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Amalia y George Lucas

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  • AMALIA VISTA DESDE UNAPERSPECTIVA LUKACSIANA

    Virgilio Moya Jimnez

    Este trabajo pone en relacin las ideas de Georg Lukcs en su obraLa novela histrica con Amalia (1851), novela del autor romntico argentinoJos Mrmol. Se realiza un anlisis de la historicidad de la obra y se dauna visin de las opiniones de la crtica acerca del problema de sudefinicin como novela histrica o como novela poltica.

    This work connects Georg Lukcs' ideas of La novela histrica (Thehistorical novel) with those found in Amalia (1851), a novel written by heArgentinian Romantic author Jos Mrmol. It includes an analysis of hehistorical context of this piece and reflects various critical opinions or heproblem of its definition as a historical novel or as a political one.

    Amalia empez a publicarse como folletn del peridico La Semana, de Mon-tevideo, el 21 de abril de 1851, y continu hasta febrero del ao siguiente. Conmotivo del regreso de Jos Mrmol a Argentina, tras la batalla de Caseros, seinterrumpi su publicacin. Los ltimos captulos deban haber salido en El Parande Buenos Aires en octubre de 1852, pero luego no salieron. La primera edicincompleta apareci, por fin, en Buenos Aires en 1855.

    El trabajo consistir en poner en relacin las ideas defendidas por GeorgLukcs en su obra La novela histrica con Amalia, de Jos Mrmol. Al final deltrabajo, me defino sobre la historicidad o no historicidad de esta novela, punto enel que la crtica todava no se ha puesto de acuerdo. Adems, doy una visin dela postura de los crticos ante este problema, que no deja de ser curiosa, por nodecir otra cosa.

    Para Lukcs la novela histrica es Walter Scott. El crtico hngaro centra enel gran novelista escocs su estudio sobre La novela histrica, porque con WalterScott entra la novela histrica en la cultura europea, en la historia de la literatura

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    occidental, aunque, como l mismo dice, ya haya habido novelas de temticahistrica en los siglos xvii y xviiho.

    Una de las primeras afirmaciones que hace Lukcs, al hablar de WalterScott, es que ste pocas veces se expresa sobre el presente 2 . En cambio,cuando se escribe Amalia, viven an la mayor parte de los personajes histricosque aparecen en ella. Lo que ocurre es que Mrmol, por una ficcin calculada,supone que escribe con algunas generaciones de por medio entre l y aqullos,y por eso los tiempos verbales que se refieren a los ltimos estn en pasado. Sinembargo, ya el autor clsico de la novela histrica, Scott, sita la accin de suprimera novela, Waverley (1814), a mediados del siglo XVIII. Despus, se aproximatodava ms a la actualidad con Rob Roy, en la que la accin tiene lugar en losltimos arios del siglo xviii y la novela juvenil de Balzac, Le dernier Chouan, quedescribe el levantamiento de los nobles campesinos bretones contra la Repblicaen 1799. Esta hazaa de Balzac de llevar la novela histrica hasta la historicidaddel presente la explica Lukcs 4

    no por motivos estticos, sino por histrico-sociales.

    As pues, quedan en la misma lnea Scott y Balzac, y tanto el uno como el otroserian una continuacin directa de la novela social realista del siglo xviii 5 . Dedonde se deduce que Scott no es romntico y que la novela en general slo puedeser tomada en serio en cuanto que es novela histrica; la vieja novela social serasu antecedente, la nueva, su consecuencia:

    El que contemple el desarrollo de la novela histrica sin prejuicios mediocre-mente filolgicos ni mecnicamente sociolgicos ver por fuerza que precisamentesu forma clsica procede de la gran novela social y enriquecida por el modode consideracin conscientemente histrico desemboca de nuevo en la grannovela social. El desarrollo de la novela social hace posible la novela histrica,pero, por otra parte, es la novela histrica la que finalmente lleva la novelasocial a la altura de una real historia del presente, de una autntica historia delas costumbres, cosa por la que ya se haba esforzado la novela del siglo xvina travs de sus ms grandes representantes6.

