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DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE
Convento de Santa Catalina (Baeza)
Patricia González Blánquez
Pedro Francisco Martínez Moreno
Juan Retamosa Montes
Indice
1. Situación Geográfi ca y Territorial
2. Evolución Histórica y Patrimonial de Baeza
3. Convento de Santa Catalina. De edifi cio eclesiástico a VPO
4. Bibliografi a
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA2 / 3
SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y TERRITORIAL
Para entender la ciudad de Baeza debemos observar el territorio en el que se
inscribe, y es necesario entender sus claves primarias que explican la posición de
la ciudad en relación a las condiciones geográfi cas y la explotación tradicional de
los recursos, que relacionadas con los acontecimientos históricos, han motivado los
distintos modos de poblamiento como verdaderos antecedentes del sistema urbano
que hoy conocemos
Baeza pertenece a la comarca de La Loma. El modelado natural del relieve y
topografía y la claridad con que esta plataforma se dibuja elevada sobre los dos
cauces hidrológicos que la delimitan, constituyen elementos defi nitorios para explicar
la situación de las ciudades y el porqué de la organización de un sistema urbano
determinado. De estos elementos el pronunciado reborde meridional de cornisa, que
establece la marcada transición entre los espacios de ladera de ambos valles y la
plataforma o meseta superior, será el factor determinante de la morfología de los
asentamientos urbanos.
El papel de encrucijada histórica de este territorio, que ha conectado tradicionalmente
el amplio y fértil Valle del Guadalquivir con Levante, y a través de Sierra Morena, con
la submeseta Sur, será un factor determinante de la estructura interna del sistema
de núcleos urbanos.
1. EL SOPORTE GEOGRÁFICO
La comarca de La Loma en la que se inscribe Baeza ocupa el centro geográfi co de
la provincia de Jaén. Enmarcada entre sierras: al norte por Sierra Morena, al sur
por Sierra Mágina y al este por las Sierras de Cazorla, Segura y las villas, La Loma
presenta una morfología muy característica pues se trata de una elevación alargada
de Este a Oeste entre el río Guadalimar al norte y el Guadalquievir al sur, que alcanza
una altitud máxima de 1036 m, situándose Baeza a una altitud en torno a los 750 m.
La Loma constituye por tanto una plataforma elevada sobre las depresiones de
ambos valles, Guadalimar y Guadalquivir, cuya geomorfología proporciona una
posición estratégica para los núcleos de población que se instalan en los bordes de
la plataforma, dotándolos de verdaderos espacios-mirador en los que se vislumbra
desde Sierra Nevada por el sur, hasta Despeñaperros en la vertiente norte.
Perteneciente a la cuenca del Guadalquivir, la más importante de Andalucía, la red
hidrográfi ca es precisamente la que establece, junto al relieve, los límites naturales
más nítidos: el Guadalquivir y sus afl uentes principales, Guadalimar, por la margen
derecha y Guadiana Menor y Jandulilla por la izquierda, ríos que son el eje articulador
de la red natural de drenaje comarcal estructurada como una malla capilar que,
desde las cotas altas de la plataforma, drena hacia ambas vertientesBAEZA EN EL RELIEVE DE ANDALUCÍA.Instituto de
Cartografía de Andalucía.
Wikicommons (09-09-2006)Johnbojaen.
Wikicommons (14-04-2007) Xapis.
BAEZA VUELO 1.60000 1996. Instituto de Cartografía de
Andalucía
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
La Loma posee suelos de aptitud moderada y alta para el aprovechamiento
agrícola lo que ha favorecido la sucesión de poblamientos a lo largo de la historia.
Ello es consecuencia de los tipos de suelos que constituyen la comarca. Las zonas
de ladera inclinada y pendientes moderadas están ocupadas en su totalidad por el
olivar, monocultivo intensivo producto de las últimas décadas y que antaño acogieron
extensas explotaciones cerealísticas una vez roturados los bosques autóctonos
originales. En las áreas de escasa pendiente se encuentran también aprovechamientos
mixtos: ruedos de huertas periurbanos, reductos de vid y cereal… mientras que las
tierras llanas o casi llanas de las vegas de los ríos se dedican íntegramente al cultivo
cerealista y de regadío.
La Meseta, situada en ele centro, a una altura media de 700 m, está conformada
por escarpes de arenisca que la han preservado de los procesos erosivos que
modelan el resto del territorio y que le proporcionan una morfología suave. Junto
a su caracterización como acuífero y su situación topográfi ca, esta plataforma es
por tanto la zona más apta para el establecimiento de la población. Su dedicación
al cultivo de olivar le aporta una entidad propia y diferenciada al paisaje, frente al
cultivo mucho más reducido de cereales. Como zona más antropizada también sufre
mayores alteraciones medioambientales sobre todo en las áreas de infl uencia de
los núcleos urbanos lo que afecta negativamente a la imagen de aproximación a los
núcleos.
Tanto el reborde de La Loma como la propia ladera tienen una excepcional oportunidad
de vistas pues desde aquí se domina todo el valle del Guadalquivir y las estribaciones
de Sierra Mágina; incluso se divisa la Sierra de Cazorla con sus elevaciones hasta
los 1800 m. Ya en el entorno inmediato del Guadalquivir, el trazado del río y la suave
morfología del valle permiten diferenciar claramente la Vega, como zona de intensa
explotación agraria fundamentalmente de regadío, donde se asientan una serie de
poblados de colonización de regadío de los años ’50, junto al salpicado de grandes
cortijos asociados a los antiguos latifundistas de la zona.
2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y EVOLUCIÓN DEL POBLAMIENTO
El territorio de La Loma, como espacio importante en las comunicaciones territoriales
y por sus características topográfi cas y potencialidad de recursos, ha visto favorecidos
los asentamientos humanos desde la prehistoria, con puntos álgidos en época bajo-
medieval y moderna, momento en que destaca ya como uno de los principales
núcleos urbanos que dominan este territorio.
La comarca de La Loma ha sido lugar de asentamientos poblacionales ya desde
el Paleolítico, con yacimientos conocidos que se sitúan en las terrazas de los
ríos Guadalimar y Guadalquivir y en el piedemonte de Sierra Mágina. Se trata
de asentamientos neolíticos que responden a un proceso de sedentarización
consecuencia del incipiente desarrollo de la agricultura y la ganadería por estas
comunidades humanas, y que evolucionarán a medida que se consolida esta
actividad en la comarca ya en plena Edad del Cobre, a mediados del III Milenio. Todo
ello va a suponer una organización territorial muy temprana; es decir, la existencia
de un verdadero sistema de poblamientos con distintas agrupaciones de núcleos o
poblados que obedecen ya a una cierta estrategia geopolítica motivada por distintos
condicionantes: fl uviales y orográfi cos, productivos o factores estratégicos de
comunicación, comercio o de control territorial.
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA4 / 5
En este sistema de asentamientos los grandes poblados se encuentran en las tierras
más feraces, el Valle del Guadalquivir o la desembocadura de sus afl uentes, con vegas
más amplias donde pueden controlar las vías naturales de penetración, pero también
son ya importantes los poblamientos en el reborde sur de la Loma, con una amplia
capacidad visual de control sobre el Valle del Guadalquivir. Aparecen así los primeros
asentamientos que ocuparon los espolones amesetados del reborde sur de La Loma,
ejerciendo un control, sobre la explotación agrícola de las vallonadas cercanas y
estratégico, mediante el dominio visual de una amplia zona del valle del Guadalquivir.
