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DIRECCIÓN PROVINCIAL DE EDUCACIÓN PRIMARIA

DIRECCIÓN PROVINCIAL DE EDUCACIÓN SECUNDARIA

DIRECCIÓN PROVINCIAL DE EDUCACIÓN DE GESTIÓN PRIVADA

Propuestas curriculares para el último trimestre de laeducación Primaria y el primero de la educación Secundaria

Proyecto articulación Prácticas del lenguaje

Presentación Mundos de palabras que comienzan con palabras y nos llevan más allá… espacios multiplicados para vivir

mediante el universo simbólico, tiempos para recorrer el pasado, otros presentes y muchos futuros.

Formar lectores de literatura es uno de los propósitos que tanto la escuela primaria como secundaria persiguen.

Garantizar las experiencias en las aulas, discutir entre docentes los modos en que los estudiantes puedan tener

acceso a ellas, pensar las intervenciones pertinentes, seleccionar textos de calidad que abran la discusión sobre los

efectos que cada lector construye -también en el diálogo- son algunas de las tantas cuestiones que leer literatura

en las aulas permite, dispone, habilita…

Este dispositivo didáctico compartido entre ambos niveles entrelaza el último trimestre de la escuela Primaria

y el primero de la escuela Secundaria y garantiza la continuidad pedagógica que los diseños curriculares

involucrados sustentan, así como la progresión didáctica de los saberes a enseñar.

Explicitamos a continuación los criterios de organización de la enseñanza de esta propuesta:

Se presenta una propuesta didáctica de Prácticas del Lenguaje con el propósito de acompañar la enseñanza en el

último trimestre de la escuela primaria y en el primer trimestre de la escuela secundaria. Trabajar en el tránsito de

un nivel a otro implica articular los contenidos y modos de aprender necesarios para garantizar el éxito en la

trayectoria escolar de los alumnos. La continuidad pedagógica se presenta entonces como una condición de la

escolarización que se construye en el trabajo colectivo con decisiones de enseñanza e institucionales. En relación a

las decisiones de enseñanza que favorecen la progresión pedagógica, los Diseños Curriculares vigentes para la

Educación Primaria y Secundaria, explicitan continuidades desde la perspectiva didáctica.

Desde el área de Prácticas del Lenguaje el objeto de enseñanza son las prácticas mismas, planteando para

ambos niveles el desafío de formar a todos los alumnos como ciudadanos y practicantes de la cultura escrita. Para

que esto acontezca en las aulas de ambos niveles coexisten los siguientes criterios de organización de la

enseñanza:

La continuidad pedagógica de situaciones de lectura, escritura y oralidad en forma sostenida en los ámbitos Ÿde literatura, de estudio y de formación ciudadana.

La diversidad de prácticas en las que los alumnos pueden leer, escuchar leer, recomendar lecturas, comentar Ÿy opinar sobre lo leído, preguntar, exponer, explicar, argumentar, escribir, dictar, copiar, revisar, corregir,

reescribir, resumir, citar, expandir un texto, leer para resolver problemas como escritor; así también participar de

diversas situaciones donde los alumnos escuchan leer y leen por sí mismos, dictan al docente, copian con sentido,

escriben por sí mismos, narran o exponen oralmente frente a otros, con diferentes propósitos comunicativos y

didácticos, con diversos destinatarios, transitando diversidad de géneros y formatos textuales, entre otros.

La alternancia metodológica tanto en la consideración del tiempo didáctico a través de las modalidades Ÿorganizativas (planificación por proyectos, secuencias, situaciones permanentes/habituales, situaciones

sistemáticas y ocasionales) como en la organización de los agrupamientos en modalidad colectiva, en pequeños

grupos (parejas, tríos) y/o en forma individual.

La creación de un ambiente cooperativo en donde se procuran una serie de interacciones entre los alumnos, Ÿcon alternancia de roles, con prácticas donde uno escribe y otro comenta oralmente lo producido por otro, uno

copia y el otro relee y corrige, uno escribe y el otro controla la ortografía, uno revisa y reescribe y el otro pasa en

limpio con marcas de edición acordadas.

Pensar la articulación como un proceso complejo y sistémico -aquello que une, que entrelaza, que no implica diluir

lo que es la especificidad de cada nivel y que el proceso formativo de los niños y jóvenes requiere tiempos

prolongados- otorga a la enseñanza un lugar central que permite reconocer las particularidades de cada nivel y

que garantiza continuidades y acuerdos que se sostienen entre la escuela primaria y la escuela secundaria.

Propósitos didácticos Se espera que la enseñanza:

Proponga variadas situaciones de lectura, escritura e intercambio oral y fomente la reflexión sobre los contextos Ÿde producción y de recepción de esas prácticas.

Promueva la formación de lectores literarios que puedan profundizar y diversificar gradualmente recorridos de Ÿlectura, explorar las potencialidades del lenguaje estético para la creación de mundos posibles y establecer

distintas relaciones entre la literatura y otros lenguajes artísticos. En esta propuesta se hace el recorte de la

formación de lectores de literatura fantástica y de ciencia ficción.

Favorezca la apropiación gradual de estrategias de lectura, escritura y oralidad en el ámbito de estudio. ŸPropicie instancias de reflexión sobre el lenguaje.ŸOrganice el tiempo didáctico de manera que se garantice la continuidad en la apropiación de las prácticas a Ÿtravés de una propuesta didáctica que consta de dos tramos, los que propician progresión y necesaria

articulación entre la Primaria y la Secundaria.

Síntesis del primer recorrido (Septiembre – Diciembre)Los estudiantes de Sexto año de la escuela Primaria se acercarán en aproximaciones sucesivas y mediante

distintas situaciones de enseñanza a la lectura y a la escritura en torno a la narrativa de ciencia ficción. La misma

se desarrollará en tres etapas sucesivas: la primera relacionada con la escritura, la segunda con la lectura de

textos literarios, tanto dentro del aula como lecturas personales, y la tercera con la búsqueda y selección de la

información. Mediante el ejercicio de las prácticas mismas, concebimos al estudiante como escritor y como lector

con distintos propósitos y en diferentes ámbitos.

Tiempo previsto: La propuesta se desarrollará durante el último trimestre, y la organización y distribución del

tiempo dedicado a ella será decisión pedagógica del docente según las múltiples variables que se ponen en juego

en cada caso.

Contenidos: El docente seleccionará los que se correspondan con la propuesta que desarrolle:

En el ámbito de Literatura:

Adecuar la modalidad de lectura según el propósito, el género o subgénero de la obra.ŸCompartir la elección, lectura y comentarios de las obras con otros.ŸValorar la lectura literaria como experiencia estética.ŸPlanificar antes y durante la escritura (considerar propósitos, destinatario, la posición del enunciador), realizar Ÿprevisiones.

Reflexionar sobre la forma de presentar la información de forma ordenada y coherente, sobre los modos de Ÿestablecer relaciones entre las partes del texto.

Socializar las producciones escritas.Ÿ

En el ámbito de estudio:£ Reunir material relativo al tema de estudio.£ Registrar por escrito distintos aspectos del material seleccionado.

Síntesis del segundo recorrido (Marzo – Mayo)Los estudiantes de Primer año de Secundaria leerán diversidad de textos correspondientes a la narrativa de

ciencia ficción, comentarán, analizarán, conceptualizarán acerca del subgénero, establecerán relaciones con lo

aprendido en Primaria, vincularán a la Literatura con otros lenguajes artísticos. También abordarán las

características de la ciencia ficción en el ámbito de estudio, leerán, comentarán, resumirán, darán cuenta de lo

aprendido tanto en forma escrita como oral, harán un debate y una exposición oral. Finalmente se propone una

serie de alternativas de cierre de la propuesta con escritura por parte de los jóvenes de un cuento, o la preparación

de una antología elaborada según sus propias elecciones, la presentación de un stand en una feria de ciencias y

artes si hubiera la posibilidad, el intercambio de producciones en las redes sociales, o todo otro producto creativo

que ellos mismos propongan y acuerden con sus docentes. En cuanto al ámbito de estudio, se propone la escritura

de un artículo de opinión.

Es importante destacar que a partir de la temática abordada en el primer cuento, se propiciará el diálogo y la

reflexión sobre la escuela, las vivencias, sentimientos, representaciones, expectativas, etcétera, que los

estudiantes tienen al ingresar al Nivel Secundario, como así también acerca del uso de las nuevas tecnologías en la

institución.

Tiempo previsto: La propuesta se desarrollará durante el primer trimestre, y la organización y distribución del

tiempo dedicado a ella será decisión pedagógica del docente según las múltiples variables que se ponen en juego

en cada caso.

Contenidos:

El docente seleccionará los que se correspondan con la propuesta que desarrolle:

En el ámbito de Literatura:

Leer el corpus de cuentos seleccionados .ŸFormar parte de situaciones sociales de lectura.ŸRelacionar los textos leídos con otros lenguajes artísticos.ŸEscribir como lector: producir textos a partir de otros.ŸReseñar obras literarias.Ÿ

En el ámbito de estudio:£ Buscar información a partir de criterios establecidos por el docente.£ Leer textos de estudio con acompañamiento del docente y de los pares.£ Registrar, posicionarse críticamente y organizar información para construir conocimiento.£ Dar cuenta de los conocimientos construidos. Exponer por escrito o en forma oral a partir de consignas dadas

por el docente.

Observación: La propuesta es abierta, de modo tal que cada docente deberá tomar las decisiones didácticas

pertinentes, según el grupo de estudiantes con que esté trabajando, sus trayectorias escolares, saberes previos,

intereses, etc. En relación directa con esas variables, podrá seleccionar/ ampliar/modificar las actividades.

Desarrollo del recorrido en la Escuela Primaria Introducción¿Qué nos depara el futuro? Nada mejor que abrir este interrogante con quienes lo tienen en sus manos. ¿Qué

piensan, sienten, argumentan nuestros estudiantes, los protagonistas del mañana? ¿Cómo sus experiencias

culturales son habilitantes de miradas sobre el porvenir?

El mundo de la literatura nos depara la posibilidad del ingreso a otros mundos cuya experiencia nos permite,

entre otras cosas, la construcción de la subjetividad. Y es, justamente, la escuela el lugar desde el cual

nuestros niños y jóvenes tienen la posibilidad de acceder a dicha experiencia y comenzar, desde allí, a

construir sentidos. En este contexto podemos afirmar que leer es una práctica social donde el docente se

transforma en mediador entre libros y lectores.

Si la literatura como lenguaje artístico se manifiesta en cosmovisiones que dan cuenta de modos de percibir,

creer, sentir, entre tantas otras cuestiones, ofrecemos esta propuesta que acerca al género 1 referido para

nuestros alumnos del segundo ciclo del nivel primario.

Los distintos momentos de este recorrido aspiran a desplegar situaciones didácticas modélicas en el marco de

condiciones didácticas habilitantes. Con respecto a la escritura, aspiramos a promover la reflexión sobre

aspectos específicos en momentos fundantes del proceso. En relación con el corpus de lecturas literarias, el

mismo es seleccionado y abordado de modo tal que las intervenciones generen reflexión, discusión e

intercambio sobre saberes literarios puestos en juego.

Los abordajes planteados no son exhaustivos y pueden considerarse punto de partida. La riqueza de las

aulas, el intercambio entre estudiantes y docentes no puede develar el punto de partida.

1 En torno a la ciencia ficción se erigen controversias en su categorización que no ponemos en discusión en relación con los propósitos que perseguimos.

Primera parte¿Cómo será? Escribir para el futuro sobre el futuroLa escritura tiene múltiples sentidos, uno de ellos es dejar huellas al pasar el tiempo. Estas propuestas apelan a

preservar y conservar el propósito comunicativo: a preservarlo, pues esperamos que sus producciones sean

socializadas entre los miembros del grupo; a conservarlo, porque anhelamos que, cuando el tiempo haya

transcurrido, el escritor comparta su legado a otros destinatarios.

En esta oportunidad ofrecemos algunas opciones de escritura por parte de los estudiantes en relación con

orientaciones didácticas que el docente puede pensar en términos de intervención para acompañar el proceso de

escritura. Estas últimas se vinculan a reflexiones en torno al lenguaje y la puesta en juego de algún saber

literario que habilitan las propuestas. Es por ello que apelamos al criterio de recursividad detentado en el Diseño

de Prácticas del Lenguaje ya que éste permite retomar los saberes construidos a lo largo de la escolaridad y

sabemos que surgirán en el proceso de escritura en relación con el contexto en el que se lleva adelante otros

interrogantes.

El 2 docente podrá optar por retomar alguna de estas propuestas generando un contexto que otorgue sentido,

reelaborarlas y precisarlas en concordancia con las trayectorias de sus alumnos y las prácticas de enseñanza.

Antes de escribir:El docente reúne a sus estudiantes en un diálogo en torno a la pregunta sobre cómo creen que será el futuro. Se

sugerirá que recuerden títulos de películas o de lecturas que hayan realizado y que les permita imaginar cómo

imaginan ese mundo del futuro, debido a que, a menudo, están rodeados de diversas experiencias culturales que

los acercan y entrelazan a estos mundos posibles.

Sugerencias en torno al diálogo sobre el futuro:

-¿Qué elementos que existen hoy dejarían de usarse? ¿Por qué razones dejarían de ser útiles?

-¿Cuáles reemplazarían a los que hoy se usan? ¿Algo se mantendría?

-Focalizar estas cuestiones en relación a la escuela.

Durante la conversación, el docente podrá ir registrando ideas en el pizarrón, delegar en un alumno la toma de

notas sobre estos aspectos que se van mencionando o bien se brindará la opción de que sean todos los estudiantes

quienes lo hagan. Esto será un insumo porque escribirán acerca de cómo será la escuela en el futuro, cuando ellos

ya no sean alumnos. En este escrito podrán describir a la institución en esa instancia temporal y también

recordarán su experiencia.

2 Considerando que la repetición de palabras dificulta la lectura –por ejemplo el/la docente, el/la niño/niña, el/la alumno/alumna– y, dado que aún no hay consenso en las nuevas formas no sexistas del habla y de la escritura, utilizaremos para las nominaciones el género masculino advirtiendo que el mismo, como equivalente de toda la existencia humana, forma parte del sexismo del lenguaje.

Lo recabado en el pizarrón y/o notas podrá ser atendido durante la escritura individual que se proponga. Para

emprender la misma, la ideación y la reflexión realizadas en esta instancia previa pueden resultar suficientes. En

el caso de que el docente considere necesario brindar más orientaciones, ofrecemos una consigna con tres

variaciones.

❖ La consigna puede reescribirse en función de los recorridos de escritura, de la precisión en los intereses que

surjan en el intercambio escrito, pero con las siguientes restricciones:

- lo narrado debe suceder en el futuro;

- ese futuro implica necesariamente la descripción de una escuela;

- el protagonista debe ser el alumno que ha crecido y se ha transformado en adulto mayor.

Momento 1En esta instancia, el docente propone pensar la escritura de un primer borrador. Para el mismo, sugiere a los

alumnos que recuperen la ideación que cada uno desplegó durante la instancia de diálogo anterior, consideren el o

los temas que seleccionarán para trabajar, se sirvan de los punteos personales que han realizado sobre lo

conversado y comiencen su escritura ficcional. Para ello, les recomienda ciertas consideraciones:

Seleccionar el tema sobre el que se va a escribir tomando como base la ideación puesta en juego en la instancia Ÿanterior.

Reflexionar sobre el punto de vista que será adoptado en este escrito.ŸRecordar que esos escritos tendrán destinatarios: quiénes son los que escuchan esas historias en el futuro.ŸOrdenar la escritura en párrafos.ŸContemplar un lugar para incluir la descripción en el relato.ŸUsar las mayúsculas cuando sea necesario, así como también los signos de puntuación, como puntos y comas.Ÿ

Debido a que la escritura es concebida como proceso, se retomará el escrito en dos momentos más, planificados

por el docente.

Propuestas temáticas

Ofrecemos tres temáticas para pensar la escritura en torno al futuro desde diferentes enfoques: una referida al

espacio escolar, otra relacionada a los recursos tecnológicos que podrían aparecer, y la última que pone énfasis en

lo vincular.

Primera propuesta

Te proponemos escribir un texto en el que narres cómo imaginás que será la escuela cuando vos seas anciano, es

decir, en el futuro. Para planificar tu escritura, tené en cuenta las ideas conversadas antes: ¿las clases son

presenciales? ¿Qué elementos de las aulas se mantienen? ¿Desaparece algo? ¿Se incorporan nuevas tecnologías?

¿De qué forma? ¿Qué ocurre con el mobiliario (pupitre, pizarrón, tizas, etcétera) y algunos espacios como el

comedor y los baños de niñas y niños? 3

Tu narración deberá seguir una concatenación de los sucesos, es decir, un hecho debe estar relacionado con otro,

lo que se llama hilo argumental; habrá que dividirla en párrafos; describir algún espacio y elementos en los que

quieras reparar; tener en cuenta que quien narra es un anciano que recuerda y compara su escuela con la del

futuro en el que se encuentra.

