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500 DÍAS PRESA POLÍTICA Año 4 | Número 63 | Del 7 al 20 de junio de 2017 | Precio: $15

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500DÍAS PRESA POLÍTICA

A ñ o 4 | N ú m e r o 6 3 | D e l 7 a l 2 0 d e j u n i o d e 2 0 1 7 | P r e c i o : $ 1 5

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El 30 de mayo se cumplie-ron 500 días desde que Milagro Sala fue encarce-lada de manera arbitraria

e injusta. Fue humillada y hosti-gada repetidamente en prisión. Ni hablar en los medios de comuni-cación. Fue torturada dentro del penal. No tiene ninguna condena firme que justifique su encarcela-miento. No fueron respetados los fueros que le corresponden como parlamentaria del Parlasur. Se ar-gumenta que, si la liberan, puede obstruir la investigación de causas producto de denuncias ocurridas hace más de diez años.

Su única condena se debe a un escrache en el que ni siquiera participó y las pruebas que la in-criminan son los testimonios de una pareja que recibe un sueldo por parte del actual gobernador. El Poder Judicial jujeño no escu-chó ninguno de sus reclamos. No llama la atención que esté encabe-zado por una Corte en la que el gobernador Morales estableció mayoría automática pocos días después de asumir, mediante su ampliación.

Milagro cuestionó con nombre y apellido a Carlos Blaquier y su

familia, dueños y señores de la provincia. Milagro es la expresión del empoderamiento de miles de trabajadores y trabajadoras que se organizaron y demostraron la capacidad de la economía popular para construir viviendas, escuelas, hospitales, polideportivos y pile-tas. Milagro implica la resistencia indómita de la cultura de los pue-blos originarios. Milagro rechazó cualquier subordinación producto del rol que el patriarcado asigna a las mujeres en nuestra sociedad y asumió la conducción de su orga-nización. Por si fuera poco, Mila-gro no se contentó con construir un movimiento social, sino que se animó a construir su propio partido para ir a elecciones y así cuestionar el bipartidismo al ser-vicio de la oligarquía.

No es la corrupción ni el au-toritarismo lo que explica su de-tención sino todas estas razones. Por eso, ya contamos 500 largos días desde que el régimen polí-tico de la provincia de Jujuy se dispuso a descargar su odio oli-gárquico y racista. Revancha de clase. Revancha de piel. Revancha de género. Revancha cultural. La historia aún no concluye…

EDITORIAL

500 días presa política

Colectivo Editorial: Federico Araya, Ulises Bosia, María Paula García, Manuel Martínez, Cecilia Pato, Sebastián Tafuro, Pablo Wahren. Corrección: Micaela Difalcis Diseño y diagramación: Ignacio Fernández Casas

Manuel Mendizábal. Cambio es una publicación de PATRIA GRANDE. Se realiza bajo licencia de Uso Creativo Compartido. Está permitida la copia y utilización de la obra siempre y cuando se mencione la fuente y

no se utilice con fines comerciales. Las notas firmadas no reflejan necesariamente la opinión del colectivo editorial.

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Patria Grande patriagrandearg Patria Grande www.patriagrande.org.ar@PatriaGrandeArg

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3Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 63 Del 07 al 20 de junio de 2017 ECONOMÍA POLÍTICA

“El gobierno ha roto el contrato electoral”. De esa manera, la ex pre-sidenta señala cómo el

gobierno incumplió sus promesas de campaña. Más allá de la discusión acerca de la mentira y el engaño de los medios de comunicación como origen de todos los males, vamos a analizar qué planteó, enfocándonos en los dos elementos que mayor no-vedad suponen: inflación y consumo.

Según CFK, durante su gobierno los precios ya se encontraban en una fase descendente fruto de políticas y presencia estatal mediante los pro-gramas Precios Cuidados y Ahora 12. Sin embargo, creemos que el estan-camiento en el aumento de precios durante los años finales de su go-bierno estuvo también vinculado al enfriamiento de la economía y, por ende, del consumo (en 2014 post-de-valuación, se registró una caída de más de 2% entre puntas, o sea de di-ciembre 2013 a diciembre 2014).

Frente a la pregunta de cómo afrontar hoy el aumento sostenido de los precios, la ex presidenta en-saya una respuesta que escapa de los manuales de la economía orto-doxa: propone decretar la emergen-cia alimentaria y dotar al Estado de herramientas para intervenir en los diferentes eslabones de la cadena de valor. Coincidentemente con esta afirmación, debemos agregar que el problema de concentración y fija-ción oligopólica de los precios no se da solo en el caso de los supermerca-dos (como, en el ejemplo que dio, en el caso de La Anónima). La mayoría de los sectores productivos de nues-tro país cuenta con una estructura

altamente concentrada y con secto-res del capital que eligen una estra-tegia de acumulación basada en el aumento sistemático de los precios en lugar de la inversión productiva.

También en este pasaje podemos ver una de las pocas autocríticas con respecto a las propias limitaciones de su gobierno. CFK menciona que estas políticas no fueron aplicadas con anterioridad porque a veces es necesario sufrir golpes (como la asunción del gobierno actual) para poder contar con una espalda y un consenso social mayor para llevar adelante intervenciones más fuertes del Estado en la economía. ¿Pero acaso esa experiencia práctica del pueblo no puede darse a partir del enfrentamiento frontal con los sec-tores dominantes, como le sucedió al propio kirchnerismo en su pelea con los medios de comunicación concentrados?

Consumo, luego existo

Otro de los temas dominantes en el debate público después del cam-bio de gobierno tiene que ver con el consumo. Lógicamente, se trató de uno de los puntos centrales de la intervención de Cristina Fernández de Kirchner. Por un lado, porque plantea al consumo como una vara para la medición del malestar: ¿qué cosas tuviste que modificar en tu vida últimamente? Por otro, porque uno de los ejes de crítica al gobierno actual tiene que ver con la caída del consumo popular, el aumento en bienes de lujo y el crecimiento de la importación de bienes finales que reemplazan producción local.

La discusión acerca del con-sumo como responsable de la inclu-sión social atraviesa también otros

procesos en América Latina como pueden ser los disímiles casos de Brasil, Bolivia y Venezuela. En todos los países se vivió un au-mento fenomenal del consumo pri-vado que logró incluir socialmente, de alguna manera, a franjas de la población antes postergadas.

Sin embargo, todos estos gobier-nos llegaron a un límite (coincidente también con una fase descendente del ciclo de precios de las materias primas y otros fenómenos del con-texto internacional) en el crecimiento del consumo, tanto por procesos inflacionarios como por estanca-miento de la economía, estrangula-miento de divisas o enfrentamiento con los sectores productivos respon-sables del abastecimiento de dichos productos. Pensar de qué manera sortear estas dificultades resulta un debate interesante para elaborar un programa económico pensando hi-potéticamente (como plantea García Linera) en una posible nueva oleada de gobiernos populares en nuestro continente.

Al respecto de este debate, CFK aporta su visión durante la entre-vista. ¿Cuáles eran los problemas del modelo económico anterior? Los de todos los procesos de creci-miento: estrangulamiento del sec-tor externo por demanda de divisas para la importación de bienes de capital. O sea, el desarrollo de la in-dustria comienza a demandar más dólares de los que ingresan por las exportaciones a medida que el país crece. “La misma historia del primer peronismo, el problema del stop and go. Si hubiéramos tenido 30, 40 años de política sostenida, no hubié-ramos tenido estos problemas”.

Sin embargo, el debate acerca de la industrialización argentina

tiene una complejidad y una pro-fundidad mucho mayor ya que, por ejemplo, algunos de los secto-res industriales que más crecieron durante el kirchnerismo resultaron deficientes en términos de divisas, y profundizarona así el problema de la restricción externa. Además, el contexto de los cincuenta y los sesenta es muy diferente del actual. Urge repensar el rol de los países dependientes dentro de las cadenas globales de valor y los mecanismos de acumulación y reproducción del capital a nivel mundial, como tam-bién el lugar que puede ocupar la integración regional en una estrate-gia de desarrollo.

Continuar el debateTomamos como punto de par-

tida la entrevista a CFK del 25 de mayo por su alcance, por su im-portancia para el momento político del país pero también porque sirve para retomar ciertas discusiones imprescindibles para cualquier movimiento popular en esta etapa. Necesitamos darnos la tarea de ela-borar programas de gobierno que lleven esta oleada de acumulación de los sectores populares mucho más allá de los límites conocidos.

Por ejemplo, deberíamos pen-sar cómo resolver las condiciones dignas de trabajo para las mayo-rías populares dadas las limitacio-nes que impone el capitalismo en su fase actual y el rol de la terce-rización y la precarización laboral en los procesos de acumulación de capital. Debemos pensar también cuál es el rol de la economía po-pular en el marco de un gobierno popular y cómo modificamos es-tructuralmente la desigualdad de género presente en la economía.

Por Tomás Reneboldi

Una entrevista, varios debates económicosEl 25 de mayo, Cristina Fernández de Kirchner dio una entrevista que significó un hecho político en sí misma. Más allá de la discusión en formato “de prode” acerca de las probabilidades de que CFK sea finalmente candidata, el reportaje condensó un análisis económico bastante detallado.

“CFK menciona que estas políticas no fueron aplicadas con anterioridad porque a veces es necesario sufrir golpes para poder contar con una espalda y un consenso social mayor para llevar adelante intervenciones más fuertes del Estado en la economía. ¿Pero acaso esa experiencia práctica del pueblo no puede darse a partir del enfrentamiento frontal con los sectores dominantes, como le sucedió al propio kirchnerismo en su pelea con los medios de comunicación concentrados?

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4 DDHH

E l 30 de mayo se cum-plieron 500 días de la arbitraria detención de Milagro Sala en Jujuy.

En sus redes sociales, ese día, Eli Gómez Alcorta, una de sus abogadas, escribía lo siguiente: “En estos 500 días debimos vol-ver a pensar estrategias para de-fender presos políticos, debimos armar comités por la libertad en cada ciudad de la argentina y del mundo; debimos volver a recurrir a los organismos internacionales de derechos humanos ante la au-sencia de justicia en nuestros país; debimos articular nuestro trabajo con lo mejor de la iglesia, con sus curas en opción por los pobres; debimos cortar rutas, hacer festi-vales, peñas, huelgas de hambre, petitorios, envíos de cartas masi-vas, vídeos, canciones, escraches y todo lo que nuestra imaginación nos permitió.

