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| Depósito Legal: V-5051-2008 | ISSN: 1989-3477 Competencias argumentativas en la alfabetización académica | ARTíCULo |Fecha presentación: 02/02/2010 | Aceptación: 20/04/2010 |Publicación: 04/06/2010 Resumen Este trabajo se enmarca en las numerosas investigaciones sobre escritura académica que vienen desarrollándose en diversos países. Dentro de ellas, buscamos articular líneas de investigación que se ocupan de la alfabetización académica, de los géneros académicos y del papel de la argumentación en los mismos. Para ello, implementamos desde 2005 un programa de alfabetización académica en una asignatura de Humanidades de una universidad argentina, cuyo tramo final es la elaboración y exposición de ponencias grupales, entendidas como construcciones argumentativas que ponen en consideración resultados de investigación. En relación con éstas, este trabajo presenta resultados, en torno a la relación entre los productos finales, los procesos y los contextos de producción. Palabras clave: alfabetización académica, géneros académicos, argumentación, lectura, escritura Resum Aquest treball s'emmarca en les nombroses investigacions sobre escriptura acadèmica que vénen desenvolupant-se en diversos països. Dins d'elles, busquem articular línies d'investigació que s'ocupen de l'alfabetització acadèmica, dels gèneres acadèmics i del paper de l'argumentació en els mateixos. Per a això, implementem des de 2005 un programa d'alfabetització acadèmica en una assignatura d'- Humanitats d'una universitat argentina, el tram final de la qual és l'elaboració i exposició de ponències grupals, enteses com a cons- truccions argumentatives que posen en consideració resultats d'investigació. En relació amb aquestes, aquest treball presenta resultats, entorn de la relació entre els productes finals, els processos i els contextos de producció. Paraules clau: alfabetització acadèmica, gèneres acadèmics, argumentació, lectura, escriptura Abstract This paper is connected with many research works on academic writing which are being carried out in different countries. In our case, we tend to articulate research lines which mainly deal with academic literacy, academic genres and the role of argumentation. For such a reason, since 2005 an academic literacy program has been developed in a subject that belongs to the Humanity area at an Argentinian university. The last step in this program is the elaboration and exposition of group papers, taken as argumentative constructions which put research results for consideration. This paper presents some results obtained as regards the relation between final products, pro- cesses and production contexts. Keywords: academic literacy, academic genres, argumentation, reading, writing Constanza Padilla Sabaté de Zerdán Profesora Asociada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán [email protected] Silvina Douglas de Sirgo Profesora Jefa de Trabajos Prácticos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán [email protected] Esther Angélica López Profesora Auxiliar Docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán [email protected]

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  • | Depsito Legal: V-5051-2008 | ISSN: 1989-3477

    Competencias argumentativas en laalfabetizacin acadmica

    | ARTCULo

    |Fecha presentacin: 02/02/2010 | Aceptacin: 20/04/2010 |Publicacin: 04/06/2010

    Resumen

    Este trabajo se enmarca en las numerosas investigaciones sobre escritura acadmica que vienen desarrollndose en diversos pases.Dentro de ellas, buscamos articular lneas de investigacin que se ocupan de la alfabetizacin acadmica, de los gneros acadmicos ydel papel de la argumentacin en los mismos. Para ello, implementamos desde 2005 un programa de alfabetizacin acadmica en unaasignatura de Humanidades de una universidad argentina, cuyo tramo final es la elaboracin y exposicin de ponencias grupales, entendidascomo construcciones argumentativas que ponen en consideracin resultados de investigacin. En relacin con stas, este trabajo presentaresultados, en torno a la relacin entre los productos finales, los procesos y los contextos de produccin.

    Palabras clave: alfabetizacin acadmica, gneros acadmicos, argumentacin, lectura, escritura

    Resum

    Aquest treball s'emmarca en les nombroses investigacions sobre escriptura acadmica que vnen desenvolupant-se en diversos pasos.Dins d'elles, busquem articular lnies d'investigaci que s'ocupen de l'alfabetitzaci acadmica, dels gneres acadmics i del paper del'argumentaci en els mateixos. Per a aix, implementem des de 2005 un programa d'alfabetitzaci acadmica en una assignatura d'-Humanitats d'una universitat argentina, el tram final de la qual s l'elaboraci i exposici de ponncies grupals, enteses com a cons-truccions argumentatives que posen en consideraci resultats d'investigaci. En relaci amb aquestes, aquest treball presenta resultats,entorn de la relaci entre els productes finals, els processos i els contextos de producci.

    Paraules clau: alfabetitzaci acadmica, gneres acadmics, argumentaci, lectura, escriptura

    Abstract

    This paper is connected with many research works on academic writing which are being carried out in different countries. In our case,we tend to articulate research lines which mainly deal with academic literacy, academic genres and the role of argumentation. For sucha reason, since 2005 an academic literacy program has been developed in a subject that belongs to the Humanity area at an Argentinianuniversity. The last step in this program is the elaboration and exposition of group papers, taken as argumentative constructions whichput research results for consideration. This paper presents some results obtained as regards the relation between final products, pro-cesses and production contexts.

    Keywords: academic literacy, academic genres, argumentation, reading, writing

    Constanza Padilla Sabat de ZerdnProfesora Asociada de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de [email protected]

    Silvina Douglas de SirgoProfesora Jefa de Trabajos Prcticos de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de [email protected]

    Esther Anglica Lpez Profesora Auxiliar Docente de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de [email protected]

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]

  • 1. Introduccin

    En la actualidad ha cobrado visibilidad el reconocimiento deque la entrada a los estudios universitarios implica para losestudiantes, no slo un proceso arduo de aprendizaje de con-tenidos disciplinarios de complejidad creciente, sino en es-trecha relacin con ello, el conocimiento y dominio dediversos modos de comunicacin de ese saber disciplinario,hasta tal punto que gran parte del fracaso acadmico de losalumnos se debe a los serios problemas de acceso a los textosdisciplinares y a las importantes limitaciones para dar cuentade los saberes construidos, de acuerdo a las restricciones deformulacin propias del discurso acadmico, en general, y delos mbitos disciplinarios especficos, en particular.

    Esta innegable conexin entre habilidades discursivasacadmicas y aprendizaje disciplinario fue ignorada pormucho tiempo, tanto en el campo de la docencia como en elde la investigacin. El docente universitario, a pesar de queao a ao reciba un estudiantado con mayores dificultadesen el manejo del lenguaje oral, la lectura y la escritura, pen-saba y en muchos casos sigue pensando- que no deba ocu-parse de dichos problemas. Pero tampoco reparaba en que lasdificultades no se concentraban slo en las competencias quedeban traer los alumnos del nivel secundario y que no traan,sino en el desconocimiento por parte de dichos estudiantesde los modos especficos de construccin, circulacin y legi-timacin del conocimiento cientfico en el mbito acadmico;modos que deben ser aprendidos y, por lo tanto, enseados.

    Afortunadamente, esta representacin docente vienemodificndose desde hace algunas dcadas en algunos pa-ses, especialmente en los anglfonos (EEUU, Inglaterra yAustralia), donde a partir de acciones concretas, encaraninstitucionalmente lo que se ha denominado alfabetizacio-nes acadmicas (Lea y Street 1998), a travs de programasde escritura especficos integrados en los espacios curricu-lares (Russell 1990; Chalmers y Fuller 1996, entre otros).