Segunda propuesta

Te proponemos imaginar y escribir cómo pensás que podría ser la escuela cuando vos seas anciano/a, es decir, en

el futuro. Deberás describir los cambios que existen respecto a la escuela actual: ¿el maestro sigue frente a un

grupo de estudiantes o hay clases virtuales?, ¿cómo se consultan las dudas y se evalúa?; ¿cuántos días y horas van

a la escuela?, ¿qué materias tienen? Explicá por qué surgen estas modificaciones y comparalas con la escuela que

tenemos hoy en día.

Tu narración deberá seguir un hilo argumental, es decir, un hecho debe estar relacionado con otro; habrá que

dividirla en párrafos; describir algún espacio o elemento en el que quieras reparar; tener en cuenta que quien

narra es un anciano que recuerda y compara su escuela con la del futuro en el que se encuentra.

Tercera propuesta

Pensá en la escuela que puede existir cuando vos seas anciano/a.

¿Y si la tecnología la invadiera y tus profesores fueran robots? ¿Qué ventajas y desventajas tendría esto en

relación con la escuela que existe hoy? ¿Cómo serían las relaciones entre compañeros? ¿Qué figuras existirían para

organizar la escuela? Otra posibilidad es que en tu futuro la escuela no exista y los niños estudien en sus hogares.

¿De qué forma lo hacen? ¿Cómo se generan las amistades si la escuela no existe como lugar para encontrarse con

otras personas?

A medida que vayas comentando tus ideas, describí en profundidad al menos uno de los cambios y tratá de

recordar desde tu lugar de anciano cómo viviste de niño/a tu paso por la escuela.

3 Estos interrogantes no funcionan a modo de cuestionario que debe ser respondido en las producciones de los alumnos. Están pensados como disparadores para la escritura.

Momento 2En este segundo momento es el docente quien guía a los alumnos para realizar la revisión de sus borradores. Para

ello sugiere que se explore sobre los aspectos que se les han solicitado en el primer momento, para pulir el escrito y

avanzar sobre el mismo. Compartimos algunas consideraciones:

¿Se organizó el texto en párrafos?Ÿ¿Siguió la historia el hilo argumental ordenadamente?Ÿ¿Se detuvo la narración para agregar una descripción?Ÿ¿Siempre narró la misma voz (desde el punto de vista del anciano)?Ÿ¿Se consideró al destinatario de la narración escrita?Ÿ

Momento 3Aquí, nuevamente, el docente vuelve sobre la reflexión de la escritura. En esta oportunidad, se sugerirá a los

estudiantes que se detengan en aspectos más específicos, como:

El uso de las mayúsculas en el inicio de los párrafos y oraciones.ŸEl empleo de los signos de puntuación.ŸEl uso de la elipsis y/o la sustitución para evitar las repeticiones de palabras innecesarias.ŸUso de los tiempos verbales para ubicar el relato en el futuro.ŸLa reflexión sobre el uso del pronombre para observar el punto de vista del relato.ŸSi se ha alcanzado el recurso en que el anciano recuerda y compara sus vivencias del pasado. Ÿ

Para la revisión final del escritoEn esta última etapa sería interesante que el docente coteje junto a sus alumnos o bien ofrezca a un lector del

aula, la revisión de las siguientes cuestiones sobre escritura:

Si se respetó en cada párrafo la misma idea.ŸSi se tuvo en cuenta al lector: ofrecer adecuaciones que se puedan realizar para el escrito se aproveche y Ÿdisfrute.

Si se ha logrado ubicar la historia en el futuro.ŸSi se emplearon conectores que unen esos párrafos.ŸSi han considerado aspectos ortográficos en relación con lo abordado en las clases.ŸSi se ha logrado mantener a lo largo de todo el relato el punto de vista.ŸSi el texto tiene título, que mantenga relación con lo narrado y si es creativo. Ÿ

Edición finalProponemos generar una nueva instancia en la que los estudiantes, con la orientación del docente, revisen cómo

se organiza gráficamente el texto, tomen decisiones sobre la espacialización, la inclusión de ilustraciones,

etcétera, evaluando la pertinencia del material.

Además, se sugiere la posibilidad de socializar las producciones fuera del aula y los diversos modos de

presentación. En este punto, dependiendo de los recursos de los que se dispone, se puede plantear el uso de un

procesador de texto en el que se tipee el texto para luego hacer circular copias impresas y/o subirlo a la web y

guardarlo con miras al porvenir. Si bien la lectura de los escritos se llevará a cabo en este momento, como ya

hemos anticipado, también será retomada más adelante.

Segunda parte Leemos juntosLos docentes realizarán la selección de los textos para sus clases. El grado de profundidad de los análisis que se

lleven a cabo dependerá del criterio del docente responsable del grupo. No habrá necesidad de forzar reflexiones si

es que los conocimientos previos de los estudiantes aún no lo permiten o bien, si las condiciones didácticas no son

apropiadas, dado que hay que recordar que se trata de un proyecto de integración y que al año siguiente los niños

continuarán abordando la ficción en cuestión. Es por ello que, al momento puntual del análisis, se propondrán

instancias para abrir debates y discusiones, así como también entablar relaciones con saberes literarios y

lingüísticos/ discursivos al servicio de las construcciones de sentidos por parte de los lectores.

Durante este recorrido se ofrecen situaciones de lectura para compartir en el aula por parte del docente o bien por

parte de los alumnos; también textos para leer en sus hogares y discutir posteriormente en las aulas. Se sugieren

puertas de acceso a la lectura que los aproximen al texto con una mirada más profunda y crítica, de modo tal que

se acerquen paulatinamente a planteos y recursos propios del género: la reflexión sobre el tiempo del relato y de la

historia, los modos de pensar el futuro, la construcción de los otros y nosotros; la atención a los puntos de vista de

los textos, la utilización del vocabulario en los contextos literarios, y tanto más.

Título 1Ñ Octavio, el invasor. Ana María Shua

Modos de acceso a la lectura:

El docente instala la escena de lectura: adecua el ambiente para que los estudiantes se sientan cómodos al

escuchar la obra y luego se propicia el abordaje literario.

Se apela al intercambio entre los estudiantes. Comparten opiniones, sensaciones, ideas sobre los efectos que

produce la lectura.

Se pueden realizar las siguientes precisiones:

-Detenerse en la palabra “Transmigración” y reflexionar en su sentido, en su intención, en su uso en ese

contexto.

-Reparar en la misión/planes del invasor, en sus poderes (telepatía, siente vibraciones).

-¿Cómo están representados los seres humanos desde la mirada de Octavio? Para pensar esto, ofrecemos

un fragmento de referencia: “Esperaba ansiosamente el momento en que sería capaz de una

comunicación racional con esa raza inferior a la que debía informar de sus planes de dominio, hacerles

sentir su poder”.

- Recuperar indicios de la transformación (humanización) de Octavio.

-¿Qué relación une a Octavio y Alejandro, más allá de ser hermanos?

-¿De qué modo aparece el humor? ¿Por qué nos produce risa determinada frase? ¿Qué modos de decir

producen en el lector estos efectos de humor?

-¿Cómo imaginan la vida de Octavio antes de convertirse en ser humano y nacer?

-El lenguaje como tema y como problema.

Recuperar la primera palabra de Octavio, ¿qué importancia tiene? “Octavio había dicho «Mamá» y ya era para

entonces completamente humano(...)”

Revisar los siguientes fragmentos significativos:

a) “- ¡Qué divino! - decían casi todos, y la palabra «divino», que hacía referencia a una fuerza desconocida y

suprema, te parecía a Octavio peligrosamente reveladora: tal vez se estuviera descuidando en la ocultación de sus

poderes.”

b) “Octavio había llegado al extremo de aceptar con placer que el hombre lo tuviera en sus brazos, pronunciando

extraños sonidos que no pertenecían a ningún idioma terrestre, como si buscara algún lenguaje que pudiera

aproximarlos.”

Título 2Ñ Apocalipsis. Marco Denevi

Modos de acceso a la lectura:

El docente realiza una lectura en voz alta para su auditorio. Invita posteriormente a la relectura del texto, ya que

todos los alumnos lo tienen, para compartir lo leído. Se consideran dudas que puedan surgir, fundamentalmente

sobre los personajes, lugares y objetos nombrados.

Se realizan precisiones sobre el texto:

-Se revisa y analiza el título;

-Se repara en la temporalidad de la historia;

-Las referencias al lugar. Se sugiere indagar el siguiente fragmento: “Las máquinas terminaron por

ocupar todo el espacio disponible.” ¿A qué espacio hace referencia?

-¿Qué efecto provoca encontrar en el primer renglón lo que podría funcionar como resolución de la

historia?

-Se revisan las referencias culturales que aparecen en el siguiente fragmento: “Gradualmente fueron

desapareciendo las biblias, los Leonardo da Vinci, las mesas y los sillones, las rosas, los discos con las

nueve sinfonías de Beethoven, las tiendas de antigüedades, el vino de Burdeos, las oropéndolas, los

tapices flamencos, todo Verdi, las azaleas, el palacio de Versalles.”

¿Conocen el nombre de los artistas y de las obras que aparecen? ¿Qué serán las “oropéndolas”? ¿Y el vino de

Burdeos? ¿Por qué creen que son citados en el texto?

-¿Quién es el narrador de la historia? Para ello pueden releer el siguiente fragmento: “Como el último se

olvidó de desconectar las máquinas, desde entonces seguimos funcionando.”

-¿Qué efecto provoca esta presentación de los humanos como el otro? Atender a la manera en que ese

narrador se distancia/aleja del otro para diferenciarse.

-El lugar de las máquinas y la tecnología en el futuro.

-Las enumeraciones a lo largo de la narración: qué función cumplen (separan elementos, secuencian,

jerarquizan), cómo se organizan. Revisar el uso de la coma.

Se sugiere abrir un espacio de debate en el que los niños compartan su opinión y la defiendan. Como

tópicos a abordar, se proponen los siguientes interrogantes:

¿Creen que las máquinas desplazarán a los seres humanos en el futuro?

-¿Deberíamos poner un límite a los avances tecnológicos?

-¿Cuál piensan que será el lugar del hombre en unos cincuenta, cien, mil años?

-¿Qué visión del futuro observan en el relato? ¿Positiva, negativa?

Título 3Ñ Los colonizadores. Ray Bradbury

Modos de acceso a la lectura:

Se socializa la lectura. El docente lee u ofrece leer a lectores voluntarios. Se elaboran reflexiones acerca de la

misma y se conversa acerca de lo leído. Para ello se podrían tener en cuenta los siguientes aspectos que el texto

sugiere:

-¿Cuáles son los propósitos de viajar a Marte? Para pensar esto, se podría volver sobre el inicio de la narración:

“Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como

los Peregrinos, o porque no se sentían como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente. Dejaban

mujeres odiosas, trabajos odiosos o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo;

para desenterrar algo, enterrar algo o abandonar algo. Venían con sueños ridículos, con sueños nobles o sin

sueños.”

- Para pensar en esos propósitos podría hacerse un acercamiento a la reflexión acerca del uso del lenguaje, como

el uso de la conjunción o: ¿qué habilita el uso de la letra o?

- También se podría reparar en la elisión de los verbos para evitar la repetición: “porque tenían miedo o no lo

tenían”, “venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo.”

- Sobre esta misma construcción, se podría reflexionar sobre el uso de los adjetivos que modifican a sus

sustantivos y la concordancia en género y número: “mujeres odiosas, trabajos odiosos, ciudades odiosas”.

También se pueden detener en la repetición adrede del mismo adjetivo e interrogarse: ¿por qué creen que se usa?

¿Qué efecto provoca?

- Una vez avanzados en esas cuestiones, podría cambiarse el foco de la lectura para ahondar en la construcción de

la perspectiva: cómo se va construyendo la lejanía de los objetos: “porque cuando uno ve que su casa se reduce al

tamaño de un puño, de una nube, de una cabeza de alfiler, y luego desaparece detrás de una estela de fuego, uno

siente que no ha nacido nunca, que no hay ciudades, que no está en ninguna parte, y solo hay espacio alrededor,

sin nada familiar, solo hombres extraños”.

- Pensar el vínculo entre esa lejanía y la sensación de soledad, y la manera en que esa soledad vuelve extraños a

los hombres.

- Considerar cómo se relaciona la soledad con la idea de colonización, para pensar acerca del título del relato: ¿qué

se entiende por colonización? ¿Por qué se vincula la colonización con la soledad?

- Como cierre del debate y apertura hacia la reflexión del género, podría realizase un acercamiento a la noción de

autor y su contexto de producción: Ray Bradbury como autor del género y el vínculo de su nacionalidad con las

ciudades nombradas: “Y cuando los estados de Illinois, Iowa, Missouri o Montana desaparecen en un mar de nubes

y, más aún, cuando los Estados Unidos son solo una isla envuelta en nieblas”.

A partir de esta idea, se podría debatir sobre los puntos que tienen en común los tres relatos leídos:

cómo se crea la idea de un otro; la construcción de dos espacios (el conocido y el desconocido); Ÿla proyección del relato en un tiempo futuro, como si esos hechos ocurriesen en un tiempo lejano y futuro; Ÿy la manera en que a partir de eso, se van alejando de lo conocido (como las referencias culturales el “Octavio” o Ÿlas ciudades de Estados Unidos en “Los colonizadores”).

Leemos en casa y discutimos en claseTítulo 1 Ñ Sin dormir. Darío Levin

Luego de la lectura del cuento en sus hogares, en el tiempo compartido en las aulas, se generan intercambios para

abordar la misma. Sugerimos algunas opciones:

- Los estudiantes marcan las palabras que desconocen. En primera instancia intentarán deducir sus significados

de acuerdo con el contexto en el que aparecen y tomarán nota de ello. Posteriormente buscarán dichas palabras en

distintos diccionarios y compararán las definiciones halladas.

- Pensar en el inicio del relato: “El ser humano pasa un tercio de su vida durmiendo. Eso es inaudito. Pierde tiempo

para trabajar más, para viajar, para leer, para estar con sus hijos. Pierde demasiado tiempo durmiendo. Nosotros

acabaremos con esto –dijo Zaidman en televisión, uno de los científicos más reconocidos del mundo, en el año

2.117.”

-La referencia de tiempo es explícita: año 2117. Ese tiempo del relato está ubicado en el futuro con respecto a

nosotros, los lectores. Sin embargo, para los personajes, ¿es el futuro? Considerarlo en concomitancia con el final

del cuento, en el que se explicita otra fecha ¿Cómo juega esa fecha en el relato con respecto a los personajes?

-¿Cómo se construye la idea de ese tiempo futuro en relación con los hechos? Tener en cuenta el vertiginoso

avance de la tecnología: en este caso la invención de la píldora para no dormir.

-Otra posible cita para reflexionar podría ser la que cierra el relato: “No es bueno esto. No sólo no podemos dormir,

sino que tampoco hacemos algo que nuestros antepasados llamaban soñar”.

-¿Por qué no es bueno lo que está sucediendo? ¿En qué sentido?

-Reparar en la palabra en cursiva “soñar”: ¿qué doble sentido adquiere esta palabra? ¿Sólo es soñar en el sentido

de los sueños que tenemos al dormir? ¿En qué otros modos de soñar podrían pensarse?

-Para analizar acerca los seres humanos y debatir en clase, una vez leído el relato: ¿En qué te parece negativo y en

qué positivo el quehacer constante y sin parar? ¿Es necesario dormir? ¿En qué sentido es beneficioso? ¿Es posible

soñar despiertos? (Aquí se puede retomar el soñar en su doble acepción: el sueño mientras dormimos y los sueños

como anhelo).

-El texto ofrece una enumeración de actividades que hacen los humanos al no dormir: “Comenzaron a verse con

amigos que hacía mucho no veían. Le dedicaban algunas horas más al trabajo. Cada tanto miraban programas de

televisión o escuchaban la radio toda la noche. Al principio usaban la pastilla para recuperar horas perdidas en

viajes o en otras cosas”. A partir de esta cita debatir y anotar según sus intereses, a modo de listado: ¿qué otras

cosas harías si estuvieras todo el día sin dormir? ¿Qué no harías? ¿Cuáles de ellas las harías por placer y cuáles por

obligación?

-En cuanto al modo de contarse esta historia: ¿A qué tipo de texto se parece? ¿A un cuento, a un texto informativo,

a una noticia periodística? Buscar en el texto citas que sirvan como sostén de sus argumentos.

Título 2 Ñ El final. Fredric Brown

La situación de intercambio puede plantearse a través del intento de lectura de un fragmento del texto en el que se

devela el sentido en el que el modo de escribir es revelador: ¿Es posible que esto suceda? ¿Por qué?

