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    ISSN 113-0104

    La recepcin del darwinismo en la universidad

    espaola (1939-1999)The reception of darwinism in Spanish universities (1939-1999)

    Francisco BLZQUEZPANIAGUA

    Resumen: Superada parcialmente la censura deposguerra, hacia la segunda mitad de los cincuenta,el nuevo darwinismo de la sntesis evolucionista seincorpor a los textos universitarios de las univer-sidades espaolas, siendo reconocido por nume-rosos investigadores de Madrid y Barcelona en elcentenario de El origen de las especies. Durantelos cincuenta y sesenta el nuevo darwinismo co-existi con el evolucionismo finalista y testa im-

    pulsado por la encclicaHumani generis (1950) ypor la divulgacin del pensamiento de Teilhard deChardin. El ltimo cuarto del siglo XXtras cerrarseel debate finalismo/neodarwinismo comenz enEspaa, aunque lentamente, la normalizacin aca-dmica e investigadora en torno a la evolucin.

    Palabras clave:darwinismo en Espaa, finalis-mo, neodarwinismo, Teilhard de Chardin.

    Abstract: Towards the second half of the fifties,when the post-war censorship had been partiallyovercome, the new Darwinism of evolutionarysynthesis, acknowledged by numerous researchesfrom Madrid and Barcelona in the centenary of TheOrigin of Species,was incorporated into textbooksin Spanish universities. During the fifties and six-ties this new Darwinism coexisted with the finalistand theist evolutionism propelled by both the En-

    cyclicalHumani generis(1950) and the spreadingf Telhard de Chardns deas. in the last qarter

    of the 20thcentury, after the finalist/Neodarwinistdebate was closed, a slow process of normalizationwas initiated in the field of evolution in relation toacademics and investigation.

    Keywords: Darwinism in Spain, finalism, neo-darwinism, Teilhard de Chardin.

    El itinerario histrico del darwinismo ha sido muy distinto dependiendo de los con-textos cientficos y sociales en los que se ha divulgado. La teora de la seleccin natural,esbozada en el siglo XIXpr ls natralstas ngleses Alfred Rssel Wallace (1823-1913) yCharles Darwin (1809-1882), y ampliada por este ltimo en su obraEl origen de las especies(1859), sufri una crisis durante las primeras dcadas del siglo XX, pero un nuevo darwinis-mo renaci en las dcadas de 1930 y 1940 en la llamada teora sinttica de la evolucino sntesis evolucionista apoyado ahora por los nuevos conocimientos y perspectivas devarias disciplinas biolgicas. El presente artculo aborda cmo y en qu medida el evolu-cionismo darwinista fue aceptado o rechazado en Espaa en el mbito universitario, tras laGuerra Civil y durante la segunda mitad del siglo XX.

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    Francisco Blzquez Paniagua

    1. Evolucionismo y antievolucionismo en la posguerra espaola

    El nuevo darwinismo de la teora sinttica surgi en un momento muy poco propicio

    para su aceptacin en Espaa ya que coincidi con nuestra Guerra Civil y la posguerra. Elideario que se impuso tras la contienda era radicalmente opuesto al pensamiento evolucio-nista, siendo considerado una hereja cientfica y sustituido por un creacionismo que inter-pretaba de forma literal los pasajes del Gnesis, especialmente en el mbito de la enseanzapreuniversitaria y en su divulgacin a la sociedad. Las directrices para la ciencia en el nuevoestado slo permitan una ciencia armonizada con la doctrina catlica, as lo expresaba el pri-mer presidente del Consejo de Investigaciones Cientficas en el discurso de inauguracin:

    Queremos una ciencia catlica, esto es una ciencia que por sometida a la razn, supre-ma del universo, por armonizada con la fe, en la luz verdadera que ilumina a todo hombre queviene a ese mundo (Ioan. I, 9), alcance su ms pura nota universal. Liquidamos, por tanto, en

    esta hora, todas las herejas cientficas que secaron y agostaron los cauces de nuestra genialidadnacional y nos sumieron en la atona y la decadencia 1.

    La teora de la evolucin, especialmente en su versin darwinista, formaba par-te de la llamada biologa materialista y atea, y su defensa apareca ligada a personas,ideologas e instituciones proscritas para la dictadura: el krausismo, la Institucin Librede Enseanza la msma Repblca2. Incluso el neodarwinismo de la teora sinttica tenaseas de identidad negativas, dado que algunos de sus representantes haban manifestadoadhesin a la causa republicana y era interpretada como una teora marxista e incompatiblecon el cristianismo3.

    El exl qe se prdj haca el fnal la gerra pr la vnclacn a la Repblca afecta nmerss nvestgadres evlcnstas, entre ells Js Ry Gmez (1895-1961), odn

    de Buen (1863-1945), Ignacio Bolvar (1850-1944), Cndido Bolvar (1897-1976), EnriqueRja L-Banc (1895-1963), etc. Tambn el exl nterr afect a la dcenca e nvest-gacin en evolucin, destacando el caso de Antonio de Zulueta y Escolano (1885-1971), unode los introductores de la gentica clsica en nuestro pas que haba investigado en EstadosUnidos y traducido obras evolucionistas antes de la guerra. La visin de los problemas evo-lutivos de Zulueta estaban en la lnea de la teora sinttica de la evolucin, sin embargo, la

    1. Memoria de la Secretara General1940-1941, CSIC, Madrid 1942, p. 32.2. Vanse los trabajos de DiegoNEZ,El darwinismo en Espaa, Castalia, Madrid 1977; Thomas

    F. GLICK,Darwin en Espaa, Pennsula, Barcelona 1982; Francisco PELAYO,Darwinismo y antidarwi-nismo en Espaa (1900-1939), en M.A. PUIG-SAMPERet al. (eds.), Evolucionismo y Cultura. Darwin-ismo en Europa e Iberoamrica, Edtra Regnal de Extremadra, UNAM y Doce Calles, 2002, pp.267-284; Francisco BLZQUEZ,Notas sobre el debate evolucionista en Espaa (1900-1936), en Revstade Hispanismo Filosfico, 12 (2007) 23-44; Francisco BLZQUEZ,La teora sinttica de la evolucinen Espaa. Primeros encuentros y desencuentros, en Llull, 50 (2001) 289-313.

