Disegno e restauro - Aracne editrice - · Disegno e restauro Conoscenza analisi intervento per il patrimonio architettonico e artistico Saggi quinto volume.indd 1 29/11/2010 15.34.50

Disegno e restauroConoscenza analisi intervento

per il patrimonio architettonico e artistico

Saggi

quinto volume.indd 1 29/11/2010 15.34.50


IntroduccIón

La Catedral de Málaga, todavía hoy inacabada, se llevó a cabo en dos fases. En la primera, 1528-88, se realizó la cabecera y nave de crucero, cerrándose éste con un murallón provisional, para su utilización. La cubierta responde a la tradición de la periferia medi-terránea, al utilizar un sistema aterrazado, con la debi-da inclinación, que conduce el agua de lluvia hacia los conductos abiertos en la zona perimetral para su des-agüe, y en el que emergen los trasdoses de las bóvedas.

En la segunda fase constructiva, de 1720 a 1782 en que se paralizaron las obras, se utilizó el mismo siste-ma y, aunque se estudió la propuesta del arquitecto Ventura Rodríguez de 1764, de utilizar una cubierta de vigas de madera y tejado, no se llevó a cabo, pre-sentando la catedral una característica imagen con los trasdoses de sus bóvedas emergiendo ligeramente de su cubierta plana (fig. 1).

Las últimas restauraciones han consolidado el sistema tradicional, con mayores garantías técnicas, manteniendo, a la vez, su imagen histórica.

La fábrIca deL sIgLo xvI

Conquistada Málaga en 1487, su mezquita aljama se consagró en iglesia cristiana bajo la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación, y en ella se erigió

El sistema de cubiertas de la Catedral de Málaga en la tradición constructiva de la periferia mediterránea. Últimas intervenciones de restauración

Rosario Camacho Martínez

Fig. 1 – Catedral de Málaga. Vista de conjunto.


Rosario Camacho Martínez4

la Catedral. Pero este viejo edifico islámico adaptado no satisfacía al Obispo y Cabildo, a pesar de que se había construido una portada representativa y simbó-lica, que le daba acceso a través del muro del patio.

Por eso se comenzó la construcción de una nueva iglesia, cuyos planos aprobaban en 1528 Pedro López y Enrique Egas, quien pudo realizar la traza, obede-ciendo a criterios de la arquitectura gótica. Otros au-tores atribuyen la traza a Diego de Siloé, quien por lo menos pudo ser responsable de las modificaciones que en ella se introdujeron, imprimiéndole una ima-gen más “romana”, siendo Pedro López, director de la obra hasta 1540. Continuaron Fray Martín de San-tiago hasta 1547, Diego de Vergara hasta 1583, y su hijo Diego de Vergara Echaburu, quien cerró el cru-cero, inaugurándose la Catedral, inacabada, en 1588. El nuevo obispo D. García de Haro (1583-97) al com-probar que el sistema de financiación había agotado también a las Fábricas Menores, ordenó al maestro aislar la cabecera con un fuerte murallón de mampos-tería, celebrándose el culto en la zona concluida du-rante casi 150 años1.

El templo responde a una planta basilical de salón, con tres naves alzadas a la misma altura y dos de capi-llas, girola que comunica con la capilla mayor a través de esbeltas arquerías, más próxima al gótico, y cruce-ro de tramo más amplio; su alzado, de pilares cruci-formes con columnas corintias adosadas sosteniendo trozos de entablamento, se complementa con pilares de ático, la llamada estructura siloesca que entron-ca con modelos italianos2, (que Siloe tras su estancia en Italia aplica en la catedral de Granada), formando una airosa estructura que mantiene la altura gótica, en un intento de continuidad y ruptura con los mo-delos medievales3; en ellos descansan las bóvedas de crucería de la girola, las del presbiterio y las vaídas con casquetes esféricos insertados del crucero.

1. RoSaRio CamaCho maRtínez, De mezquita a templo cristiano: etapas en la transformación y construcción de la Catedral de Málaga, en eStRella aRCoS von haaRtman (Coord.), Retrato de la Gloria. Restauración del altar mayor de la Catedral de Málaga, Barcelona, gru-po Winterthur, 1999, pp. 15-34.

2. La articulación de trozos de en-tablamento, “el célebre dado”, entre capiteles y arcadas la utilizó Brunelles-chi en la iglesia de San Lorenzo de Flo-rencia (1421) y Rossellino en la catedral de Pienza (1460-62) ludwig h. heid-enReiCh, Italia 1400-1460. Eclosión del Renacimiento, Madrid, Aguilar, 1972, pp. 35 y 93.

3. feRnando maRíaS, De iglesia a templo: notas sobre la arquitectura reli-giosa del siglo xVi, en eaRl RoSenthal, Arquitectura imperial, Granada, 1988, p. 118.