Habrá que tener bien identificados los términos que a los niños les pueden resultar raros y aquellos que pueden

servir para entender el cuento (para esto, sugerimos trabajar el campo semántico). Se sugiere confeccionar una

lista en el pizarrón para retomarlos en una instancia en la que se reflexione sobre los hechos del lenguaje.

Algunas precisiones acerca del texto y posibles preguntas que abran al diálogo:

- Comentar el cuento: ¿qué les llamó la atención y por qué? ¿Lo recomendarían?

- Invitar a los estudiantes a relacionar lo narrado en el cuento con otros textos que hayan leído, o con series o

películas que hayan visto cuya acción pueda ser similar.

- ¿Qué es una ecuación? ¿para qué se utilizan?

- ¿Qué significa “el tiempo es un campo”?

- ¿Cuál es el sentido del final? ¿Qué relación tiene con la idea del tiempo a que hace referencia el profesor Jones?

- Discutir acerca de las percepciones del tiempo.

- Proponer finales alternativos para el cuento.

Título 3 Ñ La última noche del mundo. Ray Bradbury

Ofrecemos este último texto para que los niños lean en sus casas. Nuevamente, se retoma la idea de generar

intercambios luego del momento de lectura personal. Para el tiempo compartido en las aulas, sugerimos algunas

opciones:

- Como primer abordaje, se podría sugerir que luego de una primera lectura, atiendan a las siguientes frases:

a) “-No hemos sido tan malos, ¿no es cierto?”

- “No, pero tampoco demasiado buenos. Me parece que es eso. No hemos sido casi nada, excepto nosotros

mismos.”

b) “-¿Merecemos esto?” -preguntó la mujer.

- “No se trata de merecerlo o no. Es así, simplemente. Tú misma no has tratado de negarlo. ¿Por qué?”

c) “-¿Dónde está ese instinto de autoconservación del que tanto se habla”?

- “No lo sé. Nadie se excita demasiado cuando todo es lógico. Y esto es lógico. De acuerdo con nuestras vidas.”

En las tres citas los personajes se cuestionan el porqué de la llegada del último día. De acuerdo con ellas, ¿con qué

tendría que ver este fin? ¿A quién se “culpabiliza”? Parecería que la A y la B tienen que ver con acciones de los

humanos. En el caso de la C, podría reforzarse la idea que perseguimos acerca de recuperar los saberes previos, así

como también el trabajo con la interdisciplinariedad para poder discutir sobre el concepto de “autoconservación”.

¿Qué entienden por esa palabra? ¿Por qué se la vincula con el “instinto”? ¿Han estudiado acerca de eso en otras

materias? ¿Cuáles?

- Como bien lo explicita el relato, el año en que transcurre la narración es el 2069, es decir que, continuamos con

historias del futuro. Después de atravesar este recorrido, podemos observar que el futuro está estrechamente

vinculado a los avances tecnológicos y la manera en que éstos repercuten en la vida humana. Desde esta

perspectiva, parece que los medios de comunicación son los que comunican lo que transcurre o lo que podría

suceder, con un alto grado de veracidad. Sin embargo en este texto, los medios no han comunicado nada, y por eso

la mujer se cuestiona si es cierto la llegada incipiente del fin: ¿Cuál es el elemento que funciona como portador de

la “verdad”? ¿Cómo es posible que se crea en él?

- Por ser el último texto, podría darse lugar a un mayor debate acerca de determinados tópicos y volcarlos en

alguna actividad grupal:

Se sugiere volver sobre el modo de divulgar la noticia de la llegada del fin del mundo:

a) Debatir sobre la influencia de los medios de comunicación en la vida de los seres humanos. En el futuro

del relato, ¿tuvieron protagonismo? Reparar en la actualidad: qué peso tienen los medios y en qué sentido,

por qué, de qué manera.

b) Por otro lado, se podría reparar en que es el sueño en que funciona como portavoz de la noticia. Aquí

podría establecerse un vínculo con el cuento “Sin dormir” al reflexionar sobre el rol del sueño, en el que se

plantea lo opuesto: la gente ya no sueña.

- En esta instancia, también, podría hacerse una reflexión sobre la siguiente frase del comienzo para jugar con el

concepto de literatura: “Solo, digamos, un libro que se cierra”.

Atender a esa frase y generar un debate en torno a qué sucede cuando un libro se cierra, qué les sucedió a ellos

cuando cerraron este cuento, qué efectos provoca el cerrar y abrir otro.

- De manera similar, podría abordarse la siguiente frase del texto: “-Ir al teatro, escuchar la radio, mirar la

televisión, jugar a las cartas, acostar a los niños, acostarse. Como siempre”, y poner en discusión qué haría cada

uno sabiendo que la llegada del fin está próxima, compartir las distintas ideas que surjan, comparando sus

intereses e imaginarios.

- Por último y a modo de posible despedida -la buena lectura ofrece múltiples caminos a los lectores-, se podría

reparar en el momento del relato en que los personajes se despiden sabiendo que llega el fin:

“- Estoy cansada.

- Todos estamos cansados.

Se metieron en la cama.

- Un momento -dijo la mujer.

El hombre oyó que su mujer se levantaba y entraba en la cocina. Un momento después estaba de vuelta.

- Me había olvidado de cerrar los grifos.

Había ahí algo tan cómico que el hombre tuvo que reírse.

La mujer también se rió. Sí, lo que había hecho era cómico de veras. Al fin dejaron de reírse, y se tendieron

inmóviles en el fresco lecho nocturno, tomados de la mano y con las cabezas muy juntas”.

Detenerse en el aspecto cómico más allá de lo trágico: la manera en que se construye la rutina diaria sin

alteraciones aun sabiendo que es la última noche juntos y el modo de actuar de la mujer y la posibilidad de la risa

frente a sus actos. Reparar en el funcionamiento del humor como recurso que aminora la tragedia. En este sentido

podrían establecerse vínculos con los demás relatos: por ejemplo con “Octavio”, la manera en que allí -como se ha

visto- funciona el humor a pesar del temor de Octavio de vincularse con los humanos y caer, tal como le ha

sucedido a Alejandro, en la traición.

- Debido a que los títulos de los cuentos “Apocalipsis” y “La última noche” son muy sugerentes y es posible que los

niños puedan vincularlos a otros lenguajes artísticos -como las series o películas- se sugiere la posibilidad de

armar una videoteca en la que cada uno proponga otros títulos relacionados con el fin del mundo. A medida que la

misma se va construyendo, se puede proponer un ciclo de cine para interrelacionar estos lenguajes. En el Anexo 2,

se ofrecen títulos de series y películas que abordan la temática.

Tercera partePara leer más… Para acercar a los estudiantes a los diversos modos en los que la literatura circula socialmente, proponemos la

integración de prácticas que fomenten/permitan su crecimiento como lectores tales como:

a) Visitas a la Biblioteca Escolar, la Biblioteca Popular y/o Pública.

Al propiciar el acercamiento de los estudiantes a una comunidad en la que se difunden discursos sociales

específicos, se sugiere reflexionar sobre los modos de interactuar de forma apropiada en estos espacios.

Para ello es recomendable la lectura de los reglamentos de la biblioteca que se visite. Allí hallarán horarios

de atención, datos sobre el personal a cargo, la responsabilidad e importancia de la conservación del

material y su uso, las características de los préstamos, etcétera.

Estos espacios, además de propiciar la lectura, posibilitan junto a la ayuda del bibliotecario:

- realizar un recorrido por los estantes de la Sala General para armar listas de lectura promocionando luego las

mismas, ya sea para leer por placer y/o con una actitud de formación científica;

- visitar la Sala de Referencia (para explorar bibliografía propia de las ciencias, las nuevas tecnologías y últimos

avances en relación con el género en cuestión);

- efectuar búsquedas en catálogos manuales y virtuales reconociendo en los libros autor, título, tema, editorial,

etcétera.

Además, se podría conversar y/o entrevistar al docente bibliotecario sobre autores precursores del género,

consultarle sobre la bibliografía que se encuentra en la biblioteca sobre estos autores y sobre la ciencia ficción.

b) Búsquedas en torno a espacios virtuales.

En primer lugar, se recomienda consultar a los estudiantes sobre sus experiencias en el entorno virtual para

anticipar el modo de afrontar la situación didáctica.

Antes de realizar la búsqueda, como actividad inicial, se sugiere trabajar en pequeños grupos que permitan la

exploración y reconocimiento del formato digital. Esto permitirá vislumbrar que allí es necesario interpretar

otras informaciones paratextuales (hipervínculos, íconos interactivos, imágenes multidimensionales, sonidos,

etcétera).

Al momento de comenzar la búsqueda es necesario que los estudiantes tengan claro el propósito en este caso

en particular: profundizar un tema, conocer una definición, etcétera. Será conveniente disponer de preguntas

propias que guíen la exploración, selección e interpretación de los materiales.

El docente interviene con el fin de orientar y recomendar sitios o promover la participación en determinados foros

literarios en relación con el género en cuestión. Puede ofrecer páginas, blogs a consultar, y/o instalar el uso de un

buscador. Para ello, se debe reparar en la importancia de utilizar palabras clave para iniciar la exploración, lo que a

su vez, lleva a los niños a revisar los propósitos y aumentar el nivel de precisión de los términos elegidos para

restringir la búsqueda.

Posteriormente, se avanza sobre el intercambio de los hallazgos realizados: en una primera instancia, se realiza

una mirada amplia. El docente habilita espacios de intercambio para compartir sus experiencias en el entorno

virtual para conocer y apropiarse de las distintas estrategias que utilizaron los compañeros y reflexionan sobre los

motivos de sus éxitos o fracasos. Una vez que hayan construido criterios que les permitan acercarse con seguridad

a la información disponible, leen en profundidad.

Como sabemos, no siempre que se investiga y se estudia se realizan trabajos escritos. Invitamos al docente a

cerrar esta secuencia en el momento en que los estudiantes encuentren resoluciones a los interrogantes que antes

se habían planteado, hayan recabado información de su interés y abran puertas a través de las cuales puedan

acceder a nuevas lecturas.

Ofrecemos algunos espacios virtuales específicos:

AnexosAlgunos títulos de películas para compartir:

Ñ Armaggedon

Ñ El día después de mañana

Ñ La guerra de los mundos

Ñ Soy leyenda

Ñ Guerra mundial Z

Ñ El día de la independencia

Ñ The walking dead

Ñ Fear the walking dead

Ñ Terminator

Ñ El fin de los tiempos

Ñ 2012

Ñ El día que la tierra se detuvo

Ñ Mad Max: fury road

Ñ La carretera

Seguimos el año que viene. Nos espera el futuro.

www.ciudadseva.com

www.educ.ar

www.revistababar.com

es.wikipedia.org

www.planetalector.com

www.leoteca.es

http://recursosdidacticos.es/textos/index.php

https://www.gutenberg.org/wiki/Main_Page

www.rae.eswww.wordreference.com

(se accede en inglés, portugués, francés o deutsch)

Desarrollo del recorrido en la Escuela SecundariaLa ciencia ficción. (literatura y estudio)

Primera Parte: El ámbito de la Literatura

El texto literario

Ñ ¡Cómo se divertían!

Margie incluso lo escribió aquella noche en su diario, en la página encabezada con la fecha 17 de mayo de

2157. «¡Hoy, Tommy ha encontrado un libro auténtico!» Era un libro muy antiguo. El abuelo de Margie le

había dicho una vez que, siendo pequeño, su abuelo le contó que hubo un tiempo en que todas las historias

se imprimían en papel. Volvieron las páginas, amarillas y rugosas, y se sintieron tremendamente divertidos al

leer palabras que permanecían inmóviles, en vez de moverse como debieran, sobre una pantalla. Y cuando se

volvía a la página anterior, en ella seguían las mismas palabras que se habían leído por primera vez.

-¡Será posible!- comentó Tommy. ¡Vaya despilfarro! Una vez acabado el libro, sólo sirve para tirarlo, creo yo.

Nuestra pantalla de televisión habrá contenido ya un millón de libros, y todavía le queda sitio para muchos

más. Nunca se me ocurriría tirarla.

- Ni a mí la mía -asintió Margie. Tenía once años y no había visto tantos libros de texto como Tommy, que ya

había cumplido los trece.- ¿Dónde lo encontraste? - preguntó la chiquilla.

-En mi casa -respondió él sin mirarla, ocupado en leer. -En el desván.

-¿Y de qué trata?

-De la escuela.

Margie hizo un gesto de disgusto. -¿De la escuela? ¡ Mirá que escribir sobre la escuela! Odio la escuela. -

Margie siempre había odiado la escuela, pero ahora más que nunca. El profesor mecánico le había señalado

tema tras tema de geografía, y ella había respondido cada vez peor, hasta que su madre, meneando muy

preocupada la cabeza, llamó al inspector. Se trataba de un hombrecillo rechoncho, con la cara encarnada y

armado con una caja de instrumental, llena de diales y alambres. Sonrió a Margie y le dio una manzana,

llevándose luego aparte al profesor.

Margie había esperado que no supiera recomponerlo. Sí que sabía. Al cabo de una hora poco más o menos,

allí estaba de nuevo, grande, negro y feo, con su enorme pantalla, en la que se inscribían todas las lecciones

y se formulaban las preguntas. Pero eso, al fin y al cabo no era tan malo. Margie detestaba sobre todo la

Posible presentación: “En este cuento van a encontrar adolescentes como ustedes, que estudian como ustedes, pero que van a una escuela diferente… Veamos…”

ranura donde tenía que depositar los deberes y los ejercicios. Había que transcribirlos siempre al código de

perforaciones que la obligaron a aprender cuando tenía seis años. El profesor mecánico calculaba la nota en

menos tiempo que se precisa para respirar. El inspector sonrió una vez acabada su tarea y luego, dando una

palmadita en la cabeza de Margie, dijo a su madre:- No es culpa de la niña, señora Jones. Creo que el sector

geografía se había programado con demasiada rapidez. A veces ocurren estas cosas. Lo he puesto más despacio, a

la medida de diez años. Realmente, el nivel general de los progresos de la pequeña resulta satisfactorio por

completo... Y volvió a dar una palmadita en la cabeza de Margie. Ésta se sentía desilusionada. Pensaba que se

llevarían al profesor. Así lo habían hecho con el de Tommy, por espacio de casi un mes, debido a que el sector de

historia se había desajustado.

- ¿Por qué iba a escribir alguien sobre la escuela? -preguntó a Tommy.

El chico la miró con aire de superioridad.

-Porque es una clase de escuela muy distinta a la nuestra, tonta. El tipo de escuela que tenían hace cientos y

cientos de años. -Y añadió con soberbia, recalcando las palabras: -Hace siglos.

Margie se ofendió.

-De acuerdo, no sé qué clase de escuela tenían hace tanto tiempo. -Leyó por un momento el libro por encima

del hombro de Tommy y comentó:- De todos modos, había un profesor.

-¡Pues claro que había un profesor! Pero no se trataba de un maestro normal. Era un hombre.

-¿Un hombre? ¿Cómo podía ser profesor un hombre?

-Bueno... Les contaba cosas a los chicos y a las chicas y les daba deberes para casa y les hacía preguntas.

-Un hombre no es lo bastante listo para eso.

-Seguro que sí. Mi padre sabe tanto como mi maestro.

-No lo creo. Un hombre no puede saber tanto como un profesor.

-Apuesto a que mi padre sabe casi tanto como él.

Margie no estaba dispuesta a discutir tal aserto. Así que dijo: -No me gustaría tener en casa a un hombre

extraño para enseñarme.

Tommy lanzó una aguda carcajada.

-No tienes ni idea, Margie. Los profesores no vivían en casa de los alumnos. Trabajaban en un edificio

especial, y todos los alumnos iban allí a escucharles.

-¿Y todos los alumnos aprendían lo mismo?

-Claro. Siempre que tuvieran la misma edad...

-Pues mi madre dice que un profesor debe adaptarse a la mente del chico o la chica a quien enseña y que a

cada alumno hay que enseñarle de manera distinta.

-En aquella época no lo hacían así. Pero si no te gusta, no tienes por qué leer el libro.

-Yo no dije que no me gustara -respondió con presteza Margie. Todo lo contrario. Ansiaba enterarse de más

cosas sobre aquellas divertidas escuelas.

Apenas habían llegado a la mitad, cuando la madre de Margie llamó: -¡Margie! ¡La hora de la escuela!

-Todavía no, mamá -suplicó Margie, alzando la vista.

-¡Ahora mismo! -ordenó la señora Jones.-Probablemente es también la hora de Tommy.

-¿Me dejarás leer un poco más del libro después de la clase? -pidió Margie a Tommy.

