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  1 FACTORES DETERMINANTES DEL TRABAJO INFANTIL EN PERÚ Rafael CORTEZ VALDIVIA* Ana Isabel GIL LACRUZ** I. INTRODUCCIÓN En este ensayo pretendemos estudiar los factores que conducen a que los niños se incorporen al mercado laboral, y una vez que han decidido trabajar, en que medida sus características individuales influyen en el salario que van a percibir. Se trata, en definitiva, de un trabajo empírico aplicado al Perú por medio de los resultados de la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV), 2000. La encuesta aporta evidencias de que al menos el 25% de los niños peruanos se han incorporado al mercado laboral. El hecho de que trabaje uno de cada cuatro niños, revela lo preocupante del nivel de vida de los niños peruanos, y justifica el interés de profundizar los aspectos asociados a los determinantes que han llevado a esta situación. No hay que olvidar que el trabajo infantil es un tema complejo, no sólo por ser causa de numerosos factores, sino por sus diversas consecuencias en el bienestar de los niños y d el hogar, lo que hace nece sario tener en cuenta distintas variables sociodemográficas y económicas que afectan tanto al niño como a su familia. Se puede pensar que el trabajo infantil afecta con mayor intensidad a los niños más pobres, y de hecho, los niños que pertenecen a los hogares con menores niveles de ingresos, son los que tienen una mayor probabilidad de incorporarse al mercado de trabajo. De todas maneras, hay que analizar con cautela esta información, puesto que  puede darse el caso de que familias con niños trabajadore s hayan logrado superar su condición de pobres, gracias a la contribución económica de sus hijos. Sin duda alguna, la pobreza constituye un serio problema para la formación de capital humano, y por tanto, para el logro de razonables niveles de productividad en la edad adulta. Un 62% de los niños se encuentran en situación de pobreza, de los cuales, un 12% están clasificados como pobres extremos. Debido a estos datos, la mejora en las condiciones de vida de los niños, es uno de los principales retos al que se enfrenta la sociedad civil peruana. Pero el reflejo de una situación económica familiar desfavorable, no sólo se aprecia en una mayor participación laboral infantil, sino también en la necesidad de trabajar con bajo s estándares en las condiciones de trabajo, y con salarios inferiores al  promedio en actividad es similares. Los niños trabajado res más pobres perciben menore s salarios, así el 34% de los niños pobres extremos trabajan por menos de 19 dólares al mes, mientras que solamente el 11% percibe más de 80 dólares. En cuanto a la participación laboral, se aprecia ligeras diferencias según sexos. Con un 28%, la tasa de actividad del niño supera en 7 puntos porcentuales a la de la niña. Como rasgo generalizado, a excepción de las niñas mayores de 14 años, cuanta más edad tiene el niño, superior es su tendencia a trabajar. Esto no significa que las niñas dejen de ser necesarias para el mantenimiento de la economía familiar, sino que *  Profesor en la Universidad del Pacífico (Perú) y consultor del Banco Mundial. (rc [email protected]) **  Becaria de investigación en el Dpto. Análisis Económico, Universidad de Zaragoza. ([email protected]).

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    FACTORES DETERMINANTES DEL TRABAJO INFANTIL EN PER

    Rafael CORTEZ VALDIVIA* Ana Isabel GIL LACRUZ**

    I. INTRODUCCIN

    En este ensayo pretendemos estudiar los factores que conducen a que los nios se incorporen al mercado laboral, y una vez que han decidido trabajar, en que medida sus caractersticas individuales influyen en el salario que van a percibir. Se trata, en definitiva, de un trabajo emprico aplicado al Per por medio de los resultados de la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV), 2000. La encuesta aporta evidencias de que al menos el 25% de los nios peruanos se han incorporado al mercado laboral. El hecho de que trabaje uno de cada cuatro nios, revela lo preocupante del nivel de vida de los nios peruanos, y justifica el inters de profundizar los aspectos asociados a los determinantes que han llevado a esta situacin. No hay que olvidar que el trabajo infantil es un tema complejo, no slo por ser causa de numerosos factores, sino por sus diversas consecuencias en el bienestar de los nios y del hogar, lo que hace necesario tener en cuenta distintas variables sociodemogrficas y econmicas que afectan tanto al nio como a su familia.

    Se puede pensar que el trabajo infantil afecta con mayor intensidad a los nios ms pobres, y de hecho, los nios que pertenecen a los hogares con menores niveles de ingresos, son los que tienen una mayor probabilidad de incorporarse al mercado de trabajo. De todas maneras, hay que analizar con cautela esta informacin, puesto que puede darse el caso de que familias con nios trabajadores hayan logrado superar su condicin de pobres, gracias a la contribucin econmica de sus hijos. Sin duda alguna, la pobreza constituye un serio problema para la formacin de capital humano, y por tanto, para el logro de razonables niveles de productividad en la edad adulta. Un 62% de los nios se encuentran en situacin de pobreza, de los cuales, un 12% estn clasificados como pobres extremos. Debido a estos datos, la mejora en las condiciones de vida de los nios, es uno de los principales retos al que se enfrenta la sociedad civil peruana.

    Pero el reflejo de una situacin econmica familiar desfavorable, no slo se aprecia en una mayor participacin laboral infantil, sino tambin en la necesidad de trabajar con bajos estndares en las condiciones de trabajo, y con salarios inferiores al promedio en actividades similares. Los nios trabajadores ms pobres perciben menores salarios, as el 34% de los nios pobres extremos trabajan por menos de 19 dlares al mes, mientras que solamente el 11% percibe ms de 80 dlares.