El dominio de Roma sobre las poblaciones ibéricas durante el siglo III a.C. va a imponer
un nuevo orden territorial y así determina el abandono de numerosos asentamientos
potenciando otros, como debió ser el caso de Baeza y Úbeda la Vieja, referidas como
los principales centros económicos y administrativos de la comarca ya desde la etapa
altoimperial al estar muy bien situadas en la vía romana que unía Cástulo y Málaga,
que permitía la salida de la plata de las minas de Sierra Morena hacia Roma. En la
etapa bajoimperial, desde mediados del S. II d.C., se aprecia la crisis del sistema
municipal romano que determinará la pérdida de importancia de las ciudades como
centros económicos y administrativos.
Época visigoda. En el siglo V tiene lugar las invasiones germánicas y a mediados del
siglo VI la zona será fi nalmente controlada por el estado visigodo que va a suponer una
adaptación del sistema provincial romano en el que la Loma pertenecía a la provincia
Cartaginense, provincias que también coincidían con jurisdicción eclesiástica. De esta
época, de la que apenas se conocen restos, se sabe que Baeza ejercía el liderazgo de
la zona al ser en el siglo VII sede episcopal y controlar administrativamente toda la
comarca.
Durante la época hispano-musulmana se consolida el sistema urbano actual. En el
momento de la invasión las ciudades hispano-godas habían perdido su papel de centros
administrativos y de control del territorio y se había producido un progresivo éxodo
de la población desde los núcleos urbanos hacia el campo, por lo que la decadencia
urbana iba acompañada de una fuerte ruralización de la población y de la economía.
No obstante, a los cristianos que se sometieron se les permitió seguir practicando su
religión y Baeza continuó siendo sede episcopal al menos hasta el siglo IX.
La consolidación de los núcleos urbanos como consecuencia del desarrollo de
una verdadera política de articulación estatal será plenamente impulsada desde el
califato de Córdoba por Abd al-Rahman II durante el siglo IX. Seguramente los árabes,
conscientes de la importancia de ejercer el control sobre el valle del Guadalquivir,
potencian los dos enclaves físicos donde se sitúan Úbeda y Baeza por su posición
estratégica para mejor ejercer dicho control. Así Úbeda en este momente crece hasta
convertir el pequeño núcleo preexistente en una verdadera Medina y Baeza sigue
manteniendo la entidad alcanzada en época visigoda, y ambas ciudades se reconocen
ya como ciudades de cierta importancia en Al Andalus. Se consolida así un sistema
urbano que sólo se verá afectado por el largo proceso de conquista cristiana que
implicará la desaparición de muchos de los núcleos que por razones defensivas van a
despoblarse, mostrando una tendencia de la población a concentrarse en las ciudades
y abandonar el medio rural.
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
3. RECURSOS AMBIENTALES Y PATRIMONIALES COMPLEMENTARIOS
Úbeda y Baeza presiden una comaraca cuya base económica ha sido tradicionalmente
la agricultura. El clima característico de la Loma, clima de extrema dureza motivada
precisamente por las amplitudes térmicas que pueden registrarse entre estaciones:
inviernos fríos y veranos largos y cálidos junto a la una pluviometría irregular, es un
clima propio del bosque autóctono y matorral mediterráneo, vegetación original que
se ha visto transformada por la acción del hombre en superfi cie agrícola cultivada
en un proceso especialmente intenso des los siglos XV y XVI. Desde entonces se han
venido roturando encinares adehesados y matorral mediterráneo y sustituyéndose
por cultivos de cereales en secano y vid, y, en los últimos tiempos, sobre todo durante
las últimas décadas del presente siglo, por plantaciones de olivar, monocultivo que
llega a dominar actualmente el 70% del territorio de La Loma. Sólo en las riberas de
los ríos se encuentran plantaciones de frondosas que se intercalan con la vegetación
natural propia de estas zonas y algunos reductos de dehesa autóctona que se
conservan en la zona del río Guadalimar, en la vertiente norte, aportando amenidad y
diversidad ambiental a esta comarca.
Junto a la agricultura la tendencia actual nos llevaría a considerar otras oportunidades
que ofrece este territorio para diversifi car las actividades productivas especialmente,
la concentración de terciario y servicios urbanos en Úbeda y Baeza, y la explotación
turística del extenso y variado Patrimonio Cultural de la comarca.
Las diferencias del relieve en ambas vertientes han favorecido los poblamientos en el
reborde sur debido a que, hacia el Guadalimar, la vertiente constituye un frente muy
abrupto, mientras que en la vertiente meridional, abierta al Guadalquivir y con mejor
orientación climática, la pendiente es mucho más moderada enlazando directamente
la meseta, sin ofrecer grandes cambios, con las terrazas superiores del Guadalquivir;
vertiente por tanto de carácter alomado de suaves pendientes que sólo en el reborde
de la meseta acusa los mayores desniveles, y justo es allí donde se asientas los
núcleos urbanos.FLICKR.com, 20-10-2008 (kitynatura)
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA6 / 7
EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y PATRIMONIAL DE BAEZA
1. BAEZA PREHISTÓRICA
Los asentamientos arqueológicos de la comarca
Las primeras sociedades establecidas en la franja occidental de La Loma, entre
los dos grandes ríos Guadalquivir y Guadalimar, debieron ser de tipo depredatorio,
basadas en la caza y la recolección , si se tiene en cuenta la potencial fertilidad
de este territorio en épocas pasadas. Los primeros restos que en dicho ámbito se
han localizado responden a una industria lítica del Paleolítico Inferior y Medio, en
el yacimiento de Lorite, cerca del Guadalimar, formados por series de guijarros
trabajados de manera un tanto arcaizante y aqu parecen responder a un modelo de
asentamiento basado en la utilización de campamentos al aire libre, con carácter
estacional, en las terrazas de ambos ríos.
Desde la primera mitad del cuarto milenio se va gestando en la comarca de La
Loma el progresivo nacimiento de las primeras sociedades agrícolas. Este proceso
viene marcado por la colonización neolítica de grupos humanos procedentes de las
márgenes de la depresión del Guadalquivir, que ocuparán asentamientos estacionales
en las zonas más abiertas del valle, para explotar lentamente sus potencialidades
agrícolas. A este momento del Neolítico de implantación de los primeros modelos
agrarios pertenecen los yacimientos de Los Horneros, Los morales y Toya, en los que
queda atestiguada plenamente la utilización de la piedra pulimentada y la aparición
de la cerámica. Sin embargo, en lo que se refi ere a la ocupación de las zonas altas de
La Loma, todavía hoy es difícil aventurar si en realidad estos nuevos asentamientos
resultan una continuación secuencial del epipaleolítico de la zona o si se trata de
un proceso de colonización desde las cuevas neolíticas de las sierras cercanas. Sea
como fuere, parece que el nivel de ocupación fue mayor en las fachadas meridionales
de La loma, tendiéndose ya a la estabilización poblacional en las últimas fases del
neolítico, a fi nales del cuarto milenio a.C.
Ese largo proceso de consolidación agraria en la comarca es ya una realidad en
los primeros desarrollos de la Edad del Cobre, durante la primera mitad del tercer
milenio a.C. En las etapas fi nales de la Edad del Cobre, los asentamientos humanos de
mayores dimensiones, a tenor de los restos arqueológicos conservados, se ubicaron
en el valle del Guadalquivir y en el borde meridional de la Loma. Se trata de una
sociedad claramente evolucionada, que practicaba la división territorial del trabajo y
una jerarquización poblacional.
Este panorama se vio afectado por las consecuencias de los comienzos de la
producción metalúrgica y la eclosión de la edad del Bronce. Con posterioridad a esta
época brillante se asiste a una etapa oscura (Bronce Final y Edad del Hierro), que
prácticamente se prolonga hasta el siglo VI a.C.
