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7/25/2019 Dialnet-MargaretMacMILLAN1914DeLaPazALaGuerraMadridTurner2-4740130
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ISSN 2254-6901 | Vnculos de Historia, nm. 3 (2014)
447
| pp. 447-449
Margaret MacMILLAN, 1914. De la paz a la guerra, Madrid,
Turner, 2013. 864 pp. ISBN: 978-84-15832-08-9
De la produccin acadmica de la historiadora MacMillan se han publicado en Espaados obras muy importantes. Su libroJuegos peligrosos. Usos y abusos de la historia, editado
en 2010, fue reseado en el primer nmero de esta revista. Otro anterior se edit en 2005,Pars, 1919. Seis meses que cambiaron el mundo(ed. Tusquets) del que cabe recordar que
la obra original se titul Peacemakers: the Pars Conference of 1919 and its attempt to end
war porque la autora quiso subrayar el peso de las individualidades en la organizacin de
la paz pues, a pesar de los numerosos especialistas que se congregaron en la elaboracin
de los pactos de Pars, se impusieron sobre todo las ideas de los lderes, incluso con sus
prejuicios y preferencias personales. En esta senda de construir la historia a partir del peso
de las biografas de las individualidades que detentan el poder, aparece ahora su ms
reciente libro, 1914. De la paz a la guerra.No se puede decir de una obra de historia que sus pginas cierran ya el conocimientodenitivo de los entramados sociopolticos, militares y hasta personales que estallaron en
1914. De hecho la bibliografa al respecto es numerosa y de alta calidad. La peculiaridad
de la obra de Margaret MacMillan est en el anlisis pormenorizado del entrecruce de
desatinos que desembocaron en la guerra, desatinos individuales y colectivos que tambin
forman parte de la realidad histrica. As, la autora arranca su obra con la referencia a la
Exposicin Universal que se celebr en 1900 en Pars en la que se produjo, por encimade las rivalidades nacionales, un comn denominador, la conrmacin de que todas las
naciones estaban implicadas en el progreso de la humanidad. Todas competan por exhibirsus respectivos avances tcnicos y cientcos. A esto se sumaba un hecho inslito: Europa
haba logrado dominar todo el continente africano y en gran medida toda Asia en un tiempo
rcord, realidad que reforz no slo el optimismo de la sociedad occidental sino tambin una
muy extendida creencia en su superioridad histrica y tambin racial. Baste recordar a este
respecto el auge del darwinismo social en esos aos. Por eso, tal y como plantea Margaret
MacMillan, se hizo moneda corriente pensar que semejantes interdependencias entre los
pases eran tan fuertes que racionalmente sera imposible una guerra. Sin embargo, los
pases tericamente ms civilizados del planeta, orgullosos de ser los ms racionales y
avanzados, se lanzaron a la catstrofe ms irracional que pueda darse, a una guerra con
cifras de muertos y de destrozos econmicos y polticos nunca vistos en la historia anterior.
Europa, en efecto, estaba viviendo un largo perodo de paz continental, aunque persistan
conictos como el de los Balcanes. Ahora bien por qu se desencaden tan tremendaguerra? Margaret MacMillan da respuestas muy centradas en las decisiones y querencias
de unos pocos hombres. La propia autora plantea que podramos buscar explicaciones en
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las ideas, en el darwinismo social, en el nacionalismo, en el culto irracional a la fuerza, en
el poder de los estados mayores de los ejrcitos o incluso en la amenaza que la marina
alemana representaba para la Armada britnica Sin embargo, opta explcitamente por
defender la tesis de que acaso a lo ms que podamos aspirar sea a entender lo mejor
posible a aquellos individuos que debieron decidir entre la guerra y la paz, as como susfuerzas y sus debilidades, sus amores, sus odios, sus prejuicios.
Por eso nos detalla la autora las personalidades de aquel puado de hombres quellevaron las riendas de los acontecimientos. Por sus pginas deslan como protagonistas
del libro la biografa psicolgica de un bravucn e infantiloide kiser Guillermo, al que
la autora hace responsable de casi todo lo ocurrido, junto con las biografas de sus
colaboradores el general Moltke, el almirante Tirpitz y el canciller Blow, las de los primeros
ministros britnicos Salisbury y Asquith, tambin las del presidente de la Repblica
Francesa, Poincar, el zar Nicols II y su ministro de defensa Sujmlinov, el emperador
Francisco Jos y su jefe del estado mayor Conrad von Htzendorf, etctera. Cabra
objetarle a la autora que su explicacin de la Gran Guerra a partir de unas decisionesque formalmente fueron individuales resulta incompleta histricamente por ms que la
propia autora relate el entramado sociopoltico del que formaban parte tales gobernantes.