En estos 500 días puteamos muchas veces, lloramos otras tan-tas, nos angustiamos gran parte del tiempo y nos abrazamos para que duela un poco menos. Porque la INJUSTICIA duele, joder, cómo nos duele.” La síntesis conmueve y motiva a redoblar los esfuerzos para que Milagro sea liberada.

Durante mayo, llegaron a nuestro país dos misiones de or-ganismos internacionales en re-lación con su caso. Por un lado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que anun-ció que visitará a Milagro en el penal donde está detenida y, por otro lado, el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU, que estuvo presente en el penal. En ambos casos, exigen su libertad, lo que frustró el intento del gobierno de aprovechar su presencia para limpiar su imagen internacional.

Por otra parte, el equipo de abogados de Milagro espera que, en lo inmediato, la Corte Suprema se expida sobre dos planteos. En primer lugar, la ilegalidad de la detención de Milagro en todas las causas que le armaron, teniendo en cuenta que fue electa como di-putada del Parlasur y, por lo tanto, cuenta con fueros. En segundo lugar, la inexistencia de pruebas que justifiquen el planteo de que pueda fugarse o entorpecer las in-vestigaciones judiciales en curso, por lo que, si la Corte avala este planteo, también debería ser libe-rada en todas las causas en las que tiene prisión preventiva.

Finalmente, la semana pasada, Eli y el equipo de abogados de Milagro plantearon en audiencia ante la Cámara de Casación Penal

N° 4 la revisión de la arbitraria condena por el caso del escra-che al entonces senador jujeño Gerardo Morales, en 2009, en el que Milagro ni siquiera estuvo presente y en el que las supuestas pruebas para incriminarla como instigadora fueron demostradas falsas y no concluyentes por parte de la defensa.

Además de abogada, Eli es una de las referentes de AHORA BUE-NOS AIRES, la plataforma ciuda-dana que impulsamos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires junto a otras organizaciones y perso-nalidades de distintos ámbitos. Conversamos con ella para profun-dizar sobre lo que implica la situa-ción actual de Milagro y, más en general, el momento político, la ne-cesidad de democratizar el Poder Judicial y el rol de los abogados y abogadas en esta etapa política.

Cambio: A 500 días de la deten-ción de Milagro, ¿tenés la sen-sación de estar viviendo un caso paradigmático en la historia del derecho argentino?

Eli Gómez Alcorta: Sí, sin lugar a dudas. En diez años, o quizá antes, se va a estudiar el caso de Milagro como el caso de más grave violación a los derechos humanos en la era del macrismo. Porque hay una diversidad tan grande y una sistematicidad tan

sostenida de violación a las ga-rantías más elementales en cada una de las causas de Milagro que lo colocan como un caso paradig-mático por su tremenda arbitra-riedad. No es que no existan casos en los que se violen las prisiones preventivas o en los que se viole el derecho de defensa judicial. Hay muchos casos, inclusive algunos que no tienen contenidos específi-camente políticos. Ahora, cuando uno lo analiza en términos globa-les, no hay dudas de que el caso de Milagro es un caso paradigmático.

C: Ahora bien, todas esas arbi-trariedades nos llevan a pensar en los límites, en las cosas que no logramos democratizar o poner en crisis del andamiaje judicial argentino, ¿no?

EGA: En principio, lo que no lo-gramos hacer en nuestros 34 años de vida democrática fue democra-tizar el Poder Judicial. Y cuesta mucho que la gente lo visibilice como uno de los graves proble-mas institucionales que tenemos en la Argentina. El Poder Judicial nunca fue democrático, esto no es tampoco algo exclusivo de la época de Macri. Es un poder al-tamente conservador, misógino, elitista, antipopular. Cuando uno piensa en la década del noventa, en ese momento de la Corte con la mayoría automática, de la ser-villeta de Comodoro Py, nadie

“En diez años se va a estudiar el caso de Milagro

como el de más grave violación a los derechos humanos en la era del macrismo”

Eli Gómez Alcorta

“El Poder Judicial nunca fue democrático, esto no es tampoco algo exclusivo de la época de Macri. Es un poder altamente conservador, misógino, elitista, antipopular.

Tras 500 días de detención arbitraria e ilegal de Milagro Sala, conversamos con su abogada Eli Gómez Alcorta sobre la actualidad del caso, la realidad actual del Poder Judicial y el rol de los abogados y abogadas populares en esta etapa política.

Por Federico Araya y Ulises Bosia

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5Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 63 Del 07 al 20 de junio de 2017

pensaba que era un poder inde-pendiente del poder político. Pero la diferencia es cuál era la utilidad que le daban al Poder Judicial. Estaba al servicio de generar im-punidad para la casta política, para que puedan llevar adelante la mayor cantidad de actos de co-rrupción, asegurados y ampara-dos por el Poder Judicial. En los últimos largos años, esto cambió. Sigue siendo igual de dependiente del poder político pero ya no para amparar o asegurar impunidad sino que a los fines de eliminar al oponente político. Pensemos en el caso de Brasil, porque no es algo exclusivo de nuestro país. ¿Cuál es el rol que tuvo la Corte Suprema en la destitución y en el golpe a Dilma Rousseff? Cuando uno se pregunta quiénes son hoy las personas que están siendo más perseguidas judicialmente en la Argentina tenemos a Milagro, CFK y Gils Carbó. Además de que son tres mujeres, lo que no me parece tampoco casual, ¿cuál es la herra-mienta de persecución política? La utilización del Poder Judicial. En algún punto hemos podido avanzar, en ciertos sentidos, en los ámbitos de los derechos huma-nos, que en eso sí creo que hay al-guna parte que está capitalizada. La marcha del 10 de mayo contra el 2x1 demuestra que lo capitali-zamos. Ahora, la falta absoluta de independencia del Poder Judicial se puede ver tanto en Comodoro Py como en cada localidad con los jueces adeptos a los respectivos

intendentes o a los gobernadores en las provincias. Esto es algo que está y que siempre estuvo.

C: ¿Esto cambia el rol del abo-gado de derechos humanos?

EGA: Sí, sin lugar a dudas. Para los abogados de derechos huma-nos esto significa un nuevo desa-fío. Uno siempre sabía que había que pasar el escollo del juez local, del juez adepto, del juez que está en connivencia, por ejemplo, con la policía y el poder político en las redes de trata. Vos sabías que saliendo de ese juez alcanzabas al-guna otra instancia en la que po-días llegar a encontrar algún tipo de resguardo a los derechos de los ciudadanos.

Nosotros, en el caso de Mi-lagro, hicimos todo un proceso: lograr salir de la provincia y lle-gar hasta la Corte Suprema de la que, junto a los 500 días de pri-sión, estamos esperando ahora su pronunciamiento. Pero a dos de sus jueces Macri los quiso de-signar por decreto a los 4 días de asumir, mientras que no sabemos el acuerdo que hicieron con una jueza como Highton de Nolasco para sostenerla una vez que haya cumplido los 75 años, violando la Constitución Nacional. Uno dice “ni siquiera tengo el paraguas en lo más alto”. Lo cierto es que, hagas lo que hagas con el caso de Milagro, lo van a resolver en términos políticos, no hay posi-bilidad de resolverlo en términos jurídicos. Eso nos obliga a pensar

distintas estrategias que van por fuera de lo judicial, estrategias po-líticas, instancias internacionales, mediáticas, que se han utilizado en otras épocas y que hoy las te-nemos que evaluar y volver a utili-zar en cada uno de los casos.

C: Ese desborde de lo estricta-mente jurídico también plantea el rol político de los abogados de derechos humanos.

EGA: Sí. Todos los abogados po-pulares subordinan necesaria-mente las acciones jurídicas o judiciales a las acciones políticas porque el conflicto es un con-flicto político, no es un conflicto jurídico. Sostener, entonces, que la resolución la vas a buscar por medios exclusivamente jurídicos te deja por fuera de la posible re-solución del tema. Si uno piensa cualquier caso, como por ejemplo el de una denuncia por usurpación de un gran terrateniente o una co-munidad indígena, si sos el abo-gado no tenés que salir a discutir alguna cuestión técnica sino a de-nunciar que cómo van a usurpar tierras que son tradicionalmente propias, o los negociados que hay entre un gobierno provincial y ese empresario. Uno necesariamente tiene que salir a buscar estrategias que no son las del procedimiento o de la dogmática penal.

C: Ahí se abre, también, la di-mensión colectiva del laburo ju-dicial. Porque, en cierta forma, la cuestión técnica puede ser abordada de forma individual

pero, al ir más alllá de lo jurí-dico, necesariamente aparece la necesidad de trabajo colectivo. ¿Cómo ves ese tema?

EGA: Justamente, el viernes pa-sado daba una charla en una fa-cultad sobre abogacía popular. Ahí decía que el abogado proto-típico, el abogado con el cual se nos forma en todas las univer-sidades argentinas, tiene un rol tradicional, liberal, pensado para un ejercicio individual y un some-timiento de las reglas del ordena-miento vigente. Pero, en cambio, cualquier abogado popular en cualquiera de sus facetas, sea un abogado de derechos humanos, sindical, de pueblos originarios, de presos políticos, de violencia institucional o de las organizacio-nes sociales, necesariamente es un abogado o una abogada que nunca hace un trabajo individual sino colectivo porque la herra-mienta jurídica es una más de las herramientas en la lucha de un conflicto. No es “la” herramienta, como en el caso del cobro de un pagaré, en el que el conflicto es simplemente ese. Como en estos casos se trata de conflictos políti-cos, si uno tiene que pensar, por ejemplo, una paritaria, el abogado sindical va a trabajar en términos políticos, de una disputa sobre el incumplimiento de la ley nacional por parte del gobierno nacional, como en el caso reciente de los docentes. Es un conflicto político y, por lo tanto, necesariamente su resolución es colectiva.

“Todos los abogados populares subordinan necesariamente las acciones jurídicas o judiciales a las acciones políticas porque el conflicto es un conflicto político, no es un conflicto jurídico.

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6 CÓRDOBA

En Córdoba se disputan, en estas elecciones, nueve

bancas a diputados nacionales. Si bien es

una elección de medio término, posibilita

avanzar en visibilizar una alternativa política de la

izquierda popular ante el bipartidismo cordobés,

que lleva más de 20 años cogobernando la

provincia.