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
El primer poblamiento de Baeza
Los yacimientos del bronce fi nal, ubicados en el Cerro del Alcázar de fi nales del tercer
milenio a.C. podría situarse como el origen lejano de la ciudad de Baeza,.
El Cerro del Alcázar presenta un nivel de ocupación casi ininterrumpido desde la
época argárica, siendo sin lugar a dudas un poblado fortifi cado, bien defendido por su
ubicación en una pequeña meseta dominante sobre el borde meridional de La Loma,
relativamente próspero, dedicado a la agricultura y ganadería y cercano al centro
minero de castulonense.
2. EDAD ANTIGUA
La Oretania
El poblamiento Ibérico en la Loma ha sido estudiado en atención a diversas tipologías
o estructuras de habitación: el Oppidum o poblado fortifi cado, las torres o lugares
estratégicos secundarios, con un núcleo defensivo, y las necrópolis o lugares de
enteramiento, ligados directamente a los oppida.
Aunque los datos arqueológicos no son sufi cientes es posible identifi car la antigua
ciudad oretana de Viatia o Vivatia enunciada por Ptolomeo con el casco histórico de
Baeza, en la zona citada del Cerro del Alcázar. La Baeza ibérica sería en todo caso un
centro de explotación agrícola ganadera y de valor estratégico.
La Biatia Romana
El proceso de conquista y romanización de Hispania comienza en el año 218 a.C., en el
contexto de la Segunda Guerra Púnica (218-207 a.C.), que signifi có la decadencia de la
potencia cartaginesa.
Se benefi ciaron de la situación, por su ubicación estratégica y por su carácter
polarizador de todo un proyecto de readecuación agrícola del territorio, que tiene
su mejor expresión en las villae romanas. Éste pude ser el caso del antiguo poblado
ibérico de Baeza, que posiblemente fue favorecido por su carácter obligado de paso en
la vía o itinerario que unía Cástulo y Málaga, y que daba salida portuaria al mineral de
Sierra Morena.
La primera mención de la ciudad recogida en textos históricos corresponde a la época
republicana, en el siglo I a.C.
La baeza romana del siglo I a.C., aunque siempre a la sombra de Cástulo, era una civitas
de cierta relevancia, que ejercía su infl uencia sobre un sistema de vicus o aldeas, como
Torre del Obispo (Rus), Luparia (quizás, en Lupión) o Piedra Hincada (Begíjar), recintos
fortifi cados de tradición ibérica (El Sombrerete, El Atalayón) y, sobre todo, una serie
de villae de explotación agrícola, entre las que se encuentran el Cortijo del Ahorcado,
Puente del Obispo, la Rosaleda, San Buenaventura, Fuente de la Salud (en el término
municipal), Puntal del Rey (Ibros) o El Molinillo (Canena).
Como municipio fl avio, Baeza quedó en la época imperial adscrita a la provincia
Tarraconensis, y dentro de ella al conventus jurídico cartaginensis. Con Vespasiano
obtuvo la misma distinción en rango que lasotras dos ciudades importantes de la
comarca: Cástulo y Salaria o Úbeda la Vieja. Otro testimonio indicativo de la prosperidad
baezana durante los siglos I y II de nuestra era, recogido por los cronistas del siglo XVII,
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA8 / 9
es la inscripción que existió en el desaparecido templo de la colegiata del Alcázar
relativo al liberto Cayo Flavio, sevir augustal, y a la existencia del culto imperial en
un templo consagrado a Júpiter; hecho documentado solamente en las ciudades
privilegiadas dentro de la Hispania romana.
La documentación relativa a Baeza en los siglos siguientes, en la época del Bajo
Imperio, es muy escasa, sin apenas testimonios arqueológicos, lo que hace muy
difícil seguir el proceso de ruralización poblacional y descomposición del sistema
esclavista de la sociedad hispanorromana a partir de la crisis del siglo III.
Los restos materiales de época romana existentes en Baeza son muy escasos, a
pesar de la constatación histórica de la importancia de esta ciudad en dicho periodo.
3. EDAD MEDIA
Baeza Visigoda
Con las invasiones germánicas en la península Ibérica a principios del siglo V
comenzaba el periodo de la Alta Edad Media. La comarca de La Loma se vería afecta,
como toda la zona occidental de la provincia Cartaginensis por la llegada de los
CIUDAD HISPANO-MUSULMANA HASTA EL S. XIII. 1
Yacimiento cerro del Alcázar. 2 Mezquita Principal. 3 Torre
de los Aliatares. 4 Torreón Puerta de Úbeda y Murallas. 5
Arco del Barbudo
Asentamientos Prehístóricos
Cobre y Bronce
Medina o Recinto Amurallado Posibles Arrabales Exteriores Trazado de la Muralla Posibles Áreas de Mercado o Zoco
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PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
alanos primero y por la devastación de los vándalos después.
El poblamiento visigodo de esta región tubo lugar a mediados del siglo VI, tras la dura
lucha por el trono entre Agila y Atanagildo (549-551) y la llamada por parte de aquél del
poderío militar de Bizancio en su apoyo.
El Estado visigótico aparece plenamente conformado a fi nales del siglo V, en la época
de Leovigildo, que impuso una organización jurídica y administrativa al país, deudora
en líneas generales del sistema provincial romano. La entidad territorial mayor fue la
provincia-condado, englobada Baeza en la Cartaginense.
La Bayyasa Musulmana
El largo periodo comprendido entre la llegada de los árabes a España hasta la
conquista de la ciudad por el rey Fernando III permanece todavía casi inédito. Muy poco
se sabe de la Bayyasa islámica en los siglos siguientes, hasta su conquista efímera
por don Alfonso VII el emperador, en 1147, sobre su organización, economía, cultura y
población; pero ha de admitirse que fue una ciudad relativamente importante dentro
de la provincia y que fue capital de uno de los distritos de la zona, junto con Úbeda,
Cástulo o Cazlona, Arquillos, Vilches, Canena y Baños de la Encina. El territorio baezano
abarcaba desde el Guadalquivir hasta los pastizales de Sierra Morena, entre Úbeda y
Cástulo, con una orientación económica de índole agraria y ganadera.
Tras la caída del Califato, el año 1033, y hasta su anexión al imperio almorávide por Ben
Ismail, en 1091, el territorio baezano fue objeto de disputas y ambiciones por parte de
varios de los reinos taifas que surgieron de la guerra civil del siglo XI. En este sentido,
estuvo adscrita sucesivamente a los reinos de Murcia, Almería, al lejano de Denia, a
la Granada zirí del rey Badis, al de Toledo, con su rey Al Mamun, o al de Sevilla, con el
rey-poeta Al Motamid.
También resultó atractiva su demarcación para los cristianos, compuerta o llave de
entrada al Valle del Guadalquivir. En franca decadencia del imperio almorávide sucede
la primera conquista cristiana de Baeza, por parte de Alfonso VII de Castilla y con la
milagrosa intervención, según las crónicas castellanas, de San Isidoro, que reveló al
rey durante el sueño que obtendría la victoria sobre el enemigo. De ahí arranca la
fundación votiva del magnífi co conjunto de San Isidoro de León, donde se guarda la
religuia de la Bandera o Pendón de Baeza, con la efi gie ecuestre de dicho santo. Esta
restauració cristiana duró tan sólo 10 años, por el avance de los almohades de Abú
Yaqud Yusuf.
Baeza Cristiana
La incorporación de Baeza a la corona de Castilla es considerada por los cronistas
cristianos como un hecho milagroso.