- Ya veremos -respondió él con displicencia. Y se marchó acto seguido, silbando y con su polvoriento libro

bajo el brazo.

Margie entró en la sala de clase, próxima al dormitorio. El profesor mecánico ya la estaba esperando. Era la

misma hora de todos los días, excepto el sábado y el domingo, pues su madre decía que las pequeñas

aprendían mejor si lo hacían a horas regulares. Se iluminó la pantalla y una voz dijo:

-La lección de aritmética de hoy tratará de la suma de fracciones propias. Por favor, coloque los deberes

señalados ayer en la ranura correspondiente.

Margie obedeció con un suspiro. Pensaba en las escuelas antiguas, cuando el abuelo de su abuelo era un

niño, cuando todos los chicos de la vecindad salían riendo y gritando al patio, se sentaban juntos en clase y

regresaban en mutua compañía a casa al final de la jornada. Y como aprendían las mismas cosas, podían

ayudarse mutuamente en los deberes y comentarlos. Y los maestros eran personas... El profesor mecánico

destelló sobre la pantalla: “Cuando sumamos las fracciones una mitad y un cuarto”.

Margie siguió pensando en lo mucho que tuvo que gustarles la escuela a los chicos en los tiempos antiguos.

Siguió pensando en cómo se divertían.

Título Original: TheFunTheyHad © 1951. Isaac Asimov (Rusia-Estados Unidos, 1920-1992)

Propuesta de trabajo

Observación didáctica: Este cuento tiene relación directa con la propuesta de escritura del primer

momento de trabajo de Primaria.

a) Para empezar a pensar, intercambiar ideas oralmente y prepararse para la siguiente instancia que será de

escritura.

Conversar acerca de lo leído. ¿Surgieron dudas? ¿Hay alguna parte del texto que no comprenden? ¿Se

sintieron identificados en algún momento?

Se sugiere que primero el /la docente realice una lectura expresiva oral y luego se dé un tiempo para que cada estudiante realice una o varias lecturas silenciosas individuales, en las que vaya pensando qué le sugiere el texto, si tiene dudas para compartir, comentarios, etc.

b) Algunas precisiones acerca del texto y lo que sugiere (posibles preguntas que abran al diálogo):

¿Qué les sugiere el hecho de que la acción transcurra “el 17 de mayo del 2051? ( Tener en cuenta que fue escrito Ÿen 1951).

¿Leyeron algún otro texto en el que la acción transcurre en un tiempo futuro?Ÿ ¿Cuál(es)? Muy probablemente hayan visto películas o series con estas características. Comenten brevemente

qué leyeron o vieron y cuáles son sus temas.

Volviendo al texto, ¿a qué se refiere cuando habla de “profesor mecánico “? ¿A qué le llaman “escuela “? ¿Cómo Ÿson los exámenes?

Margie y Tommy, ¿qué le encuentran de divertida a la escuela “de antes”, la del abuelo del abuelo? Ya que en Ÿlíneas generales es la escuela de ustedes, ¿comparten la idea de que es divertida? ¿Qué les divierte y qué les

aburre de su escuela? ¿Qué expectativas tienen respecto de la Secundaria que están iniciando? ¿Qué cambios

desean que tenga respecto de la Primaria? ¿Y qué les gustaría que siga siendo igual?

¿Y ustedes, qué propondrían para esa escuela? ¿Cómo consideran que tendrían que ser las evaluaciones? ¿Por Ÿqué?

Propuestas de escritura

Se propiciará el diálogo entre pares para que, en la medida de lo posible, sean los mismos compañeros quienes respondan a las preguntas de quienes no entendieron algo, y se genere así un verdadero intercambio (con la coordinación docente pertinente). También se puede releer algún fragmento para propiciar este intercambio.

A partir de lo trabajado oralmente, se pueden ofrecer diferentes nuevas propuestas de escritura, ahora específicamente de Secundaria.Aquí se presentan ejemplos. El docente elegirá la modalidad más apropiada, se puede pedir una primera escritura individual (contar una película o serie que hayan visto) y una grupal (realizar el comentario sobre este texto).En esta primera instancia se escribirán textos tales como comentarios, relatos referidos a otros textos literarios o de otros lenguajes artísticos, entre otros, y se deja para más adelante una propuesta estético/creativa.

Alternativas de trabajo:

Comentar el cuento (qué les gustó, qué no, qué les llamó la atención, por qué, si lo recomendarían a sus amigos Ÿo no...).

Comentar los hechos de otro texto que hayan leído o de una serie o película que hayan visto cuya acción Ÿtranscurra en el futuro.

Explicar por escrito qué tiene de divertida y de aburrida la escuela actual, según su visión personal. ŸElaborar un listado de características de la escuela Primaria que desean que continúen, y qué aspectos Ÿdesearían que cambien en la Secundaria. Fundamentar brevemente cada una de ellas.

Realizar un cuadro comparativo entre “el maestro automático” que presenta el cuento, y el “maestro humano”. ŸAmpliar las características que menciona o sugiere el cuento.

Reflexiones sobre el lenguaje

Para redactar la propuesta de escritura,

Realizar borradoresŸ - Revisar siguiendo distintos criterios y realizar una autocorrección o corrección entre pares, con la guía

del profesor: ideas claramente expresadas, puntuación, relaciones de coherencia y cohesión, utilización

correcta de tiempos verbales, vocabulario adecuado, construcción correcta de las oraciones desde el punto

de vista sintáctico.

Es esperable que los estudiantes socialicen y discutan sobre sus interpretaciones.Se tendrían que generar las condiciones didácticas para que en esta instancia los estudiantes expliciten y confronten ideas en relación al efecto que la obra les produjo, sobre la historia, las actitudes de los personajes, sobre los recursos estéticos, y para que den cuenta de la apreciación progresiva de saberes sobre el discurso literario. En este momento el docente o un alumno puede realizar un punteo de ideas que luego ayudarán a comentar por escrito el texto.

Ahora…

Es momento de retomar la producción escrita que elaboraron durante el último tramo de la Escuela

Primaria. ¿Cómo se relaciona con este texto? A partir de lo trabajado en este trimestre de Secundaria,

¿Revisarían el escrito de Primaria?

Nuevos textos sugeridos:1.

El regalo. Ray BradburyÑ

El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre

estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y

deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque excedía

el peso máximo por pocas onzas, al igual que el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les

quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando estos

llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.

-¿Qué haremos?

-Nada, ¿qué podemos hacer?

-¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!

La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El

niño iba entre ellos, pálido y silencioso.

-Ya se me ocurrirá algo -dijo el padre.

-¿Qué…? -preguntó el niño.

El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24

de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas.

Los pasajeros durmieron durante el resto del primer “día”. Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes

neoyorquinos, el niño despertó y dijo:

-Quiero mirar por el ojo de buey.

-Todavía no -dijo el padre-. Más tarde.

-Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos.

-Espera un poco -dijo el padre.

Después de dar oportunidades para revisar el escrito de la Primaria, el docente puede propiciar la lectura en voz alta de algunos de los textos escritos por los estudiantes, para que sociabilicen sus producciones y comenten entre todos lo que surja como inquietudes.

El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y

en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea

que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso.

-Hijo mío -dijo-, dentro de medía hora será Navidad.

-Oh -dijo la madre, consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se

iluminó; le temblaron los labios.

-Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.

-Sí, sí. todo eso y mucho más -dijo el padre.

-Pero… -empezó a decir la madre.

-Sí -dijo el padre-. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.

Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.

-Ya es casi la hora.

-¿Me prestas tu reloj? -preguntó el niño.

El padre le prestó su reloj. El niño lo sostuvo entre los dedos mientras el resto de la hora se extinguía en el fuego, el

silencio y el imperceptible movimiento del cohete.

-¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?

-Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano.

Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía.

-No entiendo.

-Ya lo entenderás -dijo el padre-. Hemos llegado.

Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando

un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.

-Entra, hijo.

-Está oscuro.

-No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá.

Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso

ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el

espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y

entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.

-Feliz Navidad, hijo -dijo el padre.

Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del

ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el

resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas.

2.Robot-masa, Sebastián Szabó.Ñ

Somos unos pocos los que conservamos nuestro aspecto humano. Los que somos de carne y hueso. Todos los

demás se plegaron a la moda, todos son de metal. Todos son robots-humanos. Desde que el Rectorado aprobó la

robotización, hace ya 300 años, todos se fueron operando y adoptaron el cuerpo de metal. De humanos sólo

conservan el cerebro y el corazón que ahora bombea un líquido neutro. Es fácil, es una operación de rutina, no

duele nada, me dicen los robots. —Tenés que probarlo. Uníte al mundo. Desde que la robotización apareció, se

modificó el mundo. Todo se rige por ella. Nadie puede ser dirigente si no es robot. Los líderes, los artistas… todos

son robots. Somos unos pocos los que no nos robotizamos. Nos miran raro, nos ridiculizan. Hace tres días que no

veo a Urla. La extraño. Es la primera vez que desaparece. Cuando salgo a la calle, siento que se clavan en mí las

miradas de las viejas robots. Viejas conventilleras que no perdieron su “capacidad de chisme y odio”, a pesar de su

operación. No entiendo cómo se enamoraron, si no se distinguen los hombres de las mujeres. Cómo pueden

obtener satisfacción de sus cuerpos de metal. La presión de los medios, de la sociedad, del Rectorado del planeta,

para que nos roboticemos es terrible. No nos dejan en paz. Nos apedrean en la calle. Nos arrestan por subversivos.

Nos condenan por el solo hecho de no querer cambiar. Con Urla, mi novia, juramos no cambiar.

Hace tres meses que no veo a Urla, ya comienzo a olvidarla. La ciudad sigue igual. Todos son robots. Hace mucho

que no veo a un humano. Tal vez sea el último de los de carne y hueso que no cambiaríamos, que seríamos

humanos, de carne y hueso, hasta la muerte. Tengo que vivir escondido, sólo salgo de noche. Recorro los bares

humanos, donde solíamos reunirnos los últimos, y no encuentro a nadie. Todos han desaparecido. Alguien golpea

la puerta de mi casa. Alguien entra. Viene hacia mí. —Hola me dice. Soy yo, Urla. ¿Te acordás de mí? No le contesto,

la miro. No puedo creer que sea un robot. Ella se ha operado, es una máquina más. Hace horas que corro. Trato de

alejarme de la ciudad, de esa horrible imagen de Urla. Ella me traicionó. No la odio. No le guardo rencor. Pobre, la

presión era muy fuerte. No lo pudo soportar. Me detengo y giro. Vuelvo a la ciudad. Estoy acostado en la camilla.

Dos robots me conducen al quirófano. “¡¡¡Extra, extra!!! El último de los humanos ya es robot” pregonan los robots

canillitas en toda la ciudad.

Szabó, Sebastián. Veinte jóvenes cuentistas argentinos II, Buenos Aires, Colihue, 1987.

3.Ñ Génesis, Marco Denevi.

Con la última guerra atómica, la humanidad y la civilización desaparecieron. Toda la tierra fue como un desierto

calcinado. En cierta región de Oriente sobrevivió un niño, hijo del piloto de una nave espacial. El niño se alimentaba

de hierbas y dormía en una caverna. Durante mucho tiempo, aturdido por el horror del desastre, sólo sabía llorar y

clamar por su padre. Después sus recuerdos se oscurecieron, se disgregaron, se volvieron arbitrarios y cambiantes

como un sueño; su horror se transformó en un vago miedo. A ratos recordaba la figura de su padre, que le sonreía

o lo amonestaba, o ascendía a su nave espacial, envuelta en fuego y en ruido, y se perdía entre las nubes. Entonces,

loco de soledad, caía de rodillas y le rogaba que volviese.

Entretanto la tierra se cubrió nuevamente de vegetación; las plantas se cargaron de flores; los árboles, de frutos. El

niño, convertido en un muchacho, comenzó a explorar el país. Un día, vio un ave. Otro día vio un lobo. Otro día,

inesperadamente, se halló frente a una joven de su edad que, lo mismo que él, había sobrevivido a los estragos de

la guerra atómica.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó.

—Eva —contestó la joven—. ¿Y tú?

—Adán

4.Ñ El ruido de un trueno. Ray Bradbury

El anuncio en la pared parecía temblar bajo una móvil película de agua caliente. Eckels sintió que parpadeaba, y el

anuncio ardió en la momentánea oscuridad:

SAFARI EN EL TIEMPO S.A. SAFARIS A CUALQUIER AÑO DEL PASADO. USTED ELIGE EL ANIMAL

NOSOTROS LO LLEVAMOS ALLÍ, USTED LO MATA.

Una flema tibia se le formó en la garganta a Eckels. Tragó saliva empujando hacia abajo la flema. Los músculos

alrededor de la boca formaron una sonrisa, mientras alzaba lentamente la mano, y la mano se movió con un

cheque de diez mil dólares ante el hombre del escritorio.

-¿Este safari garantiza que yo regrese vivo?

-No garantizamos nada -dijo el oficial-, excepto los dinosaurios. -Se volvió-. Este es el señor Travis, su guía safari

en el pasado. Él le dirá a qué debe disparar y en qué momento. Si usted desobedece sus instrucciones, hay una

multa de otros diez mil dólares, además de una posible acción del gobierno, a la vuelta.

Eckels miró en el otro extremo de la vasta oficina la confusa maraña zumbante de cables y cajas de acero, y el aura

ya anaranjada, ya plateada, ya azul. Era como el sonido de una gigantesca hoguera donde ardía el tiempo, todos

los años y todos los calendarios de pergamino, todas las horas apiladas en llamas. El roce de una mano, y este

fuego se volvería maravillosamente, y en un instante, sobre sí mismo. Eckels recordó las palabras de los anuncios

en la carta. De las brasas y cenizas, del polvo y los carbones, como doradas salamandras, saltarán los viejos años,

los verdes años; rosas endulzarán el aire, las canas se volverán negro ébano, las arrugas desaparecerán. Todo

regresará volando a la semilla, huirá de la muerte, retornará a sus principios; los soles se elevarán en los cielos

occidentales y se pondrán en orientes gloriosos, las lunas se devorarán al revés a sí mismas, todas las cosas se

meterán unas en otras como cajas chinas, los conejos entrarán en los sombreros, todo volverá a la fresca muerte,

la muerte en la semilla, la muerte verde, al tiempo anterior al comienzo. Bastará el roce de una mano, el más leve

roce de una mano.

-¡Infierno y condenación! -murmuró Eckels con la luz de la máquina en el rostro delgado-. Una verdadera máquina

del tiempo. -Sacudió la cabeza-. Lo hace pensar a uno. Si la elección hubiera ido mal ayer, yo quizá estaría aquí

huyendo de los resultados. Gracias a Dios ganó Keith. Será un buen presidente.

-Sí -dijo el hombre detrás del escritorio-. Tenemos suerte. Si Deutscher hubiese ganado, tendríamos la peor de las

dictaduras. Es el antídoto, militarista, anticristo, antihumano, antintelectual. La gente nos llamó, ya sabe usted,

bromeando, pero no enteramente. Decían que si Deutscher era presidente, querían ir a vivir a 1492. Por supuesto,

no nos ocupamos de organizar evasiones, sino safaris. De todos modos, el presidente es Keith. Ahora su única

preocupación es…

Eckels terminó la frase:

-Matar mi dinosaurio.

-Un Tyrannosaurus rex. El lagarto del Trueno, el más terrible monstruo de la historia. Firme este permiso. Si le

pasa algo, no somos responsables. Estos dinosaurios son voraces.

Eckels enrojeció, enojado.

-¿Trata de asustarme?

-Francamente, sí. No queremos que vaya nadie que sienta pánico al primer tiro. El año pasado murieron seis jefes

de safari y una docena de cazadores. Vamos a darle a usted la más extraordinaria emoción que un cazador pueda

pretender. Lo enviaremos sesenta millones de años atrás para que disfrute de la mayor y más emocionante cacería

de todos los tiempos. Su cheque está todavía aquí. Rómpalo.

El señor Eckels miró el cheque largo rato. Se le retorcían los dedos.

-Buena suerte -dijo el hombre detrás del mostrador-. El señor Travis está a su disposición.

Cruzaron el salón silenciosamente, llevando los fusiles, hacia la Máquina, hacia el metal plateado y la luz rugiente.

Primero un día y luego una noche y luego un día y luego una noche, y luego día-noche-día-noche-día. Una

semana, un mes, un año, ¡una década! 2055, 2019, ¡1999! ¡1957! ¡Desaparecieron! La Máquina rugió. Se pusieron

los cascos de oxígeno y probaron los intercomunicadores. Eckels se balanceaba en el asiento almohadillado, con el

rostro pálido y duro. Sintió un temblor en los brazos y bajó los ojos y vio que sus manos apretaban el fusil. Había

otros cuatro hombres en esa máquina. Travis, el jefe del safari, su asistente, Lesperance, y dos otros cazadores,

Billings y Kramer. Se miraron unos a otros y los años llamearon alrededor.