El momento político actual de viraje hacia un modelo económico neoliberal a nivel nacional encuentra

en Córdoba un escenario fértil para su desarrollo. Gobernada por sectores conservadores del PJ en alianza con el actual gobierno de Macri -y en el marco de un pacto de gobierno histórico con la UCR-, se han profundizado las políticas regresivas de carácter neoliberal y el modelo económico, social y polí-tico funcional a las clases dominan-tes, con gran apoyo de los medios de comunicación hegemónicos que instalan y legitiman esta política. Esto genera condiciones más des-favorables para el pueblo cordobés al profundizar la pobreza –que al-canza al 40% de la población–, el control y represión social, que se conjugan con un contexto nacional inflacionario en el que la desigual-dad aumenta junto con el desem-pleo, los precios de la canasta básica alimentaria y las tarifas de los principales servicios.

Una alternativa ante los garantes del neoliberalismo

Las elecciones de este 2017 se presentan como un escenario de medición de fuerzas a nivel regio-nal entre los partidos hegemóni-cos –Unión por Córdoba (UPC/PJ) y CAMBIEMOS– camino a 2019, momento en el que se definirán los principales cargos ejecutivos de la provincia y de la capital cordobesa, y en el que el radicalismo ya anun-ció que saldrá a disputar la gober-nación provincial.

Estos partidos proponen en sus listas como candidatos, por un lado, a Martín Llaryora, ac-

tual vicegobernador por UPC-PJ y, por otro lado, la UCR, que ra-tifica su alianza con el Frente Cí-vico. Cambiemos, por su parte, propone a Diego Mestre (UCR), hermano del intendente de la ciu-dad de Córdoba, mientras las en-cuestas miden a Héctor Baldassi (Cambiemos).

Necesario es, ante este escena-rio, avanzar en la construcción de una alternativa política electoral al bipartidismo conservador expre-sado en los partidos tradicionales que canalice el descontento coti-diano del pueblo trabajador.

Es así que, como parte de las iniciativas políticas de PATRIA GRANDE por trascender a los partidos y estructuras tradiciona-les, se inició un trabajo de articu-lación en la búsqueda de avanzar en una apuesta política amplia. De allí surgió la plataforma “Córdoba Protagonista”, que resulta de la articulación entre La Colectiva, la Corriente Nacional Martín Fierro y PATRIA GRANDE y que lanza la iniciativa de construir una al-ternativa política en unidad entre distintas expresiones del campo popular, a la cual se incorporó Descamisados.

La apuesta política se sustenta en el acuerdo de interpelar a los sectores más progresistas de la provincia de manera amplia y plu-ral, buscando construir una expe-riencia que recoja lo mejor de las experiencias como el kirchnerismo cordobés y otras expresiones del campo popular, pero a la vez supe-rando sus limitaciones y poniendo un límite claro ante cualquier alianza con los sectores más con-servadores, como lo es Unión por Córdoba que lidera el PJ cordobés, o aquellos que han definido estrate-gias de acercamiento culminando, incluso, dentro de sus filas. Es por ello que, si bien la unidad es parte

de la estrategia política de la plata-forma, se reconoce desde el espa-cio que la lista encabezada por el acuerdo Acastello-Rodríguez Saá, resulta ser funcional a Unión Por Córdoba y no expresa una apuesta política de carácter democrático, popular y que demuestre decidi-damente combatir los intereses de los sectores dominantes, siendo un límite para la construcción de una real alternativa política.

De allí que se convoca a “con-cretar la unidad enunciada en un acuerdo con el conjunto de fuerzas políticas del campo popular, pro-gresista y de izquierda en Córdoba para unificar fuerzas a partir de la diversidad que la herramienta de las PASO permite articular. En esta propuesta se sustenta la esperanza de crear una alternativa popular y emancipadora”. A través de la plata-forma política se busca construir una alternativa que exprese un proyecto político que recoja las experiencias propias de las organizaciones que hacen parte de la apuesta; que visi-bilice y asuma como ejes de trabajo la lucha por la tierra y la vivienda digna, el feminismo popular; por un ambiente sano, el reconocimiento y desarrollo de la economía popular, etc. Y, ante todo, una democracia participativa en la que el pueblo sea un actor político clave. Con Cecilia “Checha” Merchán como candidata a diputada nacional, la apuesta busca colocar en un lugar preponderante la voz de las mujeres en un contexto político de movilización y visibiliza-ción de las luchas feministas.

Con la intención de construir un modelo político diferente que integre las diversas expresiones del campo popular, así como la diversi-dad territorial de la provincia, se han generado espacios de intercambio en Villa María, Calamuchita, Onca-tivo, Bell Ville, entre otras localida-des de la provincia de Córdoba.

El 2019 como horizonte

A través de “Córdoba Protago-nista” las organizaciones políticas buscan avanzar en la construcción de una experiencia nueva, de ca-rácter superador y que, asentada en las conquistas del pueblo ar-gentino, se proyecte hacia las elec-ciones de 2019 consolidando una alternativa novedosa y superadora al bipartidismo cordobés.

Desde el campo popular se busca generar las condiciones para dispu-tar la ciudad de Córdoba, cuyo elec-torado, si bien mayoritariamente ha expresado apoyo a la candidatura de Mauricio Macri en 2015, también ha demostrado su respaldo a alternati-vas políticas surgidas desde el vecina-lismo y con eje en la anticorrupción y en rechazo al narcotráfico, como lo fueran en su momento las propues-tas de Luis Juez, Daniel Giacomino e incluso Tomás Méndez, que perdió por escaso margen en la última elec-ción contra Ramón Mestre. Sin em-bargo, ninguna de estas propuestas se constituyó en opción real supera-dora ante los proyectos políticos de los sectores dominantes en la ciudad y tampoco fue capaz de contener y dar respuesta política a los altos ni-veles de conflictividad y movilización que protagoniza el pueblo cordobés en los últimos 18 meses.

Es por ello que la alternativa po-lítica por izquierda, desde el campo popular, se hace necesaria y podría hacer mella en un pueblo que se encuentra cada vez más reacio a las políticas de gobierno que aten-tan contra sus intereses y que ha demostrado que, mediante la movi-lización, es posible generar condi-ciones de mejora para los sectores populares, de allí que se hace nece-saria la construcción de una opción electoral que canalice esa fuerza popular hacia una verdadera alter-nativa política emancipatoria.

Córdoba protagonista: por una alternativa al bipartidismo conservador

Por Melisa Suárez y Mariana de la Vega

“ Con Cecilia “Checha” Merchán como candidata a diputada nacional, la apuesta busca colocar en un lugar preponderante la voz de las mujeres en un contexto político de movilización y visibilización de las luchas feministas.

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7Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 63 Del 07 al 20 de junio de 2017

La plataforma política VAMOS empieza a tomar forma en la provincia de Buenos Aires. Este diálogo entre Daniela Castro y Julia Rigueiro, referentes del Peronismo Revolucionario y de PATRIA GRANDE en Mar del Plata, es una muestra del camino de encuentro entre distintas experiencias del campo popular que estamos iniciando.

PROVINCIA DE BUENOS AIRES

E l sábado 20 de mayo lanzamos la plataforma política VAMOS en la Provincia de Buenos

Aires. Participamos referentes y militantes de diferentes ciudades de la provincia. Una de ellas fue Daniela Castro, referente de Pero-nismo Revolucionario y secretaria de género de la CTA de los Traba-jadores en Mar del Plata. Daniela es la primera transexual que ejer-ció su derecho a la identidad au-topercibida y, con su DNI, pudo convertirse en la primera y única funcionaria trans de la provincia de Buenos Aires. Nos juntamos un mediodía a tomar unos mates y conversar sobre su historia, la vida y la militancia que se combi-nan para mostrar aquello de que “lo personal es político”.

Julia Rigueiro: En tu perfil de Twitter te definís como laburante y peronista, ¿cómo te definirías o te presentarías a vos misma?

Daniela Castro: La verdad que sí, yo creo que esa es mi base. Soy laburante. Siempre busco hacer cosas y que me gusten, aunque no siempre tenemos esa oportu-nidad. A pesar de la cuestión de género que me restaba mucho más, siempre busqué la manera de hacer algo que me gustara pero no siempre tuve la posibilidad de hacerlo. Cuando tomé conscien-cia de lo que iba a ser mi vida por mi situación de género, tuve una alarma roja permanente –roja lite-ral– que era no llegar a tener que pararme en una esquina. Pero

siempre fui una laburante y lo he sido con trabajo registrado y no registrado.

Como peronista me identi-fiqué por mi abuela, mi abuela Ema. Por eso hoy me llamo Da-niela Ema. Yo siempre digo que no sé si mi abuela era peronista, yo creo que si Perón no hubiese existido y solamente hubiese exis-tido Eva, ella hubiese sido sola-mente “evitista”. Mi abuela quedó viuda cuando tenía 32 años, vivía en Carlos Tejedor, en el medio del campo. Perón y Eva laburaron el tema de las tierras con los peones y mis abuelos pudieron tener al-gunas hectáreas para trabajarlas ellos. Mi abuela siempre cuenta que cuando tenía 14 o 15 años comenzó a ser el auge de las má-quinas de coser y en un viaje fue Eva a Carlos Tejedor. Mi abuela se acercó a una persona que es-taba con ella y le dejó una carta en la que le pedía una máquina de coser. Pasaron aproximadamente seis meses y le contestaron la carta diciéndole que se la daban. A partir de ahí, siempre tuvo una foto de Eva en la entrada de su casa junto con las fotos familiares. Por eso digo que mi abuela fue un puntapié para definirme como peronista. Mi abuela fue, durante gran parte de mi vida, un sostén importantísimo.

Julia: ¿Podes contarnos cómo comenzó y cómo fue tu recorrido militante?

Daniela: Arrancó en la adoles-cencia, quizás no lo registré como tal, la palabra “militancia” llegó mucho tiempo después. Comencé,

puntualmente, por las situaciones de violencia que vivía, mi situa-ción era casi de rebeldía, de no poder entender por qué yo tenía que vivir eso. A partir de ahí, a cada cosa me rebelaba. Cuando con mis compañeras caíamos en la comisaría nos hacían firmar una especie de acta, todas decían lo mismo. Decían que estábamos borrachas o en bombacha y cor-piño o haciendo escándalo en la vía pública. Ese acta la teníamos que firmar y, como no era cierto lo que decía, yo no la quería firmar. Ahí arrancaba la discusión. Hasta que los milicos me decían que si no la firmaba íbamos a cumplir 30 días presas yo y mis compañeras que estaban afuera. Yo respondía que “bueno” pero que no iba a fir-marlo. Obviamente, mis compañe-ras me odiaban.