    En cuanto a la participacin laboral, se aprecia ligeras diferencias segn sexos. Con un 28%, la tasa de actividad del nio supera en 7 puntos porcentuales a la de la nia. Como rasgo generalizado, a excepcin de las nias mayores de 14 aos, cuanta ms edad tiene el nio, superior es su tendencia a trabajar. Esto no significa que las nias dejen de ser necesarias para el mantenimiento de la economa familiar, sino que

    * Profesor en la Universidad del Pacfico (Per) y consultor del Banco Mundial. ([email protected]) ** Becaria de investigacin en el Dpto. Anlisis Econmico, Universidad de Zaragoza. ([email protected]).

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    pueden desempear otro tipo de funciones de produccin en el hogar, por ejemplo, las tareas domsticas.

    Tampoco hay que olvidar el mbito geogrfico donde reside el nio, ya que, por ejemplo, slo el hecho de vivir en una ciudad, facilitar al nio el acceso a un mejor sistema educativo. Con un 42%, la proporcin de nios trabajadores en un mbito rural es superior al de los nios que viven en un rea urbana, puesto que en este caso se reduce al 13%. Esto es evidente si se tiene en cuenta que los hogares rurales presentan, por lo general, un menor nivel de ingresos. As, como ya hemos apuntado anteriormente, los nios rurales, al presentar mayores deficiencias econmicas, debern trabajar ante salarios menores con una mayor probabilidad que los nios urbanos. Este anlisis habra que completarlo con un estudio del nivel de vida segn rea geogrfica, de tal manera que se tuviera en cuenta las diferencias entre precios y calidad de los bienes y servicios que los que los individuos adquieren en sus respectivas zonas de residencia.

    Dentro de las medidas polticas aplicadas para elevar las condiciones de vida de los hogares peruanos, analizamos la efectividad de los programas sociales -desayuno, vaso de leche, y comedor- concluyendo que su cobertura es ineficiente e insuficiente. En primer lugar, porque aunque cubre a un elevado nmero de nios, no lo reciben todos aquellos que se encuentran en situacin de pobreza o incluso pobreza extrema, y sin embargo, se benefician un alto porcentaje de nios no pobres. En segundo lugar, porque slo alivia parcialmente la situacin sin corregirla, por lo que persiste la necesidad familiar de obtener ingresos a travs del trabajo infantil.

    Este trabajo cuenta con los siguientes apartados: comenzamos con los antecedentes tericos donde se comentan las contribuciones ms recientes en la investigacin del trabajo infantil. A continuacin, expondremos el modelo terico y emprico, el primero se concreta en los Modelos de Demanda Familiar, y el segundo en un Modelo Probit. En el anlisis de resultados, se presenta la descripcin de las caractersticas de los nios peruanos en el marco de su participacin laboral y salarios recibidos, as como un anlisis de los resultados de las estimaciones, resaltando los aspectos ms importantes. En la ltima seccin se presentan las conclusiones del estudio.

    II. ANTECEDENTES TERICOS

    En la primera Cumbre Mundial de los Nios (1990) se estableci el compromiso de reducir la mortalidad y la malnutricin infantil. Aunque no se establecieron objetivos explcitos sobre trabajo infantil, si que se incluyo que todo nio deba tener la posibilidad de acceder a una educacin bsica, y que por lo menos el 80% completase la educacin primaria.

    Segn Grootaert y Kanbur (1995), la educacin tiene un papel principal en la reduccin del trabajo infantil. Sin embargo, sealan que otras medidas son tambin necesarias como polticas adecuadas tal como la adopcin de tecnologa o mejores oportunidades para los padres. Adems, gracias a una visin ms realista de cmo solucionar el problema, no slo por parte de la literatura, sino tambin por parte de las agencias internacionales competentes, se comienza intentando mejorar las condiciones de vida y trabajo del nio debido a la importancia del salario infantil en los ingresos familiares.

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    En este sentido, la Organizacin Internacional del Trabajo distingue entre dos conceptos diferentes: el trabajo infantil (Child Work) y la fuerza laboral infantil (Child Labor). Mientras que el primero alivia la situacin de la economa del hogar, e incluso puede aportar cierto valor educativo al nio, el segundo se asocia al concepto de la explotacin laboral pura del nio, que no ayuda, sino ms bien deteriora su proceso de formacin de capital humano. Respecto a estas ideas tericas, Basu (1998) sugiere que la educacin obligatoria es ms efectiva que prohibir el trabajo infantil, debido a que la asistencia escolar es ms fcil de controlar. De hecho, muchas intervenciones se justifican bajo la creencia de que el estado se preocupa ms por el bienestar de los nios que sus padres, lo cual es cierto ante casos de abuso aislados, pero no cuando el trabajo infantil ocurre de forma masiva. Por otro lado, en ciertas economas, el mercado de trabajo puede tener un equilibrio mltiple, estando uno compuesto por un salario reducido perteneciente al adulto y alta incidencia en el trabajo infantil, y el otro formado exclusivamente por un salario del adulto alto.

