32
Madeline Román: Crisis y Criminalidad > pág. 8 Gary Gutiérrez: Violencia callejera: resultado esperado del “orden” > pág. 10 Salvador Santiago: El Nuevo Código Penal > págs. 9 MAYO - JUNIO 2011 Síguenos en Síguenos en www.dialogodigital.com desde tu teléfono inteligente In memoriam Félix Joglar: > pág. 17 Síguenos en www.dialogodigital.com desde tu teléfono inteligente

Diálogo (UPR)

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Núm 231 año 24 2011 mayo junio.

Citation preview

Page 1: Diálogo (UPR)

Madeline Román:Crisis y Criminalidad > pág. 8

Gary Gutiérrez:Violencia callejera: resultado

esperado del “orden” > pág. 10

Salvador Santiago:El Nuevo Código Penal > págs. 9

MAYO - JUNIO 2011

Síguenos en

Síguenos en

www.dialogodigital.com

desde tu teléfono inteligente

In memoriamFélix Joglar: > pág. 17

Síguenos en

www.dialogodigital.com

desde tu teléfono inteligente

Page 2: Diálogo (UPR)

mayo-junio 2011

adrenalina

Director: Marcos Pérez RamírezEditora: Odalys Rivera Montalvo Editora Desafío: Mariana García Benítez Redacción: Hermes Ayala,Wilmarie Hernández, Érica Sánchez, Janice Mejías, Alexandra Rodríguez y Camila EspinaCorrección: Manuela GarcíaFotografía: Ricardo Alcaraz Díaz

Editor Diálogo Digital:Víktor Rodríguez-VelázquezArte: Verónica I. Prats SalgadoAdministración, ventas y suscripciones: Noemí Núñez Díaz Imprenta: Prime Printing Inc.

Se aceptan colaboraciones. Diálogo se compromete a examinarlas, pero no necesariamente a publicarlas, ni contestar correspondencia relacionada. Las colaboraciones deben enviarlas a doble espacio y no deben exceder de las tres cuartillas (papel 8 1/2 x 11). Diálogo se reserva el derecho de editar los textos por razones de espacio y hacer correcciones de estilo pertinentes. La Universidad de Puerto Rico es un patrono con igualdad de oportunidades en el empleo. No se discrimina en contra de ningún miembro del personal universitario o en contra de aspirante a empleo, por razón de raza, color, género, nacimiento, edad, impedimento físico o mental, origen o condición social, ni por ideas políticas o religiosas.

4-13

diálogo 2

El deporte se ha constituido como uno de los renglones de la sociedad penetrados por el narcotráfico y la actividad delictiva. Un análisis detallado del fútbol apoyado por nar-cos en Colombia; las triquiñuelas del boxeo profesional; o las malas compañías de jugadores de grandes ligas, revela todo un submundo donde la trampa y el enriquecimiento veloz desplazan al juego limpio.

20-21En Desafío encontrarás reflexiones sobre la criminalidad en Puerto Rico además de una extensa gama de temas como los son la interpretación del personaje del torturador de la obra de Luis Rafael Sánchez, Antígona Pérez, por el escritor Rey Andújar, la escritura de Muna Lee y la revista de literatura en internet, “En la orilla”. A su vez Sonia Marcus Gaia reflexiona sobre la cultura sobre ruedas que impera en la Isla y Abdiel Segarra entrevista al artista plástico Karlo Ibarra.

23-31

“Ahí empezó mi vida en la calle. A los 11 años de edad yo asaltaba, robaba y me arrestaron, por escalamiento y robo”, relata el confinado Aníbal Santana Merced, quien da cuenta en una entrevista-perfil del alcance de la criminalidad y cómo se ha hecho parte de nuestra cotidianidad, arrebatándole la niñez y la paz tanto a individuos como a familias enteras.

14-16Desapareció la laptop de un estudiante de la biblioteca; se esfumaron los tapabocinas del auto de un profesor…las apropiaciones ilegales son el delito más usual en los recintos universitarios. ¿Qué hacen las instituciones para trabajar con la situación? ¿Cuáles son las herramientas de prevención disponibles para la comunidad universitaria?

18

dia

logo

dig

ital

.co

m

entre estudiantesrevelado

La criminalidad es un asunto muy complejo y no ha dejado de ser una de las mayores preocupaciones de los puertorriqueños por los pasados 30 años. Esta edición busca hurgar en los claroscuros y pliegues de este fenómeno social. ¿Cuáles son los detonantes de la criminalidad? ¿Cuánto inciden los factores económicos, psicológicos, sociales y educativos en la aparición de este flagelo? ¿Cuál es la opinión experta sobre el nuevo código penal, las diversas formas de la violencia cotidiana y las respuestas oficialistas de ley y orden?

mayo - junio 2011

Page 3: Diálogo (UPR)

C uatrocientos cuarenta y ocho. Al cierre de esta edición, ésta es la cifra de homicidios para el año 2011. La generación ultimada: son las

víctimas de la violencia, daño colateral de una economía subterránea sustentada por el trasiego de drogas y agravada por la crisis económica que ha deja-do miles de puertorriqueños sin empleo. Y mientras la percepción de la criminalidad en Puerto Rico presenta un panorama sombrío minado de casquillos, las esta-dísticas y contramedidas gubernamentales repuntan a una realidad ilusoria. Es un escenario repetido. Las circunstancias económicas, la política pública y la complejidad social de Puerto Rico han creado en múltiples ocasiones el ambiente idóneo para la violencia y la criminalidad. Según el historiador Fernando Picó, desde finales del siglo XIX, Puerto Rico ha atravesado varios ciclos de violencia similares al que enfrenta actualmente: los años 90 del siglo 19, los 30, los 70 y los 90 del siglo pasado. Todas estas épocas tienen un factor en común: crisis económica. En la primera de esas crisis, por ejemplo, el precio del azúcar había bajado muchísimo, lo que provocó que los dueños de cañaverales dejaran a muchas personas desempleadas. Esto llevó a un aumento en la violencia; tanto que en los medios se comenzaron a discutir ma-neras de bajar la violencia. En los años siguientes, hasta el presente, el país ha pasado por el ciclo económico que postula momentos de recesión y de expansión, los cuales han coincidido con momentos de más y menos criminalidad. “En cierta manera, la crisis económica y la violencia en la sociedad se reflejan (…) La gente tiene un nivel de frustración bien bajito, entonces se desquita con sus seres queridos o sus vecinos esa frustración o desespe-ranza que tiene”, señaló Picó, profesor de Historia en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Existe una teoría que afirma que en momentos de recesión económica la criminalidad tiende a subir. El “modelo decisional económico del crimen”, creado por el economista José Alameda Lozada y Alfredo González Mart ínez, expl ica que hay una serie de factores que impul-san a las personas a considerar obtener d i nero med ia nte la ilegalidad. Éstos incluyen los econó-micos, los sociales, una evaluación del beneficio individual de delinquir y po-sibles frenos como lo son las políticas públicas punitivas y un incremento en la

seguridad. Entre los “factores económicos motivadores”, se encuentran las condiciones del mercado laboral. Basán-dose en la tasa de desempleo y la de participación, se puede tener una idea de cuánta oportunidad de trabajo tienen los ciudadanos. Según la tasa de participación preliminar para el 2010 que reporta el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, mediante la Encuesta de Vivienda del Negociado de Estadísticas del Trabajo, el por ciento de la población civil no institucional de 16 años o más que pertenece al grupo trabajador (que incluye tanto empleados como desempleados) era 42.5; mientras que la tasa de desempleo para el mismo año era 16.0. La tasa de participación es la cifra más baja desde 1985, así como la tasa de desempleo fue la más alta desde 1992. El segundo motivador del esquema es las aspiraciones económicas que pueda tener la persona. Esto incluye en cuánta deuda ha incurrido, pero también factores sociales que la llevan a un consumo que no puede sostener. Aquí entran otros dos factores: la distribución de la riqueza y la pobreza. Según el criminólogo Jock Young -citado por el profesor y criminólogo Gary Gutiérrez en el ensayo Criminología cultural: mirándonos en la violencia, el crimen puede ser una respuesta de parte de quienes no pueden cumplir con las expectativas de consumo que se imponen en las sociedades. Gutiérrez explica que se incluye a los “marginados” como grupo consumidor, pero se les excluye de oportunidades para producir legalmente los recursos necesarios para cumplir con las expectativas. Así, se desarrolla lo que Young llamó “bulimia social”. “El crimen se convierte, entonces, en una especie de ritual de inversión que ilusoriamente empodera al marginado cuando éste logra acceso a los símbolos de éxito”, expresó Gutiérrez en su ensayo. En Puerto Rico, esta teoría se podría validar al ver

los indicadores que denotan desigualdad social. Aunque en las estadísticas económicas provistas por la Junta de Planificación se ve una tendencia al alza de indicadores como el producto bruto interno y el ingreso promedio, éstos pueden ocultar la desigualdad que hay en torno a la distribución, pues se basan en promedios. TendenciasPR utiliza el índice GINI, una medida de dispersión estadística para determinar cuánta des-igualdad existe. Cuanto mayor es el número calculado, mayor es la desigualdad en el País. Para el 2006, la cifra llegaba a 53.5, mientras que la de Estados Unidos para ese mismo año era de 46.4.

PROBLEMA ESTADÍSTICO A pesar de que las ideas de Alameda y de Picó se han comprobado históricamente, parecen no sostenerse cuando se miran los datos numéricos provistos por el gobierno durante los pasados años. Aunque la cifra de homicidios demuestra una tendencia de incremento desde el 2007 de 731 a 983 en el 2010, el total de delitos tipo I ha ido en disminución desde el 2008. Ese año se reportaron 68,738 delitos, mientras que en 2009 se reportaron 62,238, constituyendo una diferencia de 6,500. Entre los delitos que más denotan la merma se encuentran las violaciones, escalamientos, apropiacio-nes y hurtos de autos. Sin embargo, Alameda Lozada y Luis A. Avilés, profesor de ciencias sociales del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), coincidieron en que estas estadísticas no representan la realidad que se vive en el País. Para empezar, hay más delitos cometidos que los que se reportan, señala Alameda-Lozada. “La brecha entre el total de delitos tipo I reportados -es decir, los asesinatos, homicidios, violaciones, robos, agresiones agravadas, escalamientos, apropiaciones ilegales, y hurtos de autos- y la cifra de delitos cometidos puede ser tan amplia que esa estadística no constituye un medidor exacto de la actividad criminal”, explicó el

É!"#$ S%&#'() * C$+",$ E-."&$

Crisis económica y criminalidad: un explosivo binomio

diálogo 3

dia

logo

dig

ital

.co

m

Continúa en la página 4

mayo - junio 2011

FACTORES ECONÓMICOS

MOTIVADORES

Capital Social

Valores, normas Instituciones (familia, escuela, iglesia, etc)

EVALUACIÓN

BENEFICIOS Y COSTOS

B > C->Delinquir }

B < C=> No Delinquir

FACTORES ECONÓMICOS

CONTROLADORES

(B) Monetarios y no monetarios

(C) Probabilidad de arresto Probabilidad de ser convicto

Política pública

Presupuesto Re-organización Productividad Policías

Efecto guardián (“Guardianshift effect”) Alarmas Comprar armas Cierre urbanizaciones Guardias de seguridad

Mercado Laboral

Desempleo Tasa participación

Ingreso, deuda, consumo

Consumo del alcohol, drogas

Recesión, Expansión (“System Effects”)

Más bienes circulando

¿Delinquir o no delinquir?

MODELO DECISIONAL ECONÓMICO DEL CRIMEN

Esta gráfica, construida por los economistas José Alameda y Alfredo González, presenta los distintos factores económicos relacionados con la actividad criminal.

Page 4: Diálogo (UPR)

diálogo 4 mayo - junio 2011

Ultimados por la marginación y la violencia

E scribió Tomás Moro en su ensayo Utopía: “Si dejáis que sean mal educados y corrompidos en sus costumbres desde niños para castigarlos ya

de hombres, por sus delitos que ya desde su infancia se preveía tendrían lugar, ¿qué otra cosa hacéis mas que engendrar ladrones para después castigarlos?” Cinco siglos después, sus razones aún prevalecen, pues la criminalidad aflora no sólo por dificultades económicas, sino por influjos sociales y psicológicos. Observación con la que está de acuerdo el psicólogo clínico Daniel Aguilar-Aes, la raíz de la criminalidad es más profunda de lo que pensamos. Desde muy temprana edad, estamos propensos a delinquir. Aguilar-Aes explica que hasta el primer año de vida, la madre y el hijo forman un ente. A partir del año, el niño comienza a tomar las cosas como propias, creando una diferenciación con la madre. “Cuando la persona se empieza a desarrollar después del primer año, el niño empieza a chantajear y manipular a los papás para pedir cosas y hacerlas suyas, que es la base de cualquier pensamiento delictivo. Todo delincuente es chantajista”, indicó. También el sociólogo César Rey advierte que buscar las causas de la criminalidad obliga a tener múltiples miradas. Explica que todo ejercicio que implique exclu-sión, como la xenofobia, la homofobia, el machismo y todo sentido de superioridad es territorio fértil para la actividad delictiva.

La polarización y estratificación de clases crean un desnivel social y una degradación del individuo que puede tener como consecuencia la proliferación de subculturas delictivas. Estas subculturas están, pero no necesariamente siempre, enmarcadas en los márgenes de la pobreza. Rey ejemplificó que en la Isla hay un índice de 57 por ciento de pobreza en sus niños y jóvenes menores de 18 años, tres veces más alto que el de Mississippi, el estado más pobre de los Estados Unidos. “Eso va demarcando una estratif icación muy particular, esa violencia está enmarcada en clases, se genera en todos los sectores, no en uno sólo. La pobreza, la polarización y estratificación social de por sí es suficientemente violento y genera violencia”, afirmó. Ambos profesionales concuerdan en que en los cimientos de nuestra sociedad consumista yacen otros detonantes de la criminalidad. Para Rey, estamos bombardeados por una cultura de violencia sinónimo de éxito, donde se premia la violencia como un aliciente para llegar a obtener posiciones, dinero, poder. “Esta sociedad ha forjado sus valores en el tener. Le es más rentable a esa cultura tener 250 dólares diarios trabajando en un punto, que estar en una escuela”, observó. Por su parte, Aguilar-Aes sostiene que la noción de propiedad privada está latente en el desarrollo del ser humano desde la diferenciación con la madre. “Por naturaleza, todos los seres humanos tienen ese

también economista. Por otro lado, también se debe tener en consideración que la definición o clasificación de lo que constituye un delito tipo I ha cambiado. Por ende no se podría entablar una comparación válida entre incidencias actuales y estadísticas anteriores. Asimismo, la controversia que revuelve alrededor de la manipulación de la data estadística de los delitos tipo I, para así bajar la cifra de forma artificial, implica incongruencias insuperables a la hora de contrastar y analizar la situación actual con las anteriores. De acuerdo con Avilés, la polémica reciente en cuanto a la manipulación estadística por parte de la Policía y la merma en fondos para el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico representan un obstáculo considerable para el manejo de los problemas más apremiantes del País. “Estamos viviendo bajo un Gobierno que no utiliza los datos para dejar guiar su política pública y consisten-temente lo que hace es que mina y socava la posibilidad de tener buenas estadísticas en el país”, sentenció. Resolver el problema de la criminalidad requiere ir más allá de una política de “mano dura”. “Lo primero que habría que hacer es evaluar por qué es que han fallado todas estas otras políticas de crimen que están destinadas al fracaso, no atienden la raíz de la criminali-dad, la desigualdad social”, sugirió el profesor. A medida que Puerto Rico siga ignorando que es un país pobre y que hay que atender de forma particular y privilegiada a la gente de las comunidades más marginadas, el crimen va a continuar porque no hay otra forma de sobrevivir, advirtió. Por su parte, Alameda apunta a iniciativas a largo plazo que fomenten el desarrollo de capital social (elementos sociales y culturales que inciden en la formación humana) y eviten que los determinantes económicos y sociales del crimen aumenten, como posibles alternativas que puedan subsanar la crisis de criminalidad. Asimismo, sostuvo que el problema es más complejo y agudo; habría que lidiar con los factores que realmente inciden en la criminalidad, elementos que trascienden las medidas que el gobierno ha adoptado hasta el presente. El aumento de presupuesto a la Policía, las cámaras de seguridad, la entrada de la Guardia Nacional son lo que Alameda llamó “medidas cosméticas”. Lo que hace falta –coincidieron todos los entrevistados– es trabajar con la educación como forma de reducir la desigualdad social. El gobierno, apenas comienza a darse cuenta de ello. Además del tradicional enfoque de la “mano dura”, la administración de Luis Fortuño parece moverse a un plan que pone de relieve los valores y la educación. Por ejemplo, en febrero de 2011, se anunció la creación de la Alianza para la Transformación Social, un grupo multisectorial que crearía un plan para prevenir la violencia en comunidades de alta incidencia criminal. Los integrantes de la entidad incluyen a personas del “tercer sector”, que representa organizaciones sin fines de lucro y grupos de base comunitaria, miembros de la prensa y representantes de entidades religiosas. Su portavoz José Campos, director ejecutivo del Boys and Girls Club de Puerto Rico, afirmó que los miembros de la Alianza se están reuniendo desde marzo para presentar un informe en el mes de junio. El grupo dividió su trabajo en varias plataformas: salud, seguridad, educación, medios, economía y valores y cultura. Sin emabrgo, Campos recalcó, que se trata de “un cambio generacional”, por lo que podría tomar décadas. “La gente no puede esperar milagros. Los cambios toman mucho tiempo, la criminalidad es un asunto bien complejo”.

P/! J$&"#( M(01$-Taller de Estudiantes

Diálogo también conversó sobre el tema de la criminalidad con la conocida socióloga Lina Torres. A continuación ofrecemos un adelanto de la entrevista que aparecerá íntegra en nuestra plataforma digital.

Diálogo: ¿Dónde se origina la actividad delictiva, en causas exógenas a la persona o en factores biológicos? LT: La criminalidad no denota cualidad natural sino cultural en el sentido de que resulta de procesos de definiciones que se desarrollan en el interior del mecanismo ideológico por el cual tiene lugar la reproducción de la realidad social. Esto significa que quien estudia lo criminal debe prestar atención especial a los procesos de criminalización; cómo éstos se generan y se reproducen socialmente y las acciones derivadas de los mismos. […] Por otro lado, hay que examinar las estrategias desarrolladas para encarar el asunto criminal pues muchas veces en vez de prevenir, reproducen la criminalidad. Diálogo: ¿Cuáles son las causas de la criminalidad desde el prisma de la Sociología? LT: La criminalidad es esencialmente un producto social en dos sentidos: Primero, desde el punto de vista de lo que se entiende por “criminalidad” en un espacio y momento histórico determinado […] Segundo, hay ciertos aspectos del sistema social que mantienen una estrecha vinculación con

el asunto de la criminalidad y que han sido señalados desde hace décadas. Por ejemplo: 1) Se percibe una situación social en donde no se crean las condiciones básicas que fomenten el desarrollo de una sociedad en la cual todos sus miembros tengan las mismas oportunidades para desarrollarse. 2) Se le inculca a las personas la meta del éxito mediatizado por la adquisición de bienes materiales superfluos. 3) Se promueven ideologías y prácticas deshumanizantes: consumismo, individualismo y exclusión social basado en criterios sexistas, racistas y homofóbicos entre otros. Diálogo: ¿Existe una asociación entre los niveles de clase y la actividad criminal? LT: La conducta delictiva se da en todos niveles sociales. Pero hay una aplicación selectiva de la ley y por lo general, se suele entender que las personas de los sectores marginales y en donde abunda la pobreza, son los sectores de mayor incidencia criminal [ …] Poco se tocan lo que Frank Pearce llamó los crímenes de los poderosos. [JM]

viene de la página 3

Page 5: Diálogo (UPR)

deseo de tener algo suyo; la manipulación nace de ahí, ya sea desde los juegos entre pareja hasta los actos delictivos. Lo que tiene una base positiva y natural, después se descontrola y no hay límites”, dijo. Rey sugirió el ejemplo más dramático de esta violen-cia: “en Puerto Rico hay 1,500 planteles escolares con un presupuesto de 4,000 millones de dólares y hay 1,500 puntos de drogas que están generando 4,000 millones de dólares. Yo creo que esa es la esquizofrenia más grande en la que vive sumergida este País, que tal vez evidencia cuán grave está el estado de deterioro social consecuente de la violencia”.