Julia: Claro, era lo peor caer presa con vos.

Daniela: Claro, pero después, con el tiempo, empezaron a entender que, en realidad, era hacer valer nuestros derechos. Esas actas des-pués se transformaban en causas. En ese momento no militaba, no sé qué hacía.

Julia: No militabas orgánica-mente, pero te rebelabas ante las injusticias.

Daniela: Exacto, no lo interpre-taba de esa manera. Después, con el transcurso de los años, le puse el nombre pero arranqué de muy chica. Si de joven no te rebelás, eso sí que es raro.

Julia: Yo creo que la militancia popular tiene ese condimento,

arranca con rebelión. ¿Y cómo llegaste a trabajar en derechos humanos?

Daniela: El tema de las Madres y de las Abuelas siempre me llamó mucho la atención, sin tener no-ción de lo que era la dictadura. A partir de ahí me empecé a sumar, entendí que mi lucha no era solo mi lucha, que no estaba sola con-tra el mundo, había otra situación, no eran todos contra mí. Después, me desprendí de mi género y en-tendí que la lucha era un conjunto de situaciones, en las que mi cues-tión de género era simplemente una más. A partir de ahí empecé a participar de marchas, a interiori-zarme, a acercarme más.

A fines de los años noventa la pasé muy mal cuando terminó lo que se conoció como “El loco de la ruta”. Estuve detenida tres meses en la comisaría 1ª. Salgo de estar detenida y a los dos días a pararme en una esquina. Cuando me paré ahí, vi que, al rato, en-frente, paró un Ford Taunus, era el auto del jefe de calle. Cuando lo vi me quedé paralizada. Era otra vez ir presa. Se bajó del auto, yo empecé a caminar. Me dijo que pare, que no me iba a llevar dete-nida. Se acercó y me dijo que no tenía nada en contra mía, que me vaya de Mar del Plata porque iba a terminar mal, me pareció que lo dijo a modo de consejo. Y le creí. Esos tres meses que había estado presa fueron de corrido, es decir, tres meses en la Comisaría. Sin embargo, no hay registros de mi detención. Por eso nosotras deci-mos que sufrimos secuestros y no detenciones. La pasábamos terri-

VAMOS por buen camino

Por Julia Rigueiro

“Como peronista me identifiqué por mi abuela, mi abuela Ema. Por eso hoy me llamo Daniela Ema. Yo siempre digo que no sé si mi abuela era peronista, yo creo que si Perón no hubiese existido y solamente hubiese existido Eva, ella hubiese sido solamente “evitista”.

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ble, por eso le creí al jefe de calle y me fui. Me tomé un colectivo y me fui. Estuve un mes en Buenos Aires y la pasé diez veces peor que acá, en Mar del Plata. No por el tiempo que estuve detenida, sino porque era mucho más violento. Trabajé en la zona de Palermo y, si bien mis compañeras sabían cómo moverse con respecto a la policía y dónde pararnos para evi-tar que nos lleven, ellos buscaban la forma para llevarnos detenidas igual. Una noche, salgo corriendo en dirección contraria a la que venía la policía para evitar que me lleven. Cuando salgo corriendo en dirección contraria, sale de atrás de unos autos otro policía y me choco con él y nos caemos los dos al suelo. Me agarró del pelo, se lo enroscó en su mano y me llevó al arrastre media cuadra. Estuve casi una semana sin poder apoyar la cabeza. Me llevaron a una alcal-día, estuve en un calabozo, sin saber dónde estaba.

Cuando salí, pensé que en mi vida había dos opciones: o volvía a Mar del Plata y encaraba lo que viniera, o bien juntaba coraje y me volaba la cabeza. Yo no quería resignarme a que sea esa mi vida. Ese fue el momento que marca un antes y un después. Nunca tuve la opción de volarme la cabeza, son muchas las compañeras que lo hacen. Entonces, me volví a Mar del Plata con el terror de que me había tenido que ir porque podía terminar mal.

A partir de ahí fue pensar cómo sobrevivir. Por medio de una vecina conseguí un plan social que pagaban $60 por mes, no al-canzaba para vivir. Así arranco a laburar en esos planes y salgo de la calle. Me mandan a laburar a un ropero en Parque Palermo, la-buraba cuatro horas con una má-quina a pedal. Arreglaba ropa y la llevábamos a los comedores, esto fue alrededor del año 2001. Ahí conocí a una compañera que cosía para Alpine Skate y, como yo no sabía coser muy bien, me daba los bolsillos para hacer. Me pagaban 5 centavos por bolsillo. Me levan-taba a las 5 de la mañana y eran las 11 de la noche y seguía cosiendo.

Esa compañera después me dice que en la Central [Central de Trabajadores de la Argentina] es-taban pidiendo gente capacitada y que vaya. Yo le dije que no, que ahí estaba tranquila. Mi amiga me insistió, yo no tenía ni el se-cundario terminado. Ella habló con la encargada y la encargada vino al ropero a hablar conmigo. Me dijo que me presente, que no importaba no tener el secundario completo, que querían gente del barrio. Le agradecí pero le dije que no, que me había tocado eso, que no me iban a dar un laburo. Al tiempo me convenció. Me pre-senté y después me llamaron para decirme que había quedado. Ahí empecé a laburar en la Central. Tuve que trabajar por primera vez con una computadora, no tenía idea para qué servía. Ella se to-maba horas después de su trabajo para enseñarme. Así quedé como

administrativa en la Central. Ahí comenzó la otra parte, conocí la parte sindical y la lucha. Quería ser parte, resurgió eso que yo sentía.

A los dos años y medio me dejaron de responsable adminis-trativa. La Central tenía más de 30 mil planes sociales y todos pa-saban por mis manos, la revisión de cada uno, etc. Eso hizo que empezara a articular con la Mu-nicipalidad de manera directa. En ese momento, asume Vilma Bara-giola y le pregunta a Calamante [Secretario General de la CTA-T] si podía trabajar unas horas en la Municipalidad. Calamante le dijo que hable conmigo. Yo le dije que si me pagaban no tenía problema, me dijo que sí. Necesitaba que mi compañera y yo capacitemos a la gente. Así comencé a viajar a La Plata, donde se presentaban los papeles. Allí conocí a Jorge Barral y me dijo que se había abierto la secretaria de Derechos Huma-nos, que él tenía chances de ir a trabajar ahí y que iba a necesitar gente. Le dije que no, que estaba bien en Mar del Plata, me insistió pero le dije que no. Al otro año

me separé, Vilma se iba para ser diputada, me quedaba sin laburo de nuevo. Ahí me acordé de Jorge y me fui para allá. Comencé a trabajar como temporal en la Se-cretaría. Después pasé a planta permanente y se fueron los fan-tasmas de quedarme sin laburo.

Julia: ¿Cómo ves la Provincia de Buenos Aires hoy? ¿Qué esperas del presente y de la plataforma política VAMOS?

Daniela: La provincia viene de-vastada, y no viene solamente de este gobierno. La llegada de este gobierno y sus políticas neolibera-les viene a resquebrajar algo que ya estaba mal. Lo increíble es que Vidal siga teniendo una imagen positiva. Hace 15 años que la pro-vincia no se endeuda como lo hizo la gobernadora, no había un va-ciamiento del Estado como el ac-tual. Se han cerrado gran cantidad de direcciones de los organismos que la gente no tiene idea. El que está afuera no tiene mucha idea y lo que no se cerró se paralizó.

Es triste porque sabíamos lo que se venía. Charlando con com-pañeros peronistas me decían que

una cosa que el peronismo o el FPV me criticaba a mí es que yo como peronista cuestiono mucho, y de a poco me fueron corriendo hasta que me fui sola. Me cuestio-nan porque no quería ser cómplice de los silencios. El peronismo tiene como norma o como pacto no cuestionar cosas de gobiernos que fueron peronistas, el claro ejemplo es Jorge Julio López, es un silencio que lleva mucho tiempo. Políticamente eso tiene un costo y te lo hacen pagar, prefiero pagarlo y apostar a una transformación: esta construcción de VAMOS a la que nos vamos acercando y segu-ramente los que se acercarán lo harán con esa intención.

No quiero seguir creyendo que la política es cíclica, no debemos permitir volver a ciertas situacio-nes. No hay políticas de Estado claras, ni tampoco dirigentes cla-ros. No hay políticas públicas a largo plazo a continuar. Lo que se hace cada cuatro años se rompe y se vuelve a construir, a hacer algo nuevo, no se hace o se destruye. El pueblo, entonces, no toma concien-cia de los derechos inamovibles que debemos tener como, por ejemplo,

PROVINCIA DE BUENOS AIRES

“Esos tres meses que había estado

presa fueron de corrido, es decir, tres meses en la

Comisaría. Sin embargo, no hay

registros de mi detención. Por eso nosotras decimos

que sufrimos secuestros y no

detenciones.

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9Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 63 Del 07 al 20 de junio de 2017

la salud, con todo lo que eso im-plica. Un presupuesto en salud que se actualice, que existan insumos y una atención adecuada. Eso es un derecho y falta decisión política.

No tenemos conciencia social de cuáles son nuestros derechos. Se hizo hincapié en el término “derechos humanos” y se centra-lizó en una época histórica ne-fasta de nuestro país y que está muy bien que sea de esa manera; sin embargo, esto lleva a marcar una división. Hablarle a la gente de derechos humanos es hablarle de la dictadura, que debemos re-cordar, pero no tiene que ser sola-mente eso. Tiene que ser un punto de inflexión del derecho a la vi-vienda, a la educación y recordar que en un momento de la historia de nuestro país no lo tuvimos y que a partir de ese momento se empezó a tener y es una política de Estado real que debe trascen-der a los partidos políticos. Hoy estas elecciones que vivi-mos son tan raras, tan distintas a otras. Si bien la política no es lineal, antes de 2015 era impen-sado que la provincia no sea pe-ronista o que cierto distrito donde

un tipo lo gobierna desde hace 15 años, lo vaya a perder. Todo eso era impensado. Eso se rompió. Está muy bien que se haya roto, no tiene que ser lineal, previsible. Sí tienen que ser previsibles cier-tas políticas de Estado que per-duren, que sean inamovibles. Ese quiebre que hubo en 2015 marca un antes y después. Por eso yo digo que VAMOS va a pasar las PASO, todos pensábamos que era imposible que Arroyo llegue a ser intendente de Mar del Plata y la situación cambió. Estamos vi-viendo otro proceso político.