-¿Estos fusiles pueden matar a un dinosaurio de un tiro? -se oyó decir a Eckels.

-Si da usted en el sitio preciso -dijo Travis por la radio del casco-. Algunos dinosaurios tienen dos cerebros, uno en

la cabeza, otro en la columna espinal. No les tiraremos a éstos, y tendremos más probabilidades. Aciérteles con los

dos primeros tiros a los ojos, si puede, cegándolo, y luego dispare al cerebro.

La máquina aulló. El tiempo era una película que corría hacia atrás. Pasaron soles, y luego diez millones de lunas.

-Dios santo -dijo Eckels-. Los cazadores de todos los tiempos nos envidiarían hoy. África al lado de esto parece

Illinois.

El sol se detuvo en el cielo.

La niebla que había envuelto la Máquina se desvaneció. Se encontraban en los viejos tiempos, tiempos muy viejos

en verdad, tres cazadores y dos jefes de safari con sus metálicos rifles azules en las rodillas.

-Cristo no ha nacido aún -dijo Travis-. Moisés no ha subido a la montaña a hablar con Dios. Las pirámides están

todavía en la tierra, esperando. Recuerde que Alejandro, Julio César, Napoleón, Hitler… no han existido.

Los hombres asintieron con movimientos de cabeza.

-Eso -señaló el señor Travis- es la jungla de sesenta millones dos mil cincuenta y cinco años antes del presidente

Keith.

Mostró un sendero de metal que se perdía en la vegetación salvaje, sobre pantanos humeantes, entre palmeras y

helechos gigantescos.

-Y eso -dijo- es el Sendero, instalado por Safari en el Tiempo para su provecho. Flota a diez centímetros del suelo.

No toca ni siquiera una brizna, una flor o un árbol. Es de un metal antigravitatorio. El propósito del Sendero es

impedir que toque usted este mundo del pasado de algún modo. No se salga del Sendero. Repito. No se salga de él.

¡Por ningún motivo! Si se cae del Sendero hay una multa. Y no tire contra ningún animal que nosotros no

aprobemos.

-¿Por qué? -preguntó Eckels. Estaban en la antigua selva. Unos pájaros lejanos gritaban en el viento, y había un

olor de alquitrán y viejo mar salado, hierbas húmedas y flores de color de sangre.

-No queremos cambiar el futuro. Este mundo del pasado no es el nuestro. Al gobierno no le gusta que estemos

aquí. Tenemos que dar mucho dinero para conservar nuestras franquicias. Una máquina del tiempo es un asunto

delicado. Podemos matar inadvertidamente un animal importante, un pajarito, un coleóptero, aun una flor,

destruyendo así un eslabón importante en la evolución de las especies.

-No me parece muy claro -dijo Eckels.

-Muy bien -continuó Travis-, digamos que accidentalmente matamos aquí un ratón. Eso significa destruir las

futuras familias de este individuo, ¿entiende?

-Entiendo.

-¡Y todas las familias de las familias de ese individuo! Con sólo un pisotón aniquila usted primero uno, luego una

docena, luego mil, un millón, ¡un billón de posibles ratones!

-Bueno, ¿y eso qué? -inquirió Eckels.

-¿Eso qué? -gruñó suavemente Travis-. ¿Qué pasa con los zorros que necesitan esos ratones para sobrevivir? Por

falta de diez ratones muere un zorro. Por falta de diez zorros, un león muere de hambre. Por falta de un león,

especies enteras de insectos, buitres, infinitos billones de formas de vida son arrojadas al caos y la destrucción. Al

final todo se reduce a esto: cincuenta y nueve millones de años más tarde, un hombre de las cavernas, uno de la

única docena que hay en todo el mundo, sale a cazar un jabalí o un tigre para alimentarse. Pero usted, amigo, ha

aplastado con el pie a todos los tigres de esa zona al haber pisado un ratón. Así que el hombre de las cavernas se

muere de hambre. Y el hombre de las cavernas, no lo olvide, no es un hombre que pueda desperdiciarse, ¡no! Es

toda una futura nación. De él nacerán diez hijos. De ellos nacerán cien hijos, y así hasta llegar a nuestros días.

Destruya usted a este hombre, y destruye usted una raza, un pueblo, toda una historia viviente. Es como asesinar a

uno de los nietos de Adán. El pie que ha puesto usted sobre el ratón desencadenará así un terremoto, y sus efectos

sacudirán nuestra tierra y nuestros destinos a través del tiempo, hasta sus raíces. Con la muerte de ese hombre de

las cavernas, un billón de otros hombres no saldrán nunca de la matriz. Quizás Roma no se alce nunca sobre las

siete colinas. Quizá Europa sea para siempre un bosque oscuro, y sólo crezca Asia saludable y prolífica. Pise usted

un ratón y aplastará las pirámides. Pise un ratón y dejará su huella, como un abismo en la eternidad. La reina

Isabel no nacerá nunca, Washington no cruzará el Delaware, nunca habrá un país llamado Estados Unidos. Tenga

cuidado. No se salga del Sendero. ¡Nunca pise afuera!

-Ya veo -dijo Eckels-. Ni siquiera debemos pisar la hierba.

-Correcto. Al aplastar ciertas plantas quizá sólo sumemos factores infinitesimales. Pero un pequeño error aquí se

multiplicará en sesenta millones de años hasta alcanzar proporciones extraordinarias. Por supuesto, quizá

nuestra teoría esté equivocada. Quizá nosotros no podamos cambiar el tiempo. O tal vez sólo pueda cambiarse de

modos muy sutiles. Quizá un ratón muerto aquí provoque un desequilibrio entre los insectos de allá, una

desproporción en la población más tarde, una mala cosecha luego, una depresión, hambres colectivas, y,

finalmente, un cambio en la conducta social de alejados países. O aun algo mucho más sutil. Quizá sólo un suave

aliento, un murmullo, un cabello, polen en el aire, un cambio tan, tan leve que uno podría notarlo sólo mirando de

muy cerca. ¿Quién lo sabe? ¿Quién puede decir realmente que lo sabe? No nosotros. Nuestra teoría no es más que

una hipótesis. Pero mientras no sepamos con seguridad si nuestros viajes por el tiempo pueden terminar en un

gran estruendo o en un imperceptible crujido, tenemos que tener mucho cuidado. Esta máquina, este sendero,

nuestros cuerpos y nuestras ropas han sido esterilizados, como usted sabe, antes del viaje. Llevamos estos cascos

de oxígeno para no introducir nuestras bacterias en una antigua atmósfera.

-¿Cómo sabemos qué animales podemos matar?

-Están marcados con pintura roja -dijo Travis-. Hoy, antes de nuestro viaje, enviamos aquí a Lesperance con la

Máquina. Vino a esta Era particular y siguió a ciertos animales.

-¿Para estudiarlos?

-Exactamente -dijo Travis-. Los rastreó a lo largo de toda su existencia, observando cuáles vivían mucho tiempo.

Muy pocos. Cuántas veces se acoplaban. Pocas. La vida es breve. Cuando encontraba alguno que iba a morir

aplastado por un árbol u otro que se ahogaba en un pozo de alquitrán, anotaba la hora exacta, el minuto y el

segundo, y le arrojaba una bomba de pintura que le manchaba de rojo el costado. No podemos equivocarnos.

Luego midió nuestra llegada al pasado de modo que no nos encontremos con el monstruo más de dos minutos

antes de aquella muerte. De este modo, sólo matamos animales sin futuro, que nunca volverán a acoplarse.

¿Comprende qué cuidadosos somos?

-Pero si ustedes vinieron esta mañana -dijo Eckels ansiosamente-, debían haberse encontrado con nosotros,

nuestro safari. ¿Qué ocurrió? ¿Tuvimos éxito? ¿Salimos todos… vivos?

Travis y Lesperance se miraron.

-Eso hubiese sido una paradoja -habló Lesperance-. El tiempo no permite esas confusiones…, un hombre que se

encuentra consigo mismo. Cuando va a ocurrir algo parecido, el tiempo se hace a un lado. Como un avión que cae

en un pozo de aire. ¿Sintió usted ese salto de la Máquina, poco antes de nuestra llegada? Estábamos cruzándonos

con nosotros mismos que volvíamos al futuro. No vimos nada. No hay modo de saber si esta expedición fue un

éxito, si cazamos nuestro monstruo, o si todos nosotros, y usted, señor Eckels, salimos con vida.

Eckels sonrió débilmente.

-Dejemos esto -dijo Travis con brusquedad-. ¡Todos de pie! Se prepararon a dejar la Máquina. La jungla era alta y

la jungla era ancha y la jungla era todo el mundo para siempre y para siempre. Sonidos como música y sonidos

como lonas voladoras llenaban el aire: los pterodáctilos que volaban con cavernosas alas grises, murciélagos

gigantescos nacidos del delirio de una noche febril. Eckels, guardando el equilibrio en el estrecho sendero, apuntó

con su rifle, bromeando.

-¡No haga eso! -dijo Travis.- ¡No apunte ni siquiera en broma, maldita sea! Si se le dispara el arma…

Eckels enrojeció.

– ¿Dónde está nuestro Tyrannosaurus?

– Lesperance miró su reloj de pulsera.

-Adelante. Nos cruzaremos con él dentro de sesenta segundos. Busque la pintura roja, por Cristo. No dispare hasta

que se lo digamos. Quédese en el Sendero. ¡Quédese en el Sendero!

Se adelantaron en el viento de la mañana.

-Qué raro -murmuró Eckels-. Allá delante, a sesenta millones de años, ha pasado el día de elección. Keith es

presidente. Todos celebran. Y aquí, ellos no existen aún. Las cosas que nos preocuparon durante meses, toda una

vida, no nacieron ni fueron pensadas aún.

-¡Levanten el seguro, todos! -ordenó Travis-. Usted dispare primero, Eckels. Luego, Billings. Luego, Kramer.

-He cazado tigres, jabalíes, búfalos, elefantes, pero esto, Jesús, esto es caza -comentó Eckels -. Tiemblo como un

niño.

– Ah -dijo Travis.

-Todos se detuvieron.

Travis alzó una mano.

-Ahí adelante -susurró-. En la niebla. Ahí está Su Alteza Real.

La jungla era ancha y llena de gorjeos, crujidos, murmullos y suspiros. De pronto todo cesó, como si alguien

hubiese cerrado una puerta.

Silencio.

El ruido de un trueno.

De la niebla, a cien metros de distancia, salió el Tyrannosaurus rex.

-Jesucristo -murmuró Eckels.

-¡Chist!

Venía a grandes trancos, sobre patas aceitadas y elásticas. Se alzaba diez metros por encima de la mitad de los

árboles, un gran dios del mal, apretando las delicadas garras de relojero contra el oleoso pecho de reptil. Cada pata

inferior era un pistón, quinientos kilos de huesos blancos, hundidos en gruesas cuerdas de músculos, encerrados

en una vaina de piel centelleante y áspera, como la cota de malla de un guerrero terrible. Cada muslo era una

tonelada de carne, marfil y acero. Y de la gran caja de aire del torso colgaban los dos brazos delicados, brazos con

manos que podían alzar y examinar a los hombres como juguetes, mientras el cuello de serpiente se retorcía sobre

sí mismo. Y la cabeza, una tonelada de piedra esculpida que se alzaba fácilmente hacia el cielo, En la boca

entreabierta asomaba una cerca de dientes como dagas. Los ojos giraban en las órbitas, ojos vacíos, que nada

expresaban, excepto hambre. Cerraba la boca en una mueca de muerte. Corría, y los huesos de la pelvis hacían a

un lado árboles y arbustos, y los pies se hundían en la tierra dejando huellas de quince centímetros de

profundidad. Corría como si diese unos deslizantes pasos de baile, demasiado erecto y en equilibrio para sus diez

toneladas. Entró fatigadamente en el área de sol, y sus hermosas manos de reptil tantearon el aire.

-¡Dios mío! -Eckels torció la boca-. Puede incorporarse y alcanzar la luna.

-¡Chist! -Travis sacudió bruscamente la cabeza-. Todavía no nos vio.

-No es posible matarlo. -Eckels emitió con serenidad este veredicto, como si fuese indiscutible. Había visto la

evidencia y ésta era su razonada opinión. El arma en sus manos parecía un rifle de aire comprimido-. Hemos sido

unos locos. Esto es imposible.

-¡Cállese! -siseó Travis.

-Una pesadilla.

-Dé media vuelta -ordenó Travis-. Vaya tranquilamente hasta la máquina. Le devolveremos la mitad del dinero.

-No imaginé que sería tan grande -dijo Eckels-. Calculé mal. Eso es todo. Y ahora quiero irme.

-¡Nos vio!

-¡Ahí está la pintura roja en el pecho!

El Lagarto del Trueno se incorporó. Su armadura brilló como mil monedas verdes. Las monedas, embarradas,

humeaban. En el barro se movían diminutos insectos, de modo que todo el cuerpo parecía retorcerse y ondular,

aun cuando el monstruo mismo no se moviera. El monstruo resopló. Un hedor de carne cruda cruzó la jungla.

-Sáquenme de aquí -pidió Eckels-. Nunca fue como esta vez. Siempre supe que saldría vivo. Tuve buenos guías,

buenos safaris, y protección. Esta vez me he equivocado. Me he encontrado con la horma de mi zapato, y lo admito.

Esto es demasiado para mí.

-No corra -dijo Lesperance-. Vuélvase. Ocúltese en la Máquina. -Sí.

Eckels parecía aturdido. Se miró los pies como si tratara de moverlos. Lanzó un gruñido de desesperanza.

-¡Eckels!

Eckels dio unos pocos pasos, parpadeando, arrastrando los pies. -¡Por ahí no!

El monstruo, al advertir un movimiento, se lanzó hacia adelante con un grito terrible. En cuatro segundos cubrió

cien metros. Los rifles se alzaron y llamearon. De la boca del monstruo salió un torbellino que los envolvió con un

olor de barro y sangre vieja. El monstruo rugió con los dientes brillantes al sol.

Eckels, sin mirar atrás, caminó ciegamente hasta el borde del Sendero, con el rifle que le colgaba de los brazos.

Salió del Sendero, y caminó, y caminó por la jungla. Los pies se le hundieron en un musgo verde. Lo llevaban las

piernas, y se sintió solo y alejado de lo que ocurría atrás.

Los rifles dispararon otra vez. El ruido se perdió en chillidos y truenos. La gran palanca de la cola del reptil se alzó

sacudiéndose. Los árboles estallaron en nubes de hojas y ramas. El monstruo retorció sus manos de joyero y las

bajó como para acariciar a los hombres, para partirlos en dos, aplastarlos como cerezas, meterlos entre los dientes

y en la rugiente garganta. Sus ojos de canto rodado bajaron a la altura de los hombres, que vieron sus propias

imágenes. Dispararon sus armas contra las pestañas metálicas y los brillantes iris negros.

Como un ídolo de piedra, como el desprendimiento de una montaña, el Tyrannosaurus cayó. Con un trueno, se

abrazó a unos árboles, los arrastró en su caída. Torció y quebró el Sendero de Metal. Los hombres retrocedieron

alejándose. El cuerpo golpeó el suelo, diez toneladas de carne fría y piedra. Los rifles dispararon. El monstruo azotó

el aire con su cola acorazada, retorció sus mandíbulas de serpiente, y ya no se movió. Una fuente de sangre le

brotó de la garganta. En alguna parte, adentro, estalló un saco de fluidos. Unas bocanadas nauseabundas

empaparon a los cazadores. Los hombres se quedaron mirándolo, rojos y resplandecientes.

El trueno se apagó.

La jungla estaba en silencio. Luego de la tormenta, una gran paz. Luego de la pesadilla, la mañana.

Billings y Kramer se sentaron en el sendero y vomitaron. Travis y Lesperance, de pie, sosteniendo aún los rifles

humeantes, juraban continuamente.

En la Máquina del Tiempo, cara abajo, yacía Eckels, estremeciéndose. Había encontrado el camino de vuelta al

Sendero y había subido a la Máquina. Travis se acercó, lanzó una ojeada a Eckels, sacó unos trozos de algodón de

una caja metálica y volvió junto a los otros, sentados en el Sendero.

-Límpiense.

Limpiaron la sangre de los cascos. El monstruo yacía como una loma de carne sólida. En su interior uno podía oír

los suspiros y murmullos a medida que morían las más lejanas de las cámaras, y los órganos dejaban de

funcionar, y los líquidos corrían un último instante de un receptáculo a una cavidad, a una glándula, y todo se

cerraba para siempre. Era como estar junto a una locomotora estropeada o una excavadora de vapor en el

momento en que se abren las válvulas o se las cierra herméticamente. Los huesos crujían. La propia carne,

perdido el equilibrio, cayó como peso muerto sobre los delicados antebrazos, quebrándolos.