UN BUEN MODELAJE Estudiosos sobre la causa del comportamiento delictivo bajo el espectro de la sociología y la psicología apuntan a las rupturas en el núcleo familiar durante la niñez como detonantes de la criminalidad. Durante su término como Secretario de Educación, Rey pudo constatar que el denominador común entre los incidentes más violentos protagonizados por de-sertores escolares era el abandono y la falta de cariño. Ese rechazo por parte de las instituciones familiares desembocaba inevitablemente en actos delictivos, según Rey. “A pesar que la definición del concepto de la familia ha ido cambiando, lo importante es que existan estructuras de apoyo en sus múltiples modalidades; los apoyos societales son indispensables”, observó. Sin embargo, para Aguilar- Aes, quien funge como psicólogo clínico en el Hospital San Juan Capestrano,

todo individuo necesita una figura de autoridad durante el transcurso de su vida. Es mediante

esta figura autoritaria que el niño puede ser in-troducido al plano social. La figura de autoridad equivale entonces a una guía de las normas del contrato social, un apoyo para la adaptación y referencia de conductas. No obstante, aunque se tenga una figura autoritaria constante, esto no exime a que se pueda incurrir en conductas criminales. “El ser humano es como un volcán que puede estallar en cualquier momento. En cualquier instante uno se puede convertir en un asesino. Uno vive el vértigo, las presiones fuertes de la vida”, anotó. Mencionó como ejemplo los incidentes de violencia escolar que desembocan en matanzas en Estados Unidos –conocidos como school shootings- donde se evidencia la diferencia entre correcto e incorrecto en el ámbito legal, que trabaja en el plano social, y en el moral, que funciona en un plano psicosocial. Explicó que estos jóvenes, que quizás no habían cometido delitos con anterioridad, como robar o usar drogas, de repente cometen asesinatos. Aguilar-Aes arguye que el humano no se puede convertir en criminal de la noche a la mañana. “Hay signos de mala adaptación. Probablemente ésta era gente que cumplía regla legal, pero había un

dia

logo

dig

ital

.co

m

diálogo 5 mayo - junio 2011

Un sistema escolar indiferente

L a ascendente tasa de criminalidad y los exabruptos de violencia que presenciamos y nos afectan a diario

directa e indirectamente tienen correlación con un currículo escolar que desatiende las particularidades de los estudiantes más vulnerables; con un sistema académico que promueve dinámicas de inclusión/exclusión que afectan principalmente a los niños más pobres, a los que son víctimas de violencia doméstica y a los niños que tienen problemas de aprendizaje. El conjunto de estos niños compone un alto porcentaje de la población estudiantil en la Isla. La mayoría de estos niños son también los que yacen detrás de las estadísticas que proyectan la deserción escolar. En Puerto Rico no hay esfuerzos por sistematizar el estudio de las consecuencias de la desventaja económica sobre el aprovechamiento académico. Tampoco se ha elaborado un proyecto que desde la escuela pueda identificar si un niño es víctima de abuso. Tener constancia de estos fenómenos y sus implicaciones podría esclarecer las dinámicas detrás de las estadísticas y posibilidades alternas para asegurar a los niños su derecho a la educación sin traba alguna. Sin embargo, para efectos del DE, los estudiantes son clasificados en niveles como rezagado, normal o avanzado

y así se les niega la capacidad y el interés de aprender a aquellos que, debido a las tribulaciones en el hogar, no cumplen con los estándares del sistema educativo. Adjudicar la responsabilidad al individuo puede ser una solución desatinada en cuanto se desentiende de las políticas públicas que condicionaron sus experiencias

académicas. Por otro lado, según Anita Yudkin Su-liveres, coordinadora de la Cátedra UNESCO de Educación para la Paz, en Puerto Rico “la prioridad del Departamento de Educación y de las escuelas es asegurar que los niños salgan bien en las pruebas de aprovechamiento.” La ley federal que rige las políticas del Departamento de Educación (DE), No Child Left Behind, prioriza materias medulares como las matemáticas y la lectura, dejando a un lado e incluso permitiendo la eliminación de componentes humanísticos como las artes, del currículo escolar; elementos clave para el desarrollo cognitivo del ser humano, de sus sensibilidades y comprensión subjetiva y social. La dependencia en los fondos federales, que llegan a partir del cumplimiento de las ordenanzas de esta ley, limita la puesta en práctica de propuestas curriculares alternati-

vas a nivel nacional. La implementación de los periodos de 60 minutos de clase por materia en las escuelas públicas del País para disponer más tiempo a las materias medulares, aún a pesar de los reclamos de los maestros que abogaban por conservar los periodos de 50 minutos, suprimió la

Lea el artículo: “Cuestionable el rol del Cuarto Poder” en dialogodigital.com

P/! A,(2$&3!$ R/3!145()Taller de Estudiantes

nivel de insatisfacción interior, como lo tenemos todos”, concluyó.

El currículo escolar desatiende las particularidades de los estudiantes más vulnerables.

Continúa en la página 6

Foto por Ricardo Alcaraz

Page 6: Diálogo (UPR)

diálogo 6 mayo - junio 2011

posibilidad de orientar la labor pedagógica hacia otras necesidades. Refiriéndose a esta decisión, Emilio Nieves Torres, de la Unión Nacional de Educadores y Trabajadores de la Educación (UNETE) relató en comunicado de prensa el pasado 6 de febrero que la medida resultó en la elimina-ción “de cursos de Bellas Artes y Salud, de organizaciones estudiantiles, del servicio de tutorías a los estudiantes con rezago, del tiempo adicional que requieren estudiantes de Educación Especial para completar una prueba o tarea, la participación de estudiantes en diversas competencias académicas, el tiempo que necesita el estudiante para recibir servicios de consejería, trabajo social y biblioteca, reuniones de maestros y padres, entre otras”. A su vez, Eva Ayala, portavoz de Educamos indicó que “reduce la oferta académica y mantiene la eliminación de más de 900 plazas de Bellas Artes. La acción del Departamento no tiene base pedagógica, elimina servicios y experiencias que mejoran el aprovechamiento académico, forjan valores, hacen atractiva la escuela y aportan a la prevención de los problemas sociales”. Según se desprende de la página cibernética del DE, su objetivo principal es la sistematización de la educación técnica y la preparación de sujetos a partir de las necesida-des del mercado laboral. Este enfoque explica en parte la poca disposición del DE en comprometerse con proyectos que no se circunscriban a la lógica de la ‘rentabilidad’ capitalista. La preocupación por el desarrollo psico-social y emocional de los estudiantes y su atención se le subscriben únicamente a las responsabilidades del trabajador social de la escuela o del enfermero. El programa Tus Valores Cuentan es la más reciente iniciativa gubernamental para el desarrollo de perspectiva social en los estudiantes de escuela pública. Lleva un año y hasta el momento se ha implementado en 205 escuelas a través de toda la Isla. “Es sumamente alentador ver el entusiasmo de los estudiantes, padres y maestros con esta iniciativa. El ánimo es evidente en el mural, los afiches los colores… en fin, todos los recordatorios de estos valores universales que queremos rescatar: la Confiabilidad, el Respeto, la Responsabilidad, la Justicia, la Bondad y el Civismo. Esto es precisamente lo que buscamos lograr con este programa, recordarles a todos la importancia de tomar cada decisión del día considerando las consecuencias en esa balanza de valores”, explicó el gobernador Luis Fortuño al presentar el proyecto el 27 de septiembre de 2010. Sin embargo, según Yudkin, estos valores son ambiguos y señala que “el referente mundial para la enseñanza de valores es el de los derechos humanos con objetivos como aprovechamiento académico, desarrollo personal y seguridad”. Yudkin también indica que “es importante definir la seguridad desde la perspectiva de la Educación para la Paz y la convivencia escolar”. Esta tiene varias acepciones como la seguridad de posibilitar que en el espacio se proteja a los integrantes de la comuni-dad y que propicie confianza de que no se les haga daño físico ni emocional. “Lo es también el sentirse apreciado”, señala Yudkin, “seguridad de que la escuela te provea oportunidad de entendimiento y que provea oportunidad para el desarrollo”. De acuerdo con el manual de la Organización de las Naciones Unidas, Plan de acción: Programa Mundial para la educación en derechos humanos, “La educación en derechos humanos contribuye a la cohesión social y a la prevención de los conflictos, apoyando el desarrollo emocional y social del niño y fomentando valores democráticos”. La educación en derechos humanos apunta también a concienciar sobre la diversidad y a estimular la solidaridad y la formulación de nuevos imaginarios sobre el ser social y el ser político

Ver reportaje sobre la lucha de los ex convictos por reintegrarse en la sociedad en dialogodigital.com

en una sociedad democrática. No obstante, según argumenta Yudkin, “la visión punitiva que predomina en EEUU y en Puerto Rico para atender los problemas de criminalidad no es congruente con una cultura de paz – no está dirigida a desarrollar en cada estudiante sus capacidades académicas y emocio-nales. Está dirigido a excluir del sistema, no a incluir o retener. Hay una visión y una actitud que piensa que a los niños hay que controlarlos, disciplinarlos u ocuparlos. En vez de orientarlos, ayudarlos, escucharlos y formarlos”, argumenta la profesora. Por su parte, la licenciada Eva Prados, abogada e investigadora especialista en Derechos Humanos y profesora en la Universidad de Puerto Rico y el Sagrado Corazón, observa que “desde el 1994 sigue abierto el caso Estados Unidos de America vs. E.L.A. ‘civil number’ 942080 a través del cual la Oficina de Derechos Civiles del gobierno federal y su Secretario de Estado demandaron a la Administración de Instituciones Juveniles del Estado Libre Asociado de Puerto Rico diciendo que las condiciones bajo las cuales mantenían a los jóvenes procesados por el sistema penal violaban los derechos civiles y humanos. Se encontró también responsable al DE y a ASSMCA por no brindar los servicios necesarios de educación y salud a los jóvenes detenidos. El tribunal federal sigue monitoreando a estas dependencias puesto que aún no cumplen con los estándares mínimos requeridos. Todavía no han podido

demostrar al tribunal que los centros de tratamiento y detención dan los servicios necesarios”. Al comentar sobre los centros de detención, la licenciada relata que “está más que claro que no les dan nada

de educación y muchas veces pueden estar ahí meses largos pero como hay entrada y salida constante no se invierte en ofrecerles servicios de educación. Esto los afecta luego para poder reintegrarse al currículo regular, los atrasa”. Por otro lado, según lo presenció, en los centros de tratamiento agrupan a jóvenes de diversas edades para seguir un currículo correspondiente a un grado no necesariamente acorde con las competencias o necesidades de todos. A los jóvenes recluidos en estas instituciones les asiste el derecho legal a recibir, de parte del Departamento de Educación, una educación de la misma calidad y del nivel que corresponda, que la que ofrece a la población del sis-tema público escolar. La inercia institucional para corregir

sus deficiencias es altamente preocupante puesto que los jóvenes desatendidos siguen sin orientación y capacitación para la sana convivencia. Al contrario en sus instancias de socialización al interior de estas instituciones reproducen la violencia en la que se desenvolvían anteriormente y las formas de racionalización que la genera. Para Samuel Figueroa Sifre, director de la Comisión para la Prevención de la Violencia de la UPR-Cayey (COPREVI) la apuesta está en el desarrollo de un Plan Nacional de Prevención de la Violencia. “La inversión principal del Estado para atender el problema de la violencia está dirigida hacia las agencias de ley y orden las cuales enfrentan el problema de la violencia cuando éste ya ha ocurrido”, manifestó.Según el análisis hecho por COPREVI de estadísticas sobre el Presupuesto del Fondo General de Puerto Rico del 2005 al 2009, sólo el uno por ciento del presupuesto general de la Isla era dedicado a la prevención primaria de la violencia mientras que se aumentaron de manera consistente los fondos destinados a la Policía, el Departamento de Corrección, el Tribunal General y el Departamento de Justicia. Los datos estadísticos del 2007 sobre el Fondo General consolidado por agencia indican que por cada dólar des-tinado al DE, se asignan más de $3 a Corrección; por cada $1 asignado a la UPR, se otorgan más de $2 a Corrección. Por cada $1 invertido en el tratamiento de la salud mental, son $80 para el sistema carcelario del país. Los análisis estadísticos de COPREVI están en proceso de actualización pero según Figueroa Sifre, las tendencias respecto a la priorización a la hora de asignar fondos públicos siguen el mismo patrón. La necesidad de “elaborar un análisis situacional a nivel nacional sobre la violencia interpersonal y la salud”, como argumenta Figueroa Sifre, y de sistematizar a través del DE una educación orientada a la formación integral del ser humano con capacidades para la resolución de conflictos y la sensibilidad empática, se hace apremiante. La formación psicosocial de un individuo desde edad tem-prana es parte fundamental para su integración a dinámicas saludables de interacción y convivencia social. El Estado como responsable de asegurar la educación de sus ciudadanos debe asumir la tarea de viabilizar el desarrollo íntegro de cada estudiante tomando en consideración las condiciones contextuales que afectan a cada uno. Ya ha sido evidenciado que el problema de violencia no se resuelve con mano dura ni desde el palco de la discursividad ética-moral.

Una medida del Departamento de Educación para mantener períodos de clases de 50 minutos desembocóen la eliminación de cursos de Bellas Artes en varias escuelas.

Foto por Ricardo Alcaraz

viene de la página 5

Page 7: Diálogo (UPR)

diálogo 7 mayo - junio 2011

W",+$!"( H(!&%&3()

Rico, en el que participó la doctora Albizu junto a otros expertos y en el cual se exponen además las formas correctas de trabajar el problema de drogas desde una política de salud pública ya que, según Albizu, la forma en que se ha estado manejando violenta todos los principios de la salud pública. En Puerto Rico se han llevado a cabo varios estudios y proyectos pilotos con la comunidad penitenciaria para demostrar la efectividad del tratamiento con metadona o buprenorfina y desarrollar un modelo que pueda ser expandido a toda la Isla. La cantidad de metadona permitida por las reglamentaciones federales y estatales es limitada, debido a que esta droga cuenta con un bajo margen de seguridad. En vista de la limitación para satisfacer la demanda de la metadona, provocada por las restricciones regla-mentarias, los investigadores recomendaron el uso de buprenorfina, un medicamento para tratar el trastorno de sustancias aprobado desde el 2003 en Estados Unidos y que, aunque es más costoso que la metadona, cuenta con menos restricciones que ésta debido a que posee un margen de seguridad mayor. Uno de los proyectos pilotos llevado a cabo en el sistema peniten-ciario del País con el apoyo del National Institute for Drugs Abuse (NIDA), pretendía determinar cuán fácil es transferir a tratamiento a una persona una vez que sale de prisión. Esto, con el objetivo de que la persona no reingrese a la cárcel, “porque cada persona que regresa a la prisión le cuesta al estado $40,000 anuales. El tratamiento de buprenorfina en comunidad jamás cuesta esa cantidad”, sostiene Albizu. Sin embargo, los investigadores se percataron de que el País no cuenta con suficientes personas adiestradas para suministrar este tratamiento y de que no había mucha receptividad de parte de los médicos para incorporarse a esta nueva modalidad de tratamiento con buprenorfina. Conscientes del desconocimiento sobre los tratamientos para el trastorno de sustancias, se creó la Alianza para Reducir la Insufi-ciencia en el Tratamiento de Adicción a Drogas en Puerto Rico, con la intención de atender las necesidades a nivel de política pública, mejorar los servicios y educar a la gente para satisfacer la demanda

E s un hecho que uno de los factores de la criminali-dad en Puerto Rico es el

problema de las drogas. Profesionales de la salud entienden que la criminal-ización de las drogas ha probado no ser la más efectiva y que a los fines de atajar la incidencia criminal es necesario atender los trastornos de sustancias desde una perspectiva de salud pública y no únicamente desde una perspectiva de justicia criminal. La diferencia radica en que la salud pública se enfoca en la población y su misión incluye optimizar el estado de salud física, mental y social de quienes conviven en sociedad, a diferencia del enfoque de justicia criminal, que atiende al individuo y no el problema colectivo. Sin embargo, Puerto Rico no cuenta con suficientes servicios de tratamientos para personas con adicción a sustancias controladas. Conscientes de la problemática de adicción a drogas, su impacto en la criminalidad y las limitaciones de política pública existentes, investi-gadores de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, en conjunto con otras entidades públicas y privadas llevan a cabo investigaciones dirigidas a entender los ángulos del problema de trastorno de sustancias en la Isla, tratamientos efectivos y el acceso a estos, entre otros. La doctora Carmen Albizu García, investigadora en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico y Co Directora de la Alianza para Reducir la Insuficiencia en el Tratamiento de Adicción a Drogas en Puerto Rico, lleva años trabajando e investigando sobre las limitaciones del tratamiento para personas con trastorno de sustancias en la Isla. Albizu opina que ninguna conducta compleja tiene una sola causa pero sí está claro que uno de los factores de la criminalidad en Puerto Rico tiene que ver con la adicción a drogas, el tratamiento limitado, y el hecho de que no haya una política pública que atienda este problema desde una perspectiva de salud pública. El programa de metadona en la Isla cuenta sólo con 8,000 participantes, sin embargo, Albizu explica que en Puerto Rico hace falta tratamiento para más de 35,000 personas. “Si el estado invirtiera en tratamiento se ahorraría $4 por cada dólar invertido. Si añades todos los costos sociales, pueden ser hasta $7, contrario a lo que podrías ahorrar con redadas y más policías que es menos de $0.52 por cada dólar. Hablamos de 15 veces más rendimiento cuando inviertes en tratamiento, que cuando inviertes en intervenciones policíacas”, explica Albizu. Entre 1996 y 2002 en Estados Unidos, país con la tasa más alta de confinados en el mundo, 46 estados adoptaron alrededor de 150 medidas para atender el problema de las drogas sustentando estas en principios de salud pública. Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles reveló un ahorro a los contribuyentes, de $2.50 por cada dólar invertido en tratamiento, luego de adoptar la política pública de tratar medicamente, en lugar de enviar a prisión, a los usuarios de drogas que no habían cometido actos violentos. En un año, el ahorro del gobierno ascendió a más de $173 millones. Esta información se desprende del artículo “Reconsiderando la política de las drogas: alternativas para Puerto Rico desde un modelo de salud pública” de la Revista Jurídica de la Universidad de Puerto

y expandir el acceso a tratamiento. Gracias a los esfuerzos realizados para educar y crear conciencia, tanto a nivel gubernamental como ciudadano, de la importancia de tratamiento para el trastorno de sustancias, la percepción de esta enfermedad ha ido cambiando. En una encuesta de opinión llevada a cabo por la Alianza, los adultos reconocieron que el trastorno de sustancias es una enfermedad crónica que es tratable y preventiva. Por otro lado, luego de la propuesta de un modelo de salud pública que la Alian-za le sometió al Estado, el Secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, adoptó varias de las recomendaciones y optó por el modelo que actualmente es-tablece que haya un médico certificado para el tratamiento con buprenorfina en cada pueblo. Por su parte, el gobernador Luis Fortuño hizo un pronunciamiento público respaldando el tratamiento con medicamento, se incorporó la bu-prenorfina en el programa Mi Salud y se aprobó una ley que establece que todas las aseguradoras de salud tienen que proveer como un beneficio de farmacia el tratamiento con buprenorfina.

Para Albizu, es indispensable que el gobierno, los expertos en salud y las personas comprendan la importancia de proporcionar tratamiento para la adicción a drogas. “Si tenemos más tratamiento accesible vamos a tener menos crimi-nalidad, menos VIH, menos hepatitis, más gente contribuyendo al erario, menos familias desarticuladas, más fuerza hábil laboral y se reduce el gasto carcelario”, sostuvo. “En un país pobre, con pocos recursos es hasta inmoral que no se usen los recursos de la forma más eficiente y efectiva posible”, añadió.

Los estudiantes del Programa de Maestría de Evaluación e Investigación Evaluativa de Sistemas de Salud de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, también aportan información importante desde la academia. Sheila K. Rivera Quiñones, quien defenderá su tesis próximamente, realizó un estudio evaluativo sobre los factores asociados al nivel de conocimiento sobre tratamiento de mantenimiento con Metadona en la población correccional de Puerto Rica en el periodo de 2005-2006. Por su parte, Katyana Santiago-Batista evaluó factores asociados con tomar acción para entrar a tratamiento entre confinados del sistema cor-reccional de Puerto Rico, con alta ambivalencia y diagnóstico de abuso o dependencia de drogas. Asimismo, el doctor Rafael González realiza un post-doctorado investigando la relación entre trastornos de sustancias, síntomas de déficit de atención e hiperactividad en el adulto en la po-blación sentenciada en Puerto Rico.

Un problema de Salud Pública

Muchas personas ya reconocen la adicción a sustancias controladas como una enfermedad crónica que es tratable y puede prevenirse.

Foto

por

Ric

ardo

Alca

raz

Page 8: Diálogo (UPR)

diálogo 8

M$3(,"&( R/+%&

H ace unos años oí decir que “la criminalidad es una señora con una prole bastante heterogénea”. Este señalamiento me gustó y no me gustó pues, desde el

punto de vista de los asuntos de género, había una cierta devaluación de la señora, pero desde un punto de observación criminológica me pareció muy sugerente. Es evidente que la criminalidad se ha constituido en un significante unificador y uno en el que ubicamos asuntos cada vez más diversos. Al presente, se ha producido un incremento e intensificación de todo tipo de actos y de prácticas que hacen de lo criminal un fenómeno inconmensurable. Podemos optar por despachar el llamado problema criminal desde coordenadas de pensamiento simplificantes (tipo “hay gente buena y hay gente mala”) u optar por producir lugares de observación en movimiento que viabilicen el estudio de la criminalidad en lo múltiple de sus sentidos, sus formas y referentes. A la denuncia en torno a la criminalización histórica de los sectores empobrecidos y de aquellos que no se ajustan a una norma-tividad impuesta a la observancia de todos, habría que adicionar otras consideraciones y complejidades en tiempo presente. To m e m o s , p o r ejemplo, la conten-ción, a mpl ia mente difundida, en torno al vínculo estrecho entre criminalidad y crisis económica. Se trata de una contención que podríamos decir que

es cierta y no es cierta a la vez. Es cierta en la medida en que, en contextos de crisis económica, aumenta la desesperanza de la gente tramitándose en todo tipo de formas de ingobernabilidad al tiempo que se activan procesos de criminalización de diversidad de prácticas emergentes. La crisis es administrada a partir de pérdidas considerables de democracia y es por esto que hay quienes ya han cuestionado si la democracia podrá sobrevivir la crisis económica. No es cierta en la medida en que la solvencia explicativa de la crisis es cada vez menor si se considera que, paradojalmente, hay aumentos en criminalidad si hay crisis económica y hay au-

mentos en criminalidad si hay prosperidad también. Si hay crisis económica, amplios sectores pobla-cionales se encuentran sin medios de subsistencia y, si hay prosperidad, esos mismos sectores tienen muy poca capaci-dad de consumo y, como señala Zygmunt Bauman, la incapacidad de consumo es crecientemente criminalizada. Dentro de esa inconmesurabilidad de lo criminal, propongo privilegiar tres formas grandes de su expresión contemporánea: 1. El narcotráfico y el consumo de drogas en tanto fenómeno cada vez

más intangible. Si el fracaso de la política prohibicionista y represiva en materia de drogas no ha sido suficiente como reconocimien-to en la dirección de ensayar alguna alternativa de medi-cación de las drogas, el nivel creciente de intangibilidad de este fenómeno debería serlo. Esa intangibilidad, provocada por un uso cada vez mayor de la tecnología, una dispersión y una atomización cada vez mayor de sus redes humanas y la propia volatilidad del negocio y del consumo, va provocando una incertidumbre empírica (pues el objeto de estudio siempre se está moviendo) y una indecidibilidad teórica (pues los esquemas de comp-rensión colapsan porque no es

Al presente, se ha producido un incremento e intensificación de todo tipo de actos y de prácticas que hacen de lo criminal un fenómeno inconmensurable.

