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TP N°3 [Corresponde a Unidad 3: El período de la reacción antipositivista en la Argentina] La visita a la Argentina de Ortega y Gasset (filósofo español) en 1916 tuvo un impacto muy fuerte, preparando el terreno para una reacción contra el positivismo imperante hasta ese entonces. Esta visita propicia la formación del Colegio Novecentista (colegio filosófico creado en Argentina en un intento de recuperar el humanismo, en contraposición del positivismo) y la Reforma Universitaria de 1918, inauguran el segundo período, de la “psicología filosófica antipositivista” (1916-1941), una superación de la concepción positivista inicial. Durante este período, se empieza a pensar al psiquismo como una entidad autónoma, en un plano diferenciado y singular, considerando a la identificación del hecho psíquico con lo orgánico como mera superstición vulgar. Pucciarelli – Introducción a la filosofía de Dilthey El silencio en torno a la obra de Dilthey – Dilthey vivió casi ignorado en su tiempo, a pesar de haber vivido rodeado de circunstancias propicias para asegurar la difusión de sus doctrinas y conquistar renombre. 1) Uno de los motivos que dificultaba su recepción y paso a la posteridad tiene que ver con el estilo de Dilthey: no empleaba una terminología técnica personal y no acuñaba expresiones nuevas, recurriendo a expresiones imprecisas que favorecían el equívoco, lo que dificulta la comprensión de su pensamiento. 2) Otro de los motivos consiste en el antagonismo de Dilthey con las tendencias dominantes en su tiempo: es un romántico condenado a vivir en una época positivista hostil a la filosofía, y al mismo tiempo (tal como los positivistas a los cuales se opone) niega la metafísica y aspira a un empirismo radical. Sin embargo, a Dilthey le preocupan las ciencias del espíritu, preferencia que anuncia la superación del naturalismo (≠ positivistas). 3) Asimismo, Dilthey se caracteriza por el aspecto fragmentario e incompleto de sus investigaciones, no alcanzando nunca el sistema cerrado, lo que evidenciaba el carácter provisorio e indagador de sus estudios. Al ser empirista, rechazaba toda especulación, lo que hacía que avanzara en sus investigaciones muy fragmentariamente. Dilthey plantea que las ciencias del espíritu deberían postular un método acorde a su objeto, tal como las ciencias naturales tienen un objeto específico y un método acorde a dicho objeto. Dilthey sostiene que la psicología pertenece a las ciencias del espíritu y que se constituye como la base de las mismas, por la necesidad de retroceder hasta la Página 1 de 5

Dilthey, Colegio Novecentista y Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria (1918)

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Resumen de textos de Dilthey, Colegio Novecentista y Manifiesto Liminar.

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Page 1: Dilthey, Colegio Novecentista y Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria (1918)

TP N°3 [Corresponde a Unidad 3: El período de la reacción antipositivista en la Argentina]

La visita a la Argentina de Ortega y Gasset (filósofo español) en 1916 tuvo un impacto muy fuerte, preparando el terreno para una reacción contra el positivismo imperante hasta ese entonces. Esta visita propicia la formación del Colegio Novecentista (colegio filosófico creado en Argentina en un intento de recuperar el humanismo, en contraposición del positivismo) y la Reforma Universitaria de 1918, inauguran el segundo período, de la “psicología filosófica antipositivista” (1916-1941), una superación de la concepción positivista inicial. Durante este período, se empieza a pensar al psiquismo como una entidad autónoma, en un plano diferenciado y singular, considerando a la identificación del hecho psíquico con lo orgánico como mera superstición vulgar.

Pucciarelli – Introducción a la filosofía de Dilthey

El silencio en torno a la obra de Dilthey – Dilthey vivió casi ignorado en su tiempo, a pesar de haber vivido rodeado de circunstancias propicias para asegurar la difusión de sus doctrinas y conquistar renombre. 1) Uno de los motivos que dificultaba su recepción y paso a la posteridad tiene que ver con el estilo de Dilthey: no empleaba una terminología técnica personal y no acuñaba expresiones nuevas, recurriendo a expresiones imprecisas que favorecían el equívoco, lo que dificulta la comprensión de su pensamiento. 2) Otro de los motivos consiste en el antagonismo de Dilthey con las tendencias dominantes en su tiempo: es un romántico condenado a vivir en una época positivista hostil a la filosofía, y al mismo tiempo (tal como los positivistas a los cuales se opone) niega la metafísica y aspira a un empirismo radical. Sin embargo, a Dilthey le preocupan las ciencias del espíritu, preferencia que anuncia la superación del naturalismo (≠ positivistas). 3) Asimismo, Dilthey se caracteriza por el aspecto fragmentario e incompleto de sus investigaciones, no alcanzando nunca el sistema cerrado, lo que evidenciaba el carácter provisorio e indagador de sus estudios. Al ser empirista, rechazaba toda especulación, lo que hacía que avanzara en sus investigaciones muy fragmentariamente.

