

    del microcosmos se producen al azar (mientras no exis-

    tan, segn hemos dicho varias veces con Hurzeler, mu-

    taciones de tendencias o trend-mutations adems de las

    random-mutations, siendo aqullas incontrolables por

    la experiencia de laboratorio), este azar choca con la

    necesidad, es decir, con lo que llamamos, en bloque, la

    seleccin natural, la cual elimina aquellas mutaciones

    que no den resultados aceptables desde el punto de vis-

    ta adaptativo (y todo hace creer que sean muchas si

    juzgamos por las aberraciones obtenidas en el labo-

    ratorio), sean letales, sean no prosperantes. Esta selec-

    cin es, una eleccin, una eliminacin de posibilidades

    y, por lo tanto, es una mediatizadora del azar, el cual,

    as, deja automticamente de serlo porque se escoge lo

    que conviene y no cualquier cosa que aparezca. La as-

    censin evolutiva, la progresividad de los seres a tra-

    vs del tiempo geolgico... produce una rigidizacin

    tambin progresiva de las estructuras, lo que hace que

    no se produzcan todos los posibles... Si existe una limi-

    tacin en los resultados del azar de la mutacin, es evi-

    dente que el azar ya no existe como tal: est absoluta-

    mente mediatizado23.

    Argumentos semejantes a los de Crusafont Payrofueron desarrolladas matemticamente por el bilogoGiovanni Blandino en su trabajo Largomentazionecasualistica de Jacques Monod24presentado a laAcademia Nazionale de Lincei. Segn este autor laobra de Monod El azar y la necesidad se puederesumir en estas dos proposiciones:

    1) Dado que los genes determinan la formacindel soma (o de los caracteres somticos), si la for-macin de los genes es casual, inevitablemente tam-

    bin la formacin del soma es casual.2) De hecho, la formacin de los genes es ca-

    sual, porque es obtenida a travs de una serie demutaciones casuales.

    Blandino muestra con un interesante ejemplo quela primera proposicin es falsa.

    Supongamos la existencia de un tablero rectangu-lar con 1.000 lmparas dispuestas en filas de 100 lm-

    paras cada una. Cada lmpara puede estar encendida

    o apagada. Las posibles combinaciones son 21.000. Entre

    las diferentes combinaciones posibles, las diferenciaspodran estar dadas por diferir entre si, al menos, enuna lmpara encendida o apagada. Sobre el tablero se

    podran escribir palabras de 10 o ms letras. Blandinose pregunta: cul es la probabilidad que encendiendoo apagando al azar las lmparas, aparezca sobre eltablero el nombre de una de las diez mayores ciuda-des de Italia?

    Pero antes explica qu significa encender o apa-gar al azar una lmpara. Ese encender o apagar sercasual si cada una de las lmparas puede encender-se o apagarse en forma igualmente probable. Y elloocurre si dichas lmparas estn conectadas a 1.000

    perillas distintas, las cuales se accionan al azar. Si-gue sosteniendo que la probabilidad de que aparez-ca el nombre de una de las diez mayores ciudadesitalianas es mnima, inferior a 1 dividido 10

    12.

    Pero se puede realizar una suposicin distinta.Se partira de slo dos perillas, conectadas con lasfilas de lmparas. Si se prende la perilla A aparecela palabra Miln. Si se enciende la perilla B pareceVenecia; si ambas son encendidas lo que aparece esilegible, pues se superponen Miln y Venecia. Si seacciona al azar cualquiera de las dos perillas, la pro-

    babilidad de que aparezca el nombre de una de lasdiez ciudades es de 2 dividido 4.

    De lo dicho deduce que del hecho de que se ac-cionen por azar las dos perillas no se concluye queel encendido de las lmparas sea casual. Y esto pordos razones:

    a) Por ser las posibles disposiciones de las peri-llas (2

    2= 4) menores que las posibles disposiciones

    de las lmparas (21.000).b) Porque la conexin entre perillas y lmparas

    puede haber surgido casualmente o intencionalmente.