Crisis ycriminalidad

posible producir la suficiente precisión teórica) que desbordan las posibilidades de su control al tiempo que la gente sigue muriendo en proporciones extremas. 2. El regreso de la violencia a los lugares de donde hemos querido extirparla con el delito pasional como su expresión prominente. Mientras la Modernidad se adscribe a un deseo de erradicación total de la violencia, ésta regresa a los lugares de donde hemos querido extirparla. Este “retorno de lo reprimido” parece estar imbricado al sofocamiento de las relaciones personales propiciado por el fenómeno del intimismo (la vigilancia de todos sobre la vida de todos), a los conflictos de colindancia como su efecto, al imaginario del amor moderno y al no reconocimiento de los espacios de libertad del otro. La imbricación compleja de estos asuntos ha provocado que la violencia se haya vuelto, como planteaba Hannah Arendt, efectivamente, banal. Esto es, extremadamente familiar por su “sobreuso”.3. La virulencia contra el otro en tanto expresión de las formas de subjetivación propias de la biopolítica. Ya al interior de esa forma de gobernabilidad denominada como biopolítica, el enemigo se representa como amenazas a la calidad de vida de las personas. Esto propicia una subjetivación en la que, algunos sectores entienden que es necesario erradicar ciertos “males sociales” como única forma de mantener eso llamado “calidad de vida”. De ahí que, para Michel Foucault, en el contexto de la biopolítica, la criminalidad se tramita racistamente. La xenofobia, el sexismo, la homofobia son los rostros de esta violencia de la biopolítica, por lo que, al decir de Fernando Savater “Se mata por todo y por nada. Porque el otro está ahí y es otro”. Esta complejidad sugiere que la criminalidad pudiese ser remitida a la crisis (económica) y, al mismo tiempo, la desborda.

La autora es socióloga y catedrática en la Universidad de Puerto Rico- Recinto de Río Piedras.

mayo - junio 2011

Foto

s por

Ric

ardo

Alca

raz

Page 9: Diálogo (UPR)

diálogo 9

S$,6$3/! S$&7"$4/-N(4!8&

debe a la falta de tratamientos adecuados en la presente población penal del País. El Código 2011 postula que “durante los años de vigencia del Código 2004, las penas impuestas no han surtido el efecto disuasivo esperado sobre la comisión de conducta criminal”. La estrategia del nuevo Código es aumentar las penas, hacerlas fijas para quitarle la discreción a los jueces y hacerlas más prolongadas. La gran mayoría de las personas que están en nuestras cárceles son convictas por

crímenes no violentos asociados al consumo de drogas. No obstante, los legisladores que proponen esta estrategia se olvidan de que la inversión más costo efectiva es tratamiento y prevención, en vez de las estrategias punitivas. Por cada dólar que se invierte en tratamiento se ahorran $7.48 en costos sociales y de salud, mientras que por cada dólar que se invierte en persecución, lo único que nos ahorramos son 51 centavos. A pesar de que este conocimiento está accesible, se prefiere insistir en un modelo punitivo, ignorando que

A ctualmente la Comisión Conjunta Permanente de la Asamblea Legislativa está confeccionando un nuevo proyecto de Código Penal, el Proyecto del

Senado 2021 (P del S 2021), mejor conocido como Código Penal 2011. Una de las preocupaciones más serias que ha levantado este proyecto, el cual se encuentra en el proceso de vistas públicas, es que está montado en un modelo orientado hacia la imposición de penas fijas, penas mandatorias y penas más largas que el Código aprobado en el 2004. En su Exposición de Motivos, la medida legislativa plantea la preocupación del pueblo por la criminalidad y la pérdida de fe en el presente sistema de justicia criminal. A pesar de que nuestro País presenta una de las tasas más altas de población confinada del mundo desarrollado, el P. del S. 2021 propone condenas más amplias para algunos crímenes, como por ejemplo, si un ciudadano comete tres delitos graves en tres ocasiones distintas, la pena fija impuesta será de 99 años de prisión. Esta es una versión de las leyes norteamericanas Three Strikes and You’re Out (“tres strikes y estás fuera”), que se popularizaron en la década de los 90 y que fueran ampliamente criticadas porque trajeron como consecuencia un aumento considerable de la población penal y porque afectaron mayormente a las minorías étnicas afro americanas e hispanas en los Estados Unidos. Este tipo de ley proviene de la misma escuela de las famosas Rockefellers Laws que tendían a ser sumamente severas con todo tipo de crimen, y que lograron un número récord de encarcelaciones en los Estados Unidos, mayormente personas negras, hispanas y blancos pobres. Hoy día, la mayoría de esas leyes han sido derogadas en los diferentes estados por considerarse sumamente agresivas y prejuiciadas contra los grupos antes mencionados. Estas leyes promulgan la visión de “mano dura contra el crimen”, donde la rehabilitación de los reclusos pasa a un segundo lugar y se prima la lucha contra el crimen desde una perspectiva puramente punitiva (penas fijas, mandatorias y prolongadas). Las consecuencias no intencionadas de este tipo de orientación filosófica son el hacinamiento de las cárceles, escasos recursos a los esfuerzos rehabilitadores y un aumento en la reincidencia de confinados en lo que se conoce como la “puerta giratoria” de nuestras cárceles, donde el 61 por ciento de los confi-nados reincide. Ya se sabe que los dos factores asociados a que los confinados reincidan en el crimen, son la presencia de desórdenes psiquiátricos y los trastornos de uso de sustancias sin tratar. Esto se

los costos sociales son más altos y el impacto de dichas iniciativas perjudica más al confinado, a su familia y a la comunidad. Nuestra Constitución establece que las instituciones penales preponderarán “el tratamiento adecuado de los delincuentes para hacer posible su rehabilitación moral y social.” La Constitución reconoce como principio fundamental “que la sanción penal no podrá atentar contra la dignidad humana y la rehabilitación social y moral del convicto como un objetivo general para la imposición

de las penas”. Si ya sabemos que científicamente y consti-tucionalmente la inversión en rehabilitación es superior a la inversión en modelos punitivos reflejados en la penas fijas, mandatorias y prolongadas; ¿por qué se insiste en un modelo fracasado? Tenemos dos hipótesis que compartir con los lectores: la primera es que se insiste en modelos fracasados de “mano dura” por ignorancia. La segunda hipótesis es que para algunas personas neoliberales las cárceles deben ser privatizadas y para que sean un negocio lucrativo, es imprescindible asegurarse de que se tiene una población elevada de confinados como “materia prima”. Ese alto número de confinados lo aseguran las penas fijas, mandatorias y prolongadas. Otra de las ventajas de aumentar la cantidad de personas confinadas reteniéndolas por más tiempo es que existe una tasa grande de electores que equiparan la “seguridad” con: más arrestos, más confinados, penas fijas más largas y prolongadas. Políticamente hablando, esa estrategia tiene un gran potencial electoral. Para un acólito de la política neoliberal, este es un negocio redondo: tener una forma de garantizar que se pueden privatizar los penales y por consecuencia hacemos el gobierno más pequeño, a la vez que tenemos una estrategia electorera de mano dura contra el crimen. ¿Y el proyecto de País que habla nuestra Constitución de que debemos primar en “el tratamiento adecuado de los delincuentes para hacer posible su rehabilitación moral y social”? Los neoliberales contestarán: “Pues está muy bien, gracias, después de todo eso se menciona en la Exposición de Motivos del Código Penal 2011. Nos vemos en las próximas elecciones”. Sólo nos queda gritarle al pueblo puertorriqueño como

Stéphane Hessel, el viejo líder de la Resistencia Francesa: ¡Indignaos!

El autor posee un doctorado en Psicología y una Maestría en Salud Pública. Tiene además una extensa trayectoria profesional clínica, de investigación y académica asociada a los trastornos de substancias y al estudio de las consecuencias de la política de drogas sobre la salud y la seguridad pública. Se desempeña actualmente en la práctica privada en la Red Metropolitana de Psicología.

El nuevoCódigo Penalde Puerto Rico

mayo - junio 2011

Page 10: Diálogo (UPR)

beneficiados del proceso. Los que no se sometan tendrán dos vías para responder. Por una parte, los que tienen conciencia y desarrollo político tomarán las calles para protestar y exigir su espacio. No obstante, habrá otros, probablemente la mayoría, que no teniendo esa conciencia, verán en el comportamiento criminal o desviado una forma de contestarle incons-cientemente al sistema que los excluye “buscándoselas” y “resolviendo” como puedan.’ Este proceso, que caracterizó varios periodos históricos en los Estados Unidos, se agrava en esta época con el fortalecimiento del rol que los medios de comunicación controlados por el capital tienen en la sociedad del siglo XXI. Si bien este proceso neoliberal termina excluyendo de las formas dignas de producción económica a la mayoría

en la sociedad, paralelamente, el aparato publicitario y los medios de comunicación de masa van creando falsas necesidades de consumo que terminan definiendo la capacidad de comprar como la forma de medir el éxito individual. De esta manera se da un pro-ceso de inclusión y exclusión que el británico Jock Young llama “Bulimia Social”. Es decir, un proceso que incluye todos por igual en las falsas necesidades de consumo al tiempo que excluye a la gran mayoría de la capacidad de producir para costear ese consumo. De esa mayoría que se verá excluida de poder consumir se contará un por ciento que, como se explicó antes, vislumbrará las em-presas criminales como alternativa económica que viabilice el acceso a los símbolos de éxito. En resumen, las administra-ciones en Puerto Rico no acaban de entender que la criminalidad no

es producto de falta de valores o de individuos endemoniados que caen en

delincuencia por falta de fortaleza de carácter. Tampoco entienden que más de 30 años de “mano dura”, demos-traron que la misma termina produciendo más violencia y criminalidad que la que pretenden resolver. Todavía no han asimilado que el crimen no es un problema policíaco, sino el resultado lógico y esperado de la “bulímica” socie-dad que se produce con la imposición del pensamiento neoliberal que ellos veneran con afán cuasi religioso. En fin, no acaban de entender lo que hace cien años explicó la rusa radicada en los Estados Unidos, Emma Goldman: “La más absurda apología de la autoridad y el orden es decir que las mismas sirven para que disminuya el crimen”.

El autor es criminólogo y profesor universitario / garygutierrezpr.com

diálogo 10

dia

logo

dig

ital

.co

m

G$!* G57"9!!()

A nte la pregunta de ¿cómo están las cosas?, la mayoría de los puertorriqueños contestarían más o menos de la misma manera: “esto está

malo”. No es para menos, el puertorriqueño de la segunda década del siglo XXI convive en una sociedad de menos de cuatro millones de habitantes donde diariamente mueren violentamente más de tres personas. Datos recientemente publicados por la prensa apuntan a que durante los pasados años, la Isla alcanzó números que rondan sobre 25 muertes violentas por cada cien mil habitantes. De igual forma, estipulan que la violencia callejera del país aumenta a un ritmo de sobre un 10 por ciento de un año a otro, lo que ubica a Puerto Rico entre los países con más violencia social en el mundo. Ante esta situación, la respuesta de la administración de turno en la Isla parece ser incrementar y fortalecer las mismas medidas que vienen fallando desde la década de 1980. Es decir, aumentar el número de efectivos policíacos, incrementar el presupuesto de las agencias represivas, así como legislar aumentos en las penas y el tiempo de encarcelamiento para los que resulten convictos de delitos. Estas medidas cons-truyen la criminalidad como una burbuja alejada del resto de la realidad socioeconómica del País y como un fenómeno producto de individuos que, por debilidad moral, no tienen capacidad de contener su com-portamiento. Esta forma de mirar al cri-men está basada en los trabajos de tanques de pensamiento conservador como el de Man-hattan Institute y el del Institute for Economic Affairs, que por las pasadas décadas venden como verdad empírica al mundo la estrategia de “cero tolerancia” ante el crimen. Según importantes pensadores tanto locales como internacionales, esta teoría cuyo principal portavoz a nivel mundial es el republicano ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, termina promoviendo más criminalidad que la que resuelve. Tanto los trabajos de la Dra. Dora Nevares Muñiz, como los de los doctores Joel Villa y Carlos Rivera Lugo apuntan a que estas medidas de “cero tolerancia”, que en la Isla se implementan bajo consignas publicitarias como “mano dura contra el crimen”, “castigo seguro” y el más reciente embeleco “Puerto Rico de ley y orden”, terminaron generando más violencia callejera. Violencia que no sólo aumentó en áreas de alta incidencia criminal, sino que se expande y dispara en zonas rurales donde tradicionalmen-te este comportamiento no era un problema.

A pesar de que el saber criminológico en el siglo XXI apunta a que la criminalidad no es un problema policíaco, los administradores en Puerto Rico insisten en la insanidad de seguir reproduciendo las mismas y fracasadas respuestas. En realidad no les queda de otra. La alternativa es admitir que la criminalidad y la violencia que experi-menta Puerto Rico es el producto lógico de las medidas neoliberales que ellos mismos imponen como evangelio económico al País. Esta visión económica que liberaliza las relaciones económicas bajo la teoría de que el gobierno está sólo para facilitar que el capital se mueva como entienda, pero que de igual forma aumenta la intervención gubernamental para controlar las poblaciones que no se sometan al “orden” social desarrollado e impuesto por ese capital,

termina produciendo una sociedad donde el uno o el dos por ciento de la población disfruta del “crecimiento eco-nómico” mientras el restante ve reducirse su capacidad de sustentarse. En los lugares donde esta ideología se impuso, es decir en los Estados Unidos de Ronald Reagan, como en el Chile de Augusto Pinochet, en la Inglaterra de Margaret Thatcher o en la Rusia de Boris Yeltsin, los resultados fueron los mismos: la desaparición de la clase media y el surgimiento de enormes sectores de marginados y desempleados que constituyen un ejército de mano de obra barata para el capital. Ante esta situación la respuesta de esos marginados no son muchas. Por supuesto, unos se van a someter disciplinadamente “comprando” el cuento de que ellos o sus hijos podrán en algún momento ser de los pocos

mayo - junio 2011

Foto

por

Ric

ardo

Alca

raz

Más de 30 años de “mano dura” han demostrado que dicha política pública ha terminado produciendo más violencia y criminalidad que la que pretendía resolver.

Page 11: Diálogo (UPR)

E l amor es verbo, acción, movimiento. La organización sin fines de lucro Iniciativa Comunitaria (IC) tiene muy claro que el amor es la fuerza viva de su misión social inclusiva

en pro de aquellos que sufren de la marginación social. “Vemos la humanidad como una gran comunidad de convivencia y amor. Vemos un mundo transformado y feliz”, lee la visión de la organización, cuyos servicios y programas van dirigidos de manera efectiva y directa a que los seres humanos que sufren de marginación social se hagan dueños de su sanción - o “sueños de paz”. Tal es el caso de los servicios de educación y prevención Kamaria, dirigidos a las mujeres que practican la prostitución y las usuarias de drogas; Contigo mujer, en el que se le brindan servicios a las usuarias de narcóticos que también están en alto riesgo de contraer VIH; Operación compasión, integrado por voluntarios que entregan artículos de prevención a usuarios y personas sin hogar y llevan servicios médicos y alimentos; Brega bien, que lidia con las manifestaciones de violencia y agresividad entre los jóvenes de las edades de 10 a 18 años y les ofrece destrezas para su mejoramiento personal y ciudadano; y Punto fijo, servicio que le permite a los usuarios de drogas intravenosas intercambiar sus jeringuillas usadas por nuevas para así reducir el riesgo de infección con el VIH/ SIDA. Una conversación con el doctor José Vargas Vidot, miembro fundador de esta institución, basta para recordarnos que los problemas relacionados al VIH, la adicción y la violencia, deben servirnos como un llamado continuo a la solidaridad creativa. La voluntad y trayectoria de IC son el mejor ejemplo del antiguo adagio nacido a partir de un verso de Virgilio: el amor todo lo vence Diálogo- Me llama la atención el hecho de que Iniciativa Comunitaria comenzara en la década de 1990, allá para 1992, cuando aún no se habían disipado muchos tabúes y prejuicios sobre el VIH/ Sida y ya se hablaba desde el Estado de la “Mano Dura”: una visión punitiva para enfrentar asuntos complejos, como la adicción, el narcotráfico y la criminalidad; ¿incidió esa coyuntura histórica en la misión y visión que sigue IC? JVV- Está más relacionado con la primera parte de tu pregunta. Inicia-tiva [Comunitaria] está directamente atada con los prejuicios y los mitos que se plantearon como los obstáculos primarios para que un paciente de VIH en aquel entonces tuviera acceso a un tratamiento, acceso a infor-mación, es decir, el acceso a ciertos servicios que por derecho pudiera

reclamar. Todavía no estábamos pensando en los problemas de adicción. La laguna

de información que había sobre el VIH se nutría del prejuicio, rechazo y aislamiento, contra las personas positivas al VIH. Entonces los mitos eran muy poderosos, no [había prejuicios] sólo si tenías un diagnóstico. Si parecía que tenías Sida, si estabas dentro de lo que la gente prejuiciadamente creía que era Sida, comenzabas a recibir el rechazo. Pero aún hay algo de lo que planteas que debo señalar. Nosotros sí estábamos recibiendo un gobierno (1992-1996) que demostraba su pre-juicio punitivo contra las personas en adicción, pero es bien importante aclarar que la epidemia del VIH tuvo sus momentos más fértiles en los gobiernos que se hicieron indiferentes e insensibles ante una

epidemia que dio contundentemente desde un principio en Puerto Rico.

Aquí hay casos que se descubrieron desde el 1975, 1978, sin embargo esos gobiernos de turno, desde el 1984 en adelante, que es cuando hay un boom de VIH, decidieron proteger el turismo en lugar de empezar a reconocer la necesidad de establecer un plan sistemático para esa epidemia que se estaba llevando gente por grandes cantidades. Diálogo- ¿El problema de la adicción en Puerto Rico, se trata de una epidemia o es un problema endémico, qué diferencia hay entre estas dos apreciaciones? JVV- La adicción en Puerto Rico es endémica, pero comenzó como una epidemia. Una epidemia es cuando hay un caso de algo que no debe ocurrir. En un país, la adicción no debe ser parte de la cotidianidad. Así que cuando aparece un caso o dos casos de algo que no debe existir se constituye en una epidemia. Se vuelve endémica, cuando ya se incor-pora tan fuertemente al catálogo de condiciones que vivimos con ella y logramos ver esa epidemia diseminarse por la población. Entonces, en el caso de la adicción comenzó con uno o dos casos aislados que se dieron como parte de fenómenos sociales no atendidos correctamente y luego se incorporó como parte de la cotidianidad de mucha gente. Diálogo- ¿Cómo IC ha logrado interpelar e integrar a la empresa privada, la sociedad civil y posiblemente al Estado a través de su pro-puesta y programa de drogas? ¿Para IC es importante que los programas y servicios tengan continuidad, que se obtengan resultados, se le da importancia al presente, a ese “nosotros ahora” en el que siempre enfatizan como parte de sus principios? JVV- El nombre de la organización (IC) de por sí es una convocatoria permanente, es una iniciativa comunitaria. El nombre no era de chiste. Sonaba feo. Al principio no vendía ni un folleto. Pero estábamos conven-cidos que condiciones como el VIH se iban a repetir en otras esferas de la sociedad que no tienen que ver con nada clínico, como sucedió con las adicciones, con la pobreza, el desalojo, la violencia y la violencia contra las mujeres. Creíamos que IC debía marcar el paso desde el activismo a la toma de conciencia. Por mi parte, yo era un activista fuerte, hardcore. Pero llegó el momento en que tengo conciencia de que hay que establecer puentes, de que mi propio rechazo, o posición, o conducta desafiante llega a ser una excusa para que otras personas no se den por aludidas y no entren en el grado de participación importante que tienen que lograr. Diálogo- ¿Cómo IC hace reclamos fuertes y contundentes, en cuanto a polít icas

diálogo 11

dia

logo

dig

ital

.co

m

M$!#/- P9!() R$+1!()mayo - junio 2011

El doctor Vargas Vidot, director ejecutivo de IC, comparte con los estudiantes del Centro de Medios de la institución.

“Creíamos que IC debería marcar el paso desde el activismo a la toma de conciencia”,

afirmó Vargas Vidot.

La solidaridad es una convocatoria permanenteEl director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, doctor José Vargas Vidot, reflexiona sobre el contexto histórico y

social en el que se ha desarrollado la institución que tan bien le ha servido al país por los pasados veinte años.