El sistema de cubiertas de la Catedral de Malaga en la tradicion ... 5

Si bien la documentación de la catedral no aclara la presencia de Siloe en Málaga se da como casi cier-ta su intervención teniendo en cuenta el alzado, tan relacionado con Granada y su participación en obras de Antequera entre 1539-42, años en los que parale-lamente podía intervenir en Málaga y que fueron de-cisivos para ambas obras4.

eL sIstema de cubIerta y sus antecedentes

La Catedral de Málaga se empezó a cubrir en su ca-becera en 1583. Como obra de la tradición constructi-va gótica se aplicó un sistema de cubierta exterior muy práctico que era habitual en el gótico mediterráneo y continuaba en el s. xvi; la fábrica de piedra de las bóve-das se cubre exteriormente por una lámina de ladrillo, dejando en determinadas zonas un relleno intermedio, y pequeñas troneras para ventilación (fig. 2 y 3).

Con sus cubiertas aterrazadas y transitables, con medidas inclinaciones para llevar el agua hacia las gár-golas, se facilitaba su mantenimiento y limpieza, así como la colocación de luminarias, y cumplían también funciones defensivas. Esta catedral, tan próxima al mar,

4. JeSúS SubeRbiola, Fuentes para la historia de la Catedral de Málaga. Uni-versidad de Málaga, pp.35-38. RoSaRio CamaCho maRtínez, Arquitectura y Colegiata: Santa María la Mayor y San Sebastián de Antequera en JeSúS Rome-Ro benítez (Dir.): La Real Colegiata de Antequera. Cinco siglos de Arte e His-toria (1503-2003). Antequera, 2004, p. 125. loRenzo PéRez del CamPo, Versa-tilidad y Eclecticismo. Diego de Vergara (1499-1583) y la arquitectura malagueña del siglo xVi, “Boletín de Arte”, nº 7, Universidad de Málaga, 1986, p. 92.

Fig. 2 – Catedral de Málaga. Cu-bierta (foto Fernando Ramos).Fig. 3 – Catedral de Málaga. Deta-lle de la cubierta. Troneras de venti-lación (adPm).



encajada casi en la muralla, con una cabecera fortifica-da, que surge de una robusta escocia y sólida cimenta-ción, donde incluso las gárgolas semejan cañones, tuvo esta función, pues sabemos que en algunos ataques a la ciudad, se dispararon cañones desde sus terrazas. Pero no es totalmente plana y en ella emergen los trasdoses de las bóvedas revestidos de ladrillos aplantillados, con azulejos la del crucero y casetones para el dispositivo de cuelgue de las lámparas.

El mismo tipo de cubierta se utilizó en la Catedral de Almería, del s. xvi, o en la parroquia de Almuñécar, de 1590, con funciones defensivas, pues a sus bóvedas vaídas se superpusieron otras de obra con agujeros de ventilación, prescindiendo del tejado para evitar los incendios en los ataques de los piratas norteafricanos.

También cumplían otras funciones dentro de los sistemas constructivos del momento. La Catedral de Sevilla presenta cubiertas aterrazadas, lisas en las na-ves laterales mientras que la central y de crucero, para las que se usó relleno de vasijas cerámicas, trasdosa las bóvedas5; la amplia superficie plana de aquellas sirvió asimismo para trazar “monteas”, que podían contem-plarse con perspectiva desde la nave superior6. Rodri-go Caro en 1634 dice de esta catedral: “No ay en todo este edificio ninguna cosa de madera, ni necesita della por ninguna parte de su techumbre; porque así en lo cóncavo, como en lo convexo es toda su bóveda de for-tísima cantería y en lugar de tejado tiene por encima plaças, calles y miradores enlosados….que todo ello junto, de lexos y cerca, haze una hermosísima y admi-rable vista, sin que en otra parte se vea semejante, aun-que sea en los celebradísimos templos de la Santa Ciu-dad de Roma”7. La mayoría de las obras góticas que derivan de esta catedral trasdosan las bóvedas, como Santiago y Sª María de la Mesa en Utrera, la Virgen de la Oliva en Lebrija, el Salvador de Vejer de la Frontera, Sª María de Medina Sidonia. La parroquia de Santa

5. JavieR gómez maRtínez, El gótico español de la edad Moderna. Bóvedas de crucería. Universidad de Valladolid, 1998, p. 167.

6. f. Pinto y a. Jimenez, Monteas en la catedral de Sevilla, “Expresión Gráfica Arquitectónica”, nº 1, Vallado-lid, 1993, págs. 79-84. J.a. Ruiz de la RoSa y J.C. RodRiguez eSteve, Mon-teas en las azoteas de la Catedral de Sevi-lla. Análisis de testimonios gráficos de su construcción, en Actas del iii Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Sevilla, 2000, pp. 965-978.

7. RodRigo CaRo, Antigüedades y principado de la Ilustrísima Ciudad de Sevilla y Chorographia de su Convento Iuridico o antigua Chancilleria, Sevilla 1634, f. 52.



María de Arcos de la Frontera, también almenada, su-perpuesto el barroco al gótico del siglo xv, tras el pretil que la bordea deja asomar los trasdoses de sus bóvedas cubiertas de ladrillo, como en S. Pedro, y en Jerez de la Frontera también es ésta la norma, como vemos en la Catedral, San Miguel, Santiago, San Juan, San Mateo, Santo Domingo, la Merced. Espléndida es también la cubierta de la Prioral del Puerto de Santa María, con los trasdoses de bóvedas emergiendo de la cubierta plana, entre contrafuertes (fig. 4)8.