Con la conquista, Fernando III restauró ofi cial e históricamente la diócesis baezana,
envuelta siempre por oscuros principios en cuanto a su historia y a sus prelados, si
bien, como se ha dicho con anterioridad, quizás fuese una realidad histórica durante el
siglo IX, desaparecida por completo la ciudad de Cástulo o Cazlona.
En 1246, cuando San Fernando conquista Jaén, lleva a cabo el trasldo del obispado a
esta ciudad, debido, especialmente, a su situación fronteriza privilegiada entre Castilla
y el recién creado reino nazarita de Granada.
Real privilegio rodado de Fernando III. 19 mayo 1231,
Burgos. Extraído del archivo histórico municipal de Baeza
Real mandamiento de Isabel la Católica, 29 junio 1476,
Tordesillas. Extraído del archivo histórico municipal de
Baeza
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA10 / 11
Con la conquista cristiana Baeza pasó a ser una importante ciudad realenga, es
decir, no dependiente de señorío alguno, sino directamente de la Corona, esta
condición determinó su creciente importancia a lo largo de la Edad Media, que se
fundamentó en su papel de frontera con el reino granadino, en la creación de un
Concejo Municipal autónomo y en su amplia jurisdicción territorial o alfoz. Esta
notable marcha de la ciudad queda atestiguada en la abundantísima documentación
de su rico Archivo Histórico Municipal, que cuenta con el documento más antiguo
conservado en Andalucía: un Real Privilegio de Fernando III el Santo, fechado en
Burgos, el 19 de mayo de 1231, por el que se otorga al Concejo baezano la posesión de
su término jurisdiccional, en parte a conquistar aún a los musulmanes.
En esta época se comienza a trabajar sobre los restos de la antigua mezquita aljama,
en la construcción de la Catedral de Baeza. Presenta un esquema de planta basilical
de tres naves con claustro adosado por el lateral sur. Las naves se delimitan por
pilares cruciformes con arcos sobre ellos, que dan lugar a un sistema de bóvedas
de crucería en la cabecera y pies, y bóvedas vaídas en el resto del templo. Distintas
capillas y altares rodean el templo. La sacristía del S. XVII se situa entre el templo y
el claustro, éste de estilo gótico contiene capillas mudéjares y góticas junto al museo,
biblioteca y sala capitular. En el alzado a la plaza, se alza la portada principal de
LA CIUDAD MUDÉJAR S. XIII AL S. XV. 1 Catedral. 2 Iglesia
de Santa Cruz. 3 Iglesia de San Pedro. 4 Iglesia del Salvador.
5 Iglesia San Juan Bautista
Recinto Amurallado Arrabales Exteriores
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PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
formas rectas con un relieve escenifi cando la natividad de la Virgen María, el resto de
la fachada presenta vanos cegados góticos en la parte baja y una sucesión de huecos
serlianos en el cuerpo alto. La torre de origen musulman se sitúa en su extremo
occidental, en la fachada oeste se sitúa la Puerta de la Luna de estilo gótico-mudejar y
en el alzado sur, la Puerta del Perdón de estilo gótico fl orido bajo un gran alero volado
mudejar. Posee un valiosísimo patrimonio mueble al igual que su fondo bibliográfi co.
Sobre restos de origen musulmán fechados en el s. XI, que ocupaban el claustro, parte
del trasncoro y la torre, fue convertida al culto cristiano en 1147 y defi nitivamente en
1227. Pero sin duda es en el S XVI. cuando alcanza su máximo esplendor. Desde 1510-
13, el Maestro Bartolomé ejecuta la reja del coro. En 1529 se inicia la construcción
del tempo gótico, que se desploma en 1567.En el mismo siglo, Andrés de Vandelvira
realiza el proyecto de reconstrucción del templo renacentista, interviniendo también
J.B. Villalpando, Jerónimo del Prado, Fco. Del Castillo y Alonso Barba, ejerciendo
de maestro de obras Cristóbal López y de visitador del obispado Sebastián Solís,
fi nalizándose entre 1584 y 1593, año de su consagración, siendo obispo Fco. Sarmiento.
De 1598 al 1621 se construye la Capilla Dorada, según proyecto de Vandelvira.
4. EDAD MODERNA
Grandeza y esplendor de Baeza
El periodo comprendido entre la llegada al trono de los Reyes Católicos y el estallido de
la Guerra de la Independencia, con el que arranca la crisis de la sociedad estamental
de la Edad Moderna, constituye para baeza una larga época de esplendor, plena de
acontecimientos, hechos históricos y cimas patrimoniales y culturales, muy bien
conocida gracias a la densa documentación histórica conservada.
El momento de mayor brillantez de la ciudad ocurre a principios del siglo XVI, cuando
los sectores privilegiados de la misma –iglesia,nobleza y patriciado urbano- gestan la
construcción de una urbe plenamente renacentista, sobre la que se apoya la pretensión
actual de nombrar a Baeza y a Úbeda ciudades del Patrimonio de la Humanidad. Puede
hablarse con propiedad de una Baeza señorial, catedralicia, universitaria y conventual,
por la numerosa clase aristocrática e hidalga, la creación de la tercera universidad
andaluza en q538, la atracción que ésta ejerció sobre las fundaciones monásticas y
la pujanza de la concatedral de la sede Baeza-Jaén, a lo que se unió un Concejo de
realengo de fuertes rentas o Bienes de propios y la prosperidad económica de los
gremios de paños, tintes y pieles.
La Baeza Universitaria
Una de las manifestaciones más signifi cativas de la historia de Baeza en su época
de esplendor durante los siglos XVI, XVII y XVIII es, sin duda alguna, la creación y el
mantenimiento de su Universidad, que formó parte entonces del gran conjunto cultural
formado por los centros universitarios de la zona geográfi ca sur de España, junto a las
Universidades de Sevilla, Granada, Osuna y Almagro. De ahí que Baeza fuese elemento
destacado en el campo intelectual del país tras el Concilio de Trento y, especialmente,
dentro de las medidas adoptadas por la Contarreforma católica.
Los primeros pasos de la vida de la Universidad no fueron fáciles ni lisonjeros, a
pesar del carácter tenaz y disciplinado de Fernández de Córdoba, y conoció momentos
confl ictivos y tensos en el último tercio del siglo XVI, por su asociación a movimientos
CATEDRAL, Baeza, Diciembre 2009, Patricia González.
Imágenes de la fachada de la catedral Extraída del archivo
personal de Patricia González Blánquez
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA12 / 13
LA CIUDAD PLENA S. XVI. 1 Iglesia y Convento de San
Francisco. 2 Convento de Santa Catalina. 3 Iglesia de
San Andrés. 4 Convento de San Antonio. 5 Convento de
la Magdalena. 6 Convento de la Encarnación. 7 Iglesia
de San Ignacio. 8 Iglesia San Pablo. 9 Iglesia Inmaculada
Concepción 10 Seminario San Felipe Neri. 11 Iglesia de
los Trinitarios Descalzos. 12 Palacio Jabalquinto. 13 Casas
Consistoriales Altas. 14 Audiencia Civil. 15 Alhóndiga.
16 Pósito. 17 Ayuntamiento. 18 Antigua Universidad. 19
Antiguas Carnicerías. 20 Colegio Santiago. 21 Hospital San
Antonio Abad. 22 Palacio de los Salcedo. 23 Balcón del
Concejo. 24 Puerta de Jaén y Arco de Villalar. 25 Fuente y
Plaza de Santa María.
tildados de judeoconversos, cuando en su seno aparece una supuesta rama de la
secta de los Alumbrados, viéndose implicado en ella el entonces rector don Bernardino
de Carleval, que hubo de ser tratado por el Santo Ofi cio de Córdoba, al igual que algunos
miembros de los beaterios que en aquella época existieron, en número elevado en la
comarca de la Loma.