“El amor es un gesto muy fuerte porque significa que hay que aceptar que la existencia de otra persona se convierta en nuestra preocupación”. Alan Bidou

alternativas sobre cómo lidiar con las drogas, sin caer en el ambiente adversativo y de confrontación que predomina en el debate público? JVV- Entramos en confrontación. Las confrontaciones son bien-venidas. Nosotros nos nutrimos de la diversidad, sin eso no hubiéramos salido adelante [como institución]. Pero en nuestro caso buscamos la forma de no destruir todo. No podemos poner a los demás contra la pared, sea una persona o un colectivo, sin la oportunidad de que no pueda responder. Y responder como nosotros queremos que responda. Que se sienta convocado. Eso nos distancia un poco del activismo desafiante permanente. Hicimos una nueva definición del activismo, menos ortodoxo. Comenzamos a convocar. Y lo hacemos mediante la consistencia. Nunca le negamos un aplauso a una iniciativa que la merezca, pero igual expresamos nuestro rechazo de forma contundente si lo amerita. Así hemos comenzado a limpiarnos de agendas que para nosotros estaban contaminadas. Diálogo- Releía esta cita del filósofo francés Alan Bidou mientras me informaba sobre Iniciativa Comunitaria: “El amor es un gesto muy fuerte porque significa que hay que aceptar que la existencia de otra persona se convierta en nuestra preocupación”. Pensaba en la cita mientras aprendía del talante creativo y de vanguardia de IC: los nombres de los programas y servicios son llamados a la acción, mientras los testimonios del voluntariado apuntan a una transformación, no sólo del afligido que recibe los servicios, sino del voluntario que entrega su compasión, como una especie de simbiosis que surge a partir de la solidaridad. JVV- IC no es un proyecto que se da dentro de una dinámica fortuita, es un proyecto pensado y es un proyecto político. A veces la gente no entiende esa palabra. IC no es un proyecto político partidista, pero es un proyecto político porque desde el mismo principio los que comenzamos esta propuesta entendemos que nadie que trabaje en la salud pública debe permanecer neutral ante los problemas que atendemos. La trayectoria clínica de IC -en sus comienzos cuando era bien clínica- estaba fomentada a proveer mejor calidad de vida, promover que el individuo se sintiera dueño de su proceso [de sanación]. De igual forma, buscábamos que el médico proveedor de los servicios de salud insistiera en que la relación médico-paciente se saliera del contexto que usualmente se define, donde hay una relación de poder en la que una parte sabe mucho y la otra no sabe nada. En nuestro caso, una receta tiene que ser el resultado de una interacción dialogal. Aquí nosotros igual que leemos de medicina interna, con la misma intensidad leemos de Paolo Freire, o leemos Francisco Gutiérrez o cualquiera de los autores que nos enseñaron a crear un diálogo liberador con los que servimos.

Ver más información sobre este tema en Fotos por Ricardo Alcaraz

Page 12: Diálogo (UPR)

diálogo 12

LLa criminalidad pasa factura a las sociedades del mundo en términos de vidas humanas y aspectos materiales. Pero, en la actualidad,

¿cuánto realmente significa en cifras monetarias el costo del crimen en las sociedades contemporáneas? De acuerdo con un estudio realizado por el sociólogo Matt DeLis de Iowa State University, el monto podría aproximarse a los $17.25 millones por cada región de los Estados Unidos. Según los hallazgos del estudio dirigido por DeLis en 2009, en el que se entrevistó a 654 convictos, los datos apuntan a que los cinco delitos más caros para las sociedades son los homicidios, las violaciones a la fuerza, los robos a mano armada y los asaltos agravados. Estos resultados responden a los costos por los que tienen que atravesar las víctimas y que incluyen: las inversiones más comunes luego de un crimen por el sistema de justicia penal, la pérdida de las estimaciones de productividad –tanto para la víctima como para el delincuente– y las estimaciones resultantes de la voluntad de las personas a pagar para evitar la violencia futura. En el caso de Puerto Rico, a través de la historia la crimi-nalidad ha experimentado un crescendo casi imparable con notables alzas durante los primeros meses del año 2011. Por ejemplo, según datos ofrecidos por la oficina de estadísticas de la Policía de Puerto Rico, los números apuntan a que al 31 de marzo se registró un total de 2,627 delitos tipo 1 que incluyen asesinatos y homicidios, violaciones por la fuerza, robos, agresiones agravadas, escalamiento, apropiaciones ilegales y hurtos de autos. No obstante, estas cifras podrían variar de acuerdo con un artículo publicado en El Nuevo Día el 2 de mayo de 2011 en el que se da a conocer una presunta manipulación de las estadísticas de los delitos tipo I por personal de esta agencia estatal. De todos modos, ¿qué representa el aumento de estas estadísticas para la economía central del País? Según Jo-sean Feliciano, profesor y analista de negocios y economía,

si se extrapolara el estudio realizado por DeLis a la Isla, los números por los actos criminales podrían alcanzar cifras billonarias. “Si aplicamos la metodología del estudio realizado en Iowa -en el que se estima que por cada asesinato se invierte $25 mil- en la pasada década de 2000 a 2010, Puerto Rico ha invertido un aproximado de $150 billones [$150 mil millones] en costos por asesinatos”, reveló el analista. Asimismo, el experto indicó que este tipo de desbalan-ces en la economía del País se refleja en los sueldos que dejan de generarse. “En el caso de un asesinato, la familia no podrá contar con el sueldo que hacía llegar la víctima. De este modo, se va generando una reacción en cadena ya que la economía se va afectando al dejarse de producir ciertos bienes y servicios”, añadió. Sin embargo, en el caso de los costos para el Estado en general, éste se ve afectado desde el momento en el que se comete un delito. En efecto, para el año fiscal 2011-12 el presupuesto destinado para la seguridad y el orden público se eleva a los $1.8 millones. “En este caso, hablamos de una inversión de $752 millones para el Departamento de Policía, $356 para tribunales y $365 millones para Corrección. Por lo que se calcula una inversión total de $1.2 billones sólo para estructuras gubernamentales. De manera que, si el Estado necesita mayor presupuesto para ofrecer seguridad

y orden, menos dinero podrá invertir en otras áreas de importancia como infraestructura, por ejemplo”, explicó Feliciano.

“ARRANCAR DE CERO POR SEGUNDA VEZ” El asunto es más difícil aún cuando se trata del bolsillo de las víctimas. Comenzar de cero en la búsqueda de aquel producto por el que muchas veces se ha pasado grandes sacrificios requiere de una costosa y no contemplada nueva inversión. Este fue el caso de Sher-Ann Arroyo y su esposo Edwin García, quienes al año y medio de haber contraído matrimonio y adquirido su propia casa fueron víctimas de un robo en el que perdieron, literalmente, todo. Según recuerda Arroyo, traductora de profesión, el suceso fue hace ya dos años y, a pesar de vivir en una urbanización con

V1:7/! R/3!145()-V(,%);5()mayo - junio 2011

La instalación de rejas y un sistema de alarmas podría conllevar una inversión de

más de $4,000.

Fotos por Ricardo Alcaraz

¿Cuánto cuestala actividad delictiva al bolsillo puertorriqueño?

Page 13: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

diálogo 13

control de acceso en Gurabo, los asaltantes lograron invadir su propiedad en horas del día cuando ambos esposos se encontra-ban en sus respectivos trabajos. “A l l l e g a r d e l trabajo, no me doy cuenta de inmediato porque entraron por la puerta de atrás. Sin embargo, al entrar y ver que todo estaba abierto -los gabine-tes, por ejemplo- me voy percatando de lo ocurrido. Una vez llego al cuarto y veo el reguero de cajas de zapatos vacías, las gavetas y el closet también, llamo a mi marido y a la policía”, narró la entrevistada. Para la joven pare-ja, contabilizar todo lo que perdieron es algo “difícil”. “Máxime si me quedé con lo que tenía puesto porque hasta la ropa interior se llevaron”, explicó Arroyo. Al igual que este matrimonio, en Puerto Rico muchas personas experimentan situaciones similares. En efecto, tan solo en el 2011 se han reportado 458 asaltos y 423 escalamientos en la Isla, según estadísticas contabilizadas hasta el 31 de marzo por el Departamento de la Policía de Puerto Rico. Mientras tanto, al menos en el caso del matrimonio García Arroyo, “recuperarse de un suceso como éste es un proceso paulatino en el que se necesita más de cinco mil dólares para por lo menos reponer lo básico y arrancar de cero por segunda vez”. Asimismo, este tipo de situaciones cargan graves secuelas en las víctimas ya que se unen a los pagos y gastos comunes que los puertorriqueños tienen que costear mensualmente. Y que, como fue el caso de Arroyo y su esposo, se suman a las inversiones que se deben tomar para evitar que les roben de nuevo. “Son muchos gastos con los que uno no contaba. Tuvi-mos que invertir en una nueva puerta, nuevas cerraduras e incluso cerraduras dobles, rejas internas y un sistema de alarmas que pagamos mensual. Por lo que, si venimos a ver las repercusiones son a largo plazo”, explicó la también madre de un niño de un año.

ARCAS DESIGUALES De otra parte, mientras el crimen afecta el bolsillo de unos, las arcas de otros se han ido llenando en los últimos años en la Isla. Por ejemplo, empresas dedicadas a ofrecer servicios de cámaras de seguridad, control de acceso a urbanizaciones privadas, guardias de seguridad y compañías dedicadas a ensamblar rejas en puertas y ventanas en estructuras comerciales y residenciales; han experimentado grandes aumentos en sus ventas. Al menos éste es el caso de Antonio Montañez, ins-talador de rejas de seguridad independiente del área de Comerío. Según el herrero, durante los últimos dos años su negocio ha experimentado un aumento “indescriptible” en los contratos para la instalación de rejas en residencias privadas. “Parece que la gente tiene miedo. Yo comencé este negocio porque fue lo que aprendí a hacer con mi padre y no pensé que me fuera a ir bien”, explicó Montañez, quien coloca rejas aproximadamente en dos casas por semana.

A pesar de que este aumento le ha ayudado en los ingresos de este comerciante independiente, la verdad es que los costos de colocar rejas de seguridad en las residencias afectan en gran medida el bolsillo de los ciudadanos promedio. Según un estimado ofrecido por Montañez, en la actualidad colocar rejas a una casa básica de ocho ventanas dobles y dos puertas, sobrepasan los $1,500. “Esto sin contar los patios, los balcones y la gente que pide portones en las divisiones que separan los cuartos del resto de las casas”, aseguró el herrero. Con él coincidió Luis Pérez Mar-tínez, gerente de área de Alpha One Security Solutions, compañía establecida desde 2006 en la Isla dedicada a la instalación de sistemas de alarmas y cámaras de seguridad en residencias privadas y comerciales; y que ha visto un aumento significativo en sus ventas durante los pasados meses. “Siempre ha habido un movimiento [en las ventas], sin embargo luego que

ocurre algún delito no sólo la persona que fue afectada adquiere el servicio, sino familiares y amigos cercanos también lo solicitan”, indicó el gerente de la compañía de seguridad electrónica cuyas ventas se sitúan en 50 instalaciones por semana. La seguridad se ha convertido en un elemento adicional a evaluar cuando se adquiere una residencia. No obstante, instalar un sistema de alarmas y cámaras de seguridad conlleva una inver-sión que inicia en los $99 y podría alcanzar hasta los $2 mil por activación y un pago de $44.99 cada mes. En este caso, se calcula una inversión anual de $539.88 por cada residencia que instale un sistema de alarmas básico. “Esto sin contar que la instalación de cámaras de seguridad conlleva una inversión adicional”, aclaró Pérez Martínez. Por lo que, se est ima que entre los gastos de instalación de rejas y un sistema de alarmas, el puertorriqueño podría invertir inicialmente más de 4 mil dólares en la búsqueda de proteger sus residencias, sus pertenencias y de paso sus vidas. Aparte de las inversiones de seguros para autos, residencias y seguros de vida a los que comúnmente recuren las personas y que se acercan a los $200 anuales.

VIOLACIÓN: GASTO DE POR VIDA Al igual que los robos, las violaciones sexuales conllevan graves e irreparables repercusiones. Aunque, tratar de contabilizar todas las secuelas que trae consigo este tipo de sucesos es un acto imposible, un análisis de los costos de consultas psicológicas, médicas y psiquiátricas da a entender que una víctima de violación, además de sufrir daños emocionales, sufre daños financieros irreparables.Por ejemplo, según el psicólogo clínico Santiago Rivera Santos, luego de una violación sexual “los costos de tra-tamientos psicológicos alcanzan los $20 por cada consulta semanal si se deduce de algún plan médico. Mientras que, si el paciente paga de manera independiente “estamos hablando de $80 por consulta”. En este caso, se estima en

una inversión de $80 mensuales para pacientes con plan médico y $320 para aquellos que pagan sus consultas de manera independiente. Estas cifras aumentan si se toma en consideración que en la mayor parte de los casos estos tratamientos se extienden durante dos años o más. En este sentido, “la situación se vuelve tortuosa, ya que la vida se complica mucho y las repercusiones se pueden extender por años y años”, comentó el psicólogo. Se estima que anualmente una víctima de violación sexual forzada podría invertir $960 como deducible de plan médico o $3,840 de manera individual como parte de un tratamiento psicológico. Al mismo tiempo, el doctor Rivera Santos destacó que estos gastos pueden acrecentarse considerablemente. “El costo indirecto y directo es elevado si se suman las consultas a los médicos, las hospitalizaciones -que suelen ser en cualquier momento y por periodos en ocasiones de un semana- los medicamentos si se contagia con una enfermedad de transmisión sexual, más los costos laborales que conlleva sacar tiempo para lidiar con estos traumas”, sumó el psicólogo. En todo caso en Puerto Rico existe la opción de recurrir a programas que ofrecen servicio de ayuda a personas que hayan sido víctimas de algún crimen como es el caso de la Oficina de Compensación a Víctimas de Delito del Departamento de Justicia de Puerto Rico. Sin embargo, este programa creado a partir de 1998 por el Gobierno de Puerto Rico sólo “provee rembolsos o pagos directos a los proveedores de servicios que son necesarios como resultado de delitos, que no estén cubiertos por otros recursos como el seguro privado, el programa de asistencia médica u otros programas de beneficios”, según información suministrada por personal del Departamento de Justicia.

mayo - junio 2011

Los controles de acceso en las urbanizaciones son otra costosa medida que han tenido que adoptar miles de puertorriqueños.

La seguridad se ha convertido en un elemento adicional a evaluar cuando se adquiere una residencia.

Aún así, entre las categorías que esta oficina establece, se excluyen las violaciones sexuales a la fuerza, los robos a mano armada y las agresiones agravadas. Por lo que, aquellas personas que sufren una violación sexual tienen la opción de acudir -al menos para servicios primarios- al Centro de Ayuda a Víctimas de Violación, adscrito al Departamento de Salud de Puerto Rico. Este centro -según explica un portavoz- brinda servicios de “atención a la salud emocional y física: en momentos de crisis, durante el proceso de recuperación, en el manejo de enfermedades de transmisión sexual y embarazo o durante los procesos de tribunal”. Además, el centro provee terapia individual y grupal para la víctima y sus familiares, dirigido a manejar la experiencia de agresión sexual. No obstante, ninguno de estos programas brinda remuneración alguna a aquellos interesados en continuar tratamiento psicológico más profundo o por más tiempo.

Page 14: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

mayo - junio 2011

P/! H(!+(- A*$,$De Diálogo

Hace frío afuera y hace frío adentro. La lluvia que cae en este mediodía guayamés, en uno de esos días de mitad de mayo en los que cayó granizo alrededor del 100 x 35, es la introducción perfecta a lo que está por venir. Las declaraciones que vienen en breve son frías, dichas fríamente por una persona a la que no le daba frío a la hora de apretar el gatillo y dejar fría una vida. “A los 14 años, yo era el que controlaba el punto, con un AK-47 en la mano y dos pistolas en la cintura. Yo controlaba Guaynabo y controlaba la zona de Gurabo porque yo mismo me imponía. Era como yo dijera. Trazaba una línea en el suelo y nadie jodía conmigo. Y al que no le gustaba tenía que guerrear conmigo”, dice Aníbal Santana Merced, con su cerquillo acicalado, su mirada fija y una funda llena de libros de su autoría, encima de la mesa. El aire acondicionado de la biblio-teca de la Institución Correccional 296 de Guayama, donde se lleva a cabo esta entrevista, no ayuda. Afuera del cuarto, pintado en la pared del pasillo camino a la biblioteca, lee: ‘Camino al cumpli-miento’, lo que de por sí ya había bajado la temperatura a la de un frigorífico. Aníbal habla y el ambiente está para titiritar. Aunque ya no dispara plomo, sus declaraciones emulan proyectiles; son balas de hielo. Su bolígrafo y su voz, aclara, son ahora sus armas favoritas. Recién publicó un libro, Ref lexiones tras las rejas, y tiene varios proyectos literarios más entre manos: prepara un poemario; una novela de ficción, Lander, cegado por la ambición, “que no es biográfica, pero contiene muchos personajes inspirados en personas que vi en el bajo mundo”; y un libro para niños, el cual ha titulado La cabra azul. Demás está decir que, en vivo, el testimonio de este escritor es crudo, real, como ha sido su vida. A los 11 años entró por primera vez a una institución carcelaria, tras ser atrapado por robo apenas meses después de abandonar su casa, pues no podía bregar con los abusos de su padre alcohólico. Desde entonces estuvo entrando, escapándose y regresando a la cárcel, pasando las últimas etapas de su niñez y las primeras de su adolescencia muy lejos del PlayStation 3 y del Nintendo Wii que en

estos días acapara la vida de muchos jovencitos. “Mi padre llegaba a casa bien borracho y maltrataba mucho a mi mamá y a nosotros. Somos 11 hermanos y uno de mis hermanos mayores se convirtió en mi ídolo, porque le hacía frente a mi papá. Yo traté también y cuando no pude más me escapé de la casa y la calle se convirtió en mi hogar”, indica el joven que ahora tiene 30 años de edad y que se crió en el Barrio Tierra Santa de Guaynabo. “Ahí empezó mi vida en la calle. A los 11 años de edad yo asaltaba,

robaba y me arrestaron, por escalamiento y robo. Me dieron una probatoria y como era viviendo con mi padre, yo me escapé. A los 11 años ya era prófugo. Volvieron y me arrestaron y a los 12 me volví a escapar, porque es que en las instituciones juveniles del País no hay mucha seguridad que digamos, más si la rehabilitación la mezclan con programas de desvíos y con probatorias. Me atraparon de nuevo, y a los 13 me escapé otra vez. Y me atraparon de nuevo y a los 14 me volví a escapar”, dice.

14 diálogo

Saliendo de dentro del frío “Ahora en mi celda triste y vacía, oscura y sin tiempo, mis pensamientos vagan y

afirmo que de nada sirvió desperdiciar mi juventud…”, fragmento de ‘Mi libertad’, del libro Reflexiones tras las rejas, 2011, Aníbal Santana Merced

“Don’t you know: When one door is closed - when one door is closed, many more is open? We’re coming in from de cold!”, ‘Coming in from the cold’, del disco Uprising,

1980, Bob Marley

Fotos por Ricardo Alcaraz

Aníbal Santana quiere estudiar en la universidad y ser un profesional. Aspira convertirse en un gran escritor, un buen padre y un mejor ser humano.

Conozca otros testimonios en Diálogo Digital donde varios autores de crímenes relatan sus historias.