En Cádiz la Catedral vieja, que no es la primiti-va gótica sino la edificada a partir de 1596, por Gi-nés Martínez de Aranda, deja visibles los trasdoses de sus bóvedas, (cerradas en 1601) tanto las llamadas por Javier Navascués, “de paraguas”, como la media naranja del crucero, exquisitamente revestidas con piezas cerámicas colocadas a espina de pez en una so-lución constructiva y ornamental única (fig. 5)9. Y en

8. Agradezco la información facilita-da por Pablo Pomar Rodil.

9. loRenzo PéRez del CamPo, Las catedrales de Cádiz. León, edit. Everest, 1988, pp. 8 y 24. Pablo antón Solé, La Catedral de Cádiz. Estudio histórico y artístico de su arquitectura. Ayunta-miento de Cádiz, 1975, p. 30.

Fig. 4 – Puerto de Santa María. Iglesia Prioral. Detalle de la cubier-ta (foto Pablo Pomar).Fig. 5 – Cádiz. Catedral vieja. Cu-biertas.



el xviii para la nueva catedral que trazó Vicente Acero se recurrió al mismo sistema de cubierta exterior de ladrillo doble, dejando entre ambas capas una amplia cámara de ventilación (fig. 6).

En el gótico catalán son muchos los ejemplos. Los trabajos de restauración realizados en las últimas décadas en la Catedral de Barcelona, nos permiten conocer la estructura interna de las bóvedas con re-llenos muy convenientes. Están compuestas por cin-co estratos constructivos: los arcos; los témpanos de sillería labrada; una gruesa capa de mortero de cal; un espacio decreciente a medida que se alza la bó-veda, que constituye el seno de la enjuta; una gruesa capa de hormigón que disminuye su espesor hacia la parte alta, completando la fábrica una solera de una sola hoja; incluso se rellenaron los senos de las bóvedas con vasijas cerámicas. La parte superior es transitable, de acuerdo con la tradición mediterránea y la inclinación de los diferentes tramos de la azotea refleja la disposición de los plementos de la crucería, conduciendo el agua de lluvia hacia las gárgolas10. Las iglesias de Sª María del Mar o Sª María del Pino, por citar sólo las de la capital, presentan las mismas solu-ciones de cubierta. Y Gaudí recupera el sistema en el s. xx en las Escuelas de la Sagrada Familia.

También en Valencia, la catedral gótica ofrece la visión de las cubiertas con el mismo tipo de soleras descrito, que manifiesta la disposición de los elemen-tos entre las crucerías, y en el Monasterio de Clarisas de la Trinidad, cuya arquitectura es valorable porque su construcción conllevó novedosas experiencias ar-quitectónicas, las bóvedas góticas, aunque revestidas en el Barroco, ondulan con sus trasdoses la cubierta exterior.

Los ejemplos abundan en otros países del Medi-terráneo, y dieron el salto a Canarias y a la América hispana.

Fig. 6 – Cádiz. Catedral nueva. Cá-mara de ventilación de las bóvedas (foto Luis del Río).

10. enma liaño, La Catedral de Bar-celona. León, edit. Everest, 1983, pp. 12-13.



contInuacIón de La catedraL de máLaga en eL sIgLo xvIII

En 1719 y temiendo su deterioro como obra inacaba-da, se decidió continuar la Catedral, eligiéndose como Maestro Mayor a José de Bada, que trabajaba en Gra-nada. El Cabildo obligó a mantener la unidad estilística, especialmente en el interior, utilizándose el mismo tipo de alzado y bóvedas que en la obra renacentista, con algunos cambios de ornamento; y también se siguió el mismo sistema de cubierta exterior11.

El proyecto de Bada para Málaga arrancaba de la fa-chada principal, elevándola junto con las torres y pilares y cerrando los muros perimetrales hasta unir con la obra renacentista, fase que corresponde ya a la maestría de Antonio Ramos (1723-1782), fecha esta última que coin-cide con la paralización de las obras por agotamiento del arbitrio que la costeaba12. Para la unión de las dos partes de la Catedral, propuesta por este maestro, el Cabildo recabó informes de otros expertos y, ante la diversidad de opiniones, solicitó un arquitecto de la Corte, llegan-do Ventura Rodríguez en 1764, quien revisó la obra y, modificando levemente la propuesta de Ramos, avaló su habilidad y dejó un proyecto de cubierta con tejado a dos aguas que no se llegó a ejecutar13. La unión de las dos partes de la Catedral se realizó en 176614.

Pero, como se ha indicado, la Catedral de Málaga mantiene la continuidad con la obra del siglo xvi, y Bada concibió el mismo sistema de cubierta exterior trasdo-sando las bóvedas, tal vez en consenso con Vicente Ace-ro pues la planta la firman éstos y Diego Antonio Díaz15. Así se aprecia en los planos de Bada, de 1738 (fig. 7), y en distintos informes, como el de 1739, al señalar la ne-cesidad de engrapar las piedras de la torre por el empuje de las bóvedas,

«si han de ser de piedra que será lo mejor para la her-mosura y sumptuosidad de la fábrica».