La Iglesia y el Arte Religioso
En estos tres siglos de esplendor Baeza continúa la senda iniciada en el XIII de
fundaciones religiosas, acompañadas, en ocasiones, por la creación de hospitales,
centros de recogidas, benefi cencia, seminarios…. Condicionó enormemente el peso de
las instituciones eclesiásticas la vida ciudadana durante esta época, hasta el punto de
ser el estamento que menos notó la grave crisis del siglo XVII y que continuó renovando,
en cánones barrocos, su rico pratrimonio artístico.
Recinto Amurallado Arrabales Exteriores Ejidos
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PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
LA CIUDAD TRADICIONAL FINALES DEL S. XIX PRINCIPIOS
DEL S. XX
Recinto Amurallado Arrabales Exteriores Ejidos Extensiones S. XIX y principios S. XX
La catedral de Baeza se edifi cada sobre la antigua mezquita mayor, con intervenciones
de los siglos XIV y XV aún visibles en las Puertas de la Luna y del Perdón, el claustro
con sus capillas mudéjares y otro recinto funerario a los pies del templo llamado capilla
de los Biedma o de las Animas. Desde el siglo XVI siguió manteniendo su condición de
concatedral de la diócesis giennense, siendo objeto de interés continuo por los prelados
de la diócesis, salvo en algunos momentos, sobre todo tras la despoblación parcial de su
feligresía en el siglo XVIII, en que hubo intentos de absorción de su cabildo por parte del
deán y cabildo de Jaén. Así, en 1725 y 1748, intentando en 1763 el propio cabildo baezano,
aunque sin éxito, divisirse del de Jaén para formar un obispado independiente.
El templo catedralicio ejemplifi ca en sus continuas transformaciones el esplendor vivido
durante la Edad Moderna. Siendo el principal templo Baezano.
Las fundaciones conventuales y monásticas fueron numerísimas en esta época en la
ciudad. Había templos repartidos por todo el ámbiurbano, a los que habría que sumar
varios hospitales y ermitas. Algunos de ellos son: Nuestra Señora de la Merced(1523),
Santo Domingo (1529), La Trinidad Calzada (1526), Santa María de Gracia (1533)......
Ejidos de Baeza. Extraída del archivo personal de la familia
Viedma Montoro
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA14 / 15
5. EDAD CONTEMPORÁNEA
El siglo XIX. El declinar de la ciudad
Son varias las circunstancias que hicieron posible la decadencia palpable de Baeza
desde los comienzos del siglo XIX. En realidad, este declive no era sino un refl ejo más
de lo que sucedía en España en dicha época; unos simples eslabones añadidos a la
historia del país en los inicios del XIX, cuya decadencia había comenzado mediado
el reinado de Carlos IV con el sometimiento de las directrices políticas españolas a
la política de Napoleón, sólo aportando un débil triunfo internacional con la llamada
Guerra de las Naranjas contra Portugal, por la que se obtuvo la plaza de Olivenza.
Luego llegará el desastre naval de Trafalgar, junto a la escuadra francesa de Villeneuve,
y la pérdida de nuestros navíos y nuestros más destacados marinos, como Churruca,
Gravina y Dionisio Alcalá Galiano. Las disposiciones del Tratado de Fontainebleau, en
1807, la paroximación de las tropas francesas a las fronteras españolas, el dramático,
por esperpéntico, proceso de El Escorial y el Motín de Aranjuez, con la caída de Godoy,
traen consigo unos hechos trágicos para la historia de España, desde 1808 a 1814, que
comprenderán, sobre todo, la Guerra de la Independencia.
Baeza entró plenamente en el entramado de esta discordia nacional y de estos
confl ictos internacionales desde prácticamente el principio de la situación. Desde
1808 las tropas francesas ocuparon zonas completas giennenses, entre las que se
encontraba incluida Baeza.
Es también la época de la extinción de la Universidad y de sus sustitución, a la larga,
por un Instituto de Bachillerato.
La actualidad Baezana
Durante el siglo XX se agudiza en Baeza, de forma clara y palpable la decadencia iniciada
a lo largo del siglo anterior. Escasas son las medidas adoptadas por el municipio para
poner fi n al deterioro urbano que las exclaustraciones y desamortizaciones del XIX
habían conducido a la ciudad a un estado de ruina, abandono y soledad.
El patrimonio histórico y cultural de la ciudad ha vivido una época de recuperación
desde 1960, a pesar de la infl exión negativa de la crisis de los setenta.
El 3 de Julio de 2003 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto
a la ciudad vecina de Baeza.
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
RESEÑA HISTÓRICA
1. LA VIDA MONÁSTICA
El monacato católico surge por primera vez en la Historia, tras la conversión del
emperador Constantino en Roma, en un instante de crecimiento masivo del
cristianismo, sin que subyaciera un trasfondo profundo de cambio de mentalidad. Es
entonces cuando desde dentro de la Iglesia se plantea una necesidad de cambio, de
vuelta al origen para vivir el Evangelio con mayor racionalidad. Se busca una mejor
comunicación con Dios, y para ello se entiende necesario el alejamiento del mundo
civilizado.
Su origen se sitúa en Egipto, a mediados del siglo IV, siendo sus máximos
representantes San Antonio Abad (250-356), como padre de los eremitas y San
Pacomio (292-356), padre de los cenobitas. A partir de aquí se produce una rápida
difusión del fenómeno monástico por todo el Imperio Romano.
En la vida monástica el trabajo ha ocupado siempre un lugar preponderante. La
consigna “ora et labora” ha sido interpretada como una especialidad y propiedad de
las clausuras, mientras la ociosidad es considerada “enemiga del alma”.
En la vida del monacato son comunes una serie de prácticas fundamentales, tales
como: desapropiación y uso común de los bienes, celibato y sumisión a un superior.
Elementos que la tradición cristiana los ha concretizado en los tres consejos
evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, votos indispensables de toda vida
monástica, a los que hay que añadir además la contemplación de lo divino.
En la difusión del movimiento monástico durante toda la Edad Media, juegan un papel
fundamental las “Vidas” o biografías de determinados santos, que sirven de ejemplos
de modelo de vida y que a la larga son el origen de las reglas monásticas. En ellas se
transmiten las características de organización de los inmuebles (estancias comunes,
lugares de reunión, etc.) y su emplazamiento, elementos fundamentales para
entender la arquitectura de los monasterios y conventos.
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA16 / 17
La vida regular o forma de vivir, se constituyó en una “orden” que representa una
disciplina determinada, de cara al mundo exterior.
Con el tiempo pasó de considerarse como una simple manera de hacer o de obrar, a
constituirse como la organización de una familia religiosa, que comprende muchos
monasterios, los cuales vivían bajo una misma manera de hacer, en sentido de
diversa intensidad unitaria.
La orden religiosa abarca a todo un conjunto de casas religiosas que viven una misma
vida, y se ponen bajo una ley y unos superiores comunes, lo que implica una idea de
universalidad, y a la vez de autonomía del propio conjunto.
El desarrollo de las órdenes monásticas es el factor más importante en la evolución
del monacato durante la Edad Media, surgiendo en este periodo varias corrientes que
impulsaron la vida contemplativa, entre otras:
1. El Benedictismo, con San Benito al frente.
2. Los Cluniacenses, que aportaron su organización centralista con el poder
absoluto de sus abades.
3. La Cartuja, que a diferencia del resto, nada tuvo que ver con la Regla de San
Benito.
