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TITULO DEL TRABAJO: * INVESTIGACIÓN ACERCA DE NICOLAS II ROMÁNOV Y ALEXANDRA FIODOROVNA (ALIX DE HESSE-DARMSTADT) NOMBRE DEL ALUMNO: -VALERIA ACEVEDO VELAZQUEZ -NELLY LIZBETH BADILLO TORRES MATERIA: HISTORIA DE LA CULTURA II TAMPICO, TAMAULIPAS 19 DE FEBRERO 2014 Página 1

Dinastía Romanov

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TITULO DEL TRABAJO:

* INVESTIGACIÓN ACERCA DE NICOLAS II ROMÁNOV Y ALEXANDRA FIODOROVNA (ALIX DE HESSE-DARMSTADT)

NOMBRE DEL ALUMNO:

-VALERIA ACEVEDO VELAZQUEZ

-NELLY LIZBETH BADILLO TORRES

MATERIA: HISTORIA DE LA CULTURA II

TAMPICO, TAMAULIPAS 19 DE FEBRERO 2014

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Nicolás II de Rusia (en ruso: Николáй Алексáндрович Ромáнов, Nikolái Aleksándrovich Románov; San Petersburgo, Rusia, 18 de mayo de 1868 – Ekaterimburgo, Rusia, 17 de julio de 1918) fue el último zar de Rusia. Hijo del zar Alejandro III, gobernó desde la muerte de su padre, el 20 de octubre de 1894, hasta su abdicación el 2 de marzo de 1917 (de acuerdo al calendario juliano), cuando renunció en su nombre y en nombre de su hijo heredero al trono y este pasó a su hermano, el gran duque Miguel. Federico VIII de Dinamarca, la reina consorte. Nicolás se convirtió en zarévich tras el asesinato de su abuelo Alejandro II el 13 de marzo de 1881 y el posterior ascenso al trono de su padre, Alejandro III. Por razones de seguridad, el nuevo zar y su familia se mudaron del palacio de Invierno, en San Petersburgo a su residencia en el palacio de Gátchina, fuera de la ciudad. Nicolás y sus hermanos tuvieron una educación estricta: dormía en duras camas plegables y sus habitaciones apenas tenían muebles, salvo un icono religioso de la virgen con el niño rodeado de perlas y otras gemas. Su abuela María introdujo costumbres inglesas en la familia Románov: gachas en el desayuno, baños fríos y abundante aire fresco. Aunque Nicolás participaba en reuniones del Consejo Imperial, sus obligaciones eran limitadas hasta su subida al trono, que no se esperaba tan pronto, pues su padre apenas tenía 49 años. Contrariamente a los deseos de sus padres, Nicolás se casó con la princesa Alejandra, cuarta hija del gran duque Luis IV de Hesse-Darmstadt y la princesa Alicia del Reino Unido. Sus padres pretendían que se casara con la princesa Helena de Orleans, hija del conde de París, lo que estrecharía las relaciones entre Rusia y Francia, pero desistieron debido a su insistencia.

Desde pronto el zar Nicolás demostró un carácter tímido y más inclinaciones hacia la vida doméstica. Tenía maneras de un alumno de una escuela inglesa de élite. Bailaba de forma elegante, era un buen tirador, cabalgaba y practicaba deporte. Hablaba francés, alemán y su inglés era tan bueno que incluso podría engañar a un profesor de la Universidad de Oxford, haciéndose pasar por un inglés. Adoraba la historia así como la pompa del ejército y la vida de soldado. Su padre le concedió el grado de comandante de un escuadrón de guardias a caballo y acudió a Krásnoie Seló, el gran campo militar a las afueras de San Petersburgo usado por regimientos de la Guardia Imperial para maniobras de verano. Allí, Nicolás participaba por entero en la vida militar y las conversaciones en el comedor y su modestia lo hacía popular entre los oficiales. Ningún título significaba más para él que el de coronel. Nicolás II al momento de asumir el gobierno no ostentaba la fuerte personalidad de su padre, ni la preparación mínima requerida para una Rusia convulsionada, con conflictos latentes y que ocupaba una arista preponderante en el ámbito internacional. Una de las causas principales fue que su padre, Alejandro III, no lo formó a tiempo para tomar el papel de zar, en especial en el tema de las relaciones internacionales y de los asuntos internos; en efecto, Nicolás II era hasta el momento de la prematura muerte de su padre, tratado poco menos que como un niño.

