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Ilustración: Freddy Bernal Camargo

Director: P. Joardin Martínez, ssp • Administración general: Cra. 46 No. 22A-90 • Tel.: 3682099

Editor: SAN PABLO Con Licencia Eclesiástica www.sanpablo.co

Con el evangelio de hoy termina lo que podemos llamar una etapa de la predicación de Jesús, o de la presen-

tación que Marcos va haciendo de Jesús y su obra, junto con las reacciones que provoca.

Sabrán que hubo un profeta en medio de ellos. Ezequiel fue un profeta que com-partió con sus contemporáneos el des-tierro de Babilonia, en el siglo VI antes de Cristo. El pasaje que leemos hoy es desolador: Dios mismo lo manda que hable al pueblo, pero a la vez le avisa que no lo escucharán, porque es “un pueblo rebelde” y son “testarudos y obstinados”. A pesar de eso, tiene que hablar como profeta, aunque no le hagan caso.

Cuando soy débil, entonces soy fuerte. Pablo confiesa las “debilidades” que ex-perimenta en su vida: insultos, privacio-nes, persecuciones, dificultades de todo tipo. Es misteriosa la alusión a “una es-pina que le han metido en la carne” y al “ángel de Satanás que me apalea”. A pe-sar de todo, no pierde la confianza. Eso lo hace humilde: “Para que no tenga so-berbia”, y lo único que puede aportar de propio son precisamente sus debilidades. Pero cuenta con la ayuda de Dios: “Te basta mi gracia”, “residirá en mí la fuerza de Cristo”. Entonces experimenta que “cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

No desprecian a un profeta más que en su tierra. Después de resucitar a la hija de

Jairo, en Cafarnaún, Jesús va a su pue-blo, Nazaret. Allí se encuentra con una acogida fría. Predica en la sinagoga, pero lo único que consigue es que sus pai-sanos se pregunten de dónde le vienen esa sabiduría y esos milagros que dicen que hace. Ellos lo conocen sencillamente como “el carpintero” y “el hijo de Ma-ría”, y conocen también a sus “herma-nos” (que ya sabemos que en las lenguas semitas puede significar también primos y demás parientes). Por eso “les resul-taba escandaloso”. Jesús se extraña de la falta de fe de sus paisanos y “no pudo hacer allí ningún milagro”. No porque los milagros o las curaciones dependan de reacciones psicológicas, sino porque Jesús quería que sus milagros no queda-ran solo en la mera admiración, sino que condujeran a la fe en Él. Y se marchó a otros pueblos, a seguir predicando.

La increencia ha existido siempre, y también en nuestro tiempo. La fe es mu-chas veces incómoda y exigente. Cuando no interesa el mensaje se desacredita (o se persigue y elimina) al mensajero. Lo que predicaba Jesús no coincidía con las convicciones de sus contemporáneos. Más bien sacudía los cimientos de todo su sistema religioso. No solo de los escri-bas y fariseos, sino también, según pa-rece, de sus paisanos. Un profeta siempre resulta molesto. Si le aceptan, tienen que aceptar lo que predica. J. A.

TIEMPOS DE

INCREDULIDAD

JULIO - 2021 Año 63 - No. 3547

XIV DOMINGO ORDINARIO Ciclo B4

nes, fortalece nuestra confianza en ti, y haz que

fique, y nos haga participar, de día en día, de la

. Las obras de estos autores nos dicen que a fi

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Ritos inicialesMonición de entrada

Comentador: Venimos a vivir llenos de entu-siasmo este día, el día del Señor. Dispongamos nuestras mentes y nuestros corazones para re-cibir con fe y amor al Profeta de profetas, al enviado del Padre, que nos trae la salvación: Jesús el Cristo.

� Antífona de entrada

Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo. Como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza llega al confín de la tierra, tu diestra está llena de justicia.

� Acto penitencial

Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.

Señor, ten misericordia de nosotros.– Porque hemos pecado contra ti.

Muéstranos, Señor, tu misericordia.– Y danos tu salvación.

El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:

Dios todopoderoso tenga misericordia de noso-tros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

� Gloria

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adora-mos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cor-dero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nues-tra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque solo tú eres Santo, solo tú Señor, solo tú Altísimo,

Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

Oración colecta

Oh Dios, que por la humillación de tu Hijo le-vantaste al mundo caído, otorga a tus fieles santa alegría, para que hagas disfrutar de los gozos eternos, a quienes libraste de la esclavi-tud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…

Liturgia de la Palabra

Comentario a las lecturas

Comentador: Las tres lecturas de hoy nos pre-sentan el panorama de la incredulidad, sobre todo en la de Ezequiel y el Evangelio. Nosotros pongamos mucha atención hoy a estas lectu-ras y escuchemos atentos la voz de Dios con fe y confianza.

Primera lectura De la profecía de Ezequiel

En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía: “Hijo de hom-bre, yo te envío a los hijos de Israel, un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Ellos y sus padres me han ofendido hasta el día de hoy. También los hijos tienen dura la cerviz y el corazón obstinado; a ellos te envío para que les digas: ‘Esto dice el Señor’. Te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, reconocerán que hubo un profeta en medio de ellos” (Ez 2, 2-5).

Lector: Palabra de Dios.Asamblea: Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

Asamblea: Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.

• A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores. R/.

Como están los ojos de la esclava fijos en

cuciones y las dificultades sufridas por Cristo.

Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día

nuestras oraciones y pidámosle con confianza

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mos, te glorificamos, te damos gracias, Señor

vantaste al mundo caído, otorga a tus fieles

fe y confianza.

fijos en las manos de sus señores.

• Como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. R/.