Julia: ¿Qué es hacer política para vos?

Daniela: Contame vos que tenés una mirada más joven, ¿cómo ves estos procesos? ¿Hay un antes y un después?

Julia: Sí, en varios aspectos. Es la primera vez que la derecha go-bierna en la Argentina a través de un partido armado para tal fin. Con anterioridad, la clase domi-nante se valía de otros partidos políticos tradicionales e incluso de aquellos con orígenes popu-lares como la misma UCR. Sin

embargo, es la primera vez que un partido conservador por elec-ción popular llega al poder. Por eso creo que hay un antes y un después. A partir de ahí, cambió la sensibilidad de la población al emitir el voto y pensar la política. Desde mi perspectiva como mi-litante desde hace unos 10 años en la izquierda, desde 2015 me sentí desanimada varias veces. Pero también creo que tenemos responsabilidad histórica, no podemos mirar para otro lado. Desde 2015 somos muchas más las mujeres que salimos a la calle, con un nivel de masividad que no habíamos logrado alcanzar antes. Que esa bronca que sentimos se vuelva una bronca organizada, estamos en un momento propicio para mejorar algunas cosas histó-ricamente postergadas.

VAMOS se gesta como una feliz confluencia, las ganas, los cuestionamientos a lo tradicional como el peronismo y un enten-dimiento de la izquierda popular de quitarse ese purismo incondu-cente que mucha veces es secta-rio y repelente de la mayor parte de la población; y a partir de ahí

tender a anclarse en lo más hu-mano de la izquierda, que es la convicción de que todos somos iguales en cuanto a nuestros de-rechos y respetando la diversi-dad. Siendo ese el fundamento principal de la izquierda, y por eso siempre nos paramos de la vereda de enfrente de la derecha, ellos quieren fortalecer y resguardar la desigualdad. Tengo esperanza en lo que trabajamos, no podemos mirar para otro lado. Por eso hay que tender a la unidad para ha-cerle frente al macrismo.

Daniela: Hay varios criterios de entender la unidad. La unidad que piden algunos sectores no es uni-dad sino adoctrinamiento, es el no cuestionamiento de ciertas cosas. Distinto a nuestro criterio. Noso-tros y nosotras tenemos que tener la capacidad de tener ejes centra-les: el respeto, la inclusión, la base de los derechos… después debati-remos las formas. Siempre que tengamos la capacidad de discu-tirlo sin perder los objetivos y co-rriéndonos de los personalismos.

Julia: Vamos a ir por el buen ca-mino.

“El peronismo tiene como norma o como pacto no cuestionar cosas de gobiernos que fueron peronistas, el claro ejemplo es Jorge Julio López, es un silencio que lleva mucho tiempo. Políticamente eso tiene un costo y te lo hacen pagar, prefiero pagarlo y apostar a una transformación

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10 SINDICAL

El movimiento obrero argen-tino enfrenta hoy el desafío de concebir e impulsar, en lo inmediato, un plan de

lucha que dé continuidad al proceso de movilización popular protago-nizado por la clase trabajadora de nuestro país a través de 2016, un proceso que estalló con profunda fuerza en el multitudinario “marzo caliente”. Allí quedó reflejada, in-dudablemente, no sólo la capacidad de los trabajadores y trabajadoras organizados de resistir frente a las políticas neoliberales implementa-das por el gobierno, sino también el papel conciliador y colaboracionista del triunvirato de la CGT.

Pero, además, existe otro desa-fío que interpela hoy al movimiento obrero: es el de discutir, conformar y disputar al interior del movi-miento un programa sindical que oriente el rol y la estrategia de los y las trabajadores en un contexto de avanzada neoliberal.

En ese sentido, la historia del movimiento obrero argentino nos arroja algunas experiencias inspira-doras, cuyas enseñanzas sólo pue-den evaluarse a la luz del contexto en que se produjeron.

En 1957, en el contexto de la re-sistencia popular y obrera a la “Re-volución Libertadora”, el Plenario Nacional de Delegaciones Regiona-les de la CGT y de las 62 Organizacio-nes aprobó el Programa de La Falda, que planteaba una interpretación de la realidad argentina del momento inspirada en las tres banderas pero-nistas –independencia económica, justicia social y soberanía política–, y articulaba en torno de esa concep-ción una serie de reivindicaciones sindicales y políticas de y para las clases trabajadoras. Entre ellas se contaban el salario mínimo, vital y móvil; la estabilidad laboral, la pre-visión social integral y el “control obrero de la producción y distribu-ción de la riqueza nacional”. Además, el programa llamaba a la nacionali-zación de los frigoríficos y de los recursos energéticos y esbozaba una propuesta de reforma agraria soste-niendo la necesidad de una “expro-piación del latifundio y extensión del cooperativismo (…) en procura de

que la tierra sea de quien la trabaja”. En 1962, el Programa de Huerta

Grande retomó el espíritu de La Falda. Elaborado en el Plenario Nacional de las 62 Organizaciones, el programa proponía –entre otros puntos– la implantación del control obrero sobre la producción, la na-cionalización de la banca y de los sectores clave de la economía, la ex-propiación de la tierra a los grandes latifundistas y el desconocimiento de la deuda externa contraída “a es-paldas del pueblo”. Uno de los prin-cipales impulsores del programa fue Amado Olmos, dirigente combativo del gremio de Sanidad. Los sectores sindicales agrupados en torno de Olmos, y promotores del Programa de La Falda, se enfrentaban por entonces no solo a las políticas an-tipopulares implementadas desde el poder político –Frondizi había aplicado, hasta el año anterior, el represivo Plan CONINTES–, sino además a las posturas conciliadoras y hasta colaboracionistas de secto-res del propio movimiento obrero, dentro de los cuales se destacaba la figura emblemática de Augusto Ti-moteo Vandor.

De la CGT de los Argentinos a la Corriente Federal

Unos años más tarde, en 1968, tomó forma el que probablemente sea el programa sindical más emble-mático de la historia del movimiento obrero argentino: el del 1° de Mayo, manifiesto fundador de la CGT de los Argentinos que se conformó en

disidencia con la burocrática CGT Azopardo, encabezada por Vandor. El Programa del 1° de Mayo, inspi-rado en las experiencias previas de La Falda y Huerta Grande, propone una interpretación integral de la rea-lidad social y política de su época, en la que la dictadura de Onganía pro-fundizaba el proceso de deterioro de las condiciones de vida del pueblo, extranjerización y concentración de los recursos económicos, proscrip-ción y represión política que se había abierto en 1955. “El movimiento obrero es la voluntad organizada del pueblo y como tal no se puede clausurar ni intervenir”, sostenía en ese marco el programa. En su elabo-ración política tuvo un papel central Raimundo Ongaro, mítico dirigente de los trabajadores gráficos que li-deró la CGTA. Rodolfo Walsh, como periodista y escritor incorporado a la experiencia sindical de dicha cen-tral combativa, aportó la redacción del texto. La orientación estratégica del programa promovía la función social de la propiedad, la participa-ción de los trabajadores en la pro-ducción y la distribución de bienes, la nacionalización de los recursos económicos, el desconocimiento de la deuda externa, la expulsión de las empresas monopólicas, la reforma agraria, y la democratización del de-recho a la educación.

En la actualidad, el programa de la Corriente Federal de Trabajadores plantea algunos elementos intere-santes para pensar y debatir un pro-grama de los y las trabajadoras que contribuya a construir una salida po-

lítica progresiva al actual contexto. La CFT, enmarcada en la CGT, disputa la conducción de la central frente al inmovilismo tibio de su dirigencia: “Nuestras demandas”, sostiene el programa, “no deben ser objeto de negociaciones coyunturales con los dictados del poder. Tenemos el de-safío de recuperar la movilización y dar la respuesta social a un gobierno al servicio de las multinacionales, la oligarquía y el sistema financiero y de prepararnos para volver a ser protagonistas en defensa de una de-mocracia plena con Justicia Social”. El programa podría ser ampliado y enriquecido. Sería importante, en ese sentido, incorporarle una perspec-tiva de género en un contexto en que el feminismo impugna con fuerza el machismo presente en las estructu-ras organizativas del movimiento sindical. Sin embargo, constituye un buen piso para que el movimiento obrero y el campo popular articu-len acuerdos programáticos sólidos, en pos de la construcción de nuevas mayorías sociales.

Justamente, si repasamos la his-toria del movimiento obrero, ha sido en los contextos más adversos que la clase pudo forjarse las herramientas programáticas que permitieran en-frentar políticas antipopulares no solo desde resistencia defensiva en las calles, sino además desde la ge-neración de alternativas de y para las grandes mayorías del país. Esa es la tarea, para nada sencilla pero indudablemente necesaria, del movi-miento obrero y del campo popular en la etapa histórica actual.

“Si repasamos la historia del movimiento obrero, ha sido en los contextos más adversos que la clase pudo forjarse las herramientas programáticas que permitieran enfrentar políticas antipopulares no solo desde resistencia defensiva en las calles, sino además desde la generación de alternativas de y para las grandes mayorías del país.

Pasado y presente de los programas del movimiento obrero argentinoLos desafíos del movimiento obrero en la Argentina son múltiples y complejos y se agudizan en esta coyuntura de ajuste que nos plantea el gobierno de Cambiemos. En este artículo repasamos algunas experiencias programáticas que nos sirven de aprendizaje para encarar no sólo tareas defensivas sino la generación de alternativas.

Por Victoria García, Rodrigo Martínez, Fernando Toyos y Fernando Verón

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11Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 63 Del 07 al 20 de junio de 2017 NUESTRA AMÉRICA

El pasado 18 de mayo, la Red Globo difundió un audio en el que el pro-pio presidente ilegítimo

de Brasil, Michel Temer, aprueba el pago de sobornos por parte de JBS (la mayor empresa cárnica del mundo) a Eduardo Cunha (con el único objetivo de “mantenerlo ca-llado”), ex presidente de la Cámara de Diputados, principal impulsor del impeachment que destituyó a Dilma Rousseff y actualmente en prisión, condenado por corrup-ción en la causa Lava Jato.