    Con datos pertenecientes a Per, Ray (2000) estudi como afectan los sueldos de los padres en la decisin de los hijos sobre trabajar y asistir al colegio. Entre sus conclusiones resulta de especial inters que si se incrementa el sueldo de la madre, la probabilidad de que el nio trabaje tambin se incrementa. Esto lo justifica en la falta de centros adecuados como colegios o guarderas pblicas de calidad. Por ello, el autor sugiere polticas que potencien el nivel educativo de la madre y la creacin de infraestructuras de servicios adecuadas, que le permita ausentarse del hogar por motivos laborales. Esta idea se confirma con el estudio de Skoufinas (1994), quien demuestra con un modelo de efectos aleatorios que el salario de la madre tiene un impacto negativo sobre la escolarizacin del nio.

    Adems de estar positivamente correlacionado con el trabajo infantil, el nivel educativo de la madre incide positivamente sobre la salud y nutricin del nio en pases en va de desarrollo. Segn Glewwe (1997), se debe principalmente a que adquieren conocimientos relativos a la salud y hace que la futura madre este ms receptiva a los tratamientos mdicos modernos. A su vez, la salud esta estrechamente relacionada con la productividad en el trabajo, y por consiguiente, con el nivel salarial. Cortez (1999), introduce un indicador de salud en la ecuacin de salarios, y seala que tiene un efecto positivo y significativo sobre el nivel de la productividad, concluyendo que la inversin en la salud, tanto pblica, como privada, son beneficiosas para incrementar los ingresos de los hogares.

    Pero para Canagarajah y Coulombe (1997), no slo el nivel educativo de la madre tiene efectos negativos sobre el trabajo infantil, sino tambin el nivel educativo del padre. Las soluciones que plantean para mejorar el capital humano y reducir el trabajo infantil son: reducir los costes de escolarizacin, adaptar el sistema educativo a las reas rurales, donde los nios trabajan al menos a media jornada, y mejorar la educacin en funcin a las necesidades del mercado laboral.

    En definitiva, se trata de un tema sensible con diversas interrelaciones por la concurrencia de una gran variedad de variables, que adems est asociadas entre s, pueden ocasionar problemas de endogeneidad. Por ejemplo, con una mejor estado de salud se puede alcanzar mayores niveles de productividad, y ello tiene un impacto positivo en los salarios recibidos. Sin embargo, con salarios ms altos se podra adquirir ms bienes y servicios sanitarios, lo que mejorara las condiciones de salud. La simultaneidad entre el estado de la salud y los salarios son entonces una realidad.

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    III. EL MODELO

    1. Economa del hogar

    De acuerdo a la teora tradicional, la economa domstica elige aquella combinacin de bienes disponibles que maximizan su utilidad. Si los adultos que componen una economa domstica no son capaces de cubrir con su sueldo un gasto mnimo de subsistencia, el nio deber contribuir con su trabajo a cubrir estas necesidades bsicas, y ello implica asignaciones nuevas de tiempos disponibles hacia el mercado laboral. A partir de aqu, Becker (1965, 1976) propone que las actividades del individuo no pueden ser slo expresadas en trminos de precio de mercado, sino tambin como coste de oportunidad. De tal manera que en el coste total de que un nio estudie, considera el material escolar, matricula del colegio, gastos de transporte, pero tambin, lo que el nio deja de ganar si invirtiese este tiempo en trabajar.

    Por otro lado, Prtner (2001) desarrolla un modelo de distribucin del tiempo, en el que la funcin de utilidad de la economa domstica depende de las caractersticas particulares del hogar J , del nmero de hijos N , la escolarizacin de los hijos E , el tiempo libre de cada uno de los miembros familiares Z , y la cesta de bienes y servicios que puede adquirir Y . Dichos bienes y servicios se compran en el mercado al precio P a cambio de los recursos monetarios que dispone la familia I .

    .Max ( )J|,,, YZENUU = (1)

    s.a. IPY = (2)

    De acuerdo a este planteamiento, el nio distribuye su tiempo entre el mercado de trabajo, la educacin y el tiempo libre. El trabajo infantil no es el resultado de una decisin tomada por el nio de forma personal, sino de una decisin conjunta entre los miembros que componen la familia, puesto que los individuos no persiguen maximizar su funcin de utilidad individual, sino lograr el mximo bienestar del hogar. Esta idea es considerada en el trabajo de Psacharopoulos y Patrinos (1997), mediante la definicin de un modelo en el que la actividad laboral o asistencia escolar del nio viene determinada por el nmero de miembros de un hogar, y especialmente, por el nmero de hermanos. Teniendo en cuenta que los hermanos mayores se responsabilizan de los pequeos, la hiptesis principal radica en que cuanto mayor es el nmero de hermanos que no asisten al colegio, menos probable es que l lo haga.

    2. El modelo economtrico

    Como modelo economtrico, planteamos un Modeo Probit en dos etapas. En la primera, se estima la probabilidad de que el nio trabaje y en la segunda, el salario que va a percibir, si ha decidido trabajar.

    A la hora de aplicar el modelo, lo primero que debemos hacer es transformar la variable dependiente de naturaleza cualitativa en una variable cuantitativa que toma un valor diferente para cada una de las distintas alternativas ( jY = tal que 0=j para los individuos que no trabajan, y 1=j para los que si lo hacen).