Otro crujido. Allá arriba, la gigantesca rama de un árbol se rompió y cayó. Golpeó a la bestia muerta como algo

final.

-Ahí está- Lesperance miró su reloj-. Justo a tiempo. Ese es el árbol gigantesco que originalmente debía caer y

matar al animal.

Miró a los dos cazadores: ¿Quieren la fotografía trofeo?

-¿Qué?

-No podemos llevar un trofeo al futuro. El cuerpo tiene que quedarse aquí donde hubiese muerto originalmente, de

modo que los insectos, los pájaros y las bacterias puedan vivir de él, como estaba previsto. Todo debe mantener su

equilibrio. Dejamos el cuerpo. Pero podemos llevar una foto con ustedes al lado.

Los dos hombres trataron de pensar, pero al fin sacudieron la cabeza. Caminaron a lo largo del Sendero de metal.

Se dejaron caer de modo cansino en los almohadones de la Máquina. Miraron otra vez el monstruo caído, el monte

paralizado, donde unos raros pájaros reptiles y unos insectos dorados trabajaban ya en la humeante armadura.

Un sonido en el piso de la Máquina del Tiempo los endureció. Eckels estaba allí, temblando.

-Lo siento -dijo al fin.

-¡Levántese! -gritó Travis.

Eckels se levantó.

-¡Vaya por ese sendero, solo! -agregó Travis, apuntando con el rifle-. Usted no volverá a la Máquina. ¡Lo dejaremos

aquí!

Lesperance tomó a Travis por el brazo. -Espera…

-¡No te metas en esto! -Travis se sacudió apartando la mano-. Este hijo de perra casi nos mata. Pero eso no es

bastante. Diablo, no. ¡Sus zapatos! ¡Míralos! Salió del Sendero. ¡Dios mío, estamos arruinados, Cristo sabe qué

multa nos pondrán. ¡Decenas de miles de dólares! Garantizamos que nadie dejaría el Sendero. Y él lo dejó. ¡Oh,

condenado tonto! Tendré que informar al gobierno. Pueden hasta quitarnos la licencia. ¡Dios sabe lo que le ha

hecho al tiempo, a la Historia!

-Cálmate. Sólo pisó un poco de barro.

-¿Cómo podemos saberlo? -gritó Travis-. ¡No sabemos nada! ¡Es un condenado misterio! ¡Fuera de aquí, Eckels!

Eckels buscó en su chaqueta.

-Pagaré cualquier cosa. ¡Cien mil dólares!

Travis miró enojado la libreta de cheques de Eckels y escupió.

-Vaya allí. El monstruo está junto al Sendero. Métale los brazos hasta los codos en la boca, y vuelva.

-¡Eso no tiene sentido!

-El monstruo está muerto, cobarde bastardo. ¡Las balas! No podemos dejar aquí las balas. No pertenecen al

pasado, pueden cambiar algo. Tome mi cuchillo. ¡Extráigalas!

La jungla estaba viva otra vez, con los viejos temblores y los gritos de los pájaros. Eckels se volvió lentamente a

mirar al primitivo vaciadero de basura, la montaña de pesadillas y terror. Luego de un rato, como un sonámbulo,

se fue, arrastrando los pies.

Regresó temblando cinco minutos más tarde, con los brazos empapados y rojos hasta los codos. Extendió las

manos. En cada una había un montón de balas. Luego cayó. Se quedó allí, en el suelo, sin moverse.

-No había por qué obligarlo a eso – dijo Lesperance.

-¿No? Es demasiado pronto para saberlo. -Travis tocó con el pie el cuerpo inmóvil.

-Vivirá. La próxima vez no buscará cazas como ésta. Muy bien. -Le hizo una fatigada seña con el pulgar a

Lesperance-. Enciende. Volvamos a casa. 1492. 1776. 1812.

Se limpiaron las caras y manos. Se cambiaron las camisas y pantalones. Eckels se había incorporado y se paseaba

sin hablar. Travis lo miró furiosamente durante diez minutos.

-No me mire -gritó Eckels-. No hice nada.

-¿Quién puede decirlo?

-Salí del sendero, eso es todo; traje un poco de barro en los zapatos. ¿Qué quiere que haga? ¿Que me arrodille y

rece?

-Quizá lo necesitemos. Se lo advierto, Eckels. Todavía puedo matarlo. Tengo listo el fusil.

-Soy inocente. ¡No he hecho nada!

1999, 2000, 2055.

La máquina se detuvo.

-Afuera -dijo Travis.

El cuarto estaba como lo habían dejado. Pero no de modo tan preciso. El mismo hombre estaba sentado detrás del

mismo escritorio. Pero no exactamente el mismo hombre detrás del mismo escritorio.

Travis miró alrededor con rapidez.

-¿Todo bien aquí? -estalló.

-Muy bien. ¡Bienvenidos!

Travis no se sintió tranquilo. Parecía estudiar hasta los átomos del aire, el modo como entraba la luz del sol por la

única ventana alta.

-Muy bien, Eckels, puede salir. No vuelva nunca.

Eckels no se movió.

-¿No me ha oído? -dijo Travis-. ¿Qué mira?

Eckels olía el aire, y había algo en el aire, una sustancia química tan sutil, tan leve, que sólo el débil grito de sus

sentidos subliminales le advertía que estaba allí. Los colores blanco, gris, azul, anaranjado, de las paredes, del

mobiliario, del cielo más allá de la ventana, eran… eran… Y había una sensación. Se estremeció. Le temblaron las

manos. Se quedó oliendo aquel elemento raro con todos los poros del cuerpo. En alguna parte alguien debía de

estar tocando uno de esos silbatos que sólo pueden oír los perros. Su cuerpo respondió con un grito silencioso. Más

allá de este cuarto, más allá de esta pared, más allá de este hombre que no era exactamente el mismo hombre

detrás del mismo escritorio…, se extendía todo un mundo de calles y gente. Qué suerte de mundo era ahora, no se

podía saber. Podía sentirlos cómo se movían, más allá de los muros, casi, como piezas de ajedrez que arrastraban

un viento seco…

Pero había algo más inmediato. El anuncio pintado en la pared de la oficina, el mismo anuncio que había leído

aquel mismo día al entrar allí por vez primera.

De algún modo el anuncio había cambiado.

SEFARI EN EL TIEMPO. S. A. SEFARIS A KUALKUIER AÑO DEL PASADO USTE NOMBRA EL ANIMAL

NOSOTROS LO LLEBAMOS AYI. USTE LO MATA.

Eckels sintió que caía en una silla. Tanteó insensatamente el grueso barro de sus botas. Sacó un trozo, temblando.

-No, no puede ser. Algo tan pequeño. No puede ser. ¡No!

Hundida en el barro, brillante, verde, y dorada, y negra, había una mariposa, muy hermosa y muy muerta.

-¡No algo tan pequeño! ¡No una mariposa! -gritó Eckels.

Cayó al suelo una cosa exquisita, una cosa pequeña que podía destruir todos los equilibrios, derribando primero la

línea de un pequeño dominó, y luego de un gran dominó, y luego de un gigantesco dominó, a lo largo de los años, a

través del tiempo. La mente de Eckels giró sobre sí misma. La mariposa no podía cambiar las cosas. Matar una

mariposa no podía ser tan importante. ¿Podía?

Tenía el rostro helado. Preguntó, temblándole la boca:

– ¿Quién… quién ganó la elección presidencial ayer?

El hombre detrás del mostrador se rió.

-¿Se burla de mí? Lo sabe muy bien. ¡Deutscher, por supuesto! No ese condenado debilucho de Keith. Tenemos un

hombre fuerte ahora, un hombre de agallas. ¡Sí, señor! -El oficial calló-. ¿Qué pasa?

Eckels gimió. Cayó de rodillas. Recogió la mariposa dorada con dedos temblorosos.

-¿No podríamos -se preguntó a sí mismo, le preguntó al mundo, a los oficiales, a la Máquina,- no podríamos

llevarla allá, no podríamos hacerla vivir otra vez? ¿No podríamos empezar de nuevo? ¿No podríamos…?

No se movió. Con los ojos cerrados, esperó estremeciéndose. Oyó que Travis gritaba; oyó que Travis preparaba el

rifle, alzaba el seguro, y apuntaba.

El ruido de un trueno.

De Las doradas manzanas del sol

Propuestas de trabajo: Ante todo, se aclara que cada docente seleccionará el corpus de cuentos que se trabajarán, pueden ser

algunos de estos, todos, agregar otros, etc.

Actividades sugeridas:�

Leer el corpus seleccionado. ŸComentar oralmente los textos. Intercambiar ideas acerca del tema principal de Ÿcada uno de ellos. Buscar qué características tienen en común. ŸComparar con los cuentos que han leído durante el último trimestre de la Escuela ŸPrimaria. Construir entre todos y de modo provisorio, una definición de “este tipo de cuentos” Ÿ(¿ciencia? ¿ficción?). Es provisorio porque luego verán en el Eje de estudio sus características. ¿Qué tienen en común y qué de diferentes con los textos leídos en la Primaria ( primer tramo de esta propuesta).

Según las trayectorias de lectura de los estudiantes, se puede leer y trabajar una novela, por ejemplo La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares.

Anexo:

Artículo publicado a propósito del fallecimiento de Ray Bradbury (5 de junio de 2012)

Autor: Luis Junco.

La semana pasada, en su casa de Los Ángeles y con 91 años de edad, murió Ray Bradbury ,escritor de

referencia para todos aquellos que nos gusta la literatura y en particular la ciencia ficción. Una buena

parte de mi generación fue marcada por sus dos más importantes libros: Crónicas marcianas y Fahrenheit

451. Y sin embargo, antes de estas dos obras de referencia, yo le conocí a través de otro pequeño relato que

aparecía en un número de una de esas revistas publicadas en los años sesenta y que mi padre coleccionaba.

¿Tal vez Selecciones Reader´s? No puedo asegurarlo, pero sí que aquel relato, que se titulaba Las manzanas

doradas del sol, me impresionó. Como volvió a impresionarme cuando lo leí otra vez mucho más tarde, en

una edición que recogía el conjunto de cuentos bajo ese mismo nombre y que publicaba la Editorial

Minotauro.

El relato Las doradas manzanas del sol nos narra la expedición de un grupo de humanos que a bordo de la

nave interplanetaria Prometeo tiene como objetivo arrancar del Sol un pequeño trozo de su superficie y

traerlo a la Tierra. De la misma manera que hacía un millón de años –en palabras de la propia narración– un

hombre desnudo en una senda norteña vio un rayo que hería un árbol y recogió una rama ardiente que dio a

su gente el verano, ahora el grupo de expedicionarios siderales quería obtener aquel otro fuego que llevaba

en su seno el secreto de su energía inacabable, los frutos dorados de aquel árbol en llamas.

En el momento más arriesgado de la misión, sobrecogía la descripción de cómo el capitán de la nave, con una leve

torsión de su mano enfundada en un guante robot, movía allá una enorme mano con gigantescos dedos metálicos

que arañaban la candente superficie y obtenía en su vasta copa de oro un trozo de la carne del Sol, la sangre del

universo, la enceguecedora filosofía que había amamantado a una galaxia. Y cómo, con aquella prodigiosa carga,

el pulso de la nave se aceleraba, el corazón batía con violencia, hasta que por fin se apaciguaba y los

expedicionarios podían regresar.

Y de igual forma que al final de la narración la nave Ícaro (que así también se llamaba) se hundía rápidamente en

la fría oscuridad alejándose de la luz, así Ray Bradbury ha emprendido su último viaje.

Además de su recuerdo, para calentarnos nos deja relatos tan emocionantes como estas doradas manzanas del

sol.

Propuesta:

Nuevas reflexiones sobre el lenguaje …El estilo de escritura de los cuentos trabajados es muy diferente. Luego de releerlos detalladamente:

� ¿Qué personas gramaticales se utilizan? ¿Por qué no se utiliza siempre la misma, ¿ en qué casos cambia y por Ÿqué ?

En cuanto a los tiempos y modos verbales, también hay diferentes usos. ¿Qué tiempos verbales se utilizan? ¿Por Ÿqué cambian? Fundamentar. Ejemplificar.

Observar la puntuación en los textos. Es completamente distinta y hay mucha variedad de signos de Ÿpuntuación. Explicar en qué consisten las diferencias y qué relación tienen con el contenido de cada cuento.

¿Qué representa en el cuento El ruido del trueno el cambio de ortografía del aviso publicitario? (Establecer la Ÿrelación forma/contenido)

Leer el cuento Las doradas manzanas del sol. ŸComentarlo con las orientaciones didácticas pertinentes.ŸLeer el artículo a propósito de la muerte del escritor. ŸBuscar información acerca de las referencias mitológicas. Explicar el sentido en este Ÿcontexto.Analizar, en cuanto al significado y el estilo, las dos últimas oraciones. Ÿ

Segunda Parte: El ámbito de estudio.

v Leer artículos acerca de la ciencia ficción:

Una posible lectura…Los temas de la ciencia ficción:

Ñ Los temas de la ciencia ficción.�

Artículo publicado en el nº 205 Especial De los clásicos a los modernos

El docente decidirá, según los conocimientos de los estudiantes del curso, sus saberes previos y sus trayectorias escolares, qué contenidos gramaticales habrá que sistematizar. ( Muy probablemente de algunos de ellos solamente se necesitará una revisión, mientras que de otros hará falta una dedicada reflexión y sistematización).

La propuesta consiste en que los estudiantes busquen artículos y/o entrevistas sobre el tema. Este es un momento para revisar lo que se sabe, buscar otra información sobre lo que se va a investigar y establecer las formas de trabajo y el producto, teniendo en cuenta las inquietudes de los alumnos. Se puede trabajar con diarios, revistas y versiones en los portales para que circulen en el aula diversidad de soportes. Los alumnos se dividen en grupos y eligen un artículo: consiguen los materiales, buscan en internet, seleccionan los textos acerca del tema, buscan información complementaria sobre la ciencia ficción, la biografía del autor…

Especulación y maravilla, son los dos rasgos constitutivos del género narrativo denominado ciencia ficción y los

que configuran su amplio mundo de fabulación y reflexión. En este artículo Miquel Barceló analiza los temas

clásicos de la ciencia ficción, comentando algunas de las obras más destacadas de este género.

Se pueden poner puertas al campo? La sabiduría popular, muy acertadamente, lo niega, de la misma forma como

negaría cualquier experto o aficionado la posibilidad de hacer un elenco completo de los temas que trata la ciencia

ficción. Pero siempre se puede intentar poner una sencilla valla en el ancho campo y fomentar al menos algunos

del casi infinito número de temas que ha tratado la narrativa de ciencia ficción.

La ciencia ficción

Rizando el rizo de las definiciones no se llega a ninguna parte. Nietszche ya nos decía que “no se puede definir

aquello que tiene historia” y, desde el Frankenstein (1818) de Mary Shelley, los casi dos siglos de historia de la

ciencia ficción la han cambiado tanto como para que ninguna definición le cuadre a todas sus manifestaciones.

Para Isaac Asimov, uno de sus más famosos y brillantes cultivadores, “la ciencia ficción es esa rama de la

literatura que trata de la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”. Se trata, pues,

de una literatura de género sumamente especializada. Una literatura que, además de la diversión y el lícito

entretenimiento, logra también un cierto grado de adaptación al cambio, hoy ya omnipresente en nuestras vidas.

Conviene recordar aquí que gran parte de la mejor ciencia ficción intenta responder a la pregunta ¿Qué

sucedería si...?, en la que se analizan las consecuencias de una hipótesis que se considera extraordinaria o

todavía demasiado prematura para que pueda presentarse en el mundo real. ¿Qué sucedería si hubiera clones

de humanos? ¿Qué ocurriría si construyéramos verdaderas inteligencias artificiales? ¿Qué sucedería si nos

encontráramos con extraterrestres? ¿Qué ocurriría si pudiéramos viajar al pasado? etc. Ése es el aspecto

especulativo de la ciencia ficción, el que nos prepara para enfrentarnos a un futuro distinto.

Se trata de lo que algunos denominan el “condicional contrafáctico”, una hipótesis que rompe con los hechos

conocidos para especular con opciones alternativas. Una manera de proceder que explica (aunque no

justifica...) la imagen popular de considerar cualquier absurdo como una propuesta de “ciencia ficción”.

Afortunadamente, esa capacidad de especulación libre y sin trabas acaba siendo un buen entrenamiento para

enfrentarse al cambiante mundo de nuestros días.