• Misericordia, Señor, misericordia, que esta-mos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfe-chos, del desprecio de los orgullosos. R/. (Sal 122).

Segunda lectura De la Segunda Carta de san Pablo

a los Corintios

Hermanos: Para que no me engría, se me ha dado una espina en la carne: un emisario de Satanás que me abofetea, para que no me en-gría. Por ello, tres veces le he pedido al Señor que lo apartase de mí y me ha respondido: “Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la de-bilidad”. Así que muy a gusto me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo.

Por eso vivo contento en medio de las debi-lidades, los insultos, las privaciones, las perse-cuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte (2Co 12, 7b-10).

Lector: Palabra de Dios.Asamblea: Te alabamos, Señor.

� Aclamación antes del Evangelio

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha en-viado a evangelizar a los pobres. R/.

Evangelio Del Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: “¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es

esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?”. Y se escandalizaban a cuenta de Él.

Les decía: “No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa”.

No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando (Mc 6, 1-6).

Presidente: Palabra del Señor.Asamblea: Gloria a ti, Señor Jesús.

� Credo de los apóstoles

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepul-tado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cie-los y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los san-tos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Oración de los fieles

Presidente: Hermanos, presentemos a Dios nuestras oraciones y pidámosle con confianza por nosotros y por toda la humanidad. Digamos:

Asamblea: Escúchanos, Señor.

1. Por la santa Iglesia, extendida por todo el universo, para que Dios le conceda la paz, la libertad y la unidad. Oremos.

2. Por nuestra patria y por los gobernantes de todas las naciones, para que Dios dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera. Oremos.

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Lunes 5 San Antonio María Zaccaría, presbítero / Feria o Memoria libre / Verde o Blanco / Gn 28, 10-22a; Sal 90, 1-2.3-4.14-15ab; Mt 9, 18-26 M6

Santa María Goretti, virgen y mártir / Feria o Me-moria libre / Verde o Rojo / Gn 32, 22-32; Sal 16, 1. 2-3. 6-7. 8 y 15; Mt 9, 32-38 M7 Feria / Verde / Gn 41, 55-57; 42, 5-7a.17-24a; Sal 32, 2-3.10-11.18-19; Mt 10, 1-7 J8 Feria / Verde / Gn 44, 18-21.23b-29; 45, 1-5; Sal 104, 16-17.18-19.20-2; Mt 10, 7-15 V9 NUESTRA SEÑORA DEL RO-SARIO DE CHIQUINQUIRÁ, Fiesta / Blanco / Ef 1, 3-6.11-12; Sal 112; Lc 11, 27-28 S10 Santos Agustín Zhao Rong, presbítero y compañeros, mártires, o B.V.M. / Feria o Memoria libre / Verde o Rojo o Blanco / Gn 49, 29-32; 50, 15-26a; Sal 104; Mt 10, 24-33

Catequesis semanal

LITURGIA DE LAS HORAS: TOMO III / SALTERIO: 2ª SEMANA

La Palabra de cada día (Julio 5 al 10)

3. Por los que todavía no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, en-cuentren el camino de la salvación. Oremos.

4. Por los exiliados, agonizantes, perseguidos y maltratados, para que sientan la presencia salvadora de Dios. Oremos.

5. Por todos nosotros y por las personas que confían en nuestras oraciones, para que el Señor nos dé fuerzas para vivir el Evangelio. Oremos.

Intenciones particulares.

Presidente: Escucha, Señor, nuestras oracio-nes, fortalece nuestra confianza en ti, y haz que se alegre nuestro corazón al contemplar tus ma-ravillas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Liturgia de la EucaristíaOración sobre las ofrendas

La oblación que te ofrecemos, Señor, nos puri-fique, y nos haga participar, de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

� Antífona de comunión

Gusten y vean lo bueno que es el Señor, di-choso el que espera en Él.

Oración después de la comunión

Señor, que nos has colmado de tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación y perseverar siempre cantando tu alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Rito de conclusiónBendición y despedida: Vayamos a nuestros hogares a predicar con nuestra vida y ejemplo que siendo humildes de corazón podremos abrirnos al amor de Dios. Pueden ir en paz.

R/. Demos gracias a Dios.

Algunos de los primeros escritores cristianos pue-den ayudarnos a descubrir cuándo fue completa-do el Nuevo Testamento. San Ignacio († 100 d.C.), san Clemente Romano († 101) y san Policarpo († 155) citaban a menudo a los cuatro evangelistas y las epístolas de san Pablo. Otras fuentes importan-tes incluyen los trabajos de san Ireneo († 202) y un manuscrito del 170 d.C. llamado Fragmento de Mu-

ratori. Las obras de estos autores nos dicen que a fi-nales del siglo segundo, casi todos los 27 libros del Nuevo Testamento se consideraban inspirados por Dios y eran ampliamente utilizados por los cristia-nos. El manuscrito griego completo más antiguo de la Biblia es el llamado Codex Vaticanus; es del si-glo IV y aún existe. Este manuscrito demuestra que en el siglo IV se utilizaba exactamente la misma lis-ta de 27 libros. No sabemos todo acerca de la com-pilación de esta lista. Lo que sí sabemos con certeza es que estos 27 libros constituyen el Nuevo Testa-mento, ¡que ha jugado un papel especialmente im-portante durante casi dos milenios! Estos libros han permitido que miles de millones de personas de di-ferentes épocas y lugares entraran en contacto con Jesús y sus primeros seguidores.

Tomado de: P. Michel ReMeRy, Tuiteando con Dios,

San Pablo, Bogotá, 2019, p. 51

¿Cómo y cuándo apareció

el Nuevo Testamento?