Disciplina y Unidad de Acción

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    DISCIPLINA Y UNIDAD DE ACCIN

    Unidad de accin entre asambleas:sus interacciones recprocas

    J. N. Darby

    Comienzo por establecer lo que se admite como una base comn de accin,esto es, que toda asamblea de cristianos reunidos al nombre del SeorJesucristo, y sobre la base de la unidad de Su cuerpo, desde el momentoque acta como el cuerpo, lo hace bajo su propia responsabilidad hacia elSeor, como, por ejemplo, cuando ejerce un acto de disciplina o cuandolleva a cabo cualquier otra cosa de esta naturaleza, as como tambin

    cuando recibe en el nombre del Seor a los que vienen en medio de ellospara participar de Su Mesa. Cada asamblea, en tal caso, acta por iniciativapropia y en su esfera, al decidir cosas puramente locales, pero que, sinembargo, tienen un alcance que se extiende a toda la Iglesia.

    Los hombres espirituales que se entregan a esta obra y se ocupan en todossus detalles, antes de que el caso sea llevado ante la asamblea para que laconciencia de todos sea ejercitada en el asunto, pueden, sin duda, penetraren los detalles con mucho provecho y cuidado piadoso; pero si vinieran adecidiralgo aparte de la asamblea de los santos, incluso en las cosas msordinarias, su accin dejara de ser la de la asamblea y debera ser desoda.

    Cuando tales asuntos locales son as tratados por una asamblea que actaen su esfera como asamblea, todas las dems asambleas de los santosalestar en la unidad del cuerpoestn obligadas a reconocer lo que se hizo,dando por sentado (a menos que se demuestre lo contrario) que todo se hallevado a cabo rectamente y en el temor de Dios, en el nombre del Seor.El cielo, estoy seguro, reconocer y ratificar esta santa accin, y el Seordijo que as sera (Mateo18:18).

    A menudo se ha dicho y se ha reconocido, que la disciplina que consiste enquitar de entre vosotros (1. Corintios 5:13), debiera ser el ltimo medioal cual tuviramos que recurrir, y slo cuando se han agotado toda

    paciencia y toda gracia, y cuando dejar que el mal persista por ms tiempono sera otra cosa que una deshonra al nombre del Seor, y prcticamenteasociar el mal con l y la profesin de su nombre. Por otra parte, ladisciplina de poner fuera siempre es hecha con vistas a la restauracin dela persona que fue sometida a ella, y nunca con el objeto de librarse de ella.

    As es en los caminos de Dios con nosotros. Dios tiene siempre en vista elbien del alma, su restauracin en plenitud de gozo y de comunin, y l

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    jams retira Su mano en tanto no se logre este resultado. La disciplinasegn Dios, efectuada en Su temor, tiene el mismo propsito en vista, de locontrario no es de Dios.

    Pero si bien una asamblea local subsiste realmente en su responsabilidadpropia y personal, y sus actos, si son de Dios, obligan a las demsasambleas, como en la unidad de un solo cuerpo, este hecho, no obstante,no elimina otro hecho que es de la mayor importancia y que muchos

    parecen olvidar, a saber, que las voces de hermanos de otros lugares tienetanta libertad como la de los hermanos locales para hacerse or en medio deellos a fin de discutir los asuntos de una reunin de santos, aunque no

    pertenezcan localmente a esta reunin. Negarles este privilegio sera, dehecho, una seria negacin de la unidad del cuerpo de Cristo.

    Aparte de esto, la conciencia y el estado moral de una asamblea localpueden ser tales que manifiesten ignorancia, o al menos una comprensinmuy imperfecta de lo que se debe a la gloria de Cristo y a l mismo. Todoesto hace el entendimiento tan dbil que ya no hay ms poder espiritual

    para discernir entre el bien y el mal. Puede que haya tambin en unaasamblea prejuicios, predisposiciones o la influencia de uno o variosindividuos, lo que puede descarriar el juicio de la asamblea y hacer que ellaincurra en un juicio injusto y cause un grave perjuicio a un hermano.

    Cuando esto sucede, es una verdadera bendicin que hombres espirituales ysabios de otras asambleas, intervengan y procuren despertar la concienciade la asamblea, y tambin es una bendicin si vienen a pedido de laasamblea o de aquellos para quienes el asunto constituye la principaldificultad del momento. En este caso, su intervencin, lejos de verse comouna intrusin, debiera ser recibida y reconocida en el nombre del Seor.Actuar de cualquier otra manera, sera seguramente aprobar laindependencia y negar la unidad del Cuerpo de Cristo.

    Sin embargo, aquellos que vienen de otros lados y actan de este modo, nodeberan actuar aparte del resto de la asamblea, sino con la conciencia detodos.