    Pasa luego a analizar las mutaciones genticas.An partiendo de que las mutaciones fuesen azaro-sas, ello slo sera as cuando las estructurasgenticas fueran equiprobables, es decir igualmen-te posibles. Pero del hecho de que esto fuera as, nose concluye que las mutaciones del soma sean casua-les. Podra ocurrir, por lo que se manifest en b) que

    Algunas consideraciones sobre la ciencia y la fe

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    las conexiones entre las varias estructuras genticasy las estructuras somticas sean intencionales, fijadas

    por leyes naturales. Si suponemos por hiptesis que laevolucin ha sido pre-ordenada intencionalmente, elagente inteligente que lo ha hecho, ha querido que enla evolucin surjan estructuras somticas vitales, esdecir que debe haber puesto en la materia leyes quehacen vitales ciertas estructuras somticas, capacesde perdurar por un cierto tiempo y de reproducirse. Elagente inteligente habra establecido que la estruc-tura somtica sea causada por la estructura genticay, por lo tanto, que la estructura somtica vital seadeterminada por una estructura gentica vital (con-

    junto de genes capaz de producir una estructurasomtica vital).

    Se parte entonces de la hiptesis que las estruc-turas genticas vitales y las estructuras somticasvitales son iguales en nmero, supongamos 10. Porotra parte, dice Blandino, que el nmero de todaslas posibles estructuras somticas (vitales y no vi-tales) es enormemente mayor que el nmero de to-das las posibles estructuras genticas (vitales o novitales), por el simple motivo que el soma es mu-cho mayor que el conjunto de genes. Si suponemosque el nmero de posibles estructuras somticas esde 1.000.000 y el de estructuras genticas de 100,la fraccin de estructuras genticas vitales sobre las

    posibles es de 10 sobre 100, mucho mayor que lafraccin de las estructuras somticas vitales sobrelas posibles (10 sobre 1.000.000). Esta diferenciaentre ambas fracciones muestra que, entre unas yotras estructuras, existen probablemente ligazonesintencionales.

    Dice Blandino que se puede comprobar que lasmutaciones genticas vitales tienen una probabili-dad muy superior a la probabilidad puramente ca-sual de estructuras somticas vitales, y que se pue-de suponer con gran probabilidad que la relacinentre ambas estructuras es intencional. Sigue dicien-do que segn clculos estadsticos se puede hablarde una probabilidad de aproximadamente 1 en 1.000de mutaciones genticas ventajosas (en nota mani-fiesta que una mutacin gentica ventajosa es msque una gentica vital). Esta probabilidad es enorme-mente mayor que la probabilidad casual de estructu-ras somticas ventajosas. Dice que la probabilidad

    puramente casual de una estructura ventajosa de uncuerpo humano es mucho menor que 1 dividido10100.000. Esto demostrara la altsima probabilidad deque ambas estructuras estn ligadas intencionalmentey, por lo tanto, que la proposicin 1) de Monod seaincorrecta.

    Principio antrpico y teora de los multiuniversos

    Ante la dificultad de que se puedan desarrollarpor azar las diversas relaciones que conforman loque hoy da se llama el principio antrpico, porejemplo: la relacin entre las fuerzas de la grave-dad y de expansin en las primeras fracciones desegundo de la existencia del universo (dentro de loque se llama el tiempo de Max Plank), o la relacinde resonancia para la formacin de los elementoscarbono y oxgeno, y otras muchas -alrededor dedos docenas de relaciones- y que daran sentido aque el universo est hecho para acoger al hombre(como lo manifiesta el gran fsico Freeman Dyson),los autores que niegan un sentido trascendente a laevolucin csmica argumentan con la llamada teo-ra de los multiuniversos, es decir la existencia deun nmero infinito de universos surgidos en distin-tos big bangs. Pero este argumento pecara, segnnuestro manera de ver, contra el principio desarrolla-do por el lgico medieval Guillermo de Occam, lla-mado la navaja de Occam, y que dice que no hayque crear entes innecesarios. El muy buen libro

    25so-

    bre este tema de Martin Rees, Astrnomo Real deInglaterra, partidario de la existencia de esos uni-versos mltiples (siguiendo la teora de losastrofsicos Guth, Linde y otros), invierte el argu-mento. Para explicar el principio antrpico recurrea los universos mltiples, aunque su existencia seacasi enteramente metafsica. Nos ha parecido inte-resante transcribir lo que dice en un reciente libroel astrofsico canadiense Hubert Reeves: mientrasno contemos con algunas pruebas, directas o indi-

    rectas, de estos universos, permaneceremos en ple-

    na ciencia ficcin26.Parecida opinin sostiene elastrofsico vietnamita Trin Xuan Thuan.