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    Atendiendo a la teora economtrica descrita por Novales (1997), para determinar la probabilidad de que un individuo i con las caractersticas X tome la alternativa j , se utiliza la siguiente expresin:

    -

    -=jX

    ti dtep

    b

    p

    22

    21 (1)

    donde X es el vector de caractersticas individuales y familiares y jb los coeficientes a estimar. Como caractersticas individuales del nio se han considerado: sexo, edad, lengua materna, si asiste a un centro escolar, nivel educativo, y si se beneficia del programa social desayuno escolar. En cuanto a las caractersticas familiares, se incluye: rea de residencia, el nivel educativo del jefe de familia, nmero de nios menores de 6 aos que residen en el hogar, el nivel econmico o de pobreza del hogar y el ingreso no laboral familiar.

    Una vez fijada esta primera etapa, procedemos a la estimacin de la ecuacin de salarios, la cual queda determinada matricialmente de la siguiente forma:

    iiii XW elaaa +++= 210 (2)

    donde iW simboliza el salario mensual en dlares que percibe el nio por su trabajo, y

    iX al vector de sus caractersticas individuales y familiares. Como caractersticas individuales se han incluido: sexo, edad, y si asiste a un centro escolar, y como caractersticas familiares: rea de residencia y nivel educativo del jefe de familia. Por ltimo, se utiliza un valor de il , que es la inversa del ratio de Mills, por el que se tiene en cuenta la seleccin de la muestra derivada de que solamente observamos el salario de aquellos nios que trabajan y en consecuencia estn en la muestra. Por lo tanto, corrige el efecto en el salario de la presencia de un individuo que no pertenezca a la muestra seleccionada, de tal manera que, si il no es significativo entonces no existe sesgo de selectividad.

    IV. ANLISIS EMPRICO

    1. Caractersticas de la poblacin infantil en el Per

    La informacin para un total de 5.528 observaciones, ha sido obtenida de la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV), 2000. La poblacin se ha clasificado de tal manera, que se han considerado nios aquellas personas con edades comprendidas entre 6 y 17 aos incluidos, y adultos las personas mayores de 17 aos de edad.

    No slo la composicin de la poblacin presenta proporciones muy parecidas entre hombres y mujeres, ya que el 51% de los nios encuestados son varones, sino que la poblacin tambin es bastante homognea atendiendo a grupos de edades.

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    Cuadro 1. Distribucin poblacin infantil segn edad Edad N. nios (miles) Porcentaje Porcentaje acumulado

    6-8 2.000,3 27,5 27,5

    9-11 1.869,4 25,7 53,2

    12-14 1.796,7 24,7 78,0

    15-17 1.607,7 22,0 100,0

    Total 7.274,1 100,0

    Fuente: ENNIV 2000 Elaboracin propia

    Entre las distintas variables que utilizamos para explicar el trabajo infantil, no slo se consideran aquellas variables tradicionales como el sexo y edad, sino tambin otras ms especficas de la realidad peruana como, por ejemplo, la lengua materna, debido a su estrecha vinculacin con la vida social del nio. As, en aquellas comunidades donde se habla Aymara o Quechua, no slo los nios tuvieron que asimilar el castellano para poder acceder a la educacin, sino que los maestros tuvieron que aprender el dialecto para comunicarse con sus alumnos y familiares, lo cual sin duda supone un esfuerzo adicional en su aprendizaje y en la difusin del mismo por parte de los profesores de escuelas. Adems, la lengua materna nativa se asocia con prcticas de vida y culturales especficas que pueden influenciar la percepcin familiar sobre el trabajo infantil.

    Cuadro 2. Distribucin de la poblacin infantil segn lengua materna Lengua Materna N. nios (miles) Porcentaje Porcentaje acumulado

    Castellano 6.626,7 91,1 91,1

    Quechua 501,9 6,9 98,0

    Aymara 29,2 0,4 98,4

    Otro 116,3 1,6 100,0

    Total 7.274,1 100,0

    Fuente: ENNIV 2000 Elaboracin propia

    Las distintas lenguas maternas se distribuyen segn el lugar de residencia, ya que las personas tendemos a agruparnos en comunidades con caractersticas semejantes. As, en casi todo estudio emprico se introduce una variable geogrfica que recoge el impacto de las diferencias que se producen entre espacios fsicos distintos. En nuestro caso, se concreta en una variable que nos informa si el nio reside en mbito rural o urbano.

    En la actualidad coexisten varios puntos de vista al tratar la problemtica del trabajo infantil. Ya no existe unanimidad en que la solucin pase por su prohibicin, sino en intentar dotar al nio de unas condiciones de vida adecuadas que cubran sus necesidades bsicas y procure el fortalecimiento de la inversin en educacin, salud y otros vinculados a la formacin de capital humano. En este sentido, el abastecimiento de servicios mnimos y viviendas adecuadas aporta informacin valiosa. De hecho

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    encontramos que un 30,5% de los hogares no disponen de electricidad, un 47,4% de servicio de desage y un 36,2% de agua corriente dentro de la vivienda.

    Unas condiciones de vivienda deficientes afecta, sin duda, negativamente a la salud del nio. El siguiente cuadro, nos indica como se han encontrado los individuos de la muestra en las ltimas 4 semanas. Dicho estado se va a medir atendiendo a los das en los que el individuo se ha encontrado enfermo o accidentado, y como parece lgico, puesto que determinadas enfermedades se desarrollan como consecuencia de hbitos de vida, el malestar se incrementa con la edad, de tal manera que los jefes de familia presentan un peor estado de salud.