Page 15: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

mayo - junio 2011 diálogo 15

Y a esa edad, hizo ver al personaje de ‘Tony Montana’ que hizo Al Pacino en la película Scarface como un pellizco de ñoco. Según Aníbal, quien para ese tiempo era conocido como ‘Paíto’, un nombre que sembró terror en el bajo mundo y del cual ya no quiere saber más, “me metí en muchos problemas y tuve que aprender a defenderme”. “Las distintas organizaciones de esa área se unieron en mi contra y yo tuve que buscar aliados en el área de Gurabo, en Juncos, en Yabucoa, en Las Piedras. Y poco a poco fui creciendo. Cambiaba de carro todos los días. Tenía puntos y gente que tiraba en todos lados. Un día dormía en Corozal, otro día dormía en Cabo Rojo, otro día dormía en Juncos. Iba, dejaba las cosas ‘setiás’ con mi gente de confianza, y me iba y no volvía en meses. Y tenía armas, muchas armas. Me traían 13, 14 armas para escoger y comprar y si quería me las llevaba todas. Automáticas. Extranjeras. De la misma Policía”, explica, como si en su mente estuviese escribiendo una escena de su próximo libro. “Campeaba por mi respeto. Eso fue a los 15, 16, 17 años de edad. Nunca estuve en la jodedera, solamente fui una vez a una discoteca y pensaba que me iban a matar. Siempre estaba en baja, controlando el punto, y si alguien quería guerrear conmigo lo llamaba para cazarnos. Tengo dos tiros en el cuerpo, y ambos fueron amigos cercanos míos que me traicionaron. Fueron años fuertes, pero nadie podía conmigo, y si me retaban, me los llevaba por encima. Yo quise ser boxeador, pero aquí en la cárcel fue que terminé. Si yo hubiese sabido, hubiese hecho las cosas diferentes”, manifiesta, recalcando que aún así, “yo no era un abusador. La gente en los barrios y en los caseríos, la gente que no estaba metida en la ‘bregaera’, me mostraba respeto y hasta me querían, porque yo me daba a respetar y, dentro del negocio, del trabajo, era muy honorable”. Esos “códigos de honor”, dice Aníbal, ya no existen. “Ahora”, explica el joven lo que se ve a diario por las noticias, “van y te tirotean en el shopping mall, te tirotean en la autopista, cuando estás con tus hijos. Cuando yo estaba en el negocio, si alguien me quería eliminar, nos llamábamos y nos preguntábamos: ‘¿vamo’ a cazarnos esta noche?’ Y nos encontrábamos pa’ soplarnos par de tiros. Pero la casa de uno era sagrada. Nunca por mi mente pasó ir a la casa de un rival a tirotearlo, ni mucho menos hacerle daño a un familiar suyo, a un hijo suyo, a su esposa. Ahora no hay escrúpulos. Ya no hay honor. Los chamaquitos de ahora no saben lo que hacen”. En 1999, a los 17 años de edad, Aníbal fue arrestado. Primero fue a la facilidad correccional #308 y luego a la #292, ambas en Bayamón, y después fue trasladado a la Ponce #500, antes de terminar en Guayama. Aníbal indicó que entre las siete sentencias que tiene, “hay una de 30 años por asesinato en segundo grado, y cuatro por robo domiciliario, entre ellas, dos de 40 años, una de 38 y otra de 48”. Cuando entró a prisión vio que la cosa era un poco distinta a como la percibía en la calle. “Por ejemplo, cuando yo entro, yo voy con lo que he aprendido. Afuera, las leyendas de los barrios te dicen que la organización con la que uno tiene que estar son los de la Asociación Ñeta, porque la otra asociación grande, la de los ‘27’, son los chotas, o los ‘insectos’. Cuando yo fui a Bayamón, jodía y peleaba tanto y los policías me odiaban porque me habían achacado unas muertes a unos oficiales que yo no las había ocasionado. Al yo entrar, digo que soy Ñeta y los mismos guardias penales me ubican con los ‘27’, pensando que allí me iban a comer vivo, como para vengarse. Cuando llego al grupo de los ‘27’, que me decían que eran ‘insectos’, que eran chotas, los conozco y me doy cuenta que no es como dicen afuera. Conocí a uno de sus líderes y entablé buena relación con muchos de

ellos. El grupo de los ‘27’, al igual que otros grupos, como el de los ‘25’, es un grupo igual que el de los Ñeta, es una hermandad, una familia bien unida. En el pasado, ambas asociaciones tuvieron sus problemas, pero eso se acabó, hicieron una reunión, limaron asperezas y ahora todos conviven juntos”, alecciona. Al encontrarse más calmado y en un ambiente sosegado, la cárcel, de súbito, se convertía en una nueva escuela para Aníbal, quien apenas llegó hasta séptimo grado en el sistema de educación nacional. Retomó la escritura, que era algo que siempre le ha gustado hacer, incluso, antes de envolverse en la lectura, una nueva pasión que le ha ayudado a botar todo el odio que lleva por dentro. “Con la lectura viajo a América del Sur con Paulo Coelho, o a Cuba con Reinaldo Arenas. Me da fuerza”. Sin embargo, afuera, con su ingreso carcelario Aníbal dejaba lo que resultó ser el verdadero ente catalítico de su vida. Al entrar a presidio, Aníbal dejó embarazada a su novia, a quien describe como “la muchacha de la cual siempre estuve enamorado, desde pequeño” y el 3 de diciembre del ’99, vio por primera vez a su hija. Entonces, comenzó la catarsis. “Me acuerdo cuando me trajeron la nena por primera vez, recién nacida. Tenía puesta una ropita vino y crema y esa es la imagen más linda que mi mente ha visto. Me dije: ‘Tengo que inventarme algo, porque yo no quiero que mi hija crezca con un padre maleante, con un padre que piense que es malo. Si estoy en la cárcel, quiero que ella sepa que estoy haciendo el máximo por rehabilitarme, para algún día salir y estar con ella y darle todo lo que a mí no me dieron’. Y comencé a cambiar”. De repente, ya no hace tanto frío en la sala de lectura de la cárcel de Guayama. La sonrisa de orgullo de la bibliotecaria María Rodríguez rebota en la cara de Aníbal. Se siente la tibieza del desahogo, el calor de la purificación, el fuego de la esperanza. Entre la narración de cómo logró su diploma de cuarto año y cómo ha sido su relación con su hija (“La vi por segunda vez al año y tres meses y reiv i nd iqué mi promesa. Ahora la mando a buscar a cuanta actividad hay, sea un Open House, cualquier cosa de Navidad, o cuando me fue a ver leyendo recientemente”, co-menta), Aníbal saca t iempo para enu-merar sus escritores

favoritos. Ahí van Coelho y Arenas, Esmeralda Santiago, Isabel Allende, José Luis González, Francisco Font Acevedo y su Belleza Bruta. Hay uno por el que pregunta, pues sabe que el entrevistador lo conoce. “¿Y cómo está ‘Gallego’? Para mí es uno de los mejores de Puerto Rico, es el poeta de la calle, del barrio”, comenta en alusión al poeta José Raúl González, autor de los poemarios Barrunto y Residente del lupus, y prosigue con su historia ante la respuesta de incertidumbre del periodista, quien cambia el tema preguntándole qué cree de cantantes de música urbana como Ñengo Flow y Cosculluela, por mencionar dos de tantos de los que exaltan el bajo mundo del que Aníbal salió en sus canciones. “Pues, no la oigo mucho, no podría opinar mucho, pero sí, me gusta la ‘tiraera’ esa de la calle que hay en el rap y en el ‘reguetón’. Te lo voy a poner así: los periodistas sobreviven de decir lo que pasa, de las noticias, y esta gente sobrevive diciendo lo que ven en la calle, y ese mundo llama la atención”. Tremenda respuesta. Hay silencio. El frío ya no existe. En la mesa están los libros suyos que a diario lo ayudan a seguir expiando sus pecados. También hay artesanías japonesas tipo origami, otro de los muchos pasatiempos que se nos olvidó mencionar que ha tomado Aníbal. A leguas se nota que ‘Paíto’, el gatillero, el pillo, el vendedor de droga, el lavador de dinero, el dueño de punto, ya no existe. Ahora vemos a un escritor, a un artesano, a un boxeador que recientemente cumplió su sueño de volver recientemente al ring durante una cartelera del Departamento de Corrección, a un joven que en el 2013 tiene pendiente una vista de libertad bajo palabra y que asegura que “todos los días pienso en la gente a la que hice daño, en los familiares de mis víctimas, pienso mucho en eso. Me siento arrepentido de todo lo que hice en la ignorancia de mi adolescencia y no sé si podrán perdonarme, pero yo sí estoy muy arrepentido de todo”. Hace unas semanas, Aníbal fue a presentar su libro en una institución carcelaria del País y allí se encontró con un joven que lo conocía de la calle, que lo idolatraba cuando pequeño y que también terminó en la cárcel. El joven fue y lo abrazó y le dijo cuánto lo admiraba. “¿Y ahora que estás rehabilitándote, quieres ser su ídolo?”, le preguntamos a Aníbal. “Yo…”, suspiró, “sólo quiero trabajar para salir de aquí, si no es en 2013, en la próxima vista que tenga. Quiero salir para estudiar en la universidad y ser un profesional. Antes, pensaba que no llegaba a los 20 años de edad, y ahora tengo 30… Yo”, suspira de nuevo, “sólo quiero ser un buen escritor, un buen ser humano, pero sobre todo, un buen padre”. Bienvenido al calor de la verdad, Aníbal. Ya saliste de dentro del frío.

Artesanía japonesa tipo origami, creada por Aníbal.

ACCEDA EL VÍDEO DE LA ENTREVISTA CON ANÍBAL SANTANA EN

DIÁLOGODIGITAL.COM

“Todos los días pienso en la gente a la que hice daño... no sé si podrán perdonarme, pero yo sí estoy muy arrepentido de todo”, manifestó el joven presidario.

Page 16: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

mayo - junio 201116 diálogo

Las raíces de la ‘Mujer Árbol’P/! H(!+(- A*$,$De Diálogo

La Mujer Árbol ha echado raíces, aunque le costó década y media. Es la misma Mujer Árbol que hace poco más de dos años vio su vida pasar frente a sí después de inyectarse una cantidad exorbitante de droga en el baño de un Burger King, la misma que durante semanas estuvo durmiendo en el hospitalillo de usuarios de heroína en la barriada La Perla, la misma que mantiene buenas relaciones con sus tres hijos, a pesar de que es su relación con la manteca y el perico la que más sólida ha sido durante los pasados 15 años. En su mente habitan inhóspitos recuerdos que salen a relucir tan pronto le preguntamos. “El proceso no ha sido fácil, pero ya llevo limpia un año y nueve meses”, comenta Leonor Jáume, quien se presenta en el mundo de la fotografía artística como la Mujer Árbol. “Crack, heroína, perico, yo hice de todo. Fue un proceso largo y duro, pero pude salir”, agrega. Es una noche clara, con uno que otro chubasco interfiriendo en la cita que Diálogo estableció con Leonor para que nos contara sobre sus andanzas en el mundo de la droga. La pizzería Il Carreto en Río Piedras ambienta la atmósfera con música reggae de grupos latinos como Los Cafres, Gondwana y Cultura Profética, lo que le añade un aire de sosiego a cada palabra que dice la entrevistada. “Pues yo antes lo que hacía era beber y fumar marihuana, quizás hongos o ácido uno que otro día, lo que entendía era lo normal para una joven de mi edad. Fue en el ‘96 que conozco a este chico y fue ahí cuando empiezo a darle heavy al perico y a ‘hueler’ droga por vez primera, allá en Mayagüez, donde nací y me crié. En el ‘98 es que probé la heroína por ‘cable’, por vena. Rápido después de eso me ‘juquié’ y el resto es historia”, comenta tranquilamente. “Yo para ese tiempo ya tenía dos hijas, de dos relaciones diferentes. Estudié en varios sitios, porque desarrollé temprano mis talentos artísticos. Estudié en el Art Institute de Chicago, en el Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico y en la Universidad Interamericana de San Germán. Fue en San Germán donde conocí a este muchacho. La relación continuó durante tres

años con sus altas y sus bajas hasta que en 1999 mis padres me exilian a Orlando, como digo yo, porque estaba muy al garete”, dijo. En ese año, le falló grandemente a su familia. Su padre, un promi-nente doctor del área oeste, fue confrontado por las autoridades con páginas de su recetario que andaban corriendo por todo Puerto Rico. Resulta que Leonor le había robado su recetario y andaba vendiendo recetas a lo loco por ahí, en su mayoría de pastillas como Xanax y Percoced. Sus padres pensaban que quien estaba realizando las fechorías era su novio y la enviaron a Orlando. Leonor explicó que durante este período, “como supuestamente yo seguía estudiando”, sus padres le enviaban dinero para todos sus gastos. Pero ella seguía delinquiendo junto a su pareja, moviendo droga en la Florida central y usando de todo. En el año 2000 cae en cinta, producto de la unión consensual con el muchacho. A todas estas, sus otras dos hijas, que ahora tienen 21 y 17 años de edad, respectivamente, permanecían con sus respectivos padres en Mayagüez. Leonor siguió en Orlando. “Pero en 2002, la situación se pone bien mala, porque él se puso abusivo. Y ahí es que decido dejarlo y regresar a Puerto Rico”, expresa. Al regresar a Mayagüez su mentalidad cambia un poco y comienza un proceso de limpieza. Pasó cuatro meses limpia tras ingresar en un hogar de rehabilitación a su llegada en el 2002. Se reajusta de nuevo a la sociedad y vuelve a trabajar de lleno con la fotografía. Incluso, gracias a la ayuda de una amiga de antaño, realiza dos exposiciones en Mayagüez. “La primera era una retro-spectiva de mi trabajo, desde 1992 hasta 2005; la segunda se titulaba ‘Imágenes de nuestro pueblo’ y fue dedicada al patriota Filiberto Ojeda Ríos, pues cuando el FBI lo asesinó yo estuve retratando todos los sucesos posteriores, envuelta en ese proyecto, sin dormir incluso y sin estar pendiente a meterme nada. La fotografía había sustituido la droga”. Entonces tuvo una recaída. “En 2006, yo estaba bien, vivía con mi hijo, estaba en la fotografía de nuevo y mi trabajo empezaba a ser reconocido de nuevo. En enero de ese año conozco a este muchacho que deambulaba por las calles del pueblo en Mayagüez y me ‘guillo’ de la más filántropa, y me dedico a tratar de que él se limpiara. De momento, empezamos a fumar filis de marihuana, pues pensaba que eso no era problema, pero un día empezamos a rociarlos con perico y con crack, recuerda. De ahí en adelante la vida de Leonor siguió en picada. Entraba y salía del vicio hasta que un día decidió huir al área metropolitana. Leonor relató que llegó a San Juan en la Línea Sultana el 9 de

diciembre de 2009. Al otro día se fue corriendo a la barriada La Perla en San Juan, conocida por muchos como la capital de la heroína del Caribe. “Me metí al shooting de La Perla y ahí me volví como de la familia. Yo quería quitarme, pero no podía. Había ido a distintas oficinas del Gobierno, pero siempre me daban una excusa para no atenderme. Así seguí y un día en un baño de un Burger King, pasé tremendo susto, pensaba que me iba a morir porque me había inyectado un montón de perico. Después de eso, estaba en La Perla y cuando fui a subir la cuesta para encontrarme con la gente de Iniciativa Comunitaria, que siempre van a ayudar a los adictos y a recoger los ganchos que usan para puyarse, les dije que me quería quitar, que estaba desesperada, y ellos me dieron un papel con la información que necesitaba”, manifiesta. “Yo sabía que tenía que meterme a un programa extendido, porque ya había tratado dos veces y había logrado estar varios meses limpia, sin tener mucho éxito. El 13 de enero de 2010 ingresé al Hogar Compromiso de Vida de Iniciativa Comunitaria y después que completé mi proceso ahí, dije que quería seguir, porque sabía que no era suficiente. Entonces ingresé a El Pueblito de Jesús en Santurce, donde viví hasta hace poco. Así, poco a poco, he recuperado mi vida, mi pasión por la fotografía y mi familia”, dispara. Hace unos meses, Leonor presentó una nueva exposición fotográfica, precisamente sobre su tema de Mujer Árbol, en el restaurante Lemel, en Arecibo, en una actividad llamada Guateque de Arte y Sabor. Vendió todas sus piezas. Ahora se dedica de lleno a la fotografía y, con un subsidio gubernamental y un poco de ayuda económica de sus padres, se mudó a un apartamento en Condado. Claro, el fantasma de las drogas la sigue rondando. Según dijo, es una batalla diaria la que sostiene con el ‘vengamás’, término que se utiliza para las ganas de volver a usar. “El ‘venga’ a veces da fuerte, pero yo soy más fuerte que eso. A veces lo que me sucede es que sueño que voy a usar, pero siempre pasa algo que no puedo… Se me cae la pipa, si es que voy a fumar crack. O aparece la jeringuilla, pero no aparece el gancho. O voy a meterme algo y hay alguien que está ahí que no quiero que me vea usando y no lo hago… pero siempre me despierto”, confiesa. Obvio que anda despierta. La pesadilla de la Mujer Árbol ya terminó y ahora sólo vive sus sueños.

Esta otra imagen alude a una silueta femenina.

Ver la versión completa de esta historia en Diálogo Digital

Autoretrato de Leonor Jáume.

Ombligo, es el título de esta fotografía de Leonor, que remite a un torso humano.

Fotos por Leonor Jáume

Page 17: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

diálogo 17 mayo - junio 2011

P/! H(!+(- A*$,$De Diálogo

En el mismo tabloncillo en el que trabajó durante toda una vida, varios de sus alumnos lo recordaban. “De lo que te puedo decir era que don Félix era como un padre, cada vez que lo veíamos teníamos que detenernos a dialogar con él… se nos fue, se nos fue el maestro”, dijo a Diálogo el ex alumno y baloncelista Fernando Canales, mientras recordaba con sus ex compañeros de equipo el campeonato de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) que los Gallitos de la Universidad de Puerto Rico-Recinto de Río Piedras (UPR-RP) ganaron en 1990, ante casa llena en el Recinto Universitario de Mayagüez. “En aquellos tiempos, nuestro equipo logró grandes hazañas como ese campeonato y el subcampeonato de 1992, cuando perdimos aquí con la (Pontificia Universidad) Católica, que vino con Toñito Colón y Charlie Lanauze, que ya eran estrellas. Nosotros no teníamos estrellas y ese año llegamos al máximo de tres juegos con ellos y a Mayagüez, que tenía a Rubén Colón y a Luis Allende. Es que Don Félix nos inculcaba esa cuestión de jugar en equipo, de repartir el juego, algo que ya no se ve mucho en el baloncesto”, puntualizó Canales.

El legado que dejó Don Félix Joglar fue amplio y en la tarde del miércoles muchos de los que su sabiduría deportiva tocó lo recordaban. Fueron muchos los que pasaron frente a su féretro, que estuvo expuesto en la cancha de baloncesto del complejo deportivo del Recinto de Río Piedras luego de pasar por la icónica Torre Universitaria. Posterior-mente fue llevado a la Casa Olímpica, donde se le rindió tributo.

Varios profesores también recordaron las destrezas que adquirieron bajo la tutela Joglar. “De todo lo que aprendí de él, que ahora uso como dirigente, está esa malicia como dirigente que él tenía y lo meticuloso que era con sus sistemas de defensa, tanto en el voleibol como en el baloncesto”, resaltó el profesor y actual director atlético de la UPR-RP, David Alemán. Mientras, Fernando Aybar, quien actualmente imparte varios cursos en el Complejo Deportivo de la UPR-RP recordó un día “cuando yo estaba dando una clase y don Félix entró. Yo era nuevo. Y me felicitó porque veía a los estudiantes aprendiendo y divirtiéndose. Ese ha sido uno de los honores más grandes de mi vida”. “El maestro de maestros, ese era Don Félix”, dijo el profesor de educación física del recinto riopedrense, Ricardo Núñez. “Sí, sí. Don Félix era el maestro de maestros. Yo entré en el 1969 y estuve hasta el ‘75 y Don Félix a mí me dio clases en los cursos de destrezas. Fue dirigente mío de voleibol y baloncesto. Hace seis semanas lo vi y estaba dando candela, dando chiste entre historia e historia que recordábamos. Fue mucha su aportación hacia toda la comunidad deportiva y universitaria”, comentó el ex Secretario del Departamento de Recreación y Deportes (DRD), Georgie Rosario. Es que la trayectoria de Joglar es legendaria. Fue exaltado al Pabellón de la Fama en el 1985. Dirigió múltiples equipos de la Universidad de Puerto Rico aún después de cumplir los 80 años. Ha sido el único piloto en ganar el premio de Dirigente del Año en una temporada en dos deportes distintos: en 1965 en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) con los Santos de San Juan y con los Changos de Naranjito en la Liga Superior de Voleibol Masculino (LVSM). “A mí me entrenó, en el BSN con los Gigantes de Carolina y en la Selección Nacional durante una gira por Estados Unidos. De él aprendí a ser un guerrero”, dijo Julio Toro,

dirigente de los Vaqueros de Bayamón del BSN y ex mentor nacional, resumiendo el impacto de Joglar en el deporte nacional. En cuanto a las posibilidades de que la figura de Joglar se inmortalice de alguna forma concreta en el Recinto de Río Piedras, el director atlético Alemán dijo que, “yo estoy propulsando y ya me comuniqué con el Decanato de Educación para que, aunque el Complejo [deportivo del recinto riopedrense] se llame Cosme Beitía, la cancha central lleve el nombre de Don Félix”. “Debería ser reconocido física-mente y que se le haga un busto en las instalaciones”, expuso Alemán.

ENCUENTRA TRABAJO HOY

Don Félix Joglar Rosa, quien dedicó toda su vida al deporte profesional y universitario, falleció a finales de mayo a la edad de 95 años.

El féretro de Joglar fue llevado a la cancha de los gallitos de la UPR, donde

‘el maestro’ dirigió tantos juegos.

“Se nos fue el

maestro”

in m em or iamFotos por Ricardo Alcaraz

Page 18: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

diálogo / mayo - junio 2011

P/! H$!!* R/3!145()Taller de Estudiantes

Las apropiaciones ilegales constituyen el delito al que más se enfrentan los universitarios, de acuerdo con la tendencia mostrada en dos importantes centros de educación superior del área metropolitana. Según estadísticas publicadas en el portal cibernético del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico bajo el “Informe de incidencias criminales” de la División de Seguridad y Manejo de Riesgos, los delitos que más suceden en ese campus son las apropiaciones ilegales. Por ejemplo, en el año 2007 se reportaron 210, en el 2008 disminuyeron a 137 y en el 2009 ascendieron a 168. También el hurto de vehículos se considera una de las faltas más comunes. En el 2007 se registraron 30; al año siguiente, 16 y en el 2009 subieron a 28. El tercer delito es el robo: el 2007 terminó con 13, el 2008 con 4 y el 2009 con 15. El informe revela que los lugares de mayor incidencia de estas actividades criminales son los estacionamientos de Ciencias Sociales, Torre del Norte, la Escuela de Derecho y la Pista Atlética así como en los edificios de Ciencias Naturales y Estudios Gener-ales. Por otro lado, las faltas que menos se presencian son las viola-ciones, asesinatos y secuestros. En las estadísticas mencionadas anteriormente, estas faltas se visualizan en 0 desde el 2007 al 2009. Una tendencia similar se observa en la Universidad del Sagrado Corazón (USC) en Santurce. El capitán José A. Lozado Otero, director de seguridad de esa institución, mencionó que dentro del campus las situaciones violentas son mínimas. “Sucesos violentos dentro de la universidad existen muy pocos. En los diez años que llevo trabajando aquí el más violento que ha pasado fue el mes pasado, cuando un individuo estaba tratando de vender un celular y se citaron frente a la universidad. Cuando el vendedor se percata que la otra persona quería robarle el teléfono corrió para la universidad y el pillo le entró a tiros. Las personas

APROPIACIONES ILEGALES: el delito más común en los centros universitarios

no eran estudiantes de la Institución”, comentó Lozado mientras supervisaba desde su oficina a su personal. También recordó un suceso del año 2009, en el que un hombre saltó la verja del campus y se robó un auto que tenía las llaves en su interior. “A veces con el estrés de los estudios o problemas personales, ayudamos a los ladrones en cierto sentido”, relató el capitán. Lozado enfatizó que “si visualizamos el área donde está localizado el campus, estamos en un lugar de alta incidencia criminal y toda la periferia que nos rodea. Sin embargo, este año no se han robado un carro dentro de la Universidad y por esto tenemos un guardia en todos los estacionamientos”. Por otro lado, reveló que al igual que la UPR, los delitos más comunes en la Universidad son las apropiaciones ilegales. “Cuando los muchachos dejan las cosas en los salones o en los alrededores de la Universidad, especialmente los celulares y laptops que son materiales rápidos y fáciles de robar”, indicó. Explicó que para poder intervenir con un sospechoso de apropiación ilegal, la víctima debe haber visto a la persona cometer el acto, de manera que el personal de seguridad del campus pueda pro-ceder a una revisión de sus pertenencias. “Estos casos son difíciles de resolver porque todos los estudiantes tienen sus mochilas y casi todos poseen computadoras y celulares. Pero, si la persona identifica a otra y dice que lo vio que se llevó sus materiales, en este caso se procede porque existen motivos fundados”, sentenció el líder policial del campus.