    3. Vase Luis SIERRA,La ciencia y las creencias de Julian Huxley, director general de la Unesco,en Arbor, 7 (1947) 263-270 y Emilio PALAFOX,Hacia una sntesis evolucionista, en Theoria, 3-4(1953) 121-127.

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    depuracin que sufri en los cuarenta le releg a un segundo plano y qued apartado de lainvestigacin biolgica4.

    Al mismo tiempo, en la posguerra se produjo una difusin de las posturas antievo-lucionistas, destacando especialmente en su defensa el jesuita Jaime Pujiula (1869-1958),director del Instituto Biolgico de Sarri, que ya haba manifestado crticas a la idea deevolucin en artculos y obras anteriores a la guerra5.

    A pesar de este ambiente hostil hacia el evolucionismo en general y hacia el darwinis-ta en particular, durante la posguerra algunos textos universitarios (utilizados ya antes de laguerra) incluan captulos o apartados sobre evolucin, por ejemplo Compendio de biologa(1943) de Umberto Pierantoni (Universidad de Npoles), cuya ficha de censura indicaba elrespeto por la teora creacionista, oBiologa fundamental(1946) de Carlos Morales, catedr-tico en la Universidad de San Marcos (Lima)6.

    En el mbito universitario eclesistico hubo trabajos partidarios de un evolucionis-mo moderado hacia el final de los cuarenta, como el caso de los jesuitas Valeriano Andrez(1906-1955), catedrtico de Biologa y Antropologa en la Universidad Pontificia de Comi-llas (Santander), o Jaime Echarri (1909-1990), de la Facultad Filosfica de Oa (Burgos)7.

    En la segunda mitad de los cuarenta los paleontlogos Bermudo Melndez (1912-1999)y Miquel Crusafont (1910-1983) comenzaron la publicacin de artculos y obras que dieronforma al evolucionismo testa y finalista que caracteriz las dcadas siguientes, defendiendoun proceso evolutivo que aceptaba la intervencin divina en mayor o menor grado y dirigidohacia la aparicin del ser humano.

    Bermudo Melndez fue catedrtico de Geologa en la Universidad de Granada (1944)

    y de Paleontologa en la de Madrid (1949). Su Tratado de Paleontologa(1947) inclua uncaptulo dedicado a la evolucin, El transformismo y la paleontologa. Para Melndez lanica evolucin posible era aquella que aceptaba la intervencin de Dios (evolucionismo

    4. Zulueta tradujo: William B. SCOTT,La teora de la evolucin y las pruebas en las que se funda,Calpe, Madrid 1920; Charles DARWIN,El origen de las especies, Espasa Calpe, Madrid 1921. Sobre suvida vase: Carmen ZULUETA,Antonio de Zulueta, pionero de la gentica en Espaa, en Historia 16,22 (1998) 114-120.

    5. Vase Alfredo IGLESIAS,A investigacin en Espaa sobre o evolucionismo humano (1936-1976),

    Tesis Doctoral, Univ. de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela 1998. Entre las obras antie-volucionistas de Pujiula pueden citarse: Jaime PUJIULA, Conferencias biolgicas. Estudios crticos sobrela teora de la evolucin, Tipografa Catlica, Barcelona 1910 y los manuales de biologa Problemas

    Biolgicos, Barcelona 1941 yManual Completo de Biologa Moderna Macro y Microscpica, Tipogra-fa Catlica Casals, Barcelona 11927, 21936, 31949 y 41960.

    6. Archivo General de la Admn. Sign. 21/6473. Estas obras defendan un evolucionismo finalista:Umberto PIERANTONI, Compendio de biologa, Labor, Madrid-Barcelona-Buenos Aires 1943; CarlosMORALES,Biologa Fundamental, Salvat, Barcelona-Buenos Aires 1946.

    7. ValerianoANDREZ,Etapas cientfico-histricas de la demostracin del transformismo, en Mis-celnea Comillas, 8 (1947) 367-414; Jaime ECHARRI,El hombre en sus primeros orgenes. Evolucio-nismo antropolgico, ni exageracin ni cortedad, en Razn y Fe, 139 (1949) 219-248.

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    testa) en el origen de la vida y del ser humano, distinguiendo dos tendencias: el transfor-mismo testa generalizado, que no admita intervencin divina en el resto del proceso, y eltransformismo testa mitigado, que admita adems la intervencin en la creacin de grupos

    de seres vivos nuevos. Melndez conoca perfectamente las implicaciones de la sntesis evo-lucionista pero mostraba su rechazo a este nuevo darwinismo:

    Queremos, s, poner en guardia a nuestros lectores para que no se dejen arrastrarpor los espejismos ni por viejas teoras desacreditadas, aunque aparezcan vestidas con nuevosropajes y con el sello standard de un modernismo mal entendido, y una vez ms, advertir quees intil buscar la solucin del problema transformista fuera de una teora vitalista testa, nicaque tiene la clave de la evolucin orgnica, que no es otra que la misma que rige fenmenosvitales, y que para nosotros es la Divina Providencia 8.