    Cuando una asamblea ha rechazado toda amonestacin y ha declinadoaceptar la ayuda y el juicio de otros hermanos, cuando se agot toda

    paciencia, una asamblea que ha estado en comunin con ella, estjustificada para anular su accin errnea y para aceptar a la persona que fuerechazada, si ellos cometieron un error en cuanto a la persona. Pero cuando

    nos vemos forzados a tal extremo, la dificultad se convierte en una cuestinde rechazo de comunin con la asamblea que actu mal, y que, de esta

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    manera, rompi ella mismasu comunin con el resto de aquellos queactuaron en la unidad del cuerpo. Tales medidas slo pueden ser adoptadasdespus de muchos cuidados y paciencia, para que la conciencia de todos

    pueda acompaar la accin como siendo de Dios.

    Llamo la atencin a estos asuntos, porque cuando una asamblea rehsaadmitir la intervencin de aquellos que, estando en comunin, vienen deotras partes, ello demuestra una tendencia a establecer la independencia deaccin en cada asamblea local. Pero toda accin, tal como lo he reconocidodesde el principio, pertenece primeramente a la asamblea local.

    J. N. Darby

    Edicin original en francs; traducido del Messager vanglique, edicinde 1872, pgs. 453-457

    NOTAS

    [1]N. del T. = epi to auto, se traduce a veces por: reunidos,juntos, etc., segn las circunstancias o el contexto, p. ej., Hechos 1:15; 2:1,44, 47; 4:26, etc. Kelly expone en esta carta ampliamente su significadogeneral y explica cada caso en detalle.

    [2]N. del A.Tras escribir esta carta me encontr con la siguiente notasobre el versculo en las Works (Obras)del piadoso y erudito Dr. JohnLightfoot (edicin de Pitman, volumen VIII, pg. 61):

    Esta expresin griega es de uso frecuente y variado en laSeptuaginta. A veces significa la reunin de personas en la mismacompaa; as tambin de las bestias: a veces su concurrencia en la mismaaccin, aunque no en la misma compaa o lugar; otras veces suconcurrencia en la misma condicin, y otras veces su asociacin conjunta,

    aunque en varias compaas. Como los hombres de Joab y de Abner,aunque se sentaron a cierta distancia, a uno y otro lado del estanque deGaban, sin embargo dijeron: . Y en este sentido debe

    la expresin entenderse en esta historia; porque es imposible de imaginar ode concebir que todos esos millares de creyentes, que ahora estaban enJerusaln, se mantenan todos en una sola compaa y grupo, y no en partesseparadas; pero qu casa podra contener esa multitud? Ms bien ellos semantenan en varias compaas o congregaciones, segn sus lenguas,nacionalidades u otras referencias, los juntaba. Esto que los mantena

    juntos y unidos, se deba a que ellos se mantenan aparte de los incrdulos,y porque estaban en la misma profesin y prctica de los deberes de la

    http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_1http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_1http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_2http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_2http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_2http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_1
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    religin; por lo tanto, esto se describe como , aunque estabanenvarias compaas o congregaciones.

    He omitido las referencias del autor, como naturalmente aparecen incluidas

    en la lista mucho ms completa de la Septuaginta, que se da en otra parteen esta carta.

    [3]N. del T.A partir de la cuarta carta, y hasta la sptima, se ha tenidoque hacer una adaptacin y resumen debido a las diversas referencias delautora veces extensas y detalladasa lugares, personas, eventos ycircunstancias que no son ya conocidos para nosotros, y que, por norevestir as mayor importancia, se han omitido, conservndose, en estoscasos, slo la sustancia del pensamiento del autor.

    [4]N. del T.En esta carta Kelly hace referencia a las accionesindependientes que llev a cabo la reunin de Park Street (Islington,Londres, Inglaterra) cuando el 19 de agosto de 1879 escribi e hizo circular

    por todas partescomo si fuese la nica reunin en la ciudadunaDeclaracin en la que rechazaba la comunin a un hermano y a laasamblea que haban tratado su caso localmente y puesto a consideracinen la reunin general de hermanos en el que hubo pleno consensola cualfue desconocida, as como a todos aquellos que no se sometieran a suDeclaracin, la cual, a finales del mes se vio obligada a revocar mediante

    la emisin de un segundo documento ante la falta de aceptacingeneralizada de la misma en todo el pas. Ms tarde, en abril de 1881, enotro acto de independencia, Park Street acept aisladamentey con eldesacuerdo de muchosuna carta de recomendacin procedente deGuildford Hall, (Ramsgate, Kent, Inglaterra), pero lo volvi a hacer sin laconsulta previa y el comn acuerdo de todos los hermanos del lugar, talcomo era la costumbre para guardar la unidad prctica. Para preservar launidad de accin de las reuniones y evitar caer en el mal de laindependencia de accin, Kelly sostiene que era necesario seguir

    manteniendo una reunin general de hermanos de toda la ciudad una vezpor semana para tratar todo tipo de cuestiones que hacen a la vida encomn de la asamblea en la ciudad. De esta manera, con la reunin generalconjunta, Kelly quera prevenir que volviera a surgir un nuevo espritu deindependencia como haba ocurrido con Park Steet (donde, casualmente, J.

