DIÁLOGO entre enfoque sistémico y diversidad de setting

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  • 7/30/2019 DILOGO entre enfoque sistmico y diversidad de setting

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    6.2. DILOGO: ENFOQUE SISTMICO YDIVERSIDAD DE SETTING

    A. APLICACIN DEL MODELO SISTMICOA TERAPIA DE PAREJA

    Carmen Luz Mndez V1

    Debido al amplio desarrollo que el modelosistmico ha tenido durante los ltimos veinticincoaos es indispensable hoy da especificar qu se estentendiendo cuando se usa esta terminologa. Este hatenido derivaciones diferentes, con saltosepistemolgicos discontinuos que van desde laconsideracin de una realidad independiente del

    observador a una realidad en que el observador es parte delo observado, lo que incide en la concepcin deloperar de los sistemas. Hablar del modelo sistmico ensu aplicacin teraputica no implica entonces unadefinicin de un entendimiento particular.

    Modelo Sistemico en Realidades Consensuales

    El modelo sistmico en realidades consensuales esuna propuesta desarrollada dentro del Instituto deTerapia Familiar de Santiago en un trabajo conjuntodel equipo clnico y el Dr. Humberto Maturana

    Esta propuesta terico-clnica no es posible abarcarla eneste artculo, sin embargo se hace necesario mencionar suspostulados bsicos. Estos son:

    A un nivel epistemolgico y dada la proposicinfundamental de la Teora Biolgica del Conocimiento enrelacin al sistema nerviosos cerrado, es que elobservador es parte de lo observado. Estainseparabilidad impide la aprehensin de un mundoindependiente del observador, siendo slo posibleoperar en la Objetividad en Parntesis. La realidad, porlo tanto, se constituye a partir de las operaciones de

    distincin que un individuo haga.

    Las operaciones de distincin van a dependerprimariamente de la determinacin estructural

    Psicloga, Terapeuta Familiar, Directora Instituto de Terapia Familiar de Santiago.

    1

    biolgica del observador. Esta estructura biolgica, por sucapacidad de acoplamiento, permite coordinarse conestructuras anlogas.

    La coordinacin de coordinaciones conductuales

    consensuales entre individuos constituye el lenguaje. Ellenguaje es aquello que define la existencia del serhumano en su condicin de tal. La realidad, por lotanto, surge con el lenguaje en constante co-construccin con otros.

    Las operaciones de distincin que el individuo haga apartir de la determinacin de su estructura biolgica,estructura biolgica en constante danza decoordinacin con otros (lo que a su vez modifica suestructura biolgica), contiene una explicacin de larealidad. Esta explicacin es aquello que permiteconstituir la realidad que se est constituyendo;

    distintas explicaciones generan distintas realidades. Por lotanto la explicacin de la realidad es la realidad para quiense la explica de esa manera.

    A nivel paradigmtico y en coherencia con el nivelepistemolgico antes mencionado, el ser humano operaconfigurando y configurndose en sistemas. Dichossistemas se organizan a partir de una codeterminacinque revela procesos circulares.

    Desde la ciberntica de segundo orden (ciberntica deciberntica), es coherente la co-construccin de larealidad. En el otorgamiento de significados a esta

    realidad co-construida, es determinante la jerarquacontextual en la que la interaccin comunicacional estinserta.

    Es as que el operar de los sistemas humanos serealiza mediante redes de conversaciones, entendiendopor esto el constante interjuego entre lenguaje,emociones y acciones de ese sistema en particular.

    En este artculo analizaremos la aplicacin delmodelo sistmico en realidades consensuales a unsistema particular, cual es la pareja.

    Aunque es el entendimiento el que imprime el sello

    sistmico a la actividad teraputica, de igual modo sehace la distincin entre terapia individual, de familia yde pareja. Cada uno de estos sistemas poseen

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    caractersticas particulares que requieren, en el trabajoteraputico especfico, algunas precisiones que no slo serefieren a aspectos conceptuales sino tambin a

    procedimientos tcnicos los que, a su vez, requieren deafinamientos conceptuales que los fundamenten. Tal esas, que en el Instituto de Terapia Familiar deSantiago, desde el punto de vista del entrenamientoteraputico, se han llevado a cabo de un modo separadoentrenamientos en los que podramos llamarsubespecialidades.