    Recientemente Rees escribi otro libro titulado JustSix Numbers27. Los seis nmeros que dan ttulo allibro son los siguientes:

    Rogelio Toms Pontn

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    1) El primer nmero es N. El explica que el cos-mos sea tan vasto. Dicho nmero es igual a: 10

    36y

    mide la fuerza que mantiene unido a los tomosdividido la fuerza de la gravedad. Si N fuese ligera-mente menor, en el orden de unos ceros menos, slose hubiesen desarrollados insectos o formas de vidaminsculas.

    2) El segundo nmero es (psilon) y su valor esde 0,007. Define como los ncleos atmicos estn fir-memente unidos y como todos los tomos del universofueron hechos. Su valor controla el poder del sol ycomo las estrellas transmutan hidrgeno en otros to-mos de la tabla peridica de 92 elementos. Si E fuese0,006 0,008 la vida no habra existido.

    3) El tercer nmero es Omega y tiene un valorde 1. Es una medida del monto de material en nues-tro universo (galaxias, gas interestelar y materia os-cura). Omega mide la relativa importancia de lasdos fuerzas: de gravedad y de expansin. Si fuerademasiado alto el universo ya hubiera colapsado.Si es demasiado bajo las galaxias y estrellas nuncase hubieran formado.

    4) El cuarto nmero es Q y es igual a 1/100.000.Las semillas de todo las estructuras csmicas (es-trellas, galaxias y conjuntos de galaxias) fueronimpresas en el big-bang. Si Q fuera ms bajo eluniverso jams se hubiera estructurado. Si fuesemayor, el universo sera un lugar muy violento do-minado por vastos agujeros negros.

    5) El cuarto nmero es Lambda y fue descubier-to en 1998. Es una fuerza llamada de antigravedad.Slo se percibe para distancias superiores a 1 mi-lln de aos luz. Si Lambda fue algo mayor la vidano habra existido.

    6) El sexto nmero es D y es igual a 3. Son lasdimensiones del espacio. Con 2 o 4 dimensiones lavida no existira.

    Los mencionados nmeros se dieron cita en elprimer instante del universo y, por lo tanto, no cabesuponer la coincidencia azarosa que permitira laexistencia en el tiempo de todo el proceso evoluti-vo del cosmos. Pero, cmo se interpretar la exis-tencia de estos seis nmeros?

    Algunos sostienen que es una coincidencia fortui-ta. Otros que un Ser providente lo fij as. Ninguna deestas dos posturas es aceptada por Rees. El proponela existencia de multiuniversos, es decir infinitos uni-

    versos (entindase universos nacidos de distintos big-bangs). Dada la gran cantidad de universos, que pro-bablemente tendran distintas leyes y, por lo tanto, n-meros, el azar habra permitido que en uno de ellos, elnuestro, en el primer instante de su existencia se fija-ran los nmeros que favorecieron el surgimiento de lavida humana.

    En primer lugar, hay que rescatar que estas ideasde Rees desechan la primera de las tres posibilida-des, que propone que de existir un solo universonacido del big-bang, el principio antrpico sera unamera coincidencia. La segunda posibilidad, tambinla desecha dado que sera una explicacin que sesaldra del mbito de la ciencia. Claro que para lo-grar esto Rees recurre a suponer un hipotticomultiuniverso.

    Pero es la suposicin de Rees cientfica o es-como supone el distinguido fsico y telogo JohnPolkinghorne- mera metafsica?

    Recordemos nuevamente el famoso principioconocido como la navaja de Occam: no hay quecrear entes innecesarios. Para explicar el principioantrpico, Rees tiene que recurrir a algo bastanteutpico como es la existencia de muchos univer-sos. De todas maneras, el astrnomo trata de dar lasrazones por las que supone que su propuesta no sesale del mbito de la ciencia.

    Es nuestra postura que deducir del principioantrpico, tanto el multiuniverso de Rees como laactuacin de un Creador providente entran en elmbito de la metafsica, como bien lo sostienenPolkinghorne y el filsofo de Oxford, RichardSwinburne

    28.