    Luego entre la novela histrica y la de poca social existen, es cierto, diferenciascronolgicas, pero no estructurales. Amado Alonso no piensa as en 1942, cinco

    Georg Lukcs, La novela histrica, Barcelona, Grijalbo, 1976, p.15.2 Lukcs, pp. 30-31.3 Jos Mrmol, Amaba, Madrid, Austral, 1969, p. 9.

    Lukcs, p. 89.5 Lukcs, p. 28.6 Lukcs, pp. 183-189.

    Amado Alonso seala como especfico de la novela histrica la condicin de caducado,pasajero e inesencial que se busca en el material empleado. O sea, la actitud arqueologista del autor.Por ello especifica: no cuento como histricas novelas que pinten los tiempos del autor aunquecontengan episodios reales, ya de la vida privada, como en el Werther de Goethe, ya de la pblica,como en la Amaba de Mrmol (Ensayo sobre la novela histrica. El modernismo en La gloria de DonRamiro). Buenos Aires, Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Institutode Filologa, 1942 (Col. de estudios estilsticos, III), pp. 32 y 145, nota I.

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    aos despus de Lukcs, y debido a l la mayor parte de los crticos modernos noaplicarn la categora de histrica a Amalia.

    Scott no es romntico, segn demuestra Lukcs, porque crea un hroe medio,no un hroe degradado como los creados por los realistas posteriores, ni tampocoun hroe pico como en los grandes poemas. Lo que es un hroe medio nos lodice dos lneas ms arriba:

    El hroe de la novela de Scott es siempre un gentleman ingls ms o menosmodesto y de nivel medio, corriente. El personaje posee por lo general unacierta prudencia o inteligencia prctica, nunca muy destacada, y una ciertafirmeza moral que puede llegar incluso hasta la capacidad de sacrificio pero quenunca desemboca en pasin avasalladora, entusiasta entrega a una causagrande'.

    El hroe, en cambio, de Amalia, Daniel Bello, no tiene nada de mediano a no sersu estatura (p. 37). Es un superdotado, arriesga su vida en cada momento y sejuega, en una palabra, su destino. Nunca mejor lo de hroe, aunque Mrmol seempee en llamarlo actor varias veces. Donde mejor cabra Daniel sera dentrode la categora de hroe demnico, en el sentido de que sabe hacer clculos,pesar los pros y los contras e, incluso, intenta adivinar los resultados. Como estoparece una degradacin, si pensamos en el hroe antiguo de la pica, Lukcs lellama hroe degradado 9. Y esto es, ms o menos, lo que nos dice el narrador deDaniel en el captulo XIII de la primera parte, donde el joven expone su maquia-vlico plan antirrosista, pero copia exacta del de Rosas: hacer que se devorenunos a otros los federales:

    Fro, tranquilo, imperturbable, l observaba hasta lo ntimo del pensamientoy de la conciencia de cuantos lo rodeaban, sin dejar de calcular las ventajas quepodra sacar del frenes de los otros (p. 123).

    Daniel sabe fingir el ms fantico federalismo en contra del rosismo y engaa aunos (los federales) y explota a otros (la carta de Marcelina y el miedo a que seequivoquen de don Cndido). Hasta este ltimo lo ve demnico. En una ocasinle llama diablo (p. 376) y en otra cree ver en l al mismo Judas (p. 511).

    Ahora bien, aunque el hroe de esta novela se diferencia en este sentido de ladegradacin de los de Scott (stos estaran entremedias del hroe pico y deldegradado), hay que sealar que se parece a ellos en que, en primer lugar, no esninguna personalidad histrica. Los protagonistas de las novelas de Scott no sonni Ricardo Corazn de Len, ni Luis XI, ni Cromwell, ni Mara Estuardo, sinoVich Jan Vohr (Waverley), Burley (Old Mortality), Robin Hood (Ivanhoe), RobRoy, etc. En Amalia, podra muy bien ser el protagonista Rosas o Lavalle. Por otra

    8 Lukcs, p. 31.9 Estas ideas de la degradacin las expone Lukcs en su Teora de la novela, Barcelona, Grijalbo,

    1975.