En 1894, y tras complicaciones derivadas de una nefritis, falleció su padre, Alejandro III. El 1 de noviembre y pasado el período de luto protocolario, Nicolás fue coronado como sucesor y adoptó el nombre de Nicolás II. De acuerdo con sus propias palabras, carecía de formación política, y lo ignoraba todo acerca del gobierno del imperio, explicando su ingenuidad al ser coronado zar en noviembre de 1894. Incluso su propio padre dudaba de su habilidad para administrar y mantener un territorio de 23 millones de km². La influencia de sus tíos paternos, en especial Sergio

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Aleksándrovich Románov, Gran Almirante de la Armada, tendría en ello un asidero, y las intrigas cortesanas pesarían grandemente en la acción del nuevo zar, pues de hecho tuvo que soportar al principio manipulaciones de sus propios tíos. Poco después de su coronación, el 26 del mismo mes, contrajo nupcias con Alix de Hesse, quien había tomado el nombre de Alejandra Fiódorovna Románova al convertirse a la ortodoxia. Como la relación entre Nicolás y Alix era un verdadero ideal de amor y devoción mutuos, fue la Emperatriz quien aconsejó a Nicolás desde los primeros momentos, que tomara las riendas firmes del poder y fortaleciera su carácter bondadoso y caballeresco del que se aprovechaban a menudo sus parientes. De ella tendría cuatro hijas todas seguidas casi de año en año y al final, el tan anhelado heredero, un hijo varón.

Olga (1895–1918). Tatiana (1897–1918) María (1899–1918). Anastasia (1901–1918). El zarévich Alexis (1904-1918).

A instancias de sus consejeros y animado por su primo el emperador alemán, Nicolás se esforzó por extender su influencia en Asia, rivalizando en esta carrera con las potencias occidentales imperialistas; ordenó la intervención de Rusia en la Guerra Chino-Japonesa de 1896, intervino en el establecimiento de la base de Port Arthur en 1898, la ocupación de Manchuria en 1900, y convino con los británicos el reparto de Persia en esferas separadas de influencia en 1907. Asimismo, fue uno de los principales promotores del desarme, reflejados en su papel como iniciador de las Conferencias de la Haya de 1899 y 1907.

Aunque intentó ejercer una influencia determinante en Europa Oriental y los Balcanes, la debilidad rusa, puesta de manifiesto durante la Guerra ruso-japonesa (1905) limitaba sus ambiciones. Así, cuando en 1908 el Imperio austrohúngaro se apoderó de Bosnia, Rusia se limitó a mediar con Serbia y el Imperio otomano. Las Guerras Balcánicas de 1912 y 1913 incrementaron la tensión entre Moscú y Viena, pero Nicolás siguió en principio los consejos de Piotr Durnovo quien, en un informe de 1914 aconsejaba mantener Rusia fuera de cualquier conflicto militar en vista de su debilidad industrial, la oposición de la opinión pública y la situación prerrevolucionaria del país. Estableció excelentes relaciones con Francia, su más leal aliado, y con Alemania, gracias a su estrecho parentesco con el emperador Guillermo II; este último fue largamente su consejero de mayor confianza en materia internacional, aunque muy manipulador, resultaba evidente para cualquier operador político más sagaz que el zar, que sus consejos estaban orientados a emplear la influencia rusa para controlar los intereses de otras potencias, muchas veces en beneficio directo de Alemania y socavar la alianza entre Francia y Rusia. A la larga, la influencia nefasta de Guillermo II iba a ser la ruina para Nicolás II. Durante su reinado vio como el Imperio ruso sufrió una debacle económica y militar. Fue apodado Nicolás, el Sanguinario por los críticos debido a la Tragedia de Jodynka, el Domingo Sangriento y por los pogromos antisemitas que se produjeron durante su reinado. Como jefe de Estado, aprobó la movilización de agosto de 1914 que marcó el inicio de la Primera Guerra Mundial, la revolución y la consecuente caída de la dinastía Románov. En general siguió la política autocrática de su antecesor, si bien parece haber mostrado escaso interés y nulas aptitudes para las tareas de gobierno. Por incapacidad o por debilidad, cayó bajo la influencia de la zarina Alexandra (la princesa Alicia de Hesse-Darmstadt) y de su consejero Rasputín. Bajo su reinado, pero más bien al margen de su intervención directa, Rusia conoció un proceso de industrialización acelerada (que hizo surgir importantes núcleos obreros) y se esforzó por extender su influencia en Asia rivalizando con las potencias occidentales en la carrera imperialista