    Otra cuestin a tener en cuenta, con respecto al ingresoa la vida acadmica, es la matriz cognitiva que traen losalumnos de sus estudios previos. En el contexto argentino,por ejemplo, a pesar de los proyectos de renovacin curri-cular implementados desde los 90, no se ha abandonado to-dava, en los hechos, una concepcin reproductiva y establedel conocimiento, lo cual tiene numerosas implicaciones;entre ellas, la desatencin al desarrollo de habilidades depensamiento crtico o habilidades argumentativas.1

    Algunas encuestas realizadas por nuestro equipo de in-vestigacin en los ltimos aos (Padilla et al. 2004; 2006;2007) han puesto en evidencia que no slo no se ha genera-lizado la enseanza explcita de la argumentacin en ningnnivel del sistema educativo, sino que tampoco se promuevencontextos institucionales para la discusin crtica; esto es, nose crean espacios para que el estudiante haga uso de la pala-bra propia, ni fundamente sus puntos de vista. Por el contra-rio, en muchos casos se siguen manteniendo actitudes que

    concentran el uso de la palabra legtima en el docente, lo cualimplica una adhesin, en gran medida y sin cuestionamiento,al modelo transmisivo de conocimiento, representado, en elcaso de la universidad -especialmente en el rea de las cien-cias humanas y sociales-, en la tradicional dicotoma acad-mica clase terica (exposicin magistral) y clase prctica(aplicacin de conocimiento terico). Esta adhesin pareceestar apoyada en una serie de supuestos, tales como:

    - Los estudiantes carecen en absoluto del conocimientodisciplinario, por lo tanto, hay que transmitirlo.- Como carecen de este conocimiento, no estn en condi-ciones de dar su punto de vista acerca de lo enseado, porlo cual, deben reproducir lo ms fielmente posible el re-corte disciplinario del docente y demostrar lo aprendidoaplicando esos contenidos tericos en cuestiones prcticas.

    De esta manera, el docente termina reforzando las prc-ticas escolares arraigadas, perjudicando al alumno en elabordaje de textos acadmicos, al favorecer con respecto alos mismos, por ejemplo, estrategias de lectura expositiva(Padilla, 2004); es decir, slo importa recuperar qu dice eltexto, pero no quin lo dice, ni desde qu marcos concep-tuales, ideolgicos e histricos lo dice, ni qu evidencias pro-porciona para decirlo, todo lo cual implicara una estrategiade lectura argumentativa.

    En el contexto europeo diversos documentos producidosen el marco del Espacio Europeo de Educacin Superior2

    vienen cuestionando, desde fines de los 90, los modelos yestrategias de enseanza, basadas en la transmisin de co-nocimiento por parte del profesor y el aprendizaje reproduc-tivo por parte del alumnado. Por el contrario, se insiste enque se debe potenciar la capacidad de aprendizaje autnomopor parte del estudiante, las competencias intelectuales y so-ciales, las capacidades de resolucin de problemas y el fo-mento del trabajo cooperativo (Lpez Meneses y MartnSnchez 2009: 39)

    Con el propsito de ocuparnos de esta problemticacompleja, desde el ao 2005, el equipo que integramos hapuesto en marcha una experiencia de investigacin-accin3

    en una asignatura del rea de Humanidades (UniversidadNacional de Tucumn, Argentina) a travs de un programade alfabetizacin acadmica, en donde priorizamos el des-arrollo de habilidades argumentativas como base insoslaya-ble para el desarrollo de habilidades acadmicas.

    Para ello, comenzamos trabajando con la argumentacincotidiana para iniciarlos luego en la argumentacin acad-mica propia del rea de las humanidades. En tal sentido, fo-calizamos la atencin en la dimensin polifnica yargumentativa de los textos, lo que facilita luego la produc-cin de escritos con similares caractersticas. En particular,destinamos un lapso extendido de tiempo para la elabora-cin gradual de una ponencia grupal en su versin escrita,

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    1 Entendemos estas habilidades, en la instancia de comprensin textual, como el reconocimiento de la tesis, del propsito del enunciador, de los argumentos,premisas y evidencias ofrecidas; la contextualizacin de la postura del enunciador en marcos conceptuales, ideolgicos e histricos, y la construccin deuna perspectiva personal. En la instancia de produccin, como la verbalizacin, tanto en la oralidad como en la escritura, de una argumentacin con par-metros bsicos de razonabilidad. Seguimos parcialmente, entre otros autores, a J. McMillan (1987), R. Mayer y F. Goodchild (1990), W. Huitt (1995) y R.Paul (1984; 1991), en cuanto a la conceptualizacin del pensamiento crtico; y a diferentes lneas tericas de la argumentacin: Ch. Perelman y L. olbrechts(1970), F. van Esmeren, R. Grootendorst y F. Snoeck (2006), C. Plantin (2005), entre otros.2 Declaracin de la UNESCo sobre la Educacin Superior en el siglo XXI (1998), Declaracin de Bolonia (1999), Comunicado de Praga (2001), Comunicadode Berln (2003), Bergen (2005), Londres (2007). Cfr. Lpez Meneses y Martn Snchez (2009).3 En el marco del Proyecto CIUNT 26/H430 (Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Tucumn), titulado Prcticas discursivas crticas encontextos educativos, dirigido por Constanza Padilla.

  • con su posterior exposicin en unas Jornadas-, entendidacomo comunicacin de resultados de una investigacin quelos estudiantes inician en el segundo cuatrimestre del ao,sostenida por un proceso tutorial.

    En relacin con estas ponencias, este trabajo presentaresultados en curso en torno a la relacin entre los productosfinales, los procesos y el contexto de produccin que los hizoposibles, atendiendo a los desafos que plantea tanto a losestudiantes como a los docentes, el trabajo con la dimensinargumentativa de este gnero acadmico.

    De este modo, nuestro objetivo en esta oportunidad esmostrar la productividad epistmica del programa imple-mentado a travs de la ponderacin de los resultados.

    La hiptesis de base que sustenta la investigacin es que,si bien los desafos cognitivos que plantea esta argumenta-cin acadmica no se solucionan en un ao de cursado, sonsignificativos los progresos de los estudiantes que logran ca-pitalizar las diversas alternativas del proceso didctico y deinvestigacin, frente a otros que no alcanzan los progresosesperados, por diferentes causas (competencias cognitivo-discursivas muy limitadas, bajo nivel de compromiso aca-dmico, problemas en la integracin con el grupo de pares,entre otros).

    A continuacin, tendremos en cuenta cuestiones clave delestado de las investigaciones sobre el tema, que nos permitirnenmarcar la presentacin del itinerario didctico del programade alfabetizacin acadmica en curso -en especial, sobre la ela-boracin de ponencias-, que a su vez posibilitar la conside-racin de algunos resultados obtenidos hasta el momento.

    2. Escribir en la universidad

    Como ya sealamos, las investigaciones sobre escritura enla universidad tienen un desarrollo muy importante desdehace ms de tres dcadas en los Estados Unidos, mientrasen otros pases, tales como Australia, Inglaterra, Francia,Blgica e Italia, entre otros, son ms recientes.