    I.- Sistema Pareja: caractersticas

    A. -Una ca racter s ti ca de l si stema pare ja que

    contribuye a configurar la actividad teraputica de unmodo particular e incluso idiosincrtico es el hecho queel sistema con el que se opera sea un sistema de a dos, unsistema didico. Esta realidad didica le otorga unaconfiguracin interaccional que, en algunos aspectos,podra decirse que es exclusiva de los sistemas didicos y,en otros aspectos, sin ser exclusiva de este sistema,intensifica de tal modo ciertas dinmicasinteraccionales que resulta importante destacarlas porsus consecuencias.

    Lo primero que habra que advertir es que no todos lossistemas didicos son pareja. Algunos sistemas

    mayores se pueden enfocar en sus caractersticasdidicas para iluminar aspectos interaccionales que seproducen por su condicin de tal (i.e. la dadagerencia-trabajadores).

    La caracterstica didica genera por lo tantodinmicas que le son propias a cualquier sistema de ados, incluyendo en estos el mundo de la pareja.

    Quizs si el elemento interaccional ms propio delos sistemas didicos es la frecuencia y facilidad conque la comunicacin (en sus ms distintos niveles)adquiere un carcter confrontacional. Cualquierdesacuerdo (desde un observador) puede adquirir estacaracterstica. No hay terceros que maticen, apoyen oayuden a la reflexin. Los argumentos terminan siendolos mos contra los tuyos o los nuestros contra losvuestros. Esta caracterstica confrontacional impulsaescaladas (no slo violentas y/o agresivas) que conllevanuna fuerte sensacin de impotencia y/o la presin ynecesidad de incluir a otros (fenmeno detriangulizacin descrito abundantemente en laliteratura). Esta bsqueda de un tercero que resuelva laconfrontacin hace que el rol del terapeuta seaextraordinariamente difcil, y requiere de un especialentrenamiento el lograr tener la habilidad para

    mantener una activa equidistancia,que nada tiene que vercon una pasiva neutralidad, la que adoptada de un modomecnico o superficial tendera, en general, a agravar el

    problema.

    Otra caracterstica de la dada es su operar en un

    equilibrio inestable, desde el punto de vista emocional. Eltono o las tonalidades positivas de la emocin,cuando la dada est en coordinacin, contrasta con lastonalidades negativas de la emocin cuando estacoordinacin se pierde. Esto permite entender unacaracterstica muchas veces perplejizante, cual es larapidez con que una pareja (o una dada empresa-trabajador, jefe-subordinado) pasa, a veces sin solucin decontinuidad, desde una genuina y sincera relacin deafecto manifiesta, a una genuina y sinceramanifestacin de rompimiento y agresividad, lo que sinduda afecta notoriamente y en muchos niveles a losmiembros involucrados.

    El descuido de no atender a las caractersticas de ladada ha generado material explicativo psicolgico ysociolgico que nos parece cuestionable. Explicacionespsicolgicas por la va de patologas individuales(inmadurez de los cnyuges), de gnero (agresin delhombre) y sociolgicas (crisis actual de la relacin depareja o matrimonio), no consideran y por lo tanto nopueden dar cuenta del fenmeno emergente de ser dos.

    Lo dicho respecto a las propiedades de la dada seapoya en un entendimiento ms abarcativo y bsico,cual es el modelo Sistmico en Realidades

    Consensuales. Respecto a su ser sistmico, stecomprende a la pareja como una totalidad en s misma,una realidad con caractersticas particulares, con todo loque esta concepcin contiene y con las consecuencias quese derivan de este entendimiento. Recordemos que estoimplica a grosso modo que el todo es ms que la suma delas partes, por lo tanto, en terapia, no se puede perder devista su organizacin (sinnimo de totalidad) ya que laposibilidad de cambio depende del cambio de dichaorganizacin.