La ciencia ficción es, pues, una narrativa eminentemente especulativa que, junto a nuevas alternativas en el

mundo de las ideas, incorpora, además, el llamado “sentido de la maravilla”, la inevitable sorpresa del lector

ante los nuevos mundos, personajes y sociedades que la ciencia ficción propone. Una característica que

comparte, por ejemplo, con la novela histórica o los libros de viajes que nos describen realidades exóticas y

desconocidas como, en cierta forma, hace también la ciencia ficción.

Especulación y maravilla, serán pues los dos rasgos constitutivos del género narrativo denominado ciencia

ficción y los que configuran su amplio mundo de fabulación y reflexión. En la buena ciencia ficción

encontramos de todo, como en botica: especulaciones en torno a la tecnociencia y sus efectos, nuevos

mundos con todo tipo de alienígenas, nuevas sociedades y distintas maneras de organizar la relación entre

los individuos que forman una comunidad, la revisión speculativa de la historia, aventuras sin cuento a lo

largo del espacio y del tiempo, y un largo y casi interminable etcétera. Los temas son, como se ha dicho, casi

infinitos. Veamos algunos de ellos.

El viaje por el espacioCuando, en 1957, se preguntaba al francés Michel Butor de qué trataba la ciencia ficción, su respuesta fue clara: “de los viajes interplanetarios”. No es completamente cierto pero podría parecerlo.

En realidad, el viaje por el espacio ha sido siempre un tema típico de la ciencia ficción de aventuras y ha dado lugar a uno de sus subgéneros más característicos como lo es el llamado space opera del que films como La Guerra de las Galaxias (1977, George Lucas) o realizaciones televisivas o cinematográficas como StarTrek (1966 y siguientes, Gene Roddenberry) son ejemplos significativos al alcance de todos.

Nuevos sistemas de propulsión han amenizado ese tipo de tratamiento temático. El primer ejemplo fue la suicida nave/bala-de-cañón de De la Tierra a la Luna (1865, Jules Verne), donde la aceleración de despegue, concentrada por efecto de una única explosión impulsora de la nave/bala-de-cañón, sólo podía haber convertido a los tripulantes en pulpa de carne de humana.

Más sutil fue la solución del británico Herbert G. Wells al imaginar una sustancia, la cavorita que, al igual que los dieléctricos hacen con la electricidad, “apantalla” la fuerza de la gravedad. Se trata de una, llamémosle, “licencia poética” sólo permisible en aquellas fechas, antes de que Albert Einstein, en 1915 con la teoría de la relatividad general, nos enseñara que la gravedad no es más que la deformación producida en la geometría intrínseca del espacio por efecto de la presencia de masa. No hay manera de que una sustancia pueda ser una “pantalla” contra el efecto gravitatorio.

Con posterioridad a la obra de Verne y Wells, los “padres fundadores” de la ciencia ficción, lo cierto es que el

espacio parecía la única frontera todavía misteriosa y exótica donde ambientar nuevas aventuras de todo tipo.

Una reflexión que está presente en la serie televisiva StarTrek antes citada y que, posiblemente, se concreta por

primera vez en la obra de Edgar Rice Burroughs.

Burroughs era un autor de novelas de aventuras que trataba de situar en ambientes que pudieran resultar exóticos y misteriosos para sus lectores. El ejemplo de Tarzán (1912 y siguientes) resulta ejemplar en este sentido. Pero en las primeras décadas del siglo XX, el territorio terrestre empieza a ser conocido y estar cartografiado casi en toda su extensión. Casi no queda lugar para el exotismo, pero eso no arredra a novelistas como Burroughs: si no hay territorios ignotos para nuevas aventuras exóticas en la Tierra, ¿por qué no hacer que esas aventuras transcurran en otros planetas? Dicho y hecho. Tras Tarzán, Burroughs empezó a narrar las aventuras de John Carter en Marte (llamado Barsoon) en la serie iniciada en Una princesa en Marte (1912), o las de Carson Napier en Venus desde Los piratas de Venus (1932).

Después, con la madurez de la ciencia ficción, el viaje por el espacio ha estado presente en una gran cantidad de narraciones de todo tipo que, en cierta forma, han ido configurando nuevos temas que el viaje espacial hacía posibles: el llamado “primer contacto” que no es más que el primer encuentro con alienígenas inteligentes, la descripción de nuevas sociedades alienígenas, la colonización y/o terraformación de otros planetas, los nuevos sistemas para viajar “con rapidez” a través de las inmensas distancias espaciales pese a la limitación einsteniana que establece que la velocidad máxima en nuestro universo es la de la luz (desde el hiperespacio, a las naves generacionales, la criogenia o el uso de agujeros de gusano...) y un largo etcétera.

Tal vez Michel Butor no tuviera toda la razón, ya que la ciencia ficción es algo más que “los viajes interplanetarios”, pero sin el viaje interplanetario, la ciencia ficción no sería lo que es.

El viaje por el tiempoSi el viaje por el espacio es típico en la ciencia ficción, no lo es menos el viaje a través del tiempo.

Todos somos viajeros del tiempo, desplazándonos en él hacia adelante a la clásica “velocidad” de un segundo por segundo, pero la ciencia ficción ha imaginado la posibilidad de moverse en los dos sentidos posibles en el tiempo (hacia adelante y hacia atrás) a “velocidades” superiores. Esto abre nuevas posibilidades de exploración y nuevos territorios ignotos que explorar.

El primero en abordar el viaje por el tiempo, como en casi todo en la ciencia ficción, fue el británico Herbert G. Wells

con La máquina del tiempo (1895), un intento de situar en un futuro muy lejano (el año 802.701) una

caricaturesca especulación en torno al posible futuro de las clases sociales: los burgueses dependientes del trabajo

ajeno (los infantilizados eloi de la novela) y los proletarios acostumbrados a trabajar con las máquinas (los

bestializados morlock). Una visión que recogía las preocupaciones del socialista fabiano que era Wells.

Pero, más adelante, los autores de ciencia ficción descubrieron que si bien el viaje al futuro permitía imaginar y mostrar las posibles consecuencias de nuestro presente, el viaje al pasado abría un mundo nuevo de especulaciones lógicas en torno a las paradojas que ese viaje al pasado podría provocar.

Hay paradojas abiertas como la clásica de la persona que viaja en el tiempo al pasado para acabar matando a su abuelo (o abuela, no conviene ser machistas...) antes de que se engendrara su propio padre (o madre...) haciendo así imposible su propio nacimiento. Las consecuencias de los actos del protagonista hacen su vida imposible y, por consiguiente, paradójicamente, su propia actuación.

Hay también paradojas de círculo cerrado en las que la información “circula” sin creador evidente. Un caso famoso y muy repetido es el del historiador literario que desea averiguar “quien escribió las obras de Shakespeare”. Para ello, viaja al pasado y allí descubre que Shakespeare es un joven holgazán nada dotado para las artes literarias y, llegado el momento en que se publicaron cada una de las obras del bardo inmortal, el historiador se ve obligado a copiar esa obra del volumen de obras completas de Shakespeare que llevaba consigo. Sólo así evitará que se produzca un grave cataclismo en el devenir histórico, pero eso deja todavía mucho más abierta la pregunta sobre quien escribió realmente las obras de Shakespeare... Un ejemplo de este tratamiento de la paradoja se encuentra en Misterio mayor (1956) de José Mallorquí.

La paradoja temporal es pues un tema recurrente en la más clásica ciencia ficción y un cliché tan habitual en el género como lo es el famoso problema del asesinato en una habitación cerrada en la novela detectivesca. El peligro de las paradojas temporales ha generado incluso una nueva “policía temporal” dedicada precisamente a evitar sus terribles efectos. Si alguien modificara algún hecho en nuestro pasado, es de esperar que esa modificación pudiera trasmitirse y amplificarse hasta hoy en forma de un presente distinto del que ya existía, originando un verdadero cronoseísmo que deberá ser evitado por los policías del tiempo. Emblemáticas en este sentido son las narraciones de La patrulla del tiempo (1960-90) de Poul Anderson y la novela El fin de la eternidad (1955) del famoso Isaac Asimov donde esa “Eternidad” de que nos habla el título es precisamente la organización encargada de velar por la seguridad e inmutabilidad de la Historia.

En otras historias, como Los hombres que asesinaron aMahoma (1958) de Alfred Bester se postula que cada ser tiene un continuum temporal que le es propio, con lo que una intervención en el pasado altera sólo el presente del viajero, sumiendo al autor del cronoseísmo en un mundo de sombras más y más vagas cuanto mayor o más repetida es la intervención en el propio pasado.

Aunque el caso más extremo del uso narrativo de las paradojas temporales puede corresponder al famoso relato ¡Todos ustedes Zombies! (1959) de Robert A. Heinlein en el cual el protagonista, gracias a oportunos viajes por el

tiempo, a un secuestro, una violación y un estratégico cambio de sexo llega a ser, al mismo tiempo, su propio padre

y su propia madre lo que le permite exclamar con orgullo que él conoce de verdad su origen y que todos los demás

no somos más que zombies...

La reflexión crítica sobre el maquinismo

El maquinismo es también uno de los muchos temas que la ciencia ficción ha tratado, seguramente como reacción al gran auge de las máquinas de todo tipo de los siglos XIX y XX en los que la ciencia ficción ha forjado su historia.

Desde obras ya clásicas como La máquina se para (1909, E. M. Forster) cristaliza el miedo del ser humano a perder el control de la sociedad sumamente tecnificada y tal vez “deshumanizada”. Algo parecido a lo que Hollywood nos recuerda continuamente en películas como Almas de metal (1973, Michael Crichton), Terminator (1984, James Cameron) o Matrix (1999, Andy y Larry Wachowski), en las que la máquina por excelencia, el robot o el ordenador, se rebela contra los humanos que la han creado.

“Robótica”, por ejemplo, es un término inventado en la ciencia ficción, mucho antes de que fuera una posible realidad, pero no siempre los robots (o sus alter ego, los ordenadores capaces de la inteligencia artificial de que hacen gala los robots) han formado parte del futuro que la ciencia ficción ha imaginado.

En primer lugar, conviene recordar que el término “robot” nació con un traductor perezoso, posiblemente Paul Selver, quien, en 1923, no se atrevió a traducir al inglés el término checo “robota” que se usaba en la obra teatral R.U.R. (Rossum's Universal Robots) del checo KarelCapek, aparecida en su versión original en 1920. Selver creyó que el inglés “worker” usado para “trabajador” no se ajustaba correctamente con esos casi esclavos obligados a un duro trabajo forzado de la obra de Capek. Al fin y al cabo, los trabajadores británicos tenían algunos derechos... Convencido de que “worker” no representaba el significado con el que Capek usaba el término checo “robota” en su obra teatral, decidió no traducir el término y, así, “robot” entró en el vocabulario inglés. Y del inglés al resto de las lenguas.

Posteriormente, en los años cuarenta, Isaac Asimov introdujo por primera vez el término “robótica” en su serie de relatos sobre robots que se recopiló por primera vez en libro en el famoso volumen Yo, Robot (1950). Adelantándose a la realidad, Asimov, imaginó que se llegaba a construir una tecnociencia especializada en los robots como así ha ocurrido posteriormente. Esa novedosa tecnociencia incluía para Asimov incluso especialistas en la psicología robótica, como la brillante “robopsicóloga” Susan Calvin que protagonizaba la parte humana de la mayoría de los primeros relatos asimovianos sobre robots.

En realidad, en los años cuarenta del siglo XX, el joven Isaac Asimov se sentía incómodo con la imagen que la ciencia ficción estaba dando hasta entonces de los robots y, en definitiva, del maquinismo y las máquinas, de las que los robots vienen a ser la mayor y más potente representación en el imaginario popular. Antes de Yo, Robot, siguiendo la senda ideológica marcada por Forster, los robots eran malvados y representaban una seria amenaza para la humanidad (algo así como los Terminator y Matrix de Hollywood), y eso a Asimov le parecía una aberración. Le parecía (¡era joven!) que el ser humano no sería tan imbécil como para construir unas máquinas de las que no pudiera fiarse.

Por esa razón inventó las famosas tres leyes de la robótica, para insertar en el mismo cerebro positrónico de los nuevos robots asimovianos, una especie de garantía. Esas leyes obligaban a los robots a no hacer daño a un ser humano (primera ley), obedecer a un ser humano (segunda ley) e intentar sobrevivir (tercera ley). Pero el “potencial” de esas leyes era paralelo a su orden: la primera ley tenía prioridad sobre la segunda y ésta sobre la tercera. En realidad, la mayoría de relatos sobre robots de Asimov, jugaban con ligeras alteraciones experimentales de los potenciales de esas tres leyes para presentar pequeñas paradojas que derivan del juego lógico mismo de su interacción.

Aunque, si bien las Tres Leyes de la Robótica asimoviana han permeado toda la ciencia ficción escrita posterior, Hollywood sigue más interesado en los robots malvados que se rebelan, parece ser que dan más posibilidades dramáticas a los narradores y ponen en mayor peligro a los protagonistas (humanos, evidentemente).

Pero, en cualquier caso, la presencia continua de las máquinas es ya una constante en nuestra vida de seres

civilizados y la ciencia ficción no podía dejar de especular sobre ello, como, en realidad, siempre ha especulado

sobre el posible futuro que nos aguarda.

La prospección del futuroLa preocupación por el futuro que demuestra la ciencia ficción ha hecho que se creyera que podía ser una buena fuente de predicciones. Pero la función principal de la ciencia ficción es especular y no tanto hacer predicciones certeras. Especular no es exactamente lo mismo que predecir ni prever y, en realidad, las muchas y variadas predicciones de la ciencia ficción tienen la misma posibilidad de convertirse en realidad que las del tarot o cualquier otro arte adivinatorio: si se hacen miles de predicciones sobre el futuro, es muy posible que alguna acabe cumpliéndose. La flauta sonó por casualidad. Sólo eso.

Además, por desgracia, la gran mayoría de las supuestas predicciones tecnocientíficas de la ciencia ficción (la única capacidad prospectiva que suele reconocérsele...) tampoco han sido realmente verdaderas predicciones. En realidad son ejemplos más o menos coherentes de un cierto tipo de divulgación científica avant la lettre.

Según el imaginario popular, el ejemplo paradigmático de “predicción tecnológica” en la ciencia ficción es la del submarino Nautilus que Jules Verne describió en Veinte mil leguas de viaje submarino (1870). Pese a la opinión general predominante, no fue en absoluto una predicción tecnológica: la idea de la navegación submarina ya había sido planteada e incluso practicada antes (mucho antes...) de la escritura y publicación de esa novela de Verne.

Ya un viejo estudio de William Bourne, fechado en 1578, había previsto la posibilidad de la navegación submarina de manera análoga a como Leonardo da Vinci imaginara en su día imposibles artefactos voladores. Más tarde, en mayo de 1801, Robert Fulton (el inventor del barco a vapor), parece ser que con el soporte económico de Napoleón, había probado cerca de París un proto-submarino para cuatro personas. Lo más sorprendente es que lo había bautizado igual que Verne a su navío de ficción: Nautilus. Por desgracia, Verne no “inventó” el submarino y, además, ni siquiera el nombre del que aparece en su novela...

Hay otros ejemplos: el Ictineu del catalán NarcísMonturiol, empezó a construirse en 1857 y se probó por primera vez en el puerto de Barcelona en 1859, bastante antes de la novela de Verne. Por si hicieran falta más ejemplos, el 17 de febrero de 1864, en el puerto de Charleston, como una acción naval más de la guerra civil norteamericana, el proto-submarino H.L. Hunley de la Confederación, atacó con torpedos al barco Housatonic de la Unión.

En realidad, Verne no “inventó” el submarino y, tal vez conocedor de esa acción bélica estadounidense, simplemente lo utilizó en su novela, esta vez al servicio de un misántropo héroe solitario, claramente antisocial.

Pobre prospectiva la de este caso sumamente famoso... Pero eso es lo que ha hecho a menudo un determinado tipo de ciencia ficción bien documentada en el aspecto científico: utilizar informaciones existentes sobre la tecnología, para especular e imaginar un posible futuro en el que ciertas posibilidades tecnocientíficas se hayan hecho ya realidad. Algo en este sentido quisimos intentar Pedro Jorge Romero y yo mismo en nuestra novela El otoño en las estrellas (2001), que incluye, al final, una relación de los distintos libros y artículos científicos de los

que salieron la mayoría de las especulaciones de la novela sobre nanotecnología, sobre cómo extraer energía de

los agujeros negros, sobre la posibilidad de vida en el universo y tantas y tantas cosas que, noveladas, parecen ser

claramente de “ciencia ficción” cuando, en realidad, sus raíces se hallan, al menos en este caso, en la ciencia

actual...

Cabe reconocer que, otras veces, sí suena la flauta de la predicción tecnológica acertada, aunque sea tan sólo por casualidad. Es el caso que equivale a la profecía del tarot que realmente se cumple ante los millares de predicciones que nunca se hacen realidad.