    El concepto de alfabetizacin acadmica proviene delos estudios ingleses y ha sido utilizado en plural para des-tacar la diversidad en las prcticas de escritura universita-rias y las relaciones de poder implicadas en ellas (Lea yStreet 1998). Ms tarde se ha extendido para abarcar las di-versas acciones de formacin que implementan las univer-sidades para ensear a escribir acadmicamente, de acuerdoa las especificidades de cada disciplina. En tal sentido, sedestacan las corrientes norteamericanas escribir a travsdel currculum y escribir en las disciplinas, en su papel pro-motor de propuestas didcticas en las que se escribe paraaprender una materia y las que apuntan a aprender a escri-bir segn los gneros propios de un campo del saber (Bazer-man et al. 2005). Son estos enfoques los que han llevado atrazar lneas de investigacin-accin en diversas universi-dades con el propsito de estudiar, al mismo tiempo que fa-vorecer, la apropiacin de los modos de escribircaractersticos del mbito acadmico y profesional (para unpanorama ms exhaustivo de estos antecedentes, cfr. Car-lino 2005; Carlino 2006; Padilla y Carlino, 2010).

    Relacionado con esto ltimo es muy relevante la investi-gacin vinculada con los gneros acadmicos, especializadosy profesionales (Parodi 2008), y con el planteo de una ins-truccin explcita en la educacin superior. En particular, sonsignificativos los avances en las discusiones tericas a partirde las evidencias empricas obtenidas de diversos corpus tex-tuales (Swales 2004; Halliday y Martin 1993; Bhatia 1993;Martin y Veel 1998; Gotti 2003; Bhatia y Gotti 2006; Candlin

    y Gotti 2007; Hyland 2000; Parodi 2007a; 2007b; 2008,entre otros), que plantean, entre otras cuestiones, un conti-nuum (Parodi 2008) entre gneros altamente especializados,cuyo mbito de circulacin es el de expertos, y gneros aca-dmicos con diferentes grados de asimetra entre expertos yaprendices, como un medio de introducir a los iniciados enla cultura acadmica. Asimismo ponen de manifiesto las di-ferencias que presentan estos gneros en las distintas disci-plinas o incluso dentro de una misma disciplina (Bhatia2004; Parodi 2007b). No obstante, tambin demuestran quealgunos gneros muy especficos son relativamente homog-neos en distintas disciplinas cientficas (Parodi 2007b). Si-militudes y diferencias derivan, en gran medida, de losmodos de asumir el quehacer cientfico -ligado a paradigmascuantitativos o cualitativos; a mtodos inductivos o deducti-vos- que prescriben y legitiman diferentes modos de hacerciencia (cfr. Padilla 2008; Padilla y Carlino 2010).

    Vinculado con estas cuestiones, no ha sido todava sufi-cientemente investigado el papel -ms o menos central- quejuega la argumentacin en las diversas clases de escritos aca-dmicos y su conexin con los modos de aprendizaje en lasdistintas disciplinas. A pesar de ello, estudios en educacincientfica, en el rea de la fsica y de cuestiones sociocientficas(Kelly y Bazerman 2003; Erduran y Jimnez-Aleixandre2008; Buty y Plantin 2008; Andriessen 2009), y algunas in-vestigaciones en el rea de la historia y del derecho (Pollet2004) permiten anticipar relaciones entre modos de argumen-tacin, modos de aprendizaje disciplinario y modos de comu-nicacin acadmica que los estudiantes han de aprender.

    En especial, es en el mbito francfono donde vienendesarrollndose interesantes investigaciones que abordanla escritura en relacin con la construccin de saberes, pos-tulando distintas representaciones estudiantiles con res-pecto a los escritos acadmicos (Delcambre y Reuter 2002;Pollet 2004). En relacin con esto, algunos estudios tambinse han abocado a determinar las dificultades con algunosgneros acadmicos (criture de recherche, mmoires) (Po-llet y Piette 2002; Crinon y Guigue 2002, entre otros), aten-diendo a la distancia entre la cultura escrita de losestudiantes y las competencias acadmicas esperadas. A estose suma la creciente importancia que se adjudica a la varia-ble disciplinar en la consideracin de la problemtica (Del-cambre, Donahue y Lahanire-Reuter, en prensa;Delcambre y Reuter, en prensa; Delcambre y Lahanire-Reuter, en prensa).

    Asimismo, de los antecedentes sobre la escritura acad-mica en el contexto hispanfono, se destaca la publicacincolectiva reciente, coordinada por Parodi (2010), sobre di-versos aspectos tericos y aplicados de la alfabetizacin aca-dmica y profesional, desarrollada en universidadeslatinoamericanas y en algunas espaolas, tambin desde laperspectiva de la lectura y escritura en las disciplinas.

    Por su parte, en el mbito argentino destacamos las in-vestigaciones pioneras realizadas por Arnoux y su equipo,quien inaugur, a fines de los 90, un grupo importante detrabajos sobre las dificultades y las representaciones de losestudiantes en la comprensin y produccin de textos aca-dmicos, (Arnoux et al. 1996; Arnoux y Alvarado 1997; Ar-noux, Di Stefano y Pereira 2002; Pereira y Di Stfano 2003),continuada luego por otros grupos de investigacin (Marny Hall 2004; Padilla 2004; 2004b; Vzquez y Miras 2004,entre otros). Del mismo modo, el grupo de Arnoux es el queoriginalmente ha planteado ocuparse de la lectura y la es-critura en el nivel universitario y ha iniciado acciones didc-

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    Por su parte, estudios contrastivos realizados por Car-lino (2004; 2005; 2006, entre otros) con el objetivo de co-nocer qu ocurre en las universidades del mundoanglosajn que se ocupan de la escritura (con respecto alos docentes, las instituciones y la enseanza que brin-dan), en contraste con nuestra realidad argentina, han ser-vido para comenzar a desnaturalizar nuestras prcticas yrepresentaciones. En particular, Carlino (2005) no slopromueve esta desnaturalizacin, sino que aporta pro-puestas concretas, realizadas en las aulas universitarias,acerca de la inclusin de la lectura y escritura para favo-recer el aprendizaje de las disciplinas. Es especficamentela propuesta de la elaboracin de ponencias -inspirada ala vez en los aportes de docentes australianos (Zadnik yRadloff 1995; Legget 1997)- la que hemos considerado enespecial como orientacin para desarrollar nuestro pro-grama de alfabetizacin acadmica.

    Por otra parte, en lo que respecta a los conceptos delectura, escritura y argumentacin, ejes vertebradores denuestra propuesta didctica, estn explcitamente presen-tes en nuestras intervenciones docentes, a travs de las re-flexiones en torno a modelos de lectura (Goodman, 1996;van Dijk y Kintsch, 1983), de escritura (Flower y Hayes1996; Scardamalia y Bereiter 1992) y de argumentacin(Perelman y Olbrechts 1970; van Esmeren, Grotendorst ySnoeck 2006; Plantin 2005; 2007; Masseron 1997) quecontribuyen a desplegar actividades metacognitivas en ge-neral (Flavell 1970; Mart 1995) y metalingsticas, en par-ticular (Castell Badia 2000; Tolchinsky 2000), necesariaspara optimizar las prcticas de lectura y escritura acad-micas, por cuanto permiten el distanciamiento con los tex-tos y la toma de conciencia acerca de la necesidad desucesivas revisiones y reescrituras.