    El otro paleontlogo que abord el problema de la evolucin en los ltimos aos de

    posguerra fue Miquel Crusafont. Su labor estuvo ligada al Museo de Sabadell y posteriormen-te fue catedrtico en las Universidades de Oviedo (1960) y Barcelona (1963). El evolucio-nismo expresado en su primer artculo Concepciones cosmovitalistas del evolucionismo9defenda una intervencin divina en el origen de la vida, y en el origen y extincin de losgrupos de seres vivos, armonizando las corrientes finalistas, testas y tambin mecanicistas,incluyndose en lo que llamaba la escuela meridional donde estaban otros autores finalis-tas de Francia e Italia.

    En los cincuenta, Crusafont y su colaborador Jaime Truyols (n. 1921), aos mstarde catedrtico de paleontologa en la Universidad de Oviedo (1964), aplicaron mtodosbiomtricos al estudio de la denticin en carnvoros fsiles y uno de sus artculos apareci

    enEvolutionrgano de expresin de la corriente neodarwinista, a pesar de que los paleon-tlogos espaoles interpretaron sus resultados de forma ortogentica, es decir, aceptando laexistencia de direcciones evolutivas ajenas al proceso de seleccin natural10.

    2. El legado deHumani generis(1950)

    Un acontecimiento que promovi y delimit el debate sobre la evolucin en Espaadurante los cincuenta, especialmente en el mbito eclesistico, fue la promulgacin de laencclicaHumani generispor Po XIIen agosto de 1950.

    8. BermudoMELNDEZ,Las nuevas tendencias de sntesis en el transformismo,en Razn y Fe,139 (1949) 70-76.

    9. Miquel CRUSAFONT, Concepciones cosmovitalistas del evolucionismo, en Publicaciones delMuseo de Sabadell, 4 (1948) 5-29.

    10. Sobre el evolucionismo de Crusafont vase: JordiAGUST,Levolucionisme meridional de Mi-quel Crusafont, en Arrana. Revsta dHstra, 14 (1994) 29-43; Thmas F.GLICK,Miquel Crusafonti George Gaylord Simpson:Interferncies biogrfiques, confluncies histriques, en Arrana, RevstadHstra, 14 (1994) 45-56.

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    Humani generisafirmaba que la evolucin no estaba demostrada y su defensa gene-ralizada supona un atrevimiento alineado con ideologas inadmisibles para el cristianismo:De esta hiptesis se valen los comunistas para defender y propagar su materialismo dialc-

    tico y arrancar de las almas toda nocin de Dios11.Sin embargo, en el apartado titulado Cuestiones cientficas en relacin con la fe

    manifestaba que el magisterio de la Iglesia no prohbe que en investigaciones y disputasentre los hombres doctos de entrambos campos [cientfico y religioso] se trate de la doctri-na del evolucionismo aceptando la creacin del alma por Dios12. A pesar de esta libertadrestringida a los estudiosos, la encclica dejaba bien claro lo inadmisible de aquellos quecon temeraria audacia y sin moderacin ni cautela consideraban probado el origen delhombre a partir del simio, y reprobaba la defensa del poligenismo, es decir, la aceptacinde un origen plural de la humanidad en la que haba seres humanos no procedentes de Adn(anteriores, posteriores o coetneos de ste), lo que planteaba serios problemas acerca de la

    naturaleza del pecado original y del relato del Gnesis.En 1951 la revistaArbor, rgano de expresin del Consejo de Investigaciones Cientfi-

    cas, dedic un nmero extraordinario al problema de la evolucin biolgica13que fue prece-dente de otras obras colectivas que apareceran ms adelante. El monogrfico contaba con unartculo del genetista Theodosius Dobzhansky (1900-1975), uno de los principales artfices dela teora sinttica de la evolucin, e inclua tambin un artculo antievolucionista. Sin embargo,en la mayor parte de las colaboraciones se defendi un evolucionismo finalista que aceptaba laintervencin de Dios en el origen de la vida y del ser humano, al tiempo que mostraba una claraoposicin al evolucionismo materialista (darwinista) de la teora sinttica.

    En el mbito eclesistico el acontecimiento ms notable relacionado con la encclica,

    fue la celebracin en 1954 de una semana de conferencias en la Universidad Pontificia deSalamanca titulada El evolucionismo en Filosofa y Teologa, a la que asistieron comoponentes sacerdotes y cientficos para mostrar sus diversos puntos de vista14.

    El tema central fue el evolucionismo humano y las posturas fueron muy diversas:desde la oposicin rotunda a la descendencia animal, interpretando de manera literal lospasajes del Gnesis, hasta la aceptacin de la existencia o la posibilidad (segn los casos)de una evolucin finalista que no desafiaba los principios teolgicos bsicos. Entre ambas,hubo actitudes de ambigedad y cautela que consideraban la evolucin humana, comoHu-mani generishaba sealado, una hiptesis y no un hecho demostrado por la ciencia. Destactambin un rechazo generalizado al evolucionismo materialista que explicaba la evolucin

    por las fuerzas brutas del azar y ajena a la accin especial de Dios.Humani generis, al establecer los lmites del transformismo y favorecer su inves-

    tigacin, reconoca al menos la posibilidad de un evolucionismo catlico, telefinalista y

    11. Vase el text de la encclca en Razn y Fe, 142 (1950) 413-422.

    12. Humani Generisen Razn y F, ct. en nta 11, p. 421.13. Nmero extraordinario dedicado al problema de la evolucin biolgica, Arbor, 66 (1951).14. El evolucionismo en filosofa y teologa, Juan Flors ed., Barcelona 1956.