Según el Director de seguridad de la USC, el protocolo que se realiza cuando existen sucesos violentos como robos en la Univer-sidad es entrevistar a la víctima y cuestionarle si tomará acción contra él o los victimarios. “Si es de carácter policial, tenemos comunicación con la policía de Barrio Obrero [San-turce] y solicitamos sus servicios para que continúen la investigación si son casos criminales”. Tanto la USC como la UPR cumplen con los requisitos de la Ley Federal de 1998 “Jeanne Clery Disclosure of Campus Security Policy and Campus Crime Statistics Act. Este estatuto requiere que los colegios y universidades en Estados Unidos

revelen información sobre la delincuencia dentro y fuera del campus. Dicha reglamentación pretende además, promover un ambiente de estudios y trabajo seguro para todos los miembros de la comunidad universitaria y sus visitantes. Sobre la actividad criminal que arropa la Isla, Lozado subrayó que “la incidencia criminal en Puerto Rico se está luchando por todos lados y es un problema social. No es un problema policial porque cada vez se mete más gente en la cárcel y se impactan puntos de droga y se desarticulan”. Una de las soluciones que Lozado sugiere es “establecer un sistema de valores en Puerto Rico, aquí se han perdido los valores y matan por ver saltar a cualquiera y te asaltan donde quiera”. Diálogo quiso conversar con la rectora Ana Guadalupe del Recinto de Río Piedras y con el director interino de la Oficina de Seguridad de esa institución, Orestes Villegas sobre el tema de la criminalidad en las comunidades universitarias, pero hasta el momento del cierre nuestra solicitud de entrevista no había sido contestada.

El edificio de Ciencias Naturales es uno de los lugares donde ocurren más actividades delicitivas en el Recinto de Río Piedras.

La pista atlética de la UPR también figura

entre los sitios de ese campus donde más

delitos ocurren.

Fotos por Ricardo Alcaraz

Page 19: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

CAMPAMENTOS, CUMPLEAÑOS& EXHIBIDORES

724-0385 / 525-9687 / 948-2175939-969-2148 / 268-6270

CAMPAMENTOS, CUMPLEAÑOS& EXHIBIDORES

724-0385 / 525-9687 / 948-2175939-969-2148 / 268-6270

ESTE ANO

LA DIVERSION

ES DOBLE! ESTE ANO

LA DIVERSION

ES DOBLE!

EL PARQUE INFLABLE MAS GRANDE DE PUERTO RICO

HORARIO9:00am-9:00pm

HORARIO9:00am-9:00pm

70,000 P/C REPLETOS DE INFLABLES70,000 P/C REPLETOS DE INFLABLES

TALLERES CREATIVOS

TALLERES CREATIVOS

BOLETO SOLO $18 INCLUYE MAS DE 100 ATRACCIONESBOLETO SOLO $18 INCLUYE MAS DE 100 ATRACCIONES

Centro de Convenciones de PRCentro de Convenciones de PR

MAXIMA SEGURIDAD / AIRE ACONDICIONADO / VARIEDAD DE COMIDA

NUEVAS SUPER ATRACCIONESNUEVAS SUPER ATRACCIONES

17-18 de junio17-18 de junio

Page 20: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

md

ialo

god

igit

al.c

om

20 diálogo

P/! H(!+(- A*$,$De DiálogoEn cancha los ‘Goodfellas’

C omo si fuera una escena de un episodio de LA Law o de una película noventosa de Michael

Douglas, Dan Mullin y Ed Domínguez salieron de las oficinas de Fiscalía Federal en Hato Rey como alma que lleva el diablo. A los periodistas, que llevaban me-dia hora apostados afuera esperando que culminara la breve reunión entre estos directivos del Major League Ba-seball (MLB), la jefa de Fiscalía Federal, Rosa Emilia Rodríguez, con miembros del Buró Federal de Investigaciones (FBI), y con altos funcionarios de la Agencia Federal Antidrogas (DEA), no le dijeron ni cheese para la foto. Bueno, sí dijeron algo. Dijeron que no iban a decir nada. “Solamente nos reunimos para intercambiar informaciones, impre-siones, eso es todo”, se limitó a decir a su salida Mullin, vicepresidente del Departamento de Investigaciones de la MLB y ex policía de la Ciudad de Nueva York, donde durante 23 años laboró como investigador del narcotráfico en Manhattan. Rodríguez, su asistente, ni pestañeó, aunque por la brevedad de la reunión -“Duró como 20 minutos”, dijo bajo anonimato una oficial de prensa federal- todo... apunta a que el “intercambio de información fue uno bastante preciso. Los intentos también por conseguir al subdirector del DEA, Pedro Janer, fueron infructuosos.Su oficial de prensa Waldo Rodríguez, nos informó que “el señor Janer indica que declina la invitación a ser entrevistado debido a que no podemos divulgar la información discutida y a discutirse con MLB”. Quizás es que por tratarse del pitcher de los Nationals de Washington, Liván Hernández, estos funcionarios estaban ‘pichando’. El nombre de Hernández había sido mencionado durante el juicio federal del convicto nar-cotraficante Ángel Ayala Reyes, mejor conocido como ‘Ángelo Millones’, o el ‘Buster’. El exiliado cubano, quien en 1996 abandonó a la selección de béisbol de su país y al año entrante ganó un campeonato con los Marlins de Florida, ha sido identificado como el testaferro de varias propiedades que incluían dos autos deportivos y un almacén. No obstante, el destacado serpentinero ha negado públicamente todo vínculo con el bajo mundo. “Todo el mundo que me conoce sabe que yo no soy de esa manera”, declaró recientemente a un medio noticioso en Miami. Hernández culpó a la prensa de querer dañarle

su reputación. “Hay veces que me molesta porque dicen cosas que no son realidades y ponen a la gente a pensar cosas malas, pero esas cosas a mí no me importan porqué yo sé la verdad de todo ello y sé que la prensa a veces pone las cosas de otra manera”, sostuvo.

Mangao’, fuera de base… tienes que tener cuidao’, mira bien cómo lo haces… Al menos dos testigos revelaron que Hernández era amigo del acusado. Antonio Montes Nieves, un amigo de crianza de Ayala Reyes en el residencial José Celso Barbosa de Bayamón, relató que, en el 2005, el impu-tado viajó a Orlando para luego trasladarse a Miami y comprar un vehículo Laborghini propiedad del lanzador cubano. Otro vehículo, un Porsche, también propiedad de Hernández, fue supuestamente adquirido por Elías Maldonado, propietario de la compañía Big Entertain-ment y quien cumplió cárcel con el testigo en Orlando. A preguntas de la fiscal federal Olga Castellón, Montes, quien dijo también haber comenzado a delinquir cuando conoció a ‘Angelo Millones’, afirmó conocer al pelotero de los nacionales de Washington y haber compartido con él varias veces. Ante esta trascendencia, Diálogo intentó conseguir reacciones de los Nationals. Nos repelieron. Sus reac-ciones rayaron en el desdén, igual que sucediese con otros medios nacionales, como NotiCel y El Nuevo Día.

Por ejemplo, a finales de abril, luego de tres semanas sin responder llamadas, el Director Senior de Relaciones con los Medios de los Nationals, John Dever, reaccionó de manera ruda al abordarle sobre la situación que enfrenta el lanzador cubano que pertenece a su club y quien ha tomado cierto aire de protagonismo en el juicio del ‘Buster’. “No tenemos comentarios”, dijo al ser confrontado sobre el tema por Diálogo, cuando finalmente conseguimos al funcionario de los Nationals de milagro en su oficina, decenas de llamadas y dos semanas después de que comen-záramos esfuerzos por recibir una reacción del club con respecto al asunto. “¿Eso es todo? ¿Ustedes saben lo que está pasando? ¿Están al tanto de la situación?”, preguntamos. “Te acabo de dar lo que voy a dar. Eso es todo. Adiós, adiós…”, agregó de seca forma Dever, antes de colgar el teléfono. Llamamos luego al despacho de Mullin en las

oficinas de la MLB y su secretaria, como ha sucedido en otras ocasiones, nos dijo que devolvería la llamada. Al cierre de esta historia aún no se había recibido ninguna llamada. El Departamento de Investigaciones de la MLB fue creado en 2008 para atender de inmediato la controvertible situación de los anabólicos, que se había puesto en la mirilla del Congreso de Estados Unidos. ¿Mafia en el deporte? Pues no sería la primera vez que se ve algo así a nivel mundial. Incluso, en Puerto Rico sobran los rumores sobre tendencias parecidas, en las que deportistas de alto rendimiento son vinculados con personalidades del bajo mundo. El caso de Liván Hernández y ‘Angelo Millones’, sin embargo, es un chiquillo de teta al lado de otras situaciones en el deporte mundial, donde verdaderos capos se han apoderado de los escenarios deportivos de sus países.

La Colombia de Escobar, un paraíso narco-deportivo En el libro Los jinetes de la cocaína, que en 1987 publicase el periodista colombiano Fabio Castillo, y que en 2001 fuese editado para el internet por la empresa Equipo Nikzor, se presenta un amplio marco sobre las intervenciones de narcotraficantes en la escena deportiva colombiana. “Por su doble atractivo de generar el respaldo implícito de los fanáticos y la facilidad para lavar los

El vínculo entre Liván y el ‘Buster’ alerta localmente sobre la relación que durante años existe entre el deporte y el hampa a nivel mundial, y que va desde promotores de carteles de droga hasta promotores de carteles de boxeo.

Liván Hernández supuestamente era el testaferro de ‘Angelo Millones’, poniendo a su nombre varias propiedades, entre ellas autos deportivos.

mayo - junio 2011

Page 21: Diálogo (UPR)

dia

logo

dig

ital

.co

m

En Colombia, la figura del narco-gigante Pablo Escobar siempre estuvo vinculada al fútbol nacional.

dia

logo

dig

ital

.co

m

A D R E N A L I N A diálogo 21

dólares, los narcotraficantes colombianos virtualmente se tomaron los deportes”, escribe Castillo al inicio del capítulo 6, que simple y llanamente, se titula “Los Deportes”. Acto seguido enumera distintos capos colombianos que se involucraron en el fútbol, el boxeo, el hipismo y el ciclismo, entre otros. El periodista colombiano destaca que los mafiosos y las autoridades deportivas colombianas trabajaban de la mano, algo que a nivel general parece estar poniéndose de moda localmente, según trasciende de las recientes situaciones con varios funcionarios convictos a nivel federal en Puerto Rico. Entre los mencionados por Castillo figura el ex capo Hernán Botero, quien fuese el principal accionista del equipo de fútbol Atlético Nacional, y cuyo hermano Roberto fuese condenado en Estados Unidos por el lavado de $70 millones. Hernán Botero, a quienes los federales en 1981 radicaron una orden de captura, fue extraditado por el gobierno colombiano en 1984, y según Castillo, “la División mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor, un organismo privado que controla ese deporte en el país, ordenó suspender los partidos de la fecha, en señal de duelo”. Entre otros clubes administrados por capos en la década del ’80, Castillo también menciona al Deportivo Pereira, de la provincia de Risaralda, controlado por Octavio Piedrahita, quien traficaba con cocaína desde Medellín. Mientras, el capitalino Club Deportivo Los Millonarios (¡vaya nombre!), fue controlado primero por el difunto Edmer Tamayo, a quien se le menciona en distintos reportes federales como el propietario de un cargamento de 2,000 kilos de cocaína capturado en sep-tiembre de 1982. Otro capo, Gonzalo Rodríguez Gacha, alias El Mejicano, se convirtió en el principal accionista de los Millonarios luego de la muerte de Tamayo y, según Los jinetes de la cocaína, “era narcotraficante”. Y así por el estilo. Enumerarlos todos en tan poco espacio sería imposible, pero hay datos que vale la pena resaltar, como la manera en que los capos colombianos de los ’80 lavaban dinero junto a otros mafiosos de Latinoamérica en deportes como el hipismo, donde aprovecharon para cuadrar negocios con jefes de los carteles de droga de Chile; o cómo, en el boxeo, enga-tusaron al ex campeón mundial Antonio ‘Kid Pambelé’ Cervantes para que, luego de su retiro, constituyera una sociedad con el narcotraficante Gilberto Rodríguez Orejuela, denominada Pambelé Producciones, donde se lavó dinero en cantidad antes de llegar a la quiebra, pues al ex monarca del mundo le gustaba más el perico que promocionaba el cabecilla del Cartel de Cali que las actividades que pudiese desplegar en favor del pugilismo colombiano. Entonces está el ‘caballo’, Pablo Escobar Gaviria. Escribe Castillo que: “Cuando Julio Nieto Bernal dirigió Coldeportes (Equivalente en Puerto Rico al Departamento de Recreación y Deportes, DRD), le remitió a Pablo Escobar un estudio sobre la creación de una corporación que se encargara de llevar los ciclistas colombianos al Tour de France. Su director en Antioquia, Ramiro Vélez Restrepo, le había escrito en abril de 1983 al mismo narcotraficante, para felicitarlo por el techado de canchas de fútbol y básquet en Medellín, y le ofrecía en venta, a precios cómodos, implementos deportivos”. Pregunta: ¿Acaso ha habido en Borinquen queja alguna del DRD o del Gobierno estatal sobre las múltiples mejoras que los ‘bichotes’ le hacen a las canchas de

los barrios, las barriadas y los residenciales públicos donde operan? El que sepa la respuesta, que nos llame a nuestras oficinas. Claro, cuando se habla de Escobar Gaviria se habla de uno de los más grandes, en cuanto a combinar nar-cotráfico y deportes se refiere. En uno de los episodios de la serie de documentales ‘30:30’ que durante los pasados dos años ha presentado la cadena televisiva ESPN, se muestra pietaje de cuando Escobar, asesinado hace varios años, recibe a la selección colombiana en su casa, una cárcel que construyó con el favor del gobierno colombiano, para someterse a arresto domiciliario. El documental muestra a Escobar jugando fútbol junto a glorias mundiales como ‘El Pibe’ Valderrama. Está hartamente documentado que Escobar y su gran fortuna fueron instrumentales en el desarrollo del fútbol colombiano, cuya explosión para la década del ’90 fue denominada por algunos expertos e historiadores futbolísticos como “la era del narco-fút”.

El Rey, el Don: Las peripecias de Donald King Es que, en esta cuestión de la mafia en el deporte, abundan los personajes. Empecemos viendo el nombre de nuestra próxima figura: Don King. ¿Don, como ‘Don Vito Corleone’, el personaje de Marlon Brando en ‘El Pa-drino’? No exactamente, es que se llama Donald. ¿King, del término ‘kingpin’, como se le refieren a los grandes ‘bichotes’ en Estados Unidos? Hummm… no, ese es su apellido. Pero cuando se le echa un ojo a Don King, uno se da cuenta que el término le cae como alguno de los anillos de oro que porta en sus manos, las cuales también se han comportado hábiles en el arte de matar seres humanos. En 1954, mientras ma-nejaba una empresa ilegal de apuestas deport ivas tras darse de baja de Kent University, King mató a un hombre que trató de entrar una de sus oficinas. Fue encontrado ‘no culpable’

tras sus abogados presentar que fue en defensa propia. En 1967, sin embargo, fue enviado a la cárcel con una cadena perpetua por matar a un empleado que le debía $600 y a quien no paró de golpear cuando la Policía llegó a la escena. La víctima murió cinco días más tarde en un hospital. El castigo de King, sin embargo, fue reducido a homicidio involuntario, lo que resultó en 15 años de prisión. Después de tres años y 11 meses en prisión, King fue liberado de la Institución Correccional de Marion, Ohio, con su sentencia modificada a libertad bajo palabra. De ahí en adelante, el perspicaz Don no dejó de moverse sagazmente en el mundo del boxeo rentado, manejando a los más

grandes boxeadores de todos colores y nacionalidades, como Muhammad Alí, Mike Tyson, Julio César Chávez, Azumah Nelson, Evander Holyfield, Marco Antonio Barrera, Bernard Hopkins, Terry Norris, Ricardo ‘Finito’ López, claro está, el caimiteño Félix ‘Tito’ Trinidad. De más está decir que a cada boxeador le tumbó su buen pedazo del pastel, llegando incluso hasta los tribunales con Alí y Tyson. Entonces están sus aparentes ‘jangueitos’ con el difunto mafioso de descendencia italiano John Gotti. En 1992, durante una investigación del Senado de los Estados Unidos, King se atuvo a la Quinta Enmienda constitucional cuando se le preguntó sobre su conexión con Gotti. En entrevistas con la prensa neoyorquina, empero, King calificó las acusaciones de ser vinculado con la Mafia Italiana de racistas. Aún así, King es el primero en abrazar el personaje de sobornable promotor de boxeo. ¡Es amigo hasta del mismo Lucifer! Cinco años después de hacerse el mudo ante el Senado estadounidense, en la película Devil’s Advocate, de 1997, King hizo de sí mismo, y se le puede ver saludando afectuosamente al personaje de ‘John Milton’, el Satanás que encarnase Al Pacino, cuando este último lleva al joven abogado Kevin Lomax a un mega cartel de boxeo para tentarlo con placeres mundanos. Claro, Don King no tiene liga, no es un deportista con credibilidad como Liván Hernández, y aún está por verse si finalmente se prueba algo en los tribunales contra este último. Eso sí, ya el ‘damage control’ de los medios cubanos en Miami sacó los pompones para echarle porras a su ídolo en este tan difícil momento. Citemos ahora a Rafa Bracero: “Continuaremos…”

Don King pasó de ser un delincuente habitual y se convirtió en uno de los hombres más poderosos del boxeo

mundial. Aquí King posa junto a Myke Tyson y Michael Jackson.

mayo - junio 2011

Page 22: Diálogo (UPR)
Page 23: Diálogo (UPR)

mayo-junio 2011

Page 24: Diálogo (UPR)

laberinto

24 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

| Marcos Pérez Ramírez - Director | Odalys Rivera - Editora Diálogo | Mariana García Benítez - Editora Desafío |

Verónica I. Prats - Artista Gráfico | Ricardo Alcaraz - Fotógrafo | Manuela García - Correctora | [email protected]

25 La heroína: rito de pasajeMariana García Benítez

Crónica

AbrapalabraPasión presenciaRey Andújar

27

28

AbrapalabraDetrás del horizonte Christian Ibarra

ZeitgeistHead over wheelsSonia Marcus Gaia

29Abrapalabra

El enigma resistenteMarta Aponte Alsina

30

31

Fuera de la sombra

Hasta la victoria mientesAbdiel Segarra Ríos

“¡Búscanos! Desafío

y Cultura Hoy en

dialogodigital .com

Diálogo le dedica esta edición al tema de la crimi-nalidad. La revista de cultura del periódico, Desafío, explora en el primero de sus escritos este tema cardinal. En Puerto Rico ciudadanos de toda índole se adentran todos los días en el mundo de las drogas. Hay cientos de razones. Una de ellas es que la economía del nar-cotráfico da trabajo. Mientras exista un problema de desempleo tan agudo no se podrá evitar que el bajo mundo emplee a miles de personas, muchos de ellos jóvenes. Pero también el imaginario que se ha creado en torno al negocio de las drogas está presente en la mente de miles. Más allá de la ganancia material que se obtiene al trabajar en el bajo mundo, incontables ciudadanos responden a las coordenadas culturales que ha implantado este multimillonario negocio. La vida y la muerte han tomado otro significado. En la portada de la revista se hace alusión a las dos heroínas del rito. Por un lado la droga heroína es, a mi parecer, una substancia que se utiliza para purgar la intensa lucidez de mucha gente joven que “se hace grande” a través del rito de pasaje que implica entrar y salir de la heroína. Sobre este tema escribo la crónica con la que comienza el desfile de textos de la revista. Es precisamente el Estado, ese ente complejo que perpetúa la pobreza del país en vez de resolverla, el que se cuestiona en la segunda crónica de la revista, Pasión Presencia. En ella el escritor Rey Andújar narra sus reflexiones en torno a una puesta en escena de la obra de teatro Antígona Pérez de la que formó parte. Andújar piensa cómo Luis Rafael Sánchez, autor de la pieza, cuestiona “la actitud medalaganaria que caracteriza tantos gobiernos de esta “Amé-rica amarga.”. Esta otra heroína del rito, Antígona, se enriquece cuando se reinterpreta desde el Caribe. Al pasar la página encontrarás una entrevista que Abdiel Sega-rra, artista y gestor cultural, le

hiciera a Karlo Ibarra por su más reciente exposición “Hasta la victoria miente”. Una de las piezas más interesantes de esta expo es la bandera negra que tiene un asta hecha con una macana de policía. Por otro lado la cultura del carro a la que se abocan miles de puertorriqueños tiene formas diversas de expresarse. En “Head over wheels” la escritora Sonia Marcus Gaia opina que “habrá que admitirlo, vivimos en y para la calle.” Las últimas dos páginas de la revista contienen un excelente ensayo corto (que es un resumen de un exten-so trabajo) en el que la escritora Marta Aponte Alsina escribe sobre Mina Lee, escritora de las primeras novelas detectivescas ambientadas en Puerto Rico. Estas novelas utilizan el contexto puertorriqueño para desarrollar sus tramas, cosa muy interesante. Esperemos que el

SI DESEAS CONOCER MÁS SOBRE ”UN VIAJE INTERRUMPIDO” CO-MUNÍCATE AL CUADRO DE INICIATIVA COMU-NITARIA AL 787.250.8629 Y PREGUNTA POR JOSE LUIS VARGAS DEL CEN-TRO DE MEDIOS.

estudio de esta escritora tome auge con esta publicación. Para terminar, el escritor Christian Ibarra anuncia las múltiples virtudes de la página “En la orilla” en la que cientos de poetas y cuentistas de la Isla publican sus textos. Por esto y mucho más, querido lector, te invito a leer y a observar.