    En especial, consideramos indispensables los estudiossobre argumentacin porque ayudan a conceptualizar el dis-curso acadmico como producto de un proceso de argumen-tacin cientfica que se pone en consideracin en los mbitosdisciplinarios, para su legitimacin y circulacin. En estesentido, tenemos en cuenta los aportes de las lneas tericasrecin citadas, las cuales, ms all de sus diferencias (pers-pectivas retricas y perspectivas dialcticas), resultan tilespara la implementacin de la propuesta didctica.

    3. La ponencia como construccin argumentativa

    Por qu ensear a los estudiantes a elaborar ponencias enla universidad? No es un proceso de costo cognitivo dema-siado exigente para los estudiantes? Qu ventajas tiene conrespecto a otras prcticas acadmicas?

    Sin duda, la elaboracin de ponencias implica un impor-tante compromiso cognitivo y de tiempo, tanto para los es-tudiantes como para los docentes. Sin embargo,consideramos que son ms las ventajas que los inconvenien-tes que conlleva, particularmente en lo concerniente a suspotencialidades discursivas, epistmicas y argumentativas.Entre ellas, cabe destacar:

    El carcter dual de este gnero acadmico desafa com-petencias tanto escritas como orales, por cuanto, si bienla etapa final del proceso de elaboracin implica una ex-posicin oral ante un auditorio -con la instancia de pre-guntas y discusin, sta es la consecuencia de un procesocomplejo de distintas versiones escritas que son madu-radas y revisadas en un lapso de tiempo prolongado(plan de texto, sucesivos borradores, resumen o abs-tract), lo que hace palpable la naturaleza procesual, pro-visoria y perfectible de la escritura. El hecho mismo de la exposicin ante un auditorio leda un carcter a la vez acabado y revisable, en tantoproceso de elaboracin del conocimiento, por cuantoel propsito comunicativo de este proyecto de escri-tura culmina y se materializa en una audiencia real, endonde su destinatario ya no es solamente el profesorni su objetivo, slo aprobar la asignatura. Al mismotiempo, esa socializacin del conocimiento construidose pone a prueba en la instancia de preguntas y discu-sin, en donde los destinatarios piden ampliaciones,cuestionan, apoyan, valoran los aportes y abren nue-vos interrogantes. La libertad en la eleccin del tema de las ponencias,dentro de un marco de alternativas, supone un plus sig-nificativo para los estudiantes e implica acrecentar sumotivacin. En algunos casos, sus decisiones tienen quever con intereses profundos que determinaron la elec-cin de la carrera o que van marcando la impronta deltrayecto universitario. La ponencia, como producto de un proceso de inves-tigacin terica y/o emprica, es la puerta de entrada ala investigacin como proceso de elaboracin de cono-cimientos: conocimientos tericos como fruto de untrabajo exhaustivo y crtico con fuentes bibliogrficas,y conocimientos empricos como consecuencia de unproceso de indagacin de la realidad o de contrastacinde teoras. En relacin con esto y desde el punto de vista argumen-tativo, la ponencia impone un triple desafo: una argu-mentacin demostrativa que exige la articulacin entremarco terico, interrogantes o hiptesis, datos y conclu-siones; una argumentacin persuasiva que busca elmodo de comunicar estos resultados ms eficazmente,atendiendo a los destinatarios virtuales de la versin es-crita y a los reales de la instancia oral; y una argumen-tacin dialctica que se abre a la consideracin de otrospuntos de vista, sustentada en una concepcin precariay renovable del conocimiento cientfico4.Por otra parte, la ponencia, tal como la trabajamos,como producto de una actividad grupal que involucra dedos a cuatro estudiantes los compromete en distintos ni-veles de responsabilidad: desde la necesidad de inter-gestionar los roles dentro del grupo, hasta la toma deconciencia de la importancia del compromiso asumidocon respecto al rol adjudicado. Asimismo, el trabajo engrupo pequeo es una instancia productiva en la elabo-racin del conocimiento cuando es bien aprovechada,por cuanto supone la puesta en juego de interaccionescooperativas, de discusin y de acuerdos.

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    4 Seguimos parcialmente los planteamientos de C. Martnez (2005a; 2005b). En la dimensin demostrativa se privilegia el ratio, y en la persuasiva, elpathos (Cfr. Martnez 2005a). Una tercera dimensin, el ethos, convoca un razonamiento ms relacionado con una intersubjetividad responsable y compe-tente (Cfr. Martnez 2005b).

  • 4. El programa de alfabetizacin acadmica

    La experiencia que realizamos desde 20055 inspirada enlos aportes de Arnoux, Di Stefano y Pereira (2002) y Carlino(2004; 2005), entre otros- se lleva a cabo en una asignaturaanual de primer ao de la carrera de Letras denominadaTaller de comprensin y produccin textual-, de la Facultadde Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de Tucumn(Argentina), y ha sido documentada parcialmente a travsde diversas publicaciones (Padilla, coord. 2005; 2007;2008; Padilla, Douglas y Lpez 2009). Actualmente la ex-periencia se realiza tambin con algunas modificaciones(mayor grado de autonoma por parte de los estudiantes, porejemplo) en una asignatura de cuarto ao de la carrera deLetras (UNT) Psicolingstica.

    El programa, en el primer ao de la carrera, consta dedos grandes etapas:

    La primera (desarrollada en el primer cuatrimestre delao acadmico), focaliza la atencin en la lectura y es-critura de textos mediticos de argumentacin coti-diana. Para ello, se trabaja con los aportes de distintasteoras de la argumentacin (Perelman y Olbrechts-Tyteca 1970; van Eemeren, Grootendorst y Snoeck2006; Plantin 2005; 2007, entre otros). La segunda (desarrollada en el segundo cuatrimestre)centra el trabajo en la lectura y escritura de textos argu-mentativos acadmicos. Como ya dijimos, la instanciafinal de aprobacin consiste en la elaboracin escrita y laexposicin oral, en unas jornadas abiertas, de una ponen-cia grupal, entendida como comunicacin de resultadosde una investigacin que los estudiantes inician en la se-gunda parte del ao, sostenida por un proceso tutorial.

    4.1. La elaboracin de ponencias: un proceso gradual

    Al iniciar la experiencia en el ao 2005, el equipo de c-tedra haba pensado en la elaboracin de una monografa quepermitiera a los estudiantes aprender a usar herramientas b-sicas de estudio e investigacin, indispensables para la com-prensin y produccin de textos acadmicos. No obstante,era una preocupacin la falta de circulacin que normalmentetienen estos escritos en la vida universitaria, lo cual podaponer en riesgo el compromiso genuino con la tarea.

    Entonces, muy a tiempo, tuvimos conocimiento de la ex-periencia de Carlino (2005), acerca de la produccin de po-nencias en el marco de una asignatura universitaria, con laexposicin final de las mismas en una jornada abierta. Estomotiv a repensar la conveniencia del trabajo monogrficoy a evaluar la factibilidad de realizar una experiencia similara la suya.