Paradjicamente la propia autora detalla con precisin cmo esos mismos gobernantes
gastaron muchas energas en buscar alternativas y acuerdos para no despearse en
una guerra de consecuencias incontrolables cuando las dos guerras previas en losBalcanes o en los conictos de los aos previos por el control de Marruecos. En este
sentido, la autora considera que esos gobernantes en sus decisiones habran sido ante
todo los catalizadores de unos sentimientos nacionales que, alentados por los medios
de comunicacin, se sumergieron en un torbellino de visceralidad y xenofobia que se
manifest en la euforia con la que se alistaron al ejrcito los jvenes del momento. Es ms,
el movimiento pacista, que se encontraba con fuertes apoyos intelectuales y sociales envsperas de 1914, qued truncado. El asesinato de Jean Jaurs fue el dato ms revelador
de la quiebra de la solidaridad predicada por la Segunda Internacional.
Lo cierto es que el libro atrapa y en las ms de setecientas pginas capta la atencindel lector para zambullirse en las lias y fobias de las personalidades que marcaron el
rumbo poltico y blico y tambin en los sentimientos de los pueblos que se lanzaron a
tomar las armas pensando en destruir al pas vecino. Se podra resumir que, segn la
autora, los factores decisivos que desencadenaron la guerra fueron dos: la psicologa de
los individuos que tenan las riendas del poder en sus respectivas pases, y, a la par, el
orgullo de los colectivos nacionales que se expres en aquellos alistamientos masivos al
ejrcito. Margaret MacMillan sita en un segundo plano o incluso les niega carcter decisivoa los factores econmicos. Por eso, para la autora el trnsito de la paz a la guerra tuvo
dos responsables: primero, la opinin pblica de cada nacin que desde haca aos vena
reclamando de sus lderes actuaciones acordes con el orgullo de esa nacin, y, en segundo
lugar, los gobernantes que en las semanas previas al estallido blico, tomaron decisiones
basadas sobre todo en el prestigio y el honor. En conclusin, fueron las pasiones colectivas
e individuales los agentes decisivos que condujeron a la catstrofe.
Semejante planteamiento metodolgico, con tanto nfasis en las pasiones y fragilidades
humanas, no es obstculo para que la autora tambin haga hincapi en la enmaraada
red de alianzas y de negociaciones diplomticas de esos momentos as como en los
entresijos de los cambios polticos y en el peso de las innovaciones tecnolgicas que tantorepercutieron en el desarrollo de la guerra. Son facetas que se analizan con datos y detalles
siempre contrastados en un estilo de una formidable agilidad narrativa que logra transportar
al lector a las vivencias de aquellos momentos preblicos.
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As, en la primera parte de la obra Margaret MacMillan relata los acontecimientos
internos de las cinco potencias europeas (Reino Unido, Alemania, Rusia, Francia y el
Imperio austrohngaro) y sus relaciones entre s a partir sobre todo de las biografas de los
dirigentes. En la segunda parte se describen las fragilidades de la paz y de las alianzas,
sumando conictos que iban desde la guerra de los bers en Sudfrica o el encontronazofranco-britnico en Fachoda, hasta los conictos en Marruecos y las guerras balcnicas
de 1912-1913. Por eso, tras haberse superado esos conictos gracias a mltiples juegos
de alianzas y negociaciones diplomticas, cuando el 28 de junio de 1914 se supo que
unos nacionalistas serbobosnios haban asesinado en Sarajevo al heredero del imperio
austrohngaro y a su mujer, nadie imagin que en una semana se encontraran las potencias
europeas embarcadas en la primera guerra mundial. Ni siquiera los dirigentes polticos y
militares barruntaron en un primer momento el posible desastre que se derivara de la
acumulacin de decisiones en unos pocos das.
Ahora bien, la autora no cierra los caminos de la historia en su anlisis. De hecho, en
sus conclusiones deslinda dos tipos de culpabilidades. Por un lado, la falta de imaginacinde los dirigentes para no prever las consecuencias tan catastrcas que se derivaran de
su decisin de empezar la guerra, y, por otro lado, la falta de valor para enfrentarse a
quienes decan que no quedaba otra opcin que ir a la guerra. Por eso concluye que
siempre hay otras opciones, una perspectiva metodolgica que, con independencia
de sus valoraciones morales al respecto, permite plantear la lectura de este libro como
una leccin sobre los efectos no previstos a los que puede conducir la ambicin de las
personas y la exaltacin nacionalista entre los pueblos. As, los logros de dcadas de
paz y de progreso llevaron tambin en su seno ese volcn de furores nacionalistas y de
odios irracionales a los que dieron rienda suelta las decisiones tomadas por los dirigentes
polticos y militares encapsulados en criterios de honor y de exaltacin de la guerra como
mxima virtud patritica. El libro termina precisamente en el momento en que se producenlas declaraciones de guerra a primeros de agosto de 1914 porque ya se ha cumplido el
propsito de la autora, dar respuesta al por qu de tan sangriento fratricidio en la civilizacin
ms desarrollada y poderosa del momento.
Juan Sisinio Prez Garzn
Universidad de Castilla-La Mancha