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    testa, dirigido por el plan sabio del Creador15, aunque ello viniera acompaado de una grancautela. En el contexto eclesistico espaol sus directrices fueron seguidas con fidelidad:condena del poligenismo, no traspasar el lmite de prudencia en la hiptesis transformista

    (argumento que dio alas a algunos para su rechazo) y debate slo entre especialistas.

    3. La evolucin en los Cursillos Internacionales de Paleontologa

    En el mbito cientfico de los aos cincuenta, la evolucin fue un tema capital delos modestamente denominados Cursillos Internacionales de Paleontologa de Sabadell(1952, 1954, 1956 y 1958). Fueron organizados por Miquel Crusafont y contaron con la pre-sencia de importantes paleontlogos de mamferos europeos y americanos, constituyendo elforo de debate ms importante sobre evolucin en Espaa durante aquel decenio.

    Bermudo Melndez resuma as el resultado de las disertaciones del primer cursillomostrando la sintona del evolucionismo finalista francs e italiano con el espaol:

    En conjunto, todos [Piveteau, Leonardi y Melndez] estuvieron de acuerdo en que enel proceso de la evolucin orgnica, hay algo ms que el simple juego de factores ambientales,

    biticos, genticos, de seleccin, etc., y que hay que reconocer en l unas lneas generales,segn las cuales se ha ido desarrollando por derroteros definidos. Es decir, en pocas palabras,que se reconoce unnimemente el finalismo de la evolucin 16.

    Tambin en los coloquios del segundo cursillo (1954) se puso de manifiesto la adhe-sin al finalismo evolutivo de la mayor parte de los participantes y unas palabras de Crus-

    afont reconocieron la censura a la que haba estado sometido el tema en Espaa:

    Para nosotros, los espaoles, el problema de la Evolucin tiene un mximo inters.Sobre todo, porque airea cuestiones importantsimas que antes parecan, por lo menos en nues-tro medio, que deban ser consideradas como tab y no podan ser tocadas... Y para nosotroses un placer poder decir que en Espaa, gracias a los esfuerzos de los ltimos aos el problemade la evolucin ha entrado por la puerta grande17.

    Otro debate sobre evolucin tuvo lugar en el tercer cursillo a propsito de la con-ferencia La evolucin finalstica o teleognesis del paleontlogo italiano Piero Leonardi(1908-1998)18. El pensamiento de Leonardi fue divulgado en Espaa por Bermudo Meln-

    15. Feliciano VENTOSA,El problema del evolucionismo en la Semana internacional de estudios dela Pontificia Universidad de Salamanca, en Estudios Franciscanos, 5 (1955) 85-106.

    16. Bermudo MELENDEZ, El primer Cursillo Internacional de Paleontologa y Estratigrafa delMioceno del Valls-Peneds, en Estudios Geolgicos, 16 (1952) 373-377

    17. Miquel CRUSAFONT, intervencin en el Coloquio sobre evolucionismo, en Cursillos y Confe-rencias del Instituto Lucas Mallada, fasc. III(1956) 156.

    18. Coloquio sobre el estado actual de la doctrina evolucionista (IIICursillo Internacional de Pa-leontologa, Sabadell, 1956), en Cursillos y Conferencias del Instituto Lucas Mallada, IV(1959) 79-92.

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    dez quien tradujo y adapt varias de sus obras19. Leonardi defenda una teora denominadateleognesis segn la cual los seres vivos obedecan a un impulso interior que les llevabaa evolucionar hacia niveles de organizacin superiores.

    Al cuarto y ltimo cursillo (verano de 1958) asistieron paleontlogos norteamerica-nos e ingleses y se honr la memoria de Darwin con motivo del centenario de la presenta-cin de sus ideas ante laLinnean Societyen 1858. El discurso de clausura estuvo a cargo decatedrtico de Fisiologa, Salustio Alvarado (1897-1981), que disert sobre la influencia deDarwin en el pensamiento europeo.

    4. La llegada de Teilhard a Espaa

    Un acontecimiento que vino a dar un mayor impulso a la interpretacin finalista de

    la evolucin en Espaa fue la difusin del pensamiento del jesuita y paleontlogo PierreTeilhard de Chardin (1881-1955).

    El pensamiento de Teilhard constitua una sntesis entre ciencia y religin, unavisin organicista y mstica del universo en el que el ser humano era uno de los ltimostramos de un proceso evolutivo ascendente y cuya evolucin espiritual prosegua hastallegar a la convergencia con Dios o punto omega. Teilhard sufri varias censuras yexilios por parte de las autoridades eclesisticas y tras su muerte, en 1955, comenzaron apublicarse sus obras.

    En Espaa, las ideas del jesuita francs fueron difundidas a travs de numerosasobras, conferencias y artculos, siendo el paleontlogo Miquel Crusafont su mximo di-vulgador. Entre 1957 y 1959 la editorial Taurus public sus obras principales y durante lossesenta se hicieron numerosas ediciones y reimpresiones de las mismas, al tiempo que sepublicaron otras sobre su biografa y pensamiento20.