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    B.- El sistema, a su vez, tiene lmites que incluyen yexcluyen, siendo el nmero de elementos del sistemapareja solamentedos. Si nos enfrentamos por lo tanto aun sistema compuesto por tres, cuatro o cinco personas, noestamos ante un sistema pareja con las caractersticas que le

    son propias; estamos enfrentando algn otro sistemaperteneciente a un dominio de existencia diferente.

    Muchas veces observamos como motivo deconsulta el reclamo de los miembros de la pareja por lafrustracin constante de su deseo de ser pareja. Desde laexplicacin, ambos perciben esta situacin comoconsecuencia de las conductas, sentimientos, actitudesdel otro. Sin embargo, desde un observador, lo quesurge es la contradiccin de un vivir en la expectativade la realizacin del "ser pareja" y la imposibilidad deesta satisfaccin. Con frecuencia vemos que, de acuerdo asu organizacin, el sistema consultante no es una

    pareja; son tringulos, grupo familiar, individuos, encoherencia con las redes de conversaciones que le sonpropias a esa clase de sistema.

    Desde el punto de vista de la organizacin entonces,consideramos a un sistema como pareja slo cuandoest compuesto por dos elementos, no en su deseo, sinoen su operar. Este sistema en sus procesos circulares estconstantemente llevando a cabo un proceso de co-construccin de la realidad y de re-definicin de surelacin.

    Lo que ocurre, ocurre como consecuencia de las

    coordinaciones conductuales particulares de esos doscomponentes; lo que ocurre, sucede como consecuencia deesa interaccin particular, en una constante co-determinacin.

    Con frecuencia nuestros derivadores nos entregan eldiagnstico individual de uno de los miembros de lapareja, percibindose a la pareja como un sistemacompuesto por un miembro sano y otro enfermo.Supongamos que uno de los miembros de la parejaest intensamente deprimido y que el otro estfuncionando bien. Cun fcil es, efectivamente en estassituaciones atraparse en el quiebre de la totalidad; cun

    fcil es no hacer la distincin entre la descripcin deun operar, a la explicacin generativa de ese operar.

    Desde la descripcin del operar sin duda que vemosun miembro sintomatolgico (probablemente connecesidad de medicacin) y otro miembroasintomtico. Desde la explicacin generativa encambio, saltamos desde un entendimiento que nos dice

    que ese miembro es enfermo, a la concepcin de unsistema con una organizacin disfuncional siendo lasintomatologa un aspecto constitutivo a ese tipo deorganizacin. Ms difcil an es mantener laconcepcin de circularidad y totalidad, de coordinacin deacciones y co-determinacin, cuando estaconcepcin choca con nuestra emocin en cuanto sereshumanos justos y solidarios. Esta situacin tiende aocurrir principalmente frente a parejas con una relacin detipo vctima-victimario.

    C.-La mantencin de la visin sistmica nos hapermitido distinguir diferencias entre sistemas

    humanos, concibiendo el sistema de pareja y el sistemafamilia como sistemas discontinuos. Estos tienen unaorganizacin, objetivos, y redes de conversacionesdiferentes y que les son propias a cada cual.

    Respecto a la pareja estas redes deconversaciones se constituyen a partir de lacoordinacin y apoyo mutuo y de la complicidad enser equipo para la vida; red de conversacin queestara surgiendo desde la emocin del amor, de laparejidad, y pasin-sexualidad, desde donde surgirn a suvez todas las innumerables acciones congruentes. 2

    Cuando en este modo de relacin que contiene lasatisfaccin de expectativas y deseos estos no secumplen o se cumplen parcialmente pasan cosas muydiferentes a cuando las expectativas no se cumplen anivel del sistema familiar. La potencia de la relacindidica, en conjunto con la emocin de pasin-sexualidad estn a la base de la intensidad del lenguajear dela pareja en conflicto. No encontramos tal nivel deintensidad en los conflictos familiares ni en la vidaindividual.