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    parte, tanto Daniel como los hroes del autor escocs se encuentran en relacinhumana con ambos campos'. Daniel se mueve entre ambos bandos, unitarios yfederales, y entre ambas orillas del Plata. Termina de reunirse con un grupo deunitarios en casa de Marcelina y a rengln seguido asiste a un baile de federalesdonde se hallan las personalidades ms destacadas de este partido, excepto Rosas.Y termina el baile y se vuelve a reunir, ahora en Montevideo, con un grupo deunitarios en exilio. Y en este mismo captulo (III, 3) se nos dice por tres veces queDaniel no es unitario, al menos en el sentido rivadivista. Sin embargo una cosa eslo que nos cuenta el narrador y otra lo que hace Daniel, porque desde el primercaptulo, en que providencialmente salva a un prfugo unitario (Eduardo Belgrano)de las manos de un grupo de soldados federales, hasta el ltimo, en que muereluchando tambin en contra de stos, se ve que siempre est al servicio de unacausa y que sta es la unitaria. Todo nos hace pensar que Mrmol ha ledo a Scotty que ha aprendido sus esquemas, pero no logra aplicarlos por completo.

    As que, segn Lukcs, como lo que estaba elevndose en Europa occidentalera la clase media, la novela realista tena que apartarse del gran hroe romnticoy presentar hroes mediocres, antiheroicos. De aqu, tambin, que las personalidadesde la historia nunca asuman el papel protagonista. Lukcs elogia a Walter Scottporque las figuras histricas importantes de sus novelas aparecen slo comopersonajes secundarios:

    Pues la exposicin amplia y rica del ser de la poca no se puede producir sinoal hilo de la configuracin de la vida cotidiana nacional, de las alegras y lossufrimientos, las crisis y las perplejidades de los hombres medios, nico lugaren que aquel ser se asoma claramente a la superficie. En cambio, la destacadafigura histrica que recoge y encarna una corriente de la historia lo hacesiempre y necesariamente en un determinado terreno de abstraccin".

    Rosas no aparece en Amalia nada ms que tres veces, pero no se puede decir quesu papel sea meramente secundario: cuando no est en primer plano est al fondo.Su funesta sombra se cierne a lo largo de toda la novela, desde el primer captulo,en que sus sicarios marcan a Eduardo Belgrano con heridas oficiales, hasta elltimo, cuando la Mazorca entra a degello en casa de Amaba Senz de Olabarrietay acaba con la vida de los protagonistas.

    Sin embargo, a lo Walter Scott, Rosas aparece ya completamente formado ensentido sicolgico". Como personaje histrico, Rosas est ya determinado por lahistoria misma y por eso las relaciones entre l y el mundo novelesco no puedenser libres, estn ya prefijadas.

    Y, al igual que Scott, tampoco Mrmol sita a Rosas en ningn pedestalromntico, lo configura como hombre con virtudes buenas y malas". Est claro

    t Lukcs, p. 35." Lukcs, p. 38.12 Lukcs, p. 37.13 Lukcs, p. 45.

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    que carga un poco las tintas cuando habla de Rosas, especialmente cuando nos lopresenta martirizando a su hija Manuela, la primera vctima del terror rosista(I, c.4), y cuando permite, con toda la flema del mundo, que sus soldados degellena Antonio Fragueiro Calvio, un vendedor de dulces de sesenta y pico de aos(V, c.2). Sin embargo, en el retrato que de l se nos hace en primersimo plano,Rosas resulta, en conjunto, ms bien agradable (p. 47). Cuando le explica aVictorica su plan para capturar al prfugo unitario que se les escap la noche del4 de mayo de 1840 parece un genio. Y lo que sigue tambin es positivo:

    Aquel hombre (Rosas), de una naturaleza de bronce, que acababa depasar la noche con las mismas comodidades que su caballo, o ms bien, conmenos comodidades que el animal, llegaba, sin embargo, fresco, lozano yfuerte, como si saliese de un colchn de plumas y de un bao de leche(pp. 414-415).