    Cuadro 3. Estado de salud de la poblacin: das de enfermedad Nios Jefe de familia Das de

    enfermedad N. nios (miles) Porcentaje N. nios (miles) Porcentaje

    0 5.673,7 77,8 5.055,5 69,5

    1-5 1.018,3 14,0 1.025,6 14,1

    5-15 516,4 7,1 843,8 11,6

    15- 65,7 1,1 349,2 4,8

    Total 7.274,1 100,0 7.274,1 100,0

    Fuente: ENNIV 2000 Elaboracin propia

    Dentro de los estudios de formacin de capital humano, la salud juega un papel esencial, puesto que cuanto mejor sea el estado de la salud fsica y mental del individuo, mayor ser su rendimiento laboral. Sin embargo, este no es el nico indicador sobre la productividad potencial de una persona, sino que existen otros como la educacin. As cuanta mayor formacin haya recibido un individuo, ms productivo ser. Analizando la tasa de asistencia a centros escolares, observamos que alcanza un valor elevado, recibiendo formacin educativa el 91% de los nios. Sin embargo, este dato analizado por si slo no refleja condiciones de calidad de la educacin ofrecida, ya que uno de los problemas ms graves que experimenta la poblacin escolar es el retraso por la repeticin de cursos acadmicos. Por esto, a pesar de que casi la mitad de los nios son mayores de 12 aos, slo el 30% de ellos ha alcanzado niveles de secundaria. En el cuadro 4 se recoge la distribucin poblacional segn nivel educativo.

    Cuadro 4. Distribucin poblacin infantil segn nivel de estudios Nivel de estudios N. nios (miles) Porcentaje Porcentaje acumulado

    Ninguno 130,9 1,8 1,8

    Inicial 1.120,2 15,4 17,3

    Primaria 3.855,2 53,0 70,3

    Secundaria 2.124,0 29,2 99,5

    Superior 43,8 0,5 100,0

    Total 7.274,1 100,0

    Fuente: ENNIV 2000 Elaboracin propia

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    Estos valores son bastante reducidos, sobre todo si pensamos que haber asistido algn curso acadmico no supone su finalizacin. Este escaso rendimiento escolar puede deberse a una oferta deficiente de bienes y servicios educativos, por lo que se introduce una nueva variable que capte si dicha oferta es suficiente para que todo nio pueda acceder a ella. As, hemos empleado el tiempo que necesita el nio en acudir a su centro educativo, considerando que trayectos largos influyen negativamente sobre los resultados acadmicos. Pero de hecho, se comprueba que la distancia entre los centros educativos y la vivienda de los nios no supone ningn problema, tardndose en el 93% de los casos menos de media hora en llegar a sus clases. De tal manera, una ineficiente oferta educativa slo justifica el retraso escolar en casos particulares, teniendo que encontrar otras razones que lo expliquen y que probablemente se concentra en aspectos pedaggicos, calidad de la infraestructura educativa, capacidad de enseanza de los maestros, disponibilidad del material de enseanza, y hasta en los niveles de nutricin de los nios que incide en su capacidad de retencin, concentracin y aprendizaje. En el cuadro 5, se asignan a los problemas econmicos o motivos de trabajo como principales causas por las cuales el nio no asiste al centro escolar a pesar de estar matriculado, y slo en un escaso 15% se deben a que no les interese o a su escaso rendimiento escolar.

    Cuadro 5. Motivos por los que no asiste a un centro educativo Motivo Trabaja No trabaja Total

    N. (miles) % N. (miles) % N. (miles) %

    Problemas econmicos 61,9 27,3 60,0 39,5 121,9 32,1

    No le interesa 35,3 15,4 15,6 10,2 50,9 13,4

    Esta trabajando 48,6 21,3 -- -- 48,6 12,8

    Termin sus estudios 9,2 4,1 28,8 19,0 38,0 10,0

    Enfermedad o accidente 8,7 3,9 12,2 8,0 20,9 5,5

    Quehaceres del hogar 9,1 4,0 11,0 7,3 20,1 5,3

    Por ayudar a sus padres 8,8 3,9 1,1 0,7 9,9 2,6

    No tiene edad suficiente 4,3 1,9 4,5 2,9 8,8 2,3

    Sacaba bajas notas 5,1 2,3 0,6 0,3 5,7 1,5

    Problemas familiares 1,8 0,3 3,1 2,0 4,9 1,3

    Por embarazo -- -- 0,1 0,0 0,1 0,0

    Otra razn 35,6 15,6 14,6 10,1 50,2 13,2

    Total 228,4 100,0 151,6 100,0 380,0 100,0

    Fuente: ENNIV 2000 Elaboracin propia

    Por otro lado, hemos construido un cuadro que relaciona el nmero de horas que trabaja el nio con su asistencia al colegio. Se observa que ms del 95% de los nios que trabajan entre 1-10 horas acuden al colegio, e incluso dicho porcentaje se mantiene por encima del 90% para los nios que trabajan entre 20-40 horas. Sin embargo, decrece a partir de las 40 horas, de tal manera, que slo estudian el 63% de los que trabajan entre 40-60 horas, y el 48% de los nios que trabajan ms de 60 horas.