    Podramos ir ms lejos y suponer que la posturade Rees puede derivar en un desarrollo totalmentemetafsico, como es la llamada prueba ontolgicade San Anselmo de Canterbury. Veamos a este res-

    pecto lo que manifiesta el fsico Max Tegmark, par-tidario de la teora del multiuniverso: todos losuniversos lgicamente posibles, existen.Esta afir-macin es cuestionable, dado que se confunde lo po-tencial con lo actual. De todas maneras, si se aceptacomo verdadera, la existencia de Dios se sigue como

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    un corolario. Nicholas Beale desarrolla la prueba de lasiguiente manera: desde que la existencia de Diosno es lgicamente imposible, de esto se sigue que

    Dios debe existir en al menos un universo. Pero si

    existe en al menos un universo, tiene que existir en

    todos los universos pues de otra manera no sera

    Dios29.

    Clculo de probabilidades?

    A nuestro entender es un error el creer que laciencia puede probar o negar la existencia de al-guien que est ms all del universo alcanzable connuestros instrumentos. De todas maneras, hay al-gunas relaciones que nos abren la mente a lo tras-cendente y que nos gustara comentar. Si uno toma-se un cubo de Rubik y tratase de armarlo con losojos vendados, la probabilidad de alcanzar el obje-tivo es de 1 en 5 x 10

    19. Segn el astrofsico Fred

    Hoyle, desde una perspectiva no religiosa, esa pro-babilidad es igual a la que tiene para formarse porazar una de los 200.000 tipos de protenas que losseres humanos tienen en sus clulas. Si se realizarael clculo para la sola consideracin de 2.000 pro-tenas, tendramos una probabilidad de 1 dividi-do por un nmero seguido de una serie de 40.000ceros. Segn Hoyle, la vida no se origin por azar.Ante la pregunta de si puede actuar el azar a unaescala tan grande, contesta que no.Segn sus pa-labras el universo observado por los astrno-mos no sera lo suficientemente grande para dar

    cabida a todos los monos necesarios para escri-

    bir una sola escena de Shakespeare, ni para al-

    bergar sus mquinas de escribir, ni desde luego

    para instalar las papeleras necesarias para ti-

    rar los volmenes de disparates que podran es-

    cribir30. Se necesita una superinteligencia. Unargumento similar haba sido desarrollado poruno de los creadores de la mecnica cuntica,Pascual Jordan

    31.

    En la misma lnea de argumentacin, el ya men-cionado Charles Townes, Premio Nobel por el des-cubrimiento del mser y del lser, dice en su libroMaking Waves32que 1.000 millones de monos te-cleando 1.000 millones de mquinas de escribir a unsegundo por letra desde el origen del universo (hace15.000 millones de aos), no podran escribir por

    azar no ya La Enciclopedia Britnica, ni siquierasu ttulo. El clculo es fcil de realizar:

    15.000 millones de aos x 365 das x 24 horas x3.600 segundos x 1.000 millones de monos = 4,73x 10

    23casos favorables.

    Los casos posibles son igual a: 27 letras y acen-to del abecedario elevado a una potencia de 26 (n-mero de letras y acento del ttulo La EnciclopediaBritnica), es decir 27

    26. La cifra resultante sera

    de: 1,6358 x 1037. Esta ltima cifra es muchsimo

    ms elevada que la primera. La probabilidad de quese forme por azar el ttulo La Enciclopedia Brit-nica es de 1 dividido 35.000 billones (millones demillones segn nuestra terminologa).

    Por supuesto que la aplicacin de un clculo deeste tipo al desarrollo de la vida podra objetarsedesde el momento que podran estar jugando facto-res que dirigiran el proceso en una determinadadireccin. Por ejemplo: la seleccin natural de losorganismos vivos ms aptos. Y lo mismo podradecirse de determinadas combinaciones de las par-tculas elementales. De todas maneras no estamoshablando de armar la Enciclopedia Britnica, quees mucho menos compleja que el cerebro humano,sino de su simple ttulo.

    El mismo Darwin no dud de la existencia de unCreador si nos basamos en la ltima pgina de suobra cumbre El origen de la Especies. WernerHeisenberg, uno de los fsicos ms destacados detodos los tiempos, que desarroll el principio deincertidumbre, en su autobiografa

    33narra una con-

    versacin con el gran matemtico John vonNeumann, en la que ste sostiene que la sola expli-cacin darwinista de la seleccin natural no puedeexplicar el avance hacia la mayor complejidad delos vivientes. La misma opinin sostiene elcosmlogo Fred Hoyle en un reciente libro sobre lamatemtica y la vida.