En la misma grabación, Joes-ley Batista, dueño de JBS, con-sulta a Temer sobre la necesidad de resolver “algunos problemas” que su empresa tiene (JBS nece-sitaba comprar gas a menor costo a Petrobras). Temer le da indi-caciones al diputado PMDbista Rodrigo Rocha Loures para cola-borar con Batista y es el mismo día, 18 de mayo, que también salen a la luz las imágenes de Loures recogiendo una valija con 150 mil dólares en una pizzería de São Paulo.

Las repercusiones, claro, fue-ron inmediatas. Ese mismo día, las sesiones ordinarias del Con-greso fueron clausuradas estrepi-tosamente dando muestras claras de no querer abordar el tema que ya se estaba convirtiendo en un escándalo político internacional. Sobre la hora, la oposición logró presentar un pedido de impeach-ment contra el presidente golpista bajo las acusaciones de delito de responsabilidad, corrupción y obs-trucción de la justicia.

Por la noche, en diferentes puntos del país, se sucedieron manifestaciones espontáneas que con la voz en alto gritaban ‘‘Fora Temer’’ y ‘‘Diretas Já’’, las dos consignas que desde que fue con-sumado el golpe colman las calles como la reivindicación necesaria para saldar la deuda institucional del estado brasileño con su pueblo.

El fin de semana posterior, los movimientos y organizaciones del campo popular se articularon en todo el país para realizar masivas manifestaciones reclamando la re-nuncia de Temer.

El pueblo organizado en las calles no es una novedad por estos días en Brasil. Tras una serie de reformas, ajustes y medidas que muestran de plano la intención del gobierno golpista de instalar la agenda neoliberal en la política brasileña, el campo popular ha es-tado en total actividad defendiendo y reivindicando los derechos del pueblo. Después de la reforma constitucional que pone techo a las inversiones del Estado por 20 años, el gobierno avanzaba sobre la re-forma jubilatoria que no es otra cosa que una brutal flexibilización y, en términos políticos, un retro-ceso sin igual en la historia de los trabajadores. Así es que para el 24 de mayo ya estaba programada una movilización masiva con ocupación en Brasilia pero, después de darse a conocer las pruebas más contun-dentes de corrupción de Temer, la movilización ganó nuevos contor-nos y se exigió la renuncia inme-diata del presidente que ya había declarado a la prensa que renunciar sería asumir la culpa de las acusa-ciones y que, en tal caso, tendrían que derrocarlo. Mientras tanto, el gobierno eligió mandar al ejército a reprimir a su propio pueblo.

También, quienes fueron los principales blancos políticos e ideológicos del golpe, Dilma y Lula, estuvieron presentes en el 6to Congreso del Partido de los Trabajadores (PT) que, tras la crisis agravada, se convirtió en otro fuerte escenario del reclamo popular por la democracia. El ex-presidente instó a sus dirigen-tes a pensar políticas volcadas a los sectores populares, en especial mujeres, sin tierra, quilombolas y LGBT’s. Dilma, por su parte, enfa-tizó en la necesidad de una “legiti-midad que solo el voto popular da. Es ‘Diretas Já’ por una cuestión de supervivencia del país”.

¿Y si Temer cae?Bajo las diferentes circuns-

tancias en las que pueda darse la salida de Temer del gobierno, el escenario que se abre es com-plejo. Según la Constitución, si el vicepresidente fuera depuesto, es el presidente de la Cámara de Diputados quien asumiría el cargo. El problema aquí es que Rodrigo Maia, quien detenta ese cargo, está acusado en la Causa Odebrecht de recibir 350 mil dó-lares en coimas que financiaron

su última campaña y podría ser encarcelado.

En segundo lugar para la suce-sión está el presidente del Senado y, aquí también, se presenta el mismo problema: Eunicio Olivera está acusado en la causa Lava Jato.

Es el Supremo Tribunal Fe-deral quien podría impedirles la asunción del cargo. De esta ma-nera, quien asumiría sería Car-men Lucía, presidenta del STF, quien en un plazo de 30 días po-dría llamar al Congreso para un proceso de elecciones indirectas.

¿Por qué elecciones directas?

Según la Constitución, el pro-ceso solo admite elecciones indirec-tas, es decir, es el propio Congreso quien decide entre los candidatos que se presenten. O sea, el mismo Congreso cuyo 40% de los integran-tes está investigado o acusado de corrupción; el mismo Congreso que destituyó a una presidenta electa por el voto popular y que se ungió como gran defensor de la democra-cia y que ahora no hace más que dar muestras de la profunda crisis de representatividad que tiene la democracia brasileña.

Para lograr las aclamadas elecciones directas, es necesario un Pedido de Enmienda Constitu-cional que se tramite de urgencia, lo que obligaría al Congreso a no tener receso en julio, a la vez que pospondría la votación de la re-forma jubilatoria.

Por eso es tan importante la movilización popular y que, en todo el país, se fortalezca día a día el reclamo de elecciones directas.

En los últimos días, distintas manifestaciones superaron las 100 mil personas en marchas, shows culturales y ocupaciones. Todas bajo el reclamo de ‘‘Diretas Já’’. Entre tanto, el presidente fue autorizado a presentar una decla-ración por escrito ante la justicia luego de las acusaciones.

Ante tamaña confusión y agotamiento de esos supuestos representantes que están en el gobierno, la opción para el campo popular sigue siendo organizarse y tomar las calles haciendo oír su voz y su justo reclamo ante un go-bierno que solo ha generado per-juicios al pueblo trabajador y a la democracia toda.

Por Gerardo Gamarra, desde San Pablo.

Brasil: Temer acorralado

Tras la difusión de audios que comprometen directamente a Michel Temer en un caso más de corrupción en Brasil, la crisis política que el país sudamericano transita se agudizó y abre un escenario de importantes definiciones en el mediano plazo.

“En los últimos días, distintas manifestaciones superaron las 100 mil personas en marchas, shows culturales y ocupaciones; todas bajo el reclamo de ‘‘Diretas Já”.

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12 NUESTRA AMÉRICA

La insistencia opositora en recurrir a la violencia calle-jera confirma la hegemonía de grupos comprometidos

con la salida forzada del gobierno. Todo ello se enmarca en un con-texto de crisis económica impuesta y un estancamiento político que impacta diariamente en la moral de la población y en el propio te-jido social del país.

El 1° de mayo, el presidente Ni-colás Maduro anunció la iniciativa de elegir, por medio del voto universal y secreto, una nueva Asamblea Na-cional Constituyente (ANC). El go-bierno inició su campaña con nueve ejes temáticos desde donde reformar y actualizar el texto que vio nacer a la República Bolivariana. A su vez, se abre el juego para incluir pro-puestas elaboradas desde las bases que deberán ser canalizadas por los 545 constituyentitas que resulten elegidos el 30 de julio. Al cerrarse la inscripción el 4 de junio, más de 55314 venezolanos y venezolanas se han registrado entre representacio-nes territoriales y sectoriales.

Sin embargo, la dirección de la oposición ha insistido en boi-cotear el proceso y cuestionar su legitimidad, optando por promo-ver diariamente las protestas ca-llejeras. No parece importar que el gobierno haya reconocido todos los reclamos de los voceros oposi-tores: anunció la realización de las postergadas elecciones regionales para diciembre de este año, ante-sala de las presidenciales de 2018, y confirmó que la Constitución resul-tante de la ANC deberá ser apro-bada en un referéndum nacional.

Un juego peligroso está en curso: no solo el resultado de la constituyente resulta importante

por el contenido que dará a la base jurídica y legal del país; más impor-tante aún es que pueda contar con una participación mayoritaria. De lo contrario, no está en juego sólo la representatividad o continuidad de un gobierno sino la misma es-tabilidad del país y la legitimidad del Estado. Una Constitución que no sea reconocida por una parte significativa de la población solo afianzará la fractura social y polí-tica. De ahí en más, cualquier posi-bilidad entra en los cálculos.

El delgado hilo democrático, el chavismo y sus propias correas

La Asamblea Nacional Consti-tuyente contiene un potencial que, de saberse aprovechar, podría re-vitalizar el proceso saldando así el empate en el que se encuentra la confrontación política. Revivir el entusiasmo al apelar a unos de los elementos más ricos de la Re-volución Bolivariana: la democra-cia participativa y protagónica que subvierte las lógicas de la demo-cracia representativa.

Pero ello, demandará de una gran capacidad de comunicación de los fines buscados, de peda-gogía en explicar los medios y de apertura para canalizar reclamos, demandas e inquietudes de la base social. Contra la propia energía del elemento comunal y participativo han actuado años de guerra econó-mica, corrupción y burocratismo.

La estructura partidaria del chavismo deberá mostrar nue-vamente la flexibilidad que supo tener en el pasado este movimiento policlasista para integrar a los di-versos sectores sociales y sus inte-reses. De lo contrario, el saldo final podría golpear en un mayor retrai-miento de la participación popular y un crecimiento del desencanto.

Un aspecto a destacar ha sido el creciente protagonismo mediá-

tico que ha ganado la fiscal general Luisa Ortega. Con sus críticas a la metodología con la que se ha con-vocado a la ANC y al accionar de las fuerzas de seguridad, proveyó de un importante empujón a la oposi-ción partidaria, en especial por tra-tarse de una figura que hasta marzo se hallaba asociada al chavismo.

Ortega se ha transformado en una voz de disenso desde dentro de uno de los poderes del Estado; lo cual vuelve más transparente la manera en la que la disputa nacio-nal se ha afianzado en el corazón mismo de las instituciones. Si esto se suma al estado de desacato en el que se encuentra la mayoría parlamentaria, el futuro próximo podría ver una mayor degrada-ción o parálisis institucional.

La evolución de la violencia hacia el ensayo insurreccional

Si bien debe reconocerse que hay una base de realidad desde la cual parte el descontento, ha tomado especial protagonismo la metodolo-gía violenta de grupos de choque en las protestas y “guarimbas”. Mues-tran una mayor capacidad de orga-nización y acción que en el último ciclo de violencia producido en 2014.

Si bien en los medios de co-municación internacionales se ha representado la imagen de un movimiento de protesta civil y pacífica, llama la atención la coor-dinación de acciones simultáneas contra objetivos bien definidos: infraestructura relacionada con la provisión de servicios y alimen-tos, vías e intersecciones clave en la comunicación entre poblacio-nes y zonas productivas, instala-ciones militares y policiales son objeto de incursiones en las que abundan las armas de fuego, case-ras o convencionales.