    Como regla general, me atrevera a decir que enninguna otra situacin el terapeuta se encuentra

    inmerso en un contexto similar.

    Conferencia "Divorcio en la Pareja. Divorcio en la Familia" Fernando Coddou, Carmen Luz Mndez (Congreso "Mitos, Obstculos y Entrampes en el Trabajo

    con Familias". Mayo 1994).

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    II.- Peticin de ayuda y contexto

    pareja llega a consultar con un dolor ofrimiento que est amenazando su relacin y que non podido resolver. Es inusual que llegue a consultar a

    rtir de la emergencia inmediata del dolor ofrimiento. La mayor parte de las veces, previo a lansulta misma la pareja ha intentado, de una u otraanera, resolver el problema que los aqueja, quedandon una sensacin de impotencia debido a que ste seantiene como parte de la relacin.

    s miembros de la pareja a su vez vienen con unaplicacin respecto a aquello que est generando ellor, sufrimiento o problema.

    da miembro de la pareja antes de llegar a consultar, haado inmerso en una reflexin respecto de su propio vivir y

    trado a la mano alguna explicacin que le hagamprensible aquello que est ocurriendo.ualmente sta apunta a la responsabilizacin del otro engeneracin del mismo, vindose como reaccin frente auello que el otro "le est haciendo".

    onsecuencia de lo anterior es que cada personantro de la pareja tenga una explicacin diferentepecto a la generacin del problema. Respecto aloblema mismo, la mayor parte de las veces hayincidencia; el sntoma indeseable de la relacin esuchas veces descrito con exactitud y con un alto grado densenso, ya sean stas peleas, distancia,

    friamiento de la relacin, etc.nemos por lo tanto que la descripcin del

    oblema es la misma en ambos miembros de la pareja ye la explicacin del mismo es diferente.

    n la medida que nuestra cultura funciona en laeencia de una realidad nica, universal, el hecho ques miembros de la pareja presenten explicacionesferentes los lleva necesariamente a pensar que el otro en un error, est percibiendo en forma alterada la

    alidad o est mintiendo.

    emergencia de un dolor consensual, con

    plicaciones generativas diferentes, apoyadas en laeencia de la objetividad, organiza una situacinamovible. Esta inamovilidad surge del hecho de que

    mbos miembros de la pareja piensan que es el otro

    quien tiene que cambiar, sanar, corregir su percepcinodecir la verdad.

    Y como ambos miembros de la pare ja es tnhonestamente convencidos de esta situacin, no hay

    posibilidad de cambio en la interaccin, o en laemocin, o en la conversacin. En la medida que sta esuna situacin simtrica y de alta carga emocional, seconfigura una lucha por la propia cordura. Si es resueltamediante la imposicin de un miembro de la parejasobre el otro, la definicin de la relacin que seconfigura rompe la "parejidad" (pares=iguales). Estadinmica lleva implcita una contradiccin debido aque la pareja que consulta llega con la expectativa ydeseo de explorar alternativas que les permita continuarcon su relacin de pareja (mantencin de la parejidad)sin el sufrimiento como parte de la misma.

    A partir de este contexto el terapeuta se encuentra conuna pareja cada cual luchando por su cordura, siendo l,a partir de su experticidad, el depositario de lasexpectativas de los miembros de la pareja de definir quinest sano, enfermo, quin es verdadero, etc., yteniendo conciencia tambin que la confirmacin desu parte de cualquiera de estas posiciones slocontribuira a la destruccin de la relacin. Si agregamos alo anterior la pasin de vivir juntos que contiene larelacin de pareja y las caractersticas de la dada entrminos de la intensidad emocional que se producedonde hay slo dos elementos en una percepcindiscordante vemos entonces que el operar

    teraputicamente en un sistema as implica la necesidad detener un modelo terico coherente que contemple ycontenga las caractersticas anteriormentemencionadas.