    Rosas come, bebe, sufre, envidia, desea, etc., necesidades primarias de las que noest exento ningn hombre. Mrmol lo considera desde la perspectiva del escritorrealista, pero evita (Scott tambin lo hace) al mismo tiempo lo que Hegel hallamado la psicologa del valet de chambre, el detallado anlisis de pequeascaractersticas humanas que no tienen nada que ver con la misin histrica delpersonaje de que se trate".

    A pesar de todo lo anterior, Amalia no est construida segn un modelomaniquesta: ni todos los unitarios quedan bien, ni todos los federales son malosy feos. Manuela Rosas est pintada muy bien. A Agustina se la destaca por sufsico, lo mismo que a Santa Coloma. En cambio, la seora de N..., mejor, elmarido de la seora de N... es la unitaria ms intransigente, la portea ms altivaque ha existido jams (p. 191). La seora del federal Roln es de lo mejor quehay en el crculo federal; su corazn siempre tiene sensibilidad para todos, y sumano no se cierra nunca a los desgraciados (p. 191). Y en fin, si carga las tintasMrmol cuando habla de Rosas, se ve en l menos respeto poltico por Lavalle quepor Juan Manuel, que sin moverse gana la partida ante las indecisiones y las idasy venidas de aqul.

    Si Rosas sigue la lnea que le marca la historia y se ve mediado por sta, nosucede otro tanto con Daniel. El joven se halla mediado por una serie deconflictos polticos. El autor se nos muestra aqu ms libre, ya que se trata deun personaje totalmente novelesco, y nos describe una curva en su vida. Cuandovuelve de Montevideo a Buenos Aires en la ballenera de Mster Douglas, solo,en plena noche y en pleno mar, reflexiona y se da cuenta de que vuelve a su pascargado de desengaos, el que, hasta ahora, haba sido un joven lleno deilusiones. La suma de desengaos asciende hasta cinco, y todos ellos estnexpresados con la misma estructura sintctica: un pretrito indefinido, crede las cinco veces, dos usa los sinnimos pens y juzgu, y la conjuncin y,

    " Lukcs, p. 48.

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    que aqu tiene un claro valor adversativo. Reduciendo tal andamiaje a unesquema quedara as:

    Cre encontrar, hallar, ser, ser, ensear.Y: encuentro, encuentro, hallo, veo, veo.

    Y tras el suma y sigue de sus desengaos, es muy sintomtico que Danielexclame Malo! (p. 234). No hay que olvidar, por otra parte, que aqu suspalabras son ms sinceras que nunca, porque si no se sincera ante la inmensidaddel mar el captulo se titula Monlogo en el mar y en un monlogo,cundo lo va a hacer? La prxima que diga malo ser en el captulo 15 de esamisma parte (III, p. 296), cuando le fallen sus planes por primera vez.

    Y, fmalmente, en el captulo 8 de la V parte, pp. 459-460, siente miedo, almenos eso es lo que le dice a su amigo Eduardo.