4. El Císter, surgido de la observancia rigurosa a la Regla de San Benito.
5. Órdenes mendicantes, con motivaciones específi cas de apostolado y caridad.
2. LA APARICIÓN DE LAS ÓRDENES MONÁSTICAS
3. LA ORDEN DE LAS CLARISAS
La Orden de las hermanas pobres de Santa Clara (también conocida por Hermanas
Clarisas pobres, Clarisas descalzas o Clarisas) es uno de los institutos religiosas que
forman la Segunda orden de San Francisco.
Fundada por San Francisco de Asís y Santa Clara de Asís, sus inicios se encuentran
en la ermita de San Damián donde vivió Santa Clara de Asís y sus hermanas. Su vida
estaba dedicada a la oración, el trabajo manual y la asistencia a los pobres.
Santa Clara, que siempre fue fi el al ideal de pobreza de San Francisco, consiguió
que el Papa les aprobara el «privilegio de la pobreza» por el cual el monasterio no
recibiría rentas. La santa, además, escribió una regla para sus hermanas.
Con el tiempo los monasterios se fueron acomodando hasta quedar sin vigencia el
privilegio de la pobreza. Después de la muerte de Santa Clara, todos los monasterios
pidieron que se les diera una regla más suave y de acuerdo a su realidad; de tal
manera que el Papa Urbano IV les redactó una nueva regla y nacieron las Clarisas
Urbanitas. Esta regla fue general para todas las clarisas.
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
4. LA ESTRUCTURA DE LOS CONVENTOS
La mayoría de los conventos se situaron en parajes extraurbanos, por lo tanto,
con pocos condicionantes exteriores más allá de los requerimientos de la propia
topografía del lugar y las necesidades de la orden.
Todos los monasterios tienen una serie de espacios comunes: el templo o iglesia, con
el claustro y en torno a él las edifi caciones monásticas del dormitorio, refectorio,
la cocina y la cilla. Fuera de dicho núcleo la casa del abad, las dependencias para
enfermos y novicios, hospederías, así como talleres y locales auxiliares. Todas estas
estancias están situadas con una disposición característica, pero es a través de este
pequeño mundo de patios, patinillos, estancias diversas, callejones o rincones, donde
radica la riqueza y diversidad de las estructuras monásticas, constituyéndose como
una especie de microciudad autosufi ciente.
La división entre el espacio interior y el exterior está claramente marcada y obligada
por la clausura. El convento desde fuera es un elemento cerrado que se concreta en
forma de tapias, muros sin apenas huecos, y si los hay están muy altos o carecen de
visibilidad. Las entradas y salidas son usualmente tres, si la iglesia está en fachada:
la puerta del templo, la entrada al compás y la puerta de obras.
Ya en el interior, el convento se debate entre el mundo de la arquitectura monumental
y la doméstica. Normalmente la primera se utiliza para enmarcar los espacios
representativos del poder dentro del monasterio (despacho de la abadesa, sala
capitular y el templo). La segunda se emplea para el resto de dependencias (cocina,
dormitorios, etc.)
Aunque la iglesia principal es evidentemente única, existen en el interior del convento
una serie de lugares de culto de carácter más íntimo y de uso exclusivo en clausura.
Sus posiciones dentro de la trama del convento son variables, y forman parte del
diverso mundo interior que alberga toda estructura monástica.
Portada de la Iglesia del Real
Monasterio de Santa Clara de Sevilla.
Claustro Mayor del Real Monasterio
de Santa Clara de Sevilla.
Refectorio del Real Monasterio de
Santa Clara de Sevilla.
Dormitorios bajos del Real Monasterio
de Santa Clara de Sevilla.
Cocina del Real Monasterio de Santa Clara de
Sevilla.
Compás del Real Monasterio de Santa Clara de
Sevilla.
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA18 / 19
De otra parte están los equipamientos y el más presente de todos ellos, el cementerio.
También existen enfermerías (a menudo doble, en planta alta para el invierno y
en planta baja para el verano), salas de consulta, el noviciado (donde se realiza el
aprendizaje de la nueva vida y en que en muchas ocasiones se constituye como una
unidad conventual en miniatura). También existen otros lugares que guardan relación
con el abastecimiento y la restauración, como la provisoría, despensas, la carbonera,
la cocina y el refectorio. También nos encontramos con la biblioteca, la sala de
recreación, las hospederías, etc., así como los centros de comunicación e intercambio
con el mundo exterior, como los tornos y locutorios.
Otra pieza fundamental son los centros de trabajo. Y sobre todo, los dormitorios
y las celdas. El peso de estas piezas (en cuanto a superfi cie) dentro del total del
convento no es grande. Cuando existe el dormitorio común, ocupa una gran sala o
nave perfectamente identifi cable en planta por sus dimensiones similares en algunos
casos a la de la iglesia, normalmente en dos plantas, la alta para el invierno y la baja
para el verano.
Pero quizás los elementos más importantes de los monasterios son los no construidos,
sus vacíos, establecidos estratégicamente para enriquecer la articulación del
conjunto. Estos espacios libres son a veces distribuidores, vehículos o viales para
llegar a nuevos sitios o ámbitos cerrados, pero también son arquitecturas en sí
mismos que en algunos casos, como sucede con los claustros mayores, son objeto
de un diseño individualizado. Este claustro principal funciona como una plaza mayor,
punto de encuentro de usos y actividades. Lugar de paso y estancia a la par. En él
convergen los principales edifi cios del convento. Existen además otras plazas, como
el patio del noviciado, el patio de la cocina, el patio de la enfermería, el de la sacristía,
etc.
Huerta del Real Monasterio de Santa Clara de
Sevilla.
Provisorías del Real Monasterio de
Santa Clara de Sevilla.
Refectorio del Real Monasterio de Santa Clara de
Sevilla.
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
1. IGLESIA.
2. CORO BAJO.
3. SACRISTÍAS DE AFUERA.
4. CONFESIONARIO.
5. PUERTA REGLAR.
6. TORNO.
7. LOCUTORIOS.
8. LA “GRADA”.
9. CLAUSTRO.
10. REFECTORIO.
11. ANTERREFECTORIO.
12. COCINA.
13. DESPACHO DE LA ABADESA.
14. CELDA PRIORAL.
15. SALA “DE PROFUNDIS” Y CEMENTERIO.
16. CAPILLA DEL NACIMIENTO.
17. ANTIGUOS DORMITORIOS BAJOS.
18. CELDAS-DORMITORIO.
19. SACRISTÍA INTERIOR.
20. HUERTA.
21. ANTIGUO NOVICIADO.
22. ENFERMERÍA BAJA.
23. COMPÁS.
24. PROVISORÍAS.
25. CLAVERÍA.
26. SALA DE CONSULTAS.
27. TENDEDEROS.
28. VIVIENDA DEL PORTERO.
29. VIVIENDA DEL MANDADERO.
30. ANTIGUA VIVIENDA DEL CAPELLÁN.
31. FUENTE DE LA UNIVERSIDAD.
32. PORTADA DEL COLEGIO DE MAESE RODRIGO.
33. TORRE DE DON FABRIQUE.
34. ANTIGUAS VIVIENDAS DEL TIEMPO DE LA “VIDA PARTICULAR”.
35. LOCALES EN ALQUILER.
36. ENTRADA.
Modelo de distribución de Convento de la Orden de las
Clarisas
Estructura del Convento de Santa Catalina de Baeza
2
1
3 4
5
1. IGLESIA.
2. CLAUSTRO.
3. ENTRADA.
4. DORMITORIOS.
5. CORO BAJO.
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA20 / 21
El convento de Santa Catalina es uno de los tres conventos de la rama femenina de la
orden de San francisco que existieron en Baeza y uno de los 4 conventos de clausura
que aún permanecen activos en la ciudad.