    III.- Terapia

    El modelo Sistmico en Realidades Consensuales dacuenta del operar de los sistemas abarcando al mismotiempo sus particularidades. Contiene un nivelepistemolgico del cual se deriva la teora y se organiza el

    quehacer teraputico.A.- Proceso teraputico: su objetivo ltimo es,mediante la conversacin, lograr traer a la mano e irco-construyendo nuevas alternativas de explicacin de

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    la realidad, constituyendo de esta manera realidadesdiferentes en las que el sufrimiento no sea un elemento desta. Para que lo anterior pueda producirse, escondicin necesaria que terapeuta y paciente se

    coordinen constituyendo un sistema teraputico. Elcmo lograr esta coordinacin difiere en cada clase desistema y dentro de cada clase, para cada sistema enparticular.

    B.- Terapia de pareja: uno de los postulados bsicos delmodelo Sistmico en Realidades Consensuales es lainseparabilidad entre observador y observado con lapostura de la objetividad en parntesis. Esta postura ensu aplicacin teraputica permite que la pareja defina supropio motivo de consulta y que ste sea aceptado yrespetado por el terapeuta. La pareja decide qu esaquello que quiere cambiar de su relacin y, al mismotiempo, qu quiere mantener; este ltimo punto es tanimportante como el primero, ya que el poder que leotorga una pareja al terapeuta slo tiene que ver conayudarlos a modificar, a reorganizar aquellos aspectos dela relacin que para ellos son indeseables. No le estnentregando poder para revisar otras reas de sus vidasque para ellos no son conflictivas, as no coincidan con lasexpectativas del terapeuta. Esto implica un alejamientode los modelos tradicionales de normalidad y anormalidady un respeto a la unicidad de las personas y de los sistemashumanos que ellos componen.

    La objetividad en parntesis permite al mismotiempo, validar las distintas explicaciones de lageneracin del fenmeno. Como vimos al inicio, larealidad se constituye a partir de las explicaciones queuno tenga de la misma. A su vez esta explicacinconstitutiva surge de aquello que se traiga a la mano; yaquello que se trae a la mano tiene que ver, en ltimainstancia, con nuestra biologa Por lo tanto se entiende ladiferencia en el percibir como consecuencia delfenmeno del conocer.

    La comprensin de los distintos contenidos de estasexplicaciones es consecuencia de una mirada abarcativa dela totalidad del sistema. El que se produzca unacoordinacin entre ambos miembros de la pareja haceque explicacin y constitucin de la realidad de unoest ligada a la constitucin y explicacin de la realidad delotro.

    Esta circularidad en los procesos interaccionales nospermite entender que ambas explicaciones son, no slovlidas, sino que coherentes a la posicin desde la cualcada miembro de la pareja est experimentando elproblema.

    Por ltimo, si entendemos cmo surgen estas

    explicaciones individuales, si entendemos qu es lo que cada

    cual est trayendo a la mano, si entendemos que estasposiciones estn constantemente codeterminndose una a laotra, y si al mismo tiempo se ha constituido un sistemateraputico conformado por pareja y terapeuta, se podr

    traer a la mano explicaciones alternativas en relacin aaquello que produce el dolor, plausibles para ambosmiembros de la pareja y para el terapeuta. Se constituir asuna realidad diferente con proyeccin futura y sin el dolorcomo parte de la misma. En este cambio de organizacinsurge la coordinacin como un elemento centralconstituyendo as nuevo sistema. Este nuevo sistema seobserva a partir de un cambio en las redes de conversacinentre los miembros de la pareja, un cambio del lenguaje, delas emociones y de las acciones a travs de las cuales semantiene el sistema unido.

    El quiebre de la coordinacin entre los miembrosde una pareja que contina en relacin lleva a losintentos de imposicin mutua o a la imposicin ysumisin. El quiebre de la coordinacin pone en unprimer plano, con toda su fuerza aniquiladora, lacreencia en la objetividad y la dinmica aterrorizantedesde la pareja, de que uno de los dos est alterando larealidad, por lo tanto uno de los dos est en la locura.