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(intervención en la Guerra Chino-Japonesa de 1896, base de Port Arthur en 1898, ocupación de Manchuria en 1900, reparto de Persia en esferas de influencia con Gran Bretaña en 1907.). Los intentos por ejercer una influencia determinante en Europa oriental y los Balcanes como cabeza de un movimiento paneslavista dieron lugar a múltiples conflictos y tensiones internacionales, en virtud del alineamiento ruso con Serbia frente a los intereses de Austria-Hungría; pero, tras sufrir una primera derrota diplomática en la crisis de Bosnia (1908), las Guerras Balcánicas de 1912-13 acabaron definitivamente con el control ruso sobre la península Balcánica.

Último zar de Rusia, con quien se extinguió la dinastía Romanov (San Petersburgo, 1868 - Yekaterimburgo, 1918). Accedió al Trono en 1894, sucediendo a su padre, Alejandro III. En general siguió la política autocrática de su antecesor, si bien parece haber mostrado escaso interés y nulas aptitudes para las tareas de gobierno. Por incapacidad o por debilidad, cayó bajo la influencia de la zarina Alexandra (la princesa Alicia de Hesse-Darmstadt) y de su consejero Rasputín. Bajo su reinado, pero más bien al margen de su intervención directa, Rusia conoció un proceso de industrialización acelerada (que hizo surgir importantes núcleos obreros) y se esforzó por extender su influencia en Asia rivalizando con las potencias occidentales en la carrera imperialista (intervención en la Guerra Chino-Japonesa de 1896, base de Port Arthur en 1898, ocupación de Manchuria en 1900, reparto de Persia en esferas de influencia con Gran Bretaña en 1907.). Los intentos por ejercer una influencia determinante en Europa oriental y los Balcanes como cabeza de un movimiento paneslavista dieron lugar a múltipes conflictos y tensiones internacionales, en virtud del alineamiento ruso con Serbia frente a los intereses de Austria-Hungría; pero, tras sufrir una primera derrota diplomática en la crisis de Bosnia (1908), las Guerras Balcánicas de 1912-13 acabaron definitivamente con el control ruso sobre la península Balcánica.

Grigori Rasputín apareció en los círculos monárquicos gracias al contacto que hizo Anna Výrubova, la más cercana cortesana a la zarina, debido a la enfermedad hemofílica que padecía su hijo Alexis. La influencia que ejercía sobre el niño le permitía controlar la enfermedad del heredero al trono, con lo que pronto ganó la confianza absoluta de la zarina. Rasputin era en sí una persona extraordinaria, con un grado de acierto muy notable en sus predicciones, una mezcla de santurrón y amigo muy convincente, pero, en contrapartida, un ser con un alter ego muy libidinoso rayando en lo maníaco, que buscaba el placer sexual entre las consortes del palacio. Rasputín pronto convirtió a la zarina en su amiga y confidente, al punto de que ella consideraba seriamente los consejos que él le daba. La razón de esta influencia poderosa, era que la Emperatriz consideraba a Rasputín, un enviado de Dios. Esta situación, permitió a Rasputín tomar un papel decisivo en los nombramientos ministeriales. Se lo conocía por su sobrenombre de monje loco, y su comportamiento cada vez más entrometido y desafiante comenzó a suscitar odios entre la nobleza y especulaciones de todo tipo en el pueblo. Antes de la partida de Nicolás II al frente alemán, Rasputín predijo que si él moría a manos de gente de su familia, nadie de la familia de Nicolás II le sobreviviría más de dos años. Finalmente Rasputín fue asesinado por un grupo de aristócratas que lo habían invitado a una fiesta del 29 al 30 de diciembre de 1916. Parece probado que sus asesinos, con el príncipe Félix Yusúpov a la cabeza, le dieron pasteles y vino cargados de cianuro. Al ver que no le afectaba mucho, el príncipe le disparó al pecho, le golpeó la cabeza con un bastón lleno de plomo y lo arrojó al río Nevá. Se comprobó que Rasputín murió más tarde ahogado.