Pese que para finales de mayo y principios de junio la mayoría

de los focos de violencia parecen haberse contenido, abril y mayo fueron testigo del ensayo de un es-cenario insurreccional a pequeña escala con los copamientos de te-rritorios en urbanizaciones como Los Teques y San Antonio de Los Altos (en los accesos sur de Cara-cas) o el intento de ocupación de la localidad barinense de Socopó a mediados de abril. Escenarios en los que hubo un intento abierto de expulsar al Estado y constituir zonas liberadas.

A la par de esto, resultan pre-ocupantes los efectos que sobre la psicología colectiva está teniendo la promoción constante de la de-monización del otro y el predomi-nio de una lógica de guerra en el discurso social y político. El lin-chamiento y quema del joven Or-lando Figueroa (que falleció a raíz de sus heridas el 4 de junio) acu-sado de chavista por su aspecto fí-sico y por tener puesta una remera roja, en el contexto de una protesta opositora en la plaza Altamira de Caracas, grafica cruentamente los niveles de descomposición social que se están alcanzando.

De perpetuarse el empate político, cabe preguntarse si no veremos una escisión entre la po-lítica y el sentir de las mayorías, alimentándose mutuamente con el crecimiento de la apatía y la social; escenario propicio para el predominio de la violencia.

La crisis impuesta sobre el país hace que sea muy difícil hoy poder imaginar cómo será su de-venir. Pero, en medio de la incer-tidumbre, la certeza es que existe un acumulado del chavismo sig-nificativo que aún está por verse cómo se pondrá en juego. En la apropiación de la política por parte del pueblo donde reside en gran parte el legado de Chávez, y quizás una parte de la respuesta al interrogante que es Venezuela.

Venezuela en el punto de bifurcación

“La Asamblea Nacional Constituyente contiene un potencial que, de saberse aprovechar, podría revitalizar el proceso saldando así el empate en el que se encuentra la confrontación política.

Dos bloques de fuerzas avanzan en simultáneo y expresan agendas y estrategias mutuamente excluyentes: el proceso constituyente oficial y la vía destituyente insurreccional. La resolución del actual empate político podría demorarse al año que viene, pero su conclusión definirá sin duda el curso de la Revolución Bolivariana.

Por compañeros de la Brigada Eva Perón, desde Caracas

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13Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 63 Del 07 al 20 de junio de 2017

En “Mirar a Venezuela, más allá de la polarización”, un conjunto de intelectuales europeos y latinoamerica-

nos expresaron su preocupación con la situación de violencia exis-tente de la que consideran que “el principal responsable de la situa-ción en Venezuela –en tanto garante de los derechos fundamentales– es el Estado en manos de las actua-les autoridades gubernamentales”. Entre nuestros compatriotas, algu-nas de las firmas más conocidas son las de Beatriz Sarlo, Maristella Svampa, Roberto Gargarella, Car-los Altamirano y Pablo Alabarces.

Tal como indica el título, su idea central es “colocarse por encima de esta polarización” y así “buscar las vías de otro diálogo político y so-cial que dé lugar a aquellos secto-res que hoy quieren salir de dicho empate catastrófico y colocarse por encima de toda salida violenta”.

Lógicamente, los principales medios de comunicación de la de-recha latinoamericana levantaron la declaración porque saben que estar “más allá de la polarización” es algo que ocurre únicamente al interior de las cabezas de sus firmantes.

En realidad, su tesis es que la polarización no es la expresión de un profundo conflicto social estruc-tural, desatado por la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, sino el juego entre “un gobierno cada vez más deslegitimado, con marcados rasgos autoritarios” y “sectores ex-tremistas de la oposición que tam-bién buscan una salida violenta”. Es decir, se trataría de un problema “superestructural”, de una cuestión de estrategias entre sectores políti-cos minoritarios que manipulan la situación en su propio beneficio.

En este punto de vista, en el que el pueblo venezolano es ante todo espectador, víctima inocente de po-líticos malintencionados, detrás de las sofisticaciones intelectuales se esconde una mirada ingenuamente antipolítica que rechaza cualquier análisis de las relaciones de fuerza realmente existentes o de los intere-ses sociales en juego.

Y algo más. Su tesis es que de la derrota de las fuerzas populares surgiría el espacio para que crez-can sectores de izquierda o centro izquierda opositores, lo que a su vez abriría las posibilidades de una superación de la experiencia vivida. Sin embargo, no solo en Venezuela sino en el conjunto de los países latinoamericanos está visto que la derrota de las fuerzas populares a la que fortalece es a la derecha. La radicalización de los procesos real-

mente existentes es la única vía de superación posible.

Venezuela representa el pro-ceso de mayor confrontación con el orden neoliberal en nuestro con-tinente, por esa razón es donde las contradicciones sociales asumieron más virulencia. Pero estas opiniones no son una novedad, sino el resul-tado de cómo la izquierda liberal recorrió la etapa de ascenso de los pueblos latinoamericanos que se abrió a inicios del siglo XXI.

Plataforma 12: Argentina “más allá de la polarización”

En enero de 2012, buena parte de estos mismos intelectuales argen-tinos lanzaron un espacio llamado “Plataforma 2012” con el objetivo de “recuperar el pensamiento crí-tico” en el contexto de un alto nivel de polarización en nuestro país. Se ubicaron como némesis de Carta Abierta, agrupamiento que acusa-ban de estar compuesto por “vo-ceros del gobierno”. También aquí reaparecía la mirada antipolítica.

Se trataba de un planteo similar: la polarización política no era el re-sultado del conflicto entre los campos políticos y sociales en juego, sino una artimaña artificial en la que había que tomar distancia de ambos polos.

No casualmente el recorrido de muchos de ellos estuvo entre-lazado con el de Proyecto Sur, la fuerza liderada por Pino Solanas que emergió con un discurso nacio-nal y popular potente pero que, una vez instalada la polarización social a partir de 2008, pasó a ubicarse en el antikirchnerismo.

Muchos de ellos también fueron parte del mundo intelectual cer-

cano a la izquierda independiente, del que en su momento formamos parte quienes hoy integramos PA-TRIA GRANDE. Nuestra diferencia fue que, en ese momento, leímos de manera opuesta la polarización po-lítica existente, por lo que asumimos la necesidad de rechazar el polo antikirchnerista sin por eso incor-porarnos al gobierno de CFK ni si-lenciar nuestras posiciones críticas, proceso del que surgió la tendencia del campo popular que hoy llama-mos “izquierda popular”.

En cambio, otros sectores de la iz-quierda independiente sí abrazaron la idea de ponerse “más allá de la po-larización” y, en nombre de la cons-trucción de una nueva izquierda, la hicieron converger con una apuesta por distintas experiencias antikirch-neristas, tanto de la centroizquierda como de la izquierda clasista.

Ya para el balotaje argentino de 2015, estos recorridos se mostraron cristalizados en dos tendencias en la izquierda argentina: una liberal que o bien directamente prefirió a Macri o bien defendió que “daba lo mismo” quien ganara; otra popular que hizo el mayor aporte que pudo a evitar el regreso de un gobierno neoliberal a nuestro país.

Bolivia y Ecuador “más allá de la polarización”

Con las banderas de la ecolo-gía y la democracia, estas mismas voces también vienen cuestionando hace tiempo los procesos popula-res en curso en Bolivia y Ecuador. La principal acusación es la de “ex-tractivismo”, etiqueta creada para catalogar a los gobiernos de Evo Morales y Rafael Correa como si

fueran una continuidad de la his-toria de 500 años de saqueo de los bienes comunes naturales.

Fue el propio García Linera quien contestó estas críticas en su momento, explicando que no se puede deshacer en diez años una estructura económica con siglos de vigencia. Cualquier discusión sobre la profundización del pro-ceso boliviano tiene como punto de partida ineludible el reconoci-miento del liderazgo popular de Evo Morales, así como el carácter progresivo del proceso de cambio.

Lo mismo ocurrió con su defensa de sectores indígenas en Ecuador cuando se enfrentaron con el go-bierno de Correa, como si se tratara de una cuestión de principios. Más interesante sería si existiera un aná-lisis concreto de esos conflictos lo que, por ejemplo, obligaría a expli-car sin idealizaciones eurocentristas que así como fueron un sector social determinante en la resistencia al neoliberalismo, también jugaron un rol muy regresivo como parte del go-bierno neoliberal de Gutiérrez, o re-cientemente, al apoyar al banquero Lasso en el balotaje presidencial.

No ser complaciente con las limitaciones de los procesos po-líticos latinoamericanos requiere como premisa indispensable ubi-carse correctamente frente a la polarización inevitable que genera el enfrentamiento con las oligar-quías locales y el imperialismo. De otro modo, se termina siempre cumpliendo un papel regresivo. Hablar en nombre de ideales “de izquierda” no lleva a tener posicio-nes políticas “de izquierda”, ese es el drama histórico del liberalismo en Nuestra América.

La izquierda liberal más acá de la polarización

“No ser complaciente con las limitaciones de los procesos políticos latinoamericanos requiere como premisa indispensable ubicarse correctamente frente a la polarización inevitable que genera el enfrentamiento con las oligarquías locales y el imperialismo. De otro modo, se termina siempre cumpliendo un papel regresivo.

Un grupo de intelectuales argentinos firmaron en las últimas semanas una declaración internacional llamada “Mirar a Venezuela, más allá de la polarización” en la que toman partido abiertamente contra el gobierno de Maduro en nombre del pensamiento de izquierdas. Es el punto de llegada de una serie de posiciones antipopulares previas.

Por Ulises Bosia

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14 ECONOMÍA POPULAR

Con la llegada de Macri y su “apertura al mundo”, que no es más que libe-rar el mercado para que

nos inunden con productos impor-tados de menor valor que los pro-ducidos localmente, la industria textil fue una de las ramas más perjudicadas. Según datos oficia-les, hay 5000 laburantes entre sus-pendidos y despedidos en el sector formal de la industria textil que, sabemos, representa un pequeño porcentaje del universo total. Si por cada empleo formal que se pierde hay tres del sector de la economía popular, en esta rama sin dudas la proporción es mayor.