La fundación de este convento de religiosas franciscanas es de 1583, por el obispo
de Jaén, don Francisco Sarmiento de Mendoza, en el edifi cio que dejaron los padres
trinitarios calzados, antes de irse a la casa del Ejido. Algunos historiadores hacen
referencia a este lugar como antigua sinagoga judía.
En 1592 se instituyó en esta casa un colegio de doncellas y el traslado del originario
convento sucedió en 1639. La nueva ubicación de la congregación de las clarisas fue
frente a la iglesia parroquial de San Pedro.
Este deseo de mudarse comienza en septiembre de 1637 cuando se desea, por parte
de la ciudad, escribir al obispo de Jaén para que las monjas de Santa Catalina se
muden, pues el proyecto está en disponer de su edifi cio para que se instalen allí Padres
Capuchinos.
No obstante, las monjas no se trasladan de casa tan fácilmente. En septiembre de 1639
hay una queja en el ayuntamiento porque las monjas de Santa Catalina están muy faltas
de agua, teniendo en cuenta que desde su fundación a instancia del obispo D. Francisco
Sarmiento de Mendoza, tienen agua disponible de las fuentes de las casas episcopales.
Hay un deseo claro porque las monjas se trasladen de una vez para encañar mejor el
agua.
De poca importancia es el tema que sale en 1705, a expensas del deseo del obispo
de Jaén, quien quiere unir en un solo cuerpo el colegio de las doncellas con el de las
religiosas profesas, colocando una puerta para ello, y que uniera ambos bloques. Tal
es así que le pide parecer a la ciudad, que decide consultar con el juez Eclesiástico y el
vicario, con el fi n de que dictaminen sobre esto.
En 1868, las religiosas fueron expulsadas y el edifi cio pasó al ayuntamiento para ser
destinado a cárcel pública. En 1876 las monjas volvieron a él con el beneplácito del
prelado y del ayuntamiento, habitándolo hasta el año 1974.
Panorámica de la ciudad, Baeza, 1968. Vista general del
convento de Santa Catalina. Extraída del archivo personal de
la Familia Viedma Montoro
5. EL CONVENTO DE SANTA CATALINA DE BAEZA
Santa Catalina, Baeza, Diciembre 2009, Patricia
González. Fachada del actual convento de Santa
Catalina. Extraída del archivo personal de Patricia
González Blánquez
Actas de Cabildo, Baeza, 1637, Patricia González.
Acta donde se expresa el deseo de ceder las
tierras a los padres capuchinos. Extraída del
archivo histórico municipal de Baeza
Convento de Santa Catalina, Baeza, 1963. Interior de la
iglesia del convento. Extraída del archivo personal de la
familia Viedma Montoro
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
Certifi cado, Baeza, 1988, Ayuntamiento de
Baeza. Documento ofi cial de ofrecimiento de
terrenos a la Comunidad Autónoma Andaluza.
Extraída del archivo histórico municipal de
Baeza
CONVENTO DE SANTA CATALINA. DE
EDIFICIO ECLESIÁSTICO A VPO
1. DOCUMENTACIÓN HISTÓRICA
En 1974, siendo el ayuntamiento propietario del solar donde se ubica el convento
de Santa Catalina, éste se traslada a un solar contiguo debido al deterioro que
presentaba el convento. Es entonces cuando comienza el abandono y la ruina del
primitivo convento.
En 1976 el convento pasa a ser propiedad del Movimiento Nacional con el objetivo de
levantar en estas tierras un centro de estudio pero tras la no construcción de este
centro y la disolución del movimiento, en 1982, se produce una reversión del inmueble
pasando a ser de nuevo propiedad del ayuntamiento baezano.
Finalmente en 1988 tiene lugar la venta del solar por parte del ayuntamiento a la
Memoria de alcadía, Baeza, 1988,
Ayuntamiento de Baeza. Documento ofi cial
donde se expresa el uso que han de tener los
terrenos ocupados por el antiguo Convento de
Santa Catalina. Extraída del archivo histórico
municipal de Baeza
DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA22 / 23
Jesús Martín Clabo, responsable de las obras de rehabilitación del convento de Santa
Catalina, es un arquitecto afi ncado en Baeza donde realiza en su mayor parte obras de
conservación del patrimonio, aunque también ha llevado a cabo trabajos de viviendas
de promoción pública en la provincia de Jaén.
Es el director de la Escuela taller de Baeza y actualmente realiza las obras de
reconstrucción de la iglesia de San Juan Bautista, donde se intenta refl ejar el estado
primitivo de esta iglesia.
Se han conservado en esta iglesia unos capiteles que se encontraban en ruinas y se
han realizado unas catas para convertir la iglesia en museo.
Portada de San Juan Bautista, Baeza, 1913.
Portada en ruinas de la iglesia, posteriormente
portada de Santa Cruz. Extraída del archivo
personal de la familia Viedma Montoro
2. PROCESO DE REHABILITACIÓN DEL EDIFICIO
El Arquitecto
Ficha Técnica
Promotor: Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes
Arquitectos: Jesús Mª Martín Clabo / José Luis Martín Clabo
Arquitecto técnico: Luis E. Tajuelo Sánchez
Empresa constructora: Ayuntamiento de Baeza, Escuela Taller
Número de viviendas: 25 viviendas y 4 locales sociales
Presupuesto total: 171.270.115 pesetas
Fecha de proyecto: 1991
Fecha de inicio de las obras: 1992
Fecha de fi nalización de las obras: 1997
Portada de San Juan Bautista, Baeza, 2008.
Obras de rehabilitación de la iglesia. Extraída
del archivo personal de la familia Viedma
Montoro
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
El principal objetivo de este proyecto de rehabilitación es el de conservación de una
pieza de patrimonio y el dar vida al casco histórico de la ciudad.
Lo que el arquitecto se encontró al llegar al solar fue parte de la iglesia primitiva
en la que aún se conservaban unas cerchas metálicas, el muro de la iglesia, las
fachadas de la calle Santa Catalina y uno de los huecos de escaleras. Actualmente se
conserva el convento en el solar contiguo, donde ubicaron a las monjas, como ya se
ha mencionado cerca de los años 70, y el convento inicial quedó en ruinas.
En primer lugar, antes de iniciar las obras de rehabilitación, se realiza un estudio
previo general y una cata arqueológica por parte de la Escuela Taller.
La idea inicial de Clabo era la de “conservar las tipologías del convento” (1). Quería
conservar el claustro que quedaba en pie y la fachada que se ubica en la calle Santa
Catalina.
Realiza una consolidación de los restos de esta fachada con la intención de crear un
efecto “tipo ruina y vuelca las viviendas hacia el interior” (2).
Para conservar la fachada en su estado original y no abrir huecos en ella, se crea una
doble fachada. La segunda fachada se retranquea y crea entre ellas patios de luces.
Con esta operación de conservación de fachada el arquitecto intenta “no cambiar la
imagen urbana”(3) y volcar el edifi cio hacia el interior respetando la estructura del
Convento de Santa Catalina, Baeza, 1977. Imágenes del
convento antes de la rehabilitación. Extraída del archivo
personal de la familia Viedma Montoro
Convento de Santa Catalina, Baeza.
Imágenes comparativas de fachada anterior
y posterior a la rehabilitación. Extraída del
archivo personal de Jesús Martín Clabo
24 / 25 DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA
A la hora de abordar esta rehabilitación no se solicitó por parte de la Junta de
Andalucía ningún estudio previo de la zona, puesto que esta obra data de 1992 y no se
requería ningún estudio previo.