11. aCm (Archivo de la Catedral de Málaga) Actas Cap. vol. 41 fols. 492 y 547. Vol. 42 fols. 575 y v.

12. aCm, Actas Cap. vol. 42 fols. 583 v. y 584, Vol. 43 fols. 117v, 130, 169-174. loRenzo PéRez del CamPo, Arte y economía: la construcción de la Ca-tedral de Málaga. Col. 2A. Colegio de Arquitectos y Universidad de Málaga, 1985.

13. aCm, Actas Cap. vol 49, fol. 610 y v. Leg.25 pza. 17. El proceso, siguien-do la documentación de la Catedral, en RoSaRio CamaCho maRtínez, Málaga Barroca. Arquitectura religiosa de los siglos xVii y xViii. Diputación, Univer-sidad y Colegio de Arquitectos de Má-laga. 1981, pp. 148-162. teReSa SauRet gueRReRo: La Catedral de Málaga. Má-laga, Cedma, 2003, p. 99-108.

14. fRanCiSCo baRbán de CaStRo y CRiStóbal medina Conde, Descripción de Málaga, su Catedral y el Monte de Gibralfaro y Descripción del Monte de Gibralfaro de Málaga. Edición facsímil: estudio, edición y notas de José Ángel Palomares Samper. Universidad de Málaga, 2000, p. 121.

15. aCm, Actas Cap. vol. 43, fols. 169-174, leg. 334.

Fig. 7 – Diseño de la Catedral de Málaga por José de Bada y Antonio Ramos (aCm).



La realización de estas bóvedas, cerradas bajo la di-rección de Ramos, entrañaba dificultades como consta en su memorial de 1774 en el que afirma su pericia:

«Se han cerrado las cuatro bóvedas de la nave mayor (que por su magnitud persuade bien su dificultad) con una empalizada muy endeble por no haber otras made-ras y siendo los muros del costado de la iglesia menos robustos de lo que corresponde, conociendo el empujo que contra ellos harían las enunciadas bóvedas trazó de tal modo los cortes de la piedra que las enlazó unas con otras de tal suerte que gravitaran menos contra dichos costados y quedaran con toda seguridad las expresadas bóvedas»16.

Además de la quiebra del crucero, siempre difícil de reparar al estar recubierta por el murallón de sepa-ración, el problema principal era que, al no ser lo su-ficientemente gruesos los muros perimetrales, la carga de las bóvedas se había contrarrestado con cadenas de sillería sobre los trasdoses de los arcos, como señalan los tratados de construcción, y se fue delimitando el es-pacio correspondiente a cada casquete que obligaba a un largo recorrido a las aguas hasta los desagües, pero las inclinaciones de las soleras eran correctas.

Estos asuntos preocupaban tanto a Ramos que, siempre riguroso, y siguiendo la tratadística italiana y a los ingenieros Gautier y Belidor, escribía y cal-culaba diferentes soluciones en relación con la me-cánica del edificio, y fueron convertidas en cuader-nos de problemas y resoluciones sobre la resistencia de las estructuras, para aprovechamiento de otros técnicos, posiblemente por consejo de Ventura Ro-dríguez. Aunque no divulgó esta intención didácti-ca, sí lo menciona con orgullo en otros informes. A su muerte sus familiares lo enviarían a éste pues pasaron a la Real Academia de San Fernando en 1785 «con los papeles de Rodríguez». La Academia se planteó su publicación para la formación de los

16. aCm, Leg. 25 pza. 17.17. El manuscrito del Archivo de la

Academia de San Fernando (A.A.S.F. Leg, 126-1/5) se publicó en 1992. Ro-SaRio CamaCho maRtínez, El manuscri-to Sobre la gravitación de los arcos con-tra sus estribos, del arquitecto Antonio Ramos. Colegio de Arquitectos de Má-laga y Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Málaga, 1992.

18. aaSf Leg, 126-1/5, Cuaderno 5, fol. 9.

19. JavieR gómez maRtínez: Óp. cit., p. 163.

20. thomaS ReeSe, The Architecture of Ventura Rodriguez. New York, Gar-land, 1976, 2 vols.

21. aCm Actas Cap. Vol. 50 fols. 51-52 y ss.

22. aCm Leg 25 nº 17.



alumnos de arquitectura, pero el lento proceso de revisión del texto abortó la publicación, cuando ya se habían realizado grabados de las figuras y tablas para su impresión17. Para uno de esos problemas,

«Hallar el espesor de los pilares de una bóveda en pla-no-céntrico para que esté en equilibrio con el peso que ha de sostener»,

considera Ramos que hay que tener en cuenta: la lati-tud y la altura de la bóveda en la obra; el espesor de la bóveda en los riñones; la figura exterior y la altura de los pies derechos (y remite al ejemplo 1º de la figura 7 de la plancha 4), aspectos escrupulosamente calcula-dos en su práctica constructiva (fig. 8)18. Este ensayo se ha considerado la cota más alta alcanzada por la ciencia arquitectónica española de la Edad Moderna sobre esta problemática19.