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    Cuadro 6. Horas de trabajo y asistencia escolar Estudia actualmente

    S No Total

    Horas

    N. (miles) (%). N. (miles) (%). N. (miles) (%).

    1 - 10 2.429,6 96,8% 80,3 3,2% 2.509,9 100%

    10 - 20 1.383,0 95,8% 60,7 4,2% 1443,7 100%

    20 - 40 1.164,6 91,4% 109,6 8,6% 1.274,2 100%

    40 - 60 194,9 63,0% 114,6 37,0% 309,5 100%

    60 - 69,3 48,2% 74,5 51,2% 143,8 100%

    Total 4.354,7 96,8% 144,0 3,2% 4.498,7 100%

    Fuente: ENNIV 2000

    Elaboracin propia

    Con relacin a la situacin laboral del nio y del jefe de familia, encontramos que los nios presentan una tasa de actividad de 25% y el jefe de familia en torno al 83%. Un hecho que sorprende, es que el 85% de los nios no percibe sueldo alguno, por lo que aun trabajando un 25%, slo el 15% recibe una prestacin econmica. Esto puede ser un indicador de las condiciones laborales en las que los nios desarrollan su trabajo, encontrando dos situaciones distintas: bien que el nio trabaje en la calle o en actividades de economa informal, o bien, que colabore en la actividad econmica familiar.

    Con el siguiente cuadro, se pretende estudiar las condiciones econmicas de los padres, y la necesidad de que los nios trabajen. El hecho de que la mayora de los nios reciban sueldos bastantes reducidos, nos da una idea de que este dinero es necesario para la adquisicin de bienes y servicios bsicos. La mitad de los jefes de familia percibe menos de 100 dlares al mes, por lo que no resulta extrao que dichas economas domsticas se apoyen en el sueldo de sus hijos para subsistir.

    Cuadro 7. Distribucin de la poblacin segn sueldo mensual Nios Jefe de familia Sueldo

    (Dlares) Nmero Porcentaje Nmero Porcentaje

    0 6.917,8 95,1 982,1 13,6

    0-30 116,4 1,6 814,7 11,2

    30-100 196,4 2,7 1.833,0 25,2

    100-200 29,0 0,4 1.862,2 25,6

    200- 14,5 0,2 1.782,1 24,5

    TOTAL 7.274,1 100,0 7.274,1 100,0

    Fuente: ENNIV 2000 Elaboracin propia

    Esta situacin queda confirmada por los elevados ndices de pobreza, los cuales ya hemos comentado en la introduccin. Para aliviar la situacin, el gobierno ha creado

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    una serie de programas sociales con el fin de mejorar el bienestar de la poblacin. El 45% de los nios encuestados reciben el desayuno, el 36% vaso de leche y el 24% el servicio de comedor, pero este dato no es suficiente para determinar que los programas sean eficientes. Adems, junto a la cobertura, es necesario conocer si los beneficiarios son aquellos que ms lo necesitan. La tabla de contingencia entre nivel de pobreza y beneficiario del programa vaso de leche, indica que el 29% son pobres extremos, el 45% pobres no extremos y el 25% no pobres, por lo tanto, se concluye en que no estn todos los que son, ni son todos los que estn. La situacin para el programa desayuno se asemeja bastante, pero empeora considerablemente para el servicio comedor.

    Cuadro 8. Distribucin poblacin infantil segn pobreza y uso programa vaso leche Desayuno Vaso leche Comedor

    N.

    (miles) (%) N. (miles) (%) N. (miles) (%) N. (miles) (%)

    Pobre extremo 1.403,9 19,3 871,9 27,0 729,9 28,7 89,6 5,3

    Pobre no extremo 309,4 42,5 1.472,5 45,6 1.164,8 45,8 314,6 18,6

    No pobre 2.778,7 38,2 884,9 27,4 648,6 25,5 1.287,5 76,1

    Total 7.274,1 100,0 3.229,3 100,0 2.543,3 100,0 1.691,7 100,0

    Fuente: ENNIV 2000 Elaboracin propia

    2. Los resultados del anlisis economtrico

    En el cuadro 9 se expone la incidencia de distintos factores de la participacin laboral infantil. Una de las caractersticas del mtodo Probit es que los resultados han de interpretarse con relacin a la variable de referencia, la cual ha quedado omitida en la estimacin.

    Cuadro 9. Ecuacin de participacin laboral Total (N=5.528) Nios (N=2.822) Nias (N=2.706)

    Coef. t-ratio Coef. t-ratio Coef. t-ratio

    Constante -2,2136 -10,2233 -2,0461 -6,909 -2,0415 -6,3791

    Gnero: Nio 0,2658 6,3307 -- -- -- --

    Nia*

    Edad nio 0,1295 11,9795 0,1501 10,1422 0,1049 6,5336

    Residencia: Urbana -0,7537 -16,1544 -0,8630 -13,2967 -0,6376 -9,4375

    Rural*

    Idioma: Castellano*

    Quechua 0,9789 12,8044 0,9682 8,7269 0,9843 9,3289

    Aymara 1,7118 5,0220 2,0290 3,3882 1,5461 3,8899

    Otro 0,4527 2,9045 0,6833 2,8131 0,2760 1,3142

    Estudia: No*

    S -0,4674 -5,7488 -0,5657 -4,8606 -0,3949 -3,3981

    Educacin nio: Ninguno*

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    Inicial 0,5023 2,3884 0,3561 1,2260 0,6897 2,1927