Dilthey plantea que las ciencias del espíritu deberían postular un método acorde a su objeto, tal como las ciencias naturales tienen un objeto específico y un método acorde a dicho objeto. Dilthey sostiene que la psicología pertenece a las ciencias del espíritu y que se constituye como la base de las mismas, por la necesidad de retroceder hasta la conciencia en busca de las condiciones de posibilidad de todo saber. Es necesario emancipar la psicología de todo prejuicio naturalista y elaborar una ciencia de lo anímico rigurosamente empírica: esa es la tarea de Dilthey .

Los conocimientos se separan en ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu de acuerdo a la diferencia de contenidos, esta última enlazada a la diferencia en el modo en que nos son dados los objetos: las cosas se nos ofrecen como fenómenos cuando nos son dadas en la percepción externa (integrando el sistema de la naturaleza, que se explica). Las cosas se nos ofrecen como realidad cuando se dan inmediatamente en la percepción íntima (adscribiendo al espíritu, que se comprende).

La psicología de Dilthey – Dilthey durante muchos años (hasta 1900) creyó que la psicología podría proporcionar el anhelado fundamento de las ciencias del espíritu, ya que el caudal más importante de las ciencias del espíritu procede de la vida anímica que debe ser entendida acudiendo necesariamente a la psicología. Sin embargo, Dilthey tropieza con el inconveniente de que la psicología vigente en su tiempo no se prestaba al propósito

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de dar una adecuada fundamentación psicológica de las ciencias del espíritu. La psicología de su tiempo busca subordinar cualquier fenómeno psíquico a una conexión causal y explicarlo mediante leyes unívocamente determinada, propósito que sólo puede lograr complementando el dato empírico mediante hipótesis. Esta psicología explicativa y constructiva comienza desconociendo la autonomía y peculiaridad del hecho anímico al intentar la síntesis mental mediante elementos e hipótesis, sin advertir que en lo psíquico el complejo precede a los elementos. Dilthey propone en cambio seguir el camino inverso: descender del todo a las partes valiéndose de un método descriptivo y analítico, que proporcionará el medio para encontrar una base segura de las ciencias del espíritu.

Dilthey con el correr de los años se fue alejando de la psicología (tras ser acusado de psicologista) y desde 1900 se orienta cada vez más decididamente hacia la teoría del conocimiento. A partir de 1900, será la hermenéutica el fundamento de las ciencias. Para comprender el mundo espiritual en su proceso histórico, la hermenéutica debe partir de las manifestaciones sensibles de la vida, de sus objetivaciones y revivir el proceso de su creación. Mediante la comprensión de signos sensibles que constituyen la exteriorización de lo psíquico conocemos lo psíquico propiamente dicho.

Estudiando la estructura interna de las ciencias del espíritu, concebidas como un todo autónomo, Dilthey descubre la relación de dependencia fundamental que consiste en la estructura Vivencia-Expresión-Comprensión. La hermenéutica debe analizar esa relación y de ese modo se convierte en el fundamento de todo ese grupo de ciencias. Ella estudia el complejo proceso que va desde la comprensión a la vivencia por el camino de la expresión.

El método hipotético-deductivo de las ciencias naturales no se adecúa al objeto de las ciencias del espíritu: las vivencias (no se puede dar cuenta de la relación causal existente entre las vivencias, como sí puede hacerse en lo que respecta los objetos naturales). Estas pueden ser estudiadas a partir de su expresión, y sobre todo del espíritu objetivo el espíritu se objetiviza a través de sus productos: arte, literatura, etc. (anticipación del concepto de “cultura”). La vivencia no se puede explicar sino comprender a partir de su expresión. Las expresiones de las vivencias permitirán alcanzar profundidades que la conciencia no llega a iluminar; habría una zona a la que no se puede alcanzar por la conciencia sino a través de sus manifestaciones (¿anticipación del concepto de inconsciente freudiano?). Según Dilthey, el sí mismo obtiene alimento desde la primera infancia del espíritu subjetivo (= cultura), lo que coincide con el planteo de Lacan según el cual “el inconsciente es un producto de la cultura”.