    No hay otro sistema teraputico que ponga alterapeuta tan directamente en contacto con el temor a lalocura siendo l, el terapeuta, la persona que desde laexpectativas de la pareja, tendra que definir lasanidad o insanidad de uno y del otro.

    C.- Diferenciaciones y dificultades: en terapiaindividual, muchas veces el terapeuta est en contactocon el temor a la locura de su paciente, pero en uncontexto diferente al de la terapia de pareja. Es uncontexto no amenazante, donde no hay una pugnaentre dos para decidir quin posee la locura, y lainteraccin se desarrolla dentro de un tiempo sinpremura y un ritmo ms cadencioso.

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    En terapia de pareja, en cambio, el terapeuta es elercer vrtice de un tringulo, a quien se le confiere el

    poder de decisin sobre la sanidad, en el contexto deuna dada confrontacional. El ritmo, el timing esntenso y rpido, el tironeo al terapeuta tambin lo es.

    Todo lo que los miembros de la pareja dicen o hacenienden a ser movimientos estratgicos dentro de su

    guerra y nada de lo que dice o hace el terapeuta es trivialn funcin de esta guerra.

    Uno de los errores teraputicos ms frecuentes enerapia de pareja es el no tener lo anterior enonsideracin.

    Muchas veces vemos que en terapia familiar, luego deonocer el motivo de consulta, nos encontramos

    acoplados del tal manera que traemos a la mano co-onstrucciones que contienen el lado claro de la luna;

    que implican amor y cuidado, proteccin, intento derecimiento, educacin en libertad, personalidadesfuertes, etc.. Nos encontramos fluyendo en un contextogenerado por explicaciones que contienen emociones deaceptacin y gratitud, con los miembros de la familiaasintiendo activamente y generando, muy rpidamente,onversaciones coherentes a este cambio de contexto.

    En la terapia de pareja en cambio, a partir delquiebre de la coordinacin, a partir del fenmenodidico, a partir del temor a la locura, a partir de lapasin, el acoplamiento terapeuta-paciente pasa por laxplicitacin y profundizacin de los terrores y los

    dolores de cada cual. El acoplamiento se produce aravs de navegar el mundo de terrores, pasiones y odios,in temor; de escudriar la fantasa en su ltimo rincn, de

    mostrar cada arma de esta guerra por ambos lados, deompartir las consecuencias de los golpes certeros queada cual le infiere al otro.

    Mientras menor es la experiencia teraputica conparejas, mayor es la tendencia del terapeuta a esquivarntroducirse en las aguas fangosas, por temor a seruccionado; mayor es su premura por generar unontexto no amenazante, con lo cual no se produce un

    acoplamiento, no surge un sistema teraputico, no se

    genera una co-construccin sino ms bien un contexto dedos sistemas independientes girando sobre smismos.

    Creo que un aspecto fascinante de la terapia depareja es su complejidad y sta est relacionada con elhecho que, en la medida que el conflicto contiene lasintensidades descritas, los miembros de la pareja hacenuso de toda su potencia intelectual en esta guerra de

    supervivencia psicolgica; les demanda de toda sucapacidad; por lo tanto las formas que toman estasinteracciones son infinitamente sutiles y diferentes deuna pareja a otra.

    Slo posterior a este viaje conjunto por aguas,muchas veces pegajosas y violentas, terapeuta y pacientepodrn empezar a navegar en aguas turbulentas peroms cristalinas. La co-construccin en la terapia depareja que lleva a nuevas alternativas, conlleva de algunamanera la idea de turbulencias. La idea de tranquilidadpareciera ser que se ajusta ms a la armona familiar yque se contrapone a la pasin del mundo de pareja,

    independiente de la edad.