    A partir de este momento, el equipo implementa untrayecto didctico que se realiza en la segunda mitad delao acadmico y dura un cuatrimestre. Por un lado, todoslos estudiantes asisten a un encuentro semanal en el quese trabaja con lineamientos tericos y prcticos que son deutilidad para todo el grupo. Por otro lado, los alumnos asis-ten a un encuentro semanal de los grupos de trabajo (cua-

    tro alumnos por grupo) con cada tutor, a fin de recibirorientaciones ms especficas. Estos encuentros presencia-les se complementan con una tutora virtual, a travs delcorreo electrnico.

    Este proceso tutorial en pequeos grupos permite unseguimiento del proceso, de manera ms personalizada, quees altamente valorado por los estudiantes. A la vez, la tuto-ra a travs del e-mail es muy provechosa, tanto para los tu-tores como para los estudiantes, especialmente en la etapade elaboracin gradual de la ponencia, ya que facilita demodo significativo los procesos de evaluacin, revisin y re-escritura de los distintos borradores. El tutor propone mo-dificaciones del escrito, por medio de un cdigo compartidopor los estudiantes y monitorea las sucesivas reescriturashasta la versin final.

    El itinerario completo consta de tres grandes etapas:

    Primera etapa: proceso de investigacin. Segunda etapa: elaboracin gradual de las ponencias. Tercera etapa: puesta en escena de las ponencias en lasjornadas abiertas.

    4.1.1. Primera etapa: el proceso de investigacin

    Esta etapa comprende los siguientes momentos, diferen-ciados en los encuentros tutoriales: eleccin del tema, rele-vamiento bibliogrfico, planteo de preguntas e hiptesis,conformacin del corpus, anlisis e interpretacin de losdatos y elaboracin de conclusiones.

    En cuanto a la eleccin del tema, un primer problemaque se plante al comenzar la experiencia, fue determinarqu margen de libertad iba a darse a los estudiantes para de-finir su objeto de investigacin. Finalmente se decidi pro-poner una amplia variedad de alternativas en funcin de uneje vertebrador que permite la articulacin entre las dosreas fundamentales del campo disciplinario: la lingsticay la literatura. Este eje gira en torno a la eleccin de un g-nero discursivo (Bakhtine 1984) o clase textual6 de circula-cin social, en relacin con distintas prcticas discursivas(discurso literario, poltico, periodstico, epistolar, jurdico,publicitario, humorstico, ciberntico, etc.), con el objetivocomn de indagar acerca de la especificidad de esa clase tex-tual, a partir de un relevamiento terico sobre el tema y delanlisis de un conjunto de datos, proveniente de dos gruposde fuentes empricas: un corpus escrito u oral, y represen-taciones de los actores sociales que comprenden y/o produ-cen estos textos.

    De este modo, se inicia a los estudiantes en un procesode investigacin con un triple desafo: bsqueda bibliogr-fica para un estudio terico del tema elegido; seleccin yanlisis de un corpus textual, obtenido del entorno social, yrealizacin de un trabajo de campo para indagar las concep-tualizaciones de los usuarios del lenguaje.

    Desde los lineamientos generales se van precisando as-pectos tericos y metodolgicos concernientes a las tipolo-gas textuales y sus niveles de anlisis (funcional,situacional, estructural, temtico, estilstico, etc.), y a cues-

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    5 Actualmente forman parte del equipo de ctedra: C. Padilla (coordinadora), A. vila, S. Douglas, E. Lopez, C. Garca y V. Hael. Anteriormente participaron I.Jorrat y M. ocampo.6 El trmino clase textual, si bien no es equivalente exacto del trmino pionero gnero discursivo, guarda una gran proximidad conceptual, por cuanto esentendido como las clasificaciones empricas realizadas por los miembros de una comunidad, como consecuencia de sus interacciones cotidianas contextos de uso corriente (Cfr. Ciaspuscio 1994; 2000, quien sintetiza las posturas de lingistas textuales alemanes, tales como Werlich 1975; Brinker 1988;Glich 1986 y Heinemann y Viehweger 1991).

  • tiones bsicas de metodologa de la investigacin (para-digma cuantitativo y cualitativo, tcnicas de recoleccin dedatos, etc.) que les permiten ir tomando decisiones con res-pecto al trabajo de campo (poblacin de estudio, tcnicas derecoleccin de datos, etc.).

    4.1.2. Segunda etapa: la escritura de las ponencias

    Esta etapa implica variados desafos de textualizacin:escritura de distintos borradores; escritura de la versinfinal que puede ser ms extensa que la versin para exponer;escritura del abstract que se incluye en el programa de lasJornadas; elaboracin de esquemas que apoyan la exposi-cin oral a travs de soportes tecnolgicos (filminas, powerpoint, etc.).

    Para orientar a los estudiantes en la adecuacin al gneroacadmico requerido, analizamos textos ejemplares, teniendocomo referencia la estructura IMRDyC (introduccin, mto-dos, resultados, discusin y conclusiones; Swales 1990), perodestacando que este modelo proviene de las ciencias duras yest referido particularmente al artculo de investigacin.

    Trabajamos las partes cannicas (Ciapuscio y Otai2002) de este modelo con sus segmentos o movimientostextuales (los moves de Swales 1990), atendiendo especial-mente a su triple dimensin argumentativa (demostrativa,persuasiva y dialctica). En tal sentido, insistimos, tanto enla articulacin que debe darse entre estas diferentes partespara lograr la consistencia de la argumentacin cientfica,como en la funcionalidad retrica de las mismas, en cuantoguas explcitas de lectura. En relacin con esto ltimo, pres-tamos atencin a la categora introduccin, atendiendo a losmovimientos y pasos optativos de Swales (1990):

    Establecer el territorio (afirmar la centralidad del pro-blema; hacer una presentacin general del tema; revisarinvestigaciones anteriores). Establecer el centro (proponer una postura contraria;indicar una brecha o laguna; formular preguntas o hi-ptesis; continuar la tradicin). Ocupar el centro (destacar propsitos u objetivos,anunciar la presente investigacin, anunciar los princi-pales hallazgos, indicar la estructura del artculo).

    Cabe destacar que los textos acadmicos que se eligenpara su lectura y anlisis tematizan el objeto de enseanza,es decir, el discurso acadmico. En tal sentido, selecciona-mos artculos cientficos y ponencias sobre investigacionesrelativas a los modos de lectura y escritura de estudiantespertenecientes a distintas culturas acadmicas, y a las con-cepciones y formas de ensear escritura acadmica en di-versas universidades del mundo7. Con estos textos buscamossensibilizar a los alumnos acerca de la existencia de tradi-ciones acadmicas diversas que dependen de diferentes ma-trices culturales y disciplinarias.