    5. Darwin en los cincuenta. El centenario de El origen de las especies

    A pesar de la influencia de Teilhard de Chardin entre los paleontlogos espaoles,especialmente en Miquel Crusafont, el pensamiento darwinista tambin comenz a ser res-catado en los cincuenta y, hacia el final de esta dcada, Darwin y el darwinismo fueron

    reconocidos por un amplio grupo de bilogos espaoles de varias universidades que parti-ciparon en actos y obras que conmemoraron el centenario de la publicacin deEl origen delas especies(1859).

    19. Piero LEONARDI,La evolucin biolgica, Fax, Madrid 1957. Piero LEONARDI, Carlos Darwin yel evolucionismo, Fax, Madrid 1961.

    20. Miquel CRUSAFONT,Evolucin y ascensin, Taurus, Madrid 1960 y Miquel CRUSAFONT, JaumeTRUYOLSy Emiliano AGUIRRE, El hombre en la cumbre del proceso evolutivo, Public. de la Junta deCultura de Vizcaya, Bilbao 1961.

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    Entre las obras ms relevantes se encontraba el monogrfico de la Revista de laUniversidad de Madridtitulado: La teora de la evolucin a los cien aos de la obra deDarwin21. Fe drgd pr el catedrtc de nvertebrads Rafael Alvarad (1924-2001) y

    reuni colaboraciones de una quincena de autores. La reivindicacin del pensamiento darwi-nista en el monogrfico fue notable. Como afirm el mismo Alvarado, Newton y Darwinhaban cambiado el curso del pensamiento de la humanidad, y ste ltimo nos hizo verque el proceso de seleccin encarrilaba el desarrollo del mundo viviente.

    Un hecho relevante relacionado con la difusin de la teora de la evolucin darwinistaen la segunda mitad de los cincuenta, fue la traduccin de varias obras de autores de la teorasinttica por el bioqumico Faustino Cordn (1909-1999); salvo alguna traduccin sudame-ricana, no exista en espaol ninguna obra de las que alumbraron la sntesis evolucionista22.Aunque Cordn desarroll su labor en la industria farmacutica, al margen de la universidadpor su pasado republicano y adhesin al Partido Comunista, escribi originales obras sobre

    biologa evolutiva, tradujo en los sesenta otras de los autores de la sntesis y, a finales de lossetenta, cre la Fundacin para Investigacin sobre la Biologa Evolucionista (1979)23.

    5.1. El evolucionismo darwinista de Salustio Alvarado

    La teora de la evolucin por seleccin natural, refrendada pocos aos antes por lateora sinttica, fue especialmente reivindicada por el catedrtico de Fisiologa de la Univer-sidad de Madrid, Salustio Alvarado, que imparti numerosas conferencias sobre la vida y laobra de Darwin coincidiendo con el centenario deEl origen de las especies.

    La cuarta edicin reformada de la famosaBiologa Generalde 1958, un texto bsi-co en varias facultades de ciencias, incorporaba el tema por vez primera y la sexta edicin(1959) contaba con una seccin de varios captulos en los que expona las distintas pruebasbiolgicas que apoyaban realidad de la filogenia; al mismo tiempo, el texto se mostrabamuy cauto respecto de la evolucin humana y sealaba la compatibilidad entre creacionismoy evolucionismo al afirmar que Dios cre la materia viviente o una forma primitiva dotadacon la facultad de evolucionar24.

    21. La teora de la evolucin a los cien aos de la obra de Darwin, en Revsta de la unversdad

    de Madrid, 29, 30 y 31 (1959).22. Theodosius DOBZHANSKY, Gentica y el origen de las especies, Revsta de occdente, Madrd

    1955, considerada la obra fundamental que abri el camino de la sntesis evolucionista, y JulianHUXLEYet al.,El proceso de toda evolucin biolgica, Revsta de occdente, Madrd 1958.

    23. Entre sus aportaciones originales: Faustino CORDN,Introduccin al origen y evolucin de lavida, Taurus, Madrid 1958; La evolucin conjunta de los animales y su medio, Pennsula, Barcelona1966;La alimentacin base de la biologa evolucionista, Alfaguara, Madrid 1978; Tratado evolucio-nista de biologa, Anthropos, Barcelona 1994. Entre las obras traducidas por Cordn en los sesenta:George G. SIMPSON,La vida en el pasado. Una introduccin a la Paleontologa, Alianza, Madrid 1967,y Ernst MAYR,Especies animales y evolucin, Ariel, Barcelona 1963.

    24. SalustioALVARADO,Biologa general(tomo II), AGESA, Madrid 61959, p. 310.

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    Esta recuperacin del pensamiento darwinista no tuvo equivalente en los textos deenseanza preuniversitaria del mismo Alvarado, sobre los que segua pesando la censura deposguerra evitando alusiones a la evolucin, a Darwin o al darwinismo.

    En lo que respecta a la defensa de la evolucin (en general) no puede afirmarseque Alvarado fuera un caso aislado en las universidades espaolas de los aos cincuenta.A finales de de esa dcada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid existauna perspectiva evolucionista (en algunos casos finalista y testa) en varias asignaturas delas secciones de Biolgicas y Geolgicas, destacando (aparte de las del propio Alvaradoy Melndez) las mpartdas pr el catedrtc de nvertebrads Rafael Alvarad, Bermd

    Melndez, Emilio Guinea Lpez (1907-1985), Carlos Crespo Gil-Delgado y Jos Prez deBarradas (1890-1980); incluso el primer curso o selectivo contaba con el tema Filoge-nia en el cuestionario de Biologa25. Anlogamente, en la Universidad de Barcelona, la pers-pectva evlcnsta (y darwnsta) era clara para el genetsta el eclg Ramn Margalef

    (1919-2004) o el genetista Antonio Prevosti (n. 1919) que en el curso 1963-64 incluy unaasignatura optativa titulada evolucin.