La Junta de Andalucía no exigía la conservación de ninguna pieza de la edifi cación
pre-existente, pero el arquitecto lo creyó conveniente. Quiso hacer de este edifi cio
“una imagen congelada en el tiempo”(4).
El único requisito solicitado por la Junta de Andalucía fue el número de viviendas.
En la ejecución de proyecto no se presentó ningún inconveniente. El proyecto tuvo
que ser estudiado en profundidad y se presentaron varias propuestas, utilizando el
método “prueba-error”(5). Finalmente se optó por la propuesta que más se adaptaba
al programa cumpliendo con las necesidades de número de viviendas.
Como intervención en los elementos existentes únicamente se procedió a la limpieza
de la piedra del claustro con métodos no agresivos y se le colocó un vierteaguas.
El proyecto se apoya en el claustro y en los muros existentes de las fachadas para
organizar las viviendas. Además de estos elementos también se conservó el hueco de
escaleras primitivo del convento.
La edifi cación se plantea en bloques lineales de dos y tres plantas de altura con
patios corredores interiores que aseguran la ventilación y el soleamiento.
Se generan varias tipologías de vivienda:
- En planta baja se disponen en el ala sureste viviendas de una sola planta con
patio interior. En el ala noreste se ubican viviendas de dos plantas también con patio
interior.
- En planta primera se distribuyen en el ala sureste viviendas de dos plantas de igual
modo que en el ala noreste de la planta baja. En el ala noreste se encuentran las
plantas altas de las viviendas de dos alturas.
- En planta segunda se disponen fi nalmente en el ala sureste las plantas altas de las
VPO en Santa Catalina, Baeza, Diciembre 2009, Patricia
González. Imágenes de las zonas comunes del conjunto
de viviendas. Extraída del archivo personal de Patricia Convento de Santa Catalina. Imágenes comparativas de la fachada; Primera: Baeza,1991. Imagen de
la fachada de la calle de la Yedra antes de la rehabilitación. Extraída del archivo personal de Jesús
Martín Clabo. Segunda: Baeza, Diciembre 2009, Patricia González. Misma fachada posterior a la
rehabilitación. Extraída del archivo personal de Patricia González Blánquez
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
En relación con la escuela taller, se puede considerar que los objetivos marcados al
inicio de la iniciativa, fueron alcanzados en su totalidad con el desarrollo de la actuación
de rehabilitación del convento de santa catalina, valorándose éstos en los siguientes
resultados:
- Recuperación del convento de Santa Catalina convirtiéndolo en VPO.
- Las aportaciones del colectivo que reside en el edifi cio son bajas, cantidad que puede
ser asumida fácilmente por las familias de acuerdo con su nivel de renta.
- Consecución de un mayor nivel de bienestar social, integración, y cohesión social en
el colectivo que habita y usa el edifi cio.
- Se ha contribuido a la mejora del casco histórico en el ámbito urbano y se ha
recuperado un edifi cio de alto valor histórico.
- 40 jóvenes han conseguido un empleo estable debido a su formación en la obra de
recuperación del edifi cio.
La obra de esta escuela taller fue hecha con mimo, voluntad y entusiasmo. No existía
ningún interés económico ni se planteaba ningún plazo de entrega por lo que el
principal objetivo era aprender bien un ofi cio.
VPO en Santa Catalina, Baeza, Diciembre 2009, Patricia
González. Imágenes de las zonas comunes del conjunto
de viviendas. Extraída del archivo personal de Patricia
González Blánquez
26 / 27 DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA
Planimetría, Baeza, 1991, Jesús Martín Clabo. Plantas del
estado anterior a la rehabilitación del convento. Extraída del
archivo personal de Jesús Martín Clabo
Planimetría, Baeza, 1991, Jesús Martín Clabo. Plantas
de la intervención. Extraída del archivo personal de
Jesús Martín Clabo
PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN
Además de la rehabilitación del convento de Santa Catalina para vivienda de
protección ofi cial podemos encontrar en Baeza otras intervenciones realizadas en
edifi cios patrimoniales convertidos también en vivienda de protección ofi cial.
El palacio de Villareal data del siglo XVIII y fue residencia de los marqueses de
Vilarreal. La Junta de Andalucía adquirio este palacio en la década de los 80 y más
tarde fue la Escuela Taller la encargada de realizar la rehabilitación para viviendas.
Se respetó el trazado original del palacio y unicamente se procedió a la distribución de
las viviendas dentro de las distintas dependencias del palacio. Por esta rehabilitación
se obtuvo, en 1991, el premio “Europa Nostra de Rehabilitación”.
Palacio de Villareal, Baeza, Diciembre 2009, Patricia
González. Zonas comunes de viviendas en el palacio
de Villareal. Extraída del archivo personal de Patricia
González Blánquez
3. PALACIO DE VILLAREAL Y PÓSITO. UN NUEVO USO
Palacio de Villareal
Pósito
Situado en la calle Barbacana, a espaldas de la alhóndiga, se encontraba el almacén
para los granos de trigo y la sal. Su construcción data de 1554.
En 1997 comienzan las obras de rehabilitación para construir en este emplazamiento
18 viviendas sociales.
El pósito estaba muy deteriorado y poco quedaba en pie, sólo los arcos que separaban
los almacenes que se han conservado e integrado en la rehabilitación realizada.
Pósito, Baeza, 1948. Extraída del
archivo personal de la Familia Viedma
Pósito, Baeza, 1997. Extraída del
archivo personal de la Familia Viedma
Pósito, Baeza,
Abril 2010, Patricia
González. Estado
actual del inmueble
rehabilitado.
Extraída del archivo
personal de Patricia
28 / 29 DIÁLOGO ENTRE PASADO Y PRESENTE. CONVENTO DE SANTA CATALINA
BIBLIOGRAFIA
- Archivo Municipal de Baeza.
- Orzáez Fernández, Diego. Las calles de Baeza. Jaén: La Paz, 2000.
- Rodriguez-Moñino Soriano, Rafael. Aproximación a la historia eclesiástica de la ciudad de Baeza. Jaén: Soproarga, 2000.
- Escuela taller de Baeza. Guía de Úbeda y Baeza. Córdoba: Andalucía Gráfi ca, 1995.
- Pérez Cano, María Teresa. Patrimonio y ciudad: el sistema de los conventos de clausura en el centro histórico de Sevilla: génesis, diagnóstico y propuesta de intervención para su recuperación urbanística. Sevilla: Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones, Fundación Fondo de Cultura de Sevilla, 1997.
- García Torralbo, María Cruz. El convento de Santa Catalina de Baeza (1583-1996). CÓDICE. Nº 12.
- Rodriguez-Moñino Soriano, Rafael. Aproximación a la historia eclesiástica de la ciudad de Baeza. Jaén: Soproarga, 2000.
- Abisc. Guía turístico-comercial de la ciudad de Baeza. Jaén: ABISC, 2007.
- Fernández Ruiz, Rufi na. Inventario de Arquitectura Singular de Úbeda y Baeza.
- Entrevista realizada a D. Jesús Martín Clabo.
NOTAS
- (1) Extraído de la entrevista con D. Jesús Martín Clabo.
- (2) Extraído de la entrevista con D. Jesús Martín Clabo.
- (3) Extraído de la entrevista con D. Jesús Martín Clabo.
- (4) Extraído de la entrevista con D. Jesús Martín Clabo.
- (5)Extraído de la entrevista con D. Jesús Martín Clabo.