    El hecho de trabajar con textos de la propia disciplinaresulta especialmente relevante ya que los ayuda a posicio-narse mejor para la instancia prevista de produccin de po-nencias en la que ellos deben generar un texto que d cuentade los resultados de su propio proceso de investigacin, deacuerdo a las normas de la comunidad acadmica de perte-nencia. En el proceso de textualizacin, insistimos tambin

    acerca de las pautas formales relativas a los modos conven-cionales de citar, de introducir las voces que resultan perti-nentes para sostener las propias posturas, adhiriendo avoces de autoridad o distancindose de voces polmicas, atravs de las diferentes formas de modalizacin.

    Asimismo, trabajamos con los alumnos con pautas con-sensuadas para determinar criterios de calidad de las ver-siones finales y de las exposiciones orales, los cuales sonarticulados con los criterios de evaluacin del proceso y delproducto, acordados por el equipo de ctedra para calificartanto las presentaciones escritas como la instancia final delas jornadas.

    4.1.3. Tercera etapa: la puesta en escena de las ponen-

    cias en las jornadas

    Esta ltima etapa implica otra serie de desafos diversos:decisiones acerca de qu priorizar en la comunicacin oral,distribucin y articulacin de turnos de exposicin, uso ade-cuado de los recursos tecnolgicos, etc. Cabe destacar quese estipula para cada grupo la exposicin durante 20 minu-tos y 10 minutos para preguntas y discusin.

    Como cierre de las jornadas, los estudiantes escriben, enforma annima, un testimonio en el que realizan una evalua-cin global acerca de las distintas alternativas del itinerariodidctico recorrido durante todo el ao. Lo que ms se des-taca en estos testimonios es la valoracin altamente positivaque los alumnos dan a la labor realizada en la segunda partedel ao y, en especial, a la labor de tutora, ya que el procesoarduo y gradual de elaboracin de ponencias es orientado,de modo sostenido, por los tutores, lo que constituye un ver-dadero andamiaje para el ingreso a la cultura acadmica.

    5. Resultados

    Una primera cuestin a tener en cuenta para ponderar ade-cuadamente los resultados obtenidos, en cuanto a la escri-tura acadmica de los estudiantes, es que sta implicadesafos cognitivo-discursivos de alta complejidad, no slopara ellos mismos sino tambin para nosotros, en tanto do-centes a cargo de la experiencia.

    De este modo, hemos operado gradualmente un procesode desnaturalizacin de nuestras propias competencias dis-cursivo-acadmicas, para tomar real conciencia de todos lossaberes (conceptuales, procedimentales y actitudinales) quelos estudiantes deben aprender y de todos los supuestos quedebemos explicitar. A modo de ejemplo, nos tom ciertotiempo darnos cuenta de la dificultad que tenan variosalumnos para diferenciar el aparato crtico del corpus tex-tual. Para muchos, tanto uno como otro estaba incluido enla categora bibliografa, sobre todo para los que habanconformado un corpus a partir de textos literarios.

    En cuanto a los estudiantes, entre los mltiples desafos,est el control cuantitativo de la escritura implicada en elproceso de investigacin y en el de textualizacin de la po-nencia, por cuanto resultan ser inversos: en la investigacinescriben mucho (fichan mucha bibliografa, se expanden enlos anlisis del corpus), mientras que para la escritura de laponencia deben encarar un importante proceso de sntesis,ya que deben condensar en pocas pginas todo un procesode investigacin de alto costo cognitivo, el cual llega a su m-xima condensacin con la produccin del abstract.

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    7 Trabajamos con los siguientes artculos, por ejemplo: Cubo (2000) analiza los modos de acceso al discurso cientfico de estudiantes universitarios argen-tinos; Kaiser (2005) contrasta los modos de escritura de estudiantes universitarios venezolanos y alemanes; Carlino (2006) compara cmo se orienta elescribir en la formacin universitaria de grado en tres pases anglosajones (EEUU, Canad y Australia) y en Argentina.

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    Con respecto a la escritura de las ponencias, desde elpunto de vista argumentativo, se observan los siguientes lo-gros y dificultades:

    - A pesar de que enfatizamos en el input didctico la ar-ticulacin entre los diferentes tramos argumentativos(introduccin, metodologa, resultados y conclusiones),son pocas las ponencias que logran un nivel ptimo alrespecto. En la mayora se evidencia un desequilibrioentre estas partes: en general, se destina mucho mayorespacio al marco terico, en tanto argumento de autori-dad, y menor espacio al anlisis e interpretacin de losdatos, en tanto evidencia emprica, lo que resta fuerzaargumentativa a las conclusiones. De todos modos, elmarco terico, en algunos casos, es aprovechado posi-tivamente para el anlisis de los datos y las conclusiones,mientras en otros, queda desarticulado del resto del es-crito ya que no es capitalizado para el anlisis de la evi-dencia emprica. - En relacin con la categora introduccin, si bien anivel terico consideramos los movimientos propuestospor J. Swales (1990), destacando que en la revisin delos antecedentes sobre el tema (estado de la cuestin),los autores de textos acadmicos suelen sealar tanto losaportes como las limitaciones de las investigaciones,para ocupar el espacio de vacancia, la mayora de losgrupos no tiene en cuenta este movimiento retrico ensus escritos. Se observa ms bien una tendencia a la es-trategia de argumentacin justificativa (Masseron1997) que no incluye otros puntos de vista con respectoal objeto investigado, ya sea porque no se los conceptua-liza o porque no se ve la necesidad de incluirlos. Por suparte, en los casos en que s se incluyen otras perspecti-vas divergentes o polmicas, la dificultad se concentraen el dilogo con esas otras voces, teniendo en cuenta elhilo conductor del propio discurso, y en la construccinde una postura personal, a la que no llegan, tal vez, porfalta de tiempo en la maduracin del tema.- Relacionado con esto, cabe destacar, respecto del ma-nejo de las fuentes bibliogrficas, el excesivo apego, enlos diferentes borradores, a la estrategia copio y pego ya la no explicitacin formal de la fuente. Estos proble-mas se solucionan parcialmente en las versiones finales.Parecera que, por un lado, algunos estudiantes no tie-nen ningn reparo en hacer propias las palabras deotros, borrando las fuentes autoriales, mientras otros noeluden la cita explcita pero se sujetan dcilmente alpeso de esa autoridad, sin intentar alguna parfrasis queevidencie algn grado de reelaboracin.- Lo que ms destacan los estudiantes en la introduccines la centralidad del problema, en relacin con la rele-vancia social, psicolgica, histrica o poltica del temaelegido. Por ejemplo, un grupo que trabaj con relatosorales destac la importancia de estudiarlos, en tantotransmiten un sentimiento de identidad y pertenenciacompartidos y permiten deslindar las caractersticasreferentes a cuestiones sociales y culturales de la gentedel campo () (Zamora y Sala 2007)8. Por su parte, es-tudiantes que trabajaron con graffitis producidos en lapoca del proceso militar argentino (1976-1983), enfa-tizaron el objetivo de proporcionar herramientas tiles