Page 25: Diálogo (UPR)

laberinto

25 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

La heroína: rito de pasaje “He sido un testigo, y estas fotos son mi testimonio. Los eventos que he documentado no deben ser olvidados y no deben ser repetidos” James Nachtwey, fotógrafo. Guayama, Barrio Puente de Jobos, 1989. El riego que suple agua a una vasta región de la costa sur de Puerto Rico parece una enorme cicatriz líquida. Su marca va por en medio de todas las fincas y los caminos sin reparar en límites de propiedad o de comunidades. Por eso en Jobos hay un puente de cemento y brea que le pasa por encima al riego y une el resto del barrio con su final. Allí nos reuníamos a veces. Durante toda la niñez se arriesgaron vidas y se consumió energía en nombre del mejor salto a los escasos cinco pies de profundidad del riego. Eso cuando tenía mucha agua. Ninguno de nosotros murió, más sin embargo después de muchos años de pescar camarones y caracoles la abundancia no parió más y no pudimos cocinar más animales con sabor a tierra. José, Ibis y Severo pasaban de un lado a otro por debajo de aquella mole de cemento. No moríamos de susto cada vez que lo intentaban porque jurábamos que seríamos testigos de un ahogamiento. Pero las cabelleras salían finalmente a la superficie del otro lado donde las veíamos repeler el agua y vaciarse como esponjas impermeabilizadas por el efecto de la gravedad. Las pieles de aquellos na-dadores demenciales también se llenaron de cicatrices, pero no por los saltos en el agua, si no por los saltos en la heroína, líquido que llevó a los tres a otra acrobacia en la que también se entraba y salía de un sitio. En ese tiempo las cicatrices de las experiencias en la cárcel también se llevaban como trofeos del salto más alto. Siempre pensé que esos sitios eran para los varones el lugar donde se hacían hombres, de donde salían, si salían, más fuertes. Pero antes de que eso ocurriera el riego dejó de traer agua. Su cauce se llenó de pasto y mudamos el lugar de juego. El puente también se llenó de pasto pero del que se vende porque allí los “más grandes” del barrio establecieron un punto en el que se vendía yerba, coca y heroína. Al principio mirábamos recelosos la pasividad con la que los muchachos mayores aceptaban estar quietos tanto tiempo en un solo sitio, sentados, esperando algo. Para nosotros era inconcebible verlos allí cuando primero los habíamos visto corriendo los caballos más briosos o pastoreando vacas y toros a pesar del peligro que inspiraban aquellos poderosos animales.

Pero así se quedaban, quietecitos hasta que llegaba gente en carro que bajaba la ventana, pedía algo y se iba. Antes del punto casi nadie subía hasta aquel rincón por lo que conocíamos cada carro que pasaba por el camino. De pronto había que salirse más a menudo del medio de la calle. Nos fuimos acostumbrando y al revés de lo que se supone que pasara, comenzamos a ver una nueva valentía, desconocida para nosotros, en los grandes. La desfachatez con la que le pasaban por encima el qué dirán de todos nuestros padres, las entradas y salidas del vicio, el entra y sale que tenían por las cárceles juveniles o de adultos, las escapadas que se daban de esas mismas cárceles, todo aquello fue creando mitos. Tirar droga era mucho más interesante que correr caballos o enfrentarse

a los toros. De pronto todas aquellas aventuras parecían pequeñas frente a el conocimiento “del mundo real” que trajo consigo ser un vendedor del punto. Todo el mundo les tenía miedo excepto nosotros. Fueron pocos los padres que pudieron hacer algo con el cambio que llegó a la Puente. A pesar de los peligros que evidentemente implicaba el bajo mundo, los más jóvenes vivíamos pendientes a la próxima proeza de aquellos valientes. Sabemos de sobra lo que ocurre después de un tiempo en el vicio de la heroína. Los semáforos de la Isla están llenos de gente que acudió a ese llamado. Sobre lo tecatos en la luz corre ríos de palabras. De los que no

se habla es de la fuerza que ejerce en miles de jóvenes la posibilidad del viaje narcótico. No se habla de que la pasión por la aventura tiene, en el Puerto Rico de hoy, bien pocos lugares en los que encarnarse. El punto hacía su agosto con nuestra imaginación. Dió ideas. Las drogas y la delincuencia se fueron filtrando en las mentes como una sombra. Trabajar de sol a sol en la tierra, como los padres, no era tan atractivo, comoquiera no había trabajo porque la industria de la caña se fue al piso. De modo que mientras la economía se deformaba para no volverse a formar jamás, los vendedores del punto retaban a los guardias, a las madres preocupadas, a la muerte.

Severo fue el primero en hacer lo mismo. La madre y el abuelo de Severo habían probado toda la vida la estrategia de los puños para contrarrestar la maldad del hijo. Para corregirlo se le pegaba, para enseñarle de sexo se enmudecían conversaciones, para alejarlo de las drogas se le daban burrunazos cada vez que traía malas notas a la casa. Esto no es ficción. Mucha gente joven vive esta educación, esta mala educación. Yo no recuerdo ser más inteligente que él pero llegué a estudiar en la Universi-dad de Puerto Rico, institución para la que ahora escribo estas líneas. ¿Por qué? Quizás porque me sentaron a hablarme de las drogas. Quizás porque tuve el privilegio de encerrarme a estudiar que es también, ahora lo entiendo, el privilegio de vivir. Severo está diez pies bajo tierra. Lo mataron mientras asaltaba una ferretería en Ba-yamón. Su belleza no existe ni sus labios tampoco. Mis manos no pretenden dar cuenta de una

vida que no es la mía pero la verdad es que las razones de la criminalidad, que se llevó consigo la voluntad de aquel hermoso adolescente, están encerradas en las mismas oraciones prejuiciosas de siempre que silencian la complejidad real de esa maquinaria quita vidas. Hay que darle nuevas palabras a este asunto. Demasiada gente talentosa esté llegando a la orilla de la muerte. Ibis y José tomaron de las otras ideas que trajo el punto. Mientras yo leía a Platón y a Aristóteles en mi primer año de Universidad, ambos hermanos se debatían entre la vida y la adicción en una casa que no era la suya. Entrar y salir de la heroína, un rito de pasaje para muchos varones de la Isla que sepulta a la gente viva.

Mariana García Benítez

“Severo está diez pies bajo tierra. Lo mataron mientras asaltaba una ferretería en Bayamón. Su belleza no existe ni sus labios tampoco. Mis manos no pretenden dar cuenta de una vida que no es la mía pero la verdad es que las razones de la criminalidad, que se llevó consigo la voluntad de aquel hermoso adolescente, están encerradas en las mismas oraciones prejuiciosas de siempre que silencian la complejidad real de esa maquinaria quita vidas. Hay que darle nuevas palabras a este asunto.”

Foto de James Nachtwey

Page 26: Diálogo (UPR)

TITULO AUTOR ARGUMENTO

Crimen y castigo

Fiódor Dostoievski- Novelista ruso, uno de los más importantes de la literatura universal, que escudriñó hasta el fondo de la mente y el corazón humanos. Su infancia fue bastante triste y, cuando contaba sólo diecisiete

hijo a la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, lo que no impidió que el joven se apasionara por la literatura y desarrollara sus cualidades de escritor.

La novela gira en torno a Rodión Raskolnikov. El protagonista es un estudiante que apenas tiene para sobrevivir. Rodión se indigna con su hermana porque ésta quiere casarse con un comerciante y él sabe que el matrimonio es por interés, para ayudarlo. Así que tiene la idea de matar y robar a una vieja usurera despiadada que guarda mucho dinero en su casa.

El Crimen en Puerto Rico (San Juan, Instituto para el Desarrollo del Derecho, Inc. 3ra ed. Rev. 2008), isbn # 0914939262

Dora Nevares Muñiz - la autora es una reconocida profesora de Derecho, abogada y criminóloga. Posee un J.D. de la Universidad de Puerto Rico, un M.A. y un Ph.D. de la Universidad de Pennsylvania. Le correspondió dirigir la Reforma del Código Penal de Puerto Rico que culminó en el Código Penal de Puerto Rico de 2004 y fue la redactora principal de ese Nuevo Código.

Sus escritos han sido citados como autoridad en el Tribunal Supremo de Puerto Rico en múltiples ocasiones.

Este libro presenta una evaluación de la criminalidad en Puerto Rico durante el Siglo XX hasta 2008. Entre los temas que se discuten estás: análisis de las estadísticas de criminalidad, la delincuencia juvenil, la familia, las comunidades, los medios, las drogas, la política pública en torno a la criminalidad, y se proveen recomendaciones de acción social para atender la violencia y criminalidad en Puerto Rico.

Delinquency in Puerto Rico: The 1970 Birth Cohort Study, (New York, Grenwood Press, 1990; Contributions on Criminology and Penology, # 31)

Dora Nevares, Marvin Wolfgang y Paul E. Tracy.El libro estudia las biografías y trayectoria a través del sistema de Justicia penal para menores de la cohorte de varones nacidos en 1970 y que vivieron en los distritos policíacos de San Juan, Carolina y Bayamón entre sus 10 y 18 años.

LECTURAS SOBRE CRIMEN EN LA LITERATURA Y EN TEORÍA DEL DERECHO

Los códigos de cómo se llega a ser hombre cambiaron precisamente después de la llegada del punto. Se empezó a usar droga por montones. Algunos de los vendedores del punto probaban aquel suculento manjar y quedaban sometidos a aquel placer desconocido. Cuando el usuario regresaba de alguno de sus viajes, lo hacía con un aire de haber cruzado el océano Atlántico por encima de monstros salvajes y asesinos pavoneando aquellas victorias mudas con los demás. El usuario ya no era de allí, se había ido para otro sitio más allá del tedio de ser joven en aquel lugar. La cultura fue cediendo ante otra cosa que todavía pienso que los padres de aquella generación nunca entendieron. Sencillamente sus hijos ya no respondían a eso de que la letra entra con sangre, no estudiaban y comenzaron retar el entendido de que se le pegaba porque era lo mejor para ellos. Los padres tampoco los forzaron demasiado a terminar la escuela, en parte porque la comodidad de los cupones crea una inercia física y mental con la que es imposible soñar. Entrar y salir del vicio o de la cárcel era (y es) otra forma de bregar con la violencia vivida. Las humilla-ciones de un niño al que se le ignora cuando quiere ser curioso o se le pega cuando no obedece, se encarnan en

el cuerpo de un joven que hace tiempo debió haberse defendido de tanta ignorancia. Porque la gente joven quiere saber, quiere vivir. Toda la energía de años contenida en pulsiones sin palabras, atrapadas en venas llenas de sangre y vida que ni la escuela ni la casa podían consolar, se derramaban felices en las oportunidades que brindaba la criminalidad. Se pasaba de un maltrato a otro. Cuando se salía por fin del vicio, como lo hicieron Ibis y José, se había superado la Meca. Regresaban de ese viaje queriendo no volver, listos para ser padres, para ser adultos y trabajar en lo que hubiese. Se procura alejarse de aquella atrocidad para forjar la vida de siempre que les espera en el barrio, un lugar que provoca tanta hazaña en la juventud y tanta pasividad en la adultez. Los hermanos Vega son hoy padres de dos hermosas niñas. El rito de pasaje quedó consumado.

La autora es periodista de [email protected]

Hagamos el esfuerzo de pensar la problemática del crimen con otras palabras, indaguemos en las experiencias vividas. ¿Cuál ha sido el impacto de las drogas y/o del crimen en tu vida? ¿Se parecen las medidas que el Estado o la comunidad están tomando para bregar con esta problemática a las que entiendes son necesarias? ¿Por qué si, porque no? ¿Qué puedes hacer tú?

¿Por qué es prácticamente imposible que se hable de amor, de falta de recursos, de escases de arte al mismo tiempo que de drogas y de crimen? ¿Tiene la comunidad universitaria que atender este asunto?

Foto

por

Ric

ardo

Alca

raz

laberinto

26 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

Page 27: Diálogo (UPR)

Rey Andújar

En la foto la más reciente puesta en escena de La pasión según Antígona Pérez de Luis Rafael Sánchez.

Más por pagar una deuda que por anhelo me apersoné a una lectura celebrada en la parte más boricua de Chicago Hum-boldt Park. Hay algo que me aterra de las reuniones de la diáspora en el frío; quizás es el olor de los sa-zones atormentando o la eterna salsa de los setenta revolviendo los recuerdos mejores y sirviendo de pie para conversaciones del tipo, “Te acuerdas Papo de aquellas esquinas…” Llegué al sitio con el cuer-po deprimido y el humor empuñado. En honor a la costumbre la poesía comenzó tarde y empeoró con los preámbulos de cada convocado ante el micrófono. Me parece terr ible que un poeta tenga que explicarse, jus-tificando ante la mínima audiencia (conformada en su mayoría de vates atrapados por el ansia a la espera del turno) mediante una serie de elaboraciones que terminan abrumando la pieza. Hacia el final apareció una chamaca con un texto que, aunque prescindible, invitaba a una conversación interesante ya que, estando candente el asunto Libia, la jeva apuntó la necesidad de poner en perspectiva la palabra dictadura, si se tomaba en cuenta que, en el mismo Chicago, la familia Daley tenía un montón de años sin soltar la brida de la ciudad. La fiebre de democracia que ronda los países con mayor producción petrolera me enfrenta a una realidad que hasta el momento sólo conocía gracias a las tradi-ciones orales y una cuestionable literatura. Afirmar que pasado y presente se acoplan en una línea cósmica no es exagerado: por estos días se cumplen cincuenta años de la muerte de Rafael Leonidas Trujillo Molina, el dictador que por más de treinta años mantuvo a batuta, robo y macana a la República Dominicana. Esta celebración es reseñada como “El regreso a la democracia”. El subrayado no es casual, si se toma en cuenta que antes de El Chivo la República no era un modelo de avanzada y luego del tiranicidio le tocó el turno a un Joaquín Balaguer que bregó con mano mucho más sangrienta y decidida. La violencia cambió en métodos, nunca en intensidad. Para colmar la casualidad, acepté el papel de repor-tero/torturador/torturado en un montaje de La pasión según Antígona Pérez de Luis Rafael Sánchez. Durante los primeros ensayos recibí la noticia de que la obra se estaría representando casi simultáneamente en Puerto Rico, lo cual será siempre una alegría. Mientras releía con entusiasmo el libreto, prefería arrebatarme con el

delirio literario antes de ceder al peso de las coinciden-cias entre el “Generalísimo Creón Molina” y Mister Trujillo, quienes comparten rango y apellido en el plano metafórico. Pero si algo demuestra la pieza y el curso de los acontecimientos mundiales es la contundencia de la metáfora. Si bien la obra enamora desde la rebeldía de una joven mujer que reta las imposturas de “el ordenado de Creón Molina”, la ocasión da pie para que Sánchez muestre las incongruencias, el delirio de la desinforma-ción y la actitud medalaganaria que caracteriza tantos gobiernos de esta “América amarga”. En La pasión se destacan las mejores cualidades de Luis Rafael Sánchez (escritor caribeño por excelencia y por lo tanto, triplemente atormentado), quien desde el inicio de su trayectoria literaria nos ha regalado con pluma y lengua tan elegantes como reveladoras; novelas, relatos, ensayos y obras teatrales que proponen una revolución desde el lenguaje. Este Sánchez boricua, asediado por la pugna del Estado Libre Asociado y todo lo que el término arrastra, hilvana una serie de trazos históricos y geográficos al renovar a la Antígona de las mejores tradiciones orales mediante el amor y el terror encontrados en aquel presente que por las coincidencias ya mencionadas, se convierte en ominosa actualidad. Antígona Pérez forma parte de una destacable tradición de reescrituras clásicas en el Caribe, como Escalera para Electra, de la dominicana Aída Cartagena Portalatín y Omeros, del Premio Nobel Derek Walcott. La puesta en escena se efectuó en el teatro de la Compañía Aguijón (una pequeña joya en Chicago)

por más de seis sema-nas, como parte de una temporada que explora representaciones clásicas y contemporáneas. Los comentarios alrededor de la puesta en escena, que fueron gratos, en su mayoría se dedicaron a resaltar la pertinencia del texto. Como actor, me lle-na el haber dado voz a la concepción de un querido maestro; como escritor sucumbo al asedio del vigor histórico de esta propuesta, ahora que para esbozar las palabras Patria o Democracia habría que ponerse una navaja en la lengua.

El autor es [email protected]

Pasión presencia

Foto

por

Ric

ardo

Alca

raz

Crónica

27 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

Page 28: Diálogo (UPR)

Fuera de la SombraAbdiel Segarra

Slippery goverment - pintura industrial sobre letrero de seguridad, 2011. Esta pieza que advierte al público “CAUTION SLIPPERY GOVERNMENT” formó parte de las obras presentadas en “Hasta la victoria miente”, más reciente exposición del artista Karlo Ibarra, el pasado, 11 de marzo de 2011 en Rica Art Gallery.

La muestra también incluyó pinturas basadas en fotografías que el artista tomó de la prensa. Según Segarra “En ellas existe una conciencia de función del arte, que reivindica la utilización de la pintura como documento que trasciende los medios y la inmediatez de la prensa. Esta serie de piezas es una apuesta desde el arte a sembrar en la memoria histórica del país sucesos que no deben ser olvidados.”

Hasta la victoria miente, exhibición individual de Karlo A. Ibarra

que no deben ser olvidados. “Hasta la victoria miente”, no es sólo una muestra de arte, es también una crítica y una reflexión sobre los efectos que tiene el tratamiento de la información sobre la memoria nacional. Seguido compartimos una pequeña entrevista que se realizara al artista con el fin de ampliar el marco de referencias disponibles para dialogar con las piezas:¿Qué buscabas en esta muestra a diferencia de tu pasada exhibición individual “De camino al sol” en la galería La Casa del Arte? La primera exhibición estaba plaga-da de una idea errónea en cuanto a la esperanza y era mucho más reflexiva en términos existenciales. Por el contrario, esta pequeña muestra está a tono con un proceso que se ha estado dando en PR en términos sociales y políticos sobre todo. Dentro de este

marco, hacer hincapié en cuestionar la violencia como estrategia política para insertar políticas del miedo. En fin cuestionar los modelos sociales actuales.¿Por qué la apropiación de imágenes? Bueno, la apropiación llega porque nuestro País tiene lo que se llama amnesia social y somos conocidos por olvidar los sucesos históricos más cruentos. La apropiación en este contexto intenta poetizar lo que a nivel mediático sirve sólo como publicidad llevando noticias de las que no nos deberíamos sentir orgullosos y asimilarlas sin ejercer ningún tipo de cambio.¿A qué reacciona y qué efectos crees que pueda tener el proyecto de la bandera negra “tempos fugit”, en relación a la idiosincrasia de los espectadores? Entiendo que es un proyecto que reacciona a las intervenciones policíacas, tanto en los recintos de la universidad nacional como en otras manifestaciones públicas. ¿Deberíamos ver la bandera como un fracaso de la lucha y un símbolo de la imposición del Estado sobre los ciudadanos? Esta bandera está pensada de hace mucho tiempo, en ella tuve en cuenta referencias de artistas internacio-nales y locales, estando consciente de que es un objeto muy usado y desgastado. A sabiendas de esto uno se preguntaría, ¿por qué una bandera? Si se observa bien la pieza como bien comentas, hace una referencia al luto,

sin embargo es una excusa para in-sertar la macana. La pregunta sería ¿qué es realmente lo que sostiene nuestros símbolos nacionales y qué es realmente lo que nos sostiene como nación si es que acaso somos una? Todas las lecturas que sí son

El pasado 11 de marzo de 2011, el artista puertorriqueño Karlo Andrei Ibarra Delgado presentó en las faci-lidades de Rica Art Gallery en la Ave. Andalucía en Puerto Nuevo, PR, su más reciente muestra individual “Hasta la victoria miente”. La muestra estuvo compuesta por pinturas en formatos pequeños y medianos, dos objetos, entre ellos una bandera que colgaba de un asta que recreaba la forma de una macana y una señal de piso mojada que advertía sobre políticas resbalosas, ade-más un proyecto de sonido que poblaba la sala con audio de discursos políticos que balbuceaban sobre el cambio. Las pinturas son apropiaciones directas de fotografías de la prensa del País, imágenes que limitadas a las dinámicas de los medios serían canceladas una tras otra en un tránsito morboso de imágenes fuera de contexto. Las referencias de la exhibición y en general el trabajo de este artista, son los sucesos que circulan en noticiarios, las huelgas en la universidad, los abusos más recientes de la policía legitimando la voluntad del Estado, la corrupción de legisladores y una preocupación muy honesta por cómo se manipula la opinión pública a través del sorteo de información. Las piezas de esta muestra estaban hiladas por un tono reflexivo sobre las políticas del Estado en cuanto a las protestas. En ellas existe una conciencia de función del arte, que reivindica la utilización de la pintura como documento que trasciende los medios y la inmediatez de la prensa. Esta serie de piezas es una apuesta desde el arte a sembrar en la memoria histórica del País sucesos

negativas contrastan con su título sacado de unas líneas del poeta Virgilio. El tiempo que se escapa, como un llamado que a sabiendas de que vivimos hacinados por la violencia del Estado, está de los ciudadanos, hacer que nuestra vida cambie y que nuestra bandera cambie también.¿A qué público te interesa afectar con este nuevo material? Sobre todo a los intransigentes que están afectados por una ceguera impuesta por políticas anticuadas, muchas de ellas partidarias del odio.¿Es una provocación a un público en particular? No.¿Por qué pintura y no propiamente la fotografía? ¿Es ese detalle importante? Como dije antes, una foto de periódico pierde muchas veces el sentido porque son formatos institucionaliza-dos, están ideológicamente contaminados. Todos saben que en todas partes están parcializadas políticamente y en fin las culturas y las ciudades son recordadas por el arte, porque el arte no es como un diario, el arte es una crónica más sofisticada de los sucesos históricos. Goya está muerto, pero de estar vivo podríamos preguntarle sobre sus pinturas sobre la Guerra. Gracias a él, nos enteramos de una manera más didáctica – por decirlo de otra manera – de los horrores que se cometieron en esa época.