Después del asesinato de Rasputín, el gobierno monárquico empezó a desintegrarse con abismal rapidez. Las sucesivas derrotas rusas en la Primera Guerra Mundial fueron una de las causas de la Revolución de Febrero. A partir de enero de 1917 la situación interna, empeorada por el curso desfavorable de la guerra con Alemania y las instigaciones revolucionarias, sumadas a las

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intervenciones políticas de la Emperatriz, hicieron que la cuarta Duma cediera a la presión de los revolucionarios y se formara un Gobierno provisional, liderado por Kérenski, un revolucionario de estilo moderado. La decisión de formar el gobierno provisional tuvo aceptación en todos los estamentos sociales y militares, incluido el Estado Mayor de Nicolás II, quien se vio encajonado con la grave situación política que se imponía en Petrogrado. Por un instante, se redactó la abdicación en favor de su hijo Alexis; pero dada la condición de salud e inmadurez del heredero, cambió de parecer.

Nicolás II, incapaz de controlar la situación, abdicó sus derechos y los de su hijo el 2 de marzo de 1917, dando así fin a la dinastía Románov y el comienzo de la era de los Sóviets. Nicolás II se dejó detener, sin ofrecer resistencia, a su regreso del desmoronado frente. Fue confinado junto con su esposa e hijos en el palacio Tsárskoye Seló, en las afueras de Petrogrado, reteniendo algunos privilegios domésticos. Aleksandr Kérenski, preocupado por la seguridad de la familia imperial, intentó inicialmente enviarlos a Inglaterra, ya que el rey Jorge V, primo del zar, había enviado en marzo una invitación. Pero no solo el Sóviet de Petrogrado se opuso rotundamente, sino que Jorge V finalmente retiró su ofrecimiento, al temer problemas políticos internos y ante la oposición del Partido Laborista. Además, tanto Inglaterra, Alemania y su aliada Francia ignoraron sus requerimientos de asilo. En agosto de 1917, temiendo un intento de asesinato, Kérenski exilió a los Románov a Tobolsk, en Siberia. Antes de partir Kérenski previno a Nicolás II: «Los sóviets desean mi cabeza, después vendrán por usted y su familia». En Tobolsk, la familia del zar gozó de una relativa libertad de movimientos ya que el sector era pro monárquico, incluso hubo oportunidades de realizar una fuga o ser rescatados ya que la guardia no era numerosa e incluso algunos soldados llegaron a entablar alguna relación amistosa con los prisioneros.

En la medianoche del 17 de julio el zar junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano de la Casa Ipátiev donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño. El pretexto era que se les iba a tomar una fotografía antes de partir; o se les iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y repentinamente entró Yákov Yurovski con revólver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta. Cuando Yákov Yurovski levanta el revólver y declara al zar que el pueblo ruso le ha condenado a muerte, el zar alcanza a balbucear: -"¿qué?"- y le dispara casi a quemarropa. El zar cae instantáneamente muerto, la zarina se alcanza a incorporar haciendo la señal de la cruz y gritando, es muerta de un disparo en plena boca por Yurovski y seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la familia. Las hijas, que llevaban corsés apretados y además en su interior estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la bayoneta. Anastasia, murió rematada a bayonetazos realizados por Ermakov. El zar murió con 50 años recién cumplidos. El zarévich sobrevivió a la primera descarga y fue muerto por Yurovski en el remate de moribundos disparándole dos veces a la altura del oído. Una de las sirvientas que no recibió la primera descarga es perseguida dentro de la habitación y rematada a bayonetazos, e incluso la mascota es muerta de un disparo.