    para abordar esta clase de mensajes y la informacincontextual que en la situacin histrica imperante seprocuraba ocultar (Leguizamn et al. 2007). Otrogrupo que investig los blogs seal: nos proponemostratar el tema de un medio de comunicacin actual enel marco de Internet, los blogs, para intentar tener unaprimera aproximacin a su funcionamiento interno y ala funcin social que podran estar cumpliendo (Nievay Giansierra 2007). Por su parte, una estudiante que tra-baj con cuentos de hadas destac: Acorde a los tiem-pos que vivimos, cuando la lectura a los nios se estdejando cada vez ms de lado, me propongo, con estetrabajo, rescatar la importancia de los cuentos de hadasen la formacin de la personalidad de los pequeos(Gotter 2009).- Conectado con esto, la mayor parte de los grupos esbastante claro en la explicitacin de los propsitos de lainvestigacin y, en menor medida, en la formulacin delas hiptesis o de los interrogantes, lo que, en relacincon el menor aprovechamiento de los datos, resta con-sistencia argumentativa a los escritos a nivel global.- Atendiendo al apartado metodologa, es muy difcilpara la mayora decidir qu aspectos es necesario referirpara demostrar la pertinencia de la muestra seleccio-nada y la adecuacin en el anlisis de los datos, a partirde la elaboracin de categoras operativas; es decir, paramostrar la seriedad de la investigacin. Varios de los es-tudiantes, incluso, no logran verlo como un paso retricofundamental de la dimensin persuasiva de la argumen-tacin cientfica, ya que implica conceptualizar que, paracomunicar resultados de una investigacin, no slo esnecesario que la investigacin en s misma sea consis-tente, sino que esa consistencia aparezca a los destina-tarios como evidente, gracias al uso estratgico de lospasos retricos de la escritura acadmica.- Con respecto a la presentacin de los resultados, la ma-yora no logra, como dijimos, un ptimo aprovecha-miento argumentativo, a pesar de que muchos de ellosson muy significativos. En tal sentido, varios grupos tie-nen dificultad para destacar la evidencia, quizs por elsupuesto de que los datos hablan por s solos; es decir,no hace falta explicarlos. Esto hace que tambin lescueste mucho integrar los paratextos (tablas, grficos)en el cuerpo textual, bajo el supuesto de que el grficoya lo dice, no hace falta guiar la lectura del mismo. Hayproblemas tambin con la atenuacin de las generaliza-ciones, teniendo en cuenta que no se trabaja con mues-tras representativas. Algunos grupos que trabajancualitativamente con entrevistas a actores sociales, nologran capitalizarlas. En algunos casos, quedan slocomo anexos de las versiones escritas.- Por ltimo, en cuanto a las conclusiones, los trabajosms logrados, desde el punto de vista argumentativo,son los que pueden realizar un cierre, a partir de la eva-luacin de los resultados, en funcin de las hiptesis ini-ciales. Por ejemplo, la ponencia sobre blogs inicia susconclusiones de este modo: De lo arriba expuesto y delas entrevistas realizadas podramos tener una aproxi-macin a la funcin social que estaran cumpliendo losblogs: formas de comunicacin alternativa, no institu-cional donde se manifiestan las necesidades de comuni-

    8 Es de destacar que estos alumnos son del mbito rural.

  • cacin y de afirmacin a una pertenencia identitaria deun grupo etario: jvenes de 18 a 30 aos de una deter-minada posicin social y cultural, que tiene como capitalcultural la disposicin de medios tecnolgicos y de iti-nerarios comunes y que los constituye como comunidadinterpretativa. Cuando decimos comunicacin alterna-tiva nos referimos a que se trata de formas artesanales,no oficiales, ni dependientes de los medios de comuni-cacin hegemnicos (Nieva y Giansierra 2007).

    En varios trabajos se produce un corte en el paso de losresultados a las conclusiones: stas se inician de maneraabrupta, afirmando sin modalizaciones que se comprobaronlas hiptesis. Otros realizan un resumen de la investigacinrealizada, sin mayores evaluaciones, o no mostrando conclaridad en qu medida los resultados han permitido com-probar los planteos iniciales. Slo en pocos casos se registrauna evaluacin de los puntos fuertes y dbiles de la propiainvestigacin o de cuestiones abiertas a partir de lo inves-tigado9. Esto implicara un trabajo de meta-investigacin,con atencin a la dimensin dialctica de la argumentacincientfica, que no se ha iniciado todava en la mayor partede los estudiantes.

    6. Discusin

    En relacin con las investigaciones referidas en el apartado2 (Escribir en la universidad), cabe considerar algunosdatos obtenidos en estudiantes francfonos y anglfonos,por cuanto guardan similitudes interesantes con los resul-tados obtenidos en nuestros estudiantes.

    Las investigaciones francfonas, en el anlisis de las re-laciones entre escritura y construccin de conocimiento,postulan representaciones estudiantiles que oscilan entre laconcepcin de la escritura como transcription de la penseversus construction de la pense (Delcambre y Reuter2002), o como stockage almacenamiento- versus labora-tion (Pollet 2004), atendiendo a indicadores tales como eltrabajo con las fuentes bibliogrficas y la distancia enuncia-tiva. Al respecto, observan una mayor tendencia en los es-tudiantes a conceptualizar la escritura como unatranscripcin del pensamiento, que en su mayor parte es elpensamiento de otros (de los autores de la bibliografa con-sultada), el cual es incorporado en el propio texto por la ope-racin de stockage. En tal sentido, nombres, fuentes,caracterizaciones, citas, son yuxtapuestas o acumuladas sinque sea visible ningn movimiento de re-organizacin, pro-blematizacin o construccin. De este modo, los estudiantesse atan a la reproduccin del contenido de un discurso: res-petan fielmente el orden de las informaciones obtenidas, re-emplazando los conectores por guiones y suprimiendo todorastro de modalizacin. Se trata simplemente de restituir unsaber, sin lugar para la implicacin personal y menos anpara la discusin (Pollet 2004: 83)10.

    Como vemos, estos resultados son muy similares a losobtenidos en nuestra investigacin. Sin embargo, cabe pro-fundizar en estas similitudes, atendiendo a los diferentestrayectos de escritura de los estudiantes francfonos y ar-gentinos en el nivel pre-universitario. En los primeros, hayuna prctica sistemtica de la dissertation (ensayo) que su-puestamente debera prepararlos bsicamente para la escri-

    tura acadmica, teniendo en cuenta su naturaleza argumen-tativa. En los segundos, en cambio, esta prctica es casi des-conocida hasta la actualidad, salvo algunas excepciones.Esto llevara a orientar las hiptesis de investigacin msfuertemente hacia la especificidad de las culturas acadmi-cas y disciplinarias y, en relacin con ellas, a la considera-cin de la especificidad de la argumentacin acadmica, enrelacin con la argumentacin cotidiana.

    Con respecto a estudios anglfonos, destacamos tam-bin las similitudes en algunos resultados obtenidos por lainvestigacin de Kelly y Bazerman (2003), en relacin conlos modos de argumentacin en papers tcnicos de estu-diantes que participan de un curso de oceanografa con es-critura intensiva, cuyo objetivo es socializarlos en prcticascientficas legitimadas para el desarrollo del conocimientocientfico. De este modo, las clases y sesiones de laboratorioincluyen discusiones sobre cmo los cientficos seleccionanun problema, cmo usan la evidencia para sostener una te-ora o modelo, cmo las observaciones son separadas de lasinterpretaciones y cmo estos elementos cobran forma enun paper cientfico.