El autor es artista y gestor [email protected]

Tempus Fugit es una de las piezas más interesantes de esta exposición. Una bandera negra tiene como asta una macana de policía. La bandera es la de Puerto Rico.

28 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

Page 29: Diálogo (UPR)

Sonia Marcus Gaia

Nuestra puertorriqueñísima sociedad contemporánea vive sobre ruedas. Para muestra un botón. Si por una parte comemos con urgencia en el automóvil escapándole al calor y los mosquitos, por la otra, vemos por el retrovisor que el delivery de la pizzería zigzaguea temerariamente en medio de la autopista como Charles Bronson en una motora sin demora ni extravío. Justo al lado, en un jeep sin capota, una chica pavonea su “planchado” Herbal Essence y recordamos, a pasos nuestros, que el tipo del Mustang debe tener un problemita de múltiples personalidades y testosterona con su actitud de James Bond. Pero no todo lo perteneciente a la tierra tiene que “rodar”. También es válido el saltito del corazón que nos produce el avión cuando “despegan” las ruedas del suelo o la tranquilidad que nos produce ver tantas bicicletas que andan multipli-cándose, enhorabuena, en lucha constante por ciclovías que ayuden a conservar el ambiente y nuestro bolsillo. Hasta escrambear es actualmente un conocidísimo verbo de acción, adrenalina y diversión, mucho más cuando lo conjugamos con Four-Tracks, 4 x 4 y monte virgen y

rocoso; de preferencia, con mucho fango. En eso no nos hemos escapado del hombre primitivo. La rueda nos sigue pareciendo el invento más maravilloso del planeta, y de paso, aún más importante que el fuego. Pese a la lucha constante por la movilidad, por el ajetreo del trabajo, por las paupérrimas condiciones de las vías de acceso que llamamos carreteras, por la amargura existencial que nos producen los tapones; habrá que admitirlo, vivimos en y para la calle. ¡No hay Dios que nos ampare bajo techo ni en casa siquiera los domingos! Somos una sociedad ambulante obsesionada por la movilidad. Solamente que esta movilidad parece tener ribetes particulares en una sociedad caribeña cada vez más en transformación constante de las estructuras tribales y/u organizativas de grupo social. Extraño es ver la motocicleta Harley Davidson sin nada que se le parezca a la ruta 66 o el

Scion lustrado con aros niquelados sin el corillo bocinero; y ni pensar las Volkys hippies sin el clan f iestero que reproduce – algunos con bastante fidelidad – la vida y el compartir en comuna. Hasta un ciclista solitario duele en el alma. Ante los desvanes y desarticulaciones por la que ha pasado la gran tribu puertorriqueña observamos metamorfosis singulares cada vez más readaptadas a la realidad que nos ha tocado presenciar. Dado que el sistema ha hecho un desmadre total de todas las estructuras tradi-cionales, nos movemos hacia el centro tratando de buscar una unidad familiar que, quizás, nunca tuvimos. Y es que, tratando de escapar del berenjenal de lo cotidiano, de las

cuitas que nos produce el desgobierno, las malas mañas que la propaganda oficial nos ha pegado como chicle en las neuronas y nuestras propias incapacidades para tomar las riendas de nuestros destinos, sean estos colectivos o individuales, nos hemos encontrado con la magna idea de volver a los taparrabos y las cocinas de leña. Sólo que volver a la semilla, como el relato de Carpentier, no es suficiente; demasiado altruista para el gusto puertorriqueño. Hay que reinventarnos en clubes, organizaciones, corillos, tribus, redes sociales, pistas, aventuras de turismo interno, ruedas, muchas ruedas, toda clase de ellas; sí, todo aquello que forme el revolú y se parezca a un genuino bembé boricua dominical se convierte en un acto totalmente revolucionario: la conformación de la nueva familia isleña,

a puro mollero nacional, que como el conocido anuncio del champú: “se mueve”. Esta movilidad se hace temáticamente. Los motoci-clistas, por ejemplo, han creado un mundo especial con chaquetas de cuero y mahones roídos que reproduce un simulacro de rebeldía y contracultura. Nada más lejos de lo cierto. Chinchorrean como cualquier hijo de vecino, van a

bares, actúan dentro de la construcción social que quieren recrear. Transitan en parejas; ellas, doñitas serias, carnosas, apretadas; ellos, panzudos, usualmente profesionales en retiro. Saldrán haciendo ruido, el mismo que difícilmente harán en su casa de urbanización. Otros, como los que escrambean en los 4 x 4 tendrán que salir del monte, parafraseando a Machado “del camino que hicieron al andar”, por supuesto, llenos de fango. No vale si no evidencian la aventura, el safari caribeño entre ríos, rutas vecinales y plátanos. Las bicicletas, por igual, y sus ciclistas, se han propagado y organizado hasta conformarse en organizaciones ambientales que han logrado presión para que se construyan vías donde se proteja su derecho a transitar el espacio que les corresponde fuera del espacio del caminante o peatón. En la bicicletada caben todos. No falte mencionar cuando las guagüitas Volkys pernoctan días enteros entre festivales, playas, artesanos y mucha algarabía. Tienen cierta familia ganada por sus variados estilos de vida, pero no nos llevemos a cuentos, que hay de todo en la viña del Señor. Y no olvidemos

la infinidad de clubes automovilísticos que hacen su procesión todos los domingos religiosamente a través de las carreteras de este país: Jeep, Scion, Toyota, entre tantos otros; y la aún mayor cantidad de auto shows que se colman de toda clase de vehículos – y de personas – que los visitan y participan de sus actividades. La vida puertorriqueña se mueve en cada una de las ruedas que giran en torno a sus preocupaciones, sus ilusiones y sus sueños, pero que le permiten ese necesario estado de esparcimiento para una sociedad cada vez mas automatizada y estresante, que ofrece la libertad del espacio para disfrutar su entorno y nos transita por un domingo tropical sin otra cosa mejor que matar el tiempo, saludable por demás, hasta que llegue el trágico lunes.

La autora es [email protected]

Head over wheelsSegún Sonia Marcus Gaia: “La rueda nos sigue pareciendo el invento más maravilloso del planeta, y de paso, aún más importante que el fuego. Pese a la lucha constante por la movilidad, por el ajetreo del trabajo, por las paupérrimas condiciones de las vías de acceso que llamamos carreteras, por la amargura existencial que nos producen los tapones; habrá que admitirlo, vivimos en y para la calle.”

“No falte mencionar cuando las guagüitas Volkys pernoctan días enteros entre festivales, playas, artesanos y mucha algarabía. Tienen cierta familla ganada por sus variados estilos de vida, pero no nos llevemos a cuentos, que hay de todo en la viña del Señor.”

Fotos por Sonia Marcus Gaia

Zeitgeist

29 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

Page 30: Diálogo (UPR)

Marta Aponte Alsina

Internacionales. Fue propagandista ardiente del panamericanismo, feminista militante y una de las dir igentes del National Woman_s Party y miembro de la junta directiva del World Woman_s Party. En 1932, tras una temporada de intensa actividad como conferenciante en Europa y Estados Unidos, regresó a Puerto Rico y estableció residencia con Muñoz, sus hijos y doña Amalia Marín de Muñoz Rivera en una casona del Condado. Después de su separación de Muñoz, desde los años de la Segunda Guerra Mundial y hasta poco antes de su muerte en 1965, fue funcionaria en el Depar-tamento de Estado de Estados Unidos, donde ocupó el cargo de Coordinadora de Asuntos Culturales del Buró de Asuntos Interamericanos. Lee parece haber trabajado siempre a la sombra de sus obras, con modestia y discreción de intérprete o “agente secreto”, capaz de cambiar de registros culturales y lingüísticos sin dejar

huellas. Su obra, fascinante como su persona, apenas empieza a difundirse. La mujer comparte con los territorios fronterizos que tanto la cautivaron cierta calidad inaprehensible, una trágica invitación al olvido.

LAS DOS MANOS DE LA ESCRITURA Entre 1935 y 1939 se publicaron varias novelas policiales de la autoría de Newton Gayle, seudónimo adoptado por Muna Lee y Maurice Guinness. Newton era uno de los apellidos de la familia materna de Guinness; Gayle, el apellido de soltera de la abuela materna de Lee. Ambos autores residieron en Puerto Rico en años determinantes para la historia de la sociedad isleña. Eran cosmopolitas; estaban al tanto del acon-tecer mundial en una década en que el futuro se debatía entre visiones utópicas de izquierda y derecha y premoniciones apocalípticas. En la Isla escribieron en colaboración cuatro novelas de una serie de cinco. Todas se publicaron bajo dos sellos editoriales: en Nueva York por Charles Scribner_s Sons, en Londres, por Victor Gollancz Ltd. Las ediciones

consultadas corresponden a las que publicó Scribner_s: Death Follows a Formula (1935), The Sentry Box Murder

La estadounidense Muna Lee, poeta, feminista, traductora y panamericanista, fue la primera esposa del gobernador Luis Muñoz Marín. Escritora talentosa, se distinguió en muchos campos de la cultura y la política. En los años treinta del siglo veinte, y en colaboración con el irlandés Maurice Guinness, Lee escribió las primeras novelas policiales ambientadas en Puerto Rico. Muna Lee nació en el “Deep South”, en Mississippi en 1895. Su familia se mudó a Oklahoma en 1902, cuando todavía la región formaba parte del “Indian Territory”. Lee volvió a Mississippi para estudiar en el Blue Mountain College en 1906 y allí escribió versos primerizos. En 1913 completó un grado de bachiller en Ciencias en la Universidad de Mississippi y regresó a Oklahoma. Fue maestra de escuela pública en un pue-blito del territorio. Más tarde estudió literatura inglesa en la universidad pública. En 1918 obtuvo una plaza de “traductora confidencial” en la División de Censura Postal de la ciudad de Nueva York, donde conoció a Luis Muñoz Marín. Se casó en 1919 con Muñoz, de quien tuvo dos hijos. En 1923 publicó el poemario Sea Change. A partir de entonces repartió residencias entre Washington, Nueva York, y Puerto Rico. Al parecer las fronteras eran el hábitat de esta mujer culta que fue traductora al inglés de Sor Juana Inés de la Cruz, César Vallejo, Tomás Blanco, José Asunción Silva, Mariano Picón Salas, César Moro, y Jorge Carrera Andrade, además de traducir Historia

de España, de Rafael Altamira. En la Universidad de Puerto Rico trabajó como publicista a cargo del Departamento de Relaciones

(1935), Murder at 28:10, (1936), Death in the Glass (1937), y Sinister Crag (1939). Esta última, escrita por Guinness, probablemente sin la colaboración de Lee, se publicó cuando Maurice residía con su familia en Inglaterra. Cabe añadir que antes de regresar a Londres, Guinness pasó una temporada en Kingston, Jamaica, donde recibió los primeros ejemplares de Death in the Glass. Maurice Guinness nació en la ciudad isleña de Limerick, Irlanda, en 1898. Su padre, un coronel del Irish Regiment, combatió en la Guerra de los Boer. La familia carecía de medios y Guinness no pudo cursar estudios universitarios. Tampoco combatió en la Primera Guerra Mundial, debido a .una lesión en una pierna, pero llegó a distinguirse como alpinista y hombre de negocios. Fue vicepresidente de Shell Oil en Puerto Rico, donde se estableció entre 1927 y 1928. Se casó con Gloria María Ashford, una hija del Dr. Bailey Ashford y María López Nussa. La familia Guinness-Ashford tuvo lazos de amistad con los Muñoz-Lee, vecinos a su vez de la familia Ashford-López Nussa. Formaban un grupo de amigos y conocidos cercanos, al que también pertenecían la familia del comerciante Henry W. Dooley y su esposa Elizabeth, la familia del funcionario Charles H. Terry y otros angloestadounidenses que en tiempos del colonialismo más crudo laboraban en el servicio público, en la universidad del estado y en las empresas. Las novelas policiales de Newton Gayle proponen más de un enigma: la difícil colaboración entre dos autores en una fórmula tan centrada en la cohesión de la trama; la marca del género, más pertinente en vista del feminismo militante de Lee; el hecho de que son estas las únicas ficciones en prosa publicadas de la poeta; el

El enigma resistente

La escritora Muna Lee, nacida en Mississippi

en 1895 y el escritor Maurice Guiness, nacido en Irlanda, en 1898,

publicaban en conjunto novelas policiacas bajo el seudónimo de Newton Gayle.

Según la escritora Marta Aponte Alsina, Newton Gayle publicó las primeras novelas policiales ambientadas en Puerto Rico en años “de profunda agitación política”.

30 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

Page 31: Diálogo (UPR)

Abrapalabra

que casi toda la serie se escribiera en Puerto Rico y que en la Isla se ambientaran dos de las novelas en años de profunda agitación política y que las ficciones mismas estén habitadas por temas políticos; el hecho de que acaso estas sean las primeras novelas policiales escritas en la Isla. ¿Dónde ubicarlas? En cuanto al lugar de enunciación entendido como geografía física y cultural, ¿caben en algún apartado del corpus de la literatura puertorri-queña, o de sus claves familiares, por ejemplo el de las ficciones escritas en inglés en Puerto Rico o escritas en inglés fuera de la Isla, pero relacionadas con la Isla como espacio narrativo? ¿Forman parte del incalculable corpus de novelas detectivescas escritas en inglés? El enigma de la ubicación incita. Las figuras de Lee y Guinness merecen la atención de los estudiosos de la historia de este territorio “no incorporado”, que desde su apropiación por la geopolí-tica imperial está sumido, para citar a Amy Kaplan, en “a liminal space both inside and outside the boundaries of the Constitution, both _belonging to_ but _not a party_ of the United States… a state of limbo in space and time…”. Es fascinante lo que ambos representan, sobre todo Lee, por su versatilidad de intérprete entre ambos lados de una frontera movediza que con el tiempo y por rutas distintas ha desestabilizado el mapa de las identidades. En 1940, en el foro del Ateneo, Lee pronunció una conferencia que concluía con el deseo de que desapa-reciera el mar de olvidos que separa a las naciones del

hemisferio. Su vida íntima, sus labores de poeta, narradora, investigadora, conferenciante y traductora, se dedicó a cerrar esos espacios de desconoci-miento y a elaborar un saber sobre el otro desde la sede del poder imperial. Permanecen inéditos fragmentos de una traducción suya de la novela Los vates, de Tomás Blanco, y posible-mente de una novela inédita que según Cohen se titulaba Frontier. Murió el 3 de abril de 1965, en San Juan. Su sepultura está en el cementerio de la ciudad vieja, de cara al mar que vislumbró como camino abierto. Sus documentos, trabajos inéditos, correspondencia con familiares y escritores, recortes y notas, así como su biblioteca personal, están al cuidado de su nuera, la Dra. Gloria Arjona. Estos apuntes sólo han intentado seguir la ruta abierta por Jonathan Cohen, Mario Pérez, Aurora Levins-Morales y otros, con el deseo de que nuevos lectores se interesen en el enigma resistente.

Algunas cosas se hallan removiendo escombros. Máxime en Internet. Otras cosas, sin embargo, se encuentran sin la necesidad de remover tanto. Este y no otro es el caso de En la Orilla (www.enlaorilla.com), página cibernética que compila –arbitrariamente, como cualquier compilación–una muestra de la más variada poesía contemporánea puertorriqueña. Resulta llamativo, muy apropiado el título que su creador, Ángel Matos, utilizó para bautizar el portal que cuenta con apenas un par de meses de regreso, pero que desde hace varios años llevaba dando tumbos por la web. Desde el 2002 para ser exactos. Decir en la orilla es aceptar que hay también –o esperar al menos– otra orilla. Y de eso es que se trata. De dar a conocer. Sobre todo aprovechando las bondades que los medios electrónicos ofrecen desde hace ya dos o tres lustros. En la página hay nombres conocidos, y otros no tanto. He ahí quizá su mayor virtud. Lejos de intentar dar con algún canon, grupúsculo, secta o como se le quiera llamar, en ella convergen voces variadas de escritores que escriben dentro y fuera de Puerto Rico, publicados e inéditos. Esto amplía el abanico de posibilidades, pues

precisamente ése era uno de los deseos primordiales del artífice del proyecto. “La página tiene la capacidad de exportar nuestra literatura joven para que sea valorada, posteriormente, por su propio peso” señaló Matos. Esto, sin la necesidad de que el autor incluido tenga un libro a su haber. “Entendí que ningún libro me hace escritor, no así el compromiso que se tenga con la palabra”. Y, como se sabe, el compromiso con la palabra cuesta. Sobre todo porque es silencioso, solitario, casi invisible. El colectivo cuenta actualmente con ochenta y nueve autores. Con un mínimo de esfuerzo se reconoce a varios. Figuran textos de Mayra Santos-Febres, del propio Ángel Matos, Urayoán Noel, Mara Pastor. Sorprenden dos poemas de Gallego. También hay escritores emigrados. Javier Ávila, por ejemplo. Rafael Franco Steeves. Otros hay que descubrirlos y la página para eso es que sirve. Todos los colaboradores están aunados sin ningún tipo de distinción. Y eso es un alivio, una grata noticia. Decir en la orilla es también decir al borde, detrás del horizonte, comprender en buena medida que somos una

isla. Y las islas son cárceles. Nuestra literatura, como es sabido, siempre ha estado apresada, injustamente rele-gada a un lugar periférico. La página en buena medida ha servido para subvertir este hecho. “Se han recibido visitas de todos los países de América”. Parecería men-tira, pero no lo es. “También hemos tenido lectores de países como Vietnam, Nueva Zelandia, Palestina, Rusia, Polonia, Australia” cuenta Ángel no poco sorprendido. Y es que cuesta no sorprenderse. Para montar el proyecto estuvo un año entero aunando los textos, eligiendo, descartando. El terreno fue escarpado. Ahora se recogen los frutos. “Una publicación de Casa de América en España, en referencia a la página, se tituló ‘Qué se lee en la isla’, y eso es lo que quería lograr, atraer miradas a nuestra literatura”, dice este hombre que trabaja como hormiga, silenciosamente, sin buscar retribución alguna, salvo la de saber que ha hecho su trabajo. Decir En la Orilla ahora es, además, haber encontrado una nueva casa.

El autor es [email protected]

Para conocer esta página visita la siguiente dirección: www.enlaorilla.com.

El duo de escritores publicó títulos como Death Follows a Formula (1935), The Sentry Box Murder (1935), Murder at 28:10, (1936), Death in the Glass (1937), y Sinister Crag (1939). Aquel que desee investigar sobre la literatura policiaca publicada en Puerto Rico, debe partir de estos libros difíciles pero no imposibles de conseguir.

(Versión abreviada de un ensayo extenso, publicado en junio de 2010 en Diálogo Digital.)

La autora es [email protected]

Detrás del horizonte

31 DIÁLOGO / DESAFÍO/ mayo - junio 2011

Page 32: Diálogo (UPR)

PRSRT STDUS Postage Paid

San Juan, PRPermit No. 3291

Jardín Botánico Sur1187 calle FlamboyánSan Juan, PR 00926 1117

F uimos al barrio Altos de Cuba, en Vega Baja,

para reseñar la labor que allí ofrece Iniciativa

Comunitaria. Dicha entidad mantiene en ese

lugar un local donde ofrece distintos servicios a la comunidad.

Mientras hacíamos el reportaje, Joarie Tirado y su hermanita

Joyce rondaban por el área atentas a lo que sucedía. Los que

estábamos allí, luego comentamos lo especial que parecía ser

la relación entre las hermanas. No se despegaban una de la otra

mostrándose afecto constantemente, dejándonos saber que a

pesar de la dureza de la vida y de crecer en una sociedad que

propicia el egocentrismo, donde hay tantas garatas tontas y

violentas, donde reina el afán de lucro y de consumo, hay lugar

para ese antídoto a la violencia, que es la nobleza del cariño

cotidiano.

Foto y texto por Ricardo Alcaraz