    Consideraciones finales

    Desde tiempo inmemorial el hombre busca unarespuesta sobre si el universo y la vida tienen o noun sentido ltimo y para ello cuenta con distintas

    Rogelio Toms Pontn

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    ventanas, como dice el fsico Freeman Dyson. La cien-cia es una de esas ventanas, la religin otra. No tienen

    por qu estar en oposicin. Como dijo uno de los pa-dres de la ciencia moderna, Albert Einstein:

    No soy ateo, y no pienso que se me pueda llamar

    pantesta. Estamos en la posicin de un nio pequeo

    entrando en una gigantesca librera llena de libros es-

    critos en muchas lenguas. El nio sabe que alguien

    debi de haber escrito esos libros. Pero no sabe como.

    Tampoco entiende los lenguajes en los que estn escri-

    tos. El nio sospecha borrosamente que existe un mis-

    terioso orden en el acomodo de los libros, pero no sabe

    cual es ese orden. Esta, me parece a m, es la actitud

    hacia Dios, an del ms inteligente ser humano. Con-

    templamos al universo maravillosamente dispuesto y

    obedeciendo a ciertas leyes, pero solamente de manera

    borrosa entendemos esas leyes. Nuestras mentes limi-

    tadas perciben una fuerza misteriosa que mueve a las

    constelaciones34.

    BIBLIOGRAFA

    1. LARSON Edward. Summer for the gods. Ed. 1998.

    2. SOBEL Dava.La hija de Galileo. Editorial Debate, 1999.

    3. LUCAS John. Wilberforce and Huxley: A legendary Encounter en The Historical Journal, 1979, bajado de Internet.

    4. OVERBYE Dennis.Lonely Hearts of the Cosmos: the Story of the Scientific Quest for the Secret of the Universe. Little Brown &Co., 1999.

    5. FERNNDEZ-RAADA, Antonio.Los cientficos y Dios. Ediciones Nobel, 2000. Al terminar el artculo accedimos a este librodel renombrado fsico espaol. Es un libro excelente. Lamentablemente no pudimos hacer uso de l en la medida que nos hubieragustado.

    6. POLKINGHORNE, John.Belief in God in an Age of Science. Yale University Press, 1998. POLKINGHORNE, John. Science &Theology, SPCK, 1998 y The Quantum World. Pricenton Science Library, 1985.

    7. GINGERICH, Owen. The Great Copernicus Chase and other adventures in astronomical history, Cambridge University Press,1992.

    8. AGUIRRE, CRUSAFONT PAYRO y MELNDEZ.La evolucin, BAC, 1976.

    9. BELL Jocelyn y otros.Spiritual Evolution. Scientists discuss their beliefs, Templeton Foundation Press, 1998.

    10. ECCLES, J. y POPPER, K.El yo y su cerebro. Barcelona, Labor, 1982.

    11. Varios de los trabajos de Lucas se pueden bajar de Internet, por ejemplo Minds, Machines and Gdel.El teorema de la incompletitudde Gdel (1931) sostiene que si se escribe una lista finita o infinita de verdades matemticas de acuerdo con una frmula mecnicao axiomtica (mediante computadora), entonces, analizando esta frmula, es posible descubrir otra verdad matemtica que nuncaaparecer en la lista. Ver de NAGEL y NEWMAN, El teorema de Gdel, ed. Tecnos, 1979. El desarrollo de la prueba ontolgicapor Gdel se puede bajar de Internet y est resumida en la obra de John BARROW,La trama oculta del universo, ed. Pirmide,1989. El fsico y telogo Stanley Jaki sostiene, en varios de sus libros, que el teorema de Gdel se opone a una teora fsica total queabarque todo el universo, como la pretendida por algunos cientficos (Weinberg, por ejemplo). Sera como si uno se saliese de supropia piel. A este respecto ver su discusin con el eminente fsico Murray Gell Mann, que narra en el artculo Cosmic Rays andWater Spiderpublicado en el libro citado en 9 (pg. 85 y 86).

    12. ELIADE, Mircea.Historia de las Creencias y de las ideas religiosas, 5 volmenes, Ediciones Cristiandad, 1978 en adelante.