En 1979, los historiadores Aleksandr Avdonin y Geli Riábov hallaron la posible tumba de la familia imperial en el bosque de Koptiakí. Temiendo informar del descubrimiento, no lo hicieron público hasta años después. El 12 de abril de 1989 los periódicos informaban del hallazgo. La tumba no fue abierta hasta 1991 por las autoridades soviéticas, hallando en su interior nueve cuerpos. Mediante el examen de los esqueletos, los científicos soviéticos concluyeron que faltaban los cuerpos de Alexis y la Gran Duquesa María. Las identificaciones de los esqueletos fueron

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confirmadas posteriormente mediante análisis de ADN. Con su asesinato (ningún juez o jurado le condenó a muerte, ni ordenó su ejecución) por el movimiento revolucionario de los bolcheviques, durante la Segunda Revolución rusa se extinguió la dinastía Romanov. Está enterrado desde 1997 en la Catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo junto con el resto de la familia imperial y de los demás zares rusos. En 2007 se anunció el descubrimiento de los cuerpos de María y Alexis, que tras realizarles las pruebas de ADN, fueron enterrados junto a sus padres y hermanas.

Relato de uno de los ejecutores

Para la ejecución se seleccionaron doce hombres con revólveres. Dos de ellos se negaron a disparar contra las mujeres. Cuando llegó el vehículo, todos dormían. Al despertarlos se les explicó que debido a la intranquilidad existente en la ciudad, era necesario trasladarlos del piso superior al inferior. Demoraron media hora en vestirse. Abajo habíamos vaciado una pieza que tenía un tabique de madera estucado, para evitar el rebote. La guardia se encontraba en disposición combativa en el cuarto vecino. Los Románov no sospechaban nada. El comandante fue a buscarlos en persona y los condujo hacia la pieza. Nicolás llevaba en brazos a Alexis, los demás llevaban almohadillas y otras cosas pequeñas. Al entrar en la habitación vacía, Alejandra Fiódorovna preguntó: "Cómo, ¿no hay ninguna silla? ¿Ni siquiera podemos sentarnos?" (Según el relato de Yurovski, se trajeron dos) Nicolás puso en una a Alexis y en la otra se sentó Alejandra Fiódorovna. A los demás se les ordenó formar una fila. Hecho esto, llamaron al comandante. Cuando este entró, dijo a los Románov que, como sus parientes en Europa continuaban la ofensiva contra la Rusia soviética, el Comité Ejecutivo de los Urales había decretado fusilarlos. Nicolás se volvió de espaldas, de cara a su familia, y luego, como recobrándose, se volvió y preguntó: "¿Qué, qué?". El comandante repitió la explicación y ordenó al comando que se preparara. Cada uno sabía de antemano contra quién iba a disparar. La orden era apuntar al corazón para evitar el derramamiento de mucha sangre y terminar más rápido. Nicolás no dijo una sola palabra más, de nuevo se volvió cara a su familia, otros lanzaron exclamaciones incoherentes. Luego comenzaron los disparos, que duraron dos o tres minutos. Nicolás fue muerto por el mismo comandante a quemarropa. Luego murieron Alejandra Fiódorovna y su séquito. En total fueron fusiladas doce personas: Nicolás, Alejandra Fiódorovna, su hijo Alexis, sus cuatro hijas: Olga, Tatiana, María y Anastasia - el doctor Yevgueni Botkin, el criado Trupp, el cocinero Tijomírov, otro cocinero y una camarera cuyos nombres el comandante no recuerda.

*CITAS DE NICOLAS II ROMANOV

“La experiencia demuestra que los hombres y las palabras son incapaces de gobernar los acontecimientos.” –Nicolas II De Rusia

“No estoy preparado para ser zar, nunca quise serlo. No sé nada del arte de gobernar, ni siquiera sé la forma en que debo hablar a los ministros” – Nicolas II De Rusia

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Aleksandra Fiódorovna Románova (en ruso: Алексáндра Ф доровна Poмáноваё́� ; nacida Victoria Alicia Elena Luisa Beatriz de Hesse-Darmstadt; *Darmstadt, 6 de junio de 1872 – † Ekaterimburgo, 17 de julio de 1918). Última emperatriz de Rusia antes de la Revolución de Octubre. Hija del gran duque Luis IV de Hesse-Darmstadt y Alicia de Sajonia-Coburgo-Gotha, fue bautizada como "Alix", variante germanizada de Alicia. Recibió una severa educación bajo la influencia de su abuela materna, Victoria del Reino Unido. Alix, fue una de las nietas preferidas de la reina Victoria.