    Un lt imo aspecto a sealar respecto a lacomplejidad de la terapia de pareja dice relacin con elestado de alerta que sta nos demanda debido a quetoca cierto tipo de realidades que, por sus caractersticas,puede vulnerar nuestra capacidad de diferenciardominios. Esta confusin tiende a ocurrir entre eldominio teraputico y el dominio del cambio social.

    En este mbito, un rea de vulnerabilidad es aquellaque dice relacin con posiciones relativas al gnero. Si lapareja que consulta est cmoda en su definicin de la

    relacin en este dominio, as no coincida con los valores delterapeuta, y si el motivo de consulta es independiente de estavariable, no es un rea que requiera ser revisada enfuncin de un cambio. Es necesario estar alerta algnero slo en funcin de tener conciencia de la forma enque nuestra propia pertenencia a modalidadesgenricas particulares hace que nos relacionemos de unacierta manera dentro de la consulta, pudiendo perder laequidistancia, concediendo mayor poder a uno que aotro, generndose emociones antagnicas, etc.

    Otra rea de vulnerabilidad es aquella que dicerelacin con el fenmeno de la violencia. Es frecuente que

    los terapeutas se ubiquen desde el dominio punitivo-social decastigar al que es violento, no aceptndolo en terapia depareja. La razn que tiende a plantearse es que por laseguridad de la mujer no se puede hacer terapia

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    conjunta. Mi experiencia es diferente. Si la parejaest en el deseo de continuar con su relacin, slo trabajoen terapia conjunta. Esta es posible y necesaria siempre quese consideren y trabajen dos dominios de realidaddiferentes: uno es el de la responsabilidad personal deaquel que opta por llevar a cabo un acto violento; el otro esel dominio de la dinmica sistmica en la cual se inserta el actoviolento. Si en terapia se trabaja slo el dominio de laresponsabilidad, es posible que la violencia se detengapero mediante la desintegracin de la relacin de pareja.Si se trabaja slo la dinmica sistmica, sedesresponsabiliza al que lleva a cabo un acto violentocon las consecuencias que esto conlleva. Se hace necesario porlo tanto trabajar ambos dominios dentro del procesoteraputico.

    D. - Finalizacin: quiero mencionar, por susignificacin, un aspecto tcnico particular de la terapia depareja: el uso del humor. La experiencia clnica nos hamostrado que el surgimiento del humor en lasltimas etapas de una terapia de pareja refleja,usualmente, la consolidacin de un nuevo dominio derealidad. El que se traigan a la mano realidades a partir dela emocin de la risa conjunta implica la capacidad delsistema teraputico de tomarse con cierto grado deliviandad, lo que en el mbito contextual de la parejaen conflicto pasa a ser crucialmente importante.

    Es lo opuesto a la omnipotencia de la verdad-sanidad versus la falsedad-locura. Es el blsamo quepermite la coordinacin y que deja afuera ladramatizacin de los grandes egos en confrontacindesde la objetividad.

    IV- Comentario

    Resumiendo entonces dira que el modelo sistmicoen realidades consensuales en su aplicacin al sistemapareja, permite sumergirse en un mar de dinmicasaltamente complejas, que contienen la angustia porla sanidad de ambos miembros de la pareja, misma angustia

    que confiere potencia al intento de hacer del terapeuta susalvador, todo lo anterior a partir de un contextoemocional de alto voltaje desde la pasin de vivir juntos

    y desde las caractersticas didicas. Nos permite, encuanto terapeutas, el operar acoplados con la pareja desde laemocin de la equidistancia lo que hace posibleexplorar y compartir los dolores de cada cual desde cadacual. Nos permite entender y asombrarnos de la sutileza ycreatividad de los juegos que ambos juegan.

    El modelo sistmico en Realidades Consensualesimplica la consideracin de las caractersticas propias delsistema, en la medida que stas tienen consecuencias en latcnica teraputica, en dinmicas especialmentedifciles que tendr que enfrentar el terapeuta, y ententaciones seductoras propias del acoplamiento conese sistema en particular.

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