    5.2. El Coloquio sobre evolucin biolgica (diciembre de 1959)

    Alvarado tambin presidi el acto conmemorativo ms importante sobre el cente-nario de El origen de las especies, el Coloquio sobre evolucin biolgica26, organizadopr Rafael Alvarad, Bermd Melndez, Emlan Agrre y el genetsta Egen ortz

    (1919-1990), celebrado en diciembre de 1959 bajo el patrocinio del CSICy de la Facultad deCiencias de la Universidad de Madrid.

    El bjetv fnal, en palabras de Rafael Alvarad y del clabradr del CSIC, JoaqunTemplado (1926-1992), fue contribuir a precisar el alcance de la moderna teora de la se-leccin natural y, al mismo tiempo, actualizar a los especialistas de las diferentes discipli-nas biolgicas. En aquella reivindicacin del nuevo darwinismo Melndez, abandon suscrticas a la teora sinttica durante la posguerra afirmando que el proceso mutacional y laseleccin natural explicaban gran parte de los fenmenos evolutivos27.

    La ponencia ms interesante que suscitaba un debate entre finalismo y neodarwinis-mo fue Problemtica paleontolgica y seleccin natural28de Emiliano Aguirre (n. 1925),posteriormente pionero de la paleoantropologa en Espaa y catedrtico de las universidadesde Zaragoza (1977) y Complutense (1982). Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado

    dentro de la escuela del evolucionismo finalista en aquella poca, dada su formacin29y que

    25. Anuario de la Facultad de Ciencias, Universidad de Madrid, Curso 1959-1960.26. Coloquio sobre evolucin biolgica, en Bletn de la Real Scedad Espala de Hstra

    Natural, 60 (1962) 150-266.27. BermudoMELNDEZen Coloquio sobre evolucin biolgica, cit. nota 26, p. 261.28. EmilianoAGUIRREen Coloquio sobre evolucin biolgica, cit. nota 26, pp. 177-192.29. Emiliano Aguirre haba cursado estudios de Filosofa (1950) y Teologa (1959), habindose

    ordenado sacerdote en 1958.

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    sus primeros trabajos hicieron consideraciones en este sentido, sin embargo, el pensamientoevolucionista de Aguirre fue ciertamente distante del de sus maestros Melndez y Crusafont.As, aunque en su ponencia durante el Coloquio sobre evolucin biolgica afirm la exis-

    tencia de una gran Ortognesis, hua de explicaciones sobrenaturales y reconoca el valorexplicativo de la teora sinttica:

    Insisto en dudar de un finalismo de tipo vitalista, que me parece ingenuo como so-lucin del problema biolgico que nos ocupa. Prefiero afirmar el finalismo slo en la inteli-gencia creadora respecto de la obra total e inicial de la creacin, y esto en un concepto fuerade la biologa, operante en un terreno y disciplina ajenos a ella, inoperante en el de la cienciaexperimental...30.

    6. La evolucin en los sesenta: entre Darwin y Teilhard

    El centenario deEl origen de las especiesprovoc en todo el mundo la aparicin deun gran nmero de obras conmemorativas, algunas de las cuales se tradujeron y publicaronen Espaa durante los sesenta. No slo eso, en 1963, tras ms de treinta aos de marginaciny censura, comenzaron a publicarse las principales obras de Darwin y, hacia la segunda mi-tad de la dcada, ya se puede hablar de una cierta regularidad en su publicacin.

    Alguna de estas obras conmemorativas devolva a Darwin la biografa de cientficoilustre de la que haba sido despojado tras la guerra y le atribua valores morales y humanosmuy diferentes a los divulgados hasta el momento31.

    Entre las publicadas en Espaa destacamos Origen de la vida y del hombre(1963)32,dirigida por el jesuita Adolf Haas, profesor de la Universidad de Munich y de la Facultad deTeologa y Filosofa en Francfort, cuya edicin espaola fue adaptada por Bermudo Meln-dez y revisada por numerosos autores espaoles.

    Origen de la vida y del hombreperteneca a una coleccin estrictamente religiosa,la Biblioteca de Autores Cristianos de La Editorial Catlica, poniendo de manifiesto unavez ms la preocupacin eclesistica por el tema. En el prlogo, Melndez afirmaba: ladoctrina evolucionista, por fin, ha dejado de ser un monopolio exclusivo del materialismo,monstico y ateo y dejaba bien claro que la evolucin era un hecho y no una hiptesis, comocontrariamente afirmaba el traductor de la obra en una extensa nota. Melndez, una vez ms,

    mostraba su adhesin a la teora sinttica abandonando sus crticas de posguerra, aunque estono significaba apartarse de su concepcin finalista y rechazando cualquier incompatibilidadentre la interpretacin creacionista y la evolucionista.

    30. EmilianoAGUIRREen Coloquio sobre evolucin biolgica, cit. nota 26, p. 186.31. Piero LEONARDI, Carlos Darwin y el evolucionismo, Fax, Madrid 1961.32. Adolf HAASet al., Origen de la vida y el hombre, La Editorial Catlica, Biblioteca de Autores

    Cristianos, Madrid 1963.