    N. Darby se reuna, aunque ya era muy avanzado en aos entonces). Peroya antes de 1881, Park Street vena asumiendo un inapropiado rol de

    primaca en asuntos de comunin, no slo en el rea de Londres, sino entoda la Gran Bretaa. El amado G. V. Wigram expres su preocupacin

    acerca de esta tendencia antes de su partida con el Seor en 1879. J. N.Darby tambin expres su preocupacin acerca de esta centralizacin o

    http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_7http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_7http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_12http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_12http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_12http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/kelly/LA_IGLESIA_EN_UNA_CIUDAD.htm#N_7
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    control centralizado (vase ms abajo qu significa esto) que se arrogabaesta reunin.

    Sin embargo, sa no fue la razn principal de W. Kelly, sino que sus

    fundamentos eran ms bien bblicos que prcticos, pues l demuestracontundentemente, por medio de las Escrituras, que en una ciudad, noexisten asambleas, sino que la Biblia habla de la asamblea en tal o cual

    ciudad, pese a que pudieran haber ms de un solo lugar de reunin en lamisma ciudad. Segn Kelly, cuando se trata de una ciudad como Corinto,Filipos, Antioqua, feso, etc., los asuntos eclesisticos se debenadministrar espiritualmente como una unidad nica a fin de evitar la accinindependiente de una de las tantas reuniones que pudiere haber en esaciudad. Kelly cree que el mejor mtodo para asegurar la accin encomunin es mantener regularmente una reunin conjunta de hermanos detodas las reuniones, y l aporta slidas bases bblicas en apoyo de su tesis.Estaban aquellos que decan que deba haber un gran saln central quealoje a todos los hermanos de la ciudad, pero no existan entonces enLondres salones de semejante envergadura para tal fin, si tenemos encuenta que en ese entonces habra unas cincuenta reuniones en la ciudadcon unos cien hermanos en cada una, adems de hermanas y nios, y lamayora de ellos eran pobres y con dificultades econmicas paratrasladarse.

    Es interesante saber que aquellos que siguieron a Park Street tambintomaron luego la misma decisin de tener reuniones centrales deadministracin; pero en su caso, lo hicieron, no para evitar la accinindependiente de las reuniones, sino para asegurar el poder dominante dePark Street (el control centralizado) el cual se ejerci de nuevo en 1890cuando forzaron la separacin de W. J. Lowe, en 1908 sobre el asuntoGlanton y en 1920 sobre J. S. Giles. Por ese entonces, el lder del grupo,que secund a F. E. Raven (James Taylor Sr.), propuso su hereja, heredadade Raven, de que el Hijo de Dios no era eterno, sino que fue Hijo en el

    tiempo; en 1929, transfiri la sede del poder a Nueva York (EstadosUnidos); y, como resultado, aquellos que haban caminado con Lowe notuvieron ninguna dificultad en unirse en las reuniones centrales de cuidadoy administracin en Londres, despus de la feliz reconciliacin que tuvolugar en 1927.

    Pero as como la cuestin de Betesda mostr el error de la independencia,as tambin con Park Street surgi luego el mal opuesto del centralismo(esto es, la tendencia de que un pequeo grupo de hermanos locales lderes

    tomen las decisiones entre bastidores para todas las asambleas, ejerciendodominio sobre ellas) con una pequea lite de individuos a modo de snodo

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    que dictaminan sobre los asuntos de comunin (esta situacin de ilegtimopoder centralizadoy no la de independenciaes la que a veces, y conjusta razn, ha levantado la voz de protesta contra ese grupo bajo el cargode regentes de las asambleas). Huelga decir que este control centralizado

    constituye un fatal peligro que carece del ms mnimo fundamento bblico,y, a la luz de las Escrituras, es tan perverso como el modelo opuesto de unaaccin deliberadamente independiente. El nico principio que reconoce laEscritura, si se quiere poner en prctica Efesios 4:1-3, es el de la accin encomunin de todos los santos congregados al nombre del Seor: unamarcha colectiva comn que pone en prctica los principios bblicos delun cuerpo y de la separacin conjunta de toda especie de mal (1.Tesalonicenses 5:22) y de iniquidad o injusticia (2. Timoteo 2:19),incluido el mal eclesistico de la independencia.