    Para el anlisis de los datos, los autores seleccionan losdos escritos de ms alta calidad, tomando como indicadoreslos movimientos retricos de los estudiantes, el nivel epis-tmico de las proposiciones (desde proposiciones referidasa datos especficos hasta proposiciones tericas ms gene-rales) y la cohesin lxica, en tanto dimensiones persuasivasde uso de la evidencia.

    En tal sentido, los autores observan cmo estos estu-diantes utilizan estratgicamente los movimientos retricos,llegan a niveles ms altos de generalidad en las seccionesque as lo requieren (introduccin, interpretaciones y con-clusiones) y utilizan lazos cohesivos ms densos en los lmi-tes de las secciones y las sub-secciones. Es interesantedestacar tambin que en la introduccin de estos papers sepresentan constructos generales surgidos del curso, ms queuna revisin de los antecedentes del tema. Los autores in-terpretan esto como la necesidad, por parte de los estudian-tes, de definir y explicar los constructos centrales, ms allde la necesidad de los lectores de entender el material conel que se est trabajando. Asimismo, el ltimo movimientode la introduccin es establecer la tesis central, ms queidentificar la contribucin del trabajo. Para ello, los estu-diantes emplean los constructos centrales y los aplican a loshechos especficos examinados en el paper.

    Estos resultados son congruentes con los obtenidos en losescritos de mayor calidad de nuestro corpus. Entre otras cues-tiones, sugieren que los estudiantes de ambas experienciasorientan sus logros hacia la dimensin demostrativa y persua-siva de la argumentacin acadmica ms que hacia la dimen-sin dialctica, lo cual permitira plantear un trayecto natural,en la iniciacin de los estudiantes a las prcticas cientficas.

    7. Conclusiones

    Este trabajo se enmarca en las numerosas investigacionessobre escritura acadmica que vienen desarrollndose desdehace ms de tres dcadas en los Estados Unidos y ms re-cientemente, en otros pases. Dentro de ellas, buscamos ar-ticular lneas de investigacin que se ocupan de laalfabetizacin acadmica, de los gneros acadmicos y del

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    9 Cfr. para estas categoras, Gnutzmann y oldenburg (1991); Ciapuscio y otai (2002).10 La parfrasis en espaol es nuestra.

  • papel de la argumentacin en los mismos. Para ello, venimosdesarrollando desde 2005 un proyecto de investigacin-ac-cin en una asignatura de Humanidades de una universidadargentina, en donde implementamos un programa de alfa-betizacin acadmica cuyo tramo final es la elaboracin yexposicin de una ponencia grupal, entendida como cons-truccin argumentativa que pone en consideracin resulta-dos de investigacin, para su legitimacin y circulacin. Deall que sea fundamental el trabajo de discusin, tanto a par-tir de las fuentes tericas, como de los datos que permitenla demostracin de las hiptesis.

    Entre las estrategias que seleccionamos para favorecer losprocesos de una escritura acadmica de tales caractersticas,se encuentra la lectura argumentativa de textos acadmicosejemplares, que implica centrar la atencin en los pasos re-tricos que los escritores expertos despliegan para enmarcarsus investigaciones, ocupar un lugar en el entramado cient-fico y fundamentar el conocimiento construido, a travs de laarticulacin entre hiptesis, datos y conclusiones, y a travsde la discusin con resultados de otras investigaciones.

    En esta oportunidad, hemos considerado datos cualita-tivos de estas ponencias, obtenidos en los ltimos cinco aos,en relacin con tres dimensiones de anlisis fundamentales:los productos, los procesos y los contextos de produccin.

    Si bien estos resultados son provisorios, podemos ex-traer algunas conclusiones interesantes, que debern ser re-consideradas a la luz de nuevos anlisis.

    En primer lugar, la produccin de este gnero acadmicoinvolucra complejos saberes conceptuales, procedimentalesy actitudinales que no se construyen, obviamente, en un aode cursado. No obstante, son significativos los progresos delos estudiantes que logran aprovechar las ventajas de esta al-fabetizacin acadmica. Entre ellas, destacamos:

    - La experiencia de la escritura acadmica como una he-rramienta epistmica que permite transformar y cons-truir conocimiento (Scardamalia y Bereiter 1992), y nosimplemente reproducirlo.- La toma de conciencia de que esta construccin de sa-beres est regulada por normas legitimadas en las co-munidades acadmicas, aunque con diferentesrestricciones en los diversos mbitos disciplinarios.- La retroalimentacin dialctica entre lectura y escri-tura. Leer como escritores, escribir como lectores es unacompetencia que se construye en el taller donde se esti-mula el volver a la lectura, despus de haber recorridoel camino de leer y escribir, de escribir y leer, de leerpara escribir, de escribir para leer. Quien lee los textoscon una postura crtica, desde una perspectiva argumen-tativa, es capaz de abandonar una lectura lineal e incor-porar las dimensiones pragmticas y globales, capacesde generar una apropiacin ms acabada del texto.Quien escribe teniendo en cuenta al lector, posicionn-dose en su perspectiva, anticipndose a sus inquietudeso posibles objeciones, conducindolo y orientndolo ensu lectura, resulta un escritor ms eficaz. La retroali-mentacin entre lectura y escritura permite que los es-tudiantes experimenten la dimensin epistmica deestos procesos que se potencian en su interaccin.- El reconocimiento de la investigacin como un modovlido y productivo de aprendizaje, ya que permite unmayor compromiso con el conocimiento, a la vez queexige el desarrollo de la argumentacin cientfica, indis-pensable para la construccin de saberes acadmicos.

    En segundo lugar, con respecto a las expectativas de unaprendizaje efectivo de las habilidades argumentativas aca-dmicas, ste puede lograrse slo parcialmente en un aode cursado y bajo determinadas condiciones. Entre ellas,los estudiantes que logran llegar a niveles bsicos de argu-mentacin acadmica son aquellos que han podido alcan-zar cierto dominio en la argumentacin informal. Porltimo, con respecto a estos niveles, las ponencias demayor calidad son las que se acercan en mayor medida ala argumentacin demostrativa y persuasiva, mientras eldesarrollo de la argumentacin dialctica es incipiente. Enun rango intermedio, estn los estudiantes que concentransus logros en la argumentacin persuasiva, especialmenteen la versin oral.

    Estas conclusiones estimulan a pensar la alfabetizacinacadmica, a la vez, como un desafo y como un compromisoque debe asumir el docente universitario, desde su propiaasignatura, porque es all donde obtendr los beneficios dehaber encarado la enseanza disciplinaria, no ya como unailusoria transmisin de conocimientos, sino como un espa-cio de construccin, investigacin y discusin de los saberesen proceso. Para ello, ser necesario tambin pensar alalumno como una voz que puede aportar de manera activaal proceso de aprendizaje grupal.

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    n.4, 2010. ISSN: 1989-3477

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    Padilla, Constanza; Douglas, Silvina y Lpez, Esther (2010). Competencias argumentativas en la alfabetizacin acadmica. @tic. revistadinnovaci educativa. (n 4). URL. Fecha de consulta, dd/mm/aaaa.

    http://crub1.uncoma.edu.ar/ novedades/trabajos/http://crub1.uncoma.edu.ar/ novedades/trabajos/