    Primaria 0,2972 4,5370 0,3445 3,7898 0,2336 2,4348

    Secundaria -0,4829 -2,2388 -0,3946 -1,3206 -0,6476 -2,0126

    Ed. jefe familia: Ninguno 0,3578 3,1580 0,2991 1,8705 0,4309 2,6506

    Inicial 0,7390 4,0383 0,4386 1,6251 0,9750 3,8611

    Primaria 0,3596 4,6093 0,3300 3,1242 0,3921 3,3612

    Secundaria 0,2716 3,5692 0,2079 2,0118 0,3402 3,0063

    Superior*

    Desayuno: No*

    S 0,2640 5,6814 0,2737 4,2380 0,2649 3,9234

    Menores 6 aos 0,0735 2,4491 0,1095 2,6036 0,0365 0,8399

    Ingr. no laboral ($) -0,0007 -5,6669 -0,0007 -4,5377 -0,0006 -3,2952

    Pobreza: Pobres*

    No pobres 0,1332 2,7932 0,1367 2,0727 0,1248 1,7894

    *Variables tomadas como referencia

    Comenzando con las variables relativas exclusivamente al nio, confirmamos que la probabilidad de que el nio trabaje es superior a la de la nia, y adems que la edad tiene un efecto positivo sobre la probabilidad de que ambos trabajen, siendo ligeramente superior la del nio a la de la nia. Asistir a un centro educativo reduce la probabilidad de trabajar, y en mayor medida a las nias. En cuanto al nivel educativo alcanzado, encontramos que los nios que han aprobado cursos de inicial o de primaria tienen una mayor probabilidad de insertarse laboralmente que aquellos nios que no tienen estudios, mientras que dicha probabilidad se reduce si aprueban estudios de secundaria. En cuanto a la efectividad de los programas sociales, el hecho de beneficiarse del programa desayuno parece incrementar la probabilidad de insercin laboral. Esto lo podemos interpretar de dos maneras: por un lado, se benefician aquellos nios que ms lo necesitan, pero por otro, es una medida insuficiente puesto que no corrige la situacin.

    Continuando con las caractersticas familiares, tener como lengua materna otro idioma que no sea el castellano parece incrementar la probabilidad de insertarse laboralmente, y de igual modo, residir en un mbito rural. A su vez, el nivel educativo del jefe de familia tiene un impacto negativo en la insercin laboral, y parece ser que a medida que dicho nivel mejora la probabilidad de insercin disminuye en mayor medida. Dicho efecto es ms perceptible a partir de estudios de Inicial y en el caso de los nios. Por otro lado, a medida que incrementa el nmero de menores de 6 aos residentes en el hogar va a aumentar la probabilidad de participacin laboral infantil. En la misma lnea, cuanto mayor es el ingreso no laboral familiar, menor es la probabilidad de que el nio trabaje, pero dicha disminucin realmente es inapreciable para lo que caba esperar. De todas maneras, el resultado ms sorprendente es que el hecho de ser no pobre parece incrementar la probabilidad de que el nio trabaje. La explicacin de este dato podra explicarse en parte al hecho que se observa la situacin de pobreza de los hogares ex post a la decisin de participacin laboral. Es decir, se sugiere que gracias al dinero aportado por los nios a la economa del hogar se observa solo la

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    situacin ex post donde los hogares dejan de ser hogares pobres pero que quiz bordean en el lmite de la lnea de la pobreza.

    Una vez estimada la 1 fase del modelo, calcularemos los coeficientes de las ecuaciones de salarios, los cuales presentamos en el siguiente cuadro.

    Cuadro 10. Ecuacin salarial mensual en dlares Total (N=1.362) Nios (N=794) Nias (N=568)

    Coef. t-ratio Coef. t-ratio Coef. t-ratio

    il 1,8103 0,8119 2,5371 0,6968 3,5993 1,5575

    Gnero: Nio 7,2260 4,2087 -- -- -- --

    Nia*

    Edad nio 1,6925 7,1281 1,9419 5,9815 1,6131 5,0090

    Residencia: Urbana 12,1861 3,7521 18,4806 3,6592 2,0472 0,6013

    Rural*

    Estudia: No*

    Si -28,0944 -6,8268 -28,2862 -5,5276 -26,9812 -4,0516

    Educa. jefe familia.: Ninguno 8,7501 2,4031 11,8274 2,1032 8,3571 2,1406

    Inicial 18,6534 1,2913 35,5646 1,1420 7,6066 2,1949

    Primaria 5,7744 1,9695 7,0609 1,6080 7,7322 2,6998

    Secundaria 1,3424 1,4758 6,1808 1,3754 5,6359 1,9557

    Superior*

    *Variables tomadas como referencia

    La inversa del ratio de Mills no es aceptada por los t-ratios, por lo que no existe suficiente evidencia emprica de que se hayan producido sesgos de selectividad para estos grupos.

    Como ya hemos comentado, los nios perciben una remuneracin superior que las nias, y la edad est positivamente correlacionada con el nivel salarial, tal que cuanto mayor es individuo, mayor es el salario va a percibir. Por otro lado, residir en zona urbana reduce la probabilidad de trabajar, pero en caso de que decidan trabajar, estarn mejor remunerados. En cuanto a la educacin, observamos que asistir al centro educativo reduce el salario, puesto que ha de compaginar su tiempo disponible entre la jornada laboral y el estudio, pudiendo invertir, por tanto, menos horas y en peor estado que aquellos nios que slo trabajan. Por ltimo, cuanto mayor es el nivel educativo del jefe de familia menor ser la remuneracin que percibe el nio, hecho que se acenta a partir de estudios de la etapa Inicial.