    Pero, en una palabra, qu es lo que hace que las novelas de Scott seanhistricas y no las novelas de temtica histrica del siglo XVII (Scudry, Calpre-nde, etc.) y XVIII (el Castle of Otranto, de Walpole, la ms clebre novelahistrica de ese siglo)? La respuesta que da Lukcs es que en las de Scott sehace derivar la individualidad de los personajes de la peculiaridad histrica desu edad. Los autores que he mencionado antes, aunque reflejaban los estadossociales en sus novelas, lo hacan como algo dado, no como una evolucin queinfluye sobre los individuos y personajes. O sea, que no slo hay que hacerle alnoble hablar como noble y al pastor como pastor, sino que hay que explicar estehecho en su evolucin histrico-social. Pasando de este recreamiento del textolukacsiano i5 a Mrmol, uno no deja de sorprenderse de cmo llega este autorargentino a conseguir esto en 1851. Pintar sicolgicamente a Rosas, tal y comoera, le sera ms o menos fcil. (Esto no quiere decir que la informacin histricasea tambin ms fcil por tratarse de una poca contempornea al autor: ellector exige ms, porque est tambin al corriente de la historia.) Sin embargo,explicar los antecedentes de su actuacin y derivar as a Rosas de la peculiaridadde su poca no era fcil en un pas en que no se haba escrito ninguna novelahistrica todava. Rosas es el fruto de una ilusin, la de pensar que la historiada saltos y que se puede pasar de la Edad Media a la Contempornea sindificultad:

    Pasar del siglo xvi de la Espaa a los primeros das del siglo xix de laFrancia, era ms bien un sueo de poetas pastoriles que una concepcin dehombres de Estado; y los resultados de ese sueo estn ah vivos y palpitantesen la reaccin que representa Rosas: ese mesas de sangre que... (p. 61).

    Rosas es adems fruto de una improvisacin, la de la Repblica. No se puedeimponer un sistema de gobierno al pueblo sin que ste lo pida, o mejor, d su

    " Lukcs, p. 15.

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    sangre para conseguirlo (p. 355). Rosas, en fin, es fruto de la anarqua que produceel individualismo (p. 473). Esta idea del individualismo, que conduce fatalmente ala disociacin, se convierte casi en un leit motiv a lo largo de la obra.

    La relacin entre circunstancias e individuos no slo se ve en el caso de Rosas,sino tambin en otros personajes y en el argumento mismo. Las lneas que vienena continuacin, de Bratosevich, prueban esto ltimo:

    En cuanto a unidad, ambas lneas argumentales la de los acontecimientospblicos que van preparando la poca del terror y el conflicto individual delos personajes constituyen el primer xito narrativo de la obra, pues unaimplica a la otra y la desencadena (huida frustrada de Eduardo a Montevideo,riesgo de ser muerto, conocimiento e intimidad de Amalia)'6.

    En el caso de Daniel se ve clara esta interconexin en unas palabras que pronuncial mismo tras la reunin que mantiene en Montevideo con el seor Martigny,Julin Agero y Florencio Varela: Ahora yo me vuelvo a mi Buenos Aires, a quelos sucesos me aconsejen la conducta que yo y algunos pocos amigos debemosseguir en ella (p. 229).

    Pero Lukcs va an ms lejos: la descripcin de los acontecimientos histricosen su interaccin con los individuos ha de llevar a sentir la interaccin entre lasesferas superiores y las inferiores de la sociedad, siendo estas ltimas la basematerial de las otras:

    Pero la composicin de la imagen histrica de conjunto consiste precisamenteen dar forma a una rica interaccin.., entre las varias capas de reaccin alresquebrajamiento del fundamento entitativo, en revelar poticamente la conexinentre la viva espontaneidad de las masas y la consciencia mxima posible de laspersonalidades rectoras".

    Despus, para aclarar esto, acude Lukcs al ejemplo de Lenin y aquel obrero dePetrogrado. En l se ve cmo reacciona ste ante el nuevo pan que le ofrece elcomunismo y cmo aprende Lenin de esa reaccin y utiliza ese aprendizaje despusen su politica.