La propuesta de ventura rodríguez: una cubIerta a dos aguas con tejado

Ventura Rodríguez, arquitecto de Madrid, es tal vez el de mayor relieve del llamado Barroco Clasicista y quien marca la transición hacia fórmulas más raciona-listas y al neoclasicismo20. Cuando en 1764 llega a Má-laga para informar sobre los problemas que pudieran plantearse al unir las dos partes de la obra, recorrió la Catedral con Ramos y en sus informes avala casi por completo las propuestas de éste para llevar a cabo tan delicada unión21.

Pero consciente de los problemas que a las obras arquitectónicas causaban las lluvias, ofreció a la Cate-dral un proyecto de cubierta a dos aguas con vigas de madera y tejado, que serviría asimismo como contra-rresto, pues indica que si no se pusiera en ejecución in-mediatamente no conviene que se rebajen las cadenas de piedra, ni siquiera en parte (fig. 9 y 10)22. Eviden-temente tiene en cuenta los problemas de las lluvias,

Fig. 8 – Antonio Ramos. Lámina del manuscrito Sobre la gravitación de los arcos contra sus estribos (aaSf).Fig. 9 – Ventura Rodríguez. Pro-yecto de cubierta para la Catedral de Málaga. Sección transversal (aCm).Fig. 10 – Ventura Rodríguez. Pro-yecto de cubierta para la Catedral de Málaga. Sección longitudinal y planta (aCm).



pero es cierto que en el área mediterránea del sur la pluviosidad es menos acusada. El Cabildo indicó a Ra-mos que hiciera un tanteo de la cubierta proyectada, pero no se vuelve a citar en las Actas. No obstante pre-viendo que pudiera realizarse algún día Ramos señaló aún otros puntos de desagüe, como indica la presencia de bajantes a una cierta altura señalados con una ins-cripción incisa en el muro «El abugero está aquí»23.

¿termInacIón de La obra barroca o cubIerta Inacabada?

En el periodo barroco no era tan habitual este sis-tema de cubierta. En España, a partir del siglo xvii, la costumbre de utilizar bóvedas encamonadas, mucho más baratas, y de cubrir las naves con bóvedas de cañi-zo que compensaban su modestia con vistosas yeserías, llevaba a rematar las cúpulas con cimborrios y las naves con cubierta de vigas de madera a dos aguas revestidas de tejas. No obstante, es posible que el Cabildo de la Catedral de Málaga al condicionar la continuación de la obra barroca manteniendo el estilo, diera lugar a que se mantuvieran también los sistemas de cubrición

No hay en la documentación de la Catedral alusión a una cubierta de madera que pueda hacernos pensar en un proyecto inacabado, salvo los planos de Ventura Rodríguez, que suponen otra opción. Además tampo-co plantea la cubierta de Málaga como una necesidad, al indicar que si no se coloca inmediatamente, se car-gue competentemente la obra, como indicaba Ramos.

La falta de alusiones a la madera en la documenta-ción de Catedral no lleva a pensar en una cubierta de madera. Y los diferentes informes así lo corroboran. Ya se ha señalado un informe de Bada de 1739, indi-cando respecto a las bóvedas que

«... han de ser de piedra que será lo mejor para la her-mosura y sumptuosidad de la fábrica»24.

23. Agradezco estas precisiones al aparejador D. Fernando Ramos, así como algunas fotografías.

24. aCm Actas Cap. Vol. 45 fol. 112.



El cantero Fernando Fraile informando sobre ellas en 1764, al referirse a piezas que no eran de piedra in-dica que

«al no llevar la iglesia cubierta de tejados podría resul-tar dañada».

Por otro lado, informes sobre lo que faltaba por hacer, de 1768 y 1782, no aluden a la cubierta de ma-dera, dando por definitiva la existente, y los que reali-zaron en 1796 Martín de Aldehuela y Miguel del Cas-tillo para recuperar el arbitrio y continuar las obras, tampoco señalan que falte la cubierta25.

El Canónigo Medina Conde indicó que en toda la obra antigua no había nada de madera, sino todo de piedra hasta la cubierta de las bóvedas

«que todas están al aire, soladas con hermosos y firmes ladrillos barnizados de colores, pareciendo una espa-ciosa plaza de armas»26.

Y Barbán de Castro, también canónigo de Málaga, escribe sobre el templo en 1773

«en cuya obra nada se ve de madera, y nada cubierto de tejados, porque sus bóvedas están al descubierto, resguardadas solamente de una solería, bien ejecutada, guardando cada una su figura esférica».

A continuación añade:

«Sin arrojo parece que pudiéramos decir que es una de las obras más suntuosas y magníficas de Europa»27.

Las imágenes son más elocuentes. De los dibujos del proyecto de Bada, realizados en 1738 por éste y Ramos (pues ambos cobran), se aprecian en las secciones los trasdoses de las bóvedas, sin cubiertas de tejados; también los planos que, presentando el edificio terminado, diseñó Ramos hacia 1780, gra-bados en 1784 para conseguir fondos para la con-tinuación de la obra, no presentan cubierta a dos

25. RoSaRio CamaCho maRtínez, Málaga Barroca. p. 166.

26. CRiStóbal medina Conde, La catedral de Málaga. Málaga, 1878 (edi-ción facsímil con estudio y notas de Rosario Camacho Ed. Arguval. Mála-ga, 1984.