Recordemos que el 16 de febrero de 1946,el New York Times hacía accesible al gran público (autores de ciencia ficción incluidos...) la gigantesca imagen del ENIAC, que hoy pasa por ser el primer ordenador electrónico de la historia. El ENIAC era una máquina descomunal que pesaba más de 20 toneladas, incluía unas 18.000 válvulas de vacío y ocupaba toda una gran habitación en la que diversas personas operaban un complejo equipo. La leyenda dice que, dado su gran consumo de energía, cuando se ponía en marcha todo un barrio de Pensilvania se quedaba sin luz eléctrica...

Ante esa imagen, resulta claramente sorprendente el contenido de una narración breve de ciencia ficción que Murray Leinster publicaba el mes de marzo de ese mismo año 1946 en la revista Astounding. Con toda seguridad, la que hoy podemos contemplar como certera predicción tecnológica de Leinster fue posible ya que, en esos tiempos, para que un relato apareciera publicado en marzo de 1946 debía ser entregado unos seis meses antes, en este caso en septiembre u octubre de 1945, mucho antes de que Leinster hubiera podido ver la imagen del ENIAC y “avergonzarse” de su especulación, tan poco en consonancia con la realidad tecnocientífica de la época.

En ese relato más bien humorístico, Un lógico llamado Joe, Leinster imagina (¡en 1946!) un sofisticado aparato de televisión llamado “lógico”, con teclas y no diales, que está conectado gracias a la red telefónica a monumentales “tanques de datos” (data tank), y que permite consultar todo tipo de informaciones, comprar entradas de diversos espectáculos e incluso solicitar cualquier programa televisivo actual o del pasado. Un “lógico” se conecta también con otros “lógicos” de la red para intercambiar mensajes, sonidos e imágenes.

Justo cuando nacía el ENIAC, la imagen popular de unos ordenadores gigantescos, y se abría la entonces incipiente senda de la tecnología informática, Leinster anticipaba nada más y nada menos que la microinformática, las telecomunicaciones y la omnipresente Internet de hoy en día. Un buen ejemplo de predicción tecnológica acertada que, hay que recalcarlo, no se basaba en absoluto en la tecnología disponible ni previsible a mediados de los años cuarenta. Era tan sólo una arriesgada apuesta imaginativa que, para suerte de su autor, el futuro acabó haciendo realidad.

Las nuevas sociedadesLa realidad es que, en el amplio campo de que trata la ciencia ficción, encontramos también una voluntad especulativa separada de la ciencia y tecnología y mucho más centrada en las ciencias sociales. A pesar de la opinión popular que, seguramente condicionada por su denominación, suele asociarla prioritariamente al ámbito tecnocientífico, lo cierto es que la ciencia ficción resulta mucho más efectiva (e interesante) en la prospectiva de los aspectos sociales, culturales y económicos que el futuro puede depararnos.

Lo que resulta sumamente interesante y sugerente en la ciencia ficción no es precisamente la predicción correcta o no de un artefacto tecnológico en particular, sino, y eso es lo que realmente importa, como ya se ha dicho, lo que Isaac Asimov consideraba el carácter definitorio de la buena ciencia ficción: especular sobre “la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”.

Llegados a este punto, cabe recordar que la especulación prospectiva de la ciencia ficción se realiza con voluntad básicamente artística y no precisamente científica: la ciencia ficción es un arte narrativo, no una ciencia. Si la prospectiva utiliza modelos racionales para imaginar el futuro (o sus tendencias), la ciencia ficción se centra en la utilización de modelos dramáticos para imaginar cómo puede ser el hecho de vivir en ese futuro posible y, de pasada, sugerir otras alternativas.

Ésta es la vertiente que surge con la ciencia ficción del británico Herbert G. Wells, verdadero padre fundador del género en el aspecto que aquí interesa. Conviene destacar que, en 1906, en un discurso de Wells a la SociologicalSociety británica, el padre de la ciencia ficción moderna recomendaba que la sociología adoptara como “método propio y diferenciador” la creación de utopías y su crítica exhaustiva. Este juego de imaginar futuros (utópicos o no) y, también, el advertir de los peligros implícitos en ciertas tendencias del presente, es uno de los aspectos más enriquecedores de la especulación propia de la ciencia ficción.

En sentido opuesto, parte de la ciencia ficción, al revés de la prospectiva, a veces no pretende adivinar el futuro que será, sino conjurar algunos de los ominosos futuros que podrían aguardarnos. Intenta advertirnos que, de seguir por el camino que hemos emprendido, el futuro que nos aguarda puede resultar terrible.

Se dice por ello que la ciencia ficción puede contemplarse también como una “profecía auto-preventiva”, una profecía que se formula precisamente para motivar reacciones que la hagan falsa y alejen del horizonte ese ominoso futuro que se denuncia.

De la misma manera que algunos autores han escrito utopías sobre futuros o sociedades perfectas, la ciencia ficción también se ha entretenido en imaginar “utopías negativas” (distopías, en la denominación habitual).

En este sentido cabe considerar obras inolvidables como Un mundo feliz (1932) de AldousHuxley, 1984 (1948) de George Orwell, Limbo (1952) de Bernard Wolfe o Las torres del olvido (1987) de George Turner, por citar sólo cuatro clásicos indiscutibles respecto de futuros odiosos por efecto de la manipulación biológica, la dictadura político-tecnológica, la psicología y la economía respectivamente.

Como vemos, no sólo se trata de las extrañas sociedades formadas por esos alienígenas descubiertos en el largo viaje por el espacio del que antes se hablaba, también cabe pensar en distintas formas de organizar la vida social

en nuestro propio mundo, siguiendo la estela “sociológica” que sugiriera Wells hace ya casi un siglo.

Por eso, a mi entender, junto a las “profecías auto-preventivas” de las peores distopías, cabe también una visión constructiva y ejemplarizante. En este sentido, tienen un gran atractivo y resultan de sumo interés respecto al futuro que nos aguarda algunas de las narraciones de la mejor ciencia ficción escrita de las últimas décadas. Me refiero a esa ciencia ficción que escriben algunas mujeres para hacer ver a sus lectores que, por decirlo de manera un tanto eufemística, la relación de poderes entre los sexos no tiene porqué ser siempre tan sesgada como ocurre en nuestra sociedad. Así lo han hecho, entre otras, Ursula K. Le Guin en La mano izquierda de la oscuridad (1969), Margaret Atwood en El cuento de la criada (1985) o Sheri S. Tepper en La puerta al país de las mujeres (1988), obras todas ellas inolvidables e imprescindibles.

A modo de conclusiónValgan estas breves notas a modo de aproximación a la gran multiplicidad de temas que trata la ciencia ficción. Han quedado muchas cosas en el tintero, muchos temas que glosar, muchos ejemplos con los que ilustrarlos. Evidentemente se trata sólo de una pequeña valla en el ancho campo de la temática propia de la ciencia ficción. Es imposible poner puertas al campo...

Autor: Miquel Barceló

Miquel Barceló es Doctor en Informática, Ingeniero aeronáutico y diplomado en energía nuclear; profesor de la Facultad de Informática del Departamento de Ingeniería de Servicios y Sistemas de Información (ESSI, por sus siglas en catalán) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y editor, traductor y escritor, especializado en el género de la Ciencia Ficción.

Luego de la lectura del artículo de M. Barceló:

Mientras se discute sobre la lectura y se registra información (en notas, fichas, resúmenes) el docente propiciará que los alumnos reflexionen sobre la selección de palabras adecuadas para transmitir los conocimientos a fin de garantizar la precisión y la claridad en el uso de términos técnicos, específicos de un área y la definición de conceptos.

Ensayen una definición de ciencia ficción entre todos. Revisen la que elaboraron provisoriamente luego de leer los textos literarios. Reformulen a la luz de los nuevos conocimientos sobre el subgénero.

Sugerencias para trabajar los artículos leídos:

Escriban algunas palabras al margen de cada subtítulo que den cuenta de los subtemas que aparecen a medida que avanzan en la lectura. Les sugerimos dividirse en pequeños grupos y realizar un breve resumen sobre la historia de la ciencia ficción. Para realizarlo identifiquen el problema, pregunta o cuestión y una respuesta a la problemática. Identifiquen situación inicial, que presenta la cuestión; presentación o instalación del problema; respuesta o explicación del problema; y arriben a una conclusión. Tengan en cuenta la redacción de borradores para llegar a un texto definitivo.

Luego pueden realizar una cronología con los hechos, sucesos más importantes que permitieron el avance de la ciencia ficción o confeccionar un cuadro con ayuda del docente, ensayando alternativas: trabajar en el pizarrón, en afiches, presentar ejemplos de cuadros diseñados en otras oportunidades a partir de más de un texto…

Realizar un listado con las palabras propias del género y que aparecen en el artículo de Barceló. Por ejemplo: utopía, distopía, robótica… Traten de definirlos a partir del texto. Pueden consultar otras fuentes: enciclopedias, diccionarios, otros artículos y o noticias.

Relean los fragmentos donde se hace alusión a Isaac Asimov y comenten oralmente sobre su posición acerca de la invención de máquinas, la “robótica” y qué es para él la “buena ciencia ficción”.

- Les acercamos este fragmento de Asimov, Isaac. ¡Qué fácil ver el futuro!, en Sobre la ciencia ficción, Sudamericana, Bs As, 1982

“La ciencia ficción puede tener sus aspectos fantásticos. Yo he escritos historias sobre imperios galácticos, sobre viajes a mayor velocidad que la de la luz, sobre robots inteligentes que terminaron convirtiéndose en Dios, sobre viajes en el tiempo. No creo que ninguna de ellas tenga valor predictivo, no fueron concebidas con esa intención. Yo solo estaba tratando de escribir simplemente historias divertidas sobre lo que podría ser y no sobre lo que sería (…)Veamos ahora otra cuestión: si los escritores de ciencia ficción pronostican problemas que la humanidad tendrá que enfrentar, ¿prevén también las soluciones acaso? ¡No necesariamente! Los escritores de ciencia ficción predicen lo inevitable, y si los problemas y las catástrofes pueden ser inevitables, las soluciones, en cambio, no lo son. Los escritores de ciencia ficción están obligados frecuentemente a sacar soluciones de la nada, tejidas de hilos etéreos y poco plausibles, o a dejar el problema sin solución, terminando la historia con un desastre dramático. El mejor modo de superar una catástrofe es actuar para prevenirla antes de que ocurra. (…) Para hacer esto, la ciencia ficción resulta esencial”.

Determinen por qué Isaac Asimov en “¡Qué fácil ver el futuro!” afirma que la ciencia ficción puede tener elementos fantásticos. Ejemplifiquen con las obras leídas en el apartado “El texto literario”En “¡Qué fácil ver el futuro!”, Asimov asigna un rol a los autores de ciencia ficción. Indiquen si algunos de los elementos leídos en el texto de Barceló u otros que hayan encontrado coinciden con este rol.

Comunicar lo aprendido a otros: Pueden producir de una cartelera sobre el tema para exhibir en la escuela y que puedan ser leídos por alumnos, docentes y familias.

Revisión de lo trabajado en ámbito de la Literatura:

Identificar las características de los textos de ciencia ficción en los cuentos leídos. ŸIdentificar los temas específicos en cada caso, que son propios del subgéneroŸ .

Reflexiones acerca del lenguaje: Para tener en cuenta: Los alumnos tienen que poner en juego distintos procedimientos (conexión) y recursos (conectores, marcadores y ordenadores discursivos) para organizar el discurso expositivo (exposición oral o informe escrito): verbos y frases que se refieren a acciones, estados o procesos y sus distintos tipos de sujeto.

Marcando la organización de la información en el texto: cuando comienza (para empezar, primero de todo, antes que nada, en principio), distribuyendo y ordenando información (por un lado, por otro, por una parte, por otra, éstos, aquellos, y primero, en primer lugar, en segundo lugar), cuando cierra o finaliza una exposición (en fin, por fin, por último, para terminar, en definitiva);

Si deciden realizar una presentación oral: En la comunicación de los conocimientos estudiados a través de la preparación de exposiciones orales los alumnos pueden reflexionar sobre algunos recursos de la oralidad para señalar el contexto de situación; para apoyarse en este contexto y completar el sentido de lo que se dice con información presente en la situación; para sostener la atención del auditorio y colaborar con su comprensión.

Para seguir leyendo:

Tener en cuenta los pasos del debate:

Prepararse para el debate leyendo para seleccionar la información útil para apoyar algunos Ÿargumentos o refutar otros.Tomar notas que se revisarán al elaborar los argumentos y/o se utilizarán para leer en voz alta Ÿdurante la discusión.Proponer criterios sobre los cuales centrar el debate.ŸTomar en consideración los argumentos de los otros para reforzarlos ofreciendo justificaciones o Ÿpruebas, ejemplificando o citando una autoridad.Refutar argumentaciones justificando su rechazo, ofreciendo contraejemplos, rechazando los Ÿprincipios de autoridad mencionados, contraargumentando.Evaluar la propia participación y la de los otros.ŸFinalmente, independientemente del rol que les haya tocado defender en el debate, y a partir de las conclusiones Ÿgrupales y personales, escribir un artículo de opinión en el que se exprese con fundamentos claros la posición tomada sobre el tema.

Los argumentos pueden estar conformados por: - Conceptos (ideas propias del autor). - Citas (Frases de otros autores). - Pruebas (hechos, documentos, testimonios, entrevistas, etc).

El artículo de opinión está constituido por las siguientes partes:

Introducción, en la que se presenta el tema o problema.Exposición del Tema, en la que se presenta la tesis central.Argumentación, donde se presentan los argumentos que apoyan la tesis.Conclusión, donde se sintetizan el punto de vista y las consideraciones principales del artículo.

http://www.iprofesional.com/notas/177163-Las-10-profecas-tecnolgicas-que-hizo-Isaac-Asimov-para-el-2014-y-ya-son-realidad

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/27/babelia/1445963228_979107.html

Propuestas integradoras finales:

Opción a)Luego de haber leído diversos textos literarios e informativos (al final de todo el proyecto) acerca de las temáticas que aborda la ciencia ficción ( o ficción científica), tales como viajes espaciales, viajes por el tiempo, las nuevas tecnologías, los robots, las nuevas costumbres de los siglos venideros, etc, y su manera de abordarlos : Redactar un cuento breve que pertenezca a este subgénero. Compartirlo con los compañeros. Difundirlo en la escuela (según las posibilidades institucionales) o en las redes sociales.

Opción b)Buscar otros textos en la biblioteca, en internet, en la casa; intercambiar materiales con los docentes, los compañeros. Realizar una antología con cuentos de ciencia ficción seleccionados individual o grupalmente. Difundir la antología en otros cursos, en las redes sociales, en la cartelera, revista u otros medios existentes en la institución.

Opción c) Si en la escuela se realiza una Feria de ciencias y artes, presentar un stand con este material. Preparar la exposición oral (ver pasos de la exposición oral en los D.C., con sus pertinentes orientaciones didácticas).

Evaluación:

La evaluación tendrá diferentes instancias:

a) Durante el proceso, con observaciones e intervenciones del docente a propósito del grado de avance en la apropiación de los conocimientos de los estudiantes (en forma individual y grupal).

b) Considerando los productos finales, tanto en las propuestas del ámbito de la Literatura como del ámbito de Estudio. Remitirse a las orientaciones de evaluación de los Diseños Curriculares.

Bibliografía consultada

Accame, Jorge, “Flores en Cuentos argentinos. Antología para gente joven”. Alfaguara, Bs. As., 1994.

Asimov, Isaac. “Sobre la Ciencia Ficción”. Buenos Aires. Sudamericana, 1982. Caillois, Roger (1967), Antología del cuento fantástico. Editorial Sudamericana, Buenos Aires. Prefacio de R. Callois.

Ferrero, José María (comp.). “Ciencia Ficción. Cuentos hispanoamericanos”. Huemul. Buenos Aires, 1993.

Gandolfo, Elvio. “Estudio preliminar”. En Gandolfo, Elvio (comp.) Cuentos de Ciencia Ficción. Tomo I: Precursores.Centro Editor de América Latina. Buenos Aires, 1981, pp. I-X.

González Vargas, Benedicto. “Hacia una definición del género de la Ciencia Ficción”. Puerto de Escape n.º 5. Septiembre de 2006.

Todorov,Tzvetan (1980). “Introducción a la Literatura Fantástica”. México, Editions de Senil. www.catedu.es/IESLiteratura/lectura/cuarto-atras/.../Todorov.pdf -

Van Vogt, A. E. Prólogo. En Goorden, Bernard y Van Vogt, A. E. (comps.) “Lo mejor de la ciencia ficción latinoamericana”. Ediciones Martínez. Barcelona, Roca, pp. 9-13.

Prólogo de Jorge Luis Borges a Crónicas marcianas, de Ray Bradbury. Febrero del 2008.