    Acabamos de ver que tanto en la trama como en los personajes se da esainteraccin entre acontecimientos histricos e individuos que con tanta fuerzaaparece en las novelas realistas de Walter Scott. Ahora bien, ver una completainteraccin entre la sociedad de Amalia y los hombres que la dirigen seria verle trespies al gato. En primer lugar, Mrmol es partidario de la divisin de clases, lo cualsuprimira toda posible interaccin. Toda la novela est salpicada de lamentos poruna estructura medieval desaparecida. Y la metfora que emplea para plasmar esadivisin no es la del plstico, sino la del dique (pp. 85 y 335), mucho ms difcil de

    16 Amalia de Nicols Bratosevich en la Enciclopedia de la literatura argentina dirigida porPedro Orgambide y Roberto Yahni, Buenos Aires, 1970, p. 34.

    " Lukcs, p. 44.

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    traspasar an, aunque los dos sean impermeables. Adems, las relaciones amo-siervo entre Daniel y Fermn, Amalia y Pedro, tan feudales, nos vienen a decir lomismo. O sea, que el autor va en serio. Y por si fuera poco, en una ocasin se leescapa al narrador, para calificar a Amalia, el adjetivo feudal (p. 463).

    No se le ve a Mrmol entusiasmado por la clase baja y por sus problemas,aunque no se le puede acusar ahora de eso. l vio las cosas tal como poda verlasdesde su situacin histrica y desde su concepcin poltica. La miseria de lasnegras y mulatas que pululan por el libro y por las calles de Buenos Aires no espropiamente una miseria social provocada por Rosas; por tanto, no saben que susuerte depende, total o parcialmente, de ellas. Para que se d interaccin, la clasebaja tendra que estar enterada, concienciada. Rosas, en todo caso, lo que haraseria remediar esa pobreza al promulgar la ley del Hambre y al cambiarles pan pordelacin. Aqu se podra ver, aparte de una venganza tercermundista, un tipo deinteraccin entre dirigentes y clase baja, pero estas vctimas no aparecen comopersonas que sufren y toman conciencia del problema actual, de la historia que sehace minuto a minuto, da a da. Todo parece indicar que esta parte de las masasno participa en la historia, y la novela histrica se crea a partir de la entrada delas masas en la historia".

    La burguesa ni siquiera aparece en la novela. No se ven en ella comerciantes,tenderos, propietarios de taller, etc. Mrmol con quien se identifica es con laaristocracia: Amalia tiene ocho criados y es hija de coronel; Eduardo, sobrino degeneral; Daniel es hijo de Antonio Bello, hacendado rico del sur; Florencia Du-pasquier es hija de una de las familias ms antiguas de Buenos Aires. Entre estaminora aristocrtica, tanto unitaria como federal, y los lderes polticos s que sepodra ver un tipo de interaccin.

    Los que tienen un papel histrico decisivo son los dirigentes de las masas.Mrmol seala varias veces que las individualidades son las que hacen la historiay no el pueblo, que todava no tiene voz en Amrica (p. 216). En la reunin deMontevideo, ilusionado Daniel todava con la idea de que all mande alguien msque Rivera, pregunta al seor Martigny: Pero, hay pueblo? No hay pueblo(contesta Martigny); ...hay Rivera, nada ms que Rivera. Hay algunos hombres detalento, como Vzquez, Muoz, etc. (p. 216).

    Ahora bien, aunque Mrmol conoce la participacin en la historia de laspersonalidades histricas no la sobrestima demasiado y ofrece ciertas posibilidadesen el futuro a otros factores causales: la prensa, por ejemplo; el pueblo, a pesar dela falta de interaccin entre l y los lderes polticos en Amalia. Pero, para que estoocurra, habr que darle tiempo al tiempo. La idea del pueblo como factor histricoen el futuro se ve claramente en unas lneas de la proclama del Gobernador yCapitn General de la provincia de la Rioja, Brigadier D. T. Brizuela, a suscompatriotas:

    ' 8 Lukcs, pp. 15-25.

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    No confiemos ms la suerte de nuestra patria a los caprichos de un hombresolo. Carguemos sobre nuestros hombros el peso grave de nuestros destinos.Nos falta mucho, es verdad... (p. 278).

    Mrmol piensa lo mismo pero primero habr que educar al pueblo para que unda se pueda dar su constitucin.