    IV. CONCLUSIONES

    Para poder entender mejor cuales son las causas y consecuencias del trabajo infantil, hemos planteado con los datos procedentes de la encuesta de hogares ENNIV (2000), un modelo de estimacin en dos etapas, donde en la primera se calcula la probabilidad de que el nio trabaje, y en la segunda, se determina la ecuacin salarial

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    del nio. Para esto, se han considerado los distintos condicionantes individuales y familiares del nio como por ejemplo su edad o el nivel econmico del hogar.

    Teniendo en cuenta el marco terico y los resultados obtenidos de las estimaciones, concluimos en que:

    Los nios tienen una tendencia superior a trabajar y perciben una remuneracin ligeramente superior que las nias.

    Los programas sociales, como el desayuno escolar, vaso de leche y comedor no corrigen la situacin familiar que conlleva a que el nio trabaje, de hecho, aunque sean ofertados en el centro escolar, no hay evidencia contundente que ayudan a detener la insercin laboral infantil. En definitiva dichas asistencias se pueden entender en un segundo plano como polticas de redistribucin de la renta, de tal manera que si se mejora la situacin econmica del nio, se podra disminuir va efecto ingreso la probabilidad de que trabaje.

    A pesar de la alta tasa de actividad laboral infantil existe un alto nivel de asistencia escolar. No obstante, estos resultados deben mirarse con cautela dado que el fracaso escolar medido en trminos del atraso y repeticin escolar es elevado. Como causas principales de la falta de asistencia al centro educativo se encuentran la restriccin de presupuesto familiar. De hecho, la asistencia al colegio frena tanto la insercin laboral como la remuneracin que los nios perciben.

    El nivel educativo del jefe de familia reduce tanto la insercin laboral como la remuneracin que percibe el nio. Seguramente desarrollan trabajos ms cualificados, por lo que perciben consecuentemente salarios superiores, de tal manera que el trabajo infantil es menos necesario para el mantenimiento del hogar. En definitiva, es un hecho favorable que aquellos individuos con mayores aos de educacin valoren positivamente la inversin en capital humano.

    Es necesario un estudio ms profundo de cmo incide el trabajo infantil en la asignacin de tiempos de los miembros del hogar y en el nivel de bienestar del hogar, ya que la propia remuneracin de los nios puede causar que la familia deje de ser considerada pobre, y no puedan prescindir del salario que reciben los nios.

    De todas maneras, toda generalizacin en materia de trabajo infantil no esta exenta de reservas, debido principalmente a la diversidad de condicionantes que pueden afectar en la decisin de trabajar. Lo que parece claro, es que una deficiente situacin econmica familiar es el motivo principal por el cual el nio se ve forzado a trabajar prematuramente, pero el desconocimiento de las condiciones en las que trabajan es amplio y las opciones son numerosas; colaboracin en las explotaciones familiares, trabajo domstico, actividades de economa informal.

    Los esfuerzos polticos se deben centrar en erradicar la pobreza, con medidas que redistribuyan eficientemente la renta. La cobertura de los programas no ha de limitarse solo a los nios, de tal manera que su sueldo ya no sea necesario como nica opcin para comprar bienes y servicios bsicos requeridos por el hogar. Sin una mejora de la situacin familiar, es poco probable que mejore la proyeccin futura del nio.

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    BIBLIOGRAFA

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    Apndice 1: Estadsticas

    Cuadro A1. Las variables

    Variable Descripcin Media (Desv. Tpica)

    Sexo Variable dicotmica, donde 0 representa mujer y 1 hombre.

    0,51(0,50)

    rea Variable dicotmica, de tal manera que 0 representa residir en rea rural y 1 en rea urbana.

    0,60(0,49)

    Idioma Adopta cuatro valores distintos: 1 Castellano, 2 Quechua, 3 Aymara, 4 Otro,

    1,13(0,46)

    Edad nio Representa la edad del nio. 11,22(3,41)

    Nivel educativo nio

    Adopta cuatro valores distintos segn el nivel educativo alcanzado por el nio: 1 si carece de estudios, 2 de Incial, 3 de Primaria, y 4 de Secundaria.

    3,11(0,72)

    Asistir al colegio

    Variable dicotmica, donde 0 representa no asistir al colegio y 1 lo contrario.

    0,93(0,25)

    Nio trabajador Variable dicotmica, donde 0 representa no trabajar y 1 lo contrario.

    0,25(0,43)

    Nivel educativo jefe familia

    Adopta cinco valores distintos segn el nivel educativo alcanzado por el jefe de familia: 1 si carece de estudios, 2 de Incial, 3 de Primaria, 4 de Secundaria y 5 Superiores.

    3,56(0,94)

    Desayuno Variable dicotmica, de tal manera que 0 representa no haberse beneficiado del programa social desayuno y 1 lo contrario.

    0,45(0,50)

    Nios menores 6 aos

    ndica el nmero de nios menores de 6 aos que residen en el hogar.

    0,38(0,69)

    Nivel de pobreza

    Variable dicotmica, tal que, 0 si el hogar es pobre, 1 si es no pobre.

    0,38(0,49)

    Ingreso no laboral familiar

    Indica el ingreso mensual no laboral familiar en dlares. 114,12(318,00)

    Sueldo mensual nio

    Indica el sueldo total mensual en dlares recibido por el nio.

    3,02(18,60)