    13. KNIG Franz y otros. Cristo y las religiones de la tierra, 3 volmenes, BAC, 1960.

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    http:///reader/full/dialnet-algunasconsideraciodialnet-algunasconsideracionessobrelacienciaylafenessobrelaciencia 10/10

    86 INVENIO Diciembre 2000

    14. MARINGER, J.Los dioses de la prehistoria.Ed. Destino 1972.

    15. ELIADE Mircea.La religin de los australianos.Ed. Amorrortu, 1978.

    16. CLOSS, A. Pueblos sin escritura: Asia Central y del Norte, en la obra de BLEEKER-WIDENGREN, Historia Religionum, 2tomo, Ediciones Cristiandad, 1973. Ver tambin de G. WIDENGREN,Fenomenologa de la Religin, Ediciones Cristiandad, 1977.

    17. HAWKING, Stephen.La historia del tiempo, 1992.

    18. DE LUBAC Henry.Por los Caminos de Dios. Ed. Lolh, 1962.

    19. ALBRIGHT, W. F.De la edad de piedra al cristianismo. Ed. Sal Terrae, 1960.

    20. GARCA MARTNEZ Florentino.Los textos de Qumran. Ed. Trotta, 1994.

    21. BEHE, Michael.Darwins Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution, Free Press, 1996. Hay una reciente traduccin alespaol por el editorial Bello.

    22. MONOD, Jacques.El azar y la necesidad. Ed. Barral, 1971.

    23. CRUSAFONT PAYRO, Miguel.El fenmeno vital. Ed. Labor, 1974.

    24. BLANDINO, Giovanni. Largumentazione casualistica de Jacques Monod, en la Civilt Catolica, 1978.

    25. REES, Martn.Antes del Principio. El cosmos y otros universos, Ediciones Metatemas, 1999. El profesor Rees, Astrnomo Real deInglaterra, acepta las coincidencias antrpicas (ver la pgina de Internet Anthropic Coincidences, en la cual se enumeran 15, casitodas sacadas de una obra de Gribbin y Rees, Cosmic Coincidences), pero parte de ellas para afirmar que existen mltiplesuniversos. De todas maneras, en un dilogo, A conversation with Sir Martn Rees, tambin bajado de Internet, se manifiestareligioso. Concretamente dice lo siguiente: While science raises problems for certain literal beliefs, I dont think it has any furtherrelevance to ones religious attitudes.Ms adelante afirma If being a scientist teaches me anything, it is that even a single atom istough to understand. That makes skeptical of anyone who claims more than an incomplete and metaphorical understanding of anydeep aspect of reality. But that doesnt stop me being religious in general sense.

    26. REEVES, Hubert.Aves, Maravillosas aves. Los dilogos entre el cielo y la tierra, ed. Pennsula, 1999. Ver, tambin de REEVES,El primer segundo,ed. Andrs Bello, 1998. Sobre el principio antrpico y los mltiples universos existe una recopilacin importan-te: LESLIE, JohnModern Cosmology & Philosophy, ed. 1998. Recomendamos tambin el reciente libro de DENTON, MichaelNatures Destiny. How the laws of biology reveal purpose in the universe, The Free Press, 1998. En el mismo, el bilogo molecularde la Universidad de Otago (Nueva Zelandia) desarrolla el principio antrpico y llega a la conclusin que la vida humana no es unaccidente, basndose en las condiciones para el surgimiento de la misma, como el agua, la luz, el fuego, el aire, etc.

    27. REES, Martn.Just Six Numbers, Basic Books, New York, N.Y., 2000, y resumido en un artculo con el mismo ttulo en la revistaAstronomy (July, 2000).

    28. SWINBURNE, Richard.Is there a God?, Oxford University Press, 1997.

    29. El modelo de Max Tegmark igual que las conclusiones de Nicholas Beale se pueden encontrar en Internet.

    30. HOYLE, Fred.El universo inteligente. Ed. Grijalbo, 1982.

    31. JORDAN, Pascual.El hombre de ciencia ante el problema religioso. Ed. Guadarrama, 1972 y Creacin y misterio, Ed. Eunsa, 1978.

    32. TOWNES, Charles.Making waves. Ed. AIP, 1998.

    33. Heisenberg, W.Dilogos sobre fsica atmica, BAC, 1972.

    34. Este dilogo de Einstein se baj de Internet, conjuntamente con otros muchos dilogos del distinguido sabio. La pgina eswww.geocities.com/fcastrocha/einstein2.htm.

    Rogelio Toms Pontn