    El pueblo, en cambio, que se ve en Amalio es ignorante, infeliz, inocente, ciego,atrasado, etc. Todos esos adjetivos nos dan idea de lo mismo, de que el pueblo nose entera de su momento histrico y de que, por tanto, no hace ni politica, nihistoria. Adems, tampoco le importa en lo ms mnimo Cuando termina Salomnsu discurso tronando un viva la Federacin y un mueran los salvajes unitarios,la turba que transitaba por la calle repeta los gritos no cuidndose mucho dedecir Viva! cuando Salomn gritaba Muera! y viceversa (p. 121). (Los trminosplebe, vulgo y turba aparecen como sinnimos de pueblo.)

    Otro factor histrico para Mrmol es la Providencia. Sus sinnimos son Dios,fatalidad y destino. El sentido de necesidad histrica para Scott es totalmentedistinto: no es impuesta a los hombres, sino que es la interaccin entre las circuns-tancias histricas y los individuos con sus pasiones'. Aqu en esta obra la Providenciano slo determina el proceso de la historia en general, sino la particular de lospersonajes novelescos. Recurdese que en el primer captulo Daniel salva provi-dencialmente a Eduardo de manos de los federales y que Luisa libra a Amalia delmismo modo de las manos de Santa Coloma (p. 469) gracias a la carta de ManuelaRosas. Aunque la novela apareciera por entregas y transcurriera algn tiempoentre la primera pgina y la ltima no se puede decir que Mrmol pasara de undeterminismo a un idealismo, ni viceversa, en la forma de concebir la historia.

    Lukcs contina diciendo que, a partir de la revolucin de 1848, se rompe launidad entre la novela histrica y la realista del siglo XIX (Ggol y Tolstoy enRusia; Balzac en Francia) y que aqulla evoluciona para convertirse en un gneroespecial. En la revolucin, las armas de la burguesa se han vuelto contra ella, demodo que desde entonces cada pueblo tiene conciencia de haber quedado divididoen dos naciones: el pueblo y la burguesa. Esta ltima abandona la historia,cuyos resultados futuros teme, y se entrega en manos del positivismo, que debeexplicarlo todo, hasta la historia a la que sustituye. Se desarrolla as una huidadel pasado y de la objetividad que afecta tanto al creciente naturalismo de lanovela realista como al subjetivismo, modernizacin, exotismo, mitificacin yotros vicios de la novela histrica burguesa. Por otro lado, est el peligro de laparcialidad popular (Erckmann-Chatrian), que pinta una sola capa social, lainferior.

    El esquema no sirve para Amaba, a pesar de que se escribiera en 1851, porquea los pases atrasados todo llega tarde, aparte de que Amalia ni es una novelapositivista que abandone la historia (aunque trata del presente) ni peca por estara favor de una capa social inferior.

    19 Lukcs, p. 61.

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    Quiero terminar con las ideas de Lukcs sealando: primero, que las mujeresde la novela de Mrmol (Amalia, Florencia, Manuela, etc.) son cursis y correctas,nada erticas, exactamente iguales que las de Scott (esta es la crtica que le haceBalzac). Segundo, que Mrmol utiliza tambin la tcnica onomstica: DanielBello, Cndido, Amalia. De las novelas de Scott he sacado estos nombres paraprobar lo dicho: Flora y Rose, Oldbuck, Wandering Willie y Guy Mannering. Y, enfin, que Mrmol supera a Scott en la tcnica del retrato. Sirva de ejemplo el quehace del federal Salomn:

    Era ste un hombre como de cincuenta y ocho arios a sesenta aos de edad,alto y de un volumen que podra muy bien poner en celos al ms gordo bueyde los que se presentan en las exposiciones anuales de los Estados Unidos; cadabrazo era un muslo, cada muslo un cuerpo y su cuerpo, diez cuerpos (p. 118).

    Hasta aqu hemos visto que Amalia unas veces sigue cerca la idea de novelahistrica tal y como la concibe Luckcs, y, otras, se aleja. Pero, con todo, es o nonovela histrica?