27. F. Barbán De Castro y C. Medi-na Conde, op. cit. n. 14, p. 124.



aguas, y mejor aún se aprecian los trasdoses en las secciones que para el mismo fin dibujó Pietro Van-vitelli (fig. 11)28.

Los grabados del s. xix han consolidado esta imagen del templo catedralicio. David Roberts di-bujó diferentes vistas de la Catedral, desde el mon-te Calvario, desde el mar y siempre resalta la parti-cularidad de sus bóvedas trasdosadas emergiendo de la cubierta plana. Hoy también disfrutamos de esta vista desde Gibralfaro, magnífica atalaya, la más próxima de la terraza del Hotel Málaga Pala-cio, o desde la torre de la misma Catedral (fig. 12).

ÚLtImas restauracIones de La catedraL

El mantenimiento de las cubiertas se llevaba a cabo mediante una total impermeabilización que sal-vaguardaba el interior del templo, así como un escru-

28. RoSaRio CamaCho maRtínez: “Grabados de la Catedral de Málaga”, Boletín de Arte nº 17, Universidad de Málaga, 1996, p. 475.

Fig. 11 – Pietro Vanvitelli. Dibu-jo de la sección transversal de la Catedral de Málaga (aCm).Fig. 12 – David Roberts. La Cate-dral de Málaga.



puloso cuidado de los desagües para evitar los temi-dos estancamientos.

La necesidad de restaurar las cubiertas de la cate-dral a finales del siglo xx, enfatizada en 1996 por el desprendimiento, en el exterior del costado sur, de una piedra de peso (18 kg), llevó a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que tiene compe-tencia sobre el templo al ser Bien de Interés Cultural desde 1931, a realizar un Diagnóstico sobre su esta-do29 y emprender acciones de emergencia. Y entre otras iniciativas, la alcaldesa Celia Villalobos inició, en 1997, la campaña “Salvemos la Catedral” que tuvo magnífica acogida a nivel popular; la propuesta de cu-brir con monedas de 100 ptas. un plano gigante de la Catedral diseñado en la plaza de la Marina, arrastró la participación de todos los niveles de la población y la recaudación revirtió en la Catedral.

Ante esto el Cabildo planteó de nuevo el proyecto de Ventura Rodríguez, por mano del arquitecto dio-cesano Álvaro Mendiola y el aparejador de fábrica Fernando Ramos, trasladándolo a la etapa actual, ya que la madera se sustituía por metal ligero de forma que se consiguiera un conjunto ignífugo y rematan-do con teja árabe30. La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, solicitó un informe que integra-ba diversos informes previos (P. Salmerón, J. Jiménez Mata, J. Bassegoda y otros), mediante el cual se recha-zó el proyecto31.

Se originó una fuerte polémica en la ciudad, agrava-da por el hecho de que 1997 fue un año especialmen-te lluvioso. Por parte de la Catedral y de la Academia de San Telmo se organizaron conferencias y debates sobre la idoneidad de las diferentes soluciones, infor-mes de expertos, hubo pactos de los partidos políti-cos y las intervenciones en la prensa eran continuas32. Por iniciativa de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo se solicitó la presencia de Arquitectos y

28. Rafael gómez maRín y tRiStán maRtínez auladell, Diagnóstico pre-vio de la Santa Iglesia Catedral de la En-carnación (Málaga). Septiembre 1996 y febrero 1997. (Ver Plan Director de la Catedral de Málaga, Director: Rafael Gómez Marín. (Ejemplar mecanogra-fiado).

30. álvaRo mendiola, Evolución y futuro de la S. I. Catedral de Málaga. Dis-curso de ingreso en la Real Academia de San Telmo. Málaga 2002, p. 23-24.

31. PeRez del CamPo, L., RodRí-guez PéRez, P. y teJedoR CabReRa, A.: La Catedral de Málaga. Implicaciones de una posible actuación en la cubierta, “Boletín del Instituto Andaluz del Pa-trimonio Histórico PH”, nº 21, Sevilla, julio 1997, pp.75-85.



Académicos de la Real Academia de San Fernando de Madrid, que debatieron, informaron e incluso apor-taron un proyecto de cubierta que trataba de cubrir con un tejado de escasa altura33.

Pero también, detenidas las impermeabilizaciones habituales a la espera de un proyecto más definitivo, se diversificaron las vías de entrada de agua a través de las bóvedas en el interior de la Catedral, con la correspon-diente alarma general.

En 2003 la Delegación Provincial de Cultura de Má-laga y el Cabildo de la Catedral encargaron a la empresa CReStaRte S.L. un informe y actuación de emergencia en el intradós del conjunto abovedado de la Catedral, que consistió fundamentalmente en el desmontaje controla-do y manual de fragmentos de piedra de dudosa estabili-dad; y potencialmente peligrosos34. Los resultados del in-forme sobre filtraciones de aguas, grietas, cuñas y clavos podridos, patologías más significativas, etc. reseñados en una magnífica información gráfica y fotográfica, llevó, como medida más inmediata, a la colocación de una red interna y las actuaciones de emergencia, mientras se pre-veían otras formas de atajar estos males (fig. 13)35.