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    6.1. La Evolucin(Crusafont, Melndez y Aguirre, 1966)

    La mayor parte de los colaboradores espaoles de Origen y evolucin de la vidase

    mostraron en mayor o menor grado en desacuerdo con los artculos revisados y esta obraqued llena de notas a pie de pgina que matizaban los artculos originales. Esto llev alproyecto de una obra ms ambiciosa realizada por investigadores espaoles:La Evolucin(1966)33, coordinada por los paleontlogos Crusafont, Melndez y Aguirre, la obra ms im-portante en la historia del evolucionismo espaol durante el siglo XX. Aunque poda ins-cribirse en la tradicin de otras obras colectivas anteriores, el nmero de artculos (29) einvestigadores implicados (24), la convertan en culmen de esta serie.La Evolucinsuperabael millar de pginas, inclua un glosario y un ndice temtico y fue publicada por La EditorialCatlica en la coleccin Biblioteca de Autores Cristianos.

    La Evolucinexpresaba el pensamiento catlico sobre evolucin y el finalismo teil-

    hardiano en varios de sus artculos pero al mismo tiempo fue un excelente vehculo paraexpresar las ideas evolucionistas acordes con la teora de la evolucin vigente y la mitadde los artculos carecieron de consideraciones religiosas, finalistas o incluso vitalistas. In-cluso en temas como el origen de la vida se mostr una aproximacin experimental 34. Enel mismo sentido, el genetista Antonio Prevosti, Universidad de Barcelona, en su artculoMecanismos genticos de la evolucin manifestaba que el descubrimiento de la evoluciny las leyes de la herencia haban hecho innecesaria la consideracin de fuerzas vitales parala explicacin de muchos fenmenos biolgicos, mostrando la evolucin como el resultadofundamental de los procesos de mutacin y seleccin. En esta lnea encontramos tambinls artcls de Js Antn Valverde, Antn Almela, Ramn Margalef, Enrqe Gadea,

    Rafael Alvarad, Salst Alvarad, Jan Cmas, Francsc Berns, etc.

    7. El final de un debate

    La aceptacin de la teora sinttica de la evolucin era un hecho para la mayor partede los naturalistas y bilogos espaoles a finales de los sesenta, aunque los paleontlogosBermudo Melndez y Miquel Crusafont la conciliaban con ideas finalistas.

    En 1969 se celebr en Salamanca el I Simposio Internacional de Zoofilogenia,presdd pr Salst Alvarad y rganzads pr Rafael Alvarad, Enrqe Gadea y Andrs

    de Haro (Universidad de Barcelona); a l acudieron destacados paleontlogos, zologos ygenetistas de todo el mundo con el nimo de realizar una sntesis de los conocimientos filo-genticos, lo que reflejaba la importancia concedida a los estudios evolutivos en la universi-dad bajo la perspectiva de la teora sinttica.

    33. Miquel CRUSAFONT, BermudoMELNDEZy EmilianoAGUIRRE(coord.),La Evolucin, La Edito-rial Catlica, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1966. La obra cont con cuatro ediciones a largode veinte aos: 11966, 21974, 31976, 41986.

    34. Vicente VILLARPALAS, Origen de la vida, en La Evolucin, cit. nota 33.

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    Aquel mismo ao de 1969 el catedrtico de gentica de la Universidad de Barcelona,Antonio Prevosti, realiz una de las ms notables y completas defensas del pensamientodarwnsta y ss mplcacnes en la memra de ngres en la Real Academa de Cencas y

    Artes de Barcelona:

    El carcter distintivo de los seres vivientes, la aparente teleologa, que observamos enellos y que expresamos al decir que sus elementos constituyentes tienen una funcin, se iden-tifica con la eficacia biolgica, que resulta del proceso de la seleccin natural. ste es, pues, elmecanismo clave para explicar las caractersticas peculiares de los sistemas vivientes.

    Hacia el final de la dcada de los sesenta el debate finalismo/neodarwinismo habaperdido mucha fuerza y la produccin editorial de las obras de Teilhard en Espaa disminuynotablemente. La ltima disputa vino propiciada por la publicacin de la obra El azar y lanecesidad(1971) del bilogo molecular Jacques Monod (1910-1976), premio Nobel de Fi-

    siologa en 196535. En tan solo tres aos (1971-1973) esta obra cont con seis ediciones.Monod critic el vitalismo e indic que apenas mereca la pena ocuparse de la filo-

    sofa de Teilhard si no fuera por el xito que haba obtenido, afirmando su falta de rigor yausteridad intelectual. Crusafont mostr su desacuerdo en varios artculos36manifestando,una vez ms, su conviccin del finalismo de la evolucin y apelando a la posibilidad de mu-taciones no azarosas todava no descubiertas.

    En 1972 una grave enfermedad merm notablemente la capacidad de trabajo de Mi-quel Crusafont, falleciendo en 1983. Con l desapareci uno de los mayores defensores delevolucionismo finalista en la universidad espaola, dado que la mayor parte de los bilogosno paleontlogos se mostraron favorables a aceptar cualquier ausencia de direccin distinta

    del proceso de seleccin natural.