    1. La novela trata del presente, pero ya hemos visto que las diferencias entrela novela histrica y la de poca son cronolgicas, pero no estructurales.Este punto es interesante porque casi toda la crtica moderna se apoya eneste esquema para probar que Amalia no es una novela histrica. Estesera un criterio muy estrecho que dejara fuera de su sitio a muchasnovelas que Lukcs considera como histricas (Balzac). En resumen, esteargumento no es bice para que una novela sea histrica.

    2. Hemos visto que Lukcs da mucha importancia a los personajes, protago-nistas y figuras histricas para definir la novela histrica, que en unapalabra es Walter Scott. Sin embargo el historicismo de una novela histricapuede muy bien estar en el universo novelesco y no en los protagonistas.De donde se sigue que, aunque el hroe de Amalia, Daniel, no sea unhroe medio como los de Scott, puede la novela en s ser histrica.

    3. Lo especficamente histrico, segn Lukcs, se da en Amalia, esto es, laderivacin de la individualidad de los personajes de la peculiaridad histricade su edad.

    4. La novela gira en torno a un tema de historia, actual pero histrico. Giraen torno al apellido Rosas y se dirige adems a la historia que habr derecoger ese presente.

    5. La casi totalidad de los nombres que aparecen en la novela son histricos.

    A pesar de todo, Amalia no es novela histrica para la mayor parte de la crticamoderna. Por qu? Amado Alonso no considera histricas las novelas cuyaaccin se centra en los tiempos en que vivi el autor (vase la nota 7). Luis AlbertoSnchez da a la novela de Mrmol un carcter poltico, que puede parecernos hoyhistrico pero que no lo fue cuando se redactaba 2. Para Rafael Alberto Arrieta,

    L. A. Snchez, Proceso y contenido de la novela hispano-americana, Madrid, Gredos, 1968,p. 347.

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    la coetaneidad del autor convierte a su pretendida novela histrica en novelamilitante y documentaria". Para Lichtblau, Amalia is fundamentally a socialand political document que slo by a broad extension of the term puede sercolocado en la misma categora que las obras de Walter Scott, for his focal pointwas not the past, but, the dynamic present... This work is a novel of contemporaryaffairs, rather than a historical novel 22. Y Anderson Imbert: Es, pues, novelapolitica... diez arios separan al novelista de lo novelado, pero cre la ilusin de unadistancia mayor hasta el punto de que hay crticos que consideran a Amalia como"novela histrica". El pasado era reciente, sin embargo; ms an: no era unpasado. El autor no miraba con perspectiva histrica sino politica". Bratosevichla rebaja por razones de estilo a crnica interesada y novelada de situacionesinmediatas.., por lo que no podemos hablar cabalmente, en este caso, de unanovela histrica, ya que carece de la visin de lejana ms o menos arqueolgicaque se propone tener toda novela histrica24.

    Quiero terminar diciendo que, como se ha podido observar, la crtica parte deuna definicin ajustada de la novela histrica como gnero perfectamente deter-minado y pasa, luego, a considerar como nicamente histrico lo pasado y no loactual. En una palabra, lo que est en juego es la historiabilidad novelesca de locontemporneo, que Lukcs" resuelve diciendo que, si uno no es mezquinamentefilolgico o mecnicamente sociolgico, ver que la novela histrica eleva a lanovela social al grado de una verdadera historia contempornea, de una autnticahistoria de las costumbres.

    VIRGILIO MOYA JIMNEZ

    21 R. A. Arrieta, Historia de la literatura argentina, t. II, p. 268.22 Myron Lichtblau, The Argentine Novel in the Nineteenth Century, New York, 1959, pp. 46-47.23 A. Imbert, Historia de la literatura hispanoamericana, Mxico, 1961, t. I, p. 240.24 Bratosevich, pp. 33-34.25 Lukcs, p. 189.