En junio de 2004 convocó la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía un con-curso de ideas para intervenir en las cubiertas de la Catedral y se presentaron once propuestas. La Comi-sión Técnica constituida a los efectos de valoración de las proposiciones eligió la presentada bajo el lema aiRe, que resultó ser de Juan Jiménez Mata, arquitec-to conservador de la Catedral de Cádiz. El fallo de la Comisión se basó en que era

«una solución que trata de conciliar las condiciones base del programa del concurso, utilizando un sistema de cubierta superpuesta sobre la antigua, inspirada en las cubiertas “a la catalana”, no alterando gravemente la imagen arquitectónica de la cubierta actual, no pro-duciendo cambio significativo en la imagen del edificio

32. fRanCiSCo gaRCía mota, Tem-plo y monumento. Actuaciones para su rehabilitación. Ayuntamiento y Real Academia de Bellas Artes de Málaga, 2009, pp. 18 y ss.

33. Ibídem, pp. 30-31. Los historia-dores y arquitectos de San Fernando que intervinieron en Málaga fueron: Pedro Navascués Palacios, José Ma-nuel Pita Andrade, Rafael Manzano y Martos y Antonio Fernández Alba, quien firmaba el plano (Archivo de la Real Academia de San Telmo).

34. adPC: He consultado los infor-mes, proyectos y actas de comisión que se citan a continuación en el Archivo de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía en Málaga. (Agradezco las facilidades que me han dado Dª Carmen Calvo, D. Eduardo Asenjo y D. Francisco Fuentes)

35. A.D.P.C.: Informe técnico del es-tado pétreo y revestimiento del intradós de las bóvedas encargado a la empresa CReStaRte S.L. (Conservación y Res-tauración). Junio 2004.



desde la calle o puntos alejados, eliminando la penetra-ción de agua en las fábricas, bóvedas y rellenos de las mismas, garantizando la rápida evacuación de aguas y la transpiración de las bóvedas a través de la cámara de aire ventilada que se forma entre las cubiertas anti-gua y nueva, utilizando en la nueva cubierta materiales compatibles con los existentes, desde el punto de vista constructivo y estético».

Se consideró una buena solución constructiva, que resolvía los problemas de conservación, con viabili-dad e idoneidad técnica y económica, sin alterar la imagen histórica del biC, aunque se recomendaban modificaciones puntuales a la solución constructiva propuesta en orden a mejorar su relación con la cu-bierta existente y el control de su efectividad36.

En 2006 se presentó el proyecto básico, de acuer-do con el pliego de prescripciones técnicas particula-res del concurso37 Era su objetivo

«Resolver los defectos de las cubiertas de la Catedral y su sistema de evacuación de aguas»,

Fig. 13 – Catedral de Málaga. De-talle de patologías en una de las bóvedas de la girola (adPm).

36. adPC: Acta de la Comisión Téc-nica de Valoración, Málaga 10 de No-viembre de 2004.

37. adPC: Proyecto básico y de eje-cución. Intervención en las cubierta de la Catedral de Málaga. Arquitecto Juan Jiménez Mata (Supervisado 22-8-2006).



aunque también aportaba una solución de cubierta para los ‘cubillos’ que habían quedado inacabados en la obra del siglo xviii. Fue informado favorable-mente por la Comisión Provincial del Patrimonio de junio de 2006, aunque se solicita mayor defini-ción planimétrica e histórica en el acabado de los cubillos; subsanado esto fue autorizado y remitido al Cabildo en diciembre del mismo año, acordándo-se el comienzo de las obras, con un presupuesto de 1.474.784,57 euros38 y un programa de ejecución de 14 meses.

Al analizar el estado de la cubiertas el proyecto señala la existencia de una enorme grieta que reco-rre la zona oeste del crucero (la tan citada “raja del crucero” en la documentación histórica) que separa los ladrillos que cubren las bóvedas y sus riñones en su unión con la nave principal y otras grietas me-nores, que pueden deberse a asientos diferenciales, porque se trata de dos obras construidas en fases diferentes cuando el primer cuerpo estaba asentado plenamente, y también los agrietamientos produci-dos por el terremoto de 1680.

En cuanto a la constitución de las bóvedas hay que señalar que en algunos puntos tienen un espesor de sólo 16 cm y, al faltar aislamiento térmico sobre ellas, se producen fuertes condensaciones de hume-dad en el interior de las mismas, que ennegrecen los paramentos interiores y deterioran las fábricas. Ade-más, las sales higróspicas que provienen de la alte-ración de los morteros se movilizan por acción de la humedad, en el interior de las bóvedas aflorando las sales a zonas de ventilación donde se recristalizan y producen roturas por presiones dentro de los capi-lares de la piedra.