Dilthey intenta superar la metafísica, en su aspiración a la totalidad del conocimiento, mediante la historia universal, concebida como morfología del espíritu humano en sus actividades respecto al mundo y como camino a la comprensión de las diversas concepciones del mundo. En adelante, el espíritu será objeto de consideración empírica y la historia adquirirá la misma dignidad que antes monopolizaban las ciencias naturales.

Colegio Novecentista – Manifiesto (Documento original publicado en 1918)

“El Colegio Novecentista, institución argentina de cultura fundamental, considera sentirse huérfana de mentores, lo que debe suplir con su propio esfuerzo autodidáctico. Con tal propósito, el Colegio fomentará el estudio y difusión de las formas eminentes del pensar,

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procurando difundir el conocimiento de las manifestaciones más nuevas del saber contemporáneo, contribuyendo a renovar y dignificar la cultura argentina.

El novecentismo argentino es ante todo, idealismo militante: aspira al surgimiento de una cultura nacional rica en universalidad, información amplia y espíritu progresista. El Colegio considera novecentista toda actitud espiritual que afirme el carácter sustantivo de la personalidad humana; es la creencia en la personalidad humana como valor supremo.

El novecentismo importa una reacción contra las formas superadas del positivismo aún endémicas en nuestro país. El novecentismo es una actitud filosófica que busca la restauración del espíritu filosófico. El positivismo es enemigo de la misma ciencia: mata el sentido de los problemas, no cultiva inquietudes, erige la ciencia en metafísica mecánica, carece de sentido histórico y lleva al automatismo absoluto.”

Carli, Sandra – Presentación del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918

Este Manifiesto (“La Juventud Universitaria de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica”) de 1918 constituye el texto inaugural del movimiento de la Reforma Universitaria. Su autor fue Deodoro Roca, si bien fue firmado por representantes del grupo estudiantil que protagonizó los sucesos. Esta experiencia estuvo marcada por el carácter radical de la revuelta estudiantil, la búsqueda de maestros y la lucha por una Universidad científica, moderna y democrática.

La Universidad de Córdoba, fundada en 1613, aunque nacionalizada en 1854, mantenía sus rasgos coloniales y clericales, con una notoria presencia de profesores vitalicios vinculados a la oligarquía local. En tanto que otras universidades nacionales habían modificado sus estatutos para ajustarse a la nueva Ley Avellaneda (que fijaba las bases a las que debían ajustarse los estatutos de las universidades nacionales), la Universidad de Córdoba aún no lo hacía. A esta universidad se le cuestionaba la legitimidad del rector y los decanos, la vetustez de los reglamentos, el atraso científico, y el carácter arcaico y elitista del sistema de gobierno de la institución.

A seis días del inicio del conflicto, se dio a conocer el Manifiesto Liminar y se produjo la creación de organismos estudiantiles, la realización de asambleas universitarias para la elección del rector y la celebración del Primer Congreso Nacional de Estudiantes, en el que se proclamaba la necesidad de autonomía, gobierno tripartito paritario, asistencia libre, régimen de concursos y periodicidad de la cátedra. Esa serie de acontecimientos condujo a la renuncia de los profesores más conservadores y el ingreso a la docencia de muchos profesores reformistas, así como la reforma de los estatutos que incorporaron los principios de la docencia libre y la participación de los estudiantes en el gobierno de la Universidad. El principal actor de la Reforma Universitaria fueron los estudiantes, que quedaron en primer plano, siendo capaces de denunciar el anacronismo de la Universidad y de dar forma a otro cuerpo de profesores. Esto se asienta en una crítica de la relación entre profesores y estudiantes, y una revisión del concepto de autoridad: se postula una autoridad afirmada en la enseñanza y la elección de los maestros por parte de los estudiantes.

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La Reforma Universitaria de 1918 instaló principios clave como el cogobierno, los concursos docentes y la asistencia libre, y estos principios han configurado a la Universidad como “república democrática”.

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