Por otro lado, la industria textil se enmarca en un proceso de pro-ducción muy particular en nuestro país, en el que la super explotación es moneda corriente. Hoy, los cos-tureros están obligados a trabajar por cuenta propia en sus casas con jornadas laborales que superan las 12 hs, en talleres sin medidas de se-guridad elementales, viviendo con sus hijos e hijas en esos mismos ta-lleres (causa de trágicos incendios, que costaron la vida de los pibes y que han tomado estado público), hacinados en condiciones de salu-

bridad vergonzosas y padeciendo la consecuente epidemia de tuber-culosis que se desparrama entre los y las laburantes.

En este contexto es que, en el marco del Movimiento de Tra-bajadores Excluidos (MTE), se vienen organizando hace más de un año decenas de laburantes de la costura en cinco polos textiles en la CABA y otros tantos en la provincia de Buenos Aires. Se han logrado mejorar las condiciones en las cuales se labura y se nego-ció de manera conjunta contratos con empresas privadas y con el Estado. Se logró poner en pie un centro infantil para los hijos de sus trabajadores, asegurándoles una infancia más segura y, digá-moslo así, un poco más de infan-cia. Este proceso ha logrado que el ámbito de trabajo esté fuera de las casas con el objetivo de que puedan usarse para descansar sin necesidad de convivir con el ruido de las máquinas de costura: la casa para habitar, el polo para trabajar. Las condiciones de salubridad y seguridad de la construcción de los polos son clave para que no se ponga en riesgo la vida de los compañeros y compañeras y se garantice el acceso a una obra so-cial y aportes jubilatorios a través del monotributo social y la Obra Social Mutual Senderos de CTEP.

Ese trabajo que venimos rea-lizando como organización está puesto ahora al servicio de la con-solidación de la Federación a nivel nacional. Porque estamos convenci-dos de que organizándonos es como vamos a lograr seguir mejorando las condiciones de laburo. Es con orga-nización y lucha que le arrancamos al gobierno nacional la Ley de Emer-gencia Social que, entre otras cosas, les garantiza a los laburantes de la economía popular un salario social complementario que permitirá a los costureros y costureras partir de un piso más alto mes a mes.

Todavía quedan muchos desa-fíos. Lograr mejorar las condicio-nes con las que se negocia con los privados; arrancarle al Estado la-buros que de otro modo se licitan con privados (que luego tercerizan pagándole migajas a costureros informales); lograr tecnificar los polos para así conseguir mejores trabajos y lograr bajar la carga la-boral para que, de esa manera, los compañeros y compañeras puedan trabajar un máximo de 8 hs diarias y descansar los fines de semana.

Sabemos que estas 25 coope-rativas son un piso muy bajo. Hay cientos de miles de trabajadores y trabajadoras textiles que siguen esclavizados y será una prioridad para la Federación organizarlos, ir a buscarlos casa por casa, si es nece-

sario, y ofrecerles una herramienta de lucha. Seguiremos exigiéndole al Estado que ataque los talleres clan-destinos pero nos oponemos firme-mente a que la única respuesta sea el cierre y la consecuente pérdida de trabajo de los laburantes. Cada taller clandestino que sea clausu-rado debe ser una oportunidad para que esos costureros se sumen a al-guno de los polos de la Federación.

Por último, es fundamental continuar destacando el valor de la unidad para dar las peleas que estamos afrontando. La CTEP es una clara muestra de unidad. Dis-tintas organizaciones del campo popular hemos logrado un marco de unidad, para golpear juntos, que nos permitió arrancar la Ley de Emergencia Social al macrismo y mejorar drásticamente las con-diciones de vida de los laburan-tes de la economía popular. Y lo logramos con cientos de miles de compañeros y compañeras en la calle. La Federación de Costure-ros y Costureras es otra muestra de unidad ya que se está constru-yendo entre todas las organizacio-nes que le dan vida. Y es a partir de esa unidad que estamos en muchísimas mejores condiciones de pelear. El desafío es enorme, pero la convicción de que se debe cambiar todo lo que merezca ser cambiado es mucho mayor.

Por Federico Blasco y Sebastián Gatti

“Seguiremos exigiéndole al Estado que ataque los talleres clandestinos pero nos oponemos firmemente a que la única respuesta sea el cierre y la consecuente pérdida de trabajo de los laburantes. Cada taller clandestino que sea clausurado debe ser una oportunidad para que esos costureros se sumen a alguno de los polos de la Federación.

El viernes 2 de junio, en la CTEP y con la presencia de más de 25 cooperativas, se lanzó la Federación de Cooperativas de Costureros, Trabajadores y Trabajadoras de la Indumentaria y Sector Textil Limitada. De esta manera, se pone en pie una nueva herramienta de organización para los trabajadores de la Economía Popular.

Se lanzó la Federación de Costureros y Costureras

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15Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 63 Del 07 al 20 de junio de 2017

El Registro Nacional de Barrios Populares (ReNa-BaP) surgió a partir de la irrupción de las organi-

zaciones de la economía popular que presionaron en innumerables –aunque recordadas– movilizacio-nes que llenaron más de una vez la Plaza de Mayo para hacer oír la voz de los más desamparados. La voz de los barrios, de los excluidos, del grito por Tierra, Techo y Trabajo.

Se trata de una herramienta para que vecinos y vecinas de las barriadas más humildes, villas o asentamientos cuenten con un Cer-tificado de Vivienda Familiar que los habilita a solicitar la conexión a los servicios públicos y, además, les brinda una herramienta legal para avanzar hacia la integración urbana.

En Argentina, las ocupaciones de tierra, como consecuencia de un Estado que siempre miró de cos-tado la urbanización de las villas y priorizó la especulación inmobilia-ria para seguir llenando los cascos urbanos de edificios, son parte del paisaje y de las luchas por acceso a una vivienda digna.

En el escrito del Boletín Oficial se reconoce que fueron muy “im-portantes [los] esfuerzos que han realizado durante años los habi-tantes de las villas y asentamientos, denominados Barrios Populares, al construir sus viviendas y su barrio, a pesar de las enormes dificultades, inequidades y reglas de un mercado que los excluye”. La obligación del Estado, en este caso y en línea con el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, es garantizar la existencia de condiciones legales que permi-tan el acceso a una vivienda digna.

Durante el año pasado y los pri-meros meses de 2017, miles de mi-litantes sociales y voluntarios de las organizaciones sociales registraron 4.100 barrios populares, identifica-ron 830 mil viviendas, y relevaron 412 mil familias en el marco del Relevamiento Nacional de Barrios Populares que llevaron adelante la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Co-rriente Clasista y Combativa (CCC), Barrios de Pie, Cáritas y TECHO.

Un barrio popular reúne al menos a 8 familias agrupadas o con-tiguas, en el que más de la mitad de

la población no cuenta con título de propiedad del suelo ni acceso re-gular a dos, o más, de los servicios básicos (red de agua corriente, red de energía eléctrica con medidor domiciliario y/o red cloacal). Según los resultados del relevamiento, “entre agosto de 2016 y mayo de 2017, existen más de CUATRO MIL (4.000) barrios populares, enten-didos éstos como aquellos barrios comúnmente denominados ‘villas’, ‘asentamientos’ y ‘urbanizaciones informales’ que se constituyeron mediante distintas estrategias de ocupación del suelo y que presentan diferentes grados de precariedad y hacinamiento, un déficit en el acceso formal a los servicios básicos y una situación dominial irregular en la tenencia del suelo”, explicita el BO.

Cada día, cada mañana, los en-cargados del relevamiento tocaban las palmas en cada casa y comen-zaban con las preguntas necesarias. Además de los datos básicos funda-mentales, a cada vecino se le pre-guntaba por su trabajo, si lo hacía en relación de dependencia (en blanco o en negro), o si trabajaba de manera independiente (agricultor familiar, reciclador, trabajadora textil, traba-jadora comunitaria en comedores populares, entre otros) con el fin de identificar ese universo del 30% de la clase trabajadora argentina que tra-baja en condiciones informales y que forma parte de la economía popular.

MitosJuan Grabois, referente del Mo-

vimiento de Trabajadores Exclui-dos (MTE), celebró la resolución del Poder Ejecutivo Nacional en sus redes sociales y puso en dis-cusión el mito existente sobre las “zonas complicadas” para acceder por la inseguridad. Según Grabois, sólo se registraron tres hurtos de celulares y las únicas manzanas a las que las organizaciones no pu-dieron ingresar fueron las de al-gunas barriadas rosarinas en las que los narcos amedrentan a los vecinos. Y como para no perder la costumbre del sistema legal ju-jeño, una relevadora fue detenida arbitrariamente por la policía de Gerardo Morales.

“El Relevamiento da una pauta objetiva para derribar el mito de la peligrosidad de los vecinos de villas y asentamientos e indica que no son ellos quienes la generan, sino que son las principales víctimas de la in-seguridad y de las mafias narco-po-liciales”, destacó Grabois.

Reconocer y visibilizar la falta de acceso a la tierra y a la vivienda es otro paso para avanzar hacia un horizonte con más derechos y, sobre todo, para fortalecer la resistencia al modelo político y económico que quieren asentar en nuestro país. Lo único que éste tiene para ofrecer es más exclusión y descomposición acelerada del tejido social.

Gracias a ellaEntre militantes y vecinos es-

taba Micaela García, que participó del Relevamiento Nacional de Ba-rrios Populares con su organiza-ción política, la JP Evita y también la CTEP, como muchos y muchas, para acompañar la lucha de los la-burantes de la economía popular y aportar a la construcción de una patria más justa, más libre, y más soberana.

“No la mataron en Villa Man-darina donde militaba, ni en los barrios que pateaba, pero no dudo que allá sembró su vida para que florezca la Patria como Flor de Ceibo. Gracias a jóvenes, muje-res y hombres como ella segui-mos creyendo en otra Argentina, otra Latinoamérica y otro mundo, con Tierra, Techo y Trabajo para todos”, sintetizó Juan Grabois en su cuenta de Facebook. Un home-naje que hacemos nuestro.

Por más reconocimiento, por más derechos

Por Marcos Lede Mendoza

“Reconocer y visibilizar la falta de acceso a la tierra y a la vivienda es otro paso para avanzar hacia un horizonte con más derechos y, sobre todo, para fortalecer la resistencia al modelo político y económico que quieren asentar en nuestro país.

Hace poco más de diez días, el gobierno publicó en el Boletín Oficial (BO), mediante el decreto 358/17, una resolución que estableció la creación del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNeBaP). ¿De qué se trata?

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José CarlosMariátegui

1894 - 14 junio - 2017

No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heróica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva.

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