Respecto a las cubiertas propiamente dichas, las fábricas de piedra de las bóvedas y los rellenos de sus riñones están cubiertos exteriormente de una sola

38. El presupuesto quedó compar-tido entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, el Ministerio de Cultura y el Obispado, contribuyendo el Ayuntamiento con éste. F. García Mota, op. cit. n. 32, pp. 74-75.



hoja de ladrillo, causante de las continuas filtraciones por su elevada porosidad. La misma forma general de la cubierta en la que los altos muros perimetrales y los centrales que siguen la línea de los arcos formeros alcanza una cota mayor que el plano de circulación de aguas, da lugar a estancamientos acelerando las filtraciones, además las caras superior y laterales de los muros constituyen otra entrada de agua hacia las fábricas, bajando al interior del edificio.

Por otro lado el sistema de evacuación de las aguas de la cubierta superior es muy irregular y complicado, ya que además de los canalones anti-guos que conducen, más o menos directamente, a los desagües, existen bajantes vistos de construcción reciente con tubo de chapa de cobre junto a los con-trafuertes de la girola, que anularon la caída libre que se producía por las gárgolas y suponían fuer-tes golpes de las aguas sobre el monumento al caer desde el plano superior de la cubierta a las terrazas sobre la girola y capillas laterales con un desnivel de 18 metros. El fuerte deterioro producido en la cu-bierta de las capillas, se palió también anteriormente con una intervención sobre la terraza disponiendo planchas de fibrocemento hormigonadas recubiertas de losas de mármol con una cámara de aire sobre la cubierta antigua que facilitaba su ventilación. Sobre esta solería las aguas discurren hacia varios canalo-nes perimetrales dispuestos estratégicamente. En las naves laterales la bajada de las aguas desde la cubier-ta alta se produce mediante antiguos bajantes inte-grados en el interior de los contrafuertes, aunque no todos están operativos.

Por todo ello los criterios de intervención que adopta el proyecto se basan en los siguientes puntos: Eliminar la penetración de aguas en las fábricas de muros, bóvedas y rellenos de las mismas. Dotar a la cubierta interior de aislamiento térmico y facilitar la



ventilación. Facilitar las dilataciones y contracciones térmicas de la nueva hoja exterior de cubierta. Pro-yectar un sistema de cubierta que resista los posi-bles movimientos de las grietas existentes. Canalizar adecuadamente las aguas llevándolas por conductos de sección hidráulica adecuada para evitar enchar-camientos. Mejorar la impermeabilidad de canalo-nes, paramentos, etc. Completar la red de bajantes y evitar la caída libre de las aguas. Utilizar materiales compatibles con los existentes, tanto desde el pun-to de vista constructivo como estético, que no sean degradables ni alterables (a los excrementos de las gaviotas, un verdadero peligro en la Catedral) y que permitan un fácil mantenimiento. Y, por último, al-terar lo menos posible la imagen histórica del monu-mento (fig. 14a y b).

El proyecto detalla técnicamente cada uno de es-tos puntos, que pueden resumirse en la aportación de una cubierta superpuesta sobre la original que permita una mejor evacuación y la posibilidad de di-latación de los diferentes faldones, mediante cítaras de apoyo de ladrillos perforados con los huecos de través y dispuestos radialmente sobre las bóvedas a menos de 1 m. entre ejes y en otras zonas en cuadrí-cula. Las hiladas de las cítaras se colocan paralelas al perfil de la bóveda, sin peligro de deslizamiento por su colocación, disponiendo además hiladas radiales de arriostramiento. Se trata pues de una especie de “sándwich” formado por dos hojas de ladrillo hue-co, capa de mortero, impermeabilización con lámina de plomo sobre capa de betún elastómero estanco, emulsión asfáltica, encima fieltro geotextil, capa de mortero bastardo y, para finalizar dos capas de sole-ría de baldosas cerámicas. Las hiladas de baldosines se dispondrán de modo circular partiendo del cen-tro de las bóvedas y se usarán ladrillos aplantillados en forma de trapecios curvilíneos, para la zona supe-



rior de las bóvedas y tramos curvilíneos. Con el mis-mo sistema se construirán los canalones. El hueco central de ventilación se forma mediante chimeneas de fábrica del mismo tipo de ladrillo y se cubre con una pieza de cerámica vidriada “a modo de cazo-

Fig. 14a – Catedral de Málaga. Obras de restauración de la cubierta (foto Fernando Ramos).Fig. 14b – Catedral de Málaga. Obras de restauración de la cubierta. De-talle (foto Fernando Ramos).



leta invertida” de planta cuadrada, apoyada sobre soportes de ladrillo, formando vierteaguas y ranuras de ventilación (fig. 15).

Las obras de restauración se terminaron en sep-tiembre de 2009.

La alta pluviosidad del invierno de 2009 y prima-vera de 2010, ha resultado ser la mejor prueba de la efectividad de esta intervención.

Este trabajo se integra en una investigación más amplia dentro del Proyecto I+D+I HAR 2009-12095 “Tradición e innovación. La recepción de los modelos italianos en la periferia mediterránea y su difusión: Anda-lucía durante la Edad Moderna”.

Fig. 15 – Catedral de Málaga. Dis-tintas fases del proceso de restaura-ción de la cubierta (foto Fernando Ramos).


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