    8. Eplogo para un final del siglo

    La historia del evolucionismo en Espaa durante el ltimo cuarto del siglo XXestpor escribir. El debate entre finalismo y neodarwinismo de los cincuenta y sesenta se zanj afavor de este ltimo y la mayor parte de los bilogos y naturalistas espaoles aceptaron unaperspectiva acorde con los principios fundamentales de la teora sinttica. Los paleontlo-gos espaoles, tal vez por la influencia del paleontlogo norteamericano Stephen J. Gould

    (1941-2002), se han mostrado en general ms en desacuerdo con algunos preceptos neo-darwinistas37, especialmente con la gradualidad del proceso evolutivo, pero ste ha sido un

    35. Jacques MONOD,El azar y la necesidad (ensayo sobre la filosofa natural de la biologa mo-derna), Barral, Barcelona 1971.

    36. Miquel CRUSAFONT,Evolucin: azar o direccionismo, en Boletn del Instituto Prov. Paleonto-loga, 4 y 5 (1971);La Evolucin es azar o necesidad?, en Crtica, 600 (1972) 11-12.

    37. Vase Jos L. SANZ,Algunos conceptos bsicos en el pasado y presente de la paleontologa evoluti-va espaola, en Evlcn. Revsta de la Scedad Espala de Blga Evltva, 1 (2006) 47-56.

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    debate interno de la paleontologa mundial. Sin embargo, esta normalidad en los debates yaceptacin generalizada de la sntesis evolucionista, no signific la integracin completa delos problemas evolutivos en la docencia y en la investigacin de las universidades espaolas.

    La ausencia de ctedras y departamentos de evolucin incluso al final del siglo XXhizo que lapeticin realizada en 1918 por el traductor de obras evolucionistas, Mariano Pot, continuara(y contine hoy) an vigente38.

    En el centenario de la muerte de Darwin en 1982 se public un importante nmero deartculos y obras conmemorativas, de hecho entre 1982 y 1984 se publicaron tantas edicionesde las obras de Darwin como en la dcada de los setenta. Pero este despliegue se centr msen la divulgacin social del pensamiento y la vida del naturalista ingls ms que en el debateacadmico o en la reivindicacin de una mayor presencia de la teora de la evolucin en losplanes de estudio39.

    Ni siquiera la literatura cientfica espaola relacionada con la evolucin ha sido im-

    portante en el ltimo cuarto del siglo XX, hubo que esperar a 2003 para encontrar una obrasobre biologa evolutiva equiparable a La Evolucin (1966)40, ahora con contenidos estric-tamente cientficos.

    Por otra parte, uno de los logros de la sntesis evolucionista fue llevar el problema dela evolucin al mbito experimental, quedando revalidado el principio de seleccin natural.Algunos investigadores espaoles siguieron esta senda, destacando los trabajos pioneros engentica de poblaciones de Antonio Prevosti en la Universidad de Barcelona 41, el enfoqueevolutivo de la ecologa de Jos Antonio Valverde (1926-2003) en la segunda mitad de lossesenta o los estudios de Pere Alberch (1954-1998) sobre evolucin y desarrollo embrio-nario en los ochenta. Alberch, que se haba formado y trabajado en varias universidades de

    Estados Unidos, iba a incorporarse al recin formado Instituto Cavanilles de Biodiversidady Biologa Evolutiva cuando falleci en 1998. Este instituto fue fundado por la Universidadde Valencia ese mismo ao y tiene como objetivo el estudio de la biodiversidad y la biologaevolutiva con un enfoque integrador y pluridisciplinar.

    Tambin merece destacarse la influencia de Francisco J. Ayala (n. 1934) quien harealizado notables contribuciones a la biologa evolutiva desde la segunda mitad de los se-senta, aunque su carrera cientfica ha estado vinculada a Estados Unidos, su influencia en lainvestigacin y en la sociedad espaolas ha sido constante a travs de las obras y artculospublicados en nuestro pas, y de los investigadores espaoles formados en su laboratorio42.

    38. Mariano POT,La enseanza de la biologa, en El Sol (12 de agosto de 1918).39. Materias sobre evolucin cursadas como obligatorias slo se encuentran en el 40% de las fa-

    cultades de biologa. Vase Jaume BAGU,Evolucin y biologa del desarrollo: relaciones histricase influencia recproca (si las hubo) en la docencia e investigacin de ambas en Espaa,en Evolucin,Revsta de la Sesbe, 1 (2006) p. 7.

    40. Manuel SOLER(coord.),Evolucin. La base de la biologa, Proyecto sur de ediciones, 2003.41. Vase Andrs MOYAet. al., La gentica evolutiva en Espaa, en Evlcn. Revsta de la

    SESBE, 1 (2008) 31-35.42. Vase Andrs MOYAet. al.,La gentica evolutiva en Espaa, cit. not. 41.

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    Por ltimo, en el ltimo cuarto del siglo XXha habido un campo de estudio en el quela evolucin se ha integrado tanto en su dimensin acadmica como investigadora en lasuniversidades espaolas, nos referimos a la paleontologa humana. El hallazgo en 1976 de

    restos fsiles humanos en Atapuerca llev a Emiliano Aguirre, ya consagrado entonces comoun paleoantroplogo de peso internacional, a disear y dirigir el primer proyecto modernode investigacin sobre evolucin humana en Europa durante el Pleistoceno Inferior y Medio.El trabajo y los hallazgos de un equipo investigador multidisciplinar, actualmente dirigidopor Juan Luis Arsuaga, Jos Mara Bermdez de Castro y Eudald Carbonell, han convertidoa Atapuerca en una referencia internacional obligada en el estudio de la prehistoria europeay la evolucin humana.

    Francisco Blzquez Paniagua

    Centro de Profesores Don Benito-VillanuevaApdo. de Correos 61

    E-06700 Villanueva de la Serena (Badajoz)