Era una mujer alta, de cabello castaño rojizo, de rasgos nítidos, algo torpe de movimientos debido a una ciática que contrajo muy joven, era además bastante atractiva y dotada de un carácter fuerte. Para quienes no pertenecían a su círculo íntimo, Alix ocultaba su timidez y mostraba una apariencia reservada. El estatus de títulos y las riquezas no tenían mayor influencia en ella y no dudó en enrolarse como enfermera durante la Primera Guerra Mundial y atender a heridos del frente de batalla. Sin saberlo, portaba por el lado materno el gen de la hemofilia, cuya manifestación se daría en el príncipe Alexis, su único hijo varón. Antes de casarse con Nicolás II, Alix rechazó varias propuestas de matrimonio con otras casas reales, como la de su primo Alberto Víctor, duque de Clarence y Avondale y la de Maximiliano de Baden, ambas planeadas por la reina Victoria, demostrando su carácter fuerte ante la voluntad de la reina.

A raíz del noviazgo de su hermana Isabel Fiódorovna Románova con el gran duque Sergio Aleksándrovich de Rusia, fue como conoció al futuro zar Nicolás II, con quien estableció una sólida e intensa relación sentimental que culminó cuando contrajo nupcias el 26 de noviembre de 189, muy poco después de la muerte del zar Alejandro III. El pueblo ruso opinó que la nueva emperatriz había llegado detrás de un ataúd como un negro presagio.

Nicolás II se refería a Alix como Solecito, y ambos se profesaban un auténtico y abnegado amor. Prueba de esto es la abundante correspondencia que sobreviviría a la historia de los Románov. Un dato curioso es que Nicolás II y Alix hablaban en inglés, porque Alix jamás llegó a dominar el ruso con fluidez.

Su residencia de monarcas se fijó en el palacio construido por Catalina II, la Grande, en Tsárskoye Seló, a 20 km de San Petersburgo, entre otras. Alix amaba a sus hijos, los queria a todos pero en especial al zarevich y a Tatiana, María y Anastasia a Olga la

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queria pero sin embargo no tanto como a ellos puesto que Olga no se asemejaba a lo que ella esperaba de unas grandes duquesas. La hemofilia de su hijo Alexéi, que la afectó profundamente, fue posiblemente la causa de que se acogiera a los consejos de Rasputin, quien logró sanar al niño; aun así Alix no tomaba ninguna decisión sin antes consultar al monje. Al marchar su esposo al frente durante la Primera Guerra Mundial, asumió sola el gobierno efectivo de Rusia. No pudo hacer frente a las gestantes crisis sociales y culturales, los nombramientos ministeriales que realizó resultaron infructuosos, y su condición de alemana la hizo impopular. Se opuso tenazmente a la idea de dotar al país de un régimen constitucional. Su postura frontal iba en contra de las corrientes bolcheviques. Al producirse la Revolución rusa en febrero de 1917, la Duma indujo a Nicolás II a su abdicación a despecho de Alix y fue confinada con su esposo y sus hijos en el palacio Alejandro, en Tsárskoye Seló, de donde salieron todos en agosto de ese año, con destino a Tobolsk, Siberia. En la primavera del año siguiente fueron trasladados a la ciudad de Ekaterimburgo, donde fueron ejecutados en el sótano de la casa Ipátiev, en la madrugada del 17 de julio de 1918. Después de la caída de la URSS, en la década del 90, sus restos fueron exhumados y sepultados con los de su esposo y tres de sus hijas en la catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo. Fue canonizada como mártir por la Iglesia Ortodoxa.

BIBLIOGRAFÍA:

-http://es.wikipedia.org/wiki/Alejandra_Fi%C3%B3dorovna_Rom%C3%A1nova

-http://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_II_de_Rusia

-http://www.planetacurioso.com/2011/12/09/enganos-y-fraudes-anna-anderson-afirmaba-ser-anastasia-romanov/

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*OPINIÓN PERSONAL:

El misterio y rumores rodean a estos dos grandes personajes de la historia, probablemente lo que causo más revuelo fue su muerte porque murieron de manera muy cruel y no tenían idea de que eso iba a suceder, pensaban que los exiliarían con sus familiares a Inglaterra pero los tomaron desprevenidos incluso mataron a la mascota de Anastasia algo que considero fue sumamente innecesario y malicioso. Nicolas II Romanov estaba consciente de que no poseía formación política e ignoraba gran parte del manejo del gobierno imperial y en más de una ocasión él lo dijo, en la vida del Zar Nicolas influyeron dos personas la emperatriz Alexandra y el otro fue Káiser Guillermo II primo del Zar, la influencia de su primo fue la ruina para Nicolas II. Un gran error de Nicolás II fue cuando intentó ponerse personalmente al mando de las tropas. En consecuencia dejó el gobierno en manos de su esposa, a quien el pueblo detestaba tanto por su origen alemán como por su estrecha relación con Rasputín, es suficiente mencionar que cometió demasiados errores políticos tantos que en 1917 abdico al trono el mismo y su hijo dando fin a la dinastía Romanov.

Considero que la historia de estos dos emperadores es fascinante hay tantas cosas que se dicen de ellos, tantos misterios y dudas sobre si sobrevivieron sus hijos o cómo sucedieron en realidad las cosas. Muchas mujeres han afirmado ser Anastasia, la hija perdida de los Romanov pero no se ha demostrado nada hasta la fecha. He leído mucho acerca de la dinastía Romanov y tanto como hay cosas malas hay cosas buenas, la emperatriz Alexandra no tomaba en cuenta sus títulos y por ende educo a sus hijos con la misma idea, de que al fin y al cabo son personas, ella se enlisto de enfermera para ayudar a los heridos y muchas veces llevaba a sus hijas con ella. Los Romanov tenían una fortuna sin embargo no actuaban como si el mundo les perteneciera como es muy común en la nobleza, eran conscientes de que había más prioridades y siempre trataron de hacer lo mejor para su familia. No son el mejor ejemplo de una época de prosperidad y de saberse mover en la política rusa pero creo que si son un buen ejemplo de una familia.

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Anna Anderson afirmaba ser Anastasia Romanov

Corría el año de 1920, era un frío día de febrero cuando fue rescatada una señorita, de suicidarse en las aguas berlinesas del río Spree: Anna Anderson. La joven se negaba a decir quién era, por lo que fue llevada a un centro para enfermos mentales. Así que se le denominó Fräulein Unbekannt, que significa “señorita desconocida” en alemán. Fue en ese momento cuando empezó a proclamar que ella era Anastasia Romanov, la más joven de las hijas del difunto Zar Nicolás II de Rusia. La historia cobró fuerza puesto que no se trataba de

cualquier persona. De ser cierto, su historia de supervivencia hubiese sido fascinante. Pero, ¿quién era Anastasia Romanov? Anna Anderson, aseguraba ser una de las hijas de Nicolás II y Alexandra, a la que Tsachaikovsky, uno de los soldados encargados de fusilarlos, le había ayudado a curar sus heridas y a escapar.

La historia fue cobrando más fuerza y se regó como pólvora. Ambas tenían un parecido similar, muchos comenzaron a creer aquella versión. Anna decía recordar muchos detalles de su vida en el palacio Imperial. Incluso su abuela, la madre del Zar, terminó por reconocer, antes de morir en 1928, que podría ser su nieta. Anna pasó el resto de su vida intentando demostrar lo que decía. Con frecuencia era internada en sanatorios y hospitales, y se casó con un estadounidense en 1919. Murió en 1984, en Alemania tras una grave pulmonía. Tenía 83 años. En una investigación realizada en 1927 por el hermano de la zarina, Ernesto Luis de Hesse Darmstadt, quedó demostrado que la “señorita desconocida” era en realidad Franziska Schanzkowska, una obrera polaca que padecía varias enfermedades mentales.

Pero en 1991, la historia dio un giro. Se localizó la fosa de Kaptiaki donde sepultaron a la familia de Nicolas II, sin embargo, dos de los niños no estaban ahí, ¿acaso habían sobrevivido? La respuesta llega en 2007 cuando una nueva tumba es encontrada con dos cuerpos. Tras exhaustivas pruebas de ADN se confirma que se trataba del cuerpo de Alexei, hijo menor, y de Anastasia. Ambos murieron en 1918. Sin más que decir, Franziska Schanzkowska fue una astuta artista del engaño.

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